bioética

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Bioética

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  • c-.ra.!:!

    de la Universidad Libre de Bruselas :a; -osultor de Biotica y de la Academia :s~

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    -Q)::lCJ.-.)

    ~paol (/) Qu es......-dica internista, Magster en Biotica,

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    El Bosque, Colombia. .o...,w =0::l l.?ICJ(J)oID

    estudiantes de las universidades y ...JWpero tambin al gran pblico culto edirecto y claro de un problema de e;

    o::w~Z::l

    Ilustracin de la portada:Fliegende Blcitter,

    Mnchen. z UNIVERSIDAD~ VRIN EL BOSQUE>

    ~tica?,a "disciplina"?

    o "bioderecho"?ea constituyen nuevas instituciones

    la biotica!

    ara una biotica laica?:a y la filosofa en el marco de prc-, pluralistas?

    CheminsPhilosophiques

  • Chemins Philosophiques

    Coleccin dirigida por Roger POUIVET

    Qu es la biotica?

    (Edicin parcial en espaol)

    Gilbert HOTTOIS

    Pars LIBRAIRIE PHILOSOPHIQUE J. VRIN

    6, place de la Sorbonne, V 2007

  • Ttulo original: Qu'est-ce que la biothique? Librairie Philosophique Vrin Paris, 2004

    Primera edicin parcial en espaol: Marzo 2007 Reservados todos los derechos. Queda totalmente prohibida la reproduccin total o parcial de este libro por cualquier procedimiento electrnico o mec-nico, incluyendo fotocopia, grabacin magntica o cualquier sistema de almacenamiento o recuperacin de informacin, sin permiso escrito de los editores.

    Gilbert HOTTOIS, Qu'est-ce que la biothique? Librairie Philisophique J. VRIN 6, place de la Sorbonne, V Paris, 2004 www.vrin.fr

    Ilustracin de la portada Fliegende Bltter, Mnchen

    Esta traduccin se publica mediante convenio con la Librairie Philosophique Vrin que cedi a la Universidad El Bosque el derecho no exclusivo de la edicin parcial en espaol.

    Traduccin al espaol: Chantal Aristizbal Tobler

    2007 Edicin parcial en espaol Universidad El Bosque www.unbosque.edu.co Carrera 7B Bis No. 132-11 Tels.: 627 9074 - 625 2036 PBX: 633 1368 Fax: 625 2030 E-mail: biotica(gunbosque.edu.co http://www.bioeticaunbosoue.edu.co Bogot, D.C., Colombia

    ISBN: 978-958-8077-87-1

    Diagramacin e Impresin: Editorial Kimpres Ltda. PBX: 413 6884 Fax: 290 7539 Bogot, D.C., Colombia Abril de 2007

  • INTRODUCCIN A L A EDICIN E N ESPAOL

    Jaime Escobar Juana

    En el escrito de Gilbert Hottois Qu es la biotica? se reco-ge una afortunada sntesis de lo que ha sido la biotica en el transcurso de su corta pero rica existencia. Muestra profundidad en las ideas y conceptos expuestos de manera sencilla, en un lenguaje al alcance de entendidos y profanos; en cada frase se generan inquietudes y pensamientos que inducen a ampliacin y bsqueda complementarias por parte del lector.

    Sustentadas dichas propuestas, aclara cmo surge la biotica a partir de la reflexin tica sobre los hechos cientficos, en fructfera unin con las inquietudes que suscitan la interpreta-cin, la aplicacin y el impacto de los avances y nuevos conoci-mientos que, incesantemente, proporciona la Investigacin y el Desarrollo y los efectos simblicos para su aceptacin, o no, en las agrupaciones culturales humanas.

    Los diferentes niveles de desarrollo de los pases y regiones del mundo generan niveles distintos de aplicacin de la biotica. No se puede discriminar una biotica para pobres y una biotica para ricos, de acuerdo al grado de innovacin tecnocientfica que se d en ellos. Son contextos diferentes de unos mismos

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  • Jaime Escobar Triana

    problemas y necesidades en relacin con la vida y el sentido que a ella se le da.

    En Qu es la biotica?, pregunta que todos nos hacemos, se encierran inquietudes y se generan posibilidades de mltiples respuestas, dado el carcter pluridisciplinario y multicultural que sirve de fondo a su aparicin y su desenvolvimiento.

    En el recorrido histrico desde su origen - a propsito de las reflexiones acerca de la tecnociencia y la importancia de la Investigacin y del Desarrollo tecnocientfico, y en especial la biomedicina, tanto para los individuos como para la sociedad y la humanidad - seala Hottois cmo fue sorprendida la filosofa -y los filsofos, con algunas excepciones- con las nuevas situa-ciones suscitadas por la intervencin, manipulacin y produc-cin creadas por la investigacin cientfica. Pronto corregida la situacin, la filosofa aporta, como una voz ms y no nica, aun-que privilegiada, al desarrollo de la biotica.

    Los avances biotecnolgicos puestos al servicio de los seres humanos, por s solos, no eran suficientes para resolver pro-blemas que aquejaban a las personas y a las sociedades y fue necesario acudir a la teologa, la tica y el derecho, adems de la filosofa, en una bsqueda para hallar soluciones a los con-flictos que nunca antes haba afrontado la especie.

    Buscar una delimitacin temtica y una definicin que res-pondan al interrogante sobre Qu es la biotica? no es tan sencillo. Pero Hottois ensaya y lo logra con xito; agrupa la inmensa extensin de la biotica en tres grandes conjuntos rela-cionados con la naturaleza, la biomedicina y el plano social. En los tres aspectos mencionados, las consecuencias del desarrollo de la tecnociencia tienen repercusiones evidentes en la vida

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  • Introduccin

    contempornea. Por su misma complejidad constitutiva, multi e interdisciplinaria y en sociedades multiculturales, en constante evolucin, la biotica tiende a fraccionarse; por tanto, en su intento de definicin toma en cuenta ese fondo de complejidad. Se procura, adems, que en estas sociedades contemporneas se promueva la bsqueda de consensos, de compromisos y de acuerdos; esto sera muy fcil en una sociedad de cultura homognea y estable, en cuyo caso slo podra hablarse de "biomoral".

    En una propuesta afortunada de definicin corta que res-ponda al interrogante planteado, la expone as:

    "la biotica cubre un conjunto de investigaciones, de discursos y de prcticas, generalmente pludisciplinarias y pluralistas, que tienen como objeto aclarar y, si es posible, resolver preguntas de tipo tico, suscitadas por lal y D biomdicos y biotecnolgcos en el seno de sociedades caracterizadas, en diversos grados, por ser individualistas, multiculturales y evolutivas".

    Desde luego, con tamaa complejidad de la biotica y en el propsito de su aplicacin surgen en la prctica los problemas metodolgicos y, en especial, los relacionados con el origen mismo de los problemas bioticos creados por la I y D tecno-cientficos y el multiculturalismo.

    Sumados a los desacuerdos que surgen en los comits de biotica - u n gran aporte para el desarrollo de la democracia - aparecen, adems, los desacuerdos tanto inter como intra-disciplinarios y los mltiples intereses que afloran en las discu-siones de los temas expuestos. Se requiere una nueva meto-dologa para nuevas instituciones y lograr acuerdos mnimos, pragmticos, cuando la envergadura de los conflictos expuestos as lo requiera.

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  • Jaime Escobar Triana

    La propuesta de Hottois explcita la misin de dichos comi-ts a los cuales concede u n gran valor pues su papel busca "aclarar un tema desde el punto de vista de los valores y de las normas en el seno de una sociedad o de un conjunto de na-ciones" siempre y cuando se eviten los consensos "forzados" y los disensos "perezosos".

    La biotica apela, en su afn de construir su propia teora, a ticas, teoras y prcticas de la historia de la filosofa. Un ejemplo de ello es el principialismo como mnimos ticos um-versalmente aceptados para resolver dilemas en la prctica biomdica. Aunque ha sido sometido a las crticas es, sin em-bargo, un recurso pragmtico en la solucin de conflictos en biomedicina. Tambin ha explorado en el neoaristotelismo, la casustica, el kantismo, las ticas narrativas, las ticas feminis-tas, el utilitarismo y los derechos humanos, entre otros.

    En virtud de la brevedad, lo hasta aqu expuesto se propone mostrar algunos aspectos y lineamientos proporcionados por el autor y que, a m i juicio, tienen gran valor para los lectores y significan un aporte que sobresale como enriquecedor en la inmensa bibliografa acerca de la biotica.

    Jaime Escobar Tana M. D. Rector Universidad El Bosque

    Director Departamento de Biotica Bogot, marzo de 2007

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  • PREFACIO

    Concebimos nuestra introduccin a la problemtica biotica principalmente desde el punto de vista de su inters y alcance filosficos. Esta perspectiva justifica el nfasis colocado en las cuestiones de metodologa y en la expresin en biotica de los grandes problemas y desafos del mundo contemporneo. Con respecto a stos, la biotica funciona como una lupa.

    El asunto fundamental de la biotica sigue siendo el de la tica o de la moral: se trata de la cuestin de convivir de una humanidad diversa, desigual, fragmentada y en interaccin y comunicacin globales intensas. Concretamente, se trata del problema de reparticin entre lo que depender de la iniciativa privada (individual, comunitaria, empresarial) y lo que ser regulado por la autoridad pblica del Estado. La definicin y la viabilidad de las reparticiones propuestas provocan problemas particularmente agudos en los campos de la salud y de la Inves-tigacin y el Desarrollo ( I&D) de las ciencias y las tcnicas de lo viviente.

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  • ABREVIATURAS

    CTS: Ciencias-Tcnicas-Sociedades. DPN: Diagnstico prenatal. DUDH: Declaracin Universal de los Derechos Humanos. IAD: Inseminacin artificial (con esperma) de donante. IVG: Interrupcin voluntaria de la gestacin. I & D : Investigacin y Desarrollo. OGM: Organismo genticamente modificado. PA: Principio de autonoma. PB: Principio de beneficencia. PAM: Procreacin asistida por mdico. PJ: Principio de justicia. PNM: Principio de no maleficencia.

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  • LOS NUMEROSOS ASPECTOS D E UN C O N C E P T O CONTEMPORNEO

    1. HISTORIA: DE UNA NUEVA PALABRA A NUEVAS INSTITUCIONES

    La palabra "biotica" no fue concebida por un filsofo, aun-que un nmero cada vez ms grande de filsofos haya invadido el campo delimitado toscamente por la creacin de la palabra en 1970. Por qu los filsofos tardaron tanto en darse cuenta de los problemas ms contemporneos y ms cargados de inte-rrogantes sobre el presente y el futuro de la humanidad?

    Durante los primeros decenios de la segunda mitad del siglo XX, los filsofos han sido interpelados principalmente por la cuestin del lenguaje, en todas sus formas, as como por la pol-tica en trminos heredados, con frecuencia, de los siglos ante-riores. No se dieron cuenta de la importancia creciente de la Investigacin y del Desarrollo ( I & D ) tecnocientficos para el individuo, la sociedad, la humanidad, la cultura y la natura-leza, tanto en el presente como en el futuro. La ciencia segua siendo, segn ellos (incluidos los filsofos de las ciencias), un asunto de discursos y de teora, de acuerdo con una tradicin de externalizacin de la tcnica bajo la rbrica "aplicaciones

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  • Gilbert Hottois

    y medios", poco valorada por la filosofa. Con pocas excepcio-nes, los filsofos tardaron mucho en reconocer que la ciencia se haba convertido menos en representacin que en intervencin, manipulacin, produccin y creacin y esto, desde la concep-cin y la puesta en marcha de los proyectos de investigacin1. Esta mutacin de la empresa occidental del saber -en curso, por lo menos a partir del nacimiento de la ciencia llamada "moderna" (Francis Bacon)- conduce a colocar los problemas prcticos suscitados por la I & D en el centro de toda reflexin realmente contempornea. La evolucin es ms sensible en la medida en que la capacidad de objetivacin y de operacin de la ciencia involucra al hombre -desde el individuo hasta la espe-cie- y no slo a la naturaleza. El xito de la biotica expresa una toma de conciencia de estas nuevas realidades.

    El trmino "biotica" fue acuado por el onclogo norteame-ricano Van Rensselaer Potter. En 1970 public el artculo "Bio-ethics, the science of survival" el cual integra en su libro: Bioethics, Bdge to the Future (1971) 2. Este primer uso del trmino nos remite a una visin positiva del progreso cientfico y tcnico, al mismo tiempo que subraya con coherencia la necesidad de acompaarlo con una reflexin tica que tenga en cuenta, en

    Cf. Hacking I (1983), Represenng and Intervening. Harvard University Press. Sealemos la aparicin, en el curso del mismo decenio de 1970, del trmino "tecnociencia". Este tr-mino expresa la naturaleza operativa de la ciencia y su primera aparicin en el ttulo de una publicacin subraya la importancia de las cuestiones prcticas suscitadas: "thique ti techno-science" (retomado en Hottois G . , Entre symboles t. technosciences, Seyssel, Champ Vallon, 1996). Das prinzip Verantwortung. Versuch einer Ethikfur die tecnologische Zivilisafion (Frankfurt am Main, Insel, trad. fr. Le principe responsabilit. Une thique pour la civisaton technologique, Paris, Le Cerf, 1990), publicado por Hans Joas en 1979, es, sin duda, la ms notable de estas contadas excepciones. U n anlisis critico general reciente de esta proble-mtica se presenta en nuestra obra: Phosophies des sciences, philosophies des technques, Paris, Odile Jacob, 2004. Englewood Cliffs. E l artculo apareci primero en Perspectives n Biology and Medicine. E n 1988, Potter publica Global Bioethics: Buding on the Leopold Legacy, East Lansing, Michigan State University Press. Muri en el ao 2001.

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  • Qu es la biotica?

    forma explcita, los valores y la totalidad (la sociedad global y la naturaleza, la biosfera). Potter considera la biotica como inter-disciplinaria e ilustra, de entrada, lo que se llama, a veces, hoy en da, la "macrobiotica", cercana a la filosofa social y poltica as como a la tica ambiental o ecotica. Su objetivo es sapiencial:

    La biotica, como yo la considero, se esforzara por engendrar una sabidura, un saber relacionado con la manera de utilizar el conocimiento para el bien social, sobre la base de un conocimiento realista de la naturaleza biolgica del hombre y del mundo biolgico3.

    A pesar de esta orientacin original, la biotica se desarrollar en los Estados Unidos 4 en proximidad con la tica mdica ms centrada en el individuo y a propsito de la investigacin con seres humanos. Su prehistoria cercana se remite al Cdigo de Nuremberg 5 (1946-47) que define las condiciones de la expe-rimentacin humana, en el mismo espritu de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos (1948), al exigir:

    1) el consentimiento informado y voluntario del sujeto; 2) el respeto de la metodologa cientfica ms avanzada; 3) una finalidad benfica (teraputica) y una evaluacin de los

    riesgos asumidos con respecto a los beneficios esperados; 4) la reversibilidad de los daos eventuales.

    La Asociacin Mdica Mundial (AMM, fundada en 1947) integra estos principios en su Declaracin de Helsinki (1964) y

    3 "Bioethics, the Science of Survival", op. d i . , p.152. 1 E l lector encontrar todos los detalles sobre los primeros aos norteamericanos de la

    Biotica en Jonsen A.R. , The Birth of Bioethics, Oxford University Press, 1998. 5 Figura en las actas del juicio realizado en 1947 por el Tribunal Militar Norteamericano de

    Nuremberg que conden a unos veinte mdicos nazis por haber experimentado con prisio-neros de forma brbara. E l lector encontrar este texto en la N E B (Nouvele Encyclopdie de Biothique, Hottois G . et Missa J - N (d), Bruxelles, De Boeck, 2001).

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  • Gilbert Hottois

    resalta la importancia de la evaluacin cientfica y tica colectiva de los proyectos de investigacin (1975) y la proteccin de las personas vulnerables (2000) 6. La evaluacin pluridisciplinaria colectiva de la investigacin biomdica, con base en criterios cientficos y ticos en el seno de los comits de investigacin7 (a los cuales todo proyecto de experimentacin humana debe someterse) constituye una evolucin muy importante en la re-presentacin y el funcionamiento de la I & D . Se completa con el reconocimiento de los derechos del paciente con nfasis en su autonoma y el cuestionamiento de la autocracia paternalista tradicional del mdico como nico juez del bien de su paciente. Esta evolucin de las relaciones entre medicina y tica es com-prensible y se justifica en la medida en que la biomedicina no ha detenido el desarrollo, durante la segunda mitad del siglo XX, de sus capacidades de intervencin sobre el ser humano (desde la concepcin hasta la muerte, desde el genoma hasta el cerebro), con finalidades preventivas, curativas y paliativas, pero tambin transformadoras. Tambin se explica por el he-cho de que la medicina se practica ahora en sociedades hetero-gneas, individualistas y multiculturales, en las cuales no pre-domina un nico concepto de los valores y de las normas casi umversalmente compartido. La biotica expresa una evolucin segn la cual, cada vez ms actores e interesados no mdicos tienen algo para decir sobre el "tema mdico", debido a la in -fluencia creciente de ste para el individuo y para la sociedad8.

    6 Se encontrarn las formulaciones sucesivas de esta Declaracin capital, desde 1964 hasta 2000, en la N E B .

    7 Aparecen desde los anos 1960 en los Estados Unidos con el nombre de IRB (Institutional Review Board).

    8 Pensemos en la medicina del trabajo, del deporte, del confort o de conveniencia, en la asignacin de recursos escasos (rganos) o costosos (high tech), en la procreacin asistida por mdico en todas sus formas, en la gestin mdica del final de la vida, en la psicofarmacologa y los psicotrpicos, en la medicina transexual, en la informatizacin de los documentos mdicos, en la telemedicina, en las perspectivas eugensicas, etc.

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  • Qu es la biotica?

    En este contexto, no es excepcional que la biotica entre en con-flicto con una concepcin ms tradicional de la tica mdica que reservaba a los mdicos el poder de decisin y el monopolio del discurso moral sobre las prcticas mdicas. Este discurso se inspiraba en una filosofa, originalmente cercana a la religin, naturalista y paternalista, segn la cual el papel del mdico era, en ltimas, ayudar a la naturaleza a restablecer el equilibrio y el orden naturales - l a salud- accidentalmente perturbados por una enfermedad o u n accidente. La filosofa mdica teraputica tradicional postula una filosofa de la naturaleza y de la naturaleza humana que encaja cada vez menos con la biomedicina contem-pornea cercana a la "biotecnologa aplicada al hombre" (como lo dice John Harris 9); una biomedicina confrontada a deseos individuales o colectivos que no se pueden reducir a la nocin de "necesidades naturales" e influenciados por la filosofa evolu-cionista neo-darwiniana.

    En los aos 1970 se crearon, tambin en los Estados Unidos, los primeros grandes centros de biotica, al mismo tiempo que se establecieron las primeras comisiones de tica en el plano nacional: el Hastings Center (New York) y el Kennedy Institute oj Ethics (Georgetown, Washington D.C.) de una parte, y la National Commission for the Protection oj Human Subjects of Biomedical and Behavorial Research, de otra parte. Estas actividades de-sembocaron en la primera enciclopedia de biotica 1 0 y en el Informe Belmont que formula las bases del "principialismo" (principlism). El principialismo constituye el enfoque inicial, tpicamente norteamericano, de resolucin de los problemas bioticos gracias a la aplicacin de principios.

    Cf. Clones, Genes and Immortality, Oxford University Press, 1998. Obra del Kennedy Institute: Reich W T . (dir), Encyclopedia of Bioethics, 1978. La segunda edicin: New York, Simn and Shuster, 1995.

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  • Gilbert Hottois

    Su formulacin clsica comprende cuatro: 1) Principio de autonoma; 2) Principio de beneficencia; 3) Principio de no maleficencia; 4) Principio de justicia.

    Su concepcin debe mucho a filsofos como T. Beauchamp1 1, S. Toulmin 1 2 y H.T. Engelhardt 1 3. Despus volveremos sobre este tema.

    La dcada de 1980 marca los inicios de la internacionalizacin de la biotica, sobre todo su desarrollo en el plano institucional en Europa, bajo el impulso de Francia. Francia es el primer pas en crear un Comit nacional permanente: el CCNE (Comit Con-sultatif National d'thique pour les sciences de la vie et de la sant) instituido por decreto en 1983 1 4. Este ejemplo ser seguido poco a poco por la mayora de los pases europeos. Hay que resaltar la importancia de esta creacin, pues se trata de un nuevo tipo de institucin enfocada en la tica, cercana a, pero, en principio, independiente de los poderes jurdico y poltico, conformada por expertos provenientes de disciplinas muy diversas y que busca reflejar el pluralismo de la sociedad democrtica.

    De manera general, la creatividad institucional de la bio-tica es notable. Incluye las universidades y los hospitales: ctedras, maestras y doctorados en biotica; funciones y profe-siones nuevas como las de bioeticista, eticista o consultor en (bio)tica; instancias nuevas, principalmente los comits de

    Beauchamp T. L. y Childress J. E , Principies of Biomedical Ethics, Oxford University Press, 1989. Jonsen AR y Toulmin S. The abuse of casuistry. A History of Moral Reasonng. Berkeley, University of California Press, 1988. The Foundations of Bioethics, Oxford University Press, 1986. Sicard D. (d). , Travaux du Comit Consultatif National d'thique, Paris, PUF, 2003.

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  • Qu es la biotica?

    tica locales (comits de investigacin al lado de Facultades y hospitales universitarios; comits clnicos que debaten casos mdicos que plantean un problema tico no relacionado con la investigacin) 1 5. Tambin incluye las regiones, los Estados y las organizaciones supranacionales. Desde 1985, el Consejo de Europa crea u n comit que se hace permanente en 1992 con el nombre de CDBI (Comit Director para la Biotica) y cuya principal realizacin es la Convencin sobre Derechos Humanos y Biotica (1997). En 2005, el Comit Internacional de Biotica (CIB) publica la "Declaracin Universal sobre Biotica y Derechos Humanos". En 1991, la Comisin Europea crea u n comit que se llama, hoy en da, Grupo Europeo para la tica de las Ciencias y de las Nuevas Tecnologas, el cual publica opiniones. En 1993, la UNESCO conforma u n Comit Internacional de Biotica, el cual publica en 1997 su Declaracin Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos16. Los aos 1990 corresponden a la mundializacin de la biotica y, por tanto, al encuentro de la biotica con todos los problemas asociados con la globalizacin, en primer lugar, de los bienes econmicos y los capitales financieros. Animada por la preocupacin por los seres vivientes en general (humanos y no humanos), la biotica tambin debe afrontar intereses particulares para los cuales esta preocupacin no es prioritaria.

    Bompiani A. Biotica ed etica medica nell'Europa occidentale,Trieste, Prxima Scientific Press, 1997, aporta una idea de la amplitud de esta creatividad institucional en Europa. Fue por lo menos tan fecunda en las Amricas e involucra actualmente a todo el mundo, desarrollado y en va de desarrollo. Estos textos figuran en la N E B .

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  • Gilbert Hottois

    2. ENSAYO DE DELIMITACIN TEMTICA Y DE DEFINICIN

    En el plano de las realidades abordadas y de las preguntas planteadas por estas realidades, la extensin de la biotica es inmensa. As se puede juzgar desde el panorama siguiente (no exhaustivo), articulado en tres grandes conjuntos que coinciden parcialmente:

    1) Del lado de la naturaleza: especies y ecosistemas destrui-dos, amenazados, perturbados; biodiversidad; experimentacin con animales; derechos de los animales; desequilibrios de la biosfera: contaminaciones, efecto invernadero, capa de ozono degradada; desarrollo sostenible y principio de precaucin; organismos genticamente modificados (transgnesis, clona-cin)... Todos estos asuntos tambin afectan a los humanos en diversos grados, algunos, en forma directa, por ejemplo: ali-mentos genticamente modificados, xenotransplantes...

    2) En el plano de las personas: medicina de conveniencia (de confort, de deseo): procreacin asistida por mdico (desde la contracepcin hasta la clonacin); experimentacin humana; diagnstico; pruebas; consejera gentica; eutanasia; cuidados paliativos; obstinacin (ensaamiento) teraputica(o); trans-plante de rganos y de tejidos; definicin del inicio y del final de la vida humana; (in)disponibilidad del cuerpo humano... Todas estas preocupaciones repercuten en diversos grados si se abordan desde el punto de vista social.

    3) En el plano social (y poltico, jurdico, econmico): poltica de la salud y asignacin de recursos limitados; infor-ma tizacin y bases de datos personales; patentabilidad de lo viviente no humano y humano; analizar y gestionar la percep-

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  • Qu es la biotica?

    cin pblica de los problemas, de los riesgos y de las promesas; legislar o no sobre cuestiones que tambin dependen de la conciencia individual en una sociedad pluralista (desde las decisiones acerca de la procreacin hasta las elecciones al final de la vida); regulacin estricta por parte del Estado o iniciativa privada para el ofrecimiento y la explotacin de las tcnicas biomdicas (por ejemplo, las pruebas genticas); articular en el campo biomdico las exigencias no convergentes de la libertad individual, los intereses particulares, la solidaridad, la justicia y la igualdad; Tercer Mundo, desigualdad biomdica planetaria, enfermedades hurfanas...

    Hay que subrayar, sin embargo, que la extensin y la diver-sidad del campo temtico de la biotica no es slo un problema de multiplicidad de objetos -desde la selva amaznica hasta las clulas troncales embrionarias- sino tambin de ngulos de enfoque y de disciplinas. La biotica es constitutivamente mult i e interdisciplinaria; fue creada y se desarroll bajo el impulso de mdicos, bilogos, telogos, filsofos, juristas, psiclogos... pero, tambin, recientemente, de socilogos, de politlogos, de economistas...Esta situacin plantea problemas metodolgicos difciles que abordaremos ms adelante.

    La complejidad de la biotica le imprime tendencias al fraccionamiento. La deontologa y la tica mdica centradas en las relaciones entre mdico y paciente siempre mantuvieron una gran independencia y se resistieron -como ya lo hemos sealado- a su integracin en el seno biotico. Por su parte, la ecotica o tica ambiental se ha independizado rpida y am-pliamente y ha establecido numerosas relaciones con grupos de intereses y de defensa (del ambiente, de los animales, etc.) y con partidos polticos (Verdes, alter-mundialismos, ecopo-ltica...). El bioderecho, especialmente el bioderecho compa-

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  • Gilbert Hottois

    rado, ha adquirido su especificidad a medida que las leyes, convenciones, declaraciones, etc. se multiplican en el plano nacional e internacional. La bopoltica ha tomado cada vez ms conciencia de s misma, pues cada vez es ms claro que plan-tear, elaborar y resolver las cuestiones bioticas no son asun-tos puramente cientfico-tcnicos n i puramente ticos: estas gestiones involucran tambin, de un extremo al otro, presu-puestos y objetivos polticos, opciones de sociedad.

    Ilustremos la complejidad de cualquier asunto biotico con un ejemplo muy sencillo, tomado de un campo - la procreacin asistida por mdico- que sigue siendo central: la inseminacin artificial con donante de esperma (IAD), generalmente an-nimo. No nos referimos ac a la complejidad de los asuntos propiamente mdicos que aseguran la confiabilidad de esta for-ma de paliacin de ciertas esterilidades. Observemos que, desde el comienzo, se pueden considerar alternativas tales como la adopcin. Recurrir a la IAD es, de entrada, una eleccin moral, psicolgica y social que no est desprovista de una serie de representaciones y de valores relativos a la familia, a la filiacin, a las nociones de "padre" y de "hijo', a la organizacin de la sociedad, etc. Se plantean despus preguntas relacionadas con la recoleccin del esperma (donacin gratuita o no, anonimato absoluto y definitivo del donante o no 1 7 : criterios de calidad sanitaria del esperma1 8 y para reducir al mnimo la posibilidad de emparentar1 9; posibilidad o no de hacer intervenir otros criterios de seleccin de los donantes de esperma y de seleccin

    Existir o no para el nio asi concebido, cuando llegue a la edad adulta, la posibilidad material y legal de conocer la identidad de su padre biolgico? Pregunta controvertida y difcil. Edad, ausencia de enfermedad infecciosa transmisible, riesgos genticos... E n el sentido en que se evita que la mujer, en el seno de una pareja europea, reciba el esperma de un donante africano, por ejemplo (o a la inversa).

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  • Qu es la biotica?

    del esperma2 0). Estos temas se refieren a los bancos de esperma y los centros de inseminacin que pueden ser regulados por la ley y sometidos a la aprobacin oficial o, por el contrario, dejados a la empresa privada en el marco del mercado y del derecho contractual 2 1. Cul es el estatuto del esperma y, de manera ms general, de las clulas germinales humanas: cosas, cosas abandonadas, bienes comercializables, partes inalienables del cuerpo humano que estn fuera del comercio...? Qu solicitudes sern aceptadas: exclusivamente las de las parejas heterosexuales (casadas, estables...), mujeres solas, parejas homosexuales...? Se debe o no revelar al hijo que tiene un padre biolgico diferente al padre social? La IAD, como ya lo mencionamos, no ocurre sin suscitar problemas relacionados con la definicin de pareja, familia, paternidad, filiacin que constituyen los fundamentos tradicionales y actuales de la sociedad. Modifica identidades individuales y modalidades de relacin intra- e intergeneracionales. Estos temas de discusin interpelan al socilogo, al psiclogo y al psicoanalista, al juris-ta y a los que toman las decisiones polticas. Con mayor pro-fundidad, motivan interrogantes para el filsofo y el telogo y tropiezan con morales establecidas. Segn algunas morales que pueden ser traducidas en reglas de derecho, la IAD, incluso con el consentimiento del marido, se asimila a un adulterio y el nio concebido se considera ilegtimo. Tambin se plantean pre-guntas de justicia, de igualdad, de solidaridad: El Estado debe, y en qu medida, hacerse cargo de los costos de la procreacin

    Cientficamente ms o menos fundadas o no: grupo sanguneo, color de los ojos y de los cabellos, estatura, peso, pertenencia o xito social, profesin, rasgos de personalidad, etc. Pero tambin, por ejemplo, la exigencia de que el donante ya haya tenido una experiencia de paternidad y viva en pareja. Este es el caso de los Estados Unidos. Francia, por el contrario, ha legislado sobre este campo de los Cecos (Centros de estudio y de conservacin del esperma). Ver Federacin francesa de los centros de estudio y de conservacin de los huevos y del esperma humanos, L'inssmination artificiee, Paris, Masson, 1991.

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    I asistida por mdico? Debe hacerse cargo slo en los casos de i esterilidad demostrada, o se debe extender a otras solicitudes?

    Y, sobre todo: debe el mdico apoyar estas ltimas? Al com-prender que el mdico practica la IAD en una perspectiva, si no curativa (la IAD no cura la esterilidad), por lo menos paliativa que prolonga la filosofa teraputica y naturalista de la medicina tradicional (encuentra una va diferente para realizar lo que la naturaleza, por accidente, no permite), no se cambia la filosofa cuando la IAD se pone al servicio de la reproduccin humana por fuera de una pareja heterosexual? No nos encontramos en el umbral de una medicina artificiosa al servicio de demandas que emanan de deseos individuales o colectivos que pueden parecer contra-natura y que, seguramente, son contra-tradicin? Y una vez comprometidos en esta va, qu impide aventurarse siempre ms all en lo artificial: inseminacin con esperma del cnyuge fallecido, fecundacin in vitro con diagnstico preimplantatorio, seleccin eugensica de los embriones y seleccin del sexo, ma-dre portadora (de alquiler), gestacin posmenopusica, compra de embriones congelados seleccionados, reproduccin mediante clonacin.. .La reproduccin humana aparece cada vez ms como una combinacin de posibilidades tcnicas a disposicin de las preferencias individuales o comunitarias que como la nica va impuesta por la naturaleza.

    La biotica tiene como misin estudiar todos estos problemas y elaborar, si no respuestas, por lo menos procedimientos que permitan aportar respuestas.

    Para esbozar una definicin que se esfuerce en tener en cuenta la complejidad, proponemos los siguientes elementos:

    - la biotica toma en consideracin los problemas con dimen-sin tica suscitados por la I & D biomdicos: "dimensin tica"

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  • Qu es la biotica?

    significa que estos problemas suscitan preguntas y discusiones relacionados con los valores y/o las normas; " I & D " se refiere a la investigacin tecnocientfica y al uso de sus resultados y productos en la sociedad; adems, "desarrollo" sugiere que los problemas son muy diferentes cuando uno se sita en una sociedad llamada "avanzada" o desde el punto de vista de una sociedad "en va de desarrollo" 2 2; "biomdica" incluye la medi-cina, la biologa y la biotecnologa;

    - la biotica es menos una disciplina que una prctica mult i -disciplinaria e interdisciplinaria, idealmente llamada para acla-rar los problemas de manera multilateral;

    - los problemas bioticos se plantean en sociedades com-plejas: individualistas, pluralistas, multiculturales, compuestas por grupos con diversos intereses. En el seno de una sociedad culturalmente muy homognea y estable, sera mejor hablar de "biomoral". Esta consistira en juzgar, desde el punto de vista de los valores y las normas compartidos por todos, las investigaciones tecnocientficas proyectadas y las aplicaciones propuestas. El Magisterio de la Iglesia catlica romana se ha esforzado, desde hace unos cincuenta aos, en definir una biomoral al alcance de la comunidad catlica 2 3. Subrayemos que el hecho de plantear los problemas considerando el medio muy plural de las sociedades contemporneas, no prohibe la bsqueda de consensos, de compromisos y de acuerdos. Pero agreguemos que en los pases poco o nada democrticos y

    Algunos hablan de una "biotica para pobres" dirigida al tercer Mundo y una "biotica de fronteras" que se preocupa solamente por los problemas motivados por la investigacin high tech. Est claro que las prioridades son diferentes para una y otra. Ver especialmente las Encclicas: Humnete Vae (Pablo V I , 1968), Veritas Splendor (Juan Pablo II , 1993), Evangelium Vtae (Juan Pablo I I , 1995). Se encontrar el corpus clsico en Verspieren P (d). Biologie, mdecine et thique: textes du Maguiere catholique, Pars, Centurin, 1987.

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    pluralistas, la introduccin del cuestionamiento biotico (en primera instancia no poltico) puede ayudar al surgimiento de una sociedad ms democrtica y pluralista. La biotica permite hablar de cuestiones (aborto, eutanasia, OGM... , pero tambin: igualdad entre hombres y mujeres, justicia en la asignacin de los recursos, libertades individuales) prohibidas para la expresin poltica, al presentarlas bajo el ngulo del interrogante tico.

    - La biotica se esfuerza en perfeccionar reglas, principios, procedimientos e instituciones que ayuden a la explicacin y a la resolucin de los problemas que formula.

    Una definicin corta podra ser: la biotica cubre un conjunto de investigaciones, de discursos y de prcticas, generalmente pluridisciplinarias y pluralistas, que tienen como objeto aclarar y, si es posible, resolver preguntas de tipo tico suscitadas por la I & D biomdicos y biotecnolgicos en el seno de sociedades caracterizadas, en diversos grados, por ser individualistas, mult i -culturales y evolutivas.

    3. LOS PROBLEMAS DE METODOLOGA

    "En biotica, la problemtica metodolgica se caracteriza principalmente por su complejidad y su indeterminacin"2 4. Como es evidente, la metodologa seguida en el seno de un co-mit clnico llamado a decidir en casos individuales, no puede ser idntica a la de un comit nacional o internacional invitado a deducir, en lo posible, normas generales. Preparar una tesis de doctorado en biotica tomar un curso diferente segn si el doctorando es filsofo, mdico, telogo o jurista. O bioeticista: si

    N E B , "Mthodologie biothique", p. 593.

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  • Qu es la biotica?

    bien los expertos en biotica de la primera generacin tenan, en efecto, necesariamente una formacin de base y una experiencia profesional exteriores a la biotica naciente, no ocurre lo mismo hoy en da cuando se multiplican las formaciones y los cursos en biotica -sobre todo, a nivel de maestra (segundo ciclo universitario). Para la primera generacin, la biotica era una actividad original importante pero marginal. En la actualidad, los "(bio)-eticistas" profesionales son cada vez ms numerosos. Esta es una evolucin que tendr sus consecuencias en la meto-dologa, aunque no debera causar un trastorno mayor si la biotica permanece como el fenmeno vivo, diversificado y pro-ductivo que ha sido desde hace tres decenios.

    Las indicaciones metodolgicas que damos ms adelante se articulan a partir de la definicin que se acaba de leer y que pone en evidencia el doble origen de los problemas bioticos: la I & D tecnocientficos y el multiculturalismo. La I & D crea sin cesar novedades caracterizadas, a la vez, por una operatividad fsica independiente 2 5 y por consecuencias y efectos fuertes, en gran parte imprevisibles, sobre el plano social. El multiculturalismo remite a la diversidad de las tradiciones religiosas, filosficas y morales as como a la diversidad de los intereses particulares, pero tambin a la inequidad y a la "asincrona" 2 6 que caracte-rizan a numerosas regiones del mundo. Una innovacin tecno-cientfica difundida en la sociedad no plantea u n problema

    E n el sentido en que el funcionamiento y la eficacia de los productos y dispositivos tecno-cientficos no son casi o nada dependientes de las particularidades psicolgicas y culturales de los usuarios. No ignoramos que en el caso de las aplicaciones mdicas esta dependencia puede ser mucho ms importante -debido al metabolismo individual, las interacciones llamadas "psicosomticas", etc- que para otros campos tecnocientficos. Esta dependencia puede ser a su vez estudiada tecnocientficamente. Todos los componentes de las sociedades desarrolladas y, afortiori, todos los componentes de la humanidad atrapada en el proceso de la mundializacin no estn en el "mismo tiempo", no tienen la misma edad. Creencias y tcnicas muy antiguas coexisten con tecnologas futuristas.

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    ni una pregunta nicos. La percepcin de los problemas, sus efectos, consecuencias y las reacciones forman u n espectro muy extendido generado por todos los prismas simblicos que constituyen la sociedad contempornea. Pensemos en uno de los ms antiguos ejemplos de innovacin biomdica que han motivado una problematizacin biotica: la contracepcin (la "pildora"): tiene una eficacia fsica autnoma; fue percibida y adoptada de formas muy diversas por los individuos, las parejas, las comunidades y los Estados; tuvo - y sigue teniendo- conse-cuencias incalculables sobre el estatuto y el papel de las mujeres en la familia, el medio profesional, el mundo poltico, etc.; su impacto demogrfico y, por tanto, econmico es considerable: permanece marginal o rechazada en ciertas regiones del mundo y en ciertas comunidades...

    3.1 La complejidad de la civilizacin tecnocientfica y multicultural: pluridisciplinariedad y pluralismo 2 7

    La primera exigencia metodolgica - la ms importante- con-siste en no ignorar la complejidad. Enunciada de forma positiva, comprende el doble imperativo del enfoque pluridisciplinario y pluralista de los problemas 2 8.

    Amplios pasajes de las secciones La complejidad de la civilizacin tecnocienUficay multicultural: pluridisciplinariedad y pluralismo, Una complejidad procesualy evolutiva y Una metodologa para nuevas instituciones: los comits de biotica se presentaron en una conferencia en el marco del Coloquio Internacional "Los Comits de tica, para qu?"organizado en Montevideo por la Asociacin Internacional de Derecho, tica, Ciencia y por la Universidad de la Repblica de Uruguay en diciembre de 2003. Las memorias se publicarn posteriormente. No negamos el inters de los anlisis unilaterales (por ejemplo, desde el punto de vista de la teologa catlica, del utilitarismo, del psicoanlisis freudiano, del derecho comparado, etc.) con la condicin de que reconozcan sus limitaciones y renuncien a cualquier ambicin reduccionista. E n tanto que ilustraciones parciales, tales anlisis constituyen aportes indispensables como parte del verdadero debate biotico.

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  • Qu es ta biotica?

    El respeto de la pluridisplinaedad consiste, primero, en el respeto de la metodologa propia de cada disciplina y en recurrir a expertos invitados para presentar los hechos, los problemas y, eventualmente, las soluciones, tales como aparecen desde el interior de cada una de las (disciplinas convocadas. La pluridisciplinariedad no es una prctica perezosa: exige un esfuerzo considerable tanto del experto como de los profanos para lograr una comunicacin transparente, nica capaz de evaluar la importancia de los problemas y la viabilidad de las soluciones propuestas. Se debe prestar atencin particular a los desacuerdos intradisciplinarios, generalmente ms patentes en las ciencias humanas que en las ciencias naturales, especialmente cuando se trata de especular sobre los efectos y las consecuencias psicolgicas y sociolgicas posibles de una innovacin tecnocientfica (recordemos todo lo que se pudo escribir sobre el tema del futuro de los nios de la fertilizacin in vitro29). La diversidad intradisciplinaria interpela directamente a la filosofa que es todo lo contrario a una disciplina unificada; volveremos ms adelante sobre ello. En efecto, la existencia de desacuerdos intradisciplinarios manifiesta que cierto pluralismo debe tenerse en cuenta a propsito de la multidisplinaedad, especialmente cuando se trata de recurrir a disciplinas tales como el derecho, la teologa y la filosofa.

    El respeto del pluralismo se entiende en doble sentido. De una parte, existe lo que llamaremos el pluralismo clsico: el de las diversas ideologas, filosofas, religiones, tradiciones morales, presentes en las sociedades democrticas 3 0. De otra parte, exis-te u n pluralismo que se desarroll sobre todo a partir de la

    Fecundacin in vitro y transferencia de embrin. Cunto no se temi acerca de los "bebs probeta", apelacin meditica fecunda en fantasmas? Y este mismo temor se encuentra, en gran parte, hoy en da con respecto a la eventualidad de la clonacin humana con fines reproductivos. Dos referencias ilustran este pluralismo biotico: Veatch R.M. (d), Cross Cultural Perspectives in Medical Ethics: Readings, Boston, Jones and Barett, 1989, "Biothique et Religin", volume thma-tique du Journal International de Biothique, No 12, mars-juin 1998, dions A. Lacassagne.

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    segunda mitad del siglo XX: el pluralismo de las asociaciones de intereses, de las O N G 3 1 , de los grupos de presiones o "lobbies". Este pluralismo incluye tambin organizaciones antiguas en la tradicin de las corporaciones que defienden el punto de vista y los intereses de ciertas profesiones (tales como el cuerpo m-dico). Las asociaciones de intereses son muy numerosas en el campo de la biotica: asociacin de pacientes, defensores de los animales y de sus "derechos", industrias farmacuticas, ag-business, asociaciones ecologistas, asociaciones de consumido-res, asociaciones anti -OGM 3 2 , etc. En caso de no ser posible representar siempre a todo el mundo, es imperativo tener en cuenta los que estn directamente interesados por el asunto: pero, suele suceder en biotica que stos sean muy numerosos y diversos (por ejemplo, cuando se trata de alimentos gentica-mente modificados o de eutanasia). Como lo sugieren tambin algunos de los grupos mencionados, los intereses defendidos no son siempre exactamente los de los humanos. En la tradicin utilitarista anglosajona y, ms recientemente, en el marco de lo que algunos llaman la "ecologa poltica", se ha desarrollado la exigencia de una representacin y de una defensa de los inte-reses de los no humanos, vivos (los animales, los vegetales, las especies en su diversidad) y no vivos o medio-vivos medio-no vivos (formaciones geolgicas notables, ecosistemas, paisa-jes...). En fin, tambin se ha desarrollado una preocupacin de representacin ms global y relativa al futuro del conjunto de la biosfera y las generaciones futuras.

    Organizaciones No Gubernamentales, tales como Mdicos sin fronteras, Mdicos del Mundo, Greenpeace... Organismo Genticamente Modificado.

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  • Qu es la biotica?

    3.2 Una complejidad procesual y evolutiva

    La segunda exigencia metodolgica de base es tener en cuen-ta la evolucin. La complejidad que se trata de comprender y gestionar no es simplemente estructural y sincrnica; tambin es procesual y diacrnica.

    Las sociedades modernas son evolutivas; un motor de su dinamismo es la investigacin y el desarrollo tecnocientficos que no cesan de descubrir-inventar productos, procedimientos y sistemas susceptibles de afectar en profundidad las costum-bres, las relaciones del individuo consigo mismo, con el otro, con el grupo; en resumen, la identidad personal y el tejido so-ciopoltico. Nosotros hemos evocado el impacto psicosocial de la contracepcin y de la procreacin asistida por mdico; pensemos, en otro registro diferente, en el desarrollo de la Inter-net o en todas las diligencias de investigacin, de concepcin, de experimentacin y de desarrollo, de invencin y de con-trol asistidos por computador. Otro motor es el deseo que, al amparo del pluralismo, del individualismo y del mercado, se expresa de forma cada vez ms libre y diversa, hasta el infinito. Para una fraccin de la humanidad en las sociedades avanzadas, la realidad - l o que es intensamente ms real en un mundo con-vertido en procesos y evolutivo- se concentra all en donde el futuro se inventa y, a partir del cual, difunde a la sociedad. La articulacin de la sociedad global a este flujo continuo de artificios nuevos es difcil. Se trata primero de u n problema de igualdad y de justicia que grita, sobre todo, a propsito de las relaciones entre pases desarrollados y pases en vas de desa-rrollo que no tienen acceso a los ltimos descubrimientos e invenciones en el plano, no de los deseos artificiosos, sino de las necesidades y de la supervivencia, tales como los nuevos medicamentos para luchar contra el sida o la malaria.

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    Pero tambin es u n problema de ritmo, muy sensible en el seno mismo de las sociedades desarrolladas. El retraso de la moral, del derecho, de las instituciones con respecto a la I & D biomdicos es evidente. El tiempo necesario para negociar y formular nor-mas nuevas, teniendo en cuenta la mult i tud heterognea de los interesados es tal que, cuando por fin son publicadas, ya han sido superadas por la I & D . Y la duracin indispensable para la asimilacin simblica, cultural, propiamente moral (evolucin de las costumbres, de los hbitos, de las representaciones y de los valores de base) de las innovaciones por la masa de ciuda-danos es todava ms larga que el tiempo necesario para los expertos que trabajan en la elaboracin de nuevas normas. Mientras que an se debata con una fuerte tendencia a favor de su prohibicin absoluta, el tema de la clonacin humana se reactiv y recobr actualidad en el marco de las esperanzas nacidas a propsito de las clulas troncales, bajo los apelativos de "clonacin teraputica" o de "transferencia nuclear" (incluso de "transferencia de citoplasma"). Los problemas planteados por la gestin de un mundo en evolucin acelerada son de forma inmediata y concreta los ms sensibles en el plano econmico: del empleo, de la quiebra de las empresas y del desempleo profesional de los menos jvenes. Estos problemas tambin le incumben a la biotica bajo el ngulo de la llamada, a veces, "macrobiotica": bioeconoma y biopoltica. Desde hace algu-nos aos, se cristalizaron alrededor de las biotecnologas, espe-cialmente de los OGM, por temor, especialmente, a la ruina de las agriculturas tradicionales.

    La humanidad siempre ha estado en evolucin y es un pro-ducto de la evolucin natural e histrica. Pero tres aspectos son nuevos: el ritmo, la profundidad y la conciencia. Por pro-fundidad, entendemos que los cambios se refieren a las estruc-turas ms estables, menos disponibles, tradicionalmente com-

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    prendidas como inmutables: por ejemplo, las modalidades de la reproduccin humana, la identidad y la separacin de las especies y de los reinos. Por conciencia, queremos decir que la evolucin - e l cambio- es cada vez ms el efecto deliberado y decidido de la accin humana, de la accin de algunos que estn, evidentemente, muy lejos de poder anticipar todas las consecuencias de la accin emprendida. Esta situacin milita a favor de la prudencia (de ah la importancia del principio de precaucin) que postula idealmente una desaceleracin, a veces consagrada en moratorias 3 3. Pero, la desaceleracin no debe conducir al estancamiento n i a la recesin. No obstante, tal vez, es all donde la "cincha lastima"*: la dificultad del "desa-rrollo sostenible", indefinidamente sostenible, porque, cada vez somos ms conscientes de que no estamos en una tem-poralidad de tipo escatolgico o utpico que anticipaba el fin de los tiempos o de la historia (apocalipsis o advenimiento de la ciudad ideal) en un futuro no muy lejano.

    La gestin de un mundo en proceso y evolutivo reclama no s-lo el simple reemplazo de estructuras antiguas estables (axiologa, derecho, concepcin del mundo, organizacin institucional) por estructuras nuevas igualmente estables. Exige la capacidad de acompaar y de asimilar la evolucin permanente: implica

    La idea de moratoria marc los inicios de la biotica. Se trata de la moratoria espontneamente decidida y libremente consentida, en 1974, por los primeros genetistas que realizaron transfe-rencias de genes en la bacteria Escherichia coli (moratoria llamada de 'Asilomar", bajo la iniciativa del genetista Paul Berg). Otras moratorias han sido impuestas por el poder poltico con base en la recomendacin de comits de biotica o propuestas directamente por un Comit Nacional (por ejemplo, la moratoria de tres aos sobre la investigacin en embriones del Comit Nacional francs en 1986). La moratoria es un instrumento flexible y sabio pero de manejo delicado en un contexto de competencia internacional, que puede volver "imprudente a la prudencia". N . de la T.: "l que le bdt blesse": se refiere a las albardas o cinchas que se colocaban en el lomo de las muas y donde se colgaban las cargas. La expresin hace alusin a la causa del sufrimiento o al punto sensible de algo o alguien.

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    reglas e instituciones procedimentales, con conclusiones revi-sables, sensibles al cambio emprico de los contenidos y los contextos. La gestin de la complejidad sincrnica y diacr-nica de sociedades tecnocientficas y multiculturales, abiertas y evolutivas, no es concebible n i operativa con base en reglas fundamentalistas y esencialistas, caractersticas de las socieda-des cerradas e inmviles. Estas tienen una concepcin metafsica u ontoteolgica de la realidad, incompatible con la idea de que lo ms real se encuentra "ah donde se inventa el futuro". En el seno de una civilizacin global, tecnocientfica y multicultural, los fundamentalismos ya slo son aceptables como creencias individuales o de comunidades.

    En este perspectiva se debe entender el desarrollo de nuevas instituciones tales como los comits de (bio)tica en cuyos pro-blemas metodolgicos nos vamos a concentrar ms.

    3.3 Una metodologa para nuevas instituciones: los comits de biotica

    3.3.1 La composicin multidisciplinaria y pluralista

    Una primera regla se refiere a la composicin de los comits: debe ser pluridisciplinaria y pluralista en el sentido descrito ms arriba. La exigencia del pluralismo no puede ser abstracta. No hay duda que estamos en sociedades multiculturales. Pero este hecho no implica que el peso asignado a todas las tradiciones y comunidades morales deba ser idntico. Tal igualdad significara negar la historia que ensea que, en una nacin o en un grupo de naciones, esta tradicin ha sido preponderante durante mucho tiempo. La constatacin y la afirmacin del multiculturalismo no pueden ser extrahistricas n i extraculturales. El pluralismo debe tener en cuenta esta desigualdad y debe ser modulado en

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  • Qu es la biotica?

    funcin de ella. Sin embargo, este mismo pluralismo tambin invita a tomar distancia con respecto a esta realidad histrica singular y a hacerla evolucionar en el sentido de la tolerancia y de la igualdad.

    Los comits nacionales e internacionales han respondido de diferente forma a la exigencia de la pluridisciplinariedad y del pluralismo.

    3.3.2 La distincin entre los gneros

    La segunda regla se refiere a lo que nosotros llamamos la dis-tincin entre los gneros. Esta es menos evidente en una poca que cultiva el posmodernismo para el cual, por ejemplo, la ciencia slo es u n juego de lenguaje, u n discurso o una ficcin entre otros -mitos, religiones, metafsicas, literatura. Los "gneros" que, a nuestro parecer, es posible e indispensable distinguir son: la ciencia, la tica, la moral, el derecho y la poltica.

    a) En cuanto a la ciencia, la metodologa exige que todo pro-blema en biotica, nacido de la I & D biomdicos o biotecno-lgicos, se aclare primero desde el punto de vista del estado de los conocimientos y de las tcnicas - e l estado del arte- para distinguir lo que es efectivamente posible de hacer (precisando las tasas de xito, la confiabilidad, los riesgos, etc), lo que es probablemente realizable y lo que sigue siendo del orden de la fantasa y de la especulacin. Cuando los expertos competentes aportan dicha informacin en forma inteligible y honesta, una parte de los "problemas" bioticos desaparece o adquiere sus justas proporciones.

    b) La distincin entre moral y tica tambin es importante. Una moral es un conjunto de normas que se respetan, generalmente

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    en forma espontnea, como buenas costumbres; su aplicacin no suele suscitar ninguna reflexin terica crtica susceptible de cuestionarla en su fundamento. La tica, ms precisamente: la reflexin, el anlisis, la discusin y la evaluacin ticas, se desprenden de este nivel "meta" del cuestionamiento de las morales establecidas. Nosotros decimos que u n comit de biotica no debe ser u n comit de biomoral. Nos referimos a que el comit de tica debe estar informado (e informar a los destinatarios de sus conclusiones) sobre la manera como los problemas planteados (eutanasia, aborto eugensico despus de diagnstico prenatal, experimentacin en embriones, OGM, A G M 3 4 , etc) son percibidos y, eventualmente, resueltos desde el punto de vista de las diversas comunidades y tradiciones morales as como de las asociaciones de inters que componen la sociedad. El verdadero trabajo tico se inicia al cabo de esta recoleccin descriptiva. La tica postula u n nivel metamoral de reflexin crtica engendrado por la novedad de los temas (por ejemplo, las pruebas genticas) y/o la diversidad de las respuestas "morales" disponibles (por ejemplo, las mltiples evaluaciones del estatuto del embrin).

    c) La distincin entre la tica y el derecho recuerda que el comit de biotica no puede ser u n comit de bioderecho 3 5. La informacin jurdica del comit es indispensable y es deseable que sea lo ms amplia posible. Por ejemplo, es esencial saber si en los pases principales donde se practica la investigacin sobre el embrin humano o la experimentacin de cultivos transgnicos, estas prcticas estn o no enmarcadas por la ley y

    Alimento Genticamente Modificado. "Biolaw": trmino cada vez ms empleado para designar una especializacin jurdica, con frecuencia basada en el derecho comparado. Lenoir N . , Mathieu B., Les normes intemationales de la biothique, Paris, PUF, 1998, aporta una idea de la importancia cobrada por el bioderecho en el plano internacional.

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    cuales son los principios en que se basan estos marcos legales. Esta informacin jurdica revela los valores y las normas en juego, as como las preocupaciones ticas predominantes. Pero la misin de un comit de biotica no es preparar leyes. Consiste en aclarar un tema desde el punto de vista de los valores y de las normas en el seno de una sociedad o de u n conjunto de naciones. A l cabo de esta aclaracin puede plantearse el tema especfico sobre la utilidad o la necesidad de legislar. Su insistencia ser diferente segn si las conclusiones del anlisis tico fueron unnimes, parcialmente consensales o muy divididas. Pero la formulacin de una recomendacin tica incluso unnime, con sus razones (las cuales no son necesariamente unnimes) no se identifica con la preparacin de un proyecto de ley Este trabajo y la decisin de emprenderlo son asuntos polticos y de derecho. Estamos tocando aqu varios problemas importantes sobre los cuales u n comit de biotica debe observar la mayor prudencia, si no desea introducir alguna confusin en uno de los pilares de todo Estado democrtico: la separacin de poderes.

    d) La distincin entre tica y poltica es la que ms dificultades plantea y varan segn las naciones y las regiones del mundo. Esta distincin nos parece particularmente importante, si no se quiere correr el riesgo de reintroducir, en forma poco visible, la confusin predemocrtica entre las Iglesias y los Estados. Por "poltica" entendemos la que se hace en el seno de los partidos cuya misin es la toma - p o r hiptesis democrtica- del poder y la que se hace en el seno de los gobiernos democrticamente elegidos. La autoridad - n o digamos el poder, porque no lo tiene- de un comit de tica es especial y no siempre est bien definida. Esta vaguedad se expresa, por ejemplo, en el apodo popular que a veces se le asigna de "comit de sabios". U n comit de tica es en realidad un comit de expertos, no democrticamente elegidos, organizados por mecanismos de

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    designacin complejos definidos por lo poltico y que goza, en principio, de una gran independencia con respecto a ste; esta independencia le permite a cada miembro expresarse libremente segn su conciencia. La heterogeneidad de las disciplinas y de los intereses hace que se trate de u n comit de expertos muy especial, porque sus miembros slo tienen en comn alguna familiaridad con ciertos asuntos de dimensin tica nacidos de la I & D biomdicos. Las nicas virtudes comunes son esta sensibilidad y este inters ticos. Pero la exigencia pluralista conduce a que la calidad y el contenido sean diferentes en cada miembro. Debido a estas diferencias y al tipo de problemas planteados que tocan, directa o indirectamente, las creencias y los presupuestos -religiosos, filosficos- ms profundos (sentido de la vida, definicin del hombre, estatuto de la naturaleza, ideal de sociedad, etc.) es normal que las conclusiones de un comit de tica no siempre sean unnimes. La humanidad nunca se ha puesto de acuerdo en las respuestas para la condicin humana, como lo demuestra la historia de las religiones, de las filosofas y de las morales. La unanimidad o el consenso proclamados por u n "comit de sabios" parece tener u n alcance particular. Este acuerdo no expresa la preponderancia circunstancial de una postura sobre la otra, a la manera de una opinin polticamente mayoritaria, susceptible de ser invertida posteriormente, as como tampoco conduce a la condena moral de las minoras. El pronunciamiento unnime de los sabios condena, debido a su autoridad moral presuntamente universal (puesto que todas las sensibilidades estn idealmente representadas), al infierno de lo falso y del mal a todas las otras opiniones. Varios actores, sobre todo al inicio de la biotica, le adjudicaron a estas nue-vas instituciones, los comits de biotica nacionales e inter-nacionales, de expectativas en el sentido de la produccin de normas universales y definitivas, fundadas en forma diferente a las leyes de u n estado democrtico. Estas expectativas eran

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  • Qu es la biotica?

    compartidas tanto por ciertas fracciones del mundo poltico y jurdico como por filsofos y telogos, investidos sbitamente de una autoridad cercana al poder poltico. El riesgo de conversin de los comits de biotica en comits de moral, instrumentos de un poder teocrtico o ideolgico y totalitario, sigue siendo una realidad en varios pases con instituciones democrticas pluralistas frgiles o inexistentes. Este riesgo no est totalmente ausente en las democracias occidentales. En la forma ms pro-saica, la produccin de acuerdos y consensos ticos facilita la tarea de los actores polticos, en la medida en que ofrecen una base unvoca para la toma de decisiones, para elaborar las leyes en campos en los cuales la opinin es particularmente sensible. Algunos comits de tica fueron instituidos como una etapa preparatoria en el seno de un proceso de decisin poltica y jurdica. Pero, la separacin de la poltica y de la tica exige que, incluso en el caso de una opinin tica unnime, la decisin de legislar siga siendo u n problema aparte, que se debe discutir en el seno de las instituciones democrticas ordinarias (partidos, parlamentos, gobiernos, comisiones, etc.). La pregunta -se debe legislar?- es particularmente delicada cuando las opinio-nes ticas no son convergentes. Porque legislar en esta situacin lleva claramente a beneficiar una posicin moral con la fuerza pblica. El comit de tica no debe entrar en este debate propia-mente poltico, porque el carcter mayoritario de una opinin no es u n criterio de legitimidad o de superioridad moral. Si no hay unanimidad, si varias posiciones subsisten al cabo de los debates y despus de hacer explcitas sus "razones" particulares, el comit de tica, como tal, debe desear que el debate contine. El mundo poltico puede, por su parte, conocer oportunidades, presiones y urgencias que lo conducen a querer zanjar. En este caso, la opinin mltiple del comit no slo constituir una buena base para entablar el debate poltico, sino tambin para recordar en forma permanente el hecho de que, por razones

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  • Gilbert Hottois

    igualmente ticas, las minoras no estaban de acuerdo con la mayora que impondr polticamente sus valores, sus normas y sus razones.

    No queremos decir que, en caso de disenso tico, lo mejor sea necesariamente no legislar. La ausencia de legislacin pbli-ca en caso de desacuerdo tico tiene como consecuencia aban-donar la cuestin no decidida al juicio de los individuos, de las comunidades y de las potencias privadas. Como se trata de asuntos graves (eutanasia, pruebas y diagnsticos genticos, dopaje, experimentacin sobre seres humanos, archivo de datos personales, procreacin asistida, transgnesis vegetal y animal, eugenesia, etc), su desaparicin del escenario pblico puede tener consecuencias igualmente graves y hacer posibles comportamientos indiferentes o contrarios a toda consideracin tica en el secreto de "las esferas y de los espacios privados". Es moral y socialmente (e incluso polticamente) peligroso con-siderar que privatizar los asuntos los desproblematiza en forma definitiva. Lo ms importante es que, con o sin legislacin, se pueda seguir un debate amplio y pblico en el plano de los valores y las normas, de las concepciones del mundo y del hombre. Una civilizacin compleja y evolutiva reclama una vigilancia, u n acompaamiento reflexivo y crtico, mltiple y continuo, que permite supervisar y revisar en forma peridica los modos de regulaciones tcnicas y simblicas. Esta exigencia no ocurre sin una transparencia y una comunicacin propias para impedir que esferas no pblicas se conviertan en refugios opacos de lo inconfesable.

    3.3.3 Los procedimientos de conclusin

    La tercera regla se refiere a los procedimientos de con-clusin.

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  • Qu es la biotica?

    La mayora de los comits de tica tienen como misin informar sus conclusiones en forma de recomendacin en un lapso variable. Este plazo es ms o menos elstico y generoso segn si el comit est ms o menos estrechamente asociado con un proceso que conduce a una toma de decisin poltica o legislativa. El plazo es importante, porque puede influir sobre el procedimiento y sobre las modalidades de conclusin. El procedimiento del voto de la mayora despus de informacin y discusin limitadas permite concluir rpida y fcilmente. Pero, en general, parece poco tico, sobre todo si no permite que las minoras expresen, en forma explcita y argumentada, sus opiniones divergentes en las conclusiones. La mayora de los comits se esfuerza en cultivar una metodologa de consenso. Difiere de una metodologa en la que simplemente se explicitan las diversas posiciones, argumentos y objeciones, para la cual el consenso no constituye un objetivo. La metodologa que defendemos es intermedia entre explicitar solamente y el objetivo apremiante del consenso. La primera es insatisfactoria en la medida en que tiende a hacer intil al comit. La funcin principal de un comit pluridisciplinario y pluralista es estimular la discusin, la confrontacin de los puntos de vista, cuyo efecto esperado es un enriquecimiento mutuo y una evolucin de las posiciones respectivas. U n comit en el seno del cual los miembros se contentan con yuxtaponer los monlogos de su experticia y de sus convicciones, no tiene ninguna razn de ser. Se debe evitar lo que llamamos el disenso perezoso: consiste en no comprometerse realmente con la discusin interdisciplinaria y pluralista, sino contentarse con exponer y explicitar cada posi-cin con sus presupuestos y argumentos principales, bajo el pretexto de que el pluralismo es el respeto de la diversidad, la libertad de creer, de pensar y de expresarse cada uno para s y en nombre de su comunidad o tradicin. Esta metodologa "posmoderna", individualista y comunitaria en extremo, va en contrasentido con la vocacin tica del comit. Este no se puede

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    establecer a partir del postulado de que los temas que trata slo son asunto de gusto personal. Si bien un comit de tica debe evitar convertirse en un comit de moral, tambin debe temer caer en una especie de esteticismo, contentndose con reflejar la diversidad de las culturas y de las individualidades en nombre del derecho a la autonoma y a la diferencia. Por tanto, es capital que un comit de tica emprenda realmente la discusin y exprese, diramos, una preferencia por el consenso. Esta preferencia es la expresin de su naturaleza "tica": en esta palabra, como en la palabra moral, se hace referencia a lo que es comn, a lo que une y hace posible la vida social. El objetivo del consenso, la idea de que es mejor entenderse que ignorarse u oponerse, es una metodologa que prevalece en tica. Pero, con la condicin expresa de que el acuerdo sea libre y conscientemente aceptado. El peligro simtrico al del disenso perezoso que pierde de vista todo objetivo de entendimiento, es el consenso forzado. Este riesgo es mayor cuando el comit de tica se encuentra estrechamente insertado en un proceso de decisin poltica. Por supuesto, depende de muchos factores contingentes que van, desde la composicin del comit y de la personalidad del presidente, hasta la pugnacidad de los miembros y el plazo concedido.

    Una prctica que facilita la produccin de consensos es el prag-matismo. Consiste en 1) descartar del debate los puntos sobre los cuales el acuerdo es, por lo menos provisionalmente, imposible y 2) formular los consensos sin exigir, adems, el acuerdo en todas las razones que lo justifican, pues estas no son necesariamente convergentes. El consenso pragmtico que permite concluir y, eventualmente decidir y actuar, no reclama la formulacin explcita de todas las razones que lo respaldan. Se puede querer despenalizar la eutanasia por compasin, por preocupacin de claridad jurdica y de reconocimiento de derecho a la situacin de hecho, por razones filosficas de respeto a la autonoma individual,

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    con base en motivaciones econmicas, por angustia frente a la impotencia de la medicina, por aversin moral hacia la hipocresa y lo que no se dice, etc.; se puede rechazar la transgnesis por razones metafsicas o teolgicas sobre el respeto al orden natural o divino, porque las especies constituyen "valores en s mismos", o por temor a desequilibrar los ecosistemas y la biodiversidad, o por compasin frente al sufrimiento animal generado, o por respeto a la dignidad del animal, o porque hay filiales de I & D ms portadoras de futuro, o porque el consumidor no tendr la informacin suficiente, o porque se teme que haya genes del cerdo en la res o genes de res en los tomates, o porque se percibe la transgnesis animal como preparatoria para la transgnesis hu-mana, etc.; se puede prohibir la clonacin reproductiva huma-na porque no se considera seria hoy en da desde el punto de vista tecnocientfico o porque se ve como un sinnimo de horror ontoteolgico sobre la imagen del hombre...

    Los consensos pragmticos son extremadamente valiosos e incluso indispensables en nuestras sociedades complejas, si se quieren instituir reglas operativas comunes y al mismo tiempo preservar la libertad de pensamiento y la diversidad de las creen-cias. Tambin garantizan la posibilidad de reabrir el debate: un acuerdo pragmtico no se parece a u n dogma esencialista n i a una norma fundamentalista, que no slo pretenden regular los comportamientos sino tambin el pensamiento.

    4. FILOSOFA Y BIOTICA

    4.1 Inmanencia y especificidad de la filosofa

    Con la biotica, el filsofo est invitado a experimentar, en forma concreta, la inmanencia de la filosofa. En una discusin

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    autnticamente pluridisciplinaria y pluralista, sobre cuestiones cuyos numerosos aspectos son irreductiblemente empricos, la filosofa no es ms que una voz entre otras, una voz no privi-legiada. Una voz, adems, problemtica en s misma, porque todo filsofo sabe que la filosofa no es una; que es profunda-mente crtica y polmica y es abusivo hablar en nombre de la filosofa. Todo filsofo debera, en todo caso, reconocer la existencia fctica, tan antigua como ella misma, de desacuerdos no superados, por ejemplo, entre los partidarios de la unidad y del universalismo y los de la multiplicidad y el contextualismo. Semejante divergencia se encuentra en el centro de la filosofa y la tica contemporneas de la discusin que contribuye a ofrecer u n marco de procedimiento para la prctica de la bioti-ca. Trataremos este tema ms adelante.

    En primera instancia, el filsofo podra creer justificada su pretensin de ocupar en el seno del debate biotico un lugar privilegiado. No se trata acaso de tica, y la tica no es acaso una de las principales disciplinas filosficas? Pero, como la composicin de los comits de biotica lo hace manifiesto, la filosofa no tiene el monopolio de la tica: ella tambin depende de las tradiciones religiosas, teolgicas, jurdicas y mdicas. La historia ensea que la biotica, en sus inicios, fue ms una creacin de telogos 3 6. Adems, as como no existe la filosofa, no existe la tica. Las tradiciones y teoras de filosofa moral presentes en biotica son numerosas y divergentes.

    En fin, los problemas bioticos superan el marco de la tica y de la filosofa moral stcto sensu: tambin se relacionan con la antropologa filosfica, la filosofa social y poltica, la filoso-fa de la naturaleza y la metafsica, todas ellas mltiples. Hans

    Ver Jonsen, 1998, p.34sa.

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    Joas, uno de los primeros filsofos que intervino en el deba-te biotico ilustra perfectamente la situacin: su horizonte es teolgico, la tica que l elabora desemboca en una filosofa poltica y se incrusta en una antropologa filosfica basada en una filosofa de la naturaleza y una metafsica3 7. Este ejemplo muestra que la biotica o ciertos interrogantes bioticos pueden ser el punto de partida de construcciones filosficas tericas, especulativas y sistemticas. Pero, no es en este sentido que la biotica constituye un desafo original para los filsofos, aun-que es as como ciertos filsofos - con la pretensin de hacer "verdadera filosofa"- continan abordndola 3 8.

    Si bien la competencia del filsofo en el campo de la tica slo expresa una especificidad desprovista de unidad que debe compartir con los no filsofos, su competencia en el manejo y la articulacin de los conceptos ms generales, su experticia en el campo de explicitar los presupuestos y las finalidades, su entrenamiento dialctico para formular los argumentos y las obje-ciones, su gusto por la reflexin crtica perseguida radicalmente, deberan normalmente conducirlo a ocupar un lugar nico en su gnero en el debate biotico. Esta funcin es ms formal que sustancial: un papel de vigilancia lgica y metodolgica. El filsofo puede ayudar al anlisis y a la formulacin de los presupuestos, con frecuencia implcitos e incluso inconscientes, de los diferentes discursos; puede ayudar a aclarar en forma sistemtica ciertos conceptos al explicitar sus diversas acepciones, a establecer

    Joas, 1979, op. cit. Ver Hottois G . (d) Aux jondements d'une thique contemporaine: H. Jemas et H.T. Engelhardt, Paris, Vrin, 1993; Hottois G. et Pinsart M . - G (d). , Hans Joas. Nature et responsabil, Paris, Vrin, 1993; as como Frogneux N . , Hans Jnos ou la vie dans le monde, Bruxelles, de Boeck, 2001; Pinsart M . - G . , Joas et la libert. Dimensions thologiques, onlologiques, thiques et politiques, Paris, Vrin, 2002. Subrayemos que Hans Joas tambin abord los problemas bioticos de una manera prctica y ms concreta en Technik, Medezin und Ethik. Praxis des Prinzips Verantwortung. Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1985.

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    argumentos y contrargumentos as como a poner en evidencia las incoherencias: puede ayudar a extraer los puntos de consenso y los temas irreductiblemente conflictivos porque apelan a conceptos, presupuestos y valores de base irreconciliables. Debe vigilar que todos los puntos de vista puedan expresarse, que las objeciones sean tenidas en cuenta aunque sean minoritarias. Tambin puede recordar que, para muchos problemas de ndole tica, la discusin no alcanza nunca una conclusin definitiva, pues los interrogantes remiten a concepciones del ser humano, de su origen y de sus fines, a representaciones del mundo, de la naturaleza y del tiempo, a visiones sobre la sociedad y la historia, inconciliables. Tambin puede ayudar a mostrar que esta irreductible multiplicidad terica no constituye un impedimento automtico para la conclusin de acuerdos contextales y pragmticos. As, el filsofo preserva por lo menos de manera til la forma de los antiguos privilegios que colocaban a la filosofa en una posicin crtica sobresaliente con respecto a otros discursos.

    4.2 Los diversos recursos de la filosofa moral

    La biotica extrae mucho de las ticas tericas y prcticas de la historia de la filosofa. Tambin se ha esforzado en construir su propia teora: el principialismo. Presentamos primero ste, despus ilustraremos algunos recursos ms tradicionales actuali-zados; terminaremos con la tica de procedimiento que asocia la preocupacin moral y la preocupacin metodolgica del filsofo.

    4.2.1 El principialismo

    El "principialismo" es un anglicismo (principlism)39 que designa un conjunto de principios ticos mnimos umversalmente acep-

    Algunos prefieren "principlismo".

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    tables destinados a guiar la resolucin de conflictos que surgen en la prctica biomdica en un medio pluritnico. El principialismo es un enfoque tpicamente norteamericano indisociable del origen de la biotica hasta finales de los aos 1980, cuando fue objeto de crticas crecientes. El contexto de su concepto es la sociedad norteamericana multicultural (comunitarismo) e individualista, as como una prctica mdica cada vez ms tecnolgica4 0 y con-tractualista4 1, en ruptura con el paternalismo dominante en la tica mdica tradicional. El principialismo responde a la solicitud de reglas simples y claras que orientan la toma de decisiones en un medio pluralista. Su primera expresin es el Informe Belmont (1978-1979) 4 2 que slo considera tres principios (respeto por las personas, beneficencia y justicia): la formulacin clsica es la de Beauchamp y Childress (1979), Principies of Biomedical Ethics*3, con los cuatro principios: autonoma (PA), beneficencia (PB), no maleficencia (PNM) y justicia (PJ)44.

    Experimental y que ampla lo posible (transplante de rganos, vida prolongada, procreacin asistida por mdico, psicotrpicos, pruebas predictivas, etc.), con la condicin de ponerle un precio. E n el sentido en que la relacin mdico-paciente constituye un contrato igualmente definido por las dos partes, ya no es una relacin desigual e implcita en donde el paciente se abandona ciegamente a la competencia y a la decisin del mdico que, se supone, slo quiere y hace lo que es mejor para su paciente. De "Belmont House", sitio de las reuniones. E l informe fue publicado por primera vez en el Federal Register, Washington D . C , en abril de 1979. Su origen se encuentra en los trabajos de la primera comisin nacional de tica ya concebida en un sentido pluralista: la National Comission for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavorial Research (1974-1978), solicitada por el gobierno norteamericano despus de la revelacin escandalosa de experimentos biomdicos en personas sin consentimiento. E l Kennedy Institute of Ethics (Georgetown, Washington D . C . ) desempe u n papel muy importante en la imposicin del principialismo clsico. Oxford University Press, 5e. d. 2001. Tambin se debe subrayar el papel de la primera edicin de la obra de Engelhardt, The Foundations o{ Bioethics, Oxford University Press, 1986. La segunda edicin (1996) vuelve a bautizar el principio de autonoma como "principio de permiso" despus de la condena de las morales de autonoma por la Encclica Veritais Splendor (1993).

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    Esta es una presentacin resumida de los principios:

    a) El PA afirma que el paciente es una persona libre de deci-dir sobre su propio bien y que este no le puede ser impuesto en contra de su voluntad por medio de la fuerza o aprovechndose de su ignorancia. El PA constituye el fundamento para la regla del consentimiento libre e informado. Entra en conflicto con el paternalismo, aunque no impide que el paciente se entregue voluntariamente a su mdico. Filosficamente, con frecuencia se introduce en la estela de la moral kantiana de respeto a la persona y se asocia con la defensa de la libertad individual de John Stuart Mi l i . Sin embargo, se presenta como moralmente "neutro"o "formal", es decir no se compromete con ninguna concepcin particular del bien.

    b) El PB se refiere a las concepciones sustanciales del bien. El actuar tico no postula solamente el respeto de la libertad del otro: incluye el objetivo del bien. Como las miradas del bien son mltiples, dependen de los individuos y las comunidades, el PB debe estar subordinado al PA. Ya no se aplica la tradicional "regla de oro" 4 5 , sino una regla como "Haz a los dems lo que ellos quieran que les hagas". El paternalismo mdico tradicional aparece desde entonces como una tica proveniente de visiones de beneficencia que no respetan la primaca del PA.

    c) El PNM recuerda u n aspecto de la tica mdica tradicional que se remonta hasta el corpus hipocrtico: el famoso "primum non nocere" ("ante todo no hacer dao"). Pero lo relativiza y lo actualiza: el mdico no est obligado a seguir la voluntad del paciente si la juzga contraria a su propia tica. Generalmente

    "Haz a los dems lo que quieres que te hagan a ti" y "no hagas a los dems lo que no quieres que te hagan a ti".

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    coincide con la buena prctica mdica que le exige al mdico darle al paciente los mejores cuidados prescritos por el estado del arte. No obstante, la posicin moral del mdico se inspira tambin en conceptos filosficos o religiosos que sus pacientes no comparten: si un mdico estima contra su conciencia practicar un aborto o una I A D 4 6 , el PNM lo autoriza a oponer un rechazo a esta demanda. En el seno de una sociedad suficientemente plural, transparente y rica, la paciente podr dirigirse a u n colega ms liberal.

    d) Con el PJ se entra en el campo de la filosofa social y poltica: se trata de regular la distribucin o la asignacin de los recursos limitados, insuficientes para la satisfaccin de todas las necesidades y solicitudes. Estos problemas se plan-tean a nivel local (listas de espera para los transplantes de rganos o para el acceso a tecnologas costosas) y a nivel global (reparticin de los presupuestos de la poltica de la salud). Las respuestas aportadas en trminos de justicia distributiva recurren a criterios mltiples (edad, gravedad, esperanza de vida, recursos econmicos...) y oscilan entre las tendencias liberales, utilitaristas y socialistas.

    Las crticas con frecuencia dirigidas al principialismo se con-centran alrededor del carcter idealista de los principios que seran de poca ayuda para aclarar las decisiones por tomar en situaciones concretas complejas, o en torno al estatuto privile-giado del PA. Este postulara u n tipo de paciente ideal: cons-ciente, informado, libre, educado de forma occidental, capaz y deseoso de tomar su destino en las manos y con pocas res-tricciones contextales. Pero, el paciente real se caracteriza sobre todo por limitaciones, dependencias y servidumbres, dura-

    Inseminacin Artificial (con esperma) de Donante.

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    deras o transitorias, relacionadas con su cultura, su educacin, su situacin familiar y profesional, su estado psicolgico, sus recursos econmicos...Considerar cualquier adulto como aut-nomo y capaz de dar su consentimiento libre e informado es una ilusin peligrosa susceptible de producir tantos, si no ms, abusos que el autoritarismo paternalista. El concepto formal de autonoma invitara a una simplificacin parecida. Slo un concepto sustancial del PA que enuncie no un postulado uni-versal de autonoma de las personas, sino un imperativo moral que ordene al mdico no slo respetar la voluntad de su paciente sino tambin cultivar y desarrollar su autonoma, podra ser moramente satisfactorio. Pero de esta forma, el PA slo sera la expresin de u n PB determinado que afirma que hacer el bien, actuar moralmente, consiste primero en respetar y cultivar la autonoma de cada individuo, es decir la capacidad de decidir en forma consciente, racional y voluntaria por s mismo, sin someterse a la influencia de los dems n i someterse a una naturaleza (temperamento, pasiones, sensibilidad; creencias, temores y esperanzas irracionales). Semejante concepto de la autonoma proviene de la moral kantiana, el cual depende de u n nmero considerable de presupuestos sustanciales, a pesar de su proclamado formalismo.

    Si bien el principialismo clsico comprende solamente cua-tro principios, la biotica no ha cesado de inventar o redes-cubrir otros principios a lo largo de su historia. Citemos los principios de dignidad, de sacralidad de la vida, de cientificidad ("lo que no es cientfico no es tico"), de seguridad (safety: ausencia de consecuencias, defectos marginales o de riesgos fsicamente dainos), de proporcionalidad (ventajas o benefi-cios/inconvenientes, riesgos, costos), de vulnerabilidad (una mayor vulnerabilidad exige una mayor proteccin), de precau-cin, de desarrollo sostenible, de las tres R (Reemplazo, Reduc-

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    cin, Refinamiento: a propsito de la experimentacin en animales)... 4 7.

    4.2.2 Recursos tradicionales y actualizados

    Son numerosos y nuestra presentacin slo es indicadora: nos limitamos a la evocacin de las tradiciones de filosofa moral ms citadas en la literatura: aristotelismo, casustica, kantismo, utilitarismo, derechos humanos.

    1) Neoaristotelismo*8. La influencia de la filosofa aristotlica - moral, teora del conocimiento, filosofa de la naturaleza -es difusa y considerable, a veces directa y a veces indirecta, a travs de los enfoques religiosos (neotomismo, casustica) de la biotica. Dos temas merecen atencin: el reconocimiento de la praxis y la afirmacin del finalismo.

    El primero se inscribe en el seno de la distincin ontolgica entre dos niveles de realidad: lo real necesario, inmutable, esen-cial, con lo cual el hombre slo puede establecer una relacin terica fuente de una ciencia apodcticamente verdadera; la realidad contingente, cambiante, en el seno de la cual el hom-bre establece relaciones activas de dos tipos: la praxis y la poiesis. La praxis es la accin, individual y colectiva (poltica). Su obje-tivo es el bien, en ltimas, la felicidad. Este objetivo no es exterior a la praxis: el bien es actuar bien, la prctica de la vida buena, la accin virtuosa. La praxis est guiada por un saber incierto proveniente de la experiencia asociada a una cualidad intelectual: la prudencia (la phronesis). La prudencia capacita para juzgar y decidir despus de la deliberacin de acuerdo con

    E l lector encontrar entradas que explican estos principios en la NEB. Cf. Voyer G . , Qu'est-ce que thique clinique? Essai philosophique sur thique clinique concue crame ractuaiisation de l'thique astotlicienne, Qubec, Artel-Fides, 1996.

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    la regla apropiada a la situacin particular en la que se debe actuar cada vez. La prudencia caracteriza, por excelencia, a la razn prctica. La poiesis es la accin productiva, dirigida a un resultado que permanece una vez termina la accin; su objetivo es el producto bien hecho (en el sentido de "fabricado"); est guiada por un saber igualmente incierto: la tcnica (la techne). La tcnica y sus productos son moralmente neutros: la praxis har un buen o un mal uso de ellos.

    La crtica observa que las distinciones aristotlicas de base entre realidad esencial inmutable y realidad contingente modi-ficable, entre saber cierto definitivo y saber ms o menos proba-ble, entre ciencia terica y saber tcnico, entre accin y tcnica, as como la tesis de neutralidad de la tcnica, son difciles de defender y poco esclarecedoras en los contextos de las CTS (Ciencias-Tcnicas-Sociedades) contemporneos.

    El finalismo esencialista de la filosofa de la naturaleza y de la metafsica aristotlica est muy alejado del evolucionismo que domina la filosofa de la biologa contempornea. A l igual que en el caso de sus numerosas otras referencias a filsofos clsicos (Kant, por ejemplo), la biotica tiene tendencia a hacer un uso superficial de algunas nociones aristotlicas desprendindolas del sistema conceptual global que les conceda toda su riqueza semntica y filosfica. La nocin de prudencia con frecuencia se invoca de esta manera, en asociacin con el Principio de Precaucin o en el marco de la tica clnica.

    2) La inspiracin kantiana. La tica kantiana se invoca con frecuencia para apoyar los principios de autonoma y de dig-nidad de la persona 4 9. La dignidad de la persona humana se

    Por ejemplo, Hansson M . G . , Human dignity and Animal We-Being: A Kantian Contribution o Biomedical Ethics, Uppsala, Almqvist & Wiksell , 1991.

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    basa en su naturaleza de ser espiritual encarnado, racional y libre. La dignidad significa que la persona no tiene precio y no puede, bajo ninguna condicin, ser considerada como un simple instrumento. Descarta cualquier comercializacin, inclu-so parcial, del cuerpo humano. El inters de la tica kantiana se basa aun en el alcance incondicional y universal del imperativo categrico que lo expresa formalmente 5 0.

    La referencia a Kant ilustra, igual que para Aristteles, las limitciones filosficas de la teorizacin biotica. Si bien los bio-eticistas se inspiran en uno u otro aspecto de la tica kantiana para apoyar la posicin que defienden, ignoran lo esencial del resto de la filosofa kantiana ms difcil de comprender y aceptar: el idealismo, el trascendentalismo, el dualismo, las creencias razonables en el alma sustancial e individual, la vida eterna y la existencia de Dios. La nocin de autonoma se entiende de manera superficial, incluso caricaturesca. Lejos de designar la sntesis ideal de la razn y de la voluntad, con frecuencia se reduce al reconocimiento de las libertades individuales sin distinguirlas de los deseos subjetivos y arbitrarios, de los de-seos carentes de cualquier referencia a la razn universal.

    El imperativo categrico ha sido denunciado con frecuencia como inaplicable. Pero Kant desarroll toda una teora de las reglas intermedias entre la universalidad formal del imperativo y las condiciones concretas particulares de su a