1. el nombre

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1. EL NOMBRE1. EL NOMBRE1. EL NOMBRE1. EL NOMBRE

El vocabulario utilizado, en árabe, para designar aesos rosarios puede darnos ya una indicación del usoque se hace de él. Según los lugares y los ambientes,la palabra utilizada puede variar: se emplea la palabra

....sub ....ha, ....sib ....ha, ta ....sbi ....ha o mi ....sb2a ....ha, pero todas esas va-riantes provienen de la misma raíz: ....sabba ....ha, que signi-fica «alabar», «dar gloria». Literalmente, el rosariomusulmán es un instrumento para alabar a Dios.

Esta alabanza se expresa en una frase que formaparte de la oración oficial y que está sacada del propioCorán. Es una frase corta con un sentido inagotable:« ....Sub ....h2ana All2ah», que se traduce con frecuencia por«Gloria a Dios» y que expresa la idea de que Dios es elÚnico, el Altísimo, El que está por encima de nuestrasideas y descripciones, El que es completamente dife-rente.

Como vemos, esta alabanza no es primero el des-bordamiento de nuestro reconocimiento por todos losdones que recibimos de Dios. Tampoco es la conclu-sión de un razonamiento que nos llevaría de la criaturaal Creador, o de los dones recibidos al Dador. Es, másbien, un salto hacia la trascendencia, una proclama-ción de la distancia infinita que separa al Creador desus criaturas, al Dador del don de la creación.

Esta «alabanza de trascendencia» en el Islam tienesu paralelo en las liturgias cristianas con su frecuenterepetición de la palabra «Gloria» y el uso de la palabra«Santo», sacada del libro de Isaías (6,3)1111. Pero, ¿cuáles la relación entre este tipo de alabanza y las cuen-tas del rosario? Esa es una larga historia...

2. UN POCO DE HISTORIA2. UN POCO DE HISTORIA2. UN POCO DE HISTORIA2. UN POCO DE HISTORIA

!!!! LOS COMIENZOS (hacia 630) LOS COMIENZOS (hacia 630) LOS COMIENZOS (hacia 630) LOS COMIENZOS (hacia 630)

Recordemos que el islam apareció en los primerosaños del siglo VII (entre 610 y 632), cuando un árabede La Meca, llamado Mahoma, comenzó a predicar y arecitar unos versículos que decía recibir de Dios.

Esos versículos, tenidos por revelados, fueron mástarde reunidos en forma de libro y constituyen la fuen-te principal de la religión para los musulmanes. Es enese libro donde ellos descubren lo que Dios les pidecreer y practicar.

Esta «revelación» invitaba a los árabes a descubriral verdadero Dios, al Dios Único, adorarlo y a no ado-rar más que a Él; ella les ordenaba abandonar a susídolos y a entregarse a la oración por la mañana, porla tarde y por la noche (Cor. 17,79; 20,131). Eso fuelo que hicieron, calcando el ejemplo de su profeta, imi-tando sus gestos cuando él se inclinaba, se prosterna-ba y se arrodillaba en dirección a La Meca, donde untemplo cúbico, la Ka‘ba, era llamado «Casa de Dios».

Mahoma tenía la costumbre de rezar de esta ma-nera cinco veces al día. Cuando murió, los musulma-nes conservaron los mismos horarios y los mismos ri-tos que se conservan hasta hoy. La oración ritual delislam –la ....Sal2at– es, más bien, corta y sobria. Cincoveces al día, el musulmán debe repetir, dos, tres ocuatro veces, ese ciclo de prosternaciones que estáacompañado por breves fórmulas de alabanza. Losgestos y las palabras no se dejan a elección del indivi-duo: todo está fijado estrictamente por una ley inmu-table.

!!!!AAAA PARTIRPARTIRPARTIRPARTIR DEDEDEDE 700700700700 (?),(?),(?),(?), ELELELEL USOUSOUSOUSO DEDEDEDE LASLASLASLAS LETANÍASLETANÍASLETANÍASLETANÍAS 2222

Cuando, muy pronto después de la muerte deMahoma, los musulmanes salieron de Arabia para lan-zarse a la proclamación del nuevo mensaje religiosoque, en menos de un siglo, se extendió de la India aEuropa, los musulmanes entraron en contacto directocon las religiones orientales en Persia y con las Igle-sias cristianas en Siria, Líbano, Palestina y Egipto.Esas comunidades creyentes habían desarrollado unateología sutil con liturgias muy elaboradas, rica en le-tanías, himnos, procesiones e inciensos... Además,una corriente continua empujaba a los más fervientesa irse al desierto, en donde se constituyeron unas co-munidades monásticas o ermitas. Esta presencia oran-te en el desierto, por otra parte, había sido menciona-da varias veces en el Corán3333.

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Aparentemente, esos monjes habían comenzado yaa utilizar un cierto tipo de rosario4444.

El Corán y, a continuación, los musulmanes, emi-ten sobre los monjes un juicio5555, en donde se mezclan laaprobación y la crítica.

Sea lo que fuere, algunos musulmanes comenzarona sentir la necesidad de rezar más que lo que estabaprescrito estrictamente por su religión. Algunos, quevivían entre los cristianos, han podido inspirarse en loque veían en los monjes cristianos con su costumbrede repetir numerosas veces invocaciones breves queles permitían fijar su atención en Dios o en la personade Jesús6666.

Rápidamente los musulmanes cogieron la costum-bre de permanecer en su sitio después del ritual de laoración oficial con el fin de tomar de nuevo ciertas in-vocaciones breves contenidas en el ritual para repetir-las una y otra vez, en una especie de letanía. Porejemplo, recitaban un cierto número de veces:

Gloria a Dios . . . . . . . . ( ....Sub ....h2ana All2ah)Alabanza a Dios . . . . . (Al- ....hamdu lill2ah)Dios es Más Grande . . (All2ahu Akbar)

Estas tres invocaciones forman parte del rito oficial.Se las dice inclinándose, prosternándose o de rodillasdurante el ciclo de prosternación. La tercera tambiénse lanza a los cuatro puntos cardinales en el momentode la llamada a la oración. Ahora, esas oraciones seconvertían en una forma de oración mental a travésde la repetición.

Esta práctica no encontró la aprobación unánimede parte de los creyentes musulmanes. Algunos seopusieron a ella. Otros, al contrario, estaban segurosde que el Profeta, muerto desde hace tiempo, habríaaprobado esta práctica si se le hubiese hecho la pre-gunta, estando en vida. Encontramos la huella de esasdiscusiones en un cierto número de historias cortasque aportan las palabras de Mahoma, llamadas «hadi-ces», en las que Mahoma es presentado como apoyan-do ese tipo de devoción:

! El Profeta dijo: ¿No os voy a enseñar yo unamanera de hacer que os hará iguales a aquellosque os han precedido y os permitirá ganar más mé-ritos que ningún otro a menos que no adopte lamisma práctica?.. Dí: ....Sub ....h2ana All2ah y Al- ....hamdulill2ah y All2ahu Akbar treinta y tres veces al final decada oración ritual7777.

Con el tiempo se le añadió un valor particular a larecitación de algunas fórmulas y a su repetición unnúmero fijo de veces. Aquí, también, la palabra deMahoma fue invocada para justificar esas prácticas.Así:

! A cualquiera que repita cien veces «Gloria aDios» y «Alabanza a Él» se le perdonarán los peca-dos, incluso si son tan abundantes como la espumadel mar8888.

Otras oraciones incluían fórmulas que había querepetir un gran número de veces. Los cristianos de Si-ria tenían la costumbre de recitar una letanía de losSantos Nombres de Dios9999. Inspirados, quizás, por suejemplo, los musulmanes organizaron una lista de losatributos divinos mencionados en el Corán y comenza-ron a invocar los Bellos Nombres de Dios11110000. Esta leta-nía se componía de noventa y nueve perfecciones divi-nas, permaneciendo desconocida la número cien, por-que ella correspondía al nombre secreto de Dios, ésepor el que Dios se nombra a sí mismo, la expresión desu ser, que sólo Él conoce verdaderamente.

Algunos capítulos del Corán se convirtieron en ob-jeto de devociones especiales. Aquí, también, ciertastradiciones proféticas invitaron a los creyentes a repe-tirlas un cierto número de veces:

! Cualquiera que repita: «Qul huwa All2ahu a ....had»(Cor. 112) un centenar de veces, ha rescatado sualma a los ojos de Dios y una voz proclama, a tra-vés del cielo y de la tierra, delante de Dios Altísi-mo: «Ese tal, ¿no es el rescatado por Dios? Enconsecuencia, todo el que tenga una queja contraél, recibirá compensación, no de él, sino de Dios, elAltísimo11111111.

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!!!! HACENHACENHACENHACEN SUSUSUSU APARICIÓNAPARICIÓNAPARICIÓNAPARICIÓN LOSLOSLOSLOS GRANOSGRANOSGRANOSGRANOS O CUEN- O CUEN- O CUEN- O CUEN-TAS DEL ROSARIOTAS DEL ROSARIOTAS DEL ROSARIOTAS DEL ROSARIO

A medida que las letanías se hacían más popularesy que los números tomaban un significado particular,muchos pensaron que era necesario llevar cuenta desus recitaciones. Algunos atribuyeron una importanciamágica a la repetición exacta de las fórmulas reco-mendadas. Les parecía crucial el saber si habían dichotal o cual oración treinta y tres veces, o cien, o inclu-so mil veces. Otros, al contrario, tomaban esos núme-ros como aproximaciones que no significaban más quela utilidad o la fecundidad espiritual de tal o cual ora-ción, a meditar o repetir. Ellos insistían incluso sobreel hecho que les parecía que la contabilidad de susoraciones distraía su atención de Dios y los centrabaen ellos mismos o en la búsqueda de sus propios méri-tos.

El primer grupo comenzó a buscar los medios prác-ticos de contar sus oraciones. Al principio, hicieronuso de sus dedos, después utilizaron piedrecitas o hue-sos de dátiles, que estaban delante de ellos mientrasque recitaban sus letanías. Rápidamente ellos adopta-ron el uso de cordones con nudos separados a ciertosintervalos o de rosarios, como habían visto que usa-ban los cristianos de su región12121212.

!!!! HACIA 800: CONTROVERSIA HACIA 800: CONTROVERSIA HACIA 800: CONTROVERSIA HACIA 800: CONTROVERSIA

Este uso fue objeto de una controversia para sabersi una tal práctica estaba permitida o no al creyente.Como de costumbre, se invocaron diversas tradicio-nes. Las unas para condenar esta práctica, otras paraautorizarla. Cada partido se apoyaba en la autoridaddel Profeta para defender su punto de vista. He aquíalgunos ejemplos:

! «Recitad las oraciones, no seáis distraídos ycontadlas con vuestros dedos, porque éstos seránrequeridos [por Dios] para dar testimonio [en el Díadel Juicio]»13131313.

! Una mujer llamada Safiya cuenta: «El mensaje-ro de Dios entra mientras que yo tenía delante de

mí cuatro mil huesos [de un fruto] que yo utilizabapara recitar las oraciones. Yo dije al Profeta: “Losutilizo para recitar alabanzas”. Él respondió: “Voy aenseñarte un número mucho más grande: ‘Gloria aDios’ tantas veces cuantas criaturas hay”»14141414.

Como indican estos textos, la discusión no tratabatanto sobre la adopción de un rosario, como sobre eluso de llevar la cuenta de sus oraciones, en lugar deabandonarse a Dios.

Esta opción se expresa bien en una historia, escri-ta en esta época, en que vemos al Califa amonestar aun hombre que utilizaba unas piedrecitas para contarsus oraciones: «Tira todas esas piedras, le dijo, y rezaa Dios con un corazón puro»15151515.

En la misma época, una anécdota divertida descri-be a un musulmán que utilizaba unas piedrecitas paracontar sus oraciones:

«‘Abd al-Malik b. Hil2al al-Hun2a‘2i tenía, dijo él, uncapacho lleno de piedras y él hacía oración desgranán-dolas una a una. Si estaba un poco cansado, las pasa-ba de dos en dos; después, de tres en tres. Aburrido,él las cogía un puñado a la vez, decía: «Gloria a Diostantas veces como son estas piedras». Más fatigadoaún, él cogía dos puñados. Y, cuando estaba harto,cogía el capacho por las asas y lo vaciaba diciendo:«Gloria a Dios tantas veces cuantas piedras hayaquí». Si se levantaba para ir al servicio, lanzaba unamirada al capacho y decía: «Gloria a Dios tantas ve-ces cuantas piedras hay dentro».

A pesar de todo, el rosario había hecho su apari-ción en la piedad musulmana y, muy pronto, se hizopopular. Los musulmanes piadosos se pusieron a llevarun rosario alrededor del cuello o del puño16161616. Y algunoscírculos místicos sufíes lo encontraron práctico parasus ejercicios de piedad17171717.

!!!! AMPLIA DIFUSIÓN (a partir del siglo AMPLIA DIFUSIÓN (a partir del siglo AMPLIA DIFUSIÓN (a partir del siglo AMPLIA DIFUSIÓN (a partir del siglo XIII)

Esos pequeños círculos de iniciados que consagra-ban su vida a la meditación, pese a seguir en el «mun-

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do», desarrollaron un cierto número de «técnicas» deoración. Particularmente hicieron uso de letanías fun-dadas en la repetición de un «Nombre de Dios», esco-gido con cuidado en razón de su sentido o de su sono-ridad. Esas recitaciones se combinaban con una ciertadisciplina de la respiración que ellos habían cogido delOriente.

A partir del siglo XIII, vemos a las escuelas de pen-samiento místico tomar la forma de cofradías sufíes,que organizan, con su propia espiritualidad, sus jerar-quías, que incluyen los responsables al nivel local, re-gional o mundial, la veneración de su fundador, su sis-tema de formación y de iniciación, sus oficios diversosy semanales, sus peregrinaciones.

El rosario forma parte del hábito. Se da al nuevo«hermano» durante una ceremonia de toma de hábitoel día de su compromiso. El rosario se utiliza durantela formación: el novicio viene a vivir junto a su maes-tro, que le pone un «Nombre divino» que repetirá va-rios cientos de veces cada día. El rosario le ayuda acumplir esta obligación.

El «Nombre divino» escogido depende del carácterdel novicio18181818 o del programa de formación de tal o cualcofradía19191919.

Cuando esta formación llega a su fin, el nuevomiembro está obligado a participar cada semana enuna «asamblea de oración» de la cofradía –el dikr– ya recitar individualmente, cada día, las invocacionesque deberá repetir según un número de veces prescri-to por la regla de la cofradía. Así, por ejemplo, la co-fradía Q2adir2i yya, con mucho la más extendida de to-das las cofradías musulmanas, prescribe a cada unode su miembros recitar, cada día, las oraciones si-guientes:

• Gloria a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (100 veces)• Alabanza a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . (100 veces)• Ni poder ni Fuerza sino en Dios,

el Altísimo, el Muy grande . . . . . . . . (100 veces)• En el nombre de Dios, el Entrañable,

el Misericordioso . . . . . . . . . . . . . . . (100 veces)

• Pido perdón a Dios, el Todopoderoso . (100 veces)• Vuelvo a Dios arrepentido . . . . . . . . . (100 veces)• Dios bendiga al Profeta y le dé la paz . (100 veces)• No hay otro dios que Dios . . . . . . . (100 veces)20202020

El hecho de la insistencia para que esas oracionessean repetidas un número particular de veces ha he-cho absolutamente necesario el uso del rosario.

Las diversas cofradías utilizan diversos rosarios.Algunas escogen rosarios de treinta y tres cuentas(los más numerosos); otras escogen un rosario de no-venta y nueve cuentas, divididas en tres secciones;otras también toman rosarios de cien cuentas, dividi-das por secciones de doce, dieciocho, veinte, veinte,dieciocho y doce cuentas; y todavía hay otras que to-mas rosarios de trescientas una cuentas. Cada formaes escogida en función de las letanías ordenadas porla cofradía en cuestión.

Ciertos grupos aconsejan llevar el rosario alrededordel cuello, mientras que otros, al contrario, desean quepermanezcan disimulados en los vestidos.

3. UTILIZACIÓN ACTUAL3. UTILIZACIÓN ACTUAL3. UTILIZACIÓN ACTUAL3. UTILIZACIÓN ACTUAL

Aunque muchos musulmanes no pertenecen a nin-guna cofradía sufí particular, el rosario y las devocio-nes que se le añaden permanecen populares a travésdel conjunto del mundo musulmán.

La forma más común es la del rosario de treinta ytres cuentas, hechas de «granos» de madera o de hue-so (de un fruto), que se ensartan como las perlas deun collar, en círculo con un corto apéndice que cuelgapara marcar el comienzo y el final del rosario. Los gra-nos se ensartan en una cuerda, nunca en una cadena.Con frecuencia se utilizan otros materiales: coral, éba-no, cuerda de rino, ámbar o perla y, recientemente,material plástico. Encontramos artículos baratos comopodemos encontrar la «reliquia» que se guarda en lafamilia y que se transmiten piadosamente de padres ahijos, y que está cargada con las oraciones y los méri-tos de todos los antepasados que han rezado con ella.

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Ciertas corrientes tradicionalistas, como los wah-habíes de Arabia, siguen condenando esta forma dedevoción, que consideran como una innovación censu-rable (bid‘a), mientras que la mayoría de las autorida-des religiosas la acepta, sin perjuicio de criticar la os-tentación o la superstición que puedan acompañar es-ta práctica.

!!!! PARA LA ORACIÓN PARA LA ORACIÓN PARA LA ORACIÓN PARA LA ORACIÓN

¿Cómo el musulmán ordinario se sirve de su rosa-rio para rezar?

No se emplea el rosario durante el desarrollo de laoración ritual. El creyente, en efecto, no está autoriza-do a cambiar el ritual, a añadir o quitar nada.

Por el contrario, el rosario puede ser utilizado des-pués de la oración ritual que se hace cinco veces aldía. Como hemos visto, algunos permanecen en su lu-gar para recitar, treinta y tres o cien veces, las tresfórmulas de alabanza recomendadas por las tradicio-nes.

Los hay que prefieren utilizar los noventa y nueveNombres divinos: se dice un nombre a cada grano decuenta, acompañado por una invocación de alabanza.Así, por ejemplo:

¡Oh, Dios! . . . . . Sea exaltada Su majestad21212121

¡Oh, Compasivo! Sea exaltada Su majestad¡Oh, Misericordioso! Sea exaltada Su majestad¡Oh, Rey! . . . . . Sea exaltada Su majestad

A veces, se prefiere meditar sobre uno solo deesos Nombres... y se permanece repitiéndolo continua-mente centenares de veces.

Algunas veces se emplea el rosario para recitar unpasaje corto del Corán, en función de lo que recomien-da tal o cual tradición. Así, se puede recitar el primercapítulo del Corán o la azora 112. Esta recitación, confrecuencia, es un medio de rezar por el descanso delas «almas» de los difuntos»22222222.

He aquí el texto de esas dos azoras23232323:

¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericor-dioso!Alabado sea Dios, Señor del Universo,el Compasivo, el Misericordioso,Dueño del día del juicio,A Ti sólo servimos y a Ti sólo imploramos ayuda.Dirígenos por la vía recta,la vía de los que Tú has agraciado,no de los que han incurrido en la irani de los extraviados.

Azora 112: al-Ijl2as (la fe pura)¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericor-dioso!Di: «Él es Dios, Uno,Dios, el Eterno.No ha engendrado, ni ha sido engendrado.No tiene par».

Las alabanzas no son el único motivo que guía eluso del rosario. Se pueden perseguir otros objetivos.

!!!! PARA PEDIR UNA CURACIÓN PARA PEDIR UNA CURACIÓN PARA PEDIR UNA CURACIÓN PARA PEDIR UNA CURACIÓN

Con frecuencia se considera que un rosario, con elque una persona de gran piedad ha recitado innumera-bles oraciones y alabanzas a Dios, no puede más queabsorber, en sus sustancia, una cierta «carga» de «po-der» divino, una cierta dosis de «baraka» (bendición).Por eso, se constata, aquí o allí, la costumbre de colo-car un rosario, generalmente de gran talla, sobre elcatafalco de un santo personaje, hacia el que los fielesvienen en peregrinación, para implorar la curación desus enfermedades.

Después de algunas oraciones, los asistentes ayu-dan al peregrino a acercarse a la tumba, a tomar elrosario y a frotarlo entre sus manos como si se trata-se de un jabón, a abrazarlo, recitando, al mismo tiem-po, oraciones para obtener la ayuda de ese santo per-sonaje.

A veces se pasa ese rosario alrededor del cuello o

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de la cintura.

Hay otra costumbre, que consiste en ir a la tumbade un santo y pasar un momento a rezar junto a latumba haciendo uso del rosario. El peregrino pronunciaentonces un voto; por ejemplo, el de dar una cierta su-ma de dinero como limosna, mientras pasa su rosario–y el dinero– siete veces alrededor de su cabeza. Elrosario se convierte así en testigo del compromiso quese ha tomado, y castigará al peregrino en el caso deque no cumpla las obligaciones de su voto.

En otras partes, cuando se presta juramento, elrosario puede ser utilizado como testigo. Todo sucedecomo si la utilización orante que ha tenido lugar, hicie-ra del rosario como el receptáculo de una cierta pre-sencia divina capaz de castigar o de recompensar alque lo utiliza24242424.

!!!! PARA LA ADIVINACIÓN PARA LA ADIVINACIÓN PARA LA ADIVINACIÓN PARA LA ADIVINACIÓN

Todos los verdaderos creyentes quieren hacer lavoluntad de Dios. Los musulmanes también desean,con frecuencia, conocer cuál es esta voluntad antesde tomar una decisión. Esta preocupación da lugar amuchas prácticas, más o menos cercanas a la magia,para obtener un signo –eventualmente, un sueño– queindique el camino a seguir. Algunas de esas prácticasrecurren al rosario:

! Se puede tomar una cuenta, y contar cuántascuentas quedan antes del punto de referencia: un nú-mero par indica el éxito, mientras que un número im-par es signo de fracaso.

! Se puede comenzar de la misma manera, des-pués recitar alternativamente tres fórmulas: una indi-ca el sí, la otra el no y la tercera lo incierto, lo insegu-ro25252525.

! Otros recitan una listas de todos los santos per-sonajes de la cofradía Q2adir2i yya, pidiéndoles que in-tercedan ante el Fundador de la cofradía para que sehaga ver en sueños e indique el camino a seguir.

! Si todo eso no es concluyente, algunos cogensu rosario una vez más y recitan, cien veces, la azora112 del Corán para conseguir un sueño que les indiquela decisión a tomar26262626.

!!!! PARA LA PROTECCIÓN PARA LA PROTECCIÓN PARA LA PROTECCIÓN PARA LA PROTECCIÓN

El rosario, provisto de su baraka, puede proteger alque lo lleva de los malos espíritus, y muchas madresse sienten seguras de haber puesto un rosario bajo alalmohada de su hijo.

Esa es la razón, también, por la que a los conducto-res les gusta ver su rosario colgado de su retrovisormientras que su coche devora kilómetros. El rosariocumple la función que los cristianos confían a SanCristóbal.

!!!! JUSTO PARA CONTAR JUSTO PARA CONTAR JUSTO PARA CONTAR JUSTO PARA CONTAR

Pese a todos los usos sagrados y mágicos del rosa-rio, no es raro encontrarse gente que se sirve de lascuentas como un instrumento para contar cuando vana la compra como si se tratase de un simple boliche.Pero si surge una discusión... el comerciante esgrimesu rosario como testigo de su honestidad y de su sin-ceridad. Finalmente, es frecuente ver a la gente, el es-píritu ausente, entretener sus dedos con su rosariocomo otros lo hacen con un manojo de llaves o un bolí-grafo.

CONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓN

Estas pocas páginas sobre el uso del rosario enambiente musulmán nos permiten, sin duda, observarcómo las prácticas populares pueden parecerse tantoen un ambiente musulmán como en uno cristiano.

Merecen, sin embargo, nuestra atención algunospuntos:

! Tanto en islam como en cristianismo se empleael rosario para recitar las mismas oraciones un grannúmero de veces.

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! En las dos comunidades, esta práctica ha colo-cado, igualmente, al creyente en peligro de prestar de-masiada atención al «rendimiento», a la marca, en lu-gar de fijar su atención en Dios, que es lo que buscannuestra oraciones. La tentación está siempre presentede perder de vista el objetivo, focalizándose sobre losmedios. Sólo Dios podría decir si ese peligro se ha evi-tado, tanto por los unos como por los otros... o si losunos o los otros han sucumbido a la tentación... ¡Diossolo lo sabe!

! En el islam, el rosario se ha utilizado, sobre to-do, como una oración de alabanza, sea recitando fór-mulas de alabanza, sea meditando sobre las perfeccio-nes divinas. Parece ser que eta manera de hacer hapodido ser tomada de los cristianos por los musulma-nes que, más tarde, la han desarrollado de manera tí-picamente islámica.

! Por parte cristiana, este tipo de oraciones se hacentrado, después, en la «oración de Jesús», cuyafórmula (Hijo de Dios salvador, ten piedad de mí, peca-dor) comporta dos partes: una, que proclama el seño-ría de Cristo y otra, que implora su perdón.

! Entre los católicos, el rosario se ha centrado,más tarde, en la oración a María, más que sobre Dios,incluso si los «Padres Nuestros» y los «Gloria» se in-terponen de tarde en tarde.

! En el islam, el creyente parece haberse sentidomás libre en la elección de sus devociones: utilizandoel rosario, cada cual escoge la fórmula que quiere (amenos de sentirse ligado por el oficio de una cofradía).Por el contrario, el católico, después de haber conoci-do, en un pasado lejano, un gran número de formas derosario, se encuentra ahora, casi exclusivamente, anteel rosario dominicano, que sigue de manera bastanteestricta recitando el Padre Nuestro, Ave María y Glo-ria, distribuidos según un orden fijo.

Algunas sugerencias vienen entonces al espíritupara sacar algún provecho en la historia de las devo-ciones musulmanas:

! ¿No podríamos sugerir al cristiano el permitirsemás libertad en su manera de servirse del rosario? Enla práctica, algunos, aunque continúan rezando el ro-sario «marial» cristiano, encuentran útil el utilizar surosario para recitar la «oración de Jesús» u otras ora-ciones breves que le ayuden a rezar27272727.

! En ambientes mixtos, islamo-cristianos, algunospastores han considerado útil utilizar unas letaníasque todos podrían encontrar aceptables y que ayudena su oración personal, sirviéndose, por ejemplo, de lasletanías del Nombre de Jesús y la de los Nombres Di-vinos. La variedad de las prácticas, cuando éstas noponen en juego el contenido de la fe, puede ayudar auna cierta emulación en donde el fervor de los unosdespierte el fervor de los otros28282828.

Además, a través de este descubrimiento de la pie-dad musulmana, el cristiano puede sorprenderse cons-tatando que lo que él tomaba por una práctica extran-jera, es, de hecho, el resultado de una influencia cris-tiana... Sí. Así rezaban los monjes cristianos, que notuvieron miedo de tomar, en la piedad hindú, lo que po-día ayudarles a rezar mejor a «su Padre que está enlos cielos».

A través de esos préstamos desde el fondo de lossiglos, hombres y mujeres han aprendido una oraciónde contemplación gratuita de Dios, de alabanza de suinfinita perfección, de purificación de una atención,con frecuencia desfalleciente, que busca centrarse enel Solo Santo.

Considerando esta investigación, los creyentescristianos de hoy pueden recordar su propia llamada,tal como se expresaba en los orígenes de la Iglesia:

«Para ellos [los primeros cristianos], se pasaban eldía en el templo bendiciendo a Dios» (Lc 24,53).

«Estad siempre alegres, orad constantemente, dadgracias en toda circunstancia, porque esto quiereDios de vosotros como cristianos» (1 Ts 5,16-18).

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DOS OPINIONES JURÍDICASDOS OPINIONES JURÍDICASDOS OPINIONES JURÍDICASDOS OPINIONES JURÍDICAS1. Contra el uso del rosario

P. ¿Cuál es su parecer sobre el uso del rosario?¿Cuál es su parecer sobre el uso del rosario?¿Cuál es su parecer sobre el uso del rosario?¿Cuál es su parecer sobre el uso del rosario?

R. Alabanza a Dios.Algunos ulemas sostienen que está permitido utili-

zar el rosario pero, a l mismo tiempo, dicen que es pre-ferible recurrir a la mano. Otros estiman que el uso delrosario entra dentro de la innovación (bid‘a).

El jeque Al-Islam Ibn Taymiyya dice en sus Fata-was (22/187): «Algunos hacen ostentación (hacenalarde) de su rosario a la espalda, o lo llevan en la ma-no de manera ostensible y consideran eso como unsigno de religiosidad y de apego a la oración».

Hemos sabido, gracias a las enseñanzas relatadasdesde el Profeta (bendición y salvación sean sobre él),por medio de vías concordantes, que el Profeta y suscompañeros no habían adoptado el rosario como sig-no, porque ellos utilizaban para este cometido las arti-culaciones de sus dedos. Esto está relatado en un ha-diz, en donde se dice: «Doblad vuestros dedos porqueellos (los dedos) serán interrogados y hablarán».

Algunos antiguos utilizaban piedrecitas o huesosde dátiles. En cuanto al uso del rosario, algunos lo re-prueban mientras que otros lo toleran, pero nadie hadicho que era preferible al uso de los dedos. Y despuésél ha hablado (que Dios el conceda Su misericordia) dela hipocresía que mancha el uso del rosario; hipocresíaque acompaña a un uso no instituido. Lo cual es peorque la hipocresía que mancha a una práctica institu-cionalizada.

En el cuadro de los encuentros: puertas abiertas(3/3) con el jeque Muhammad Ibn Sahih al-Uzaymine,se le hizo una pregunta para saber si el uso del rosarioera una innovación. Él respondió: «Es mejor no hacer-lo, pero eso no es una innovación, porque tiene un fun-damento en el uso de las piedrecitas por algunos com-pañeros». Pero el Profeta había indicado que el uso de

los dedos era mejor. Por eso él dijo: «Utilizad las arti-culaciones de vuestros dedos, porque ellas serán inte-rrogadas». Por consiguiente, ni está prohibido ni esinnovación utilizar el rosario, pero es mejor abstener-se, porque esta práctica puede estar manchada de hi-pocresía. En efecto, encontramos algunas personascon un rosario alrededor del cuello que cuenta mil uni-dades como si ellas quisieran decir a la gente: mirad-me, yo pronuncio mil subhana Allah. En tercer lugar,aquél que utiliza el rosario, con frecuencia está distraí-do. Por eso lo vemos tener en la mano el rosario y, almismo tiempo, mirar para arriba o a derecha o a iz-quierda, lo que revela la vaciedad del corazón. Es me-jor utilizar los dedos, sobre todo los de la mano dere-cha. El fiel puede, sin embargo, utilizar sus dos manos,pero es preferible que se contente con su mano dere-cha.

En as-Silsila ad Daifa (1/110), el jeque MuhammadNasir al-Din al-Albani dice, en el cuadro de su críticadel hadiz: «Sí, es el rosario el que recuerda»: este ha-diz es apócrifo, según mi opinión, por varias considera-ciones:

— La primera es que el uso del rosario es una inno-vación que no existía en tiempo del Profeta y que sóloha hecho su aparición después del Profeta. ¿Cómo,entonces, concebir que el Profeta exhorta a sus Com-pañeros a entregarse a una práctica que ellos no cono-cen? La prueba de esto que acabo de avanzar resideen lo que ha sido reportado por Ibn Wadah en al-bid‘awa an-nahy anha, según as Salt Ibn Bahram, que dijo:«Ibn Masud pasó al lado de una mujer que utilizaba unrosario y él lo rompió y lo arrojó al suelo. Después pa-só cerca de un hombre que utilizaba las piedrecitascon el mismo objetivo y le dio una patada y dijo: “lahas precedido; injustamente habéis inventado talesprácticas y habéis deparado a los compañeros de Ma-homa en conocimientos”». La cadena de ese cadi essegura hasta Salt, que es un hombre seguro de la ge-

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neración de los sucesores de los compañeros.

— La segunda es que ella es contraria a la ense-ñanza del Profeta. A este respecto Abad All2ah Ibn Amrdijo: «He visto al Mensajero de Dios utilizar las articu-laciones de su mano derecha». También dijo: «Si el

uso del rosario no tuviera como único defecto que suremplazo de la utilización de los dedos para contar,considerado antes como el mejor medio a este respec-to, eso hubiese bastado para desaconsejarlo. Además,raramente he visto a un jeque utilizar sus dedos parael ta ....sbi ....h (repetición de la fórmula ¡ ....Sub ....hana All2ah!)

2. En favor del uso del rosarioJeque Muhammed Salih Al-Munayyid

El El El El TATATATA ....SSSSBIBIBIBI ....HHHH (ROSARIO) (ROSARIO) (ROSARIO) (ROSARIO)

LaLaLaLa recomendaciónrecomendaciónrecomendaciónrecomendación dededede utilizarutilizarutilizarutilizar loslosloslos dedosdedosdedosdedos dededede lalalala manomanomanomano de-de-de-de-recha para contarrecha para contarrecha para contarrecha para contar

‘Abdull2ah Ibn ‘Omar dijo: «Vi al Profeta sentarsepara invocar a Dios utilizando su mano derecha» (Losautores de los Sunan).

Yusayra dijo: «El Profeta ha dicho: Aumentad lasfórmulas de glorificación, de unicidad y de pureza, sino lo hacéis, seréis privados de misericordia. Y utilizadvuestros dedos, porque ellos serán interrogados e inte-rrogadores». (Los autores de los Sunan, al-H2akim conuna cadena auténtica).

El permiso de utilizar un rosario para contarEl permiso de utilizar un rosario para contarEl permiso de utilizar un rosario para contarEl permiso de utilizar un rosario para contar

Según Zayrat bint Sulayman Ibn ‘Al2i , y segúnUmm al-Hasan bint ˆYa‘far, que lo recibió de su padre,que lo tenía de su abuelo, que lo tenía de ‘Al2i , subien-do así hasta el Profeta: «¡Qué buenos recordadoreslos granos del rosario!» (Al-Daylami, en el Musnad al-Firdaws, al-Chawkani lo cita en Nayl al-Awtar 2/137,Al-Suyuti en al-Hawi l2i al-Fatawi 2/38, Al-Alb2ani loconsidera débil).

Al-Suyuh dijo: «No está citado por ninguno de lossalaf ni de los jalaf 29292929 que está prohibido contar el ta ....s-bi ....h con el ....sib ....ha (grano del rosario). Al contrario, la ma-yoría lo utilizan para contar el ta ....sbi ....h sin considerarlocomo criticable» (Al-Minha min al- ....Sib ....ha).

LosLosLosLos compañeroscompañeroscompañeroscompañeros quequequeque hanhanhanhan utilizadoutilizadoutilizadoutilizado unununun rosariorosariorosariorosario delantedelantedelantedelantedel Profeta sin que éste lo prohibiesedel Profeta sin que éste lo prohibiesedel Profeta sin que éste lo prohibiesedel Profeta sin que éste lo prohibiese

Sa‘d Ibn Ab2i Waqq2as refiere que un día el Profetavio a una mujer que tenía algunos huesos de dátiles yalgunas piedrecitas, que utilizaba como cuentas paraglorificar a Dios. El Profeta le dijo: «Déjame que te en-señe algo que será más fácil y mejor para ti». Y le en-señó a decir:

Gloria a Dios en la misma cantidad que lo que Él hacreado en el cielo ( ....sub ....h2an allahi ‘adada ma jalaqa f2i s-sam2a‘).

Gloria a Dios en la misma cantidad que lo que Él hacreado sobre la tierra ( ....sub ....h2an allahi ‘adada ma jalaqaf2i l-ard).

Gloria a Dios en la misma cantidad que lo que Él hacreado entre ellos ( ....sub ....h2an allahi ‘adada ma jalaqa bay-na d2alik).

Gloria a Dios en la misma cantidad que lo que Él hacreado ( ....sub ....h2an allahi ‘adada ma huwa j2aliq).

Dios es el más grande en la misma cantidad...Alabanza a Dios, en la misma cantidad...No hay otro dios fuera de Dios, en la misma canti-

dad...Ni fuerza ni poder salvo en Dios, en la misma canti-

dad...

(Ab2u D2a2ud al-Tismidi que le declaró Hasan, IbnM2aya, Ibn Hibb2an, al-Nas2ai, y al-Hakim que lo consi-deró como sahih 30303030, según el criterio de Muslim).

Safiyya bint Huyay dijo: «El Profeta vino a verme,y delante de mí había cuatro mil huesos de dátiles,con los cuales yo hacía la glorificación.

Él dijo: «¡Tú haces l glorificación con todo eso!

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¿Quieres que yo te enseñe eso que sobrepasa tu canti-dad de ta ....sbi ....h?

Ella dijo: «¡Enséñamelo!»

Él le dijo: «Di ....sub ....h2an allah ‘adada jalqih» (Al-Tirmi-di consideró este hadiz como gar2i b, y al-Hakim y al-Suy2uti como sahih).

LosLosLosLos ototototros compañeros del Profeta que utilizaron unros compañeros del Profeta que utilizaron unros compañeros del Profeta que utilizaron unros compañeros del Profeta que utilizaron unrosariorosariorosariorosario

Según al-Qasim Ibn ‘Abd al-Ra ....hm2an, Ab2u al-Dardatenía un saco lleno de huesos de dátiles y que, donde-quiera que hiciese la oración del mediodía, los iba sa-cando uno después de otro y hacía así el ta ....sbi ....h hastaque no quedase ninguno dentro. (Ahmad).

Sa‘d Ibn Ab2i Waqqas tenía la costumbre de contarlas alabanzas a Dios con piedrecitas (Ibn Sa‘d en susTabaq2at).

Ab2u Hurayra decía: «Recito la fórmula para pedirperdón doce mil veces cada día» y, según su nieto, te-nía un trozo de cuerda con mil nudos y que nunca sehabía dormido sin haber dicho «Gloria a Dios» sin ha-ber contado todos esos nudos. (‘Abdall2ah, el hijo del

imam A ....hmad, en Zawa‘id al-Zuhd).

Según su nieta por intermediario de al-Husayn, Fá-tima también utilizaba una cuerda con nudos para con-tar el dikr.

Los predecesores que utilizaban el rosarioLos predecesores que utilizaban el rosarioLos predecesores que utilizaban el rosarioLos predecesores que utilizaban el rosario

Cuenta al-Suy2uti en una de sus fatwas, titulada al-minha f2i al- ....sib ....ha (el beneficio que el uso del rosarioaporta para el dikr), la historia de ‘Ikrima, que pregun-taba a su maestro ‘Umar al-Maliki a propósito del usode los granos para el dikr. ‘Umar le respondió que élmismo se lo había preguntado a su maestro Hasan al-Basri y que éste le respondió: «Algo que nosotros he-mos utilizado desde el comienzo del camino, no tene-mos interés en abandonarlo llegados al final de ese ca-mino. Me gusta acordarme de Dios con mi corazón, mimano y mi lengua».

Al-Suy2uti comenta: «¿Y cómo podría ser de otromodo, mientras que los granos del rosario son paraalguien un recuerdo del Dios Altísimo, y que una per-sona sólo ve los granos nada más que para acordarsede Dios, lo que constituye uno de sus más grandes be-neficios?

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NOTASNOTASNOTASNOTAS

1.— Sobre este tema se podrá consultar útilmente el libro deC. E. PADWICK, Muslim devotions, SPCK, Londres, 1961, p.66.

2.— La fecha se da aquí como punto de referencia para per-mitirnos comprender que estas evoluciones se extendían sobrelargos períodos.

3.— Ver, en particular, Cor. 24,33-38; 3,114-6; 57,28; 5,83-84.

4.— Cf. « ....Sub ....ha» en Enciclopedia del Islam, Darek-Nyumba,Madrid, 2004.

5.— Cf. Cor. 9,31-34 y 57,28: el Corán aprueba el fervor delos monjes, pero parece condenar la vida monástica como insti-tución y modo de vida.

6.— Sobre este tema se puede consultar: (San) IgnacioBRIANTCHANINOV, Approches de la prière de Jésus. Bellefontaine,1983; Jean LALOY, trad., Récits d’un pèlerin russe. Baconniè-

re/Seuil (Points/Sagesses, 14), 1978; Jean-Yves LELOUP, Écritssur l’hésychasme: Une tradition contemplative oubliée. Albin Mi-chel (Spiritualités Vivantes, 86), 1990; Un Moine de l’Église d’Orient (P. Lev Gillet), La prière de Jésus. Chevetogne/Seuil (Livrede Vie, 122), 1974. Abundante bibliografía en:www.pagesorthodoxes.net/coeur/coeur.htm//lec.

7.— Otras tradiciones del mismo género fijan el número encien y otro en diez. C. E. PADWICK, en su obra sobre las oracionesmusulmanas (Muslim devotions, SPCK, Londres, 1961, p. 7) aña-de: «Bien que, en las tradiciones de este género, los númerospueden ser sólo una manera de indicar la importancia de repetirabundantemente este género de oración, con frecuencia han sidotomadas literalmente en las rúbricas de los manuales de piedad.

En cuanto a la autenticidad de esas tradiciones (hadices), losespecialistas, tanto musulmanes como cristianos, están de

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acuerdo en decir que muchos fueron inventados por creyentescelosos, mucho tiempo después de la muerte del Profeta, por losmotivos más diversos: «Algunos llegaron a considerar que ellostenían el derecho de inventarlos y de atribuirlos al mensajero deDios» (Ahmad (AMIN, Fayr al-Isl2am, I, p. 247).

Incluso si estas traducciones no son sino raramente las pala-bras mismas de Mahoma, ellas son indicaciones preciosas de lascorrientes y de las prácticas que amaban o defendían los que lashan inventado, dos o tres siglos después de los comienzos delIslam (siglos VIII o IX de la era cristiana).

8.— Tirmid2i , G2ami‘, Da‘aw2at’ II, p. 177. Citado por M. S.BELGUE Y, «El rosari islámico y sus aspectos norteafricanos», enRevue des Études Islamiques, 1969/ 2, p. 293.

9.— Encyclopédie de l’Islam, 2ª edición, art. «Al-Asm2a’ al-Husn2a».

10.— El Corán mismo (7,180) invita a los musulmanes a ala-bar a Dios utilizando esos «más Bellos Nombres».

11.— Citado por C. E. PADWICK, Muslim Devotions, p. 116.12.— Algunos piensan que los musulmanes han recibido de la

India la idea de utilizar el rosario. (Ver, ejemplo, Shorter Encyclo-paedia of Islam, art. « ....Sub ....ha»). Sin embargo, por el hecho que losmonjes cristianos en Oriente habían adoptado ya ese género depráctica antes de la fundación del Islam (Cf. Encyclopaedia Bri-tannica, art. «Rosary») y que los cristianos sirios parece que ha-bían utilizado una especie de rosario para cantar las letanías delos Nombres Divinos (Encyclopédie de l’Islam, 2ª edición, art.«Al-Asm2a’ al-Husn2a») en la época en que los musulmanes vinie-ron a vivir entre ellos, parece más probable que el uso del rosarioen el Islam proviene de una influencia cristiana. Que los cristia-nos lo hayan tomado de la India es, a mi juicio, totalmente proba-ble.

13.— Citado por M. S. BELGUEY, art. citado, p. 293.14.— Tirmid2i -Da‘aw2at’, Bab 103 (citado en Shorter Encyclo-

paedia of Islam, art. « ....Sub ....ha».15.— Esta anécdota y la que sigue son citadas por un autor

célebre, con un estilo con frecuencia satírico, (al-ˆY2ahiz (776-869), citado por BELGUEY, art. cit. P. 295). En ese mismo artícu-lo, el autor cita varias tradiciones inventadas en defensa del ro-sario. Una, en particular, presenta el anacronismo de descubrir auna de las esposas de Mahoma en posesión de un rosario que bri-lla en la noche. Esta historia, si fuese auténtica, mostraría unuso tan precoz del rosario que haría incomprensible la utilizaciónde las piedrecitas en una época más tardía.

16.— Un poeta libertino, Ab2u Nuw2as (750-815), dice, en unpoema en el que pretendía haberse convertido: «Yo llevo unosrosarios alrededor de mis brazos y un Corán a mi cuello, como sifuese un collar (Diw2an, p. 279), citado por M. S. BELGUEY, art.cit., p. 296.

17.— El primer místico cuya práctica del rosario atrae laatención e, incluso, la crítica, era el famoso maestro espiritualAl-ˆYunayd (m. 910). Cf. L. MASSIGNON, Essai sur les origines duLexique technique de la mystique musulmanes, p. 71.

18.— C. E. PADWICK, op. cit., p. 107: un miembro de la cofra-

día Šadil2i refiere que su maestro tenía la costumbre de asignarun «Nombre Divino» a cada novicio, que debía respetar en suoración (wird), en función de los defectos que éste debía corregiren su carácter o en su mentalidad.

19.— La cofradía Jalwatiyya hace meditar a sus novicios,mediante incesantes repeticiones, sobre siete Nombres Divinosescogidos sucesivamente, uno por cada período de un mes omás: l2a il2aha ill2a All2ah - No hay otro dios fuera de Dios; All2ah -Dios; Huwa - Él; Haqq - Verdadero; Hayy - Viviente; Qayy2um -Eterno; Qahh2ar - Vencedor. (Cf. J. S. TRININGAM, Sufi Orders InIslam, 1971, p. 190).

20.— Esta lista de oraciones personales obligatorias recibeel nombre de wird. La transcripción del árabe es la siguiente:— ....Sub ....h2ana All2ah — Al- ....Hamdu lill2ah — L2a hawla wal2a qawwataill2a bill2ahil-‘al2i l-‘az2i m — Bismill2ahi l-rahm2an l-rah2i m — Astagfirull2ah l-‘az2i m — Tubtu lill2ah — Al- ....sal2at ‘al2al-nab2i — Sall2a Allah2u‘Alayhi wasallama — L2a il2aha ill2a All2ah.

Es lo que se llama el «pequeño oficio», mientras que el «granoficio» consiste en la repetición, setenta mil veces, de la últimafórmula. (Cf. C. S. TRIMINGHAM, op. cit. P. 206).

21.— En árabe: Y2a All2ah... ˆYalla yal2aluhu.22.— Respecto a la utilización de las azoras 1 o 112 para

una oración a la intención de los difuntos, se puede consultar C.E. PADWICK, op. cit., pp. 110-111 y 116.

23.— Traducción de J. CORTÉS.24.— Todos esos detalles se encuentran en el artículo de M.

S. BELGUEY (R. E. I., 1969).25.— Ibíd., p. 300. Esas fórmulas pueden ser la siguientes:

Dios, Mahoma y Ab2u ˆYahl, o bien: Adán, Eva y Satán, E. LANE,The manners and customs of the modern Egyptians, Everyman’sLibrary, p. 268, da otras tres fórmulas: Gloria a Dios — Alabanzaa Dios — No hay más dios que Dios.

26.— Esta práctica se llama Istij2ara. En el mejor de los ca-sos, esa práctica intenta colocar al creyente en una actitud deabandono que le hace pedir a Dios que manifieste su voluntad.«El Profeta, en casos de este género, decía: Señor... decide paramí lo que es mejor, y después haz que yo esté satisfecho de ello»(Cf. BELGUEY, p. 302). En el peor de los casos, ella se convierteen un truco mágico para leer el porvenir de manera a escoger ladecisión más provechosa sin verdaderamente prestar atención ala voluntad de Dios.

27.— Leer, por ejemplo, «Un Moine de l’Église d’ Orient (P.Lev Gillet)», La prière de Jésus, Chevetogne/Seuil (Livre de Vie,122), 1974.

28.— Será provechoso ver esta cuestión a la luz del informedel SRI: Chrétiens et musulmans – vivre ensemble... et prier?(SRI, 71 rue de Grenelle, 75007 Paris-Francia), 2005, 68 pp.)

29.— Vocabulario especial para indicar a las primeras gene-raciones de musulmanes: después de los CompañerosCompañerosCompañerosCompañeros del Profe-ta, vienen los AntiguosAntiguosAntiguosAntiguos y después los SSSSeguidoreseguidoreseguidoreseguidores y los seguido-res de los Seguidores.

30.— Sahih, Hasan, Gar2i b: nota técnica para indicar si latradición es auténtica, buena o rara.