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12 de enero de 1998. CENTESSIMUS ANNUS En conmemoración por el Centenerio de la Rerum Novarum. Algo esperable y anunciado ya desde la publicación de la SRS. La fecha, 1991, no podía ignorar el hecho de la ‘caída del Muro de Berlín’ en 1989. Esto plantea una doble dificultad: por una parte, que un Documento pensado con un objetivo, se encuentra con otro adicional. Y además, que lo ocurrido en el ‘89 era algo de tal trascendencia, que difícilmente se podría asimilar en su significado y consecuencias. Pero el centenario era en el ‘91 y no se podía retrasar la publicación, por eso es que en la CA no se da todavía una visión con suficiente perspectiva histórica. Por tanto, hay 2 objetivos: Centenario y Caída. Pero hay que ver en qué sentido se quiere asumir estos objetivos: Lo que la CA quiere hacer es poner la mirada, no tanto en 1891, sino en el transcurso del siglo y ver de qué manera ha tenido un influjo decisivo. Respecto al análisis de los acontecimientos recientes, lo que le preocupa a JP II son dos cosas —lo que mejor caracteriza la CA— : 1 - ¿Qué es lo que explica la caída del colectivismo?, y 2 - ¿Qué pensar del capitalismo? ¿Cómo tomamos postura ante él, naturalmente desde una perspectiva moral? No podemos perder de vista que la DSI se ha ido desarrollando en la confrontación de los dos sistemas económicos, que ha estado continuamente presente. Ahora los términos del debate han cambiado sustancialmente. Comparar con los documentos inmediatamente anteriores, p.ej. la LE. Pero incluso con la SRS, cuando JP II interpretaba el conflicto Norte-Sur a partir del conflicto Este-Oeste. Ahora habría que revisar estos análisis... Este Documento (CA) que es el más reciente tiene especiales razones de interés, y el compararlo con la SRS resulta especialmente ilustrativo. INDICE: I - RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA RN. II - HACIA LAS COSAS NUEVASDE HOY. III - EL AÑO 1989 - ¿qué supone la caída del Muro de Berlín? IV - LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES - bases del sistema económico. V - ESTADO Y CULTURA - Una de las principales novedades: la no separación de lo económico y lo político: para entender esta sociedad hace falta una visión de conjunto. Anteriormente se veían por separado. Ahora se enfocan los tres aspectos: económico, político y cultural. Esto nos permite una mejor idea de las formas de organización social. Que tampoco es una originalidad de JP II, sino una tendencia de muchas corrientes

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12 de enero de 1998.

CENTESSIMUS ANNUS

En conmemoración por el Centenerio de la Rerum Novarum. Algo esperable y anunciado ya desde la publicación de la SRS. La fecha, 1991, no podía ignorar el hecho de la ‘caída del Muro de Berlín’ en 1989. Esto plantea una doble dificultad: por una parte, que un Documento pensado con un objetivo, se encuentra con otro adicional. Y además, que lo ocurrido en el ‘89 era algo de tal trascendencia, que difícilmente se podría asimilar en su significado y consecuencias. Pero el centenario era en el ‘91 y no se podía retrasar la publicación, por eso es que en la CA no se da todavía una visión con suficiente perspectiva histórica. Por tanto, hay 2 objetivos: Centenario y Caída. Pero hay que ver en qué sentido se quiere asumir estos objetivos: Lo que la CA quiere hacer es poner la mirada, no tanto en 1891, sino en el transcurso del siglo y ver de qué manera ha tenido un influjo decisivo. Respecto al análisis de los acontecimientos recientes, lo que le preocupa a JP II son dos cosas —lo que mejor caracteriza la CA— : 1 - ¿Qué es lo que explica la caída del colectivismo?, y 2 - ¿Qué pensar del capitalismo? ¿Cómo tomamos postura ante él, naturalmente desde una perspectiva moral? No podemos perder de vista que la DSI se ha ido desarrollando en la confrontación de los dos sistemas económicos, que ha estado continuamente presente. Ahora los términos del debate han cambiado sustancialmente. Comparar con los documentos inmediatamente anteriores, p.ej. la LE. Pero incluso con la SRS, cuando JP II interpretaba el conflicto Norte-Sur a partir del conflicto Este-Oeste. Ahora habría que revisar estos análisis... Este Documento (CA) que es el más reciente tiene especiales razones de interés, y el compararlo con la SRS resulta especialmente ilustrativo.

INDICE: I - RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA RN.II - HACIA LAS ‘COSAS NUEVAS’ DE HOY.III - EL AÑO 1989 - ¿qué supone la caída del Muro de Berlín?IV - LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES - bases del sistema económico.V - ESTADO Y CULTURA - Una de las principales novedades: la no separación de lo económico y lo político: para entender esta sociedad hace falta una visión de conjunto. Anteriormente se veían por separado. Ahora se enfocan los tres aspectos: económico, político y cultural. Esto nos permite una mejor idea de las formas de organización social. Que tampoco es una originalidad de JP II, sino una tendencia de muchas corrientes sociológicas hoy día: Cf. el pensamiento neo-conservador norteamericano: Novak, Bell, etc. O en la escuela de Frankfurt, de cierta vinculación marxista: Habermas, etc. P.ej. el tema de la democracia, ¿se puede dar en cualquier contexto económico o cultural? De hecho se ha dado en el contexto del capitalismo, en la cultura occidental, y habría que ver qué tanto es universalizable. Analizar p.ej. si el capitalismo no implica una cierta cultura, que sería difícil desarrollar esta economía donde no hay ciertas condiciones.VI - EL HOMBRE ES EL CAMINO DE LA IGLESIA - Capítulo conclusivo, que afirma una tesis muy querida a JP II: la centralidad de la persona. Se da una visión de conjunto.

Habría que estudiar la Encíclica mirando la postura de JP II frente al colectivismo y al capitalismo. Frente al colectivismo: esta encíclica no es muy rigurosa en el uso de los términos, y eso dificulta su comprensión. Colectivismo, Marxismo, Comunismo, Socialismo, Socialismo real. Aquí, a diferencia de la LE, a veces p.ej. se dice marxismo donde se debía decir colectivismo. Además, en una perspectiva de conjunto: algunos autores dicen que la CA es un estudio del siglo XX desde la perspectiva del marxismo, que no se analiza sólo desde su fracaso, sino desde su influencia, especialmente desde el fin de la 2ª Guerra Mundial. Lo que a JP II le interesa es buscar una explicación al fracaso, que encuentra en ‘los grandes errores’ del marxismo: a) una falsa concepción del hombre, b) el ateísmo y c) la lucha de clases. Cf. Nºs 13, 17, 18, 23-25...

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Ojo al estilo con muchos ‘excursus’. Se enfoca la lucha de clases no como hecho, sino como estrategia: lo que se discute es que ese hecho se asuma como ‘el camino para’. Pero después se pregunta por las causas inmediatas: ¿qué es lo que ha provocado en 1989 la caída del marxismo? Por una parte, la violación de los derechos humanos, particularmente de los obreros, y la ineficacia del sistema económico, que no fue capaz de funcionar correctamente. La violación de los DDHH provocó una reacción de la sociedad, fundamentalmente de la clase obrera. Algunos autores destacan que este análisis que hace de las causas inmediatas está excesivamente condicionado por la situación de Polonia, p.ej. desde que venía desarrollándose el Sindicato Solidaridad. En cambio, no considera tanto lo que venía ocurriendo en la URSS o en Rumanía. Esto respecto al primer punto, de la situación obrera.

Y respecto del segundo, hay que ver que el análisis estaba obstaculizado por el hermetismo de la URSS respecto a lo que acontecía dentro della. Hay una cierta sorpresa cuando Gorbachov anuncia ciertas reformas, p.ej. en su Discurso Inaugural donde ya propone reformas y hace intentos de acercamiento a los EEUU en relación con la carrera armamentista. Desencadenó una cierta sospecha, pues había el prejuicio de que los soviéticos siempre engañaban. Pero una vez que la situación se precipitó, se ha ido viendo cómo desde 1986 se tuvo que reconocer, en la Perestroika que la situación era tremendamente difícil. Las consecuencias sólo poco a poco se han ido descubriendo en análisis posteriores: el sistema de planificación centralizada y jerarquizada ya no daba más de sí, y fue necesario abrirse a ciertos mecanismos de mercado. Lo que sí está claro es que la experiencia histórica del colectivismo fue negativa.

¿Pero es que socialismo equivale a colectivismo? No. Aunque también es verdad que el modelo socialista más desarrollado históricamente fue el colectivista, y que ha fracasado, que no tuvo (¿no tiene absolutamente?) salida. Eso no quiere decir que haya que decir lo mismo exactamente del marxismo: cuando se habla de colectivismo se refiere a un sistema de organización social que conlleva un sistema económico, un sistema político y un sistema cultural. También Felipe Glez. se decía ‘socialista’, y los laboristas ingleses, o los suecos, pero no se pueden identificar los diversos tipos de socialismo. ¿Y el marxismo? Es una filosofía, el trasfondo cultural del colectivismo. Concepción de la persona y la sociedad que de alguna manera sirve de base a la organización económica y política. No es un sistema de organización social detallado, sino una filosofía que anima y justifica un modelo social. Ya antes del ‘89 había muchos marxistas que pensaban que el colectivismo, concretamente en su acepción soviética, era no sólo diverso, sino contrario al marxismo. Pensaban que el marxismo se podía interpretar de otra manera con vistas a organizar la sociedad. No se deben confundir los términos. Cuando se dice que el 1989 se ha dado el fracaso del colectivismo, eso parece indiscutible. Pero eso no quiere decir el final del marxismo, pues hay muchos marxistas que se alegraron de eso, porque la caída de la URSS deja el camino abierto para desarrollar otras formas del marxismo.

Respecto al capitalismo, ¿cuál es la cuestión fundamental? Ya lo he dicho: ¿qué hacemos con él? Para JP II, hombre realista y pragmático, lo que tenemos es el sistema capitalista. Y lo que a él le preocupa es ¿cómo tomamos postura ante él? ¿Es aceptable o no? Ahí hay un montón de textos bastante dispersos en la CA. Para que sigáis la pista, fijaos en las referencias a lo económico, a lo político y a lo cultural. Las referencias a lo económico son las que se hacen a la economía de mercado. Todo lo que se dice del mercado hay que engancharlo en esta percha. Cuando se habla de democracia pluralista, en el Cap. V, se está hablando del capitalismo bajo su aspecto político. ¿Y del aspecto cultural? Está más diluído, pero se le puede seguir la pista en el concepto de libertad, pues JP invoca desde el inicio concepciones erróneas de libertad y una concepción adecuada. Cuando se habla de ‘concepciones erróneas’ no siempre se refiere a la misma, y ahí es donde tenéis que afinar el análisis: hay veces que la libertad ‘se entiende mal’ y está hablando del marxismo, pero hay otras que aluden al capitalismo. A veces dicha concepción tiene que ver con la economía de mercado, y a veces con la democracia política, que no es lo mismo. Ahí está la clave para entender cuál es la crítica que hace JP II a la economía capitalista. ¿Es aceptable éticamente? La respuesta es compleja: si por capitalismo se entiende tal cosa, entonces sí, y si tal otra, entonces no.

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19 de enero, 1998.

BREVE EXAMEN aplicado, que era comentar el Nº 13 de la LE:* Prioridad del trabajo sobre el capital - * Justo es aquél sistema que supera la antinomia del trabajo sobre el capital, ¿en qué sentido?— Sustancial prioridad del trabajo humano.— Respeto a la subjetividad del trabajo y de la sociedad (respeto por la libertad, iniciativa, etc.)— y ésto independientemente de las prestaciones ofrecidas por el trabajador (trabajo objetivo).

Ojo, en un comentario de texto lo que se pide es que se explique lo que ahí se dice, y no resumir la encíclica o hacer alusiones a otras cosas. P.ej. ‘es un tema que está continuamente en la LE’, de acuerdo, pero ¿qué dice este párrafo?

Respecto al EXAMEN, tendrá un comentario de un texto. Por eso he insistido en la cuestión del Comentario. Cuesta trabajo leer los textos y meterse dentro de ellos. Pues muchas veces la precipitación de dar la propia opinión impide comprender lo que dice el texto.— Prefiero pocas palabras pero bien peinadas. No valoro el número de palabras, sino el contenido, y mientras menos, mejor. Se trata de pensarlas bien. — Las preguntas, que obliguen a hacer síntesis y relacionar cosas, atender al proceso. Si leéis de nuevo las páginas iniciales, recordaréis más detalles del Examen, que vale, como había dicho, el 70% de la nota final.

Nuevo ejercicio de COMENTARIO - Al Nº 6 de la RN. — Trata del trabajo y de la propiedad. — Del trabajo, JP II interpreta la RN desde presupuestos de la doctrina más actual.— Otro principio importante, el de la propiedad privada, que no debe ser complementado con el del destino universal de los bienes de la tierra. El tipo de propiedad al que alude León XIII parece ser el de la propiedad de la tierra. Sin embargo, todavía hoy conservan su valor las razones aducidas para tutelar la propiedad privada, esto es, para afirmar el derecho a poseer lo necesario para el desarrollo de la propia persona y de la propia familia. Tampoco es que ésto esté claramente dicho en RN, pero sí que está afirmado el derecho a poseer lo necesario para la sustentación de la vida. Y ya con ésto queda descalificada una acumulación exagerada.— Ha cambiado la coyuntura: ya no tiene vigencia (en 1991) el debate capitalismo-socialismo. La disputa sobre la propiedad ha de ser planteada en otros términos. Cuando se plantea el tema de la expropiación, queda planteado el debate de si una excesiva acumulación (de tierras o de bienes) no plantea la violación del derecho de los desposeídos. JP II cuestiona en el contexto actual: la caída de los sistemas basados en la propiedad colectiva, y la realidad de que, donde se admite la propiedad privada, hay mucha gente que vive en una ‘inhumana pobreza’, lo que obligaría a revisar. — Todo bascula en torno a trabajo y propiedad, aunque JP II invierte los términos de la doctrina, pues León XIII, aunque reconoce la prioridad del trabajo, se extiende más sobre la propiedad. Mientras que en JP II hay una afirmación mucho más clara y amplia de la prioridad del trabajo.

20 de enero, 1998.

ALGUNAS PREGUNTAS Y COMENTARIOS SOBRE LA CENTESSIMUS ANNUS:

1. De conjunto, me ha parecido un documento muy interesante, sobre todo por el intento de actualizar la DSI a la coyuntura actual que hace JP II, así como por la ‘recuperación’ de la doctrina de León XIII, asumiendo los avances realizados en la comprensión, p.ej. de la prioridad del trabajo humano, y de la perspectiva histórica que da el haber visto el nacimiento, desarrollo y fin parcial

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del experimento del ‘socialismo real’. Como futuro profesor de la asignatura, me resulta particularmente esperanzador el enfoque que se hace al final del Documento (Nºs 53-61) de la Doctrina Social de la Iglesia, pues me parece muy adecuado, sobre todo: a) El sentido práctico, la intencionalidad transformadora de lo real, de acuerdo con la perspectiva ético-teológica. b) La actitud de apertura a las ciencias humanas y de diálogo interdisciplinar. c) La búsqueda de colaboración cada vez más abierta a ‘los hombres de buena voluntad’, superando todo enclaustramiento en lo exclusivamente ‘católico’.

2. Hay sin embargo, dos cosas que me producen una cierta incomodidad. La primera es en el tratamiento que se hace del marxismo como doctrina. Pues según ésto, una vez caído el ‘socialismo real’, en cuya crítica estoy básicamente de acuerdo, debiera abrirse paso el conocimiento del ‘marxismo original’, que en mi opinión ha sido malinterpretado y traicionado en más de un aspecto por los regímenes soviético, chino, cubano, etc. Y eso no lo veo, no lo descubro en Juan Pablo II. Es sabido que hasta bien entrado este siglo no se descubrieron textos originales de Marx tales como los Manuscritos Económico-Filosóficos y otros que se atribuyen al ‘Marx joven’ y en donde se refleja una intención liberadora más pura y menos contaminada de ‘eficacismo político’. La Encíclica aborda p.ej. el tema de la Alienación [Nº 41], y acepta la crítica que hace el marxismo de la alienación económica, aunque me parece que revela un conocimiento insuficiente del tratamiento del tema en Marx, pues éste hablaba no sólo de una alienación del trabajador en su trabajo y respecto del producto, sino también respecto de sí mismo y de sus relaciones sociales, lo que me parece una perspectiva ‘humanista’ y bastante cercana a la DSI. ¿No se podrían buscar ahora los puntos de contacto entre marxismo original y DSI, en lugar de enfatizar sus diferencias? ¿No resulta actualmente fecundo el concepto de ‘alienación’, como parece sugerirlo la misma C.A. al hablar de la forma en que los hombres nos instrumentalizamos unos a otros en la sociedad occidental contemporánea?

3. Por otra parte, un temor que me viene de la lectura del texto es que se abra demasiado la puerta al ‘capitalismo real’ [Nº 42]. Pues aunque es verdad que se afirma que si la libertad no está encuadrada en un contexto político que la ponga al servicio de ‘la libertad humana integral’ cuyo centro es ético-religioso, “entonces la respuesta es absolutamente negativa”, lo que parece muy contundente, sin embargo, no se abunda en el análisis histórico, como sí parece hacerse en el caso del socialismo real. Y aquí le falta tal vez a JP II la experiencia vivida en el III Mundo, donde hemos padecido mucho más ‘en vivo y en directo’ los abusos del capitalismo, y no sólo por parte del ‘imperialismo yanqui’, que lejos de desaparecer se afirma de maneras cada vez más patentes/sutiles, sino también de las oligarquías locales, la mentalidad empresarial predominante, etc. En suma, que me atrevo a cuestionar, con Glez. Faus, sobre “el engaño de un capitalismo aceptable” que me parece no suficientemente tratado. Tal vez en la perspectiva de lo que ha sucedido con el bloque de países ‘liberados’ de la tutela soviética y su grave crisis y disolución, y la falta de verdadero apoyo de Occidente se pueda descubrir mejor la crudeza de este sistema que ahora se erige en ‘pensamiento único’. Como la misma C.A. reconoce: ¿no hace falta profundizar ahora de nuevo en la doctrina sobre la propiedad en la perspectiva de la persistencia de la pobreza y aun miseria de al menos la mitad de la humanidad?

Jorge Heredia Zubieta.

COMENTARIO A LA C.A.:

Nº 3e: “La presente encíclica trata de poner en perspectiva la fecundidad del patrimonio doctrinal y la autoridad de la DSI... y la solicitud pastoral que conduce al análisis de los acontecimientos de la historia reciente. No pretende dar juicios definitivos. Pero JP II reconoce que hay dos niveles distintos: el doctrinal y el pastoral. Y en la medida en que los documentos recientes tienden más a hacer un análisis de lo que pasa, la explicitación tiene su importancia.

Algunas cuestiones de carácter general:

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* ¿No está el tema de la fecundidad de la DSI al servicio de la coyuntura histórica? Fijaos que sólo los capítulos I y el II están en referencia a la RN. * ¿No le influye demasiado a JP II su experiencia de Polonia? — Efectivamente, él reconoce la influencia de su experiencia polaca, y habría que ver qué tanto esto refleja la situación de todos los países socialistas; en cualquier caso es una experiencia importante.* Lo de que la Iglesia no tenga que identificarse con ninguna de las alternativas históricamente constituídas... — Eso no significa que tengamos que cruzarnos de brazos, o quedarnos en el Olimpo de los principios abstractos. Más aún, debemos comprometernos personalmente sin esperar que la Iglesia Institucional esté detrás de nosotros. Podemos juzgar desde nuestra condición de creyentes. Que la Iglesia no tenga una ‘alternativa única’ derivada de su doctrina no significa que debamos abstenernos de todo juicio histórico concreto, pues uno es el nivel del Magisterio y otro el de los fieles. Y hay que bajar a la concreción, sin escudarnos en lo que dicen los Documentos. JP II repite que no es tarea de la DSI aportar alternativas concretas, pero esto no significa que las alternativas no nos interesen. Una cosa es que la Iglesia como tal institución no tenga que identificarse con ningún partido, y otra que que como cristianos no tomemos partido.

* Otro, ¿cabría decir que esta Encíclica es la ‘Carta Magna de la Social-Democracia moderada’?— Cf. Nº 19 - En donde se ven muy marcadas las tendencias, y a ratos parece que se ‘libera de culpas al Occidente’ y se cargan las tintas al comunismo. Dice JP II: en algunos países, el modelo que se pone en práctica después de la II GM va a ser la social-democracia, que mantiene los mecanismos de libre mercado mediante la estabilidad monetaria y a la vez intenta evitar que dichos mecanismos sean el único regulador, y tiende a someterlos a un control público, que asegure p.ej. la libertad sindical, la participación política democrática, y algunos mecanismos que posibiliten un cierto bienestar social para todos. Aquí se da una presentación benévola en referencia a algo real, (aplicado p.ej. en Alemania) que se mira con mejores ojos que el sistema colectivista y también que el sistema de mercado puro. — Existen otras formas de oponerse al marxismo, con la construcción de sistemas de Seguridad Nacional, que son las que se implementaron en América Latina con la asesoría de los EEUU, y que consiste en legitimar un sistema de control social estricto para evitar la inflitración del marxismo, justificando todo tipo de intervención totalitaria. Así se dieron las dictaduras de los años ‘70s: Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil, etc. Y éstas son abordadas críticamente en el Documento de Puebla.

* Otro: ¿por qué no detalla el Papa la crítica al capitalismo como lo hace con el marxismo?— Ante todo, el capitalismo no es una ideología, como sí lo es el marxismo, aunque se puede decir que tiene una ideología. Si ponemos de una manera esquemática:

Capitalismo Colectivismo:

Sistema económco: Economía de mercado Economía dirigida, planificada.

Sistema político: Democracia pluralista Dictadura del Partido Unico.

Sistema ético-cultural: Liberalismo. Marxismo.

— ¿Es posible una democracia sin economía de mercado? ¿O una economía dirigida con democracia pluralista? Históricamente no se ha dado mucho. [Aunque esta segunda se intentó p.ej. en Nicaragua]. Y a largo plazo por lo menos, no es posible mantener una economía de mercado sin una democracia pluralista. P.ej. en China, donde se intenta implementar una economía de mercado sin democracia, lo que no parece sostenible.

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— Lo que ocurre en el ‘89 es que se descubre que el modelo colectivista resulta inviable. Pero muchos marxistas consideran que el descalabro del Muro de Berlín más bien confirma sus tesis y lo que condena es una forma histórica que contradecía el impulso original de Marx. — Alguno pregunta por el ‘socialismo real’, y quería poner de relieve que el socialismo no había dado de hecho históricamente sino los países socialistas. O algunas reformas sucedidas en algunos países capitalistas. Cuando se habla del socialismo se habla de algo más diversificado, menos concreto, que no es correcto identificar con el colectivismo. ¿Donde ponemos p.ej. el socialismo sueco, o el español, o el de algunos países africanos?

— ¿Qué es lo que critica JP II del colectivismo? Fundamentalmente la ideología que hay detrás, los ‘errores antropológicos’, que terminan refiriéndose a la manera de entender la libertad humana. En último término, lo que JP II viene a decir es que, puestas las bases de la filosofía marxista, con su falta de libertad y de confianza en las posibilidades del hombre, sólamente se puede llegar a una concepción de la sociedad que está marcada por el autoritarismo. Evidentemente muchos marxistas no aceptarían esta interpretación de los hechos. Por eso muchos autores marxistas han reaccionado muy críticamente al análisis de JP II. El problema de fondo: cuando él hace la crítica de la ideología marxista, la contrapone a la concepción cristiana de la libertad.

— Respecto del capitalismo, JP II no le pone nombre a su ideología (liberalismo), pero también lo cita. Cf. Nº 42 - ¿Se puede decir que después del fracaso del comunismo el único sistema válido es el capitalismo, y hacia él deben dirigirse los esfuerzos de los países del Este, o del III Mundo? La respuesta es obviamente compleja: si lo entendemos como estímulo a la creatividad humana desde una libre configuración de la economía de mercado, entonces sí. Pero si lo entendemos como un sistema en el que la libertad no está encuadrada en torno a su eje ético-religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa. Si esa libertad no se somete a ningún tipo de control jurídico, el sistema resulta inaceptable. Este pasaje podemos ponerlo en relación con el Nº 39: estas críticas van dirigidas no tanto contra un sistema económico, sino en el sistema ético-cultural, que al ignorar la dimensión ético-religiosa se limita a la producción de bienes y servicios. Aquí hay que atender, por contraposición, a la libertad integral.

— Cf. Nº 45-46: La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las cuestiones políticas y garantiza la posibilidad de elegir y controlar a sus gobernantes. Una auténtica democracia es posible sólo en un Estado de Derecho y con una correcta concepción de la persona humana. Ahora bien, hoy se tiende a afirmar que a la democracia corresponden el agnosticismo y el escepticismo, y se rechaza como ‘dogmática’ la afirmación de principios morales. La libertad, no obstante, es valorizada sólamente con la aceptación de la razón, de la capacidad de conocer la verdad. Si la libertad se entiende como resultado de la opinión de la mayoría, eso es una distorsión, inválida.

— Entonces, si nosotros inspiramos cristianamente el sistema capitalista ¿estaría ya redimido? No creo que JP II acepte una cosa tan simple. Pero es verdad que el camino es el mismo que en SRS: termina en los sistemas de valores, que a ojos de JP II resultan fundamentales. El punto débil del capitalismo sería el concepto de libertad que está detrás. Aunque habría que ver también si todo depende de los conceptos y valores, o no se da también una influencia de ‘abajo hacia arriba’, de lo económico a lo valorativo-ideológico.

21 de enero, 1998.

COMENTARIOS:

* Del pequeño comentario que pedí sobre el Nº 6 de la CA: ya salió mejor que el de LE 13. Sólamente habría que cuidar la cuestión de distinguir: a) el comentario objetivo del texto. b) la opinión de JP II sobre RN, y c) vuestra opinión personal, ya con su carga subjetiva.

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— Respecto al tema de la alienación, es un tema que se ha revelado fecundo. Así, en el Nº 42, último párrafo, se habla de cómo persisten en el III mundo, marginación y explotación; y en el I Mundo, fenómenos de alienación: contra tales fenómenos se alza la voz de la Iglesia. Es un párrafo-síntesis. Que en el Nº 42 se va a desarrollar especialmente sobre el capitalismo, al denunciar la exclusión a la que se ven sometidos muchos millones de seres humanos. Lo que ya se había dicho en el Nº 33: “muchos hombres, quizá la gran mayoria, no disponen de medios que les permitan entrar de manera efectiva y humanamente digna en un sistema de empresa, donde el trabajo desempeña una posición realmente central... Ellos, aunque no explotados propiamente, son marginados ampliamente... No se les reconoce de hecho, su dignidad y, en ocasiones, se trata de eliminarlos de la historia...”* Contraposición marginación-explotación: quizás lo más característico y lo que el Papa quiere denunciar en este pasaje, es que más allá de la situación de la explotación, hay países o regiones cada vez más amplios del mundo que no interesan ni siquiera para ser explotados... “una ideología radical capitalista, que recaza incluso el tomarlos en consideración, porque apriori considera condenado al fracaso todo intento de afrontarlos.”

— Nº 33b - Un ‘proceso’ que se refiere al cambio de la economía: lo mismo que en otro tiempo, cuando se hablaba de propiedad se veía sobre todo la tierra (que en muchos países sigue siendo el tema de conflicto principal, en donde quienes se ven excluidos de la propiedad de la tierra viven en condicioens de ‘semiesclavitud’; sin embargo la propiedad en el capitalismo es entendida cada vez más como conocimiento y ya no tanto como la tierra. Una de las razones de marginación de colectivos importantes es justamente la falta de conocimiento, que impide a muchos salir de su humillante dependencia. Esto que se dice tantas veces de que como el cambio tecnológico avanza tan rápidamente, si no tenemos una actualización y una capacidad de investigación, nos quedaremos al margen del desarrollo. De modo que el ‘patrimonio de conocimientos’ resulta cada vez más definitivo. [Como contraprueba: uno de los grandes millonarios actuales, Bill Gates, ha hecho su fortuna a base del conocimiento y comercialización de la tecnología informática].

* Nº 42: Sobre la alienación en la concepción marxista, que se centra en el aspecto económico y lo hace con una perspectiva materialista y colectivista. La experiencia histórica de los países socialistas ha demostrado tristemente que el colectivismo no acaba con la alienación, sino que más bien la incrementa, al someter a los trabajadores al Estado. La alienación según el uso típico de la ideología marxista significa enajenar, hacer ajeno. El marxismo dice que en el mecanismo de producción capitalista el hombre deja de ser hombre y se convierte en máquina, en mercancía, deja de ser él mismo, pierde su identidad. Porque en el sistema capitalista las personas valen en tanto que están en relación de su productividad. No se considera tanto su simpatía, o su inteligencia, o sus valores morales, sino en términos de qué aporta la persona a la productividad económica.

La Encíclica lo que dice es que, sin negar ésto, tampoco lo resuelve el colectivismo. Si se pensaba que con la abolición de la propiedad privada se habría resuelto el problema, ya se ve que no. Si para el marxismo el defecto fundamental del capitalismo era que alienaba a los trabajadores, tampoco lo resuelve al poner al Estado como único capitalista. El texto vuelve sobre la idea de alienación y de alguna forma lo corrige. “La experiencia histórica de Occte. demuestra que... la alienación, con la pérdida del sentido auténtico de la existencia, es una realidad incluso en las sociedades occidentales. La alienación se verifica en el consumo, cuando el hombre se mueve en una red de satisfacciones falsas, en vez de crecer como persona. La alienación se verifica también en el trabajo, cuando se organiza sólo en función de la productividad y no se le reconoce como ser humano. Lo que interesa es que la persona sea rentable, y no que sea persona. Ojo, entonces, la CA amplía y sobrepasa el concepto marxista de alienación. El situar el concepto de alienación nos ayuda a tener una visión más de conjunto.

* En los primeros números del Capítulo V: Estado y Cultura. Menos elaborado que el anterior. Y el concepto de cultura, menos aún que el de Estado [¿por ser un tema de más reciente tratamaiento?]. El tema fundamental es de nuevo la verdad y la libertad. Se menciona la Encíclica Libertas (del S. XIX) sobre el sentido cristiano de la libertad, que es uno de los puntos

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centrales de la polémica entre el liberalismo y la Iglesia. Y ahora, en la medida en que el liberalismo reaparece con nueva fuerza, parece como que recupera actualidad aquélla Encíclica. En el Nº 44 más bien lo que se hace es poner las bases de su doctrina. De nuevo reaparece la preocupacion por el totalitarismo marxista-leninista, aunque hay otros totalitarismos también.

Lo que describe en el Nº 44b, es el modelo colectivista. En donde el Estado se arroga el ejercicio de un poder absoluto. No es simplemente una toma arbitraria del poder, sino que el Partido-Estado comunista es un grupo que tiene la capacidad de captar más adecuadamente los intereses y estrategia de la clase trabajadora. Otra forma de legitimación sería la de origen religioso: porque Dios me ha puesto aquí. El demócrata dirá: porque el pueblo, a través de las elecciones, me ha puesto aquí. El totalitarismo en su forma marxista viene pues de una pretendida superioridad cognoscitiva: pensar que se tiene la verdad sobre la historia, su sentido y estrategias. A la base del totalitarismo está el “mi verdad es la única verdad”. JP II la reconoce como la que se posee desde esta conciencia colectiva de la clase trabajadora.

— Alguno preguntaba si los sistemas totalitarios han recibido incluso apoyo de la Iglesia, y tal vez sí, en determinadas coyunturas históricas [¿Mussonini?]. En donde hay un totalitarismo de carácter marxista, la Iglesia suele estar excluída. Por eso el caso de que Cuba reciba al Papa con los brazos abiertos ha saltado a las páginas de los periódicos. [y ya se ve que no dejan de ‘saltar chispas’...]

— El tema de la Democracia, y de la toma de decisiones por mayoría, frente a la Iglesia que toma decisiones por autoridad jerarquizada.— Y todavía: si nosotros a través de la Revelación tenemos un acceso a la Verdad que es fundamental, ¿qué necesidad tenemos de contar con la opinión de otros? Aquí puede darse un dogmatismo y un totalitarismo. La diferencia fundamental habría que entenderla desde el concepto de la Modernidad, que se caracteriza por el antropo-centrismo. Una característica de la Modernidad es el respeto a la conciencia personal, aunque esté equivocada, con tal de que no cause perjuicios abiertos a otras personas. El problema de la Modernidad no es tanto ¿qué es la verdad? [metafísica] sino ¿cómo tenemos acceso a ella? [epistemología] ¿Es que la Revelación nos evita el esfuerzo de la búsqueda? Parece que se nos abre como sencillo el camino que para muchos resulta tortuoso... Este fue el problema que se planteó en la disputa entre los que dicen: "el error no tiene derechos”, y los que defendían la libertad: “pero el que yerra, sí”. [Cosa que hoy nos parece obvia y sin embargo durante siglos no fue reconocida, p.ej. en toda la Edad Media y luego por la Inquisición. Véase, por lo demás, la dificultad con que fue admitido en el Concilio el Decreto Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa].

El problema que hoy se plantea en el quehacer político no sería tanto ¿qué es la verdad? sino ¿cuáles son los caminos de convivencia en el estado actual de cosas? Esto nos deja evidentemente muchas veces insatisfechos. Pensemos, p.ej. en el tema de la despenalización del aborto. Cuando ésto se plantea en el Parlamento, no se considera la moralidad o inmoralidad de la interrupción del embarazo. Supuesto que no hay acuerdo en la cuestión moral, ¿qué es lo que la sociedad puede exigirle a todos? Esto supone una serie de problemas: ver cómo se puede armonizar esa ‘modestia’ respecto a la verdad que supone la democracia, y por otra parte, el que desde la Revelación se puede tener un acceso más directo a la Verdad. En la medida en que somos miembros de una sociedad democrática, sabemos que la verdad no se impone, y sólamente se impone en la medida en que el hombre vive de ella [¿por el testimonio?]. La fuerza de la verdad es una fuerza relativamente débil. Y esta es una de las cuestiones más delicadas hoy día. Os remito de nuevo a la Moral Política, donde habremos de analizar más detenidamente esta cuestión.