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Alternancias de la paz y la guerra en Colombia, 1978-2013* Introducción olombia vive uno de los con- flictos armados internos más lar- gos del mundo. Sus orígenes se remontan a la década de los se- senta, cuando empiezan a apare- cer a partir de 1964 varias agru- paciones armadas insurgentes en el territorio nacional; es el caso del Ejército de Liberación Na- cional -ELN- (1964), las Fuer- zas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc- (1964) y el Ejército Popular de Liberación- EPL- (1965)'. Desde aquel mo- mento el Estado ha tenido que librar una guerra interna contra estas organizaciones· políticas, en unos momentos de manera intensa y decidida y en otros de baja intensidad (Rangel, 1998). Los efectos dañinos de este largo conflicto han sido diversos, entre ellos, muertes violentas, despla- zamientos forzados, transgresión de los derechos humanos, daños a bienes materiales y mucha po- breza (Valencia, Gutiérrez, & lo- hansson, 2012, pág. 151). La Constitución de 1886, en su artículo 121, le estableció al Presidente de la República que como Jefe de Estado se ocupara del mantenimiento del orden público en el país. Con el surgimiento de las agrupacio- nes guerrilleras en los sesenta y los efectos dañinos que tiene la guerra el Estado ha tenido que explorar varias formas de po- nerle fin a esta situación.' Estas se pueden reducir a dos: una, a través de las mismas armas, buscando acabar con el agen- te perturbador del orden y ga- nar la guerra; y dos, mediante acuerdos de paz, firmando con Por Cermán Darío Valencia Agudelo** Profesor del Instituto de Estudios Políticos Universidad de Antioquia

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Alternancias de lapaz y la guerra enColombia, 1978-2013*

Introducciónolombia viveuno de los con-flictos armadosinternos más lar-gos del mundo.Sus orígenes se

remontan a la década de los se-senta, cuando empiezan a apare-cer a partir de 1964 varias agru-paciones armadas insurgentes enel territorio nacional; es el casodel Ejército de Liberación Na-cional -ELN- (1964), las Fuer-zas Armadas Revolucionarias deColombia -Farc- (1964) y elEjército Popular de Liberación-EPL- (1965)'. Desde aquel mo-mento el Estado ha tenido quelibrar una guerra interna contraestas organizaciones· políticas,en unos momentos de maneraintensa y decidida y en otros debaja intensidad (Rangel, 1998).Los efectos dañinos de este largoconflicto han sido diversos, entreellos, muertes violentas, despla-zamientos forzados, transgresiónde los derechos humanos, dañosa bienes materiales y mucha po-breza (Valencia, Gutiérrez, & lo-hansson, 2012, pág. 151).

La Constitución de 1886, ensu artículo 121, le establecióal Presidente de la Repúblicaque como Jefe de Estado seocupara del mantenimiento delorden público en el país. Conel surgimiento de las agrupacio-nes guerrilleras en los sesentaylos efectos dañinos que tiene laguerra el Estado ha tenido queexplorar varias formas de po-nerle fin a esta situación.' Estasse pueden reducir a dos: una,a través de las mismas armas,buscando acabar con el agen-te perturbador del orden y ga-nar la guerra; y dos, medianteacuerdos de paz, firmando con

PorCermán Darío Valencia Agudelo**Profesor del Instituto de Estudios PolíticosUniversidad de Antioquia

estos agentes un pacto que permita la dejación de armas, la desmovi-lización y reincorporación a la vida civil.

Hasta 1981, la única forma explorada por el Estado para eliminar elfoco del desorden subversivo fue la confrontación armada; sin embar-go, ante el no logro de este objetivo, el Estado ha tenido que combinarel uso de las armas con el de las negociaciones políticas como mecanis-mos para llegar a una situación de paz. Hoy son ya más de treinta añosdonde todos los gobiernos, sin excepción, han ensayado una y otraforma de finalizar el conflicto armado interno. En unos casos, como enlos gobiernos de Belisario Betancur y Juan Manuel Santos, se nota unaapuesta decidida por la paz negociada; en otros, como los de CésarTurbay y Álvaro Uribe, por el camino de la guerra. Esdecir, la historiapolítica colombiana en torno al mantenimiento del orden público secaracteriza, desde comienzos de la década de 1980 hasta hoy, por unaalternancia entre guerra y negociaciones de paz.

El presente ensayo tiene como objetivo hacer una síntesis histórica dela alternancia entre guerra y paz en Colombia; inicia con el recuento delEstatuto de Seguridad Nacional en 1978, durante el gobierno de Turbay(1978-1982), y finaliza con la negociación con las Farc en el gobiernoactual de Santos (2010-2014), donde por cuarta vez se negocia la pazcon esta organización. Pero, dado que el tema de la guerra y la paz es tanbasto, y aprovechando el monopolio que le da la Constitución Políticaal Presidente de la República de decidir sobre si inicia o no procesos depaz, este escrito tendrá como foco el análisis de la "paz presidencial". Esdecir, presenta la dinámica de la guerra y la paz entorno a las posturas ydecisiones de los cuatrienios presidenciales (Palacios, 2012; 2000); sacri-ficando con ello otros análisis que también se pueden hacer para contarla historia, como el papel de la sociedad civil, de la comunidad interna-cional o de las fuerzas militares, entre otros enfoques.

El trabajo se divide en cuatro apartados. El primero presenta el con-texto en el que aparece el Estatuto de Seguridad Nacional de 1978 yel manejo que el Estado le daba al orden público, dos elementos queayudan a configurar el caldo de cultivo para que se dé en aquel tiempotanto un aumento de la violencia en el país como de la necesidad debuscar acuerdos de paz. La segunda muestra cómo a partir del gobier-no de Belisario Betancur se inicia en Colombia una alternancia entrela búsqueda de paz negociada y acciones de guerra contra la guerrilla,situación que es mantenida hasta la actualidad (2013), aunque convariaciones en la política de paz. La tercera se detiene a señalar el efec-to que tuvo la Constitución Política de 1991 sobre la política de paz,analizando tanto el gobierno de Gaviria como de Samper. Finalmente,la cuarta analiza el periodo que va desde las negociaciones del Caguánhasta las de La Habana; muestra la dicotomía entre paz y guerra encuatro períodos presidenciales (uno de ellos con reelección).

1. Orden público nacional y el Estatuto de SeguridadNacional de 1978Después de la época de la Violencia, entre los gobierno de Alber-

to Lleras y Misael Pastrana (1957-1974), se presentó en Colombia el

Pero, también, al Fren-te Nacional se le atri-buye la creación delcaldo de cultivo paraque surgieran diversasagrupaciones guerrille-ras en Colombia. Variossectores independien-tes, que no encontrabanespacio o no se sentíanrepresentados por lospartidos Liberal y Con-servador, buscaron lu-gar en la guerrilla y lasarmas para expresar sudescontento. En la déca-da de 1960 aparecen elELN, las Farc y el EPL, yen los setenta, el M-19(1972) y otros grupossubversivos.

...a pesar de los proble-mas que había traídonegociar la paz al go-bierno anterior, Barcono renunció a seguirtrabajando en esta es-trategia como forma deponerle fin al conflictoarmado interno y al mis-mo tiempo ganar gober-nabilidad. Los primerosmeses de su gobiernofueron tormentosos:además de la oposiciónconservadora al nue-vo esquema de oposi-ción reflexivo, tuvo queafrontar los numerososasesinatos de Hderes ymiembros de la UniónPatriótica (UP).

periodo conocido como el Frente Nacional. Durante este, liberalesy conservadores acordaron la sucesión en el poder y la distribu-ción equitativa de cargos públicos, la paridad en la rama judicialy la confirmación del voto de la mujer. El efecto positivo de esteacuerdo fue pasar de un período de una guerra civil a un períodode relativa paz (Pardo, 2004).3 Convirtiendo así, al Frente Nacional,en un momento histórico donde logró reducirse significativamentela violencia en el país.

Otros dos efectos, paradójicamente contrapuestos pero que tienenla misma lógica militar, fueron el fortalecimiento y modernización delas FuerzasMilitares y de la Policía y la aparición de varios gruposarmados guerrilleros. Esdecir, el Estadocolombiano logró consolidar,tanto durante la época de la Violencia como del Frente Nacional, unnuevo y poderoso armamento con el cual se modernizó a las FuerzasArmadas, se especializó el Ejército en lucha antisubversiva, se amplia-ron las brigadas móviles y los grupos de inteligencia y localización.Además, estableció normas que, como la Ley de Seguridad Nacio-nal de 1966, ayudaron al mantenimiento del orden público nacional(Pardo, 2004, págs. 445-446).

Pero, también, al Frente Nacional se le atribuye la creación delcaldo de cultivo para que surgieran diversas agrupaciones guerrillerasen Colombia. Varios sectores independientes, que no encontrabanespacio o no se sentían representados por los partidos Liberal y Con-servador, buscaron lugar en la guerrilla y las armas para expresar sudescontento. En la década de 1960 aparecen el ELN, las Farc y elEPL,y en los setenta, el M-19 (1972) Y otros grupos subversivos. Ensu inicio esta naciente guerrilla mantuvo un accionar limitado, lasconfrontaciones con el Ejército fueron marginales y se localizaban, ensu mayoría, en lasáreas rurales (caso Farc)o en lugaresfocalizados enlas ciudades (caso ELNy EPL).

El balance que dejó el Frente Nacional al finalizar en 1974 fue elpaís sumido en una tensa paz, con presencia guerrilla en varias zonasdel país y con una sociedad civil crítica y en efervescencia. Debido alos malos manejos que se le estaban dando a la política económicael gobierno era duramente criticado; en particular, se considerabadesacertado el manejo que se le había dado a la inflación, la cual eraelevada e incidía sobre el aumento del costo de vida y deteriorabael bienestar de los colombianos. De allí que el 14 de septiembre de1977 sindicatos y organizaciones socialesconvocaron a un paro cíviconacional, con el que se quería manifestar dicho descontento social.

Esta acción colectiva fue catalogada por el gobierno como unamuestra del rebrote de la violencia. En aquel momento el país vivíaun proceso de elección presidencial y se buscaban mecanismos paracontrolar la violencia colectiva. Dada que la disputa por la presiden-cia estaba entre el candidato liberal César Turbay y el conservadorBelisario Betancur y que el primero ganó las elecciones, la decisiónfue aumentar la seguridad. Turbay basó su propuesta de gobiernoen tres premisas: producción, seguridad y empleo; pero al llegar alpoder, y en un contexto de los efectos del paro de 1977, su apuesta

fue por el fortalecimiento de las acciones de se-guridad del Estado.

El 6 de septiembre de 1978 emite un nuevoEstatuto de Seguridad Nacional, el cual le dabamayores poderes a las Fuerzas Armadas, comoallanamientos y detenciones sin orden judicial, leotorgaba instrumentos para perseguir, capturar yprocesar a los líderes guerrillero y la responsabi-lidad de ejercer justicia a través de juicios en lostribunales militares". Como era de esperarse elataque a los focos de "violencia" aumentó, perotambién se incrementó la violación de derechoshumanos. De allí que en el Primer Foro de la De-fensa de Derechos Humanos, realizado en 1979,los organismos defensores de estos derechos (na-cionales e internacionales) llamaran la atenciónsobre el daño que este Estatuto le estaba causandoal país (Zuluaga, 1996, pág. 50).

La guerrilla consideró al Estatuto como un ata-que frontal contra sus intereses, lo cual les exigióun remesón en su accionar. Una de las primerasguerrillas en reaccionar fue el Movimiento 19 deabril o M-19. Con la aparición de este movimiento,como lo plantea Pardo (2004, pág. 468), se dina-miza "la guerra de guerrillas en el país". Endiciem-bre de 1978 esta agrupación sorprendió al paíscon el robo de másde cinco mil armas del CantónNorte de Bogotá; y luego volvió a sorprender, el27 de febrero de 1980, con la toma a la Embaja-da de la Republica Dominicana, por 61 días'. Esteúltimo hecho provocó: primero, la mirada de lacomunidad internacional al conflicto colombiano,ya que 16 diplomáticos resultaron secuestrados; ysegundo, pensar en la salida negociada como unaalternativa viable al conflicto armado interno.

2. La aparición de la opción de la paznegociada: de Turbay a Barco

Al finalizar el gobierno de César Turbay, entre1981 y 1982, la situación del orden público na-cional se había problematizado. Se presentaba unrebrote de la violencia, un fortalecimiento de gru-pos y una intensificación de la guerra; esto hizopensar que el camino para lograr la paz en el paísno estaba solo en las armas. Además, las enseñan-zas del proceso de negociación ron la toma de laEmbajada de República Dominicana por el M-19eran positivas. La propuesta de Jaime Bateman -dirigente de este grupo guerrillero- al Estado, de

pensar en la negociación de la paz, abrió el ca-mino para ponerle fin al conflicto mediante unasalida negociada.

Elmecanismo elegido por Turbay para reducir elconflicto fue el ofrecimiento a la guerrilla de unaamnistía (Ley 37 de 1981), con la cual se perdo-naba delitos a actores políticos alzados en armas(Ideas para la paz, 2013). Según cálculos del Go-bierno este mecanismo permitiría, por un lado, re-ducir la violencia, al reintegrar a los combatientesde la guerrilla, y, por el otro, mejorar la goberna-bilidad, la cual estaba debilitada por el manejo alorden público. Sin embargo, este incentivo políti-co no fue aceptado por el M-19, quien tenía otrasexpectativas con su alzamiento en armas; además,la Ley fue declarada inconstitucional por la CorteSuprema de Justicia.

El balance que se puede hacer de este primeresfuerzo por pactar la paz es, entre otros, que lasacciones de paz negociada pueden tener un usopolítico: de mantenimiento del apoyo popular alpresidente o al candidato presidencial para alcan-zar este cargo. Idea que fue comprendida rápida-mente por Belisario Betancur. Su contrincante ala Presidencia de la República en 1981, AlfonsoLópez Michelsen, del Movimiento Nacional, habíaliderado su campaña con el tema "la paz liberal".Betancur como candidato hizo énfasis en la justi-cia social, bajo la consigna "Sí se puede", pero alllegar a la Presidencia y después de mirar el efec-to tan positivo que tiene la paz en la opinión delos colombianos, decidió incluir en su programa larealización de un gran diálogo nacional y el forta-lecimiento de la Comisión de paz.

Betancur puso la paz como bandera en su dis-curso de posesión:

Levanto una bandera blanca de la paz paraofrecerla a todos mis compatriotas. Tiendo mimano a los alzados en armas para que se incorpo-ren al ejercicio pleno de sus derechos, en el am-plio marco de la decisión que tomen las cámaras.Lesdeclaro la paz a mis ciudadanos sin distinciónalguna: a esa tarea prioritaria me consagro por-que necesitamos esapaz colombiana para cuidarlacomo se cuida un árbol que convocará sus gajosabiertos a toda la familia nacional.

Combinó en su programa de gobierno la justiciasocial con la paz. Presentóla paz atada a programas

sociales, que serían la estrategia para acabar la in-justicia social y la pobreza, es decir, Betancur buscóatacar las causasobjetivas de la violencia. Susesfuer-zos se dirigieron a legitimar la negociación de la pazcomo estrategia para ponerle fin al conflicto armadointerno. Llegó al poder proponiendo una reformapolítica que sirviera como marco para negociar lapaz. Su propuesta era acercamiento entre las partessin condiciones previas y sacar adelante una nuevaley de amnistía. Fueron tres 105 mensajes que Belisa-rio le dio a la guerrilla: un gran diálogo nacional, unaapertura política para negociar la paz y una nuevaley de amnistía. Esta última, se había concebido demanera provisional por Turbay; la idea de Belisarioera convertirla en algo de mayor alcance, más flexi-ble y con mejores garantías para 105 armados". Ennoviembre de 1982 fue aprobada la nueva Ley deAmnistía (Ley 35 de 1992) (Palacio, 2012, pág. 143).

El primer grupo con el que inició acercamientosfue con las Farc. En 1982, Belisario autorizó acer-camientos con el Secretariado de las Farc (ManuelMarulanda, Iacobo Arenas y Jaime Guaracas) a travésde la Comisión de Paz. El resultado fue, después demás de un año de diálogos, el Acuerdo de la Uribe.Estese firmó el 28 de marzo de 1984 y se compusode 11 puntos, el más importante fue el cese al fuegoa partir de ese día. Además de este Acuerdo, se firmóen 1984 también con el M-19 y el EPLotro de treguay diálogo que incorporó estos grupos al cese al fuegofirmado con las Farc (Arias, 2008, pág. 10).

A pesar de 105 avances, que pueden evaluarsecomo muy positivos, dado que eran 105 primeros in-tentos por negociar la paz en Colombia, las críticasa la política de paz del Gobierno Betancur fueronconstantes. Tanto 105 partidos políticos (Liberal yConservador), como el Congreso y miembros de lasociedad civil no respaldaban lasacciones del Estado.Pero las mayores críticas provinieron de las FuerzasArmadas: primero se dio la renuncia del Ministro deDefensa (Fernando Landazábal) y luego las críticasde la Asociación de Militares en Retiro (Acore), quecontaban con el apoyo de 105 gremios económicos.

En septiembre de 1985, el M-19 rompe la treguaque tenía con el Gobierno. Este retiro del acuerdoes el primero de otros golpes duros a la política depaz de Betancur. El segundo fue la toma del Palaciode Justicia el 6 de noviembre de ese mismo año. ElM-19 pensó en la toma como una forma de hacerun juicio político al presidente, por la poca serie-

dad con que según ellos manejaba el tema de lapaz. El objetivo era "generar un ambiente nacionalde rechazo al Gobierno que culminara con una re-nuncia del presidente y la constitución de un nuevogobierno" (pardo, 2004, pág. 487). Y aunque con-tinuaron las treguas con las Farc, después de estetrágico acontecimiento, este hecho significó el finde tres años de negociación con la guerrilla. Lo cualprovocó una caída del apoyo popular y una desle-gitimación del gobierno Betancur.

La toma al Palacio se da en un contexto dondede nuevo se enfrentan varios candidatos por la Pre-sidencia de la República. Ninguno de ellos queríaser identificado con las ideas de Belisario, aunqueeran conscientes de la importancia que tenía suapuesta política por la paz para acumular votos. Enlas elecciones presidenciales de 1986 se disputaronel cargo el liberal Virgilio Barco y el conservadorÁlvaro Gómez; el primero la ganó con más de cua-tro millones de votantes, superando al segundo pormás de millón y medio de votos.

Al iniciar el nuevo período presidencial, VirgilioBarco se encontraría con una guerrilla aumentadaen tamaño militar pero deslegitimada ante la opi-nión pública. Además se le sumaban nuevos actoresal conflicto, en especial con 105 grupos paramilita-res. Estosfactores y otros hicieron que Barco se ale-jara un poco de la política de paz de Betancur: que-ría seguir con 105 diálogos pero aumentar la fuerzamilitar contra ellos, de allí que su política fuera de"mano tendida y pulso firme".

El balance que hizo Barco de la política depaz de su antecesor fue "el presidente Betancurfue demasiado lejos porque le dio a la guerrillademasiado. El Ejército Nacional fue debilitado yrestringido. Cada guerrillero que se rindió fue am-nistiado, se le dieron nuevos zapatos y facilidadesde empleo; algunos obtuvieron taxi. Yo nunca hedicho que sería duro con, 105 guerrilleros. Lo quesí dije es que mi política sería de mano tendida ypulso firme. No hablo de un brazo fuerte. El diálo-go continuará." Esdecir, su política de paz busca-ría "Iegitimar el Estado, y deslegitimar la guerrilla"(Palacios, 2012, pág. 145).

En el tema de la paz, a pesar de 105 problemasque había traído negociar la paz al gobierno ante-rior, Barco no renunció a seguir trabajando en esta,estrategia como forma de ponerle fin al conflicto ar-mado interno y al mismo tiempo ganar gobernabi-

lidad. Los primeros mesesde su gobierno fueron tormentosos: ademásde la oposición conservadora al nuevo esquema de oposición reflexivo,tuvo que afrontar los numerosos asesinatosde líderes y miembros de laUnión Patriótica (UP). LasFarccontinuando con la prórroga al Acuerdode la Uribe lanzaron en marzo de 1985 un movimiento político llama-do la Unión Patriotica (UP), con el cual participaron en las eleccionesnacionales, regionales y locales a partir de 1986. Peroen menos de seismesesya eran 165 los muertos de este grupo político y al llegar 1990fueron más de 300 los muertos..

A pesar de estos hechos, el gobierno Barco pudo dar un giro a lapolítica de paz. Consideró que el concepto de paz estaba desgastadoyminaba posibles procesosserios con la insurgencia; por ello adoptó tresnuevos: normalización, rehabilitación y reconciliación. Estos nuevosconceptos, según el gobierno, eran más claros, se prestaban a meno-res confusiones conceptuales y presentaban la paz como un problemamás complejo. Con la reconciliación se quería acercar el Estadoa lascomunidades, establecer diálogos con la guerrilla y mejorar relacionescon colonos, campesinos y zonas apartadas; con la normalización sepretendía aumentar la tolerancia política, la reducción de la protesta yla apertura de espacios para el debate democrático; y con la rehabili-tación se buscabaafectar positivamente, mediante programas estatales,laszonas de violencia (Pardo, 1996).

Barco construyó un programa de paz basado, en parte, en la pro-puesta de Betancur, de realizar inversión social considerable, mejo-rando las condiciones de los sectores socialmente deprimidos, y for-taleciendo las FuerzasMilitares. Parasubsanar los problemas creadospor la escasa inversión estatal en ciertas regiones y sectores sociales,el gobierno continuó e impulsó el Plan Nacional de Rehabilitación(PNR) y puso en marcha el Plan de Lucha contra la Pobreza, el cualle dio más recursos y visibilidad, ampliando la cobertura territorial a304 municipios (antes eran 140); se amplió el presupuesto del3% al14% (Pardo, 2004, p. 501).

A finales de sugobierno, el 2 de noviembre de 1989, lasgestionesdepaz que se venían desarrollando permitieron llegar a un acuerdo conel M-19, mediante el cual este grupo guerrillero se desmovilizó e iniciósu participación en la vida política institucional, bajo la denominaciónde Alianza Democrática M-19. El resultado fue su desmovilización el 9de marzo de 1990 y la participación política en las elecciones del 11de marzo de este año. Acción que resultó muy positiva para el nuevomovimiento político, al obtener 950.154 votos para la asamblea cons-tituyente de 1991, o sea 19 de los 70 escaños, que representaban el26% del total de votos (Pardo, 2004, p. 513). Estole permitió a los des-movilizados ser importantes artífices de la nueva constitución y realizarreformas políticas que permitieran ir más allá de lo acordado.

3. La constituyente de 1991 : efectos sobre la paznegociada en ColombiaUna de lasrazonesde inicio y finalización exitosade varios de los pro-

cesosde paz en los inicios de la década de 1990 fue la convocatoria a la

Lapropuesta de Sam-per de hacer una pazintegral, donde par-ticiparan todos losactores, permitió lavinculación definiti-va de la sociedad ci-vil a los procesos depaz. En los gObiernosanteriores este im-portante actor habíasido prácticamentedesconocido; pero apartir de 1997, conel Mandato Ciudada-no por la Paz, se dioinicio a otra dinámi-ca donde la sociedadcivil está en el pri-mer plano.

AsambleaNacional Constituyente. La reforma consti-tucional resultó un incentivo paraadelantar acuerdosde paz. ElM-19, por ejemplo, estaba "más interesa-do en las cláusulas políticas que en obtener garan-tías económicas para susexcombatientes" (palacios,2012, pág. 147). Parala guerrilla la participación enuna asamblea constituyente resultaba muy positivo,pues los comandantes de la guerrilla capitalizaroncredibilidad ante la ciudadanía y la opinión públicacomo "negociadores de buena fe y aprestigiándoseentre sushuestes" (Palacios,2012, pág. 147).

El gobierno siguiente, encabezado por el Pre-sidente César Gaviria (1990-1994), quien habíaacompaño a Barco como Ministro de HaciendaPública y de Gobierno, quiso continuar el progra-ma de paz de Barco. Esto le facilitó el camino paraque al finalizar su gobierno presentara un balancemuy positivo en términos de acuerdos de paz: selogró la desmovilización del Ejército Popular deLiberación -EPL-, el Partido Revolucionario delos Trabajadores -PRT -, el Movimiento ArmadoQuintín Lame -Maql- y la Corriente de Renova-ción Socialista -CRS- (9 de abril de 1994); ade-más, de acuerdos con las milicias de Medellín (26de mayo de 1994) y el Frente Francisco Garnicade la Coordinadora Guerrillera -FF-Garnica- (30de junio de 1994).

Fue un gobierno que logró combinar un pro-grama de paz con otro de guerra integral contrala guerrilla. Su programa de gobierno, llamado Larevolución pacífica, tuvo claro que era necesarioatacar la guerrilla mediante el fortalecimiento dela ofensiva militar y tender la mano para los acuer-dos de paz. Al finalizar este nuevo cuatrienio, apesar de los acuerdos de paz realizados, de nue-vo se había intensificado la guerra en Colombia.La guerrilla había demostrado que era capaz degolpear duramente la infraestructura del país; porello, luego de romper los diálogos, ordenó al Ejér-cito Nacional la ofensiva o guerra integral, la cualplaneaba en 18 mesesacabar con la insurgencia.

En aquel momento está de nuevo el país en unaelección presidencial; se encontraban en disputa losdos partidos tradicionales: por el partido Conserva-dor estaba Andrés Pastranay por el Liberal ErnestoSamper.Esteúltimo fue el triunfador y el 7 de agostode 1994 inauguró su gobierno del Salto social. Sam-per (1994-1998) quiso avanzar en la vieja propuestade Betancur y Barco de "erradicar las causasobjeti-

vas de la violencia" (López, 1999, pág. 255), buscótambién construir un ambiente amplio para la nego-ciación de la paz. De allí que cambiara la retóricay estilo con que se llevaban los procesosde paz enColombia: lo primero que hizo fue precisar las fun-ciones de las instituciones creadas para negociar lapaz, como la del Alto Comisionado de Paz,y cambióla estrategia de guerra integral de Gaviria, por la depaz integral. Paraesto buscó respaldo en el Congresode la República y creó comisiones de paz en lasdoscámaras. Su política fue la de mantener abiertas laspuertas para un diálogo de paz con la CoordinadoraGuerrillera Simón Bolívar -CGSB-, en primera ins-tancia, y con otras agrupaciones.

Durante el primer año, el gobierno Samper notuvo ningún avance en términos de negociación.Posteriormente, también fue muy difícil, a causadel Proceso 8000 realizar negociaciones. La des-legitimación general del Presidente afectó las po-sibilidades de diálogo con la guerrilla. Y aunqueSamper había aceptado a las Farc establecer unazona de despeje en la Uribe, Meta, por lo cualse le criticó mucho (El Tiempo, 1997, pág. 9; Se-mana, 1997), las Farc, finalmente no aceptaronel ofrecimiento y esperaron al próximo gobiernopara negociar.

Sin embargo ocurrió algo muy positivo para la so-ciedad civil. La propuesta de Samper de hacer unapaz integral, donde participaran todos los actores,permitió la vinculación definitiva de la sociedad civila los procesos de paz." En los gobiernos anterioreseste importante actor había sido prácticamente des-conocido; pero a partir de 1997, con el MandatoCiudadano por la Paz,se dio inicio a otra dinámicadonde la sociedad civil está en el primer plano. EsteMandato contó con el apoyo de cerca de diez millo-nesde votos que exigían la búsqueda de una paz ne-gociada con la insurgencia. El efecto fue la creacióndel Consejo Nacional de Paz(Ley434 de 1998) y deuna Comisión de Conciliación Nacional (CCN), ini-ciativa que contó con el apoyo, entre otros, del Epis-copado Nacional' (Iglesia Católica Colombiana), losgremios económicos y los medios de comunicación.

4. El círculo de la paz: de Pastrana aSantosComo se vio, los avancesen las negociacionesde

paz durante el período de Samper fueron mfnirnos"(Arias, 2008, pág. 20), sin embargo este Gobierno

dejó sentadas las basespara que el siguiente pusieraen su propuesta presidencial como centro las nego-ciaciones de la paz. Esdecir, Samper dejó estructu-rada una política nacional permanente de paz, quecontaba con el apoyo de toda la ciudadanía (Asam-blea Permanente de la Sociedad Civil). De allí, quetanto Andrés Pastranacomo Horacio Serpa utilizaranla paz como mecanismo para acumular votos y aspi-rar de manera seria a la Presidencia de la República.Ambos candidatos querían llenar un vacío, que el te-rreno práctico había dejado Ernesto Samper debidoa la deslegitimación de su gobierno.

Aunque Serpa era el candidato de la paz y supropuesta se basaba en lograr acuerdos de estetipo, finalmente no pudo llegar a la Presidencia. Sucontraparte, el candidato del partido Conservador,Andrés Pastrana, logró capitalizar muy bien el temade la paz, cuando se presentó ante los medios asis-tiendo a una reunión con Manuel Marulanda en lasselvas del Caguán. Este encuentro se produjo enplena campaña electoral (último trimestre de 1997)y sirvió para mostrarle al país que con este candida-to sí se podría llegar a un acuerdo de paz.

Al llegar a la Presidencia en agosto de 1998, loprimero que realizó Pastrana fue la creación de lasnormas para generar un ambiente favorable para lainstalación de mesas de negociación: primero creóuna Mesa Nacional de Diálogo y Negociación y lue-go un Comité Temático Nacional, con los cuales senegociaría con las Farc. Más tarde ordenó el despejede cinco municipios en los cuales se ubicó la zonade distención (entre el 7 de febrero de 1999 y el7 de mayo de 1999 y luego se prorrogó 11 veceshasta el 20 de febrero de 2002). A pesar de todos losesfuerzos el Gobierno Nacional, debido a muchosinconvenientes, decidió acabar de forma definitivalos diálogos con las Farc-Ep. La orden presidencial seda luego de que este grupo armado secuestrara unavión y retuviera al senador Jorge Gechem.

El no haber llegado a la firma de un acuerdocon las Farc y los acontecimientos internaciona-les del 11 de septiembre de 2001, provocaron uncambio en la política de paz. En este giro tuvo graninfluencia Washington, quien convirtió a Colom-bia en un país clave para su lucha antiterrorista(Rabasa & Chal k, 2001). Entre 2001 y 2002 quiencapitalizó con el tema de la paz fue el candidatoUribe Vélez, pero en lugar de apuntale a las ne-gociaciones, se alineó con un propuesta de guerra

total contra la guerrilla. Convirtió a la subversiónen el símbolo del narcotráfico y el terrorismo (Uri-be, 30 de septiembre de 2003). Adicionalmente,retomó el Plan Colombia y lo convirtió en la fuen-te del diseño de su nueva política de paz.

Aunque en su campaña Uribe presentó cerca de100 temas que trabajaría en su Gobierno, la pro-puesta con la que ganó las elecciones fue la guerracontra las Farc. La mayoría de los votos que obtuvoel 26 de mayo de 2002 fue por "su tenaz oposi-ción al proceso de paz de Pastrana y (. .. ) por suénfasis en la política de aniquilar a las Farc" (Pala-cios, 2012, págs. 167-168). Durante este gobiernolos acercamientos con la guerrilla para negociar lapaz fueron mínimos" y aunque hoy se conoce quehubo intercambio de palabras para iniciar unosacercamientos con las Farc, la realidad muestraque fueron ocho años de guerra.

Sin embargo el Gobierno Uribe no perdería laoportunidad de capitalizar y acumular el poder quebrinda trabajar por la paz de manera negociada. Porello afanó en dos frentes: uno de desarme, desmo-vilización y reinserción (DDR) de las AutodefensasUnidas de Colombia -AUC- y otro con la gue-rrilla del ELN. Para lograr el desmonte del pararni-litarismo Uribe buscó y creó una reforma jurídica(Ley 782 de 2002), que hizo viable tal proceso,reconociéndoles estatus político al paramilitarismo.Igualmente nombró una Comisión Exploratoria dePaz que tenía como fin propiciar los acercamientosy contactos con estos grupos; la cual logró, en ju-nio de 2003, convenir con las AUC un único acuer-do de todo el proceso, llamado Acuerdo de SantaFe de Ralito (julio 15 de 2003). Este último fue unacuerdo "milagroso" pues logró desmovilizar a másde 31 mil combatientes, cuando inicialmente se ha-bían calculado en cerca de 10 mil.

En 2006, luego de ser aprobada por el Senadola reelección presidencial, de nuevo Uribe tratode ganarse "las mentes y corazones de la gente"apuntándole mediante propaganda a la guerra amuerte contra las Farc. Se desprestigió a las Farca través del uso mediático. Este le resultó un ins-trumento valioso para ganarse de nuevo la Presi-dencia. Y también como una forma de acumularlegitimidad y gobernabilidad. Por ello presentó alEstado como un agente eficiente en la guerra, quea través del "uso legítimo de las armas" lograba"arrinconar" al enemigo. Ganó las reelecciones

El proceso de paz iniciade manera secreta des-de el comienzo de suGobierno y su primerafase de acercamientosfinalizó en agosto de2012, con la aprobaciónentre las partes de unaagenda de negociacióny una mesa. Luego ven-dría una segunda fase,que aún se encuen-tra en desarrollo (abrilde 2013) y que segúnproyecciones se finali-zará en noviembre de2013, con la firma de unacuerdo final de paz quele ponga fin al conflictocon las Farc.

• Algunas de las ideas ex-puestas aquí fueron presen-tadas en la conferencia "Laacademia frente al procesode paz" de la Cátedra Abier-

diciendo que tenía práctica-mente exterminadas a las Farcy ganó resaltando la amenazaque representaba para el paísesta agrupación y que deberíapermitírsele dar continuidad asu política de seguridad demo-crática.

Finalmente cierra el ciclo elactual Gobierno de Juan Ma-nuel Santos, donde de nuevovolvió a hablar de la paz conla guerrilla. A pesar de queSantos se desempeñó comoMinistro de Defensa duranteel gobierno Uribe, y que losmás duros golpes a la guerrillaestuvieron en sus manos, in-cluso operaciones como las deSodoma (septiembre de 2010)Y Odisea (noviembre de 2011)en las cuales era Presidente,hoy se le reconoce como ungobierno proclive a la termi-nación del conflicto vía acuer-do negociado. En su discursode posesión como Presidentedijo que "la llave de la paz nose ha echado al mar". A parti rde allí, este Gobierno le vieneapuntando de manera decidi-da a negociar la paz, no solocon las Farc, sino también,próximamente, con el ELN.

El proceso de paz inicia demanera secreta desde el co-

ta Regional del Programa deRegionalización de la Uni-versidad de Antioquia, Sec-cional Puerto Berrío, el 16 deabril de 2013.

•• Coordinador de la líneade investigación Conflictosy paz del grupo Hegemonía,guerras y conflictos. Miem-

bro del grupo Microecono-mía Aplicada de la Univer-sidad de Antioquia.

mienzo de su Gobierno y suprimera fase de acercamien-tos finalizó en agosto de 2012,con la aprobación entre laspartes de una agenda de ne-gociación y una mesa. Luegovendría una segunda fase, queaún se encuentra en desarro-llo (abril de 2013) y que segúnproyecciones se finalizará ennoviembre de 2013, con lafirma de un acuerdo final depaz que le ponga fin al conflic-to con las Farc. Esta segundaetapa se ha caracterizado portener una agenda de negocia-ción acotada y precisa, concinco puntos básicos, los cuá-les no han despertado hasta elmomento grandes críticas, másbien, se ha valora el hecho deque allí aparezcan por prime-ra vez puntos tan importantespara un inicio de negociacio-nes como ponerle fin al con-flicto y la dejación de las ar-mas por parte de la guerrilla.Se ha incluido el tema de lasvíctimas y la verdad, que hasido uno de los mayores agre-gados de la experiencia en laúltima década. Además es unaagenda que, a pesar de su tras-cendencia, se podría cubrir enpoco tiempo. Todo esto mues-tra un interés por establecernormas claras y respetarlas.

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Notas

1. Para otros la confronta-ción armada actual tienesus orígenes en la época dela Violencia, en las décadasde 1930 y 1940, con el sur-gimiento de las autodefen-sas campesinas (Guzmán,Fals, & Umaña, 1963).

2. "La literatura reconocecinco formas de finalizarlos conflictos: medianteacuerdos de paz, dondelas partes involucradas enel conflicto no ven nece-sario el uso de la fuerza yacuerdan pactar la paz demanera explícita; cuandose alcanza la victoria militarpor una de las partes (Cf.Zartman, 1995a); cuandose dan acuerdos bilateralesde cese al fuego, aunque

no soluciones definitivas alorigen del conflicto; cuan-do se logra una situaciónsimilar a la conseguida conlos acuerdos de paz (me-nos de veinticinco muertesa causa del confl icto poraño), pero sin victoria niacuerdos de paz; y otrosdesenlaces que no esténcontenidos en los anterio-res (Cf. UCDp, 2010)" (Va-lencia, Gutiérrez, & lohans-son, 2012, pág. 158).

3. Para Rafael Pardo (2004,pág. 390) la época de laViolencia fue una guerracivil distinta a las del sigloXIX, pues "no hubo decla-ración formal de guerra, nohubo pronunciamiento, nitampoco un acuerdo finalde paz que marcara el finalde tal período". Su inicio seen marca con la muerte delcaudillo liberal Jorge Elie-cer Gaitán, el 9 de abril de1948 y su final tiene la fe-cha de 1953 con la amnis-tía de Rojas Pinilla; aunqueotros la ubican con el pro-grama de pacificación deAlberto Lleras o la acciónmilitar ordenada por elPresidente Guillermo LeónValencia, uno u otro finaldepende del analista o enpalabras de Pardo "todo essegún el 'cristal político conque se mire" (pág. 390).

4. Este Estatuto estaba com-puesto por tres ideas bási-cas: 1) aumento de penaspara delitos como secues-tro, extorsión y terrorismo(incendios voluntarios yataques armados); 2) am-pliación de característicaspara considerar subversivoa un ciudadano, como elque reparta propagandasubversiva, los dibujos ytextos y los que inciten ala revuelta y el desconoci-miento de la autoridad y 3)Atribuir a la Policía y otraautoridades subalternas lafijación de penas relativasal numeral 2.

5. La guerri lIa del M-19pedía a cambio de finali-zar la toma y liberar a losdiplomáticos la liberación

de 300 miembros de estaagrupación que estaban enlas cárceles colombianasy 50 millones de dólares.Para lograr la liberación setuvieron que realizar 24reuniones, al cabo de lascuales se liberaron los re-henes en La Habana, Cuba,y se les dio asilo a los gue-rrilleros en ese mismo país.

6. Uno de los efectos delinicio de las negociacionesde paz fue darle legitimi-dad a los alzados en armas;al guerrillero se le conside-ró un combatiente político.

7. Un esfuerzo significati-vo de la sociedad civil porpactar la paz durante elgobierno Samper lo cons-tituyó el Acuerdo de laPuerta del Cielo en juliode 1998. Allí los espososalemanes Mauss fueron losencargados en el Gobiernode Samper de gestionar lasreuniones que realizaron elELN y la sociedad civil enAlemania.

8. A lo largo de este Go-bierno se logró adelan-tar contactos, en julio de1995, con el MovimientoJaime Bateman Cayón, através de la Comisión Fa-cilitadora de Paz. Se firma,además, un protocolo deacuerdo con el Movimien-to Independiente Revolu-cionario Comandos Arma-dos, MIR-COAR (29 demayo de 1998). Este últimocontó con el apoyo de unacomisión gubernamentalnegociadora, como órga-no consultivo y decisoriodel Gobierno en ese tema.De igual forma, se tuvieronacercamientos con el ELN,en donde se puso en mar-cha el Comité OperativoPreparatorio de la Conven-ción Nacional.

9. Las Farc desde antes deposesionarse Uribe, teníanclaro que con este gober-nante no negociarían. Ti-rofijo había declaró el 11de marzo de 2001 que sillegara a ser presidente serompería cualquier proce-so de paz.