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Año XIII. Madrid 30 de Junio de 1920. Ndm, 150. La Industria Nacional ÓRGAIMO DE UA LlSfl NfleíONflL DE PRODUCTORES REVISTA MENSUAL Oeada al calor del patriotismo para defender los intereses productores de Espafia y contri- luiir a sn bienestar y progreso. siiSonipCKiN M.'tdiiil y [H'nvincias, ;iño,.. Ií\(rimjíír<). año Niinifíro siifilti) 7,5(1 (l.rill KK.nAcnriN- V ,\IIM(.M.STIU(;M').V Carrera de S. Jerónimo, 38, 2.° ízqd. Teléfono 1.917 ANlJ.NCKlS Precios convencionales ACTUACIÓN DEL GOBIERNO Tenemos (pie reconocer ({ue el a(í- tiial (lobierno labora y trabaja con actividad tratando de resolver el sin- luimero de problemas que en estos momentos afectan a la vida de la na- ción. En la Gaceta se pul)lican con fre- cuencia disposiciones encaminadas a solucionar conflictos sociales que por desgracia tanto abundan no solo en H]spañasino en todas partes. En estos iiltimos días han apare- cido tres decretos de alta significación y transcendencia política. El decreto sobre alquileres, el de la movilización de las industrias ¡civiles y el de se- guro de tripulaciones contra aociden- del mar. En materia de alquileres el acierto era muy difícil. Se había agravado notablemente el problema de la vi- vienda al amparo de la escasez de ellas; pero había que buscar el medio de amparar al inquilino sin cercenar el derecho de [)ropiedad, y es claro, que estas cuestiones de propiedad son siempre delicadas y difíciles de resol- ver. El conde de Hugallal,a nuestro jui- cio, ha acertado al redactar su decreto, • El derecho fundamental del propieta- rio a disponer de la propiedad por sí, a vigilar el uso que el arrendatario haga de ella; a hacer pesar sobre los alqui- leres el incremento del coste de la vida, o al menos de una parte de él queda garantido; pero el inquilino conserva un cierto derecho de estabi- lidad en elarrendamiento y en el pre- cio, siempre que sea inquilino de bue- na fé. Ese justo medio en <tue el ministro de Gracia y Justicia se ha inspirado para dictar su disposición, responde perfectamente el estado de opinión de los momentos actuales. El decreto sobre movilización de industrias civiles tiene una impor-

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Año XIII. Madrid 30 de Junio de 1920. Ndm, 150.

La Industria Nacional ÓRGAIMO DE UA

LlSfl NfleíONflL DE PRODUCTORES

REVISTA MENSUAL Oeada al calor del patriotismo para defender

los intereses productores de Espafia y contri-luiir a sn bienestar y progreso.

siiSonipCKiN

M.'tdiiil y [H'nvincias, ;iño,.. Ií\(rimjíír<). año Niinifíro siifilti)

7,5(1 (l.rill

KK.nAcnriN- V ,\IIM(.M.STIU(;M').V

Carrera de S. Jerónimo, 38, 2.° ízqd. T e l é f o n o 1 . 9 1 7

ANlJ.NCKlS

Precios convencionales

ACTUACIÓN DEL GOBIERNO Tenemos (pie reconocer ({ue el a(í-

tiial (lobierno labora y trabaja con actividad tratando de resolver el sin-luimero de problemas que en estos momentos afectan a la vida de la na­ción.

En la Gaceta se pul)lican con fre­cuencia disposiciones encaminadas a solucionar conflictos sociales que por desgracia tanto abundan no solo en H]spañasino en todas partes.

En estos iiltimos días han apare­cido tres decretos de alta significación y transcendencia política. El decreto sobre alquileres, el de la movilización de las industrias ¡civiles y el de se­guro de tripulaciones contra aociden-del mar.

En materia de alquileres el acierto era muy difícil. Se había agravado notablemente el problema de la v i ­vienda al amparo de la escasez de ellas; pero había que buscar el medio

de amparar al inquilino sin cercenar el derecho de [)ropiedad, y es claro, que estas cuestiones de propiedad son siempre delicadas y difíciles de resol­ver.

El conde de Hugallal,a nuestro jui­cio, ha acertado al redactar su decreto,

• El derecho fundamental del propieta­rio a disponer de la propiedad por sí, a vigilar el uso que el arrendatario haga de ella; a hacer pesar sobre los alqui­leres el incremento del coste de la vida, o al menos de una parte de él queda garantido; pero el inquilino conserva un cierto derecho de estabi­lidad en elarrendamiento y en el pre­cio, siempre que sea inquilino de bue­na fé.

Ese justo medio en <tue el ministro de Gracia y Justicia se ha inspirado para dictar su disposición, responde perfectamente el estado de opinión de los momentos actuales.

El decreto sobre movilización de industrias civiles tiene una impor-

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1810 LA INDUSTRIA NACIONAL

tancia excepcional. La (íran (hierra ha demostrado que es un gran factor del éxito la independencia económii'a, el bastarse 'a sí mismos. Aqiudlos países (|ue dispusieron de más ele­mentos industi'iales, (¡ue los pudieron movilizar en más grande escala y con mayor rapidez, fueron los definitiva­mente vencedores. Fué la guerra esencialmente científica, predomi-nantemeute científica.

Pues si Kspaña guarda en su seno ri(pi(!Kas naturales, primeras ma­terias, (pie la hacen apta para poseer esa inde[)endencia económica ¿qué es lo ({ue puede ¡altarle?

Solo una organización (¿ue permita movilizar las industrias civiles y un auxilio que robustezca las (pie ya existen y haga nacer las que aún no hay.

A eso se encamina este Real decreto y a la compenetración entre el Ejér­cito y la nación, a inventariar lo (pie tenemos y a procurar tener más. Para ello el Ejército puede ser cliente seguro en tiempo de paz, y la in­dustria puede ponerse al servicio del Ejército en tiempo de guerra. Con nuestras riquezas, si se acierta la or­ganización de este método, hal)remos dado en paso formidable para nuestra vigorización industrial y de la de­fensa nacional.

E l decríito sobre seguro de tripula-cioiuís contra ac(;identes del mar llena una laguna en la legislación española. Como se dice en la exposición del decreto, podía darse perfectamente

el caso de que el Comité especial de Seguros defendiendo los intereses del Estado, y las C(-)mpañías de Seguros defendiendo el interés privado, cau­sasen un perjuicio en continuadas e interminables contiendas jurídicas a los tripulantes accidentados.

Habría, pues, una tutela (pie com­pletar y ejercer, y a ello se ha en-(iaminado el Crobierno.

(^ueda por resolver todavía otros problemas de cuantía,pero es de espe­rar que si el orden público sigue man­tenido, el gobierno proseguirá su la­bor altamente beneficiosa para los intereses nacionales. Ojalá que nues­tros díaseos se confirmen y pueda llegar pronto la reconstitución eco­nómica del país a fin de que España ocupe el lugar (|ue de derecho le co­rresponde entre las naciones más ricas v adelantadas.

El ministerio del Trabajo

Según el Real decreto de 8 del pasado, que creó este nuevo departamento ministerial, quedan a este ministerio asignados, desde lue­go, los Institutos de Reformas Sociales y Na­cional de Previsión, la Sección de Reformas Sociales del ministerio de la Gobernación, el Negüciaao de Trabajo de la Dirección gene­ral de Comercio, el Consejo de Emigración y el Patronato de Ingenieros y obreros pensio­nados en el extranjero.

El ministerio del Trabajo constará además de una Subsecretaría y de cuantos elementos auxiliares sean indispensables para el servicio del mismo, dentro de las consignaciones fija­das en los presupuestos vigentes.

Por Real decreto de la Presidencia del Con­sejo de 24 de mayo y por Real orden del mi-

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1811

nisterio de Hacienda de 27 del mismo mes, se fijan los medios económicos de que han de disponer el ministerio del Trabajo y la Comi­saría de Subsistencias, haciendo, en virtud de la autorización concedida ai efecto por la ley de Presupuestosgenerales, las necesarias trans­ferencias entre los de los ministerios de la Go­bernación, Fomento y Abastecimientos, y el del ministerio del 1 rabajo, y entre el del mi­nisterio de Abastecimientos y el de Fomento, y se fija la situación del personal que ha de integrar los dos nuevos organismos.

El presupuesto de! ministerio del Trabajo importará, para los diez meses y veintiún días que funcionará durante el presente ejercicio, 4.535.124,57 pesetas. Esta suma está consti­tuida: 3.505.050 pesetas, por el importe de los sueldos de persona! y cantidades asignadas a los servicios que pasan de Gobernación, 362.882,75, por los que pasan de Fomento, y 667.181,82 por los que pasan de Abasteci­mientos.

El presupuesto de Fomento se aumenta para atender a los gastos de la Comisaría de Abastos con 1.075,584,18 pesetas, para aten­der a los servicios que subsisten en dicha Co­misaría de los establecidos en el ministerio de Abastecimientos.

Una Real orden del ministerio de Fomento de 2Q del pasado, determina que la Delega­ción regia de Suministros hulleros, excepto el relativo al servicio doméstico, dependerá de la Dirección de Agricultura, y el Comité re­gulador de la importación, distribución y con­sumo de algodón, el referente al consumo de pelo de conejo y liebre, el de aceites y la Jun­ta de tasa de materiales de construcción, de la Dirección de Comercio e Industrias.

Finalmente, el ministerio del Trabajo, por Real decreto de 2Q del mismo mes, ha dis­puesto la planta a que ha de ajustarse el per­sonal del ministerio y ha aprobado el Regla­mento provisional de procedimiento adminis­trativo y régimen interior de dicho departa­mento. Poco se aparta, apesar de lo que anunciara el ministro del ramo, el mencionado Reglamento de lo dispuesto en general en los

orgánicos de nuestra Administración. Algún progreso supone la autorización que se da a los jefes de sección para acordar en asuntos de trámite, y para despachar por sí mismos los cumplimientos de los acuerdos; pero ello no es más que iniciación de una buena nor­ma y no apartarse, como se ha pregonado, del procedimiento burocrático general de nuestra administración, e implantar un siste­ma comercial. Hay todavía mucha diferencia entre las atribuciones que concede el Regla­mento a los jefes de Sección y de Negociado y las que quienes desempeñan estos cargos tienen en un Banco o una Compañía mercan­til de importancia.

Fija e! Reglamento los plazos en que han de despacharse los asuntos, pero no la res­ponsabilidad en que incurren los funcionarios que dejen transcurrir esos plazos, Además, suprime el lecurso de queja, por el cual podía reclamarse la tramitación de un asunto que estuviese sin causa justificada.

En cambio establece, aparte del recurso contencioso administrivo, uno de incompeten­cia y otro de nulidad.

La reforma arancelaria Es un asunto de actualidad. Toda la Prensa

se preocupa en estos días de que se revise el Arancel y protesta gran parte de ella contra el procedimiento que se sigue para hacerlo. No comprendemos bien la alarma de ahora, dada la conformidad, tácita en algunos periódicos, y expresa en otros, con que fué acogido el Real decreto de 20 de Noviembre último, en que se disponía la revisión y el modo de efec­tuarla.

El plazo de vigencia de nuestro Arancel ac­tual ha transcurrido con gran exceso. Sin los trastornos de la guerra europea, otro Arancel regiría al presente y no habría quedado in­cumplida en cuanto a tal extremo la ley de Bases de 1906, en que se ordena la revisión cada cinco años. Las circunstancias, sin em­bargo, no hubieran podido ser tan diferentes

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1612 l.A INDUSTRIA NACIONAL

como las actuales lo son de aquellas en que el Arancel se confeccionó.

Los derechos arancelarios han de graduar­se, según la ley de Bases, con arreglo a los va­lores de las mercancías, los cuales se fijan ob­teniendo el promedio en oro del precio en la frontera o en puer*o español, más los gastos, seguro y comisión.

¿Dudará alguien que todos los productos valen actualmente mucho más qué en diciem­bre de IQll, en que nuestro Arancel se apro­bó? Con sólo reconocerlo se justifica la im­prescindible necesidad de la revisión, puesto que los derechos señalados en el Arancel vi­gente responden a unos valores que están al presente ajenos a toda realidad

Se han encarecido los precios de los jorna­les, las primeras materias, los elementos de trabajo, los transportes y los seguros, influ­yendo consiguientemente en el coste de pro­ducción, y si todo ello ha inducido a las na­ciones extranjeras a reformar sus Aranceles, preparándose al propio tiempo para el futuro régimen de Tratados de comercio que se haya de establecer, no podía abandonarse el interés de España dejando a su producción indefensa de una parte, contra la competencia extranje­ra, e inerme por otra, al Estado, en las negó elaciones con los demás países.

La dificultad mayor para la revisión se deri­vaba de la inestabilidad actual de los valores de las mercancías, reconocida oficialmente año tras año desde que la guerra estalló al decla­rar la Junta de Aranceles, que no podía esta­blecerlos. Si la ley dispone que los valores sean la base de los derechos arancelarios ¿cómo fijar éstos sobre un fundamento falso? Intentar el remedio fué la determinante del Real decreto de 20 de noviembre, ya citado.

Un arancel definitivo, encuadrado en la ley de Bases de 1906, no podrá hacerse hasta que las valoraciones se establezcan oficialmente La Junta de Aranceles y Valoraciones deberá, dice aquel Real decreto, estudiar el caso, pre­parar el trabajo y señalar el momento de ulti­marlo; pero mientras tanto, es preciso que exista un régimen transitorio y circunstancial

que salvaguarde nuestros intereses y nos co­loque en situación de poder negociar sin des­ventaja con el extranjero.

Un arancel que responda a tales fines, sin tener por única base las valoraciones, ha de atender a las conveniencias de nuestra econo­mía, teniendo en cuenta que necesitamos pri­meras materias y que nos conviene que aque­llas que producimos sean objeto en nuestro territorio de las transformaciones industriales de que sean susceptibles, así como nos es pre­ciso exportar algunos productos de la agri­cultura y todo el excedente de la producción en general, y que nos son indispensables de­terminadas importaciones. Tal es el propósi­to, que debe quedar servido por el Arancel transitorio.

» * Este es urgente, y encargar su confección a

un organismo de numerosos elementos, re­presentante de intereses encontrados, seria encomendar una larga tarea. Conviene que esos intereses sean oídos por medio de la re­presentación de sus grandes sectores; pero que influyan preponderantemente en la solu­ción elementos independientes y técnicos, y por eso a la Comisión permanente de la Junta de Aranceles y Valoraciones, en que la Agri­cultura está representada por el señor marqués de Alonso Martínez, la Industria por el Sr. Cussó, el Trabajo por el Sr. Prieto, la (iar.ndería por el señor marqués de la Frontera, el Comercio poi el Sr. Prast, la Ciencia económica por el Sr. Olózaga, se agregaron, para que el arancel transitorio se estudiara, un representante de la Cámara In­dustrial de Barcelona, otro de la Liga Vizcaí­na de Productores, un ingeniero Agrónomo, otro de Minas, el jefe de la sección de Co­mercio del ministerio de Estado, un represen­tante de la Comisión protectora de la Produc­ción nacional y los asesores técnicos de la Di­rección general de Comercio.

No puede decirse, por tanto, con justicia, que esté falta la Comisión de las debidas re­presentaciones genéricas de los intereses del país, ni debe sospecharse el desacierto en un

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l.A INDUSTRIA NACIONAL 1813

trabajo que hasta aquí se ha realizado en per­fecta concordia, por virtud de patrióticas tran­sacciones, sin tener que votar siquiera ningu­na solución.

Se censura por algunos la falta de publici­dad de los trabajos de la Comisión perma­nente. Nadie pretenderá que las deliberacio­nes sean públicas, puesto que pretenderlo seria desconocer la naturaleza de tales traba­jos y querer implantar un sistema de discu­sión infructuoso. Lo que se quiere es, sin duda, que no permanezcan secretos hasta que sean aprobados por el Gobierno, y precisa­mente a tal propósito ha obedecido que aque­lla parle de los mismos que ha quedado ulti­mada se haya comunicado al ministro de Ha­cienda, a fin de ¡lue éste pueda disponer que^ en la forma que considere oportuna, la discu­ta y la censure el pleno de la junta de Aran­celes.

Acerca de ello no hubo en realidad discre­pancias en el seno de la Comisión permanen­te. El director general de Aduanas, a quien debe suponerse enterado del criterio del Go­bierno, fué precisamente quien propuso que se acordara comunicar al ministro que la cla­sificación arancelaria quedaba hecha, sin reca­tar la finalidad que con ello se proponía, pues­to que manifestó que, haciéndolo asi, podría el ministro, según su antecesor el señor conde de Bugallal, pedir al pleno de la Junta que le informase; pero se opuso a que la clasificación aprobada se enviara directamente a la Junta, porque el Real decreto que ordena la confec­ción del Arancel transitorio no dispone la in­tervención de ella más que en el Arancel defi • nitivo que ha de estudiar. Por eso mismo ac­cedió, redactando el mismo la fórmula, a que la nomenclatura acordada se estimase no sola­mente como proyecto de la clasificación para el Arancel transitorio, sino como ponencia para el definitivo y que en este último concep­to se remitiera a la Junta en pleno.

La fantasía ha estado en estos días tan des­bordada, que ha supuesto que los derechos que se pretenden señalar van a ser prohibiti­vos. A estas fechas la Comisión no ha adop­

tado ningún criterio acerca de tan importante extremo: ha estudiado sólo el sistema que convendría seguir para señalar los derechos, y precisamente porque en las discusiones ha­bidas se ha expuesto por todos que había que elevar algunos y rebajar otros, y que en todo caso sería forzoso tener en cuenta el interés del consumo y el del productor, no se ha en­contrado una fórmula que fuese de general aplicación, salvo en contadas excepciones, y se ha decidido designar ponencias para cada clase del Arancel, constituidas por los repre­sentantes de los más opuestos intereses en cada una.

Se ha hablado, por tanto, muy a la ligera de cuestión tan importante como es la arance­laria, poniendo en riesgo la terminación de un trabajo que es indispensable que se ultime pronto. Cada día estamos viendo cómo en el extranjero se ponen trabas a las exportacio­nes que nos es indispensable realizar, cual la de los vinos, por ejemplo. ¿Cómo podríamos lograr facilitarles la salida, si quedara franca, por virtud del cambio de la moneda española y de un Arancel ineficaz, como el vigente, la entrada de los productos extranjeros que ne­cesitan del mercado español? Piensen en ello cuantos por el despecho de no intervenir en una obra tan trascendental, de la que creen que debían ser factores obligados, o por error de información están realizando campañas que pueden lesionar los más vitales intereses del país.

LA JORNADA DE OCHO HORAS

La solución de la pasada huelga de-Peña-rroya, aceptando los obreros mayor número de horas de trabajo, mediante retribuciones estipuladas, nos da ocasión para insistir en el tema de la jornada de ocho horas, que juzga­mos vital para los intereses del «_cmercio, in­dustria y agricultura de España. Cuanto más nos deteníamos a examinar el Real decreto de 3 de Abril de IQIQ que establece la jorna­da de ocho horas como máximum para toda

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1814 LA INOUSTRIA NACIONAl,

clase de trabajos, más se echa de ver en el pensamiento del Gobierno que lo dictó la au­sencia de un criterio económico, y he aquí cómo la solución de la huelga de Peñarroya nos lo demuestra una vez más.

Venían disfrutando nuestros mineros la jor­nada de ocho horas en el interior, y de nueve en el exterior de las minas; jornada más nomi­nal que efectiva, pues en ella se incluyen com­putaciones de tiempo para llegar al tajo y des­cender al pozo. Los mineros, hay que decir en honor a la verdad, que no habían pensado en trabajar menos tiempo; pero al encontrarse con una jornada general y uniforme de ocho horas para toda clase de trabajos, incluso para el dependiente mercantil, ¿qué habían de hacer ellos sino reclamar que ta suya se les redujera? ¿Y qué había de hacer el Poder público si hubiera sido contrario a la equidad el sostener que trabajaba lo mismo el minero que el dependiente de un comercio que se pasa las ocho horas sin grandes fatigas ven­diendo telas o artículos de otras clases?

¡Ah! Pues véase ahora cómo el minero vie­ne a reconocer que sin quebranto para su sa­lud, sin detrimento de su organismo, con tal de que se le retribuya más, puede soportar la antigua jornada. ¿No está demostrando esto que cuando se decretó la jornada de ocho ho­ras se hizo a la buena de Dios? No lo fué por razones económicas, porque si es cierto que las jornadas excesivas disminuyen el rendi­miento y depauperan al obrero, es cuando so­brepasan límites de diez, once y doce horas, y según la clase de los trabajos. No lo fué por razones de sanidad, en cuanto leyes so­ciales recientes, como la del trabajo de la mu­jer y el niño y la de jornada mercantil han re­conocido jornadas superiores. Lo fué por dar gusto a la galería.

Pero lo fué en tal forma, con tal rigidez, con tal inflexibilidad, que cuando obreros y patronos han querido ponerse de acuerdo no les ha sido posible llegar a jornadas de diez horas ni aun con el pago de horas extraordi­narias, salario de sobreproducción o partici­pación de beneficios. El Real decreto de 3 de

Abril de IQIQ era tan severo, tan uniforme— ¡cuando son tan variadas las clases de traba­jos humanos! — , que las juntas locales de Re­formas Sociales se han visto constreñidas con frecuencia a obrar, por mandato de la ley, en sentido contrario al que ellas lo hubieran he­cho apreciando de cerca las modalidades de cada industria. Y como ese criterio restrictivo gravitaba también sobre el Instituto de Refor­mas Sociales y aun sobre el Poder ejecutivo para que no se pudiese soliviantar alas clases obreras diciéndolas que se les quitaba una ventaja concedida, se llegó a las dos Reales órdenes de 15 de Enero de 1920 sobre excep­ciones a la jornada de ocho horas y sobre normas de aplicación de ésta, Reales órdenes tan rígidas que ni aun a la libre y armónica voluntad de obreros y patronos deja campo en que desenvolverse.

Han de ponerse de acuerdo los obreros y patronos de un establecimiento, y no pueden pactar el trabajo extraordinario más que du­rante ciento veinte horas al año, y sólo dos­cientas cuarenta si se ponen de acuerdo todos los similares de una localidad. Son los mis­mos dependientes mercantiles, y la práctica ha establecido tal confusión entre el derecho de los patronos a tener abiertas sus tiendas diez horas, y la jornada de los dependientes, que las Reales órdenes se suceden, y la confusión no se desvanece.

La solución de la huelga de Peñarroya, por lo mismo que es el acto primero del ministe­rio del Trabajo, parece marcar otro criterio: el de que la jornada se prolongue cuando el obrero se acomode con el patrono en el pago de horas extraordinarias. No hay buen obrero que no desee eso, y como ahí puede hallarse también una fuente de vigorización de la in­dustria, estableciendo jornadas que no sean perjudiciales a la salud, pero que no sean tampoco de las ocho horas escuetas, nosotros aplaudimos al Sr. Cañal por su acierto de aho­ra, y le excitamos a que eleve eso a regla ge­neral, dictando normas del trabajo que tengan una base económica más amplia que las Rea­les órdenes de 15 de enero. Estas fueron apli-

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1815

cación rigurosa de un precepto general; pero los problemas del trabajo tienen más de eco­nómicos que de jurídicos.

Progreso económico de España

Con ocasión de los excesos bursátiles co­metidos hace poco, en beneficio de las mone­das extranjeras y perjuicio de los fondos pú­blicos españoles, se ha desatado el feo vicio nacional de la murmuración y la jeremiada y a juzgar por lo que algunos escriben, el país se encuentra al borde de la ruina a causa de la torpeza y la desidia evidenciadas durante la pasada guerra por los Gobiernos, que son los que siempre tienen la culpa de todo.

Revista profesional que existe que se alar­ma porque la peseta se cotice con deprecia­ción en la India y el Japón. Y en la larga serie de acusaciones que en estos días se lanzan, firmas de reconocida solvencia científica, ha­cen cargos al Poder público y al país en ge­neral, de haber exportado demasiado, de ha­bernos conformado con recibir oro por nues­tros productos en lugar de exigir maquinaria y primeras materias, de no haber sabido em­plear aquel oro en montar industrias nuevas o en construir, no haber sabido tampoco res­catar los negocios españoles que se encuen­tran en manos de extranjeros, y por último, confiarnos en las sucursales de Bancos extra­ños lanzándonos locamente a la adquisición de monedas averiadas.

Algo hay de verdad en tales afirmaciones y bien puede asegurarse que España no ha sa­cado de las favorabilísimas circunstancias en que su neutralidad le colocó todo el prove­cho económico que pudo obtener.

Mas. sería injusto olvidar que tales aprove­chamientos, o mejor aún, la consolidación de los mismos, convirtiendo en permanente mu­cho de lo que había surgido como temporal, requiere cierto estado de desarrollo en la evo­lución económica de un país. Si ese grado de progreso en la producción no se había alcan­

zado todavía, natural era que los capitalistas y los jefes de industria tropezaran con gran, des dificultades para repentizar; y bien admi­sible es que ellos mismos padezcan deficien­cias de preparación, análogas a las que sufri­mos los demás españoles llamados a secun­darles.

Es innegable que no podremos competir todavía en ciertos artículos que constituyen la especiajidad de las naciones europeas que han luchado en la última guerra, peio es evi­dente que hemos adelantado mucho en gran número de trabajos industriales. Todo el se­creto consiste en saber distinguir y escoger, dedicándose a las industrias a las que, bien por condiciones naturales o por tradición obrera, nos encontramos en condiciones de luchar con los extranjeros. Sirvan de ejemplo los aceites y cierta cerámica.

¿Quién duda que el consumo de los aceites finos de marca española ha progresado de modo notable? Y en cuanto a la cerámica na­cional fácilmente se alcanza, que si no llega a interesar, por ejemplo, a los ingleses y fran­ceses que poseen estilos propios en tal arte, si hablan al alma de los hispanoamericanos sus­ceptibles de convertirse en los mejores parro­quianos de Triana, Manises y Talavera.

Desde este punto de vista de la clientela americana, y sin circunscribirnos a ningún ar­tículo en particular, nos parece un acierto la iniciativa de crear en París un Museo de pro­ductos españoles, patrocinada por aquella Cá­mara de Comercio.

Es más: el nacimiento de tal idea es un sig-• no cierto de que España no ha perdido del

todo su tiempo en estos últimos años. Si comparamos nuestra situación actual con

la de 1914, encontramos diferencias notabilísi­mas. En primer término, la consolidación de la peseta. Aun cuando de momento pierda más que antes, con relación al dólar por efec­to de maniobras especulativas sobre la mone­da extranjera, el aumento de existencia oro en el Banco de f:spaña es una ventaja definitiva de las que siempre surtirán electo.

En el mismo sentido favorable obrará siem-

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1816 LA INDUSTRIA NACIONAL

pre el desplazamiento que ha sufrido la balan­za financiera de España. Antes teníamos que pagar a los extranjeros muchos millones anua­les por cupones de Deuda exterior y valores ferroviarios. De aquí en adelante tales renglo­nes quedan muy disminuidos, y, por el con­trario, serán los extranjeros quienes tendrán que pagar a los españoles cuantiosos cupones de empréstitos y cuentas corrientes.

La flota mercante se está casi bastando para las necesidades de nuestro tráfico, ahorrándo­nos el pago de fletes antes tan cuantiosos.

Del mismo modo la producción del trigo acreció en tales proporciones y de modo tan persistente, que a poco que se estimulase se­ria bastante para nuestras necesidades.

La agricultura española ha dado un paso de gigante hacia la independencia económica del país, del que mucha gente no se ha dado aún cuenta.

Al lado de ello resulta nimio que la indus­tria siga en muchos ramos siendo tributaria del extranjero, puesto que no todo puede con­seguirse de una vez. Es más; dentro de ese sector que marcha a paso lento tenemos ejem­plos consoladores como la construcción y la industria extractiva de carbones.

Serán caros y en sus clases medias inferio­res a los ingleses, pero ¡cuántas naciones se darían por satisfechas con tener combustible propio!

Y por último, nuestra Banca se ha interna­cionalizado saliendo fuera a expansionarse en negocios útiles. Concretamente podrán criti­carse algunos de esos negocios, mas en su conjunto representan una vitalidad de la que. todos los españoles debemos felicitarnos.

Convénzanse los pesimistas. No se ha per­dido todo el tiempo ni mucho menos. Al con­trario, nos hemos elevado lo bastante para merecer una consideración de que antes care ciamos.

Grandes problemas Conformes de toda conformidad con nues­

tro estimado colega La Época que tratan­

do de la marina mercante se expresa en los términos siguientes:

«Las Cámaras francesas se han ocupado re­cientemente con gran interés y extensión de un poblema que preocupa mucho a todos los elementos directivos de su economía nacional: el de la Marina mercante. Rudamente castiga­da por la guerra, no solamente por lo que per­diera a causa de ésta, sino por lo que no repu­siera, advierte la necesidad de intensificar la atención que consagre a la restauración de ese instrumento de riqueza, ya que no es indife­rente el pabellón para la suerte del comercio internacional.

Nosotros no damos al problema la debida importancia, apesar de tenerla quizás para fís-paña en mayor grado que para Francia, no sólo por cuantos elementos naturales posee­mos para desenvolverla y sostenerla, sino tam­bién por extensión y valía de los pueblos de habla española, en los que tendría nuestro pa­bellón lugar preferente para las transaciones marítimas.

No sólo no nos ocupamos de ayudar a la Marina mercante a vencer las dificultades que muy pronto ha de encontrar, sino que ni si­quiera se han removido las trabas que con motivo de la guerra be le crearon, con grave daño para esta industria tan castizamente na­cional como la de construcción de barcos. Cuando las marinas progresivas han procura­do dar salida al material viejo, renovándolo, en España siguen vigentes disposiciones del Poder público que impiden vender nuestros barcos viejos y facilitan, en cambio, el aban­deramiento en España de barcos viejos ex­tranjeros.

Viejos no sólo por la fecha de su construc ción, sino también por responder a tipos de tonelaje que no pueden explotarse económi­camente cuando tanto se ha elevado el coste de la navegación. Ese barco de 1.000 a L500 toneladas, que es el más frecuente en nuestra flota de comercio, difícilmente puede sopor­tar el coste actual de su tripulación. Pues en vez de darse facilidades para renovar todo eso, se mantienen las trabas que se crearon por

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1817

salir al paso de conveniencias de interés pú­blico que las circustancias pasadas crearon.

Está en elaboración el programa para con­tratar aquellos servicios marítimos subvencio­nados, cuyos contratos terminan en este año, y la forma en que eso se resuelva dará la me­dida del caso que el Estado haga de este pro­blema de la marina mercante. Hay que ponde­rar en ese programa tres órdenes de intereses: el efectivo de la economía nacional y de los deberes del Estado en esas comunicaciones con los archipiélagos y con el Norte de Africat el de la marina mercante que deba prestarlos al coste actual de la navegación, y el del Teso­ro público que no puede ser sometido a sa­crificio mayor del necesario. Si de todo eso diera buena cuenta las reclamaciones de las poblaciones interesadas, el daño sería muy grave.

Las estadísticas del tráfico en el anterior de­cenio deben dar la norma de lo que es la ver­dadera conveniencia nacional en ese puntoi mucho mejor que lo que pidan aquellas po­blaciones o determinados elementos de cada una.

Es lástima que los episodios constantes de esa política y de las luchas sociales aparten de estos grandes problemas la atención de la opinión.

Congreso socialista Como era de esperar.

Las sesiones del Congreso socialista cele­bradas en estos últimos días, se han desarro­llado en un ambiente de indisciplina y violen­cia, como era lógico había de suceder dada la táctica seguida por las organizaciones obre­ras. Es más, nosotros creemos que esas vio­lencias llegarán a más y no será extraño que ocurran sucesos de mayor gravedad si se tie­ne en cuenta los antagonismos y los odios que existen entre sus afiliados.

Los elementos directores del partido socia­lista obrero, a los cuales nadie negará eficacia

en su labor, ya que mediante ella existe la formidable organización obrera, de que ahora tratan de apoderarse otros elementos, y en gran parte también gracias a ella, en su labor de propaganda se ha conseguido incorporar a las leyes principios sociales que no hace mucho parecían incompatibles con la organi­zación de! Estado, tal como la mayoría de las gentes la concebían, habían señalado al parti­do cauces y orientaciones por los que ahora, más que nunca, parecía absolutamente lógico que marchara; pero contra esa labor que te­nía en sus mismas condiciones de prudencia su razón de mayor solidez, parecen concen­trados los que, llegados a deshora al partido obrero, con las impresiones vivas y calientes de la revolución rusa y sin criterio para dife­renciar las condiciones técnicas sociales e his­tóricas y adaptar lo adaptable, prescindiendo de lo que no podía tener arraigo en la reali­dad, sueñan, no con hacer una revolución al estilo de la realizada por los soviets, sino de perturbar la vida nacional y, sobre todo, la vida económica del país con la amenaza de esa revolución que no quieren, ni está en con­diciones de hacer, la mayoría de los obreros y, desde luego, todos los obreros sensatos.

Basta con ver que los partidarios de la ter­cera Internacional, los comunistas, en una pa­labra, no atienden a razones, y juzgan, como argumento supremo, la increpación y el insul­to, cuando no la bofetada, para tener idea cla­ra de cuáles son sus ideas y cuál su concepto de la disciplina social y de la fuerza y la nece­saria prevalencia de la razón; pero, desgracia­damente, los elementos que así proceden, constituyen ya una fuerza, y una fuerza des­tructora de algo que pudo ser salvador, si los Gobiernos hubiesen sabido utilizarlo, ya que no como fuerza política, como fuerza social.

Los socialistas que pudiéramos llamar de la derecha, los que quieren ir evolucionando poco a poco hasta conseguir siquiera un mí­nimum de sus programas respecto de las rei­vindicaciones obreras, comienzan a sentir las consecuencias de sus predicaciones exagera-

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1818 LA INDUSTRIA NACIONAL

das y utópicas. Han hallado a las masas tan solo de sus derechos, sin advertirles nunca nada acerca de sus obligaciones, y ahora esas mismas masas cuando se les habla de la ley, del principio de autoridad, se revuelven con­tra ellos, acusándoles de vendidos y traidores.

Esto es ya viejo. F.s la historia de siempre en política, tratándose de partidos extremos. Y en estas organizaciones obreras tiene que ma­nifestarse en espíritu de rebelión con mayor intensidad contra sus jefes, por la clase de edu­cación de sus afiliados y por el temperamento duro y enérgico característico de las clases trabajadoras.

El ferrocarril del Norte en 1919. Según la Memoria del Consejo de Admi­

nistración, leída en la última junta general or­dinaria de accionistas, el conjunto de opera­ciones del año IQIQ ofrece un resultado más favorable que el del aiio anterior, en razón a haberse modificado algo, en sentido beneficio­so, las circunstancias especialmente difíciles en que se desarrolló el año 1Q18.

Sin embargo, esta mejora no ha podido ser tan importante que permita compensar en to­talidad los efectos desfavorables de aquel ejercicio; los ingresos del tráfico han tenido un aumento de pesetas 60.619.343,11, de las cuales la mitad, aproximadamente, correspon­de al recargo de 15 por 100 autorizado por Real decreto de 26 de diciembre de 1918, y la otra mitad, a la reforma general de la tari­ficación y al aumento de tráfico; pero los gastos han tenido asimismo un aumento de pesetas 28.280.530,49, en el cual entran, por una suma de 15.033.585,55 pesetas, las con­cesiones hechas al personal en concepto de plus y paga de Abril, como consecuencia de la autorización del recargo del 15 por 100; la Compañía ha concedido además a su perso­nal, en el mes de noviembre, una segunda mensualidad extraordinaria, importante pese­tas 3.185.169,37, como auxilio para subvenir a la elevación creciente del coste de vida.

Por lo que se refiere al carbón, aunque el precio de coste ha seguido en aumento, la ca­lidad ha mejorado algo, lo que ha permitido disminuir un poco el consumo unitario y re­gularizar en cierto modo la marcha de los servicios.

Se gastaron, por término medio, 23,13 kilos de carbón por l<ilómetro máquina, frente a 25,23 en año 1918 y 68,8 millones de pese­tas, en lugar de 63,4.

Las cuentas de primer establecimiento pre­sentan un aumento total de 10,26 millones de pesetas; de ellos, 4,67 por obras nuevas y mejora de instalaciones, y 5,58 por adquisi­ción de material motor y móvil.

El material efectivo de la Compañía en 31 de diciembre de 1919, se componía de:

932 locomotoras con sus herramientas. 1.972 coches para viajeros, y 21.380 vagones de todas clases. Además, tenía contratado y en curso de

construcción o en camino, el material nuevo siguiente:

12 locomotoras con sus ténderes. 88 coches de tipo moderno para viajeros. 50 furgones, y 700 vagones de todas clases. Por un importe aproximado de 18.300.000

pesetas. Los ingresos totales registrados en 1919

han ascendido a 264.150.262 pesetas, contra 203.652.334 en 1918, lo que representa un alza para el último ejercicio de 60.497.927 pesetas; los gastos de la explotación sumaron 194,95 millones, contra 166,67; las pensiones pagadas al personal, 2,38, contra 2,14, y las cargas de la explotación, 60,35, contra 59,36 millones.

Deduciendo de éstas los intereses, cambios y comisiones, importantes, 3,38 millones, contra 4,12 en 1918, el excedente de produc­tos que resulta para 1919 es de 9.843.752,11 pesetas A esta última cifra hay que agregar 1,25 millones por el déficit de la explotación de la línea de Valencia a Utiel, que queda a cargo de la Comisión liquidadora, con lo cual el excedente líquido de productos asciende a

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1819

11.098.272,20 pesetas, en lugar de una insu­ficiencia de 19.458.786,68, determinada en el año precedente. Es decir, que en 1919 se ha obtenido un mejor resultado por 30.557.058 pesetas.

El tráfico de viajeros presenta en el año 1919 un aumento de 17.616.579,14 pesetas, que es debido al recargo de 15 por 100 y al aumento de tráfico; el de gran velocidad ofre­ce un aumento de 3.769 985,60 pesetas, debi­do a dicho recargo en las tarifas, y en una pe­queña parte al aumento de tráfico; y el de pequeña velocidad ha producido asimismo un aumento de 38.750.732,03 pesetas, tam­bién por el recargo en las tarifas y por el au­mento de tráfico y reforma de la tarificación.

Los aumentos más importantes han sido producidos por los vinos, bebidas y alcoholes, con aumento de 120.000 toneladas; harinas y salvados, con 104.000; naranjas y limones, con 77.000; maderas, con 76.000; aceites y grasas, con 42.000; cereales, con 32.000; azú­cares, arroz, lanas y otros de menos importan­cia. En cambio, se ha producido baja, en car­bones, materiales de construcción, patatas, mi­nerales, etc.

Lo recaudado para el Tesoro y los benefi­cios obtenidos por el Estado durante el año 1919, se eleva en su conjunto a 31.788.399 pesetas, y en 1918 fueron de 27.195.793.77 pesetas, o sea una diferencia en más de 4.592.605 pesetas.

Esa cantidad de 31 millones y pico repre­sentaría un dividendo de pesetas 61,61 para cada una de las 516.000 acciones de la Com­pañía, existentes en circulación.

La misma suma que representan los im­puestos para el Tesoro y los beneficios obte­nidos por el Estado en los transportes hechos por su cuenta, equivale al interés de 8,59 por 100 de la cantidad recibida en concepto de subvención por todas las lineas que en la ac­tualidad explota esta Compañía.

Durante el año 1919 han venido a la domi-ciliación 136.360 títulos, excediendo ya de 700.000 los adheridos en la fecha de prepara­ción de esta Memoria.

Todos los títulos presentados han sido subs tituídos por otros nuevos de igual nume­ración.

Los resultados del año 1919 se resumen así: Productos líquidos de la explotación de las líneas, 11.098.272 pesetas; minas de Ba-rruelo, 586.158; ídem de Surroca, 2.701; to­tal, 11.687.131 que previa deducción de los impuestos correspondientes se aplican a dis­minuir el déficit de los años 1917 y 1918.

La Junta de accionistas aprobó tal liquida­ción, confirmó los nombramientos provisio­nales de consejeros efectuados durante el año, y por último, ratificó el Consejo los poderes que tenía conferidos para enajenar, tomar di­nero a préstamo, hipotecar y contratar.

De información La recaudación

Según los datos provisionales publicados por la Inspección general, la recaudación ob­tenida por la Hacienda pública en el mes de Mayo próximo pasado ascendió a 139.433.982 pesetas, registrando alza de 2.265.477 sobre la de igual mes del ejercicio anterior.

Asociación de la Prensa.—Nueva Junta directiva

Después de acordada por aclamación en la última Junta general la presidencia honoraria a favor de D. Miguel Moya, y de celebrada la votación convocada para el día 5 de los co­rrientes ha quedado constituida la junta di­rectiva de la Asociación de la Prensa en la siguiente forma:

Presidente honorario, D. Miguel Moya; pre­sidente, D. José Francos Rodríguez; vicepre­sidente primero, D. Rufino Blanco; vicepre­sidente segundo, D. Daniel López; censor, D. Francisco Verdugo; tesorero, D. Maximino Esteban Núñez; secretario primero, D. Eduar­do Palacio Valdés; secretario segundo, don Eduardo Ruiz de Velasco; vocales: D. Gabriel Briones, D. Norberto Torcal, D. julio Rome­ro, D. Leopoldo Bejarano, D. Luis Gil Fillol,

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1820 LA INDUSTRIA NACIONAL

D. Francisco Aznar Navarro y D. Francisco Hernández Mir.

Comisión de investigación y consulta: don Oerardo Sánchez Ortíz, D. Peregrín Sánchez Hiera, D. Carlos Rojas Bermejo, D. José de la Cueva y D. Julio Romeo.

<E1 año politico 1919-

Se ha publicado el vok'imen XXV del exce­lente libro de Fernando Soldevilla *E1 año político», correspondiente a 1019.

El hecho de ser este año el vigésimoquinto de la publicación del »Anuario-, dice más en elogio de éste que cuanto pudiéramos nos­otros decir. Para los habituales lectores del Sr. Soldevilla es innecesaria la propaganda; para los que no lo conozcan básteles saber que en sus páginas encierra el libro la más completa y documentada historia del año, es­crita con gran imparcialidad y con estilo pul­cro y correcto.

La serie de anuarios de Soldevilla será ines­timable para el porvenir, y ojalá dispusiése­mos de libros análogos de periodos anterio­res, que en ese caso habrían desaparecido no pocas lagunas de la Historia patria.

No es necesario dar aquí un índice del con­tenido del volumen.

En él aparece todo, absolutamente todo lo que se relaciona con la vida política española, tan agitada en el año último.

Avalora el libro su excelente presentación, análoga a la de los años precedentes; y si ha aparecido con alguna demora ha sido a causa de las huelgas y de la escasez del papel.

F.l Sr. Soldevilla está recibiendo muchas felicitaciones por las * Bodas de plata» de su interesante publicación. Son merecidas y a ellas unimos la nuestra, muy sincera.

Un donativo del señor Bauer al Museo Arqueológico Nacional

1:1 Sr. D. Ignacio Bauer, que ha dado ya notables muestras de su amor a los estudios históricos y de su generosidad en pro de la cultura pública, habiendo regalado importan­

tes documentos a la Real Academia de la His­toria, acaba de hacer un valioso donativo al Museo Arqueológico Nacional, consistente en dos sarcófagos griegos de barro, decorados con bellas pinturas de estilo arcaico, del si­glo vi antes de j . C , procedentes de Clazo-menas (Asia Menor).

Los sarcófagos de Clazomenas son una cla­se de antigüedades griegas muy estimadas por su gran tamaño (dos metros) como piezas ce­rámicas y por su rareza, pues no se conocen más que 2b ejemplares, repartidos por los Museos, y el de Madrid no tenía ninguno.

Ha venido, pues, este donativo a enriquecer la preciosa colección de cerámica griega pin­tada de nuestro Museo Arqueológico, con dos muestras excelentes. Las pinturas negras y rojas de estos sarcófagos representan victorias, esfinges, leones y aves, entre una ornamenta­ción clásica verdaderan'ente admirable. Tan notables ejemplares se hallan expuestos pro­visionalmente mientras se los da la instalación definitiva que merecen.

Según nuestras noticias, el Sr. Bauer ha adquirido estos dos sarcófagos a muy alto precio en París, para regalarlos a España, por lo que se ha hecho acreedor a la gratitud de cuantos nos interesamos por la cultura na­cional.

La Oficina española de la Sociedad de Naciones

El ministerio de Estado inserta en la Gaceta un Real decreto, creawdo una «Oficina espa­ñola de la Sociedad de Naciones».

Esta Oficina funcionará en dicho ministerio bajo la dirección del subsecretario, y enten­derá en el curso y tramitación de cuantos asuntos se relacionen con la participación de España en la Sociedad de Naciones, incluyen­do en ella la organización permanente del Trabajo y todos los organismos constituidos 0 que se constituyan en lo sucesivo como consecuencia de la aplicación de las partes 1 y XIII del Tratado de Versalles de 28 de ju­nio de 1919.

Para la mayor rapidez y eficacia del serví-

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1821

ció, el jefe de la * Oficina española de la So­ciedad de Naciones' podrá, por delegación del director, comunicar con los departamen­tos ministeriales, así como con los otros cen­tros u organismos y autoridades nacionales o extranjeras, para la remisión de documentos, petición de datos o informes y otros asuntos análogos.

Los haberes del personal del nuevo Cen­tro, asi como los gastos de material de la mis­ma y los que ocasione su instalación, se abo­narán con cargo al crédito consignado en el capítulo 5.", artículo IQ, sección segunda del presupuesto (ministerio de Estado).

La plantilla del personal se compone de un jefe, ministro residente, con 12.000 pesetas de sueldo anual; un subjefe primero, secretario de primera clase, con 10.000, y un subjefe se­gundo, cónsul de primera clase, con 10.000; dos secretarios de segunda clase, a 7.000; dos traductores, a 5.000; un oficial para el archi­vo, con 4.000; cuatro mecanógrafos, a 3.000 y 500 más de gratificación si son taquígrafos; un portero tercero, con 2.500, y u,. portero cuar­to, con 2.000.

También el periódico oficial publica los Reales decretos disponiendo que pasen a con­tinuar sus servicios en la mencionada oficina, D. José de Landecho y Allende Salar, minis­tro residente; D. Emilio Sanz y Tovar, secre­tario de primera clase, y D. Luis Beltrán y González, cónsul de primera clase, que están empleados en aquel ministerio.

Tabacos y Timbfes

Durante el mes de mayo último la recau­dación por Tabacos fué de 23.090.736 pese­tas, lo que supone una baja de 3.090.873 con relación a igual mes del año anterior.

La baja.en los dos meses de abril y mayo, comparativamente a lo recaudado en los del año último se cifra en 6,64 millones.

Por Timbre se han obtenido 16.212.276 pe­setas, con aumento de 2.902.431 con relación a mayo de 1919.

El alza en los dos meses del año económico es de 6.464.419 pesetas.

Nuevo tractor ferroviario

Según la Revista Técnica Fenovioriu, se han celebrado con resultados excelentes las prue­bas de un nuevo tractor ferroviario, inventado por un ingeniero alemán, con el cual se espe­ra conseguir, con relativa facilidad, velocida­des superiores a 300 kilómetros por hora.

íii invento del expresado ingeniero alemán consiste en la aplicación de una hélice aérea a los ferrocarriles.

La innovación ofrece, entre otras ventajas, la de que permite hacer independiente en cier­to modo la velocidad del motor y la del ve­hículo.

En esto precisamente se fundamenta la creencia de que la aplicación de la hélice per­mitirá realizar las grandes velocidades que he­mos indicado.

Tiene, además, el nuevo tractor otras cuali­dades no menos estimables, como son la de suavizar la marcha y aumentar la estabilidad del carruaje, impidiendo las sacudidas direc­tas debidas a la falta de equilibrio de las pie­zas en movimiento alternativo y de las per­turbaciones de marcha que más limitan la ve­locidad.

Sucursales del Banco de Bilbao en África

Esta poderosa entidad, continuando la acer­tada política de desarrollar su esfera de ac­ción, proyecta la instalación de sucursales en Tánger y Tetuán, y, según noticias telegráfi­cas, la de la primera de las indicadas plazas está ya en período de instalación, habiéndose acogido con gran satisfacción la creación de esa sucursal por los elementos mercantiles es­pañoles, que ahora tienen que valerse para sus operaciones de Bancos extranjeros.

Nos parece muy acertada la elección de esas plazas por el Banco de Bilbao, y es de espe­rar que los negocios en ellas contribuyan efi­cazmente al desarrollo de su provechosa ac­tuación.

Buques en construcción

Diversas Compañías navieras de Bilbao, tie­nen actualmente en construcción los buques siguientes:

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1822 l.A INDUSTRIA NACIONÁI.

El Arnü-Mendi, de 8.500 toneladas; el Ariz-Mendi y el Artza-Mendi, petroleros, de unas 6.000, para la Compañía Naviera Sota y Az-liar; el Cristina y el Sabina, de 7.600 cada uno, parala Naviera Vascongada; el Mar Ca­ribe, Mar Blanco, Mat Adriático, Mar Negro, Mar Azoff, de 5.750 los cuatro primeros, y 7.600 el último, para la Marítima del Nervión; el Bactii, de 5.200, para la Naviera Bachi; el Gobeo, de 7.600, para la Cantábrica de Nave­gación; el Deva, de 7.600, para la Naviera Guipuzcoana; el Guernlca, de 4.900, para la Auxiliar Marítima; el Delfina, de 5.200, para los Sres. Sáinz e ¡nchaiistegui; el Condado y el Montéenlo, de 5.600 para D. Alejandro Na­vajas; el Chiviclíiaga, Torrontero, Santamaña, Arichacfiu, Atalaya y Gástela, de 3.500 los tres primeros y 5.750 los tres últimos, para la Naviera Bermeo; el Naty, de 5.750 para la Na­viera Vasco-Valenciana, y otro buque de 5.200 para la Compañía Marítima Bilbao. En total 25 vapores con más de 140.000 toneladas de carga.

Embarcaciones de vela

Parece que en España revive la construc­ción y empleo de los buques de vela, al igual que viene ocurriendo en otras naciones.

Los buques de vela en España llegaron a representar en el año de 1876 nada menos que 557.230 toneladas; pero desde entonces se inició un rápido descenso, y en 1918 no quedaban en servicio en barcos de más de 100 toneladas que 85 veleros, con un tonelaje to­tal de 31.209.

Durante la guerra esta clase de barcos ha ganado mucho dinero, y eso, unido a los pe­queños motores auxiliares de combustión in­terna, al abandono de los palos cruzados y su substitución por los aparejos con grandes can­grejas, que permiten aproximarse más al vien­to, el establecimiento de procedimientos me­cánicos para cargar el velamen que reduce el número de tripulantes y otras mejoras, ha dado por resultado que reviva esa clase de barcos, y que en 1919 hayamos llegado a po­seer más del doble que en 1918, o sean 78,042

toneladas. Se cree que al finalizar este año su número pasará bastante de las 100.000 tone­ladas.

Duro Felguera

Ha aprobado la Junta la reforma de los Es­tatutos. El capital se fija en 78 millones de pe­setas, representando por 156.000 acciones de 500 pesetas. De los beneficios líquidos se de­ducirán un 5 p, c. para formar un fondo de reserva equivalente al 20 p. c. del capital so­cial. Hecha esta deducción, se destinará un 6 p. c , en lugar del 5 p. c. que prevenían los anteriores Estatutos, a intereses del capital. Ha sido fijado en 14 el número de consejeros, amortizándose las vacantes que ocurran hasta llegar a ese número; la garantía de los conse­jeros, que era de 100, será ahora de 200 accio­nes. Para asistir a junta general habrá que po­seer 50 acciones, en vez de 25.

El nuevo edificio del Banco Español de Crédito

Hace unos se firmó la escritura de adquisi­ción por el Banco Español de Crédito del edi­ficio que se conoce en Madrid con el nombre de La Equitativa, y que fué construido por La Equitativa de los Estados Unidos.

El precio ha sido de nueve millones de pesetas.

El Banco tiene el propósito de instalar sus oficinas en la mayor parte de la planta baja y en el piso entresuelo, y hacer el traslado con toda rapidez, para que pueda funcionar a pri­mero de año en el nuevo local.

Asamblea Internacional.—Nuestros exploradores en Londres

El Consejo Nacional de los Exploradores de España se ocupa actualmente de prganizar el viaje a Londres de un grupo de 30 mucha­chos de todas las regiones de España y tres jefes, invitados por el Comité Superior de los boy scouts de Inglaterra, para tomar parte en la reunión magna internacional que se cele­brará en Londres del 25 de julio al 7 de agos­to próximos.

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LA INDUSTRIA NACIONAL 1823

Además de todos los scouts de las Islas bri­tánicas y de sus colonias, acudirán a la re­unión exploradores de 27 distintas naciones para tomar parte en los concursos escutistas que se verificarán en el gran circo Olimpia, de la capital inglesa. En el magno edificio se instalará una exposición de objetos hechos por los muchachos, y en ella figurarán varias curiosidades construidas por los exploradores españoles de todas las regiones.

Además lleva el grupo de aquí la patriótica misión de hacer conocer a los representan­tes del escutismo de todas las naciones allí reunidos algunos productos de nuestra indus­tria, y hacer ver que en España se trabaja y se fabrican productos tan buenos como en cualesquiera países. Llevarán muestras y catá­logos de varias fábricas de conservas.

Entre Londres y Madrid.—Interesantes experimentos de telefonía sin hilos

Organizado por la Compañía Marconi, se ha dado un notable concierto en Chelmsfood, a 30 kilómetros de Londres, con el concurso de la célebre cantante Mme. Melba, que fué oído por telefonía sin hilos en la estación ra-diotelegráfica militar de Carabanchel.

El concierto empezó a las seis de la tarde, cantando primeramente la canción inglesa Home Sweet Home, después cantó en italiano la Boéme, y últimamente Ninphes et Silvains, en francés.

La voz fué oída por varios oficiales del Cen­tro Electrotécnico que acudieron al concierto, distinguiéndose claramente las notas del piano que acompañaba a la cantante, así como al que anunciaba los títulos de las canciones an­tes de empezar éstas.

Este concierto ha debido ser oído también al mismo tiempo en las estaciones de Estocol-

mo, Roma, Cristianía, Varsovia, Berlín y París, así como en varios trasatlánticos, que en su viaje a América fueron sorprendidos por este concierto original.

Asistieron al concierto de Londres en la es­tación de Carabanchel el comandante encar­gado D. José María de Acosta, y los capitanes del Centro Electrotécnico D. Ramiro Rodrí­guez Borlado, D. Ángel Menéndez y los inge­nieros de la Compañía Marconi D. Manuel Escolano y D. Julio García.

La estación que se ha utilizado para esta transmisión es del sistema Marconi y del mis­mo tipo de la que se está montando en la Ra-dioteiegráfica de Carabanchel para la comu­nicación telefónica entre Madrid y Tetuán.

Durante la canción de la Boéme las señales recibidas eran tan fuertes, que se podían oir sin tener los teléfonos colocados en los oídos, y así pudo apreciarse por todos los presentes.

La Cámara de Comercio española en Buenos Aires

Se encuentra en esta corte, desde hace unos días acompañado de su distinguida esposa, D. Gonzalo Saénz, presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de Buenos Aires, que viene a pasar unos meses en su tierra nativa y con el fin de resolver algunos intereses trascendentales para la colonia espa­ñola de la República Argentina.

Ha visitado D. Gonzalo Sáenz a los minis­tros de Fomento y Estado, al subsecretario de Fomento, al director general de Comercio y al director general de Agricultura, quienes han acogido con viva simpatía las peticiones hechas por el representante de la Cámara Es­pañola de Buenos Aires acerca de intereses igualmente beneficiosos para la República Ar­gentina y para los españoles.

GRÁFICA UNIVERSAL. ~ Prinoe»», m, Matrid.

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1824 t,A INDUSTRIA NACIONAI.

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