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TRANSCRIPT
Octavio Paz:
114erotlsmo y amerCARLOSARCOS c.
28 "Quien Ie teme a
119Octavio Paz?MARIA L MARTINEZ
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84
62
106DIALOGOS
IDENTIDAD
FRONTERAS
INo hay razones paracuooc ser lenge!SALOMONCUESTA
Discurso. ocoer eideologia: entrevsto aTeun von DijkSEBASTIAN MANTILlA
Entre el esterectlpo yla reouoocHERNAN REYES
Los sirio-libaneses en elespoclo socialecuotoroncMONICA ALMEIDA
4
21
14
La amazoniaecuatoriana: coloniainternaMARIA FERNANDAESPINOSA
LasnegociacionesEcuador-Peru: i,luz orfinal del tuner?ADRIAN BONILlA
COYUNTURA
INDICE
Larerorrno de 10institucionalidadsocial en el EcuadorDANIEL BADILLO YJUUO ECHEVERRIA
Umites y ciconcesde l regionalismoFEUPE BURBANO
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Portada: Foto LUiS Mejia
CONCEJOEDITORIAL
HANS ULRICH BuNGERFER"""'OO C.o.RRlON
MAR",- FERN/ItlOAESPINOSACORNELIOMARCHAN
FEL~ BuRlWiO DE l../.A.O..
N' 5. · Agosto, 1998
EDITOR ICONOSFELIPE BURBANO DE LARA
REVISTA DEFLACSO· ECUADOR
OlRECTOR FLACSQ.ECUADOR
ARo. FERNANDO CARRtON
CQ-EDITOR ICONOSSEBASTIAN M ANTtLLA SACA
Los arlic:ulos que se ilUblicanen Ia reveta SOt' de exclosiva
responsabdidad de suseotcees.no rellejan necesariamente ~
pensam;ento de tCQNOS
t CONOS
1'lOO\.iCOOI'i: ftACSO· ECUAOORIHSEIiIO: K&T Edil",,,, Grjfi(",
1W'RESl()I;: [ diml'''''' S.A
Fl.ACSO ECUADQR
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232-031f 232-032
Fall, S6!>-l 39
E-Nall: COOlds20hoy.net
ICONOS3g,.-.. .. auspK>o
<Ie I~S Y FlJ'I<laC..... ESOUEL
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Para vivir 10diversidodRAMON TORRESGALARZA
ACTUALIDAD
La muerte del an imodoro eroo de 10 cesnoMARCIA CEVALLOS
La octorrecu'occo delperiodismo: un reteimpostergableJOSE lUIS EXENI
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ENSAYO
EI umbrol. actone y loexpenencio del ITmiteGALO CEVALLOS
RESENAS
Resenasbibllogr6ficas:• Historic d~ siglo xx• Pl.!9no de poderes. An6Iisiscnco d~ sistema polincoecoctoro no
· Lo eire culturo: imoginorios.mestizoje y rroosrnzocco
• EI tontosno del cccoerro
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IDENTIDAD
Relaciones de genera y machismo
ENTRE ELESTEREOTIPO YLA REALIDAD
"Se puede hablar de los hombres como padres,como trabajadores, como medicos, hermanos a mascoloquialmente como 'cabrones y 'maricones.Hasta se puede hablar de elias como 'verdaderoshombres ', perc muy raramente como hombres. Esta"invisibilidad" (si se permite la expresi6n) de loshombres es un reflejo y una instancia del supuestopoder estructural masculino que se da par heche..."
(Jeff Heam:l994)
Por Hernan ReyesAguinaga-logo
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LOS Estudios Culturales han abierto un Iecundo espacio de confluencia t ransdisciplinaria que va desde 1a Antropologia y
1a Sociologia hasta el Psiconalisis y los Esrudios de la Comunicacion. Siguiendo a Hannerz {l992l, podemos definir la culture comoalga que tiene que ver fundamentalmentecon "una cuesti6n de sentido. Estudiar la cultura es estud ia r las ideas, las e xperienciaa ,los sentimientos est como tambien las formas externas que esas intemalidades asumen en cuanto se vuel ven publ ica s y disponen de se nrido, 0 sea se vuelven verdaderamente sociales''.
Inserto en esa perspective, esre articuloaborda una de las cuestiones que actualmente despiertan mayor mteres dentro de lasciencias sociales : los procesos de construeci6n (y por ende, de des-construccion) de losestereotipos soc iales, enten didos en la massimple acepci6n como "Ia definici6n ete rnizada del otro". EI consenso que se va imponiendo es que los estereotipos son formas interpelativas que implican un juicio negative
hacia determinados grupos marginalizadospor la sociedad (Masse 1996:5).
Simultanearnen te, situado den tro de [a reorizacion sabre genero, (Baca Zinn:1993), ela rticulo pretende aproximarse hacia la comprensi6n de los or lgenes y lim itaciones delterrnmo "machismo", cons iderado par muchos estudiososla s como un atrtbuto naturalde los hombres latinoamericanos. Este supuesramente unico y generalizado modele deconducra mascul ine, implica tanto aspectosconceptuales como ideolcgtco-discursivos.Al mismo t iempo, desde una aproxlmaclonhist6rica, el "machismo" esta en constanreconfrontaci6n con ot ras practicas socialesat ravesadas por la pertenencia ctasista , emica y nacional.
La ccesuon a resolve rse es si esas pracricas concretas buscan reforzar las relacionesde pnder que ejercen los hombres latinoamericanos 0, s i por el contrario, reflejan masbien la necesidad de re-pe nsar; a la luz deotros paradigmas, las relaciones de poder ylas ide ntidades de genero en la regi6n.
IDENTIDAD
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oz:ou85
Ciencias Sociale s modernas descansa sobreciertos patrones problematicus de pensamiento como el de las oposiciones binarias: el"yo/nosot ros" enfrentado al "otrororros''. Var ios estudios etnograficos seiialan que elloha producido una vision acerca del Otrols como "negat ividad", localizandolo/s "dent ro delcampo de la subjetividad como exceso puro(ylo) un otro constituido como exotis mo"(Grossberg 1996:90)
Esta "razcn discursivecientifica" tambien habr iapermeado los estudios degenero y las corrientes masimpor tanres de l pensamiento feminista . Hasta muy recientemente, si bien desdeambas posiciones se ha didgido una critica global hacialas relaciones de poder extstenres entre homb res y mujeres, esas crntcas se hanconcentradc casi exclusivemente en la "Mujer/muje res" como eu objeto de estudio, provocando una distorsionada representacion delos hombres como "otros",unos ot ros mvisibles peru
implfcitamente todopoderosos.Las implicaciones de esta actitud son multi
ples. Se ha asumido que las relactones entrepoder, ideologia y masculinidad son uniformes, en un doble sentido. Por una parte, se haconcebido una supuesta homogeneidad entrerodos los homb res, 10 que ha conducido a nociones errcneas como, por ejemplo, la de quehay un "unitar io" punta de vista masculino.Por otto lado, la confusi6n ha ido aun mas lejoscuando se ha asumido que la ideologia dominante y ese supuesto "punta de vista" mascuhno son equivalentes (Guttman 1996:20).
EI machismo ha sido un apelativo particularmente at ribuido a las cult uras latinas, especialmente a las latinoamericanas. La imagen de los "machos Ia rinos'' ha side pensadaen oposici6n a otros sujetos debiles y pasivos: los Que representan "10 fem en ino" 0 "10Iemenizado''. Desde esra vision, las identidades masculinas y femeninas en America
MACHISMO Y PODER COLONIALEN AMtRICA LATINA
,Los estudios
feministas y losanallsis de genero
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De hecho, cada vez mas, un creciente numero de te6ricos sociales estan desarrollando y ut ilizando de fin iciones de cultura que larelacionan estrechamente con 1a construeci6n colectiva de significados. Esta idea tienesus ortgenes en el actual paradigma hegemenico en la ciencias sociales, que cambi6 deuna perspective "objetivista" y "positivista",bacia una "s ujetivista" y "relativista".
Alexander (1990), al rerertrse a los acruales debates alrededor decultura y sociedad, men-d ona que 'fa cultura es elorden correspondiente a laacci6n significative. Esteorden subjetivo y an timecenicisra es concebido como construido sobre la base de razones vohmtarias,mas que a causa de necesldades, entendidas . estesdesde un objetivismo mecanicista".
Paralelamente a este viraje epistemoldgicoj recientemente se ha empe zado a reconocer que los estudios feministas y los anaIisis de genera han desar roJlado una sistematica exclusion de loshombres y su identidad, y que donde 10 masculino ha sido tornado en cuenta, 10 ha s ide enterminos estereotipados (Hearn 1994; Comwall 1997; White 1997).
,A que se deberta ta l exclusion? Se sugiere var ias razones, tanto de npo htstcnco-socia! como epistemojdgico-conceptual . Desdela perspectiva de los lIamados Estudios Subaltemos 0 Post-Coloniales se aduce que estapart icular inter pretacion se or igina en laspractices de l colonia lismo. Este, en busquedade legitimar la dominaci6n colonial, se asent6 en la construccion de esterectipos negattvos respecro del sujeto colomzado. (Young1990:142)
En el caso de America Latina, -et discursohispanicista que produjo las ideas del 'NuevoMundo' y de 'las Americas' contuvo dentrode si construcciones de 'el Otro', el cual estar ra caracterizado por la inmurebilidad ", 10cual promovic y susrenro estereot ipos que semantienen a un hoy como parte de las culturas europeas'' (Westwood 1993:3)_
Sobre la base de este discurso, el paradigma episternoldgico dominante dentro de las
IDENTIDAD
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'JlAA L:as relaciones dek'~gene ro en America ,",;.. ,. Latina estan- 'o,c.~. a;1Ii relacionadas can la.i
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Cf)
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Latina han tornado la forma del imaginariodua l de machismo y del marianismo (I ), respectivamente.
Asi, el marianismo seria la otra cara del"machismo", entendido este como el culto de1a vir ilidad masculine, y ambos representanan "complejos naturales que expresa n losstrnbolos centrales de 1a feminidad y la masculinidad en la reg ion" (Fuller 1995:241; Melhuus 1996: 211).
Con particular enfasis, el machismo ha sidomas que atribuido, equiparado con la culturamexicana, persp ectiva presente en muchasde las aproximaciones socio16gicas y antropo16gicas anglosajonas. Con el transcurso delnempc, las alusiones sobre el machismo mexicano se han convertido en "ingredientes tfpicas en el capital simbclico usadopor los mextcenos com unes y corr tentes'' (Guttma n1996:27).
Mas alia de eso, los hombres mexicanos no han sidosolo definidos como portadores de una cuasi-esenciamachista, sino como imponiendo este negative mode10 de conducta pa ra lasotr as socie dades latinoamericanas. <. Como se construyc esta estereotipificacion cultural?
Los estudios histcricossobr e Lat inoamer ica haninvolucrado una verdaderarescmecion con el "patriarcalismo latinoamericano"vinculando la pounce delcontrol de clase y de colorcon la de la hombria y dominacien de genero. Peresa via, han reducido el analisis de genera auna estructura dual de poder donde cohabitanestereotipos de poderosos hombres con todo asu favor Crente a debiles y suCr iente s sfmbolosfemeninns" (Stern 1995: 19).
Relacionandc el discur so machista con elpaternalismo colonial, se Ievantaron ima ginarios sobre el esta do patriarcal y sobre la masculinidad de la r egion que acabaron reduciendo el analis is de la r ealidad social a una cont radic tor ia , confttcnva y cambiante "invencion cultura l" (Wade 1993:10).
Mas aun, como 10 puntualiza Marin Melhuus, histcrtcamente en America Latina la srelaciones de genera parecen contener unasignificacion sustantiva en la conceptualize-
cion de dife rencias y e n el ordenamtento deotras inequidades relacionadas con la clasesocial, la pertenencia etnica y la identidadnacioaa l. (Melhuus 1996:2).
AMERICA LATINA HOY:,UNA CULTURAPATRIARCAL 0 MACHISTA?
Desde mediados de la decada de los 60's,los hombres latinoa mericanos han sido objetode esc udriiia miento por parte de cientistassociales, especialmente norteamer icanos (Baca Zinn: 1989). La vision dominante en estesestudios ha descansado en enfoques funcionalistas de "roles se xuales", y han incluido unafuerte dicotomla entre "el macho conforme alestereotipo agresivc, dominante, y las hembras como el polo opuesto, subordinado y pa-
sivc''. (Ibid:87lDesde esta vis ion, el
hombre Iauno estartaper manentemente necesitado de prober su hombrla con fr ecuencia a traves de beber alcohol, pelear 0 tener conquistasextra-ma r itales. Es decir, a treves de los procesos de socializaci6n, loshombres la ti nos teuderlan a encajar perfecramente en ese rol de serun "verdadero macho",que se les asigna socialmente.
Estas vis iones patriarcates han rele gado a lasmuje res y a ot ras minerras oprimidas a ro les
uni-dimensionales de "objetos y sfmbolos dela manipulacicn masculine, el deseo y los codigos de honor" (Stern 1995: 1).
La caracre n zacion de los hombres latinoamericanos como " machos" y "machistas" implica supone r varias coeas, simultaneamente.En primer termmo, machismo es equiparedocon viotencta y agresividad, con estar contralade y con estar controlando. Especfficamente, se refie re a la subyugacien y violencia encont ra de las mujeres y de los homosexuales(Lumdsen 1996:40).
Mexico es sin lugar a dudas la sociedad latinoamericana mas tachada de machista, dentrode 10 que Stern ha definido como "el arte de laexageracicn'', expresada a traves de una
•f
,
de la exageracicn", expresada a [raves deuna sene de etereotipos que han impuesrouna representacion esencialista de la realidad.
En segundo luga r, se ha igua lado a machismo con masculinidad, entendida esta comouna masculinidad unica e incuest ionable . Lacomprensi6n del machismo latinoamericanoh.a estado derterminada por una tendencia aigualarlo con fonnas de dominacten masculina 0 patriar cal (Brusco 1994: 8 1)
Adiciona tmenle, e l usa del terminc "machismo" para definir 1.11 conducta de los van).nes Iatinoamericanos involucra una fuerte
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relaci6n con 1.11 sexualidad y las conductas sexuales. EImachis mo ha s idovista generalmenteasociado a una practiea "excesiva" delheterosexualismo. EJmacho latina ha sidodefinido en relationcon la crientacien heterosexual y con 1.11apariencia Itsica varonil, como atributosfundamentales de supersonalidad y conducta. En este sentido, se puede hallaren la lit eratura scbremachismo lat inoamertcano aprcxi rnaciones descrlptivas delmachismo decididamente grotescas como la siguiente.
"EJ macho puedeser definido como unhombre de baja estatu ra y con tendenciaa La obesidad (...) viste ropas de cclcressobrios y con modosde tendencia censervadora. De cabellccorto y de ser posiblecon bigote (...) La cooquista de mujeres esuno de sus pasatiempos favoritos" (LeonPadilla 1983: IS)
(Es poslble pensare n ot r a definicionmas estereotipada?
Diffcil, segurament e. Pe ro as! mismo, deforma paraddjica, muchas de estas aprcximaciones han contenido un anverso sor prendente. La propia aurora citada ltneas arriba,par ejernpln, menciona a re nglOn seguidoque "detras de cada machista hay un homosexual en potencia",
Resta par menciona r que el machismo Iatinoamericano ha s ido tradicionalmere vtstccomo una prerrogativa masculina, asf comoasociado simbOlicamente con e l acto de penetration !.tIiea y de aversion hacia los hombres homosexuales . 87
enoz:ou-
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y mujeres ha llevado a ace ptar acr tucamen.te que la as imetria de genera es una realidadem pirica plenarnente observable en la "eterna dominaci6n de los hombres", el "bajo sta tu s de la mujer" 0 mas comunmente en la supuesta persistencia un iversal de l "pa triarcado".
La masculinidad, asf ha sido pensada esencialmente en termtnos de "una entidad monolitica y no prcblematica, teniendo el patria rca do un status un iversal como la untca ca usapa ra la opresion de las mujeres" (Mac anGhaill 1996:1). Como se puede aprecia r, lamayor limitaci6n que tales posiciones encaran se refiere a sus asunciones natura listicas
y a-historicas.En pos de superar ta les
atajos conceptuales. y paratratar de captar en toda sucomplejidad la s relacionesentre genera y poder, nuest ra hipotesis es que la sidenrldades masculine (yfemenina) deben ser entendidas discu rsivamente como "un grupo de argurnen
, ta ciones que p rovee n unlenguaje pa ra hab lar de algo", un tipo particu lar deconocimiento acerca de unt6pico, 0 sea como una for ma de representackin cul-tural" (Hall, 1992:291)
De esta forma, para abordar el tema de Ialsmasculinidadfes, se debe considerar la cues[ion del genern como una construccion social,que implica tanto el pila r discu rs ivo como elde la propia materialidad de las r etactonessocrates.
Es de cir, hablar de genero es ha blar delas categortas usadas para definir, explicary justificar las multiples formas de diferenctacton social, y a la vez implica aborda r el"gr upo de relaciones socrates que trabajanen conjunto para producir 0 perpetuar tntquidades y jera rqu ias sociales" (Bradley1996:7).
Obvia mente , aunque los aspectos stmbolicos del poder, ta les co mo -et discu rso degenero", son en extremo imporranre s deconsiderar, dichas relaciones sociales, queexisren fuera de la forma en la s cuales laspodemos deflnir; estan asentadas sobre dife rentes "Iocaciones sociales" que no so n sino un a especie de "piso ccmon'' sa bre el quese asienta el poder diferenciadc de los
Para abordar ellema de la
masculinidad sedebe considerar la
cuesli6n delgenero 'como una
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"_,~ socta i4;"~c~'" .• ~~ ,,:~ •• {Ij- - , .
EL CENERO:UNO DE LOSCOMPLEJOSMECANISMDS DEDDMINACIONSOCIAL
En stntesis, se tiene un abigarrado yambiguo escenario donde ciertos descriptores del machismo latinoamericano se contradicen con otros. Generalmente, esta contradicci6n es resuelta atraves de Ia consideraci6n simplista eindiscriminada de todos los atributosnegatives simultaneamenre.
La mas interesante, sin embargo, esconstatar como todos estos estereot iposse han personificade en ciertos hombresa quienes se supone eaten mejor dotadosque ot ros para ser considerados machos :los hombres de clases bajas, los negrosylu otros hombres alineados por fuerade las nociones y pa-t rones occidenta lesde progreso y cultura(Wade 1993: 20S).
l ndudablemente ,ia esrructura de genera, no solo en America Latina sino en elmundo entero, es injusta e inequltativa. Esta impliea patrones de dominaci6n y opresi6n hacia las mujeres y ciertas minorfas dehombres. Pero para entender a profundidad y eficientemente esta compleja estructura, es necesario abordar el problema de la cultura, Ia ideologfa y de la multiplicidad de identidades, en especial las referidas a1genero.
Hasta muy re cientemente, ciertascorr ientes del pensamiento femini staque encaraban la coesuon del poder,se hab tan mantenido cacnvas dentrodel dilema planteado por el debateentre 1a " igua ldadldiferencia" de lossexos. La trampa resultaba extremada mente diffcil de sor tea r ya queestaba constr uida can toda la efi
ciencia del modelo funcionalista de los " rolessexuales'' .
La aceptacion de l modelo de los roles sexuales qu e normalmente cu mplen hombres
••
•t,
! I
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I
(f)
oz:oV-
Indtviduos. dent ru de las [eraqutas de explotacion y dominacionzsubor dinacion existentes en una scciedad.
HACIA UNA CRITICA DELFEMINISMD ESENCIALISTA
Ciertas expresiones como "todos los hombres son iguales", "todas las soctedades sonmachistas" u otras s imilares ha n dominadola textualidad de muchos analisis femin istas.Evidente mente, estes no hacen sino reflejarel arquet ipo negative dominante referido alos hombres, y han sido especialmente durasen el caso de los hombres con ascende ncialatina.
Con el paso del t ie mpo, el uso de esta terminologta extensivamente ha servtdo para etlquetar negativamente a los hombres de todaslas cultures, tanto a nivel del discurso academica como dentro de los medios masivos decomunicaci6n y otros canales de cultura popular (Gutmann 1996:26).
Salta a la vista, entonces, que este tipo dediscursc ha devenido en "esencialista'' en Iamedida que ha implicado asumir cast rnecantcamente la generalizacien de que los hombresson los propietarios naturales e inexorablesdel poder,
Al mismo tiempo, el manejo de este discurso ha implicado asumir que dentro de las jerarqulas de genera las mujeres han estado yestan igualmente oprimidas y dominadas entodas las culturas, todos los tiempos, sin resistencia ni negociacicn alguna.
De esta forma , este tipo de pensamiento excluye cua tquter tipo de referencia contextuala las dlve rsidad de situaciones hist6ricas y ala existencia de otras relaciones de poder como las que se as ientan entre ctases sociales yetnias.
Sin e mbargo, c iertes vertientes del p ropiodiscurso feminista, especialmente las quehacen un c ruce en tre los aspectos etn icosrraclales y e l genero, han lIegado con e ltiernpo a reconocer que la d isto rsionada estereotipificaci6n hacia los homb res de ctertas minorias 0 mayortas exclutda s -negrcs,por ej e mp lo- como los a rquetlpicos violadores de mujeres, debe ser desafiado (AminaMama 1994:11).
De igual ma nera , desde recientes enfoquesque rescatan la acciona lidad y la capacidad yel agenciamiento de los sujetos soc iales, se reconoce que siempre los grupos socrates opri-
midas y subordinados manejan yusan en su propio beneficia , losr itua les culturales y los marcosnormativos construidos hegemontcamente por los gruposdommantes can fines dtscrtmtnatortos y para mantener elorden social.
Por ello, el enal isis de gene-ro tiene que tomar en cuentaestas reapropiaciones que lossujetos socialmente subordinados hacen, para as! entender no solo Ia persistencia ylas variaciones en las jerarquias de genero, sino la tnestabilidad entre duraderos patrones de inequidad (Gutmann 1996: 4).
Tomando en cuenra tantola s estructuras de pode r como los procesos de negociacion, adaptacion y subversion de los sectores s ubo rdinados, el "machis mo", porej e mplo, requiere ser entendido no como ideologia quegenera una "falsa conciencia" en el sentido ma rxistaortodoxo, sino como unarepresentacicn discursi-va mas amplia que implique una suerte de "conciencia cont radictoria", la cual es expertmentada de maneradtversa par homb res ymujeres en el contextede s us vtdas cotldianas (2).
Si se acepta que el "machismo " puede se r una pracnee socia l concreta asentaday reforzada por una const rucc ion discursiva, solo atraves de la des-const ruecion de ese dtscurso sertaposible cor roer las base s deuna estructura injusta e inequitat iva de poder entrehombres y mujeres.
, Como lograr aque llo ?Fundamental mente a n-avesdel develamiento y analts isde los vanes mooetos subordinados de masculinidad que esran en perma nente lucha contralos mode los dominantes . Entre otras cosas, 89
enoz:8- 90
IDENTIDAD
ese reconocimiento permi tiria que SitU3
cionalmente las mujeres realicen alianzascon estos hombres que consntuyen ctros sujetos igualmente sub ordinados.
LA CATEGORIAPATRIARCADO: UN USOPROBLEM/mea
Literalmente, patriarcado significa "la regia paterna", y tiene sus rakes en el pensamiento de Max Weber. El soctologo aleman lausc para explicar aquellos tipos de sociedado de lnsrituciones sociales donde las formesde poder son analogas al modelo familiar basado en la autoridad paterna sobre los hombres j6venes y todos los miembros familiaresde sexo femenino.
Rec ientemente ,el remtntsmo radical ampli6 el usadel te rmt no parar eferir se a la est r uctura gene ra lde dominaci6nmasculina en la sociedad. Varias academicas de estacorriente p re te ndieron contextuaIi za r h is t6r ica -mente a l pat r iarcado, tomando enc uen ta las peculiaridades de gene ro a l in te r ior de ambos sexos. As i,s urgier on ca tegorfas adjetivadas como"capita lismo pa tr ia rcal" 0 "patr'iarca docaptt alista".
Sin emba rgo, Ia mayorta de estes tntenrossiguen asumiendo que los hombres tienen todo el poder, las mujeres ninguno, no s iendomas que vtctirnas pasivas de ese poder. EI enfoque de l patr iarcado, en tonces, sigue limitado a operar bajo la invisibilizacien de las relaciones de poder entre las c1ases soc iales ylas etmas.
Bob Conell, uno de los mas importantestecrtcos actuales sobre la masculinidad,alerta que e l uso de l term ino patriarcado5610 abor da uno de los ejes de las relaciones de poder , el de genero. Conne ll argumenta que el usc del termino deja por fuera la s relaci ones de producci6n soci a l as!como 10 qu e e l denomina a nudamientoemocional entre hombres y mujeres.
LOS PARADIGMAS DE LAMODERNATEORIA SOCIAL SOBREEL GENERO
La moderna teor ra social ha a mpliado considerablemente el campo de l analists de gene-roo Reempla za el pa radigma de la "natura lidad" y "universalidad" de las re laciones degenero, por otro qu e enfatiza su t ransversalidad y la comprensicn de las diferencias sexuales mas que como hecho evidente comodotadas de un sustrato cultural, que var ia deuna socie dad a otra.
Se pasa asf de concepciones Iigadas a la"normalidad" y la "desviacion" (teorta de tosroles se xuales) bacia otra que e nfatiza la mult iplicidad de practices socrates y el papel dehomb res y muje res como "actcres actives"en la consrruccion de sus retactones de genero.
Por esta via se logra salir de Ia encrucijada que hab ia planteado a lasacadenucas fe ministas el dilema decomo las mujeres o los homb res)
pueden ser iguales 0
simila res pero sin serident icos (Moore1994:1). Al mismotiempo, se abre unapuer ta para pensarlas relactones entrelas divisiones y las jerarqufas sociales, sinque la diferencia entre los sexes y los individuos desaparezca(Delphy: 1993).
Hasta hace no mucho se pensaba que exisHan dos sexes, cada uno con su respectiveconjun to de atributos fis icos, ideologicos ycultu rales. El analisis de genero quebrd estavision simplista e incorpor6 temancas talescomo la de las ide ntidades de genero y puso elenrasts mas que en la divisi6n binaria (complementarta 0 no) entre hombres y mujeres,en la relacton entre ellos .
Asi, el "genero" entra en escena como unacategorfa fun damentalmente relac tonal, donde las relaciones de genera aparecen constttuyendose permamentemente dentro de uncomplejo conjunrc social, en el cual coexistendive rsas relaciones y di feren tes percepciones de la realidad entre hombres y mujeres.Aen mas, se reconoce Ia existencia de
distintos procesos de construcci6n de las diterencias yjerarqu fas de genera(Delphy:1993).
En sintesis, si la decada delos aiios setenta abri6 a lasmujeres la posibilidad de reconocerrse y nornbrarlse aelIas mismas como hermanas, los ochentas laspennit i6 tambien reconocerse comodiferentesentre sf. Ysi las mujeres ya pudieron pensarse ~rno iguales y diferentes, seguramente baciafines de los ochentas y durante los noventas loshombres se han integrado a los debates de genera, en esas mismas condiciones de sernejanzay diferencia.
Sabre esta base, es posible entender que lamasculinidad no sea un inmutable at ributo delos hombres, sino por el contrario alga movible y en constante re-construcci6n. Los hombres, enronces, aparecen comprendidos como siempre su jetos a connnuas estimacionesde su masculinldad, desafiando la generalizada pero a la ve z precaria y fragil posici6n de"ser un hombre" (Melhuus 1997:23; KandiyoIi 1994).
DISCURSOS DE GENERaY CULlURA POPULAR
Actualmente, los estereotipos del "machismo" (entendido como una sexua lidad masculina activa y agresiva), y de l "marianismo"(una feminidad inactiva, pasiva, auto-negativa) pe rmanecen profundamente conectadoscon los patrones materiales de la realidad latinoamencana. Estas oposiciones estan articutadas atrededor de ciertos "espacios morales " donde entran en juego e l honor fam iliary la pureza de la sexualidad femenina dentrode los imaginar tos culturales (Fulle r1995:242).
Pa ra comprender e l peso y la profundidadde estas construcciones culturales del ge nero y los procesos de producci6n, circulaci6ny consumo social, se pueden abordar dife rentes tipos de "textos". Por una parte, esran losllamados textos "academtcos", como los esru-
IDENTIDAD
dies historicos, ant ropol6gicos,sociol6gicos y literarios . Porotro lado, extsren los "textos"de Ia cultura popula r: fotonovelas, canciones de mustcapopular, telenovelas, en treotros. (3)
Ambos ripos de representaciones culturales
son creadospor dife
r ente ss u j e t 0 S ,
con su -
~~~~;:!::;:O--, midos por:: dife rentes au
diencias y, por su pues-to, ambos producen dist intos impactos
a nive l de los circuitos de s ignificaci6n dentro de los imaginarie s de genera (Melhu us1994:86).
Por la novedad que implica su analisis, asrcomo por la significaci6n de sus impactos anivel masivo, resulta sumamente sugerenteabordar brevemente los "textos" de culturapopular.
Hoy en dta, y dada la crisis de otros re ferentes de Identidad colectiva, esta s represe ntaciones culturales se han convertido en lafuente de la experiencia de auto-identificaci6n para la mayorfa de Ia poblaci6n.
varies analisis situados en el campo de losEstudios de la Comunicaci6n han concluidoque las telenovelas como forma de imaginar io colectivo refuerzan los estereotipos de l"ideal masculine como un macho viril yautor ita r io; el ideal femenino como masoquista,abnegado y emulador de la imagen de Madrede Dies, con infinita capacidad para la humildad y e l sacrificio". (Hill 1982:43). Por supuesto que ha y otros papeles asignados a lamujer, tales como "Ia hija traicionera" y la"mujer melvada" (Melhuus 1994:86).
Sin embargo, actua lmente los argumentosde las lelenovelas estan actualizandose conlos ca mbios de la modernida d. Si hace dosdecadas los personajes femeninos que se emba razaban fuera del matrimonio estaba n condenados a sufri r se nctones no 5610 moralessino hasra legales hasta el ultimo episodic dela sene. hoy en dla el estigma moral puedebasta ser borrado a rreves de una serie de artificios a rgumentales, aunque sigue teniendosu coste social.
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1.0 interesante es que solo se condena la"{alta" femenina de la mcdem idad no legal yno la masculina de Ia "irresponsabilidad paternal", seguramente como parte de la cuttura del "doble standard" para juzgar a hombres y mujeres, que eun caracteriza la mayor ia de cultu res hegemenicas latinoamericanas (M ontecino 1995:273).
1.0 que no cabe pasar par alto es que pocoa poco la t rama de las tetencvelas se ha complejizado. 1.0anterior se puede notar especialmente en elcaso de las telenovetes brasirenee, colombianas, argentinas y chilenas,las cuales, desde disnntcsrnanejos de lasecuencialidaddramatica, empiezan a plantear nuevas relaciones e identidades de genera que existen en la realidad material dela regi6n (Munoz 1995: 281 ).
Similares situaciones decomplejizaci6ndiscursiva aparecen rambienen ciertas formas populacesmusicales. Toda una profunda captacidn deldoloroso trans ite desde las masculinidades"tradiciona les" hacia las masculinidades modernas" es posible de ser aprehendido en lastetras de tangos a rgentinos.
Tanto asi que el desar rollo de este eenercmusical ha sido vrstc como "una mantfesraci6n de una pluralidad de masculinidades, enun particular contexte social e hist6ricomarcado por dudas morales y ambtguedades" (Archetti 1994: 98).
De esta manera, renovadas representaciones cu ltura les acerca de Ia sexualidad, elamor, el orguUo, la culpa, la verglienza y el
honor se han tornado visibles en las diferentes formas de producci6n y reprnduccicnideoI6gico-culturallatinoamericanas.
1..0 anter ior no impide ver que se mantieneann como hegem6nica la masculinidad asoctada con la conduc ta "machista'', aunqueatravesada por amenazas al "honor masculino" por parte de -desviaciones'' en la conducte de Ials mujer/es con quien mantienerelaciones, en una suerte de velada depen-
dencia subjetiva.
DESAFIARLOS ESTEREOTIPOSCULTURA·LES DESDELASpRAalCAS50CIALE5
A la lar ga ,es la propiarealidad la encargada de desafiar los estereotipos y mtticas imageriescreadas alrededor de loshombres deLann oame r tca. Los gay lati noam e r ica nos son unabuena pruebade etlo. var-iesestudios etno
graficos han comprobado, pur ejemplo, queaunque un macho deberia ser heterosexual(para empatar con el rol estereotipado), el 00siente que pierde su masculinidad si cumplee l papel sexual activo en las relaciones hemosexuales (Cornwall 1994:16).
Lo que aparentemento subyace en el rondo es que la homofobia que caractenza a muchos hombres latinos ha empezado a dejarentrever que puede responder a un profundotemor hacia los "ctros". Esos "otros", seanestes homosexuales u hombres afeminados,amenazan en forma subrepncia la identidadmasculina. Los "machos" tendrian terror de
ceder en un caso hipotetice de ser penetrados sexualmente.
Por ello, no es posible pensar mas en rfgidas fronteras entre las categcrfas de "hombres", "mujeres" u "homosexuales'', pueselias no resultan ser fijas ni asentadas enidentidades de genera naturalmente inmutables, sino par el contrar io suje tas a consranres pr uebas y mediciones.
Conclusivamente, la nocion de una masculinidad (mica y unitaria en America Lat ina bajo la sombrilla del estereotipo del machismolatino, necesita ser desafiada . Histericamentehablando, en America Latina el poder ha sideejercitado sabre eficientes maneras de logrardocilidad de parte de los grupos subordinadosque han sido mayoritariam ente mujeres, aunque sin excluir a algunos hombres que no sonblancos, ni r icos, ni heterosexuales . EI imaginartc construldo pa ra ejercer la dominaci6nha implicado la fijaci6n de vtstones man iqueas enfren tadas entre sf. EI "machismo" yel "marianismo" ofrecen un buen ejemplo deaquello.
Dentro de este juego de estereotipos cuyasraices son hallables en el colonialis mo, el quecor responde at "mac ho latino" es la representacton social hegemnnica de la "otredad" quese debe ataca r para someter. Lo mismo podrfa decirse respecto de la " indianidad", "negr itu d" y aun "feminldad''.
AsI, el machismo no es s610 una mera ideologta sino todo un discurso que estandariza yhomologa a sujetos dispares entre s i con el finde subordina rlos. No s610 tiene impactos negativos sobre las mujeres sino sobre otroshombres subcrdinados. No s610 esta retactonado con la sexualidad sino con la polttica ylas ident idades sexuale s tambien.
Frente a las evidentes Iimitaciones que tiene una vision " feminis ta" que s610 conside raal machismo como unica realidad existente,han aparecido orro s enfoques como el de lasident idades mu ltiples que desanan la e xistencia de una identidad singula r entre los hombres. Desde esta pesp ect iva , por ejemplo, sereconoce que la masculin idad identificadacon las practicas machistas es aiin he gemonca, pero ha entrado en una creciente pugnacon otras masculinidades que la res isten y desa fian permanentemente.
De esra forma, la s representaciones simbeIicas de las masculinidades latinoamericanasno pueden ya mas ser analogadas con algunfactor "objetivamnete" adquirido ni con una
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instacia subjet iva, sino mas bien con un amplio espectrc de posiciones conrradictorias,eonflictivas y cambiantes de pa rte de loshombres. Hay diferentes percepciones de laldentidad de genera entre hombres pertenecientes a distintas ctases soctates y grupos etmcos.
Lo a nter ior nos Ileva a plantear la hip6tesisde la existencia de una multiplicidad de discu rsos de generu dife renciados y en lucha ent re sf, que provocan diversos efectos socialesy politicos . EI discurso dominante acerca dela conducta de los varones latinos -e1 del "rnachismo''. si bien ha implicado una bandera delucha polftica para e l movim iento de mujeres ,al mismo tiempo ha permit ido pe rpetuar y legit ima r una ser ie de practicas sociales de dommacion y subordinaci6n hacia mujeres ycier tos grupos de hombres, esr como ha referzado iniquidades etnica s y de clase.
Conclusivamente, repensar las identidadesde gener u en America Latina no es s610 un pasat tempo de etn6grafos sino implica re-de ftnir la s cate gorfas culturales propias y ajenas(Guttma n 1996:237). En esta epoca de acelerados movimientos globalizadores, una mejorcomp rension del complejo y diverso espectrode identidades de ge neru en Amer ica Latinaab r ir ia nuevas e insospechadas oportunidades para la acciona lidad de los sujetos sociale s denrro de un renovado proyecto de transformacinn de la actual estr uctura de poder enla que estan inmersos hombres y mujeres.
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NOTAS"~ ArIs en "DesarroIo 'f Ge
nero" pol' Ia . . de EasI Anglia,IngIaIerra.8 presente artiaJlo recoge algunos de los aspectos abordados en su Tesis de Maestrie.
1.- 8 marianismo es conoebido como eI ma~nario dol"lde se I1I"1de curro a la supericNidacl moraldel rol de virgen-maclre, personiflcado en Ia figurade la Virgen Mal1a, relefente simb61ico muy importante en las construccionEls ldeoI6gieas de las muteres IaUnoamer1CaM s, La ch ilena Sonia Mootedno es una de las acadElmlcas que mejor ha ceserrollado eeta Ifnea de pensamlento.
2,- Gutmann utilize esle avance conceptual de
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Gramsci para entendSr las reIacioi l8$ enlre lascosrncMsiones popular 'f dominanIe, entre las IdentK1ades 'f las pr8cticas sociales. 8 machismo atJavesaria todos esos i'lNeles.
3.- Aunque eI peso de las telenovelas es IndiscuIible, en Ia leIevisiOn Iatinoameric:ana empiezana dilundirse otros espacio5 de ~tizad6n" deSiIu&Ciones 'f conllietos soeiaIes. Los llamados"shows de opiniOn ciudadal'l8", del cual "al show deCristil'l8" puede ser un muy buen ejemplo, merecentambien eer eneneaoos, especialmel'lte pcrque lamayorla de ellos son producidos en EE.UU. y sulormafo responde a este origen, situacl6n muy Interesante como sfl'lloma de, ••" ,'c"",,de la lIamada "glo-ballzaci6n cuMurar. ";:
,.>ffilg7iffi" I
~1":'fi-:+t