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ADVERTENCIA A LOS MEDIUMS (DIVALDO FRANCO)TRANSCRIPT
ADVERTENCIA A LOS MÉDIUMS
Manoel Philomeno de Miranda Página psicografiada por Divaldo Pereira
Franco, el 16 de abril de 2009, en la Mansión del Camino, en Salvador, Bahía
Allan Kardec afirmo con sabiduría que la medianidad es “apenas una aptitud
para servir de instrumento más o menos dúctil a los Espíritus en general.”
Por esa y otras razones, los médiums no se pueden vanagloriar de haber sido
elegidos como misioneros de la Nueva Era, dejándose sucumbir a los tormentos
de la fascinación sutil o extravagante.
La actividad mediúmnica, por eso mismo, constituye oportunidad bendecida
para el perfeccionamiento intelecto moral del individuo que se permitió
deslices en reencarnaciones anteriores, comprometiéndose en lamentables
situaciones espirituales.
La mediúmnidad es, por tanto, una oportunidad especial para el auto
corrección, debiendo ser utilizada de manera digna, en cuyo ministerio de
amor y de caridad será encontrada la directriz de seguridad para el
reequilibrio.
Cuando se trata de mediúmnidad ostensiva, con más gravedad deben ser
asumidos los deberes que le dicen al respecto, por cuanto mayor se presenta el
área de servicio a ser desenvuelto.
En cualquier tipo de realización ennoblecedora siempre enfrenta desafíos y
luchas, cara al estado evolutivo en el que se encuentran los seres humanos y el
planeta terrestre. Es natural que haya alguna indiferencia por lo que es bueno
y elevado, cuando no se presentan hostilidades en el trabajo impeditivo de su
divulgación.
Siendo la mediúmnidad un recurso que posibilita el intercambio entre el
mundo físico y el espiritual, las mentes desprevenidas o aun arraigadas en la
perversidad todo intenta para impedir que el fenómeno ocurra de manera
saludable, proporcionando, así, los medios para restablecer el orden moral y
confirmar la inmortalidad del ser, proponiéndole equilibrio y venturas en el
porvenir.
No son pocos los obstáculos para ser traspuestos por todo aquel que se
candidata a la relevante labor mediúmnica. Los primeros se encuentran en su
mundo íntimo, en los hábitos enfermizos a que se acostumbró en el pretérito,
cuando permaneció distanciado de los deberes morales, creando problemas
para el prójimo, que resultaron en inquietudes para si mismo. La lucha a ser
trabada, para la superación del desafío, nadie ve, excepto aquel que está
empeñado en el combate a favor del auto liberación, imponiéndose la
necesidad de rigurosas disciplinas que puedan proporcionarle nuevas
conductas saludables, capaces de facilitarle la ejecución de las tareas
espirituales bajo la responsabilidad y comando de los Mensajeros Espirituales.
El estudio consciente de la facultad mediúmnica y la vivencia de los requisitos
morales son, a seguir, otro gran desafío, por imponer condiciones de
humildad en el desempeño de las tareas, tomando siempre para si las
informaciones y las advertencias que le llegan del Más Allá, en vez de
transferirlas para los otros.
El médium sincero, más delo que otro lidiador laborioso en cualquier área de
acción, se encuentra en constante peligro, necesitando aplicar la vigilancia y la
oración con frecuencia, de manera a mantenerse en paz ante el cerco de las
Entidades ociosas y vengativas de la erraticidad inferior. Esto, es porque,
complaciéndose en la práctica del mal, a que se dedican, las mismas se
transforman en enemigos gratuitos de todos aquellos que les parecen
amenazar la situación en la que se encuentran.
Por eso mismo, la práctica mediúmnica se reviste de seriedad y de entrega
personal, no dando espacio para el estrellismo, las competiciones y las
tiránicas actitudes de agresión a quien quiera que sea…
Debiendo ser pasivo el médium, a fin de captar bien el pensamiento que vierte
de las Esferas superiores, su comportamiento ha de caracterizarse por la
jovialidad, por la comprensión de las dificultades ajenas, por la compasión a
favor de todo y de todos que encuentre por el camino.
Las rivalidades entre médiums, que siempre existieron y continúan, difluyen de
la inferioridad moral de los mismos, porque la condición más relevante a ser
adquirida es la de ser servidor incansable, invitado al trabajo en la Siembre de
Aquel que es el Señor.
Examinar con cuidado las comunicaciones de que se hace portador, evitando la
divulgación insensata, de temas generadores de polémica, a pretexto de
revelaciones retumbantes, y defenderlos, constituye inadvertencia y
presunción, por considerarse como el vaso escogido para las informaciones de
alto contenido, que el mundo espiritual libera solamente cuando eso se hace
necesario. Jamás olvidar, cuando incluido en esa categoría, que el carácter de
la universalidad de la enseñanza, conforme estableciera el maestro de Lyon, es
fundamental para demonstrar la calidad y el origen de la enseñanza, si
pertenece a un Espíritu o si, llegando el momento de su divulgación entre las
criaturas humanas, procede de la Espiritualidad Superior.
Cuando se siente inspirado a adoptar comportamientos esdrújulos,
informaciones fantasiosas y de difícil confirmación, materializando el mundo
espiritual como si fuese una copia del terrestre y no al contrario, ciertamente
está perjudicando el Bien y a la divulgación del Espiritismo.
El verdadero médium espirita es discreto, como corresponde en relación a
todo ciudadano digno, evitando, cuanto sea posible, el empeño en imponer las
revelaciones de que se dice instrumento.
De igual manera, cuando el médium pasa a defenderse, a criticar a los otros, a
auto promoverse de más, se encuentra enfermo espiritualmente, acamino de
lamentable trastorno obsesivo y emocional.
Su sensibilidad es considerada no apenas `por el hecho de recibir de los
Espíritus superiores, más si por la facilidad de comunicarse con todos los
Espíritus, conforme acentúa el insigne Codificador.
Así se debe considerar, porque la mediúmnidad es, en sí misma, neutra,
pudiendo ser encontrada en todos los tipos humanos, razón por la cual no se
trata de una facultad espirita, aunque, humana, que siempre existió en todas
las épocas de la sociedad, desde los tiempos más remotos hasta los actuales.
En el trabajo silencioso y discreto de atendimiento a los sufridores, sea en su
cotidiano en relación a los compañeros de peregrinación carnal, sea en las
bendecidas reuniones de atendimiento a los desencarnados en agonía, así
como aquellos que se rebelaron contra las Leyes de la Vida, encontrará el
medianero sincero inspiración y apoyo para la des incumbencia de la tarea que
abraza.
Dedicándose a la labor de la caridad sin tara granjea el afecto de los Espíritus
elevados, que pasan a protegerlo sin alarde y a inspirarlo en los momentos de
dificultades y de sufrimientos, consolándolo en los testimonios y en la soledad
que, no raro, dominan en los paisajes íntimos. Consciente de la
responsabilidad que le dice al respecto, no se preocupa con las alabanzas y los
aplausos de la liviandad, en agradar a los poderosos y a los insensatos que lo
buscan, por comprender que está al servicio de la Verdad, que, infelizmente,
aun, como en el pasado, no existe lugar para su instalación. De esa forma, se
mantiene fiel a su implantación interna, viviéndola de manera jovial y
enriquecedora, dando muestras de que el Reino de Dios se instala al principio
en el corazón, de donde se expande para el mundo transcendente.
Ten cuidado en la manera por la cual exterioriza las informaciones recibidas,
dándoles siempre el tono de naturalidad y de equilibrio, evitando el
deslumbramiento que la ignorancia en torno de su facultad siempre reviste con
brillo falso a sus portadores.
Jamás se debe permitir a presunción, creyéndose irrevocable, heredero de la
memoria y de los valores de los misioneros del pasado próximo o remoto,
teniendo en Jesucristo, y no en persona alguna, su guía y modelo.
Despersonalizarse para que en el se refleje la figura incomparable del
Maestro de Mazaré, es una de las metas a conquistar, recordando a Juan
Bautista, que informo sobre la necesidad de disminuirse para que El creciese,
considerándose indigno de atar las ataduras de Sus sandalias...
La mediúmnidad es instrumento que se puede transformaren vinculo de luz
entre la Tierra y el Cielo, o urna de perturbación y sufrimiento donde se
sumergen los invigilantes y desalmados, en conflictos y continuas pugnas.
La facultad, en si misma, es portadora de gran potencialidad para
proporcionar la felicidad, cuando el individuo que la aplica en el Bien procura
servir con bondad y alegría, evitando la disputa de las glorias mentirosas del
mundo físico, así como los desvíos de conducta responsables por las caídas
morales por su aplicación indebida.
Las trompetas del mundo espiritual resuenan hoy, como en todos los tiempos,
en las consciencias alertas, convocando a los corazones afectuosos para el
gran emprendimiento de iluminación de vidas y de sublimación de
sentimientos, atenuando los dolores expresivos de este momento de transición
de mundo de pruebas expiaciones para mundo de regeneración.
A los médiums dignos y sinceros cabe la gran tarea de preparar el
advenimiento de la Era Nova, conforme lo hicieran aquellos que se tornaran
instrumento de los mensajes libertadores que fueron catalogadas por Allan
Kardec, en sus días, elaborando la Codificación Espírita, y que se mantiene aun
hoy actual, prosiguiendo ciertamente por los días del futuro.
Que los médiums, pues, se des incumban del compromiso y no de la misión,
como algunos livianamente la interpretan, generando simpatía y solidaridad,
uniendo a las personas en una gran familia, que la constituyen, y
sustentándoles la sed y el hambre de luz y de paz, de esperanza y de amor,
como solamente saben hacer los Guías de la Humanidad al servicio de Jesús.
Traducido por: M. C R