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para creyentes

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  • 1

    Leyendo da a da en 1 Tesalonicenses

    Leyendo da a da en 2 Tesalonicenses

    La Segunda Epstola a los Tesalonicenses

    Leyendo da a da en 1 Tesalonicenses

    Paul Young, Coventry, Inglaterra

    Day by day through the New Testament

    Precious Seed Publications

    Introduccin

    Tesalnica era una ciudad importante en el contexto romano, tanto rica como grande. Estaba

    situada en la Va Ignaciana, una carretera militar que una el Este a Roma. Era un puerto en

    el rincn noroeste del Mar Ageo y capital de la provincia de Macedonia. Su estatus y

    ubicacin atraan comerciantes romanos bien acomodados a residenciarse all, y en estas

    condiciones florecan la impiedad y la lascivia, sin duda vinculadas en buena parte con el

    paganismo y la adoracin de dolos.

    Fue corta la visita de Pablo a Tesalnica en su segundo viaje misionero, pero su predicacin

    fue fructfera. Hechos 17.1 al 9 relata la historia. Pero de inmediato estos nuevos en la fe

    sintieron el calor de la persecucin, cuando los judos incrdulos provocaron un alboroto de

    una magnitud tal que Pablo se vio obligado a dejar la ciudad y trasladarse a Berea.

    Ms adelante, l envi a Timoteo de Atenas a Tesalnica para averiguar cmo progresaban

    en la vida cristiana, 3.2. Timoteo volvi con un informe muy positivo de su fe y amor, y l,

    junto con Silas, acompa a Pablo en Corinto. 1 y 2 Tesalonicenses fueron escritas en esta

    ciudad.

    Pablo escribi 1 Tesalonicenses en aproximadamente 53 d.C.; fue una de las primeras

    epstolas del Nuevo Testamento. Sin embargo, no refleja una enseanza elemental o

    inmadura, porque su autor tena ya unos veinte aos de creyente y su teologa estaba

    desarrollada plenamente, tanto en su mente como en su experiencia misionera.

    En esta primera Epstola Pablo se identifica con Silvano (Silas) y Timoteo, 1.1, y escribe

    mayormente en el plural. Elogia a los tesalonicenses por su amor y su fe, y procura animarles

    en medio de la persecucin. Les recuerda de la obra que hizo entre ellos, no para provecho o

    beneficio propio sino para el bienestar espiritual de ellos. Responde a preguntas doctrinales

    acerca de la segunda venida de Cristo y trata tambin dificultades en la vida eclesial y la

    santidad personal.

    Grosso modo, Pablo est satisfecho, aun emocionado, con el progreso experimentado en la

    iglesia en Tesalnica, y quiere fortalecerles en la fe.

    captulo 1

    El encomio de Pablo

    Una vez expresado el saludo, Pablo elogia a los tesalonicenses y da gracias a Dios por tres

  • 2

    caractersticas espirituales desplegadas en ellos.

    La primera caracterstica que reconoce es su "obra de fe", refirindose mayormente a la

    ocasin cuando estaba entre ellos, "cmo os convertisteis de los dolos a Dios, para servir al

    Dios vivo y verdadero", 1.9. Procede a dar tres razones por la confianza de su fe en Cristo.

    Les recuerda que el evangelio les vino no solamente en palabra (es decir, no simplemente

    por el oratorio humano, el cual carece de poder), sino "en el Espritu Santo y en plena

    certidumbre", 1.5. Es siempre el Espritu quien, obrando por medio de la palabra predicada,

    produce el poder que engendra la conviccin y la conversin. Pablo dice tambin que el

    evangelio vino "en medio de gran tribulacin, con gozo del Espritu Santo". El Espritu les

    dio a tanto el apstol como a los convertidos una profunda confianza de que la obra de fe era

    genuina.

    La segunda caracterstica que estimula gratitud en el apstol es su "trabajo de amor", 1.3. Un

    gran cambio fue obrado en esta gente al hacerse cristianos. Ahora no estaban sirviendo a los

    dolos, sino al Dios vivo y verdadero, 1.9. Trabajar trae un costo y la palabra "servir" alude

    al servicio de un esclavo. Esta labor requiere una devocin absoluta a Dios, sin pensar en

    beneficio propio, y as fue la obra de amor entre los tesalonicenses al predicar el evangelio

    en toda la zona adyacente.

    Tercero, l elogia su "constancia en la esperanza", 1.3. Lejos de resignarse a lo que podra

    suceder en el futuro, l ve una perspectiva alentadora en la venida del Seor por su pueblo.

    Esta esperanza infunda un gozo autntico en los tesalonicenses en medio de contratiempos y

    persecucin, 1.6.

    El centro de su esperanza era el Seor Jess, Aquel que Dios levant de los muertos. En el

    ltimo versculo del captulo encontramos tres percepciones hermosas de la Persona de

    nuestro Salvador. Primeramente, es divino en su esencia: "esperamos de los cielos a su Hijo".

    Con todo, es Jess, el Varn humano; y, en tercer lugar, es el Libertador que guarda de la ira

    venidera en virtud de su obra en el Calvario.

    captulo 2

    Servicio y sufrimiento

    Pablo les recuerda de su labor entre ellos y la bendicin que se haba hecho evidente. l

    predic el evangelio osadamente, no obstante la persecucin que haba sufrido en Filipos.

    Con todo, su denuedo no se deba a una valenta humana y carnal, sino a una capacitacin de

    parte del Seor; l tena "denuedo en nuestro Dios", v. 2.

    Tres consideraciones le dieron confianza en el evangelio: no se originaba en el engao, no

    apelaba a la lascivia, ni requera astucia para convencer. Se recomendaba a s mismo.

    Tambin, en su predicacin l agradaba a Dios y no a los hombres, v. 4, cosa que quedaba

    evidente por su abnegacin propia, ausencia de adulacin de otros y exaltacin de s, y de

    codicia. Ms bien, actuaba con gentileza, cual nodriza que cuida afectuosamente los nios a

    su cargo. Haba manifestado tambin una disposicin a dedicar todo, aun su propia alma, al

    bienestar espiritual de ellos, v. 8.

    Pablo invoca a sus lectores (quienes ven su actuacin exterior) y a Dios (que ve su corazn y

    mente) a testificar a la verdad de su afirmacin de haberse comportado "santa, justa e

    irreprensiblemente"; a saber, no haba dado lugar a reproche. Conducta de esta ndole daba

    base para exhortar, porque no lo podra hacer si no fuera recto.

    Los convertidos eran el sello que mostraba que la obra de Pablo en Tesalnica no haba sido

    en vano, v. 12. Haban aceptado la Palabra de Dios, un hecho evidenciado por su aguante

  • 3

    paciente en los sufrimientos. Pablo se preocupa por ellos en la persecucin y les recuerda

    que no estn solos en sus aflicciones. Por ejemplo, las iglesias de Judea tambin haban

    padecido a manos de los judos, vv 14 al 16. Pero al persistir los perseguidores en sus malas

    obras, la naturaleza pecaminosa del ser humano se haca ver claramente, y esto en contraste

    con el carcter justo del juicio que Dios tiene guardado para el futuro. l est obrando al

    permitir que el sufrimiento se prolongue.

    Finalmente, Pablo expresa su deseo de estar con ellos y se regocija en la firmeza que haban

    manifestado. Son la esperanza suya, su gozo y corona, y van a ser su trofeo al estar juntos

    con l delante del Seor.

    captulo 3

    La visita de Timoteo

    Pablo contina en su preocupacin por los sufrimientos de los tesalonicenses, pero dice que

    nadie debe sorprenderse porque es norma que el cristiano padezca persecucin. El Seor

    haba declarado: "El siervo no es mayor que su seor. Si a m me han perseguido, tambin a

    vosotros os perseguirn", Juan 15.20. Adems el evangelista les haba advertido previamente

    que iba a suceder, para que no les fuera causa de sorpresa. Sin embargo, ha podido incitar a

    algunos a rendirse, y en este caso su obra hubiera sido en vano, v. 5.

    El apstol despach a Timoteo a Tesalnica para averiguar cmo estaban llevando su

    tribulacin, y habla de l como "nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en

    el evangelio de Cristo". Son tres trminos de afecto y hacen entrever la estima que l tena

    para Timoteo.

    El informe que trajo en su regreso fue positivo; enfatizaba la fe de ellos en Dios, su amor

    para con sus prjimos y su amor espiritual para Pablo en particular, cosa que no haba

    menguado en su ausencia. Le recordaban "con cario" y deseaban verle a l tanto como l a

    ellos. Este informe le consolaba a Pablo, quien estaba pasando por necesidad y afliccin en

    Atenas. Se desvaneci su melancola y l recibi estmulo al saber que ellos estaban firmes

    en el Seor. La nica nube era que se encontraba impedido para visitarles de nuevo. Da y

    noche oraba por una oportunidad para completar lo que faltaba, v. 10, porque quera

    fortalecerles espiritualmente para evitar cualquier defecto en su fe.

    Pablo procede a exhortar a los tesalonicenses a abundar en amor, v. 12, tanto entre s como

    concreyentes como a sus prjimos. Se emplea a s mismo como ejemplo. Les haba amado,

    como su evangelizacin evidenci, cuando ellos no eran creyentes, y ahora que son l quera

    afirmarles en su fe.

    Una abundancia de amor afirmara sus corazones para que fueran "irreprensibles en santidad

    delante de su Dios". Al hablar as de sus corazones l quiere decir su personalidad entera, ya

    que este proceso de santificacin, o ser puestos aparte para Dios, debera incidir en toda fase

    de la vida del creyente. La mencin de la segunda venida del Seor, v. 13, refuerza este

    punto, porque deben andar en santidad los creyentes que estn en la expectativa de su pronto

    regreso.

    4.1 al 12

    Pureza y amor

    Dos caractersticas distintivas de la cristiandad deberan ser la pureza, vv 1 al 8, y el amor,

    vv 9, 10 Ellas permitirn a un testimonio justo delante del mundo, vv 11, 12. En esta

    seccin Pablo dirige su atencin a cuestiones prcticas y doctrinales.

  • 4

    Les exhorta a los santos a "andar y agradar a Dios". En otras palabras, que el cristiano agrade

    a Dios no es una opcin, sino una necesidad que emana de su relacin con Cristo. Se les insta

    a la santificacin, vv 3, 4; o sea, que estn puestos aparte para l, que sean santos en su

    conducta. Todo creyente goza de una posicin santificada en Cristo, pero la santificacin

    prctica debe ser una meta en la vida e involucra la separacin de lo malo. "Seguid la paz

    con todos, y la santidad, sin la cual nadie ver al Seor", Hebreos 12.14.

    En particular, l manda a los tesalonicenses a abstenerse de la fornicacin. Tal vez parezca

    extrao que una iglesia tan espiritual haya contado con esta debilidad, pero debemos llevar

    en mente que se trata de una ciudad pagana y que estos creyentes haban sido criados en un

    paganismo que practicaba toda suerte de inmundicia. As que esta era una de sus deficiencias

    como creyentes renacidos, y deba ser rectificada porque el cristianismo nunca ha tomado sus

    normas de la sociedad en derredor sino de Dios mismo. Pablo exhorta, entonces, que se

    fomenten la santificacin y la pureza. El poder para obedecer este mandamiento a

    santificarse es el Espritu Santo quien mora en cada creyente, v. 8.

    El escritor procede a escribir del amor hacia "todos los hermanos", vv 10, 11. El amor

    fraternal es aquel amor especial que une a los hijos de una misma familia. La nica

    limitacin a esta clase de amor es la disponibilidad de oportunidades para expresarla. Era

    tpico de los creyentes en Tesalnica, pero Pablo quiere que aumente ms y ms. Siempre

    hay espacio para que se desarrolle el amor fraternal.

    Finalmente, el testimonio ante el mundo requiere que los creyentes trabajen concien-

    zudamente y que procuren "tener tranquilad" ( seis ambiciosos de vivir quietos, Versin Moderna),

    v. 11. Parece que se refiere a la paz mental producida por una entera dependencia de Cristo un gran contraste con el agite en el mundo!

    4.13 al 18

    En cuanto a los muertos

    Aparentemente Pablo haba ministrado en Tesalnica sobre el tema importante de la segunda

    venida de Cristo y los creyentes estaban en la viva expectativa de este acontecimiento, pero

    unos pocos entre ellos haban muerto y esto daba lugar a preguntar si ellos perderan los

    beneficios del glorioso regreso de Cristo.

    Ahora l aborda el tema valindose de la metfora del sueo al describir a los muertos, v. 13.

    Esto sugiere que la muerte tendr su resurreccin as como el sueo tiene su despertar. Los

    cristianos no tienen por qu entristecerse por un ser querido que se haya ido. Ciertamente su

    desenlace produce tristeza, pero no el gran pesar de los no cristianos que no tienen

    esperanza. La muerte y resurreccin del Seor son hechos que permiten esta confianza en la

    resurreccin de los muertos, v. 14.

    Pablo explica en seguida que los que estn vivos en el momento del regreso del Seor no

    precedern a los que duermen. Ms bien, los cuerpos muertos sern resucitados y despus, de

    inmediato, los vivos tambin irn a estar con el Seor. As que en realidad los muertos en

    Cristo, en vez de ser perdedores, tendrn la parte primaria en el regreso del Seor. Pablo

    viva en la expectativa de su llegada inminente y esta esperanza maravillosa siempre ha

    estado muy viva en los corazones del pueblo del Seor, no importa cunto se haya tardado.

    Sin duda alguna, debe brillar en nuestros corazones hoy mismo.

    Disponemos de un cuadro vvido de lo que suceder en la segunda venida del Seor por su

    pueblo. El Seor mismo descender, v. 16, y habr un grito autoritario. No sabemos quin

    gritar; quizs el Seor, quizs un arcngel. De todos modos, se oirn la voz de un arcngel y

  • 5

    el sonido de la trompeta de Dios. Ocasin majestuosa, esplndida! En este arrebatamiento

    de la Iglesia los cuerpos de los creyentes vivos sern cambiados, sin disolverse todava la

    muerte. " es necesario que esto corruptible se vista de incorrupcin, y esto mortal se vista de inmortalidad", 1 Corintios 15.50 al 53.

    Entonces habr una reunin doble: primeramente con los seres queridos que nos han

    precedido, v. 17, y tambin con el Seor, para dar inicio a una unin y una comunin

    ininterrumpidas con l. Por esto no habra por qu seguir entristecindose a causa de los

    difuntos, sino aquellos tesalonicenses han debido consolarse en la esperanza de la reunin

    gloriosa. Y hoy por hoy esta esperanza puede consolar los corazones nuestros tambin

    5.1 al 11

    El Da del Seor

    Pablo trata ahora una dificultad adicional en cuanto a la segunda venida, que es la de cundo

    se realizar. Ciertamente los tesalonicenses la haban expresado a Timoteo y l le haba

    informado a Pablo. As, el apstol escribe aqu acerca de la oportunidad del Da, y no del Da

    en s. El arrebatamiento de la Iglesia no es un tema de revelacin en el Antiguo Testamento,

    ya que era un misterio en aquellos tiempos. "He aqu, os digo un misterio. No todos

    dormiremos ," 1 Corintios 15.51.

    En cambio, el Da del Seor (o de Jehov) s fue revelado:

    Isaas 2.12 Joel 1.15

    Isaas 13.9 al 11 Ams 5.18 Sofonas 1.14

    Parece que el trmino abarca tanto juicio (la tribulacin) como bendicin (el milenio), dado

    que Dios intervendr en los asuntos del mundo. El rapto, o el arrebatamiento, preceder a la

    tribulacin y esta al milenio.

    El comienzo del Da del Seor ser como la llegada de un ladrn en la noche, v. 2. Uno no

    espera que llegue y por lo tanto no est aparejado para recibirle. De la misma manera, una

    destruccin repentina, irresistible y veloz, tendr lugar cuando el mundo se siente seguro por

    sus propuestas de paz, v. 3, porque aquel evento marcar una gran divisin entre los hijos de

    la luz y los hijos de las tinieblas.

    Solamente los creyentes son los hijos de la luz y se les exhortan a vigilar y ser sobrios o sea, deben estar en alerta y con un enfoque de mente equilibrado. Para mantener esta

    sobriedad, Pablo les insta a poner la coraza de fe y el yelmo, o casco, de la esperanza de la

    salvacin, v. 8. La fe, la esperanza y el amor capacitan a los cristianos a ser sobrios y a

    pelear las batallas espirituales. Se hace entender aqu que uno debe portar esta proteccin en

    todo momento y estar siempre a la ofensiva. Al cristiano no le es permitido volver al pecado

    de sus tiempos de inconverso.

    "La esperanza de la salvacin" quiere decir que seremos salvos. La salvacin se realizar

    plenamente slo al ser quitado el pecado de un todo, cuando estaremos en la presencia del

    Seor. "Dios nos libr, y nos libra, y en quien esperamos que an nos librar, de tan gran muerte", 2 Corintios 1.10. Por la muerte de su Hijo, l nos ha designado a recibir la

    salvacin en vez de la ira. Debemos reconocer que el nfasis en nuestra salvacin recae

    sobre Dios, quien nos ha "puesto" para recibirla. As que, no nos tocar la ira asociada con el

    Da del Seor, y esta esperanza debe consolar y edificar a todos los creyentes hasta que l

    venga, v. 11.

    5.12 al 28

  • 6

    Pensamientos al concluir

    Aqu Pablo discurre sobre las relaciones con los ancianos, con los creyentes y con los ajenos.

    Los ancianos deberan ser reconocidos como tales y tenidos en mucha estima con amor, vv

    12, 13. Esto es debido a la labor difcil que desempean y las cargas pesadas que llevan en la

    asamblea. Si estos hombres reciben su debido respeto, entonces la asamblea se someter a su

    direccin y sus admoniciones. En cuanto a nuestras relaciones interpersonales, se nos

    instruye en el v. 13 a estar en paz. No debe haber cismas en la congregacin, porque anulan

    el testimonio.

    Ahora encontramos cuatro exhortaciones a los creyentes: advertir a los turbulentos, sostener

    al que es espiritualmente dbil, alentar a los de poco nimo y ser sufridos para con todos.

    Son prcticas que deben estar evidentes en toda iglesia local. Observamos que la paciencia es

    para con todos, no slo con los dems creyentes. Tambin se nos manda a seguir lo bueno

    para con todos, no slo con el pueblo de Dios.

    En cuanto a la persecucin, la exhortacin es a estar gozoso siempre y orar sin cesar. El

    creyente debe estar siempre en una actitud de oracin; su instinto en cualquier circunstancia

    es de orar. Cuando el rey le pregunt a Nehemas qu quera, ste, dice, or al Dios del cielo.

    Pero, adicionalmente, cuando tenemos un asunto especfico por el cual oramos, debemos

    persistir hasta recibir la respuesta. Este fue el ejemplo de Pablo en el captulo 1.

    La prxima exhortacin es a no apagar al Espritu Santo, porque parece que ellos vean de

    mal agrado cualquier manifestacin del Espritu. Aun tenan en poco la profeca a saber, la exposicin de la Palabra, bien como amonestacin o bien como enseanza acerca de la

    venida del Seor. Pero, dice en los vv 19 al 21, no toda manifestacin debe ser aceptada, sino

    slo las genuinas. Luego, los vv 22 al 24 hablan del proceso de ser santo. Es obra de Dios, y

    la oracin de Pablo es que todo el ser de uno sea presentado irreprensible cuando la

    santificacin se complete en la venida del Seor.

    Pablo concluye con pedir que oren por l y sus compaeros, y exige solemnemente que la

    Epstola sea leda a todos para que todos tuvieran conocimiento de su mensaje. l pide gracia

    para sus lectores a quienes ama tiernamente en el Seor.

    Leyendo da a da en 2 Tesalonicenses

    Arthur Shearman, Inglaterra

    Day by day through the New Testament

    Precious Seed Publications

    Introduccin

    Pablo escribi su segunda carta a los tesalonicenses aproximadamente un ao despus de la

    primera. Aun cuando los crticos han intentado enfatizar las diferencias entre las dos

    epstolas, en su estilo y contenido hay mucha ms evidencia que hace ver que son obra del

    apstol a los gentiles. Es llamativa la semejanza en las dos salutaciones; ambas contienen un

    saludo de Pablo, Silvano y Timoteo, consiervos en el evangelio.

    Ofrecemos un bosquejo de la Epstola:

  • 7

    Saludo y accin de gracias 1.1 et seq

    El juicio que se avecina 1.5

    Oracin por cumplimiento 1.11

    La manifestacin del Anrquico 2.1

    Palabras de consuelo y oracin 2.13

    Actuacin ante el desorden 3.6

    Conclusin y bendicin 3.16

    La Epstola tiene tres temas principales:

    1. Consolacin. Aparentemente no se haba menguado, sino intensificado, la afliccin que

    experimentaba esta iglesia desde su inicio. En medio de sus tribulaciones Pablo quiere que

    reposen a la luz del evento final de juicio: la manifestacin del Seor con los ngeles de su

    poder, 1.7. Les encomienda al consuela de Dios mismo, 2.16, 17, y desea que el Dios de paz

    les d paz "en todo tiempo y de todos modos" (Versin Moderna), 3.16. La carta fue

    redactada para vendar las heridas de aquellos que sufran.

    2. Correccin. Ciertos problemas en Tesalnica requeran atencin. Algunas personas

    estaban redactando comunicaciones engaosas como si fueran del apstol, 2.2, 15, 3.17.

    Circulaba una enseanza que la venida del Seor ya se haba realizado y el Da del Seor

    haba comenzado. La seccin 2.1 al 12 trata especficamente de esto. Haba entremetidos y

    turbulentos que andaban contrario a las tradiciones que fueron enseadas previamente, y era

    preciso alejarse de ellos, 3.6 al 15.

    3. Confirmacin. La Epstola estimula a los creyentes a continuar en lo que haban

    aprendido del apstol y a ceirse a las tradiciones que haban recibido, 2.17. En fin, est

    diseada para establecer esta iglesia sana y creciente en los caminos del Seor.

    captulo 1

    Palabras de consolacin

    En esta segunda carta a los santos en Tesalnica Pablo, en unin con sus colaboradores,

    saluda cariosamente a aquellos que le eran amados en Cristo. Estaban "en Dios nuestro

    Padre y en el Seor Jesucristo", lenguaje que no carece de significado. Haba quienes estaban

    escribiendo con intenciones malas, afirmando que sus escritos eran de Pablo, 2.2, pero los

    tesalonicenses podan aceptar esta carta confiadamente como genuina. Cun sabio era el

    apstol al tratar los problemas de sus convertidos; era pastor prudente, digno de imitacin.

    El captulo menciona tres puntos principales:

    1. l expresa beneplcito por el desarrollo espiritual de los creyentes, vv 3, 4. Esto era velar

    genuinamente por la grey, y donde poda dar gracias por progreso, lo haca. Crecer en la fe,

    abundar en amor y aguantar la persecucin, todo esto haca constar una obra profunda de

    Dios en este pueblo que en un tiempo era pagano. Pero un cuidado pastoral abundara en

    fruto duradero. Pablo no estaba conforme con convertidos no ms, sino le complaca ver una

    iglesia en expansin.

    2. El apstol quera consolar a los creyentes afligidos, hacindoles conocer los propsitos de

    Dios, vv 5 al 10. Sus sufrimientos eran parte del justo proceder divino, y para ellos eran

    evidencia de ser contados dignos de participar en el reino de Dios. La manifestacin del

    Seor Jess en gloria es lo ms sublime en ese plan divino y para aquellos que desobedecen

    el evangelio este evento anunciar su destruccin. Pero en aquel da l vendr tambin para

    ser admirado en todos sus santos.

  • 8

    Obsrvense, entonces, las dos etapas en la venida de Cristo: ser por ellos, 1 Tesalonicenses

    4; con ellos, 2 Tesalonicenses 1. Podemos regocijarnos en los propsitos seguros de Dios.

    3. Finalmente, Pablo les asegura a los creyentes de su oracin constante, una evidencia del

    inters que tena por ellos en sus circunstancias presentes. l quera ver el cumplimiento de

    la obra de fe al inicio, por medio del poder de Dios. No bastaba que en el futuro Jess fuera

    glorificado en ellos, sino que oraba que el nombre del Seor Jess fuese glorificado en ellos

    en el tiempo presente. De esta manera ellos seran vistos como dignos del llamamiento

    divino. La oracin es vital para el desarrollo continuo de la obra de Dios en los creyentes!

    2.1 al 12

    Palabras de correccin

    Haba problemas en Tesalnica y en este pasaje Pablo trata de uno muy serio. Al leerlo

    vemos cun peligrosas pueden ser las impresiones errneas.

    l comienza con una exhortacin y es hermoso ver cmo lo hace. Les ruega, les suplica

    fervorosamente, por la venida (la paurosa, o presencia) del Seor Jesucristo y su reunin

    con l (su congregacin en torno de l, Versin Moderna). Es interesante el mtodo de

    nfasis que Pablo emplea, as como en Romanos 12.1 (os ruego por las misericordias de

    Dios), 2 Corintios 5.20 (os rogamos en nombre de Cristo) y 2 Corintios 10.1 (os ruego por la

    mansedumbre y ternura de Cristo).

    Haba dos aspectos al problema que los creyentes tenan por delante. Una gente, portadores

    de mala doctrina, deca escribir cartas en nombre de Pablo. Afirmaban que el Da del Seor

    estaba en curso. Pablo les exhorta a los santos a no dejarse mover fcilmente ni que se

    conturben. Posiblemente fue con esto en mente que termin la carta con las palabras: "la

    salutacin es de mi propia mano", 3.17. Sus epstolas genuinas llevaban su propia firma.

    Notamos que por esta misma exhortacin l est enfatizando que la venida del Seor era de

    esperarse an; ellos van a congregarse en torno de l, una confirmacin deleitosa de que

    aquella venida era una certeza.

    l abunda sobre esto en los vv 4 al 11, sealando el factor tiempo. Nunca debemos olvidar

    que Dios tiene un cronograma. El Da del Seor, dice, no puede preceder una apostasa. "Lo

    que detiene" hoy da debe ser quitado antes de que se manifieste una anarqua final; por el

    momento la iniquidad est refrenada. Muchos entienden que es la Iglesia que est detenin-

    dola, y ella, por supuesto, ser quitada en la venida del Seor. Es evidente que cuando el mal

    se manifieste plenamente, ser una persona, el Anrquico, el Inicuo. l emanar una

    arrogancia impa, actividades satnicas y toda influencia perversa. Pero su destruccin es

    segura, ya que el Seor le destruir por la luz y la gloria de su presencia.

    Cun importante es para los creyentes ser establecidos en la verdad. Sern los que la han

    rehusado que creern la "mentira" en los aos del Anticristo. Es un pensamiento solemne

    reconocer que el Dios que enva su verdad es quien enviar el gran engao para que crean "la

    mentira" aquellos que le han rechazado.

    2.13 al 17

    Palabras de confianza

    El pasaje comienza con otra expresin de gratitud por los creyentes en Tesalnica. Hay un

    toque hermoso en lo que dice, ya que no da gracias a Dios por nada de lo que haban hecho

    por l, ni por su respuesta a lo que l hizo por ellos, sino que estaba pensando en ciertas

    evidencias de la obra de Dios en y por ellos, cosa que queda ms all de la intervencin

  • 9

    humana. Le dio gracias a Dios por su propsito maravilloso en ellos. "Debemos" dar gracias,

    dice, y ellos estaban en el deber de dar gracias a l por ellos mismos. Eran hermanos amados

    en el Seor. Puede usted encontrar una descripcin superior a esta de la relacin de los

    creyentes al Seor?

    l reflexiona sobre la eleccin de parte de Dios. Son escogidos para salvacin y el misterio

    de aquella eleccin quedar para siempre sin explicacin por ser resultado de una gracia

    soberana. Pero su propsito y fin es la salvacin en su sentido ms amplio y completo. l

    considera tambin el reclamo, o derecho, de Dios sobre ellos, realizado por medio de la

    santificacin del Espritu y su fe en la verdad. Aqu hay un eco de las palabras del Seor

    Jess en su oracin por los suyos: "Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad", Juan

    17.17. El Espritu y la Palabra son las agencias que ponen aparte a los creyentes para Dios,

    en mente y vida. Pablo relacionaba estas ideas con el llamamiento de los tesalonicenses.

    Ellos haban sido llamados a obtener la gloria del Seor Jesucristo. Conviene notar que esta

    es lo mximo del llamamiento efectivo de Dios. As que Pablo, en el espacio de pocas

    palabras, vincula la Deidad con la bendicin pasada, presente y futura de los creyentes. Nada

    sorprende que haya dado gracias a Dios por ellos.

    Es contra este trasfondo que el apstol les exhorta a la estabilidad en sus vidas. Haban sido

    enseados ciertas verdades fundamentales, bien por ministerio directo de la Palabra o por

    carta apostlica, y era preciso que se quedaren firmes en ellas. Observamos que las

    tradiciones de la verdad, enseadas sanamente e impartidas espiritualmente, son vitales a la

    firmeza y el bienestar espiritual.

    Pablo les encomendaba al Dios que les amaba, reconociendo como suyas la consolacin y la

    buena esperanza. Ciertamente l no ms podra establecerles en toda buena palabra y obra, y

    la confianza de Pablo en ellos no fluctuaba.

    captulo 3

    Palabras de comando

    El captulo comienza con un llamado del apstol pidiendo la comunin en oracin de parte

    de sus convertidos. Nos hacen sentir el vnculo estrecho entre l y los santos en Tesalnica.

    "Oren por nosotros" es su lenguaje, especialmente a la luz de dos necesidades: primeramente

    que la Palabra prospere, y tambin que sea frustrada la oposicin de hombres perversos y

    malos. No era demasiado que el apstol pidiera esto de ellos, habindose entregado

    fervoroso e incesantemente a la oracin por sus convertidos. No es que aquellos que se

    oponan eran hombres de poca fe, sino hombres que nunca haban recibido la fe. Nunca

    haban obedecido al evangelio. Cunto significara la oracin recproca en esa situacin!

    Pablo no dudaba de la lealtad de los creyentes y estaba seguro que obedeceran su llamado y

    actuaran con base en sus palabras. Ha debido ser un estmulo para l contar con su fidelidad,

    no slo a l sino al Seor tambin. Aqu podemos reflexionar sobre la necesidad fundamental

    de orar por los fieles siervos de Dios. Ms de lo que podemos saber, ellos necesitan nuestro

    apoyo ante el trono de la gracia.

    Llegando al final de su carta, el apstol gira una orden sobre algo serio. Algunos creyentes

    andaban desordenadamente; as como una nave que ha perdido su rumbo, ellos eran una

    amenaza a otros que queran andar rectamente delante del Seor. Nos llama la atencin lo

    enftico del v. 7: ustedes saben de que manera deben imitarnos. Como en tantas otras

    ocasiones se emplea a s mismo como modelo de una conducta correcta. Oh, la importancia

    de un buen ejemplo! La enseanza sana siempre debe ser reforzada en la vida diaria.

  • 10

    Aquellos que causaban problemas eran entremetidos, carentes en utilidad. Quizs esta actitud

    se origin en un enfoque distorsionado de la verdad de la venida del Seor. Si fue as, es por

    dems triste. Hay ocasiones cuando debemos evitar influencias malsanas entre los hermanos,

    pero no en un espritu de enemistad sino de amor fraternal.

    Ciertamente es hermosa la conclusin de la Epstola. En el v. 5 Pablo se haba referido a la

    paciencia de Cristo, y ahora en el v. 16 encomienda a los santos al Seor de paz, que les de a

    ellos paz en todo tiempo y de todos modos, como rezan algunas traducciones. A la luz de la

    enseanza de la Epstola, estos son valores valiosos para conocer y disfrutar. Pablo escribi

    las palabras finales con su propio puo y letra.

    La Segunda Epstola a los Tesalonicenses

    John Heading, Reino Unido; - 1990

    Assembly Testimony, 1982-83

    I La posicin de la Epstola

    II El concepto que Pablo tena de los cristianos 1.1 al 4

    III El Seor manifestado desde los cielos 1.5 al 9

    IV Bendiciones para los santos 1.10 al 12

    Introduccin al Captulo 2

    V Doctrina verdadera y falsa, y el hombre de pecado 2.1 al 5

    VI El que detiene ahora 2.6,7

    VII La actividad del hombre de pecado 2.8 al 12

    VIII La responsabilidad del creyente ahora 2.13 al 17

    IX La obra de Dios en los suyos 3.1 al 8

    X El problema que tenan los tesalonicenses 3.6 al 15

    XI La conclusin 3.16 al 18

    I - La posicin de la Epstola

    Estn llenas de inters proftico las dos cortas epstolas de Pablo a los tesa-lonicenses. Sin

    embargo, antes de estudiar cualquier epstola de la Biblia, debemos considerar de cerca su

    trasfondo y objetivos, tomando nota de cul sea su ubicacin en las Escrituras.

  • 11

    Especficamente, nos incum-be averiguar cmo cada carta de Pablo encaja con sus viajes

    misioneros descritos en Hechos de los Apstoles.

    De estas dos epstolas espigamos algunas lecciones que Pablo enseaba en Tesalnica en su

    segundo viaje. Por ejemplo: Estando con vosotros, os predicamos que bamos a pasar tribulaciones, 1 Tesalonicenses 3.4. Y, ms llamativo es el 2.5 en la segunda carta: No os acordis que cuando yo estaba todava con vosotros, os deca esto? (O sea, que el hombre de pecado se presentar en el templo y se har pasar por Dios). No hay indicio alguno de esta

    clase de enseanza detallada en los primeros nueve versculos de Hechos 17, donde leemos

    de la estada relativamente corta de Pablo en su segundo viaje.

    En otras palabras, el apstol expuso todos los aspectos de la doctrina a los recin

    convertidos, sea que Lucas los haya registrado o no en Hechos. Traemos a coalicin su

    enseanza sobre la cena del Seor en 1 Corintios 11.23: Recib del Seor lo que tambin os he enseado. De esto nada leemos en Hechos 18.1 al 11, donde encontramos el relato de su primera visita a Corinto. Aprendemos, entonces, que los que tienen uno o dos aos en la fe

    deben tener una buena base en todo aspecto de la verdad presentado en la normativa

    apostlica, y que esto abarca cuestiones de comunin y servicio en la asamblea adems de

    instruccin en la profeca.

    Pablo mismo era un hombre maduro en estas verdades. Tena diez aos de convertido cuando

    emprendi su primer viaje misionero, y pasaron seis ms antes de encontrarse en Tesalnica

    en su segundo viaje. Fue poco despus que escribi estas dos cartas a la asamblea joven.

    Son instructivas las razones por los movimientos de este hombre en el servicio del Seor.

    Para guiarle, Dios empleaba lo que podramos llamar medios personales, medios naturales y

    medios espirituales.

    Por ejemplo, al comienzo de su segundo viaje, cuando le acompa Silas, Pablo dijo:

    Volvamos a visitar a los hermanos en toda las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Seor, para ver cmo estn, Hechos 15.36. Fue un ejercicio personal o particular. Haciendo esto mismo, encontr en Derbe a uno, Timoteo, que haba sido convertido en su

    visita anterior. Este, de quien daban buen testimonio los hermanos, acompa al apstol, y

    las iglesias eran confirmadas en la fe, 16.5. El Espritu prohibi un viaje hacia el oeste a

    feso y otras partes del Asia, siendo esta prohibicin un medio espiritual.

    Sucedido esto, el apstol fue guiado por otro medio espiritual, el cual fue la visin del 16.9:

    Pasa a Macedonia y aydanos. Tan slo vio la visin, pero enseguida Lucas y los dems emprendieron viaje a Macedonia. Llegaron a Filipos, la ciudad principal de la zona, donde

    vieron algunos convertidos y una asamblea formada. Hubo un alboroto; fueron internados; y

    se marcharon. Tomaron la carretera este-oeste, viajando a Tesalnica en la encrucijada con el

    camino norte-sur. Fue una circunstancia natural que les condujo a Tesalnica.

    Pablo predic en la sinagoga por tres sbados, exponiendo con base en las Escrituras que

    Cristo tena que padecer y resucitar, y que el Jess que l anunciaba era este Cristo. Algunos

    creyeron, incluyendo gran nmero de griegos y algunas mujeres nobles. La iglesia fue

    instruida, y en esta ocasin envi donativos a Pablo, como sabemos por Filipenses 4.16.

    Debido a un alboroto provocado por los judos, Pablo, Silas y Timoteo se trasladaron a Berea

    donde encontraron ms estorbos. Fue ejemplo de otra circunstancia natural que gui sus

    movimientos, ya que leemos en el 17.15 que Pablo fue llevado a Atenas, aun cuando Silas y

    Timoteo no. Viendo que la ciudad de Atenas estaba de un todo entregada a la idolatra, Pablo

    mand que estos dos le acompaasen. Mientras esperaba su ayuda, su espritu se enardeca, 17.16.

  • 12

    Llegados stos, el apstol estaba preocupado por la iglesia en Tesalnica y la persecucin

    que haba en esa ciudad. As, despach a Timoteo para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones, como lo expres en 3.1 al 4. Otro motivo fue que Timoteo le trajese noticias, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano, 3.5.

    Mencionaremos de paso que Timoteo fue enviado por Pablo en diversas diligencias tambin:

    a Tesalnica, para consolar en tribulaciones, 1 Tesalonicenses 3.2;

    a Corinto, para comunicar enseanzas, 1 Corintios 4.17;

    a Macedonia, para concentrarse en las necesidades de Pablo, Hechos 19.22;

    a Filipos, para cuidar al pueblo de Dios, Filipenses 2.20;

    a feso, para confrontar a los que enseaban mala doctrina, 1 Timoteo 1.3.

    Leemos, entonces, en 1 Tesalonicenses 3.6 que Timoteo volvi para encontrarse con Pablo

    en Corinto, trayendo noticias de la fe y el amor de los creyentes; de sus recuerdos de Pablo y

    su deseo de verle; y de algunos problemas. Fue para aclarar una de las dudas que l, junto

    con Silas y Timoteo, escribi su primera epstola a los tesalonicenses.

    En 1 Tesalonicenses 1 Pablo trae a la memoria la fe y el servicio de aquellos cristianos. En el

    Captulo 2, su propio servicio y conducta entre ellos. En el 3, la visita de Timoteo y el

    regocijo que result de las buenas noticias recibidas. En el Captulo 4 Pablo atiende al

    problema proftico que ellos tenan; a saber, que los ya difuntos no seran incluidos en el

    rapto cuando el Seor venga para buscar a su Iglesia. El apstol corrige esto al mostrar que

    los muertos en Cristo sern los primeros en ser levantados, inmediatamente antes de los que

    estn vivos sobre la tierra.

    Finalmente, en el Captulo 5 l explica que el da del Seor caer sobre la humanidad en general pero no sobre la Iglesia. El da del Seor (da de Jehov) es un concepto vinculado con el Antiguo Testamento; la Iglesia no ser involucrada. Se emplearon acontecimientos

    histricos relacionados con Asiria y Babilonia para ilustrar ese perodo futuro; vase Isaas

    13.6,9. Se trata del tiempo de juicio divino que acaecer antes de que el Seor venga en

    gloria a reinar.

    En Hechos 18.5 Silas y Timoteo regresan de Macedonia. Tengamos claro que no es el

    regreso descrito en el 17.15 ni tampoco el de 1 Tesalonicenses 3.6. Al contrario, es posterior

    a la entrega de la epstola.

    Cuando todava en Corinto, Pablo recibi noticias ms recientes de que los tesalonicenses

    tenan ms dificultades de ndole proftica, ahora sobre este da del Seor. Ellos estaban recibiendo enseanza falsa, basada en una supuesta carta escrita por Pablo. Esta teora

    errnea afirmaba que la persecucin que los tesalonicenses estaban experimentando

    significaba que el da del Seor haba llegado.

    As, Pablo, Silas y Timoteo escribieron la segunda epstola para corregir esta segunda

    enseanza errnea. El da del Seor no estaba tan cerca. (No es de confundirse el da de

    Cristo con el da del Seor. Del da de Cristo leemos tambin en Filipenses 1.6 y 2.16).

    En el Captulo 1 de 2 Tesalonicenses Pablo ve la persecucin presente de los creyentes a la

    luz de la venida del Seor en gloria y juicio en el futuro. En el Captulo 2 es imposible que el

    da del Seor acontezca en el tiempo presente, ya que se asociar con el hombre de pecado una vez levantada la Iglesia, y este hijo de perdicin ser destruido cuando el Seor venga en gloria. En el da presente Dios concede arrepentimiento por medio de su Espritu, pero en

  • 13

    el futuro, quitado ya el Espritu, enviar un gran engao; 2 Tesalonicenses 2.11. Este perodo

    futuro es de un todo distinto de las circunstancias presentes, como, por ejemplo, Apocalipsis

    4 al 20 difieren de los primeros tres captulos de ese libro. Finalmente, en 2 Tesalonicenses 3

    Pablo trata del comportamiento del pueblo del Seor en el presente, mientras espera que el

    Seor venga a buscarles, 3.5.

    No se informa quin llev esta epstola a Tesalnica.

    Cuatro aos ms tarde, al final de su tercer viaje, Pablo despach a Timoteo y Erasto de

    feso hasta la provincia de Macedonia (la cual inclua Filipos y Tesalnica) para preparar su

    llegada. A Tito le envi a la vez a Corinto para traerle noticias de esa iglesia antes que

    viajara a Corinto a travs de Macedonia. As fue que lleg a Troas y Macedonia, reunindose

    con Tito. En esta ocasin Pablo escribi su segunda carta a los corintios para que les llegara

    antes que l. Hechos 19.22, 20.1, 2 Corintios 2.13

    En Macedonia, l pudo recorrer aquellas regiones, visitando a los tesalonicenses. En los

    captulos centrales de 2 Corintios, Pablo recuenta la liberalidad de los de Macedonia al

    proveer por los cristianos necesitados en Jerusaln. Hechos 20.2, 2 Corintios 8.1 al 5,

    Romanos 15.25 al 31. La razn fue que ellos a s mismos se dieron primeramente al Seor.

    A la vez, se glori en la colecta de los corintios para los de Macedonia, 2 Corintios 9.1 al 5.

    Pero cuando los de Macedonia llegaron con Pablo a Corinto, ellos tenan que ver esta

    comunin hacerse realidad conforme a lo que Pablo haba dicho. As fue que el apstol pas

    tres meses en Corinto, como leemos en Hechos 20.2: ... lleg a Grecia. Despus de haber estado all tres meses ...

    Ahora de nuevo l viaja a Macedonia en su regreso, acompaado de Aristarco y Segundo de

    Tesalnica. De Aristarco sabemos que era compaero de Pablo en Hechos 19.29;

    colaborador en Filemn 24; y acompaante del apstol en la crcel, Colosenses 4.10. Es

    evidente que la asamblea de Tesalnica produjo algunos grandes servidores en la obra del

    Seor!

    Posterior a estos acontecimientos, Pablo se encontraba preso durante cinco aos en

    Jerusaln, Cesarea y Roma. Nada se dice de contacto con los tesalonicenses durante ese

    perodo, excepto que Aristarco acompa a Lucas y Pablo en el barco. En libertad de nuevo,

    el apstol visit una vez ms en Macedonia, dejando a Timoteo en feso. Hubo amplia

    oportunidad para ministrar sobre temas profticos en la asamblea de Tesalnica. Hechos

    21.28, 27.2, 1 Timoteo 1.3

    Demas abandon a Pablo poco antes de morir el apstol, cuando ste estaba preso de nuevo.

    Demas amaba este mundo; o sea, quera la libertad ms que la comunin con Pablo en sus

    cadenas. Se fue a Tesalnica, 2 Timoteo 4.10. Sin duda llev consigo noticias del apstol,

    pero las Escrituras guardan silencio sobre cmo la asamblea le recibi.

    II - El concepto que Pablo tena

    de los cristianos; 1.1 al 4

    Quienes persiguen, sern perseguidos por Dios tarde o temprano. Los que dan expresin de

    su odio hacia el testimonio del pueblo de Dios no escaparn juicio, y este juicio se describe

    en 2 Tesalonicenses 1.5 como justo. Al no haber juicio por venir, tampoco habra necesidad de que Cristo muriera, pero no hay tal cosa como una salvacin universal.

  • 14

    Todos desconfiamos en los pronunciamientos de hombres que se acomodan a ideas

    antibblicas. Por el contrario, el tema del juicio debera dar a los creyentes un sentido de

    urgencia en su testimonio. As, al estudiar esta epstola, dejemos que nuestras mentes paseen

    ampliamente por las Santas Escrituras, notando lo que dicen profticamente el Seor, sus

    apstoles y sus profetas, adems del libro del Apocalipsis, acerca del juicio.

    1.1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses

    en Dios nuestro Padre y en el Seor Jesucristo:

    En cualquier estudio detallado de una epstola, debemos examinar los caracteres que

    aparecen a lo largo de la misma. Pablo fue el autor principal de 2 Tesalonicenses, y por ser

    un apstol tena autoridad para recibir una revelacin divina y transmitirla para instruccin y

    edificacin. Nos conviene conocer los detalles de su vida: conversin, carcter, llamamiento,

    viajes, enseanza y padecimientos experimentados sobre un lapso de aproximadamente

    treinta y dos aos.

    Silas [Silvano] figura por vez primera en Hechos 15.22, descrito como uno de los varones

    principales entre los hermanos en Jerusaln. Los apstoles y ancianos le escogieron de entre

    su propio nmero para acompaar a Pablo en la entrega de una carta a Antioqua. Este

    evento, aparentemente de poca importancia, alter todo el curso de su vida.

    En particular, Silas era un profeta, capacitado para exhortar a los hermanos con abundancia

    de palabras. Pablo saba que haba arriesgado su vida por el nombre del Seor Jess, y le

    escogi como acompaante en su segundo viaje en lugar de Bernab. Temprano en este viaje

    l sufri persecucin. Ciertos enemigos del evangelio prendieron a Pablo y Silas y les

    echaron en la crcel, donde oraron y cantaron alabanzas a medianoche; Hechos 16.32,26,40.

    Ms adelante encontramos a Silas con Pablo en Tesalnica, y los dos despachados de la

    ciudad de noche. En una ocasin posterior, fue convocado por Pablo a venir de Berea a

    Antioqua, y de all volvi con el apstol a Corinto; Hechos 17.4,10,15, 18.5. Fue en esta

    poca que se asoci con Pablo en la preparacin de las dos epstolas a los tesalonicenses.

    Posteriormente Pablo se acord de su propio servicio junto con Silas en Corinto, y seis aos

    despus Pedro escribi que ste era un hermano fiel: 2 Corintios 1.19, 1 Pedro 5.12.

    Timoteo haba conocido las Escrituras desde su niez. Fue salvo durante el primer viaje de

    Pablo, y el apstol se refiri a l como su hijo en la fe; 1 Timoteo 1.2, 2 Timoteo 1.2, 3.15,

    1 Corintios 4.17. Pablo le encontr de nuevo al comienzo de su segundo viaje, y Timoteo se

    qued con el apstol durante casi todo el resto de su vida; Hechos 16.1 al 3, 2 Timoteo 4.9.

    La Epstola est dirigida a la iglesia de los tesalonicenses. El vocablo iglesia era una palabra

    corriente en esa poca, significando cualquier grupo llamado aparte. Esteban habl en este

    sentido de la iglesia en el desierto, y tambin encontramos el trmino para describir una

    reunin de los varones de feso; Hechos 7.38, 19.39,41.

    A menudo los escritores del Nuevo Testamento tenan que dar un sentido nuevo y espiritual a

    palabras corrientes. No inventaron trminos nuevos! Como creyentes, sabemos que la

    palabra iglesia se refiere a la congregacin o asamblea en una localidad que se ocupa en

    servicio y adoracin en el nombre del Seor conforme a la Palabra suya. Hoy por hoy se ha

    degenerado en un sentido religioso, significando quizs un mero edificio. A veces en las

    Escrituras el vocablo se refiere a todo el conjunto de creyentes habidos a partir del da de

    Pentecosts. Debemos saber hacer contraste entre la iglesia que es su cuerpo en Efesios 1.22,

    23; la iglesia de Dios que est en Corinto en 1 Corintios 1.2; y las iglesias de Galacia en

    Glatas 1.2.

  • 15

    La Biblia nunca habla de la iglesia de un cierto pas. Reconocemos que puede prestarse a

    confusin hoy en da el usar el pronombre la con las palabras iglesia o asamblea en el

    sentido local, ya que algunos pueden entenderlo como denominacionalismo.

    Esta iglesia estaba en Dios el Padre, lo opuesto de estar en el mundo. El carcter divino estaba sobre los miembros y la actividad de esa asamblea local. Cual iglesia de Dios (expresin que encontramos en 1 Corintios 1.2), ellos eran posesin suya con su origen en

    una obra divina. Cualquier iglesia local sera lo opuesto de lo que Jess describi como de su padre el diablo, y sinagoga de Satans, Juan 8.44, Apocalipsis 2.9.

    Adems, solamente los creyentes pueden estar en contacto con Dios como su Padre. Es una

    relacin bendita que se basa en la resurreccin y en el Espritu Santo, ya que el Seor dijo

    que ascenda a mi Dios y vuestro Dios, Juan 20.17. Pablo agreg, en el Seor Jesucristo, el que hizo posible esta relacin con el Padre. Este ttulo amplio del Seor figura diez veces

    en la epstola. En su condicin de Seor l tiene autoridad sobre su pueblo que constituye la

    iglesia; en su condicin de Jess es el Salvador de su pueblo; y, en su condicin de Cristo es

    el ungido del cielo, con derecho al ttulo de su divinidad.

    1.2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre

    y del Seor Jesucristo.

    La gracia y paz forman una introduccin caracterstica de las epstolas. Pablo comenz su

    primera carta a los tesalonicenses de esta misma manera, y 2 Timoteo tambin, aun cuando

    esta fue escrita doce aos despus de aquella. Desde luego, los tesalonicenses gozaban ya de

    la gracia y la paz. Parece que Pablo quera que les fuesen aumentadas.

    La gracia encierra bendiciones no merecidas. Fue por la gracia de Dios que Pablo fue lo que

    era e hizo lo que haca. Al no asumir ms una posicin religiosa segn la ley, no desechaba

    la gracia de Dios; 1 Corintios 15.10, Glatas 2.21. A la vez, el corazn precisa de la paz la que da el Seor, y no el mundo cuando los enemigos y peligros rodean al creyente. En el mbito prctico, incumbe a los creyentes tener paz entre s y seguir lo que contribuye a la

    paz; Juan 14.27, 1 Tesalonicenses 5.13, Romanos 14.19.

    1.3 Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno,

    por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno

    de vosotros abunda para con los dems;

    El apstol no slo orara por el pueblo de Dios, sino que dara gracias a la vez. Es un indicio

    de cmo debemos considerar el uno al otro, reflexionando sobre qu agradecer en cada uno.

    Este ejercicio es tpico de las epstolas de Pablo. Se comentaba su fe en el mundo entero,

    Romanos 1.8; estaban enriquecidos en toda palabra y ciencia, nada faltando en ningn don,

    esperando la manifestacin de Cristo, 1 Corintios 1.5 al 7; eran el recuerdo constante del

    apstol, Filipenses 1.3; abundaban en fe, amor, esperanza y fruto, Colosenses 1.3 al 8; haba

    amor y fe hacia el Seor Jess, y para con todos los santos, Filemn 5. Qu temas podran ocupar nuestras oraciones, tanto en la asamblea como en privado! Bien podramos estar

    dando gracias por todo esto, ya que son temas espirituales, pero nuestra tendencia en la

    oracin suele ser hacia cuestiones materiales.

    En este caso Pablo da gracias por la fe y el amor de los santos. En el 1.3 de la primera

    epstola l se acordaba de la obra de su fe, una combinacin que figura tambin en Glatas

    5.6, la fe que obra por el amor, y en 2 Tesalonicenses 1.11, toda obra de fe con su poder. Se haba cumplido esta solicitud, de manera que ahora puede dar gracias que la fe de ellos va

  • 16

    creciendo. A saber, la sustancia en la cual crean se estaba manifestando en la prctica. En

    lenguaje de Isaas 37.31, estaban echando races hacia abajo y dando fruto arriba. Se estaban

    edificando sobre su santsima fe; Judas 20.

    En 1 Tesalonicenses 1.3 Pablo haba orado tambin por el trabajo de vuestro amor. La frase hace saber que el amor es dinmico y no esttico. As, Dios am al mundo y dio a su

    Hijo; Cristo am a la Iglesia y se entreg por ella. En el caso tesalnico, se haban contestado

    las oraciones de Pablo; su amor estaba activo de hecho y en verdad, 1 Juan 3.18. Dios no

    sera injusto, olvidando el trabajo de su amor, Hebreos 6.10. Por lo tanto, Pablo se ocupara

    en dar gracias.

    l haba orado tambin por su constancia en la esperanza, pero ahora no da gracias con respecto a esta tercera solicitud. (Comprese el 1.3 en las respectivas epstolas). Slo

    podemos entender que va disminuyndose el efecto de la esperanza bienaventurada en los

    creyentes si no guardan una acertada doctrina proftica. En el caso presente, se haba

    disminuido su expectativa de subir para encontrar a Cristo en el aire, producto de haber

    pensado que la tribulacin que sentan ellos mismos corresponda a la terrible persecucin

    que habr en escala mundial en el da del Seor.

    1.4 tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra

    paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportis.

    Con todo, Pablo se gloriara entre las asambleas por la paciencia y fe de estos tesalonicenses.

    Al hablar acerca de nuestros hermanos, muchas veces sealamos sus fracasos, debilidades,

    faltas, carencia de fe, o mundanalidad de vida y servicio. Ms bien debemos verlos como

    revestidos en Cristo, produciendo algo del fruto del Espritu.

    Lo que deca el apstol al gloriarse es algo parecido a un informe misionero! l escribi a

    los corintios acerca de la liberalidad de los de Macedonia, y a estos en Tesalnica de la

    colecta realizada en Corinto. Pedro relat cmo Dios haba abierto la puerta de la fe a los

    gentiles en Cesarea, mientras que Pablo inform a la asamblea en Antioqua de lo que Dios

    haba hecho con ellos entre los gentiles. 2 Corintios 8.1 al 5, 9.1 al 4, Hechos 11.1 al 18,

    14.27.

    Su aprobacin aqu versa sobre el desenvolvimiento de las persecuciones y tribulaciones que padecieron, temas que se vinculan a menudo en el libro de Daniel con asuntos

    profticos. En estas experiencias estaban siguiendo las pisadas del Seor, quien predijo: Si a m me han perseguido, tambin a vosotros os perseguirn. Y: En el mundo tendris afliccin. Juan 15.20, 16.33. La anterior parece ser provocada por unos pocos, pero la postrera por muchos.

    Conviene comentar aqu que esta persecucin generalizada no es la gran tribulacin. La consecuencia en los creyentes debe ser que nos gloriemos en las tribulaciones, ya que no nos

    separan del amor de Cristo, Romanos 5.3, 8.35. Es muy llamativo que Pablo prosiga

    indicando que estas tribulaciones son seal de un juicio por venir.

    III - El Seor manifestado desde los cielos;

    1.5 al 9

  • 17

    1.5 Esto es demostracin del justo juicio de Dios,

    para que seis tenidos por dignos del reino de Dios,

    por el cual asimismo padecis.

    Las tribulaciones sufridas por los tesalonicenses a manos de sus semejantes constituyeron

    una demostracin de que los hombres tendran que sostener el justo juicio de Dios. No es que

    a los creyentes les agrade que esto tenga que suceder, sino que sus circunstancias actuales

    anuncien que as ser. Lzaro, por ejemplo, no se alegr por estar el rico en el Hades, ni

    Pedro por saber de lo que le sucedi a Herodes. El Seor, por su parte, consideraba trgico

    que Judas fuese el hijo de perdicin, y llor sobre Jerusaln al reconocer que se acercaban

    sus das de juicio.

    Esta demostracin, o seal manifiesta, es prueba de que el juicio caer. Adems, todos los

    juicios de Dios son justos, aun cuando el que sea apenas religioso evaluara las cosas de otra

    manera. En otra parte Pablo escribi sobre el da de la ira y de la revelacin del justo juicio de Dios, mientras que un ngel proclam que Ciertamente ... tus juicios son verdaderos y justos. Romanos 2.5, Apocalipsis 16.7, 19.2

    En 1.5 al 7 se describe la posicin de los santos, mientras que en los versculos 6, 8 y 9 se

    traza la de los incrdulos. Ser tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecis, no es hoy por hoy una condicin para entrar en el reino, ya que el nuevo nacimiento lo efecta, Juan 3.5. Ms bien escriba Pablo de los privilegios alcanzados por

    medio de los sufrimientos. Esto se ampla en otras partes; sus sufrimientos dieron por

    resultado que ellos fuesen la esperanza, gozo y corona de que Pablo se gloriaba. Sufrir por l

    conduce a reinar con l; 1 Tesalonicenses 2.20, 2 Timoteo 2.12, Apocalipsis 20.4.

    1.6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulacin

    a los que os atribulan,

    Por cierto, habr en aquel da un intercambio de posiciones; la tribulacin actual de

    creyentes conduce a la tribulacin futura para hombres impos. Parece que esto no aplica a

    la gran tribulacin, Mateo 24.21, sino al tiempo del fin cuando el Seor venga en gloria, como en el 24.22. Es preciso captar la diferencia entre el lapso de tribulacin y el propio

    regreso en gloria. Mateo 24 aclara esta distincin, empleando dos vocablos griegos que se

    traducen como fin.

    Suntleia no es una terminacin, sino indica una serie de acontecimientos que coinciden para

    sealar el fin en s. Los discpulos emplearon esta palabra cuando le preguntaron al Seor

    acerca del fin del mundo, Mateo 24.3. Los versculos 4 al 28 de ese captulo describen aquel perodo, y corresponden a los captulos 4 al 18 del Apocalipsis y a Daniel 9.24 al 27.

    Tlos. El Seor emple este otro trmino al contestar: an no es el fin, 24.6; perseverar hasta el fin, 24.13; entonces vendr el fin, 24.14. Se trata de una culminacin, y es el tema de 24.29 al 41, como tambin de Apocalipsis 19 y de Daniel 7.9 al 14.

    As, en nuestro versculo, el 1.6, pagar con tribulacin se refiere al segundo de los dos que hemos visto; o sea, cuando el Seor venga en gloria, como en el 1.7. Se enfatiza de nuevo

    que el juicio es justo, y nosotros que somos salvos debemos llevar en mente que 2 Timoteo

    4.8, al hablar del tribunal de Cristo, describe al Seor como el juez justo. Cuando en vida

    sobre la tierra, los hombres piensan que dominan; pero, cuando el Seor venga en juicio,

    har ver quin es el que manda, y emplear su autoridad con justicia.

  • 18

    1.7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste

    el Seor Jess desde el cielo con los ngeles de su poder,

    Cun favorecidos los santos! La suerte suya ser lo opuesto de aquellas tribulaciones; los

    que ahora estn atribulados tendrn reposo con el Seor. l nos da descanso al alma, Mateo

    11.29, aun ahora cuando nuestras circunstancias exteriores distan mucho de ser llamadas

    reposo. Pero nuestra posicin ser de pleno reposo cuando, en el rapto, seamos extrados de la turbulencia.

    Pablo agrega, con nosotros. Aun cuando haba sufrido ms que cualquiera 2 Corintios 11.23 al 33 no le sera asignada una posicin especial; l va estar con los dems del pueblo del Seor, y ellos con l. Con todo, nuestro descanso en las alturas ser enriquecido por el

    reconocimiento de que hemos sido salvos de la ira a desatarse cuando el Seor se manifieste

    desde los cielos con los ngeles de su poder.

    Este ser, sin duda alguna, el momento mayor en la historia universal, salvo aquel de la

    muerte, resurreccin y ascensin del Seor. Cuntas veces las Escrituras hablan de este

    acontecimiento! Para mostrar cun abundantes son estas referencias, vamos a proporcionarle

    al lector una lista extensa, para que vea por s mismo cunto habla la Palabra de Dios de la

    venida del Seor en gloria.

    (i) Las setenta semanas profetizadas en Daniel 9.24 al 27 conducen a este evento, trayendo

    ellas la justicia perdurable. Habra siete semanas, o 49 aos, hasta la construccin del templo; sesenta y dos, o 434 aos, hasta la remocin del Mesas; luego, posterior a la poca

    de la Iglesia, otra semana, o siete aos, hasta este punto culminante.

    (ii) Vendr el Redentor a Sion; Oh, si rompieses los cielos, y descendieras! Isaas 59.20,

    64.1. La gloria de Jehov entr en la casa por la va de la puerta que daba al oriente, Ezequiel

    43.4. Una piedra fue cortada, no con mano, He aqu con las nubes del cielo vena uno como

    un hijo de hombre, Daniel 2.34, 7.13. Se afirmarn sus pies en aquel da sobre el monte de

    los Olivos, Zacaras 14.1 al 4. Vendr sbitamente a su templo el Seor a quien vosotros

    buscis, Malaquas 3.1. Tu pueblo se te ofrecer voluntariamente en el da de tu poder ... El

    Seor est a tu diestra; quebrantar a los reyes en el da de su ira, Salmo 110.1 al 5.

    (iii) Hay algunos de los que estn aqu, que no gustarn la muerte, hasta que hayan visto al

    Hijo del Hombre viniendo en su reino [ previo a la transfiguracin ], Mateo 16.28. No me

    veris, hasta que digis: Bendito el que viene en el nombre del Seor, Mateo 23.39. Vern al

    Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria, Mateo 24.30,

    Lucas 21.27.

    (iv) Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ngeles con l,

    entonces se sentar en su trono de gloria, Mateo 25.31. Veris al Hijo del Hombre sentado a

    la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo, Mateo 26.64. Este mismo

    Jess ... vendr como le habis visto ir al cielo, Hechos 1.11. El da del Seor vendr como

    ladrn en la noche, 2 Pedro 3.10.

    (v) He aqu, que viene con las nubes, Apocalipsis 1.7. Has tomado tu gran poder, y has

    reinado, 11.15 al 18. Mete tu hoz, y siega, 14.14 al 20. Vi el cielo abierto, ... se llamaba Fiel

    y Verdadero, y con justicia juzga y pelea, 19.11 al 21.

    Puede haber testimonio ms claro de ese gran da de intervencin divina, cuando se

    vindicar el Seor en la escena de su rechazamiento?

    Adicionalmente, Pablo afirma que esta llegada se realizar con los ngeles de su poder. El Seor present la parbola de las ovejas y los cabritos con todos los ngeles, Mateo 25.31. Creemos que la nube que se menciona ms de una vez con respecto a esta venida sea no tan

  • 19

    slo literal, sino que incluya a la vez los ngeles y los santos. La grande nube de testigos en

    Hebreos 12.1 acompaar al Seor, como tambin los ejrcitos celestiales de Apocalipsis

    19.14.

    En otra parte Pablo escribi acerca de la venida de nuestro Seor Jesucristo con todos sus

    santos, 1 Tesalonicenses 3.13, mientras que Judas hace saber que vino el Seor con sus

    santas decenas de millares, versculo 14. No ser el pueblo suyo que efectuar los juicios

    sobre los hombres impos en esa ocasin; esta ser obra del Seor mismo, quien herir las

    naciones con la espada aguda que sale de su boca, Apocalipsis 19.15. Los ngeles

    participarn, 14.19, conforme dijo el Seor: Los segadores son los ngeles, Mateo 13.39, 49. Adems, ellos juntarn a los escogidos desde un extremo del cielo hasta otro; 24.31.

    1.8 en llama de fuego, para dar retribucin a los que no conocieron

    a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Seor Jesucristo;

    La humanidad ser dividida en tres clases:

    (i) los que participaron en la batalla de Armagedn; Apocalipsis 16.13 al 16. La gran bestia

    poltica y el dictador mundial con sus ejrcitos lucharn contra los gobernantes del resto del

    mundo, y contra Israel a la vez, Zacaras 14.2. Pelearn luego contra el Cordero cuando

    aparezca en ese momento en gloria, Apocalipsis 17.14. Parece que Apocalipsis 19.11 al 21 se

    refiere a esta clase: He aqu un caballo blanco ...

    (ii) las naciones las ovejas y los cabritos que no habrn participado en ese gran enfrentamiento; Mateo 25.32. Parece que de stos trata Apocalipsis 11.17, 18: Tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos ...

    (iii) los malos, Mateo 13.49. Parece que de ellos se habla en Apocalipsis 14.14 al 20; El que estaba sentado sobre la nube meti su hoz ...

    En llama de fuego es una descripcin espantosa de este juicio. Fsicamente, lo ha habido antes, cuando fuego sali de la presencia de Dios para consumir a Nadab y Abi, Levtico

    10.12. El fuego en Sina dio a entender juicio al no guardarse la ley. El trono en Daniel 7.9

    era llama de fuego, y un ro de fuego proceda ... El Seor mismo tendr ojos de discernimiento como llama de fuego, Apocalipsis 19.12.

    Estos versculos describen al Seor y su juicio, pero otros describen la postrimera de

    aquellos que reciben ese tratamiento. El cuerpo de la cuarta bestia fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego, Daniel 7.11. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre, Apocalipsis 19.20.

    Pablo describe esto como venganza, un pensamiento que no agrada a los telogos que no son

    evanglicos. Sin embargo, la raz de esta palabra figura diecisiete veces en el Nuevo

    Testamento, de manera que no se puede evitarla. Ma es la venganza, yo pagar, dice el Seor, Romanos 12.19. Se afirma esto de nuevo en Hebreos 10.30, con la aadidura: El Seor juzgar a su pueblo. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

    Esta ser la porcin de personas descritas de dos maneras:

    (i) los que no conocieron a Dios: Los hombres deben conocerle, porque se ha revelado en la creacin. Las cosas invisibles de l, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles,

    de modo que no tienen excusa. Pero, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a

    Dios, Romanos 1.18 al 21. As que, ni el pagano se ha quedado en ignorancia.

    (ii) [los que no] obedecen el evangelio de nuestro Seor Jesucristo: Son los que oyen el

  • 20

    mensaje del evangelio pero resueltamente se oponen. El evangelio no conlleva de hecho la

    obediencia: No todos obedecieron al evangelio, Romanos 10.16. Cul ser el fin de aquellos que no obedecieron el evangelio de Dios? 1 Pedro 4.17. Los creyentes, en cambio, son precisamente aquellos que s lo han obedecido; Romanos 6.17, Hebreos 5.9, 1 Pedro

    1.22.

    1.9 los cuales sufrirn pena de eterna perdicin, excluidos

    de la presencia del Seor y de la gloria de su poder,

    Se trata de un juicio a realizarse antes del milenio; la destruccin definitiva ante el gran trono

    blanco tendr lugar posteriormente. La pena de eterna perdicin mejor ha podido ser traducida como sufrir justamente, destruccin eterna. [Pagarn la pena eterna de perdicin, es como figura en la Vulgata]. Pablo emple esta palabra en su primera epstola, 5.3, al hablar de los que dicen Paz y seguridad, pero les sobreviene destruccin repentina. Esta tambin es una referencia al segundo advenimiento, pero parece ser el gran trono blanco que est a la vista en 1 Timoteo 6.9, donde las muchas codicias hunden a los hombres en destruccin y perdicin.

    La destruccin no es de confundirse con la aniquilacin. Al ser destruida una cosa, sus partes

    o componentes existen an. Sea este juicio anterior o posterior al milenio, se lo describe

    como eterno. El Seor haba empleado la misma calificativa al anunciar el juicio de los cabritos en Mateo 25.46.

    Esta destruccin ser: (i) de la presencia del Seor: l dir, Apartaos de m, hacedores de maldad, Mateo 7.23. Para el pueblo de Dios, ser todo lo contrario: Os tomar a m mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis, Juan 14.3. As estaremos siempre con el Seor; 1 Tesalonicenses 4.17. (ii) de la gloria de su poder: O sea, de la gloria manifestada en juicio cuando establezca su reino. El infierno nada sabr de esta gloria. Su salida en gloria

    se describe en Apocalipsis 19.11 al 16, y la exclusin de la misma equivale lo del 19.21:

    Los dems fueron muertos con la espada que sala de la boca del que montaba a caballo.

    IV - Bendiciones para los santos; 1.10 al 12

    1.10 cuando venga en aquel da para ser glorificado en sus santos

    y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto

    nuestro testimonio ha sido credo entre vosotros).

    Pero Pablo deja rpidamente esta escena funesta, deseando hablar del contraste absoluto que

    ser la suerte de los creyentes. Y sern muchos, ya que el testimonio ha sido credo; o sea,

    hubo buena respuesta al evangelio. Qu momento de jbilo cuando l sea admirado en

    todos los suyos!

    Estrictamente hablando, debe ser glori-ficado y admirado en nosotros aun ahora. La

    humanidad ha contado con siglos para ver a Cristo en los suyos; en el futuro, el tiempo para

    esto ser corto. Ha dicho: La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as como nosotros somos uno. Yo en ellos, y t en m ..., Juan 17.22,23.

    Si este despliegue ante el mundo es dbil ahora, en aquel da tendr una manifestacin plena.

    Los hombres se quedarn admirados de la gloriosa manifestacin de Cristo en los suyos.

    Inmediatamente antes, el mundo se habr asombrado ante la bestia, Apocalipsis 13.3, y aun

  • 21

    Juan se qued momentneamente perplejo ante el misterio de la Babilonia, 17.6,7.

    Aun los moradores del cielo que habrn ganado la victoria sobre la bestia y su imagen

    cantarn: Grandes y maravillosas son tus obras, Seor Dios Todopoderoso ..., 15.2,3. En los tiempos de los tesalonicenses, ese pueblo de Dios sufra persecucin por su fe, pero en la

    ocasin futura de este juicio, los hombres se maravillarn al ver a Cristo en ellos, y al

    contemplar las obras suyas en ellos. Los postreros sern los primeros, y con gran

    recompensa.

    1.11 Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros,

    para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento,

    y cumpla todo propsito de bondad y toda obra de fe

    con su poder,

    Con estos contrastes en mente, el apstol ora por aquellos creyentes. En los versculos 3 y 4,

    daba gracias siempre por ellos, y ahora intercede siempre a favor de ellos. En el 3.1, vamos a

    leer de las oraciones de ellos a favor de l. Esto es tpico de varias de las epstolas, donde

    leemos de diversos aspectos de la oracin. En este versculo notamos tres.

    (i) Que Dios les tenga por dignos de su llamamiento. Esto no quiere decir dignos del futuro

    estado eterno, ya que la tal cosa viene por gracia, y nuestro valor depende ms bien de

    Cristo. Al contrario, creemos que se refiere al sufrimiento ahora a causa del reino, como en

    el 1.5; o sea, que la persecucin no les fuese quitada, sino que destacara lo mejor en ellos. El

    hecho es que los creyentes primitivos fueron llamados a sufrir injustamente, cosa que

    conducira a la alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 1 Pedro 2.21, 1.7.

    En aquellos tiempos los cristianos fueron contados dignos de sufrir reproche por el nombre

    del Seor Jess; Hechos 5.41.

    (ii) Que Dios cumpla todo propsito de bondad en ellos. Su voluntad brilla a travs de todas

    las circunstancias, parezcan ellas agradables o no. En el caso de Pablo, el beneplcito divino

    condujo el apstol a sufrir grandes cosas por el nombre del Seor, Hechos 9.16, pero l

    aprendi a conformarse con el estado en que se encontrara, Filipenses 4.11.

    (iii) Que Dios cumpliera con poder toda obra de fe. Hemos visto en 1 Tesalonicenses 1.3

    que la obra de vuestra fe era tema de las oraciones apostlicas, y que el desarrollo de la misma fue causa de agradecimiento; vase el 1.3 de esta epstola. En otras palabras, la fe de

    Abraham en Romanos 4 conduce a sus obras y fe en Santiago 2.14 al 26. Con todo, la fe que

    se manifiesta externamente en obras es eficaz slo por el poder de Dios; poco vale en esto la

    fuerza de la criatura.

    1.12 para que el nombre de nuestro Seor Jesucristo

    sea glorificado en vosotros, y vosotros en l,

    por la gracia de nuestro Dios y del Seor Jesucristo.

    Estas aspiraciones en oracin surten efecto para con Dios. Se glorifica en nosotros el nombre

    del Seor Jesucristo cuando se efecta la obra de Dios en nuestra vida y servicio. Sugerimos

    que esta gloria a su nombre se logra ahora sobre la tierra, cual primicia de la gloria futura

    que tendr en los suyos, 1.10. Si es as, no se trata de lo mismo que 1 Pedro 1.7, donde la

    prueba de nuestra fe en el tiempo presente se hallar en alabanza, gloria y honra cuando sea

    manifestado Jesucristo.

    En lo que se refiere a gloria producida por nuestras vidas y servicio ahora, podemos citar

  • 22

    varias referencias: En esto es glorificado mi Padre, en que llevis mucho fruto, Juan 15.8. ... este donativo, que es administrado por nosotros para gloria del Seor mismo, 2 Co-rintios 8.19. Y [las iglesias] glorificaban a Dios en m, Glatas 1.24. ... que seis ... llenos de frutos de justicia ... para gloria y alabanza de Dios, Filipenses 1.11.

    Con todo, Pablo agrega y vosotros en l, tratndose de una reciprocidad de gracia. Como

    resultado de su obra en nosotros, l nos ha dado gloria, Juan 17.22, una condicin que es

    futura tambin, ya que somos, segn 1 Pedro 5.1, participantes de la gloria que ser revelada.

    Se puede ver en Isaas 28.5 y 62.3 esta idea bendita de una reciprocidad. Primeramente, En aquel da Jehov de los ejrcitos ser por corona de gloria y diadema de hermosura al

    remanente de su pueblo. Luego, Sers corona de gloria en la mano de Jehov, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.

    Todo esto es un gran estmulo en tiempos de persecucin, ya que conlleva consecuencias

    futuras. Aun as, en el captulo siguiente de nuestra epstola se hace ver que la persecucin

    en este tiempo no es la misma del terrible perodo que est por delante.

    Introduccin al Captulo 2

    La Biblia proporciona una gran esperanza para todo creyente, pero a la vez predice das

    terribles sobre esta tierra. La masa de la humanidad y sus lderes se quedan indiferentes ante

    el hecho de que Dios haya hablado, creyendo ms bien que el futuro ser muy positivo una

    vez que se venzan las dificultades nacionales e internacionales del momento. Ellos esperan

    paz y seguridad, 1 Tesalonicenses 5.3, creyendo que por la cooperacin mutua puedan volver

    espadas en rejas de arado, Isaas 2.4, no obstante las palabras del Seor sobre guerras y

    rumores de guerra, Mateo 24.6,7.

    Aun creyentes inmaduros pueden pensar que estas cuestiones profticas no son asunto suyo,

    pero Pablo ense esta materia de una vez a los nuevos convertidos en Tesalnica, 2 Tesa-

    lonicenses 2.5. Por cierto, los tesalonicenses haban pensado que la venida de Cristo por

    ellos era su esperanza. Era de anticiparse, y sucedera en un abrir y cerrar de ojos, 1 Co-

    rintios 15.52, mientras que su venida con ellos sera para traer ira sobre los incrdulos, y no

    se lo anticipara, 1 Tesalonicenses 5.2, por cuanto ser como viene ladrn en la noche.

    Al escribir a estos cristianos, Pablo trat varios temas:

    Captulo 1: Consuelo en la persecucin; el fin de los hombres incrdulos

    2:1 al 12: Correccin en cuanto a doctrina; el fin de el hombre de pecado

    2.13 al 17: El llamamiento por el evangelio

    Captulo 3: Consecuencias del evangelio: una falla en particular que deba ser vencida

    Ellos han debido conocer ya estas verdades; Pablo se las haba instruido una vez que esa

    gente crey, y tambin les escribi sobre estos temas en su primera epstola. Si hoy da las

    enseanzas suyas se ignoran o se tuercen en no pocos casos, as fue en ese entonces. Les

    corrigi en amor, y hace falta hacer lo mismo en estos tiempos.

    Para comprender el trasfondo del futuro, tenemos que tener presente que prevalecern cuatro

    grandes hombres / sistemas:

    (i) la bestia poltica, descrita como la cuarta bestia en Daniel 7.7,8, 19.26, Apocalipsis 13.1

  • 23

    al 10. Esto se refiere a tanto el lder como a su reino. Era el imperio romano cuando el Seor

    estaba aqu, y ser renovado de una manera distinta una vez trasladada la Iglesia.

    (ii) el falso profeta, el anticristo, el hombre de pecado, siendo a la vez la segunda bestia de

    Apocalipsis 13.11 al 17. Es el lder religioso descrito en 2 Tesalonicenses 2, con sede en

    Jerusaln.

    (iii) el misterio de Babilonia la grande, Apocalipsis 17.1 al 6, que representa la religin

    apstata en su apogeo. Tendr su sede en Roma y se extender por el mundo entero.

    Conviene mencionar aqu que el (i) destruir al (iii), Apocalipsis 17.16 al 18, pero luego el

    Seor destruir tanto al (i) como al (ii), Apocalipsis 19.20, en la ocasin en que el (i)

    intentar pelear contra el Cordero, Apocalipsis 14, 19.19. Ahora proseguimos:

    (iv) el rey del norte, Daniel 11.40, perteneciendo al resto de las naciones pero sin estar bajo

    el control de la primera bestia, el (i). Este rey subir a la tierra gloriosa para la batalla definitiva del Armagedn.

    El Captulo 2 de 2 Tesalonicenses trata mayormente del (ii), quien es el hombre de pecado, el

    hijo de perdicin. A lo largo de nuestro estudio, debemos hacer contraste entre la venida y el

    carcter de Cristo y detalles similares en el anticristo.

    V - Doctrina verdadera y falsa,

    y el hombre de pecado; 2.1 al 5

    2.1 Pero con respecto a la venida de nuestro Seor Jesucristo,

    y nuestra reunin con l, os rogamos, hermanos,

    Esta rogativa tiene que ser entendida en su contexto. El escritor habla de (i) la venida del

    Seor por los suyos y de (ii) nuestra reunin con l cuando venga. Su propsito es de

    mostrar que la Iglesia no puede pasar por los acontecimientos conocidos como el da del Seor, sino que cuenta con la esperanza bienaventurada de esa venida. Esta venida y esta reunin no forman parte de lo que l hablar en los versculos siguientes. El propsito de

    todo el captulo es el de quitar confusin de la mente de los tesalonicenses, pero muchos

    expositores hoy da ensean cuestiones profticas como si la confusin tesalnica fuera

    correcta!

    Fue a la venida como la esperanza del creyente que el Seor se refiri al decir en Juan 14.3, Vendr otra vez. Los tesalonicenses haban sabido de esto, ya que Pablo les habl de esperar de los cielos a su Hijo ... quien nos libra de la ira venidera, 1 Tesalonicenses 1.10. Al hablar as, no se refera a la condenacin eterna, sino a la ira en el el da del Seor.

    En nuestro versculo, la venida es la parousa, significando presencia (o, estar al lado) y cmo ser posible que estemos juntos. Nuestra reunin con l alude a lo que el autor ya les haba expuesto en el 4.17 de la primera epstola: Seremos arrebatados ... y as estaremos siempre con el Seor.

    (Desde luego, hay en las Escrituras otros encuentros, pero no vienen al caso aqu. Se juntarn

    los escogidos de Israel, Mateo 24.31, Ezequiel 11.17, Zacaras 10.10. Habr una reunin para

    juicio; Ezequiel 22.18 al 22, Mateo 13.40,41, 25.32. Y, hay en el da de hoy la reunin de la

    asamblea local, Mateo 18.20, Hechos 12.12, 14.27, 20.6).

  • 24

    2.2 que no os dejis mover fcilmente de vuestro modo de pensar,

    ni os conturbis, ni por espritu, ni por palabra,

    ni por carta como si fuera nuestra,

    en el sentido de que el da del Seor est cerca.

    Semejante esperanza conforta e instruye el corazn en momentos de dificultad, tragedia y

    persecucin. Pero, hay mtodos falsos que maestros ilegtimos emplearan para introducir

    insidiosamente doctrina errnea que neutraliza esta esperanza. Aqu se describen estos

    mtodos como espritu, palabra y carta.

    (i) por espritu: a saber, por el inicuo que trabaja en los corazones humanos. Puede haber el peligro de recibir otro espritu que el que habis recibido, 2 Corintios 11.4, o sea, uno de otro tipo que aquel que uno recibi al ser salvo? S; abunda ah en el mundo de incredulidad

    el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, Efesios 2.2. En el futuro, algunos harn caso de espritus engaadores y a doctrinas de demonios, 1 Timoteo 4.1.

    Se nos exhorta a no creer a todo espritu ... porque muchos falsos profetas han salido por el mundo, 1 Juan 4.1 al 3. Leemos, otra vez con referencia al futuro, de tres espritus inmundos a manera de ranas, Apocalipsis 16.13,14. De veras, tan slo el Espritu Santo conduce a toda verdad.

    (ii) por palabra: a saber, por engao en la predicacin y enseanza, siendo sta la tcnica ms comn hoy da. Leemos varias veces de hombres oponindose al apstol Pablo y su

    enseanza. Algunos difundieron informes falsos, afirmando que deca, Hagamos males para que vengan bienes, Romanos 3.8.

    El apstol saba que algunos de los ancianos en feso hablaran cosas perversas, Hechos

    20.30. Haba quienes queran pervertir el evangelio de Cristo, Glatas 1.7, llevados por

    doquiera por todo viento de doctrina, empleando con astucia las artimaas del error, Efesios

    4.14. Se tratan de filosofas y huecas sutilezas, Colosenses 2.8, aun afirmando que la

    resurreccin ya se realiz, 2 Timoteo 2.18.

    (iii) por carta, como si fuera de Pablo. Se haba falsificado una epstola, posterior a 1 Te-salonicenses. Ms adelante se empleara este mtodo con cierta frecuencia. Varios

    evangelios y epstolas llegaron a constituir lo que se llama ahora El Nuevo Testamento

    Apcrifo, y existen en estos tiempos biblias falsas con traducciones ilegtimas y varias

    aadiduras que las hacen aparecer como genuinas. Nuestra certeza est tan slo en Escrito est, refirindose esta frase en primera instancia a citas en el Nuevo Testamento de lo dicho en el Antiguo.

    Vamos a notar de paso que cuatro veces en 2 Tesalonicenses se emplea esta misma palabra

    carta (epstola): en el 2.2, ni por carta como si fuera nuestra; en 2.15, habis aprendido ... por carta nuestra; en 3.14, lo que decimos por medio de esta carta; y en 3.17, el signo en toda carta ma.

    Los maestros falsos estaban diciendo ms de que el da del Seor estaba cerca; decan que ya

    estaba presente. O sea, ellos afirmaban por su falsa epstola que la persecucin de la Iglesia

    en ese entonces corresponda a la poca terrible del da del Seor. De que ese da se caracterizar por persecucin, bien sabemos:

    He aqu el da de Jehov viene, terrible, y de indignacin y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores, Isaas 13.9.

    Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el da de Jehov, porque est cercano. Da de tinieblas y de

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    oscuridad, da de nube y de sombra ..., Joel 2.1,2

    2.3 Nadie os engae en ninguna manera; porque no vendr

    sin que antes venga la apostasa, y se manifieste

    el hombre de pecado, el hijo de perdicin,

    Pablo buscaba mostrar que la enseanza recibida era falsa, y que los tesalonicenses no

    deberan dejarse engaar en cuestiones profticas. Este peligro se comenta en el Antiguo

    Testamento y en el Nuevo, debido a que Satans quiere torcer la verdad. El Seor comenz

    su discurso proftico con la advertencia: Mirad que nadie os engae, Mateo 24.4. Muchos vendran diciendo, Yo soy el Cristo; y, si fuere posible, engaaran aun a los escogidos, 24.24.

    Pablo contemplaba a aquellos que manejaban la Palabra de Dios con decepcin, sabiendo

    que eran falsos apstoles, obreros fraudulentos, 2 Corintios 11.13, pero por su parte l no

    andaba con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, 4.2. En la ltima de sus cartas, advertira que los malos hombres y engaadores irn de mal en peor, engaando y siendo

    engaados, 2 Timoteo 3.3.

    Juan dira: Muchos engaadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engaador y el anticristo, 2 Juan 7. Este (anticristo) es el epitafio del falso profeta, que haba hecho ... las seales con las cuales haba engaado a los que recibieron la marca de la bestia, Apocalipsis 19.20.

    Cun necesario es que aun nosotros hoy da basemos nuestra doctrina sobre un fundamento

    firme!

    Estos falsos profetas no reconocieron que ciertos acontecimientos tendrn que realizarse

    antes del da del Seor, pero no pueden mientras la Iglesia est sobre la tierra. Primeramente

    tienen que manifestarse tanto la apostasa como el hombre de pecado, pero no pueden

    mientras el Espritu Santo detenga durante esta poca de la Iglesia.

    Pablo no se refera a una apostasa general que ha existido a lo largo de siglos, como por

    ejemplo la condicin descrita en Romanos 1.19 al 21: ... habiendo conocido a Dios ... se envanecieron en sus razonamientos.

    l habla ms bien de la apostasa, una condicin peor que cualquiera anterior. El hombre de

    pecado fomentar una rebelin religiosa, induciendo a los hombres a la adoracin de la

    primera bestia (la poltica), quien a su vez traer fuego del cielo, engaar a la humanidad,

    dar vida a la imagen de la bestia, e impondr la marca de la bestia sobre la frente de sus

    sbditos. Apocalipsis 13.11 al 17.

    Es de aprobarse esta traduccin [v.g., la que tenemos en la Reina-Valera]: la apostasa, como

    tambin la de Apocalipsis 7.14, donde leemos de la gran tribulacin. Esa tribulacin tambin

    ser nica en su gnero, y bien la describe Daniel 12.1 como tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente.

    Este hombre de pecado se caracterizar por pecado blasfemo, buscando exaltarse como hizo

    Satans cuando, llamndose Lucero, intent hacerse como el Altsimo; Isaas 14.12 al 15.

    Pero, siendo hijo de perdicin, est destinado para destruccin eterna. Cual hijo de, se le

    tipificar una actividad que conducir a la destruccin. Diecisis veces se emplea el vocablo

    en este sentido, como por ejemplo en 2 Pedro 3.7, el da del juicio y de la perdicin de los hombres impos.

    Aparece slo una vez ms el ttulo hijo de perdicin, y es con referencia a Judas. Vase la

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    oracin del Seor en Juan 17.12. Por esto algunos han sugerido que la segunda bestia, el

    hombre de pecado, ser Judas en reencarnacin. Sugieren tambin que la primera bestia ser

    Nern, como se deca en Roma despus de la muerte de ese tirano. Estas ideas carecen de

    autoridad bblica.

    Otros nombres dados al hombre de pecado, el hijo de perdicin, son:

    el rey [que] se ensoberbecer, Daniel 11.36

    el pastor intil que abandona el ganado, Zacaras 11.17

    otro que vendr en su propio nombre, Juan 5.43

    el inicuo, 2 Tesalonicenses 2.8

    anticristo (o sea, el anticristo; tambin hay los anticristos, o falsos profetas) 1 Juan 2.22

    el falso profeta, Apocalipsis 16.13, 19.20.

    2.4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios

    y es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, hacindose

    pasar por Dios.

    Estamos ante uno de los versculos ms sombros del Nuevo Testamento, y es una

    descripcin adicional del hombre de pecado.

    Habla de la actitud que l tiene hacia la religin formal de su tiempo, y hacia el Dios

    verdadero. En cuanto a la religin, la rechazar y tomar para s el templo. En cuanto al Dios

    verdadero, el hombre de pecado le rechazar por querer asumir para s este honor. Hablando

    con propiedad, nuestro versculo es una continuacin de los ttulos en el anterior, para

    tildarle de opositor y exaltador de s.

    El verbo reflexivo se opone figura unas ocho veces en el Testamento, a veces en otra forma.

    Estando aqu el Seor, se le opusieron adversarios porque sanaba en el da sbado; Lucas

    13.17. En la dispensacin actual, dice Pablo en 1 Corintios 16.9: muchos son los adversarios al evangelio. Y, en 1 Timoteo 1.10 leemos de cuanto se oponga a la sana doctrina.

    Viendo de nuevo hacia el futuro, parece que este hombre se opondr a la falsa religin

    tambin, tal como la que se llama el misterio de Babilonia. En otras palabras, la exaltacin

    propia constituir su ambicin suprema de estar por encima de sus semejantes en toda esfera:

    poltica, religiosa y social.

    Queriendo exaltarse, ser lanzado abajo, aun al lago de f