palabra dominical xxx domingo del tiempo ordinario dominical... · 2018-11-28 · vida, que procede...
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Año 2. No. 17 28 octubre 2018
Palabra Dominical
XXX Domingo del tiempo Ordinario
Antífona de entrada Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que merezcamos alcanzar lo
que nos prometes, concédenos amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Vienen a mi llorando, pero yo los consolaré y los guiaré Del libro del profeta Jeremías: 31, 7-9
Esto dice el Señor: "Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el mejor de los pueblos;
proclamen, alaben y digan: 'El Señor ha salvado a su pueblo, al grupo de los sobrevivientes
de Israel'.
He aquí que yo los hago volver del país del norte y los congrego desde los confines de la
tierra. Entre ellos vienen el ciego y el cojo, la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.
Retorna una gran multitud; vienen llorando, pero yo los consolaré y los guiaré; los llevaré a
torrentes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Porque yo soy para Israel un padre y Efraín es mi
primogénito". Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor
Del salmo 125,
R. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor. Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca ni se cansaba
entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres,
pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo
cosecharán aquellos que siembran con dolor. R.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R.
Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec. De la carta a los hebreos: 5, 1-6
Hermanos: Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para
intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede
comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso,
así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos
propios.
Nadie puede apropiarse ese honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó
quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres
sacerdote eterno, como Melquisedec. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación Antes del Evangelio Mc 10, 45
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio
del Evangelio. R.
Maestro, que pueda ver. Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un
ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que
el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de
mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte:
"¡Hijo de David, ten compasión de mí!".
Jesús se detuvo entonces y dijo: "Llámenlo". Y llamaron al ciego, diciéndole: "¡Ánimo!
Levántate, porque él te llama". El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a
Jesús. Entonces le dijo Jesús: "¿Qué quieres que haga por ti?". El ciego le contestó: "Maestro, que pueda ver". Jesús le
dijo: "Vete; tu fe te ha salvado" Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino. Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz Dios verdadero de Dios
verdadero engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por ,nuestra salvación bajó del cielo (en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre; todos se inclinan) y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y
de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Plegaria Universal.
Como Bartimeo, el ciego del evangelio, nos acercamos a Jesús y le pedimos que tenga compasión de nosotros y de
toda la familia humana.
Después de cada petición diremos: Jesús, hijo de David, escúchanos.
Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza ciencia y piedad al Papa Francisco, a nuestro obispo
Faustino y a todos los pastores de la Iglesia. Oremos.
Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz y promuevan la justicia. Oremos
Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer
ante la tribulación. Oremos.
Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en la gracia y amistad. Oremos.
Que abramos los ojos para ver claramente la dignidad de cada vida humana, sean saludables o convalecientes,
convenientes o un estorbo, nacidos o no nacidos. Oremos
Escucha, Señor Jesús, nuestras peticiones. Y haz que, como el ciego de Jericó, te sigamos siempre en tu camino. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, los dones que presentamos a tu majestad, para que lo que hacemos en tu servicio esté siempre ordenado a
tu mayor gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Antífona de la Comunión Mc 10, 45
Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda agradable a Dios.
Oración después de la Comunión
Que tus sacramentos, Señor, produzcan en nosotros todo lo que significan, para que lo que ahora celebramos en figura
lo alcancemos en su plena realidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Reflexión:
Bartimeo, el ciego de Jericó, es un
hombre que vive a oscuras. Ya ha
oído de Jesús, y de sus curaciones y
milagros; y ese día escucha ruidos
desacostumbrados. Pregunta qué
ocurre y se entera que es Jesús de Nazaret que pasa por el
camino. Al oírlo se llenó de fe su corazón. Jesús era la gran
oportunidad de su vida. Y comenzó a gritar con todas sus
fuerzas: ¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí! En su alma,
la fe se hace oración.
Reflexiona San Agustín esta escena diciendo: también
nosotros tenemos cerrados los ojos y el corazón y pasa Jesús
para que clamemos. Tenemos que gritarle con la oración y
con las obras. Debemos pedir ayuda al Señor.
Pero para el ciego, las dificultades comienzan en el momento
que comienza la búsqueda de Jesús en las tinieblas. El
evangelio nos dice que muchos lo reprendían para que se
callara.
Y así pasa con frecuencia cuando buscamos a Jesús. Algunas
veces son los otros, la sociedad,
el ambiente, que tratan de que no
busquemos al Señor. Que nos
dicen ¡Cállate, no molestes a
Jesús! Otras veces, dentro de
nosotros mismos encontramos
impedimentos para seguir al Señor. Las comodidades, las
costumbres.
Bartimeo ha esperado por largo tiempo esta oportunidad y no
está dispuesto a desperdiciarla. Por eso es que no les hace el
menor caso. Jesús es su gran esperanza y no sabe si volverá
a pasar otra vez cerca de su vida. ¿Porque ha de prestar
atención a los reproches y perder la posibilidad de seguir a
Jesús?
Pueden criticarlo, insultarlo, pero él clama hasta que sus
gritos llegan a oídos de Jesús, porque, según dice San
Agustín, “quién fuere constante en lo que el Señor mandó,
no escucha las opiniones de las turbas, ni hace caso de los
que aparentan seguir a Jesús. A él no habrá poder que lo
atasque, y el Señor se detendrá y lo sanará”.
Efectivamente, cuando insistimos con confianza en nuestras
peticiones, logramos detener a Jesús que va de paso. La
oración del ciego es escuchada. Ha logrado su propósito a
pesar de las dificultades externas, de la presión del ambiente
que lo rodea y de su propia ceguera, que le impedía saber con
exactitud dónde estaba Jesús, que permanecía en silencio, sin
atender aparentemente su petición.
El Señor, que lo oyó desde el principio, le dejó perseverar en su oración. Al igual que con nosotros. Jesús
escucha nuestro primer pedido, pero espera.
Quiere que nos convenzamos que lo
necesitamos, quiere que seamos insistentes,
tozudos como el ciego de Jericó.
La comitiva se detiene y Jesús manda a llamar a Bartimeo.
“¡Animo, levántate! Él te llama”. Y el ciego, arrojando su
manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. El ciego tuvo
fe de que se acercaba su liberación, que llegaba una nueva
luz en su alma, precursora de la nueva luz para sus ojos.
Por eso se despojó de todo lo que pudiera serle un
impedimento, una dificultad, una carga: arrojó su manto.
Es una condición indispensable para que consigamos la luz
en el alma, que arrojemos de nosotros todo lo que pueda
oponerse a ella. Despojarnos de nosotros mismos, de cuanto
en nosotros haya, que, de una u otra forma, nos pueda
dificultar que el Señor se acerque o que nosotros demos el
paso hacia Dios, que viene hacia nosotros.
Y el ciego no se contentó con arrojar el manto; dio un salto,
como para demostrar las disposiciones y los deseos de su
espíritu. Dio un brinco de las materialidades hacia lo
espiritual. Dejó de preocuparse de muchas cosas por
preocuparse de su unión con el Señor.
El salto que debemos dar es para
desapegarnos de los bienes materiales, de nuestras ambiciones
de orden humano, de nuestros
criterios y pareceres. Es el salto que
debemos dar para acercarnos al Señor.
Está ahora Bartimeo delante de Jesús. La multitud los rodea
y contempla la escena. Jesús le pregunta: “¿Qué quieres que
te haga?”. El Señor, que podía restituir la vista, ¿ignoraba
acaso lo que quería el ciego? Jesús desea que le pidamos.
Conoce de antemano nuestras necesidades y quiere
remediarlas.
El ciego contestó en seguida: “Señor, que vea”. No pide al
Señor otra cosa que la vista. Poco le importa todo, fuera de
ver, porque, aunque un ciego pueda tener muchas cosas, sin
la vista no puede ver lo que tiene.
Debemos imitar la actitud de Bartimeo. Debemos imitar su
oración perseverante, su fortaleza para no rendirse ante el
ambiente adverso. Ojalá que, dándonos cuenta de nuestra
ceguera, sentados inmóviles junto al camino, y oyendo que
Jesús pasa, le hagamos detenerse junto a nosotros por la
fuerza de la oración, que debe ser como la de Bartimeo,
personal, directa, sin anonimato.
La historia de Bartimeo es nuestra propia historia, pues
también nosotros estamos ciegos para muchas cosas, y Jesús
está pasando junto a nuestra vida. Quizás ha llegado el
momento de dejar el costado del camino y acompañar a
Jesús.
Las palabras de Bartimeo: Señor, que vea, nos pueden servir
como una oración sencilla para repetirla muchas veces
cuando en nuestra vida se nos presenten situaciones que no
sabemos cómo resolver, sobretodo en cuestiones
relacionadas con la fe y la vocación. En esos momentos de
oscuridad, cuando quizás la oración se hace costosa y la fe
parece debilitarse, repitamos con confianza el pedido: Señor,
que vea.
Qué nosotros también veamos, Señor, cuál es tu voluntad,
cuál es el camino que debemos recorrer, que Tu nos señalas
para ir a Ti.
Jesús le dijo al ciego: “Vete, tu fe te ha salvado” Y al instante
recobró la vista. Lo primero que ve
Bartimeo es el rostro de Cristo. No lo
olvidará jamás. “Y le seguía por el
camino”.
Pidamos al Señor que sea Él siempre
la luz que nos libere de la ceguera, y que lo sigamos siempre
por el camino.
Avisos parroquiales:
El día 1º de noviembre tendremos misa a las 8am, 1pm en honor a la Divina Providencia y 8pm, el 2º de
noviembre día en que conmemoramos a todos los fieles difuntos tendremos misa a las 8am, 1pm y 8pm, se
pondrá una urna para que depositen sus intenciones y se puedan ofrecer ese día.
Octubre mes del rosario, se les invita a participar en el rezo del Santo Rosario de lunes a viernes a las 5pm y
sábado a las 6pm. La misión que nos pide el Papa Francisco: Recemos a diario el Rosario por la protección de
la Iglesia y la nuestra, contra el demonio y al final hagan estas dos oraciones: ¡Bajo tu Amparo! San Miguel
Arcángel…
El Grupo Pro-vida de la Parroquia de la Sagrada Familia invita a que nos unamos a la campaña de los 40 días
por la vida, del 26 de septiembre al 4 noviembre.
Por parte de los Caballeros de Colón les están ofreciendo unos boletos a beneficio de las obras que se están
llevando a cabo tanto en la Parroquia como en las Capillas que se encuentran en nuestro territorio parroquial.
Con motivo de nuestra fiesta Patronal de la Sagrada Familia en el mes de diciembre, y como preparación para
la misma durante la novena se realizarán Dios mediante matrimonios comunitarios con las parejas del
territorio Parroquial que tengan esa intención, contraer matrimonio religioso; confirmaciones, para quienes
tengan 14 años cumplidos en adelante, estamos en periodo de inscripción. Mayores informes en la oficina
Parroquial.
Se invita a toda la comunidad a practicar una obra de misericordia corporal, dar hospedaje al peregrino. Los
hermanos de cursillos vienen de diferentes partes de la Republica a vivir su ultrella, los días 23, 24 y 25 noviembre,
para mayores informes con la persona que se encuentra en la parte posterior.
Tu oración es muy importante para el buen desarrollo de la construcción de la capilla del Santísimo, sigamos
orando y ofreciendo nuestra Eucaristía para que se llegue a buen término.
Se abre convocatoria para formar coros de niños, adolescentes, jóvenes y adultos, hombres y mujeres y ser
parte del ministerio de música para cantar la Misa en Parroquia o Capillas. Necesitamos tu colaboración.
Mayores informes en el área de avisos.
En la oficina parroquial les ofrecemos misales mensuales del mes de noviembre, misales anuales 2019 para
niños y para adultos, Biblia católica para jóvenes, cirios pascuales, veladoras a la divina providencia, velas de
adviento, oración de los 5 minutos del mes de noviembre, veladoras, vino para consagrar, Hostias para
consagrar, para el servicio del altar, los cuales se pueden ofrecer como una ofrenda a la Parroquia.
Les ofrecemos el periódico el Observador, trae artículos muy interesantes, con un gran contenido católico
actual. Adquiéranlo.
¿Eres titular de una gaveta en el área de criptas de la Parroquia, conoces el reglamento del derecho de uso de las gavetas
que emitió el Sr. Obispo en el año 2006, tienes actualizados tus datos, sabes qué procedimiento debes seguir si vas a hacer
uso de una gaveta? Pasar a la oficina Parroquial con tu recibo de titular, para que recibas toda esta información.
Cápsula litúrgica
Sabías que … ¿Qué elementos principales hay en una iglesia?
Tiempo de Adviento ADVIENTO: es un tiempo de espera ante el “advenimiento” o venida del Hijo de Dios. Durante las cuatro semanas de Adviento nos preparamos para el Nacimiento de Jesús (Navidad). La mejor preparación consiste en limpiar el alma con un mejor comportamiento y una buena Confesión. Se suele poner una “Corona de Adviento”, hecha con ramas verdes y con cuatro velas rojas. Cada domingo se enciende una de estas velas: el primer domingo una, el segundo domingo dos y así sucesivamente.
Visita nuestra página: http://www.lasagradafamiliaqro.org
¡Sigue apoyando con tus oraciones y ayuda económica para llevar a buen término la construcción de la Capilla del Santísimo!
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