35. manon
DESCRIPTION
Hoja de salaTRANSCRIPT
La Cinemateca es una propuesta cultural de Amigos de la Cinemateca con la colaboración del I.E.S. Martínez Montañes y la participación del Institut français d’Espagne (Sevilla), Goethe Institut-Madrid, Secretariado de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías Universidad de Sevilla.
correo electrónico: [email protected]. blog: lacinematecasevilla.wordpress.com twitter: @la_cinemateca. facebook: www.facebook.com/lacinematecasevilla hojas de sala: issuu.com/cinematecasevilla Mayo 2012
35
Manon
Francia, 1949. 100’
D: H.G. Clouzot G: H.G. Clouzot (AKA Henri Georges Clouzot), Jean Ferry
(Novela: Abbé Prévost) Mú: Paul Misraki F: Armand Thirard I: Serge
Reggiani, Michel Auclair, Cécile Aubry, Gabrielle Dorziat, Andrex,
Raymond Souplex, André Valmy P: 1949: Festival de Venecia: León de
oro. 1950: Sindicato Francés de Críticos de Cine: Mejor película
Si hubiera que recordar algún equivalente dentro de la
cinematografía francesa, que ejemplificara la influencia que se
trasladó allende el océano sobre el periodo dorado del cine noir
norteamericano, es probable que pocos ejemplos serían más
valiosos que el expresado por Manon. En efecto, a través de sus
imágenes, personajes y secuencias, se puede detectar
claramente el atractivo que ejercieron en el cine francés de
aquellos años, tantos y tantos títulos firmados en aquellos años
por realizadores como Robert Siodmak, Edward Dmytryk o
Joseph H. Lewis, entre otros. Desde el recurso a atmósferas
opresivas, el protagonismo de una pareja caracterizada por una
relación de amor casi enfermiza, la utilización del flash-back…
En definitiva, se trata de elementos que en esta ocasión se
sitúan en la posguerra francesa, dentro del contexto de un Paris
dominado por el estraperlo.
Allí se desarrollará la mayor parte del metraje, que inicia la
acción con la recogida por parte de un barco de un grupo de
refugiados judíos que quieren llegar hasta Palestina. A la nave
se han incorporado como polizontes la joven Manon Lescaut
(Cécile Aubry) y Robert Dégireux (Michael Auclair). Ambos son
jóvenes -aunque ella destaca por parecer casi una niña-, y
pronto se decidirán a contar sus reciente tribulaciones al
capitán del barco –que muy pronto ha advertido que Robert es
buscado por asesinato-. La narración se remontará a un entorno
rural, donde Dégireux ejerce como elemento de la resistencia, y
logra salvar del linchamiento a Manon,
que es acusada de colaborar con los nazis.
Ambos se trasladan a Paris, donde ella
trabajará en la prostitución,
compaginando su deseo de una
prosperidad económica con el amor que
siente por este.
Basada en una conocida novela de Abbe
Prevost, desarrollada originalmente a
finales del siglo XVIII y más allá de sus –
notables- virtudes y –pequeñas-
limitaciones, creo que fundamentalmente
hay que considerar esta película como
uno de los más valiosos exponentes en la
filmografía de un realizador
especialmente singular para el cine
francés: Henri-Georges Clouzot.
Ya incluso desde sus primeros compases,
las imágenes de Manon revelan un
extraordinario cuidado formal,
desarrollado sobre todo en un magnífico trabajo de iluminación
en blanco y negro –obra de Armand Thirard-. La historia que se
desarrolla en París tiene un espléndido ritmo cinematográfico y
una arriesgada dosificación en el ritmo y la cadencia de las
secuencias-, la progresiva integración de la protagonista en un
entorno dominado por la prostitución y la obtención de un
dinero rápido y definido por la ausencia de moral. Un entorno al
que tendrá que acceder su enamorado, siendo consciente a
remolque de que el amor que ambos se profesan ha de ir
aparejado por las actitudes libertinas de la protagonista. Todo
ello mostrará un sentimiento tan destructivo como opresivo y
turbio que la muchacha no podrá soportar, decidiendo fugarse
con un maduro oficial norteamericano que le ha pedido en
matrimonio. Pese a su intento de huida, la pareja de nuevo
volverá a unirse y llegará hasta territorio palestino para intentar
una nueva vida. Hasta entonces, la película nunca deja de
mostrar un perverso matiz, con entornos en donde la negrura
casi se llegan a palpar, llegando a plasmar momentos tan
impactantes como el del asesinato de Leon a cargo de Robert,
que por momentos llegó a evocarme el inolvidable de la
magnífica Detour (1945. Edgar G. Ulmer). El film llegando a su
conclusión, nos depara el fragmento más memorable. Se trata
de los veinte minutos finales, que se desarrollan en la odisea del
traslado por tierras palestinas de nuestros protagonistas junto a
los emigrantes judíos. En este fragmento se describe toda una
odisea que de alguna manera preludia la fisicidad y intensidad
visual característica de la segunda mitad de la posterior El
salario del miedo. Resulta evidente intuir que Clouzot logró
mantener como rasgo de estilo esa plasmación de la
desesperación del ser humano, mediante una puesta en escena
que acentuara su carácter físico y el pesimismo manifestado a
través de un viaje.