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    Las obras de arte se dividen en dos categoras: las que me gus-tan y las que no me gustan.

    Antn Chejov (1860-1904).

    Las versiones, adaptaciones, traslaciones, tra-

    ducciones, transferencias, transcripciones, inspiraciones,

    recreaciones, trasposiciones, fusiones y, en definitiva, los tan

    trados y llevados trasvases culturales tienen una larga tra-

    dicin, establecindose una autntica tela de araa de

    relaciones e influencias artsticas: del teatro al teatro

    (Antgonade Sfocles y la versin modificada de Bertol

    Brecht), de la novela al teatro (Rayuelade Cortzar y la

    versin teatral de Jaime Kogan), de la poesa a la escul-

    tura (Las flores del mal de Baudelaire yEl pensadorde

    Rodin), de la pintura a la poesa (El Cristo de Velzquezde Unamuno o A la Pinturade Rafael Alberti), de la

    pintura al cine (Ofeliade Millais recreada en Hamletde

    Laurence Olivier, la esttica de Edward Hopper en el

    cine de Robert Altman o La joven de la perlade Vermeer

    plasmada en el cine por Peter Webber a travs de la

    novela de Tracy Chevalier), de la msica a la literatura

    (La sonata de Kreutzerde Beethoven y la novela corta de

    igual ttulo de Len Tolstoi o La Consagracin de laPrimaverade Igor Stravinsky inspiradora de la novela

    homnima de Alejo Carpentier), de la literatura a la

    msica (los amores de Paolo y Francesca de La Divina

    Comediade Dante recreados en Francesca de Riminide

    Tchaikowsky, los poemas sinfnicos de Strauss de

    procedencia literaria como As habl Zaratrustao Don

    Quijoteo las peras Macbeth, Otelo o Falstaff de Verdi

    procedentes de Shakespeare), de la arquitectura al cine

    (Metrpolis de Fritz Lang), de la televisin al cine

    (Expediente Xde Rob Rowman oEl fugitivo de Andrew

    Davis), del teatro al cine (El perro del hortelano de Lopede Vega y la homnima de Pilar Mir, Tirano Banderas

    de Valle-Incln reinterpretada por Jos Luis GarcaSnchez o La casa de Bernarda Albade Federico Garca

    Lorca adaptada por Mario Camus), de la novela a la

    televisin (La Regentade Clarn y la versin televisiva

    de Fernando Mndez-Leite o Fortunata y Jacintaescrita

    por Benito Prez Galds y filmada por Mario Camus),

    del cine a la novela (El tercer hombrede Carol Reed con

    guin de Graham Greene y reescrita como novela por

    l mismo), del cine al teatro (Entre tinieblasde Pedro

    Almodvar y Fermn Cabal), del cine al cine (los reite-

    rados remakes)...1-5

    De todas ellas posiblemente es en el cine en la

    que ms conexiones converjan. No en vano Riccioto

    Canudo, el responsable de que desde 1911 el cine sea

    considerado el Sptimo Arte ( Manifiesto de las Siete

    Artes), consider al cine como una sntesis de las artes.

    Esta definicin, peligrosa en s misma, no debe inter-

    pretarse como impureza artstica sino como capacidad

    integradora, capacidad que, en toda su posible diversidad y

    amplitud, define y es inherente al propio cine, yendo

    ms all de su naturaleza artstica. El cine aglutina

    espacio y tiempo, imagen y palabra, realidad y ficcin,

    conocimientos y sentimientos. Adems el cine es unautntico imperio de los sentidos. En l se ve y se

    oye, y su capacidad de rememoracin hace que adems

    se huela, se deguste, se palpe y, en definitiva, se sienta.

    El cine nos inunda, no es slo una ventana a travs de

    la cual podemos mirar el mundo y a nosotros mismos.

    El cine penetra en nuestra alma y permite bailar al

    cojo, pintar al tetrapljico, cantar al mudo, ir a Miami

    al enfermo ingresado

    Al abordar la relacin literatura/cine lo habi-

    tual es referirse a la influencia temtica, a la adaptacinde textos literarios al cine -deliberadamente excluidos

    Mara Jos Fresnadillo Martnez Rev Med Cine 1 (2005): 57-59

    EditorialLiteratura y cine. Historia de una fascinacin

    Mara Jos Fresnadillo Martnez

    Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pblica y Microbiologa Mdica. Facultad de Medicina.Universidad de Salamanca (Espaa).

    Correspondencia: Mara Jos Fresnadillo Martnez. Facultad de Medicina. Alfonso X El Sabio s/n. 37007 Salamanca (Espaa).e-mail: [email protected]

    Recibido el 7 de junio de 2005; aceptado el 21 de junio de 2005

    57 Ediciones Universidad de Salamanca

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    de los ejemplos precedentes ya que la historia del cine

    est plagada de pelculas basadas en obras literarias y

    sera injusto citar slo una o dos- aunque para hacer

    un anlisis completo no deben perderse de vista las

    influencias tcnicas, metodolgicas y estructurales.

    Literatura y cine son artes narrativas y, en con-secuencia, un pretexto para contar historias ya desde

    las primeras transmisiones orales o El regador regado

    (1896). Es obvio que el lenguaje literario y el lenguaje

    cinematogrfico son dos sistemas de comunicacin

    diferentes y especficos, aunque compartan estructu-

    ras y tengan zonas de convergencia. El primero utiliza

    palabras y el segundo imgenes pero la meta es la

    misma: la historia contada, que trasciende al lenguaje

    para convertirse en fuente de emociones y de senti-

    mientos. No hay una contraposicin obligada entre el

    arte de la imagen, de la luz y de la plstica y el arte dela palabra. Es ms, el guin cinematogrfico en s

    mismo es que la materializacin de la relacin literatu-

    ra/cine o cine /literatura. Per seel guin es literatura,

    una literatura especial, pensada en imgenes y, en

    este sentido, en toda pelcula las palabras son la piedra

    angular de la imagen. Adems sin palabra no hay cine

    (el cine, mudo en sus comienzos, fue concebido como

    sonoro pero choc con problemas tcnicos e incluso

    en l hay palabra, comunicacin) y que sin espacio fsi-

    co, sin imagen, no hay literatura (Tras leer La Regenta,

    seramos capaces de plasmar Vetusta en imgenes?).De alguna forma en el cine las historias se ven con los

    ojos abiertos y en la literatura con los ojos cerrados.

    Pero, no debemos engaarnos, las diferencias

    de lenguaje son reales y, a parte de definir a la literatu-

    ra y al cine, son fundamentales no slo en la gnesis,

    en la concepcin de una adaptacin literaria sino tam-

    bin en la calidad del resultado final, en la perfec-

    cin de la pelcula. No se trata de calcar la historia

    reemplazando las palabras por imgenes, sino de rea-

    lizar una interpretacin de la historia, una traslacin de la

    esencia del texto literario a la narracin flmica de

    forma que se reconozca el sello de fbrica pero

    dejando que la pelcula cobre vida propia. La adapta-

    cin no es un asunto de fidelidad -entendida como

    literalidad- o traicin a una obra literaria.

    Recapacitemos: Todos opinamos lo mismo de El

    Quijote, Rayuela,El tnel, Cien aos de soledad,El rbol de

    la Cienciao laMontaa mgica? Todos leemos el mismo

    libro? Es mejor mi lectura que la de los dems?

    Todos haramos la misma pelcula si furamos direc-

    tores de cine? En otro terreno ms grfico, ms visual,

    pierde genialidad Picasso al interpretar, al adaptar alcubismo Las meninas de Velzquez? Pierde algo

    Velzquez al ser interpretado por Picasso? Cambian

    las tcnicas, los lenguajes y posiblemente las afectivi-

    dades pero es imposible sustraerse a lo bello, a lo

    genial y ambas obras tienen cabida en ese universo.

    Adems no podemos sustraernos a la tirana

    de la tcnica de la adaptacin. El paso del texto litera-rio al texto flmico supone la transformacin del espa-

    cio y del tiempo literarios en espacio y tiempo flmi-

    cos. Y, algo tan banal en trminos de calidad como la

    extensin se convierte en un tema de vital importan-

    cia que obliga a seleccionar, condensar, agrupar, supri-

    mir o unificar, eso s respetando el orden y la sucesin

    de lo expresado en la obra original. Dice Miguel

    Delibes: Adaptar al cine, convertir en una pelcula de exten-

    sin normal una novela de paginacin normal obliga inevitable-

    mente a sintetizar, porque la imagen es incapaz de absorber la

    riqueza de vida y matices que el narrador ha puesto en sulibro.

    Hasta aqu, por lo menos en teora, estamos

    de acuerdo. Todos aceptamos la legitimidad del direc-

    tor como lector pero, aceptamos que nos imponga

    su lectura? En la mayora de las ocasiones, no y ello

    obedece bsicamente a que a la hora de juzgar una

    adaptacin, todos o casi todos hacemos la lectura

    desde la literatura y ah estriba el gran error ya que juz-

    gamos la narracin cinematogrfica desde una pers-

    pectiva literaria (estamos capacitados?). Cada vez quese estrena una pelcula basada en una obra literaria,

    sobre todo si es considerada una cumbre de la

    Literatura Universal, se repiten los ataques, la decep-

    cin y los lugares comunes (prdida de matices y de

    caracteres, inexactitudes). Todos nos sentimos auto-

    rizados a establecer comparaciones perdiendo de

    vista, en la mayora de las ocasiones, que adaptacin

    no es sinnimo de traslacin. Porque... hay algo que

    comparar? Qu sentido tiene comparar? Existen las

    adaptaciones perfectas? Por qu una adaptacin es,

    en principio, y desde nuestro prisma, buena o mala?

    Es determinante en nuestra percepcin de la calidad

    de una adaptacin el que coincida con nuestra lectu-

    ra, con nuestra interpretacin?

    Una pelcula, desde un punto de vista esttico,

    no comercial, es buena o mala en s, con independen-

    cia del material que le ha servido de base. Unos bue-

    nos pilares son, sin lugar a dudas, importantes (Lo

    bueno no se alcanza nunca si no es por medio de lo mejor,

    Victor Hugo) aunque en ocasiones la calidad del origi-

    nal puede ser un caramelo envenenado sobre todo

    hablando en trminos de fidelidad. Ante una obramaestra de la literatura el anhelo, la ambicin suele ser

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    la fidelidad y cualquier intento de adaptacin puede

    ser vano o desastroso. En cambio, la adaptacin de

    una obra mediocre permite al director jugar con el

    texto original mejorndolo hasta lograr una obra

    maestra. Dice Pere Gimferrer: ...la historia de las adapta-

    ciones cinematogrficas de novelas amorosas ofrece un elocuente

    muestrario de fidelidades estriles y de infidelidades y an trai-

    ciones- fecundas.

    Tampoco podemos sustraernos a los prejui-

    cios, a la jerarqua de prestigio artstico No estare-

    mos considerando a la literatura ms arte que el

    cine? No nos sentiremos ms cultos aplaudiendo a

    la literatura y denostando al cine? Dado que no hay

    una receta infalible para distinguir a las personas cul-

    tas de las que no lo son, no nos estaremos compor-

    tando al analizar la relacin literatura/cine como los

    cortesanos de El traje nuevo del emperador(HansChristian Andersen)? No nos ajustaremos a una est-

    tica impuesta y no seremos capaces de ver ms all?

    Sin duda, lo ms sencillo, y no por ello ms simple, es

    seguir el consejo de Chejov y disfrutar con la buena

    literatura y con el buen cine, olvidando imposiciones,

    vergenzas, tabes y alardes eruditos.

    En este nmero se analizan dos pelculas con

    las que el espectador puede recrearse y que traducen el

    respeto al espritu de la obra literaria a expensas de la

    traduccin literal, de la fidelidad En Arrowsmith deJohn Ford, basada en la novela homnima de Sinclair

    Lewis, la adaptacin supuso la exclusin de pasajes y

    aspectos de la novela pero ello no desvirta la esencia

    de los personajes, ni resta inters a la pelcula ni

    menoscaba sus valores. La otra pelcula estudiada es

    La Traviatade Zefirelli. Aqu las cosas cambian ya que

    entramos en el terreno de los mitos Carmen, Don

    Juan, Lolita o la propia Dama de las Camelias- en

    donde la fidelidad al texto original pierde importancia.

    La lealtad en este caso es al propio personaje que

    forma parte de la memoria colectiva, del acervo

    comn de la cultura.

    Por ltimo, dado el carcter de la Revista de

    Medicina y Ciney el tema prioritario de este nmero es

    procedente transcribir las palabras del director de cine

    Nicols Philibert: Si hacemos pelculas es para que todos

    podamos ver algo que no habamos visto hasta entonces, que no

    sabamos ver, que no sabamos leer. Es para que las cosas se nos

    revelen en nosotros mismos. En este sentido la adaptacin

    literaria es enriquecimiento al contrastar dos visionesdiferentes de una obra literaria, incita a la lectura

    (para conocer el modelo o para juzgarlo?) y brinda al

    cine innumerables oportunidades de utilizacin en

    docencia y formacin.

    Referencias

    1.- Snchez Noriega JL. De la literatura al cine. Barcelona: Ediciones

    Paidos; 2000.

    2.- Pea-Ardiz C. Literatura y cine. Una aproximacin comparativa.

    Madrid: Ctedra; 1996.

    3.- Gimferrer P. Cine y literatura. Barcelona: Seix Barral; 1999.

    4.- The Internet movie database [base de datos en Internet]. Disponible en:http://www.imdb.com

    5. - Literature, Arts and Medicine Database. [base de datos en Internet].

    Disponible en: http://endeavor.med.nyu.edu/lit-med/lit-med-db/filmti-

    tles.html

    59 Ediciones Universidad de Salamanca

    Mara Jos Fresnadillo Martnez Rev Med Cine 1 (2005): 57-59