5_6_7_8_uba_revista de la facultad de cs.sociales n°64

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Marcelo T. de Alvear 2230 (1122) / Uriburu 950, piso 6º / Tel: 4508-3800 / Ramos Mejía 841 (1405) / Tel: 4982-5002 / Web site: www.fsoc.uba.ar / e-mail: [email protected] ESCRIBEN: Horacio González, Alejandro Horowicz, Luciano de Privitellio, Mercedes Depino, Jorge Bernetti, Héctor Recalde y Mariano Recalde, Dora Barrancos, Ricardo Sidicaro // POLÍTICA INTERNACIONAL: Juan Manuel Abal Medina // TEMA ÚNICO: La educación pública en discusión: Sandra Carli, Myriam Feldfeber, Néstor Correa y Santiago Gándara, Graciela Roza // DERECHOS REPRODUCTIVOS Y SALUD: Claudia Bacci y Myriam Pelazas // ENTREVISTAS: Politólogas que trabajan en ONGs / Tesis: Los sondeos de opinión y la dinámica del espacio de la comunicación política en Argentina, desde los inicios de la transición demo- crática // INSTITUCIONAL: Incumbencias de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación / Avances de investigación: Urgencia social / Libros de docentes / Publicaciones recibidas Ciencias Sociales Ciencias Sociales Setiembre de 2006 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N 64 / UBA 60 peronismo años de DOSSIER ¿Será revolucionario o no será nada?

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UBA_REVISTA DE LA FACULTAD DE CS.SOCIALES N°64

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ESCRIBEN: Horacio González, Alejandro Horowicz, Luciano de Privitellio, Mercedes Depino, Jorge Bernetti,Héctor Recalde y Mariano Recalde, Dora Barrancos, Ricardo Sidicaro // POLÍTICA INTERNACIONAL: JuanManuel Abal Medina // TEMA ÚNICO: La educación pública en discusión: Sandra Carli, Myriam Feldfeber,Néstor Correa y Santiago Gándara, Graciela Roza // DERECHOS REPRODUCTIVOS Y SALUD: Claudia Bacciy Myriam Pelazas // ENTREVISTAS: Politólogas que trabajan en ONGs / Tesis: Los sondeos de opinión y ladinámica del espacio de la comunicación política en Argentina, desde los inicios de la transición demo-crática // INSTITUCIONAL: Incumbencias de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación / Avances deinvestigación: Urgencia social / Libros de docentes / Publicaciones recibidas

Ciencias SocialesCiencias SocialesSetiembre de 2006 / Revista de la Facultad de Ciencias Sociales N� 64 / UBA

60peronismoaños deDO

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¿Será revolucionario o no será nada?

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Política internacionalLas elecciones mexicanas del 2 de julio de 2006 o la crónica de los fracasos múltiples 4

Tema únicoLA EDUCACIÓN PÚBLICA EN DISCUSIÓNNúcleos conservadores en el documento sobre la Ley de Educación 8

De la Ley "Federal" a la Ley "Nacional": ¿nuevas garantías para el derecho a la educación? 10

Hecha la Ley, hecho el consenso 12

Educación como derecho social: un horizonte aún lejano 14

Dossier60 AÑOS DE PERONISMO ¿Será revolucionario o no será nada? 20El peronismo perpetuo 21Axiomas de la república oligárquica 24El peronismo y las elecciones: la búsqueda de la unanimidad y la tradición electoral argentina 26Peronismo: mito y eterno retorno 28Los republicanos de derecha contra el populismo de izquierda 30No lo lograrán 32El primer peronismo y los derechos civiles 34Las transformaciones de las repre-sentaciones colectivas peronistas 36

Editorial 1

Institucional 2

Incumbencias de la Licenciatura en

Ciencias de la Comunicación 3

Derechos reproductivos y salud: Discursos ríspidos

(o por qué en la Argentina todavía es necesario

exigir el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito) 6

Tesis de Maestría: Los sondeos de opinión y la

dinámica del espacio de la comunicación política en

Argentina, desde los inicios de la transición democrática

"La gente es el sujeto privilegiado de las encuestas" 16

Publicaciones recibidas 38

Avances de investigación: Urgencia social 39

Prácticas de organización en emprendimientos

productivos de trabajadores desocupados 40

Fortalecimiento municipal y emergencia social 41

Los jóvenes pobres como objeto de políticas públicas 42

Estrategias multiactorales para disminuir el riesgo 44

Emigración reciente de jóvenes argentinos 46

Entrevista a graduados: Politólogas que trabajan en

ONGs "Desde la Ciencia Política, el campo de los

organismos no gubernamentales constituye una

de las opciones laborales más extendidas" 48

Libros de docentes 50

sumariosumario

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AutoridadesDecanoFederico SchusterVicedecanoDamián LoretiSecretario AcadémicoJorge LuloSecretario de Gestión InstitucionalGustavo BullaSecretario de Cultura y Extensión UniversitariaJavier BráncoliSecretario de Hacienda y AdministraciónBruno OpromollaSecretario de Posgrado Pablo AlabarcesSecretario de Investigación Ricardo Sidicaro

Directores de CarrerasCiencia PolíticaJorge MayerCiencias de la ComunicaciónGuillermo MastriniRelaciones del TrabajoViviana VegaSociologíaLucas RubinichTrabajo SocialMaría Isabel Bertolotto

Directora del Instituto de Investigaciones Gino Germani:Carolina Mera

StaffEditor responsableGustavo BullaRedacción y coordinaciónMarcela Aszkenazi, Pablo Livszyc, Ramiro LehkuniecDiseño gráficoCristina Agostoni - [email protected]ónRicardo M. Rodríguez

Han colaborado en este númeroJuan Manuel Abal Medina, Claudia Bacci, DoraBarrancos, Jorge Bernetti, Sandra Carli, NéstorCorrea, Luciano de Privitellio, Mercedes Depino,Myriam Feldfeber, Santiago Gándara, HoracioGonzález, Alejandro Horowicz, Myriam Pelazas,Héctor Recalde, Mariano Recalde, Graciela Roza,Ricardo Sidicaro.

Agradecemos la colaboración y el asesoramiento dePilar Arcidiácono, Carola Lustig y Gabriel Vommaro

Los artículos firmados expresan las opiniones de losautores y no reflejan necesariamente la opinión de laFacultad de Ciencias Sociales.

Contacto: [email protected]

ISSN 1666-7301

VCR IMPRESORES S.A.Rivadavia 755 - PB [email protected]

EDITORIAL

En junio pasado se cumplieron sesenta años del arribo por primera vez al gobierno nacional del

peronismo. Más allá de las pasiones desatadas desde entonces, se trata de un fenómeno iniguala-

ble de la vida política argentina. Es por eso que aprovechamos la oportunidad de convocar para el

dossier la opinión de destacados profesores, que provenientes de distintas disciplinas y diversas

tradiciones políticas, nos ayudan a comprender un poco mejor a este movimiento que sin dudas

marcó a fuego -¿lo sigue haciendo?- la segunda mitad del siglo XX en nuestro país.

El Tema Único está dedicado a una política estratégica para nuestra sociedad: la educación. La

convocatoria del Ministerio de Educación a presentar opiniones a partir de un documento base

para elaborar una nueva Ley Nacional de Educación que reemplace a la noventista Ley Federal de

Educación, fue puesta en discusión a través de cuatro miradas de nuestra comunidad académica.

En la ya habitual entrevista a nuestros tesistas nos referimos a una tesis de maestría respecto del

rol que desempeñan los sondeos de opinión pública por estos tiempos.

En el rubro de política internacional presentamos un artículo que nos señala cuáles son los nudos

principales del conflicto político suscitado en la hermana nación mexicana con motivo de la elec-

ción presidencial.

Un tema muy importante que combina salud pública y derechos reproductivos es encarado a partir

de una nota que destaca los progresos de la campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y

Gratuito.

Distintas problemáticas sociales son enfocadas a partir de los resultados que presentan los equi-

pos de investigación de la Facultad, cuyos proyectos presentados al programa especial de UBACyT

"Urgencia social" fueron desarrollados durante los años 2004 y 2005.

La entrevista a nuestros graduados en esta oportunidad se refiere a politólogas que se desempeñan

profesionalmente en el ámbito del llamado tercer sector.

En las páginas institucionales informamos sobre la reciente aprobación por parte del Consejo

Superior de la Universidad de las incumbencias profesionales del título de Licenciado en Ciencias

de la Comunicación. Por su parte, el Decano, en su habitual artículo también se refiere a la educa-

ción pública como prioridad estratégica para nuestro pueblo.

Esta es una apretada síntesis de lo mucho y variado que encontrarán en el interior de este número,

esperamos que sea de vuestro interés y que funcione como motivador de nuevas reflexiones.

Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

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Que la educación pública -proyecto argentinizador de la generación del ochenta- fue abandonada a su suerte por la burguesía

argentina en las últimas tres décadas, resulta algo claro. Que ese abandono fue coextensivo con un proyecto de país pequeño, que con-

denó a millones de argentinos a la miseria y la exclusión, también. Y también lo es el hecho de que no hay posibilidad alguna de cons-

trucción de un país y una sociedad diferentes sin una apuesta estratégica a la educación. En estos momentos en que se están discu-

tiendo las bases de una nueva ley educativa es imprescindible enfatizar la idea de que no habrá ninguna propuesta pedagógica viable

sin un importante flujo de recursos públicos. El atraso de los salarios docentes, el déficit de infraestructura y equipamiento, la crisis de

los institutos de formación docente y otras tantas situaciones similares son el producto de décadas de desatención sistemática del Estado

o de erróneas políticas para el sector. No hay salida para la educación sin un proyecto ideológica y técnicamente consistente; pero no es

posible pensar en la realización de un proyecto tal sin una inyección presupuestaria importante, un auténtico esfuerzo estatal que cam-

bie la curva de deterioro que viene establecida en el tiempo.

La educación es uno de los núcleos de la política pública, en tanto ésta debe proveer a los ciudadanos condiciones de oportuni-

dad para el desarrollo integral de sus proyectos de vida, así como herramientas intelectuales para la defensa de sus derechos, y al país

recursos para la agregación de valor económico, social, político y cultural. En tal sentido, una política de inversión en educación debe

contradecir uno de los así llamados principios de la gestión sobre el que los neoliberales se cansaron de pontificar en la década pasa-

da: el de eficiencia. Que la gestión sea eficiente quiere decir que debe optimizar la relación económica entre costos y resultados; produ-

cir el resultado deseado sin gastar ni una mínima fracción de recursos por encima de lo estrictamente necesario. Una idea tal aplicada a

la educación y particularmente en un momento fundacional (o refundacional, como debiera ser el actual) resulta un peligroso contrasen-

tido. En educación hay que sembrar siempre más de lo que se espera cosechar. Así, se trata de un área en la que debe aspirarse a la

eficacia (determinar y producir un resultado), aunque ello signifique gastar más recursos de los que al final hubieran resultado impres-

cindibles para lograrlo. Aunque para nuestras mentes empequeñecidas por tanta influencia de la ideología neoliberal pueda resultar duro

de aceptar, la inversión en educación ha de ser por definición ineficiente. No es raro que en el modelo neoliberal se haya tenido tan poco

entusiasmo en la educación. Políticamente, porque la educación es una herramienta potencialmente igualadora; económicamente, por-

que es (y debe ser) ineficiente.

Con la cuestión de la ineficiencia no queremos decir que no deban cuidarse los recursos públicos o que la sana administración

no vaya a ser un bien valorable en educación. Por el contrario, quienes administran recursos y bienes públicos deben ser particularmen-

te cuidadosos con su manejo y aplicación. Pero deberá entenderse que la definición de la política educativa tiene que ser particularmente

generosa y orientada a promover las condiciones (buenos edificios y equipamiento educativo, buenos salarios, becas, etc.) para que la

tarea florezca, porque sólo así podrá esperarse el producto necesario: buena educación y oportunidades para todos por igual.

Este aspecto de la política educativa se ve reforzado por el hecho de que los tiempos en educación son particularmente largos.

Lo destruido tarda en recuperarse, lo nuevo a construir no se hace de la noche a la mañana. Una buena política educativa que se for-

mule hoy podrá tener apenas signos inmediatos de reversión del proceso de deterioro, pero dará sus primeros frutos en cinco años, más

consistentes en diez y definitivos en veinte. Tiempos que requieren una mirada que trascienda los escuetos tiempos políticos, definidos

por el intervalo entre elecciones.

En definitiva, no habrá promesa de país digno ni de sociedad justa sin una fuerte apuesta estratégica a la educación; y no habrá

tal cosa sin una fuerte convicción de que en la definición de una política educativa de largo plazo no se pueden aplicar criterios eficien-

tistas, sino una fuerte corrección de la estrepitosa curva de desinversión histórica en el área. Así, la educación podrá ser el eje de una

auténtica política pública de transformación social y nacional. Ello exige, sin duda, una convicción que la Argentina hace tiempo no ve.

Ojalá esta vez sí sea posible.

Institucional

LA EDUCACIÓN COMO POLÍTICA PÚBLICA

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Federico SchusterDecano

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EL CONSEJO SUPERIOR APROBÓ LAS INCUMBENCIAS PROFESIONALES DE LA LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

En su sesión ordinaria del día 9 de agosto último, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires aprobó las incum-bencias profesionales de los graduados en la Carrera de Ciencias de la Comunicación. El expediente había sido iniciadopor la Dirección de la Carrera en el año 1992, pero diversos avatares burocráticos y políticos hicieron que la resoluciónrecién se aprobara con casi catorce años de demora.Finalizaba la primera gestión del Decano Portantiero cuando se iniciaron las gestiones para lograr el reconocimiento delas incumbencias profesionales de los egresados de nuestra por entonces joven carrera, por iniciativa de su directora, laprofesora Alicia Entel. Eran tiempos de Oscar Shuberoff al frente del Rectorado de la Universidad, lo cual, como se veríacon el tiempo, no fue de especial ayuda para la velocidad del trámite.Pasó la segunda gestión de Portantiero - siempre con Shuberoff de Rector- sin que se produjesen avances significativos,salvo alguna intervención desafortunada del Ministerio de Educación que sumó mora burocrática al trámite.Durante los próximos cuatro años, el expediente durmió el sueño de los justos en algún escritorio de la Facultad, mien-tras Shuberoff transcurría su cuarto y último mandato al frente de la UBA.Hasta que a comienzos de 2002, en medio de la fenomenal crisis que azotaba a la sociedad argentina, al parecer se ali-nearon los planetas, con la asunción de Federico Schuster como Decano de la Facultad y Damián Loreti como Director dela Carrera, y el trabajo articulado hacia el Consejo Superior, se logró reimpulsar la tratamiento del expediente. Eso sí,Shuberoff le había dejado su lugar de Rector a Guillermo Jaim Etcheverry.Pero como nada es fácil en nuestra Universidad, hubo que ponerle un trabajo constante durante los últimos cuatro años,hasta que finalmente la perseverancia hizo que se saldara una deuda ya histórica con los graduados de Ciencias de laComunicación.En un comunicado dado a conocer por la Dirección de la Carrera con motivo de la buena noticia se señala que "A partirde ahora podremos comunicar y sostener más ágilmente estas incumbencias ante todas las instancias oficiales quecorrespondan. Asimismo, la Dirección de la Carrera ha iniciado los trámites correspondientes a la habilitación de laLicenciatura y del Profesorado para el dictado de las asignaturas correspondientes en docencia media y superior no uni-versitaria, como títulos habilitante y docente respectivamente, ante autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, de laProvincia de Buenos Aires y de la Nación".

Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

3Realizar estudios e investigaciones relativos a los sistemas, modelos y procesos comunicacionales, los mediosde comunicación social, y la estructura, organización y significado de los diversos mensajes.

Asesorar acerca de los sistemas, modelos y procesos comunicacionales, los medios de comunicación social yla estructura, organización y significado de los diversos mensajes.

Diseñar modelos de comunicación social y planificar, implementar y evaluar sistemas comunicacionales.

Producir, elaborar, interpretar y evaluar mensajes y discursos.

Efectuar diagnóstico comunicacional en medios masivos, grupos e instituciones.

Planificar, implementar y evaluar campañas comunicacionales.

Realizar arbitrajes y peritajes relacionados con los sistemas y modelos comunicacionales y la contextualidadde los mensajes.

INCUMBENCIAS PROFESIONALES APROBADAS

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Que a cuarenta y cuatro días de una elección presidencial aún no se conozca a ciencia cier-ta quién ha sido el candidato ganador habla a las claras de un fracaso político colectivo.Pero más aún si el proceso eleccionario ha tenido lugar en un país que, como México, creíahaber entrado hace seis años en el terreno real de la democracia de partidos.Después de casi setenta años de funcionamiento de un sistema de partido único -que co-mo gustaba decir a los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), había si-do más longevo que el soviético, con el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)- laselecciones presidenciales de 2000 parecieron marcar la entrada de México al universo delas democracias pluralistas.La victoria del candidato opositor, Vicente Fox, y de su agrupación, el Partido Acción Na-cional (PAN), en unos comicios considerados, tanto en México como en el exterior del pa-ís, como ejemplares, mostraron a un Estado que parecía haber logrado exitosamente con-cluir su transición a la democracia; con un oficialismo que abandonaba pacíficamente elpoder después de ejercerlo durante décadas y una arquitectura institucional electoral, quehabía hecho posible ese resultado.En ese contexto, el Instituto Federal Electoral, IFE, logró la aprobación de todos, con un ór-gano de conducción "ciudadanizado", compuesto por personalidades y académicos inde-pendientes propuestos por el Congreso, con un control total sobre el proceso eleccionario.El prestigio de este organismo creció aún más en la medida en que continuó garantizandola transparencia electoral en las elecciones locales, llegando incluso a anular una impor-tante elección a gobernador y debido a excesos en los gastos de campaña. Por otra parte,se cambió el procedimiento de calificación de la elección presidencial -hasta entonces enmanos del Congreso- atribuyéndolo al Tribunal Electoral Federal, que se convertía así en eljuez de última instancia de los procesos electorales nacionales.Pero esta mirada exclusivamente formal no daba cuenta de que, más allá de las aparien-cias, no se estaba produciendo en ese México de 2000 un cambio real. En efecto, el elencode ejecutivos del sector privado con el que Fox llegó a la presidencia hizo una verdaderaprofesión de fe con el continuismo de las políticas económicas del ex presidente ErnestoZedillo, e incluso la estratégica Secretaría de Hacienda (equivalente a nuestro Ministeriode Economía) y la dirección del Banco de México quedaron en las mismas manos. En estecontinuismo esencial -confirmado en estos meses por el pase al PAN de los que fueron se-cretarios de Gobernación, Energía y Comercio de Zedillo- puede buscarse la explicación deesa aparente transición exitosa y sin sobresaltos.Hacia mediados de la década, el proceso parecía dirigirse a concluir en una de las transi-ciones democráticas más exitosas de la historia. Especialmente por los sondeos previosque asignaban al postulante del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática(PRD), Andrés Manuel López Obrador, enormes chances de convertirse en el nuevo presi-dente mexicano; logrando así, en muy pocos años, una alternancia envidiable en el gobier-no PRI-PAN-PRD.Sin embargo, el fuerte encono que generó esa candidatura en amplios sectores sociales de

clase media y alta y el mal manejo que deesta situación hizo el gobierno foxista,llevaron a una radicalización del proce-so. En principio, López Obrador -aunquede manera confusa- planteó una rupturacon las políticas neoliberales llevadasadelante por las administraciones ante-riores. Además, a mediados del año pa-sado, el presidente Fox, acompañado porla mayoría de los priístas, intentó sacara López Obrador de la competencia, pro-moviendo su desafuero por el Congresocon el pretexto de un supuesto delito dedesacato (incumplimiento de una ordenjudicial) en que habría incurrido. Al vo-tarse y aprobarse el desafuero se produ-jo una masiva manifestación de perre-distas que obligó al gobierno a dar mar-cha atrás, permitiendo con un nuevopretexto jurídico que fuera candidato.Lo anterior llevó a López Obrador al má-ximo de su popularidad, pero, al mismotiempo, hizo irreconciliables los antago-nismos políticos, que comenzaron a to-mar un fuerte contenido de fractura so-cial. Declaraciones torpes de LópezObrador dieron pie para que la derechaempresarial -que controla la casi totali-dad de los medios de comunicación- en-trara de lleno en la lucha electoral, conuna campaña que estimulaba los temo-res de las amplias capas medias frente aun supuesto candidato "a la izquierda deChávez y de Fidel".En ese clima, política y socialmente en-rarecido, se llegó al 2 de julio. Los hechosocurridos ese día mostraron que las de-bilidades del proceso político eran, fi-nalmente, mucho más intensas que loque los mismos actores podían recono-

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Las elecciones mexicanas del 2 de julio de 2006o la crónica de los fracasos múltiplespor Juan Abal Medina*

POLÍTICA INTERNACIONAL

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cer, y que la impresión de normalidad institucional era simplemente eso: una mera impre-sión. De esta manera podemos entender el resultado de esta elección como la consecuen-cia de un conjunto de fracasos.En primer lugar, la arquitectura institucional del país demostró ser, sin duda, obsoleta. De-jando incluso de lado las importantes sospechas de fraude y parcialidad de los comiciosdel mes de julio, lo cierto es que la regla de mayoría simple para la elección presidencial enun esquema político tripardista mostró a las claras su ineficiencia; ya que no sólo hace di-fícil y polémica la elección, sino que, en cualquier caso, reiterará para los próximos seisaños el caso de Fox: un presidente sumamente débil frente a un parlamento dividido en ter-cios.En segundo lugar, junto con el fracaso del esquema institucional, otro dato objetivo de loocurrido fue el declive del propio IFE, que no sólo se terminó mostrando fuertemente par-cial en el manejo de los datos sino que, como mínimo, toleró el desarrollo de un sinnúme-ro de irregularidades. Lo que, sumado a una conducta permanentemente proclive al ofi-cialismo en todos los demás temas centrales en discusión (publicidades indebidas, porejemplo), dejó a la "joya de la transición" fuertemente cuestionada.A estos fracasos institucionales hay que sumar, al menos, otros tres fracasos políticos. Pri-mero, el del mismo presidente Fox, quien no sólo no logró avanzar en sus proyectos de re-formas ni garantizar un proceso de sucesión imparcial, sino que, inclusive, sufrió un fuertedescalabro cuando, al mejor estilo priísta quiso imponer a su sucesor, que resultó derrota-do por Felipe Calderón, a quién Fox había expulsado del gabinete. Segundo, la derrota del viejo partido de Estado, el PRI, que, a pesar de haber ganado mu-chas de las elecciones locales intermedias, recuperando varias gobernaciones clave parael partido, no logró resistir la polarización y sufrió la peor derrota de toda su historia, ocu-pando por primera vez en su prolongada existencia, el tercer lugar electoral. Finalmente, la tercera derrota política fue, sin dudas, la de López Obrador, quien, despuésde haber ocupado durante muchos meses un primer lugar absoluto en las preferencias ciu-dadanas, a la hora de la verdad, y más allá de las especulaciones de fraude, obtuvo mu-chos menos votos de los previstos. En este caso, el candidato del PRD parece haber paga-do un alto precio por haber relegado a los sectores tradicionales de la izquierda mexicana,incluso a su líder histórico, Cuauhtémoc Cárdenas, en beneficio de un núcleo político ante-riormente cercano al ex presidente Salinas de Gortari, sector al que, inclusive, entregó elgobierno de la Ciudad de México. A lo anterior, hay que sumar el fuerte componente de des-preocupación por lo institucional que el candidato siempre ha demostrado (con fuertes he-chos de corrupción en su entorno más cercano), lo que, inteligentemente utilizado por eloficialismo y los grandes grupos empresarios, lo instaló como una especie de loco impre-decible y desinteresado de la corrupción, en la voluble y nada politizada clase media me-xicana.Hacia delante, y más allá de los conflictos de las próximas semanas, probablemente ten-dremos un nuevo presidente débil, sin mayorías en las cámaras y, para colmo, enfrentadocon la conducción de su propio partido, el PAN, que monopoliza la alianza entre sectores dela ultraderecha y el foxismo.Lo único que abre una mínima expectativa favorable es la personalidad del posiblementenuevo presidente Felipe Calderón. Calderón pertenece a una familia histórica del PAN y hahecho una larga carrera en la política y no, como el actual elenco gobernante, en el mun-do empresario. Asimismo, a pesar de su formación social cristiana, hace gala de una per-manente búsqueda de diálogo y no oculta su intención de desprenderse de los elementosque rodearon a Fox -ejecutivos de multinacionales y ultras de organizaciones de extremaderecha como los legionarios de Cristo- y ha manifestado su intención de llegar a acuerdoscon el PRD y el PRI, ofreciendo, incluso, la conformación de un gabinete plural. Por último,

en lo internacional y contradiciendo lapolítica foxista postula reincorporar aMéxico a América Latina, e incluso hasostenido que piensa realizar su primerviaje, una vez que sea declarado presi-dente electo, al cono sur.Con el margen de incertidumbre todavíaexistente, el futuro del país se muestracomplicado. Habrá que esperar que elprobablemente nuevo presidente puedaestar a la altura de las circunstancias ygenerar políticas de diálogo y consensocapaces de tomar las decisiones que elpaís requiere, desde una profunda refor-ma institucional hasta el cambio de unapolítica económica de ultra ortodoxianeoliberal que ha generado, en casiveinte años de aplicación, una sociedadabsolutamente fragmentada con la ma-yoría de la población cada vez más mar-ginada.

* Profesor de Sistemas políticos compa-rados en la Carrera de Ciencia Política.

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Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

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Los reclamos por la ampliación de derechos en el marco del Estado moderno han constitui-do un problema afortunadamente irresuelto para la teoría, la filosofía y aun la prácticapolítica. "Afortunado" porque en su contingencia irreductible habilita nuevos reclamos ydebates sobre derechos también "nuevos". La parte menos afortunada del asunto reside enla arbitrariedad y las resistencias que marcan el umbral en el cual se declaran algunos de-rechos mientras se desoyen otros. El infortunio ha sobrevenido en estos días a raíz de la de-negación de realizar un aborto en un caso que cumple la tipificación prevista por el art. 86del Código Penal1 . En distintas etapas, e incluso con diferencias de criterio, las corpora-ciones jurídica y médica han definido el marco de los debates públicos al respecto en tor-no a fundamentos morales y bioéticos.Durante el último año se han vuelto públicos varios pedidos de autorización para la reali-zación de abortos terapéuticos así como causas penales por "intentos de aborto" que nollegaron a concretarse. Menos documentadas son las cifras y datos acerca de la prácticade abortos en nuestro país: uno de los efectos de la criminalización es carencia de análisisprofundo sobre sus consecuencias2 . El Código Penal argentino regula esta práctica en susartículos 85 a 88, aunque sin definir de manera específica lo que entiende por "aborto", li-mitándose a la prohibición con dos únicas excepciones, y señalando apenas el carácter delas conductas y los sujetos considerados "criminales", así como los casos que serán consi-derados exentos para la ley3 . La ambigüedad de las formulaciones legales da lugar a quedicho artículo sea objeto de disputa legal -pero no generador de políticas públicas especí-ficas- acerca de su "constitucionalidad" por parte de la Corte Suprema y otras instanciasjudiciales menores.La producción discursiva acerca del aborto en la Argentina abre preguntas paradójicas re-feridas a los límites pasibles de ser trazados entre derechos públicos y privados, a las re-laciones entre los alcances de la acción estatal sobre los cuerpos y las capacidades repro-ductivas de las mujeres, a la articulación entre autonomía y ciudadanía. Es decir, pregun-tas acerca de quiénes tienen el "derecho a tener derechos" ratificados por el Estado en lasdemocracias modernas.

Citoyennes, encore un effort… La figura de la madre -y no la mujer, o mejor, la ciudadana portadora de derechos- apare-ce inexorablemente como el locus privilegiado por el Estado y sus instituciones para afir-mar su soberanía sobre los cuerpos, reintroduciendo el posible "desorden" en el régimenproductivo del poder estatal. No aparece allí la ciudadana que defiende y reclama el ejer-cicio de derechos, sino la madre cuya libertad para ejercerlos es sesgada por su funciónbiológica. Por esto, todavía es preciso demandar al Estado que asegure el derecho de lasmujeres a la autodeterminación sobre sus cuerpos. Las demandas por la despenalización ylegalización del aborto expresan no sólo una necesidad, en términos de lograr lo que se de-nomina "equidad" social y económica, sino fundamentalmente en términos de la constitu-ción de subjetividades políticas en sí mismas. La despenalización del aborto no es suficiente ya que no garantiza políticas públicas apro-piadas para amparar a las mujeres en sus múltiples condicionantes: clase, etnia, educa-ción y edad. Aun cuando el Estado "libere" los servicios de salud, las mujeres continuaránrealizándose abortos riesgosos, dependiendo de sus "capacidades" y "contextos". Sola-mente con la legalización del aborto se obliga al Estado a asegurar los medios necesarios

para abortar. Sabemos que esto es difícilen un país como el nuestro, que no res-guarda otras condiciones básicas de vidacomo la alimentación, la vivienda, eltrabajo digno, la educación, la justicia yla salud. A juzgar por las expresiones pú-blicas sobre el caso de L. M. R. por partede agentes de justicia, especialistas mé-dicos, y representantes gubernamenta-les, todavía es necesario exigir en la Ar-gentina el derecho a decidir y el accesoal aborto legal, seguro y gratuito.

Pañuelos VerdesLa Campaña Nacional por el Derecho alAborto Legal, Seguro y Gratuito surgió el28 de mayo de 2005 -Día Internacionalde Acción por la Salud de las Mujeres-bajo el lema "Educación sexual para de-cidir, anticonceptivos para no abortar,aborto legal para no morir". En ella par-ticipan más de 250 organizaciones y mi-les de personas del país que han hechosuyas consignas que las militantes femi-nistas, desde hace tiempo, vienen exi-giendo. Demandas que hoy son asumidas pormúltiples organizaciones, personalida-des, organismos de Derechos Humanos,movimientos sociales y culturales, redescampesinas, sindicatos, movimientos dedesocupados, la academia y aun algunasorganizaciones religiosas, y que se ma-terializaron en intervenciones públicasde la campaña como el petitorio sobre ladespenalización y legalización del abortoque el año pasado reunió miles de fir-mas. El 25 de noviembre -Día Internacio-nal contra la Violencia hacia las Mujeres-tras una marcha nacional que contó conalrededor de 15.000 personas, esas fir-mas fueron entregadas a las autoridadesdel Congreso de la Nación. Ámbito en elque el 3 y 4 de agosto de 2006 se realizóun Seminario Internacional sobre Aborto,

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Discursos ríspidos (o por qué en la Argentina todavía es

necesario exigir el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito)por Claudia Bacci y Myriam Pelazas*

DERECHOS REPRODUCTIVOS Y SALUD

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Derechos, Subjetividad y Poder que congregó a profesionales, militantes, periodistas y po-líticos para debatir acerca de la problemática. Aquí, un resumen de lo que se dijo.

Crónica de dos días agitadosLa presentación de Dora Coledesky -histórica luchadora por los derechos de las mujeres-estuvo signada por el caso L. M. R. que puso en el tapete la importancia del reclamo de lacampaña. El primer panel se centró en los aspectos filosóficos y epistemológicos de la te-mática y encontró su punto en las filósofas Diana Maffía y María L. Femenías y en las pala-bras de la médica Fátima Oliveira. La dirigente feminista brasileña habló de la articulaciónde derechos y la oposición entre las ideas de autodeterminación y obligatoriedad de las le-gislaciones sobre derechos humanos para reflexionar sobre prácticas políticas posibles pa-ra la despenalización y legalización del aborto en países con altas restricciones como Bra-sil y Argentina (políticas de presión sobre los gobiernos a favor de un mayor compromisocon los tratados internacionales, en resguardo de las interpretaciones y manipulacionesque se hacen del marco jurídico internacional para justificar las prohibiciones vigentes)4 .Maffía agregó que es imperioso recuperar la relevancia epistemológica del relato de lasmujeres en estas legislaciones porque su omisión expresa el grado de discriminación y des-autorización realizada sobre ellas y sus decisiones. Femenías rescató la historicidad de es-tos debates en nuestro país que se constituyen como problema a legislar cuando se esta-tuye la "laicidad" del Estado a comienzos del siglo XX. De esta forma, el proceso de cons-trucción de ciudadanías evidencia sus limitaciones en la pugna por su ampliación frente ala emergencia de nuevos sujetos sociales5 .En los paneles sobre pensamiento jurídico y el rol del Estado y la ciudadanía en relación conel aborto, profesionales y políticos dejaron en claro sus posiciones a favor de la legislaciónen tanto "la prohibición del aborto crea un problema de justicia social porque afecta demanera diferente a las mujeres según sus recursos -económicos, educativos, etcétera".Tras estas palabras, la diputada Silvia Augsburger expresó que sería "una buena estrategiaconformar una comisión tripartita entre la sociedad civil, los legisladores y el gobierno na-cional para elaborar un proyecto de ley que modifique positivamente el Código Penal vi-gente". A eso se sumaron otras diputadas como Juliana Marino, quien también impulsó elproyecto de Ley de Ligadura de trompas y vasectomía. Coronó esta primera jornada la do-cumentalista holandesa Hillie Molenaar que se refirió al descenso del número de abortos enHolanda a partir de su legalización. Al día siguiente, las psicoanalistas Martha Rosenberg,Déborah Tajer y Liliana Fedullo junto a Alejandra Ciriza -del campo de la filosofía- expu-sieron los modos en que los conceptos "subjetividad" y "poder" atraviesan la problemáti-ca. Allí circularon términos como deseo, culpa y autonomía que motivaron polémica. En elsiguiente panel, la socióloga María José Rosado Nunes, fundadora de Católicas por el De-recho a Decidir de Brasil, se refirió al pensamiento divergente que, aunque fundamental enla teología, suele ser ocultado por la jerarquía católica para generar un "pensamiento úni-co" acerca del valor de la vida. Ana M. Pizarro Jiménez, médica argentina naturalizada ni-caragüense, contó las difíciles situaciones que enfrentan las muchachas que abortan enese país que, en tiempos de la Revolución, gozaron de otra realidad y brindó ejemplos delterrible modo en que los medios abordan la temática. Luego, el ginecólogo brasileño Jef-ferson Drezett, en una línea parecida a Molenaar, ilustró con datos muy precisos cómo enlos países en los que la práctica es legal baja el índice de mortalidad y de abortos.El seminario concluyó con la participación de Mónica Roa, Rafael Sanseviero y Estela Díaz.Roa -abogada que impulsó el proyecto de legalización del aborto en Colombia- compartiósu estrategia exitosa así como Rafael Sanseviero -ex diputado de la izquierda uruguaya-se explayó sobre su frustrado proyecto de 1993 (aclarando que antes, durante la dictadu-ra, había circulado que extrañamente también avalaba la despenalización) y aludió a lapostura del gobierno del Frente Amplio que prontamente diluyó las esperanzas que en élencontraban quienes en Uruguay reclaman este derecho. Estela Díaz -Secretaria Nacionalde Igualdad de Género y Oportunidades de la CTA- citó logros y deudas de la campaña, co-

mo la elaboración del proyecto propiosobre legalización del aborto y un balan-ce de la relación con los legisladores. Eneste último sentido, seguramente no fueun detalle menor que el seminario se ha-ya desarrollado en el Congreso Nacional.

* Docentes de la Facultad de Ciencias Socia-les y miembros del Grupo de Estudios Feminis-tas del CEDINCI.

1. Nos referimos al caso de la menor discapa-citada embarazada a raíz de una violación("L.M.R."). Luego de que la Suprema Corteprovincial intervino autorizando el aborto, elComité de Bioética del Hospital se negó a re-alizarlo en la 20ª semana de gestación porconsiderar que debido al "paso del tiempo"se trataba de un adelantamiento de parto(Clarín, 01/08/2006). 2. Se han difundido datos dramáticos sobrela provincia de Buenos Aires que mencionan34.758 abortos registrados en hospitales pú-blicos, de los cuales el 40% correspondería amujeres de entre 15 y 24 años. Estimacionesno oficiales hablan de 95 abortos realizadospor día, sin contar los casos atendidos eninstituciones privadas (Clarín, 31/07/2006).3. La Argentina es uno de los países con "res-tricción alta": sólo admite el aborto terapéu-tico para salvar la vida o resguardar la saludde la gestante, así como en casos de viola-ción de una "mujer idiota o demente". La in-terpretación de los incisos del art. 86 ha da-do lugar a numerosos fallos judiciales y de-bates públicos.4. Si bien existen numerosos pactos y proto-colos internacionales referidos a la situaciónde la mujer y a sus derechos, los gobiernos dela región y la Argentina durante los últimos 15años al menos, los han firmado de maneraparcial y condicionada, o no lo han hecho enabsoluto.5. Entendemos que las exigencias en favor deuna ampliación de la categoría de ciudada-nía a fin de incluir un particular en la serieuniversal supuesta contienen además un re-quisito inexcusable, que es el de asegurar lascondiciones que habiliten el ejercicio de di-cha ciudadanía tanto en términos políticoscomo socioeconómicos y culturales. Es decir,no puede separarse el ejercicio de unos dere-chos formalizados en el discurso estatal-ins-titucional del ejercicio práctico y de las con-diciones básicas para el mismo.

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Núcleos conservadores en el documento sobre la Ley de Educación por Sandra Carli*

El documento elaborado por el Ministerio de Educación para el debate de la nueva Ley de Educación Nacional presenta algunas carac-terísticas que voy a señalar.En primer lugar se caracteriza por un discurso de enunciación de derechos en el que el Estado se presenta como garante. No podemoscuestionar que una política educativa democrática parta del reconocimiento de derechos de la educación, sin embargo, consideramosque necesitamos sobre todo un tipo de discurso que haga públicas sus posiciones políticas respecto de dichos derechos. Es decir, de quémodos esos derechos serán garantizados, atendiendo no a una declaración de los mismos sino a precisar las maneras políticas y econó-micas de concretarlos. Esto último indicaría la dirección política del Estado y no simplemente sus aspiraciones. La proliferación del dis-curso de derechos en el campo de la educación no repara los problemas estructurales del sistema educativo. Se requiere, en todo caso,que se establezcan en el texto de la ley los mecanismos-actores-acuerdos que garanticen el cumplimiento de los derechos enunciados. Por otra parte, el documento adolece de un diagnóstico certero sobre la situación del sistema educativo nacional y naturaliza procesoshistóricos recientes sin dar cuenta de ellos. No se nombra ni a la Ley Federal de Educación ni a la Reforma Educativa de la década del90, pero se apela retóricamente a la ley 1.420 de 1884 que refiere a esta altura del siglo XXI al pasado lejano, clausurado en forma po-lémica por la política educativa del gobierno de Menem. La ausencia de una lectura histórica del pasado reciente y del presente resultasorprendente, cuando el documento sí asume el diagnóstico de la "fragmentación del sistema educativo" que ha sido el resultado "his-tórico" de las políticas educativas implementadas en los años 90. Por último, en el texto del documento se reconoce cierta hibridación de discursos de distintas épocas y actores, en la que conceptos co-mo igualdad, calidad, justicia, ciudadanía, etcétera, coexisten pacíficamente cuando tienen una historia, son polisémicos, formaronparte muchas veces de discursos antagónicos y requieren ser definidos. Entre otros ejemplos, plantear a la educación como "variableclave de la estrategia de desarrollo nacional" (pág. 9) reclama explicitar las características que el enunciado "desarrollo nacional" tie-ne hoy en el país en el actual modelo económico, a diferencia de otros ciclos históricos; considerar que "la educación es imprescindiblepara construir condiciones de igualdad" (pág.19) supone no mitificar su dimensión igualitarista en un país con una polarización socialextrema y con una distribución socialmente injusta de la riqueza. Difícilmente la escuela tenga capacidad para remontar la situación depobreza e indigencia de buena parte de la población argentina. Me interesa detenerme en un punto del documento, el punto 8, titulado "Garantizar el derecho de las familias a participar en la educa-ción de sus hijos", en el que se destacan dos cuestiones centrales: la definición educativa de la familia y la idea de la libertad de elec-ción. En el documento se alude a la familia como: "agente educador fundamental" encargado de la socialización primaria, "mediadora acti-va entre los sujetos y la sociedad" cuya influencia se produce por acción o por omisión, se señala la "corresponsabilidad educativa conla escuela" y al "derecho inalienable a participar en la educación de sus hijos". En otro punto del documento se la define como "agentenatural y primario de la educación" junto con otras organizaciones.La concepción de familia que está planteada en el documento ministerial remite al discurso de la Iglesia Católica y a su concepción defamilia. La consideración de la familia como agente "natural" corresponde a las concepciones de derecho natural, aquel que se consi-dera no está constituido por normas vigentes; es abstracto y consiste en principios jurídicos cuya validez universal se encontraría en lanaturaleza humana, por ejemplo el derecho a la vida. Dicha concepción formó parte del discurso del sector católico en ocasión del de-bate del Congreso Pedagógico de 1882 y del debate en torno a la ley 1.420 de 1884. Entonces, este sector sostenía que la familia habíainstituido y era la creadora de la escuela y que el padre era por derecho divino el educador natural y que el maestro era un delegado su-

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La Educación Pública en discusión

Con motivo del debate sobre una nueva Ley Nacional de Educación y tomando como referente el

documento base elaborado por el ministerio del área, convocamos a docentes de la Facultad -espe-

cialistas y representantes gremiales- para que nos presenten sus opiniones sobre un tema que

consideramos estratégico.

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yo (Carli, 2006). El documento ministerial no sólo retoma las posiciones católicas del siglo XIX respecto de este tema, sino también lasque resultaron triunfantes en el Congreso Pedagógico de 1986 (De Vedia, 2005), que la Ley Federal recogió en el artículo 44 que plantea"el derecho de los padres y tutores a ser reconocidos como agente natural y primario de la educación".Debemos destacar que la iglesia sigue realizando una militancia activa en torno a esta concepción (véase "Ficha de Adhesión" en la pá-gina web del Consudec y véase mensajes enviados sobre el tema en página web del Ministerio de Educación). La idea de "agente natu-ral" en el documento plantea diferencias con la idea de la responsabilidad primaria de la familia, que es en todo caso un enunciado másgeneral a tener en cuenta.En 1882 y en 1986, la Iglesia sostuvo posiciones similares en relación con la concepción de familia, logrando imponerla en ocasión de lasanción de la Ley Federal de Educación. La no discusión de esa concepción, en pleno siglo XXI, expresa un núcleo profundamente con-servador en el discurso del Estado, que asume como propia la concepción doctrinaria de la Iglesia Católica.El documento, al sostener una definición de familia como agente natural, plantea una continuidad entre familia y sociedad, diluye el la-zo social que el orden estatal configura, arrastra concepciones críticas sobre la intervención estatal (herederas del anticomunismo y dela dictadura militar), evita mediaciones conceptuales entre el orden colonial premoderno y el orden contemporáneo. No hay naturalezahumana que no sea histórica: ni el naturalismo derivado de lo divino ni el naturalismo positivista pueden sostenerse hoy en una ley queregirá la educación argentina en pleno siglo XXI. Fenómenos como las nuevas configuraciones familiares (monoparentales, ensambla-das, etcétera), las formas de procreación asistida, los matrimonios homosexuales, los sistemas de adopción, los debates existentes so-bre el aborto, etcétera, requieren desmontar cualquier concepción planteada como "universal". La familia constituye una construcciónsocial e histórica cuya universalidad radica en las formas heterogéneas y convergentes que asume y en los vínculos intergeneracionalesque propicia. La indistinción que en el documento se plantea sobre las responsabilidades educativas de la familia, de la sociedad y del Estado debeser discutida. Ligando la defensa del papel "educativo" de la familia y la libertad de enseñar y aprender, en el documento no se distin-gue conceptualmente "crianza" de "educación" ni los distintos niveles de responsabilidad "educativa" de la familia, de la institución,del Estado o de la sociedad en general. Familia e institución educativa no ejercen las mismas tareas y por tanto no tienen las mismasresponsabilidades desde el punto de vista educacional. Acentuar el papel "educativo" de la familia implica debilitar o limitar la respon-sabilidad pública-institucional y poner a los padres en un lugar equivalente o de paridad indiscriminando el orden privado-familiar conel orden público. En buena medida esto se vincula con el debilitamiento del hombre público a favor de la sociedad íntima que ya han se-ñalado distintos autores como rasgo de la sociedad contemporánea (Sennett, 2002) y que resulta funcional a las posiciones educativasde algunos sectores.La complejización de la vida familiar, social y cultural ha puesto en cuestión también la sucesión lineal que las teorías clásicas plante-aban entre socialización primaria y socialización secundaria (Berger y Luckman, 1986). Las intervenciones familiares se combinan hoycon socializaciones secundarias tempranas (jardín maternal, entre otras instituciones). Distintas teorías han mostrado a su vez que sibien la familia simbólicamente aparece como lugar de seguridad y afecto, constituye históricamente un espacio de tensiones (Moreno,2004); por otra parte arrastramos cierta idealización de la familia nuclear (Jelin, 1998) emblemática en el discurso educativo, a pesarde las salvajes transformaciones sociales de la Argentina que despliegan en la vida social construcciones familiares diversas. El docu-mento debería recuperar/dialogar con el conjunto de campos de conocimiento (las teorías de género, la antropología, la historia de lafamilia, la sociología de la familia, etcétera) que estudian y piensan la familia, y en forma más amplia con las investigaciones que seproducen en las universidades públicas sobre distintos temas de esta ley, avanzando hacia una concepción de familia que deje atrás suselementos anacrónicos y esencialistas que no hacen más que representar a ciertos sectores y excluir a otros. Afirmar como definiciónuniversal que una de las dimensiones de la personalidad es la dimensión religiosa (pág. 30) supone instalar en el ámbito público con-cepciones privadas no compartidas por el conjunto de los ciudadanos.

* Profesora de Comunicación y educación en la Carrera de Ciencias de la Comunicación e Investigadora del CONICET en el Instituto GinoGermani.

Referencias bibliográficas:CONSUDEC (2006): Aportes de Consudec a la Ley de Educación Nacional.Sandra Carli (2002): Niñez, Pedagogía y Política, Buenos Aires, Miño y Dávila. Sandra Carli (2006): "Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001). Figuras de la historia reciente" en La cuestión de la in-fancia. Entre la escuela, la calle y el shopping, Buenos Aires, Paidós. Mariano De Vedia (2005): La educación no espera, Buenos Aires, Eudeba.Elizabeth Jelin (1998): Pan y afectos. La transformación de las familias, Buenos Aires, FCE. José Luis Moreno (2004): Historia de la familia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Sudamericana. Richard Sennet (2002): El declive del hombre público, Barcelona, Península.

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De la Ley "Federal" a la Ley "Nacional": ¿nuevas garantías para el derecho a la educación?por Myriam Feldfeber*

Sin lugar a dudas, la Ley Federal de Educación (LFE) constituye uno de los ejemplos paradigmáticos de las políticas implemen-tadas en la década de los '90. Su derogación constituye un hecho emblemático que pone en cuestión la orientación de las polí-ticas implementadas durante el menemismo, que han sumido a la sociedad y al sistema educativo en una de sus crisis másprofundas. No obstante, aun reconociendo la necesidad de derogar la LFE (así como también la Ley de Educación Superior) y departicipar del debate de la sanción de una nueva norma que signifique un cambio de fondo respecto al proyecto neoliberal delos '90, no podemos sobreestimar el peso de la norma escrita. La sanción de una nueva Ley Nacional/General/Federal deEducación por sí sola no va a resolver los profundos problemas educativos. Constituye un ejemplo elocuente que luego de 13años de sancionada de la LFE no se han garantizado los 10 años de obligatoriedad que esta ley contempla. El Documento de Baseelaborado por el Ministerio de Educación de la Nación -titulado "Ley de Educación Nacional. Hacia una educación de calidadpara una sociedad más justa 1"- prevé extender la obligatoriedad al nivel secundario y universalizar la educación inicial, obje-tivos deseables y loables, pero que requieren de políticas concretas por parte del gobierno nacional y de los gobiernos provin-ciales para su efectivo cumplimiento. No queda claro cómo la sanción de una nueva norma garantizará un cambio de rumbo enlas políticas educativas que hasta la fecha no han logrado superar los problemas básicos de escolarización.La convocatoria al debate por parte del gobierno nacional, así como el Documento de Base, abre diversos interrogantes yamerita diferentes consideraciones, algunos de las cuales reseñaremos a continuación:1. ¿Qué se discute en torno a la futura Ley de Educación? Una ley no puede discutirse fuera de un proyecto educativo y de unmodelo de país, tal como se señala en el documento ministerial. El debate sobre los modos de generación, distribución y apro-piación de los conocimientos no puede estar al margen de los procesos de distribución de todos los bienes que la sociedadproduce. La discusión también remite al particular federalismo que supimos construir y a la distribución y articulación deresponsabilidades, obligaciones y recursos entre el Estado nacional y los Estados provinciales 2 para garantizar los derechos delos ciudadanos, entre ellos el derecho a la educación. En este sentido, el tema del gobierno del sistema -que trasciende elproblema de la gestión- constituye uno de los ejes centrales del debate en la construcción de un modelo de educación alterna-tivo. Entre muchas otras cuestiones también se debate cómo superar la fragmentación del sistema educativo argentino3 recon-figurando algo de lo común vinculado a la idea de un sistema nacional que a partir del reconocimiento y respeto por las dife-rencias, y en base a la justicia, la igualdad y la libertad se articule en torno a objetivos comunes. 2. Acerca de la convocatoria al debate. No se trata de un debate en la medida que no se han generado las condiciones entérminos de espacios, tiempos, circulación de información que permitan generar un serio y amplio debate en el seno de lasociedad. En todo caso podríamos señalar que se trata de una consulta sobre el capítulo 2 del documento ministerial "Diez ejesde debate y líneas de acción". Tanto la metodología y el calendario propuestos como las preguntas que orientan la discusiónlimitan el alcance del debate. Asimismo, el documento señala en la presentación que "no se incluyen los temas tratados en otrasleyes, como la enseñanza técnico-profesional, el financiamiento educativo, las universidades y el sistema científico-técnico"(pág. 7). Al respecto cabe preguntarse, entre otras cuestiones, cómo pensar una ley para el conjunto del sistema que no incluyaa la universidad y al sistema científico-técnico reproduciendo el histórico divorcio entre el "sistema educativo", la universidad(como si no formase parte del sistema) y la ciencia y la tecnología 4. 3. La educación como derecho y la responsabilidad del Estado. Si la educación es un derecho humano y social inalienable, talcomo se señala en el documento, le cabe al Estado garantizar el ejercicio del derecho en tanto derecho de ciudadanía. En estesentido, retomar los principios de la LFE donde se establece que "las acciones educativas son responsabilidad de la familia,como agente natural y primario de la educación, del Estado Nacional como responsable principal, de las Provincias, losMunicipios, la Iglesia Católica, las demás confesiones religiosas oficialmente reconocidas y las Organizaciones Sociales" (art. 4de la LFE de 1993 y pág. 19 del Documento del Ministerio de 2006) resulta contradictorio con la idea de la educación comoderecho social y la consecuente responsabilidad indelegable del Estado. Esta responsabilidad debe ser asumida de formaconcertada y articulada con acuerdos de largo plazo entre la Nación y las provincias, considerando las profundas diferenciasinter e intrajurisdiccionales. El hecho de destacar la responsabilidad estatal no implica en modo alguno desconocer la impor-tancia de la participación de la sociedad en la definición e implementación de las políticas tendientes a garantizar los derechossociales.

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4. Los consensos en torno a los principios que orientan la ley. En el Documento se señala que "la nueva ley debe reafirmar muchosde los fines y principios ya acordados a partir de los debates llevados adelante desde la recuperación de la democracia y avanzarhacia nuevos principios orientadores de la educación pública nacional hacia el futuro" (pág. 13). Si bien podemos señalar laexistencia de acuerdos en torno a algunos aspectos que es necesario modificar, como por ejemplo la estructura académicaprevista en la LFE -por sus consecuencias en términos de mayor fragmentación del sistema- no hay tal consenso acerca de losprincipios comunes sobre los que debería fundamentarse la nueva ley. No hay consenso acerca del rol que el Estado debe asumiren materia educativa y cómo se articula con el rol de las familias y de las Iglesias. Tampoco hay acuerdos sobre los modos definanciar la educación, la estructuración de la carrera docente, entre muchas otras cuestiones. Los desacuerdos en torno a lasanción de una Ley de Educación Sexual en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires -que nos retrotraen a algunas de las discu-siones de los Congresos Pedagógicos de 1882 y de 1986- dan cuenta de que muchos debates están lejos de saldarse. En estesentido, cabe preguntarse cómo van a ponderarse las diferentes voces y opiniones en torno a las principales orientaciones de laley que fueron vertidas en la consulta a la sociedad. 5. El paradigma de la sociedad del conocimiento. El proyecto oficial, de acuerdo con el documento ministerial, recupera lasorientaciones del paradigma de la Sociedad del Conocimiento, que sostiene el imperativo de la competitividad y de la necesidadde formar "recursos humanos" que sustenten una economía competitiva a nivel internacional. Este paradigma ha dado lugar, porejemplo, al concepto de "empleabilidad", que ha servido para justificar el desempleo por la supuesta falta de adaptación delsistema educativo a las "nuevas demandas" y la aplicación de políticas que pretenden solucionar el desempleo con "más y mejoreducación". A pesar de que en el documento se reconoce que "la educación es una variable necesaria pero no suficiente paragenerar puestos de trabajo para todos y para garantizar que las condiciones salariales y laborales reúnan los requisitos quehagan posible una mejor distribución de la riqueza", el modelo productivista y neodesarrollista de "Educación y conocimiento:eje de la transformación productiva con equidad" de CEPAL y UNESCO (1992), subyace a la lógica oficial. Junto con la educaciónpara la productividad y el crecimiento (que se vincula con el modelo productivo de país), el documento ministerial tambiénincluye objetivos vinculados con la consolidación de la identidad nacional, la democracia, la integración y la justicia social. Hay muchos otros temas que se incluyen tanto en la discusión de la nueva ley como en los múltiples espacios de debate que sehan originado a partir de la convocatoria oficial. Grandes son los desafíos que se abren a partir de la posibilidad de sancionaruna nueva Ley de Educación que construya otros sentidos que los de la autodenominada transformación educativa de los '905 .Hoy asistimos a un cuestionamiento de las políticas de reforma de las últimas décadas ante la evidencia de las consecuenciasque han tenido en términos de exclusión social. No es posible democratizar los sistemas educativos sobre la base de ladesigualdad y la mercantilización de la educación, tal como han comenzado a señalarlo los estudiantes chilenos. En este nuevoescenario, el desafío de las políticas educativas, en el marco de procesos de redistribución social, pasa por implementar polí-ticas tendientes a la construcción de la igualdad y no a la reducción de la pobreza; políticas pensadas desde, para y por laigualdad lo que en modo alguno significa homogeneidad; políticas basadas en el respeto por el otro en tanto sujeto de derechos,políticas tendientes a la construcción de una sociedad más justa y de un proyecto de emancipación social que permita definirotros horizontes y que habilite otro presente y otro futuro para todos.

* Profesora de Política e instituciones educativas en los Profesorados de la Facultad de Ciencias Sociales.

1. Se trata del Documento para el Debate preparatorio de la Ley de Educación Nacional publicado por el Ministerio de Educación, Ciencia yTecnología en mayo de 2006 y que dio lugar a una fase de consultas a instituciones y especialistas, a la realización de jornadas en las escuelasy encuestas de opinión a la sociedad. Sobre la base de la sistematización de los aportes se redactará un Proyecto de Ley que será sometido auna nueva fase de consulta para la elaboración del proyecto definitivo a ser elevado al Congreso de la Nación.2. El tema del federalismo incluye el Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos. Desde la Reforma Constitucional de 1994 estápendiente la sanción de una nueva ley.3. Fragmentación en parte generada por una descentralización forzada bajo el imperativo de reducir el déficit fiscal de la Nación y la imple-mentación de la estructura académica sancionada con la LFE.4. La Ley de Financiamiento sancionada en 1995 prevé llegar al 6% del PBI incluyendo ciencia y tecnología, lo que resulta insuficiente entérminos de inversión ya que el 6% debería constituir la base de inversión actual (y no una meta para el 2010) además del porcentaje del PBIque debería destinarse a ciencia y tecnología. 5. Reforma que reconoce algunos antecedentes en las políticas de la última dictadura militar, como la transferencia de servicios educativos.

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Hecha la Ley, hecho el consensopor Néstor Correa* y Santiago Gándara**

Los mismos que impulsan hoy el debate de la "nueva" Ley convalidaron ayer las "viejas" leyes: desde quien fuera gober-nador de Santa Cruz -el actual presidente- donde aplicó en toda la línea la política educativa de los '90 hasta los licen-ciados Daniel Filmus y Juan Carlos Tedesco -ministro y viceministro de Educación-, quienes formaron parte del elencoestable de especialistas que dieron letra y espíritu a la "reforma" sobre la base del guión del Banco Mundial. Basta citarlas declaraciones de Filmus a la revista ministerial Zona Educativa tres años después de la sanción de la Ley Federal deEducación: "Hay un gran avance en cuanto al trabajo técnico en la elaboración y concentración de contenidos y norma-tivas desde la sanción de la Ley Federal en adelante. Creo que el gran desafío -y en esto juega un papel preponderantela formación docente- está en ir generando las condiciones para el cambio en la cotidianidad de la vida de nuestras ins-tituciones, como lo está haciendo el Ministerio de Cultura y Educación a través de diferentes programas"1 . O recordarel balance reciente, en 2005, de Tedesco, quien luego de referirse a la oposición que generó la legislación del menemis-mo, concluye: "parece plausible sostener que una de las fuentes de este intenso debate y de la falta de consensos mí-nimos radica en algunas de las características de la implementación de los cambios"2 . Y no sólo convalidaron tal polí-tica antieducativa. La continuaron e incluso profundizaron -canje de deuda por educación, Ley de Financiamiento Edu-cativo- durante estos tres últimos años. Entonces, ¿por qué, después de tanto tiempo, el gobierno de Néstor Kirchner y su ministro, Daniel Filmus, resuelven im-pulsar "un profundo debate que nos permita elaborar un proyecto de Ley de Educación Nacional ampliamente legitima-do por la opinión y la participación del conjunto de la ciudadanía"? La pregunta, creemos, es clave para comprendertanto la "profundidad" del debate lanzado como la "novedad" que propone el documento de base para la discusión. Pa-ra llegar a una respuesta posible necesitamos revisar algunos supuestos.En primer lugar, no existe debate alguno. Ni profundo ni superficial. De los 180 días del cronograma -un tiempo ya exi-guo para desplegar un debate nacional que, además, pretende "poner en discusión el modelo de país para las próximasdécadas"- sólo se emplearon apenas unas jornadas, donde los docentes, padres y alumnos debieron completar una en-cuesta. Sí, no, no sabe/no contesta.La encuesta -que además se plantó en la página web del Ministerio de Educación y se distribuyó en mesitas desparra-madas en distintas ciudades del país- tuvo ya su resultado esperado. Más del 90% de los encuestados dicen que sí a lamayoría de los puntos propuestos. Toda una muestra de consenso en torno a generalidades: "Según su opinión, ¿la en-señanza de un idioma extranjero debería ser obligatoria?". O, peor aún, en torno a preguntas decididamente tendencio-sas: "¿Usted cree que el Estado tiene la obligación de garantizar la igualdad de oportunidades a través de acciones quefavorezcan a los sectores sociales más desprotegidos?". Planteo que sólo un desalmado podría contestar negativamen-te, pero que presupone en su formulación la existencia de sectores menos desprotegidos a los que no habría que garan-tizarles acción alguna. Lo que no registran tales encuestas-plebiscitos es la reacción destemplada de quienes recibieron estos materiales en lasescuelas. En muchos casos, docentes y padres se negaron a responderla y produjeron documentos demoledores dondedenunciaban, frente a la inconsistencia de los cuesionamientos oficiales, los gravísimos problemas de infraestructuraedilicia, la crisis presupuestaria, la realidad salarial tanto de los docentes como de los padres. En segundo lugar, digamos que tampoco hay algo nuevo en el proyecto. La definición de la educación como derecho so-cial y las críticas a quienes conciben la educación como una mercancía más forman parte de la única novedad y es decarácter retórico. Porque el documento de base del proyecto del gobierno reproduce -literalmente- la matriz concep-tual de los ahora recusados '90. Lo hace desde el título, Hacia una educación de calidad para una sociedad más justa,que, por un lado, da por supuesto que vivimos en una sociedad justa -y sólo nos resta ir hacia una que lo sería "más"-y, por el otro, reinstala el concepto de "calidad educativa" que, desde los noventa y a través de los papers bancomun-dialistas, organiza conceptualmente el discurso educativo de las sucesivas gestiones ministeriales. Un discurso privati-zante hasta en su modo de replicar los términos del management empresarial.Pero no se trata sólo de que algunos términos se deslizaron en las declaraciones de principios. El documento casi trans-cribe de la "vieja" Ley Federal el papel que se le asigna al Estado en la educación: "fijar y controlar el cumplimiento dela política educativa", es decir, una suerte de monitoreo externo que no lo responsabiliza del financiamiento de la edu-cación pública. Propone una estructura unificada del sistema escolar para superar la actual fragmentación, pero al mis-

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mo tiempo deja intacta la descentralización, producto de la política de transferencia que, desde la dictadura y particu-larmente a partir de la reforma de los '90, llevó a la desnacionalización del sistema educativo y, en consecuencia, a sudesfinanciamiento progresivo. Introduce la diferenciación salarial en el trabajo docente: "ejercer las mismas tareasdesde una categoría más alta en términos del escalafón y reconocimiento material". Y, para no abundar en ejemplos,reafirma, en los mismos términos que la Ley Federal y como otra concesión a la Iglesia, la responsabilidad primaria dela familia, como agente natural y primario de la educación y consagra que "las familias tienen el derecho de elegir el ti-po de educación para sus hijos que responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas". Finalmente, apuntemos a lo que el documento explícitamente no se referirá: la cuestión presupuestaria. El texto sostie-ne que tal "tema" ha sido tratado en la Ley de Financiamiento Educativo, a la que se evalúa como "un gran paso ade-lante", cuando en realidad constituye un gran retroceso. Por un lado, porque los fondos superavitarios podrían ser des-tinados hoy para financiar el sistema educativo en lugar de ser derivados al pago de la deuda con el FMI o a los subsi-dios para las empresas privatizadas. Por el otro, constituye un retroceso porque la meta a alcanzar por la Ley de Finan-ciamiento nos devolvería al presupuesto de años anteriores si se hubiera cumplido la promesa de la Ley Federal de Edu-cación. De lo que no se habla en el documento es, precisamente, de aquello que determinó y sigue determinando la crisis del sis-tema educativo, esto es, la asfixia financiera que se manifiesta brutalmente en el colapso de los edificios escolares cu-yos techos se derrumban o cuyas instalaciones de gas no funcionan, los salarios docentes nacionales por debajo del ni-vel de la pobreza y conformados por sumas en negro, la acumulación de horas de trabajo que conspira contra la calidadexigida, los cursos superpoblados, la falta de materiales y equipamiento escolar elemental, los altísimos niveles de des-erción y repitencia, las becas que no alcanzan y llegan cuando los chicos ya dejaron la escuela.Entonces, si no hay debate ni la ley propone cambio alguno de la legislación vigente, ¿por qué -retomamos la preguntainicial- el gobierno de Kirchner se lanza a aprobar una ley -sospechamos fundadamente que ya está pergeñada- antesde fin de año?Arriesguemos una primera respuesta: para legitimar -ahora con el consenso que le brindan los resultados de las encues-tas, las declaraciones de apoyo de los expertos revisitados y de CTERA que celebró, otra vez, una iniciativa guberna-mental- su política de ajuste presupuestario, congelamiento salarial, flexibilización del trabajo docente y privatizaciónde la educación pública, que se viene implementando desde hace más de una década sin interrupciones. Es decir, paraintentar "plebiscitar" -en eso están cifradas todas las expectativas oficiales- una política educativa decididamenteantipopular. Una segunda, y complementaria: para derrotar, como lo intentó hacer la legislación de los '90, el movimiento docente yestudiantil que sigue defendiendo la educación pública, gratuita y sin restricciones. Sigue manifestándose, desde lasaulas y en las calles, por la derogación de la legislación de los '90, por la triplicación del presupuesto, por la renaciona-lización del sistema educativo financiado plenamente por el Estado y contra toda forma de mercantilización educativasea de viejo o de nuevo tipo. Esto es, sienta las bases de un verdadero debate sobre la educación en la Argentina.

* Profesor de Economía en la Carrera de Sociología y dirigente de la AGD** Profesor de Teorías y prácticas de la comunicación II en la Carrera de Ciencias de la Comunicación y dirigente de la AGD

1. "Un docente está actualizado si puede responder las preguntas de los chicos", Zona Educativa, N° 8, 1996, pág. 68-70.2. Juan Carlos Tedesco (2005): "Los nuevos temas de la 'agenda' de la transformación educativa" en: ¿Cómo superar la desigualdady la fragmentación del sistema educativo argentino, Buenos Aires, IIPE-UNESCO, pág. 33. El destacado es nuestro.

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Educación como derecho social: un horizonte aún lejanopor Graciela B. Roza*

La Argentina transita un momento de participación con antecedente en el Congreso Pedagógico Nacional (1988). El PEN ha convo-cado a la comunidad a debatir en base al documento "Ley Nacional de Educación: Hacia una educación de calidad para unasociedad más justa". Proceso interesante por la multiplicidad de actores convocados, individuales y colectivos; por el valor delos temas y el sentido que le confiere su historicidad; por las relaciones sustantivas a la organización política y económica que seestán definiendo y las tensiones que de ellas se derivan y por último porque este proceso de consulta y toma de decisiones, queno comienza ahora, compromete a la ciudadanía en su conjunto.Finalmente se ha consolidado como agenda de Estado la necesidad de recrear la política educativa derivada de la LFE.

I. El documento

Fue elaborado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y plantea que en un contexto de cambios científicos-tecnoló-gicos, la educación no puede ser considerada como política sectorial sino como el elemento clave de la estrategia de desarrollonacional. La educación ha sido y es una variable sensible a los distintos modelos de Estado enfatizando, a su turno, las funcionespolíticas (de integración, de construcción de la nacionalidad) o económicas (formación para el trabajo, rentabilidad de la inver-sión en educación). Sin embargo, la educación debe ser valorada por su aporte al desarrollo de una ciudadanía plena, comoderecho social en busca de la formación integral de las personas.El documento base de la discusión está organizado en dos capítulos en los que se desarrollan los principales lineamientos de polí-tica educativa, propósitos sobre los que sustentar una propuesta educativa para el siglo XXI que cuentan con consenso en lacomunidad y presenta diez ejes de debate con algunas apreciaciones diagnósticas del sistema educativo y las líneas de acciónpara su transformación. No incluye un diagnóstico de situación claro que facilite la comprensión de lo que se quiere cambiarespecialmente para aquellos actores que están menos ligados al sistema o vinculados lateralmente como es el caso de los padres.Se presenta una visión optimista del papel de la educación poniéndola en el centro de la dinámica social en su vínculo con el logrode objetivos de justicia social, crecimiento económico y ciudadanía democrática. Propone el logro de una educación de excelentecalidad para toda la población y permanente.Se hace un reconocimiento a la educación argentina por la importante tradición que posee y a la escuela pública como institu-ción integradora de culturas, presente en todo el país.El documento hace la opción por el modelo de una sociedad más justa, sustentada en los pilares de una nueva ciudadanía(apoyada en la identidad nacional, la democracia, la productividad y el crecimiento, y la integración y justicia social). Este posi-cionamiento genera un desafío al interior del propio sistema en el que se deberá analizar cuidadosamente la naturaleza de lasrelaciones que se practican. Al respecto puede afirmarse que sólo una educación "en" democracia logrará el objetivo de educar"para" la democracia.Así mismo detalla cómo tiene que ser esa educación para garantizar los derechos de los educandos, sus familias y los educadores,la formación docente y las condiciones laborales dignas.El lugar que le asigna a los equipos especializados es correcta ya que los vincula a la realización de una tarea en equipo parafortalecer la enseñanza para recuperar la centralidad del aprendizaje.En el documento se repite la palabra "garantizar", por lo cual cabría hacer una observación; garantizar significa: proteger contraalgún riesgo; responder por la observancia de algún tratado o acuerdo.En el caso de la futura ley de Educación será el Estado nacional o provincial quien proteja los derechos que se establezcan, quiense convierta en garante y responda por la vigencia de los derechos consagrados. Resulta al menos preocupante recordar estapalabra leída en el texto de la Ley Federal de Educación, la cual no pudo garantizar una mejor educación. Es posible leer en eldocumento "Aportes para el debate de la nueva ley de educación" -CTERA- junio 2006, la siguiente frase: Los derechos que no segarantizan igualmente para todos/as se convierten en privilegios. Si bien se están sustentando las bases a futuro, esta ley parte de un existente -que se presenta a continuación- que demandatransformaciones.

II. Algunos elementos para el diagnóstico de situación del sistema educativo argentino

- desfinanciamiento y desresponsabilización del Estado nacional; desfinanciamiento de partes del sistema (ajuste) como recursopara direccionar el "gasto" educativo, asignándolo a aquellos años de la estructura en que se estableció la obligatoriedad.

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- exclusión educativa; desgranamiento de la matrícula.- deterioro y precarización de las condiciones del enseñar y aprender; desprofesionalización de los docentes reconvertidos a la

EGB 3 sin la debida formación.- desigualdad en el acceso a la escolarización en los distintos niveles.- desigualdad en las posibilidades de apropiación del conocimiento.- fragmentación del sistema educativo; desmantelamiento de la educación técnica; primarización de la educación de adoles-

centes; escisión de los ciclos de Educación Inicial y de Educación Secundaria; débiles relaciones entre el sistema formador, elSE y las necesidades locales de la población.

- mercantilización de los circuitos de formación docente; ausencia de un sistema nacional de formación docente inicial.

La educación argentina, sufrió los embates del ajuste estructural de la pasada década. Padres y docentes defendieron la escuelapública como parte de nuestros valores culturales, lo que atenuó los avances neoliberales, pero no evitó que decayeran lascondiciones institucionales.

III. Tensiones

Un camino posible para abordar el nivel más concreto, propositivo y polémico del documento es reconocer algunas tensiones queinicialmente podrían pensarse como "relaciones próximas a romperse". Sin embargo una cuerda que se tensa puede dar unamejor calidad de sonido o fortalecer el lanzamiento hacia el objetivo de una flecha. En ambos casos la tensión es una búsquedade equilibrio, un dinamismo que involucra al todo como sistema.Las tensiones en cuestión son construcciones sociales que, enriquecidas por el debate y la necesaria fundamentación, proble-matizan la toma de decisiones que debe asumir el Estado por ser la mayor instancia de articulación de relaciones sociales.Las decisiones políticas sobre objetivos y cursos de acción significan el mundo social; al elegir ciertas definiciones de losproblemas, privilegiarlos y optar por determinadas soluciones o evitarlas, construyen realidad, hacen a la vida de las personas ysus relaciones.La enumeración de tensiones elegidas no tienen pretensión de totalidad:a) universalidad-obligatoriedad del nivel Inicial: se plantea generalizar la oferta. Esto no hace obligatorio a todo el nivel al cualse le reconoce suma importancia en el desarrollo de la primera infancia y en el efecto sobre los futuros aprendizajes escolares.Cómo se resolverá la inversión para la generalización de los años no obligatorios.b) la ley, ¿sancionará situaciones existentes o constituirá un programa de acciones que debe cumplirse? Ya se ha tomado deci-sión por la segunda afirmación.c) centralización-descentralización: se debe resolver la relación entre las funciones que cumplirá la Nación y las que desempe-ñarán los estados provinciales, los roles asignados a los ministerios en orden a los mismos estados, atribuciones y responsabili-dades.d) continuidad del Consejo Federal de Cultura y Educación: dificultad para la obligatoriedad de las decisiones que establece,pues las legislaturas provinciales tienen mayor valor normativo que lo que se acuerde entre ministros. Cómo se coordinaráentonces el SE para que no vuelva a desarticularse.e) modificación o derogación de la LFE.f) carrera docente, categorización por funciones especiales, por capacitación, por antigüedad. Hay oposición gremial a que lacapacitación condicione el salario.g) riesgo de escisión del sistema: no se ha derogado la LES (Ley de Educación Superior), la educación técnica tiene una ley propiay se anuncia una normativa específica para los servicios de gestión privada. h) nueva ley nacional de educación, ley de financiamiento educativo y presupuestos nacionales y provinciales: la historiareciente ha mostrado la desobediencia de las leyes de presupuesto con respecto a lo indicado por la ley Federal de Educación enmateria de financiamiento educativo.i) obtención de la educación de calidad para todos y existencia de circuitos pedagógicos diferenciados: existen enormes dife-rencias regionales, entre provincias y aun entre barrios de una misma localidad.El debate por la nueva ley está operando como un analizador del sistema educativo permitiendo develar las problemáticas acercade las cuales se espera realizar una necesaria concertación ciudadana.

* Profesora de "La educación como campo de intervención profesional" en la Facultad de Ciencias Sociales.

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Ciencias Sociales -¿Cuándo comenzaste a trabajar sobre el problema que investigás en tu tesis?Gabriel Vommaro -Comencé a trabajar sobre las encuestas de opinión en Argentina cuando todavía era estudiante, en-tonces me propuse hacer un análisis del uso de las encuestas en la campaña de 1999. Fue uno de mis primeros trabajosde investigación, con una beca estímulo de UBACyT. Lo interesante radicaba en que el tema era a la vez muy poco traba-jado y de una abrumadora presencia, en el sentido que uno leía los diarios o miraba los programas políticos y se encon-traba con encuestas todo el tiempo. Me empecé a preguntar entonces de qué forma se usaban las encuestas. CS -¿Cómo se usaban públicamente?GV -Exactamente. Sabía que, como estaba llevando adelante un trabajo acotado, no podía ver cómo los dirigentes po-líticos partidarios hacían uso de las encuentas en la cocina de las campañas, pero sí podía analizar cómo hablaban delas encuestas y cómo las presentaban públicamente a través de los medios. Elegí un período electoral porque se trata delmomento más intenso de uso del instrumento. Conformé un corpus con prensa escrita a partir de un relevamiento de to-do el año 1999 de los diarios La Nación y Clarín. Con este material empecé a trabajar sobre la forma de publicación delas encuestas, por un lado, y con las formas de utilizar estas encuestas por parte de los dirigentes políticos, por el otro.La segunda parte del trabajo de campo tenía que ver con la realización de entrevistas en las que trataba de recoger laspercepciones y opiniones sobre las encuestas que tenían los propios actores: los dirigentes políticos, los periodistas y losencuestadores. Paralelamente, inicié lecturas sobre el lugar de la opinión pública en la teoría política y en la filosofíapolítica modernas.CS -¿En qué consistía ese trabajo? GV -Leí las principales discusiones teóricas sobre la opinión pública, en primer lugar, y sobre la relación entre la opiniónpública y las encuestas de opinión, en segundo lugar. Es una tarea muy fructífera si uno quiere mantenerse en un nivelde discusión teórica, pero a la hora de hacer una investigación empírica puede traer más problemas de los que resuelve.Este análisis fue plasmado en el informe que presenté en mi beca estímulo, pero es algo que abandoné para dedicarmea estudiar las definiciones de la opinión pública y las encuestas que dan los propios actores. Lo que me interesaba erahacer un análisis sociológico del uso de las encuestas más allá del debate referido a la opinión pública en la moderni-dad, y del interrogante sobre si las encuestas reflejaban o no la opinión pública, lo que supone una reflexión sobre si hayuna verdadera opinión pública por fuera de las encuestas, y cuál es. Me preguntaba cómo los mismos actores definíanlos buenos y malos usos de las encuestas, las bondades y problemas del instrumento, porque es ahí donde se construíala significación y el sentido de las encuestas en la política argentina. CS -Una categoría central en tu investigación es la de "espacio de comunicación política", ¿podrías especificar en quéconsiste? GV -Mi idea inicial era investigar cómo los dirigentes políticos usaban las encuestas en sus discursos. Rápidamente medi cuenta de que eso no tenía sentido si no pensaba cómo se publicaban las encuestas, cómo los periodistas presenta-ban las encuestas públicamente. Y también que esas dos instancias de análisis no tenían sentido si no incluía la cate-goría de los expertos, de los encuestadores o analistas de opinión que eran figuras centrales. La idea de "espacio de lacomunicación política" alude así a la trama social que sostiene la interacción entre periodistas, políticos y encuestado-res, y que sostiene la omnipresencia de las encuestas en la actualidad. La categoría permite comprender las diferentesescenas mediáticas como arenas de conflicto donde distintos actores intervienen para dar un sentido de los aconteci-mientos. Por supuesto que los distintos actores que identifiqué no son los únicos, porque hay expertos economistas, em-presarios y sindicalistas, entre otros, que tienen un rol muy importante, y que participan más o menos intermitentemen-te en este espacio. En los años noventa la movilización fue muy devaluada y perdió representatividad. Cuando se hacíauna movilización era rápidamente contrastada con "la verdad de las encuestas". Recuerdo que en el año 2001, la minis-tra de Trabajo empezó a difundir encuestas sobre la representatividad de los sindicalistas. Y por mejor o peor opinión queuno pueda tener de los dirigentes sindicales, la cuestión es que ella hacía un uso de las encuestas de opinión… estoytentado de decir erróneo, aunque era a la vez funcional a sus intereses y tenía cierta verosimilitud. El problema es quela representatividad o no de un líder sindical la tienen que definir los afiliados al sindicato, no "la gente", porque "lagente" no tiene nada que decir ahí. Aquí se ve cómo comienzan a descalificarse otros modos de representación y otros

"La gente es el sujeto privilegiado de las encuestas"

TESIS DE MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES:

LOS SONDEOS DE OPINIÓN Y LA DINÁMICA DEL ESPACIO DE LA COMUNICACIÓN POLÍTICA EN ARGENTINA, DESDE LOS INICIOS DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

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modos de manifestación en pos de esta voz de las encuestas. En el curso de mi trabajo advertí -en gran parte porque los mismos entrevistados lo afirmaban- que era un fenómeno re-ciente, y que tenía una historia muy reflexionada por los encuestadores y muy sentida por los dirigentes políticos y losperiodistas. Por eso, tenía que indagar la historia del uso de las encuestas, y eso fue lo que traté de hacer: pensar lascondiciones de posibilidad de la emergencia de las encuestas como herramienta política en Argentina. Las encuestas deopinión en Estados Unidos se comienzan a utilizar desde 1936, cuando se desarrollan unas elecciones en las que Gallupmuestra "el poder de las encuestas". En Inglaterra esta emergencia es más tardía, y también en Francia, donde se pro-duce hacia los años 70. En nuestropaís, según varios de los entrevis-tados, la fecha clave era 1983. Yoasumí esa hipótesis y traté de inda-gar qué pasó en ese momento. Esabúsqueda me llevó a preguntarmepor la significación política de eseaño de elecciones y por la subsi-guiente historia política de la Ar-gentina, ligada fuertemente a estaprogresiva incorporación de las en-cuestas de opinión en la política. CS -¿Uno de los ejes de análisis esentender las condiciones de posibi-lidad de este proceso?GV -Sí, la cuestión ahí es preguntarpor qué las encuestas en Argentinase comienzan a usar en política apartir de 1983. La respuesta podría ser "porque antes no hubo elecciones". En parte sí y en parte no es así, porque hubovarias elecciones antes e inclusive hubo casos de encuestas encargadas y hasta publicadas en el '73, como una encues-ta de A&C publicada en el diario La Opinión, de Timmerman, y también hubo un trabajo que hizo Mora y Araujo para Ca-fiero en los años '60, o trabajos precursores de José Miguens. Es decir, había acumulación de experiencias anteriores. Losencuestadores comenzaron a trabajar mucho antes de 1983, y había investigaciones ya en la década del '60, en especialcon temas de marketing. También había experiencias en temas académicos, vinculados al empirismo americano, que im-pregnaba fuertemente ciertas capas del campo académico argentino. ¿Por qué no había entonces encuestas de opinión?Hay una frase de un dirigente peronista que en 1983 decía "acá las encuestas no sirven para nada, éste es un instrumentode los yanquis, acá la opinión no se mide de esa forma". Ahí había un tema interesante, porque en el '83 algunos diri-gentes decían que las encuestas no servían para nada y ahora parece que las encuestas sirven para todo. Entonces, alinteresarme por el año 1983 encontré algunas claves explicativas que me permitieron comenzar a reconstruir las condi-ciones de posibilidad del uso de las encuestas.CS -¿Y cuáles eran esas claves explicativas?GV -La primera cuestión es la inesperada derrota del peronismo, porque por primera vez en su historia el peronismo pier-de elecciones en las que no está proscripto. En 1983 se ingresa en una era de incertidumbre política. Y ahí hay todo untrabajo de interpretación de los encuestadores diciendo que Argentina ya no es la Argentina peronista, no es la Argenti-na de los setenta, sesenta o cincuenta. Los encuestadores con más tradición en la sociología, como Mora y Araujo, sus-tentaban estos cambios en estudios empíricos ligados con la desindustrialización de la Argentina y a la vez con el au-mento del nivel de estudio de la población. En esto último había una carga moral muy fuerte, porque se indicaba que lademagogia partidaria, vinculada básicamente al peronismo, podía manipular mucho menos con sus discursos. En sínte-sis, hay una serie de interpretaciones que tratan de explicar por qué Argentina en 1983 entró en una era de incertidum-bre y por qué las encuestas son la mejor herramienta para reducir el desajuste de los esquemas de percepción política.De sostener que era imposible que el peronismo perdiera se pasa a preguntar cómo es posible que el peronismo haya per-dido. Las encuestas constituyeron un instrumento de inteligibilidad de este fenómeno, pero lentamente, porque la fechamítica de 1983 no fue un momento fundante en el que se pasó de cero a diez, sino que se pasó de uno a dos, es decir, sedio un pequeño paso, aunque muy importante, en el que las encuestas proveyeron principios de decodificación y expli-cación de esa derrota inesperada. En rigor, no son las encuestas sino los encuestadores, porque lo central es que hay un

Gabriel Vommaro es doctorando en la Ecole des Hautes Etudes en Scien-

ces Sociales, con sede en el Centre de Sociologie Européenne. Ha realiza-

do un Diplôme d'Etudes Approfondies (DEA) en la misma Universidad y ha

obtenido el título de Magíster en Investigación en Ciencias Sociales por la

Universidad de Buenos Aires. Cursó la Carrera de Sociología en la Facultad

de Ciencias Sociales de la UBA, donde fue docente de las materias Teoría

Social Contemporánea y Teoría Política Contemporánea. Ha sido becario

del CONICET y de la UBA en el Instituto Gino Germani y ha recibido otras

becas y distinciones en el país y el exterior. Es autor de numerosos artícu-

los de sociología política publicados en diferentes compilaciones y revistas

de ciencias sociales en el país y en el exterior y en la actualidad prepara la

edición del libro Lo que quiere la gente. Los sondeos de opinión y el espa-

cio de la comunicación política en Argentina (1983-1999).

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grupo social portador del instrumento, que es quien realiza el trabajo de promoción del instrumento y de educación delos actores potencialmente interesados, como los periodistas y los dirigentes políticos. Y aquí está nuevamente estetriángulo operando como punto de análisis. Mi hipótesis es que las encuestas solamente pudieron ocupar el lugar que hoytienen porque se conformaron como herramientas simbólicas, en tanto permiten afirmar "el pueblo está de mi parte",como dice Bourdieu en su célebre artículo sobre la opinión pública. Pero esto es así porque hay un soporte cognitivo, quese retroalimenta con el valor simbólico, en tanto se asume que las encuestas permiten leer las preferencias de ese pue-blo. No hay entonces un uso instrumental, o mentiroso, aunque a veces se manipulen las encuestas, sino que tambiénhay una creencia en la capacidad cognitiva. Si no, no hubieran llegado a ese nivel de omnipresencia que hoy tienen. Mu-chos dirigentes políticos decían en las entrevistas que las encuestas, complementadas con otros elementos, como el "ol-fato político", los actos, las caminatas, las caravanas o los punteros, comienzan a ser una herramienta de conocimien-to muy importante.CS - En tu tesis mencionás que los expertos consideran a las encuestas de opinión como una fotografía y no como un ar-tefacto, ¿podrías ampliar esta apreciación?GV -Si hay alguien que cree en el instrumento son los encuestadores. Incluso hay muchos de los encuestadores que vie-nen de trayectorias más vinculadas a lo que podríamos llamar posiciones "nacional-populares", no ligadas a la concep-ción más liberal de la opinión pública que es la que permite operacionalizar la encuesta de opinión. Pero, por la sedi-mentación que da la propia práctica, ninguno de ellos deja de creer que las encuestas son una fotografía. Después pue-den decir que son sólo una fotografía y que hay que saber leerla. Y en ese sentido se denominan a sí mismos como ana-listas, porque insisten en que ellos son sociólogos y cuentan con herramientas conceptuales y experiencia para poder le-er los números. Los dirigentes políticos dicen lo mismo: "queremos números, pero somos nosotros los que sabemos leeresta realidad".CS -¿Pero no le dan entonces un valor de artefacto?GV -En el caso de los expertos es muy fuerte la idea de que es la manera más ajustada, no sé si la única, pero sí la másajustada.CS -¿Ellos creen entonces que sólo recogen la voz de… distintos sectores de la sociedad? Prefiero evitar el término "lagente".GV -Decílo, porque ahí está el punto. Para ellos lo que las encuestas expresan es la voz de la gente. Y como creen esoasumen a las encuestas como una fotografía. Esta analogía de la fotografía pone en juego una idea muy interesante,porque ellos sostienen que hoy las cosas son así aunque mañana puedan cambiar. Es decir, por un lado dicen que las en-cuestas dan las opiniones de la gente, pero también que estas opiniones son sólo las de un momento específico. Esto lle-va a que se tenga que medir la opinión todo el tiempo, y ellos ocupan una posición central porque son quienes miden.CS -Hay una frase muy interesante en tu tesis: "la figura del demos pasa del pueblo a la gente".GV -Encontré esa expresión por recomendación de un amigo y colega quien me señaló que si afirmaba que "la forma delpueblo pasa del pueblo a la gente", por un lado era redundante, y por otro terminaba otorgándole a la idea de pueblouna esencia. Por eso comencé a usar la noción de demos, porque me pareció mucho más potente para explicar este pa-saje de la idea de pueblo, muy vinculada a la idea de pueblo peronista, a la idea de gente, que está vinculada a la ideade gente autónoma, independiente y, sobre todo, cambiante. La gente es el sujeto privilegiado de las encuestas. Estecambio del pueblo a la gente también nos permite pensar las transformaciones de la mirada política sobre los sectorespopulares, porque así como el pueblo era el pueblo trabajador, la gente es menos trabajadora, menos pobre y es más cla-se media bienpensante. Así se comienza a hablar de los sectores que siguen siendo cautivos y los que son independien-tes. En este punto quisiera señalar una cuestión muy compleja, referida a cómo en la sociología política y en la cienciapolítica se entrecruzan tan fuertemente los discursos normativos con los discursos descriptivos. No digo solamente losdiscursos de toma de posición, porque por supuesto que ningún discurso es neutro. Pero hay una superposición del de-ber ser del ciudadano con la descripción de su comportamiento. En este punto la independencia y la autonomía de losciudadanos frente a los partidos, sindicatos o grupos políticos sociales es una constatación empírica que uno puede ha-cer con muchas salvedades, pero es a la vez un discurso normativo muy fuerte, que acompaña al proceso ascendente delos expertos en encuestas de opinión en la Argentina.CS - ¿Este ascenso de los encuestadores sería impensable sin transformaciones en el campo periodístico y en la vida po-lítica?GV -En este punto, pensar como Foucault es muy interesante porque nos permite abordar esta cuestión de los procesosconvergentes que hacen sistema sin que haya un director de orquesta que los ponga en sintonía. Si bien enfatizo el rolfundamental de los encuestadores, ellos podrían haber sido predicadores en el desierto. El éxito hay que explicarlo. Y

TESIS DE MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES:

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aquí es interesante tener presente las transformaciones en el campo periodístico, en donde la privatización de los me-dios es central, porque los medios en cierta medida se independizan del Estado, e intentan construir una imagen de em-presa ligada a la gente, y no al poder, en relación con la cual las encuestas cumplen un rol importante. También está enjuego el rol social del periodista, que es un rol social construido en estos últimos veinte años, como una figura que in-vestiga, que hace preguntas incómodas, que se enfrenta al político y escucha a la gente. Además, la lógica de la incer-tidumbre, de que hay que medir todo el tiempo, es afín con la lógica periodística de la exclusiva y la novedad perma-nente. En mi trabajo intenté establecer un equilibrio, a veces complicado, entre cómo los actores iban construyendo unatrama de significaciones sobre la política y a la vez son parte de procesos que los exceden. Hay un trabajo de Juan Car-los Torre que se llama "Los huérfanos de la política departidos" donde intenta identificar en qué sectoressociales e ideológicos uno puede hablar de independi-zación del electorado y en qué sectores no. Aquí hayque articular el diagnóstico de estos procesos con latrama de sentidos que se constituye en torno a ellos.Para dar un ejemplo, uno puede retomar la afirmaciónsiguiente: "el peronismo era el partido de los trabaja-dores" y ante esa afirmación puede decir que en prin-cipio se trata de un discurso peronista, y después en-tonces tendría que ver en relación con los trabajado-res qué grado de apoyo tenía efectivamente el pero-nismo, por qué, cómo. Lo mismo se puede pensar enrelación con la figura del independiente o del indeciso. Aquí hay un problema muy difícil y sutil para los que trabajamoscon la construcción del sentido de la realidad, que es no caer en la idea errónea de sostener ante algunas opiniones delos actores "esto es pura ideología" ni dar por sentado que ésa es la verdad y no hay nada más que decir. En especial por-que las explicaciones de los fenómenos suelen ser parte constitutiva de su realización. CS - De la lectura de la tesis sorprenden los esfuerzos que los mismos encuestadores hicieron para darle credibilidad so-cial al instrumento. Tal vez esta sorpresa sea producto del lugar de relevancia que hoy tienen las encuestas de opinión.GV - La idea es precisamente que el espacio se construye. No es que ellos ocupan un lugar vacío sino que generan un lu-gar, en concierto con otros actores, y a caballo de procesos sociales y políticos más amplios. Hay unas encuestas quepara mí funcionaron como lo hacen los documentos reveladores para el historiador. Son una serie de encuestas publica-das en la revista Somos durante 1983. Fue la primera vez que en la Argentina se hicieron seis encuestas seguidas paramedir la intención de voto a lo largo de un período preelectoral. Uno puede seguir número a número cierta desconfianzasobre si la encuesta sirve o no sirve. El primer número, en el que los resultados daban ganador al radicalismo, matizabaa lo largo de toda la nota esas predicciones y terminaba señalando más o menos algo así como "nos equivocamos". Esohoy es impensable. Porque han cambiado los esquemas de percepción y comprensión del juego político. El último núme-ro terminaba con una extensa argumentación sobre el valor de las encuestas y afirmaba que iban a ser una brújula paraentender la política argentina que se viene, porque había perdido el peronismo y ellos lo habían anticipado con sus en-cuestas.CS - Señalás en una parte que los encuestadores ocupan el lugar de intelectuales, y desplazan de alguna manera a losacadémicos.GV -Hay dos cuestiones interesantes para ver ahí. Una es que efectivamente los encuestadores, según mi punto de vis-ta, ocupan una posición de intelectuales. Ellos mismos cuando se llaman analistas están diciendo algo así. Y de hecholo son porque funcionan así. Hay ahora una gran ventaja de los expertos en opinión por sobre los intelectuales más clá-sicos y los investigadores académicos en la posibilidad de interpretar la realidad en el día a día. Aquí hay una debilidadde las ciencias sociales en la Argentina ya que en otros países no sucede lo mismo. CS -Para terminar, ¿las encuestas de opinión condensan tensiones entre distintas tradiciones de la sociología?GV -Intenté no hacer una crítica del instrumento, porque me parece en principio un instrumento válido. Hay en todo ca-so discusiones metodológicas para dar pero no soy yo la persona más autorizada para hacerlo. Intenté tener una posi-ción comprensivista -no comprensiva- con los encuestadores. Mi posición no era recusar la ciencia bastarda en nombrede la verdadera ciencia sino comprender por qué los encuestadores en tanto actores sociales ocupan el lugar que ocu-pan. La sociología no puede renunciar a su vocación empírica. Esto no quiere decir que hay una sola manera de investi-gar, pero la vocación empírica no puede resignarse si se quiere analizar críticamente la realidad social.

Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

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¿Hecho maldito del país burgués o hecho burgués del país maldito?

Lo cierto es que el peronismo, más allá y más acá de sus detractores

y seguidores acaba de cumplir -el último 4 de junio- sesenta años

desde su arribo al Gobierno por primera vez en la Argentina.

Significante vacío. Pura voluntad de poder. Sentido común del pue-

blo argentino. Intuición pragmática de adaptación a las ideas de la

época...

El peronismo ha sabido, o al menos podido, reinventarse una y otra

vez a lo largo de estas seis décadas, al punto que cuesta -a propios

y extraños- encontrar continuidades que se mantengan indelebles

con el paso del tiempo.

Porque, ¿de qué hablamos cuando hablamos del peronismo? ¿Del

que incorporó a la clase trabajadora a la ciudadanía a partir del '46?

¿Del de la Resistencia al golpe cívico-militar del '55? ¿Del vandoris-

mo de los '60? ¿De la "juventud maravillosa" de los '70? ¿Del lope-

rreguismo y la Triple A? ¿De la Renovación de los '80? ¿Del mene-

mismo de los '90? ¿O del actual kirchnerismo?

Este aniversario nos pareció una excelente excusa para convocar a

profesores de la Facultad que desde distintas perspectivas discipli-

nares y políticas nos ofrecen argumentos para intentar comprender

mejor a este fenómeno inigualable de la vida política nacional.

DOSSIER

¿será revolucionario o no será nada?

60 AÑOS DE PERONISMO

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A más de 60 años de su fundación,más allá de sus nombres sucesivos osimultáneos y de su fortuna políticapor momentos adversa, el peronismoperdura. La memoria de muchos parti-dos contemporáneos -aglutinados aveces, en torno a hechos dramáticos,de escritos iniciadores de índole filo-sófica, y casi siempre de personalida-des fuertes y de textos pedagógicos nopor difusos menos efectivos-, puedepervivir sobre la base de un anacronis-mo que sus críticos ven como un mo-lesto cenotafio pero que a veces sor-prende renaciendo de sus cenizas. Esque la perduración es siempre la po-tencialidad dormida del cenotafio.Gramsci, analizando esa cuestión delas "cenizas" de una memoria política,había estudiado la necesaria asincro-nía que hay entre los hechos socialesnuevos y el derecho de los últimos fie-les del panteón de reunirse en torno avestigios y laboriosas supervivencias.No se abandonan así nomás palabrasadquiridas. Las viejas enseñanzas del historicismo-quizá considerado como una custodiadel momento resplandeciente de unorigen, de algún primitivo llamadoaglutinante- pueden servir aquí paraexplicar que desvaídos cenáculos con-memorativos cuiden de recuerdos quepudieron ser, un siglo antes, revolu-cionarios. Y que ocasionalmente, en laleyenda de la refundación, una decre-pitud que solo sería "pensionista de lahistoria", podría convertirse en la pie-dra de espera de un renacimiento. Con el peronismo, que algo de todoesto sabe, hay que mencionar sin em-bargo que es un movimiento muy "es-crito". Mojón privilegiado de su orgu-llo fue la "doctrina", que consta deversículos, sentencias, proverbios, ins-cripciones y jaculatorias, que con eltiempo se reveló -a pesar de su volun-tad de inerte escritura marmórea-,fuente de tantos dispares ejercicios deinterpretación. Es que su ensambladu-ra heterogénea y dispar admitía que

cada intérprete desprendiera un blo-que particular del rompecabezas, sinque éste perdiera su condición deevangelio. Es que eso es un evangelio, la imposi-bilidad de dotar de un centro concep-tual a una colección de premisas dedistinto alcance y de disímil calidad deabstracción. En el conocidísimo casode las veinte verdades del peronismo -un momento de fijación del texto ofi-cial hacia 1950-, se conjugaba even-tuales conceptos clásicos de teoría po-lítica, mezclados en distintas retahílastomadas de un inagotable santoral lai-co. El yacimiento citable del peronismo,hasta hoy, como sabemos, es muy vas-to. La doctrina no tiene centro, es per-manentemente ramificable, proliferan-te. Su expansión es voraz, admite lacita irónica y aun la reprobatoria. Enverdad, al citarse un enunciado de la"doctrina", extrayéndolo e independi-zándolo del bricolage o del corpus pa-ra una aplicación aparentemente apáti-ca, sin embargo se percibe su pujanza,su capacidad impregnativa. Pongo co-mo ejemplo la escena del filmOperación Masacre, de Cedrón. Elpersonaje encarnado por WalterVidarte dice: "¿Cómo voy a ser pero-nista yo? ¡Si voy de casa al trabajo yde trabajo a casa!". Ante el interroga-torio policial, la forma de la negativaequivalía a una afirmación. La indife-rencia por nada de lo que fuera vidadoméstica y vida laboral, pero dichocon una frase del aparato enunciadorperonista, era más comprometedoraque una proclama principista. Y se tra-taba de un peronismo que decía refu-giarse en los pliegues absolutos de lavida cotidiana. Sin embargo, esa cons-trucción de una comunidad organizadaque verdaderamente admitía la esci-sión entre el interés político de sus ad-mistradores y la presunta apatía de lasmasas, daba en el corazón de la ideasocial y discursiva del peronismo clá-sico.

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DOSSIER

Muchas veces se dijo, desde las hipó-tesis lingüísticas familiares desde losaños '60 en adelante, que lo social esun remedo vitalista de lo que muypronto se llamarían "formaciones dis-cursivas" -así se puede interpretar ellibro de Verón y Sigal sobre el pero-nismo, ya clásico-, pero podríamosagregar ahora que las acciones discur-sivas del peronismo tendían a la apatíadel compromiso para luego advertir -cuando quizá ya era tarde- que lo apá-tico se convertía en una definición noneutralizable de la pasión política. Losprotocolos educacionales del peronis-mo poseían cierta circularidad: "laverdadera democracia es aquella don-de el gobierno hace lo que el puebloquiere y defiende un solo interés: eldel pueblo". Tenían un ostensibleamor por la tautología: "para un pero-nista no hay nada mejor que otro pero-nista". Mostraba definiciones que re-sumían drásticamente un problema:"no existe para el peronismo sino unasola clase de hombres: los que traba-jan". E intentaban presentar una esca-la de valores un tanto erizada: "ningúnperonista debe sentirse más de lo quees, ni menos de lo que debe ser.Cuando un peronista comienza a sen-tirse más de lo que es, empieza a con-vertirse en oligarca". O rangos valora-tivos que trasuntaban oscuras descon-fianzas: "en la acción política la esca-la de valores de todo peronista es la si-guiente: primero la Patria, después elMovimiento, y luego los Hombres".El ideal comunitario, la definición de"individuo social", el trazado ambiguode las fronteras entre el afuera y eladentro ("el tema del traidor y del hé-roe") así como el difuso sermón ("Elperonista trabaja para el Movimiento.El que en su nombre sirve a un círcu-lo, o a un caudillo, lo es sólo de nom-bre"), son frases que perduraron en lamemoria colectiva por su raro y ambi-guo ingenio. Vigas internas del fraseonacional, de su paideia encantada, haytiradas como "en la Nueva Argentina

los únicos privilegiados son los ni-ños", de doble valor pues se dirige alos adultos y al mismo tiempo pone elreino de los privilegios bajo una he-chizada excepción infantil. Parecenasertos claros pero entran dentro de laambigüedad del lenguaje tanto comouna frase casual surgida del barro coti-diano de la conversación. Pero los planos diversos en que se si-tuaban los enunciados, ora los de una"filosofía de la vida popular", ora losde una sumaria doctrina con sus teorí-as del Estado, su definición heroica ysu ideal de libertad comunitaria (el pe-ronismo "desea héroes pero no márti-res"; "constituimos un gobierno cen-tralizado, un Estado organizado y unpueblo libre"), permitían recorrer elconocimiento de la forma doble queHegel llamaba sacerdotal y de la otraque llamaba en pantuflas, con el divi-no descuido de los publicitarios de lahora, más influidos por los altoparlan-tes épicos de las revoluciones antepa-sadas -sobre todo la soviética, aún lachina no había dado a conocer su acu-ñación de versículos para millones-que por los publicistas y semiólogosdel alto capitalismo de las mercancías,como los que ahora legislan sobre lapublicidad política. Los mencionados versículos -verdade-ros speech acts del peronismo entendi-do como noticiario de masas-, la leta-nía, la cartilla, donde lucía menos elacervo de sentencias de cuño estraté-gico del Perón militar -y menos tam-bién cierto aire martinfierresco y anto-logía de refranes-, que una silabarioremotamente evangélico, revelaba co-mo se seguían estrechamente los idea-les de organización social que recla-maban el histórico dogma de los in-dustriales, un tanto lejanos del sansi-monismo y del Echeverría del sigloXIX -no tanto como se cree-, pero lu-ciendo en su centro la elaboración dela noción de pueblo, para no desmen-tir que toda invocación de la políticanace allí. Aunque en este caso, la doc-

trina -las formas restrictivas de controldel riesgoso orden de discurso, comotantas veces los sabios foucaultianoshabían sugerido- clausuraba con enun-ciados concluyentes y mayusculados,PUEBLO, lo que nunca deja de ser undebate sometido a reinterpretacionesen vagarosa cursiva, letra pequeña obastardillas provisorias de la historia,volátil tipografía de las revolucionesburguesas, "desde el Estado" o de lasotras. La doctrina fijada en las imprentas delEstado, nacía sin embargo para que seoperase el ejercicio de reinterpreta-ción, permitido por su irregular nivelde agregación y por sus implantesaxiomáticos sacados de los arconesmixturados de todas las lenguas políti-cas del siglo. La práctica de los here-siarcas estaba en las entrelíneas deldictum peronista y vaya si los precisa-ba: los había llamado en su propiaenumeración de valores, tentando alque salía de las filas protegidas y se-guras para probar el camino seductorde la reprobación, como hereje queluego sería reivindicado como así lohacía suponer el largo ciclo de lospensamientos evangélicos con su figu-ra esencial, el hijo pródigo.La historia posterior del peronismo,admitió varias situaciones cismáticas,que ocasionalmente fueron tomadaspor la voz central del peronismo, unPerón que había dado su nombre a to-do y que ensayaba también, no tanocasionalmente, sus dotes de primerHeresiarca: el potencial cisma deCooke, nunca consumado, sin uso dela cartilla oficial y con un lenguajeculto, cuasi-luckasiano y proto-sartre-ano de estratega clásico (planes deoperaciones para la toma del poder); lahermenéutica conspiracional de guar-dia de hierro, con su mito centroeuro-peo del estado-pueblo (con la consi-guiente invocación a las edénicas "or-ganizaciones libres del pueblo", un li-bertarismo estatalista ligado a la communitas primordial); la de monto-

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neros (la más reinterpretativa, puescondicionaba el legado ya clausuradoa que "si viviera", se debía conjugarentonces con el otro verbo de los nue-vos heréticos).Perón, al mismo tiempo, dedicaba mu-chos esfuerzos a reflexionar sobre lalejanía y la cercanía, y regulaba su vozcon una idea de muerte propia (al prin-cipio) y de ausencia estratégica eficazcomo efecto real de una estructura le-jana y vacía (luego). Este ciclo se aca-ba cuando para poner ilusoriamentefin a un conflicto fundamental -que seexpresaría en Ezeiza, su regreso y tra-gedia- vuelve a la forma calcárea dellenguaje: "somos lo que las veinte ver-dades dicen que somos". Hasta esta fa-lla póstuma habían transcurrido ape-nas veinte años desde el anuncio pú-blico de las "veinte verdades" y supostrer estallido en manos de los per-sonajes del Fiord peronista. El lenguaje del peronismo se había ce-rrado con pesados cortinados nueva-mente. Había vuelto a la tautología y ala utopía comunitaria primitiva, sinduda como forma encubierta de laguerra en curso, pero no hay que des-cartar el peso que siempre tiene ladoctrina para proveer el pan cotidianodel orden, y el vergel colmado de deli-cias que se quiere ver en toda historia,conviviendo con la amenaza y la beli-gerancia de un modo beatífico.Manejar el pulso de la apatía social yregular el curso de la guerra fueron asílas dos extremidades del arco peronis-ta, y de allí salían astillas de tiempo, esdecir, su misma perdurabilidad, hechade su fuerte aceptación de la estopa delas lenguas corrientes habladas por lapolítica real. Se llamaba conducción a esta retóricasin centro, infinitamente adaptativa ynotoriamente brusca cuando se enco-gía sobre sí misma con un chasquidode abanico al cerrarse. Sé que se pue-den hacer historias de la relación delas cartillas ideológicas en su relacióncon los ciclos económicos y sus inte-

reses clasistas. En el límite una fuerzadesaparece si no atiende los significa-dos originarios que le insuflaron pro-ductividad social, por ambiguos quefueran. Pero la plasticidad que fingeser "orden de discurso" es también unfenómeno del lenguaje, con su econo-mía productiva y sus "clases" de usua-rios pragmáticos. No podría haber po-lítica si no hubiera adecuación de esostrozos móviles de una lengua quesiempre aceptaría una combinatoriamás, no tan babélica como heteróclita.Lo que incluso, aunque en un tonomenor, pudo ser teorizado por las "fi-losofías justicialistas".La "doctrina" es móvil pero pesada,muerta pero vertiginosa. Está para serdesmentida, pues al fin el peronismotuvo mártires y luchas internas con lamisma bandera lado a lado, que son uncaso particular de pregnancia del len-guaje para alojar imágenes de vida yvisiones del mundo totalmente enfren-tadas. El ser de la política es así, (lapalabra partida o dividida, luego depresentarse para apaciguar diferen-cias, y la creación de una negatividadretórica que pueda dar paso a nuevoshechos positivos), pero nada obligabaa que esto quedase tan nítidamente ex-presado en un movimiento que paralos historiadores y críticos era explica-do por la entreguerra y la crisis econó-mica. Y que -como siempre- desde suautoconciencia insistía que era su pro-pia voluntad autónoma, eternamentedoctrinaria -"somos lo que las veinteverdades dicen que somos"- la que de-bería explicar a aquellos mismos críti-cos e historiadores, a la propia guerray al sentido de la propia economía,tanto de las cosas como del lenguaje.Sorprende que esta visión talmúdicade su propio verbo tolerara tan ávida-mente el trabajo que la historia hizo deella, con sus incesantes irrupciones.

* Profesor de Teoría social latinoame-ricana en la Carrera de Sociología

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DOSSIER

Un axioma real gobierna la repúblicaoligárquica: los presidentes eligen sussucesores. Hasta Roque Sáenz Peña laregla funciona. Peña optó por HipólitoYrigoyen -el voto secreto mediantepadrón militar implicaba victoria radi-cal- y éste señaló a Alvear para volverluego al cargo. Alvear, en tanto parási-to político, no pudo ni imponer aMelo, ni evitar a Yrigoyen. Y el golpedel '30 interrumpe la regla al reescri-birla. Uriburu no cuenta, sirve para derrocara Yrigoyen porque la descomposiciónde la UCR era un secreto a voces.Después el axioma pasó a ser discre-cionalmente administrado por Justo.Mientras el general controlara el cua-dro de oficiales, la maquinaria delfraude sistemático estaba a su servi-

cio. Uriburu, Justo y Ortiz, constituye-ron sus elecciones presidenciales.Antes de morir el general ingeniero, lagastada estructura estaba rota. Entresus restos emerge el GOU que irrum-pe en 1943, permitiendo que el coro-nel Perón organice la nueva escena; elcoronel tuvo un padrino plebeyo (el 17de octubre de 1945) y la Libertadoradel 55 no pudo evitar que Perón -y sumovimiento- participaran del parla-mento negro apoyando un candidatoajeno, o votando en blanco. La políti-ca argentina democratizó relativamen-te un sistema de dominio rígido. Y elgolpe constituyó una suerte de contra-peso militar a la irrupción plebeya, elcontrapeso de la regla.

I.-El 43 impuso otra agenda: el ingresode las clases subalternas a la lucha po-lítica. El bloque tradicional puso encrisis al gobierno militar y el 17 de oc-tubre del 45 ofrece la salida electoral aesa crisis. Contado al galope: un mé-todo tan dinámico aterra a las clasesdominantes. En la filigrana de la mo-vilización popular el poder visualizóla fiesta del monstruo1. El monstruo2

era un dios taimado y "si nos dejába-mos ganar por el miedo o la lástima"3

acabaría "por destruirnos" 4. Retrocedamos. La ausencia de genera-les en el GOU computa un corte hori-zontal, los que están en actividad res-ponden a Justo; el resto le es adverso5.

Así surge del ultimátum que los ofi-ciales elegidos por el coronel ManuelSavio presentaron al presidenteRamón Castillo: alejar a Justo de todaactividad militar; evitar el estableci-miento de bases norteamericanas;mantener la neutralidad en la guerra;posponer las elecciones y cerrar elCongreso Nacional.Castillo escucha y sin embargo aceptala nominación de Robustiano PatrónCosta para la presidencia. ¿La impli-

cancia? Pasar de la histórica neutrali-dad proinglesa a la beligerancia pro-norteamericana de Patrón Costa. Parael ejército ese viraje resultaba inacep-table; la independencia nacional surgi-ría de la victoria alemana en la guerrainterimperialista. Alemania en Europa,Argentina en Sudamérica. Ese planteorechazaba la viga maestra del PlanPinedo: la alianza estratégica con laburguesía brasileña; el incumplidoprograma industrial común.La muerte de Justo resolvió el primerpunto del ultimátum; la instalación debases de los EE.UU. constituía un pro-blema teórico; y la neutralidad coinci-día con la opinión del presidente. Másallá de lo que Castillo dijera nunca ce-rró el Congreso, por eso la candidaturade Patrón Costa. Y será ese "incumpli-miento" la clave de la dinámica militarposterior. El "acuerdo" con Castillomantenía las formas de la alianza mili-tar-conservadora. Antes, el acento es-taba puesto en el término conservador,por tanto la subordinación correspon-día al militar. Ahora, la propuesta deSavio invertía la ecuación. Dicho de untirón: las FF.AA. se reservaban el mo-nopolio de reformular el programa delpartido del Estado6. Una verdaderamutación histórica tuvo lugar bajo laforma de accionar "independiente" delEjército. El GOU expresaba la inadecuada con-ciencia militar de un mundo en violen-ta transformación. Ese universo deci-monónico, conformado con lógica es-tática, cínica, estúpida, conservadora,católica, no comprendería ni entoncesni en las décadas subsiguientes que loscambios en la vida sexual -no la ley deprofilaxis- eran un nuevo modelo paralas relaciones interpersonales, que lamúsica popular era un menú más am-plio que tango más folclore moraliza-dos, que la radio y el cine -como nue-vo horizonte cotidiano de la sociedadde masas- formaban parte de la inevi-

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table laicización de la vida social, quela Iglesia terminaría aceptando el libe-ralismo político, que la irrupción de lajuventud -con valores propios- era elsigno de los nuevos tiempos, que la in-dependencia de la mujer -personal,económica y política- era una tenden-cia irrefrenable, que la Universidadautónoma (como escenario para lacompulsa de ideas) era una necesidadsistémica, y que la nueva gramáticarehacía de abajo hacia arriba la socie-dad civil a escala planetaria.

IIEn febrero del 46 se votaba para deter-minar qué relación tendría la burguesíacon el proletariado: si la de la 4.144(ley de residencia que rehacía el proto-colo de lectura de la Constitución, enparticular el Preámbulo), o, la delwelfare state que restablecía el "paranosotros, para nuestra posteridad y pa-ra todos los hombres del mundo quequieran habitar el suelo argentino"7.Parlamentarizar el enfrentamiento orepresión directa, como núcleo durodel dominio social, era y sigue siendoel dilema del orden político.El 17 de octubre resuelve el conflictomediante elecciones. Y no es Perónquien lo dirige, sino la autoorganiza-ción obrera. Silverio Pontieri, secreta-rio general de la CGT, analizó enton-ces admirablemente el problema: "Laclase patronal ha declarado la guerraal coronel Perón, no por Perón mismo,sino por lo que Perón hace por los tra-bajadores a los que ha otorgado lasmejoras que venían reclamando y lesha dado otras que ni siquiera soñaban,como el estatuto del peón. La clase ca-pitalista aquí y en el mundo entero pa-rece haberse olvidado que la guerracontra el fascismo la han ganado lostrabajadores y quieren volver a la si-tuación de injusticia de antes, y lesniegan lo que legítimamente les co-rresponde. Por esto la Confederación

General del Trabajo tiene la obliga-ción de dirigir este movimiento defen-sivo de los trabajadores, porque es lacentral mayoritaria y la más prestigio-sa" 8.El 17 de octubre no es una moviliza-ción preinsurreccional, ni una revolu-ción democrática a escala, es la fechade nacimiento del peronismo en tanto"movimiento defensivo de los trabaja-dores". Una política obrera sin delimi-tación propia, construida en el marcode la república burguesa cuando laclase obrera todavía no la integraba,una victoria popular. El 17 de octubrees su extremo límite, más allá se en-cuentra el programa de la revoluciónsocial, y la CGT aclara expresamenteen el debate del Comité CentralConfederal (16 de octubre de 1945)que no es esa su propuesta. Ni Perón ni Evita juegan papel algunoel 17 de octubre y la liturgia peronistareconoce implícitamente la autonomíade la gesta; por eso la nomina Día dela Lealtad, cuando Perón ya no teníalos atributos del mando, cuando su po-der se había evaporado, cuando ya noconvocaba desde el corazón del poderpero tampoco desde el llano, los traba-jadores leales lo rescatan de las manosde sus enemigos -civiles y militares-para instalarlo en el balcón de la CasaRosada.El 17 de octubre, sostuve9 , "constitu-ye un acontecimiento inequívoco, esuna movilización de masas opositoras,pero es legal; es derrotar a una de lasdos fracciones militares en pugna, pe-ro respaldando a la más fuerte que noes propia; es movilización, pero no eslucha; es lucha a condición de no sercombate; es obrera y popular, pero notiene delimitación de la política bur-guesa. Es una movilización por un je-fe militar del movimiento obrero, sinmovilización militar en defensa delmovimiento obrero". Para el Ejército, en cambio, el 17 de

octubre es el momento en que resuel-ve que gobernar la sociedad argentinano es una tarea militar, salvo que elbloque de clases dominantes decidaotra cosa. La reorganización de lospartidos del Estado ha concluido, to-dos los partidos de gobierno son parti-dos del Estado, más acá o más allá delas limitaciones que tengan para legiti-mar electoralmente esa condición enfebrero de 1946.

* Profesor de "Los cambios en el sistemapolítico mundial" en la Carrera de Socio-logía.

1. Josefina Ludmer (1988): "Los desafíos(del lado del uso)" en El género gau-chesco: un tratado sobre la patria,Buenos Aires, Sudamericana.

2. Jorge Luís Borges (1979): "Ragnarök"en Obras Completas, Buenos Aires,Emecé.

3. Ibídem, página 806.4. Ibídem, página 806.5. Alejandro Horowicz (2005): Los cua-

tro peronismos, Buenos Aires, Edhasa,2005. Ver el capítulo 7, "1943:Radiografía de un golpe de Estado".

6. Ver Alejandro Horowicz, "La democra-cia de la derrota" en Los cuatro pero-nismos (2005): Buenos Aires, Edhasa.

7. Constitución de la Nación Argentina,Preámbulo, Buenos Aires, TorresAgüero, 1981.

8. La CGT y el 17 de octubre de 1945.Actas del Comité Central Confederal.Pasado y Presente, Buenos Aires, ju-lio/diciembre de 1973, la cursiva es deA.H.

9. Alejandro Horowicz (2005): Los cuatroperonismos, Buenos Aires, Edhasa.

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El 24 de febrero de 2006 se cumplie-ron 60 años de la elección que dio laprimera victoria al peronismo. Contralos pronósticos de la opinión, la candi-datura de Juan Domingo Perón obtuvo1.478.500 contra 1.212.300 votos dela fórmula de la Unión Democrática.Si se analizan los resultados más decerca, rápidamente salta a la vista elcomplejo esquema que el peronismomontó para alcanzar el triunfo. Enefecto: aquel caluroso 24 de febrerolos electores no se encontraron con laboleta de un inexistente partido pero-nista ni tampoco con la de la UniónDemocrática. Por el contrario, 27 par-tidos en todo el país disputaron el votociudadano en las 14 provincias y laCapital Federal, es decir, los 15 distri-tos que por entonces conformaban el

mapa electoral de la Argentina.Aunque esta victoria no fue todo locontundente que serían las siguientes,el régimen electoral por entoncesvigente otorgó a la coalición peronistauna mayoría abrumadora: sóloCorrientes sería gobernada por la opo-sición -hasta que una oportuna inter-vención acabara también con este soli-tario reducto opositor-, mientras queen el Congreso la mayoría especialcorrespondía al nuevo oficialismo.Hasta no hace mucho, conocíamospoco acerca de las características deeste triunfo y, sobre todo, la mayorparte de las hipótesis y análisis empí-ricos estaban vinculados con el rol delos trabajadores. Pero estos trabajosadolecían de un problema fundamen-tal: reducían a un espacio netamenteurbano -y aun dentro de lo urbano aunas pocas ciudades marcadas por elproceso de industrialización y el des-arrollo de una población obrera signi-ficativa- un fenómeno que, en cambio,la propia elección revelaba como evi-dentemente nacional. Más aún: sólo sucapacidad para convertirse en un fenó-meno de dimensiones nacionales ase-guró a Perón su victoria. Así, más alláde sus indudables virtudes, las dife-rentes hipótesis defendidas por GinoGermani y por Miguel Murmis y JuanCarlos Portantiero tenían un problemacomún, ya que reducían a una expre-sión social y espacialmente limitada loque debía ser explicado en términosnacionales. Las investigaciones mono-gráficas sobre la red de partidos querespaldaron la candidatura de Perón en1946 nos permiten hoy disponer de uncuadro complejo de estos apoyos, locual ha transformado a aquellos clási-cos pioneros en un caso más, por cier-to significativo, de una trama cuyacomplejidad hace imposible su reduc-ción a una unidad. Astuto y pragmáti-co como siempre, Perón se apoyó en-y a su vez respaldó a- los grupos queconsideró imprescindibles para ganarel comicio sin imponerse mayoreslimitaciones al respecto: estructuras

radicales o conservadoras, militanciasocial católica, nacionalista o laboris-ta, todos aportaron a su victoria. Doscasos notables, Tucumán y Salta,muestran que Perón no dudó en culti-var una alianza con las más tradicio-nales familias azucareras -como elcaso notable de Lucio Cornejo-, auncuando esta alianza implicara un ata-que directo contra las organizacionesgremiales del ramo. De este modo,considerando una perspectiva queinvolucre algo más que las zonasindustrializadas del litoral pampeano,se hace más evidente la hipótesissegún la cual la estrategia de Perón deapoyar a la militancia laborista y deadoptar un discurso de neto corte cla-sista durante la campaña electoral fueel resultado de su fracaso al intentarcooptar a otros sectores y, en definiti-va, obedeció a un cálculo de aritméti-ca electoral. A despecho de una dis-cursividad rupturista presente en elperonismo desde sus orígenes, paraquienes conocen el desarrollo de losprocesos electorales argentinos almenos desde 1912, el comicio de 1946tiene en este sentido muy poco denovedoso.Sin embargo, no por casualidad losinvestigadores han presentado durantemucho tiempo una visión menos mati-zada del peronismo. No se trata sim-plemente de reconocer la importanciarelativa de los electorados obreros delas zonas litorales: fue el propio Perónquien insistió desde el comienzo acer-ca de la necesidad de la unidad, unaunidad que no debía limitarse al con-glomerado de partidos que respalda-ron a Perón en 1946 -y que fueron des-mantelados para formar el que sería elPartido Peronista-, sino que debíainvolucrar a toda la nación identifica-da con el peronismo a partir de facto-res tales como la "unidad de doctrina"o la "unidad de conducción", temasque saturaron los discursos y los ritua-les oficiales. En esta línea, a partir de1947 el peronismo sancionó un con-junto de normas que tuvo como obje-

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tivo modificar tanto los mecanismoscomo el sentido de las prácticas elec-torales dentro del sistema político. Elsufragio femenino (1947), el estatutode los partidos políticos (1949), laprovincialización de la casi totalidadde los territorios nacionales -lo cualsupone su incorporación a los dere-chos electorales- y, fundamentalmen-te, la Ley electoral de 1951 -que rein-trodujo el sistema uninominal por cir-cunscripción ensayado efímeramenteen la elección de 1904- fueron lasherramientas de este cambio.Vistos en conjunto, estos dispositivosmodificaron drásticamente tanto lascondiciones de ejercicio del sufragiocomo las magnitudes del mismo. Pero,lo que parece más importante aún,estos cambios propiciaron una modifi-cación del sentido de las eleccionesque, de mecanismo y ritual destinadoa expresar la diversidad de las postu-ras de una comunidad política a su vezella misma diversa, se convirtieron enel mecanismo y ritual de expresión dela unidad espiritual entre el conductory una comunidad homogénea. Lasrígidas pautas impuestas a los partidospor el estatuto para ser legalmentereconocidos, sumadas a la implanta-ción del sistema uninominal por cir-cunscripción, prácticamente elimina-ron a la oposición de los espacioslegislativos, únicos en los cuales aúntenía alguna presencia. Curioso peri-plo de este sistema electoral: en 1902,cuando lo impuso el ministro de JulioA. Roca, Joaquín V. González, fueofrecido como garantía de un pluralis-mo no garantizado por la lista comple-ta. En cambio, en 1951 el sistema uni-nominal venía a consagrar la unanimi-dad espiritual cuya existencia, enrigor, preexistía al ejercicio del voto yestaba encarnada en la doctrina nacio-nal y en su vocero: el conductor. Elmecanismo era por demás sencillo:mientras que el estatuto de partidoshacía muy difícil la organización denuevos partidos o coaliciones -que enrigor estaban prohibidas-, el sistema

uninominal sumado a una oportunadelimitación de los distritos logró quelos votos opositores no se conviertanen representantes. Por ejemplo, en1952 en la Capital Federal el peronis-mo se quedó con 23 diputados con el58% de los sufragios, mientras que laUCR con el 42% de los votos obtuvoapenas 5 legisladores. Dos años mástarde, la reducción de los distritos a lamitad -porque a diferencia de 1952esta vez se elegía sólo la mitad de losdiputados por tratarse de una renova-ción-, la oposición radical promovióun único diputado contra 13 del pero-nismo, pese a que el resultado habíasido de 844.000 votos contra 645.000.En 1952 el número de diputados opo-sitores quedó reducido a 14, aun cuan-do la UCR había alcanzado algo másde un tercio de los sufragios popularesen todo el país. La unanimidad estabaa un paso: incluso cuando los votospopulares seguían presentando a untercio de la población que se resistíaempecinadamente a los encantos de laArgentina justicialista, estos votantestendrían una expresión mínima en losorganismos legislativos.La necesidad de una mayoría sólida,aun de una mayoría especial de dostercios no resulta convincente comoexplicación de estas reformas; dehecho, el peronismo ya contaba conestas mayorías antes de ellas. En cam-bio, la búsqueda de la unanimidad-mucho más sencilla de exhibir en losgrandes actos masivos que a la horadel voto- funcionó como aliciente deestas reformas.Sin embargo, no es ésta una búsquedaachacable exclusivamente a una nove-dad introducida por el peronismo. Almenos desde 1912, un cierto aromaantiliberal había caracterizado las con-cepciones sobre las prácticas electora-les predominantes en la Argentina. Elpropio Roque Sáenz Peña no dudabaen afirmar que los comicios que segui-rían a su recordada reforma debíanrevelar el alma de la nación, a la cual,por cierto, él identificaba con sus pro-

pias ideas y la de su grupo políticoafín. Más tarde, el radicalismo se con-cibió a sí mismo como un movimientoasimilable con la nación toda y a supaulatino ascenso electoral como lamanifestación de la verdad de estacreencia. Una de las paradojas de laselecciones nacionales de marzo de1930 fue que, a pesar de haberlasganado, los radicales las juzgaroncomo una derrota porque no podíanexplicar satisfactoriamente el retroce-so electoral en relación con el "plebis-cito" -el vocablo utilizado en la oca-sión no es casual- de 1928. Tal vez lagran diferencia entre estos anteceden-tes y el peronismo se encuentra justa-mente en este punto: mientras que elradicalismo juzgó que la transforma-ción de la identidad partido-nación enuna manifestación electoral plebiscita-ria debía ser resultado del tiempo, queesclarecería a los votantes "equivoca-dos" -lo cual, aunque en una clavealgo diferente, también era lo que pen-saba Sáenz Peña-, el peronismo deci-dió modificar el sistema electoral y lasprácticas informales del sufragio hastalograr que esta asociación se convir-tiera en un hecho. De esta forma,durante varias décadas una visión anti-liberal de los comicios había podidoconvivir con sistemas electorales querevelaban las diferencias. Incluso du-rante la segunda mitad de los años '30,cuando los resultados electorales semodificaban fraudulentamente en va-rios distritos, se mantuvo el sistemaelectoral de la lista incompleta. Sólo elgobernador bonaerense Fresco se atre-vió a postular un cambio drástico delsistema que, esta vez de la mano delvoto cantado, debía también convertira los comicios en un ritual de adhesióna una autoridad cuya legitimidad,como sucedería durante el peronismo,se identificaba en otros factores ajenosy previos al propio comicio.

* Profesor de Historia social generalen la Carrera de Ciencias de la Comunicación

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Se están cumpliendo 60 años de laemergencia del peronismo. Es mucholo que se ha escrito acerca de este sin-gular movimiento, que ha marcadocomo ningún otro nuestra vida políticadesde su irrupción victoriosa en laslides democráticas un 24 de febrero de1946. Las reflexiones que siguen estánanimadas por la intención de contri-buir a la comprensión crítica de estefenómeno que, con sus matices, con-tradicciones y transfiguraciones, per-dura vital en nuestro escenario actual.La irrupción del peronismo en el siste-ma político de la Argentina de posgue-rra implicó la incorporación de vastossectores, hasta entonces marginados, ala categoría de ciudadanos plenos.Trabajadores, pequeños propietarios,peones rurales, mujeres y otros secto-res hasta entonces excluidos, tuvieronacceso a derechos fundamentales,alcanzaron el reconocimiento comoactores políticos y sociales y se sintie-ron representados por esa propuesta deconstrucción de un país socialmentejusto, económicamente libre y políti-camente soberano.Identificados con esas consignas ymovilizados por el carisma del líderpara encauzar el sentimiento antinor-teamericano -ya en ese entonces acti-vo en América Latina-, los argentinosoptaron por Perón frente a Braden, elembajador de Estados Unidos. Fue elprimer gran triunfo de aquel coronelque, en el marco de la revolución del'43, había comenzado a construir supoder político desde la Secretaría deTrabajo y Previsión Social.Los puentes han visto pasar muchaagua desde ese momento hasta nues-tros días; sin embargo, podemos reco-nocer, inalterables, decisivos, los ras-gos de identidad más importantes yprofundos del peronismo.En primer lugar y constituyendo pro-bablemente la característica mássaliente del peronismo, aparece laconsecuencia y hasta la inmutabilidaden la forma de construcción de lide-razgo. La institución líder prevalece

por sobre cualquier otra alternativa deorganización (partido, rama, movi-miento, mesa de conducción, etcéte-ra). El líder queda por encima de todocuestionamiento, siempre y cuandogarantice la victoria y concentre en susmanos todos los resortes del poder. Elliderazgo se ejerce más allá de lascuestiones doctrinarias o de las visio-nes programáticas. A decir del general,están los "contemplativos, los apresu-rados, los contestatarios, los retardata-rios, pero todos trabajan para el movi-miento", es decir, para él, que asume,sin discusión, la conducción estratégi-ca.Ese rol fue cumplido por líderes tandisímiles como el propio Perón, el expresidente Menem y el actual presi-dente Kirchner. ¿Cuál es el hilo con-ductor de estos tres liderazgos en apa-riencia tan diferentes? La concepcióndel poder, el modo en el que se loconstruye y la manera en que se lo uti-liza.La visión hegemónica del poder es unrasgo distintivo del modelo institucio-nal peronista. Las reformas constitu-cionales de 1949 y 1994 que incorpo-raron la reelección, la acentuación dela suma de decisiones en el vérticepresidencial y la exacerbación de ladimensión agonal de la política hanconstituido las bases sobre las que seasienta la edificación del liderazgoperonista. Ese tipo de liderazgo noestá sujeto a una continuidad progra-mática ni ideológica. El líder define elrumbo. Perón estatizó los ferrocarri-les, Menem los privatizó. Menem pri-vatizó Obras Sanitarias, Kirchner lareestatizó y la entregó a la dirigenciasindical. Éstos y otros ejemplosdemuestran hasta qué punto la volun-tad y el deseo de la visión del líderdeterminan la política.Otro rasgo característico del modeloperonista de acumulación de poder esla aplicación en la política de la dia-léctica amigo/enemigo: Braden oPerón, patria o antipatria, liberación o

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dependencia, Menem o caos, nuevapolítica o vieja política. Cada una ensu momento han sido las consignasque expresan la concepción binariautilizada para consolidar el liderazgo ydescalificar a quienes, en las sucesivasoportunidades, han enfrentado lavisión totalizadora del poder queencarna el líder.La contracara principal de esta moda-lidad de entronización y fortaleci-miento de los liderazgos es el debilita-miento de la institucionalidad demo-crática, como si el fin justificara losmedios y las políticas de los gobiernosperonistas no pudieran ejecutarse en elmarco de una mejor calidad de lademocracia. Uno a uno, los gobiernosperonistas se han caracterizado por unescaso apego al cumplimiento de lasnormas democráticas, otorgándoleabsoluta preeminencia a la llamadademocracia electoral.Así, tener una mayoría electoral cons-tituye para la lógica justicialista lalegitimación para llevar adelante susestrategias, aun forzando las institu-ciones. Las permanentes modificacio-nes normativas, las reelecciones (enalgunos casos por tiempo indefinido),la falta de democracia interna partida-ria, la ausencia de diferenciación delEstado con el gobierno y de éste con elpartido han formado parte del bagajede recursos de los que se ha valido elperonismo para consolidar su poder,sin duda, legitimado por el voto. Ensíntesis, la cultura peronista diferenciay separa la democracia electoral de laformal, dándole a la primera un claropredominio sobre la segunda.Otro de los rasgos propios de esta con-cepción política es la relación directaentre el líder y las masas. Un vínculoque se establece cara a cara, la plazaen el '45 o la TV en la actualidad, per-mite al líder comunicarse con su pue-blo de manera directa, sin partido, sinestructuras de mediación y, porsupuesto, sin debate.El singular dispositivo de poder pero-nista se caracteriza también por la pre-

sencia y la suma de estructuras no par-tidarias que responden verticalmenteal mandato del líder. Entre todas ellas,probablemente el sindicalismo sea lamás importante por su capacidad deorganización y movilización, su pro-pio poder económico y, no menos sig-nificativa, su influencia en el desem-peño de la economía. Los sindicatoshan tenido un rol protagónico en eldiseño de las estrategias peronistas depoder, tanto en el gobierno como enépocas de proscripción u oposición.El peronismo, con la consagración delos derechos sociales y la incorpora-ción masiva de los trabajadores a lossindicatos en la década del '40, cons-truyó una herramienta de poder que,sin ser estrictamente partidista, ha res-pondido hasta hoy mayoritaria y disci-plinadamente a la conducción del líderrespectivo. Ciertamente, el manejo yel apoyo negociado de las estructurassindicales le han otorgado al peronis-mo una capacidad y una ventaja consi-derable en relación con otras fuerzaspolíticas organizadas, bien sea a lahora de gobernar o de cuestionar algobierno no considerado propio. Esterasgo se ha desplegado con toda suintensidad especialmente en momen-tos de crisis.Los cambios estructurales que hasufrido la sociedad argentina en lasúltimas décadas, principalmente elproceso de desindustrialización einformalización, y las correspondien-tes adaptaciones del discurso partida-rio le han privado al sindicalismoperonista de su rol de columna verte-bral del movimiento. Sin embargo,sigue siendo un puntal del modelopolítico al que sirve administrandoalgunas demandas sociales y constitu-yéndose en un sujeto oportunista -afavor o en contra, según haga faltadesde la particular concepción delpoder peronista- de la gobernabilidad.A 23 años del retorno de la democra-cia el peronismo sigue demostrando suvitalidad. Ha gobernado la Argentinadurante 16 años desde 1983 y se dis-

pone a avanzar en la reelección delactual gobierno.Cafierismo, menemismo, duhaldismoy el actual kirchnerismo no son sinouna prueba de la capacidad de adapta-ción del movimiento para perdurar enel poder, contribuyendo de ese modo aagigantar un mito que ya tiene 60años: la vivencia inalterable del pero-nismo.

* Profesora de Historia social argen-tina en la Carrera de Trabajo Social

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Cuando hasta una desgraciada biogra-fía (?) de John William Cooke, nacidade una pluma más cercana al gorilis-mo de derecha que al periodismo deinvestigación, adquiere circulación ur-gida, ciertas necesidades editoriales ypolíticas, ¿cómo no va a entenderse lanecesidad de que el peronismo -casicomo enigma- siga en discusión en lapolítica argentina?Es el gobierno de Kirchner el que pro-voca este desconcierto, de nuevo reno-vado, ante las impotencias de una po-lítica nacional que en la crítica del jus-ticialismo no consigue anidar una su-peración que quiebre las opciones que,de un lado y otro, le propone a la so-ciedad argentina.Las muertes anunciadas del peronis-mo suelen tener un arco de perspecti-vas que nacen desde el análisis cientí-fico hasta el prejuicio rencoroso. Hoyla Argentina padece una nueva situa-ción de desconcierto que, en realidad,transita, hacia un enfrentamiento polí-tico y social.Las historias y las interpretaciones so-ciológicas de los otros peronismos hansido escritas maceradas y hasta olvida-das. Los "cuatro peronismos"(Horowicz dixit) han quedado atrás: lanueva versión, el quinto jinete, es elperonismo de Kirchner. Frente a éstese organiza una nueva demarcación,aunque con recuerdos de viejos en-frentamientos.El primer peronismo, marca y sello,organizó a la sociedad a través de unfuerte modelo de estructuración queencuadró a las luchas sociales proleta-rias y les brindó triunfos específicos yuna identidad social y nacional.Sabemos cómo terminó este procesofundador. Culminación superadora del modelode Estado surgido de la década infa-me, con fuerte protagonismo estatal ymilitar, el peronismo organizó la justi-cia por afuera de la institucionalidadtradicional y en disputa victoriosa conla izquierda tradicional. No pudo de-rrotar al bloque oligárquico al que de-sertaron Iglesia y militares que supie-ron militar en sus filas.La marcha de los años resistencialesde 1955 a 1973 forjaron una instancia

liberacionista donde el ala izquierdadel peronismo fue forjando el peronis-mo de izquierda. Expresión protagóni-ca del regreso y la victoria electoral demarzo de 1973, ese peronismo revolu-cionario se enfrento a Perón y Perón loenfrentó. La derecha política lo consi-deró una sorpresa inclasificable y laentonces burocracia sindical lo evaluócomo un enemigo mortal.Pero estos adversarios internos, aque-llos a los que el general Agustín La-nusse aconsejaba dejar luchar en elpoder hasta desangrarse, tuvieron susaliados y enemigos externos. Los alia-dos de unos fueron los enemigos delos otros. La derecha propietaria y vi-caria de intereses hoy globales, lasinstituciones clásicas del poder -Iglesia y Ejército- lo enfrentaron. Ensuma, el bloque dominante, miró tácti-camente al peronismo de derecha-político y sindical- como un aliado. Yla izquierda peronista hizo a partir desus conducciones y sus organizacionesmucho de lo posible por favorecer lascondiciones, el momento y los objeti-vos del enfrentamiento que terminócon Perón y, luego de la muerte dePerón, con Isabel. Y, luego del derro-camiento de ella y su patético gobier-no, con la catástrofe agonal del geno-cidio procesista. De aquella catástrofepareció que el peronismo no podíaemerger con capacidad de gobierno ode supervivencia a mediano plazo.Luego de la represión cuadriculada delos desaparecidos, la derrota deMalvinas y el derrumbe del modeloeconómico que nos introducía forza-damente en el neoliberalismo, el modode recuperación democrática pareciódarle la razón. La victoria del radica-lismo alfonsinista cerraba el error his-tórico del '45.Pero las dos contribuciones de ese ra-dicalismo al sistema político termina-ron por ser absorbidas por la mayoríade la sociedad, mientras el proyectosocioeconómico naufragaba en el caoshiperinflacionario y la incapacidad pa-ra pactar la nueva versión del neolibe-ralismo o ensayar una sólida propues-ta para enfrentarlo.El peronismo de la derrota de 1983 sehizo democrático también en los tér-

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minos imprescindiblemente formalesque la época reclamaba, luego de ha-ber sido el mayor instrumento de de-mocratización del país en el siglo XX.Después de haber aceptado la auto-amnistía militar, el peronismo renova-dor fue educado en la práctica de losorganismos protagonistas de la vigen-cia de los derechos humanos. Pero deltímido ensayo de abrir el espacio delas privatizaciones que insinuaba el ra-dicalismo, el menemismo logró a par-tir de sus victorias electorales internasy externas, alinear de manera abruma-dora al peronismo en un práctica bru-tal del neoliberalismo. Ese populismode derecha fue admitido y ensalzadopor la derecha.Lo que en 1989 constituyó una victo-ria política, luego se transformó enuna ideológica y en un drástico reali-neamiento interno y externo. Apenasun puñado de intelectuales en 1985 yla primera proto-conformación delFrente Grande en 1991, con exiguo re-sultado electoral, marcaron la escisiónque se propuso superadora del pero-nismo, desde una matriz de izquierda.El Frente Grande llegaba, un tanto tar-de, a la conformación de esas forma-ciones de izquierda que, como el Fren-te Amplio oriental, la Izquierda chile-na, el PT brasileño y el PRD mexica-no se iban gestando, de una manera uotra, como la articulación de izquier-da, clase y pueblo que parecía dotar deuna real alternativa transformadoraprogresista a América Latina.Llegó el Frente de una mala manera.Casi toda la izquierda peronista sobre-viviente a la dictadura había pegado laretranca a una mala salida del movi-miento. Ni la derrota política, ni los lí-mites fundacionales e históricos delperonismo, ni el desarrollo de la prác-tica liberal de Menem condujeron a lamayoría de sus cuadros a la ruptura.Y, por otra parte, no se produjo unaelaboración de aquella derrota porquela conducción del FG no pudo autocri-ticar una práctica de la que no habíaparticipado. Los otros componentesdel FG tampoco le acumularon dota-ciones teóricas para una construcciónpolítica de nuevo tipo.El tríptico Frente Grande/Frepaso/

Alianza caminará cada vez más en elterritorio del neoliberalismo con elinstrumento eficaz de la lucha antico-rrupción. Frente a un peronismo des-concertado que miraba a Duhalde co-mo el retorno a la tradición abandona-da por Menem, tampoco asimiló ensus elementos más lúcidos lo que laderrota del gobierno de aquél implica-ba y lo que los cambios drásticos delneoliberalismo obligaban a repensar.La caída de la Alianza y la crisis de2001 tuvieron su cuota sospechosa decríticos con lúcidas profecías a poste-riori: el derrumbe condujo a la deva-luación, de ningún modo fue productode anticipaciones iluminadas. La ne-cesidad condujo a la revalorizaciónpragmática del mercado interno. De lasucesión de negativas e impotenciasde sucesivos candidatos peronistas,concurrió la gran sorpresa de la deci-sión electoral por Kirchner. Luego de más de tres años, la disposi-ción política de la Argentina conducea una nueva versión peronista en elpoder. Un peronismo sin citas dePerón y con algunas de Evita, con unadrástica reducción de liturgia tradicio-nal, con limitado uso del aparato par-tidario, salvo en el imprescindible tra-mo electoral, con una amplia convoca-toria que incluye dirigentes y cuadrosa derecha e izquierda del centro deldispositivo, con un formidable énfasisen el territorio de los derechos huma-nos y un fervor reformista del temamilitar, impensado para casi todos lossectores de la sociedad política y, casimucho más, para el propio peronismo.Y, sin embargo, este gobierno es -parauna oposición republicana, conserva-dora- la resurrección de lo peor del pe-ronismo, disparado hacia una versiónlibre del populismo que podría unirloa su producto más temible -para losEstados Unidos-: Chávez.El gobierno Kirchner y su brazo polí-tico, el Frente para la Victoria, articu-lan electoralmente una identidad enforja. Pese a la insistencia en supuestaradicalización extrema del proyectoen curso, éste podría enunciarse comoun capitalismo de orientación nacionalcon perfil desarrollista. Una línea deconstrucción de fuerte énfasis en la re-

ducción de la injusticia social, en lagestación de una política internacionalcon más amplios márgenes de inde-pendencia y la lucha, palmo a palmo,por el diseño del espacio mercosuria-no.Un nuevo peronismo que, integradopor casi todos sus elencos, integra sinque se reconozca como parte integran-te del mismo a una porción fundamen-tal del movimiento piquetero, a unenorme conjunto de cuadros prove-nientes del Frente Grande, de espaciosdel Frepaso y de los que regresan delARI. Por cierto, importantes porcio-nes del radicalismo reiteran en otra al-ternativa el curso del '46 de la JuntaRenovadora, junto al partido Laboris-ta. Este peronismo, populismo de iz-quierda, socialdemócrata, ha organiza-do a la sociedad política en dos blo-ques, la ha modernizado. Su progre-sismo social, de derechos humanos, dereforma militar de autonomía nacio-nal, retoma las mejores tradiciones pe-ronistas, sin las cargas conservadorasni el peso excluyente de la liturgia.

* Profesor de Diseño de la informa-ción periodística en la Carrera deCiencias de la Comunicación.

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El primer triunfo electoral de JuanDomingo Perón marcó el inicio de unconstante apoyo de las mayorías delpueblo argentino, cada vez que tuvooportunidad de elegir por las vías de-mocráticas, a ese proyecto de país queencarnaba el general y su compañera,María Eva Duarte.El fundamento de ese inquebrantableapoyo puede encontrarse en las pro-fundas y variadas modificaciones queimpulsara desde el gobierno tanto entemas de política económica, políticaexterior, culturales, sociales, educati-vos, vinculados con el sistema de sa-lud, etcétera, pero esencialmente ladevoción que el pueblo le profesabatuvo que ver con las políticas de dis-tribución del ingreso que con coraje ydecisión supo llevar a cabo ya desde elcargo de secretario de Trabajo yPrevisión.Y en el camino de la distribución delingreso, utilizó una herramienta fun-damental: el derecho del trabajo y dela seguridad social.Sin duda, los gobiernos de Perón, ade-más de lograr notables transformacio-nes en distintos campos del quehacernacional, se distinguieron y pasaron ala historia y quedaron impregnados enel sentir de los argentinos fundamen-talmente por los derechos laborales re-conocidos a la gran mayoría del pue-blo, que son los hombres y mujeresque trabajan. Es que estos derechos,además de dar satisfacción a las nece-sidades materiales, otorgan dignidad alos trabajadores.Perón tenía una postura definida a fa-vor de las mayorías y un claro enfren-tamiento con las minorías privilegia-das encarnadas por la rancia oligar-quía. Estas son claves de su constantetriunfo en las urnas.Perón lo decía explícitamente:"Dividimos al país en dos categorías:una, la de los hombres que trabajan, yla otra, la que vive de los hombres quetrabajan. Ante esta situación, nos he-

mos colocado abiertamente del ladode los hombres que trabajan". Esta ta-jante posición, declamada en los dis-cursos y llevada a la práctica en cadauna de sus decisiones, ha sido el moti-vo fundamental de sus aplastantes vic-torias electorales aun contra las másamplias coaliciones que se han vistoen la historia política de nuestro país.Siempre fue coherente en esta línea ynunca tuvo dobles discursos: estabadel lado de los trabajadores y nadie lodudaba.Así, los gobiernos de Perón lograron,no sin esfuerzo, construir un país polí-ticamente soberano, económicamenteindepediente y, sobre todo, socialmen-te justo. Ese ideal casi utópico e inal-canzable que significa la justicia so-cial era un hecho que palpaba cotidia-namente la gran mayoría del puebloargentino.A 60 años del inicio de esa construc-ción nos ha venido a la mente la pelí-cula El planeta de los simios. Este fil-me narra la historia de unos astronau-tas que en una nave espacial llegan aun lugar, que suponen extraterrestre, yque se encuentra dominado por gorilasque tienen como esclavos, o seres in-feriores, a los seres humanos. Despuésde muchas peripecias, el protagonistalogra huir de los gorilas y en su esca-pe llega a una playa desierta donde en-cuentra los restos de la estatua de laLibertad. Al verla, advierte que nuncahabía salido de la Tierra y que nuestroplaneta había sido destruido en un ho-locausto nuclear por los propios hom-bres. Entonces, dolorido, exclama:"¡Lo lograron, lo lograron!".Frente a esta cruda realidad, quienessomos especialistas en derecho deltrabajo y abrazamos con vocación ycompromiso social esta rama especialdel derecho, pisando con los pies latierra y sin huir de los gorilas, tendría-mos que afirmar lo mismo que el pro-tagonista de El planeta de los simios:¡lo lograron! El año 2000 nos encon-

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tró dominados.Es que después de haber recorrido elitinerario del Derecho del Trabajo enla República Argentina, normativa quees fiel reflejo de la política social deun país, podríamos acercarnos a for-mular algunas reflexiones.La primera de ellas sería indicar quedesde el comienzo del peronismo has-ta la última dictadura militar la legis-lación laboral tuvo un camino que im-plicó avances, por momentos con ma-yor energía y otros más tímidamente,pero casi siempre hacia adelante. Sidebiéramos graficarlo diríamos quehasta 1976 fue en una escala ascen-dente, más allá de algunos retrocesospuntuales.La dictadura militar produjo el primergran retroceso en materia de derechoslaborales. Antes de un mes de consu-mado el golpe, más precisamente el 23de abril de 1976, se dictó la regla esta-tal Nº 21.297, merced a la cual, aligual que con las personas, la dictadu-ra hizo desaparecer derechos.Sobre un total de 302 artículos que te-nía la Ley de Contrato de Trabajo, sederogaron 26 y se modificaron -muti-laron- otros 99. Es decir que se avan-zó sobre casi la mitad del articuladototal de la ley que fuera sancionada el20 de septiembre de 1974.Una nueva etapa comenzó con la recu-peración del Estado de Derecho en1983. Lejos de devolver siquiera partede los derechos laborales conculcadosdurante la dictadura, lo que lo sucediófue un derecho laboral construido aimagen y semejanza del modelo eco-nómico neoliberal iniciado con la dic-tadura por Martínez de Hoz, que arro-jó como resultado de su aplicación,aplaudida por el Fondo MonetarioInternacional, la crisis social, política,ética, moral y cultural que se desenca-denara en los hechos de diciembre de2001.Esta orientación de las políticas socia-les y laborales fue constante desde

1976 y hablando de ello no podemosdejar de mencionar la aparición de laflexibilización laboral que, después dedos años de intensas discusiones, sediera a luz en el mes de noviembre de1991 con la sanción de la LeyNacional de Empleo. En ese momen-to, la desocupación que iba a corregirla ley se situaba en el 6%. Los contra-tos basura, que fueron aprovechadosfundamentalmente por las grandesempresas, iban a ser la herramientapara bajar el desempleo.En 1994, el gobierno, las grandes cá-maras empresarias y la entonces CGToficialista celebran lo que se denomi-nó el Acuerdo Marco1 , que dio paso aotras leyes flexibilizadoras que, paracitar algunas de sus consecuencias,aumentaron los contratos basura, die-ron vía libre al fraude laboral a travésde contratos de aprendizaje y pasantí-as, armaron otra caja mediante lasART, bajaron las indemnizaciones pordespido, redujeron los derechos labo-rales de los trabajadores de empresasconcursadas, quebradas o simplemen-te "pequeñas", permitieron el aumentode la jornada de trabajo, debilitaron lafuerza de las organizaciones sindica-les, privatizaron la salud de los traba-jadores y sus jubilaciones, redujeronel salario familiar y los beneficiariosde estas asignaciones, legalizaron elpago en negro a través de tiques, am-pliaron el denominado período deprueba, que para nosotros no es másque un período de impunidad, etcéte-ra. La última de las reformas laboralesfue tal vez la más bochornosa y no só-lo por el escándalo desatado por laconfesión de uno de los cómplices dela coima, sino fundamentalmente porel contenido desprotector y antiobrerode sus disposiciones. Así nos encontróel 2000.Por supuesto que nada es para siem-pre. No es cierto que con estas normasregresivas termine la historia. Es evi-dente que ha comenzado una nueva

etapa para los trabajadores y para elpaís. La historia de los movimientossociales está signada por las marchas ycontramarchas.Éste es el momento del regreso, de vol-ver a recuperar los derechos arrebata-dos con sangre, con traición y con co-rrupción. Los empresarios lo saben yhan comenzado con operativos deprensa y todo tipo de actitudes reaccio-narias. El secretario general de la CGT,Hugo Moyano, tiene razón al afirmarque "cuando en el año 2000 se votó laley bochornosa y de soborno, ellos sequedaron calladitos. Cuando la dicta-dura militar arrasó con toda la legisla-ción laboral, también se quedaron ca-lladitos. Entonces, ahora que vuelvan aquedarse calladitos porque lo que esta-mos haciendo es recuperar los dere-chos perdidos del trabajador"2 .Si, como nosotros creemos, las leyesde la dictadura y del neoliberalismoantiperonista que todavía andan suel-tas son inconstitucionales e injustas,más tarde o más temprano, caerán.Entonces el final de la película seráotro. Los hombres no tendrán que huirde los gorilas, la estatua de la Libertadno estará destruida y las personas consensibilidad social podrán decir: "nolo lograron".

* Profesor titular de Derecho administra-tivo y procesal del trabajo en la Carrerade Relaciones del Trabajo

** Docente de Derecho del trabajo II enla Carrera de Relaciones del Tra-bajo

1. Acuerdo Marco para la equidad, la pro-ductividad y el empleo (25/7/94).

2. Clarín, 27/7/06.

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El fenómeno del peronismo, en sufase originaria, constituye sin lugara dudas uno de los procesos másindagados de nuestra historia con-temporánea. Este peculiar régimenpolítico, social y cultural ha mereci-do toda suerte de análisis en los quesobresale seguramente el papel ju-gado por sus dos figuras cardinales.Del mismo modo, las indagacionessobre las consecuencias del peronis-mo en la vida argentina pareceninmarcesibles, un término obligadode cualquier apreciación, entendidao no, acerca de nuestros avatares enel siglo pasado que llega hasta elpresente. Sin embargo, ciertas vetas quedantodavía casi inexploradas y creo queeso es lo que ocurre con la dimensiónde los derechos civiles, con el ordennormativo privado, seguramente opa-cado por el decisivo peso que alcanzanlas prerrogativas sociales debidas alperonismo y que han sido foco persis-tente de los abordajes. Como ha pues-to de manifiesto recientemente Isa-bella Cosse1 , la larga escala de la jus-ticia redistributiva debe completarsecon las intervenciones en el plano delos derechos civiles, especialmente enlo que atañe a la igualación jurídica delos hijos "ilegítimos". Nuestro CódigoCivil fue objeto de una revisión pre-cursora cuando eliminó las fórmulasominosas de la diferenciación basadaen el carácter de la filiación, algo queocurrió durante el segundo mandatodel general Juan D. Perón. Los atribu-tos de la ilegitimidad de los nacimien-tos habían servido para odiosas discri-minaciones que marcaban a los hijosadulterinos, sacrílegos, incestuosos.La procreación habida fuera del matri-monio legal -una experiencia hartorepetida y no sólo en las regiones rura-les del país- se revelaba como la fuen-te primigenia de la estigmatizaciónsocial. La sanción de la ley que equi-paró en derechos a las más diversasclases de filiaciones se irguió comouna conquista fundamental de la sobe-ranía individual. Cosse ha analizadode modo notable las diversas posicio-

nes de los debates, fuera y dentro delParlamento, y concluye acerca del sig-nificado reparador de la iniciativa quese distanció, como es bien sabido, delbeneplácito de la Iglesia. Si bien lasanción de la ley tuvo lugar cuando yase había hecho visible el malestar de lajerarquía católica con el régimen, nodebe ser vista como una provocación asus principios. La suerte social demuchos hombres y de muchas mujeresestaba ligada al signo crucial de lafiliación y, aunque se vivía una épocade cambios intensos y de incontestablemovilidad horizontal y vertical, lasbuenas marcas de nacimiento todavíaeran exigidas para el reconocimientosocial a mediados del siglo pasado.Juan Perón y Eva Duarte exhibíanseñales de las dificultades que com-portaba una filiación inadecuada.Ambos habían sentido en carne propialos puntazos del menoscabo y la humi-llación, aunque no hay dudas de que elensañamiento con Eva fue mayordebido a su condición de mujer, talcomo testimonian sus contemporáne-os y la vasta bibliografía que se le hadedicado. El propósito de obtener laequiparación de derechos estuvo porencima de cualquier cálculo destinadoa aumentar la fricción con la Iglesia.En mi opinión debe ser vista como unacontribución del régimen a favor de ladignidad, de la integridad moral, cuyamengua conocían no sólo los protago-nistas centrales del régimen, sino unaexpresiva cantidad de simpatizantes -yde opositores- a lo largo del territorio.Y su sanción, tal como propone Cosse,conviene ser observada como un apor-te a la gesta redistributiva del peronis-mo basado en bienes que implicabanmucho más que los de orden simbóli-co y de enorme impacto para la vidade los afectados.En la misma línea de incremento de lasoberanía individual debe colocarse lasanción del divorcio vincular. En otrolugar he analizado el límite de los libe-rales en nuestro país cuando se exami-nan las prerrogativas vinculadas alderecho privado2 , en notorio contras-te con sus más osadas iniciativas en

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materia pública. Antes de la sancióndefinitiva ocurrida recién en 1987, eldivorcio vincular sólo pudo discutirseen 1902, 1932 y 1954. En las dos pri-meras oportunidades las fuerzas libe-rales no fueron capaces de ir hasta lasúltimas consecuencias: en 1902 alproyecto le faltaron sólo dos votos enla Cámara de Diputados y en 1932 lasanción otorgada por la Cámara Bajanunca encontró eco en la de Senado-res. A diferencia del Uruguay, cuyosliberales radicalizados -adherentes albatllismo- sancionaron la norma en1907 y la ampliaron en 1913, las fuer-zas liberales de nuestro país no pudie-ron enfrentar consecuentemente losdesignios de la Iglesia, a cuyo poderhan temido (y continúan temiendo),circunstancia que ha hecho inflexionarde modo corriente sus convicciones. Debió esperarse a 1954 cuando elperonismo, tras un célebre debate,contribuyó a elevar los derechos civi-les de nuestro país con la aprobaciónde la Ley de Divorcio vincular.Lamentablemente, la norma apenaspuedo ser usufructuada. La Revolu-ción Libertadora se deshizo de la leypor un decreto y todavía nos debemosinterpretaciones acerca de la celeridadde este acontecimiento cuyo desentra-ñamiento obliga a ir más allá de la exi-gencia de la Iglesia. Sorprende la rela-tiva inacción de los sectores liberalesmás conspicuos -y de otros segmentospor cierto progresistas-, frente a lamedida, su incapacidad de resistir a laextinción de una norma crucial enmateria de derechos civiles.Finalmente insistiré con una perspec-tiva casi siempre soterrada. Me heocupado de persuadir acerca de lainexistencia de una política pro nata-lista durante el primer peronismo3

más allá de las inexorables adhesionesdel régimen a la preservación de lafamilia, de la retórica a veces exultan-te que predica sobre la valor supremode la madre en el destino potente de laNación. Pero las cargas axiológicassobre el vientre materno se contrapo-nen al mismo tiempo con el estado dedisponibilidad de las mujeres para ser-

vir hasta el sacrificio a "la causa dePerón". Esto último significa quedeben renunciar, si así lo demandaranlas circunstancias, a los deberes repro-ductivos y domésticos. No faltan aná-lisis sobre esta encrucijada 4 en que elperonismo coloca a las mujeres que lerinden adhesión. El abordaje de lascientos de censistas que forjarondesde la base el Partido PeronistaFemenino, y entre las que se seleccio-naron en gran medida las representan-tes parlamentarias -puesto que habíanprobado que estaban en condicionesde ser auténticas peronistas, alejándo-se de los hogares para ir a los lugaresmás remotos del país-, desmiente lapreteridad de las funciones conyuga-les y maternas. En el marco del Estadode Bienestar casi ningún país deOccidente dejó de sostener los dere-chos fundamentales de la familia y lamaternidad mediante diversas formasde reconocimiento, y la más extendidapor cierto fue el pago de las asignacio-nes familiares. Pero no debe confun-dirse con una política pro natalista quesignificaba, a la manera instrumentadapor los regímenes totalitarios -nazis-mo, fascismo, franquismo-, una seriede medidas que iban desde el impedi-mento del trabajo extradoméstico delas mujeres y el pago de primas a lasmás paridoras, hasta la prohibición dela venta de anticonceptivos y elaumento de las penalidades por elaborto provocado. No es el caso delprimer peronismo, que se mantuvoajeno a estas iniciativas. El hecho deque los discursos oficiales siguieranpregonando acerca de las ventajas dela familia y se reconviniera a éstasobre el alcance de su mandato mora-lizador, ejemplar para la formación dela conciencia infantil, y que se deposi-tara en las funciones maternas unamayor dosis de confianza para instau-rar la comunidad organizada que avi-zoraba el peronismo, no lo coloca enuna situación excepcional. En efecto,todo el espectro político, de derecha aizquierda, comulgaba en gran medidacon valores centrados en cierto arque-tipo de familia, y aunque los horrores

del nazismo habían mostrado la verda-dera estirpe de la doctrina eugenésicay ésta se hallaba en bancarrota, el ima-ginario compartido todavía creía en elpapel fundamental de una buenaherencia forjada en el molde de unabuena familia. No era necesario enton-ces promover deliberadamente lamayor natalidad, puesto que un exce-so de nacimientos podría significar elincremento de taras y mayor probabi-lidad de riesgos degenerativos. Al nopromover el natalismo y mejorar lacondición social de los vastos sectoresasalariados, el peronismo contribuyó ala autonomía de las mujeres respectode las decisiones sobre embarazos. Suabstención en materia de una legisla-ción que aumentara las penas del abor-to significó un refuerzo de las garantí-as civiles que, como ha podido verse,fue un empeño no menor del primerperonismo.

* Profesora de Historia latinoameri-cana en la Carrera de Sociología

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Isabella Cosse (2006): Estigmas denacimiento. Peronismo y orden de fami-liar 1946-1955, Buenos Aires, FCE. Dora Barrancos (2006): "ProblematicModernity: Gender, Sexualitand Repro-duction in Twentieth Century Argenti-na" en Journal of Women´s History,Vol. 18 Nº 2.Dora Barrancos (2001): "Iniciativas ydebates en materia de reproduccióndurante el primer peronismo (1946-1952)" en Mario Boleda y María Ceci-lia Mercado Herrera (ed.): Salta, SEPO-SAL/Gredes.Ver especialmente Karina Ramasciottiy Adriana Valobra (comp.) (2004):Generando el peronismo: estudios decultura política y género (1946-1955),Buenos Aires, Proyecto Editorial.

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1. Las representaciones colectivas, defini-das en sentido durkheimniano, surgen desituaciones de movilización social en lasque se fusionan las creencias, las ideas ylas formas de sentir de los individuos ogrupos que, directa o indirectamente, par-ticipan de esos procesos instituyentes denuevas visiones de la sociedad. Las repre-sentaciones colectivas en el ámbito políti-co estipulan los principios ético-políticos odoctrinarios generales, los recursos o pro-cedimientos estimados legítimos paraalcanzar las metas deseadas, las normaspara regular las relaciones dentro del "nos-otros" y con los "otros", etc., que operancomo elementos condicionantes de lasorientaciones en la escena pública. Paraanalizar las transformaciones de las repre-sentaciones colectivas peronistas o justi-cialistas, seleccionaremos como observa-bles empíricos datos históricos significati-vos y relacionaremos explicativamenteesas transformaciones con los cambiosregistrados en los sustratos de los tejidossociales.

2. Las representaciones colectivas peronis-tas surgieron de la movilización espontá-nea de un gran número de personas, entrelas que prevalecían los integrantes de lossectores de menores ingresos, creándoseuna situación de efervescencia social en laque se formó un nuevo ideario político cen-trado en el reclamo de mayor justiciasocial. El segundo componente de esasrepresentaciones colectivas fue de origenburocrático estatal, elaborado por los diri-gentes que tendieron a dar coherencia, aorganizar y a disciplinar bajo la forma depolíticas públicas y de doctrina guberna-mental lo que en principio eran demandassociales escasamente ordenadas por quie-nes eran sus apoyos populares moviliza-dos. Dirigentes y dirigidos, con más ámbi-tos de celebración que de deliberación, for-talecieron a lo largo de la década 1945-55el movimiento político en el que se combi-naron los reclamos populares con la acciónracional con arreglo a fines de los conduc-tores de las burocracias estatales. En losinicios de ese decenio la tendencia a laburocratización estatal de las representa-ciones colectivas peronistas se vio contra-rrestada por las movilizaciones socialesque las revitalizaban. En la segunda mitadde la década, el protagonismo popular per-dió empuje, cuestión que fue común vincu-lar al fallecimiento de Eva Perón, conside-rada como nexo informal entre la moviliza-ción social y los aparatos estatales. En tér-minos sociológicos, cabe sostener que enesa segunda etapa la mayor integraciónsocial de los sectores populares posibilitóel control burocrático-estatal sobre los mis-mos, un buen ejemplo al respecto fue laprohibición de las huelgas obreras.

3. En 1955, ante la sublevación de unpequeño grupo militar, la tensión entre elcomponente popular y el burocrático quese combinaban en las representacionescolectivas justicialistas se resolvió a favordel segundo y, como en un trámite admi-nistrativo a puertas cerradas, las autorida-des castrenses asumieron el fideicomiso dePerón y aceptaron las exigencias golpistas.Por su parte, los dirigentes y los apoyospopulares del justicialismo revelaron esca-sa capacidad de reacción. A dos años de sudestitución, Perón escribió: "el PuebloArgentino, no difiere de los demás pue-blos... no se le puede pedir que esté for-

mado de santos y héroes. Frente al ataquede la reacción y a la traición y defecciónde las Fuerzas Armadas, hizo lo único quepodía hacer: no hacer nada. Los dirigen-tes, es indudable, no estuvimos a la alturade nuestra misión y un Pueblo sin dirigen-tes tarda en reaccionar" (Cichero, Marta:Cartas peligrosas de Perón, Buenos Aires,Planeta, 1992, pág. 314).

4. Entre 1955 y 1973, las elites militares ylos principales actores socioeconómicostuvieron como principal objetivo impedirque Perón, con el apoyo electoral de lamayoría de los sectores populares, retorna-se a la conducción de los aparatos estata-les. Sin embargo, los jefes más influyentesde las Fuerzas Armadas no se opusieron ala participación en los comicios de parti-dos neoperonistas provinciales que produ-jeron las primeras divisiones justicialistas.Por su parte, los dirigentes sindicales tam-bién se mostraron proclives a fracturar launidad del peronismo y desplegar estrate-gias centradas en sus propios intereses cor-porativos. En las condiciones adversas deproscripción de sus estructuras legales, depersecución de sus dirigentes más decidi-dos a resistir y de represión de las orienta-ciones gremiales más combativas, el sus-trato social del justicialismo tendió a frag-mentarse y esa situación se relacionó dia-lécticamente con la declinación de la capa-cidad de las representaciones colectivasjusticialistas para imponer límites ético-políticos o doctrinarios a las iniciativas delas dirigencias y estímulos a la moviliza-ción de las bases. Si bien las tendencias ala autonomización de los dirigentes neope-ronistas y al corporativismo de los sindica-les son los observables empíricos más cla-ros del debilitamiento de las representacio-nes colectivas peronistas, otro dato esigualmente elocuente: el desinterés por lalucha política de los dirigentes que formal-mente aceptaban las estrategias propuestaspor Perón; sobre ellos el exiliado caudillodecía a mediados de 1967: "Los dirigentespolíticos están apáticos porque están can-sados de la larga lucha, porque temen a larepresión y porque no hay incentivos decargos a la vista, en consecuencia, habráque buscar remedios a estos males condiversos arbitrios. En cuanto a los diri-gentes sindicales, empeñados en interesesparciales, personales o de círculos, será

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preciso irlos raleando paulatinamente porlo menos de la conducción efectiva dondeson peligrosos, para remplazarlos porotros que, aunque fueran menos 'habilido-sos', por lo menos fueran más honestos yperonistas". (Carta a Alberte, Madrid, 14de junio 1967, en Gurrucharri, Eduardo:Un militar entre obreros y guerrilleros,Buenos Aires, Colihue, 2001, pág. 143).Sin duda, el cansancio y la búsqueda debeneficios personales, podían ser dimen-siones subjetivas visibles en la superficiede los comportamientos, pero en las clavesde nuestro análisis se trataba de manifesta-ciones de la pérdida de eficacia de las vie-jas representaciones colectivas.

5. La época en que Perón criticaba a susdirigentes no era de quietud social. Con lasmovilizaciones sociales contra la dictadurade Onganía comenzaban a generarse nue-vas representaciones colectivas que influ-yeron en amplios sectores de la sociedad yllevaron a los replanteos ideológicos a casitodas las fuerzas políticas. Los sentimien-tos antidictatoriales y el voluntarismo polí-tico encontraron su hecho mítico en lasublevación popular cordobesa de mayo de1969. En los más diversos ámbitos de lavida social se fueron autoinstituyendovisiones antisistema y revolucionarias, quelegitimaron nuevos recursos para la acciónpolítica, imaginaron objetivos más audacesde cambio social y desdibujaron objetiva-mente las fronteras entre sectores de distin-tas procedencias culturales o ideológicas.En parte, las nuevas representacionescolectivas se combinaron con las del pero-nismo, cuestión que se puede observar enlas tendencias a la radicalización de secto-res cuantitativamente menores, pero noinsignificantes, de su dirigencia. Además,las representaciones colectivas justicialis-tas, con sus criterios doctrinarios debilita-dos, resultaron escasamente eficaces paraimponer límites a quienes de modo mole-cular primero y a granel luego adhirieron alperonismo con ideas de izquierda.

6. En 1973, con la vuelta al gobierno,todas las fracciones justicialistas intenta-ron dar legitimidad a sus requerimientosmateriales y simbólicos aludiendo a episo-dios lejanos o recientes y los conflictostendieron a hacerse violentos en la medidaque carecían de la contención normativa

que anteriormente provenía de las repre-sentaciones colectivas compartidas. Si enlos años fundacionales Perón había corpo-rizado la fuerza de esas representacionescolectivas, si en el exilio su autoridadhabía menguado junto con la declinaciónde esas capacidades instituyentes, su retor-no al país mostró que la variable indepen-diente no era la acción del gran jefe y quesu poder de convocatoria dependía de fac-tores que escapaban a su control. En lostres años de gobierno peronista se hizoigualmente evidente que los aparatos esta-tales no podían convertirse en el locus desociabilidad política del que surgiese unaconducción burocrática capaz de imponeruna solución pacífica o parapolicial. Sincapacidades estatales, sin representacionescolectivas unificadoras y con sustratossociales corporativizados, la experienciagubernamental fue inviable.

7. La dictadura militar procesista alteróprofundamente el conjunto de los sistemasde relaciones sociales y políticas, afectan-do, sobre todo, al peronismo con la atomi-zación de su sustrato social provocada porel terrorismo estatal y por los efectos de ladesindustrialización. La gran consecuen-cia no buscada del "proceso" fue la sensi-bilización de la mayoría de la población enla defensa de los derechos humanos y en elantimilitarismo. El justicialismo post-pro-ceso pareció no poder encontrar una iden-tidad en una situación en la que las invo-caciones a sus representaciones colectivasfundadoras carecían de sus anteriores sus-tratos sociales; frente al mundo popularfragmentado, las interpelaciones que habí-an sido efectivas en otros momentos fue-ron escasamente operativas. El voto pero-nista volvió a repuntar en 1989, pero con-vertido en una conducta tradicional, unefecto residual de las representacionescolectivas de otrora, que llevó y mantuvoal menemismo al gobierno durante diezaños. Sin embargo, la ausencia de movili-zaciones populares y, más en general, labaja intensidad de esos apoyos reveló elocaso de las representaciones colectivasjusticialistas. Esa declinación dejó a losdirigentes peronistas libres de los condi-cionamientos ético-políticos y doctrinariosque hubiesen cohibido su adhesión al neo-liberalismo, con la privatización de empre-sas públicas y el retroceso de las legisla-

ciones sociales, en un marco global queadjudicaba al peronismo de los años '40 elcomienzo de la decadencia nacional. Enesos años fue notorio que las viejas repre-sentaciones colectivas peronistas tampocoproveían de sentido a las acciones contrael neoliberalismo de los nuevos activistasdel mundo popular.

8. Actualmente, al kirchnerismo cabecaracterizarlo como una experienciagubernamental en la que se combinan,como capas geológicas, estratos de ideas yde representaciones colectivas que inclu-yen las de origen peronista pero que, tam-bién, las desbordan. Sin movilizacionessociales previas ni gestas fundadoras, nosurgieron representaciones colectivaskirchneristas susceptibles de encuadrar loslímites de la acción de quienes orientan lapolítica oficial o les dan apoyo electoral.En la coalición kirchnerista convergen,desde horizontes no precisamente compati-bles, las burocracias territoriales ancladasen lo local con quienes adhieren con ladefensa de los derechos humanos, ladimensión más universal de la política;sectores de los movimientos piqueteros conlos sindicalistas "realistas" que calculanpermanentemente costos y beneficios, per-sonales y corporativos; los que mantienenvivas las referencias a las representacionescolectivas antisistema de los tempranos '70y los que participaron del menemismo;muchos de los que pidieron que se "vayantodos" junto con no pocos de los que tení-an que irse. En el plano de la sociedad, losaltos porcentajes de adhesiones que recibela gestión presidencial expresan la ilusiónde muchos que es algo distinto que una ilu-sión colectiva, pues la primera tiene comosoporte a individuos fragmentados mien-tras que la segunda supondría un nivel deefervescencia social que suture imaginaria-mente a esos sujetos en una idea de comu-nidad de destino, al estilo de las que prego-naba el viejo peronismo. Está lejos denuestro enfoque sociológico formular pre-dicciones, bastante habrá inquietado estetexto a quienes se preguntan si se puedenelaborar explicaciones a partir del concep-to de representaciones colectivas, algo quesegún los empiristas y los economicistas noes posible medir o mirar. * Profesor de Análisis de la SociedadArgentina en la Carrera de Sociología

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LIBROS

Yolanda GampelEsos padres que viven a través de mí.La violencia de Estado y sus secuelasBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 179 páginas.

Slavo ZizekVisión de paralajeBuenos Aires, FCE, 2006, 473 páginas.

Eduardo SartelliLa cajita infeliz. Un viaje a través delcapitalismoBuenos Aires, Ediciones r y r, 2006, 773 páginas.

Loïc WacquantEntre las cuerdas. Cuadernos de unaprendiz de boxeadorBuenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,2006, 251 páginas.

Stephen Robbins Comportamiento organizacionalMéxico, Pearson, Educación, 2004, déci-ma edición, 675 páginas.

Ricardo MaliandiÉtica: dilemas y convergencias.Cuestiones éticas de la identidad, laglobalización y la tecnologíaBuenos Aires, Editorial Biblos, 2006, 253 páginas.

Alain Blanc, Jean-Marie Vincent (directo-res) La recepción de la Escuela de FrankfurtBuenos Aires, Nueva Visión, 2006, 302 páginas.

Marta DianaMujeres guerrilleras. Sus testimoniosen la militancia de los setentaBuenos Aires, Grupo Editorial Planeta,reimpresión 2006, 450 páginas.

BalieroEditado por la Facultad de Arquitectura,Diseño y Urbanismo, UBA, 2006.

Mario Carel, Oswald DucrotLa semántica argumentativa. Una intro-ducción a la teoría de los bloques se-mánticosBuenos Aires, Ediciones Colihue, 2005,231 páginas.

Ana Ferullo de ParajónEl triángulo de las tres "P". Psicología,participación y poderBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006.

Joan CopjecImaginemos que la mujer no existe. Ética y sublimaciónBuenos Aires, FCE, 2006, 332 páginas.

Fabián HarariLa contra. Enemigos de la Revoluciónde Mayo, ayer y hoyBuenos Aires, Ediciones r y r, 2006, 240 páginas.

Daniel JamesResistencia e integración. El peronismoy la clase trabajadora argentina, 1946-1976Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,2006, 359 páginas.

Frans van Eemeren, Rob Grootendorst,Francisca Snoeck HenkemansArgumentaciónBuenos Aires, Editorial Biblos, 2006, 187 páginas.

Hugues PoltierClaude Lefort. El descubrimiento de lopolíticoBuenos Aires, Nueva Visión, 2005, 92 páginas.

Isabella CosseEstigmas de nacimiento. Peronismo yorden familiar, 1946-1955Buenos Aires, FCE, 2006, 206 páginas.

Beatriz SarloTiempo pasado. Cultura de la memoriay giro subjetivo. Una discusiónBuenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,2005, 166 páginas.

Paul-Laurent Assoun, Marcos Zafiropou-los (directores) Lógicas del síntoma lógica pluri-disci-plinariaBuenos Aires, Nueva Visión, 2006, 238 páginas.

Miguel Bonasso Recuerdo de la muerteBuenos Aires, Grupo Editorial Planeta,reimpresión 2006, edición definitiva, 450 páginas.

Roger DroitEntrevistas con Michel FoucaultBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 122 páginas.

Mariana di Stefano (coordinadora)Metáforas en usoBuenos Aires, Editorial Biblos, 2006, 254 páginas.

José ZancaLos intelectuales católicos y el fin de lacristiandad. 1955-1966Buenos Aires, FCE, 2006, 256 páginas

Silvia BleichmarParadojas de la sexualidad masculinaBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 165 páginas.

Tulio Halperín DonghiArgentina en el callejónBuenos Aires, reedición Ariel, 2006, 219 páginas.

Remo BodeiLa chispa y el fuego. Invitación a la filosofíaBuenos Aires, Editorial Biblos, 2006, 175 páginas.

Claudio RamaLa Tercera Reforma de la educación superior en América LatinaBuenos Aires, FCE, 2006, 240 páginas.

Homi Baba, W. Mitchell (compiladores) Edward Said. Continuando la conversa-ciónBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 260páginas.

Tulio Halperín DonghiLa larga agonía peronistaBuenos Aires, reedición Ariel, 2006, 142 páginas.

Theodor Adorno, Thomas MannCorrespondencia 1943-1955Buenos Aires, FCE, 2006, 184 páginas.

Judith ButlerVida precaria. El poder del duelo y laviolenciaBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 192 páginas.

Publicaciones recibidas

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Avances de investigación

A continuación de estas líneas ustedes se encontrarán con los resúmenes de las investigaciones de la convocatoria de proyectos UBACyT de nuestraUniversidad denominada "Urgencia Social"1 . Esta convocatoria se realizó en el año 2003 y los proyectos se desarrollaron durante los años 2004 y2005. Con el objetivo de promover los intercambios entre los equipos y proponer acciones conjuntas de difusión e incidencia pública de los resultadosdesde la Secretaría de Investigación de la Facultad organizamos una reunión con estos equipos. Estas investigaciones tienen desde nuestra pers-pectiva un gran valor ya que a partir de experiencias concretas realizaban aportes en dos direcciones interesantes: por un lado generaban conoci-miento sobre problemas de relevancia en términos de la situación social y al mismo tiempo suponían, ya desde su formulación, prácticas de trans-ferencia efectiva hacia grupos afectados por la crisis económica y social. A los fines de contextualizar los artículos producidos por las investigado-ras y los investigadores nos vamos a explayar sobre estas dos cuestiones que consideramos deben volver a los debates sobre la función de la inves-tigación en nuestra Universidad.

La discusión de la urgencia o la urgencia de la discusión

La palabra urgencia, cuando es utilizada como adjetivo, suele quitar valor al sustantivo. Desde el sentido común la urgencia social es consideradaun problema breve en tiempo y que conlleva una premura de acción. Si bien podríamos estar parcialmente de acuerdo con la premura en la acción,la brevedad en los tiempos en la llamada "crisis social" es discutible. De hecho, la urgencia ha sido un fundamento indiscutido de las acciones palia-tivas que acompañaron el empobrecimiento del país. En cambio, la lectura de los informes de los investigadores evidencia que no se trata de aportes sobre una realidad generada en un corto tiempo,cercano al 2001, sino de las modificaciones que viene padeciendo la sociedad en términos estructurales. En este sentido, las investigaciones queaquí se comentan no hacen honor a la urgencia en términos de lo temporal, sino a la urgencia en términos de importancia del abordaje de estascuestiones.Generar conocimiento que permita sustantivar, develar los problemas sociales, en especial los que afectan a los grandes contingentes de personasen su capacidad de reproducción social o en el ejercicio de sus derechos debe convertirse en prioridad, tanto para aportar al debate general sobreel conocimiento de la sociedad, como para generar las herramientas que permitan la superación de los problemas y no sólo apagar los incendios delas urgencias.

Trasferencia, función social y comercialización

Pensar a la transferencia sólo como comercialización es una tara que fácilmente puede fundarse en el análisis de lo que ocurrió en gran parte de losorganismos científico-tecnológicos en las últimas dos décadas. En este sentido, el término transferencia es resistido, y podría agregarse que conrazón, por una parte importante de los investigadores. La Universidad de Buenos Aires tuvo fuertes prevenciones en relación con la pérdida de autonomía que supone supeditar el financiamiento de lasinvestigaciones a fuentes de financiamiento externas, al menos en los aspectos estatutarios, hasta la década del 90. Esta situación fue radical-mente modificada por la apertura a las fuentes de financiamiento directo. En el campo de las ciencias sociales no ha sido tan masiva la influencia de empresas sino que ésta puede identificarse de manera más significativa pororganismos internacionales de crédito, especialmente el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que lograron orientar e incluso impo-ner conceptos de lectura de la realidad social que escandalizarían por su falta de profundidad a cualquier alumno de grado.Reconocido esto, es importante señalar que en la discusión sobre la autonomía, la función social y la transferencia es un error creer que la situa-ción puesta en cuestión es un problema inaugurado en la década del 90. En este sentido, puede resultar un buen ejercicio el recuperar preguntas odirectamente cuestionamientos que supo tener desde sus adentros y también desde otros espacios la Universidad argentina. Desde las propuestasde Jorge Sábato y Oscar Varsavsky hasta las propuestas locales de investigación-acción merecen volver a ser problematizadas. Es interesante con-tinuar estos debates que alguna vez desde distintos espacios pusieron en cuestión a la función social de la Universidad.

Invitamos entonces a las lectoras y a los lectores interesados a involucrarse en la lectura, considerando que esta experiencia aportará, no sólo enlos conocimientos de las problemáticas específicas que aquí bien se plantean (la de las formas de organización en torno a los emprendimientos pro-ductivos, la de las formas de ejecución de políticas estatales, la de los nuevos procesos de migración, la de las políticas para jóvenes, etc.) sinotambién en las formas en que se recrean viejas y nuevas formas de vinculación con grupos afectados y con problemáticas sociales.

Ana J. AriasSubsecretaria de Investigación

1. El artículo sobre el proyecto UBACyT dirigido por la profesora Marta Panaia sobre Accidentes de Trabajo en el Sector Informal que forma parte deesta convocatoria se encuentra publicado en el dossier central del número 63 de esta revista.

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Urgencia social

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Avances de investigación

ste proyecto tuvo como principal obje-tivo el desarrollo de esquemas de for-

mación, asesoramiento e interrelacióncon trabajadores desocupados involucra-dos en la puesta en marcha de emprendi-mientos productivos. Estas accionesintentaban, en la formulación inicial,aportar a la conformación de Redes Pro-ductivas Solidarias para la generación defuentes de trabajo digno.Para ello, nuestro equipo de trabajo serelacionó con distintos emprendimientoso redes de emprendimientos, ligados enalgunos casos a movimientos piqueteros ya experiencias de recuperación de fábri-cas. Con algunos de ellos, las accionesdesarrolladas se limitaron a una etapa dediagnóstico o al asesoramiento en nece-sidades puntuales. Pero en dos organiza-ciones se llevó a cabo un proceso com-plejo de diagnóstico participativo y detrabajo conjunto en pos de la solución dealgunos de sus problemas. Nos referimosal "Proyecto Comunitario 8 de mayo", deJosé León Suárez (que nuclea a trabaja-dores que viven del "cirujeo" en el rellenosanitario del CEAMSE, con los cuales setrabajó en un proyecto de Planta de Cla-sificación y Selección de Residuos) y a laCooperativa "Reciclando Sueños" de LaMatanza (que se dedica al acopio y reci-clado de plásticos recolectados por car-toneros, acondicionándolos para sureventa directa o transformándolos en uninsumo pre-procesado).Enmarcamos nuestras acciones en unamodalidad de investigación-acción, porlo cual la relación entre nuestro equipo ycada una de las organizaciones partiódesde las demandas de estas últimas

para construir vínculos que facilitaran elaprendizaje mutuo. Tales demandasabarcaban un amplio rango de problemá-ticas vinculadas tanto a cuestiones inter-nas de organización del proceso de tra-bajo o de la toma de decisiones colectiva,como a sus interrelaciones con otrosactores externos (organismos del Estadonacional, provincial y municipal, ONGs,etcétera).La puesta en marcha de las actividadesespecíficas requirió de la construcción deuna metodología de trabajo basada enlos principios de la educación popular,entendiendo que la construcción colec-tiva del conocimiento debe partir de unareflexión sobre la propia práctica de lossujetos involucrados. Para ello pusimosen marcha una serie de talleres partici-pativos orientados al tratamiento decuestiones que habían sido diagnostica-das por cada organización como proble-mas a resolver. Dentro de los talleres seutilizaron técnicas expresivas basadas enel empleo de materiales gráficos y audio-visuales, recuperación de experiencias,trabajo en pequeños grupos, discusionesplenarias, etcétera.Un aspecto importante fue reconocer yvalorizar al espacio dedicado a la refle-xión y formación colectiva como unámbito de trabajo más, y por ende incor-porado al resto de las prácticas producti-vas de las organizaciones. Nuestro rol enlos talleres estaba relacionado básica-mente con la coordinación y facilitaciónde la dinámica grupal que permitía poneren claro los acuerdos y las diferencias,algunas explícitas y otras no tanto, queexistían entre los integrantes, para así

trabajar sobre aquellas cuestiones dondehabía desacuerdo, y buscar soluciones alos problemas detectados en estecamino. Nuestra posición, por una parteinterna al trabajo conjunto en los talle-res, pero a la vez externa a las prácticasdel grupo, permitió que en conjuntopodamos poner en evidencia estas cues-tiones, recuperando ejes y temas relevan-tes e identificando nuevas metas y de-safíos. Todo este proceso fue rigurosamenteregistrado y críticamente analizado porparte del equipo. Esta sistematizaciónsirvió como insumo para la elaboraciónde un material didáctico denominado"¿Por qué y para qué es importante pen-sar sobre lo que hacemos? Materialespara la reflexión colectiva en organiza-ciones sociales productivas". Esta publi-cación recupera la experiencia realizada ydesarrolla propuestas concretas para sureplicación en otros emprendimientos, yaque los ejes temáticos planteados sonestratégicos para la consolidación deorganizaciones sociales productivas.El pasaje de la lógica académica alacompañamiento de los actores socialesimplicó la necesidad de cuestionarnosnuestra responsabilidad ética y nuestrogrado de implicación. Estos dilemassupusieron desafíos permanentes, quellevaron a una dinámica de discusionesperiódicas, fortaleciendo así nuestro pro-pio colectivo. Asimismo, los vínculosconstruidos con las organizaciones requi-rieron la continuidad del trabajo, dandolugar a nuevos proyectos y líneas deacción conjunta.

Prácticas de organización en emprendimientos productivos de trabajadores desocupados

Proyecto UBACyT S706: "Articulación de emprendimientos autogestivos y microempresas como estrategia de los sectorespopulares frente al desempleo"

Director: Osvaldo BattistiniIntegrantes: Sebastián Carenzo, Cecilia Cross, Nicolás Diana, Ada Freytes Frey, Verónica García Allegrone, Martín Guinart,Pablo Miguez. Contacto: [email protected]

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Fortalecimiento municipal y emergencia social

Proyecto UBACyT S703: "Fortalecimiento municipal y emergencia social. Políticas socio productivas para el desarrollo local"

Directora: Adriana Clemente Integrantes: Ana Arias, Judith Barchetta, Javier Bráncoli, María I. Bertolotto, Mónica Girolami y Hernán MonathContacto: [email protected]

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urante la crisis de 2002 y 2003 los sec-tores de menores recursos buscaron en

los gobiernos municipales apoyo para susiniciativas de intercambio (trueque), co-mercialización de productos artesanales(ferias) y acceso a subsidios y donacionespara la manutención de comedores públi-cos, micro emprendimientos e iniciativas deautoconsumo. Municipio y organizacionessociales generaron prácticas compensato-rias, que derivaron en políticas sociales dealcance nacional, como es el Plan Manos ala Obra (MDS) y otros proyectos (provincia-les y municipales) con orientación socioproductiva. Este proyecto de investigación se propusoidentificar y conceptualizar los mecanismosque posibilitaron ingresar a la agenda pú-blica local una concepción de política so-cial socio productiva, que promueva meca-nismos de integración social de los sectoresque son objeto de políticas de asistenciadirecta por la falta de ingresos1.

En este trabajo entendemos por políticassocio productivas a las estrategias de aten-ción a los problemas derivados por la faltade ingresos que persiguen reducir los nivelesde pobreza, mejorando el ingreso de laspersonas a través de la producción de bie-nes y/o servicios, ya sea para la venta, eltrueque o el autoconsumo. Se trata de polí-ticas inclusivas que promueven la asociati-vidad desde una perspectiva de economíasocial.Los avances realizados en el marco del pro-yecto verifican la centralidad de las accio-nes asistenciales en la dinámica cotidianade los territorios y la dificultad para supe-rar las prácticas de autoconsumo en vistasa la generación de ingresos que reduzcan ladependencia con los distintos tipos de sub-sidios. A su vez se verifica que la contribu-ción a la economía familiar de los empren-dimientos sociales de base productiva con

sectores excluidos depende del grado deinstitucionalización que adquieran las polí-ticas de transferencia (capital social y fi-nanciero), particularmente en su nivel deimplementación local. En cuanto al desempeño de los gobiernosmunicipales y al grado de institucionaliza-ción de este tipo de enfoque, hasta la fechase observa que a pesar de la heterogenei-dad de las experiencias los municipios me-dianos y grandes han introducido cambiosen los procedimientos, los enfoques y laasignación presupuestaria destinada acomplementar la asistencia directa conprogramas socio productivos. En este nivellos problemas son de tipo político y técnico,más que financiero. También se observa di-ficultad para articular las incipientes agen-das de desarrollo local (resultado del creci-miento de las economías locales) con estetipo de políticas sociales, aspecto que re-mite a que persiste la asimilación de creci-miento económico y desarrollo como sinó-nimos, sin atender a los efectos del creci-miento en la profundización de las de-sigualdades.

Algunos resultados del cambio de enfoqueDe manera preliminar y en relación con lasprimeras evidencias de evaluación, se pue-de observar que estas políticas movilizan unconjunto de capacidades; su valor principales la restitución de capacidades para eltrabajo y la cooperación entre diferentessectores de la sociedad. Esto en sí mismo yaconstituye un aporte diferenciado a la con-solidación de círculos de ayuda solidaria depares para alcanzar condiciones de repro-ducción. Por el tipo de articulación, centra-da en la producción y no en el consumo desubsistencia, la relación de los beneficia-rios con el Estado en estos proyectos tam-bién puede ser menos asimétrica. Finalmen-te, la posibilidad de restablecer saberes re-

lacionados con el trabajo (especialmenteoficios) que vuelven a ser socialmente valo-rados, también contribuye a la construcciónde canales de integración social. En cuantoa dificultades, el cambio de enfoque estáatravesado por la condición de alta depen-dencia que tienen las familias más pobresrespecto de los canales de abastecimientode subsistencia, que poco tienen que vercon la capacitación, el emprendedurismo yel tiempo necesario para lograr que los pro-yectos alcancen resultados tangibles enmateria de ingresos. De ahí que ubicar a es-tas políticas en un campo de respuesta me-diático y urgente es atentar contra su futu-ra consolidación como estrategia comple-mentaria de los programas de ingresos. Fi-nalmente observaremos que en la medidaen que no existan condiciones generalespara el desarrollo local y regional desde unaperspectiva redistributiva y de integración,estos programas socio productivos estánexpuestos a reproducir parte del problemasobre el que pretenden actuar que es la po-breza y el asilamiento de las experiencias.

1. El trabajo de campo comprendió el releva-miento de áreas de producción en seis gobiernosmunicipales y dos estudios de caso: uno de LaMatanza, en la provincia de Buenos Aires, y unodel interior del país, como es el caso de la ciudadde Rosario (provincia de Santa Fe). Estos gobier-nos locales por su tamaño, población con NBI ydesarrollo de las organizaciones en proyectosproductivos, permitieron un campo apropiadopara el análisis de las hipótesis propuestas. Almismo tiempo se indagó sobre la experiencia de40 organizaciones de base e intermedias que vie-nen desarrollando iniciativas en esta línea. Másde la mitad de este grupo participa del Programade Fortalecimiento de la Sociedad Civil (PFSC)que se realiza en la FCS de la UBA. En el marco deeste programa se realizaron también las instan-cias de transferencia técnica que prevé estaconvocatoria.

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os jóvenes se ven expuestos a mayorestasas de desempleo y precariedad laboral

que los adultos. Esto ocurre no sólo en laArgentina sino en la mayor parte de las socie-dades modernas. Son variadas las investiga-ciones que muestran que la imposibilidad deacceder a un empleo adecuado afecta demanera directa la conformación de una iden-tidad adulta entre los jóvenes, así como suadecuada integración a la vida social y polí-tica-ciudadana. En el contexto de las actua-les transformaciones que operan sobre laestructura productiva y la vida comunitaria,los tradicionales mecanismos de inclusiónsocial de la población juvenil han sufridoimportantes modificaciones. Pero si bien escierto que las mayores dificultades queenfrentan los jóvenes para ingresar al mer-cado de trabajo y a la vida adulta se hacenpresentes en distintos niveles de la estructurasocial, es en los sectores socioeconómicosmás vulnerados donde el problema adquieremayor alcance cualitativo: ser joven en unespacio de pobreza no constituye sólo un fac-tor de riesgo educativo y ocupacional, sinotambién de discriminación y desafiliaciónsocio-institucional. Al respecto, la Argentinaactual se presenta como un caso prototípicode incapacidad para dar una respuesta estra-tégica y no asistencial al problema. En este marco, cabe preguntarse para el casoargentino: ¿Cuáles son las particulares condi-ciones de exclusión que enfrentan los jóvenespobres urbanos? ¿En qué medida las políticassociales y laborales orientadas a superar elproblema aciertan en el diagnóstico y seconstituyen en una oportunidad de afiliacióny superación de tales condiciones? ¿Quéhacen bien, qué hacen mal, qué no hacen yqué ocultan las políticas de inclusión juvenilcentradas en el capital humano? La investiga-ción de referencia da respuesta a estas pre-

Los jóvenes pobres como objeto de políticas públicas

Proyecto UBACyT S706: "Jóvenes excluidos: políticas activas de inclusión social a través del trabajo y la capacitación comunitaria"

Director: Agustín SalviaCodirector: Fortunato MallimaciIntegrantes: Guillermina Comas, Nicolás Dallorso, Diane De Souza, Corina Foressi, Verónica Giménez Beliveau, Pablo MolinaDerteano, Diego Quartulli, María Laura Raffo, Victoria Salvia Ardanaz, María Eugenia Scofienza, Damián Setton, Ianina Tuñony Vanina Van RaapContacto: [email protected]

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Avances de investigación

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guntas, a la vez que revela otros aspectos no siempre visibles cuando se aborda el estudio evalua-tivo de acciones y programas activos de superación de la pobreza.

Diagnóstico de las condiciones de exclusión

Respecto a las particularidades de la inclusión social, tomando como fuente al total urbano de laEPH de 2005, este trabajo da cuenta de que sus mayores niveles, referentes a la integración escolary laboral, están influidos por la situación económica del hogar. Como se observa en el cuadro 1, elporcentaje de jóvenes de 15 a 19 años con las condiciones óptimas de integración social con algunoo ambos de los componentes antes mencionados, crece conforme mejora la situación económica delhogar. Y a medida que van apareciendo situaciones de desocupación, inactividad o "confinamiento"al ámbito doméstico, la tendencia se invierte. A su vez, estos efectos se ven mucho más acentuadospara los jóvenes de 20 a 24, a excepción de aquellos ocupados no escolarizados (ver cuadro 2).Estos cuadros dan cuenta de las limitaciones de los diagnósticos focalizados, que están basadossólo en el fortalecimiento del capital humano de los jóvenes. Se evidencia de este modo, la necesi-dad de encarar un diagnóstico que considere las especiales condiciones de exclusión del segmentojoven, pero reconociendo que no es el único grupo social afectado. Es decir, que también deberíanconsiderarse variables macro y la situación de los diversos segmentos que conforman el mercadolaboral. Fundamentalmente, debería considerarse que la problemática juvenil exhibe característicasmacro sociales muy ligadas al deterioro de las condiciones de vida de los hogares urbanos.

Cuadro 1: Tipo de inserción social según situación económica del hogar de jóvenes de 15 a 19 años.Total Urbano EPH - 2º semestre 2005. En porcentajes.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social / Gino Germani (SIMEL_BA) / UBA, conbase en datos de EPH/INDEC.

Tipo de inserciónSocial

Escolarizados

No Escolarizados

Total

Hogares indigentes

53,35,6

13,110,6

8,29,2

100%

Hogares pobres

60,28,5

11,27,75,76,7

100%

Hogares nopobres

68,78,7

10,34,34,83,1

100%

Total

63,48,1

11,26,45,75,2

100%

Sin actividad laboralCon actividad laboral

Activos ocupadosActivos desocupadosAmas de casaInactivos absolutos

Situación Económica del Hogar

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Cuadro 2: Tipo de inserción social según situación económica del hogar de jóvenes de 20 a 24 años.Total Urbano EPH - 2º semestre 2005. En porcentajes.

Fuente: Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social / Gino Germani (SIMEL_BA) / UBA, conbase en datos de EPH/INDEC.

Evaluación de las políticas activas de inclusión social

La evaluación de impacto de la aplicación del programa INCLUIR se realizó a partir del estudio de uncaso testigo en el Municipio de Morón, instancia de seguimiento y evaluación crítica de una políticaactiva, definida desde su diseño como de inclusión social. El estudio de evaluación de impacto implicó, por un lado, un análisis crítico del documento operati-vo del programa y entrevistas en profundidad con funcionarios clave. Por otro lado, se realizó unestudio experimental a partir del siguiente interrogante: ¿en qué medida la asistencia del Estado através de cursos de capacitación en oficio mejora efectivamente la empleabilidad y los ingresos delos jóvenes pobres desocupados que no estudian? Para evaluar qué tipo de cambios se dieron en losjóvenes que participaron en el programa, se trabajó a partir de un grupo experimental y un grupocontrol para poder establecer un análisis relacional entre la situación de ambos y poder definir cuá-

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Tipo de inserciónSocial

Escolarizados

No Escolarizados

Total

Hogares indigentes

10,73,4

37,122,817,58,3

100%

Hogares pobres

13,08,7

43,514,414,95,3

100%

Hogares nopobres

24,720,3

38,56,57,52,3

100%

Total

20,615,9

39,49,9

10,23,6

100%

Sin actividad laboralCon actividad laboral

Activos ocupadosActivos desocupadosAmas de casaInactivos absolutos

Situación Económica del Hogar

les son las efectivas influencias del programay cuáles las de otras variables intervinientes.Estos estudios, en primer lugar permitieronconstatar la complejidad y heterogeneidad dela problemática juvenil y evidenciaron situa-ciones de segmentación socio-ocupacional,segregación socio-territorial, desalientoaprendido y desafiliación socio-institucional,mostrando las limitaciones intrínsecas depolíticas focalizadas dirigidas primordialmen-te a la capacitación.Por otra parte, la evaluación del desempeñoinstitucional reveló importantes desacoplesentre las estructuras administrativas existen-tes a nivel nacional, provincial y municipal,las diferentes organizaciones de la sociedadcivil y la performance esperada por el diseñodel programa.

Por todo lo expuesto, es posible concluir preli-minarmente que tanto en el diagnóstico comoen la definición de la problemática juvenil, enla delimitación de la población objetivo, en eldesempeño institucional y político se hacenecesario un enfoque más radical e integralen materia de políticas públicas que permitadesarrollar soluciones estratégicas de fondo ala problemática de la pobreza y la exclusiónjuvenil, en lugar de políticas asistencialistascompensatorias de bajo impacto y de muydudosa eficacia. cs

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Estrategias multiactorales para disminuir el riesgo

Proyecto UBACyT S707: "Instrumentos para la reducción del riesgo de inundación"

Directora: Hilda María HerzerIntegrantes: Gabriela Merlinsky, Alejandra Celis, María Graciela Caputo, Mara Bartolomé, Graciela KisilevskyContacto: [email protected]

Avances de investigación

n nuestros países las áreas urbanasbajo riesgo se incrementan de forma

constante. Estamos convencidos de quees necesario cambiar las políticas y susacciones concretas, pasar de la adminis-tración de la emergencia a la gestiónintegral del riesgo. La gestión del riesgo de desastre involu-cra múltiples actores que trascienden laesfera gubernamental, en el que "la con-certación, la coordinación, la posibilidadde lograr la compatibilidad y la integra-ción intersectorial, en un marco de relati-vo consenso, es una de las claves paraimplementar una gestión exitosa". Enconsecuencia, los procesos de prevencióny mitigación no son exclusivos de lasestructuras de gobierno, sino que debenser apropiados e integrados a las prácti-cas cotidianas de los actores públicos,privados y comunitarios en conjuncióncon el gobierno local 1. El proyecto "Instrumentos para reducir elriesgo de inundación", ejecutado en con-venio entre el área de Estudios urbanosdel Instituto de Investigaciones GinoGermani, CENTRO Estudios sociales yambientales, la Comisión de Seguimientode Obras Pluviales de Pergamino (COSOP-PER), y el municipio a través de laSecretaría de Obras Públicas, se propusodesarrollar mecanismos de reducción delriesgo de inundación en poblaciones dealta vulnerabilidad física y social de laciudad de Pergamino. Específicamentepara la población asentada en el valle deinundación de los arroyos Pergamino yChu-Chú.La ciudad de Pergamino está ubicada enel norte de la provincia de Buenos Aires,en la principal región agropecuaria delpaís, es decir, en pleno corazón de laPampa Húmeda. Funciona como presta-dora de servicios rurales y actualmente

presenta una incipiente reactivación de laactividad industrial. Se encuentra surca-da por los arroyos Pergamino (que laatraviesa de oeste a este) y Chu-Chú(norte-sur), sobre cuyos valles de inun-dación se desarrolló el proceso de expan-sión urbana ocupando una superficie quees receptora de los excesos hídricos.En abril de 1995, Pergamino sufrió unainundación que la dejó paralizada. Losarroyos Pergamino y Chu-Chú se desbor-daron, el 60% del caso urbano se anegó yel agua alcanzó 2,5 metros en algunaszonas; esto marcó un punto de inflexiónen la sociedad local. Ésta interpretó eldesastre como único y extraordinario. Elimaginario colectivo de la inundaciónparecería haberse estructurado a lo largodel siglo XX en torno a un conjunto deideas fuerza recurrentes, que pueden sin-tetizarse en estos ejes:

La caracterización ambigua delfenómeno, que oscila entre los polos"ordinario- extraordinario". Así, la con-cepción del fenómeno, como las propues-tas de intervención, quedan signadas porel carácter extraordinario, en contraposi-ción con la idea de recurrencia.

Su explicación en términos decausalidades externas, naturales yextraordinarias excede las posibilidadesde intervención local.Ante el carácter "extraordinario" deldesastre sólo resta esperar. Esto se tra-duce, entre otras cosas, en una gestiónpuntual, marcadamente asistencialista.

La dificultad de los distintosactores para identificar y aceptar el rolque desempeñan: su nivel de responsabi-lidad en el proceso de degradación delambiente así como sus capacidades yposibilidades de acción relacionadas conla búsqueda de soluciones. En general, hapredominado una percepción débil de la

responsabilidad colectiva.Pergamino sufre un proceso de inunda-ción recurrente2 que afecta de maneracrónica a los barrios pobres asentados enlos valles de inundación de los principalescursos de agua que la surcan, entre losque se seleccionaron los barrios JorgeNewbery y Hernández para llevar adelantela propuesta.Para abordar esta problemática, se de-sarrollaron una serie de talleres que for-man parte de una metodología de gestióndel riesgo basada en la participación yorganización activa de las partes involu-cradas. El pilar de este proceso de vincu-lación ejecutiva entre vecinos, organiza-ciones sociales y funcionarios de gobiernoy su potencialidad como herramienta demitigación residen en:

– La identificación, reconocimiento ycomunicación de los factores de riesgo ysu conformación a escala microbarrial.– La discusión y búsqueda de consensospara proponer soluciones e implementarmecanismos de acción de modo coordi-nado y asociado (entre vecinos, de losvecinos con los organismos municipales ydentro de las mismas instancias munici-pales).– La continuidad y seguimiento sistemá-tico de las acciones por las distintas par-tes involucradas, de modo que contribu-yan a modificar conductas y prácticas deriesgo institucionalizadas.La incorporación activa de los gruposafectados a una red multiactoral, es unaporte directo a la generación de capitalsocial. También instala un proceso de re-aprendizaje de los propios saberes sobrela problemática de la inundación, lasactitudes, modos de pensarla y abordarlapor parte de todos los actores involucra-dos en la gestión. Se comienza a incorpo-

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rar la idea de una sociedad que seencuentra en riesgo y de unas vulnerabili-dades crecientes, políticas, sociales ehistóricamente construidas.

Transferencias concretas a los actoreslocales

Entre las principales transferencias delproyecto contamos con:

a) un diagnóstico de la vulnerabilidadsocio ambiental y organizativa de lapoblación pobre asentada en las áreasmás críticas inundables de la ciudadde Pergamino.b) la transferencia de capacidades deorganización y gestión del riesgo a losvecinos, las organizaciones de inun-dados y el gobierno municipal.

Principales resultados que pueden sinteti-zarse de este modo:

La incorporación en la ejecu-ción de los talleres de distintos actoreslocales gubernamentales y no guberna-mentales además de las contrapartes delproyecto.

Fortalecimiento de las compe-tencias organizacionales de las comisio-nes de inundados como producto de lasactividades de planificación y ejecuciónde los talleres.

Las comisiones de inundadosincrementaron su inserción barrial y sevieron favorecidos por la incorporación deun grupo de estudiantes de Trabajo Socialen la realización de las actividades. Estaarticulación favoreció la formación del"grupo de apoyo local" (GAL) para seguirtrabajando a nivel barrial.

Se multiplicó el trabajo articu-lado con organizaciones sociales y veci-nos para identificar los problemas y bus-car mecanismos de solución.

Los talleres y las acciones rea-lizadas posteriormente, iniciaron un pro-ceso inédito a escala local de comunica-ción y diálogo entre los funcionarios delas áreas competentes y las organizacio-nes sociales y vecinos a través de unaserie de reuniones gestionadas y monito-readas por el GAL como organización

social de apoyo.La multiplicación del impacto

en la sociedad local. Los docentes delInstituto de Trabajo Social de Pergaminoestimularon a grupos de estudiantes paraque replicaran la metodología de identi-ficación de riesgos y organización deacciones del proyecto en otros barrios dela ciudad como parte de sus prácticascurriculares. Estas iniciativas están sien-do realizadas en tres barrios de la ciudad.

Se sembraron principios deorganización en los barrios. Actualmente,en algunos barrios se realizan reunionesregulares para continuar con las tareasque se impulsaron desde el proyecto einiciar otras nuevas, entre las que seencuentran la organización de una huertacomunitaria y la creación de un centrovecinal.

Una gestión del riesgo resulta impensablesin la concientización e involucramientoefectivo de los actores locales. En estesentido, el desarrollo de metodologías dediagnóstico de factores de riesgo y deintervención constituye un paso esencialhacia una política de prevención y miti-gación del riesgo de inundación enPergamino.

1. Hilda Herzer, con la colaboración de MaríaGraciela Caputo y Alejandra Celis. Informe"Argentina. Prevención y reducción de losimpactos causados por inundaciones: El casode Pergamino" Proyecto CEPAL / GTZ"Prevención y reducción de los daños causa-dos por desastre", CENTRO estudios sociales yambientales. Diciembre 2003, Buenos Aires.

2. Entre 1912 y 2002 ocurrieron 113 inunda-ciones de diversa magnitud, entre éstas, en 48ocasiones se desbordaron el arroyoPergamino, el arroyo Chu-Chú o ambos y, almenos, en 35 casos los niveles alcanzados porel agua determinaron la evacuación de partede la población, especialmente en 1933, 1936,1938, 1939, 1940, 1944, 1963, 1966, 1975,1978, 1982, 1984, 1986, 1988, 1991, 1992,1995, 2000 y 2001. (Degradación, riesgo ydesastre en la región pampeana: Pergamino ysu hinterland, ANPCyT, 2000).

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1. Actividades de investigación

El estudio de las migraciones sintetiza laactual crisis social y revela descarnada-mente la injusticia reinante. En nuestropaís los procesos migratorios están uni-dos a la constitución misma de la Nación.La inmigración fue percibida por los pen-sadores del siglo XIX como un instrumentode desarrollo y su asociación con el pro-greso nacional permanece inalterable. En este contexto, la emigración de argen-tinos es vivida como un fracaso respectode aquel originario proyecto de país ycomo una pérdida de recursos humanosvaliosos.Los estudios demográficos demuestranque el volumen del flujo desde AméricaLatina hacia los países desarrollados haido creciendo y que la región se ha con-vertido en expulsora de población duran-te los últimos 30 años (Pellegrino, 2004).Es decir, esta emigración implica un fac-tor de menoscabo de los recursos huma-nos, con consecuencias adversas para eldesarrollo económico y social de los paí-ses latinoamericanos (Bajraj, 2003).

1.1. La experiencia argentina

Aunque la Argentina no constituye uncaso típico de país exportador de traba-jadores, al igual que otros países periféri-cos posee las condiciones estructuralesque causan la emigración sistemática deindividuos altamente especializados(Marshall, 1991). Sin embargo, los últi-mos análisis muestran el carácter hetero-géneo del flujo que incluye, además deprofesionales y personal técnico, otrasocupaciones. En relación con el volumen del flujo, se

han publicado diversas estimaciones: unareciente informa que habría 909.180argentinos viviendo en el extranjero (LaNación, 29-5-2005). La mayoría de losartículos asocia emigración con crisiseconómica y social, de allí el tono apoca-líptico: "largas colas frente a los consu-lados muestran con claridad la desespe-ranza de muchos argentinos" (Clarín, 18-2-2001), "ahora resulta más difícil emi-grar" (La Nación, 7-7-2002). Basados enlos relatos de los entrevistados, losmedios periodísticos informan que lospaíses elegidos, en orden descendente,son: España, Estados Unidos, Italia,Australia, Canadá, México e Israel.

1.2. Los emigrados

A partir de un cuestionario aplicado víaInternet a 55 argentinos residentes en elexterior1 pudo observarse que la mayoríade los emigrados (más del 80%) son jóve-nes de entre 25 y 44 años. El 70% de ellosposee únicamente nacionalidad argenti-na. Emigraron a diferentes países entrelos años 1989 y 2002, aunque de manerapredominante en los últimos cuatro añosde ese período. Tanto en los más jóvenes(hasta 34 años) como en los de edadintermedia (35 a 44 años) predominan losestudios universitarios (54% y 39% res-pectivamente), y hay un importante por-centaje con nivel de posgrado. Sin embar-go, a pesar de este alto nivel educativo,sólo el 40% consiguió trabajos relaciona-dos con sus profesiones. En relación conla situación laboral, casi el 90% de losemigrados tenía trabajo al emigrar. Elporcentaje de desocupados es muy bajoentre los entrevistados jóvenes y en los deedad intermedia. No obstante, la gran

mayoría menciona la inestabilidad y lacrisis del país como motivo principal desu decisión de emigrar.

1.3. Potenciales emigrantes

Se aplicó una encuesta a 64 personas enlugares estratégicos de la ciudad deBuenos Aires2 (embajadas de España,Italia y Estados Unidos y oficina de lega-lizaciones de Cancillería). Los entrevista-dos mostraron una firme convicción conrespecto a su decisión de emigrar (el 65%no poseía motivos para desistir). La edadde los entrevistados evidencia algunasdiferencias: los menores de 34 años semuestran más decididos a emigrar. Cabeseñalar que 6 de cada 10 entrevistadosemigran con una oferta o posibilidad detrabajo acordada previamente. Por otra parte, solamente 3 de cada 10entrevistados manifestaron que tuvierondificultades para tomar la decisión deemigrar, la mayoría indicó dificultadesafectivas (74%). La motivación principalpara emigrar era la crisis en Argentina(37%), le siguen la búsqueda de mejorescondiciones laborales (21%), motivospersonales (21%) y búsqueda de mejorescondiciones de vida (16%).

1.4. Retornados

Se han realizado 25 entrevistas a argenti-nos que retornaron en los dos últimosaños3 . Aquí también aparece la emigra-ción vinculada con la realización personaly la crisis social. Si bien una parte impor-tante de los emigrados contaron con sóli-dos vínculos a través de redes socialesinformales que les facilitaron la ubica-ción en el país de destino, circunstancias

Emigración reciente de jóvenes argentinos

Proyecto UBACyT S702: "Emigración de jóvenes argentinos: el riesgo de vivir como ilegal"

Directora: Susana NovickIntegrantes: Marta Palomares, Celeste Castiglione, Lucila Nejamkis, Gabriela Mera, Florencia Graziadío, Orlando Aguirre,Daniela Cura, Fanny BrudnyContacto: [email protected]

Avances de investigación

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como el desarraigo, la discriminación, lasexpectativas frustradas, la limitadainserción laboral e institucional, entreotros, desalentaron gradualmente laposibilidad de establecerse definitiva-mente en el país elegido.

1.5. Asociaciones de argentinos en elexterior

Mediante una exploración a través deInternet e información suministrada porla Dirección de Argentinos en el Exterior,dependiente de Cancillería, se detectaron308 asociaciones que nuclean a argenti-nos en todo el mundo: principalmente enEuropa y Estados Unidos. Se obtuvieron 19respuestas al cuestionario propuesto aentidades que poseen dirección electró-nica. Un primer análisis de estos resulta-dos permite observar vinculaciones entrelas características de las agrupaciones yel tipo de emigración predominante, dadoque los diferentes tipos de asociaciones(culturales, sociales, profesionales, etc.)dan cuenta de los perfiles de inmigrantesen cada sociedad. Por otra parte, el sur-gimiento de muchas entidades refleja laevolución del contexto sociohistóricoargentino de los últimos años.

2. Actividades de difusión

Se realizó un video que relata las expe-riencias de emigrados y potenciales emi-grantes, mediante el cual se pretendemostrar las contradicciones y dificultadesque la falta de información y documenta-ción pueden ocasionar. En el primersemestre de 2006, este video fue difundi-do en colegios secundarios y universida-des nacionales de nueve ciudades delinterior del país y fue visto por aproxima-damente 1.700 jóvenes. Las proyeccionesfueron acompañadas por charlas debatecoordinadas por dos miembros del equi-po, en las que se exponían los objetivos y

resultados de nuestra investigación, y sebuscaba entablar un diálogo con los jóve-nes. Asimismo, para fines de 2006 serápublicado un libro que presenta todos loshallazgos de nuestro trabajo.

3. Conclusiones

La población del mundo desarrollado estáenvejecida. En este contexto, las migra-ciones cumplirían un doble objetivo. Porun lado, aliviarían las tensiones socialesy demandas contenidas en los paísesmenos desarrollados, que hoy poseen unmayor volumen de población joven. Porotro lado, los países europeos se benefi-ciarían con ese flujo rejuvenecedor. Demodo que las migraciones serían funcio-nales a la expansión de la economía mun-dial. ¿Cómo explicar entonces la tenden-cia restrictiva de las políticas migrato-rias? Deben interpretarse como un mediopara mantener precarizados a los inmi-grantes: colocados al borde de la ilegali-dad, se constituyen en mano de obra vul-nerable, subordinada y con limitadosderechos sociales.Migrar es un derecho humano esencial yasí lo garantiza la nueva ley migratoriaargentina, pero también constituye underecho humano la posibilidad de vivir enel lugar de origen donde se encuentranlas propias raíces culturales. La emigra-ción de personas jóvenes desdeLatinoamérica hacia los países centralesprofundiza el grado de inequidad delorden internacional vigente y consolidalas desigualdades en términos de calidadde vida y nivel de desarrollo. Todos losexpertos coinciden en los efectos negati-vos de este fenómeno para nuestro país:recursos humanos valiosos que son apro-vechados gratuitamente por los paísesdesarrollados. Esta adversa situación,que erosiona posibilidades a largo plazo,debe ser transformada.

1. Trabajo realizado entre octubre de 2001 y diciembre de 2002.

2. Encuesta aplicada entre diciembre de 2004 y febrero de 2005.

3. Entrevistas realizadas entre septiembre y diciembre de 2005.

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cesita la ligación de trompas se acerca a la asociación en busca de ayuda. La organizaciónsurge entonces como una clínica jurídica y posteriormente se extiende a proyectos de mo-nitoreo institucional, como seguimientos en el Congreso o a la Corte Suprema de Justicia.Pero el hincapié está en el área de litigio y por eso está integrada mayoritariamente porabogados. Soy la única politóloga y hay dos periodistas. Ahora bien, el espacio es igualita-rio para todos y se trabaja a partir del aporte de nuestras perspectivas, sobre todo, cuan-do se trata de analizar políticas públicas. Si los abogados se concentran en lo procedimen-tal, desde las otras disciplinas enfocamos los temas que corresponden a políticas de con-cientización social, a la responsabilidad y al lenguaje. Pilar -Poder Ciudadano nace en 1989 para la lucha contra la corrupción y el fortalecimien-to de la democracia. Su objetivo, fomentar la participación ciudadana en los asuntos pú-blicos. En el año 2002 la mayoría del staff estaba compuesta por abogados, pero la ofertade politólogos fue aumentando y hoy en día sumamos el 80% de los profesionales universi-tarios. Cambió el enfoque de la organización: si históricamente el énfasis recaía sobre lanorma, ahora se hace foco en la brecha que se observa entre la norma y la práctica. Nues-tras actividades apuntan al monitoreo en instituciones o a temas como la corrupción. Lamirada que establecemos desde la Ciencia Política no se restringe a los aspectos normati-

"Desde la Ciencia Política, el campo de los organismos no gubernamentales constituye una de las opciones laborales más extendidas"

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ENTREVISTA A GRADUADOS. POLITÓLOGAS QUE TRABAJAN EN ONGS

Pilar Arcidiácono y Carola Lustig entrevistadas por Ciencias Sociales

Ciencias Sociales -¿En qué momento desu formación aparece la idea de trabajaren una organización no gubernamental?Carola Lustig -Ingresé a la Carrera deCiencia Política en 1999 y al mismo tiem-po comencé a cursar Ciencias Económi-cas en otra universidad. No tenía muy enclaro el campo específico laboral en elque iría a insertarme: mis expectativastenían que ver principalmente con el dis-frute académico que implicaban las lec-turas. Aparecía una inquietud por cono-cer y analizar la realidad social. Durantelos primeros años de ambas cursadas,me dediqué a estudiar, y mi inserción la-boral fue tiempo después como volunta-ria en la misma organización donde hoytrabajo: Asociación por los Derechos Ci-viles (ADC).Pilar Arcidiácono -Empecé la Carrera en1996 motivada por dos cuestiones: enprimer lugar, interesada por la actividadpolítico partidaria, y, por otro lado, cre-yendo que mi interés por estudiar CienciaPolítica residía fundamentalmente en lateoría política y, por lo tanto, abocado ala actividad académica, de docencia einvestigación. En este sentido la Carrerapudo satisfacer mis necesidades porquerecorrí una línea teórica. Mis primerospasos en lo laboral tuvieron que ver conbecas de investigación y la actividadacadémica. Después viré hacia el terrenode las políticas públicas cuando trabajépara Unicef. De ahí, en el año 2002, sur-ge la posibilidad de entrar en el staff dePoder Ciudadano. CS -¿Qué tareas desempeñan en las ONGsen las que trabajan?Carola -ADC nace a partir de una peque-ña comunidad de abogados que decidellevar a cabo litigios de interés público.Por ejemplo, una mujer cuya vida peligraluego de numerosos embarazos y que ne-

Continuamos conociendo trayectorias laborales de egresados de nuestra

Facultad. En este número, dos graduadas de la Carrera de Ciencia Política nos

cuentan su inserción profesional en organizaciones no gubernamentales.

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vos. En cuanto al trabajo interdisciplinario, a diferencia de los primeros tiempos, hoy apa-rece la idea de complementariedad. CS -Muchas veces la inserción en este tipo de organizaciones se da a partir del trabajo vo-luntario.Pilar -La figura del voluntariado depende de las organizaciones. En el caso de Poder Ciu-dadano es muy valorado hacer primero un recorrido como voluntario y luego ya insertarsecomo parte del staff cuando se consigue financiamiento.Carola -No ocurre esto en ADC, que no tiene un equipo de voluntarios. En mi caso comencéde ese modo porque me acerqué por interés propio cuando prácticamente no había finan-ciamiento. Pilar -Debemos aclarar que al voluntario no se le exige la misma dedicación aunque se tra-ta de convenir el trabajo a partir de pautas concretas. Por otra parte, hace algunos añosse percibía cierto cuestionamiento al mundo académico en el sector de las ONGs, una mi-rada desconfiada sobre lo que el universitario podía aportar. Esto se transformó: inclusolos propios organismos que financian los proyectos piden como condición la incorporaciónde profesionales técnicos para llevarlos adelante.CS -A partir de sus experiencias, ¿qué saldo les deja la formación querecibieron en la Universidad?Carola -La Carrera es en verdad muy teórica y eso me gustó mucho,aunque circula el prejuicio de que luego es difícil aplicar los conoci-mientos. Considero que en temas de administración pública y ges-tión quizás haya cierta falencia en la formación. Pero son áreas pa-ra desarrollarse ya en el ámbito laboral.Pilar -Claro, la Carrera da una sólida formación teórica y lo que men-ciona Carola luego se adquiere en la práctica. La base teórica y elpensamiento crítico son cruciales, lo que te va moldeando junto conlas herramientas metodológicas que permiten desarrollar las ideaspara armar proyectos. El punto débil tiene que ver con la ausencia decontenidos vinculados a la gestión, al derecho y a la economía. Si sereforzaran estas tres cuestiones sería ideal. En mi caso, cursé laMaestría en Políticas Sociales y continúo el Doctorado vinculada aestos temas. CS -¿Cómo es su experiencia en relación con politólogos provenientes de otras casas de es-tudios?Pilar -En comparación con graduados de otras instituciones, uno podría decir que quizá re-ciben mayor formación en lo que hace al área de gestión, pero que, en cambio, dejan de la-do otros temas. El pensamiento más crítico nace en la UBA. Carola -Es difícil definir esas prioridades: claramente la UBA tiene una formación acadé-mica. En otras universidades, la oferta es distinta.CS -¿Cómo definirían la especificidad de su inserción profesional?Pilar -Más allá del sector privado dedicado a la opinión pública, el Estado -que es de difí-cil penetración- o la actividad académica, el campo de organizaciones no gubernamenta-les se presenta como un nicho que hay que explorar. Desde la Ciencia Política, el campo delos organismos no gubernamentales constituye una de las opciones laborales más extendi-das. Cada vez más requieren graduados de esta Facultad. En lo personal, opino que es muyútil conservar una doble mirada: la vida académica que mantiene siempre fresca la pers-pectiva teórica y el trabajo más operativo, de toma de decisiones y encuentros en la agen-da del espacio público. El desafío es encontrar el equilibrio en donde en la práctica labo-ral aparece el aprendizaje teórico.Carola -Coincido: las ONGs permiten llevar a la práctica el conocimiento adquirido en laCarrera de grado y al mismo tiempo continuar la actualización de la formación más acadé-

mica. Algo que el sector público no per-mite tanto. Quienes elegimos una carre-ra social tenemos una inquietud por tra-tar de inferir sobre la realidad social ycambiar lo que creemos que no funciona.Fue a partir de esta necesidad que decidítrabajar en el Tercer Sector. Pilar -Cuando empecé a estudiar, el tra-bajo del politólogo no se definía muyclaramente y creo que esa sensacióncontinúa hoy en parte. Incluso para lasgeneraciones más jóvenes esto es másdifícil por el contexto que estamos vi-viendo. Yo decidí no torcer mi vocación:si no conseguía algún trabajo concreto,lo importante era haber seguido estu-

diando aquello que me gustaba. Se tratade buscar la oferta. En distintos ámbitosson muchos los graduados que trabajande su profesión y el rol se va definiendo.En esto cobra importancia el tesón per-sonal, el aprendizaje, el esfuerzo que vantrazando el recorrido.Carola -Uno puede reinventarse a fin dehallar la inserción laboral y para eso laCarrera de Ciencia Política te da muybuenas herramientas.

Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

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Pilar Arcidiácono Carola Lustig

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Fe de erratas:Los epígrafes de las fotos individuales de lasentrevistadas del número anterior correspon-den, de izquierda a derecha, a: Graciela Nicolini, Mónica Guarino, Norma deBratti y Mónica Gamardo.

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Alberto L. Bialakowsky, Raquel Partida, Ri-cardo Antunes y María I. Costa (compilado-res)Trabajo y capitalismo entre siglos en Lati-noamérica. El trabajo entre la perennidady superfluidadGuadalajara, México, Universidad de Guada-lajara-Centro Universitario de Ciencias So-ciales y Humanidades, Asociación Latinoa-mericana de Sociología (ALAS), 2005, 379 páginas.Hoy en Latinoamérica resulta necesarioplantear las cuestiones del trabajo con unenfoque crítico y social, no solamente por-que estas dos últimas décadas significaronuna involución en materia de distribucióndel ingreso, del empleo formal y de la movi-lidad social, sino porque los estudios sobreel trabajo y el fin del trabajo deben ser revi-sados. Con este motivo, en este libro, secompilan una selección de ponencias pre-sentadas en la Mesa de Trabajo: "Reestruc-turación productiva, Trabajo y Dominaciónsocial" que tuvo lugar en el marco del XXIVCongreso de la Asociación Latinoamericanade Sociología en Arequipa, Perú (2003). Losdiferentes capítulos fueron agrupados endos partes. Parte I: El Trabajo en el marcode la mundialización y Parte II: Los cambiosen el trabajo, donde se reúnen experienciasde distintos países Latinoamericanos (Bra-sil, México, Venezuela, Chile, Argentina) entorno a las problemáticas en el mundo deltrabajo. Preceden el desarrollo de la obrauna introducción que promueve el debate apartir de un conjunto de hipótesis centradasen la comprensión del trabajo en el sistema

capitalista actual a cargo de Alberto L. Biala-kowsky y Ricardo Antunes y, seguidamente,una presentación de los capítulos, sus hipó-tesis y ejes transversales a cargo de RaquelPartida y María Ignacia Costa.

María CarmanLas trampas de la cultura. Los "intrusos" ylos nuevos usos del barrio de GardelBuenos Aires, Editorial Paidós, 2006, 272 páginasConsiderado el Bronx porteño por su canti-dad de "indeseables", fundamentalmente ha-bitantes de casas tomadas, el Abasto sereinventó en los últimos años como barrio"noble" a partir de la inauguración de unshopping en lo que fuera el Mercado Centralde frutas y verduras de la ciudad. La autoraaborda este proceso, por un lado, echa luzsobre las identidades de esos habitantes decasas tomadas, que niegan el nombre quelos designa y luchan por permanecer en laciudad; y por el otro, hace un análisis agudode la perspectiva de los grupos empresaria-les y el poder local, que exaltan los "tesoros"del lugar para legitimar sus intereses, seanéstos la recreación de una Buenos Airesmulticultural, la concreción de polémicosproyectos comerciales, o la salida negociadade los "innobles".

Nicolás Casullo (director)Pensamiento de los confinesBuenos Aires, FCE, Nº 18, junio de 2006Escriben en Estética y política: RaymundoMier: "Notas para una reflexión sobre el sen-tido de ‘estética radical’"; Eduardo Grüner:

"Arte y Terror: una cuestión 'moderna'"; Ni-colás Casullo: "El milenario camino de unaactualidad en debate"; Lucas Fragasso: "Al-gunas reflexiones sobre arte, crítica y políti-ca"; Matías Bruera: "El oído como adorno";Ana Longoni: "La teoría de la vanguardiacomo corset"; Ricardo Forster: "Un viaje,biográfico, cargando las maletas de la políti-ca y el arte"; Marcelo Percia: "Modos de alo-jar un sinfín, literatura, política, psicoanáli-sis"; Willy Thayer: "Giro barroco". AméricaLatina: Alejandro Kaufman "Genealogías dela violencia colectiva". Filosofía, lengua ylenguaje: Luis García García: "El cuerpo de lalengua"; Ana Penchaszadeh: "Reflexionessobre la lengua nacional". Los años '60 y'70: Ana Amado: Las políticas del cine políti-co"; Entrevistas a Fernando Solanas y Leo-nardo Favio. Psicoanálisis y ciencia: GermánGarcía: "El psicoanálisis y las terapias mila-grosas"; Jean-Jacques Déglon: "Un casoejemplar: la toxicomanía". País y literaturaen los años ‘80: Graciela Montaldo: "Argenti-na año cero"; Hernán Sassi: "A pesar deShanghai, a pesar de Babel"; Diego Peller:"Estertores de una década".

Isidoro Cheresky (compilador)Ciudadanía, sociedad civil y participaciónpolítica. Buenos Aires, Miño y Dávila, 2006, 623 páginasEl libro se propone abordar la cuestión de laciudadanía partiendo de las profundas trans-formaciones que en nuestro tiempo atravie-san las identidades políticas y sociales, cuyapermanencia ya no puede darse por descon-

Libros de nuestros docentes

Nicolás Casullo (director)

Pensamiento de los confines

Isidoro Cheresky (compilador)

Ciudadanía, sociedad civil y participación política50

Alberto L. Bialakowsky, Raquel Partida, Ricardo Antunes

y María I. Costa (compiladores)

Trabajo y capitalismo entre siglos en Latinoamérica.

El trabajo entre la perennidad y superfluidad

María Carman

Las trampas de la cultura. Los "intrusos"

y los nuevos usos del barrio de Gardel

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Alicia Entel

Infancias: Varios mundos. Los más chiquitos.

Acerca de la inequidad en la infancia argentina

Horacio González

Los asaltantes del cielo. Política y emancipaciónHoracio González

Escritos en carbonilla. Figuraciones, destinos, retratos

Guillermo Mastrini y Martín Becerra

Periodistas y magnates. Estructura y concentración

de las industrias culturales en América Latina

Revista Ciencias Sociales 64 -UBA- setiembre de 2006

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tada. Cobra relevancia volver sobre las no-ciones de sociedad civil y de participaciónpolítica, para pensarlas en un contexto ciu-dadano renovado. La significación de un es-pacio público, condicionado por las estruc-turas de la economía y del Estado, alienta lapolitización e incrementa el peso de la lógicaigualitaria. Es así que la centralidad de laciudadanía también debe ser vista como co-extensiva de un orden político democráticoque exige a los hombres guiarse por su pro-pio juicio y prescindir de sentidos trascen-dentes. Esta obra pretende ser entonces,una interrogación sobre el rumbo presente yfuturo de nuestras democracias contempo-ráneas.

Horacio GonzálezLos asaltantes del cielo. Política y eman-cipación. Buenos Aires, Editorial Gorla, 2006, 177 páginasLa política, la literatura y la emancipaciónson los temas de estos tres ensayos de Ho-racio González (uno sobre Marx, otro sobrela Comuna de París y el último sobre AlbertCamus), publicados inicialmente en portu-gués entre 1981 y 1984. Se trata aquí de lasformas de presencia del pasado en el pre-sente, del lugar de los mitos, los hechizos ylas quimeras en la historia y de las grandespreguntas sobre responsabilidad moral delos hombres en ella. Y quizás sobre todo, delos modos en que se van configurando losrecorridos vitales de los individuos y de pue-blos, que es una de las preocupacion funda-mentales de la obra posterior del autor.

Horacio GonzálezEscritos en carbonilla. Figuraciones, destinos, retratos. Buenos Aires, Ediciones Colihue, 2006, 362 páginasEste libro recoge numerosas colaboracionesdel autor en medios periodísticos y cultura-les del país, y cubren los últimos años deagitación social e intelectual en la Argentina.Se trata de ensayos de opinión que tomandola actualidad en forma áspera y espontánea,presentan una variedad de temas que bus-can una coherencia bajo los rubros que losagrupan: política, literatura, cine, filosofía,universidad, ciudad, fotografía, personajes."Un libro de opiniones - dice González- no essino una autobiografía de nuestros propiossueños del pensar". Se recorren así temastan diversos como el cine y la condiciónobrera, el santuario de Rodrigo, globaliza-ción o pasantías universitarias; así comomenciones a Oscar Landi, Riquelme, DavidViñas y Evita entre otros.

Alicia EntelInfancias: Varios mundos. Los más chiqui-tos. Acerca de la inequidad en la infanciaargentina. Buenos Aires, Fundación Walter Benjamin,Fundación Arcor, 2006, 113 páginasDe la mano de prestigiosos especialistas, lapublicación nos introduce en la necesidadde saldar, por ejemplo, la "deuda interna"con los Jardines, evitando que estos espa-cios formativos vedados para el veinte porciento de la población infantil, caigan en elolvido. O que prestemos particular atención

a la falta de políticas públicas en materia deadolescencia y maternidad adolescente; enlas posibilidades de favorecer la lectura apartir del reconocimiento de los relatos delos propios chicos en el aula, y tambiénsobre la urgente necesidad de que el Estadoestimule la calidad en los ámbitos de con-tención, salud y educación para los más chi-cos. Se cuenta además, con el aporte de fo-tografías de nenas y nenes de las más diver-sas latitudes a partir de un concurso quecontó con el auspicio de UNICEF, y la posi-bilidad de hacer memoria a partir de foto-grafías de otras infancias a lo largo de unsiglo. Y, por cierto, la reiterada preocupa-ción por hacer visible la inequidad en la in-fancia, que constituye el núcleo central delproyecto. "Si el mundo adulto pierde elasombro y anestesia sus sentidos, difícil-mente se podrá pensar en un país másdigno para todos".

Guillermo Mastrini y Martín BecerraPeriodistas y magnates. Estructura y con-centración de las industrias culturales enAmérica Latina.Buenos Aires, Prometeo, 2006, 326 páginasEl libro sintetiza los resultados de la primerainvestigación sobre la estructura y los indi-cadores de concentración de las industriasculturales y las telecomunicaciones en Ar-gentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezue-la. El desarrollo de este estudio, que organi-zó el Instituto de Prensa y Sociedad, contócon la participación de un destacado grupode periodistas y académicos en la recopila-

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ción de datos y en la discusión de los infor-mes parciales de cada país. Estos resulta-dos contribuyen al necesario debate sobreel pluralismo y la diversidad de opiniones enlos países latinoamericanos en un contextoinédito de diseminación de infraestructurasde información y comunicación.

Ministerio de Salud y Ambiente. ComisiónNacional de Programas de InvestigaciónSanitaria (CONAPRIS)Buenos Aires, 2006, 321 páginasSe presentan aquí una selección de investi-gaciones realizadas con las Becas "RamónCarrillo-Arturo Oñativia" sobre Programasde Salud Sexual y Procreación Responsable.Marta Capuccio y Marta Schufer coordina-ron el estudio Multicéntrico: Conocimiento yactitudes de los profesionales de la saludfrente a la ley de salud sexual y procreaciónresponsable, que se llevó a cabo en diferen-tes ciudades, con la participación de pedia-tras, obstetras y médicos generales. Marce-la Aszkenazi investigó los Conocimientos,creencias y prácticas de adolescentes res-pecto de su salud sexual y reproductiva y delos servicios de adolescencia. Una miradade género. Utilizando una metodologíacuali-cuantitativa entrevistó adolescentes deCapital Federal, Partido de 3 de Febrero (co-nurbano bonaerense) y Rosario. Graciela In-festa Domínguez evaluó la Educación para lavida: diseño y evaluación de intervencionespara la prevención de la salud sexual y re-

productiva en jóvenes. Se trata de una in-vestigación acción que implicó el diseño deun programa piloto de Educación para lavida, la planificación de una experiencia quepermitió la implementación del mismo y laposterior evaluación de los resultados obte-nidos.

H. Védrine, H. González, D. Tatián, S. Vasa-llo, P. Vauday, E.Rinesi, J. Ha Kang, E. Grü-ner, J. Sazbón; P. Vermeren, L. Amiech, N.Barbagelatta, F. Naishtat, P. Skulason, G.Lambruschini, T. Abraham, S. CabanchikJean-Paul Sartre, actualidad de un pensa-mientoBuenos Aires, Colihue, 2006, 221 páginas.El libro nos habla del sentido de releer a Sar-tre hoy, ya que se puede considerar quevuelve al escenario filosófico por, al menos,tres órdenes de necesidad. El primero seríarevisitar las condiciones del surgimiento dela filosofía francesa contemporánea, las ma-neras en las que una generación ha intenta-do pensar su posguerra y en las que se forjóla figura del intelectual progresista del últi-mo medio siglo. El segundo sería exploraren el presente las aporías de una filosofía dela libertad absoluta del sujeto como concien-cia. El tercero podría ser el retomar la pre-gunta imposible de Sastre: ¿qué es la litera-tura? No tanto para intentar responderlacomo para delimitar las contradiccionesque, en el deslizamiento del siglo XIX, noshace pasar de las Bellas Letras a la literatura.

Libros de nuestros docentes

H. Védrine, H. González, D. Tatián, S. Vasallo, P. Vauday, E.Rinesi,

J. Ha Kang, E. Grüner, J. Sazbón; P. Vermeren, L. Amiech, N. Barbagelatta,

F. Naishtat, P. Skulason, G. Lambruschini, T. Abraham, S. Cabanchik

Jean-Paul Sartre, actualidad de un pensamiento

Ministerio de Salud y Ambiente. Comisión Nacional

de Programas de Investigación Sanitaria (CONAPRIS)

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