historia de la catequesis familiar en chile

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Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística

Instituto Pastoral Apóstol Santiago, INPAS

La Catequesis Familiar nació en Chile hacia fines de la década de los años sesenta, fruto de la renovación del Concilio Vaticano II y las primeras Conferencias del Episcopado Latinoamericano.

Esta Catequesis se realizaba

en períodos reducidos de

tiempo como el Mes de

María o durante las

misiones de verano.

En sus inicios fue una preparación a la Primera Comunión de los niños y era realizada por las madres con la ayuda de algún laico adulto que las catequizaba a ellas para que luego lo hicieran con sus hijos.

La experiencia fue avanzando buscando

responder preguntas como: ¿Por qué la catequesis tiene que ser sólo una

preparación a la Primera Comunión? ¿No sería mejor hacer de ella un

itinerario integral de crecimiento en la fe?

Significó comprender la

necesidad de formar catequistas que

acompañaran las distintas etapas de la

preparación.

Se consideró que la catequesis sería aún

más fecunda si lograba involucrar también a los padres (varones), a los

jóvenes de la comunidad y a los

mismos sacerdotes, religiosos y religiosas.

Con la valoración de la presencia de las madres y la

incorporación de los varones

el modelo fue evolucionando hacia una evangelización y catequesis de los adultos.

La Conferencia de Medellín invitó a superar la costumbre de “dar catecismo” y avanzar hacia una verdadera evangelización

de los bautizados como el

catecumenado primitivo.

Con esta catequesis el

hogar se convirtió en una

“Iglesia doméstica”, es

decir, un lugar de transmisión de la

fe por:

La participación de los padres se presentó como una oportunidad para que

asumieran el compromiso bautismal de educar la fe de los hijos.

La lectura de la

Palabra de Dios

La participación

en la Eucaristía y la oración en

familia.

El compromiso

con la vida de la Iglesia.

Para llevar a cabo esta tarea

fue necesario elaborar un primer texto

para el niño y otro para los

padres…

Se constató que muchos de los padres no habían recibido el primer anuncio, por lo cual no se podía esperar que fueran adecuados catequistas de sus hijos.

Se constató en los hechos lo que años después Aparecida describiría con la frase “muchos bautizados y pocos discípulos”.

Surgió el desafío de evangelizar no sólo a los niños sino también a los adultos.

La Catequesis Familiar comenzó a incorporar otros momentos del proceso de evangelización, especialmente el kerygma.

En este proceso los catequistas descubrieron una nueva vocación pastoral:

invitar a otros adultos a convertirse en discípulos de Jesucristo.

Fue necesario crear un tipo de catequistas auxiliares que apoyaran el trabajo

reuniendo semanalmente a los niños para reforzar lo vivido y aprendido en casa.

Gratitud por la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística

“Sentimos la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades un proceso de iniciación en la vida cristiana que comience por el kerygma y, guiado por la Palabra de Dios, permita un encuentro personal cada vez mayor con Jesucristo, experimentado como plenitud de la humanidad, y que lleve a la conversión, al seguimiento en una comunidad eclesial y a una maduración de fe en la práctica de los sacramentos, el servicio y la misión» (DA 289).

Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística

Instituto Pastoral Apóstol Santiago, INPAS

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