b. traven - macario

8/6/2019 B. Traven - Macario

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SEIEDfIR~~~

Doctor Erazo 120 Colonia Doctores 06720 Mexico, D.F.

Te l. 5 5 8872 72 Fax . 5 76157 16

MACARIO.B. Traven.

Disefio de portada: Perla Alejandra Lopez.

Derechos Reservados

© 2003, Rosa E. Lujan y/o Maria Eugenia Montes de Oca Lui'an

© 2003, Selector, S.A. de C.V. "

Dr. Erazo mim, 120, Col. Doctores

C.P. 06720 Mexico, D.F.

© 1969, Rosa E. Lujan

© 1969, Cia. General de Ediciones, SA.de \. v.

ISBN-13: 978-970-643-644-3ISBN-10: 970-643-644-8 Selector, S.A. de C.V.

Vigesima Sexta reimpresi6n. Abril 2010.

Sistema de clasificaci6n Melvil Dewey

863M

TIS

2003 TravenB.,I890-l969

Macario. / B. Traven

Mexico: Selector, 2003.

112p.

ISBN 970-643-644-8

1.Literatura mexicana, 2. Novela.

I

Macario era lefiador en aquel pueblecito.

Padre de once hijos andrajosos y hambrientos,

no deseaba riquezas, ~i cambiar por una casa

bien construida el jacal que habitaba con su

familia. Tenia, eso si, desde hacia veinte afios,

una sola' ilusion. Y esta gran [lusion era la de

poderse comer a solas. gozando de la paz en las

profundidades del bosque y sin ser visto por

sus hambrientos hijos, un pavo asado entero.

Nunca logro llenar su estomagohasta satis-

facerse. Porel contrario, siempre sesentfa pro-

ximo a morirde hambre. Pese a 10 cual, todos

los dias del afio, sin descontar los dotningos y



·...~

8

pezando, llegaba hasta el interior de la choz~

y sin hacer ruido se dejaba caer sobre una si-

llita primitiva que uno de los nifios acercaba

rapidamente a la mesa, igualmente tosca, so-

bre la que Macarioexrendia ambos brazos ex-

clamando:

-jAy, mujervque cansado .estoy y cuanta

hambre tengo! ,Que hay de comer?

., Su mujer contestaba: ' .

-Frijoles negros, chile verde, tortillas, sal

y te limon.

La cena <erasiempre la misma,sin varia-

cion alguna.

El conocia la .respuesta de su mujer desde

mucho antes de llegar a su casay hacfa la pre-

gunta simplemente por decir algo y para ~ue

sus hijos no le consideraran como a una sim-

ple bestia de carga. Cuando apareda la comi-da, servida en jarros y cazuelas de barro, el ya

se habia quedado profundamente dormido,

por 1 0 que su mujer tenia quedespertarle di-

ciendole:

-Macario, la comida esta en la mesa.

B. TRAVE.NMACARIO

dias Iestivos, tenia que dejar su hogar antes

de que amaneciera para ir al bosque, del que

regresaba al anochecer con una carga de lefia

a Ia espalda. Aquella carga, que representaba

rodo un dia de ttabajo, lavendia por dos rea-

les. . . y a veces pGr menos..

S610 durante e1 tiempo de aguas, cuando

practicamente no tenia competencia, y mejor

aun en los dfas sefialados, como por ejemplo

el dfa de los Fieles Difuntos, en quela deman-da era mayor par parte de los fabricantes de

velas y de los panaderos, que horneaban toda

clase de panes de muerto y calaveras de azucar,

llegaba a conseguir que le dieran hasta tres

. reales por sucarga de lena.

Tres reales-constituian una fortuna para su

e~posa,conocida en el pueblo como "La Mujer

de los Ojos Tristes". Ella, de modo mas mar-

cado que so marido, producfa la impresion

de que se iba a desvanecer de hambre.

Cuando Macario llegaba a suhogar, al ano-

checer, tiraba la carga, can un suspire revela-

dor de su agotamiento. Tambaleandose, tro-



- - - _ j

cion, considerandolo como una forma de dar

gracias despues de la cena. Sablan que las mis-

mas posibilidades de que su padre gozara de

un pavo asado eran las que existian de que po-

seyera mil pesos oro, aun cuando hubiera r~-

gada toda su vida por ellos.

Su mujer, la compafiera mas fiel y abnega-

da que hombre alguno pudiera desear, sabia

que su esposo no cornia tranquilo y suficien-

temente mientras sus hijos 10 vigilaran con

ojos hambrientos, deseando hasta el ultimo de

sus frijoles. Esto la apesadumbraba, pues te-

nia buenas razones para considerarle como un

buen marido, con cualidades que ni siquiera

podia sonar que encontraria en otro.

Macario nunca pegaba a su mujer. Traba-

jaba tanto como a un hombre le esposible ha-

cerlo, y solamente los sabados en la noche soliareservarse dos centavos para beberse un tra-

guito de mezcal que ella misma compraba en

la tienda, porque sabia que obtendria el doble

de la cantidad que a el le darian por el mismo

precio en la 'cantina del pueblo.

10 B. TRAVEN 11ACARIO

+Demos gracias aDios por las mercedes

que nos dispensa a nosotros, pobres pecadores

+musitaba el-, e inmediatamente empezaba

a comer.

No habia tornado los primeros bocados

cuando se percataba de que todos sus hijos le

vigilaban con la esperanza de que no comiera

mucho y dejara algo para que ellos pudieran

repetir, ya que siempre su racion era insufi-

ciente.Entonces dejaba de comer y se concretaba

a beber el te limon. En cuanto vaciaba el

jarro, murmuraba con voz planidera:

-Oh, Senor, si por 10 menos una vezen mi

pobre vida pudiera comerme entero un guajo-

lote asado, moriria feliz y descansaria en paz

hasta el dfa del J uicio Final.

A menudo no deda tanto y se conformaba

con murmurar:

-IOh, Senor; concedeme, aunque sea una

sola vez, todo un pavo para mf solol

Tantas veces habian escuchado sus hijos

aquel lamento que ya no Ie prestaban aten-



12 B. TIUVEN

Percatandose del excelente esposo que te- i

nfa, de 10 mucho que trabajaba para mantener

a su familia y de 1 0 mucho que amaba a sus

hijos, la ,mujer empezo a ahorrar hasta el ulti-,

mo centavo de los pocos que ganaba lavando

ropa y desempefiando trabajos pesados para;

otras mujeres del pueblo, que gozaban de ma-:, I

yores posibilidades que ella. ,

Despues de ahorrar sus centavitos durante

tres largos afios, que Ie parecieron una eter-nidad, pudo hacerse del pavo mas gordo que

encontr6 en la plaza. Reventando de gozo y sa-

tisfaccion 10 Ilevo a su casa cuando los nifios

estaban ausentes y 10 escondio en' forma tal

que nadie pudiera descubrirlo. No dijo ni una

sola palabra cuando lleg6 su marido rendido,

agotado, hambriento y como' siernpre rogando

al cielo porsu pavo asado,

.Aquella noche hizo que los nifios se acosta-

ran temprano. No temfa que su marido se die-

ra cuenta de 1 0 que ella preparaba, porque el

hombre se quedarfa como siempre profunda-

mente dormido en la mesa, de donde se levan-

MACARIO 13

tarfa como sonambulo para dejarse caervpri-vadode sentido, sobre elcatre.

. ,Si err alguna ocasion una cocmera preparo

un pavo para una buena comida poniendo en

ella todo su amor, todasu habilidad, asicomo

todos sus buenos deseos, fue en aquella, La

mujer trabaj6con devoCi6ndurante toda la

noche a fin de que el pavoestuviera listo antes

del amanecer,

Macariose levanto para iniciar su trabajo

diario yse sento a la mesa para tomar su pobre

desayuno. Nunca seocupaba d~ dar los h~e-

nos dias, ni tenfacostumbre de que sumujer

se los diera, Si algo faltabaen lamesa 0 si no

hallaba elmachete-y las cuerdasque .necesita-

ba para su trabajo, rnurmuraba alguna ~ala-

bra sin abrirapenas la boca. Como susexigen-

ciaseran escasas,a pesardeque seexpresabacon palabras muy Iimitadas, Iasabsolutamente

necesarias, su muj~r Iecomprendla perfecta-

mente sin incurrir jamas nien Ia .mas leve

equivocacion. . '. . ...-Hoyes tu santo,esposoquendo.FehClda-



Habiendo empleado largo tiempo en en-

contrar un lugar suficientemente apartado

en 10 mas profundo del bosque, se encontra-

ba con un apetito feroz, dispuesto a gozar de

su pavo. Se acomodo lo mejor que pudo s.obre

el suelo y con un suspiro de profunda satisfac-

cion se recargo en la cavidad de un arbol gran-

de, saco el pavo de la canasta, extendio las

hojas de platano ante el a manera.de mantel y

coloco al ave sobre ellas con un gesto de reve-

rencia como para ofrecerlo a los dioses.

. Pensaba acostarse despues de comerv dor-

. mir hasta la noche, convirt'iendo el dia en ver-·

14B. TRAVEN

des. Toma, aquf tienes el pavo asado que du-

rante tantos afios has deseado y por el que

tanto has rogado. Llevatelo a 10 mas profundo

de la selva para que nadie te moleste y puedas

comertelo solo. Ahora, date prisa antes de que

los nifios 10 vayan a oler y se enteren de que 10

tienes, porque entonces no podrias dejar de

compartirIo con elIos. Anda, corre.

Ella miro largamente con sus ojos cansa-

dos."Por favor" y "gracias" eran terminos que

jamas empleaba. En cuanto.a la idea de ceder

un pedacito del pavo a su mujer, no tuvo ca-

bida en su cerebro, porque su mente, acos-

turpbrada a albergar no mas de un pensamien-

tocada vez, estaba ocupada en aquel momento

eJIel que su esposa Ie habia sugerido de correr

ccn su pavo antes de que los nifios 10 descu-brieran.

II



16 B. TRAVEN

dadera fiesta, la primera en su vida desde quetenia memoria ..

Al rnirar aquel pavo tan bien preparado y

al aspirarelsabrosoaroma del buen asado,ese

aroma que no tiene paraleloentre los veinti-

cinco millonesconocidos por Ia raza humana,

exclamocon admiracion:

-Debo decir que es una gran cocinera, solo

que nunca tiene oportunidad de demostrarlo.

Fueaquella lamas profunda expresion que

su gratitud pudo encontrar. Suesposa habrfa

reventadode orgullo y habria sido feliz mas

alla de to do limite si el hubiera dichoaquello

en su presencia alguna vezensu vida. Pero.eso

no 10 habrfa hecho el jamas, porque en pre-

.senoia de ella las palabras seresistiana salir de

sus Iabios ..

Se habia lavado.las manos en un arroyo cer-cano y todo estaba a punto paraaquellaso-

lemne ocasion.ien quese veriancolmados los

deseos-de un hombre capaz de rogar durante

largos alios para que se Ieconcediera tan 'gran

merced.

MACARIO17

. Asegurando la pechuga del pavo con la ma-

no izquierda, tomo conla derecha una de las

gruesas piernas del animal para separarla y

empezar a comer. I



III

Cuando intentaba hacer esto, sepercato de

la presencia de dos pies humanos posados es-

casamente a dos metros de el.

Recorrio con la vista los pantalones riegros

y ajustados que cubrfan unas botas cortas de

montar hasta el tobillo y encontr6 para su sor-

presa que pertenecian a un charro que obser-

vaba la operacion que practicaba al pavo. El

charro se tocaba con un sombrero de enormes

alas, ricamente bordado de oro, y vestfa una

chaquetilla de cuero con hermosa botonad ura

del mismo metal y bordada de plata y sedas

multicolores. El pantal6n lucia botones de oro



d J I Ijg

20 B. TRAVEN

enlos costados de ambas piernas y sobre lasbotas relucfan dos preciosas espuelas de plata

maciza. Al mas leve movimiento hecho pOl'el

charromientras se dirigia a Macario, las boto-

naduras chocaban y producian un alegre so-

nido. El charro tenia un gran bigote negro y

una barba como de chivo. Sus ojos, como dos "

mcrsiones, eran negros y penetrantes como

aguJas.'

Cuando Macario mir6 a la cara del extra-

fio, este sonri6 maliciosamente con sus·labios

delgados. Sin duda el charroconsideraba que

su sonrisa era hechicera y que no habria hom-

bre omujer capaz de resistirla.

-~Que dices, amigo, de darle un buen bo-

cado de tu pavo a este jinete cansado? -pre-

gunt6 con voz metalica=. Mira, he cabalgado

toda la noche y'me estoy muriendo de' ham-bre. (Que tal si me convidas a un pedazo de

tu almuerzo?

-En primer lugar, este no es mi almuerzo

-corrigi6 Macario, agarrando el pavo como si

temiera que seechara a volar-. Y en segundo

MACA RIO21

lugar, a esta comida solemne yo no invito. a

nadie, sin distinci6n de pe~sonas. (Me en-

tiendei ._Te doy mis hermosasespuelas de pura

plata a cambiosolamente de esa pierna que

ibas a arrancar -propusO el charro humede-

ciendose los labios con su lengua fina, que de

haber sido bifida parecerla la de una serpiente.

-Las espuelas no me sirven para nada, aun~

que sean de hierro, acero, plata u oro incrus-

tado de diamantes, porque no tengo caballo

que montar. -Macario apreciaba bien su pavo

asado._ Bien,entonces arran care una pieza de la

botonadura de oro de mi pantal6n y te la dare

a cambio de la pechuga de tu pavo.(Qtie

dices?

-Esa moneda de oro no me favorecera ennada. Si alguien me ve con una sola de esas

monedas de su botonadura, me meteran en la

carcel y me rorturaran hasta que lesdiga d6~-

de la robe, y despues me cortaran una mano

por [adron, iY que hare y o, lefiador, con una



22B. TRAVEN

mano de menos, cuando de hecho podria usar

cuatro si elSefior hubiera sidotan bondadosode conce~ermelas?

Macario, despreciando 1a insistencia del

charro, dio,un tiron de la pierna del pavo para

empezar a comer, cuando el visitante,le inte-

rrumpi6, diciendo:

-Mira, amigo, estes bosqu@8me pertene-

cen,.estos y todos los de la comarca. Pues bien,

estoy dispuesto a dartelos a cambio de un al6ndelpavo y de un pufiado del relleno. Todos

mis bosques solamente por eso. '

. -Miente usted, forastero. Estos bosques no

son suyos, pertenecen al Sefior, pues de otro

modo yo no podrfa cortar lefia y proveer de

combustible a los habitantes del pueblo. Y si

fueran de usted y me los regalara 0me lo~die-

ra a cambio de una parte de mi pavo, ello no

remediaria mi situaci6n, porque tendria que

segoir trabajando como 10 he hecho toda lavida.

EI charro insisti6:

+-Escuchame, buen amigo ...

MACARIO 23

--:-Oiga -interrumpi6 Macario con impa-

ciencia-, ni usted es amigo mfo ni yo 1 0 soy

de us ted ni 10 sere mientras viva. Entiendalo

bien. Y ahora vuelvase al infierno, de donde

vino, y dejerne gozar en paz de esta comida

solemne.

El charro hizo una mueca horripilante, ju-

r6 soezmente y maldiciendo al mundo y a la

raza humana, se fue., .

Macario le sigui6 con la vista hasta quehubo desaparecido. Moviendo la cabeza, mur-

,muro:

-~Quien creyera que por estos bosques

pueden andar tipos tan chistosos? En fin, hay

que convencerse de que al crear este mundo,

el Sefior necesit6 de toda clase de gentes.



Suspire y agarrola pechuga del pavo con la

mana izquierda, como antes 10 hiciera, toman-

do con Ia derecha una de las piernas. Nueva-

mente volvio a darse cuenta de la presencia

de dospies frentea el, exactamente en el mis-

rno sitio en el que solo unos segundos antes se

habia parade el charro .

.Los pies que ahora veia iban calzados con

huaraches muy maltratados, que ponian de

manifiestolas andanzas de su duefio. Aquellos

pies correspond ian sin duda a un hombre muy

fatigado, porque parecianhundirse sobre sus

arcos.

IV



26B. TRAVEN

Macario levanto la vista y se encontro con

un rostro muy sincero y agradabl 'I d- e, or a 0

de una barb ilIa rala. El caminante vestia de

~ant~ muy vieja, pero bien limpia; su apa-

ne~~Ia era la de cualquier campesino de laregion.

Los ojos de Macarioquedaron prendidos a

los del peregrino, como si los de este tuvieran

un poder magico, y a traves de ellos e 1 lena-

dor descubrio que en el corazon de aquel hom-bre pobre se hallaban reunidas todas las bon-

da~es del cielo y de la tierra. En sus pupilas

bnlIaba un pequeno sol dorado" algo como

unaabertura que leinvitase a uno a asomarse

por ella al cielo y contemplar a Dios en toda

su gloria. Con una voz en la que parecian es-

c.ucharse las notas de un organo lejano, el vi- _sItante dijo: '

-Dame, buen vecino, como yo habre de

darte algun dia. Tengo hambre, mucha ham-

bre, porque segun puedes ver, amado herma-

no, .vengo desde muy lejos. Dame, por favor,

la prerna que tienes en la mano y te bendecire

MACARIO 27

pOl' ello. Con eso podre satisfacer mi hambre

y recuperare las Euerzas,porque todavia tengo

que andar mucho para llegar a la casa de mi

padre.

-Caminante, es usted un hombre muy

agradable, el mas boncladoso de los hombres

que he conocido y conocere -dijo Macario

como si estuviera orando ante la Virgen.

-,-Entonces, mi buen hombre, dame siquie~

ra la mitad de la pechuga de tu ave, porquesin d~da a ti no te hara mucha falta.

-Oh, mi querido peregrine ~dijo Macario

gravemente, como dirigiendose por primera

vez al personaje que el considerara el mas ele-

vado del mundo, a un arzobispo, aunque en

realidad jamas habia visto 0 conocido algu-

no-. Si usted, mi reverendisimo senor, pre-

tende asegurar que en realidad nada pierdo,le contestare con muchisima pena y a la vez

con toda humildad, porque no hallo otra res-

puesta que darle, que esta usted equivocado.

Se perfectamente que jamas debiera hablarle

en esa forma a Usted, porque es tanto como



28

y a tus hijos. Que Dios sea contigo, hoy, ma-

nana y hasta tu ultimo dfa sobre la tierra.

Macario, despues de seguir con la vista hasta

perderlo al peregrine solitario, movie la ca-

beza y se dijo:

-Realmente me da pena, estaba tan can-

sado y hambriento. Pero yo nada podia hacer.

Habria insultado a mi esposa. Ademas, yo no

podia haber dado ni la pierna ni parte de ·la

pechuga, porque entonces habria dejado de te-ner el pavo entero.

B. TRAVEN MACARIO 29

blasfemar; sin embargo, no puedo evitarlo,

tendrfa que hablar asi aunque me costara la

entrada al cielo, porque Ia voz y los ojos de

Usted me obligan adecir la verdad. Usted sabe,

Senor, que no 'puedo perder ni siquiera elmas

pequefio pedacito de este pavo.El ave (y yo

Ie ruego que comprenda), me fue dada con la

intencion de que la comiera entera y yo solo.

Dejarfa de estar completa si yo regalara aun-

que fuera solo un pedacito del tamafio de una

una. Toda mi 'vida he rogado por unpavo, y

compartirlo ahora, despues de haber orado to-

da la vida para obtenerlo, serfa destruir la fe-

Iicidad de mi buena y fiel esposa, que se ha

sacrificado hasta 1 0 increfble para hacerme este

gran regalo. Asi, pues, Senor mfo, Ieruego que

perdone Usted el pensamienro de este pobre

pecador. Se 1 0 ruego.EI peregrino miro a Macario y Ie dijo:

-Yo te comprendo, Macario; hermano. Te

comprendo y. te bendigo. Puedes comer tu

pavo en paz. Pasare por tu pueblo, me asoma-

re a tu choza y bendecire a tu buena mujer



v

Volvio a agarrar la pierna del pavo para

tirar de ella e iniciar su comida, cuando una

vet mas vio un par de pies frentea sf. Calza-

ban sandalias antiguas y Macario penso que el

Iorastero debia de ser un hombre venido de

tierras muy lejanas, porque nunca habia visto

sandalias como aquellas ..

Poco a poco fue elevando Ia vista hasta des-

cubrir un personaje en el que el hambre se

manifestaba en forma espantosa. En su cara

no quedaba rastro alguno de carne, todo era

hueso, como solo hueso eran las piernas y las

manos del nuevo visitante. Sus ojos parecfan



32 B. TRAVEN .

dos grandes agujeros oscuros cavados en

aquella cara descarnada, La bocaestaba cons-

tituida por dos hileras de recios dientes descu-

biertos por la carencia deIabios. Se apoyaba

en un largo bast6n de caminar. Iba cubierto

por una tunica' azulina, de una tela que no

era ni algod6n, ni seda, ni lana, ni material

alguno conocido por Macario. Del cintur6n,

descuidadamente colocado alrededor de la

tunica, colgaba una caja de caoba muy mal-tratada, de la que partia el tictac de un reloj.

Fue aquella caja, que este personaje traia

en lugar del-reloj de arena fina que Maca-

rio esperaba ver, 10 que confundi6 sus ideas -

acerca de quien podia ser e1 nuevo iimpor-

tuno.

Al comenzar a hablar, e1 forastero 10 hizo

con unavoz semejante alsonido producido

pore1 choque pesado de dostrozos de ma-

dera.

-Ay, compadre, tengo hambre, mucha,

muchisima hambre.

-No hay para que hablar deello, com-

MACARIO 33---

padre, ya 10 yeo -dijo Macario sin mostrar

el menor temor por 1a horrible apariencia del

recien llegado.

-Va que puedes verlo, no dudarasde que

necesito algo en el estomago.v'Noquieres dar-

the esa pierna del pavo que te disponias a cor-

tar? -pregunt6 e1 extrafic visitante.

Macario, lanzando una exclamaci6n des-

esperada y levantando los brazos con el gesto ,

de un ser 'humano vencido despues de tenaz

lucha, dijo:

-:-Bien -y con voz plafiidera agreg6-:

(Que puede hacerun mortal contra el desti-

no? Nada. Tenia que sucumbir finalmente.

Ya 10 presentia. No hay escape posible. Hu-

biera podido gozar de gran ventura, pero el

destinono 10quiso, y asi debe ser. Nunca ten-

dre un pavo entero para mi solo. N unca, nun-ca. Asi, pues, (que hacer? Bien, compadre,

llenese la barriga, yo bien se 10 que es tener

hambre. Nunca he tenido otra -cosa en mi

vida, Sientese, sientese frente a mi. Medin

pavo es suyo, g6celo.



34 B. TRAVEN

-lAy, cornpadre, que delicia, que agrada-

ble! -exclamaba el visitante restregandose las

manos y sentandose £rente a Macario. AI ha-

blar movfa sus hileras de dientes como si tra-

tara de sonrefr 0 de triturar algo.

Macario no pudo explicarse 1 0 que signi-

ficaba aquella mueca de su huesped. Era di-

Hcil sabfr si pretendia con ella mostrar S11

agradecimiento 0 su alegrfa al verse salvado

de un segurodesenlace fatal causado por ina-. .,mcion,

=Partire en dos el ave -dijo Macario al

mismo tiempo que procedfa r~pidamente a

hacerlo, pues temia la llegada de un tercer

pedig~efio que redujera su porcion a una ter-

cera parte.

-Vuelva su cara hacia arras, por favor,

compadre =recomendo Macario a su huespedinesperado-, porque voy a poner mi machete

en medio de las dos partes y usted me dice

cual de las dos desea, si la del lado del filo

de mi machete 0 la otra, porque asf me pa-

rece mas justo. Que usted escoja, csabe?Para

MACARIO 35

evitar dificultades 0 pleitos que yo no quiero.

cLe parece bien, compadre?

-Perfectamente =contesto el convidado

volviendo su cara hacia un lado e indicando

a Macario la parte por el elegida.



Comieron juntos, y fue aquella una comi-

da alegre, salpicadade flores de ingenio y de

chistes jugosos por parte del huesped, asi como

degrandes risas y carcajadas por parte del an-

fitri6n.

'- cSabe usted, compadre? -dijo Macario-.

Al principio me desconcerteporque la figuraI

de usted no esta de acuerdo con la ideaque tenia formada de los muchos retratos que

he visto de usted en la iglesia. Esa caja de

caoba, que lleva usted colgada del cintur6n

con un reloj dentro, me confundi6 y . me di-

ficult6 el que .10 reconociera prontamente.

VI



38B. TRAVEN

,:Que ha hecho usted de su reloj de arena, si

no es indiscreci6n?

-Ninguna indiscreci6n. No hay secreto al-

guno en ello. Y si 10 deseas puedes decir al

mundo 10 que ocurrio con el. Veras; hubo

una guerra en Europa, lugar que es precisa-

,mente por sus etemas guerras la parte del

mundo en donde mis cosechas son mayores.

Pues bien, ocurri6 que en una cierta batalla

tuve que correr de un lado para otro como si

todaviafuera joven. Fui de la Ceca a la Meca

hasta quedar completamente extenuado y casi

loco. Por ello no disponfa de mucho tiempo

para cuidar de mi persona, como 10 he hecho

siempre para conservarme bien,' y parece que

una bala de cafion, mal disparada por un ar-

tillero ingles borracho, se estre1l6 contra mi

reloj de arena, y 10 , averio de tal modo que

ya no fue posible al viejo herrero Pluton,' a

quien gustan esa clase de trabajos, componer-

10 . Busquepor dondequiera, pero no pude

encontrar uno nuevo, pues han dejado de fa-

bricarlos y solo existen, algunas imitaciones

MACARIO 39

que se usan como adorno entre otras

=: ,ra s inservibles, Trate de sacar uno de algun

museo, pero me entere horrorizado de que to-

dos eran imitaciones y no habia ninguno au-

tentico,

=Perdon, compadre, ~que esun museo?

-jAh, eso... 1Pues te dire, Macario, son

grandes salas que en muchos pafses europeos

tienen los gobiernos para exhibir todo 10 que

han robado de otros pafses 0 que se han lleva-

do como botin de guerra de los pueblos ven-

cidos. En algunas naciones de America los tie-

nen para que malos, funcionarios tomen 10

que les gusta y selo lleven a su casa.

Dej6 de hablar durante algun .~ato, olvi-

dandose' del tema de su conversacion, entre-

tenido en saborear un bocado de came blan-. ,

ca. Al cabo de la pausa, continuo:-~En que Ibamos, compadre? .

-En los museos. En que todos los relojes

de arena que habfa en los museos eran falsos,

Puras imitaciones.

-Cierto. Asi, pues, me encontraba sin un



40B.TRAVEN

buen reloj de arena. Pero la buena suerte vol-

vio a mi lado. Sucedio que poco tiempo des- ..

plies visite a un capitan que se hallaba sen-

tado en su cabina mientras su barco se hundia

y la tripulacion, a salvo en los botes, se alejaba

remando. Aquel capitan, como todo buen ca-

pitan britanico, se hundia con su barco, ha-

ciendo las ultimas anotaciones en el libro de

bitacora. Cuando me descubrio parado a su

derecha me dijo: "Bien, sefior, parece que hallegado mi hora." "Asi es, capitan", confirme,

sonriendo para hacerle el trancernenos pesa-

do y para que olvidase a los que dejaba. En-

tonces miro su cronomerro y dijo: "Sefior, so-

lamente Ie pido que me conceda quince se-

gundos mas para escribir las ultimas lfneas en

mi diario.' "[Concedido!", repuse yo. Y el se

sintio- feliz de poder escribir la hora exacta,que era 1 0 que le faltaba. Entonces yo, -vien-

dolo tan feliz, Ie pregunte: "Digame, capitan,

cquerria us ted darme su cronomerro>, creo

que podra prescindir de el ahora que para na-

da 10 necesita, A bordo del barco que guiara

MACARIO 41

de ahora en adelante, el tiempo carecera de

importancia. Se 1 0 pido, porque habra usted

de saber que mi reloj de arena fue deshecho

por la bala de un canon britanico y creo justo

obtener a cambio de el un cronometro ingles".

-Ah, entonces cronometro Ie Haman uste-

des a un relojito de. esta clase. No sabia eso

tampoco -interrumpio Macario.

-Si -dijo su acompafiante, sonriendo con

sus dientes desnudos-. La unica diferencia esI . I

que un cronometro es cien veces mas exac-

to que cualquier reloj comun, Bueno, compa-

dre. cDonde Ibamos otra vez?

-En que Ie pidio usted al capitan del bar-

co su cro ...

- ... nometro, correcto. Bueno, y asi cuan-

do Ie pedi que me diera ese precioso reloj, el

me explico: "Vaya, no podia usted pedirmenada mejor, ya que ese cronometro es de mi

propiedad particular y puedo hacer con el 10

que me plazca. Si perteneciera a la compafiia

naviera me veda precisado anegarle ese com-

pafiero tan util. Esta perfectamen~e ajustado.



42 B. TRAVEN

Precisamente unos dfas antes de iniciar este

viaje, 10 mande arreglar, y Ie aseguro a usted

que puede tener plena confianza en esa ma-

quinita preciosa, una confianza cien vecesma-

yor de la que pudiera tener en su antiguo re-

loj de arena."

, "Inmediatamente cogf este aparato fino y

abandone el barco que se encontraba ya total-

mente cubierto por las aguas. Bueno, asi es

como llegue a hacerme con el cronometro, 0 1 -vidando el viejo reloj de arena de otros tiem-

pos. Y he de decirle a usted, compadre, que

este artefacto Ingles trabaja tan ala. perfec-

cion que desde que 10 tengo no he llegado

tarde a ninguna de mis citas. IEs uno de los

tantos favores que Ie debe la humanidad a

los inglesesl En tanto que antes, mas de un

sujeto, para quienel ataud 0 la canasta 0 el

costal habian sido ya preparados, se me esca-

paba. Y esode escaparse asf resulta mal nego-

cio para todos y especialmente para mf, pues

con ella mi reputacion se lesiona. Pero ya no

volvera a ocurrir jamas."

MACARIO 43

Asf conversaron, bromearon, rieron y jun-

tos y se sintieron tan alegres como viejos co-

nocidos que se en cuentran despues de largo

tiempo de.no verse.



VII

Sin duda el huesped de Macario gusto del

pavo, pues tuvo un sinfin de alabanzas para

la buena mujer que 10 habia cocinado tan

bien.

De vez encuando quedaba como fasci-

nado por el encantode aquella excelente co-

mida y-trataba de humedecerse los labios au-

sentes con una lengua que no tenia.Macario, sin embargo, sabia interpretar

aquel gesto venteridia por el que su acompa-

fiante estaba satisfecho y sesentfa contento

a su manera.

-Antes que yo llegara tuviste otros dos vi-



46 B. TRAVEN

sitantes, cverdad? -Ie pregunt6 en el curso

de su conversaci6n.

-Cierto. cC6mo 10 sabe usted, compa-

dre? '

-Yo tengo que saber todo 10 que ocurre

en el mundo. Porque has de saber, Macario,

que en cierta forma, yo soy el jefe de la Poli-

cia secreta de... de... bueno. tu sabes a

quien me refiero, porque el caso es que no

me estapennitido mencionar su nombre. e Re-

conociste a esosdos visitantes?

=-Desde luego, ovcree usted acaso que soy

un hereje?

Su huesped continu6:

+Elprimero era ese que tantas dificulta-

des nos causa, el Demonio.

-Ya 10 sabfa -dijo Macario convencido-.

Ese tipo puede presenrarsems bajo cualquierdisfraz, el que guste, que de todos modos 10

conozco.En esta ocasi6n trat6 de engafianne,

presentandose vestido como un charro, pero

cometi6 algunos errores en su disfraz, como

pasa a todos los que no son autenticos , por

MACARIO 47

eso no me fue dificil descubrir que era un Ial-

so charro, un impostor.

-cPor que, entonces, sabiendo quien era

no le diste un pedacito de tu pavo? Tu sabes

que el puede causarte muchos dafios.

-A mf no, compadre, yo conozco bien sus

mafias y 10 que el querfa era atraparme. cPor

que habia yo de darle parte de mi pavo? Cla-

ramente se vela que era rico,pues ostentaba

tanto dinero, que hasta 1 0 llevaba cosido enlos pantalones por fuera. Asi, pues, si hubiera

querido, habrfa podido comprar no un pavo,

sino media docena de pavos asadosy dos puer-

cos al homo en la primera posada del camino.

Por eso no le hacian falta ni una pierna ni

un solo al6n de mi pavo.

-El segundo visitante era ... bien, ni sa-

bes a quien me refiero. cLo reconociste, ver-

dad?

-Desde luego, cacaso'no soy cristiano? Lo

habrfa reconocido en cualquier parte. Senti

mucho tener que negarle un pedacito, porque

facilmente se vela que tenia mucha hambre



48 B. TRAVEN

y necesitaba con urgencia algun alimento.

Pero ~quien soy yo, pobre pecador, para hon-

rarme dando a Nuestro Sefior un trocito de

mi pavo asado?Su padre posee todo el mundo

yes duefio de todas las aves, porque el lohace

todo, y puede dar a su hijo cuantos pavos de-

see. Ademas, Nuestro Senor, capaz de ali-

mentar con dos peces y cincq piezas de pan

a cinco mil personas hambrientas, en una

sola tarde, satisfaciendo su hambre y quedan-

dole ademas una docena de sacos llenos de

migas y sobras, bien puede con una delicada

hojita de pasto alimentarse si realmente tiene

hambre. Por ello habrfa yo considerado un

gran pecado darle una pierna demi pavo.Ade-

mas, el q-qepuede con una sola palabra cam-

biar en vino el agua, puede asimismo hacer

que esa hormiguita, que corre por alli Ilevan-do a cuestas una miga, se convierta en pavo

asado con todo el relleno y los aderezos ne-

cesarios. ~Quien soy yo, pobre lefiador con

once hijos que alimentar, para humillar a

Nuestro Sefior, haciendole aceptar de rnis ma-

==- -----~--- ..~--

MACARIO 49

nos de pecador una pierna de mi pavo asado?

Yo soy un hi jo fieI de la Iglesia, y como tal

tengo que respetar el poder de Nuestro Sefior.

-Vaya filosoffa, compadre -dijo el desco-~

nocido-. Puedo asegurarte que "tienes una

mente sana y que tu cerebro funciona perfec-

tamente en 10 que se relaciona con la protec-

cion de 1 0 que estuyo.

-Nunca me habfa dicho eso nadie, com- .

padre -dijo Macario.

,-Lo unico que me intriga ahora es tu ac-

titud hacia mf -dijo el visitante, limpiando

el hueso de un al6n con sus recios dient~s-.

Lo que quiero decir es que.·., bueno, ~por

que me diste la mitad de tu pavo cuando so-

lamente unos minutos antes habias negado

hasta un alon al Diablo y a Nuestro Senor.

-IAh!-exclam6 Macario, subrayando con

un ademan su exclamaci6n-, eso es diferente.

/,La cosa con- usted es distinta por una razon:

yo soy humano y se 10 que es el 'hambre y 10

que es sentirse morir de necesidad. Adernas,

yo nunca he' sabido que usted tenga poder



50 B. TRAVEN

para crear 0 transformar alguna cosa. Usted

no es mas que un servidor obediente del Su-

premo Juez. Tampoco tiene usted dinero para

comprar algo, porque ni siquiera tiene bolsi-

110sen su traje 0 lleva algun morral consigo.

Es cierto que he tenido el mal coraz6n de

negar a mi mujer un bocado del pavo que ella

prepare para mi con todo su amor. Tuve el

mal corazon de hacerlo porque siendo delga-

da como es, no se ve ni en una pequefiisimaparte tan hambrienta como usted. Tuve vo-

luntad suficiente para no darles a mis pobre-

citos hijos, siempre deseososde comer, algu-

nos bocadosde mi pavo, porque a pesar de

10hambrientos que estan,.ninguno esta ni en

una pequefiisima parte tan hambriento como

usted.

-Vamos, compadre, vamos -dijoel

hues-'

ped, haciendo visibles esfuerzos por sonrefr

con los labios que no poseia__:..No Ie des tan-

tas vueltas al asunto. Eres en verdad muy in-

genioso. Pero dime la verdad, no temas lasti-

marme. Til dijiste, cuando empezaste a ha-

MACARIO 51

blar, que atendiendo a una razon me habias

convidado. Ahora dime, ccual es la otra?

-Bien, compadre =contesto Macario-. En

cuanto le vi comprendf que no me quedaba

tiempo de comer ni una sola piema y que

tendria que abandonar el pavo entero. Cuan-

do usted se aparece ya no da tiempo de nada.

Asi, pues, pense: "Mientras el coma, comere

yo", y por eso parti elpavo en dos.



VIII'

El convidado miro a su anfitrion con .sot~

presa retratada en las profundas cuencas aban-

donadas por los ojos, sonrio y estallo despues

en una carcajada cordial, haciendo un ruido

semejante al producido por los golpes de un

baston sobre un barril.

-Por el gran Jupiter, compadre, Ique listq

eresl No recuerdo haber encontrado otro D1~Slisto desde hace largo tiempo y que supiera

esquivar tan habilmentesu ultima hora. iNi

siquiera me tuviste miedo! Realmente mere-

ces que yote seleccione para prestarme cierto

servicio, un servicio que h a r - a mi 'exiStehcia



54 B. TRAVEN

solitaria menos aburrida de vez en cuando.

Habras de saber, compadre, que alguna vezgusto de jugar bromas a los hombres. Bromas

que no hieren a nadie y que me divierten

haciendo que mi trabajo sea menos monoto-

no, ccomprendes?

-Creo que sf.

-cSabes 10 que voy a hacer para compen-

sarte justamente por la comida que me has

ofrecido tan generosamente?-cC6mo, compadre? Oh, por favor, senor,

no me haga su ayudante. No haga eso, por fa-

vor. Cualquier otra cosa que desee usted,

bien; pero que no sea ayudarlo.

-Yo no necesito ayudantes y nunca los

tuve. No, se trata de algo bien distinto. Te

convertireen doctor, en un gran doctor capaz

de eclipsar a todos esos medicos y cirujanos

sabihondos que tan a menu do me hacen des-

agradables jugarretas con la i~ea de ridiculi-

zarme. Eso es 10 qu~ voy a hacer, a convertirte

en doctor. Y te prometo que te recompensare

tu pavo un millen de veces.

MACARIO 55

Al terminar de hablar se levanto, camino

unos veinte metros, mir6 al suelo, seen y are-

noso por aquella epoca delano, y dijo:

-Compadre, trae aca tu guaje; si, esa bo-

tella que tienes y que parece hecha de una

rara ealabaza, peroantes tira el agua que hay

en ella.

Macario obedeci6 y.se aproxim6 adonde el

visitante 10 esperaba ..Este dio unos siete gol- .

pes con el pie sobre la tierra y se mantuvo

quieta durante algunos minutos, al cabo de

los cuales broto de la tierra seca y arenosa un

chorro de agua cristalina.

-Dame tu guaje -orden6 el forastero. Se

acerco al ehorrode agua y llen6 el recipiente

de Maeario, operacion para la que se necesit6

algun tiempo, porque el gollete del guaje era

muy .estrecho.Cuando estuvo lleno, el visitante se arro-

dillo, golpeo 13.tierra con una mana e hizo

desaparecer el agua. Despues dijo: .

-Volvamos al sitio donde comimos, com-

padre.



56 B. TRAVEN

Una vez mas se sentaron juntos en el suelo.

El forastero tendio a Macario el guaje.-Este lfquido, Macario, hara de ti el me-

dico mas notable del siglo. Una sola gota bas-

tara para curar cualquier enfennedad, y si

digo cualquier enfermedad me refiero a aque-

Has consideradas como incurables, como fata-

les. Pero entiende y entiendelo bien, compa-

dre; una vez ·que se haya agotado la ultima

gota, no podras obtener ni una mas, por 10

que el poder curativo que tienes habra termi-I

nado para siempre. .

....

A Macario no Ie habia impresionado. 1 0

mas minimo aquel gran regalo y vacilo antes

de tomarlo.

-No se si deba aceptar esto de usted, por-

que habra de saber, compadre, que yo he sido

feliz· a mi modo. Cierto que he sufrido de

hambre toda mivida, que siempre me he sen-

tido cahsado y que he tenido que luchar cons-

tantemente para mantener a mis hijos. Pero

eso ocurre a todas las gentes demi clase. Acep-

tamos esta vida, porque fue la que nos die-

ron, ynos sentimos felices a nuestra manera,

porquesiempre estamos procurandohacer

IX



58 B. TRAVEN

algo bueno de una cosa malisima yen la que

aparentemente no cabe esperanza alguna. Elpavo que acabamos de comer' era la ambici6n

mas grande de mi vida. Nunca mis deseos fue-

ron mas alla de un pavo asado con todos sus

aderezos para comerlo yo solo, en paz, sin te-

ner alrededor los ojoshambrientos de mis mu-

chachos contan do hasta el ultimo bocadoque

me echara al est6mago.

-Pero ahora no pudiste disfrutar de tupavo complete. Me diste la mitad y en esa

forma tumayor ambici6n sobre la tierra no

se te ha cumplido,

-Pero usted sabe bien, compadre, que yo

no podia elegir, tratandoss del person~jeque

me pedia compartiera con el mi comida -dijo

Macario con una sonrisa burlona en los labios.

Su huesped le devolvio la sonrisa, 0 por 1 0

menos trat6 de hacerlo, admitiendo:

.-Tal vez tengas raz6n, hombre, y tal vez

no la tengas. Pero ahora no te hablare del ca-

mino que debiste haber tomado,porque tanto

uno como otro podian haber resultado igua-

MACARIO 59

les. Pero es el hecho de que me hayas invitado

a compartir tu pavo, despues de negar un pe-dacito de el tanto al Diablo como a Nuestro

Senor, 1 0 que me hace juzgarte como a un

hombre listo, merecedor de la buena oportu-

nidad quenunca tuviste.

Despues de meditarlo por un minuto, Ma-

cario dijo:

-Si ello le complace y cree ademas que

debe compensarme PQr la comida, llevare con-migo el agua. En cualquier forma servira al-

gun dia si mi mujer 0 alguno de losnifios se

enferma y no encuentro manera de aliviarlos.

-Perfectamente pensado y bien dicho. So -

lamente que no debes olvidar que, como to-

das las cosas en la vida, una vez que comien-

ces tendrasque seguiradelante. No habra ma- .

nera de retroceder. Pues cuando cures al pri-

mer enfermo llegaran otros que querran ser

curados tambien, Debes 'usar una sola gota

cada vez.Te veras acosado por los que sufren

y no podras negarte. Conozco elmundo; es el

mismo desde que me encomendaron el trabajo



60 B. TRAVEN

que desempefio. Nada ha cambiado y nunca

cambiara respecto a la actitud de los mortales,

Cuida bien el don que te doy.

Macario escuchaba atentamente todas las

advertencias.

Su acompafiante continuo hablando:

-Algo mas, compadre: recuerda que esta

medicina es la compensaci6n por el medio

pavo que me diste. Pronto desearas un pavo

entero tan ardientemente como 10 has desea-do durante los ultimos veinte afios. Porque tu

deseo aun no ha quedado satisfecho. Y si de-..~ . ;.. - . I

seas comprar otro SIn esperar varies anos mas,

tendras que curar aalguien para conseguir el

dinero necesariopara comprarlo ..

. -Nunca habfa pensado en ello =-admitio

Macario-; pero necesito tener un pavo entero

para mf.solo, pase 10que pase, 0morire como

el mas-desgraciado de los hombres.

=-Desde luego, pero despues desearas tam-

bien otras cosas. Todos los mortales desean

probar y hacer muchas cosas antes de marchar-

se de este mundo. Ahora otra cosa, compadre;

MACARIO 61

escuchame bien. Adondequieraque te lla-

men para que atiendas un paciente, alli esta-

re yo tambien. Nadie mas que ttl podra ver-

me. Cuandome veas parade a los pies de la

cama de tu paciente; concretate a poner ':lna

gota de la medic ina dentro de un vaso de agua,

haz que tu enfermo la beba y antes de que

pasen dos dias se habra recuperado .comple-

tamente. Pero si me ves parado a la cabecera

delenferrno, no te tomes el trabajo de usar la• • • I

medicinarpues mi presencIa en ese SItlOsera

sefial de que el enfermodebe morir, sin que

import en los esfuerzos que tu < > muchos me-

dicos habiles hagan por arrebatarmelo, En ese

caso no emplees la medicina que te he dado,

porque no harfas mas que desperdiciarla.

"Debes darte precisa cuenta de que el po-

der divino de que me hallo investido; esto es,el poder de elegir a los que han de abando-

nar este mundo, mientras los canallas 0 los

muy viejos han de permanecer aun en el, no

es transferible a ningun ser humano suscepti-

ble de errar 0 de corromperse. Por ello 1~de-



62 B. TRAVEN

cisionfinal en cada caso debe quedaren mis

manos, y tu tendras que acatarla yrespetarla."

-No 10olvidare, sefior=contesto Macario.

-Si; mas vale que 1 0 recuerdes siempre. Y

ahora tel1goque decirte adios. La comida es-

tuvo excelente, exquisita, diria yo si compren-

dieras el significado de esta palabra. He de

admitir que he pasado un magnifico rata en

tu compafiia. El medio pavo que me has brin-

dado restaurara mis fuerzas para otros denafios. Ojala que cuando vuelva a tener la ur-

gencia que tenia ahora, vuelva a encontrar

un anfitrion tan generoso como tu, Muchas

gracias, compadre. [Adios!

x

Aquellatarde regreso a su casa sin lefia.

Su mujer no.tenia ni un centavito para los

alimentos del dia siguiente, /los que se obte-

nian siempre con el producto de la venta de

la lefia llevada la tarde anterior. Pero no le

reprocho su pereza; en aquellos momentos

estaba invadida por una sensacion encanta-

dora. Por la tarde, cuando l~vabalos andrajos

de los nifios, un extrafio rayo dorado, que al

parecer no partia del sol, habia penetrado

todo su cuerpo, y al mismo tiempo habia oido

dentro de su corazon las dukes notas de una/

cancion venida demuy lejos.Apartir de aquel



64 B. TRAVEN

momento, sinti6 como si caminara suspendi-

da en el espacio y no podia recordar haber

gozado jamas de la serenidad de espiritu que

Ia invadia, No comunic6nada de cuanto Ie

ocurria a su marido; 10 guard6 para si como

una propiedad sagrada.

Cuando sirvi6 1a cena, su rostro se hallaba

iluminado aun ,por aquel rayo dorado. Hasta

su marido se percat6 de ello cuando la mir6

casuaimente, pero no hizo comentario algunoporque estaba demasiado ocupado pensando

en sus experiencias de aquel dia.

Antes de acostarse aquella rioche.rmas tar-

de que de costumbre, ya que habia dormido

bien durante el dia alla.en el bosque, suespo-'

sa Ie pregunt6 timidamente:

...:-~C6moestuvo el pavo, querido esposo?

-cPor que preguntas eso? cQue quieres de-cir? Estaba perfectamente hasta donde a mi

me es posible juzgar, dada la poca experien-

cia que tengo de comer pavo.

No dijo una sola palabra acerca de sus vi-

.sitantes.

.A.CARlO

Al elia siguiente la familia sufriria de ham-

lhre. EI desayuno, induyendo el de: Macal:-io,iue .como de castumbre" en extrema. frugaL

AqueHa manana la esposa tuvo necesidad de

reaudrlo mas' aun can ei proposit!o) de que

alcaaease para dos comidas m a s . .Maario aab6 en seguida con el bocado

de frijoles negros que le sirvieron ..No, ' se que-

j; a po1"que comprendi6; que toda 'la culpa era

sU1a. Tomo sa machete, 811 .haclea y sus cuer-das y se lanzn al bosque. en la manana nu-

blada .:

A jiuzgar por la forma natural en. que. se

dirigia a 'cumplir con s u dura laoor,. parecfa

haber olvidado la medidna y todos los aeon-

tecimieatos a los que estaba 1igado.

Apenas nabia dado unos euantos pasos

cuando su mujer 10 llama y le dijo:

-Maeario, tu guaje todavia esta Ilene de

ag;ua. cQuieres que laotire y Ie ponga otra

nueva? -pregunto mientras jugaba con el

tapon.

-Sf,. esta lleno todavia -admiti6 el sin te-

65



66 B. TRAVEN

mer ni por un instante que su esposa obrara

con precipitacion tirando el precioso liqui-do-.,Ayer bebi.en el arroyito. Dame el guaje

lleno como esta.

'Camino del bosque y a una regular dis-

tancia desu casa, que era la ultima en aquel

lado del pueblo, escondio el guaje entre la

maleza, enterrandolo,

Aquella noche regres6 con la mayor carga

de buena lena que habia conseguido en mu-

chos meses. Fue vendida en -tres reales al pri-

mer intento que los hijos mayores hicieron

por lograrlo. La familia se sintio poseedora

de un millen.

XI

Al dia siguiente, Macario volvi6 a su tra-

bajo como de costumbre, .

La noche anterior Macario habia dicho

comoal acaso a su mujer que un tronco muy

pesado, cayendo sobre su guaje, se 10 habia

roto.

Aquellos guajes no le costaban nadavpor-

que los hijos mayores los encontraban entrela maleza, donde crecian silvestres.

Regreso nuevamente 'con otra buena car-

ga,de lena, pero la familia no pudo gozar del

bien que representaba porque una calamidad

habia caido sobre ella. La esposa, .con lacara



D. TRAVEN

hinchada ylos ojos irritados de tanto llorar,

salio a su encuentro.

~Reginito se nos muere; mi pobrecito

nino morira, se esta acabando -lamentose ba-

naaa en Ia.grimas.

Ella mird estupidamente, como 10 hada

siempre que algo anormal ocurrfa en casa.

Cuando su esposa se aparto, note la presencia

de varias mujeres, unas de pie, otras sentadas

en cuclillas, proximas al sitio en el que el nino

yada.

La suya era una de las familias mas.pobres

del pueblo, una de las mas apreciadas por su

henestidad y su modestia, y. ademas porque

siempre son mas queridas las familias pobres

que .las ricas,

Aquellas mujeres, al enserarse de la en-

fermedad del hijo del pauperrimo Macario,acudieron pamayudar a la familia, Ilevando

consigo toda clase de raices, hierbas y pedazos

de eorteza de .las que usahan en caso de enfer-

medad, En aquel pueblo no nabia oi medicosni medicinas, ..

MACA-tHO 69

Como consecuencia de ello, tampoco h~-

bia funeraria.Cada una de lasmujeres babla Ilevado una

hierba diferente, ycada unasugerla un medic

distinto para salvar.al nino .. Durante largas

horas habian torturadoal pequefio con inn-

nidad de tratamientos, haciendolecocimien-

tos derafces, hierbas y huesos melidos.

~Comiodemasiado =-dijo una de ellasal

ver queel padre se aproximabaal nino-;tiene.los intestinosretorcidos y no sesalvara,

Otro corrigi6:

-Estaustedequivocada, comadrita.rse tra-

, ta de un c6lico.

Otramasagregaba:

-Hemos heche todo 10 posible, pero no v i-

vira ni una horamas, Uno de nuestrosnifios

murio en Iamisma forma. Lo se. Por su cat-ita

puedo asegurar que ya esta listo para volar al

c ielov ]Pobre angelitol

.Sin prestar atenciona los comentarios de

las mujeres, Macario rniroa su hijo, a quien

por ser tan chiquito 10 querfacon un carifio



70 B. TRAVEN

especial. Era el mas pequefio de todos y gus-

taba de su sonrisa y de que se sentara de vez encuando en sus piernas y le hiciera carifios

en la cara con los deditos de sus manos. A me-

nudo pensaba que la unica razon que tenia

para soportar su azarosa existencia radicaba

en el hecho de que siempre a su alrededor ha-

bia algun nino sonriendo inocentemente y

golpeandose la nariz y las mejillas con los

pufiitos.El nino se moria, no cabia duda. El peda-

zo deespejo colocado por una de las mujeres

delante de su boca no mostraba huellas de

aliento. Los latidos de su corazon eran imper-

ceptibles por la mujer que hacfa presion con

la mano sobre el pecho del nino.

El padre se detuvo y miro a la criatura sin

saber si debia aproximarse y tocar su carita 0

permanecer en el sitio en que se encontraba,

o dirigirse a los otros nifios que se amontona-

ban en un rincon del jacal, como si se sintie-

ran culpables de aquella desventura. Los po-

brecillos no habfan cenado y sabfan que nada

MACARIO 71

comerfan aquella noche debido al terrible es-

tadomental en que su madre se hallaba.

Macario dio la vuelta, se dirigio a la puer-

t.ay salio sin saber ni que hacer ni a donde ire

La aglomeracion en su casa no le perm ida

permanecer en ella. Estaba rendido de la dura

jomada, tanto que sentia que las rodillas se

le doblaban. Camino automaticamente por la

vereda que conducia al bosque, para encon-

trar la paz que necesitaba. Al llegar al sitioen que por la manana habia enterrado el gua-

je, busco el punto exacto, 10 saco y con una

rapidez de rriovimientos olvidada hacfa mu-

chos afios regreso al jacal,

-Denme una taza con agua limpia -orde-

no en voz altaal abrir la puerta.

Su mujer se apresuroa cumplir sus deseos

como si le hubieran inyectado nuevas espe-ranzas y en un segundo estuvo de vuelta con

un jarrito lleno de agua,

=-Ahora todos ustedes dejaran el cuarto.

Salgan y dejenme solo con mi hijo. Vere que

puedo hacer.



72 E.TRAViEN

-No tiene ebjeto, Macarlo.e-Novesque

seesta -muriendo> Mas vale que teanodilles

yreces mientrasexpira -aconsej'6 una de las

mUJeres.

-:-Hanoido 10 que dije y 10 haran =con-

testoel secameatevcortandoasf toda nueva

protesta.

Nunca le habfa ofdo su esposa hablar tan

bruscamente, Casiasustada, obliga a las otras

mujeresaque salieran del cuarto,

Macario sequedo solo. Levanto la vista y

vio a su invitado paradoal Iadoopuesto,

Este mire a Macarioa traves'de los negros

agujerosque tenia por ojos, vaciio, seenco-

Igio y lentamente se dirigio, como si pesara

aun su decision, hacia los pies del nino, y

alH permanecio .algunos segundos, mientras

el padre verda una dosis generosa de la me-dicina dentro del jarrito deagua. AI verque

su amigo desaprobaba.aquello con un movi-

miento de cabeza, Macario recordo que la do-

sis no debfa exceder de una gota, cantidad su-

ficiente para curar, Peroera demasiado~arde.

MACARtO 73

el Iiquido no podia restituirse a la botella

poro._uese habra mezcladocon aguafresta.

Macario levanto Ia cara del nino y for:to

su boquitaexanime abriendola y vertiendo

un poco del ltquido dentro de ella, cuidando

de que no' sedesperdiciara. Para su regocijo

noto que una vezque la boca del nino se hu-

mededa, este empezaba a beber voluntaria-

mente terminando por consumir todo el U -

quidoquecontenia el jarrito. No bien Ia me-dicina hub~alcanzado el estomagocuando d

nino empezo a respirarcon Iiertad, el color

volvio lentamente a su palido rostro y movio

la cabezaen busca de acomodo.

El padre espero algunos instantes mas, y

al ver que el nifio se recobrabacon rapidez

milagrosa, llamo a su mujer.

Una mirada bastoa Iamadre para arrodi-llarse anteel nifiogritando:

-iBenditos sean Dios y la Virgen! Gracias,

gracias, Dios santo;mi nene vivira,

Al escuchar la explosion, todas las muje-

res que habian estado esperando afuera sepre-



74 B. TRAVEN

cipitaron al interior, y viendo 1 0 que habia

ocurrido durante la permanencia del padrecon el hijo, se santiguaron y miraron a Ma-

cario como si fuera un extrafio al que vieran

por primera vez. ,

Una hora mas tarde todo el pueblo se ha-

llaba reunido en la casa de Macario para ver

con sus propios ojos si era cierto 10 que las

mujeres habfan pu~licado con gr-an-rapidez.

El nifio, con las mejillas sonrosadas, con

los pufiitos apretados contra su barba, r,epo-

saba dormido. Claramente se vela que todo

peligro habia pasado.'

Ala mafiana siguiente, Macario se levanto

a la hora usual, se sento para tomar el frugal,

desayuno, busco su machete, su hacha, sus

cuerdas y, taciturno como siempre, dejo el

jacal para salir a los bosques a cortarIefia.

Llevo consigo el guaje que con tenia la me-

dicina y 1 0 enterro en el mismo sitio en que

10 habia ocultado con anterioridad.

XII

Continuo su vida de siempre durante seis

semanas, al cabo de las cuales, una noche, de

vuelta a su hogar, encontro a Ramiro que es-

taba esperandole para suplicarle que fuera

a ver a su esposa, que se encontraba enferma

hacia cuatro semanas yse hallaba agonizante.

Ramiro era el tenderoprincipal del pueblo y

el hombre mas rico del lugar. Explico que

habia oido hablar delpoder curativo de Ma-

cario y que deseaba 'que 1 0 probara con su

joven esposa.

- Traigame una botellita, una botella pe-

quefiita de las que tiene en su tienda. Aqui



76 B. TRAVEN

loesperare, pensando rnientras en 1 0 que pue-

do hacer por su espgsa ...

Ramiro trajoel frasquito.

-eQue vas a hacer conesa botellita, Ma-

cario? -preguntocon curiosidad.

-Va vera usted, Vaya a casa v espereme

alli, Necesitovera sumujer para decir si pue-

docurarla 0 no. Nada le ocurrira mientras

llego, no se preocupe. ~ntre tanto, necesito

salir al campo y buscar algunas hierbas queconozeo.

Salio, busco suguaje, Ilene hasta la mitad

el frasquito de cristal con la medicina, volvio

a esconder el guaje y se dirigio hacia la tien-

da de Ramiro, instaladaen una de las tres

casas de ladrillo del pueblo.

Lamujer sehallaba proxima amorir, su

estado era elmismoque aquel en que Ma-cario habfa encontrado a suhijito.

Ramiro le miro interrogante.Macario le

pidio que 1 0 dejara solo con la enferma.

Ramiro obedecio, no sin sentir celos de su

joven y bella esposa, bella a pesar de hallarse

MACARIO ,77

agonizante, y con quien hacia menos de un

afio que se encontraba casado, y ; pusose a ob-

servar a traves del agujero de la Have 10 que

Macario hacia. Este, proximo a la puerta, la

ahri6 repentinamente para pedir un vaso de

agua. Ramiro, con la cara pegada a la cerra-

dura, no pudo moverse rapidamente y cuan-

do Macario tiro con fuerza cay6 de bruces den-

tro de la pieza.

-No es un acto muy encomiable, don Ra-miro --dijo Macario al advertir It) que el ce-

lose haefa-«, S610 par eso debia negarme a

devolverle su esposa. [No la mereee y; usted

10 sabel

Ramiro se detuvo sorprendido. -No com-

prenella 1 0 que Ie ocurrfa, no podia explicarse

como era posible que el mas pobre y humilde

hombre de ta aldea, aquel modesto lefiador,se atreviera a hablarle en esos terminos a el,

el mas rico y ; encumbrado, el senor aquien

diHcilmente ekalcalde se habrfa atrevido a

interpelar en aquellos, terminos. Pero Maca-

rio, a :l vel' a Ramiro parada. ante. el, humiUa-



78 B. TRAVEN

do, con gesto de mendigo, temblando ante

la idea, de que se negara a devolver la salud

a su esposa, comprendi6 subitamente que ha-

bia adquirido un gran poder y que hasta el

altivo Ramiro le reconocia la facultad de' ha-

cer milagros.

Ramiro le pidi6 humildemente que 10ex-

cusara por haber atisbado y lerog6en forma

lastimera que salvase a su esposa, que en me-

nos de cuatro meses le darla un hijOe

-cCminto pediras por devolvermela sana

y fuerte como.era?

-No venda mi medicina; no soyyo el que

le pone precio; es usted, don Ramiro, quien

debe fijar el precio. 5610 usted sabe el valor

que su esposa tiene para usted. Asf, pues, us-

ted dira cuanto.

-cSeran suficientes diez monedas de oro,querido Macario?

, """"'cEsl equivalente de diez monedas de oro

10que su mujer vale para usted?

-No 10tomes en esa forma, Macario. Des-

de luego que ella vale paJiamf mas que nin-

gun dinero. El dinero me sera posible adqui-

rirlo cualquier dfa, cuando Dios me 10 per-

mita. Pero si mi mujer muere, cme sera po-

sible encontrar otra como ella? No, en toda

la redondez del mundo.Te dare cien mone-

das de oro, pero por favor, salvala.

Macario conocfa a Ramiro bien, demasia-

do bien. Ambos habfan nacido y crecido en

el pueblo. Ramiro, hijo del comerciante mas

rico del lugar, ocupaba ahora su sitio. Maca-

rio, hijo dellefiador mas pobre, le habia su-

cedido hasta en el hecho de tener la familia

mas numerosa de todas. Macario conoda a

Ramiro perfectamente y sabia que una vez

que le devolviera la salud a su esposa, tratarfa

de regatear todo cuanto pudiera el pago de

las cien piezas de oro. Si Macario no accedia,

tendrian sin duda unalarga y agria disputa.Pensando en ello, dijo.

- Tomare las diez piezas de oro que me

ofreci6 en un principio.

-Ah, Macario,gracias. Te 10 agradezco,

te 16 agradezco de veras y no por larebaja,

MACARIO 79



onou a, TRAVEN

sino por tu buena voluntad, Nunca olvidare

10 que has heche por nosotros; te 10 aseguro.Mi gran esperanza es que tamhien el nonato

se.salve.

-Sera -dijo Macario segura de su ~xito,

pues nabla vista a su convidado en el sitio

buena.

-Ahara traigame un vasa de agua. -ordena

a Ramiro.

E~agua fue traiday Macario conmino aleomerciaaee, diciendole:

-No se atreva usted a espial' nuevamente,

porque si 1 0 hace puedo {allar y usted sera..el

unico culpable. Asi, pues, recuerde: no debe

espial' ni vigilar~ Ahora, dej,eme solo con la

paciente.

En esta ocasion, Macario tuvo,.gran cuida-

do en no usar mas. que la dosis indispensable

del valioso Hquido. Y hasta trato de dividir

en des unagota. POI' 81:1 conversacion con Ra-

mire se percat6 del valor incalculable de la

med1icina"..£apazde convertir en humilde mor-

tal a aque] altanero rico, hasta el grade de in-

MACARIO 81

ducirlo a humillarse ante el modesto lefiador,

unico que podia administrarla y salvar la vidade su esposa. Al darse cuenta del hecho y no

obstante la lentitud con que su mente tra-

bajaba, Macario tuvo la vision de 10 que po-

dia alcanzar olvidando su oficio de lefiador

Y . dedicandose unicamente a la aplicacion de

su medicina. Natura1mente, la quintaesencia

de un futuro feliz era para ella posesion ili-

mitada de pavos asados.AI tratar de dividir 1agota en dos, Macario

se volvio a sucompafiero enbusca de consejo,

Este hizo un signa aprobatorio con la cabeza,

Dos dfas despues la esposa de Ramiro se

habfa recobrado totalmente, tanto que ella

misma comunico a su esposo que estaba se-

gura de que el nifio no habia sufrido 10mas

mfnimo a causa de su enfermedad,

Ramiro entrego a Macario con gran rego-

cijo las diez monedas, no solo sin regatear un,

apice, sino agregando mil gracias. Invito a

toda la familia asu tienda, en donde todos,

esposo. esposa e hi jos, tomaron tanto de 10



82 B. TRAVEN

que deseaban como pudieron transportar en

sus brazos. Adernas, ofrecio una esplendidacena, a la quefueron invitados de honor. '

Despues, Macario pudo construir una bue-

na casa y obtener algunas parcelas cuyo cul-

tivo emprendio, pues Ramiro Ie Iacilito cien

piezasde oro con bajisimo interes,

Bueno, existia otro interes bien alto. Ra-

miro le hacia el prestamo no solo por grati-

tud; era demasiado buen negociante para sol-tar suodinero sin la perspectiva de buenas

ganancias. Se daba cuenta de que Macario te-

nia un gran porvenir y que retenerlo por to-

dos los medios en el pueblo, obligando asf a

la gente a que viniera a consultarle en vez

de dejar que el fuera a la ciudad, representa-

ria una gran inversion. Confiado en el proxi-

mo auge de la ciudad, Ramiro agrego a los

muchos giros de su negocio los de hospedaje

y bancarios. /

Comercio con la habilidad de Macario y

gano, Gano mas alla de 1 0 que habia imagi-

nado. Fue el quien hizo toda la propaganda

--------

MACARIO 83

necesaria para concentrar la atencion de las

gentes en las cualidades de Macario. Bastaronapenas unas cuantas cartas enviadas a ami-

gos comerciantes para que una procesion de

enfermos desahuciados Hegaran al pueblo con

esperanzas de curacion.

Pronto fue facil para Macario el construir-

se una verdadera residencia rodeada de par-

ques y jardines. Sus hijos tuvieron maestros.

de latin y de varias ciencias y fueron despues -

enviados a las universidades de Paris y Sala-

manca. Las cosas ocurrfan tal y como su hues-

ped de un dia le habfa prometido. Aquel me-

dio pavo le era recompensado mas alla ,de 10

concebible.



XIII

No obstante su fama y riqueza, Macario

se conserve honesto e incorruptible. Cual-

quiera que. acudla -en demanda de curacion

era interrogado .acercadel valor que le daba

a su salud. Siguiendo la forma que desde un

principio habia adoptado, eran el paciente 0_

sus parientes quienes debian fijar el precio

de la curaci6n.

Si un pobre hombre 0. una pobre mujer

no. podian ofrecerle sino. solo unos cuantos

centavos,0un puerquito, 0un gallo, gozaban

exactamente de la misma atenci6n que los

ricos, a quienes en ocasiones habia llegado.a



86 B. TRAVEN

cobrar hasta veinte mil doblones de oro. Curo

a hombres y mujeres de la mas elevada alcur-

nia, que habian cruzado el oceano proce- I

dentes' de Espana, Italia, Francia, Portugal y

otros paises con el unico fin de ser curados

por el,

Y asi como conservaba su honestidad en

cuanto at precio, la conservaba en 1 0 relativo

a sus posibilidades de impartir salud. Si al-

guien 1 0 consultaba y el tenia la certeza de nopoder hacer nada, atendiendo a la actitud de

su huesped, no cobraba en absoluto por la

consulta,

Todas las personas, sin excepcion, acepta-

ban su veredicto final sin discusion, No in-

tentabanen absoluto argiiir con el una vez

que declaraba su impotencia para ayudarlos.

Mas 0menos salvaba a la mitad de las gentes

que le consultaban; la otra parte era reclama-

da pOl: su socio. Ocurrfa muchas veces que

.durante semanasenteras no le era dado curar

a un solo paciente, pO:fque su sodo decidia

1 0 contrario.

MACARIO 87

Al principio de su practica habia logrado .

dividir cada gota en dos, mas tarde en cuatroy despues en particulas pequefiisimas, "alien-

dose de un sin fin de mafias. Pero a pesar de

estas, y de cuantos esfuerzos hada por reducir

sus dosis cada vez mas, la medicina disminuia

en forma alarmante. En el primer mes de

su ejercicio habia vaciado el contenido del

.guaje en botellas de cristal oscuro perfecta-

mente selladas, para evitar que el Hquido eS-capara evaporandose a traves de los poros del

guaje,

La ultima botella habia sido abierta rneses

atras y cierto dia Macario se percato horrori-

zado de queen ella quedaban a 10 sumo dos

gotas. Consecuentemente decidio hacer saber

que se retirarfa y que no curarfa a nadie mas,

Habfa envejecido y penso que ya tenia de-

recho a pasar tranq uilamente los ultimos aiios

de su vida. Ademas, deseaba reservar las dos

ultimas gotas de medicina para su familia, es-

pecialmente para su amada esposa. a quien

ya habia tenido que curar dos veces en los



88I

B. TRAVEN

,

ultimos cinco afios, ocasiones en que la posi-

bilidad de perderla le habia llevado a consi-derar 1 0 insoportable que para el seria esa

perdida,

XIV

Justamente por aquellos dias ocurrio que

el hijo, de ocho afios, del Virrey don Juan,

marques deCasafuerte, el mas alto personaje

de la Nueva Espafia, enfermo. Fueron. llama-

dos los medicos mas famosos,pero ninguno

pudo hacer nada por el nino. Todos acepta-

ron que el mal era desconocido para la cien-

cia medica. El Virrev habiaoido nombrar a .

Macario, pero debido a su dignidad, educa-

ci?n y .elevada posicion politica y social. 1 0

consideraba como merolico, mas aun cuando

era .ese elnombre que le daban los medicos

acreditados con un titulo universitario.



90 B. TRAVEN

La madre del nifio, sin embargo, menos

dada a la dignidad cuando de la vida de su

hijo de trataba, molesto tanto al Virrey con

su insistencia, que estevfinalmente, opto por

llamar a Macario.

Macario no gustaba de viajar, raramente

dejaba su pueblo y cuando 1 0 hacia era para

dirigirse no muy lejos. Pero una orden dada

por el Virrey en persona debia atenderse 0

.pagar con la vida la desobediencia. Asi, pues,tuvo que ir. ,

En presencia del Virrey, se Ie dijo 10 que

de el se esperaba. Aquel, no dando credito a

los milagros que se decia habian sido reali-

zados por Macario, se dirigi6 a el en los.ter-

minos que habria empleado para hablar a

cualquier lefiador nativo.

- No. he sido yo quien te ha llamado y

quiero queesto quede perfectamenteaclara-

do. Mi esposa es quien ha insistido en traer-

te aqui para que salves a nuestro hijo, que,

segun parece, no hay sabio medico que le

pueda curar. Quiero quecomprendas clara-

MACARIO 91

mente ahora que, en el caso de que en rea-

lidad cures, a nuestro hijo, te dare la cuarta

parte de mi fortuna y tendras, ademas, dere-

cho a pedir cualquier cosa que te guste en

palacio, no importa cual sea ni que valor ten-

gaoAparte de todo eso, yo mismo te expedire

una licencia que te acredite para ejercer la

medicina en cualquier parte de la Nueva Es-

pafia, con los mismos derechos y privilegios.

de que puede gozar cualquier medico titu-lado. Aello se agregara una carta con mi

sello, por medio del cual te convertirasen

persona con fuero a la que no habra policia

ni soldado que pueda arrestar ni accion penal

. injustificadaque le pueda alcanzar. Creo que

la recompensa por tus servicios sera regia.

Macario hizo un signo de asentimiento,

sin decir palabra. El Virrey continuo:

=-Las promesas que te hago son apegadas

a las sugestiones hechas por SuAlteza, lamar-

quesa mi esposa, y cuando yo prometo algo,

1 0 cumplo. Pero ahora debes escuchar mi opi-

nion: si fracasasen salvar a mi hijo te e~tre-



92 B. TRAYEN

I gare al alto tribunal de la Inquisicion, bajo

el cargo de hechicerfa y de pacto con el Dia-blo por 1 0 que seras quemado vivo publica-

mente en la Alameda.

EI Virrey se detuvo para espiar la impre-

sion que su amenaza causaba a Macario.Este

palidecio, pero nada di jo ,

-eHas comprendido bien 1 0 que te he di-

cho? =pregunto el Virrey.

-He comprendido, AIteza -dijo Macariobrevemente con un ligero temblor, y hacien-

do una torpe reverencia.

=Ahora, yo, personalmente, te llevare jun-

to a nuestro nifio enfermo. S:£gueme.

Entraron al cuarto del nifio, al que dos

hermanas de la caridad vigilaban impotentes,

tratando solo de que estuviera comedo. La

madre no estaba presente. Se hallaba, por

orden del medico decabecera, confinada en

sus habitaciones.

EI nino descansaba sobre una camita de

madera fina, perosin grandes adomos.

I Macario se aproxim6 al enfermito y mire

MACARIO 93

en rededor buscando ansiosamente a su viejo

convidado. Se palpo la bolsa delpantal6npara asegurarse de que llevaba el frasquito

de cristal que contenfa las ultimas gotas de la

medicina que aquel lejano dia le habia dado

su extrafio huesped,

Despues dijo al Viney:

-cSeria usted tan amable, Alteza, de dejar

la pieza por una hora, ordenando a todos ,

que la abandonen a fin de que pueda yo que-dar solo con el paciente?

EI marques titubeo, temeroso de que aquel

campesino, un indio ignorante, hiciera algun ,

dafio al nifio cuando se quedara a solas con el,

Al percatarse Macario de la expresi6n de

desasosiego del Virrey, record6 la primera

curaci6n que habia hecho aun extrafio, a la

mujer de Ramiro, el comerciante de su pue-

blo. Ramiro habia vacilado, al igual que el

Virrey, en abandonar la pieza, cuando el se

10 habia pedido a fin de quedar a solas con la

enferma.

Aquellos dos casos eran los unicos duran-



94 B. TRAVE.N

te su larga practica en los que viera la duda

,pintada en el semblante de los familiares.Macario ,sedioa cavilar si tendria alguna

significacion en su destino que en aquelmo-

mento, cuando solo le quedaban dos gotas de

la medicina, otra persona que solicitaba el- .

gran servicio expresara duda en su semblan-

te y no confiara en el, que era la unica per-

sona que podia prestarselo.

xv

Por fin se encontro a solas con el nifio y de

pronto vio ,aparecer a su antiguo convidado,

parado a la cabecera del enfermo.

No habian vuelto a hablar entre si una

sola vez desde aquella en que compartieran

el pavo.

Siempre, cuando se encontraban en lapie-

za de un enfermo, se concretaban a cambiar

unas cuantas miradas.

Macario nunca le habia pedido favores es-

peciales. -

Nunca Ie habia reclamado a alguno de los

enfermos que aquel decidfa llevarse. Hasta



96 B. TRAVEN

.habia dejado que tomara a dos de sus niete-

citos, sin la menor protesta.: .- Pero en esta ocasion todo era diferente.

Si fracasaba seria quemado vivo en la plaza

publica, acusado de hechiceria y de tener

pactos con el Diablo. Sus hijos, que gozaban

todos de elevada posicion, caerian en desgra-

cia por la condena que la Santa Inquisicion

le impondria y que era la mas infamante

muerte que podia sufrir un cristiano. -Todaslas propiedades que poseia y que pensaba que

heredasen sus hijos y nietos, le serian confis-

cadas como bienes mal habidos, para pasar a

manos de la Iglesia.

No le importaba perder una fortuna que

nunca habia tenido gran importancia para el,

pero 10 que le preocupaba sobre todo era la

felicidad de sus hijos y mas que la de ellos,

la de sumujer, en quien pensaba intensa-

mente en aquel terrible momento de su vida.

, Ella se volveria loca de pena cuando supiera

10 que le habfaocurridoa el en aquella gran

eiudad, tan lejana de su hogar, al sentirse in-

MACARIO 97

capaz deayudarlo 0 por 10menos de confer-

tarlo durante laspocas horas que le queda-ban en la tierra. Y fue por ella, no por el, por

quien en aquella ocasion decidio pedir a su

socio que tuviera consideraciones especiales.

II

iI

I !IiIi

I It l! I

:' 1'I



XV I

=Deme a est~ 111110, por favor -Ie roga~

ba-. Demelo en nombre de nuestra vieja

amistad. Yonunca le he pedido favor alguno

a cambio del medio pavo que se comie tan

gustoso en aquella comida a la que le invite

cuando tanta 'necesidad ten1a.Entonces usted.

m .e dio voluntariamente algo que yo no Ie

pedia. Ahora S1pido a usted que JUede-a este

nifio. Vertere la .ultimagota de la medicina

y rompere el frasco para que no quede ni

siquiera un- cristalito humedo que pudiera

aprovecharse para otra curacion. POl' favor,

deme este nifio, No es por ml por quien se



100 B. TRAVEN

1 0 pido, es por mi fiel, leal yamada esposa.

Usted sabe, 0 por 1 0 menos puedejmaginar,

1 0 que significa para una familia cristiana

qu.e uno de sus miembros sea quemado vivo

en la plaza publica. PorIavor, dejeme a este

nino. No tomare ni tocare las riquezas que

me ofrecen por curarlo.

"Mire, senor, cuando me encontro, yo era

un hombre pobre, pero era feliz a mi mane-I ,

ra. No me importa volver a ser tan pobre

como entonces, Estoy dispuesto a cortar lena

nuevamente como cuando usted me encontro

-por primera vez. Lo unico que le pido es

que por favor me de a este nino. Por aque-

lla comida, ,recuerda, compadre?"

Su interlocutor le miro largamente con

los negros y profundos agujeros de sus ojos.

Si tenia corazon; sin duda 10 consultaba en

aquellos momentos. Pareda concentrarse de-liberando consigo mismo sobre aquel caso

para encontrar la mejor solucion posible. Sin

duda alg;una tenia ordenes de llevarse al chi-

quillo. No podia expresar sus pensamientos

MACARIO 101

ni con gestos ni con miradas, pero su actitud

ponia de. manifiesto claramente su deseo deayudar a Macario.Aparentemente en este caso

particular era imposible encontrar una solu-

cion que conviniera a ambos.

Descansopor largo rata la vista en el nino,

como profundizando y balanceando el ruego

de Macario contra el destino final de la cria-

tura.

Volvio a ver a Macario con compasion y

profundamente turbado. Movio Ia cabeza vi-

siblemente con gran tristeza, como el que se

siente sin poder alguno ante esta situacion

desesperada. Abrio las descarnadas mandfbu-

lasy con unavoz qu~ sonaba como el golpear

de maderas huecas, dijo:

-Lo siento, compadre, pero en este caso

no puedo hacer absolutamente nada para sa-

carte de situacion tan complicada, Lo que sf

puedo decirte es que en muy raros casoshe

sentido tanta tristeza como ahora, creeme,

Macario. No puedo evitarlo.Necesito llevar-

me a este nino.



102. -B. TRAVEN

-No, usted no debe, usted no puede ~Me

oye?INo puede llevarse al nifiol -grit6 Ma-cario desesperado=-, [Picnse en mi desgracia

y en la deshonra de mi familia I No puede

usted Ilevarselo, Yo se 10 impedire.

Su compaiiero nuevamente movi6 la cabe-

za sin decir palabra.

Entonces, con movimiento resuelto, Ma-

cario tom6 lacama y la hizo girar violenta-

mente de manera que su antiguo huesped

quedara parado a los pies.Pero este desapa-

reci6 por dos segundos para aparecer como

un relampago nuevamente a la cabecera, Otra

·vezMacariodio vuelta al lecho y otra vez el

extraiio personaje aparecio a la cabecera.

Loco de desesperacion, Macario daba vuel-

tas y mas vueltas a la cama como si fuera ,una

rueda, pero en cuanto se detenia para tomar

alien to, miraba a su convidado parado a la

cabecera. Entonces recomenzaba su loco jue-

go, con el que erda poder engaiiar al que in-

sistfa en llevarse al niiio.

Era demasiado para aquel hombre viejo

MACARIO 103

el esfuerzo de dar vueltas a la cama 'sin ganar

mas dedos segundos a la eternidad. Si solopudiera, pensaba, alargar dos segundos hasta

convertirlos en doshoras masy dejar al Vi-

rrey con la impresion de que el nino estaba

curado, podrfa tal vez escapar al horrible cas-

tigo con el que se le habia amenazado.

Tan cansado estaba ya, que no le era posi-

ble mover .la cama ni una vez mas. Instinti-

vamente se llevo la mana al bolsillo en que

guardaba el botecito de cristal que contenia

las dos ultimas gotas de la preciosa -medicina,

encontrandose con que en su juego furioso

con la cama, se Ie habia roto.

Cuando pudo darse clara cuenta de laper-

dida y de 10 qlle ella significaba, sintio como

si la ultima chispa de energia Ie hubiera

abandonado.

Mir6 vagamenteen rededor como quien

sale de un largo trance, para darse cuenta de

que e1 destino pesaba sobre el y era inutil

seguir luchando.

Asi, pues.dejando vagar la vista por.Ia es-



104 B. TRAVENI

tancia, Hegohasta ellecho donde yacia el nino

y.vio que este habia muerto.

Cayo por tierra, exhausto.

Allf tendido, Macario escucho una voz

muy suave y dulce quese dirigia a elpara

decide:

-Una vez mas, compadre, quiero agrade-

certe el medio pavo que tan generosamente

me diste y que restablecio mis perdidas fuer-

zas para otros cien afios de tediosa labor.

Realmente el pavo estaba exquisito, si en-

tiendes 1 0 que significa esta palabra. He de

decirte que no obstante mi agradecimiento,

me es absolutamente imposible ayudarte en

este angustioso trance, porque ella esta fuera

de mi alcance. Pero 1 0 que sipuedo hacer es

salvarte de ser quemado vivo y publicamenre

difamado. Eso es 10 que hare en nombre de

nuestra vieja amistad y de la honestidad conque has obrado siempre. Recibiste un pago

real y 1 0 honraste con realeza. Has vivido,

pues, como un hombre noble y bueno. Adios,

compadre,

MACARIO 105

Macario volvio la vista hacia arras, miro

a su viejo convidado parado a su cabecera ycon infinita gratitud cerro sus ojos mientras

una sonnsa de satisfaccion aparecia en sus

labios.



XVII

Como no regresara Macario a buen tiem-

po, su mujer empezo a, sospechar quealgo

malo le habrfa pasado.

Por eso,muy de madrugada reuni6 a todos

los vecinos para' ir en su busca.

Llevaban buscando largo rato cuando 1 .0

encontraron cerca de un arroyo en 10 mas

.intrincado del bosque.

Estaba c6modamente apoyado en el hue-

co de un viejoarbol. Aparentemente dor-

mia y a juzgar por la sonrisa de felicidad di-

bujada en sus labios, sofiaba algo muy agra-

dable.



108 B. TRAVEN

Pero al acercarse, su mujer not6 que esta-

ba muerto._En el suelo, £rente a el, estaban extendi-

das unas hojas de platano y sobre ellas los

huesos correspondientes a medio pavo, bien

mondos. En el lado opuesto, comoa un metro

y medio, tambien sobre hojas de platano, es-

taba la otra mitad del pavo, pero intacta.

-IQue rarol -dijo su mujer sollozando-.

,Per que partirfa el pavo en dos? [Tanta ilu-

si6n que tenia por comerselo todo el solo1

Seguramente la muerte le sorprendi6 antes

de que pudiera probar la otra mitad. A pe-

sar de todo, parece que muri6 feliz.



En la serie e sp ejo d e urania de tu

biblioteca de aula encontraras:

• Teatro y ob ra s c o rt as p a ra r ep r es en ta r••

B ig B an g•• La c ib er ne ti ca•• La le y d e He rod es•• C ue nto s d e h um or•• L as v oc al es m a ld ita s•• L as m e tam or Jo si s d el espaiiol•• Literatura y loteria•• Geom etr ia y e l m u nd o••

E l h ar ag an y e l z op ilo te. C om ed ia tz otz il••

H is to ri a d e la a rq ui te ct ur a•• D edos en la nuca•• B ibiana y su m undo.•

L a b ru ja d e a bril y o tro s cuento s•

L as a ve ntu ra s de Huck le be rr y F i nn•

La vuelta a l mundo en 80 dia s•

~ Que o nd a co n el sid a?.Cuen to s mexi ca n os

•• Cuen to s l a tinoamer icanos•• Cuento s c ld s ico s juveni le st• E n d ia s d e m uerto s•• L as m il ca ra s d el d ia blo•• E l h om b re q ue c alc ul ab a•• E l universo d e la quim ica•• T ra ve si a p o r Me xi co•• L a e ne rg ia

Enla serie astrolabio de tu biblioteca

de aula encontraras:

•

Fernando furioso

Sombr~s chinescas y mascarasA la r ue d a, r ue d a

~Qu e p a sa a qu i a bu elo ?

U na m ir ad a a l e sp ac io

T a ll er d e an imac io n mu si ca l

Peces ,rept i les , mamiferos

Lasbrujas

Natacha

Mi p r ime r l ib ro d e po emas

Mi ti o T eo

~No s er a pu ro cuent o? Re la to s de t ra d ic um o ralU n dia en la vida de un med ic o d e Xoch ic a lc o

Mi to s, cuento sy leyendas de loscinco cont inentes

Cuentos de Andersen

Fd bu la s c la s ic as

El Prir icip i to

Gorilas

SO 'i ii qu e e ra un a ba il ar in a

El labora to rio de lDoc to rNogue ira

F a nta sm a s d e d ia

Diario s ecre tode.Paul/ Diorio s ecre to de Susi

L a v id a e n u n c as tillo m ed ie va l

b. traven - macario

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