filosófico. - connecting repositories · 2017. 4. 30. · savater, f.: diccionario filosófico....

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  • 310 Bibliografía

    to de vista, no ya de suscomponentes,sino de su finalidad, de suspretensionesdevalidez, desu funcióny lugarenel conjuntodelasactividadesdelhombre,encuan-toser racional, y de suslímites.

    Así, toda referenciacognoscitivadeun sujetoaun objetoimplica quedichosu-jeto pretendeobtenerun conocimientoauténticodel objeto: persigueunaverdaden sentidognoseológico.Y, ala vez,quierequeesaverdadvalgano sólo paraél,sino, enprincipio, paratodos.De ahísurgenlasdiferentesconcepcionesdela ver-dady de la objetividad,asícomolos diversosintentospordarcon criteriosde cer-tezaen los conocimientos,de todo lo cual sehaceun recorridoen cl libro.

    Por otraparte,seexponela relaciónentreel conocimientoy el conceptode ra-zon, a partir de la ideade la unidadestructuralde los conocimientosparticularesde los sujetos.La integraciónde cadaconocimientoen una estructura,su puestaen relación,su jerarquización,etc.,todo estono essino un trabajode racionali-zaciónqueseproducecontinuamente.

    Perono se olvida quela intención cognoscitivadel hombrechocacun límites.No sólo en un planoindividual, sino tambiénsiseconsideralaideade un límite ab-soluto parael conocimientohumano,e inclusoel problemadesi seríaposible co-nocerestelímite mismo.

    Podríadecirsequeen estepunto. la exposiciónde la teoríadelconocimientosehace,si cabe,másinteresante,ya que el temadel límite conduceal de lo irra-cional. Sin duda,conello se traspasanlasbarrerasquemuy frecuentementese haimpuestoa sí misma la investigacióndel conocimiento,asícomolasque.durantemuchotiempo.se haimpuestoelpensamientooccidental,quesecreíacentradoex-clusivamenteenla razón.La importanciaquepaulatinamentesehaconcedidoalavoluntad,al deseo,a laspasiones,a lasdiferentesformas,maticesy aspectosde laexistenciahumana,seorientaen la direccióndeintegrarotrosmodosde saberalanálisisclásicodel conocimiento,eigualmentede hacerver que el total de la rea-lidad humana,multiforme y diversa, sirve, en cualquiercaso,comotelón de fondoineludible delconocery dela racionalidad,comoexponemuy bienestelibro.

    RicardoArenesJiMÉNEZ

    SAvATER, F.: Diccionario filosófico.Barcelona.Planeta,1995.

    Ignoro quégradodecasualidadhaya en queel diccionario filosófico queaho-ra reseñamoscomiencecon la voz “Alegría” y terminecon la entrada“Voltaire”.Seaintencionadoo no. lo ciertoesqueel cursoenterodcl libro pareceestarenco-mendadoal amparodetales registros.La actitud generaldelautor,no sólo en es-ta obrasino en su peculiarmanerade enfrentarseal quehacerfilosófico, estápre-sidida porunaactitud típicamentevoltairiana,al menossi admitimoscon Savatercomocaracterísticaidiosincrásicade Arouet y comoherenciamásduraderade suactitud, su «vocaciónintelectualde intervención».De otra parte,el propio Saya-ter se ha encargadode insistir en lo queconsideraeí espíritu del que ha queridoimbuir buenapartedesu reflexión: la alegría.En otra desus recientespublicacio-nes(Misterios Gozosos)escribeSavater:«al queno le intereseespecialmentece-lebrarcon minuciael advenimientode la alegría,puededarme sin pérdidapor leí-

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    do. Seguroquenuncavaaechardemenosnadade lo queyo puedodecirle».Tam-bién al socairede esosdos vientos desplieganvelaslas reflexionescontenidasenestediccionario.Un diccionariofilosófico nadaaluso: inútil comoherramientadeconsultapuntual,nadaprofusoen datosobjetivosy neutros,nadaexhaustivo(bas-te recordarqueentrelos escasosnombresde filósofosconsignadoscomoregistrosestánausentesPlatón o Kant) y, sin embargo,sí pobladode lo que resultapor logeneralprecioso-porescaso-entrela literaturafilosófica en nuestropais: unaex-celenteprosa.Un diccionario,comoadmiteel propio Savater,no paraserconsul-tado sino paraser leído.

    No esesa,desdeluego,laúnicavirtud deun diccionarioque,enesecaso,no ha-ría justicia al adjetivode “filosófico” (aunquetampocoacasola menor).Si la ex-haustividadnoeslaprincipalcualidaddelaseleccióndelasentradas,deberíaal me-nosseríacoherenciay su internarelaciónla quesuplieralas fallasde aquéllas.Nopuedehaberobjeciónposible eneseaspecto;todosy cadaunodelos registrosestánsobrehiladoscon unaúnicaaguja,aunqueen último términoéstaseala propiasub-jetividaddelautor.A pesardeello (oprecisamenteporcausasuya),el conjuntoper-mite ver un perfil extraordinariamenteprecisode intereses,autores,épocasy acti-tudesintelectualesquedebensercomplementariosde la personalidaddel autor o,incluso,indisociablesdeella. Porqueenbuenamedidael libro quecomentamospue-deserconsideradode algúnmodo unaobradebalancedentrodeunatrayectoriain-telectualquehaceyatiempoentró ensu madurez.Unasuertedemiradaatrásy com-pendiode másde dosdécadasde pensamientoy de filosofía a sa fagon pues,comoel propio Savaternos recuerda,pasande veinticincolos añosquehacedela publi-cación de su primer libro. Tal vez de ahíprovengael aire de florilegio quetiene laantología.De ahío de sudiversaprocedencia,puestoquealgunostuvieronanteslaforma de colaboracionesen prensa(«Enfermedades»,«Ficciones»,«Inteligencia».«Opinión»),mientrasqueotros seajustanmása la facturaclásicade la disciplina(«Igualdad»,«Etica»,«Democracia»,«Universalidad»,«Naturaleza»).

    La selecciónde los artículosvieneprecedidaporunalargaintroduccióndel au-tor titulada«Lo quetengoporfilosofía»qúesirveparaestablecerlascoordenadaspor lasque discurrirála obra. Es ahídondeSavaterexponeel espíritu del que sehaservidosu aproximacióna la filosofía, unatareaasociadaesencialmenteal va-gabundeointelectualy a la curiosidadcosmopolitamás queala búsquedaderes-puestasaproximadamente(ilusoriamente)últimas.Lejosdeesaimagende la filo-sofíacomoalgoquepersigueun final (másaúnsi esefinal aspiraatomar laformade sistema),las respuestasfilosóficassecaracterizanporservisionesdeconjunto,generalesperoresponsables,ominiabarcantesy provisionalesperoque, sin em-bargo.«ni puedenni quierenrenunciara responderinteligiblemente a lasobje-cionesparticularesquese lesplantean».

    De especialinterésresultaqueSavaterestablezcasu respuestaen torno aquées filosofíaen relacióncon la religióny con el humor.No resultaocioso,ni muchomenosinnecesarioinsistir enquela filosofía sólo puedeser tal unavezque se ha-ya situadode entradaesencialmentefrente ala religión. Un «frentea...» quenopuedeseridentificadoprimafacieen el sentidode«encontrade...»;si se sitúa «encontrade , comojuzgamosquedebeserel caso,serájustamenteporqueconsi-ga reintegrara la religión dentrodeunavisión filosófica másamplia,crítica, autó-noma,perosiempreposterioral desarrollode la reflexión y no anteriora ella ba-jo algunau otraforma deprejuicio. Seacomofuere,Savaterestablecelaoposición

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    religión/filosofía comoel enfrentamientoentreunavisión del mundo quesetieneporindiscutiblefrenteaotracuyoprincipalestatutodebeserjusto elcontrario:co-mo lo quetiene siemprequeestarsujetoa discusión.Más aún:meaventuraríaaofrecerel siguientemetro-patrónde lasdiversasfilosofías:estarántantomáspró-xirnasaalgunasuertedesoterradateologíacuantomásenfáticamenteafirmensusevidencias,cuantomásirrevocablesseansusprincipios, cuantamásindignacióndespiertenlasopinionesdel oponente.Valeaquíel prudenteconsejodeMontaig-ne,filósofo al que,porcierto,Savatergustadecitar: «Nadieestálibre dedecirsan-deces;lo único graveesdecirlasenfáticamente».

    De hecho,como señalaSavater,«la modernidadfilosófica extraesusmejoresresultadosdel rechazodecididode toda teología».Es esamodernidadfilosóficauno de los trayectospreferidosporSavateren susexcursionesde fin de semanaala historia de la filosofía. Unamodernidadcuyosdiferentesperfiles, acentosy de-sarrollos—no todosellos armoniosos,sino másbien,enocasiones,conagudasdi-sonancias—,quedanadecuadamenterecogidosen la complejidadde sus maticesbajo la tríadade autoresa la queSavaterse remitey nosremitede continuo: Spi-noza,Voltaire y Nietzsche.

    De SpinozareivindicaSavaterla sabiduríacomotareaespecíficadel filósofo,valedecir, del hombreen la medidaquetodo hombrepuedey debeaspirara la li-beraciónsubjetivaindividual quegarantizallegara tenerconcienciadelo queso-mos y de lo queno podemosdejarde ser.El horizontede ese«amor Dei intellee-rualis», no esnecesariobuscarlo,sin embargo,másallá de los límites de nuestromundo.Si algoenseñaSpinozaesqueeste mundoesúnico enun doblesentido:porsolo y por valioso, y que ademásse abreantenosotrosmostrándonossu plenitud:~

  • Bibliografía 313

    Es en eseespíritutrazadoporVoltaire enel queSavatersitúaaotro desuspen-sadoresrevisitadoscon másfrecuenciay asíNietzsche,frenteala lectura filohei-deggerianao a la de cuño postmoderno,es interpretadoen clavenetamenteilus-trada,justamentecomoel encargadode corregir y reorientarla dirección delempeñoilustrado por mediodel único instrumentoa su alcance:la radicalizacióndesusvaloresy, muy en especial,delvalor de la autoafirmaciónhumana:«contraaquellosaspectosoderivacionesdela Ilustraciónqueprolongaronel resentimientocristianocontra la plenainmanenciaterrenalde la existenciahumana»lo caracte-rístico delespíritu modernode Nietzscheconsisteen «laafirmación incondicionaldel complejovida/mundo,el amor fati o,por denominarlocon unacategoríaqueva másallá delo meramentepsicológico,la beatitudinocenteo alegríareivindica-dapor Nietzscheno comopunto de llegadadesu pensamiento,sino precisamentecomoexigenciametodológicaa partir de la cual puedenllevarsea cabolas expe-rienciasdesu pensar».Es en esegozovital nietzscheanodondeSavaterencuentra.comoen el casode Spinoza.la raízéticaúltima del pensamientode Nietzsche.Lavirtud solicita dela felicidad,ciertamente;perono comoKant suponía-con un con-ceptoen extremoretributivo-. comoajustadopagoquecorrespondeala satisfac-ción del contrato-ni siquieracuandoesecontratoha sido firmado sin imposiciónalgunay con plenaaquiescenciade nuestrarazón,comoocurría en Kant. La in-versiónde todoslos valoresseoperaunavez máspor manode Nietzschey la re-lación entrela virtud y la felicidadpasaaserjusto la contraria:«Laspersonasvir-tuosasquierenhacernoscreeranosotros(y avecestambiénasí mismas)quefueronellas las queinventaronla felicidad. La verdades quela virtud fue inventadaporlaspersonasfelices>~.Valoresa la escaladelavida y novida sujetaavaloresquelaniegan,la trasciendeno la falsean.Lo intempestivodel pensamientonietzscheanocontrael espíritu de la Ilustración consistiráen alancearlo quetodavíaquededelresentimientomoral cristianorecicladobajo la forma de razónilustrada.Peroesla denunciade suscarenciaslas que haránde Nietzscheuno de los herederosdeesatradición. El diagnósticode Philippe Raynaudtambién lo sugiereasí: «Antí-doto delespíritumoderno,el pensamientodeNietzschedebesertomadocomounmedioprivilegiado de autocríticadela modernidad».«E imprescindible—aposti-lía Savater—paracontinuarprofundizandoen ella porqueen Nietzscheno sedala abominacióntrasmundanadelpresentequecaracterizala mayoríadelascríticasantimodernas».

    Otros temasdestacadosy que mereceríancomentariodetalladoson los inser-tos enlasvoces~

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    esconderlos,Malesherbesle ofreciósu propiacasacomoel lugarmásseguroparalos papelescomprometedores».Nadale salvó, sin embargo,enel momentoen queel terrorse impusoen la Revolución.Fuecondenadoamuerteporcontrarrevolu-cionario. Al salir custodiadohaciael patíbulo, Malesherbestropezó. Se limitó aemularel empaquemoral y la serenidadpatricialde los pensadoresestoicosy aúntuvotiempodebromearapropósitodesu inciertodestino:«Mal presagio—murmu-ró. Un romanosehubieravueltoa casa».

    Luis ARENAS

    SALAS, Jaimede: Razón y legitimidad en Leibniz: una interpretación desde Ortega,Tecnos,Madrid, 1994.

    Españano ha sido nuncapródiga en libros sobreLeibniz. En los últimos me-ses,sin embargo.hanvisto la luz dosde característicasmuy diferentes:el de Ilde-fonsoMurillo en «Edicionesdel Orto» y estedeJaimeSalas.Aquél es unaconci-say lúcida introducciónparaprofanos;éstees,sin duda,la culminación de unadilatadavocaciónleibniziana.Ambastienen,no obstante,algoen común.Un ras-go que no puededejarde saludarse:la rupturadefinitiva con unainterpretaciónacartonada,inmanentistay logicista delpensamientodelalemán.Desdeestelugarcomúnsenosha presentadoa Leibniz durantemuchotiempo comoun Espinosaencubierto,lujuriante y travieso,o comoun racionalistademanualcuyo valor es-pecificono seríasino el de prefiguraralgunostemasde la Ilustracióno de la filo-sofíaanalítica.No sorprendepensarquetales interpretacioneshayan podidoserpocomenosque«oficiales»en un ambienteacadémicocomoel españolen el queel interéspor la figura y la obrade Leibniz ha sido durantemuchotiempotanes-casoy parcial.Ahora bien, hablardc Leibniz eshablarde suslecturas.Existe,co-mo nos recuerdaSalas,un Leibniz escolástico,un Leibniz barrocoy un Leibnizilustrado. Hay un Leibniz lógico, un Leibniz político y un Leibniz metafísico;ysiempreesposible encontraralgún pasajedc su obraquesugierala primacía defi-nitiva dealgunodeellos sobrelos demásy queotorgueaestaprimacíaun sentidoquese percibirá. por parte de los estudiososdel autor,como un sesgoinjustifica-do de su obra. De ahíque quienescreemosquevale la penaensayarlecturasglo-balesdel pensamientode Leibniz, confiemoscadavez menosen el hallazgode talo cual enésimomanuscritoo enmienda.(len la burdaapelacióna unosescritosdeprimera y otros de segunda.La hermenéuticadc la mónadadebeabrir sus venta-nasa otros autoresy aotrassensibilidadesfilosóficasparamostrarsu grandezaori-ginal y genuina.Pidiendoun Leibniz desdefuera es la consignaparala regenera-ción de susestudios. En ninguna obracomo en la suya podemosy debemosreivindicar la perspectivahistóricacomogarantíamásfirmede aciertoy provechohermenéutico.Puesbien, lo queJaimeSalasnos vienea proponercon su trabajoes.ni másni menos,un Leibniz desdeOrtega.

    Convienequeentendamosbien lo quesignifica esteemparejamiento.Es muypoco lo queseha trabajadosobre«lecturas»españolasde Leibniz a pesardc quelashay, y abundantes.Hay, sin ir máslejos, un Leibniz de Azorin y un Leibniz deMachado.Del puñode esteúltimo salíala consigna«Leibniz: filósofo del porve-

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