[architecture.ebook.spanish]la.arquitectura.en.suecia

6
C ULTURA SUECA P U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O M A Y O 2 0 0 1 D I 1 0 9 b La Arquitectura en Suecia L a arquitectura sueca del siglo XX es testigo de grandes cambios. Habiendo sido un arte reservado a las grandes instituciones sociales y a los ciudadanos más acaudalados, se convirtió pronto en patrimonio común expresado en buenos ámbitos de vivienda. Hoy se aprecia en todo el país la planificación pública y su fruto: el amplio programa de construcción de vivienda social. Las altas aspiraciones y los recursos relativamente abundantes le han dado a Suecia una calidad de vivienda excepcional. Gracias a ello, entre las edificaciones existentes hoy predominan las recientes: más de la mitad de las viviendas del país son de construcción posterior a 1960. LOS ARQUITECTOS EN SUECIA Diez mil años después del deshielo en el interior de su territorio, Suecia seguía siendo un país escasamente poblado. Cuando se industrializó, a fines del siglo XIX, la activi- dad no se concentró principalmente en las ciudades. La explotación del hierro y de los bosques se convirtió en la base de la economía que sucedió a la sociedad agrícola. Esas industrias se establecieron en zonas que tenían buen acceso a bosques y fuerza hi- dráulica. Fue apenas en la década de 1930–40 cuando la población urbana superó a la rural en número. Es ésta una causa de que Suecia no haya desarrollado una cultura urbana comparable a la de Europa Central. Estocolmo es la única ciudad sueca que llega al millón de habitantes; pero incluso en la capital la gente está habituada a tener acceso a grandes superficies en que moverse. En verano, la mayoría de los pobladores de ciudades las dejan para pasar sus vacaciones en el campo. El arquitecto moderno –un empresario que proyecta diferentes tipos de edificios para diferentes clientes– empezó a surgir a mediados del siglo XIX; pero la verdadera expansión de la profesión se produjo por el gran auge de la construcción en la socie- dad industrial, a partir de 1880. Fue entonces cuando se presentaron numerosos pro- blemas de construcción nuevos que exigían soluciones nuevas; la infraestructura pasó en poco tiempo de un nivel bajísimo a uno de vanguardia mundial que exigía edificios de estaciones, de correos y de telégrafos. Además, la nueva sociedad requería también industrias, edificios administrativos, hospitales, nuevas iglesias y viviendas. Durante el siglo XIX se resolvieron esos problemas, por regla general, siguiendo los criterios de la tradición de bellas artes. Destacaron entonces arquitectos como Fredrik Wilhelm Scholander, Helgo Zettervall, F.G.A. Dahl, Isak Gustaf Clason y Adolf Edel- svärd, este último con una trayectoria bastante común de ingeniero de fortificaciones. Una parte importante del desarrollo de la técnica de construcción del siglo XIX fue impulsado por ingenieros de carrera militar. Alrededor de 1900 Suecia contaba unos 5 millones de habitantes y cerca de 300 arquitectos. Los más de ellos trabajaban en alguna de las tres ciudades principales: Estocolmo, Gotemburgo o la región de Malmö. Desde 1877, la formación básica de los arquitectos se ha impartido en las escuelas superiores técnicas. Sin embargo, hace un siglo su nivel variaba mucho. La enseñanza regular de arquitectura existía sólo en la Real Escuela Técnica Superior de Estocolmo (Kungliga tekniska högskolan, KTH). Por otra parte, nunca ha habido protección legal del título de arquitecto en Suecia, y por esa razón se han dado otras vías de formación profesional en ese campo, como ha sido el caso en la escuela técnica superior Chalmers de Gotemburgo (Chalmers tek- niska högskola). Muchos optaban por completar su formación básica con los cursos de la escuela de arquitectura de la Academia Superior de Arte (Konsthögskolan). Actual- mente, casi todos los profesionales afiliados a la Federación nacional de arquitectos (Svenska Arkitekters Riksförbund, SAR) se han graduado de alguna de las escuelas téc- nicas superiores de Estocolmo, Gotemburgo o Lund. La educación complementaria de la Academia Superior de Arte sigue siendo atractiva en el arte arquitectónico y de la restauración. Laboratorios Astra Hässle para el centro de investigación médica de Mölndal, por Gert Wingårdh (1991). Bengt Ericksson/Wingårdhs

Upload: marifeliz

Post on 12-Jun-2015

1.492 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

La arquitectura en Suecia

TRANSCRIPT

Page 1: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

CULTURA SUECA

Country Club (1988) y el edificio de Astra (1988–97), ambos situados en las afuerasde Gotemburgo, ha dado muestras de una técnica de construcción de alta tecnologíainternacional. Esa empresa se cuenta entre las más expansivas del país y proyectaactualmente viviendas, centros de trabajo y sedes culturales, entre ellas el ScienceCenter de Gotemburgo.

Gracias a los grandes esfuerzos por lograr un alto nivel de vivienda, combinadoscon el enorme auge de la construcción de oficinas de la década de los 80, se levan-taron edificaciones en número que, en buena parte, satisfacía las necesidades del país.La tarea de administrar y seguir desarrollando lo que ya está construido fue adqui-riendo, por consiguiente, importancia cada vez mayor. En la feria de la vivienda deStumholmen, en Karlskrona, se mostró en 1993 la capacidad que tiene Suecia demodificar viejas construcciones para nuevos fines. En Norrköping se han transformadolas instalaciones industriales del centro urbano en un museo, un teatro de conciertos,una escuela superior y otras instituciones, mientras que en Norra Älvstranden,Gotemburgo, se están convirtiendo hoy antiguas zonas de astilleros en viviendas ylocales para enseñanza (obras de Arkitekturkompaniet, White arkitekter, entre otros).

Aquí la minuciosa planificación del terreno juega un papel importante. En todoslos proyectos mayores colaboran hoy los arquitectos constructores con arquitectospaisajistas. Desde los proyectos de barrios de “casas en parques” de los años 30, losarquitectos paisajistas suecos han procurado integrar los edificios en el terreno yhacer que la naturaleza se una de una manera lo menos artificial posible a la cons-trucción. Ésta ha sido una expresión característica de la visión sueca de la naturalezacomo factor siempre superior a la cultura. Sólo con la construcción figurativa de los80 adoptó la arquitectura paisajista expresiones más formales. Sin embargo, los par-ques dotados de toboganes, columpios y otros juegos siempre han sido un elementoimportante en la planificación de las zonas abiertas de los barrios residenciales, y nopocas veces han constituido el núcleo de un grupo de casas. Entre los arquitectospaisajistas más solicitados de los 90 se cuentan Sven Hermelin, Walter Bauer y PerFriberg.

Suecia tiene actualmente 8.800.000 habitantes y cerca de 5.000 arquitectos.Muchos de ellos se ocupan en el sector público en planificación y supervisión generalde la construcción. La baja coyuntura económica de los 90 ha traído en el sector de laconstrucción un desempleo de grandes proporciones que ha afectado gravemente a losarquitectos. En Suecia, el ramo sigue caracterizándose por las obras de gran escala,tanto por lo que toca a los contratistas como a las compañías de arquitectos. Hay em-presas como el grupo FFNS y White, que se cuentan entre las grandes consultorascuya actividad abarca grandes regiones del mundo.

Estos últimos años, los arquitectos suecos han visto en su suelo la competencia decolegas extranjeros como el noruego Niels Torp (oficinas principales de SAS enEstocolmo, terminal Nils Ericsson de Gotemburgo y otras obras) y los daneses Tegen-stuen Vandkunsten (edificio de viviendas en Borås) y Henning Larsen (BibliotecaMunicipal de Malmö). También los proyectos más prestigiosos de los años 90 –elMuseo de Arte Moderno y el Museo de Arquitectura, ambos de Estocolmo– son obrade un arquitecto extranjero: el español Rafael Moneo.

La arquitectura sueca se orientó en las últimas décadas del siglo XX a la historia,con vistas a recrear conocimientos en materia de técnica, diseño y función social.Además de este trabajo de reconstrucción surgió un interés renovado en el modernis-mo como forma e idea, y con la arquitectura de los años 30 como trampolín ha lo-grado arraigar un nuevo estilo internacional. Las tareas arquitectónicas son hoy engran parte edificios de universidades y otras instituciones. A pesar de la fuerte afluen-cia de población, sobre todo a Estocolmo, la construcción de viviendas permanece aun nivel muy bajo. Su producción actual se concentra en sitios exclusivos, lo queexplica las altas normas de las edificaciones. Ya no se cuenta con recursos para laconstrucción fuertemente subvencionada de viviendas, y por tal razón la actividad delEstado en construcción ha tomado una orientación diferente. Así por ejemplo, estáempeñado en un programa de política arquitectónica cuya finalidad es mejorar laarquitectura sueca. Entre los recursos empleados para ese fin se cuenta el Museo deArquitectura ampliado, que desde su nueva sede en Skeppsholmen (Estocolmo) dirigela actividad del Año de la Arquitectura 2001.

Entre las obras apreciadas de arquitectos suecos contemporáneos se cuenta el aulamagna de Estocolmo, trazada por Ralph Erskine en 1997.

Rasmus Wærn

Rasmus Wærn es arquitecto(miembro de la Asociación dearquitectos de Suecia, SAR) ydoctor en tecnología. Su campode especialización es la arqui-tectura sueca del siglo XX. Esmiembro del cuerpo de redacciónde la revista sueca Arkitektur.

El autor es el único responsablede las opiniones expresadas eneste folleto informativo.

Traduccion: Álvaro Eljach

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en elextranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Institutopuede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversosaspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase ala Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: [email protected] Internet: www.si.se

ISSN

110

1-60

6X

CULTURA SUECAP U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • M A Y O 2 0 0 1 • D I 1 0 9 b

La Arquitectura en Suecia

La arquitectura sueca del siglo XX es testigo de grandes cambios. Habiendosido un arte reservado a las grandes instituciones sociales y a los ciudadanos

más acaudalados, se convirtió pronto en patrimonio común expresado en buenosámbitos de vivienda. Hoy se aprecia en todo el país la planificación pública y sufruto: el amplio programa de construcción de vivienda social. Las altasaspiraciones y los recursos relativamente abundantes le han dado a Suecia unacalidad de vivienda excepcional. Gracias a ello, entre las edificaciones existenteshoy predominan las recientes: más de la mitad de las viviendas del país son deconstrucción posterior a 1960.

LOS ARQUITECTOS EN SUECIADiez mil años después del deshielo en el interior de su territorio, Suecia seguía siendoun país escasamente poblado. Cuando se industrializó, a fines del siglo XIX, la activi-dad no se concentró principalmente en las ciudades. La explotación del hierro y de losbosques se convirtió en la base de la economía que sucedió a la sociedad agrícola. Esasindustrias se establecieron en zonas que tenían buen acceso a bosques y fuerza hi-dráulica. Fue apenas en la década de 1930–40 cuando la población urbana superó a larural en número. Es ésta una causa de que Suecia no haya desarrollado una culturaurbana comparable a la de Europa Central. Estocolmo es la única ciudad sueca quellega al millón de habitantes; pero incluso en la capital la gente está habituada a teneracceso a grandes superficies en que moverse. En verano, la mayoría de los pobladoresde ciudades las dejan para pasar sus vacaciones en el campo.

El arquitecto moderno –un empresario que proyecta diferentes tipos de edificiospara diferentes clientes– empezó a surgir a mediados del siglo XIX; pero la verdaderaexpansión de la profesión se produjo por el gran auge de la construcción en la socie-dad industrial, a partir de 1880. Fue entonces cuando se presentaron numerosos pro-blemas de construcción nuevos que exigían soluciones nuevas; la infraestructura pasóen poco tiempo de un nivel bajísimo a uno de vanguardia mundial que exigía edificiosde estaciones, de correos y de telégrafos. Además, la nueva sociedad requería tambiénindustrias, edificios administrativos, hospitales, nuevas iglesias y viviendas.

Durante el siglo XIX se resolvieron esos problemas, por regla general, siguiendo loscriterios de la tradición de bellas artes. Destacaron entonces arquitectos como FredrikWilhelm Scholander, Helgo Zettervall, F.G.A. Dahl, Isak Gustaf Clason y Adolf Edel-svärd, este último con una trayectoria bastante común de ingeniero de fortificaciones.Una parte importante del desarrollo de la técnica de construcción del siglo XIX fueimpulsado por ingenieros de carrera militar.

Alrededor de 1900 Suecia contaba unos 5 millones de habitantes y cerca de 300arquitectos. Los más de ellos trabajaban en alguna de las tres ciudades principales:Estocolmo, Gotemburgo o la región de Malmö. Desde 1877, la formación básica delos arquitectos se ha impartido en las escuelas superiores técnicas. Sin embargo, haceun siglo su nivel variaba mucho. La enseñanza regular de arquitectura existía sólo enla Real Escuela Técnica Superior de Estocolmo (Kungliga tekniska högskolan, KTH).Por otra parte, nunca ha habido protección legal del título de arquitecto en Suecia, ypor esa razón se han dado otras vías de formación profesional en ese campo, como hasido el caso en la escuela técnica superior Chalmers de Gotemburgo (Chalmers tek-niska högskola). Muchos optaban por completar su formación básica con los cursos dela escuela de arquitectura de la Academia Superior de Arte (Konsthögskolan). Actual-mente, casi todos los profesionales afiliados a la Federación nacional de arquitectos(Svenska Arkitekters Riksförbund, SAR) se han graduado de alguna de las escuelas téc-nicas superiores de Estocolmo, Gotemburgo o Lund. La educación complementaria dela Academia Superior de Arte sigue siendo atractiva en el arte arquitectónico y de larestauración.

CULTURA SUECA

gente no quería trasladarse a las nuevas zonas de residencia, y se hacían duras críticasa los arquitectos. La arquitectura estructuralista funcionaba mejor para los edificiosadministrativos. La Real Dirección de Construcción de Suecia (Kungliga byggnads-styrelsen) desarrolló en los años 60 una importante capacidad para encargar la ejecu-ción de obras estatales.

Para los arquitectos más orientados a obras esculturales, las iglesias eran uno de lospocos campos de trabajo que quedaban. Gracias a las nuevas zonas de vivienda de losaños 50, la Iglesia estatal volvió a ser un importante cliente de construcción. Los tem-plos diseñados por Sigurd Lewerentz en Björkhagen, Estocolmo (1956–60) y Klippan,Escania (1962–66) se cuentan entre las últimas obras de ese maestro. Lewerentzdepuró la construcción hasta hacer de ella un arte minimalista de ladrillo, madera yvidrio.

Peter Celsing (1920–74) creó también varias iglesias de vigorosa estructura de la-drillo. Sus dos edificios mayores son la Casa de la cultura (1968–73) con el Teatromunicipal y el Banco de Suecia (Riksbanken), ambos en Estocolmo (1965–76).

Una actitud hostil a los valores históricos destruyó, durante varios decenios, partesimportantes de la vieja construcción polifacética en los cascos de ciudades suecas, paradar paso a centros de trabajo y tiendas de grandes proporciones. A pesar de sus dotesartísticas, Celsing fue el principal blanco de los reproches por las devastadoras demoli-ciones hechas en el casco urbano de Estocolmo.

El centro de Sundsvall, en cambio, se ha conservado intacto desde fines del sigloXIX, y sus magníficos edificios de piedra reflejan la riqueza pública y privada inver-tida en ellos durante la época de oro de la industria maderera.

Pocos arquitectos lograron administrar el patrimonio de los años 40 y 50. Uno deellos fue el inglés Ralph Erskine (n. 1914), que poco antes de la guerra se acercó al“modelo sueco”. En una época en que la confianza de la gente en los arquitectos habíadescendido a un nivel muy bajo, creció la popularidad de Erskine. El barrio residencialNya Bruket, de Sandviken (1973–78), y la casa del Sindicato de estudiantes (Allhuset)de la Universidad de Estocolmo (1979–81) son dos ejemplos de su estilo caprichoso yexpresivo. Con la zona residencial de Byker, en Newcastle, Inglaterra, esa arquitecturaechó raíces también en el extranjero. Por otra parte, Carl Nyrén (n. 1917) ganó unaamplia confianza con su sobria arquitectura hondamente arraigada en la vieja tradi-ción sueca. Usando la luz como elemento de configuración principal logró transformartendencias internacionales y combinarlas con material y formas suecos. Entre las obrasmás destacadas de Nyrén se cuentan los edificios de Pharmacia & Upjohn en Uppsala,los de la Universidad de Estocolmo y la Biblioteca Municipal de Uppsala.

Cuando la crítica alcanzó su grado máximo de acrimonia, la arquitectura fue presade una parálisis. Las doctrinas del funcionalismo se derrumbaron y empezó la búsque-da de una nueva plataforma. Algunos estudios sociológicos del uso que hacía la gentede las zonas residenciales y los centros de trabajo, condujeron a experimentos con ladenominada “planificación con participación de los usuarios”, que permitía que losvecinos pudieran conformar ellos mismos su entorno. La destrucción del medio am-biente empezó a influir también en los arquitectos. Los fuertes lazos con la naturalezavolvieron a adquirir importancia en el diseño, y se empezó a experimentar con técni-cas adaptadas a la ecología. Ralph Erskine, por ejemplo, colocó los balcones en lasfachadas para evitar pasos de aire frío. Una peculiar cultura de la construcción se hapracticado en Järna, en las afueras de Södertälje, desde los años 70. Los antropósofoshan levantado, entre otros edificios, seminarios, viviendas y hospitales bajo ladirección de Erik Assmussen y con las características formas redondas y prismáticasestablecidas por Rudolf Steiner. La adaptación ecológica ha alcanzado actualmente sumáximo desarrollo en ciertos enclaves de casitas en serie, llamados “ecopoblaciones”.Proponiéndose la meta de una mínima carga para el medio ambiente, esas urbaniza-ciones se construyen con técnica de bajo consumo de energía, materiales adaptados alreciclaje y un tratamiento diferenciado de desechos domésticos sólidos y líquidos: unatécnica que ahora se está adoptando en los edificios multifamiliares.

En los años 80, los municipios perdieron la fuerte posición en la planificación urba-na que habían venido consolidando desde la década de los 30. Han dado paso a lasempresas privadas, que han impuesto su criterio de construcción de un modo nuevopara Suecia. Mediante la denominada “planificación por negociaciones”, los munici-pios, cuya economía se debilitaba cada vez más, empezaron a conceder derechos deconstrucción a cambio de servicios públicos que ya no tenían medios de financiar. Laarquitectura de las finanzas internacionales llegó a predominar también en la activi-dad de construcción de Suecia. Paralelamente, en los pequeños trabajos de cons-trucción, floreció un “regionalismo crítico” que aprovechó la tradición y el carácter dellugar. La tradición “libre” la han cultivado hasta los años 90 algunos arquitectos comoJan Gezelius, (n. 1923, chalés, oficinas de correos), Gunnar Mattsson (n. 1937,museos, casas de la cultura), Ove Hidemark (n. 1931, restauraciones), MarianneDahlbäck y Göran Månsson (n. 1943 y 1933, respectivamente, Museo del Buque deGuerra Vasa en 1990 y otras obras).

LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEALos planes de una sociedad del bienestar pudieron ejecutarse prácticamente sin obs-táculos a lo largo de más de 40 años. Sin embargo, el importante papel que desem-peñaron los arquitectos al comienzo, se fue debilitando a medida que una industria dela construcción de gran escala dictaba las condiciones. Con la coyuntura ascendientede los 80, los clientes pasaron a ser el interlocutor más fuerte. Así se fortaleció laposición de los arquitectos, y en la producción relativamente limitada de hoy, amenudo son bastante altas las ambiciones arquitectónicas. Las dos empresas de expor-tación de mayor éxito en Suecia –la farmacéutica Astra y la electrónica Ericsson– hanconservado en varias instalaciones nuevas la tradición sueca de planificar minuciosa-mente los lugares de trabajo. Ambas compañías han dejado en muchos casos la tareaen manos del arquitecto Gert Wingårdh (n. 1951), que en el Öijared Executive

Banco Nacional de Suecia, Estocolmo, por PeterCelsing (1965–76).

Max

Plu

nger

Estación de ferrocarril de Jönköping, por CarlNyrén (1983).

Sune

Sun

dahl

/Nyr

éns

arki

tek t

kont

or

Edificio de la Unión de Estudiantes de la Univer-sidad de Estocolmo, por Ralph Erskine (1979–81).

Max

Plu

nger

El Museo Vasa, Estocolmo, por Dahlbäck yMånsson (1990).

Max

Plu

nger

El nuevo Museo de Arte Moderno y el Museo deArquitectura, ambos de Estocolmo, proyectadospor Rafael Moneo, fueron inaugurados en febrerode 1998.

Han

s H

amm

arsk

jöld

/MM

Laboratorios Astra Hässle para el centro deinvestigación médica de Mölndal, por GertWingårdh (1991).

Ben

gt E

rick

sson

/Win

gård

hs

Page 2: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

ciones del terreno. En esas labores destacó particularmente Gotemburgo, con variassoluciones urbanísticas de visión avanzada. Ya en 1861–62 se había abierto en Gotem-burgo el primer concurso de urbanismo, cuando la ciudad iba a extenderse más allá delas viejas fortificaciones. En 1900 esa tendencia se había saturado ya, y la ciudad esta-ba ocupando terreno nuevo, más accidentado, lo cual hizo necesario un concurso más.Lo ganaron los arquitectos Per Hallman (1869–1941) y Fredrik Sundbärg (1860–1913), quienes introdujeron las ideas de Sitte en Suecia. De la ejecución del proyectorespondió en gran parte Albert Lilienberg (1879–1967), el primer ingeniero directorde planificación urbana de Gotemburgo durante el período de 1907–27. Las zonas re-sidenciales de Bagaregården y Kungsladugård son dos de las mayores y más acordescon el espíritu de Camillo Sitte. Entre las excelencias de esos dos barrios podemosmencionar las edificaciones de pequeñas proporciones, acordes al estilo arquitectónicocaracterístico de Gotemburgo, de un piso de piedra y dos de madera. Estas casas, lla-madas “de gobernadores” (landshövdingehus) adquirieron, gracias a algunos arquitectoscomo Arvid Fuhre (1885–1959), un carácter uniforme pero digno.

La meta que se proponía el urbanismo moderno era lograr ambientes arquitectóni-camente homogéneos. Con el proyecto de la plaza Götaplatsen, de 1916–23, secrearía por primera vez en Suecia un espacio arquitectónico de esa índole de altovuelo. La ejecución del proyecto se prolongó, con la consecuencia de que no se reali-zaron sus intenciones originales. La plaza constituye, gracias a una serie de institu-ciones culturales, el fondo de una arteria de Gotemburgo, la Kungsportsavenyen. Sinembargo, el Museo de Arte (Konstmuseet) con terrazas, construido en 1923 por SigfridEriksson (1879–1958) y Arvid Bjerke (1880–1952), el Teatro Municipal (Stads-teatern) de Carl Bergsten, de 1935, y el Teatro de Conciertos (Konserthuset), cons-truido en 1936 por Nils Einar Eriksson (1899–1978), son todos, cada uno a sumanera, muy dignos exponentes de su época.

EL FUNCIONALISMO SUECODurante la década de 1910–20 maduró la consciencia de que la sociedad debía tomariniciativas para elevar la calidad general de la vivienda del país. Tras una serie dereformas sociales se había fortalecido la posición de los trabajadores en la vida laboraly en las entidades políticas; pero la vivienda seguía acusando un nivel muy bajo, si sela consideraba internacionalmente. En poco tiempo se adoptó una serie de medidaspara adaptar más a las funciones las casas de la población trabajadora. El arquitectoOsvald Almqvist (1884–1950) presentó propuestas de dotación de cocina estandari-zada, basadas en estudios sobre los usuarios, y las subvenciones estatales sustituyerona la filantropía en la financiación de viviendas prácticas e higiénicas. Así, cuando laarquitectura modernista alcanzó su triunfo definitivo en Suecia, con una exposiciónen 1930 en Estocolmo, ya se habían adoptado importantes medidas de orientaciónfuncionalista.

La exposición tuvo gran importancia para el nuevo lenguaje formal. El arquitectoprincipal de la exposición fue Gunnar Asplund, que diseñó la mayor parte de losedificios grandes en estilo modernista ligero y elegante. Además contribuyeron arqui-tectos que más tarde alcanzarían influencia, tales como Sven Markelius (1889–1972),que fue más tarde director de planificación urbana de Estocolmo y uno de los impul-sores de la planificación de suburbios, y Uno Åhrén (1897–1977), uno de los ideólo-gos principales del funcionalismo de orientación social.

La arquitectura funcionalista arraigó políticamente en la socialdemocracia, quesubió al poder en la misma época. Aunando fuerzas se eliminaría en lo sucesivo lamiseria, mediante construcción adecuada. La sociedad que se planificaba era el fin; elfuncionalismo, el medio. Suecia adoptó de la República de Weimar la visión de unamplio programa de construcción de viviendas sociales. A lo largo de 40 años, losproyectos de vivienda fueron también la tarea predominante del arquitecto.

Como estilo liberado de la tradición, el funcionalismo adquirió un gran valor sim-bólico; pero en su carácter inicial, más abstracto, nunca llegó a ser popular. Los techosplanos y las grandes ventanas no eran tampoco muy adecuados para Escandinavia:algo que los arquitectos aceptaban sólo de mal grado.

El cambio se operó ya a mediados de los años 30. Como exponentes de la nuevaarquitectura más suave y más orientada a la tradición, tenemos algunas casas deveraneo en el archipiélago de Estocolmo, trazadas y construidas para uso particularpor Gunnar Asplund y Eskil Sundahl (1890–1974). Con su ambiente acogedor, en elque la estufa cerámica domina el interior, esos edificios están más cerca del ideal devivienda anglosajón de la segunda década de este siglo que de los “laboratorios” delBauhaus. Así se inició el período de moderación de las soluciones doctrinarias delfuncionalismo, y el ladrillo bien “concreto” sustituyó al blanco hormigón “abstracto”como material de fachada. El funcionalismo seguía existiendo como principio; pero seconjugó con elementos de la tradición para crear una “tradición funcional”. Como unade las edificaciones salientes de esa época se levanta el anexo a la sede de lostribunales de Gotemburgo (Göteborgs rådhus), 1936, diseñado por Gunnar Asplund:un proyecto que le ocupó más de 20 años.

El empeño social de dar a la mujer posibilidades de actividad laboral, llevó al ex-perimento de la vivienda colectiva, en la que ciertas funciones como la limpieza, lapreparación de comidas, el cuidado de los niños y el lavado de ropa se dejaban enmanos de personal empleado. En la calle John Ericssonsgatan de Estocolmo se cons-truyó en 1935 una casa de esas características que llamó la atención, diseñada porSven Markelius.

LA ARQUITECTURA DE POSGUERRASuecia se libró de participar en la segunda guerra mundial, y su aislamiento de unaEuropa en guerra fortaleció los lazos con la tradición autóctona. Los nuevos edificios,tales como la urbanización de casitas en serie en Friluftsstaden (“Ciudad al aire libre”)de Malmö, diseñadas por Eric Sigfrid Persson (1898–1983) y Eric Bülow-Hübe

CULTURA SUECA

(1879–1963) y construidas de 1944 a 1948, tenían matices de un clasicismo suave. Elhierro de armadura y el asfalto escasearon durante la guerra, lo cual contribuyó alrenacimiento del ladrillo como material de fachada y tejados.

También la planificación urbana se modificó. Las ideas de vecindario formuladaspor el sociólogo estadounidense Perry en 1929 arraigaron firmemente en Suecia.Arquitectos como Sven Backström (1903–92), Leif Reinius (1907–95) y los hermanosErik (1901–88) y Tore Ahlsén (1906–91) crearon zonas residenciales diseñadas conorientación comunitaria, estructurándolas en unidades menores dotadas de escuelas,guarderías, centros comunes y zonas verdes. La planificación de “unidades de vecin-dario” fue el pilar de la producción de viviendas en el país. Suecia influyó también enotros países en ese aspecto. En Gran Bretaña, el principio de esas zonas de viviendapequeñas y medianas de matiz ligeramente popular se dio a conocer con el nombre deNew Empiricism (“nuevo empirismo”) y adquirió gran importancia para el movimientoNew Town (“nueva ciudad”) en Gran Bretaña, Italia y otros países.

Los años 50 fueron un decenio de expansión para los arquitectos suecos. El modelopolítico que se formuló a fines de la década de 1920–30 con el nombre de Folkhemmet(”hogar de todo el pueblo”) había tomado impulso. Ese modelo se basaba en una rela-ción armoniosa entre las partes sociales. Las subvenciones de vivienda no se orienta-ban a grupos particularmente débiles de la sociedad, sino que apuntaban a una altacalidad de vivienda en general, combatiendo el hacinamiento como enemigo princi-pal. Con la economía de mercado regulada se extendería el mayor bienestar posible almayor número posible de personas. “Suecia: el justo medio” (Sweden––the middle way)fue el título de un libro del periodista estadounidense Marquis W. Childs (1936) y seconvirtió en una noción ampliamente conocida. Particular atención merecieron lascasas en forma de estrella de Backström y Reinius en Gröndal, Estocolmo (1944–46)y en Rosta, Örebro (1947–49); la de Weijke y Ödeen en Norra Guldheden, Gotem-burgo (1945) y la de los hermanos Erik y Tore Ahlsén en Årsta centrum, Estocolmo(1943–53). Así pudo el suburbio participar de toda la gama comercial y cultural queofrecía la ciudad. Pero fue Vällingby, un suburbio creado al norte de Estocolmo porBackström y Reinius 1952–54, el que mereció la mayor atención, tanto en Sueciacomo en el extranjero. Esa gran urbanización residencial se planificó en tierra virgen;pero no estaba destinada a convertirse en ciudad-dormitorio, sino en un barrio diná-mico, con lugares de trabajo, viviendas y un centro. La zona céntrica, que comprendeun cine, un teatro, locales de reunión, grandes almacenes y una iglesia, fue inauguradaen 1954. En áreas aledañas se levantaron torres de vivienda; algo apartados del centro,edificios multifamiliares más bajos, y en la periferia, grupos de 20–30 casas adosadas(llamados “pueblos”) en los que el terreno privado se redujo a un mínimo en favor deun mayor espacio común: una solución que se difundió mucho en los años 50 y seconfiguró a menudo con gran esmero.

El aumento del tiempo libre hizo que la construcción de la casita de recreaciónfuera un proyecto que ocupara a una parte cada vez mayor de la población. Comoalternativa a los pequeños chalés aislados, el arquitecto Stig Ancker (1908–1992)tomó la iniciativa de trazar un pueblecito de vacaciones en Haverdal, estructuradocomo un grupo de casas en el estilo de la época (1953–56). Actualmente Suecia tienemás casas de recreación por habitante que ningún otro país.

Las buenas coyunturas económicas ofrecieron a los arquitectos un amplio campo detrabajo. En todo el país se edificaron nuevas zonas residenciales. Las modestas facha-das ocultaban no pocas veces interiores atractivos. Seguía siendo común proyectarchalés; pero ese mercado desapareció casi completamente en los años 60 y aún no haresurgido más que con carácter marginal. Los arquitectos coincidían con el gustogeneral, y en la gran exposición de diseño de los 50, H55, Carl-Axel Acking (n. 1910)y Per Friberg (n. 1920) crearon un sensual pabellón con aire y luces, en el que la esté-tica abstracta reinó sin límites. Fue una manifestación que al mismo tiempo marcó unviraje en el diseño. Después de la exposición, las cuestiones estructurales pasaron cadavez más al primer plano.

En la arquitectura sueca de posguerra se pueden ver dos tendencias: por una parte,una rama “liberal” con raíces tanto en el modernismo como en el clasicismo. En la ofi-cina de arquitectura de la Unión Cooperativa de Consumo y Comercio (KF:s Arkitekt-kontor) se creó una modalidad de construcción sobria y discreta que conjugaba elpatrimonio clásico de Heinrich Tessenow con el estilo de Gunnar Asplund. De esarama han brotado desde entonces retoños como los diseños de los hermanos Ahlsén,Nils Tesch, Nils Ahrbom, Helge Zimdal, Klas Anshelm, Ralph Erskine y Carl Nyrén.

Por otro lado, hay una escuela más “intelectual”, donde encontramos nombres comolos de Paul Hedqvist, Sven Markelius, Bengt Lindroos y Peter Celsing: profesionalesque quizá estén más cerca de la arquitectura internacional, pero cuya obra sería ini-maginable fuera de la sencillez sueca. Cuando se habla del patrimonio cultural deSuecia, con frecuencia se menciona la importancia de la pobreza del país. Lo que en elextranjero ha sido lujo de oro y piedras preciosas, se vistió aquí más modestamente demadera y colores. Desde un punto de vista puramente estético, esto significabamuchas veces que la expresión se intensificaba cuando los medios se reducían almínimo.

LA CONSTRUCCIÓN EN GRAN ESCALA Y LAS REACCIONESLa fe en el crecimiento económico se mantuvo durante los años 60. Pero a pesar deun mayor bienestar material de automóviles, máquinas lavadoras y casas de recrea-ción, aumentó constantemente la escasez de vivienda en las ciudades grandes. Pararemediar ese déficit –que entre otras causas se debía a una gran ola migratoria delcampo– se decidió en 1965 construir un millón de nuevas viviendas en diez años. Esatarea se podía realizar sólo con un avanzado sistema de prefabricados. “Proyectosadaptados a la producción” fue una noción que cambió toda la arquitectura. Hasta esemomento, la construcción se había hecho con técnicas manuales. La meta se habíaalcanzado prácticamente cuando llegó la crisis, a comienzos de los años 70. Pero la

CULTURA SUECA

LA ARQUITECTURA EN UNA ÉPOCA DE RUPTURAA fines del siglo XIX, los arquitectos procuraban liberarse artísticamente de la arqui-tectura de estilo académico. Fue modelo de esa tendencia el arquitecto estadounidenseHenry Hobson Richardson, cuyas composiciones asimétricas permitían que el materialde construcción en sí configurase formas esculturales. En edificios como el del puestode bomberos de Gävle (1890) de Ferdinand Boberg (1860–1946) y el de la bibliotecapública Dicksonska folkbiblioteket de Gotemburgo (1897) de Hans Hedlund (1855–1931) hizo que esas edificaciones de libre composición influyeran notablemente en lacultura arquitectónica sueca.

Junto con los estímulos provenientes de EE.UU. se importaron a comienzos delsiglo XX ideas de Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania y Austria que contribuyeron agenerar una arquitectura particularmente rica y variada. De Gran Bretaña se adopta-ron concepciones del movimiento Arts and Crafts por arquitectos como Carl Westman(1866–1936), Ragnar Östberg (1866–1945) y Torben Grut (1871–1945). El diseñobasado en el material y su tratamiento se consideraba a la sazón como opción diferen-te a la producción masiva, cada vez más estereotipada, que ofrecía la sociedad in-dustrializada. De Dinamarca y Alemania se transmitió una tradición de edificacionesde ladrillo que en poco tiempo echó raíces en la cultura arquitectónica sueca. DeAustria se inspiraron, entre otros, Carl Bergsten (1879–1935) y Georg A. Nilsson(1871–1949) para optar por una arquitectura geométrica moderna, sin referencia a lasformas clasicistas. También otros arquitectos, como Ernst Stenhammar (1859–1927) yErik Josephson (1864–1929), trabajaron con un lenguaje de formas geométricas en elque jugaban un papel destacado el acero y el vidrio.

Un proyecto de amplitud única fue la construcción de la nueva ciudad de Kiruna,en el extremo norte de Suecia, alrededor de 1900. Para poder explotar un gran yaci-miento de mineral de hierro, se levantó en corto tiempo toda una ciudad en tierraárida, diseñada en gran parte por el arquitecto Gustaf Wickman (1858–1916). Laiglesia de Kiruna, construida en los años de 1902–12, se yergue como una síntesis deconstrucción de madera nórdica y shingle style estadounidense. Con la expansión de lanueva clase media, la vivienda privada burguesa pasó a ser el centro de atención de losarquitectos, lo cual fructificó en un gran número de bellos chalés diseminados portodo el país durante los primeros del siglo XX.

Los que marcaron la pauta fueron los arquitectos que erigieron en paradigma lanaturaleza y la historia cultural sueca. Una nueva generación de profesionales puso derelieve la tradición rural, que hasta entonces se había dejado de lado. En viajes deestudio y libros se difundió el conocimiento de la rica cultura arquitectónica nacional,desde los palacios y mansiones barrocos hasta la tradición de construcciones de ma-dera. Esos conocimientos se conjugaron con impulsos recibidos del legado de Arts andCrafts en una arquitectura sensible y a menudo muy personal de madera y ladrillo.Como introducción a esa arquitectura “romántica nacional” se presenta el edificio delColegio médico en Estocolmo (Läkaresällskapet, 1904), diseñado por Carl Westman.El Museo Röhs (Röhsska museet) de Gotemburgo (1914) y la sede de los tribunales deEstocolmo (Stockholms rådhus, 1916), del mismo arquitecto, son otras construcciónesde importancia en ese estilo, junto con el Estadio de Estocolmo (1912) de TorbenGrut y la Iglesia de Engelbrekt de Estocolmo (1914), obra de Lars Israel Wahlman(1870–1952). Erik Lallerstedt (1864–1955) diseñó estaciones ferroviarias, oficinas ysedes de instituciones en el mismo estilo monumental.

La obra principal de esa época es el Ayuntamiento de Estocolmo (Stockholms stads-hus, 1911–23), de Ragnar Östberg. Con su estructura masiva, ese edificio constituyeun poema de ladrillo que aprovecha la situación angular y el agua que lo rodea. Losinteriores están diseñados teniendo en cuenta las ceremonias que albergaría, y dan tes-timonio del interés que se manifestaba a fines de la década de 1910–20 por el clasicis-mo de comienzos del siglo XIX.

Al mismo tiempo que Östberg, algunos arquitectos como Ivar Tengbom (1878–1968) y Gunnar Asplund (1885–1940) dieron magníficas aportaciones a su arte conese neoclasicismo de fines de los años 10 y la siguiente década, que llegó a conocerseinternacionalmente con el nombre de Swedish Grace. Tengbom se dedicó en granmedida a diseñar edificios para grandes empresas. El Enskilda Banken que construyóen Estocolmo (1915), con su pórtico jónico, marcó también el inicio del neoclasicis-mo, mientras que la sede principal de Swedish Match [la Compañía de cerillas deSuecia] (1928) fue su punto culminante.

Gunnar Asplund es el arquitecto sueco de mayor renombre internacional. Suclasicismo de formas caprichosamente irregulares volvió a despertar interés en la dé-cada posmodernista de los 80. En su relativamente breve vida profesional, Asplunddio muestras de su genialidad en una serie de estilos. Del tratamiento masivo de losmuros de comienzos de la segunda década del siglo, sus diseños pasaron a una modali-dad notablemente más ligera en los años 20, para vestir luego, en los primeros años deldecenio siguiente, el ropaje escueto del modernismo cubista. Al fin de los 30, seablandó su riguroso racionalismo y el material natural en formas suaves empezó ajugar un papel cada vez más importante. Entre las obras mas destacadas de su pro-ducción clasicista se cuentan el cabildo de la comarca de Lister (Lister härads tings-hus), en Sölvesborg, que data de 1919–21, el chalé Snellman en Djursholm (1918) yla Biblioteca Municipal de Estocolmo (Stockholms stadsbibliotek), 1927. Encolaboración con Sigurd Lewerentz (1885–1974) diseñó Asplund ”el Cementerio enel bosque” (Skogskyrkogården), al sur de Estocolmo (1914–40): una obra que hamarcado la pauta en la moderna planificación de paisajes. Asplund y Lewerentzdiseñaron también varias capillas exquisitas en ese camposanto.

FASES TEMPRANAS DE LA MODERNA PLANIFICACIÓN URBANAA fines del siglo pasado, se realizó una serie de concursos de planificación urbana entodo el país, en los que ganaron aceptación las ideas del arquitecto y urbanistaCamillo Sitte en cuanto al tratamiento artístico de la calle partiendo de las condi-

Parque de bomberos de Gävle, por FerdinandBoberg (1890).

Max

Plu

nger

Oficinas principales de la compañía SwedishMatch, en Estocolmo, por Ivar Tengbom (1928).

Max

Plu

nger

Casa de campo de propiedad de GunnarAsplund, en el archipiélago de Estocolmo (1937).

Sune

Sun

dahl

/Ark

itek

turm

usee

t

Viviendas colectivas en la John Ericssonsgatan,Estocolmo, por Sven Markelius (1935).

Viviendas en Kungsladugård, Gotemburgo(alrededor de 1920).

Max

Plu

nger

Max

Plu

nger

Centro del suburbio de Vällingby, Estocolmo, porBackström & Reinius y Erik Glemme (1954).

Gun

nar

Han

sson

/Ark

itet

urm

usee

t

Iglesia de San Pedro (St Petri),Klippan, por Sigurd Lewerentz(1962–66). M

ax P

lung

er

”El cementerio en el bosque” (Skogskyrkogården),Estocolmo, por Gunnar Asplund (1935–40).

Max

Plu

nger

Page 3: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

ciones del terreno. En esas labores destacó particularmente Gotemburgo, con variassoluciones urbanísticas de visión avanzada. Ya en 1861–62 se había abierto en Gotem-burgo el primer concurso de urbanismo, cuando la ciudad iba a extenderse más allá delas viejas fortificaciones. En 1900 esa tendencia se había saturado ya, y la ciudad esta-ba ocupando terreno nuevo, más accidentado, lo cual hizo necesario un concurso más.Lo ganaron los arquitectos Per Hallman (1869–1941) y Fredrik Sundbärg (1860–1913), quienes introdujeron las ideas de Sitte en Suecia. De la ejecución del proyectorespondió en gran parte Albert Lilienberg (1879–1967), el primer ingeniero directorde planificación urbana de Gotemburgo durante el período de 1907–27. Las zonas re-sidenciales de Bagaregården y Kungsladugård son dos de las mayores y más acordescon el espíritu de Camillo Sitte. Entre las excelencias de esos dos barrios podemosmencionar las edificaciones de pequeñas proporciones, acordes al estilo arquitectónicocaracterístico de Gotemburgo, de un piso de piedra y dos de madera. Estas casas, lla-madas “de gobernadores” (landshövdingehus) adquirieron, gracias a algunos arquitectoscomo Arvid Fuhre (1885–1959), un carácter uniforme pero digno.

La meta que se proponía el urbanismo moderno era lograr ambientes arquitectóni-camente homogéneos. Con el proyecto de la plaza Götaplatsen, de 1916–23, secrearía por primera vez en Suecia un espacio arquitectónico de esa índole de altovuelo. La ejecución del proyecto se prolongó, con la consecuencia de que no se reali-zaron sus intenciones originales. La plaza constituye, gracias a una serie de institu-ciones culturales, el fondo de una arteria de Gotemburgo, la Kungsportsavenyen. Sinembargo, el Museo de Arte (Konstmuseet) con terrazas, construido en 1923 por SigfridEriksson (1879–1958) y Arvid Bjerke (1880–1952), el Teatro Municipal (Stads-teatern) de Carl Bergsten, de 1935, y el Teatro de Conciertos (Konserthuset), cons-truido en 1936 por Nils Einar Eriksson (1899–1978), son todos, cada uno a sumanera, muy dignos exponentes de su época.

EL FUNCIONALISMO SUECODurante la década de 1910–20 maduró la consciencia de que la sociedad debía tomariniciativas para elevar la calidad general de la vivienda del país. Tras una serie dereformas sociales se había fortalecido la posición de los trabajadores en la vida laboraly en las entidades políticas; pero la vivienda seguía acusando un nivel muy bajo, si sela consideraba internacionalmente. En poco tiempo se adoptó una serie de medidaspara adaptar más a las funciones las casas de la población trabajadora. El arquitectoOsvald Almqvist (1884–1950) presentó propuestas de dotación de cocina estandari-zada, basadas en estudios sobre los usuarios, y las subvenciones estatales sustituyerona la filantropía en la financiación de viviendas prácticas e higiénicas. Así, cuando laarquitectura modernista alcanzó su triunfo definitivo en Suecia, con una exposiciónen 1930 en Estocolmo, ya se habían adoptado importantes medidas de orientaciónfuncionalista.

La exposición tuvo gran importancia para el nuevo lenguaje formal. El arquitectoprincipal de la exposición fue Gunnar Asplund, que diseñó la mayor parte de losedificios grandes en estilo modernista ligero y elegante. Además contribuyeron arqui-tectos que más tarde alcanzarían influencia, tales como Sven Markelius (1889–1972),que fue más tarde director de planificación urbana de Estocolmo y uno de los impul-sores de la planificación de suburbios, y Uno Åhrén (1897–1977), uno de los ideólo-gos principales del funcionalismo de orientación social.

La arquitectura funcionalista arraigó políticamente en la socialdemocracia, quesubió al poder en la misma época. Aunando fuerzas se eliminaría en lo sucesivo lamiseria, mediante construcción adecuada. La sociedad que se planificaba era el fin; elfuncionalismo, el medio. Suecia adoptó de la República de Weimar la visión de unamplio programa de construcción de viviendas sociales. A lo largo de 40 años, losproyectos de vivienda fueron también la tarea predominante del arquitecto.

Como estilo liberado de la tradición, el funcionalismo adquirió un gran valor sim-bólico; pero en su carácter inicial, más abstracto, nunca llegó a ser popular. Los techosplanos y las grandes ventanas no eran tampoco muy adecuados para Escandinavia:algo que los arquitectos aceptaban sólo de mal grado.

El cambio se operó ya a mediados de los años 30. Como exponentes de la nuevaarquitectura más suave y más orientada a la tradición, tenemos algunas casas deveraneo en el archipiélago de Estocolmo, trazadas y construidas para uso particularpor Gunnar Asplund y Eskil Sundahl (1890–1974). Con su ambiente acogedor, en elque la estufa cerámica domina el interior, esos edificios están más cerca del ideal devivienda anglosajón de la segunda década de este siglo que de los “laboratorios” delBauhaus. Así se inició el período de moderación de las soluciones doctrinarias delfuncionalismo, y el ladrillo bien “concreto” sustituyó al blanco hormigón “abstracto”como material de fachada. El funcionalismo seguía existiendo como principio; pero seconjugó con elementos de la tradición para crear una “tradición funcional”. Como unade las edificaciones salientes de esa época se levanta el anexo a la sede de lostribunales de Gotemburgo (Göteborgs rådhus), 1936, diseñado por Gunnar Asplund:un proyecto que le ocupó más de 20 años.

El empeño social de dar a la mujer posibilidades de actividad laboral, llevó al ex-perimento de la vivienda colectiva, en la que ciertas funciones como la limpieza, lapreparación de comidas, el cuidado de los niños y el lavado de ropa se dejaban enmanos de personal empleado. En la calle John Ericssonsgatan de Estocolmo se cons-truyó en 1935 una casa de esas características que llamó la atención, diseñada porSven Markelius.

LA ARQUITECTURA DE POSGUERRASuecia se libró de participar en la segunda guerra mundial, y su aislamiento de unaEuropa en guerra fortaleció los lazos con la tradición autóctona. Los nuevos edificios,tales como la urbanización de casitas en serie en Friluftsstaden (“Ciudad al aire libre”)de Malmö, diseñadas por Eric Sigfrid Persson (1898–1983) y Eric Bülow-Hübe

CULTURA SUECA

(1879–1963) y construidas de 1944 a 1948, tenían matices de un clasicismo suave. Elhierro de armadura y el asfalto escasearon durante la guerra, lo cual contribuyó alrenacimiento del ladrillo como material de fachada y tejados.

También la planificación urbana se modificó. Las ideas de vecindario formuladaspor el sociólogo estadounidense Perry en 1929 arraigaron firmemente en Suecia.Arquitectos como Sven Backström (1903–92), Leif Reinius (1907–95) y los hermanosErik (1901–88) y Tore Ahlsén (1906–91) crearon zonas residenciales diseñadas conorientación comunitaria, estructurándolas en unidades menores dotadas de escuelas,guarderías, centros comunes y zonas verdes. La planificación de “unidades de vecin-dario” fue el pilar de la producción de viviendas en el país. Suecia influyó también enotros países en ese aspecto. En Gran Bretaña, el principio de esas zonas de viviendapequeñas y medianas de matiz ligeramente popular se dio a conocer con el nombre deNew Empiricism (“nuevo empirismo”) y adquirió gran importancia para el movimientoNew Town (“nueva ciudad”) en Gran Bretaña, Italia y otros países.

Los años 50 fueron un decenio de expansión para los arquitectos suecos. El modelopolítico que se formuló a fines de la década de 1920–30 con el nombre de Folkhemmet(”hogar de todo el pueblo”) había tomado impulso. Ese modelo se basaba en una rela-ción armoniosa entre las partes sociales. Las subvenciones de vivienda no se orienta-ban a grupos particularmente débiles de la sociedad, sino que apuntaban a una altacalidad de vivienda en general, combatiendo el hacinamiento como enemigo princi-pal. Con la economía de mercado regulada se extendería el mayor bienestar posible almayor número posible de personas. “Suecia: el justo medio” (Sweden––the middle way)fue el título de un libro del periodista estadounidense Marquis W. Childs (1936) y seconvirtió en una noción ampliamente conocida. Particular atención merecieron lascasas en forma de estrella de Backström y Reinius en Gröndal, Estocolmo (1944–46)y en Rosta, Örebro (1947–49); la de Weijke y Ödeen en Norra Guldheden, Gotem-burgo (1945) y la de los hermanos Erik y Tore Ahlsén en Årsta centrum, Estocolmo(1943–53). Así pudo el suburbio participar de toda la gama comercial y cultural queofrecía la ciudad. Pero fue Vällingby, un suburbio creado al norte de Estocolmo porBackström y Reinius 1952–54, el que mereció la mayor atención, tanto en Sueciacomo en el extranjero. Esa gran urbanización residencial se planificó en tierra virgen;pero no estaba destinada a convertirse en ciudad-dormitorio, sino en un barrio diná-mico, con lugares de trabajo, viviendas y un centro. La zona céntrica, que comprendeun cine, un teatro, locales de reunión, grandes almacenes y una iglesia, fue inauguradaen 1954. En áreas aledañas se levantaron torres de vivienda; algo apartados del centro,edificios multifamiliares más bajos, y en la periferia, grupos de 20–30 casas adosadas(llamados “pueblos”) en los que el terreno privado se redujo a un mínimo en favor deun mayor espacio común: una solución que se difundió mucho en los años 50 y seconfiguró a menudo con gran esmero.

El aumento del tiempo libre hizo que la construcción de la casita de recreaciónfuera un proyecto que ocupara a una parte cada vez mayor de la población. Comoalternativa a los pequeños chalés aislados, el arquitecto Stig Ancker (1908–1992)tomó la iniciativa de trazar un pueblecito de vacaciones en Haverdal, estructuradocomo un grupo de casas en el estilo de la época (1953–56). Actualmente Suecia tienemás casas de recreación por habitante que ningún otro país.

Las buenas coyunturas económicas ofrecieron a los arquitectos un amplio campo detrabajo. En todo el país se edificaron nuevas zonas residenciales. Las modestas facha-das ocultaban no pocas veces interiores atractivos. Seguía siendo común proyectarchalés; pero ese mercado desapareció casi completamente en los años 60 y aún no haresurgido más que con carácter marginal. Los arquitectos coincidían con el gustogeneral, y en la gran exposición de diseño de los 50, H55, Carl-Axel Acking (n. 1910)y Per Friberg (n. 1920) crearon un sensual pabellón con aire y luces, en el que la esté-tica abstracta reinó sin límites. Fue una manifestación que al mismo tiempo marcó unviraje en el diseño. Después de la exposición, las cuestiones estructurales pasaron cadavez más al primer plano.

En la arquitectura sueca de posguerra se pueden ver dos tendencias: por una parte,una rama “liberal” con raíces tanto en el modernismo como en el clasicismo. En la ofi-cina de arquitectura de la Unión Cooperativa de Consumo y Comercio (KF:s Arkitekt-kontor) se creó una modalidad de construcción sobria y discreta que conjugaba elpatrimonio clásico de Heinrich Tessenow con el estilo de Gunnar Asplund. De esarama han brotado desde entonces retoños como los diseños de los hermanos Ahlsén,Nils Tesch, Nils Ahrbom, Helge Zimdal, Klas Anshelm, Ralph Erskine y Carl Nyrén.

Por otro lado, hay una escuela más “intelectual”, donde encontramos nombres comolos de Paul Hedqvist, Sven Markelius, Bengt Lindroos y Peter Celsing: profesionalesque quizá estén más cerca de la arquitectura internacional, pero cuya obra sería ini-maginable fuera de la sencillez sueca. Cuando se habla del patrimonio cultural deSuecia, con frecuencia se menciona la importancia de la pobreza del país. Lo que en elextranjero ha sido lujo de oro y piedras preciosas, se vistió aquí más modestamente demadera y colores. Desde un punto de vista puramente estético, esto significabamuchas veces que la expresión se intensificaba cuando los medios se reducían almínimo.

LA CONSTRUCCIÓN EN GRAN ESCALA Y LAS REACCIONESLa fe en el crecimiento económico se mantuvo durante los años 60. Pero a pesar deun mayor bienestar material de automóviles, máquinas lavadoras y casas de recrea-ción, aumentó constantemente la escasez de vivienda en las ciudades grandes. Pararemediar ese déficit –que entre otras causas se debía a una gran ola migratoria delcampo– se decidió en 1965 construir un millón de nuevas viviendas en diez años. Esatarea se podía realizar sólo con un avanzado sistema de prefabricados. “Proyectosadaptados a la producción” fue una noción que cambió toda la arquitectura. Hasta esemomento, la construcción se había hecho con técnicas manuales. La meta se habíaalcanzado prácticamente cuando llegó la crisis, a comienzos de los años 70. Pero la

CULTURA SUECA

LA ARQUITECTURA EN UNA ÉPOCA DE RUPTURAA fines del siglo XIX, los arquitectos procuraban liberarse artísticamente de la arqui-tectura de estilo académico. Fue modelo de esa tendencia el arquitecto estadounidenseHenry Hobson Richardson, cuyas composiciones asimétricas permitían que el materialde construcción en sí configurase formas esculturales. En edificios como el del puestode bomberos de Gävle (1890) de Ferdinand Boberg (1860–1946) y el de la bibliotecapública Dicksonska folkbiblioteket de Gotemburgo (1897) de Hans Hedlund (1855–1931) hizo que esas edificaciones de libre composición influyeran notablemente en lacultura arquitectónica sueca.

Junto con los estímulos provenientes de EE.UU. se importaron a comienzos delsiglo XX ideas de Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania y Austria que contribuyeron agenerar una arquitectura particularmente rica y variada. De Gran Bretaña se adopta-ron concepciones del movimiento Arts and Crafts por arquitectos como Carl Westman(1866–1936), Ragnar Östberg (1866–1945) y Torben Grut (1871–1945). El diseñobasado en el material y su tratamiento se consideraba a la sazón como opción diferen-te a la producción masiva, cada vez más estereotipada, que ofrecía la sociedad in-dustrializada. De Dinamarca y Alemania se transmitió una tradición de edificacionesde ladrillo que en poco tiempo echó raíces en la cultura arquitectónica sueca. DeAustria se inspiraron, entre otros, Carl Bergsten (1879–1935) y Georg A. Nilsson(1871–1949) para optar por una arquitectura geométrica moderna, sin referencia a lasformas clasicistas. También otros arquitectos, como Ernst Stenhammar (1859–1927) yErik Josephson (1864–1929), trabajaron con un lenguaje de formas geométricas en elque jugaban un papel destacado el acero y el vidrio.

Un proyecto de amplitud única fue la construcción de la nueva ciudad de Kiruna,en el extremo norte de Suecia, alrededor de 1900. Para poder explotar un gran yaci-miento de mineral de hierro, se levantó en corto tiempo toda una ciudad en tierraárida, diseñada en gran parte por el arquitecto Gustaf Wickman (1858–1916). Laiglesia de Kiruna, construida en los años de 1902–12, se yergue como una síntesis deconstrucción de madera nórdica y shingle style estadounidense. Con la expansión de lanueva clase media, la vivienda privada burguesa pasó a ser el centro de atención de losarquitectos, lo cual fructificó en un gran número de bellos chalés diseminados portodo el país durante los primeros del siglo XX.

Los que marcaron la pauta fueron los arquitectos que erigieron en paradigma lanaturaleza y la historia cultural sueca. Una nueva generación de profesionales puso derelieve la tradición rural, que hasta entonces se había dejado de lado. En viajes deestudio y libros se difundió el conocimiento de la rica cultura arquitectónica nacional,desde los palacios y mansiones barrocos hasta la tradición de construcciones de ma-dera. Esos conocimientos se conjugaron con impulsos recibidos del legado de Arts andCrafts en una arquitectura sensible y a menudo muy personal de madera y ladrillo.Como introducción a esa arquitectura “romántica nacional” se presenta el edificio delColegio médico en Estocolmo (Läkaresällskapet, 1904), diseñado por Carl Westman.El Museo Röhs (Röhsska museet) de Gotemburgo (1914) y la sede de los tribunales deEstocolmo (Stockholms rådhus, 1916), del mismo arquitecto, son otras construcciónesde importancia en ese estilo, junto con el Estadio de Estocolmo (1912) de TorbenGrut y la Iglesia de Engelbrekt de Estocolmo (1914), obra de Lars Israel Wahlman(1870–1952). Erik Lallerstedt (1864–1955) diseñó estaciones ferroviarias, oficinas ysedes de instituciones en el mismo estilo monumental.

La obra principal de esa época es el Ayuntamiento de Estocolmo (Stockholms stads-hus, 1911–23), de Ragnar Östberg. Con su estructura masiva, ese edificio constituyeun poema de ladrillo que aprovecha la situación angular y el agua que lo rodea. Losinteriores están diseñados teniendo en cuenta las ceremonias que albergaría, y dan tes-timonio del interés que se manifestaba a fines de la década de 1910–20 por el clasicis-mo de comienzos del siglo XIX.

Al mismo tiempo que Östberg, algunos arquitectos como Ivar Tengbom (1878–1968) y Gunnar Asplund (1885–1940) dieron magníficas aportaciones a su arte conese neoclasicismo de fines de los años 10 y la siguiente década, que llegó a conocerseinternacionalmente con el nombre de Swedish Grace. Tengbom se dedicó en granmedida a diseñar edificios para grandes empresas. El Enskilda Banken que construyóen Estocolmo (1915), con su pórtico jónico, marcó también el inicio del neoclasicis-mo, mientras que la sede principal de Swedish Match [la Compañía de cerillas deSuecia] (1928) fue su punto culminante.

Gunnar Asplund es el arquitecto sueco de mayor renombre internacional. Suclasicismo de formas caprichosamente irregulares volvió a despertar interés en la dé-cada posmodernista de los 80. En su relativamente breve vida profesional, Asplunddio muestras de su genialidad en una serie de estilos. Del tratamiento masivo de losmuros de comienzos de la segunda década del siglo, sus diseños pasaron a una modali-dad notablemente más ligera en los años 20, para vestir luego, en los primeros años deldecenio siguiente, el ropaje escueto del modernismo cubista. Al fin de los 30, seablandó su riguroso racionalismo y el material natural en formas suaves empezó ajugar un papel cada vez más importante. Entre las obras mas destacadas de su pro-ducción clasicista se cuentan el cabildo de la comarca de Lister (Lister härads tings-hus), en Sölvesborg, que data de 1919–21, el chalé Snellman en Djursholm (1918) yla Biblioteca Municipal de Estocolmo (Stockholms stadsbibliotek), 1927. Encolaboración con Sigurd Lewerentz (1885–1974) diseñó Asplund ”el Cementerio enel bosque” (Skogskyrkogården), al sur de Estocolmo (1914–40): una obra que hamarcado la pauta en la moderna planificación de paisajes. Asplund y Lewerentzdiseñaron también varias capillas exquisitas en ese camposanto.

FASES TEMPRANAS DE LA MODERNA PLANIFICACIÓN URBANAA fines del siglo pasado, se realizó una serie de concursos de planificación urbana entodo el país, en los que ganaron aceptación las ideas del arquitecto y urbanistaCamillo Sitte en cuanto al tratamiento artístico de la calle partiendo de las condi-

Parque de bomberos de Gävle, por FerdinandBoberg (1890).

Max

Plu

nger

Oficinas principales de la compañía SwedishMatch, en Estocolmo, por Ivar Tengbom (1928).

Max

Plu

nger

Casa de campo de propiedad de GunnarAsplund, en el archipiélago de Estocolmo (1937).

Sune

Sun

dahl

/Ark

itek

turm

usee

t

Viviendas colectivas en la John Ericssonsgatan,Estocolmo, por Sven Markelius (1935).

Viviendas en Kungsladugård, Gotemburgo(alrededor de 1920).

Max

Plu

nger

Max

Plu

nger

Centro del suburbio de Vällingby, Estocolmo, porBackström & Reinius y Erik Glemme (1954).

Gun

nar

Han

sson

/Ark

itet

urm

usee

t

Iglesia de San Pedro (St Petri),Klippan, por Sigurd Lewerentz(1962–66). M

ax P

lung

er

”El cementerio en el bosque” (Skogskyrkogården),Estocolmo, por Gunnar Asplund (1935–40).

Max

Plu

nger

Page 4: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

ciones del terreno. En esas labores destacó particularmente Gotemburgo, con variassoluciones urbanísticas de visión avanzada. Ya en 1861–62 se había abierto en Gotem-burgo el primer concurso de urbanismo, cuando la ciudad iba a extenderse más allá delas viejas fortificaciones. En 1900 esa tendencia se había saturado ya, y la ciudad esta-ba ocupando terreno nuevo, más accidentado, lo cual hizo necesario un concurso más.Lo ganaron los arquitectos Per Hallman (1869–1941) y Fredrik Sundbärg (1860–1913), quienes introdujeron las ideas de Sitte en Suecia. De la ejecución del proyectorespondió en gran parte Albert Lilienberg (1879–1967), el primer ingeniero directorde planificación urbana de Gotemburgo durante el período de 1907–27. Las zonas re-sidenciales de Bagaregården y Kungsladugård son dos de las mayores y más acordescon el espíritu de Camillo Sitte. Entre las excelencias de esos dos barrios podemosmencionar las edificaciones de pequeñas proporciones, acordes al estilo arquitectónicocaracterístico de Gotemburgo, de un piso de piedra y dos de madera. Estas casas, lla-madas “de gobernadores” (landshövdingehus) adquirieron, gracias a algunos arquitectoscomo Arvid Fuhre (1885–1959), un carácter uniforme pero digno.

La meta que se proponía el urbanismo moderno era lograr ambientes arquitectóni-camente homogéneos. Con el proyecto de la plaza Götaplatsen, de 1916–23, secrearía por primera vez en Suecia un espacio arquitectónico de esa índole de altovuelo. La ejecución del proyecto se prolongó, con la consecuencia de que no se reali-zaron sus intenciones originales. La plaza constituye, gracias a una serie de institu-ciones culturales, el fondo de una arteria de Gotemburgo, la Kungsportsavenyen. Sinembargo, el Museo de Arte (Konstmuseet) con terrazas, construido en 1923 por SigfridEriksson (1879–1958) y Arvid Bjerke (1880–1952), el Teatro Municipal (Stads-teatern) de Carl Bergsten, de 1935, y el Teatro de Conciertos (Konserthuset), cons-truido en 1936 por Nils Einar Eriksson (1899–1978), son todos, cada uno a sumanera, muy dignos exponentes de su época.

EL FUNCIONALISMO SUECODurante la década de 1910–20 maduró la consciencia de que la sociedad debía tomariniciativas para elevar la calidad general de la vivienda del país. Tras una serie dereformas sociales se había fortalecido la posición de los trabajadores en la vida laboraly en las entidades políticas; pero la vivienda seguía acusando un nivel muy bajo, si sela consideraba internacionalmente. En poco tiempo se adoptó una serie de medidaspara adaptar más a las funciones las casas de la población trabajadora. El arquitectoOsvald Almqvist (1884–1950) presentó propuestas de dotación de cocina estandari-zada, basadas en estudios sobre los usuarios, y las subvenciones estatales sustituyerona la filantropía en la financiación de viviendas prácticas e higiénicas. Así, cuando laarquitectura modernista alcanzó su triunfo definitivo en Suecia, con una exposiciónen 1930 en Estocolmo, ya se habían adoptado importantes medidas de orientaciónfuncionalista.

La exposición tuvo gran importancia para el nuevo lenguaje formal. El arquitectoprincipal de la exposición fue Gunnar Asplund, que diseñó la mayor parte de losedificios grandes en estilo modernista ligero y elegante. Además contribuyeron arqui-tectos que más tarde alcanzarían influencia, tales como Sven Markelius (1889–1972),que fue más tarde director de planificación urbana de Estocolmo y uno de los impul-sores de la planificación de suburbios, y Uno Åhrén (1897–1977), uno de los ideólo-gos principales del funcionalismo de orientación social.

La arquitectura funcionalista arraigó políticamente en la socialdemocracia, quesubió al poder en la misma época. Aunando fuerzas se eliminaría en lo sucesivo lamiseria, mediante construcción adecuada. La sociedad que se planificaba era el fin; elfuncionalismo, el medio. Suecia adoptó de la República de Weimar la visión de unamplio programa de construcción de viviendas sociales. A lo largo de 40 años, losproyectos de vivienda fueron también la tarea predominante del arquitecto.

Como estilo liberado de la tradición, el funcionalismo adquirió un gran valor sim-bólico; pero en su carácter inicial, más abstracto, nunca llegó a ser popular. Los techosplanos y las grandes ventanas no eran tampoco muy adecuados para Escandinavia:algo que los arquitectos aceptaban sólo de mal grado.

El cambio se operó ya a mediados de los años 30. Como exponentes de la nuevaarquitectura más suave y más orientada a la tradición, tenemos algunas casas deveraneo en el archipiélago de Estocolmo, trazadas y construidas para uso particularpor Gunnar Asplund y Eskil Sundahl (1890–1974). Con su ambiente acogedor, en elque la estufa cerámica domina el interior, esos edificios están más cerca del ideal devivienda anglosajón de la segunda década de este siglo que de los “laboratorios” delBauhaus. Así se inició el período de moderación de las soluciones doctrinarias delfuncionalismo, y el ladrillo bien “concreto” sustituyó al blanco hormigón “abstracto”como material de fachada. El funcionalismo seguía existiendo como principio; pero seconjugó con elementos de la tradición para crear una “tradición funcional”. Como unade las edificaciones salientes de esa época se levanta el anexo a la sede de lostribunales de Gotemburgo (Göteborgs rådhus), 1936, diseñado por Gunnar Asplund:un proyecto que le ocupó más de 20 años.

El empeño social de dar a la mujer posibilidades de actividad laboral, llevó al ex-perimento de la vivienda colectiva, en la que ciertas funciones como la limpieza, lapreparación de comidas, el cuidado de los niños y el lavado de ropa se dejaban enmanos de personal empleado. En la calle John Ericssonsgatan de Estocolmo se cons-truyó en 1935 una casa de esas características que llamó la atención, diseñada porSven Markelius.

LA ARQUITECTURA DE POSGUERRASuecia se libró de participar en la segunda guerra mundial, y su aislamiento de unaEuropa en guerra fortaleció los lazos con la tradición autóctona. Los nuevos edificios,tales como la urbanización de casitas en serie en Friluftsstaden (“Ciudad al aire libre”)de Malmö, diseñadas por Eric Sigfrid Persson (1898–1983) y Eric Bülow-Hübe

CULTURA SUECA

(1879–1963) y construidas de 1944 a 1948, tenían matices de un clasicismo suave. Elhierro de armadura y el asfalto escasearon durante la guerra, lo cual contribuyó alrenacimiento del ladrillo como material de fachada y tejados.

También la planificación urbana se modificó. Las ideas de vecindario formuladaspor el sociólogo estadounidense Perry en 1929 arraigaron firmemente en Suecia.Arquitectos como Sven Backström (1903–92), Leif Reinius (1907–95) y los hermanosErik (1901–88) y Tore Ahlsén (1906–91) crearon zonas residenciales diseñadas conorientación comunitaria, estructurándolas en unidades menores dotadas de escuelas,guarderías, centros comunes y zonas verdes. La planificación de “unidades de vecin-dario” fue el pilar de la producción de viviendas en el país. Suecia influyó también enotros países en ese aspecto. En Gran Bretaña, el principio de esas zonas de viviendapequeñas y medianas de matiz ligeramente popular se dio a conocer con el nombre deNew Empiricism (“nuevo empirismo”) y adquirió gran importancia para el movimientoNew Town (“nueva ciudad”) en Gran Bretaña, Italia y otros países.

Los años 50 fueron un decenio de expansión para los arquitectos suecos. El modelopolítico que se formuló a fines de la década de 1920–30 con el nombre de Folkhemmet(”hogar de todo el pueblo”) había tomado impulso. Ese modelo se basaba en una rela-ción armoniosa entre las partes sociales. Las subvenciones de vivienda no se orienta-ban a grupos particularmente débiles de la sociedad, sino que apuntaban a una altacalidad de vivienda en general, combatiendo el hacinamiento como enemigo princi-pal. Con la economía de mercado regulada se extendería el mayor bienestar posible almayor número posible de personas. “Suecia: el justo medio” (Sweden––the middle way)fue el título de un libro del periodista estadounidense Marquis W. Childs (1936) y seconvirtió en una noción ampliamente conocida. Particular atención merecieron lascasas en forma de estrella de Backström y Reinius en Gröndal, Estocolmo (1944–46)y en Rosta, Örebro (1947–49); la de Weijke y Ödeen en Norra Guldheden, Gotem-burgo (1945) y la de los hermanos Erik y Tore Ahlsén en Årsta centrum, Estocolmo(1943–53). Así pudo el suburbio participar de toda la gama comercial y cultural queofrecía la ciudad. Pero fue Vällingby, un suburbio creado al norte de Estocolmo porBackström y Reinius 1952–54, el que mereció la mayor atención, tanto en Sueciacomo en el extranjero. Esa gran urbanización residencial se planificó en tierra virgen;pero no estaba destinada a convertirse en ciudad-dormitorio, sino en un barrio diná-mico, con lugares de trabajo, viviendas y un centro. La zona céntrica, que comprendeun cine, un teatro, locales de reunión, grandes almacenes y una iglesia, fue inauguradaen 1954. En áreas aledañas se levantaron torres de vivienda; algo apartados del centro,edificios multifamiliares más bajos, y en la periferia, grupos de 20–30 casas adosadas(llamados “pueblos”) en los que el terreno privado se redujo a un mínimo en favor deun mayor espacio común: una solución que se difundió mucho en los años 50 y seconfiguró a menudo con gran esmero.

El aumento del tiempo libre hizo que la construcción de la casita de recreaciónfuera un proyecto que ocupara a una parte cada vez mayor de la población. Comoalternativa a los pequeños chalés aislados, el arquitecto Stig Ancker (1908–1992)tomó la iniciativa de trazar un pueblecito de vacaciones en Haverdal, estructuradocomo un grupo de casas en el estilo de la época (1953–56). Actualmente Suecia tienemás casas de recreación por habitante que ningún otro país.

Las buenas coyunturas económicas ofrecieron a los arquitectos un amplio campo detrabajo. En todo el país se edificaron nuevas zonas residenciales. Las modestas facha-das ocultaban no pocas veces interiores atractivos. Seguía siendo común proyectarchalés; pero ese mercado desapareció casi completamente en los años 60 y aún no haresurgido más que con carácter marginal. Los arquitectos coincidían con el gustogeneral, y en la gran exposición de diseño de los 50, H55, Carl-Axel Acking (n. 1910)y Per Friberg (n. 1920) crearon un sensual pabellón con aire y luces, en el que la esté-tica abstracta reinó sin límites. Fue una manifestación que al mismo tiempo marcó unviraje en el diseño. Después de la exposición, las cuestiones estructurales pasaron cadavez más al primer plano.

En la arquitectura sueca de posguerra se pueden ver dos tendencias: por una parte,una rama “liberal” con raíces tanto en el modernismo como en el clasicismo. En la ofi-cina de arquitectura de la Unión Cooperativa de Consumo y Comercio (KF:s Arkitekt-kontor) se creó una modalidad de construcción sobria y discreta que conjugaba elpatrimonio clásico de Heinrich Tessenow con el estilo de Gunnar Asplund. De esarama han brotado desde entonces retoños como los diseños de los hermanos Ahlsén,Nils Tesch, Nils Ahrbom, Helge Zimdal, Klas Anshelm, Ralph Erskine y Carl Nyrén.

Por otro lado, hay una escuela más “intelectual”, donde encontramos nombres comolos de Paul Hedqvist, Sven Markelius, Bengt Lindroos y Peter Celsing: profesionalesque quizá estén más cerca de la arquitectura internacional, pero cuya obra sería ini-maginable fuera de la sencillez sueca. Cuando se habla del patrimonio cultural deSuecia, con frecuencia se menciona la importancia de la pobreza del país. Lo que en elextranjero ha sido lujo de oro y piedras preciosas, se vistió aquí más modestamente demadera y colores. Desde un punto de vista puramente estético, esto significabamuchas veces que la expresión se intensificaba cuando los medios se reducían almínimo.

LA CONSTRUCCIÓN EN GRAN ESCALA Y LAS REACCIONESLa fe en el crecimiento económico se mantuvo durante los años 60. Pero a pesar deun mayor bienestar material de automóviles, máquinas lavadoras y casas de recrea-ción, aumentó constantemente la escasez de vivienda en las ciudades grandes. Pararemediar ese déficit –que entre otras causas se debía a una gran ola migratoria delcampo– se decidió en 1965 construir un millón de nuevas viviendas en diez años. Esatarea se podía realizar sólo con un avanzado sistema de prefabricados. “Proyectosadaptados a la producción” fue una noción que cambió toda la arquitectura. Hasta esemomento, la construcción se había hecho con técnicas manuales. La meta se habíaalcanzado prácticamente cuando llegó la crisis, a comienzos de los años 70. Pero la

CULTURA SUECA

LA ARQUITECTURA EN UNA ÉPOCA DE RUPTURAA fines del siglo XIX, los arquitectos procuraban liberarse artísticamente de la arqui-tectura de estilo académico. Fue modelo de esa tendencia el arquitecto estadounidenseHenry Hobson Richardson, cuyas composiciones asimétricas permitían que el materialde construcción en sí configurase formas esculturales. En edificios como el del puestode bomberos de Gävle (1890) de Ferdinand Boberg (1860–1946) y el de la bibliotecapública Dicksonska folkbiblioteket de Gotemburgo (1897) de Hans Hedlund (1855–1931) hizo que esas edificaciones de libre composición influyeran notablemente en lacultura arquitectónica sueca.

Junto con los estímulos provenientes de EE.UU. se importaron a comienzos delsiglo XX ideas de Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania y Austria que contribuyeron agenerar una arquitectura particularmente rica y variada. De Gran Bretaña se adopta-ron concepciones del movimiento Arts and Crafts por arquitectos como Carl Westman(1866–1936), Ragnar Östberg (1866–1945) y Torben Grut (1871–1945). El diseñobasado en el material y su tratamiento se consideraba a la sazón como opción diferen-te a la producción masiva, cada vez más estereotipada, que ofrecía la sociedad in-dustrializada. De Dinamarca y Alemania se transmitió una tradición de edificacionesde ladrillo que en poco tiempo echó raíces en la cultura arquitectónica sueca. DeAustria se inspiraron, entre otros, Carl Bergsten (1879–1935) y Georg A. Nilsson(1871–1949) para optar por una arquitectura geométrica moderna, sin referencia a lasformas clasicistas. También otros arquitectos, como Ernst Stenhammar (1859–1927) yErik Josephson (1864–1929), trabajaron con un lenguaje de formas geométricas en elque jugaban un papel destacado el acero y el vidrio.

Un proyecto de amplitud única fue la construcción de la nueva ciudad de Kiruna,en el extremo norte de Suecia, alrededor de 1900. Para poder explotar un gran yaci-miento de mineral de hierro, se levantó en corto tiempo toda una ciudad en tierraárida, diseñada en gran parte por el arquitecto Gustaf Wickman (1858–1916). Laiglesia de Kiruna, construida en los años de 1902–12, se yergue como una síntesis deconstrucción de madera nórdica y shingle style estadounidense. Con la expansión de lanueva clase media, la vivienda privada burguesa pasó a ser el centro de atención de losarquitectos, lo cual fructificó en un gran número de bellos chalés diseminados portodo el país durante los primeros del siglo XX.

Los que marcaron la pauta fueron los arquitectos que erigieron en paradigma lanaturaleza y la historia cultural sueca. Una nueva generación de profesionales puso derelieve la tradición rural, que hasta entonces se había dejado de lado. En viajes deestudio y libros se difundió el conocimiento de la rica cultura arquitectónica nacional,desde los palacios y mansiones barrocos hasta la tradición de construcciones de ma-dera. Esos conocimientos se conjugaron con impulsos recibidos del legado de Arts andCrafts en una arquitectura sensible y a menudo muy personal de madera y ladrillo.Como introducción a esa arquitectura “romántica nacional” se presenta el edificio delColegio médico en Estocolmo (Läkaresällskapet, 1904), diseñado por Carl Westman.El Museo Röhs (Röhsska museet) de Gotemburgo (1914) y la sede de los tribunales deEstocolmo (Stockholms rådhus, 1916), del mismo arquitecto, son otras construcciónesde importancia en ese estilo, junto con el Estadio de Estocolmo (1912) de TorbenGrut y la Iglesia de Engelbrekt de Estocolmo (1914), obra de Lars Israel Wahlman(1870–1952). Erik Lallerstedt (1864–1955) diseñó estaciones ferroviarias, oficinas ysedes de instituciones en el mismo estilo monumental.

La obra principal de esa época es el Ayuntamiento de Estocolmo (Stockholms stads-hus, 1911–23), de Ragnar Östberg. Con su estructura masiva, ese edificio constituyeun poema de ladrillo que aprovecha la situación angular y el agua que lo rodea. Losinteriores están diseñados teniendo en cuenta las ceremonias que albergaría, y dan tes-timonio del interés que se manifestaba a fines de la década de 1910–20 por el clasicis-mo de comienzos del siglo XIX.

Al mismo tiempo que Östberg, algunos arquitectos como Ivar Tengbom (1878–1968) y Gunnar Asplund (1885–1940) dieron magníficas aportaciones a su arte conese neoclasicismo de fines de los años 10 y la siguiente década, que llegó a conocerseinternacionalmente con el nombre de Swedish Grace. Tengbom se dedicó en granmedida a diseñar edificios para grandes empresas. El Enskilda Banken que construyóen Estocolmo (1915), con su pórtico jónico, marcó también el inicio del neoclasicis-mo, mientras que la sede principal de Swedish Match [la Compañía de cerillas deSuecia] (1928) fue su punto culminante.

Gunnar Asplund es el arquitecto sueco de mayor renombre internacional. Suclasicismo de formas caprichosamente irregulares volvió a despertar interés en la dé-cada posmodernista de los 80. En su relativamente breve vida profesional, Asplunddio muestras de su genialidad en una serie de estilos. Del tratamiento masivo de losmuros de comienzos de la segunda década del siglo, sus diseños pasaron a una modali-dad notablemente más ligera en los años 20, para vestir luego, en los primeros años deldecenio siguiente, el ropaje escueto del modernismo cubista. Al fin de los 30, seablandó su riguroso racionalismo y el material natural en formas suaves empezó ajugar un papel cada vez más importante. Entre las obras mas destacadas de su pro-ducción clasicista se cuentan el cabildo de la comarca de Lister (Lister härads tings-hus), en Sölvesborg, que data de 1919–21, el chalé Snellman en Djursholm (1918) yla Biblioteca Municipal de Estocolmo (Stockholms stadsbibliotek), 1927. Encolaboración con Sigurd Lewerentz (1885–1974) diseñó Asplund ”el Cementerio enel bosque” (Skogskyrkogården), al sur de Estocolmo (1914–40): una obra que hamarcado la pauta en la moderna planificación de paisajes. Asplund y Lewerentzdiseñaron también varias capillas exquisitas en ese camposanto.

FASES TEMPRANAS DE LA MODERNA PLANIFICACIÓN URBANAA fines del siglo pasado, se realizó una serie de concursos de planificación urbana entodo el país, en los que ganaron aceptación las ideas del arquitecto y urbanistaCamillo Sitte en cuanto al tratamiento artístico de la calle partiendo de las condi-

Parque de bomberos de Gävle, por FerdinandBoberg (1890).

Max

Plu

nger

Oficinas principales de la compañía SwedishMatch, en Estocolmo, por Ivar Tengbom (1928).

Max

Plu

nger

Casa de campo de propiedad de GunnarAsplund, en el archipiélago de Estocolmo (1937).

Sune

Sun

dahl

/Ark

itek

turm

usee

t

Viviendas colectivas en la John Ericssonsgatan,Estocolmo, por Sven Markelius (1935).

Viviendas en Kungsladugård, Gotemburgo(alrededor de 1920).

Max

Plu

nger

Max

Plu

nger

Centro del suburbio de Vällingby, Estocolmo, porBackström & Reinius y Erik Glemme (1954).

Gun

nar

Han

sson

/Ark

itet

urm

usee

t

Iglesia de San Pedro (St Petri),Klippan, por Sigurd Lewerentz(1962–66). M

ax P

lung

er

”El cementerio en el bosque” (Skogskyrkogården),Estocolmo, por Gunnar Asplund (1935–40).

Max

Plu

nger

Page 5: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

CULTURA SUECA

Country Club (1988) y el edificio de Astra (1988–97), ambos situados en las afuerasde Gotemburgo, ha dado muestras de una técnica de construcción de alta tecnologíainternacional. Esa empresa se cuenta entre las más expansivas del país y proyectaactualmente viviendas, centros de trabajo y sedes culturales, entre ellas el ScienceCenter de Gotemburgo.

Gracias a los grandes esfuerzos por lograr un alto nivel de vivienda, combinadoscon el enorme auge de la construcción de oficinas de la década de los 80, se levan-taron edificaciones en número que, en buena parte, satisfacía las necesidades del país.La tarea de administrar y seguir desarrollando lo que ya está construido fue adqui-riendo, por consiguiente, importancia cada vez mayor. En la feria de la vivienda deStumholmen, en Karlskrona, se mostró en 1993 la capacidad que tiene Suecia demodificar viejas construcciones para nuevos fines. En Norrköping se han transformadolas instalaciones industriales del centro urbano en un museo, un teatro de conciertos,una escuela superior y otras instituciones, mientras que en Norra Älvstranden,Gotemburgo, se están convirtiendo hoy antiguas zonas de astilleros en viviendas ylocales para enseñanza (obras de Arkitekturkompaniet, White arkitekter, entre otros).

Aquí la minuciosa planificación del terreno juega un papel importante. En todoslos proyectos mayores colaboran hoy los arquitectos constructores con arquitectospaisajistas. Desde los proyectos de barrios de “casas en parques” de los años 30, losarquitectos paisajistas suecos han procurado integrar los edificios en el terreno yhacer que la naturaleza se una de una manera lo menos artificial posible a la cons-trucción. Ésta ha sido una expresión característica de la visión sueca de la naturalezacomo factor siempre superior a la cultura. Sólo con la construcción figurativa de los80 adoptó la arquitectura paisajista expresiones más formales. Sin embargo, los par-ques dotados de toboganes, columpios y otros juegos siempre han sido un elementoimportante en la planificación de las zonas abiertas de los barrios residenciales, y nopocas veces han constituido el núcleo de un grupo de casas. Entre los arquitectospaisajistas más solicitados de los 90 se cuentan Sven Hermelin, Walter Bauer y PerFriberg.

Suecia tiene actualmente 8.800.000 habitantes y cerca de 5.000 arquitectos.Muchos de ellos se ocupan en el sector público en planificación y supervisión generalde la construcción. La baja coyuntura económica de los 90 ha traído en el sector de laconstrucción un desempleo de grandes proporciones que ha afectado gravemente a losarquitectos. En Suecia, el ramo sigue caracterizándose por las obras de gran escala,tanto por lo que toca a los contratistas como a las compañías de arquitectos. Hay em-presas como el grupo FFNS y White, que se cuentan entre las grandes consultorascuya actividad abarca grandes regiones del mundo.

Estos últimos años, los arquitectos suecos han visto en su suelo la competencia decolegas extranjeros como el noruego Niels Torp (oficinas principales de SAS enEstocolmo, terminal Nils Ericsson de Gotemburgo y otras obras) y los daneses Tegen-stuen Vandkunsten (edificio de viviendas en Borås) y Henning Larsen (BibliotecaMunicipal de Malmö). También los proyectos más prestigiosos de los años 90 –elMuseo de Arte Moderno y el Museo de Arquitectura, ambos de Estocolmo– son obrade un arquitecto extranjero: el español Rafael Moneo.

La arquitectura sueca se orientó en las últimas décadas del siglo XX a la historia,con vistas a recrear conocimientos en materia de técnica, diseño y función social.Además de este trabajo de reconstrucción surgió un interés renovado en el modernis-mo como forma e idea, y con la arquitectura de los años 30 como trampolín ha lo-grado arraigar un nuevo estilo internacional. Las tareas arquitectónicas son hoy engran parte edificios de universidades y otras instituciones. A pesar de la fuerte afluen-cia de población, sobre todo a Estocolmo, la construcción de viviendas permanece aun nivel muy bajo. Su producción actual se concentra en sitios exclusivos, lo queexplica las altas normas de las edificaciones. Ya no se cuenta con recursos para laconstrucción fuertemente subvencionada de viviendas, y por tal razón la actividad delEstado en construcción ha tomado una orientación diferente. Así por ejemplo, estáempeñado en un programa de política arquitectónica cuya finalidad es mejorar laarquitectura sueca. Entre los recursos empleados para ese fin se cuenta el Museo deArquitectura ampliado, que desde su nueva sede en Skeppsholmen (Estocolmo) dirigela actividad del Año de la Arquitectura 2001.

Entre las obras apreciadas de arquitectos suecos contemporáneos se cuenta el aulamagna de Estocolmo, trazada por Ralph Erskine en 1997.

Rasmus Wærn

Rasmus Wærn es arquitecto(miembro de la Asociación dearquitectos de Suecia, SAR) ydoctor en tecnología. Su campode especialización es la arqui-tectura sueca del siglo XX. Esmiembro del cuerpo de redacciónde la revista sueca Arkitektur.

El autor es el único responsablede las opiniones expresadas eneste folleto informativo.

Traduccion: Álvaro Eljach

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en elextranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Institutopuede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversosaspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase ala Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: [email protected] Internet: www.si.se

ISSN

110

1-60

6X

CULTURA SUECAP U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • M A Y O 2 0 0 1 • D I 1 0 9 b

La Arquitectura en Suecia

La arquitectura sueca del siglo XX es testigo de grandes cambios. Habiendosido un arte reservado a las grandes instituciones sociales y a los ciudadanos

más acaudalados, se convirtió pronto en patrimonio común expresado en buenosámbitos de vivienda. Hoy se aprecia en todo el país la planificación pública y sufruto: el amplio programa de construcción de vivienda social. Las altasaspiraciones y los recursos relativamente abundantes le han dado a Suecia unacalidad de vivienda excepcional. Gracias a ello, entre las edificaciones existenteshoy predominan las recientes: más de la mitad de las viviendas del país son deconstrucción posterior a 1960.

LOS ARQUITECTOS EN SUECIADiez mil años después del deshielo en el interior de su territorio, Suecia seguía siendoun país escasamente poblado. Cuando se industrializó, a fines del siglo XIX, la activi-dad no se concentró principalmente en las ciudades. La explotación del hierro y de losbosques se convirtió en la base de la economía que sucedió a la sociedad agrícola. Esasindustrias se establecieron en zonas que tenían buen acceso a bosques y fuerza hi-dráulica. Fue apenas en la década de 1930–40 cuando la población urbana superó a larural en número. Es ésta una causa de que Suecia no haya desarrollado una culturaurbana comparable a la de Europa Central. Estocolmo es la única ciudad sueca quellega al millón de habitantes; pero incluso en la capital la gente está habituada a teneracceso a grandes superficies en que moverse. En verano, la mayoría de los pobladoresde ciudades las dejan para pasar sus vacaciones en el campo.

El arquitecto moderno –un empresario que proyecta diferentes tipos de edificiospara diferentes clientes– empezó a surgir a mediados del siglo XIX; pero la verdaderaexpansión de la profesión se produjo por el gran auge de la construcción en la socie-dad industrial, a partir de 1880. Fue entonces cuando se presentaron numerosos pro-blemas de construcción nuevos que exigían soluciones nuevas; la infraestructura pasóen poco tiempo de un nivel bajísimo a uno de vanguardia mundial que exigía edificiosde estaciones, de correos y de telégrafos. Además, la nueva sociedad requería tambiénindustrias, edificios administrativos, hospitales, nuevas iglesias y viviendas.

Durante el siglo XIX se resolvieron esos problemas, por regla general, siguiendo loscriterios de la tradición de bellas artes. Destacaron entonces arquitectos como FredrikWilhelm Scholander, Helgo Zettervall, F.G.A. Dahl, Isak Gustaf Clason y Adolf Edel-svärd, este último con una trayectoria bastante común de ingeniero de fortificaciones.Una parte importante del desarrollo de la técnica de construcción del siglo XIX fueimpulsado por ingenieros de carrera militar.

Alrededor de 1900 Suecia contaba unos 5 millones de habitantes y cerca de 300arquitectos. Los más de ellos trabajaban en alguna de las tres ciudades principales:Estocolmo, Gotemburgo o la región de Malmö. Desde 1877, la formación básica delos arquitectos se ha impartido en las escuelas superiores técnicas. Sin embargo, haceun siglo su nivel variaba mucho. La enseñanza regular de arquitectura existía sólo enla Real Escuela Técnica Superior de Estocolmo (Kungliga tekniska högskolan, KTH).Por otra parte, nunca ha habido protección legal del título de arquitecto en Suecia, ypor esa razón se han dado otras vías de formación profesional en ese campo, como hasido el caso en la escuela técnica superior Chalmers de Gotemburgo (Chalmers tek-niska högskola). Muchos optaban por completar su formación básica con los cursos dela escuela de arquitectura de la Academia Superior de Arte (Konsthögskolan). Actual-mente, casi todos los profesionales afiliados a la Federación nacional de arquitectos(Svenska Arkitekters Riksförbund, SAR) se han graduado de alguna de las escuelas téc-nicas superiores de Estocolmo, Gotemburgo o Lund. La educación complementaria dela Academia Superior de Arte sigue siendo atractiva en el arte arquitectónico y de larestauración.

CULTURA SUECA

gente no quería trasladarse a las nuevas zonas de residencia, y se hacían duras críticasa los arquitectos. La arquitectura estructuralista funcionaba mejor para los edificiosadministrativos. La Real Dirección de Construcción de Suecia (Kungliga byggnads-styrelsen) desarrolló en los años 60 una importante capacidad para encargar la ejecu-ción de obras estatales.

Para los arquitectos más orientados a obras esculturales, las iglesias eran uno de lospocos campos de trabajo que quedaban. Gracias a las nuevas zonas de vivienda de losaños 50, la Iglesia estatal volvió a ser un importante cliente de construcción. Los tem-plos diseñados por Sigurd Lewerentz en Björkhagen, Estocolmo (1956–60) y Klippan,Escania (1962–66) se cuentan entre las últimas obras de ese maestro. Lewerentzdepuró la construcción hasta hacer de ella un arte minimalista de ladrillo, madera yvidrio.

Peter Celsing (1920–74) creó también varias iglesias de vigorosa estructura de la-drillo. Sus dos edificios mayores son la Casa de la cultura (1968–73) con el Teatromunicipal y el Banco de Suecia (Riksbanken), ambos en Estocolmo (1965–76).

Una actitud hostil a los valores históricos destruyó, durante varios decenios, partesimportantes de la vieja construcción polifacética en los cascos de ciudades suecas, paradar paso a centros de trabajo y tiendas de grandes proporciones. A pesar de sus dotesartísticas, Celsing fue el principal blanco de los reproches por las devastadoras demoli-ciones hechas en el casco urbano de Estocolmo.

El centro de Sundsvall, en cambio, se ha conservado intacto desde fines del sigloXIX, y sus magníficos edificios de piedra reflejan la riqueza pública y privada inver-tida en ellos durante la época de oro de la industria maderera.

Pocos arquitectos lograron administrar el patrimonio de los años 40 y 50. Uno deellos fue el inglés Ralph Erskine (n. 1914), que poco antes de la guerra se acercó al“modelo sueco”. En una época en que la confianza de la gente en los arquitectos habíadescendido a un nivel muy bajo, creció la popularidad de Erskine. El barrio residencialNya Bruket, de Sandviken (1973–78), y la casa del Sindicato de estudiantes (Allhuset)de la Universidad de Estocolmo (1979–81) son dos ejemplos de su estilo caprichoso yexpresivo. Con la zona residencial de Byker, en Newcastle, Inglaterra, esa arquitecturaechó raíces también en el extranjero. Por otra parte, Carl Nyrén (n. 1917) ganó unaamplia confianza con su sobria arquitectura hondamente arraigada en la vieja tradi-ción sueca. Usando la luz como elemento de configuración principal logró transformartendencias internacionales y combinarlas con material y formas suecos. Entre las obrasmás destacadas de Nyrén se cuentan los edificios de Pharmacia & Upjohn en Uppsala,los de la Universidad de Estocolmo y la Biblioteca Municipal de Uppsala.

Cuando la crítica alcanzó su grado máximo de acrimonia, la arquitectura fue presade una parálisis. Las doctrinas del funcionalismo se derrumbaron y empezó la búsque-da de una nueva plataforma. Algunos estudios sociológicos del uso que hacía la gentede las zonas residenciales y los centros de trabajo, condujeron a experimentos con ladenominada “planificación con participación de los usuarios”, que permitía que losvecinos pudieran conformar ellos mismos su entorno. La destrucción del medio am-biente empezó a influir también en los arquitectos. Los fuertes lazos con la naturalezavolvieron a adquirir importancia en el diseño, y se empezó a experimentar con técni-cas adaptadas a la ecología. Ralph Erskine, por ejemplo, colocó los balcones en lasfachadas para evitar pasos de aire frío. Una peculiar cultura de la construcción se hapracticado en Järna, en las afueras de Södertälje, desde los años 70. Los antropósofoshan levantado, entre otros edificios, seminarios, viviendas y hospitales bajo ladirección de Erik Assmussen y con las características formas redondas y prismáticasestablecidas por Rudolf Steiner. La adaptación ecológica ha alcanzado actualmente sumáximo desarrollo en ciertos enclaves de casitas en serie, llamados “ecopoblaciones”.Proponiéndose la meta de una mínima carga para el medio ambiente, esas urbaniza-ciones se construyen con técnica de bajo consumo de energía, materiales adaptados alreciclaje y un tratamiento diferenciado de desechos domésticos sólidos y líquidos: unatécnica que ahora se está adoptando en los edificios multifamiliares.

En los años 80, los municipios perdieron la fuerte posición en la planificación urba-na que habían venido consolidando desde la década de los 30. Han dado paso a lasempresas privadas, que han impuesto su criterio de construcción de un modo nuevopara Suecia. Mediante la denominada “planificación por negociaciones”, los munici-pios, cuya economía se debilitaba cada vez más, empezaron a conceder derechos deconstrucción a cambio de servicios públicos que ya no tenían medios de financiar. Laarquitectura de las finanzas internacionales llegó a predominar también en la activi-dad de construcción de Suecia. Paralelamente, en los pequeños trabajos de cons-trucción, floreció un “regionalismo crítico” que aprovechó la tradición y el carácter dellugar. La tradición “libre” la han cultivado hasta los años 90 algunos arquitectos comoJan Gezelius, (n. 1923, chalés, oficinas de correos), Gunnar Mattsson (n. 1937,museos, casas de la cultura), Ove Hidemark (n. 1931, restauraciones), MarianneDahlbäck y Göran Månsson (n. 1943 y 1933, respectivamente, Museo del Buque deGuerra Vasa en 1990 y otras obras).

LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEALos planes de una sociedad del bienestar pudieron ejecutarse prácticamente sin obs-táculos a lo largo de más de 40 años. Sin embargo, el importante papel que desem-peñaron los arquitectos al comienzo, se fue debilitando a medida que una industria dela construcción de gran escala dictaba las condiciones. Con la coyuntura ascendientede los 80, los clientes pasaron a ser el interlocutor más fuerte. Así se fortaleció laposición de los arquitectos, y en la producción relativamente limitada de hoy, amenudo son bastante altas las ambiciones arquitectónicas. Las dos empresas de expor-tación de mayor éxito en Suecia –la farmacéutica Astra y la electrónica Ericsson– hanconservado en varias instalaciones nuevas la tradición sueca de planificar minuciosa-mente los lugares de trabajo. Ambas compañías han dejado en muchos casos la tareaen manos del arquitecto Gert Wingårdh (n. 1951), que en el Öijared Executive

Banco Nacional de Suecia, Estocolmo, por PeterCelsing (1965–76).

Max

Plu

nger

Estación de ferrocarril de Jönköping, por CarlNyrén (1983).

Sune

Sun

dahl

/Nyr

éns

arki

tekt

kont

or

Edificio de la Unión de Estudiantes de la Univer-sidad de Estocolmo, por Ralph Erskine (1979–81).

Max

Plu

nger

El Museo Vasa, Estocolmo, por Dahlbäck yMånsson (1990).

Max

Plu

nger

El nuevo Museo de Arte Moderno y el Museo deArquitectura, ambos de Estocolmo, proyectadospor Rafael Moneo, fueron inaugurados en febrerode 1998.

Han

s H

amm

arsk

jöld

/MM

Laboratorios Astra Hässle para el centro deinvestigación médica de Mölndal, por GertWingårdh (1991).

Ben

gt E

rick

sson

/Win

gård

hs

Page 6: [Architecture.ebook.spanish]La.arquitectura.en.Suecia

CULTURA SUECA

Country Club (1988) y el edificio de Astra (1988–97), ambos situados en las afuerasde Gotemburgo, ha dado muestras de una técnica de construcción de alta tecnologíainternacional. Esa empresa se cuenta entre las más expansivas del país y proyectaactualmente viviendas, centros de trabajo y sedes culturales, entre ellas el ScienceCenter de Gotemburgo.

Gracias a los grandes esfuerzos por lograr un alto nivel de vivienda, combinadoscon el enorme auge de la construcción de oficinas de la década de los 80, se levan-taron edificaciones en número que, en buena parte, satisfacía las necesidades del país.La tarea de administrar y seguir desarrollando lo que ya está construido fue adqui-riendo, por consiguiente, importancia cada vez mayor. En la feria de la vivienda deStumholmen, en Karlskrona, se mostró en 1993 la capacidad que tiene Suecia demodificar viejas construcciones para nuevos fines. En Norrköping se han transformadolas instalaciones industriales del centro urbano en un museo, un teatro de conciertos,una escuela superior y otras instituciones, mientras que en Norra Älvstranden,Gotemburgo, se están convirtiendo hoy antiguas zonas de astilleros en viviendas ylocales para enseñanza (obras de Arkitekturkompaniet, White arkitekter, entre otros).

Aquí la minuciosa planificación del terreno juega un papel importante. En todoslos proyectos mayores colaboran hoy los arquitectos constructores con arquitectospaisajistas. Desde los proyectos de barrios de “casas en parques” de los años 30, losarquitectos paisajistas suecos han procurado integrar los edificios en el terreno yhacer que la naturaleza se una de una manera lo menos artificial posible a la cons-trucción. Ésta ha sido una expresión característica de la visión sueca de la naturalezacomo factor siempre superior a la cultura. Sólo con la construcción figurativa de los80 adoptó la arquitectura paisajista expresiones más formales. Sin embargo, los par-ques dotados de toboganes, columpios y otros juegos siempre han sido un elementoimportante en la planificación de las zonas abiertas de los barrios residenciales, y nopocas veces han constituido el núcleo de un grupo de casas. Entre los arquitectospaisajistas más solicitados de los 90 se cuentan Sven Hermelin, Walter Bauer y PerFriberg.

Suecia tiene actualmente 8.800.000 habitantes y cerca de 5.000 arquitectos.Muchos de ellos se ocupan en el sector público en planificación y supervisión generalde la construcción. La baja coyuntura económica de los 90 ha traído en el sector de laconstrucción un desempleo de grandes proporciones que ha afectado gravemente a losarquitectos. En Suecia, el ramo sigue caracterizándose por las obras de gran escala,tanto por lo que toca a los contratistas como a las compañías de arquitectos. Hay em-presas como el grupo FFNS y White, que se cuentan entre las grandes consultorascuya actividad abarca grandes regiones del mundo.

Estos últimos años, los arquitectos suecos han visto en su suelo la competencia decolegas extranjeros como el noruego Niels Torp (oficinas principales de SAS enEstocolmo, terminal Nils Ericsson de Gotemburgo y otras obras) y los daneses Tegen-stuen Vandkunsten (edificio de viviendas en Borås) y Henning Larsen (BibliotecaMunicipal de Malmö). También los proyectos más prestigiosos de los años 90 –elMuseo de Arte Moderno y el Museo de Arquitectura, ambos de Estocolmo– son obrade un arquitecto extranjero: el español Rafael Moneo.

La arquitectura sueca se orientó en las últimas décadas del siglo XX a la historia,con vistas a recrear conocimientos en materia de técnica, diseño y función social.Además de este trabajo de reconstrucción surgió un interés renovado en el modernis-mo como forma e idea, y con la arquitectura de los años 30 como trampolín ha lo-grado arraigar un nuevo estilo internacional. Las tareas arquitectónicas son hoy engran parte edificios de universidades y otras instituciones. A pesar de la fuerte afluen-cia de población, sobre todo a Estocolmo, la construcción de viviendas permanece aun nivel muy bajo. Su producción actual se concentra en sitios exclusivos, lo queexplica las altas normas de las edificaciones. Ya no se cuenta con recursos para laconstrucción fuertemente subvencionada de viviendas, y por tal razón la actividad delEstado en construcción ha tomado una orientación diferente. Así por ejemplo, estáempeñado en un programa de política arquitectónica cuya finalidad es mejorar laarquitectura sueca. Entre los recursos empleados para ese fin se cuenta el Museo deArquitectura ampliado, que desde su nueva sede en Skeppsholmen (Estocolmo) dirigela actividad del Año de la Arquitectura 2001.

Entre las obras apreciadas de arquitectos suecos contemporáneos se cuenta el aulamagna de Estocolmo, trazada por Ralph Erskine en 1997.

Rasmus Wærn

Rasmus Wærn es arquitecto(miembro de la Asociación dearquitectos de Suecia, SAR) ydoctor en tecnología. Su campode especialización es la arqui-tectura sueca del siglo XX. Esmiembro del cuerpo de redacciónde la revista sueca Arkitektur.

El autor es el único responsablede las opiniones expresadas eneste folleto informativo.

Traduccion: Álvaro Eljach

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en elextranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Institutopuede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversosaspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase ala Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: [email protected] Internet: www.si.se

ISSN

110

1-60

6X

CULTURA SUECAP U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • M A Y O 2 0 0 1 • D I 1 0 9 b

La Arquitectura en Suecia

La arquitectura sueca del siglo XX es testigo de grandes cambios. Habiendosido un arte reservado a las grandes instituciones sociales y a los ciudadanos

más acaudalados, se convirtió pronto en patrimonio común expresado en buenosámbitos de vivienda. Hoy se aprecia en todo el país la planificación pública y sufruto: el amplio programa de construcción de vivienda social. Las altasaspiraciones y los recursos relativamente abundantes le han dado a Suecia unacalidad de vivienda excepcional. Gracias a ello, entre las edificaciones existenteshoy predominan las recientes: más de la mitad de las viviendas del país son deconstrucción posterior a 1960.

LOS ARQUITECTOS EN SUECIADiez mil años después del deshielo en el interior de su territorio, Suecia seguía siendoun país escasamente poblado. Cuando se industrializó, a fines del siglo XIX, la activi-dad no se concentró principalmente en las ciudades. La explotación del hierro y de losbosques se convirtió en la base de la economía que sucedió a la sociedad agrícola. Esasindustrias se establecieron en zonas que tenían buen acceso a bosques y fuerza hi-dráulica. Fue apenas en la década de 1930–40 cuando la población urbana superó a larural en número. Es ésta una causa de que Suecia no haya desarrollado una culturaurbana comparable a la de Europa Central. Estocolmo es la única ciudad sueca quellega al millón de habitantes; pero incluso en la capital la gente está habituada a teneracceso a grandes superficies en que moverse. En verano, la mayoría de los pobladoresde ciudades las dejan para pasar sus vacaciones en el campo.

El arquitecto moderno –un empresario que proyecta diferentes tipos de edificiospara diferentes clientes– empezó a surgir a mediados del siglo XIX; pero la verdaderaexpansión de la profesión se produjo por el gran auge de la construcción en la socie-dad industrial, a partir de 1880. Fue entonces cuando se presentaron numerosos pro-blemas de construcción nuevos que exigían soluciones nuevas; la infraestructura pasóen poco tiempo de un nivel bajísimo a uno de vanguardia mundial que exigía edificiosde estaciones, de correos y de telégrafos. Además, la nueva sociedad requería tambiénindustrias, edificios administrativos, hospitales, nuevas iglesias y viviendas.

Durante el siglo XIX se resolvieron esos problemas, por regla general, siguiendo loscriterios de la tradición de bellas artes. Destacaron entonces arquitectos como FredrikWilhelm Scholander, Helgo Zettervall, F.G.A. Dahl, Isak Gustaf Clason y Adolf Edel-svärd, este último con una trayectoria bastante común de ingeniero de fortificaciones.Una parte importante del desarrollo de la técnica de construcción del siglo XIX fueimpulsado por ingenieros de carrera militar.

Alrededor de 1900 Suecia contaba unos 5 millones de habitantes y cerca de 300arquitectos. Los más de ellos trabajaban en alguna de las tres ciudades principales:Estocolmo, Gotemburgo o la región de Malmö. Desde 1877, la formación básica delos arquitectos se ha impartido en las escuelas superiores técnicas. Sin embargo, haceun siglo su nivel variaba mucho. La enseñanza regular de arquitectura existía sólo enla Real Escuela Técnica Superior de Estocolmo (Kungliga tekniska högskolan, KTH).Por otra parte, nunca ha habido protección legal del título de arquitecto en Suecia, ypor esa razón se han dado otras vías de formación profesional en ese campo, como hasido el caso en la escuela técnica superior Chalmers de Gotemburgo (Chalmers tek-niska högskola). Muchos optaban por completar su formación básica con los cursos dela escuela de arquitectura de la Academia Superior de Arte (Konsthögskolan). Actual-mente, casi todos los profesionales afiliados a la Federación nacional de arquitectos(Svenska Arkitekters Riksförbund, SAR) se han graduado de alguna de las escuelas téc-nicas superiores de Estocolmo, Gotemburgo o Lund. La educación complementaria dela Academia Superior de Arte sigue siendo atractiva en el arte arquitectónico y de larestauración.

CULTURA SUECA

gente no quería trasladarse a las nuevas zonas de residencia, y se hacían duras críticasa los arquitectos. La arquitectura estructuralista funcionaba mejor para los edificiosadministrativos. La Real Dirección de Construcción de Suecia (Kungliga byggnads-styrelsen) desarrolló en los años 60 una importante capacidad para encargar la ejecu-ción de obras estatales.

Para los arquitectos más orientados a obras esculturales, las iglesias eran uno de lospocos campos de trabajo que quedaban. Gracias a las nuevas zonas de vivienda de losaños 50, la Iglesia estatal volvió a ser un importante cliente de construcción. Los tem-plos diseñados por Sigurd Lewerentz en Björkhagen, Estocolmo (1956–60) y Klippan,Escania (1962–66) se cuentan entre las últimas obras de ese maestro. Lewerentzdepuró la construcción hasta hacer de ella un arte minimalista de ladrillo, madera yvidrio.

Peter Celsing (1920–74) creó también varias iglesias de vigorosa estructura de la-drillo. Sus dos edificios mayores son la Casa de la cultura (1968–73) con el Teatromunicipal y el Banco de Suecia (Riksbanken), ambos en Estocolmo (1965–76).

Una actitud hostil a los valores históricos destruyó, durante varios decenios, partesimportantes de la vieja construcción polifacética en los cascos de ciudades suecas, paradar paso a centros de trabajo y tiendas de grandes proporciones. A pesar de sus dotesartísticas, Celsing fue el principal blanco de los reproches por las devastadoras demoli-ciones hechas en el casco urbano de Estocolmo.

El centro de Sundsvall, en cambio, se ha conservado intacto desde fines del sigloXIX, y sus magníficos edificios de piedra reflejan la riqueza pública y privada inver-tida en ellos durante la época de oro de la industria maderera.

Pocos arquitectos lograron administrar el patrimonio de los años 40 y 50. Uno deellos fue el inglés Ralph Erskine (n. 1914), que poco antes de la guerra se acercó al“modelo sueco”. En una época en que la confianza de la gente en los arquitectos habíadescendido a un nivel muy bajo, creció la popularidad de Erskine. El barrio residencialNya Bruket, de Sandviken (1973–78), y la casa del Sindicato de estudiantes (Allhuset)de la Universidad de Estocolmo (1979–81) son dos ejemplos de su estilo caprichoso yexpresivo. Con la zona residencial de Byker, en Newcastle, Inglaterra, esa arquitecturaechó raíces también en el extranjero. Por otra parte, Carl Nyrén (n. 1917) ganó unaamplia confianza con su sobria arquitectura hondamente arraigada en la vieja tradi-ción sueca. Usando la luz como elemento de configuración principal logró transformartendencias internacionales y combinarlas con material y formas suecos. Entre las obrasmás destacadas de Nyrén se cuentan los edificios de Pharmacia & Upjohn en Uppsala,los de la Universidad de Estocolmo y la Biblioteca Municipal de Uppsala.

Cuando la crítica alcanzó su grado máximo de acrimonia, la arquitectura fue presade una parálisis. Las doctrinas del funcionalismo se derrumbaron y empezó la búsque-da de una nueva plataforma. Algunos estudios sociológicos del uso que hacía la gentede las zonas residenciales y los centros de trabajo, condujeron a experimentos con ladenominada “planificación con participación de los usuarios”, que permitía que losvecinos pudieran conformar ellos mismos su entorno. La destrucción del medio am-biente empezó a influir también en los arquitectos. Los fuertes lazos con la naturalezavolvieron a adquirir importancia en el diseño, y se empezó a experimentar con técni-cas adaptadas a la ecología. Ralph Erskine, por ejemplo, colocó los balcones en lasfachadas para evitar pasos de aire frío. Una peculiar cultura de la construcción se hapracticado en Järna, en las afueras de Södertälje, desde los años 70. Los antropósofoshan levantado, entre otros edificios, seminarios, viviendas y hospitales bajo ladirección de Erik Assmussen y con las características formas redondas y prismáticasestablecidas por Rudolf Steiner. La adaptación ecológica ha alcanzado actualmente sumáximo desarrollo en ciertos enclaves de casitas en serie, llamados “ecopoblaciones”.Proponiéndose la meta de una mínima carga para el medio ambiente, esas urbaniza-ciones se construyen con técnica de bajo consumo de energía, materiales adaptados alreciclaje y un tratamiento diferenciado de desechos domésticos sólidos y líquidos: unatécnica que ahora se está adoptando en los edificios multifamiliares.

En los años 80, los municipios perdieron la fuerte posición en la planificación urba-na que habían venido consolidando desde la década de los 30. Han dado paso a lasempresas privadas, que han impuesto su criterio de construcción de un modo nuevopara Suecia. Mediante la denominada “planificación por negociaciones”, los munici-pios, cuya economía se debilitaba cada vez más, empezaron a conceder derechos deconstrucción a cambio de servicios públicos que ya no tenían medios de financiar. Laarquitectura de las finanzas internacionales llegó a predominar también en la activi-dad de construcción de Suecia. Paralelamente, en los pequeños trabajos de cons-trucción, floreció un “regionalismo crítico” que aprovechó la tradición y el carácter dellugar. La tradición “libre” la han cultivado hasta los años 90 algunos arquitectos comoJan Gezelius, (n. 1923, chalés, oficinas de correos), Gunnar Mattsson (n. 1937,museos, casas de la cultura), Ove Hidemark (n. 1931, restauraciones), MarianneDahlbäck y Göran Månsson (n. 1943 y 1933, respectivamente, Museo del Buque deGuerra Vasa en 1990 y otras obras).

LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEALos planes de una sociedad del bienestar pudieron ejecutarse prácticamente sin obs-táculos a lo largo de más de 40 años. Sin embargo, el importante papel que desem-peñaron los arquitectos al comienzo, se fue debilitando a medida que una industria dela construcción de gran escala dictaba las condiciones. Con la coyuntura ascendientede los 80, los clientes pasaron a ser el interlocutor más fuerte. Así se fortaleció laposición de los arquitectos, y en la producción relativamente limitada de hoy, amenudo son bastante altas las ambiciones arquitectónicas. Las dos empresas de expor-tación de mayor éxito en Suecia –la farmacéutica Astra y la electrónica Ericsson– hanconservado en varias instalaciones nuevas la tradición sueca de planificar minuciosa-mente los lugares de trabajo. Ambas compañías han dejado en muchos casos la tareaen manos del arquitecto Gert Wingårdh (n. 1951), que en el Öijared Executive

Banco Nacional de Suecia, Estocolmo, por PeterCelsing (1965–76).

Max

Plu

nger

Estación de ferrocarril de Jönköping, por CarlNyrén (1983).

Sune

Sun

dahl

/ Nyr

éns

arki

tek t

kont

or

Edificio de la Unión de Estudiantes de la Univer-sidad de Estocolmo, por Ralph Erskine (1979–81).

Max

Plu

nger

El Museo Vasa, Estocolmo, por Dahlbäck yMånsson (1990).

Max

Plu

nger

El nuevo Museo de Arte Moderno y el Museo deArquitectura, ambos de Estocolmo, proyectadospor Rafael Moneo, fueron inaugurados en febrerode 1998.

Han

s H

amm

arsk

jöld

/MM

Laboratorios Astra Hässle para el centro deinvestigación médica de Mölndal, por GertWingårdh (1991).

Ben

gt E

rick

sson

/Win

gård

hs