babaji, el yogui-cristo de la india moderna · por la divinidad para conferir supremas bendiciones...

13
428 CAPÍTULO 33 Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna Los desfiladeros en el norte del Himalaya, cerca de Badrinarayan, son todavía bendecidos por la pre- sencia viviente de Babaji, el gurú de Lahiri Mahasaya. El oculto maestro ha retenido su forma física durante siglos, quizá por milenios. El inmortal Babaji es un avatar. Este término de origen sánscrito significa «des- cender»: sus raíces son ava, bajo, abajo, y tri, pasar. En las escrituras hindúes, avatar significa el descenso de la Divinidad al cuerpo físico. «El estado espiritual de Babaji está más allá de toda comprensión humana —me explicó Sri Yukteswar—. La exigua visión del hombre no puede penetrar a tra- vés de su estrella trascendental. Uno trata en vano de imaginar siquiera la magnitud espiritual de un avatar, pues es inconcebible». Los Upanishads han clasificado minuciosamente cada etapa o paso del desenvolvimiento espiritual. Un siddha (ser perfeccionado) ha progresado del estado de jivanmukta (liberado mientras vive) al de paramukta (supremamente liberado con total dominio sobre la muerte); el último ha escapado completamente a la es- clavitud de maya y al ciclo de reencarnaciones. El para- mukta, por lo tanto, rara vez regresa a un cuerpo físico; y si lo hace, es entonces un avatar, un medio elegido por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- versal; su cuerpo puro, visible como una imagen de luz, está libre de cualquier deuda hacia la naturaleza.

Upload: trinhmien

Post on 06-Oct-2018

223 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

428

CAPÍTULO 33

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna

Los desfiladeros en el norte del Himalaya, cerca de Badrinarayan, son todavía bendecidos por la pre-sencia viviente de Babaji, el gurú de Lahiri Mahasaya. El oculto maestro ha retenido su forma física durante siglos, quizá por milenios. El inmortal Babaji es un avatar. Este término de origen sánscrito significa «des-cender»: sus raíces son ava, bajo, abajo, y tri, pasar. En las escrituras hindúes, avatar significa el descenso de la Divinidad al cuerpo físico.

«El estado espiritual de Babaji está más allá de toda comprensión humana —me explicó Sri Yukteswar—. La exigua visión del hombre no puede penetrar a tra-vés de su estrella trascendental. Uno trata en vano de imaginar siquiera la magnitud espiritual de un avatar, pues es inconcebible».

Los Upanishads han clasificado minuciosamente cada etapa o paso del desenvolvimiento espiritual. Un siddha (ser perfeccionado) ha progresado del estado de jivanmukta (liberado mientras vive) al de paramukta(supremamente liberado con total dominio sobre la muerte); el último ha escapado completamente a la es-clavitud de maya y al ciclo de reencarnaciones. El para-mukta, por lo tanto, rara vez regresa a un cuerpo físico; y si lo hace, es entonces un avatar, un medio elegido por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni-versal; su cuerpo puro, visible como una imagen de luz, está libre de cualquier deuda hacia la naturaleza.

Page 2: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 429

Una mirada superficial nada notará de extraordina-rio en la forma de un avatar, pero éste, en ocasiones, no proyecta ninguna sombra, ni deja huellas sobre la tierra al caminar. Éstas son pruebas externas simbólicas de la falta interna de oscuridad y de ataduras materiales. Sólo tales seres divinos conocen la Verdad que se halla tras las relatividades de la vida y de la muerte. Omar Khayyam, tan mal comprendido, cantó a este hombre así liberado en su poema inmortal, el Rubaiyat:

¡Ah!, Luna de mi deleite, que no conoces menguante,la Luna del cielo se eleva nuevamente; ¡cuántas veces, en lo sucesivo, al elevarse, me buscará en vano, por este mismo jardín!1

La «Luna del deleite que no conoce menguante» es Dios, la eterna estrella Polar, siempre inmutable. La «Luna del cielo que se eleva nuevamente» es el cosmos exterior, encadenado a la ley de periódicas recurrencias. Al unirse a Dios, el vidente persa se había liberado para siempre de los retornos forzosos a la Tierra: el «jardín» de la Naturaleza, o sea, Maya. «¡Cuántas veces, en lo su-cesivo, al elevarse, me buscará en vano, por este mismo jardín!». ¡Qué frustración experimentará un universo perplejo en su búsqueda de esta exclusión absoluta!

Cristo expresó su libertad de otra manera: «Y un escriba se acercó y le dijo: “Maestro, te seguiré adon-dequiera que vayas”. Dícele Jesús: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”»2.

Pleno de omnipresencia, ¿podía acaso Cristo ser se-guido, salvo en el ilimitado Espíritu?

1 Traducción de la versión en inglés de Edward FitzGerald. (Nota del editor).2 San Mateo 8:19-20.

Page 3: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

430 Autobiografía de un yogui

Krishna, Buda, Rama y Patanjali se cuentan entre los antiguos avatares de la India. Gran cantidad de li-teratura poética, en Tamil, se ha desarrollado alrededor de Agastya, un avatar de la India del Sur. Obró muchos milagros durante los siglos que precedieron y siguieron a la era cristiana; y se considera que aún en nuestros días retiene su cuerpo físico.

El papel de Babaji en la India ha sido el de ayudar a los profetas a llevar a cabo sus respectivas misiones. Así, se le puede calificar de lo que en las escrituras se denomina Mahavatar (Gran Avatar). Babaji ha afirmado que fue él quien dio la iniciación en yoga a Shankara3, que reorga-nizó la Orden de los Swamis, y a Kabir, famoso maestro espiritual de la Edad Media. Su principal discípulo en el siglo XIX fue, como ya sabemos, Lahiri Mahasaya, que revivió el casi perdido arte de Kriya.

El Mahavatar se encuentra en comunión constante con Cristo; ambos unidos irradian vibraciones reden-toras y han planeado la técnica espiritual de salvación para esta era. La obra de estos dos grandes e ilumina-dos maestros, uno con cuerpo y el otro sin él, es la de inspirar a las naciones a desterrar las guerras, los odios raciales, los sectarismos religiosos y los males del ma-terialismo. Babaji está perfectamente enterado de las tendencias de los tiempos modernos, especialmente de las influencias y complejidades de la civilización occidental, y comprende la necesidad de difundir las liberadoras técnicas del yoga tanto en Occidente como en Oriente.

El hecho de que no existan referencias históricas

3 Shankara, cuyo gurú según los anales históricos fue Govinda Jati, recibió de Babaji la iniciación en Kriya Yoga mientras se hallaba en Benarés. Cuando Babaji relató este acontecimiento a Lahiri Maha-saya y a Swami Kebalananda, ofreció muchos detalles fascinantes de su encuentro con el gran monista.

Page 4: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 431

acerca de Babaji no debe sorprendernos. El gran gurú nunca ha aparecido ostensiblemente en ningún siglo; el equívoco brillo de la publicidad no ha tenido lu-gar alguno en sus planes milenarios. Como el mismo Creador, el único aunque silencioso Poder, Babaji la-bora en una humilde invisibilidad.

Los grandes profetas, como Cristo y Krishna, vinie-ron a la Tierra con un propósito específico y espectacu-lar, y se marcharon después de haberlo cumplido. Otros avatares, como Babaji, asumen ciertas misiones rela-cionadas más bien con el lento progreso evolutivo del hombre a través de los siglos, y no con un determinado hecho histórico sobresaliente. Tales maestros se ocultan siempre de las burdas miradas de la masa, teniendo el poder de hacerse invisibles a voluntad. Por estas razo-nes, y porque generalmente instruyen a sus discípulos para que mantengan silencio respecto a ellos, un cierto número de grandes figuras espirituales permanecen des-conocidas para el mundo. Simplemente quiero ofrecer, en estas páginas, algunos aspectos de la vida de Babaji: únicamente unos cuantos hechos que él ha considerado conveniente hacer llegar al público para que sirvan de estímulo y ayuda.

No se han descubierto datos concretos acerca de la familia de Babaji o del lugar de su nacimiento, da-tos tan caros para el historiador. Babaji habla general-mente en hindi, pero puede conversar con facilidad en cualquier idioma. Él ha adoptado el sencillo nombre de Babaji (Reverendo Padre); otros títulos de respeto que le han dado los discípulos de Lahiri Mahasaya son: Ma-hamuni Babaji Maharaj (supremo maestro extático); Maha Yogui (el más grande de los yoguis); Trambak Baba y Shiva Baba (títulos de avatares de Shiva). ¿Tiene acaso importancia que no conozcamos el patronímico de un maestro plenamente liberado?

Page 5: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

432 Autobiografía de un yogui

«Cada vez que un devoto pronuncia con reverencia el nombre de Babaji —decía Lahiri Mahasaya—, recibe instantáneamente una bendición espiritual».

El inmortal gurú no muestra señales de edad en su cuerpo; parece no ser mayor que un joven de veinti-cinco años. Es de tez clara y estatura y complexión medianas. El hermoso y fuerte cuerpo de Babaji irradia un resplandor perceptible. Sus ojos son oscuros, tier-nos y serenos; su largo y lustroso cabello es cobrizo. En ocasiones, su rostro se asemeja notablemente al de Lahiri Mahasaya. La similitud es tan sorprendente que, en sus últimos años, Lahiri Mahasaya podría ha-ber pasado por el padre del, en apariencia, joven Babaji.

Swami Kebalananda, mi santo instructor de sáns-crito, pasó algún tiempo con Babaji4 en el Himalaya.

—El incomparable maestro se mueve con su grupo de uno a otro lugar en las montañas —relató Kebala-nanda—. Su pequeño grupo cuenta con dos aventaja-dos discípulos americanos. Después de que Babaji ha estado en determinado lugar durante algún tiempo, dice «Dera danda uthao» (levantemos nuestro campa-mento y nuestro báculo). Él lleva consigo el simbólico danda (báculo o bastón de bambú). Sus palabras son la señal que da al grupo para marcharse instantánea-mente a otro lugar. No siempre emplea el método del viaje astral; algunas veces se desplaza a pie de una a otra cumbre en las montañas.

»Babaji puede ser visto o reconocido por otros sólo cuando él así lo desea. Se sabe que ha aparecido ante nu-merosos devotos en muchas formas, aunque las variantes

4 Babaji (reverenciado padre) es un título común; en la India, mu-chos eminentes instructores reciben el tratamiento de «Babaji». Sin embargo, ninguno de ellos es Babaji el gurú de Lahiri Mahasaya. La existencia del Mahavatar fue revelada al público por primera vez en 1946, en Autobiografía de un yogui.

Page 6: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 433

son pequeñas: en algunas ocasiones, con barba y bigote, y en otras, sin ellos. Puesto que su cuerpo no es corruptible ni requiere alimento, el Maestro rara vez come. Como una cortesía, cuando le visita algún discípulo, ocasional-mente acepta frutas o arroz cocido en leche y mantequi-lla clarificada.

»Dos asombrosos incidentes de la vida de Babaji me son conocidos —continuó Kebalananda—. Una noche, sus discípulos estaban sentados alrededor de un gran fuego que ardía para la celebración de una ceremonia védica sagrada. El Maestro cogió súbitamente un leño ardiendo y con él golpeó ligeramente el hombro de un chela cercano al fuego.

»—Señor, ¡qué crueldad! —Lahiri Mahasaya, que estaba presente, fue quien hizo esta reconvención.

»—Qué, ¿prefieres verle arder hasta las cenizas, ante tus propios ojos, de acuerdo con lo decretado por su karma pasado?

»Diciendo esto, Babaji puso su milagrosa mano so-bre el hombro desfigurado del chela.

»—Hoy te he librado de una muerte dolorosa. La ley kármica ha quedado satisfecha con el pequeño su-frimiento que te ha producido el fuego.

»En otra ocasión, el grupo sagrado de Babaji fue per-turbado por la llegada de un desconocido. Éste había as-cendido, con habilidad inaudita, hasta los casi inaccesi-bles desfiladeros próximos al campamento del Maestro.

»—Señor, usted debe ser el gran Babaji. —El ros-tro del hombre brillaba con inexpresable reverencia—. Durante meses he mantenido una búsqueda incesante a través de estos inaccesibles despeñaderos. Le imploro que me acepte como discípulo.

»Como el gran gurú no hizo ademán de responder, el hombre, señalando el precipicio que se abría a sus pies, dijo:

Page 7: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

434 Autobiografía de un yogui

»—Si usted me rechaza, me arrojaré desde esta cumbre. La vida no tendrá para mí ningún valor si no puedo obtener su guía para alcanzar a la Divinidad.

»—Entonces, ¡salta! —respondió Babaji, inmuta-ble—. No puedo aceptarte en tu estado actual de des-envolvimiento espiritual.

»El hombre se arrojó al abismo inmediatamente. Babaji dio instrucciones a sus asombrados discípulos para que rescataran el cuerpo. Cuando regresaron con el destrozado cadáver, el Maestro colocó su divina mano sobre el cuerpo del desconocido, y éste abrió los ojos y se prosternó humildemente a los pies del omni-potente gurú.

»—Ahora ya estás listo para el discipulado —dijo Babaji sonriendo a su resucitado chela—. Valien-temente has pasado la difícil prueba5. La muerte no volverá a tocarte; ahora eres uno de los inmortales de nuestro rebaño. —Luego pronunció sus acostumbradas palabras de partida—: «Dera danda uthao». —Todo el grupo desapareció de las montañas.

Un avatar vive en el Espíritu omnipresente; para él no existe distancia inversa al cuadrado. Únicamente existe una razón para que Babaji mantenga su forma fí-sica de siglo en siglo: el deseo de ofrecer a la humanidad un ejemplo concreto de sus propias posibilidades. Si no se le concediera jamás al hombre vislumbrar destellos de la Divinidad encarnada, permanecería siempre opri-mido bajo el peso de la ilusión de maya que le induce a creer que jamás podrá trascender su mortalidad.

5 La prueba estaba relacionada con la obediencia. Cuando el ilumi-nado maestro dijo «¡Salta!», el hombre obedeció. Si él hubiera vaci-lado, entonces habría desacreditado su afirmación de que su vida no tenía valor sin la guía de Babaji. Si él hubiera vacilado, habría puesto en evidencia que carecía de confianza en el gurú. Por lo tanto, aun-que drástica y poco común, la prueba estaba perfectamente adecuada a las circunstancias.

Page 8: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 435

Jesús conoció desde un principio la secuencia de su vida; pasó a través de cada evento, no por él ni a causa de alguna deuda kármica, sino sólo en pro de la elevación de los seres humanos reflexivos. Sus cuatro cronistas y discípulos —San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan— escribieron el drama inefable del evangelio para beneficio de las generaciones futuras.

Asimismo, para Babaji no existe tampoco la relati-vidad del pasado, presente y futuro; desde el principio, él ha conocido todas las fases de su vida. Adaptándose al limitado entendimiento del hombre, ha llevado a cabo muchos actos de su divina vida en la presencia de uno o más testigos. De este modo fue posible que un discípulo de Lahiri Mahasaya estuviera presente cuando Babaji consideró que el tiempo había llegado para proclamar las posibilidades de la inmortalidad corporal. Él pronunció esta promesa en presencia de Ram Gopal Muzumdar, para que finalmente fuera co-nocida y sirviera de inspiración a otros corazones que buscan la verdad. Los grandes seres hablan y participan del curso natural de los acontecimientos únicamente para beneficio del hombre, como Cristo lo dijo: «Pa-dre, te doy gracias por haberme escuchado. Ya sabía yo que Tú siempre me escuchas; pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que Tú me has enviado»6.

Durante mi visita a Ram Gopal, «el santo que no duerme»7, en Ranbajpur, éste me contó la asombrosa historia de su primer encuentro con Babaji:

«Algunas veces dejaba mi solitaria cueva para ir a sentarme a los pies de Lahiri Mahasaya, en Benarés —me relató Ram Gopal—. Cierta noche, mientras meditaba

6 San Juan 11:41-42.7 El yogui omnipresente que vio que yo no había venerado el santua-rio de Tarakeswar (capítulo 13).

Page 9: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

436 Autobiografía de un yogui

con un grupo de sus discípulos, el Maestro me hizo una súplica sorprendente.

»—Ram Gopal —me dijo—, ve inmediatamente al ghat de Dasasamedh.

»Pronto llegué al solitario lugar. La noche estaba muy clara, gracias a la luz de la luna y las estrellas. Permanecí sentado en paciente silencio durante un tiempo, y luego mi atención se fijó en una losa grande, situada cerca de mis pies. Lentamente, la piedra se le-vantó, revelando la existencia de una cueva subterrá-nea. Cuando la losa se detuvo, sostenida en el aire por medios desconocidos, una joven mujer de sorprendente belleza, envuelta en una túnica, emergió flotando de la cueva y ascendió a considerable altura, levitando. Ro-deada por un tenue halo, descendió lentamente frente a mí y permaneció inmóvil, sumida en un estado de profundo éxtasis. Al fin se movió y habló con suavidad:

»—Yo soy Mataji8, la hermana de Babaji. Le he pe-dido a él y a Lahiri Mahasaya que vinieran a mi cueva esta noche para discutir un asunto de gran importancia.

»Una luz nebulosa se vio flotando velozmente so-bre el Ganges; la extraña luminosidad se reflejaba sobre las opacas aguas. Se aproximó más y más hasta que, con un reflejo deslumbrador, apareció al lado de Mataji y se condensó instantáneamente en la forma humana de Lahiri Mahasaya. El Maestro se postró con humildad a los pies de la santa mujer.

»Antes de que saliera de mi asombro, me maravillé de nuevo al contemplar una masa giratoria de luz mística que viajaba por el cielo. Descendiendo con rapidez, el lla-meante torbellino se acercó a nuestro grupo y se mate-rializó en el cuerpo de un hermoso joven, quien, como

8 «Madre Santa». Mataji también ha vivido durante siglos; está casi tan desarrollada espiritualmente como su hermano. Vive en éxtasis, en una oculta cueva subterránea, cerca del ghat de Dasasamedh.

Page 10: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 437

desde luego comprendí, era Babaji. Se parecía a Lahiri Mahasaya; la única diferencia era que Babaji tenía un aspecto mucho más joven y el cabello largo y brillante.

»Lahiri Mahasaya, Mataji y yo nos arrodillamos a los pies del gurú. Una sensación de beatífica gloria excitó todas las fibras de mi ser cuando toqué su divina carne.

»—Bendita hermana —dijo Babaji—, estoy pen-sando abandonar mi forma y sumergirme en la Co-rriente Infinita.

»—Ya había yo vislumbrado tu plan, amado maes-tro. Y quiero discutirlo contigo esta noche. ¿Por qué deseas abandonar tu cuerpo? —La gloriosa mujer le miraba con gesto implorante.

»—¿Qué diferencia hay si utilizo una onda visible u otra invisible en el océano de mi Espíritu?

»Mataji contestó con un destello de ingenio:»—Inmortal gurú, si no hay diferencia alguna, en-

tonces te ruego que no abandones jamás tu forma9.»—Así sea —dijo Babaji solemnemente—. Nunca

abandonaré mi cuerpo físico. Permaneceré siempre vi-sible, cuando menos a un pequeño grupo de personas en este mundo. El Señor ha expresado sus deseos a tra-vés de tus labios.

»Como yo escuchaba asombrado la conversación entre estos excelsos seres, el gran gurú se volvió hacia mí con un gesto benigno.

»—No temas, Ram Gopal —me dijo—; ha sido para ti una bendición el ser testigo de la escena de esta pro-mesa inmortal.

»A medida que la dulce y melódica voz de Babaji

9 El incidente me recuerda una anécdota de Tales. El gran filósofo griego enseñaba que no había diferencia entre la vida y la muerte: —Entonces —preguntole un crítico—, ¿por qué no muere usted? —Porque —replicó Tales— no tendría sentido, si no hay diferencia alguna.

Page 11: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

438 Autobiografía de un yogui

se desvanecía, su forma y la de Lahiri Mahasaya se elevaron lentamente, alejándose sobre el Ganges. Una aureola de deslumbrante luz envolvía sus cuerpos, mientras éstos se desvanecían en el cielo de la noche. La forma de Mataji flotó hacia la cueva y descendió; la laja de piedra cerró la entrada, como si ésta operara movida por algún mecanismo invisible.

»Infinitamente inspirado, tomé el camino de regreso a la casa de Lahiri Mahasaya. Cuando me incliné ante él, al amanecer, mi maestro me sonrió comprensivamente.

»—Me alegro por ti, Ram Gopal —me dijo—. El de-seo que con frecuencia me has expresado de conocer a Babaji y Mataji ha tenido finalmente una maravillosa realización.

»Mis condiscípulos me comunicaron que Lahiri Mahasaya no se había movido de su lado desde que partí, a la media noche.

»—Nos ofreció una maravillosa disertación sobre la inmortalidad, después de que tú saliste para el gath de Dasasamedh —me dijo uno de los chelas. Por primera vez, me di cabal cuenta de la verdad de los versos de las escrituras, según los cuales un hombre que ha al-canzado su identidad con Dios puede aparecer en dife-rentes lugares al mismo tiempo, en dos o más cuerpos.

»Lahiri Mahasaya me explicó más tarde muchos puntos metafísicos concernientes al secreto plan di-vino destinado a esta tierra —terminó diciendo Ram Gopal—. Babaji ha sido elegido por Dios para permane-cer en su cuerpo mientras dure este ciclo particular del mundo. Las edades vendrán y pasarán, mas el Maestro inmortal10 estará siempre presente en esta escena te-rrestre, contemplando el drama de los siglos».

10 «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi palabra [per-maneciendo fielmente en la Conciencia Crística] no verá la muerte jamás» (San Juan 8:51).

Page 12: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna 439

Con estas palabras, Jesús no se estaba refiriendo a la vida inmortal en el cuerpo físico, la cual constituiría una monótona prisión que ni siquiera un pecador merecería ¡y mucho menos un santo! El hombre iluminado al que alude Cristo es aquel que ha despertado del trance mortal de la ignorancia a la Vida Eterna. (Véase el capítulo 43).

La naturaleza esencial del ser humano es Espíritu, omnipresente y sin forma. La exigencia compulsiva o kármica de encarnar es el resultado de avidya, la ignorancia. Las escrituras hindúes enseñan que tanto el nacimiento como la muerte son manifestaciones de la ilusión cósmica de maya. El nacimiento y la muerte sólo tienen sentido en el mundo de la relatividad.

Babaji no se encuentra limitado a un cuerpo físico o a este pla-neta, aunque, por deseo de Dios, se halle cumpliendo una misión especial en la Tierra.

Los grandes maestros como Swami Pranabananda (véase la página 368) que regresan a la Tierra en nuevas encarnaciones lo hacen por razones superiores que ellos conocen. Sus encarnaciones en este planeta no están sujetas a las rígidas restricciones del karma. Tales retornos voluntarios se denominan vyutthana o reversión a la vida terrenal después de que se ha vencido el poder cegador de maya.

Sea cual sea la manera que tenga de abandonar su cuerpo, tanto si es ordinaria como si es excepcional, un maestro que ha alcanzado la plena comunión con Dios es capaz de resucitar su cuerpo y aparecer en esa forma física ante los ojos de los moradores de este mundo. Ma-terializar los átomos de un cuerpo físico apenas supone un esfuerzo para los poderes de alguien que se halla unido a Dios: ¡Aquel cuyo número de sistemas solares desafía todo cómputo!

«Porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para reco-brarla de nuevo» (San Juan 10:17-18).

Page 13: Babaji, el Yogui-Cristo de la India moderna · por la Divinidad para conferir supremas bendiciones al mundo. Un avatar no se halla sujeto a la economía uni- ... Krishna, Buda, Rama

BABAJIMahavatar, o Encarnación Divina

Gurú de Lahiri Mahasaya Ciñéndose a las instrucciones de Yoganandaji, un artista realizó este dibujo que refleja fielmente la imagen del gran Yogui-Cristo de la India Moderna. Mahavatar Babaji ha rehusado revelar a sus discípulos ningún dato de tipo biográfico con connotaciones limitantes, como el lugar y fecha de su nacimiento. Lo único que se sabe al respecto es que ha vivido durante siglos en las nevadas alturas del Himalaya. «Cada vez que un devoto pronuncia con reverencia el nombre de Babaji —decía Lahiri Mahasaya—, recibe instan-táneamente una bendición espiritual».