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Ángel María

Diccionario de la

Confusión

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No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en

cualquier forma o cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo

y por escrito del titular del copyright. Primera edición: junio de 2008 Segunda edición: junio de 2009 Depósito legal: ISBN: 978-84-935893-4-9 © Ángel María [email protected] Asociación Cultural Grafein Apartado de correos 5169 08080 Barcelona Correo electrónico: [email protected] Impreso en España

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Introducción a la Confusión de este Diccionario

Las palabras definidas que ahora les entrego no son otra cosa que literatura. Literatura desde un punto de vista novelesco, pues las opiniones que aquí expongo no son enteramente mías, sino de los personajes que habitan en mis obras. El presente Diccionario es el diálogo que mantendrían estos personajes si los dejara sueltos, si yo me quitase de en medio. Así debe interpretarse.

Aquí no hay nada nuevo; sólo confusiones que he encontrado. Como todo autor, soy rumiante de ideas: hablo y escucho lentamente para saborear conversaciones. Luego, en el reposo del folio en blanco, las rejuvenezco, las trituro y trago –las escribo–, como pensamientos útiles para la vida de los actores literarios.

No busco la aprobación generosa de todos los términos –contradictorios en bastantes casos–, pero creo que ustedes pueden encontrar la simpatía en alguno de ellos porque, en el fondo, en todos nosotros hay algo de irónico y de prohibido que nos acerca a la mirada desvergonzada que aquí doy a las palabras.

Mi intención no es ofender a nadie, si acaso plasmar análisis intuitivos y preocupaciones personales. Análisis más hirientes se han escrito –

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casi siempre camuflados en tramas novelescas– y acciones más peligrosas se llevan a cabo a diario sin que nadie se escandalice. He leído obras donde se viola a niños, donde se describen incestos, don-de los políticos, los médicos, la policía, la iglesia, los periodistas, los arquitectos o los jueces son corruptos, novelas donde se corrige la Historia para dársela a leer a analfabetos, donde se miente en nombre de una buena causa o donde un Go-bierno se prostituye por unos votos. Con todo lo que se cuece, no quisiera tener que pasarme la vida justificando esta obra, por mucho que moleste. La historia que ahora cuento es la denuncia de al-gunos rasgos de la conducta humana, sólo que se habla de forma directa y sus personajes son los lectores. Así y todo, no me duelen prendas en pedir disculpas a quienes no sean capaces –o no les dé la gana– de ver en este Diccionario un material autocrítico para su vida íntima.

Ya lo he dicho: existe la contradicción pero, si no fuera así, sería inaceptable el Diccio-nario. Que tire la primera piedra quien conozca la coherencia. No existe. Existe el caos, aunque el caos tiene un cierto orden que lo imponen la casualidad y la necesidad. La necesidad siempre termina imponiéndose. La casualidad está a su servicio.

Quien se EQUIVOCA tiene o toma algo por otra cosa, juzgando u obrando desacerta-damente (DRAE); es decir, quien toma un camino

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cuando tuvo la posibilidad de tomar el correcto, o el que le convenía para sus intereses. No es el caso de este Diccionario. Aquí hay CONFUSIÓN, pues se mezclan o se funden cosas diversas, de manera que no pueden reconocerse o distinguirse (DRAE). O sea –y llevado al campo real–, las elecciones que hacemos en la vida no son desde opciones limpias sino turbias, sencillamente porque se ca-rece de mucha información que además, llega casi siempre deslavazada.

Pero con este trabajo no quisiera contribuir a la confusión de las palabras. No es mi intención. Alabo a toda aquella persona que trabaja en pos de su buen uso, del mantenimiento y enriquecimiento progresivo de nuestra maravillosa lengua española. En este sentido, el Diccionario que ahora presento es sólo un juego. Eso sí: las ideas que expongo no son un juego, y precisamente por ser expuestas en esta clave, son muy serias.

Si después de la publicación de estas pa-labras sigo teniendo amigos, digo más, si alguien sigue dirigiéndome la palabra, es seguro que la obra habrá fracasado. Pero es que hay veces que uno ya no sabe qué hacer para estar una temporada a solas.

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Claves de lectura R: Que la palabra indicada tiene relación con la que se está definiendo, y en algunos casos la complementa. En otras ocasiones hay relación entre palabras pero, debido a su proximidad, he obviado la R. Por ejemplo: Cosecha y Costumbre. *X: La palabra que lleva * no está recogida en nuestro vocabulario actual. pron. pers.: Pronombre personal. m.: Nombre masculino. f.: Nombre femenino. m. y f.: Palabra válida tanto para masculino como para femenino. Por ejemplo, Charlatán: m. y f. Persona que se rodea de gente más aburrida que ella. v.: Verbo. Téngase en cuenta que en ocasiones es inventado. v. tr.: Verbo transitivo. adj.: Adjetivo.

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interj.: Interjección. adv. m.: Adverbio de modo. loc. adv.: Locución Adverbial. vulg.: Vulgar. expr: Expresión. Hombre (Con H mayúscula): En muchas oca-siones tiene el significado de ser humano, persona. Por ejemplo, Ocio: m. Trabajo en cadena que debe hacer el Hombre civilizado una vez que han fina-lizado las jornadas de su trabajo remunerado. (X): Los paréntesis en la definición indican la procedencia de la palabra, ya sea real o ficticia. Por ejemplo, Baboso m. (Del hermano pobre del caracol): Dicho del hombre que en el divorcio ha perdido la casa. A partir de ese momento, su ma-nera lastimosa de andar por la vida irá dejando huella. R Recaída.

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Agradecimiento: m. Sentimiento de gratitud para el que se necesita tener memoria, recordar y, por lo tanto, reposar la vida, dedicar un tiempo, un espa-cio, unas líneas para dar unos nombres, acercarse más a unos amigos, a los tuyos, a todos los que me han dejado que les escuchase un ratito. O les le-yese.

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A A: f. Letra del abecedario que utilizan los médicos para diagnosticar en sus primeras exploraciones. Es penoso que para especializarse en la onoma-topeya de una letra les hagan ir a la Universidad. Aberración: f. Desvío depravado y perverso que no coincide con el que nosotros cometemos sobre otras personas. R Bohemio. Abominables: f. Dicho del ejercicio físico –abdo-minales– que intenta hacer la persona obesa. R Foco. Aborto: m. Anticonceptivo que a última hora utilizan los olvidadizos. Absentista: m. y f. Persona hogareña. Aburrimiento: m. Estrategia y base de la econo-mía moderna que hace que la persona se lance a la calle con la misión de encontrar productos que no

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necesita. Pero también hay que reconocer que, gracias al aburrimiento, está proliferando la acción solidaria de cinco a ocho de la tarde, que es la forma más clásica de no hastiarse de uno mismo. Sin este concepto, la economía –tal cual la cono-cemos– no tendría suficientes clientes, y el dinero se aburriría. R Solidaridad (3ª acepción). A capella: f. En mi pueblo, voz que las madres emplean en las puertas de las casas para llamar a sus hijos. Accidente: m. Encuentro con un antiguo amigo del que desconocíamos sus éxitos. Acogida: f. Recibimiento que se hace a un torero. Los últimos manotazos de saludo son de corazón, y suelen dárselos en el quirófano. Acojonamiento: m. Momento en el que te sonríe una mujer bonita. Acto (de fe): m. Confianza que tiene un hombre cuando llama hijo al niño que corretea por su casa. Actor (de cine, televisión, teatro, ópera...): m. y f. Muñeco con memoria ilimitada que un produc-tor regala a un director para que éste lo vista, lo peine, le enseñe lo que tiene que decir, dónde se tiene que situar y cuándo se tiene que callar. Estos muñecos suelen venir con accesorios: casas, co-ches, calles y, en ocasiones, hasta con maquetas

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que parecen ciudades enteras. Es también normal que, en el mismo embalaje, venga una actriz, pues gusta a estos directores trasmitir sensación de orden social y felicidad. R Narrativa. Adán: m. Hombre que vivió con una costilla clavada en la espalda. Admiración: f. Envidia que se tiene hacia alguien a quien no se puede alcanzar. Adolescente: m. y f. Cliente bancario que exige tener la caja abierta a cualquier hora, y cuyos prés-tamos son siempre a fondo perdido. Adrenalina: f. En círculo de amigos, nombre de mujer. Adulterio: m. Cuando en una relación sexual de dos personas adultas, una de ellas impone alguna norma. Adviento: m. (De ¡Ad-viento!). Orden que la Iglesia da al cura para que haga ruido cuatro semanas antes de la llegada de la Navidad. Agresividad: f. Capacidad benévola que tiene el Hombre de responder violentamente sin la necesi-dad de matar. Ahogado: m. A quien finalmente no le sirvió de nada la dieta de adelgazamiento.

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Ahorcado (1): m. y f. Hombre obsesionado con el nudo de las corbatas. Ahorcado (2): m. y f. Hombre que al final se vuelve generoso, es decir, se estira. Ahumar: v. Dicho de algunos alimentos que se exponen al humo para que se conserven o tomen ciertos sabores. Durante los siglos de la Inqui-sición, éste fue el gusto de los comensales del Cielo, ya que se aficionaron a que las almas llega-sen ahumadas. R Kebab. Aire: m. Mezcla gaseosa que forma la atmósfera y que los Estados aún no han sido capaces de cobrarle a sus contribuyentes. Una fórmula que tradujera su consumo controlado a un impuesto sería la panacea de cualquier Gobierno. Según la Asociación de Economistas sin Fronteras (locali-zada en Cuba), la dificultad que están teniendo los técnicos, en la elaboración del ansiado proyecto, radica en condensar cantidades cuantificables de aire que faciliten la posterior recaudación; aunque –y citamos a la mencionada Asociación cubana– ya hay Estados que están cobrando el producto gaseoso a través de impuestos indirectos. Ajo (1): m. (Refranero: el dinero tenía que ser como los ajos, que al año se pudriese). El presente Diccionario propone este sistema económico como el más ventajoso para el Pueblo,

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ya que garantizaría la movilidad de las riquezas, pues su almacenamiento –ahora llamado ahorro– tendría una validez temporal mínima, a partir de la cual caducaría cualquier acopio. Ajo (2): m. El producto más torpe de la huerta: siempre repite. Alarma: f. Señal que nos avisa de que algo propio está en peligro porque alguien nos lo va a sustraer o agredir. Por esa intromisión en nuestras vidas, es una alarma la que nos despierta cada mañana. R Capitalismo. Alcohol: m. Líquido que permite perder parte de la conciencia social y dormir solo. Por esa pro-piedad de somnífero se vende también en far-macias. Alcohólico: m. y f. La persona que observa antes que nadie que los demás están metidos en un buen problema. Alhajas: f. Joyas que antes llevaban los pudientes y ahora exhiben los pobres, que también quieren mostrar sus conquistas. Las clases marginales en general y los inmigrantes en particular son exper-tos de este desfile. Alienación: f. Pérdida del carácter humano por culpa de presiones o formas de vida. Aunque el

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latín no lo confiese, este término deriva de ali-neación, es decir, ponerse en línea, en fila, uno tras otro, tal y como lo hacemos en las caravanas que nos sacan de la ciudad, o en las colas del cine, de un museo o de las agencias de viajes. En una pró-xima revisión del Diccionario quedarán incluidas las esperas –en cola– de las descargas infor-máticas. R Ocio. Alijo: m. Voz policial en el momento de detener al menor de una familia traficante: ¡al hijo! Alma: f. En algunas religiones y culturas, sus-tancia espiritual e inmortal de los seres humanos. Teniendo en cuenta que el alma cobra verdade-ramente protagonismo tras la muerte, es decir, que se alimenta y prospera gracias a los cadáveres, podemos afirmar que estamos ante una entidad carroñera. *Alopeicismo: Véase Calvinismo. Alucinación: f. Sensación de ofuscación perma-nente que tienen quienes se lo creen todo, y cuyo origen radica en haberse creído los alunizajes. R Lunático. Alzacuello: m. Venda propia del hombre ecle-siástico que, ceñida al cuello, impide que éste se lesione en alguno de los múltiples movimientos

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bruscos que debe hacer para mirar los escotes y las piernas de las confiadas mujeres. R Revisión. Alzheímer: m. Movimiento político que ha con-seguido que el mundo se quede anclado en un punto histórico: justamente en el momento en que la población quedó convencida de que había que vivir en la cultura y en el bienestar. Amante (1): m. y f. Peregrino inestable que olvida la realidad de la otra persona y que, lamentando la suya, ofrece continuamente el comienzo de una misma historia, a la que no es capaz de dar con-tinuidad. Así, el amante arrastra pasiones en sus primeros contactos y desgana a continuación, cuando ha agotado el espectáculo que acostumbra a lucir; porque el amante no descansa, siempre está acechando a alguna presa herida que pueda lle-varse a la proximidad de sus luces, y deslumbrarla. Pero cuando el repertorio de esa repetida historia muere, la presa queda desorientada y a oscuras; otra vez sola. Ya el amante ha huido hacia otra cacería, creyendo que esta vez su viciado espec-táculo tendrá continuidad. R Soltero. Amante (2): m. y f. Persona con la que nos acos-tamos sin que ella se entere. R Masturbación (2ª acepción). América: f. Tierra donde en demasiadas ocasiones se hizo el amor sin amor.

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Américo Vespucio: m. Navegante italiano que le dio nombre a América. Hasta hace cuatro días se pensaba que era el padre del continente americano gracias a su nombre pero, según estudios sexoló-gicos acerca de la parte final de su pene, se sos-pecha que debió ser padre, muchas veces, por su apellido. Amiga: f. Quien en los aseos de un bar le ofrece la vida a otra mujer amiga, y en la barra del mismo bar le intenta robar al marido. Amigo: m. Se considera amigo aquel a quien, en una hipotética conversación de cinco minutos con tu mujer, le sobrarían cuatro y medio para provo-car tu separación pero, sin embargo, en nadie co-mo en el amigo están mejor guardados tus se-cretos. Amor (1): m. Nombre común utilizado para de-limitar nuestras pertenencias más inestables, es decir, las que tienen capacidad propia para dejar de serlo. Amor (2): m. Sustancia tóxica que entra por los ojos. Amor (3): m. Ser vivo que nace, crece y va ago-nizando hasta su muerte natural. No obstante, se le ponen mil trabas a esta muerte y se hacen mil intentos para que siga entre nosotros: casa nueva, coches, regalos y más regalos y, por supuesto, ir

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por hijos. Todo con el propósito de que la vejez nos arrope con una manta pesada, y nos impida movernos del lecho que, desde hace tiempo, sólo sirve para dormir. R Televisión. Amor (propio): m. Único amor realmente exis-tente. Anestesia: f. Horario repleto de ocupaciones que cursa con pérdida progresiva de la sensibilidad y adormecimiento generalizado. Anhelo: m. Deseo de cambio que tiene el hombre. En concreto, el sueño de que su pene no sea un músculo incontrolable, sino una articulación ósea que se pudiera alargar y recoger a su antojo. Antipapa: siempre m. Lo que antes era un Papa no reconocido por la Iglesia –o, lo que es lo mis-mo, rechazado por sus hijos– es ahora, y siempre según la Consejería de Bienestar Social, un padre al que hay que retirarle los hijos. Año: m. Periodo de tiempo de 11 meses para un trabajador, y de 14 para un empresario. Apetito: m. Término refinado que utilizan quienes no se atreven a tener hambre. Apocalipsis: Véase Fin.

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*Apodonimia: f. Ciencia que estudia y cataloga los motes e insultos de las gentes. Esta ciencia, auxiliar de la historia, no se practicaba antes, cuan-do los apodos eran la forma con la que Princ.-palmente se conocían a las personas de los pue-blos, sino que se ha puesto de moda ahora, en los medios de comunicación y a partir de las cam-pañas electorales. Aranceles: m. Astucia aduanera de la reconver-sión industrial para sustituir a los contrabandistas. Arca (de Noé): f. Barcaza a la que siempre se suben los temerosos y los desconfiados, es decir, los que quieren ser inmortales. Sobre estas embar-caciones planean constantemente unas aves ne-gras: los buitres que venden seguros de vida. R Propiedad. Arpía: f. Instrumento musical amorfo de dos cuer-das, que pertenece a las orquestas de las esquinas, y que cuanto más bajo suena más daño hace. *Arquimedicia: f. (De Arquímedes). Trastorno que padecen quienes están obsesionados con hacer ahogadillas. Arruga: f. Belleza que precede al cadáver. Arte: m. 1. Virus que, convenientemente prepa-rado, se inocula continuamente a la persona para inmunizarla del pensamiento crítico que pudiera

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contener alguna obra que puntualmente cayera en sus manos. 2. Vacuna cerebral. Artista: m. y f. Quien entretiene en público a quien sabe aplaudir. Asesinato: m. Muerte no prevista en un hipo-condríaco. Asesor: m. y f. Llamado también aparcacoches, ya que su trabajo, no siendo necesario, dificulta y pone nervioso al usuario que, además, debe man-tenerlo. R Inspector (en Educación). Ateo: m. y f. Quien sólo cree en Dios en la inti-midad, y en caso de necesidad. Autobiografía: f. Venganza literaria que se hace contra antiguos amigos. Aúpa: interj. Palabra francesa que leemos como OPA y que viene a significar que, uno con mucho dinero compra lo que muchos no querían vender, porque uno, que era mayoría, puso en venta lo que era de todos. ¡Aúpa el dinero! Automedicación: f. Práctica que consiste en mas-turbarse muy a menudo con el propósito de ali-viarse de alguno de los muchos trastornos psico-sexuales que uno siempre padece.

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Autopsia: f. Ejemplo del dominio universal del psicoanálisis (su capacidad de contar lo oculto), que se ha extendido a los muertos. Aventura: f. Vivencia nueva y arriesgada. La aventura peligrosa por antonomasia es la que expe-rimentan los burgueses (gente con trabajo estable) cuando emprenden la búsqueda de un nuevo sitio para ir a comer el fin de semana. El lunes, en el letargo de la costumbre, no hay otro tema de con-versación más emocionante en la oficina. R Restaurante. Azafata: f. Camarera disfrazada de tripulación aérea. Azul: m. Color que Dios le dio a las cosas más grandes de su creación: al cielo –por supuesto–, al mar, y a la sangre de los reyes y descendientes. R Decepción.

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B B: f. Segundona del abecedario. Segunda viene de secundar, que es lo que mejor sabemos hacer. La B pronunciada repetidas veces da idea del animal al que representamos. R Alienación. *Babeamiento: m. Nombre específico que recibe el sudor de las manos cuando aplauden en un mitin electoral. Por extensión, todo aplauso que se da a una persona cuyo único merecimiento es su pre-sencia circunstancial. Babel: f. Nombre que los partidos nacionalistas han propuesto para España. Baboso: m. (Del hermano pobre del caracol). Dicho del hombre que en el divorcio ha perdido la casa. A partir de ese momento, su manera lasti-mosa de andar por la vida irá dejando huella. R Recaída. Badajoz: f. Ama de casa que vive tranquilamente afanada en ocupaciones cotidianas o en engala-

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narse para alguna fiesta. De modo que la puedes encontrar guapa o desaliñada, pero a Ella le da igual, pues nunca está pendiente de las visitas. Tiene claro que vive para sí misma, y será casua-lidad que la cojas arreglada o en bata. No se va a inmutar ni le va a pedir a ningún tribunal que le ponga una medalla política de las que hacen ganar turistas; pero, no obstante, ante tu inesperada visi-ta, siempre va a tener sus brazos hogareños abier-tos, porque no sabe rechazar. Ballet: m. Baile de lascivia pública al que acuden los señores y las señoras cansadas del sexo que habitualmente practican o practicaban, y que bus-can, a través de la trabajada sinuosidad de esta danza, excitarse y no ser descubiertos como obs-cenos. Bar: m. Su hembra es la Cafetería, mucho más coqueta. Todos conocemos el lugar perfecto en el que nos gustaría pasar el resto de nuestra vida, o sólo las vacaciones o un par de fines de semana al año. Para todos existe un lugar al que quisiéramos volver, aunque nunca hayamos estado en él con nuestros pies y nuestras manos, ni con nuestros besos ni nuestra desnudez amada. Un lugar que, aunque nos duela reconocerlo, es indiferente a nosotros, porque en él todo sigue igual con nues-tra ausencia o nuestra presencia imaginada. Y mientras tanto llega ese día salimos a las calles de

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nuestra ciudad, como si fuera un íntimo premio de consolación que nos ha tocado disfrutar, sabiendo que son otros los que gozan de nuestro verdadero deseo. El ruido de la música, la puerta que se abre, una joven que sale, y un hombre que se detiene y que finalmente pasa al interior. Nosotros detrás. He-mos entrado en el bar para olvidarnos de nuestra vida fingida, la que nos ha arrastrado hasta aquí, tristes por casi todo. Es posible, sin embargo, que sólo sea un alto en el camino para hacer memoria o un recuento del resultado que llevamos hasta ahora, un balance de los golpes dados y de los encajados y sufridos y de los que no nos hemos levantado aún. Por eso hacemos memoria de ellos en el bar, mientras bebemos o bailamos. Pero la memoria de la tragedia personal requiere un mártir y duradero esfuerzo que tampoco sopor-tamos, y entonces levantamos con apremio la mirada del vaso medio vacío y de la barra con pocas luces y, mientras aspiramos renovados el incienso, ya buscamos a alguien que se haga cargo de nuestra soledad o al menos la aplace o la mitigue. Queremos sentir otros ojos, borrachos como los nuestros, que incluso tengan un lugar en este mundo y que aún quieran regresar o volver sin haber ido. Y oteamos impacientes para en-contrar esa complicidad, con reservas porque, si acaso existe y aparece, no se revela fácilmente, porque nadie en el fondo quiere ser tan des-

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graciado, o por lo menos no tanto, como otros que, claramente, se ve que piden auxilio. Y así nos conformamos, de momento. Por lo menos hemos sentido la caricia y nos la hemos imaginado, y hasta es posible que esa caricia nueva y des-conocida, pero ya recordada, la llevemos a nues-tro lugar favorito del mundo. Pero lo cierto es que nadie nos miraba o miraba a todos por igual, y nos hemos quedado con el incienso en la nariz, y aprovechamos la cabeza alzada para hacer una señal con nuestro vaso al camarero, que da un golpecito de fastidio, pero echa de inmediato una sonrisa comercial para reparar el daño. –Otro Martini. Con Coca-Cola. Es el momento de conformarse nuevamente por estar allí, sentado en el taburete, sintiendo el ruido y la anónima compañía para quienes aparen-temente no existimos, no estamos, no hemos ido: es un pacto, nosotros fingimos no verlos (nece-sitados), y ellos no nos ven. Es un trato silencioso y no hablado y dañino que se ha ido forjando en nuestra ausencia y se completa en nuestra pre-sencia. Un trato firmado y respetado, ocasio-nalmente violado. Se trata por lo tanto de una terapia colectiva que nace desde la enfermedad heredada y consentida, una terapia corrosiva que sólo nos reúne para presenciar nuestra muerte ya anunciada, una fosa común de la que es muy difícil salir. La piedra que la cubre es enorme y la inscripción que la anuncia es intachable.

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No faltan los momentos de tertulia. El mundo encuentra en ellas la salvación, todo lo que habría que hacer (por otros) y no se hace, aquí se expone. Se habla por turnos apenas respetados y los pro-tagonistas rozan íntimamente una experiencia artística, claro está, sin continuidad alguna fuera del bar. Ésa es precisamente la intención y el fin, es decir, hablar para ser interrumpido: pues no hay intención alguna de reflexionar sobre la temática, sólo de tocarla, de entretenerse. Nada como ser interrumpido para no decir lo que no se sabe, sobre lo que apenas se ha pensado o sobre lo que se ha pensado demasiado sin avance al-guno. Y se piden más copas y se fuma. El apacible hecho del vicio por el vicio nos sujeta también a la barra o a la mesa empenumbrada. Y se baila con la mú-sica universal que se hizo paradójicamente para conmovernos uno a uno, como una macabra broma de la industria. Pero a estos últimos no se les exige tanto o, al menos no se les pide que hablen. Se les conoce y hacen falta. No importa que los objetivos sean distintos, los necesitamos por si no aparece nadie que quiera hablar o mi-rar: “Están a mi lado, no vengo solo”. Tampoco faltan los que han cambiado de peinado o de pendientes, o los que estrenan un traje o unos zapatos que exhiben como andados. Se acercan al bar a comprobar las reacciones, a afirmar o desmentir las conjeturas que les dio el espejo. A confirmarse o a negarse. ¿Y qué me dicen de los

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que entran apresurados? No se preocupen, los he observado muy detenidamente, miles de veces. Jamás tienen prisas, si acaso por entrar. Pre-tenden esquivar la calle y lo que ella arrastra, sujetarse a una de sus orillas y regresar cuanto más tarde mejor, cuando la corriente apenas ten-ga fuerza y la oscuridad no le deje ver a los otros, encerrados ya en sus edificios residenciales, que son como la misma casa muchas veces repetida. Y he podido ver a algunos en los momentos antes del suicidio, previos a tomar una decisión que estimaban importante o en el mismo momento en que la tomaban. Callados ante su copa, reco-brando o ensayando fuerzas. Pero un chiste soso de otra mesa o una invitación inesperada les ha puesto sobre la pista de la vida y por un día han retardado las primitivas intenciones: “no me mato”, o “no acepto ese trabajo” o “no me caso”. He oído a muchos decir que lo que buscan es olvidar las ruinas de la vida, desconectarse del ruido del trabajo, de las presiones del día. Van a ponerle buena cara al mal tiempo. Pero yo sé que van al teatro después del teatro, porque es imposible aparecer de pronto en un sitio sin re-cordar los miedos que le llevaron a él. Sólo se nace una vez y, aunque te dejes secuestrar por las pasiones inventadas, nadie engaña al despertador de la rutina. Se podría afirmar, entonces, que somos una co-lección de fracasados expuesta a los ciudadanos. Y es ésa precisamente la salvación posible o la única: que otro ciudadano, no infectado o menos

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afectado, o con carencia de síntomas, se acerque al bar y vea los diferentes cuadros. Se siente en medio de ellos y se deje captar por alguna de las infinitas expresiones que en ella se dan. Entonces, se levanta de nuevo el vaso y se llena, porque aparece la necesidad o, al menos, la posibilidad de la conquista (el nuevo ciudadano), que vamos a llevar a nuestro secreto lugar del mundo. El nuevo ciudadano pide su copa, observa, se acerca y ríe; se denota su insultante salud. Coquetea con los enfermos sin ningún riesgo, y hasta puede leer el periódico sin levantar la vista. Es muy posible que entienda perfectamente el editorial; en tal caso, ¿no estamos todos seguros de que algún día –no muy lejano–, si se sigue creyendo lo que pone en los papeles, será un asiduo cliente de este bar? Ha pedido un Martini Blanco. Así empecé yo. Y uno se va a casa con la cabeza llena de luces, los oídos atascados por una grillera loca y el aliento desconocido. La cama es una balsa a la deriva donde cuesta mantener el equilibrio pero, a pesar de tanto desconcierto, vuelven, como una vieja venganza, los miedos; y uno siente que va a estar con ellos mucho tiempo y que ya no queda más remedio que vivir como sea, porque vivir se ha convertido en un deber y no en un premio. La vida está llena de verdades tremendas que le parecen ridículas a quienes no las sufren: son las angustias secretas del corazón. Pero hay ocasio-nes en que a uno, antes de que el sueño lo arrastre al fondo, le viene un pensamiento hermoso, encoge

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las piernas, se acurruca sobre sí mismo y disfruta de la calidez de las sábanas: –Mañana volverá a salir el sol y yo estaré despierto –ése fue mi lindo sopor. Barbuda (mujer): adj. Espectáculo de circo al que acude el padre con sus hijos varones, para que éstos no se asusten ni se sorprendan de lo que les espera cuando se casen. Barrabás: m. Primer caso en que se demostró que, en efecto, Jesús vino a la Tierra a dar la vida por otros Hombres. Bautismo: m. Carné de socio por el que una per-sona ingresa, involuntariamente y por primera vez en su vida, en un club privado. *Beethovenear: v. (De Beethoven –prodigio musical a pesar de la sordera). Acción consistente en no escuchar a un hijo cuando es pequeño, y quejarse luego de que se le habla a las paredes cuando es adolescente. R Fracaso (escolar). Biberón: m. Cada uno de los senos de una mujer después de dar a luz. Biblia: f. Manual de ventas. Bien: m. Resumen huidizo y prepotente que se da como respuesta cuando alguien nos pregunta cómo estamos.

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Bienaventuranzas: f. Discurso dado por Jesús a sus discípulos, y que el capitalismo ha hecho suyo para explotar sin resistencia al proletariado. A modo de ejemplo, algunas de las consignas de los grandes grupos empresariales:

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos y ellas serán consolados. ...R Alarma. Billete (dinero): m. Documento que siempre va provisto de la fotografía de su poseedor. *Billetear: v. Acción en la que se presume de algo a pesar de no poseer cualidades para ello, pero sabiendo que el dinero ajeno te avala.

Ejemplo de uso:

El presidente electo, a pesar de ser mudo, subió a la tribuna, abrió el micrófono y billeteó ante los senadores. Luego chascó los dedos para que todos pasaran al salón donde se iba a dar la cena.

De no haber sido también sordo, hubiese escuchado los aplausos.

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Bipolar: adj. 1. Persona divertida y simpática que frecuentemente se arrepiente de tanta felicidad. 2. Persona a quien le gustan los debates inter-minables. 3. Persona con avaricia para los helados. Bisexual: m. y f. Persona que entiende sin difi-cultad el doble sentido de las cosas. Bohemio: m. y f. Persona a la cual descalificamos porque se permite una vida fuera de nuestro al-cance. En definitiva, un insulto que revela li-mitaciones propias. R Enemigo. Bolsillo: m. La palabra más usada en las ne-gociaciones de los concejales de urbanismo con los constructores. Se sabe, no obstante, que en su vida íntima, tienen dificultades para usar este accesorio de la vestimenta, ya que la mayor parte del tiempo mantienen los pantalones bajados. R Concejal (de Urbanismo). Borracho: m. y f. Única persona que no teme la pérdida de control, porque sabe que tras ese des-cuido hay otra persona ajena a ella misma, a la que no importa entregarse. Las justificaciones para emborracharse son dos: temor a mostrar debili-dades propias que avergüenzan, y descubrir ciertas dosis de socialización que se interpretan como domesticación. La salida entonces es una protesta irrevocable: beber. Reconocemos que el borracho no goza de buena reputación, pero eso es pre-

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cisamente lo que le anima a seguir bebiendo, a alternar con otros borrachos, a reírse de la so-briedad, de la solemnidad, a tambalearse y hacer tambalear el orden, a mirar y no ver, a mirar y ver doble, a ver más allá del ordenamiento, a cabecear sobre él. A vomitar. El borracho canta, baila o se queda sentado, pero ya está tranquilo: no le im-porta hacer reír (la risa irónica que le lanzan los muertos de la fiesta) o hacer llorar (las falsas lágrimas de los que ya no sienten). También sa-bemos que es envidiado por quienes han des-cubierto la influencia liberadora de la bebida pero, lejos de beber, se adhieren, como lapas sociales, a las mezclas sin alcohol, a invenciones de las que se enamoran por una tarde, o a una familia a la que molestan con severas normas de convivencia. Bragas: f. Prenda de vestir femenina que nunca satisface tanto a su poseedora como cuando las ve tiradas por el suelo. Bruja: f. Mujer que no escucha y sale por pe-teneras; antiguamente lo hacía volando con el palo de una escoba, pero en nuestros días se queda en casa dando voces, con la escoba en la mano. Brujo: m. Hombre que nunca estuvo a las alturas de su mujer. Budistas (tibetanos): m. Calvos radicales que esperan pacientemente una solución a su alopecia. R Calvinismo.

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Bula: f. Palabra a la que se le suprimió –se le comió– la r intermedia para que el pueblo no se soliviantase. Recordemos que bula proviene del latín bulla, y esto lo sabe la gente. R Gula. Burro: m. Animal de compañía al que las mu-chachas llaman novio. En principio se le ve como a un caballo y se le saca de paseo, la gente lo ve y parece que gusta. Sólo en la intimidad de los días vemos su verdadera raza pomposa, aunque el pueblo siga pensando que es un purasangre. R Impresionar.

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C C: f. Si una circunferencia es darle la vuelta siempre a lo mismo, y la C es la mitad de ese rollo, se puede afirmar que estamos ante un monólogo interrumpido, es decir, ante el hemiciclo del Con-greso de los Diputados. R *Apodonimia. Cabezón: m. y f. Testarudez no reconocida por los poetas, que prefirieron definirla como un tropiezo repetido con la misma piedra. Cabreo: m. Momento en el que te das cuenta que la tripa no te deja ver el pene. Calentamiento (del Planeta): m. Principio ego-céntrico del Hombre actual que le lleva a creer que su acción sobre la Tierra es suficiente para pro-vocarle calenturas graves, descartando sin más la enorme influencia cósmica que hay a su alrede-dor. Sin duda, lanzar este mensaje es un retroceso a los tiempos de Copérnico, cuando la Tierra y el Hom-bre eran el centro del Universo. R Sol.

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Calvinismo: m. (También denominado *Alo-peicismo). Rama del protestantismo muy estén-dida entre los budistas del Tibet. Cama: f. Mueble con una fama aventurera in-merecida, pues nunca deja de tener el uso que se le dio en las primeras edades: descanso y rezo. Si acaso, el descanso se hace más dificultoso y el rezo se concentra en Pedir que el acompañante se duerma sin acariciarnos demasiado, no vaya a ser que tengamos que trabajar en el amor. R Amor (3ª acepción). Campanadas: f. Ruidosa voz cristiana que tra-baja el inconsciente de los Pueblos dando pun-tuales avisos de la vigilancia de Dios –“estoy aquí, te veo y, por lo tanto, te vigilo: no seas malo”–. Con su escándalo, nadie debe dormirse o, mejor, nadie puede despertarse. Lo extraño es que las autoridades no se atrevan a denunciar estas sacu-didas metálicas, pues el ruido que emiten es más dañino (en decibelios y sobre todo en deshoras) que el de los bares, y sus resacas resultan, a la postre, insalvables. Campo (1): m. Donde antiguamente, y en opo-sición al mar, el Hombre se agachaba para cultivar y ahora se agacha para asar sardinas. R Cosecha.

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Campo: (2) m. Terreno de cultivo donde las plantas más productivas son las que crecen gracias a un abono llamado expropiación. Concejal (de Urbanismo). Canaán: f. Lugar de peregrinaje de los borrachos. Canes: m. Premio cinematográfico internacional que se le da a los perros más disciplinados. Canguro: m. y f. Animal que siempre se ha caracterizado por llevar una bolsa, que antes era original de Australia y que ahora viene de *Cristo-américa. Canonizar: v. Campaña publicitaria que se hace para vender estampas de algún viejo. Capitalismo: m. Personalidad de los Estados consistente en recuperar la maldición bíblica de hacer trabajar al primer mundo más allá de lo que necesita, con la promesa eterna de conseguir una vida mejor. R Pobre. *Caprichosidad: f. Junto con la casualidad, cien-cia en base a la cual se toman las decisiones que controlan la vida de las personas. Cárcel: f. Arcón social donde se almacenan y despachan asuntos pendientes de resolver. R Trabajador social.

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Caries: f. Nombre técnico que la Seguridad Na-cional da a la población negra que entra en el país. Popularmente se les llama picadura. R Peste. Cariño: m. 1. Lo que le dice el marido a su mujer cuando viene del prostíbulo. 2. Lo que le dice la mujer a su marido cuando ha abusado de la tarjeta de crédito. Caspa: f. Colesterol del cabello, a pesar de su delgadez. Castidad: f. Véase Mentira. Castrado: m. Hombre al que se le han cortado las capacidades que lo definen. Especialmente si re-side en Cuba. Casualidad: f. Única razón científica por la cual suceden las cosas. La intencionalidad es una razón de orden menor, y en todo caso, supletoria a la casualidad. Catástrofe: f. (De catastro –pago por una vi-vienda–, y fe –cosa enviada por Dios). De tal forma que debemos resignarnos ante la desgracia de perder la casa, porque es un envío de Dios. Además, y si somos justos, daremos gracias por-que durante un tiempo estaremos mejor, pues dejaremos de pagar la contribución con la que nos castigaba el Ayuntamiento. R Diluvio (universal).

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Catedrático: m. y f. Persona que no ha tenido ni tiempo ni facultades para aprender otra cosa que no hayan sido los programas oficiales del Estado, a Quien nunca dejará de servir. Caverna (de Platón): f. Lugar donde se produjo el primer expediente-X: en la oscuridad apare-cieron sombras. Cementerio: m. Barrio de las afueras donde la gente está más cerca del Reino, o al menos de la monarquía. El síntoma más delatador de esta rea-lidad es el número de coronas que se ven. R Rey. Censor: m. y f. Hombre que en otros tiempos vigilaba el correcto cumplimiento del orden. Pero se censuró tanto este papel, que fueron eliminados, quedando sus funciones a cargo de cada uno de los ciudadanos que, con su ojo avizor, no dejan pasar una. Cerdo: m. Animal del que todo el mundo le gusta hablar bien, aunque sea con la boca llena y no le conozcan ni le hayan visto en vida. Cervantes: m. Poeta fracasado que se pasó a la novela para buscar notoriedad. La encontró con merecimiento. R Quijote. Científicamente: adv. m. Palabra vacía que utili-zan los periodistas para argumentar sus noticias de carácter social. R Verdad.

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Ciénaga: f. Corte de anuncios publicitarios en el cual el telespectador tantea con los pies, pero en poco tiempo el lodo blando le cubre y le hace parte de su depósito. Lo sorprendente es ver cómo a pe-sar de que el individuo se ahoga, respira con na-turalidad y alegría. Cine (1): Véase Narrativa. Cine (2): m. Proyecciones cinematográficas que se exhiben en salas cerradas donde un grupo de per-sonas, a oscuras, se incrusta en sus butacas sin dirigirse la palabra ni la mirada, porque sólo desea que la película de turno le despierte sus emociones humanas. Cirrosis: f. 1. Enfermedad de los valientes. 2. Véase Miedo. Cirugía: f. Derrota de la ciencia médica y triunfo de los delincuentes. Cirujano: m. Navajero torpe y sin recursos, pues necesitó acudir a la Universidad para obtener li-cencia para matar. Era capaz de saber lo que tenía un enfermo sólo por su aspecto, y cada vez desconfiaba más de los medicamentos de patente y veía con alarma la vulgaridad de la cirugía. Decía: “El bisturí es la prueba mayor del fracaso de la medicina”.

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García Márquez en “El amor en los tiempos del cólera”, hablando del doctor Juvenal Urbino. Cita: f. Repetición de las palabras que otra per-sona dijo. De ahí que el encuentro que un hombre tiene con una mujer a la que pretende enamorar, también se llame cita. Clima: m. Condiciones atmosféricas y tempe-ratura que caracterizan un lugar determinado, y que en España tiene dos procedencias funda-mentales: el fresco –asociado a la salud– que viene de Europa, y el calor sofocante –vinculado a la penuria– que viene de África. Coincidencia: f. Analogía entre dos cosas, en concreto la existente entre el acto amoroso y el teatro, pues en ambos se comienza y se finaliza con la subida y la bajada del telón.

Cojo: m. Hombre que tiene una pierna más larga que las otras dos. Colón: Iniciador de las matanzas en *Cristo-américa, por las cuales la moral del español con-temporáneo se ha visto dañada, viéndose obligado a limpiar la sangre incrustada en su conciencia dándole el nombre de Colón a uno de sus prin-cipales detergentes. *Colonear: v. (De origen incierto, probablemente de Colón-descubridor por casualidad). Dicho de

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una persona que sale de casa con un destino determinado y las circunstancias lo llevan a otro. El que colonea desconoce el Nuevo lugar, y es algo que suele ocurrir en las comunidades cien-tíficas y entre los que se inician al alcohol. Color: m. Para los periodistas progresistas, sinó-nimo de negro. Una emisora de radio lo dijo:

–En el sprint final ganó el atleta de color. Seguramente, andan enredados en estos tabúes, porque sus locutores nunca leyeron al desen-fadado Mihura (En Tres sombreros de copa): DIONISIO. ¿Y hace mucho tiempo que es usted negro? BUBI. No sé. Yo siempre me he visto así en la luna de los espejitos... DIONISIO. ¡Vaya por Dios!¡Cuando viene una desgracia nunca viene sola! ¿Y de qué se quedó usted así? ¿De alguna caída? BUBI. Debió ser eso, señor... DIONISIO. ¿De una bicicleta? Comparación: f. Forma aparentemente culta de insultar. El albañil es al radiólogo lo que el traumatólogo al Rey: los primeros hacen las placas, y los segundos las descubren.

R Escayolista.

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Comunión (Primera): f. Sacramento cristiano, parecido a una boda, que aún no se permite ce-lebrar ni en los Ayuntamientos ni en los Juzgados. Comunistas: m. Quienes se oponían a la Iglesia porque ésta les robaba los clientes. Los ideales de revolución, la lucha de clases y otras metafísicas son los anzuelos proselitistas de ambos grupos. Su enemistad, pues, radica en su semejanza o, mejor dicho, en que sus potenciales clientes son los mis-mos. Concejal (de Urbanismo): m. Constructor que ha cambiado de despacho para ahorrarse la luz y la secretaria. Conciencia: f. En el sentido etimológico: estar con la ciencia, cooperar con ella, es decir, la voluntad de una persona en percibir la realidad lo más completa posible, para lo cual utiliza los cono-cimientos (del objeto en cuestión) que tiene a su alcance. El problema radica cuando el exceso de conciencia (de percibir gran cantidad de realidad) hace que la gente tenga miedo a cometer errores y se mantenga al margen del riesgo, pues la con-ciencia en definitiva es un arma más de la apa-riencia. Concurso: m. Simplificación del dicho popular: “Eso son habichuelas contadas”. El siguiente relato aporta algo más.

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Cuando salieron las primeras sospechas de que el concurso de pintura convocado por el Ayuntamiento de la ciudad estaba amañado, el propio alcalde dictó una orden para que el jurado que debía fallar el premio no tuviese la mínima posibilidad de favorecer a ningún artista. Ahora y como novedad, los cuadros irían sin firmar.

Era la quinta edición del certamen, y las anteriores las había ganado Despacio, un co-nocido pintor bien relacionado con el mundillo político regional y local, pues sus ganas de salir del anonimato le habían llevado a no dejar en paz a un solo funcionario de relieve, y sus re-galos de todo tipo estaban en las mejores casas. Por eso, hasta el alcalde se sorprendió de la firmeza de sus propias directrices, ya que en su salón colgaba un enorme bodegón muerto con la firma del ya cotizado Despacio.

Pero, cuando los seis miembros del jurado fueron recorriendo la galería municipal donde se exponían todos los cuadros aspirantes al premio, no tuvieron duda en su voto:

—Éste es el mejor —fallaron por unanimidad. Volvió a ganar Despacio, aunque en esta ocasión nadie tenía de antemano la mínima referencia de la obra que presentó: un óleo sobre lienzo titulado autorretrato. Conejo: m. Único animal de monte que huele a pescado.

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Confesión: f. Declaración de pecados que la mujer mala hacía ante un hombre que se escondía tras una celosía, y que ha inspirado la práctica de las líneas de los teléfonos eróticos. Confesionario (1): m. Teatro donde, a modo de confidencia, se despiertan las fantasías, y la gente sencilla cuenta lo que quisiera haber vivido. Pero ocurre que, en los momentos de silencio, surgen las fantasías del presente, hasta que uno de los dos implicados carraspea, y la feligresa sale corriendo. Confesionario (2): m. Terraza de bar donde sien-pre paga la persona que más habla. Consentimiento: m. Aguante estoico que tiene el hombre cuando su mujer va a ser revisada por el ginecólogo. Contrastar: v. tr. Artimaña científica con la que se disculpa el plagio. Controversia: f. Disputa encarnizada entre dos personas que en realidad quisieran amarse. Convalecencia: f. Tiempo que tarda el divorciado en echarse una novia. Convento: m. Casa silenciosa en la cual habita un grupo de madres solteras.

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Conversación (de besugo): f. Habla sin co-herencia lógica que se da entre dos o más personas que han sufrido ya demasiado como para pro-fundizar en el tema que ahora les une. R Faquir. Coño (1): m. Término vulgar que no va a ser totalmente definido en este Diccionario, pues hay otras palabras para designar lo que el hombre con-sidera el motor del mundo. Un hombre no se mueve sin motor. R *Obsexo. Coño (2): m. vulg. Única almeja que se queja si la rocías con limón. Corbata: f. Lengua con la que los hombres mo-dernos lamen la entrepierna de sus jefes. R Ahorcado (1ª acepción). Cordón (umbilical): m. Conducto por el cual se nutre el feto hasta el momento del nacimiento, y que sirve después para atar corto al padre de la criatura. Corona: f. Símbolo que sólo utilizan los reyes modernos que, habiendo dejado la espada, han entrado en una decadencia mortal; motivo por el cual esta simbología –llena de flores– se ha tras-ladado a los cementerios. R Cementerio. Correos: m. Edificio desaparecido donde anti-guamente se recibía y entregaba la correspon-dencia, que solían ser cartas que las gentes se

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enviaban unas a otras... Perdonen, pensé que es-taba escribiendo el Diccionario del Futuro. Correr: v. vulg. Acción que el hombre realiza con las piernas... con cualquiera de las tres. Corrida (de toros): m. Juego en el que se en-frentan dos equipos y siempre vence el mismo con idéntico resultado: 6-0. Pero si el equipo perdedor (que suele vestir de negro) hace un solo tanto, se convierte en noticia nacional y, si el tanto es de-finitivo, pasa a la historia. Por ejemplo: –Manolete murió por la cornada de Islero, un Miura. Corsarios: m. Quienes, en nombre de los artistas, hacen piratería con permiso del Gobierno, es decir, quienes cobran impuestos oficiales a los ciuda-danos cuando éstos hacen uso de determinadas obras (música, películas, libros...); o dicho de otra forma, quienes sin crear nada tienen sobre el arte la patente de corso. Cortesía: m. Comportamiento de los mal edu-cados cuando no saben qué hacer o qué decir. En muchos casos es una forma de vida. Cosa: f. Palabra filosófica con la que se puede nombrar todo lo existente y lo ilusorio, siempre y cuando se señale antes con el dedo; por ello los

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titulados universitarios la utilizan frecuentemente cada vez que desconocen la palabra exacta. R Sinónimo. Cosecha: f. Ocupación que antiguamente consistía en recoger los frutos de la tierra, y que en la ac-tualidad se usa como pretexto para organizar una de las muchas fiestas que se celebran en el pueblo. La cosecha de hoy es recopilar tradiciones que a nadie le importan y festejarlas con alcohol. Costumbre: f. Tradición supersticiosa que nos lleva a repetir hábitos. La costumbre se alimenta del miedo, el miedo de la falta de seguridad, y ésta de no saber qué hacer con la vida; por lo tanto, la costumbre, ya sea personal o grupal (como fiestas populares), se ejecuta según el grado de vacío que tenga un individuo o un Pueblo. Recordemos (Cosecha) que en la actualidad, a niveles locales, se intenta recuperar –como si fueran símbolos culturales– un sinfín de tradiciones ancestrales, de fiestas que se habían olvidado, o de exposiciones que enseñan lo que se dejó de usar. Cotidianidad: f. Lo más profundo que puede llegar a vivir el Ser Humano. Se trata de resistir (el día a día), de vivir en la superficie de los hechos. Las posibilidades son varias. Primera: la persona la vive desde el tedio y, por lo tanto, buscará acon-tecimientos esporádicos y relevantes que suplan lo habitual. El resultado en todo caso es más tedio.

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Segunda: la persona descubre que no hay nada especial que vivir, y subsiste en su cotidianidad sin esperar nada especial (que ya no busca), ni explora planteamientos ajenos a su aburrimiento. Tercera: la persona sabe que lo único duradero es la viven-cia diaria. Entonces le extrae el máximo provecho a lo habitual, ya que detesta el hastío tanto como lo extraordinario, y vive lo cotidiano con contento y sin planteamiento alguno. *Cristoamérica: Véase América. Cruz: f. Patíbulo de maderos donde uno acude cuando las cosas no salen bien, con la intención de quitarse la responsabilidad de sus errores y pensar en la influencia del Destino. Entonces, en la boca se dibuja la palabra resignación. Cuba: f. Isla *cristoamericana que el capitalismo utiliza como bandera para que todos vean cuál es el castigo que recibirán los que no sigan al pie de la letra su sistema. Cuerno: m. Protuberancia que aparece conjunta, simétrica y clónicamente acompañada en la parte frontal del ser humano. Su emisión es el resultado del encuentro fortuito con otro ser y, aunque su presencia es observada en un momento deter-minado, su gestación y nacimiento tienen un largo proceso conocido desde el principio por cada uno de los implicados. El cuerno surge de la reminis-

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cencia polígama que la socialización ha ido ador-meciendo. Los cuernos más perversos son aquellos que no ven la luz y crecen hacia el interior, rom-piendo instancias cerebrales y repercutiendo en un sinfín de acciones cotidianas que impulsan a sus dueños a la mendicidad o a la compra del afecto a precios desorbitados. R Toro. Cueva: f. Sexo de una montaña. No hay que decir que la flora de alrededor es un reflejo palpable de la situación en la que se encuentra la montaña. Por ejemplo: si los alrededores son negros, sabemos que ya ha tenido tiempo de quemarse y, si son blancos, es posible que esté fría. Cultura: f. Muestra pública del más alto refi-namiento de la moda. La cultura se adquiere únicamente para ser mostrada; un náufrago, sin embargo, sólo aprende lo útil, otra cosa no tiene sentido: no se empecina en aprender aquello de lo que no va a sacar tajada. Estamos, pues, ante un progreso colectivo que evoluciona según la apro-bación de la masa. Las preguntas pueden multi-plicarse, pues: ¿hasta dónde soy individuo? O mejor, ¿hasta donde soy? O mejor aún, ¿soy? O si lo prefieren, abrimos otra línea: ¿qué clase de individuo soy?, ¿soy individuo?, ¿cuánto de mí es de los demás?, ¿cuánto pertenece a mí?, ¿me queda algo propio? Y para terminar: ¿qué me importa todo esto?, ¿no es verdad que sin los demás no sería nadie, nadie me reconocería?, ¿por

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qué pensar en todo esto mientras los demás no me lo exigen? Cupido: m. El día 14 de febrero, el Robin Hood de los grandes almacenes. Ya lo sé: éste roba a los pobres y se lo da a los ricos; pero el mercado no entra en estos detalles, lo importante es que el amor sea productivo. Cura (1): m. Lo que en las parroquias pijas llaman sacerdote. Hombre con votos al que nunca se ha convocado a urnas para hacerle opinar sobre los programas que lleva a cabo. Ése es el motivo por el que a veces, sobre la marcha, cambia el sentido de su elección. Sin ir más lejos, su voto de castidad lo camufla rodeándose de serviles mujeres. R Voto (de castidad). Cura (2): m. Molusco cefalópodo de cuerpo alar-gado, con diez tentáculos provistos de ventosas, dos de ellos más largos que el resto, con los que abraza a las víctimas que luego devora. No se asusten, estamos ante un animal pequeño, por lo que caza desde un lugar con nombre diminutivo: pulpito.

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CH Ch: f. Letra imprescindible para acudir a un congreso sindical, pues sin ella no se puede decir chacho. Chaqueta: f. Prenda de vestir que usan la mayoría de los presidiarios que viven fuera de las cárceles. Charlatán: m. y f. Persona que se rodea de gente más aburrida que ella. Chat: m. Medio que te permite ligar bajo dos condiciones que el Hombre ha deseado siempre:

1. Suplantar personalidades y 2. Ahorrarse las copas.

R *Onlight. Chatear: v. Salir de bar en bar a tomar chatos de vino hasta dejar de ver al que tienes al lado; o escribir mensajes a través de un chat a alguien que no ves, porque hace tiempo que dejaste de ver a quienes tenías al lado.

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Chino: m. y f. Persona inmortal y de palabras exactas que habita en restaurantes. Chiste: m. Dícese de la terapia urgente, utilizada para combatir el aburrimiento en situaciones gru-pales, cuando falta la imaginación y escasea la inteligencia, consistente en la expulsión y expo-sición de prejuicios propios implicando a desco-nocidos. Típicos en comidas de empresa.

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D D: f. Primera letra del abecedario católico: Dios es el comienzo de todas las cosas. Decepción (real): f. Desengaño de una Infanta cuando, alrededor de los 12 años, observa que la mancha de su primera compresa no es azul. Decreto: m. (De decretum, es decir, por las buenas o por las malas). Único medio que el Gobierno sabe utilizar para educar al Pueblo. Deficiente (1): m. Estado incestuoso en el que ha quedado el Mundo por el capricho que tuvo al-guien de que todos fuéramos Hermanos e Hijos de un mismo Padre. Deficiente (2): m. Persona dominada por la ética, es decir, que no tiene en cuenta las opiniones ajenas. R Mendigo (2ª acepción). Demagogia: f. Discurso repetitivo en el que no hay respuesta de los oyentes, que asumen hala-

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gados cuanto se les dice. Es evidente que el tér-mino se refiere a la celebración de la Eucaristía. Democracia (1): f. Sistema económico que ase-gura que las lindes que separan las diferentes cla-ses sociales no se junten. Democracia (2): f. Eufemismo de oligarquía. Democracia (3): f. Coartada consentida con la que alguien, caprichosamente, hace o dice aquello que satisface sus intereses. Es muy usual que esa persona utilice la mayoría de un grupo para llevar a cabo su plan, o simplemente para legitimarlo. Perdonen que ahora recuerde las siguientes pa-labras de Valéry: todo el que defiende una tesis, se defiende a sí mismo, porque es lo más sincero que se puede decir de un político. Depresión: f. 1. Atontecimiento triste que tiene una persona por pensar siempre en lo mismo. 2. En geología: concavidad de un terreno llano, y alti-bajos en uno montañoso, es decir, subidas y ba-jadas naturales ante las que nadie se escandaliza ni se entristece. Se suben y se bajan, y punto; así es el terreno de la vida. R Psicología. Derechos (1): m. Normas que implican el deber permanente de los no beneficiarios.

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Derechos (2): m. Principal argumento con que los aspirantes a gobernar arrastran a los ciudadanos, aunque sepan que luego tendrán que imponerles leyes estrictas que les hagan cumplir unos deberes mínimos. Desacato: m. Delito que se comete cuando, por error del sistema o por negligencia de algún fun-cionario, las leyes se aplican contra alguna persona poderosa. R Leyes. Desahogar: v. Intervención psicológica que se hace en la piscinas pijas con las personas que han tragado un poco de agua. Los terapeutas suelen ser jóvenes y musculosos. Desairado: m. y f. Persona recién peída. Se apro-vecha el mismo término para designar a la persona que acaba de eructar. Desalmado: m. y f. Nombre con el que la policía llama al desgraciado que va a detener cuando éste va sin armas, y seguramente sin abogado. Para los delincuentes de entidad se buscan nombres dis-tinguidos: revolucionario, cleptómano, terrorista, subversivo, extremista, fanático, exaltado, violen-to, guerrillero, falsificador, corrupto o cabecilla son algunos. Descanso: m. Término que emplean los funciona-rios cuando se despiden de su jornada laboral –

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¡que descanses!– y que nunca utilizan quienes realmente trabajan pues saben que, si no descan-san, se mueren. Desear: v. Aspirar a aquello que no se tiene. ¿Có-mo entonces se puede desear la pareja propia si ya la hemos poseído? El deseo, según el secretario general de los prostíbulos de la Unión Europea, está fuera de casa. No hay más remedio –añadió– que abrir las fronteras a los países del Este. El plato de amor conyugal se enfría pronto. (Allan Ramsay). R Hambre (2ª acepción). Desguace: m. —¿Cómo anda el mercado de segunda mano? —Bien, mujer, bien. Se hace lo que se puede. Ya sabes cómo funciona esto. Ahora mismo estaba revisando mercancía nueva. —Te lo pregunto, porque me gustaría hacerme de una cosita buena. —A ver, ¿qué quieres? —¿Qué voy a querer? Algo fiable, que me dure un par de años sin problemas. —Precisamente, ayer entró algo... que te puede venir bien. ¡Seguro que te interesa! —Si me gusta, me lo llevo hoy mismo. —Bueno... no te quiero engañar: se ha usado poco, pero tiene sus añitos. —Dime cuánto es la broma, y déjate de mon-sergas.

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—Mujer... te sale por un pico, pero estamos hablando de calidad, ¿eh? —¿De cuánto? —Más o menos... por el precio de unas buenas vacaciones. —¿Tanto? —Sí, sí, ¡pero, ojo! Es guapísimo, se llama Borjas y sólo lleva un mes separado. R Convalecencia. Destino: m. Lugar al que se dirige, de forma reso-lutiva, el que no sabe a dónde ir. R Bar. Diablesa: f. Señora del Diablo. Palabra incor-porada a este Diccionario (y al de la lengua de todos/as) después de múltiples manifestaciones en las que se pedía por la dignidad de los cargos femeninos a costa del sufijo -esa. Sostenían la pancarta: una alcaldesa, dos baronesas, una du-quesa y su hija gordita (obesa), dos hermanas siamesas, la señora del abad y su hija de Córdoba, la princesa del rey y catorce revolucionarias fran-cesas. R Usufructo. Dialogar: v. Decirse cosas nuevas. Diálogo: m. Única forma posible de erradicar la monarquía, la dictadura, la democracia o cualquier otro régimen totalitario, siempre y cuando los participantes sepan dialogar.

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Dictador: m. Jefe de Estado sugerido por el sis-tema económico e impuesto por el Ejército. La diferencia con los jefes democráticos está úni-camente en la intervención del Ejército pero, a pesar de que el Dictador no emana de la voluntad de las urnas convencionales, es el único manda-tario (junto al Rey) que, cuando finaliza su man-dato, es llorado por el Pueblo. Los *dictadorió-logos están a punto de afirmar que este lamento sincero se debe a una trágica casualidad: la del cese del mandato del líder con su muerte natural. *Dictadoriólogía: f. Rama de la Historia que, sin estudiar las dictaduras, tiene la consigna de hablar de ellas permanentemente (bien o mal, depen-diendo de la emisora o del periódico que ustedes prefieran), ya que no encuentra ideas actuales con las que seguir haciendo política. Dieta: f. Régimen que hace una persona que desea quitarse peso. Teniendo en cuenta el esfuerzo que supone no comer lo que se desea, la tendencia actual es la pérdida indirecta de peso, es decir, cambiar la pareja por otra más delgada. Digitalizado: m. y f. Dícese de cualquier ins-trumento que se maneja con los dedos. R Pene y Coño. Diluvio (universal): m. Catástrofe bíblica que de vez en cuando algún pueblo devoto –con la

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colaboración de Protección Civil– se empecina en rememorar. R Milagro (1ª acepción). Diógenes: m. Filósofo griego que solía meditar cerca de los basureros. Algunos autores le atri-buyen la invención del reciclaje. Dios: m. Idea creativa con la cual el ser humano tiene la facilidad de ilusionarse. Discípulo (de un maestro): m. y f. Dícese de quien le llama arte a la imitación. Docencia: f. Grupo de personas de un sistema educativo cuya preparación profesional es inver-samente proporcional al nivel que imparten. De esto se concluye que el docente universitario ma-neja otras técnicas, más cercanas a la electricidad (Véase Enchufismo) que a la pedagogía. Doctorado: m. Título con el cual los Gobiernos aún complacen a las Universidades permitiéndoles que lo expidan, pues se sabe que las verdaderas investigaciones e innovaciones sociales y tecno-lógicas no las hacen ellas, ni mucho menos sus doctorados, sino las empresas privadas y el Ejér-cito. R Catedrático. Documental: m. Reportaje que emiten los Go-biernos sistemáticamente –aumentando su número en época de elecciones–, para que la ciudadanía

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vea las penurias del mundo y, comparando, los problemas locales le parezcan poco importantes. R Jactancia. Documentos: m. Títulos fidedignos que se mues-tran para probar algo de cierta trascendencia, en concreto me refiero a cuando el jugador de póquer enseña las cartas. Dolor: m. Voz utilizada en épocas de paz. Donante: m. El que busca aprecio aunque le cues-te la sangre, o un riñón. Don Quijote: m. Hombre considerado loco por atacar a gente sencilla. Su única locura fue atacar sin ejército. Drácula (1): m. Ejemplo que se pone en las es-cuelas republicanas para explicar cómo las mo-narquías en general, y los príncipes en particular, chupan la sangre de los Pueblos. Drácula (2): m. Guardia nocturno que basa su responsabilidad y eficacia en no dejarse dormir. Droga: f. Material de efecto narcótico, alucinó-geno y deprimente, como por ejemplo, los libros de texto.

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Duende: m. Niño travieso que no se está quieto, y que ríe, llora, inventa. Que sube y que baja constante-mente a lugares desconocidos para los demás, y donde crea personajes e historias, donde mata y resucita, hace amigos y crea amores eternos que sólo duran el transcurso de una obra, de su última obra, que ya no es suya porque la ha puesto en manos de gente que la vuelven a crear. El duende es capaz de sacrificar la realidad, de tirarla contra el suelo y dejar que los mil pedazos se transformen en héroes, en princesas, en poe-mas, novelas, pinturas, en filosofía, en descanso, en amor. En arte. El duende nace incuestio-nablemente con cada Ser Humano, pero las nor-mas lo ahogan, y sólo cuando la persona decide salvarlo, ambos pueden convivir y compartir. Es así como arte y conflicto pueden coincidir en el corto periodo de una sola vida.

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E E: f. Letra con la que comienza la definición más exacta del Hombre actual, en general, y del Artista en particular: Eco. Ecléctico: m. y f. Persona débil, inútil, incapaz de juzgar, y que no encuentra otra solución a sus dudas que mediar entre las diferentes posturas del debate, picar de unas y otras y seguir sin un criterio propio. El ecléctico baña de tolerancia cada una de sus aportaciones y acostumbra ser escuchado con mucha atención, pues suele darle a sus palabras plagiadas un ribete de solemnidad. R Sencillez. Ecologista: m. y f. Persona sensible preocupada por restablecer las graves complicaciones con las que la Naturaleza se va encontrando, como por ejemplo, la ceguera de los topos. Edipo: m. Niño griego mimoso que, para eludir los terrores nocturnos, no encontró otra salida que acostarse y copular con su madre.

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Educación: f. Enseñanzas recibidas por una persona a lo largo de su vida y que más tarde serán el principal estorbo para educar a sus hijos. Educación (permanente): f. Enseñanza que se mantiene a lo largo del tiempo, como el peinado permanente de las señoras. Sospecho, por tanto, que el adjetivo permanente no se refiere a la duración de sus enseñanzas, sino a la permanencia presupuestaria de los Centros que lo imparten –incluidos los Sindicatos–. Egocéntrico: m. y f. Persona que en la relación con los demás, demuestra tener más fuerza y más cosas interesantes que decir. Sé que tendré el per-dón de Confucio, que solía elogiar lo contrario: el silencio es un amigo que jamás traiciona, decía este tímido sabio. R Charlatán. Ejemplo: m. Complemento que se da después de un razonamiento poco convincente. Este Diccio-nario es el mejor ejemplo. Por ejemplo, una noche oscura, en medio del campo, sucedió esto:

–Algunas veces, lo inalcanzable se ve mejor que lo que tenemos ante nuestras narices –dijo el profesor de Astrología. –¿Nos puede poner un ejemplo?, –pidió un avispado alumno. –Claro –contestó el profesor–; por ejemplo, desde este cerro no vemos la ciudad; sin

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embargo, está más cerca que la Luna que estamos contemplando ahora mismo.

Electricidad: f. Petróleo que algunas empresas muy localizadas extraen del agua de la lluvia. R Aire. Enamorarse: v. prnl. Dícese del adormecimiento que sufre el hombre (al menos una vez en la vida), por el cual se le dota de ciertas virtudes imposibles para él en estado de vigilia, y que se traduce en una auto-flagelación inconsciente pero voluntaria que se erradica habitualmente con la convivencia, y con el paseo y ciertos conocimientos en los casos más severos. En ocasiones también es sufrido por la mujer, pero su excesivo control sobre el acontecimiento no nos permite involucrarla a la sombra de este concepto. Enchufismo: m. Enfermedad hereditaria y con-tagiosa que se expande con rapidez entre la po-blación afín al partido gobernante. R Siamés. Enemigo: m. y f. Quien posee algunas de las cualidades o cosas que nosotros deseamos. R Pervertido. Ensañamiento: m. Forma que tiene de matar la persona insegura.

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Entretener: v. tr. Forma en que se va la vida de mis vecinos, es decir, ver pasar el tiempo que transcurre entre tener lo que se tiene y tener lo que se desea. Envidia: f. 1. Celos irrefrenables que siente el hombre casado cuando observa la sonrisa contenta de un soltero. 2. Celos irrefrenables que siente la mujer soltera cuando repara en el paseo plácido de la casada y su marido. Embajada: f. Cama matrimonial en el momento en que uno de los cónyuges tiene que pedir per-miso al otro para ir a una cena con los compañeros de trabajo. Embarazada: f. Mujer picuda. *Empelambrado: m. y f. Dícese de aquella per-sona que tiene mucho bello en la parte púbica. *Empenumbrado: m. y f. Dícese de aquél, o incluso aquélla, que está en penumbra. Epidemia: f. Moda de productos innecesarios que llegan a tener éxito comercial. Epitafio: m. Prueba de que todo el mundo, antes o después, es atraído por su vena literaria. Erección: f. Resumen del sentimiento que se tiene por una mujer.

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*Erectar: v. (De erección). Capacidad de con-centrar la atención elevando algún miembro del cuerpo, como los burros cuando empinan las orejas. Otro ejemplo: –Federico estaba hablando con el Obispo pero, cuando entró Elisa, se quedo erectando cada uno de sus movimientos. Era la primera vez que la veía con minifalda. Erratas: f. (De ¡eh, ratas!). Advertencia de las equivocaciones que podemos encontrar en las alcantarillas. R Mendigo (1ª acepción). Erudición: f. Capacidad de tener datos sueltos y desconectados de la realidad, y soltarlos sin venir a cuento. En España la erudición suele ejercerse en los bares. También en las tertulias de la radio. R Movida. *Escaneador: m. y f. Andarín que en las playas y piscinas pasea sin cesar en busca de mujeres en topless. En el caso de las mujeres, sus paseos van buscando el alma de los hombres pero, al desco-nocer su ubicación exacta, no tienen más remedio que hacer un recorrido exhaustivo sobre sus cuer-pos. Escayolista: m. y f. Profesional que estudia Me-dicina para poner escayolas. Por temor a que pier-dan prestigio sus estudios y no se diferencie del

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profesional que trabaja en las obras, se le deno-mina traumatólogo. Escuela: f. Edificio donde las editoriales venden el número elevado de libros que no son capaces de vender a los adultos. Esgrima: f. Sensación desagradable que se siente cuando te clavan una espada. Esguince (de cuello): m. Lesión que se producen a menudo las personas descaradas. España: f. País cuyos habitantes se dividen en dos bandos: por una parte, los seguidores del Mío Cid y, por otra, los de Don Quijote. Espejo: m. Maestro que cada mañana explica a los feos, de una forma diáfana, por qué tienen que ir a trabajar y no pueden vivir del sudor ajeno. R Piel. Esperanza: f. Animal que vive y se alimenta del miedo. A los esperanzados se les ha anulado la voluntad, pues las cosas pueden ocurrir sin que ellos intervengan; se pueden quedar sentados o pueden hacer la revolución, pero hay un Destino que lo controla todo. R Cruz. Esposa (1): f. Quien acepta al hombre tal y como será en el futuro. Esposa (2): f. Mujer al servicio de la Economía.

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Estadística: f. Religión que profesan los pasajeros de un avión. Estocolmo (síndrome de): m. Actitud de la per-sona secuestrada que termina por comprender que en cualquier sitio se está mejor que en casa. Estrategia: f. Plan sigiloso que están llevando a cabo los OVNIS para invadir poco a poco la Tierra. Según los penúltimos contactos, van a seguir sin atacarnos, a la espera de que nuestro pla-neta se quede sin vida. R OVNIS. Estúpido: m. y f. Persona a la que no entendemos. Ética: f. Dieta alimenticia consistente en comer lo necesario, luchar hasta vencer, fornicar sin ro-manticismo, hacer el ridículo de vez en cuando, y matar en pro de preservar la vida y mantener la especie. R Pecado (original). Etnia: f. Conjunto de costumbres y tradiciones de cada uno de los Pueblos de la Tierra, exceptuando el nuestro. Eugenesia: f. Pensamiento íntimo de los futuros padres en el momento de la eyaculación. R Genética. Eutanasia (1): f. Artimaña orgullosa del Hombre para no concederle a la muerte la victoria final.

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Eutanasia (2): f. Favor que no se puede devolver. Evolucionismo: m. Teoría que a veces se adelanta y explica futuros cambios en una especie deter-minada. La última predicción se ha centrado en el Hombre y en los muchos mensajes que enviamos con el móvil. Me han asustado: el dedo pulgar será más largo y veloz, dicen. Sin duda, no han caído en la cuenta de que en nada evolucionaron las manos de los telegrafistas o de las telefonistas, que durante tantos años manejaron botones más duros. El evolucionismo es un buen ejemplo para que el Pueblo entienda que muchas veces se hace ciencia por aburrimiento. Excepcional: adj. Cosa que resulta extraña por apartarse de la regla general. En concreto, este término fue creado para darle nombre al hecho asombroso de que un político se vaya a casa de-finitivamente. Exfoliante: m. Nombre con el que la mujer de-nomina al hombre que ha dejado de ser su amante. Le dolió tanto el abandono, que no pasa una noche sin echárselo en cara. Exhibicionista: m. Persona desagradable, ya que suele taparse muy deprisa. Las últimas manifes-taciones feministas reivindicaron un tiempo mí-nimo de exposición –duración más larga– ya que, según rezaba la pancarta, el exhibicionista debe

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responder a los momentos progresistas por los que atraviesa el país. R Diablesa. Éxodo: m. Libro bíblico en el que se narra la excursión peor organizada de la historia. Eyaculación: f. Incentivo por el cual un hombre es capaz de pasarse toda una vida madrugando para ir a trabajar. Eyaculación (precoz): f. Para una vez que el hombre se da prisa en hacer algo, a la mujer le sienta mal.

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F Facha: m. y f. En política, apócope de fachada. Falda: f. Nombre dado a la ropa que viste una mesa de camilla, y que es el mismo que se le da a la prenda que cubre parte de las piernas de una mujer. La coincidencia reside en que ambas faldas impiden que se escape el calor de sus respectivos braseros. Fallo: m. No acertar o equivocarse en alguna de-cisión. Por antonomasia, se refiere a la sentencia de cualquier tribunal. R Concurso. Faquir: m. Quien de segundo plato pide besugo. Fe (1): f. Superstición con base científica. R Pitágoras. Fe (2): f. Arte de ilusionar con efectos que apa-rentemente contradicen las leyes de la naturaleza. Curiosamente, ésta es la definición de magia.

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*Fear: v. (De Fe). Hace referencia a quien se cree las cosas fácilmente. No estamos ante sinónimos de crédulo, ignorante, inocente o ingenuo, pues a todos estos se les nota en la cara de bobalicón la escasez de datos y la ausencia de carácter, sino que nos encontramos ante personas seguras de sí mismas, con semblante científico y sin fisuras en sus creencias. Ejemplo de uso: La tele dijo que habían llovido ranas, y todos feamos. Luego supimos que eran sapos. Felicidad: f. Pastilla que el Hombre recibe en di-ferentes dosis. Es un tratamiento permanente, suministrado por diferentes instituciones, siendo la hostia consagrada la toma más importante. Como toda medicación, estas pastillas encaminan hacia una vida mejor, por lo que tienen un primer efecto de adormecimiento. Sin embargo, el efecto más palpable es secundario: consumir todo cuanto sea posible, y siempre más que los vecinos. R Aburrimiento. Feminista: f. Mujer económicamente resuelta que, por limitaciones personales, nunca probó la con-tundencia sexual de un hombre. R Exhibicionista. Feo: m. y f. 1. Persona a la que no le terminamos de ver su interior. 2. Única persona que realmente necesita sacar el carácter para cautivar. Su con-

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traria no es nunca quien piensa distinto –ésa es una aliada pues, al menos, se arrima y habla con ella–, sino la persona agraciada. 3. Es frecuente que sea definida como buena persona; pero no se dejen engañar, ese comportamiento no es generosidad, sino una estrategia de supervivencia. R Espejo. Fetichismo: m. Desviación sexual que consiste en reducir la excitación a algún objeto. Es el caso de algunos hombres, trastornados con el objeto oculto de la mujer. Feto (abortón): m. Individuo adelantado a su tiempo, es decir, venido al mundo antes de que tuviese un lugar en él. Fetos ilustres son, por ejem-plo, Galileo, Leonardo Da Vinci o Ambrose Bierce. Feudalismo: m. Sistema social, económico y político que estuvo a punto de extinguirse pero que, gracias a la Revolución Francesa, se recuperó y hoy podemos mantenerlo con todo su esplendor. R Franquicia. Fidelidad (1): f. Lealtad que es capaz de mantener un hombre con cuantas mujeres pueda. Fidelidad (2): f. Confianza que tenemos en que nuestra pareja no sea como nosotros.

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Filántropo: m. y f. Persona a la que aún no le hemos descubierto sus ganancias, o busca cosas insospechadas para los demás. R Humanidad. Filatelia: f. Afición que tienen los coleccionistas de cuadros que no disfrutan de mucho espacio en sus casas. Filosofía: f. Discusión sobre la materia sin inten-ción de aportar nada a la ciencia, pero sí a los planteamientos personales de los científicos. Filósofo: m. y f. Hombre virtuoso que piensa so-bre cuestiones vitales una vez que ha resuelto su comida diaria. Fin: m. 1. Palabra que utilizan quienes piensan que la vida tiene un origen. Para ellos, el Apo-calipsis bíblico es el final perfecto, pues les per-mite que el círculo se cierre, y se junte lo que creen que nunca estuvo separado: Principio y Fin. 2. Interrupción metafísica que se hace en las his-torias de las películas. R Esperanza. Flecha: f. La bala menos dañina del amor. Flor: f. Escudo que utiliza el hombre para defen-derse de las agresiones de su enemigo más cercano. Fobia (social): f. Capacidad admirable que tiene una persona para apartarse radicalmente de los demás.

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Foca: f. Nombre común con el que algunos bió-logos casados llaman también a ciertos mamíferos de mar. Follar: v. Verbo feo, asqueroso, vulgar, que suena mal, y con el cual todo el mundo se entusiasma. Pero le ocurre lo mismo que al verbo trabajar: casi siempre se le conoce de oídas. *Formicar: v. Hacer el amor sobre cierto tipo de madera. Foto-finish: f. Método para determinar con exactitud el orden de llegada de una carrera. Sa-bemos que se ha utilizado en casos conocidos: como el de la Gallina o el Huevo, el de Dios o el Mundo, el del Rey o la Monarquía, y el del Len-guaje o el Pensamiento; y sabemos que esta ma-ñana lo estaban usando los economistas para el caso del Capitalismo o el Aburrimiento. R Soledad. Fotografía: f. Reproducción escueta de un mo-mento que impide disfrutar el presente real, porque se prefiere ver ese momento luego, en el sofá de casa, con el álbum entre las piernas. Fracaso (escolar): m. Disculpa pública que tienen los padres para justificar la nefasta educación dada a sus hijos. R Trauma.

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Franco (Francisco): m. Hombre muy preocupado por instaurar la democracia. De hecho, una de sus últimas órdenes fue que ésta comenzara a regir después de su muerte. Tal vez por ello nuestra democracia se parece tanto a su forma de gober-nar. R Democracia (3ª acepción). Franquicia: f. En las Facultades de Historia, ejemplo que se pone para significar la vigencia del feudalismo. En concreto, el profesor debe empezar diciendo: “el antiguo escudo medieval del So-berano o Gran Señor ha sido reemplazado por un logotipo comercial, que se le concede a una per-sona –el vasallo– para que lo explote. El vasallo debe entregar puntualmente al Señor la cantidad pactada y éste, a su vez, le protege de...”. Fregona: f. Una de las grandes conquistas so-ciales: la que puso a la mujer en pie. Frenillo: m. El frenazo que más desgasta al hombre. El uso del diminutivo no es por timidez, sino por impotencia. R Precinto. Freud: m. Psiquiatra que volvió a decir que Dios está en todas partes, pero sobre todo en los sueños. Frigidez (1): f. Autoculpa compasiva que se echa la mujer cuando su pareja le ha dejado de gustar. Si ve que no le da resultado y el hombre la sigue

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molestando, intentará apartarse de él con otro diagnóstico: vaginismo. Frigidez (2): f. Ausencia de calor sexual que los abogados alegan como prueba incontestable para solicitar el divorcio de su cliente. R *Plof. Frío: m. Enfermedad que sólo sienten los pobres, aunque en una ocasión la probó un rico que había perdido un guante en la pista de esquí. Fromm (Erich): m. Niño pequeño que pataleó ante la autoridad de la Iglesia, sin saber que nunca salió de su edificio. Fuenteovejuna: f. Comedia de Lópe de Vega que se sigue representando cuando en un pueblo se instala una central nuclear. Nadie dice ni pío, nadie sabe nada, nadie denuncia el elevado número de muertes prematuras, de enfermedades, de malfor-maciones. Nadie delata la tristeza de una zona que paradójicamente prospera. Todos a una debe ser la voz con la que se citan en el banco para ver sus ahorros. Funcionario: m. y f. Segunda situación en la que se explica que la seguridad –en este caso la nómina mensual– ayuda a que las personas sean más serias y aburridas. El primer caso, bien cono-cido, es el matrimonio.

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Futurólogo: m. Cartero desvergonzado que abre y lee la correspondencia que el Destino envía a otras personas. Fútbol: m. Relajante cerebral con efectos secun-darios de aparente agitación sobre el resto del cuerpo. No es el opio del Pueblo, como algunos afirman; es la nicotina, pues al Pueblo llano no le queda más remedio que verlo en los bares, donde nadie ha sido capaz de aplicar la ley del tabaco.

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G Gamberro: m. y f. Quien deja inservible y sucio un lugar después de haber hecho uso de él, como algunos adolescentes en los aseos públicos, o el Hombre en la Tierra. R Estrategia. Gandhi: m. Personaje indio que inspiró las accio-nes temerarias de los kamikazes japoneses de la Segunda Guerra Mundial, y la escualidez de las anoréxicas nerviosas de las pasarelas de moda. Garantía: f. Véase Seguridad. Gato: m. Mamífero inmortal que a veces atrope-llamos con el coche, pidiéndole que se levante cuando pinchamos una rueda. Genealogía: f. Árbol perenne de hojas caducas. De lejos, sus bosques parecen iguales; sin embargo si te acercas, compruebas que son idénticos, aun-que cambie su ubicación, la robustez de sus troncos o el color de sus hojas. Subsisten como cualquier ser vivo, extendiendo sus raíces para

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apropiarse de los alimentos comunes y creciendo lo máximo para absorber todo el Sol. Pero no se confundan porque, a pesar de tanto egoísmo, luego prefieren estar rodeados, pues no hay nada más triste que ver a uno de estos árboles aislado. Género: m. Motivo desconcertante por el cual los gramáticos están saliendo del país, pues antes el género se dividía en tres –masculino, femenino y neutro–, y en la actualidad significa maltrato. R Exhibicionista. *Generomancia: f. Ciencia ocultista de los países civilizados que estudia el maltrato entre las pa-rejas. Las líneas de investigación en estos mo-mentos se afanan en descubrir el número de miem-bros que tienen estas parejas. Generosidad: f. 1. Acción de dar que sólo pueden desempeñar las mujeres fuertes. 2. Acción de dar que sólo pueden realizar los hombres débiles. 3. Después de un exhaustivo análisis del término, nos damos cuenta de que dicha acción está al alcance de uno y otro género, si da... Génesis: m. Libro bíblico sobre el origen del mundo en el que se manifiesta la trascendencia de los alfareros. Genética: f. Es frecuente que alguien dé argu-mentos genéticos a las facilidades que posee para

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llevar a cabo determinadas actividades (saltar, memorizar, montar en bici...). Estos argumentos chocan con el sacrificio del trabajo diario, contra el entrenamiento que un individuo hace para ser más virtuoso que la mayoría. Sin duda, esto se hace por prestigio. Tiene más prestigio la genética que el trabajo. El trabajo es un castigo, porque lo tienen que hacer sólo los que lo necesitan, es decir, los que son po-bres en esa facultad. Sin embargo, la genética tiene connotaciones de premio Divino y, quien tiene ese regalo que Dios le ha dado, no necesita mancharse tanto, y lo que es mejor: es un elegido. El colmo de estos elegidos son los que dicen rechazar el Don porque quieren ser humildes. Ése es el motivo por el que se mezclan con sus iguales. Así se puede oír, por ejemplo, a una madre que justifica el fracaso escolar de su hijo, diciendo: –No... si él cuando quiere, estudia y aprueba... lo que pasa es que no trabaja... no quiere, no le gusta estudiar..., es decir, disculpa a la genética. Geriátrico (1): m. Mazmorra con aparcamientos donde llevan a los ancianos, cuyos hijos se han hecho mayores o están enfermos. Geriátrico (2): m. Purgatorio que el Hombre ha puesto en la Tierra. Geriátrico (3): m. Campo de concentración para prisioneros que tienen excesiva información sobre

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la vida, y que en cualquier momento se pueden ir de la lengua. Gilipollez: f. Enfermedad selectiva que suele ini-ciarse con la conciencia social y que se atenúa con la edad. Ginecólogo: m. y f. Ejemplo de que la medicina se mete por donde quiere. R Consentimiento. Golf: m. Entretenimiento que los terapeutas reco-miendan a pacientes ricos, cuando éstos no saben qué hacer con su tiempo ni se ven capaces de hacer deporte. R Frío. Gota: f. Ejemplo que se pone en la Facultad de Derecho para explicar la usurpación de funciones, pues a esta gotera aún la siguen tratando los mé-dicos, y no los albañiles. G.P.S.: m. Instrumento que utilizan quienes no desean viajar, es decir, quienes no quieren perderse ni confundirse en el camino, quienes no soportan saltarse la programación pactada; o sea quienes, cuando van de un lugar a otro, sólo trasladan el cuerpo. Gripe: f. Hervidero de virus que de vez en cuando alguien deja escapar. R Medicamento. Guardería: f. Todo se quiere humanizar, darle un sentido familiar a las cosas es un objetivo cons-

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tante. Eso es lo que ocurre con el término guardería. El DRAE la define como el lugar donde se cuida y atiende a los niños de corta edad. Además, hay un acuerdo social de que las guar-derías son educativas o que, al menos, persiguen el acceso a ciertos aprendizajes (relaciones so-ciales, aprendizaje de hábitos básicos, etc). Sin duda, no se acepta lo que son las guarderías: lugares donde los padres depositan a sus hijos para hacer otras cosas que consideran más im-portantes. Y como todo se quiere humanizar y está mal visto el depósito, se llama también guardería al lugar donde los dueños guardan a sus perros. Llamarles jaula sería feo: armazón –cerrado o no, según los casos– hecho con barras o listones y destinado a encerrar animales. Así lo define el Diccionario de nuestra Lengua. ¿Pero cómo se van a meter en una jaula a los animalitos que nos dan compañía y nos entretienen? ¡Nuestros perritos o gatitos los llevamos a la guardería, como si fueran niños! Ése es el propósito de mi reflexión: a los niños se les deposita en una jaula (amplia y con muchas distracciones y cuidados, si se quiere), como a las mascotas, pero eso nadie lo dice. Es más, se dice lo contrario y todo el mundo se jacta de lo buena que es la guardería, donde sus hijos entran por la mañana y salen después de comer, porque le dan la comida y todo. Sin duda, un buen negocio serían las

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guarderías nocturnas, yo me lo estoy pensando. Para que funcionaran rentablemente sólo habría que hacer una mínima inversión en publicidad y expandir, según la psicología evolutiva, cualquier ventaja: el beneficio de dormir en grupo, o de hacerlo fuera del hogar, o sin la presión que los padres transmiten de sus ajetreadas vidas, o... cualquier cosa. Los padres serán más felices cuanto antes comiencen a funcionar las jaulas nocturnas. Todo es cuestión de tiempo. Guarra: m. Mujer del cerdo tras varios años de casada. Guerra: m. Preámbulo, preparación y justifica-ción de la ayuda humanitaria. *Guevarear: v. (De Guevara –El Che–, prin-cipiante de revolucionario). Persona que comienza a discutir sin medir sus argumentos ni sus fuerzas. Por ejemplo: Fernando Savater está guevareando desde el partido político que ha fundado. Ojalá le salga bien. Guillotinólogo: m. Hombrecillo repelente que existe en todas las grandes empresas y que se encarga de dar las malas noticias a sus compañe-ros, especialmente de comunicar los despidos. Sus funciones puramente profesionales suelen ser de escasa relevancia, y las desempeña sin más no-vedad, pues su gran virtud es no desear cargos

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importantes, ya que se conforma y le conforta ser el verdugo oficial. Pero, sin duda, lo que más le satisface es que le insulten y que le llamen traidor. Los jefes, en contra de lo que se pueda pensar, también lo aborrecen, pues saben que si aparecen malas noticias personales, será el guillotinólogo quien se las anuncie. Por lo tanto, en raras oca-siones, es despedido. Se jubila sin hacer ruido. Gula: f. Mal llamado pecado capital, pues en realidad es el apetito con el que sueñan los po-bres. No confundir con bula. Gusano: m. Hombre que come de los demás e ignora que él también es carne. Es muy propio entre los líderes.

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H H: f. Letra diagnosticada con mutismo selectivo, ya que se pronuncia cuando quiere. No entiendo que, pasando tanto tiempo en la escuela, no la esté tratando un logopeda. Hacer: v. Verbo imprescindible en las conver-saciones del Hombre contemporáneo, pues no sabe contar otra cosa que no sean acciones. La vida para él es un continuo hacer, y el análisis posterior que podría construir se queda vacío por falta de co-nocimientos. Hacer (el amor): v. Ejercicio que hasta hace cuatro días sólo podían hacer los ricos, los parados y los jetas, pues es imposible amar en condiciones después de ocho horas de duro trabajo. He exclui-do a los holgazanes por una razón obvia: su amor al descanso les impide implicarse en la jadeante tarea de la cama. R Descanso. Halitosis: f. Mal olor de la persona con la que solemos dormir, o de aquella con la que nunca, por

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fea, tuvimos la intención de acostarnos. Es decir, es una excusa como otra cualquiera para des-preciar la rutina o lo que no nos interesa. R Feo. Hambre (1): f. Para el capitalismo es sinónimo de cárcel y, para los románticos, de sexto sentido. Hambre (2): f. Sensación con la que el buen a-mante debiera quedar siempre a la amada. Quien se queda con hambre, desea más comida... desea más. R Prójimo. *Hamelinear: v. (De Hamelín, flautista que arras-tra niños y ratas).Cuando un individuo se incor-pora a un grupo y, al son de alguna música novedosa, se deja llevar por la corriente humana. Herencia: f. Preocupación íntima de los hijos y nietos cuando sienten que el abuelo se les muere. R Sibarita. Hibernación: f. Sueño profundo de cuatro años del que gozan los políticos electos. Híbrido: m. y f. Dicho de un animal o de un ve-getal procreado por dos individuos de distinta especie, como por ejemplo el ser humano. Hiena: f. Animal salvaje que disfruta de las mis-mas feas costumbres que el borracho: tiene aspecto repulsivo, huele mal y se ríe para sus adentros.

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Higo: m. Nombre que recibe el fruto de la higuera, y también –rozando lo vulgar– el sexo femenino. Hacemos ahora un apartado para darle explicación científica al segundo significado de la palabra. Si nos vamos a los primeros días de la Creación, leemos que Eva –tras sentirse culpable– se tapa el sexo con la hoja de una higuera. Como el fruto de este árbol es el higo y ella se tapa con su hoja, el pueblo ha hecho esta asociación: lo que tapa la ho-ja de una higuera se llama higo. El primer higo humano fue el de Eva. Higuera: f. Primer ser vivo que pensó en el tanga como prenda de vestir. Eva fue quien estrenó sus hojas, aunque sin la cinta trasera. Por la influencia diabólica de la serpiente, se continúa viendo como una prenda pecaminosa para algunas mujeres. Hijo: m. y f. Obviando la historia, donde los hijos eran necesarios para la repartición de las tareas con las que la tribu sobrevivía (ir a cazar, defenderse de los peligros, vigilar los animales o salir con ellos a pastar, cultivar la tierra y, finalmente, heredar los bienes y, con ellos, mantener la es-pecie), en la actualidad los hijos hacen funciones de salvadores, pues con ellos muchas de las parejas –algunas incluso casadas por la Iglesia–, pretenden animar sus vidas y salvar su relación. Es lo que se denomina entretenimientos traicioneros pues, sin duda, después de algún tiempo, el juguete les va quemando y la vida vuelve a poner a los

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cónyuges donde estaban al principio, viéndose abocados a la separación que intentaron evitar cuando eran menos viejos y menos feos. R Huérfano. Hipocondríaco: m. y f. 1. Visionario capaz de adelantarse a la ciencia médica y sentir su muerte antes de que los indicios aparezcan. 2. Quien le quita la razón a los médicos. 3. A quien le sienta mal la buena salud. 4. Quien, finalmente, se sale con la suya. Histérico: m. y f. Estado al que llega una persona nerviosa si no se le administra a tiempo un buen bofetón. El actor Woody Allen debiera recibir una paliza en cada película. Historia: f. Acontecimientos que se cuentan para justificar nuestra posición actual. Por lo tanto, la historia no es exclusividad de los historiadores, ni de las editoriales, ni de los políticos, ni de los docentes. Ni de los abuelos. Todos somos narra-dores de acontecimientos que nos pongan en ven-taja ante los demás. Por lo dicho, no se debería criticar jamás a un mentiroso. *Hitleriar: v. (De Hitler, culpable periodístico de genocidios). Se utiliza para designar a la persona que carga con todas las culpas de un hecho en el que ha participado un grupo.

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Este verbo fue utilizado por primera vez en una ocasión en la que una maestra que, habiendo sido victima de una infantil broma por parte de sus alumnos de 7 años, les dijo:

–Si no me decís quién ha puesto la mariposa encima de mi mesa, hitleriaré a uno y se quedará sin recreo. Hobby: m. Rutina que se busca para salir de la rutina. Hoceros: m. y f. (De hoz: quien las fabrica o las vende). Personas que se hicieron ricas en los periodos comunistas. Hola: interj. Saludo breve de quien se asoma y se va, sin otra intención que dejarse ver y molestar. Si este encuentro ocurre en la playa, a la palabra se le suprime la h. Hombre: m. Ser vivo dotado de inteligencia limitada y perecedera, fácil de entretener, que cohabita con otros de su especie y vive solo. Hombre (Invisible): m. (Novela de George Wells). El escritor inglés se inspiró, sin duda, en el dueño de la Coca-Cola. Pero fue más lejos y, sospechando que a este desconocido empresario le iba a salir una dura competencia –la Pepsi–, escribió una segunda parte: La guerra de los mundos. R OVNI.

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Horas (extras): f. Ridículo que un Hombre hace fuera de casa por haber planificado mal su vida. R Anestesia. Huérfano: m. y f. Niño nómada cuyos padres trabajan fuera de casa. Después de la escuela, este niño se ve obligado a entretenerse con actividades culturales y de ocio; luego, en casa, siempre en-cuentra regalos electrónicos que le distraen hasta la hora de dormir. Pero, antes, se ha encontrado en el pasillo a los padres, teniendo, si lo desea, la opor-tunidad de saludarlos. Además, es habitual que en verano se les conceda a los progenitores un ré-gimen especial de visita que lo aprovechan para irse junto a su hijo de vacaciones. Éste es el momento en el que, al conjunto, se le confunde con una familia. R *Beethovenear. Huésped: m. y f. 1. Sentimiento íntimo del ma-rido, una vez que empieza a haber hijos en casa. 2. Sentimiento íntimo de la mujer cuando los hijos abandonan el hogar, y comprueba que el marido ha sobrevivido a su ignorancia y deambula por la casa entretenido en faenas habituales. R Suegro. Humanidad: f. Término del que abusan los *mi-tineros para ensalzar su figura. R Derechos (2ª acepción).

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Humorista: m. y f. Hombre que, tras obtener la licenciatura en Derecho, instaló un buffet en poblaciones selváticas, sin saber que esta profesión del orden ajeno sólo es necesaria en lugares ya civilizados, donde la propiedad tiene un valor duradero. R Arca (de Noé).

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Iglesia: f. Primera empresa de renombre que uti-lizó la globalización como forma de unificar ne-cesidades y, consecuentemente, de vender su pro-ducto a un mayor número de clientes. También fue la primera empresa en lanzar una OPA; lo hizo sobre el Imperio Romano y le salió bien: las ac-ciones cristianas subieron a cotas insospechadas. Iluminado: m. y f. Individuo que, al escaparse de la cárcel, es alumbrado por el foco de la torre que vigila la alambrada. Este Diccionario no entra en la catalogación de las diferentes cárceles en las que habita el Hombre. Impresionar: v. Sensación de asombro que pro-vocan ciertas personas por su apariencia, y que se desvanece cuando abren la boca para hablar. El silencio en las pasarelas de moda está justificado. R Orgullo. Impuestos: m. Derecho de pernada que el Estado tiene sobre la nómina.

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Incineración: f. Acto egocéntrico con el que el Hombre –por su condición de Ser Superior– se retira de la cadena alimenticia. La siguiente conversación se la escuché a dos poetas: –Al quemarnos... se va todo. –No, sólo evitamos la humillación de darnos de comer a los gusanos. –Pero, ¿y el alma? –El alma queda intacta, no se quema. Además, y en todo caso, es Dios quien se la come. Informe (psicológico): m. Documento en el cual se redacta, tras pasar pruebas tipificadas, lo que todo el mundo ve a simple vista. Infidelidad: f. Incapacidad de atender y satisfacer a la persona con la que uno se ha comprometido; es decir, impotencia. Ingrato: m. y f. El que se confiesa de una in-fidelidad. R Fidelidad (2ª acepción). Injusticia (1): f. Dicho de lo que ocurre a las afueras de mi pueblo: el que viola a cuantas hem-bras alcanza es considerado un valiente, y a las pobres ultrajadas se las califica de putas. Me re-fiero al gallo de corral y a sus gallinas.

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Injusticia (2): f. Torpeza por no haberle con-cedido el Premio Nobel de la Paz (o, al menos, el de Medicina) al que inventó la cama. Inmigración: f. Trashumancia donde los pastores que conducen el ganado siempre están ocultos, y dejan que los perros parezcan los interesados en el desplazamiento. *Insecticidia: m. y f. Gobernante que mata a luga-reños extranjeros utilizando aviones. Inspector (en Educación): m. y f. Juglar que va por los colegios recitando cuantos poemas oficia-les conoce. R Maestro. Insurrecto: m. y f. Hombre corriente que para no caer en la apatía propone el ataque. Nuestro insu-rrecto por excelencia es Don Quijote. R Don Quijote. Integración: f. Estrategia que el sistema utiliza para que los marginados terminen pagando im-puestos. Es frecuente oír quejas como la siguiente: –Los gitanos no se quieren integrar. ¡Falso! Lo que no quieren es pagar impuestos. Internet (1): m. Ejemplo que se pone en Filosofía para explicar que, ante un nuevo recurso, se des-piertan patologías de dependencia que antes eran excepcionales, porque estaban ocultas. Ahora esta-

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mos estudiando cómo la mayoría de los *inter-nautas, de una u otra forma, son voyeures. Internet (2): m. Expansión de la libertad de una persona sin abandonar las cuatro paredes que la encierran, o sea, que estamos ante una nueva forma de Vida Mística. R Chat. Intérprete: m. y f. ¡Alguien tiene que escuchar a los políticos! Interrupción: f. Condición imprescindible que ha de darse continuamente en las conversaciones de una pareja si pretende permanecer junta. Para cumplir tal objetivo, también es aconsejable que se falte al respeto, a ser posible, a voces. Intimidad: f. Por intoxicaciones del arte, se ha asociado este concepto con la pasión y la carne. Sin embargo, se puede afirmar que la intimidad es exclusividad del pensamiento y que, todo aquello que se puede llegar a pensar, pertenece a ella. Por el contrario, no existe la intimidad física compar-tida, pues es manifiestamente observable y pierde su verdadero componente: la exclusividad perso-nal. La intimidad sólo se puede compartir si se cuenta. El siguiente ejemplo lo he extraído de una novela anónima titulada “Fragmentos de mi vida”: –¿No me digas que te has acostado con Bárbara Lafoyet?

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–Sin duda que era ella... aunque en la cama estuviese gozando mi mujer. Intuición: f. Capacidad de ver las evidencias que en otros momentos y en similares situaciones se nos escapan. Es, pues, un juego matemático de causalidades que, si bien no suman siempre el mismo resultado, sí operan sobre las mismas coordenadas. La intuición es cosa de necesitados. R Conciencia. Intruso: m. y f. 1. Persona que, circuís-tancialmente, no tiene la llave de tu casa, pero que quizá hizo méritos en la vida para tener a su nombre tus escrituras. 2. Madre que va al colegio para enterarse de las notas de su hijo. Inutilidad: f. Sensación del hombre cuando, en el acto amoroso, la mujer le pregunta si ya ha en-trado. Inversión: f. Hacer un gasto mínimo, pero sono-ramente público, con el fin de recoger beneficios cuantiosos y duraderos. El ejemplo más didáctico es el Plan Marshall cuyo impulsor, por cierto, fue obse-quiado con el Premio Nobel de la Paz, y no de Eco-nomía, como indica su reconocida obra solidaria. Ir al grano: Frase coloquial poco utilizada en política, y que se emplea cuando alguien va a lo que le interesa sin perder tiempo en cosas su-

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perfluas. Cuando el hombre la lleva a cabo en el mundo íntimo de la pareja, las malas lenguas suelen llamarla eyaculación precoz. R Eyaculación precoz. Irresponsabilidad: f. Sentimiento general del Pueblo cuando un Presidente de Gobierno es ele-gido por segunda vez. Isla: f. Última y definitiva fase evolutiva por las que pasa una persona. En la primera –continente–, el niño está rodeado de gente pegajosa; en la adolescencia –península– le quedan sólo dos o tres personas a las que agarrarse; pero de ahí en ade-lante va a comenzar a sentir que por todos lados las personas hacen agua. Izquierda: f. Tanto en clave taurina como en po-lítica: mano que se utiliza para torear, pero que raras veces sirve para entrar a matar.

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J Ja: interj. Grito sincero y espontáneo que está siendo sustituido por una estudiada selección de sonrisas de salón. Jabalí: m. Único animal no humano que ha con-seguido enviar a su hembra a las olimpiadas. Jactancia: f. Se dice de una persona que exhibe y presume mucho de algo propio. Los coches y el lugar de residencia se utilizan para esto. Los po-bres de los documentales también se jactan: comen con la boca abierta y hasta dejan caer trozos al suelo. R Erratas. Japonés: m. y f. Fotógrafo pacífico que trabaja en pandilla. Jesucristo: m. Ser humano a quien se denomina El Hombre, El Mesías, Maestro, El Salvador, El Hijo... y a quien María Magdalena prefería llamar El Rabino. R Magdalena.

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Jesús: m. Respuesta que se presentó después del Diluvio universal y de la apertura del mar Rojo, y que supuso unos fríos de los que el Hombre aún no se ha repuesto, por lo que se sigue dando esa misma respuesta después del estornudo. Júbilo: m. Alegría inmensa que sienten algunas personas cuando se retiran. ¿A qué se habrán de-dicado hasta ese momento? Judas (Iscariote): m. Primer cristiano materialista filosófico. Juicio (Final): m. El que se ha de instruir a los Hombres al final del mundo y, por lo tanto, sin tiempo para apelar.

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K Kamikaze: m. Doctrina filosófica a la que perte-necen las personas que creen en la reconciliación de las parejas. Kant: m. Párroco de la mayor ermita del mundo, que no deja de hacer ampliaciones. Karaoke: m. Dícese del trabajo que realiza el presentador de un telediario. Kárate: m. Materia principal que se imparte en los cursillos prematrimoniales. Karma: m. Después de dar vueltas con reencar-naciones fatigosas, para algunos Hindúes es el descanso total. Visto así, le sobra la r. R Injusticia (2ª acepción). Katiuska: f. (Por aquello de meterse en todos los charcos). Calzado que utilizan los miembros de la Conferencia Episcopal. Kebab: m. Forma árabe de preparar la carne, ins-pirada en los castigos de la Inquisición cristiana.

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Kimono: m. Vestimenta utilizada por el Hombre para la lucha, es decir, para llevar a cabo la acti-vidad vital de sus orígenes. Kiosco: m. Biblioteca científica de los españoles. Koala: m. Oso pijo.

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L Ladillas: f. Garrapatas propias de los perros in-fieles. *Lagartarium: m. En piscinas, gimnasios, bal-nearios, etc., terraza o lugar reservado para tomar el Sol. Lamprea: f. (De pez de río que usan los pes-cadores como cebo). En grupos de amigos aquel que, por su impronta física, utilizan para atraer a las mujeres. La gran virtud de este mártir del amor ajeno es que, en ningún caso, él se aprovecha de las presas que atrae, sino que las pone generoso ante los colegas, que suelen tener un verbo fácil con el que continuar el trabajo. No obstante, están apareciendo lampreas hortelanas, una especie que traiciona su misión pues, una vez que la presa es atraída al grupo, la ataca, pero no tanto con la intención de ligarla como de no dejar que los ami-gos lo hagan. El caso de la lamprea como cebo está siendo estudiado en casi todas las universidades cercanas a los ríos, y se están desprendiendo ya las primeras

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conclusiones. Algunas, escalofriantes. La lamprea madura, por ejemplo, nunca sale con otras lam-preas, al menos de forma voluntaria ya que, a pesar de su impronta física, no soporta ver cómo una mujer es atraída por otro que presume de sus mismas características. Sin embargo, a la lamprea adolescente no le afecta esta limitación, y se junta sin problemas en pequeños bancos, pues su ob-jetivo es tener a las chicas cerca, aunque luego no sepa qué hacer con ellas ni tenga a nadie al lado para que las entretenga con un verbo fácil y seductor. Lamprear: v. Cuando, en un grupo de amigos, la lamprea se separa unos metros y se exhibe (baila, pasea, pide copas...), con la intención de atraer a las mujeres que se encuentran en el bar. Latín: m. 1. Lengua inmortal con la que la Iglesia se dirigía a sus fieles con la intención de no ser entendida, hasta que comprobó (se sabe que por un cura poco aplicado a las declinaciones) que era mejor adoctrinar en español, porque éste añade una ventaja a su no comprensión: el desconcierto. 2. Idioma que las agencias de viajes recomiendan para visitar La Europa del Este. *Lazarear: v. Recuperación rápida e imprevista de un enfermo de extrema gravedad. No confundir con milagro. Ejemplo de su uso:

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–¿Ha muerto Nietzsche? – No te lo vas a creer, pero ayer lazareó y otra vez se ha puesto a escribir. Lázaro: m. Primer zombi documentado. Lectura: f. Despertador de conciencia que se está utilizando para adormecerla. De hecho, muchas personas leen en la cama. Leer: v. 1. Capacidad que tiene un hombre de tomarse un café y ojear la quiniela. 2. Curiosidad sociológica que tiene la mujer para entender sin problemas la revista de IKEA. R Kiosco. León: m. Véase Rey. Leyes: f. Conjunto de normas impuestas por los ricos para que los pobres no se los coman. R Solidaridad (2ª acepción). Liberación: f. Su primera acepción se refería a la recuperación de la libertad de un preso, luego a la de un Pueblo oprimido –teología de la libe-ración–, más tarde a la opresión de los produc-tos –liberación de mercados– y, por último, a la de trabajadores que no quieren ir a sus puestos –liberación de sindicalistas. Liberación (del hombre): f. Momento en el que el juez sentencia que los niños han de quedarse con su madre.

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Liberación (de la mujer): f. Momento en el que se entera de que su ex-marido tiene novia. Libertad (1): f. Capacidad que tiene un individuo para decidir en qué productos se quiere gastar el sueldo que su Gobierno le tiene asignado. Los criterios que se emplean para elegir cada artículo que se adquiere no es contenido de esta definición, y sólo diré que no son nunca criterios individuales. La mejor política es hacer creer a los Hombres que son libres. (Napoleón). Libertad (2): f. Idea metafísica muy extendida entre las personas, sobre todo cuando observan los movimientos de los animales silvestres que, como es sabido, viven sólo para comer. Librepensador: m. y f. ¿Librepensa... qué? Light: adj. Anagrama de algunos refrescos que, combinados con alcohol, constituyen la faceta deportiva de muchos Hombres. R Golf. Lobo (feroz): m. Gobierno estúpido que, cuando se encuentra con la presa que se ha de comer, se enreda a hablar –dialogar–, dándole tiempo a que la dulce niña se arme de valor, se vuelva a poner la capucha, y otra vez manche de rojo el País.

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Locura: f. Permiso que la Psicología da a algunas personas para entrar y salir de la norma a su antojo. R Deficiente (2ª acepción). Loro: m. Animal persistente en sus opiniones. Lucha (de clases): f. Entretenimiento que los Estados ofrecen al Pueblo para que éste se crea que puede llegar a organizarse. Los sindicatos son adictos compulsivos de este juego sin final. R Educación (permanente). Ludópata: m. y f. Deportista poco reconocido por el periodismo especializado y desatendido por el Comité Olímpico. Luna: f. Satélite que el Hombre ha sido capaz de ver, innumerables veces, desde la Tierra. Luna (de miel): f. Temporada de intimidad con-yugal por donde debiera comenzar cualquier rela-ción de pareja. Lunático: m. y f. Quien pertenece a la doctrina religiosa que cree que el Hombre estuvo en la Luna.

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M Madrastra: f. Costalero que carga con el Cristo Resucitado (viudo al que le ha dado la vida), con la sombra imborrable de la fallecida, con los apóstoles (los hijos desconfiados), y hasta con el saetero del paso (los vecinos chismosos). Madre: f. Única mujer a la que un hombre nunca engaña con otra. Madurez: f. Buen juicio, prudencia y sensatez que ha alcanzado la persona, pues ya ha asimilado lo que se esperaba de ella, ha admitido o interio-rizado las formas de vida del Pueblo. La sociedad ha trabajado bien porque el fruto ha madurado. En esta definición siempre se olvida que el fruto, des-pués de madurar, se lo comen o se pudre. Maestro: m. y f. Único elemento necesario del sis-tema educativo, interrumpido por los inspectores, aturdido por el sistema de orientación y por leyes infantiles que no son capaces de reformar nada. R Asesor.

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Magdalena: f. Desayuno preferido de Jesús. Mahoma: m. Ídolo de los dietistas, pues consiguió elaborar un régimen de adelgazamiento (conocido popularmente como Ramadán) que ningún pacien-te de su clínica se atreve a saltarse. Malaria: f. Con ese nombre no puede ser nada bueno. Palabras del vademécum médico. Manifestación: f. Aglomeración ruidosa permitida por el Sistema Económico y que obedece a las siguientes fases:

1. La Economía necesita cambios, y para conseguirlos busca la protección del Pue-blo.

2. Pone en crisis algunos logros de la clase trabajadora.

3. La clase trabajadora se manifiesta. 4. La Economía concede parte de esas rei-

vindicaciones y se resitúa. 5. Las clases populares creen haber conse-

guido logros. 6. La Economía acaba de tender caminos más

largos y duraderos para afianzarse. R Lucha (de clases). Marido (1): m. Hombre anulado para la revo-lución. R Esposa (2ª acepción).

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Marido (2): m. Hombre que ha pensado más en el final del camino que en la aventura que pudiera vivir en él. La mujer es como la mochila del soldado. Sin ella se lucha con desembarazo; pero ¿y al acabar? (Ramón y Cajal). Marido (3): m. En el sentido sexual se le considera como un consolador, es decir, aparato del cual se sirve la esposa para gozar de su sexualidad, mientras le vienen a la cabeza los hombres que la excitan. R Intimidad. Masoquismo: m. Placer que sufren algunos con-tribuyentes al creer que obtienen beneficios a costa de los impuestos que dan al Estado. R Impuestos. Matemáticas: f. Ciencia fundamental que sólo es válida con caramelos, peras y naranjas. Materialismo (filosófico): m. Escuela que con-sidera la materia como única realidad existente. Después de la Eucaristía, un cristiano lo definió así: al pan, pan; y al vino, vino. Matrimonio: m. Pareja que permanece unida por holgazanería. R Ronquido (1ª acepción). Masturbación (1): f. Derrota de las conquistas emprendidas.

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Masturbación (2): f. Breve visita mental y lasciva que un hombre hace a las camas de sus mejores vecinas, amigas y compañeras de trabajo. En un mismo viaje se permite combinar tantas visitas como uno necesite, y en escasas ocasiones se co-noce de antemano el lugar aproximado donde concluirá la dureza del trayecto. De igual significado, pero con visitas más largas, si esta definición es leída por una mujer. R Obsexo. Masturbar: v. Cuando la turbación de la persona va a más, porque ya no sabe muy bien con qué imagen conseguir definitivamente el orgasmo. Mear: v. Conjunto de cálculos geométricos, topo-gráficos, aritméticos y físicos que debe hacer el hombre moderno para evacuar la orina. Menaje: m. Homenaje que se hacen quienes dicen tener poco tiempo para leer. Media: f. Prenda que usan los ladrones para tapar su verdadera identidad y llevarse un botín que les asegure una vida más placentera. La mujer, con el fin de obtener este mismo uso recaudatorio, se ha visto obligada a usar polainas. R Cordón (umbilical). Medicamento: m. Quimioterapia que siempre adormece la voluntad del paciente, pues impide

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que la persona se preocupe de su salud y no tome decisiones propias, haciéndola dependiente y pa-siva; en palabras de consultorio médico: paciente. R Paciente. Medicina: f. Ciencia que se encarga de recordar a la gente que la buena salud es imposible. Médico (1): m. Persona legalmente autorizada a la que acuden las demás personas para quejarse. Médico (2): m. Licenciado en medicamentos. Memoria (histórica): f. Retahíla retórica para no decir nada, pues la memoria, o es histórica o no existe. ¿Pretenderán acaso que tengamos memoria del futuro? Mendigo: m. y f. Persona pedigüeña que patro-cinan los Ayuntamientos y que colocan en lugares estratégicos, para recordarle al resto de la ciuda-danía lo bien que vive y lo poco que se tiene que quejar. R Documental. Mendigo: m. y f. Persona que se ha emancipado de Hacienda. R Locura. Mentira: f. Dícese del entramado humano por el cual todo comportamiento o intención termina jus-tificándose. En el campo social el daño de la men-tira es mínimo, pues la fuerza de la costumbre y la similitud de estrategias empleadas por todos sua-

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vizan la convivencia. Pero en la intimidad, es decir, en el pensamiento, el daño se hace irre-parable, pues el Hombre termina por no diferenciar su impulso primitivo de lo que tomó prestado en los momentos de decadencia, y que ahora utiliza como propio. R Intimidad. Mercado: m. Antiguamente era el lugar donde se vendían, con voces de competencia entre los mercaderes, diferentes productos; en la actualidad es una tienda grande –global– intervenida por los Gobiernos. Aún quedan vestigios del mercado antiguo: los inmigrantes vendiendo en las aceras. Mesa: f. Mueble que se compone de una o de varias tablas lisas sostenidas por uno o varios pies, donde varias personas saborean y comparten toda una vida, como por ejemplo ocurre en la mesa de un quirófano forense. Meteorología: f. Parte final de los telediarios que los Gobiernos utilizan para enseñar el mapa del país, tal y como ellos quieren que la unidad de la Patria aparezca a los ojos del Pueblo. Metódico: m. y f. En oposición al anárquico o al autodidacta, el metódico es la persona que tiene pensado seguir trabajando mañana. Miedo (1): m. Ausencia de vino en la sangre.

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Miedo (2): m. Creatividad que comienza en la niñez, y de la que nunca se desprende uno. Mierda: f. Expresión malsonante que expulsa el cuerpo, y ante la cual es mejor no ojetar nada. Según un estudio de campo sin letrinas realizado por los estudiantes de Medicina, no hay dos mierdas iguales: ni en forma, ni olor, ni tamaño ni color; por lo que se puede asegurar que son porciones personales únicas. Pero además, ni siquiera el mismo individuo puede expulsarla dos veces con las mismas características, por lo que han concluido que depende de situaciones viven-ciales concretas. No es de extrañar que pronto la Psicología aproveche estos avances en la inves-tigación excremental para sus estudios sobre la personalidad. Milagro (1): m. Hecho inexplicable que se atri-buye a intervención de origen divino, como por ejemplo las inundaciones que arrastran a pueblos enteros, o el incendio de un colegio repleto de alumnos. R Catástrofe. Milagro (2): m. Salida desesperada de quien, no teniendo los datos para explicar la sucesión de los hechos de algún fenómeno poco usual, le atribuye una naturaleza mágica. El mentir de las estrellas es muy seguro mentir porque ninguno ha de ir

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a preguntárselo a ellas.(Quevedo). R Testigos. Ministro (del Interior): m. y f. En los corrillos del Congreso, Ministro de los Entierros. Miopía: f. Defecto de visión que se contrae cuan-do alguien se sube a una tribuna. Especialmente graves son los casos de la política y de la Iglesia. R Cura (2ª acepción). Misa (1): f. Mitin político lleno de promesas. Sin duda, Quevedo quedó incompleta la frase: Nadie ofrece tanto como el que nada piensa cumplir, pues debió añadir: sobre todo, si no está en su mano aquello que promete. Misa (2): f. Lectura pública de la novela de ficción de Michael Ende titulada La historia interminable. Una leyenda en la que el MUNDO DE FAN-TASÍA está en peligro, y su lectura incesante te invita a entrar en ÉL para salvarlo. Misiones: f. Aventura en la que las agencias de viajes sólo organizan el desplazamiento, pues la miseria de los pobres aún la proporcionan los países de destino. Misógino: m. y f. Persona observadora de los comportamientos sociales.

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*Mitinero: m. y f. El que da mítines, especial-mente si él mismo no se cree lo que dice. Moneda: f. Trozo metálico de esperanza que los turistas arrojan compulsivamente a cualquier es-tanque con agua. El propósito de tan generoso desprendimiento es ver sus deseos cumplidos, es decir, sobornar al Destino con un lenguaje sen-cillo; aunque se advierte cierto desengaño si se comprueba el escaso valor de las monedas que se lanzan. Monja: f. Mujer que provisionalmente no ejerce. Mono: m. y f. Hombre que adivinó hace mucho tiempo que no le iba a gustar el trabajo. Monumento: m. Documento público de dimen-siones extraordinarias, material resistente e inten-ciones manipulativas, que se saca a la calle para que el Pueblo lo lea a diario. Moral: m. Árbol de la familia de las moráceas, de cinco a seis metros de altura, con tronco grueso y derecho, copa amplia, y bajo el cual se sientan los Hombres que enseñan a los demás. Hay inves-tigaciones que confirman que el moral proviene del manzano del Paraíso. Moretón: m. Alias moratón. Testigo ocular del maltrato casero.

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Morcilla: f. Embutido de tripa de color oscuro que suele colgarse para que se cure. En África, aunque es válida esta definición, el objeto colgante de referencia es otro, mucho más cariñoso. Movida: f. Nombre moderno para designar ciertas artes, protestas o formas de pensar, y cuyos pro-tagonistas no quieren otra cosa que estar al frente de quienes sólo se mueven para votar. Los can-tautores fueron de los primeros en entender y aplicar este concepto. R Tertulia. Móvil (teléfono): m. Grillete al que se le puede cambiar la carcasa. *Movilazo: m. Golpe recibido en la cabeza por un teléfono móvil, y que popularmente se ha dado en llamar: “dar un toque”. Muerte (1): f. Acto privativo de todo ser viviente. La mayoría de las personas eligen el momento de su muerte, pues antes tuvieron otras muchas ocasiones de morirse y aguantaron hasta que se acabó toda opción de vida, es decir, que uno se muere un día determinado por eliminación de otros momentos. La muerte –aunque los médicos, ar-queólogos y obispos se empeñen en decir cosas contrarias– es siempre causada por la falta de vida. Muerte (2): f. Único divorcio legal consentido por la Iglesia.

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Mujer: f. Ser vivo dotado de inteligencia limitada pero permanente, capaz de extraer de cada mo-mento el aprovechamiento más práctico en pos de su único beneficio. Sus innumerables estrategias van más allá de cualquier otro conocimiento de raíz humana, siendo incluso confundidas –sobre todo por el colectivo poético– con fragilidad, ternura, sensatez, intuición e incluso con roman-ticismo. No obstante, y debido a su incorpora-ción al mundo laboral, se está comprobando cuáles son realmente sus frágiles intenciones: sobrevivir; para lo cual ha comenzado a imitar y, por lo tanto, a cometer similares errores a sus ho-mólogos masculinos. Mula: f. Nombre de pila de la Dirección General de Adopciones.

Mundanal (ruido): m. Visado que han utilizado siempre los Hombres cercanos a Dios para cons-truir sus mansiones en zonas naturales de in-mejorable situación paisajística.

¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. (Fray Luis de León). Vida retirada.

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N Nación: f. Conjunto de ciudadanos, pueblos y países que componen un planeta. La Nación se gobierna desde diferentes puntos de su territorio. Son lugares ocultos que los ciudadanos ignoran. Sólo a través de grandes guerras se puede mo-dificar en algo el Gobierno y, mientras éstas lle-gan, se entretiene a la gente con elecciones pac-tadas que en nada pueden cambiar el rumbo de la Nación. R Manifestación. Nacionalismo: m. 1. Cuando una secta da el salto a la política. 2. Cuando desde la bandera de la diferencia se hace xenofobia. Narciso: m. Persona que renunció drásticamente a las cremas y a la cirugía estética. Narrativa: f. Género literario que consiste en presentar una historia que al poco tiempo se hace adversa (nudo), pero que tiene intención de me-jorar algún día (desenlace). O sea, se enseña a no

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aceptar las contradicciones, a estar pendiente de los cambios, a tener esperanza de que tarde o temprano se alcance una mejor situación. Acotar los conflictos, después de haber asumido sus desmanes, es el objetivo último de la mayoría de las novelas. En esta definición no quisiera pasar por alto al cine, que se ha sumado desde sus inicios a este adoctrinamiento, entre otros muchos que tiene encomendados. R Película. Nietzsche: m. Diseccionador que dividió a la humanidad en dos: los que no lo han leído y los que no lo conocen. Su dios Zaratustra nos los puede confirmar. Nike: f. (Mitología griega: protectora de los ejércitos). El autor de este Diccionario desconocía que los soldados usaran ropa de marca. Ninfómano: m. y f. Violador que tiene el detalle de presentarse y tomarse una copa con su víctima. Niño: m. y f. Persona que va a la escuela y que los padres divorciados utilizan para decirse cosas o inventarse el amor que nunca tuvieron. Este mis-mo uso se emplea también en los matrimonios no separados. R Hijo. Noche: f. (Al llegar la oscuridad, el pastor metía sus ovejas en el redil y, apoyado en la

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cancela, las iba contando). Momento en el cual las autoridades hacen el recuento de la po- blación. O sea, un toque de queda no decla-rado. Noé: m. Patrono de los meteorólogos. Novela (histórica): f. Acceso del Hombre actual a la cultura. R Kiosco.

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Ñ Ñ: f. Letra tímida y sin iniciativa a la que le cuesta comenzar las palabras, pero que se anima cuando pierde el liderazgo y va entre las demás. EñE: f. Lo dicho: letra tímida cuando va entre las demás.

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O Obelisco: m. (Del antiguo Egipto). Demostración pública que hacen algunos Gobiernos para significar que el saqueo que hicieron a los países más pobres aún no ha terminado. En París, Londres, Roma y Nueva York tenemos buenos ejemplos. R Monumento. Oblación: f. Cortar, separar, quitar, extirpar cual-quier parte de una persona en nombre de una idea. R Dios. Obispo: m. Macho de la avispa. Su picadura no es mortal, aunque sí muy dolorosa, y la zona suele hincharse a causa del veneno que transmiten por su escondido aguijón. Sólo si un ser es atacado por muchos obispos puede perder la vida; por ello, hay que evitar acudir a sus panales estamentales, pues allí el veneno te paraliza las piernas y la cabeza. De la muerte ya no eres consciente.

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Obscenidad: f. Después de dictar las leyes que deben regir el comportamiento humano, la obs-cenidad es la única forma de mantener el orden mundial. R Coño. Obscuridad: f. Cuando la oscuridad es durante la noche. Observatorio: m. Lugar con instrumentos apro-piados y dedicado a reflexiones de interés, como las cabinas de los sex-show. *Obsexo: adj. Idea persistente que no nos deja tranquilos. ¡No eres tú el único! R Orgía. Ocio: m. Trabajo en cadena que debe hacer el Hombre civilizado una vez que ha completado las jornadas de su trabajo remunerado. R B. Ofensa: f. Sentimiento desagradable que sufre el imbécil cuando una buena persona, en vez de darle una paliza, le insulta. R Agresividad. Oleoducto: m. Galería o museo en el que el visi-tante es conducido de cuadro en cuadro hasta lle-gar a la salida. ONG: f. Organización que monopoliza, resalta o incluso inventa las necesidades ajenas, casi sien-pre lejanas, y restringe el ánimo de lucro sólo para unos cuantos activistas.

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*Onlight: m. (De on –encendido–, y light –ligero–). Trabajo realizado o información recibida a través de un ordenador con la sola intención de entre-tenerse y sin ánimo de profundizar. ONU: f. Ente de ficción que, con proyección co-mercial, supo ver en las democracias ajenas una forma fácil de ganarse la vida. La diferencia entre la ONU y una ONG radica en la última letra; por lo demás, sus trabajadores y directivos viven de lo mismo: hacer de la con-tradicción del mundo un drama, y sacarle partido. Ópera (1): f. Lugar donde está permitido darle voces a los ricos. Ópera (2): f. Pasarela de moda en la que, antes de empezar la obra, desfilan viejas y gordos. Opinión: f. Primera y última impresión que se tiene sobre algún asunto, es decir, exposición de la ignorancia. R Erudición. Optimista: m. y f. Persona que visita poco el cementerio más cercano. Orden (social): m. Caldo de cultivo que preparan los Estados para matar a los artistas. Teniendo en cuenta la proliferación de éstos, es posible que no sea arte lo que se está haciendo, por más museos, exposiciones, conferencias, publicaciones y pági-nas web que haya. El arte de las ideas sólo puede

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nacer en el desorden, y ahora el mundo está bas-tante ordenado. Orgía: f. Enfermedad mental, pocas veces admi-tida, que se sufre en las oficinas de trabajo, en los autobuses, piscinas, salas de espera y demás lu-gares donde la gente disimula no enterarse del sexo que le rodea. R Amante (2ª acepción). Orgullo: m. Animal en peligro de extinción. No se confundan ustedes porque, aunque crean verlo por las calles –andares garbosos, gafas de sol y gente oyendo ruido dentro de un coche–, el orgullo está desapareciendo, pues ya no hay luchas reales que mantener, y esa apariencia engreída sólo es el resultado de la mucha ociosidad. R Burro. Originalidad: f. Facultad que el Hombre perdió en su origen y que nunca podrá recuperar, pues fuimos todos hechos a imagen y semejanza de un mismo Creador. R Deficiente (1ª acepción). OVNI: m. Religión cuyos primeros fieles fueron unos pastorcitos deslumbrados a la hora de co-merse el bocadillo. A partir de ese momento, la religión OVNI ha cumplido la función de mante-ner los privilegios de quienes, de una manera o de otra, la defienden. A grosso modo, expongo algunos detalles de esta urdimbre ufológica:

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1. Tiene sus propios sacerdotes –llamados inves-tigadores–, a los que de vez en cuando se les ofrece la oportunidad de aparecer en los me-dios de comunicación para oficiar alguna Aparición.

2. Con estos actos de fe, al Pueblo se le da la oportunidad de tener, por fin, conversaciones transcendentales con sus semejantes, pues nadie puede rebatirle sus argumentos cargados de misterio. Además, resulta un acicate para la autoestima colectiva: ¡nos visitan!

3. El mecanismo de su misterio es un juego lleno de lógica: unos –los sacerdotes– investigan y hablan, ofrecen pistas, datos para que todo el mundo tenga su hipótesis; por otra parte, los gobiernos hacen el papel de acallar informa-ciones, de guardar secretos, de archivarlos..., y ahí está precisamente la clave, pues lo que da fuerza al juego es la fingida oposición de las Administraciones, sus trabas, sus expedientes x ya que, si no fuera por eso, el camino estaría libre y plano, y todo el mundo descubriría el final del juego, y con el cielo limpio ya nadie jugaría. Son los obstáculos los que facilitan la aventura.

Como todas, es ésta también una religión de rumores, y lo más desolador para el creyente sería conocer la verdad.

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P Paciente: m. y f. Persona cabizbaja, resignada, sufrida, dócil y, normalmente, con buena salud, que acude al médico. R Vacuna. Palillo: m. Mondadientes de madera poco usado por los soldados africanos, aunque vayan armados hasta los dientes. Panteón: m. Último recurso que encontró el tirano para tener controlada otra vez a toda la familia. Papa (1): siempre m. Inquisidor que va quemando a sus seguidores. Papa (2): m. Único padre que siempre se hace cargo de una familia por muerte del anterior y, aun teniendo ese papel de sustituto, nadie le llama padrastro. Papá (Noel): m. Publicidad indirecta que los Estados Unidos hacen en todo el mundo de su comida basura pues, con este bobalicón que brinca

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por los tejados sin caerse, quieren justificar su dieta grasienta, ofreciéndonos una prueba de que las personas obesas pueden ser ágiles. Papel (higiénico): m. Único papel del que nadie habla en las campañas de reciclaje. Parábola (1): f. (De para –fin al que se encamina una acción–, y bola –en sentido coloquial, mentira, rumor falso o infundio, generalmente con fines políticos o de otro género–. Además, debemos tener en cuenta las connotaciones infantiles de bola, ya que se asocia a juego). Narración hecha para meter un rollo a niños o a quienes se com-portan como tales. Parábola (2): f. Literatura religiosa con la que se justifican la mayoría de los desórdenes y abusos que unos Hombres cometemos sobre otros. Paranoico: m. y f. Persona con enormes facul-tades creativas. R Miedo (2ª acepción). Parear: v. (De pareo). Acción de taparse la ce-lulitis de los dos muslos. Pareja: f. Sensación de sabiduría y sensatez que dan las cosas cuando las componen dos unidades en equilibrio. Dos riñones, pulmones, brazos, dos piernas... Además, en el hombre, dos cabezas. Sin duda, en el cuerpo humano es un irremediable problema la existencia de un solo corazón.

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Pasado: m. Momento al cual recurrimos por tres razones:

1. Porque tenemos miedo a dejar de perma-necer presentes cuando ya estorbamos.

2. Porque en nuestro pasado siempre somos los protagonistas.

3. Porque nos seduce incordiar. Paseo: m. Recorrido feliz que las parejas hacen con sus niños en el parque todas las tardes, y sin el cual estarían excluidos de los saludos y con-gratulaciones burgueses que les dan las otras pa-rejas felices. Un borracho que también andaba por el parque, al ver este esperpento de vida, lo llamó el compadreo de la prosperidad. Pata: f. Sufijo que se incluye en los grandes males que asolan el mundo: psicópata, ludópata, homeó-pata y metepata. Paz: f. Tranquilidad y sosiego que sienten los muertos de los cementerios alejados de las carre-teras. *Paziencia: Ciencia consistente en esperar en paz a que un enemigo determinado se marche. La siguiente frase la hemos tomado del consejo que un abogado le dio a su clienta: –A tu marido le quedan tres días: el cáncer se lo lleva. Ten paziencia.

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Pecado (original): m. El primero y más grave de todos, consistente en comer más de la cuenta (lo que impide andar por la vida con la soltura y curiosidad necesarias) y querer adelgazar después a base de manzanas. Pedófilo: m. y f. Quien delante de los niños se tira pedos. Película: f. Narración teísta de una historia donde se camuflan las dificultades de la vida, pues ter-minan resolviéndose o, al menos, teniendo un sentido. El mensaje al espectador es claro: no per-der la esperanza de una vida mejor hasta el final, donde llegará la definitiva, aunque desconocida, felicidad. Y si acaso la película termina con de-rrota (no hay felicidad), se hace un canto a la resignación –a soportar la mala vida–, también con esperanza. R Actor. Pene: m. Único instrumento musical homologado que puede hacerse sonar tanto como instrumento de viento como por frotamiento. Sabido es que el pene suena mejor si el frota-miento lo realiza su propietario; sin embargo, cuando es soplado se está obligado a que el músico sea ajeno. Esta última opción no considera la excepcionalidad que representan los contorsio-nistas y otras malformaciones de los músicos. Por concluir, hay que afirmar que este instrumento

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emite sus mejores notas en la combinatoria si-multánea de ambas opciones. Penitente: m. y f. Suicida sin voluntad. Pepa (La): f. Mujer de nombre vulgar que tuvo la santa paciencia de escribir cada una de sus rega-ñinas. Periódico: m. Impreso con la actualidad diaria: horóscopo, esquelas mortuorias, programación te-levisiva y propaganda noticiada de su partido favorito. Periodista: m. y f. 1. Altavoz que se conecta sin ninguna dificultad a todo tipo de receptores. 2. Político sin escaño. Pervertido: m. y f. Persona que comete errores que los demás envidiamos, sobre todo errores sexuales. R Aberración. Perro (1): m. Persona perezosa que vigila con fidelidad las ocupaciones de los demás y que ladra cuando se le obliga a trabajar. Perro (2): m. Animal con el que el ser humano ensaya la forma de vida que desea. El siguiente relato, titulado el tanteo, es un buen ejemplo. –Ve a darle un beso a papá.

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En efecto, el perro obedece a Isabel y salta sobre las rodillas del compañero de piso. Orfeo es verdaderamente el príncipe de la familia. No le falta un detalle: comida caprichosa, veterinarios atentos, caricias de bebé, aseo de señorita y paseos de enamorados. –¿Embarazada? Así es. La mujer da la noticia a Rodrigo que, distraído, se va junto al perro. Lo acaricia.

Cuando el niño nace, Orfeo ya no está en casa, lo han regalado a una nueva familia que, al parecer, desea tener un perro durante el invierno. Peste: f. Enfermedad contagiosa, de expansión ingente, que corrompe las costumbres de los Pue-blos y que en la actualidad es trasmitida por los inmigrantes.

Pico (y pala): m. y f. Unas de las primeras he-rramientas que el capitalismo utilizó para man-tener al Hombre agachado y sumiso. Hoy en día es inhumano su uso, por lo que se han sustituido por los ordenadores. Piedad: f. Capacidad de ver mendigos por todos lados. Piedra: f. (Tropezar con ella). Excusa mineral que siempre encuentra el Hombre para sentirse ali-viado ante su repetitiva torpeza. Con ella uno se

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siente más tranquilo, pues la culpa siempre es del paisaje –ajeno–, y no del caminante. Quien tropie-za con una piedra nunca es culpable del todo; alguien la puso en medio: ése era su Destino. R Cabezón. Piel: f. Órgano vital de la persona que nos atrae. Si no nos atrae, la atención de la piel se sustituye por virtudes del cerebro, y entonces decimos de esa persona que es inteligente, interesante, profunda… y demás elogios metafísicos. R Halitosis. *Pijomandia: f. Moda primorosa de vestir que responde a una forma aburrida de vivir, y que viene a ser el refinamiento que el barroco hizo con el humanismo. Pingüino: m. Hombre que va tras una mujer con la única intención de llevársela a la cama. Sus maneras suelen ser educadas, va bien vestido –esmoquin incluido– y camina con las piernas abiertas, ya que no puede ocultar lo único que va a entregar en la efímera relación. Pinocho: m. Primer caso clínico en que una erec-ción involuntaria impidió el uso de gafas. Pintor (clásico): m. Cura laico. Calificación robada a Don Gustavo Bueno cuando define a Kant.

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Pintor (impresionista): m. y f. Aprendiz de pintor. Pintor (realista): m. Fotógrafo lento. Pintura (abstracta): f. Enfermedad que padecen quienes, no teniendo nada nuevo que decir, se em-pecinan en garabatear lienzos que alguien podría aprovecharlos para pintar. Piojo: m. Insecto que, junto con los Beatles, im-pulsó el movimiento hippy. Piraña: f. Hombre pequeño y violento de *Cristo-américa, que sólo se atreve a atacar en bandadas, devorando en pocos minutos cualquier presa. Pirómano: m. y f. Friolero distraído. Piruetas: f. Dícese de cada una de las cosas que hace un hombre para hacerse el encontradizo con una mujer. Pitágoras: m. Hombre que, echando cuentas, de-mostró la existencia matemática de Dios. Pitonisa: f. Actriz que ha tenido la mala suerte de verse obligada a interpretar siempre el mismo pa-pel: un monólogo de mal gusto en el cual se le recuerda a la persona presente que tiene que seguir viviendo. R Futurólogo.

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Placebo (efecto): m. Sustancia que, careciendo de propiedades terapéuticas, produce efectos cura-tivos sobre las enfermedades imaginarias del pa- ciente. En la facultad de Medicina, el ejemplo que suele ponerse es el de la Hostia Consagrada. Placer: m. Satisfacción inmejorable que hace que uno se sienta como en casa y no quiera moverse y, si acaso te obligan a hacerlo, te parecerá que te falta el aire y tienen que golpearte bruscamente para que tomes oxígeno, y terminas llorando. Por antonomasia, y por la derivación del término, ese lugar del mundo es la placenta materna. Plato: m. Recipiente, generalmente esférico, em-pleado por algunas personas para comer, y que suele colocarse cerca de la televisión. Paradójica-mente, en el momento en que el plato cumple su natural función de soporte alimenticio, es cuando su aliada televisión muestra que la otra parte del mundo se ha quedado sin vajilla. R Palillo. Platón: m. Evangelista de Sócrates. Platónico (amor): m. Lo que debió sentir, en al-gún momento de su adolescencia, la novia de Plantón. *Plof: m. Dicho de una persona que, por su poca práctica en las relaciones sexuales, en los mo-mentos en los que se le presenta una certera opor-

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tunidad, la rechaza, aludiendo al cansancio o al estrés. Si la persona Plof persiste en su falta de atrevimiento con el sexo, no tendré más remedio, en próximas ediciones, que incluirla en la defi-nición de frigidez. R Feminista. Pobre: m. y f. Persona que en cualquier momento del día tiene la necesidad de mirar el reloj. Si ese momento es por la mañana y con sueño, el pobre vive en la miseria. R Reloj. Poeta: m. Persona fallecida que escribió letras que los cantautores repiten para reivindicar libertades de expresión. Poetisa: f. Aspirante a poeta. Policía (1): f. Cuerpo que se establece con el pro-pósito de que surjan altercados y ladrones, de la misma forma que aparecieron las brujas al im-plantarse la Inquisición. Policía (2): f. Cuerpo que, a las órdenes de las autoridades políticas, vela por el mantenimiento del orden público; pero su intervención sólo es necesaria cuando los ciudadanos no poseen edu-cación y se comportan como sus autoridades po-líticas. Políglota: m. Mujeriego: es decir, el que toca varias lenguas sin convivir realmente con ninguna.

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Política: f. Trastorno de la conducta consistente en hablar solo cuando se está rodeado de gente. R Intérprete. Político: m. y f. Vendedor ambulante que ofrece productos sin garantía. R Misa. Postguerra: f. Periodo de tiempo que los derro-tados llaman paz y en el que los victoriosos reparten el botín. Históricamente, abarca desde el comienzo de la propiedad hasta nuestros días. R Humorista. Poison: m. Palabra francesa que quiere decir ve-neno pero que, añadiéndole una s (poisson) significa pescado. Como se puede ver, los gramáticos franceses sospecharon anticipadamente el mal trato que el Hombre iba a darle al mar. ¿Por qué no te callas?: Frase que una persona se ve obligada a pronunciar cuando desea corregir errores del pasado. Fue inaugurada por un Rey español para atenuar las amargas consecuencias de haber enseñado a hablar a un mono. Preámbulo: m. Palabra que nunca debe utilizarse en el acto de hacer el amor. Cuando uno la expre-sa, en realidad no concibe el acto amoroso hasta que comienza la penetración o, a lo sumo, hasta que no hay cierta desnudez y, por lo tanto, no concibe la mirada, el toque de manos, las caricias,

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las frases... como partes importantes. Según este Diccionario, no existe preámbulo en el acto amo-roso; sólo acto. Precinto: m. En corrillos de agentes comerciales de segunda mano, lo que hace virgen a una mujer, es decir, el himen. Ellos no dirían, a Rocío la han desvirgado, sino, a Rocío le han quitado el pre-cinto. Predestinación: f. Arma de fuego divulgada por Platón, cargada por San Agustín y aplicada por el Gobierno, que nos apunta a todas horas para que trabajemos sin rechistar. R Bienaventuranzas. Prepotente: m. y f. Persona que tiene argumentos más fuertes que los nuestros. No es soberbia la persona, es soberbia la idea. (Juan Valera.) R Enemigo. Preservativo: m. Estrangulador que asfixia a su victima con templanza, la mete en un túnel oscuro sin salida y no la suelta hasta que la pobre criatura no le da todo lo que tenía. Presidente (de Comunidad Autónoma): m. y f. Albañil que se retira precipitadamente de una obra, nada más poner la primera piedra. Preso: m. y f. Hombre que no advirtió a tiempo el gozo de un paseo.

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Previsible: adj. El mayor insulto ético que puede recibir una persona fuera de la cárcel. Prisa: f. Urgencia que unos emplean por lujo y otros por necesidad. El conductor del coche po-tente parece que tiene prisa, pero en realidad ya ha resuelto las penurias de la escasez, y su velocidad es símbolo de su riqueza. Sin embargo, quien aún no ha resuelto la papeleta de lo básico y necesita andar más deprisa por la vida, tiene dificultades para correr, pues su motor es menos potente. La propuesta es sencilla: que sean los pobres quie-nes manejen los coches potentes. Progre: m. y f. Dicho de una persona o de una colectividad que sólo hace daño si maneja dinero público. R Socialista. Prójimo: m. Dice el Éxodo: no codiciarás la mujer de tu prójimo... Pero, ¿se puede desear otra? R Desear. Promiscuidad: f. Crimen que uno comete sobre sí mismo y por culpa del cual se va perdiendo la sensibilidad. Propiedad: f. Lo que se cree como propio. Lo que se defiende y vigila como materia exclusiva de uno. El hombre que da un beso a su mujer en presencia de otros hombres; el conductor que, por tener pre-

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ferencia, no permite que otro que sale de un apar-camiento se incorpore a la calle principal; aquel que se refugia en la ley escrita para engrosar su ego con alguna razón, o cualquier Hombre que hace público su privilegio sobre otros Hombres, son algunos patéticos ejemplos del uso abusivo que se hace de la propiedad, y que encuentra su máximo exponente en la contratación de algún tipo de seguros que garanticen la continuidad o susti-tución de sus posesiones. Se incluyen aquí los seguros de vida aunque, por la ausencia obligada del contratante, vayan a ser otros los que disfruten de esa propiedad. R Seguridad y Amor (1ª acepción). Propina: f. Ayuda humanitaria que los países ricos envían a los pobres cuando a éstos les asola alguna desgracia. Debido a los reproches que me han lle-gado de gente solidaria y buena, que preferirían ver esta gratificación de los Estados bajo los auspicios de la palabra limosna, me veo obligado a recordarles que esta última hace referencia a lo que se da por amor de Dios para socorrer una necesidad, que de ningún modo es lo que ocurre cuando se da una propina, es decir, cuando se hace un pago extra como muestra de satisfacción por un servicio que te están prestando. Sin duda, la propina se presta para asegurar que el servicio continúe, pues de él depende que nuestro bienestar se prolongue. R Solidaridad (1ª acepción).

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Protágoras: m. Filósofo griego que, con su frase: “el hombre es la medida de todas las cosas”, dio permiso para opinar según el antojo de cada cual, idea que yo he entendido, desarrollado y segura-mente exagerado en este Diccionario Confundido. *Protagorizar: v. Ser protagonista de las palabras, es decir, idear con ellas otros significados. Protesta: f. Véase Manifestación. Protestantismo: m. Movimiento religioso acogido por los norteamericanos para independizarse de Europa y no tener que estar mirando eternamente a Roma. Protestantes: m. y f. Católicos con vocación de servir ciegamente al capitalismo. Al ser salvados por su fe y no por sus hechos –y como la fe no explicita la cantidad ni la calidad de esos hechos– ellos, por miedo a quedarse cortos, se ven obli-gados a trabajar a destajo para asegurarse la salva-ción. Con el protestantismo como mano de obra, la cadena capitalista se frota las manos de alegría. Prostíbulo (1): m. Lugar sagrado donde el hombre de clase media resuelve los conflictos con su mujer. Prostíbulo (2): m. Establecimiento donde la mercancía te mira a los ojos y se sonroja si te llevas algo que no estaba en venta.

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Prostíbulo (3): m. Escuela Mayor donde no importa el fracaso escolar de sus alumnas, y hasta se agradece, pues se sabe que se entregarán con más ímpetu en otros menesteres. Además, los inspectores que las examinan son discretos, y no elaboran informes que delaten esta carencia, por más que las desnuden en sus entrevistas perso-nalizadas. Protocolo: m. Silla de ruedas gracias a la cual hacen las cosas más importantes los inválidos y discapacitados que en general aún no han con-seguido las habilidades de autonomía básica, esto es, los políticos, la alta jerarquía eclesial y militar, y gentes varias de la Monarquía. Psicoanálisis (1): m. 1. Véase Psicología. 2. Rama de la Psicología que se empeña en decirnos que al Hombre le afectan todos los problemas del mundo, pues de todos tiene conciencia. Psicoanálisis (2): m. Rama de la Psicología que se empeña en que el Hombre no se baje de la rama. Psicoanalista: m. y f. El que llama obsesión a la buena salud. En referencia a un anciano, ayer publicó el periódico un diagnóstico psicoanalista: ese hombre es adicto al sexo. Psicología: f. 1. Véase Medicina. 2. Ciencia que se encarga de decirle a la gente que no se puede estar tranquilo, y que la normalidad no entiende de

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diferencias entre las personas. Parece ser que últimamente también están molestando a otras especies no humanas. *Pubicar: v. (Del latín pubes, -is). Dar vueltas alrededor de lo esencial. Puta: f. 1. Mujer de cuatro letras. 2. Comparada con la casada, y como única diferencia con ésta, la mujer puta es aquella que cobra en metálico por fingir. 3. Término del compuesto *prostiputa. *Putaísmo: m. Doctrina mayoritaria en el mundo aunque, contrariamente a otras doctrinas y con-fesiones, existen más practicantes que censados. *Putez: f. Calidad de puta. Por ejemplo: María tiene hoy una putez que me asusta.

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Q Querer: v. Sentimiento de consuelo que se em-pieza a tener después de la pasión. R Siglo. Quibla (kibla): En el código de circulación árabe, señal de tráfico que indica dirección obligatoria. Quietismo: m. Doctrina religiosa que quisieran muchos padres para sus hijos. Este deseo aumenta los fines de semana, pero su máxima esperanza de que reciban esta convicción es mandarlos a la ca-tequesis. R Guardería. Quijote: m. Obra literaria que llega a ser Univer-sal gracias a la intervención de un tal Avellaneda.

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R Racismo: m. Desprecio étnico que siente y manifiesta –de una u otra forma– todo ser humano, y que sólo es imputable a grupos radicales. Sin duda, estos grupos cumplen una función social: ejecutar el deseo de la mayoría. Radicales: f. Monjas de clausura. Ramadán: m. Bulimia nocturna alá que no se le ha encontrado tratamiento. Rebelde: m. y f. El que creyéndose fuera de una sociedad –gracias a su comportamiento bufón– hace la función de nexo (tejido conjuntivo) para que ésta no se separe y sea más fuerte (luchando contra él, por ejemplo). Una sociedad nunca deja escapar a sus distintos (en todo caso los agrupa), pues sabe que ellos son esenciales para mantener la unidad. *Recetólogo: m. y f. Véase Médico (2ª acepción).

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Revolucionario: m. y f. Hombre que aspira a ser el grano de un culo gordo. R Propina. Recaída: f. Conmoción del hombre divorciado cuando afronta su segunda hipoteca. Regla: f. Autolesión sangrante que se provocan la mujeres cuando creen que el dolor de cabeza no va a ser creíble. Cuando se les pregunta por qué no se hieren en otra zona, responden que es el único sitio donde los hombres miran con detenimiento, y es seguro que se enteren del asunto. Relaciones (sociales): f. Únicas relaciones que realmente desea el Hombre; y hasta tal extremo las busca, que incluso sus relaciones con animales las convierten en sociales cuando los domestican. Relajación: f. Abandono perezoso en el que caen algunos Hombres, y que consiste en anular alguno de los sentidos cuando se está en medio del mun-do. “Me relaja escuchar música mientras corro”, oí decir un día a un perezoso al que no le importaban tanto las sensaciones de su cuerpo como el no sentirse solo mientras caminaba deprisa. Reloj: m. Instrumento mecánico que deben utilizar los pobres. Hay muchas formas de en-mascarar la pobreza, pero todas quedan al

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descubierto cuando alguien necesita saber qué hora es. R Predestinación. Restaurante: m. Establecimiento público donde el Hombre actual vive una de sus mayores aventuras: consumir al azar eligiendo su comida de una carta. Resucitado: m. Hombre que aparece cabizbajo en casa de su ex mujer cuando la joven novia lo aban-dona. Revisión: f. Ver con atención y cuidado; en con-creto, se refiere a la revuelta de cabeza cuando nos cruzamos con una mujer bonita. Si el observado es un hombre y la que mira una mujer, al acto se le denomina verificación. R Esguince (de cuello). Rey: m. Según la gente es una persona que vive bien, pero en realidad tiene importantes misiones: representar y garantizar la desigualdad en un Pueblo, y ser el principal mantenedor de la reli-gión. Sabido es que no tendría ningún porvenir un rey ateo. ¿Conocen algún Reino fuera de la reli-gión? Ritter: m. El hombre con más pulso de la historia, pues en medio de los terremotos era capaz de escribir en una minuciosa escala. Robespierre: m. 1. Cirujano francés a quien se le atribuye la expresión cortar por lo sano.

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2. Peluquero exagerado (unisex). Siempre se le echó en cara que no desinfectara las cuchillas. Ronquido (1): m. Enfermedad predominante de quienes duermen en compañía pues, al parecer, se trata de un silbido innato que ayuda a soportar el hastío. R Querer. Ronquido (2): m. En la mujer: primer símbolo sonoro de la pérdida de la belleza. En el hombre: constatación científica de que ha dejado de ser un caballero. Rousseau: m. Autor que afirmó que el Hombre es bueno por naturaleza. No es de extrañar este des-varío sabiendo que nació en Ginebra.

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S Sacamantecas: m. Monstruo legendario que abre el cuerpo a sus víctimas para sacarle las vísceras, y que ha llegado a determinadas clínicas con el nom-bre de liposucción. Sacramentos: m. Citas a ciegas que uno tiene su-cesivamente con el cristianismo. La Iglesia dice que cada una de ellas es para renovar los acuerdos anteriores, pero la verdad es que los firmantes no se fían el uno del otro, y necesitan hacer un contrato nuevo cada cierto tiempo. Es evidente que la parte contratante (Iglesia) no quiere perder nin-guna opción sobre su cliente. R Bautismo. Sanción: f. Según el Director General de Tráfico, lo que pedimos para los demás cuando cometen un error que conocemos bien, porque antes nosotros lo cometimos mil veces. El deber es lo que esperamos que hagan los de-más. (Oscar Wilde).

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San Pablo: m. Escribió una Carta a los Romanos, otra a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a Tito, a Filemón y a los Hebreos; y en dos oca-siones a los Corintios, a los Tesalonicenses y a Timoteo. ¡Menos mal que no conoció el correo electrónico! San Pedro: m. El sereno con trabajo estable más informado, pues conoce todos los secretos íntimos de los vecinos que tocan su puerta. Sansón: m. Históricamente, el hombre más de-fraudado con los peluqueros. Santa Lucía: f. Patrona otorgada a los ciegos para que dejen de sospechar que desde el principio fue-ron abandonados en la oscuridad del olvido. Lucía proviene de luz –en pasado–, con lo que se les quiere hacer ver que hubo un tiempo iluminado. Sapo: m. Anfibio trajeado que en la oficina suele pasearse –a saltos– con voces de jefe, aunque lo único que realmente pretende es llamar la atención de su secretaria. Satán: m. Ángel malhablado y por tanto expul-sado del Cielo, y que se ha convertido en la mejor prueba de que Dios no perdona a todos sus hijos. Secuestrador: m. y f. 1. Persona posesiva y ca-riñosa. 2. Cleptómano inconformista.

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Seducción: f. Juego de cartas marcadas, pues cada participante sabe de antemano las bazas que lleva, y por lo tanto el riesgo que va a asumir que, por lo general, es muy escaso. Seguridad: f. Negligencia vital en la que cae la persona. Vivir con seguridad es contradictorio. R Arca (de Noé). Sencillez: f. Virtud que suele asignársele a las per-sonas que nunca defienden con descaro sus ideas. No suelen tener ideas. Voltaire les dedicó otras palabras: los pequeños arroyos son transparentes porque son poco pro-fundos. R Tolerancia. Sencillez (en un artista): f. Incapacidad para resistir el compromiso de la fama. Separados: m. y f. La mayoría de los invitados de una boda. Seriedad: f. Se trata de un rasgo de la conducta externa que se muestra en diferentes tipos de im-potencia. La más habitual es la impotencia social: cuando la persona tiene limitaciones significativas para la comunicación muestra esta arma, que a simple vista la sitúa en una posición de superio-ridad, y que en realidad es el resultado de su per-manente indefensión. También se emplea –y deriva de la anterior– cuando no se tienen argu-

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mentos potentes para el debate, siendo en este momento la seriedad un dispositivo que los con-trarresta, pues los demás contertulios suelen darle más importancia a lo dicho con seriedad que a lo que se aporta desde otras posiciones más joviales. Aunque es en la política donde la seriedad tiene toda la razón de ser, no puedo obviar las últimas investigaciones que revelan la correlación entre seriedad e impotencia sexual, pues quien no puede ejercer de amante pasa el tiempo inmerso en con-versaciones de calado solemne que distraen los quehaceres del lecho. Riamos en abundancia, porque la seriedad fue siempre una buena amiga de los impostores. (Hugo Foscolo). R Silencio. Seso: m. Masa blanquecina de la cabeza que le proporciona al hombre la capacidad de pensar. En la mayoría de las ocasiones se le denomina semen. Seudónimo: m. Nombre falso que se asigna al-guien para decir falsedades. En la elaboración del Diccionario de la Confusión he intentado ironizar con este término pero, por respeto a su importancia histórica, me ha sido imposible jugar con él, pues durante muchos años ha garantizado la unidad del país, la paz y el orden, y según grandes autores –que no han querido dar su verdadero nombre– también la belleza. Por lo tanto, no tenemos más remedio que agarrarnos todos de la mano y ca-minar juntos, respetar a las autoridades y rezar

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para ser perdonados por los pecados que podamos cometer algún día. Firmado: Juan Carlos Comienzo. Sexo: m. Trabajo que el Hombre hace, a modo de escala, mientras busca el verdadero amor. París es uno de esos lugares donde la hembra americana ronda como una gata en celo. Puede estar buscando el amor, pero se conforma con el sexo en cualquier ocasión. (Henry Mille). R Querer. Siamés: m. y f. Cada uno de los hermanos de un gobernante. Sibarita: adj. Familia que cuida mucho el refina-miento cuando sale a comer con la generosa abue-la. Siesta: f. Momento placentero que ha quedado incompleto por la incorporación de la mujer al mundo laboral. Siglo: m. Periodo muy largo de tiempo utilizado para dividir la Historia. Por extensión, se comienza a utilizar en situaciones convivenciales en las que toda la historia ya está contada y saturada desde sus inicios pero que, por alguna fuerza extraña, se insiste en perpetuarla, haciendo de ella un periodo largo de tiempo en el que se desearía el final de la Historia. R Matrimonio.

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Silencio: m. Técnica encubierta empleada en una conversación para ejercer la autoridad. Si dos ban-dos –o dos personas sin bando– discuten antes de tomar una determinación, se queman, se desgastan. Si interviene el cobarde que ha permanecido en silencio, su opinión será decisiva, y el resultado, por tanto, caerá a su favor, aunque no haya estado inmerso en la discusión. Habrá ganado por perma-necer en silencio. Quienes mejor ejercen esta técnica son los jueces. R Seriedad. Silla (eléctrica): f. Asiento con respaldo, por lo general de cuatro patas y enchufada a la pared, que utilizan algunos Gobiernos con la intención de ahorrarse las obras de la calefacción. R Cárcel. Sindicalista: m. y f. El que ha descubierto que, para defender al proletariado, tiene que dejar de pertenecer a él. R Liberación. Sinónimo: m. La palabra que utilizamos cuando no encontramos la oportuna. Hay gente que parece que siempre hablan con sinónimos. Sirena: f. Mujer que al final de la noche siempre encuentra alguna excusa para no acompañarte a la cama.

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Socialista: m. y f. El que se sienta con una guitarra a la izquierda del dinero. R Izquierda. Sócrates: m. Político que decidió finalmente no presentarse por ninguna candidatura. Socorrista: m. y f. Guardián sin uniforme que se ahoga en un vaso de agua cuando tiene que co- municar a los padres el destino definitivo de su hijo. R Desahogar. Sol: m. Según las últimas manifestaciones del Papa, satélite menor que da vueltas alrededor de la Tierra, y por las noches se retira a rezar. Soledad: f. Miedo a sí mismo por haber expe-rimentado alguna vez el aburrimiento y haberse visto vacío y pobre. Para repasar la forma de afrontarla, Véase Aburrimiento. Sólo es un con-sejo. Solidaridad (1): f. Carne que se echa a las fieras para que no nos ataquen. R Voluntariado. Solidaridad (2): f. Desperdicios económicos que se dan a los pobres para que no trabajen, para que no compitan con nosotros, que somos ricos porque trabajamos. Solidaridad (3): f. Al igual que los cursos de guitarra, teatro, baile, manualidades, pintura, etc., es una idea en torno a la cual se desarrollan ac-

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tividades que permiten que la gente salga de casa y se distraiga con otras personas que están en su misma situación, es decir, que sienten que las tardes son demasiado largas para pasarlas a solas. Soltero: m. Persona con gran experiencia en el saludable acto de la separación que, además, acos-tumbra a dar consejos sobre la práctica del ma-trimonio. El soltero se subdivide en grupos bien definidos y estudiados sociológicamente. El soltero charlatán es un tipo que comienza a extenderse. Básicamen-te, se dedica a la distracción de la mujer paciente, aburrida y conformista que escucha frases sacadas de una formación rutinaria que traslada de una mesa a otra en cafés y restaurantes. Su capital más preciado es él mismo, y escucharse es la única inversión por la que apuesta. Los parajes sociales están llenos de ellos en cualquier época del año. En ocasiones se constituyen en verdaderas colo-nias epidémicas que entorpecen la vida de las ciudades, al ascender los porcentajes tolerados por metro cuadrado de estos exhibicionistas. El soltero silencioso es otro grupo que se ha ganado un lugar destacable. Es el resultado de fracasos personales –relacionados con la autoesti-ma– que llevan al sujeto a observar permanente-mente a la mujer, a estudiarla. Conocen de ella su entramado psicológico y social, y están conven-cidos de ser capaces de hacer feliz a esa mujer, que ahora escucha al soltero charlatán. Hacerse el

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encontradizo, frecuentar los lugares habituales de sus amores momentáneos; mirarla fijamente hasta que ella, buscando a otra persona, le mira. Enton-ces él emprende la huida, pide la cuenta de su refresco, coge el paraguas que le da seguridad y sale humillado de sí mismo. Nunca más ese lugar ni esa mujer. El soltero silencioso termina, no obstante, culpando a la mujer de su soltería por no ser lo suficientemente sensibles para darse cuenta de las posibilidades que tiene un hombre así. Tras este pensamiento –que le lleva unas dos semanas–, vuelve a la cafetería con la intención de mantener la mirada cuando ella se equivoque y le mire. El soltero grupal también lo incluimos en esta definición. La manada es su campo de acción. Ataca en manada –junto a otros solteros grupales– y siempre contra manadas femeninas. Es incapaz de creerse interesante en una conversación cerrada y prefiere la algarabía, las bromas, y cambiar constantemente de tema antes de mantener refle-xiones con participación femenina. No obstante, cuando las presas que han permitido los tocamien-tos verbales se han marchado, para seguir siendo tocadas por otras lenguas, el soltero grupal se entretiene con algún otro soltero a profundizar concienzudamente, lo que demuestra que no es la incapacidad para hacerlo lo que impide encerrarse con una mujer en una conversación, sino su inca-pacidad de comenzar a hacerlo. Por ello el soltero grupal termina descarriado de su masiva referencia

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y se le ve, después de los años, atacando solo, reconvertido a soltero vagabundo –que será in-cluido en una segunda edición– o adaptado al matrimonio, donde terminará sus días. El soltero casado emerge con fuerza. Nuestro espacio es una dedicatoria a ese hombre inconfor-mista y caprichoso que, después de asegurarse amor eterno, emprende cuantas batallas salgan a su paso. Este señor no descuida su aspecto, sus bue-nas maneras –fuera de casa–, y aprovecha cual-quier debilidad para entrar y salir de la vida de otras mujeres, prometiendo lo que ya prometió y, sabiendo de sus resultados, repite con retórica y buena literatura. El soltero casado es el hombre más inestable, pues para mantenerse necesitó inventarse un amor del que no es capaz de salir, pero al que tampoco le ofrece estabilidad. Su miedo a pasar de moda y a creerse parte de más de una generación son las raíces de tanto movimiento. Sonámbulo: m. y f. Vigilante nocturno no re-munerado. Subcontrata: f. (De sub –bajo, debajo–; de con –instrumento que sirve para hacer algo– y de trata –vender a seres humanos como esclavos–).Con esta composición no pretenderán ustedes que las condiciones de trabajo de los empleados de estas empresas sean dignas.

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Subvención: f. Forma de mantener el arte de es-casa valía, y que por sí solo no tendría la fuerza necesaria para aparecer en público. Suegra: f. Quien finalmente elige a tu mujer. Suegro: m. El hombrecillo silencioso que vive en casa de tu suegra. Hay otros datos que te pueden ayudar a identificarlo: puede estar viendo la tele-visión, y no le importa que le cambien de canal; puede que se haya convertido en un manitas, pues buscó oficios para liberarse; hace recados y deja la vuelta y el tique sobre la mesa; saca al perro a la calle hasta que el animal se aburre. Para más info.-mación, fíjate en la conversación de tu suegra: jamás lo nombra; si acaso, dice mira éste, a lo que se dedica ahora. Suicidio: m. Último descuido de una persona que no quiere seguir consintiendo, por más tiempo, los diferentes chantajes de la vida. Superdotado: m. y f. Persona que, ante unas prue-bas normalizadas, demuestra saber más que los deficientes que las elaboraron. R Informe (psicológico). Superman: m. Nuevo Mesías: ser extraordinario caído del cielo para salvar a la humanidad en cuatro entregas. El fruto de su relación con una periodista ingenua deja asegurada la sucesión.

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Lástima que el hombre que encarnaba esta idea no soportara la caída desde un caballo. Suspiros: m. En la persona con halitosis, pedos del corazón.

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T Tabaco: m. Cáncer emboquillado que el Estado vende para sacar fondos con el que financiar los tratamientos oncológicos y sus correspondientes campañas de prevención. Tabla: f. Herramienta pitagórica que Dios dio a Moisés para que se multiplicasen los creyentes. *Tarzanear: v. (de Tarzán: hombre que guiaba a bobalicones por la selva). Cuando un trabajador tiene que detener su actividad y soportar las estu-pideces deslavazadas de su jefe. La siguiente frase la dijo una maestra antes de coger la baja laboral: –Estoy cansada de que venga el inspector y ten-gamos que tarzanear dos horas. Taza: f. Recipiente cóncavo ante el cual uno se aposenta para meditar y darse cuenta de que la vida se nos escapa poco a poco. La taza del retrete está especialmente diseñada para este menester.

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Teatro: m. Interpretación amorosa, sentimental y de compromiso que suele hacerse momentos antes de la eyaculación. R Ya. Televisión: f. Entretenimiento variado que enmas-cara un sinfín de limitaciones de los teleoyentes. Últimamente se está instalando en los dormitorios, donde descansa la pareja, para que ésta no tenga que trabajar sexualmente pues, con la tele encen-dida, pronto llega a la cama el sueño disuasorio. R Cama. Tenca: f. Único pez que, sin ser digerido, llega al culo. Tenedor: m. Pequeño tridente con el que el Dia-blo no puede castigar a las zonas pobres. R Plato. Te quiero: Expresión de mendicidad pues, en realidad, con ella se quiere decir: te necesito. Tertulia: f. Parloteo apasionado sobre diferentes temas que se hace con la clara intención de no llegar a ninguna conclusión, y que antes se hacía en los bares y ahora hay que soportar en las emisoras de radio. R Bar, Verduguear y Perio-dista. Testamento: m. Desahogo legal por el cual un avaro convencido se convierte en generoso.

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Testigos: m. y f. Quienes dicen haber visto lo que nadie vio y, aunque todos sabemos que mienten, no hay quien los desmienta. Sobre estos testigos se sostiene la Justicia del Hombre... y el propio Jehová. Tolerancia: f. Irresistible simpatía pública ante comportamientos ajenos con los que no estamos de acuerdo, es decir, pereza: abandono e indolencia en asuntos que nos debían ocupar. R Ecléctico. *Topear: v. (De topo –ratón que se hace el ciego y a quien se le atribuye la expresión tierra, trágame). Cuando alguien, para no pasar vergüen-za, se esconde y simula no ver a otra persona. Por ejemplo: claro que vi a Rimbaud, pero topeé y me fui a otro bar. Topo: m. Mamífero que acostumbra a vender cu-pones. Torero (1): m. Pendenciero que siempre mata con ventaja: el enemigo está encerrado y desconoce el duelo, mientras él lo anuncia y se prepara; elige el único arma que le han enseñado a manejar, y cuen-ta con cómplices que lo auxilian. Torero (2): m. Hombre incapaz de ponerse delan-te de un toro bravo. Toro: m. (Del dicho: estás como un toro, cariño). Calificativo de consolación con el que la mujer

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llama al marido, cuando el pobre ha perdido sus encantos y es público el parecido que tiene con la parte frontal de este animal. R Unicornio. Travestismo: m. Trastorno psicosexual consis-tente en tomarse en serio los carnavales. Trabajador social: m. y f. Empleado de la Basura que recoge desechos no reciclables. Traficante: m. Vendedor que recibe del Gobierno dos mensajes a un mismo tiempo: –Te ofrezco las condiciones para que nuestra mercancía llegue a los ciudadanos que nos inte-resa, y –De vez en cuando irás a la cárcel. Necesitamos que la gente esté tranquila. Trauma: m. Enfermedad en niños de edad esco-lar, inventada y defendida por la Administración educativa, y que los padres esgrimen a diario en las puertas de los colegios. R Niño. Tregua: f. Sinónimo de Postguerra. (Consultar éste último término). Trinidad: f. Acertijo propuesto al Pueblo para salir del paso y cuya solución aún es provisional. Su combinatoria increíble y confusa obedece a la tradición misteriosa de toda religión, lo que fa-vorece que la gente no la ponga en duda.

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Triunfo: m. Consecución de una meta, sin la cual uno nunca conocerá el camino a recorrer, y que te permite ver lo que hay al otro lado, sabiendo que la mayoría ha quedado atrás, en la felicidad del fracaso. Tumba: f. Lugar donde acuden los familiares del fallecido para asegurarse de que se pueden ir a ca-sa en paz. Turismo (rural): m. Acondicionamiento de una zona para que vivan mejor los inversores que vienen de fuera, y de paso molesten al nativo que no necesitaba de esas mejoras, pues sólo le aca-rrean discrepancias con su forma tranquila de vida. Turista: m. y f. Creyente moderno que cumple los mandamientos que recogen los coloridos catecis-mos de las agencias de viajes. Esto es: se ha de ir en grupo y prestando atención de experto al guía, aunque no se crea nada de lo que le diga, pues lo importante es distraerse por lo que, además, ha de hacerle preguntas incordiantes. El turista contri-buye como nadie a que el sistema se realimente; por eso reparte el dinero en los destinos aconse-jados y en las cantidades pactadas. Por último, tiene la inexcusable obligación de hacer foto-grafías y explicarlas en el trabajo. R Fotografía.

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U Universidad: f. Institución de enseñanza superior donde los Gobiernos reparten sus primeros progra-mas electorales. Unamuno: m. Autor que se pasó la vida deshojan-do la misma margarita. Cuando al final se quedó solo con el sol amarillo de la flor, comprendió que era intranscendente el signo del último pétalo. Unicornio: m. (Único cuerno). Dícese de la per-sona a la que su pareja no le ha puesto aún los cuernos, pero se lo está pensando. Hay que sub-rayar que estos individuos son claramente dife-renciados de los poseedores de dos cuernos, y que la Academia Nacional de Cornudos, en su catálogo de individuos ingenuos, asegura que son tremen-damente felices pues, vayan por donde vayan, siempre se encuentran como en familia. R Cuerno.

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Urgencia: f. Sensación sugestiva de premura que consigue que la gente se reactive y tenga la im-presión de vivir más intensamente, de tal forma que, de vez en cuando, uno busca urgencias en ocupaciones anodinas. Sin embargo, hoy se sabe que el enfermo que viaja en una ambulancia de luces y sonidos, no vive más deprisa; si acaso, más asustado. Usufructo: m. Derecho a disfrutar bienes ajenos con la obligación de entregarlos sin desperfectos. No sería mala idea que fuera ésta la ley que rigiese la convivencia de las parejas. R Género. Uvero (rayos uva): m. Sala radioactiva donde los más blancos, al no poseer recursos personales suficientes que les hagan sentirse bien y, por lo tanto, no poder cambiar el tono de su discurso, cambian momentáneamente el tono de su piel.

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V Va a ser que no: loc. adv. Expresión que utilizan los imbéciles para denegar algo que desconocen. Vaca: f. Insulto que recibe habitualmente la mujer del toro. R Foca. Vacaciones: f. Descanso temporal sobre el cual el autor de este Diccionario Confuso ha desarrollado una tesis: descenderían notablemente el número de viajes si estuviera prohibido relatarlos o se prohi-bieran las fotos. Vacuna: f. Conciencia médica de la debilidad de un Pueblo. Este concepto se desarrolla en varias fases:

1. La Población, de alguna forma, es acusada de no saber cuidarse.

2. La industria farmacológica sale a la pales-tra como salvadora.

3. La Población se vacuna.

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4. La medicina realza su función de garante –salvadora social–, que la hace imprescin-dible para que el Pueblo siga viviendo tranquilo.

5. Pero la gente sigue indefensa, pues con-tinúa sin saber cómo cuidarse. Y lo peor: sin conciencia de que ése es su principal trabajo como ser vivo.

R Gripe. Van Gogh: m. En el argot taurino, una oreja y vuelta al ruedo. Vasectomía: f. Operación penal que se hace al hombre cuando el pobre cree que tiene asegurada la pareja de por vida. La palabra se tomó textual-mente de la exclamación de un cazurro de pueblo cuando vio desnuda por primera vez a su mujer: va sé tó mía, dijo. Tuvo ocho hijos. Vegetariano: m. y f. Militante acérrimo del partido ecologista-los verdes. R Radicales. Vela: f. Cilindro o prisma con pabilo en el eje para alumbrar aquello que no se desea enseñar del todo, como la comida empenumbrada de algunos restaurantes (a los que denominan románticos por la escasa luz), o la atmósfera misteriosa de las iglesias. Por eso, la muerte recién llegada y expuesta se llama velatorio, aunque algunos con-testatarios la denominen capilla ardiente.

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*Vengaaa: expr. Saludo que el hombre sabio hace a la mujer bonita. Para ser considerado aquí, el saludo debe ser lascivo y chabacano, aunque la mujer sólo debe sentir un adiós prolongado. Se recomienda hacerlo en compañía de algún amigo, con el que se ha de compartir unas risas de hiena y la visión del contoneo de la mujer que se aleja. Verdad: f. Tiene el mismo uso que, científica-mente, fe y razón, o sea, se utiliza cuando no se sabe qué decir, porque no se tienen ni datos ni argumentos sólidos. El colmo de la ignorancia es decir: es verdad, está científicamente demostrado. Además, yo doy fe. Verde: adj. Cualidad predominante en la natu-raleza vegetal, que recuerda siempre el frescor de la vida, excepto cuando una jovencita pretende con él descalificar las intenciones de un viejo fisgón. *Verduguear: v. (De verdugo: funcionario que ejecuta la pena decretada por un tribunal). Acción llevada a cabo por el empleado de turno cuando sale a la palestra para tapar las meteduras de pata de sus jefes políticos. Es de destacar cómo esta función la hacen habitualmente los periodistas afines al partido errado. Vergüenza: f. Limitación del Hombre que le impide ver en los demás los mismos errores que él

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comete. Por lo tanto, sentir vergüenza es creerse único y superior al resto. Veterinario: m. y f. Ciencia de ámbito privado que cura y previene las enfermedades de los animales domésticos. Teniendo en cuenta que la Sanidad Humana Pública reconoce las ventajas de la convivencia del Hombre con sus mascotas vi-vas, y que hay un elevado gasto público en torno a los males que podían no existir si todos tuviésemos compañía animal, no parece lógico que la ve-terinaria no pertenezca aún a la Sanidad Humana Pública y Gratuita. Vía (Láctea) (1): f. Camino eclesial que, por problemas de jurisdicción, aún no ha sido asfaltado por ningún Gobierno. Vía (Láctea) (2): f. Camino que une a los cris-tianos con otros pueblos y costumbres; en concreto, con los hindúes y su respeto a las vacas pues, al fin y al cabo, la vía láctea no deja de ser un derivado de la leche. Viajero: m. Persona que ha sido devorada por el turista. R G.P.S. Vida: f. Condena de muerte. Vidente: m. y f. Persona del gabinete del Gobier-no que, no haciendo caso de las habladurías de los

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que le rodean, sabe de antemano lo que realmente va a ocurrir; es decir, el Ministro de Economía. R Misa (1ª acepción). *Violancia: f. Cuando el cuidado y atención que se hace sobre alguien afecta a su intimidad. La *violancia es una forma, aparentemente cariñosa, de acoso. Violador: m. Hombre poco dado a las citas pre-vias. R Ninfómano. Virgen (La Virgen) (1): f. Mujer con inigualable capacidad para viajar. Su inquietud y curiosidad es tal que se ha presentado en la mayoría de los pueblos. Hoy día sería diagnosticada de hiper-activa. Virgen (La Virgen) (2): f. Mujer a partir de la cual se acuñó el término de madre soltera. Vivir: v. Trabajo inexcusable de todo ser vivo, in-cluidos los mártires. Vocación: f. Inspiración divina a la que se acogen quienes no han podido hacer otro trabajo. Esta-dísticamente, los que más utilizan esta excusa son los curas, los médicos, políticos, militares y maes-tros, es decir quienes, de una forma estandarizada, dicen servir a los demás. Es como si atender al prójimo sin más no tuviese mucho prestigio, y se

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necesitase una iluminación poderosa para justificar tan ascético trabajo. Voluntariado: m. Intermediario que entretiene a los grupos marginales (inmigrantes, drogadictos, ex presidiarios...) para que la gente de bien viva más tranquila. R Revolucionario. Voto (de castidad): m. En referencia al goce carnal, quien renuncia públicamente a él por saber que no puede controlarlo. Estas personas ponen como virtud la abstinencia sexual, por ser para ellas un pensamiento obsesivo. Sólo quien conoce o cree conocer un asunto puede renunciar a él, a no ser que se obedezca de forma ciega; o a no ser que, después de haber asumido un voto, se desobedezca ciegamente. Voyeur: m. y f. Persona que ha decidido hacerle boicot al cine porno. Vulgar: m y f. Dicho de una persona que posee la capacidad de hacer lo mismo que la mayoría. Sin embargo los animales, que repiten buena parte de sus comportamientos, no son vulgares. ¿Es la vul-garidad acaso una faceta exclusiva del Ser Hu-mano? El Hombre es vulgar desde que enmascaró sus instintos y quiso diferenciarse de sus iguales empecinándose en ser original y único. Entonces empezó a repetirse.

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Y Ya te contaré: loc. adv. Expresión muy uti-lizada –sobre todo por teléfono– cuando no se tiene mucho que decir, y se le quiere dar al momento un halo de misterio o de aventura. R Hacer. Ya: Adverbio de tiempo que expresa cada noche y puntualmente el final del amor. R Coincidencia. Yo: pron. pers. Individuo extraño con el que no nos identificamos y que se nos presenta de im-proviso una mañana cualquiera en el espejo: Cuando Gregorio Samsa despertó aquella ma-ñana, después de un sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso... (Kafka).

Es preferible que esa mañana sea cuanto antes, pues así tendremos tiempo de reconducir la vida por otros caminos más acordes con lo que sen-timos que debe ser.

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Z Z: f. Letra final del abecedario, sin la cual no se puede ser Presidente del Gobierno. Suárez, González, Aznar y Zapatero lo sabían cuando presentaron sus candidaturas. Al morir Franco, sólo tuvieron que hacer memoria y ver por dónde iba el corte: Azaña. A la oposición sólo le queda Esperanza. Zanahoria: f. Después de un estudio de cinco minutos –realizado por la Universidad, con pre-supuesto de la Comunidad Autónoma– sobre los trastornos psicosexuales infantiles se ha concluido que, en un 90% de los casos, las imágenes tele-visivas donde aparece esta planta herbácea son las culpables de tales desórdenes, especialmente cuan-do se la mete en la boca un peludo conejo. R Conejo.

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Zapatos: m. Prenda de la que uno nunca puede desprenderse si realmente no se quiere permanecer por más tiempo con una persona. Y sólo fue a su casa a hacer el amor. Zodíaco (signos del): m. Una de las religiones que más seguidores tiene por las mañanas. Es frecuente ver a sus fieles, en el bar, tomando un café, con el periódico abierto sobre la barra y sumidos en la lectura de su evangelio de estrellas. Zoofilia: f. (Del zoo-animal y filial-hijo). Enfer-medad consistente en llevar al Zoológico a tu hijo y guiñarle el ojo a los mamíferos más cariñosos. Zorro: m. Macho de la zorra cuando guarda si-lencio.

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