bronzes and ceramics
Post on 24-Mar-2016
227 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
lo largo de la historia del arte han sido muchos los artistas que se han visto seducidos por la historia de Dédalo el artesano y su hijo Ícaro, siendo uno de los mitos más inspiradores. Explorado por artistas visuales, directores de cine y teatro, así como escritores, poetas y filósofos, se ha popularizado tanto como para convertirse en un tema existencialmente interesante y arriesgado.
Arriesgado como el vuelo de Ícaro, ya que se requiere de valor e imaginación, pero al mismo tiempo de una sana distancia y un pensamiento creativo consciente, para no cruzar la delgada línea entre el arte y la banalidad, basada en una tragedia interpretada muchas veces y de muy diversas formas. Sólo asumiendo el reto con esa valentía, se puede de evitar el cliché poético.
En este caso, el escultor español Iván Prieto trata de abordar tanto su historia biográfica como la leyenda, aportando a esta nueva visión de Ícaro, una gran carga de verdad y fuerza expresiva, tan frecuente en la obra del artista. Su última exposición Ícaro es una especie de autorretrato, en el que él asume el papel del hijo mítico de Dédalo, intentando encontrar para él y su creación un nuevo y mejor espacio.
En 2012 decidió trasladarse a Berlín, dejando atrás su vida en Lugo, con el fin de - literal y metafóricamente - “cambiar de aires”, encontrando en esa nueva relación con el aire de la nueva ciudad un ángel exterminador que lo ahogaba. Intentando cumplir sus sueños y descubrir nuevos caminos creativos, encontró a un enemigo paralizante, el asma. Los ataques violentos e inesperados de falta de aire le privaron de una sensación de seguridad, materializándose en su obra a través de la vulnerabilidad de los personajes. El aire es el que conecta directamente el interior del cuerpo humano con su espacio circundante.
Ícaro es el homenaje del escultor a la fragilidad, una parábola del exceso y la carencia, no sólo del aire, sino también todo lo que conecta el cuerpo humano con la atmósfera que le rodea. Las esculturas del español incluyen tanto alegorías de diversas discapacidades físicas (como la sordera o ceguera) y representaciones de imperfecciones mentales (por ejemplo, hipersensibilidad o imaginación mórbida).
2
Cada uno de los personajes retratados tienen un original en la vida real, que - al igual que el propio artista - parece luchar en pos de cumplir sus sueños conscientemente lidiando con la enfermedad. Sus poses recuerdan a las esculturas de un minuto de Erwin Wurm, que captura las figuras de gente momentáneamente congelada y captura las relaciones directas y enfrentamientos con la realidad.
Casi todos ellos parecen ser una herencia de la colorida e interesante tradición escultórica española, extravagante, teatral y que manifiesta sentimientos más profundos. Sus rostros son inexpresivos, su sensibilidad es como si se hubiese borrado, y todo lo que se puede ver en ellos es algo del ambiente ominoso de misterio, melancolía y soledad. Esta forma característica de retratar podría también ser comparada con la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, donde hay un equilibrio entre la frontera de la seriedad y lo grotesco, la realidad y el sueño. Si hay un equivalente en escultura de la “pintura metafísica”, podría decirse que es la representación surrealista del arte de Iván Prieto.
¿Sería posible decir que en su manera de abordar este motivo, voló tan alto como Brueghel, Rubens o Matisse hicieron una vez?
Krzystof Krysiez, comisario.
top related