reuter, jas - el son jarocho
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7/28/2019 Reuter, Jas - El Son Jarocho
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El son jarochoAuthor(s): Jas ReuterSource: Diálogos: Artes, Letras, Ciencias humanas, Vol. 4, No. 5 (23) (SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE1968), pp. 33-34Published by: El Colegio De Mexico
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27932600 .
Accessed: 17/04/2013 21:07
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sica viva. Seg?n las estad?sticas, eln?mero de orquestas y el n?mero de
personas que asisten a concierto es
t? creciendo en forma notable. Se
podr?a pensar que por tener un ra
dio o un tocadiscos, el se?or X prefiere escuchar m?sica en su casa. Y
no es verdad; la m?sica que ha escuchado lo incita a acudir al teatroo o?r la m?sica en vivo.
Di?logos: ?Pero cu?l es la diferencia entre la m?sica escuchada envivo.
Herrera de la Fuente: Me pareceque la m?sica reproducida, grabadapor cualquier medio que sea, es sim
plemente una limitaci?n. No creo
que nunca haya nada, por m?s perfecci?n t?cnica a la que se llegue,que logre quitar su sentido al concierto p?blico. Porque simple y sen
cillamente, lo f?sicamente reproducido es
algodistinto a lo
quese
produce en vivo.
El son jarochoPor JasReuter
1. El ambiente
Al recorrer el visitante curioso *
tierras veracruzanas y sentarse a una
de las mesitas que bordean, bajo lasarcadas o portales, la plaza principalde sus poblados, para descansar de
sus caminatas, dejar que pase la hora del calor y tomar un buen caf?
(?qui?n no a?ora esos "lecheros"del Caf? de la Parroquia en el puerto de Veracruz, o el no menos sabroso de San Andr?s Tuxtla!), no tardar? en hallar frente a sumesa a un
lugare?o, trajeado de un blanco ya
* No empleamos el t?rmino "turista" portener esta moderna palabra varias conno
taciones que son ajenas al visitante en
nuestro sentido: turista suena demasiadoa extranjero rico, cargado de c?maras fo
togr?ficas y camisas de colorines, con
lentes oscuros, siempre en "manada", de
poco tacto y mucha prisa; este retratocaricaturesco se basa en la actitud fun
damental del turista (no s?lo del extran
jero, sino con frecuencia del capitalinomexicano) : considera el ambiente para ?l
inusitado como curiosidad ex?tica, sin
tratar de incorporarse a ?l, tomando
parte.
algo gris y cubierto con el t?picosombrerito de palma, que empu?auna min?scula guitarra y hace sonarunos acordes para ofrecer un son a
cambio de unos pocos pesos. Tam
bi?n en Veracruz el m?sico tiene
que ganarse la vida cantando.
A veces no es uno solo, sino dos
o m?s m?sicos los que hacen su aparici?n. Pero hay que ver un pobladoveracruzano en d?a de fiesta. Incon
tables conjuntos recorren las calles
y los caf?s, las playas y los merca
dos, y alegran y animan "a todoslos concurrentes". Recuerdo una ce
lebraci?n de La Candelaria (2 de
febrero) en Tlacotalpan, a orillasdel ancho Papaloapan o R?o de las
Mariposas. Hab?a llovido a rauda
les, y las calles, en su mayor?a sin
asfaltar, estaban hechas unos loda
zales; sin embargo, ni el cielo gris
ni el suelo fangoso hac?an merma enla general algazara. En la ma?anase hizo una novillada en un peque?oruedo improvisado; uno de los novi
llos logr? escapar ?con la ayuda de
alg?n chistoso? y recorri?, asusta
do, calles y callejones, con el bulli
cio de rigor en tales casos: gritos,carreras, atropellos y los siempre
presentes j?venes valientes que torea
ban al animal o le jalaban la cola.
Los tenda jones de tablas y lona ofre
c?an, tanto a la vista como al paladar, sus multicolores variedades de
frutas secas ?acitr?n o biznaga, ca
labaza, camote, chilacayote y dem?s
manjares? y la gente iba y ven?a
con la alegr?a y la disposici?n a fes
tejar pintadas en los rostros.
Y al atardecer se armaron, en un
instante, varias tarimas en la calle
principal; llegu? a contar seis en un
trecho de 150 metros. Al lado deuna de ellas, un jaranero comenz? a
rasgar las cuerdas de su instrumen
to; la tarima qued? inmediatamenterodeada de gente; a la jarana se le
uni? un arpa yun
requinto, y losm?sicos comenzaron a cantar El Si
qaisir?; al segundo son, El Ahualul
co, ya dos parejas se hab?an subidoa la tarima y comenzaban a zapatearcon un marcado ritmo. Las tarimas
restantes tambi?n hab?an sido abor
dadas por m?sicos, p?blico y baila
dores; en una, por cierto, se hab?ainstalado un mariachi jalisciense quehab?a llegado a Tlacotalpan a probarfortuna; fue recibido con aplausosy marc? un divertido contraste con
los peque?os y ?giles m?sicos veracruzanos. Continuamente alternaban
m?sicosy p?blico;
una tarimaquedaba vac?a, y junto a otra se agol
paban dos conjuntos y entablabanun torneo musical ?a ver
qui?n to
caba con mayor virtuosismo su ins
trumento y qui?n cantaba, improvisando, los versos m?s inspirados o
jocosos; los espectadores, animando
a unos y a otros conaplausos y ri
sas y gritos. Y as? segu?a la fiesta,centrada en los m?sicos, hasta altas
horas de lamadrugada ; nada era for
zado; uno iba y ven?a, com?a algoaqu? y beb?a algo all?, bailaba un sonsi sab?a
(y
tambi?n si no sab?a) o
asist?a a una ri?a callejera, que nun
ca falta en una buena fiesta popular.Con este breve relato hemos que
rido ejemplificar la vida de la m?
sica jarocha. No se trata de supervivencia artificiosamente lograda
?como ocurre con el folklore de
otras regiones?, sino de presencia
vigorosa y vibrante Desde el puertode Veracruz hasta los villorrios quebordean el Papaloapan y las haciendas del interior: siempre hay alguienque sabe tocar la jarana o el arpa,
yla muchacha veracruzana
que
no
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sepa zapatear aunque sea rudimen
tariamente no es considerada como
aut?ntica jarocha.A ?ltimas fechas observamos en
la capital mexicana un auge del folklore musical y coreogr?fico, debidoal impulso generoso de centros oficiales tales como el Instituto Nacional de Bellas Artes
yel Instituto
Mexicano del Seguro Social; tambi?n en la provincia se est? man
teniendo viva esta tradici?n art?stica
popular en los Internados de las Escuelas Primarias. Claro est? que lam?sica jarocha saca provecho deesta favorable circunstancia, d?ndose
a conocer a p?blicos m?s amplios,pero de ninguna manera debe su
actual vitalidad al fomento "desdefuera". El jarocho sigue siendoamante de lam?sica y del baile tra
dicionales de su regi?n.
2. Las exclamaciones
Rasgo t?pico en la ejecuci?n de sones jarochos es el frecuente uso de
exclamaciones, no s?lo en forma de
interjecciones que denotan una desbordante energ?a (esto lo encontramos tambi?n en otras regiones de
M?xico, como el prolongado "?Iiiiha-ha-ha-haaai ! del mariachi jalisciense), sino en forma de palabrasy frases enteras. Expresan desde lue
go, entusiasmo, pero son ante todo
palabras de animaci?n dirigidas al
solista del momento; puede ser tambi?n un piropo dirigido a una dama
presente, o una frase chusca a un
se?or (si bien suelen dejar esto
para improvisaciones en verso), o
palabras de amor al terru?o. Muchasexclamaciones se basan en el propiotexto del son; generalmente en sut?tulo. Conviene se?alar que todasestas exclamaciones se suelen pronunciar no durante el canto de las
coplas, sino durante los interludiosinstrumentales. Veamos algunos
ejemplos.
1) Entre las interjecciones m?s frecuentes est?n: "?Aaa-h?!" y "Huuu
pa!" que se inician en tono agudopara descender m?s o menos una
quinta en la segunda s?laba, y "Ahiii
ha!", en que la prolongada "hiii" se
grita aproximadamente una cuartam?s arriba que las breves "a".
2) De las exclamaciones que hacenreferencia al propio son, una muycom?n es "??pale!" seguida delnombre principal (titular) del mismo: As?, en El torito jarocho:"??pale, torito!"; en El Cangrejo:
"??pale, cangrejito!", etc. Otras exclamaciones de este tipo son: "?Morenita chula!" (La Morena), "??hiva la vieja!" (La Vieja), "?C?rrele,c?rrele, que ?hi est? la bruja!" (LaBruja) ; o en La Bamba: "?Ambita!" y, despu?s de una copla algoatrevida: "?Ah, picaro!"
3) En cuanto al amor al terru?o, lasexclamaciones m?s comunes son:
"?Qu? lindo es mi Veracruz, verd?de Dios!" (o la poblaci?n de la queproceda el m?sico), y "?S?lo Veracruz es bello!", ampliado a veces
hasta formar el siguiente di?logo:"?Y ya lo dijo el santo Papa, com
pa?ero! ??Y qu? cosa dijo? ??Ques?lo Veracruz es bello!"
4) La gama m?s variada y simp?tica es la que representan las excla
maciones para animar al arpistao
al requinto que luce sus habilidadesen un solo instrumental, acompa?adocuando m?s muy discretamente poruno de los instrumentos r?tmicos,por lo general la jarana. As? tenemos estas palabras de est?mulo y admiraci?n a
cualquierade los solistas :
"??pale, coste?ito!"
"?Hasta que amanezca, compadre!""??chale, ?chale!"
"!?chale, pariente!""?Hasta pareces de Alvar?o, verd?
de Dios!"
"??ndale, Lino!"
"?Ora s? va de veras, de veras!"
"Qu? bonito, compa?ero!"
Pero tambi?n hay giros de admiraci?n, consagrados o improvisados,dirigidos al arpista; uno de los m?s
comunes, cuando el arpa lleva ya unbuen rato tocando sus complicadasvariaciones, es ?ste: "?Engarr?teseme?hi!"
Otros, tambi?n usuales, son los si
guientes :
"?Esas manos de oro!"
"?T?pele, t?pele, mano santa!"
"??sala, pariente, es tuya!""?Esa arpa!""?Es tuya, cu??o!"
"?Anda, y te dicen mano mocha!"Y de las frases m?s animadoras,
mencionamos estas dos:
"??chale sinfon?a pa que se oigam?s bonito!"
"? rr?ncate, arpa de pueblo, ora quete est? tocando el m?istro!"
Para culminar con lam?s sentida detodas: "?Ll?rala, ll?rala!" (es decir: haz llorar el arpa).Al requinto solista tambi?n se lesuelen dirigir palabras de coraje, sibien la variedad no es tan grandecomo en el caso del arpa. Tenemos,entre los giros m?s comunes, ?stos:
"?Ese requinto!""?R?scale, r?scale!"
"?R?scale bonito, Lino!"
"?R?scale la tripa, pel?o!""?Az?talo, compadre!"Cierto que estas exclamaciones no
forman un elemento musical ni literario del son jarocho, sino m?s bienun elemento de ambiente; pero lomencionamos aqu? porque, sin algunas de estas exclamaciones, la inter
pretaci?n de un son resultar?a "co
ja": algo le faltar?a. Y la unidad deun conjunto jarocho, expresada enestas exclamaciones que un m?sico
dirige al otro, se trasmite en formade euforia al p?blico, que r?e yaplaude cuando considera como muy
lograda una de ellas.
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