biografía_contemporánea_de_asturias_ii
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Cajastur edita esta segunda parte de la Biografa Contempornea de Asturias
de Germn Ojeda, un estudio basado en las Topografas Mdicas de diecio-
cho municipios asturianos que ya se public en 2007.
Ambos ejemplares muestran las condiciones de vida en la regin en torno a
la primera mitad del siglo XX. Esta segunda parte ahonda en la poca dora-
da de cambio histrico que ocurri a partir de 1884, la llamada revolucin
contempornea asturiana, que propici el despegue econmico e industrial
del Principado.
El libro termina en 1934, momento en el que finalizan las transformaciones
socioeconmicas y sanitarias que se haban iniciado en 1884 con la conexin
ferroviaria de Asturias-Madrid,
Ahora, en esta edicin, despus de cinco aos, le ha llegado la vez a otros die-
ciocho concejos que son Llanes, Caravia, Colunga, Nava, Piloa, Villaviciosa,
Norea, Siero, Bimenes, Lena, Riosa, Castrilln, Muros del Naln, Gozn,
Carreo, Tineo, Degaa y Salas y que tambin ayudaron a que Asturias pasa-
se de la pobreza y del atraso social, higinico y sanitario a la prosperidad.
Las 18 topografas mdicas incluidas en este libro, son las no seleccionadas
con el Premio Roel y por tanto, no han sido publicadas por la Academia
Nacional de Medicina de Madrid. No por ello son menos importantes, pues
detallan grandes cambios en las costumbres y condiciones de vida, sobre
todo en lo relacionado a higiene, alimentacin y vivienda.
Para Cajastur es una satisfaccin ofrecer a la sociedad la segunda parte del
libro Biografa Contempornea de Asturias II que recuerda la importancia
de ese medio siglo para la evolucin y modernizacin del Principado, cin-
cuenta aos de transformaciones sociales y polticas que terminaron en octu-
bre de 1934 con la revolucin.
Es empeo de la accin sociocultural de Cajastur conservar el patrimonio
monumental, cultural y etnogrfico de nuestra tierra, labor a la que contribuyen
sin duda estos textos de Ojeda, profesor de Historia e Instituciones Econmicas
de la Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales de la Universidad de
Oviedo y especialista en la economa asturiana contempornea.
Cajastur
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AGRADECIMIENTOS
Este volumen debe mucho a mucha gente que no suele
ser citada, como por ejemplo a Mara Rober que hizo
decenas de fotocopias para poder llevar a cabo este
trabajo en nuestra Facultad de Ciencias Econmicas y
Empresariales de la Universidad de Oviedo, o a Pablo
Folgueira que corrigi con cuidado las pruebas de esta
edicin.Y debe tambin mucho a muchos que en el
mejor de los casos suelen aparecer a pie de pgina
como documentalistas o eruditos locales, que aqu
quiero concretar en las personas de Rosa Villa,
archivera de Siero, y Senn Rivero, historiador de
Villaviciosa. Y debe algo menos aunque son los que
normalmente aparecen citados de forma destacada a
reconocidos colegas como Carlos Monasterio o Joaqun
Lorences. Hay adems otras aportaciones concretas,
materiales o intelectuales, que se repiten en este nuevo
volumen y que constan en la nota preliminar del tomo
anterior. A todos ellos por igual, y por supuesto a los
responsables de Cajastur, les estoy muy agradecido por
hacer posible este segundo volumen que completa esta
edicin de las topografas mdicas de Asturias.
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El mdico Fernando Daz Villabella subido a caballo para ir a atender un enfermo en el medio rural del concejo de Grado a comienzos del siglo XX
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NDICE
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Introduccin
El territorio costero orientalLlanes (1894)Caravia (1934)Colunga (1934)
La comarca de la sidraNava (1931)Piloa (1940-1941)Villaviciosa (1944)
Los centros ganaderosNorea (1913)Siero (1929)
El entorno de las cuencas minerasBimenes (1907)Lena (1907)Riosa (1927)
La zona martima centralCastrilln (1909)Muros del Naln (1914)Gozn (1917)Carreo (1919)
Los concejos del interior occidentalTineo (1907)Degaa (1913)Salas (1963)
Apndice documental facsimilar por municipios
Bibliografa citada
ndice de nombres
Mapa de Asturias por concejos
14
44476173
868999
109
122125137
158161173187
194197213231245
262265285297
310
617
625
632
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Puerto de San Esteban de Pravia en la segunda dcada del siglo XX (Museo del Ferrocarril de Asturias)
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I. INTRODUCCIN
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Biografa Contempornea de Asturias 15
I. Introduccin
La revolucin contempornea asturiana viene marcada por dos fechas, va de
1884 a 1934, tiene lugar por tanto durante el medio siglo transcurrido entre
el ao de la conexin ferroviaria de Asturias con el resto de Espaa, que abre
la puerta de los mercados nacionales al despegue econmico e industrial de
la regin, y la revolucin de Octubre del 34, que cierra la ventana de las
transformaciones sociales y polticas vividas en nuestra tierra a lo largo de
esas cinco dcadas, de esos 50 aos que son el medio siglo de oro de la
modernizacin contempornea del Principado.
Antes de 1884, en la Asturias aislada y rural se haban construido las bases
de ese despegue sobre todo con la puesta en marcha de algunas grandes
empresas fabriles y mineras; despus de 1934 y hasta la vuelta de la demo-
cracia se iban a destruir los motores de esa transformacin, as que esos 50
aos son en efecto la poca dorada de los cambios en la economa y en la
sociedad asturiana contempornea, que como hemos explicado en la intro-
duccin del primer volumen de esta obra es hija directa del carbn y del emi-
grante, porque la explotacin del carbn impuls la revolucin industrial en
la Asturias central, y la exportacin del emigrante la revolucin ultramarina
que moderniz la Asturias rural1, tal como se constata de nuevo al estudiar
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las topografas mdicas no seleccionadas con el Premio Roel y por consi-
guiente no publicadas por la Academia Nacional de Medicina de Madrid, que
forman este segundo y ltimo volumen de las topografas mdicas2.
En la primera entrega de esta obra se haca una extensa introduccin gene-
ral para analizar el contexto histrico en el que haban sido elaboradas las
topografas mdicas premiadas por la Academia de Medicina que otorgaba
el galardn, se estudiaban los grandes cambios que haba vivido Asturias
desde lo que Guillermo Schulz haba llamado el feudalismo especial en el
que estaba sumida la regin pasada la mitad del siglo XIX, hasta la moderni-
zacin socioeconmica contempornea llevada a cabo principalmente en las
primeras dcadas del XX, cambios que se quiebran con la dramtica ruptu-
ra de la Guerra Civil, que nos devuelve despus a un nuevo feudalismo espe-
cial durante el Franquismo.
En este segundo tomo donde se incluyen las topografas mdicas no distin-
guidas con el Premio Roel es innecesario repetir lo ya explicado en aquella
introduccin, pero nos pareci pertinente acotar aqu ms precisamente las
etapas que marcan este periodo histrico entre las fechas sealadas, pues
en concreto ser a partir de 1884, como continuacin del salto ferroviario
16 Introduccin
Grupo de mineros junto a una bocamina a comienzos del siglo XX (Museo del Pueblo de Asturias)
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dado con la apertura de la lnea Asturias-Madrid (que se prolonga con la
construccin de nuevas vas frreas a Avils, a Pola de Siero e Infiesto, y la
posterior conexin de la zona del Caudal con San Estaban de Pravia), y del
salto portuario correspondiente (tambin en ese ncleo, San Juan de Nieva
y El Musel), cuando se articula la trama de comunicaciones para facilitar el
primer gran despegue industrial y socioeconmico de la Asturias central3,
mientras en la periferia regional, la multiplicacin que vive el trfico martimo
ultramarino gracias a la revolucin de los vapores trasatlnticos abarata y
facilita la salida de jvenes emigrantes hacia Amrica, que rpidamente
retornan dinero y modernidad a sus lugares de origen4, comenzando as el
medio siglo de la gran transformacin contempornea asturiana.
Este cambio histrico que coge carrera desde aquel 84 cambiando a ojos
vista una Asturias atrasada y pobre en una regin prspera y moderna5 iba a
cobrar un gran impulso al filo del siglo XX despus de la prdida de Cuba
nuestra segunda patria segn se dice en alguna topografa- debido a la
vuelta de importantes capitales y capitalistas asturianos de la Gran Antilla que
Biografa Contempornea de Asturias 17
Puente de los Fierros lugar de salida del ferrocarril y de las recuas que ascendan el puerto de Pajares antes de 1884 (Museo del Ferrocarril de Asturias)
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invierten en la modernizacin rural y urbana, social y empresarial, de su tie-
rra, gran impulso que dar otro segundo estirn coyuntural en los aos de la
primera Guerra Mundial respondiendo a la demanda excepcional de bienes
industriales y alimentos por parte de los pases europeos en conflicto, y que
por ltimo vivir un tercer momento de renovacin gracias al Estatuto
Municipal activado entre el periodo de Primo de Rivera y los primeros aos
de la Repblica que permite a los ayuntamientos recaudar e invertir en otra
nueva fase de modernizacin de los municipios.
Durante este medio siglo de oro asturiano que va de 1884 a 1934 las topo-
grafas mdicas no premiadas que aqu se estudian nos ilustran, con notable
rigor en muchos casos, sobre esas grandes transformaciones en las condi-
ciones de vida; en los problemas de la alimentacin, la vivienda y la higiene;
en los avances sociales y culturales de los ncleos rurales y urbanos; en la
economa de los municipios; en el cambio en las costumbres, e incluso en la
mentalidad de la poblacin, que de ser cerrada y como deca el gran mdi-
co Jos Garfalo suspicaz6, se hace abierta y confiada, hasta el punto de
que podemos afirmar como hicimos en el primer volumen- que Asturias se
convirti a lo largo de este periodo en una de las regiones ms abiertas, ms
integradoras y ms internacionales de todas las espaolas7.
18 Introduccin
Barco de vapor de emigrantes, puerto de El Musel c. los aos 1920 (Museo del Ferrocarril de Asturias)
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El atraso y la postracin de partida nos la describe muy bien precisamente
Garfalo en 1861 en estas lneas: la poblacin es numerosa, la fecundidad
mucha y la mortalidad escasa; pero la miseria se enseorea de la generali-
dad, dejando muy poco lugar a la comodidad y a la abundancia. Si a las
condiciones climatricas de este bello pas aadimos la floja calidad de los
alimentos usuales, as animales como vegetales, no ser difcil sospechar
la falta de energa radical que en todas las esferas se hace notar en los habi-
tantes. Pero semejantes influencias son ms de advertir en las gentes pobres
casi esclusivamente alimentadas con borona, farias, leche, fabas o judas,
patatas, hortalizas y otras legumbres; seguramente seran ms notables y
Biografa Contempornea de Asturias 19
Obras de construccin del puerto de Pajares (del libro de Justo del Castillo, El Gijn vivido)
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sensibles los perjudiciales efectos de una alimentacin tan esclusiva, si la
vida campestre, agrcola y ganadera a que se entregan ambos sexos no les
hiciese disfrutar continuamente de un ejercicio montaraz, de los aires puros
y de la sencillez de costumbres tan til para la conservacin y acrecenta-
miento de la salud y de las fuerzas. Los beneficios de la civilizacin y cultu-
ra van penetrando, aunque lentamente, por los ms recnditos y apartados
pueblos y caseros que se hallan como incrustados entre tan incultas
peas; (pero) cuando el ingenio del hombre, o su voluntad poderosa, sua-
vice la aspereza de los puertos, y abata la altivez de las empinadas rocas,
abriendo fcil paso a la veloz locomotora, entonces, ya no se har el estir-
col en las puertas de las miserables casas, menguadas de aire y luz; y la
sarna y los herpes y otras inmundicias huirn avergonzadas tras los pasos
que siguieron en otros siglos y en otras partes la lepra aterradora, y en esta
misma comarca la funesta pelagra, ms escasa cada da8.
Los beneficios de la civilizacin iban a venir, es cierto, lentamente, pues
tuvo que pasar casi un cuarto de siglo para ver llegar la veloz locomotora
que nos comunicaba con la Meseta desde 1884, pero una dcada despus
de este acontecimiento histrico, en 1894, el atraso social, higinico y sani-
tario de la gran mayora de los municipios asturianos donde todava no haba
llegado el ferrocarril era notable, tal como conocemos por un interesantsimo
documento mdico-topogrfico publicado ese ao por el Inspector Provincial
de Sanidad Dionisio Cuesta Olay, que recopilando y resumiendo los informes
encargados entonces a las distintas Juntas Locales de Sanidad nos describe
un mapa municipal donde por ejemplo en Cangas del Narcea era todava
muy frecuente el bocio y el cretinismo. En casi todas las aldeas la falta de
higiene privada predispone al desarrollo de los efectos dermatsicos, siendo
muy general la anemia, la amenorrea y la dismenorrea en las mujeres que
amamantan, sin elementos para ello, a sus hijos, por espacios de dos o tres
aos, no dejando de causar estragos el chancro sifiltico importado de Madrid
por las nodrizas mercenarias, que de all regresan a sus hogares, castigadas
por la infidelidad a sus maridos que las permitieron, por afn de lucro, bus-
car en la lactancia de hijos ajenos, el pan para los propios; en Castropol se
destaca que la higiene pblica se halla abandonada por falta de presu-
puesto; en algunos pueblos del concejo de Piloa hubo epidemias de virue-
20 Introduccin
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la porque los vecinos rechazaban la vacuna, y en fin la tuberculosis ya se
extenda por la mayora de los municipios, todo lo cual lleva al mdico Cuesta
Olay a programar un extenso plan de medidas higinicas y sanitarias bsicas
que deban aplicar las autoridades y los mdicos locales para mejorar la salu-
bridad de la poblacin9.
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Una poblacin afectada directamente tambin por la abundancia de pobres,
pues segn el mdico los pobres que hay en esta provincia forman tan cre-
cido nmero, que sera difcil recogerlos en asilos oficiales o de caridad, por-
que no habra presupuesto bastante para ocurrir al fabuloso gasto que esto
originara. La verdad es que adems de las enfermedades de la piel, las escr-
fulas, la sfilis y las del aparato digestivo, que padecen estos desgraciados, son
un peligro temible para la salud pblica, por la facilidad que ofrecen para
comunicar el contagio y la infeccin de un pueblo a otro, por su vida errante
de postulacin, mientras que aquellos pobres que tenan viviendas son peo-
res que las de los animales domsticos10.
Esta situacin de atraso sociosanitario de la mayora de los municipios astu-
rianos a finales del siglo XIX hemos querido contrastarla en este nuevo volu-
men en el caso concreto de Llanes y su distrito judicial por tres razones prin-
cipales, primero, porque disponemos del informe completo elaborado por la
Junta Local de Sanidad, despus porque el propio Cuesta Olay destaca que
esta memoria es de grande extensin, y se halla redactada con pericia nada
comn, y por ltimo porque la otra topografa mdica del concejo de Llanes
presentada medio siglo despus, en 1940, al concurso de la Academia de
Medicina carece de cualquier valor sanitario, cientfico o socioeconmico, por
lo que no la incluimos en este volumen, y por lo tanto la elaborada en 1894
por Antonio Saro nos permite conocer el estado de Llanes y la comarca orien-
tal en esta etapa del cambio de siglo, ayudando as a completar la visin del
mapa mdico-topogrfico de la regin.
Pues bien, analizando esta magnfica memoria sobre Llanes y su distrito11, que
abarcaba los concejos costeros de Llanes, Ribadesella y Ribadedeva, y los inte-
riores de las Peamelleras, Ons y Cabrales, una cosa queda clara y es que en
las ltimas dcadas del siglo XIX, gracias antes que nada al dinero ultramari-
no, los municipios martimos orientales hicieron importantes progresos urbanos
y educativos e incluso mejoraron las condiciones sanitarias, mientras en los
montaosos el atraso era general y la higiene se desconoce casi en absolu-
to12, o sea que en los concejos interiores la modernizacin socioeconmica y
sanitaria avanzaba con bastante retraso respecto a los municipios costeros,
hecho que tambin se comprueba al estudiar las topografas mdicas de Tineo,
22 Introduccin
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Bimenes o Degaa para el periodo siguiente en la dcada larga que va del
cambio de siglo a la Gran Guerra- en comparacin con municipios martimos
como Castrilln o Muros del Naln.
Esta distinta velocidad histrica con la que se incorporan los espacios coste-
ros y montaosos asturianos a la modernizacin relacionada principalmente
con la emigracin, ya la habamos constatado en el primer volumen, pero
debemos subrayar que hay adems de la emigracin otros dos factores deci-
sivos que marcan los tiempos del progreso municipal, a saber, uno las cone-
xiones viarias y ferroviarias que en este mismo periodo permiten avanzar por
ejemplo a concejos interiores como Lena, y tambin las conexiones espacia-
les con los grandes ncleos econmicos e industriales en expansin el trin-
gulo cuencas-puertos-capital- ya que esta renta de localizacin impulsa el
notable salto socioeconmico de concejos centrales como Norea o Siero en
estas primeras dcadas del cambio de siglo.
Biografa Contempornea de Asturias 23
San Esteban de Pravia desde la estacin del ferrocarril Vasco Asturiano c. 1910 (Museo del Ferrocarril de Asturias)
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As pues, la emigracin masiva en los municipios costeros de la regin, y la
industrializacin minera y siderrgica y el desarrollo de la red ferroviaria y por-
tuaria en la zona central, son los motores de la primera gran etapa de moder-
nizacin de los concejos asturianos entre 1884 y 1914, primera etapa que
como ya apuntamos vivir sin solucin de continuidad una segunda acelera-
cin en el lustro siguiente entre el comienzo de la Gran Guerra y el alba de los
aos 20, cuando la excepcional demanda por parte de los pases europeos
beligerantes de carbones, hierros, carnes y todo tipo de alimentos empujan a
marchas forzadas a la economa regional, provocando una burbuja en la eco-
noma real que estallar en 1920, pero que durante ese periodo genera una
extraordinaria acumulacin de actividad y riqueza en la regin.
Una acumulacin de actividad y riqueza bien conocida en la minera de la
hulla y en las fbricas metalrgicas y siderrgicas, que no dan a basto para
atender tanto pedido, multiplicando la produccin, el empleo y los benefi-
cios13; acumulacin menos estudiada pero tambin muy importante en las
villas marineras, que inician la vaporizacin de las flotas pesqueras, y en el
campo asturiano, que en torno a este periodo y sobre todo en la zona central
intensifica su especializacin ganadera, mejora las razas, generaliza los abo-
nos qumicos e incluso incorpora maquinaria para optimizar sus rendimien-
tos y beneficiar sus explotaciones, lo que se puede estudiar en este nuevo
volumen en las topografas escritas por el doctor Villalan sobre Gozn y
Carreo durante estos aos.
Despus del estallido de la burbuja econmica y la aguda crisis posterior
padecida especialmente en los centros industriales de la regin, la tercera
etapa que marcara la vida de los concejos asturianos iba a ser la aprobacin
del Estatuto Municipal en 1924, que en los aos siguientes permitira la recu-
peracin de la actividad municipal y el reinicio de una nueva fase de inver-
siones modernizadoras en muchos ayuntamientos del Principado.
El Estatuto Municipal del 24, promovido por Jos Calvo Sotelo, que segn su
autor ensancha la competencia municipal en medida realmente extraordina-
ria, signific un gran cambio en la vida local por dos razones, primero por
dotar a los ayuntamientos de nuevos tributos, tasas y arbitrios, como plusvalas
24 Introduccin
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sobre terrenos y utilidades por la actividad comercial, y segundo, por autorizar
a los ayuntamientos a endeudarse -para lo que se cre el Banco de Crdito
Local-, as como a municipalizar empresas expropiando sociedades de servi-
cios importantes como los del alumbrado y del agua, que al llevarse a efecto
permitieron reconstruir el patrimonio municipal, patrimonio municipal que
las leyes desamortizadoras del siglo XIX haban privatizado en beneficio de
particulares ricos, dejando a los ayuntamientos sin bienes ni recursos para dar
servicios bsicos a la poblacin, situacin lamentable que Calvo Sotelo valora
en estos trminos: los ayuntamientos ricos de antao, que lo eran casi todos,
deban su prosperidad, no a la abundancia de alcabalas, sino a la posesin de
rentas patrimoniales. La desamortizacin devast con furia cerril casi toda la
propiedad comunal hay que reconstruirlo mediante la municipalizacin de
los ms vitales servicios pblicos, aquellos que ms directamente afectan a la
prosperidad y comodidad del vecindario14.
Con esa doble poltica, el Estatuto Municipal inspirado en general, segn reco-
noce el propio Calvo Sotelo, en el magisterio del profesor de la Universidad de
Oviedo Adolfo Posada, y en la parte hacendstica tambin en el antiguo alumno
de nuestra universidad ovetense Antonio Flores de Lemus15- facilit el aumento
de los ingresos y sobre todo el endeudamiento de los ayuntamientos, lo que se
tradujo en un notable salto adelante de los servicios municipales que el autor
del Estatuto valora muy positivamente en estos trminos: las emisiones de
Deuda que slo sirven para nivelar un presupuesto municipal y cuyos produc-
tos se aplican a gastos de personal, son antieconmicas; pero las que se utili-
zan para adquirir explotaciones industriales, construir escuelas, tender redes de
alcantarillado, abrir nuevas calles, alzar parques o mejorar de cualquier modo
las condiciones morales o fsicas de la vida humana, son siempre reproductivas,
y al forjar riqueza dineraria, o fortalecer la raza, o difundir la cultura, medios
indelebles de propulsin para los pueblos modernos, producen, engendran,
crean. Y esto es lo ocurrido en Espaa. No niego que en algn caso concreto
haya podido extremarse el afn de obras, cediendo a impulsos nobles, pero des-
mesurados, de avance y progreso. Pero sostengo que con excepcin de uno,
diez o cincuenta, los Ayuntamientos espaoles que emitieron Deuda en los lti-
mos seis aos, han servido a la Patria en abstracto, y a la Economa nacional y
local en concreto, de modo tangible, que est fuera de dudas16.
Biografa Contempornea de Asturias 25
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Por tanto podemos concluir que a lo largo de estas tres etapas que van de
1884 a 1934 se produce en Asturias una radical transformacin que cambia
completamente la vida econmica, el trabajo, la sociedad, la educacin, la
salud, la alimentacin y hasta las tradiciones y costumbres de una mayora de
la poblacin que haba vivido su milenaria historia anterior postrada en la
pobreza y en la servidumbre feudal, esto es, que visto desde esa perspectiva
histrica la revolucin llevada a cabo en este medio siglo fue muy rpida, pero
por otra parte siguiendo este proceso transformador con detalle se aprecia una
difcil transicin, porque lo viejo se resiste a morir y a lo nuevo le cuesta nacer,
ya que cuesta pasar del trabajo campesino a trabajar en la mina o en la fbri-
ca, pasar de ser analfabeto a aprender a leer y a escribir, pasar de la servi-
dumbre seorial a la resistencia sindical, pasar en fin de vivir en familia a emi-
grar a ultramar, que fue lo que hicieron nuestros bisabuelos a lo largo de este
periodo histrico contemporneo17.
Esa transicin tambin se aprecia en la alimentacin, en la higiene y en la salud
de la poblacin, temas centrales en las topografas mdicas. As se demuestra
al conocer el paso de una alimentacin montona y vegetal basada, como
deca Garfalo, en la borona, las pulientas, la leche y las habas, a una nueva
donde la gastronoma se diversifica incorporando el pollo o la carne de cerdo
en los potajes, y los chocolates y postres con azcar -como el arroz con leche
importado de Cuba-, que tienen gran xito frente a la monotona de los sabo-
res tradicionales.
La transicin higinica y sanitaria fue tambin difcil por razones culturales y eco-
nmicas, pues los particulares carecan de medios para higienizar sus pobres
viviendas o de educacin para adaptar los nuevos tratamientos mdicos, y sobre
todo porque los poderes municipales que deban promover a base de impor-
tantes inversiones los saneamientos higinicos, la construccin de alcantarillas
y la dotacin de aguas limpias a los ncleos urbanos y rurales, como sealamos
en la mayora de los casos carecan de recursos para abordar tan costosos des-
embolsos, lo que facilitaba la abundancia de enfermedades y epidemias, que
como las tifoideas atacaban la salud por el consumo de aguas contaminadas, o
diezmaban la vida de mucha gente como la tuberculosis, que durante este
periodo se iba a convertir en el gran azote de la poblacin asturiana.
26 Introduccin
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Biografa Contempornea de Asturias 27
Obreros de la Fbrica Moreda y Gijn a comienzos del s. XX (Foto Constantino Surez. Museo del Pueblo de Asturias)
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Claro que la situacin no fue igual en el medio urbano que en el rural, pues
as como los municipios de la Asturias interior y perifrica avanzaron con
retraso respecto a las zonas costeras o al centro de la regin, as tambin las
zonas rurales de cada concejo se modernizaron con retraso respecto a las
villas, pues las obras de saneamiento e higienizacin se llevaron a cabo pri-
mero en las capitales de cada municipio por dos razones de fuerza mayor,
porque en ellas se concentraban el poder y la mayora de la poblacin, y por-
que las inversiones en saneamiento en un medio rural disperso y atomizado
exigan muchos ms recursos de los que disponan los ayuntamientos.
Frente a esta situacin de atraso higinico y sanitario en un medio rural domi-
nado por lo que Villalan haba llamado la economa del cucho, donde el gran
aliado de la economa campesina era el cucho, pero al contrario donde ese
cucho era tambin el gran enemigo de la salud, el medio rural no tuvo alterna-
tivas hasta la llegada de los dineros ultramarinos o las demandas de abasteci-
miento de los grandes ncleos urbanos e industriales, que fueron integrando
poco a poco las unidades campesinas en la economa del mercado.
Pero en realidad ni esa lenta incorporacin del campo a la vida moderna, ni
las campaas de prevencin, ni la educacin sanitaria, ni los planes modelo
propuestos por ejemplo por el mdico de Muros para que el ayuntamiento y
la comunidad en su conjunto mediante prestaciones personales afrontaran la
situacin, ni siquiera las proclamas formuladas por mdicos como el de un
concejo tan prspero como Siero que todava en 1929 peda la urgente nece-
sidad de higienizar la aldea para redimir a los campesinos, pudieron resol-
ver los problemas bsicos de falta de servicios higinicos y sanitarios en el
medio rural, que en la gran mayora de los concejos vio llegar en 1931 el
cambio de rgimen poltico sin agua en las viviendas, sin redes de alcantari-
llado en los pueblos y sin los ms elementales servicios sanitarios en sus
parroquias.
Higienizar y sanear el medio rural asturiano fue un reto sin respuesta a lo
largo de este tiempo contemporneo que sin embargo la Repblica trat de
abordar creando Centros de Higiene Rural, que junto con la distribucin
28 Introduccin
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generalizada de Cartillas Sanitarias para mejorar la educacin en puericul-
tura de las madres, la aplicacin desde 1931 del Seguro Obligatorio de
Maternidad que ya en 1929 estaba en la ley pero no en la realidad, y la
puesta en marcha de Dispensarios en las villas para atender a la poblacin
en general, significaron un gran esfuerzo de modernizacin sanitaria llevado
a cabo por el rgimen republicano18.
Biografa Contempornea de Asturias 29
Manuel Azaa en el Club de Regatas de Gijn a comienzos de la II Repblica (Foto Constantino Surez. Museo del Ferrocarril de Asturias)
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30 Introduccin
Una vez analizadas las grandes etapas econmicas que marcan las transfor-
maciones sociosanitarias que tuvieron lugar durante este medio siglo de oro
asturiano, y vistos adems los distintos ritmos de la modernizacin municipal
segn se trate de concejos interiores o costeros, perifricos o centrales, nos
proponemos ahora explicar cmo hemos organizado este nuevo volumen, que
bsicamente sigue los mismos criterios que el anterior, es decir que se divide
en dos bloques, uno los estudios introductorias de cada municipio, y otro la
reproduccin facsimilar de las pginas originales ms interesantes de las topo-
grafas, a la vez que los concejos se agrupan en captulos por espacios terri-
toriales, ya que ello permite evaluar y contrastar mejor la marcha del proceso
transformador en mbitos semejantes, as que por ejemplo juntamos en un
mismo captulo los concejos de la comarca de la sidra, o los occidentales, o
los de la zona central costera, etc., lo cual no impide al lector interesado estu-
diar a los municipios siguiendo un criterio histrico si lo considera pertinente.
Un criterio histrico que enmarca los anlisis que realizamos de cada topo-
grafa, anlisis histricos que forman el ncleo original del trabajo y que tra-
tan de contextualizar en un escenario ms amplio que el propiamente higi-
nico sanitario de las topografas mdicas las circunstancias socioeconmicas
del concejo que se estudia, y que en conjunto nos permite tener un mapa
bastante completo de la vida de los distintos municipios.
Por otra parte, siguiendo criterios de calidad y como tambin hicimos en el
primer volumen de la obra, hemos excluido en la edicin de este segundo
tomo algunas topografas, en concreto las que se presentaron al concurso de
la Real Academia que se ocupan de los concejos de Cangas de Onis, Pravia,
Ribadesella, y como ya sealamos Llanes, elaboradas todas ellas en los tiem-
pos oscuros de la preguerra a la Guerra Civil y la posguerra, y hechas sin nin-
gn rigor, sin ninguna base cientfica y en algn caso hasta sin el conoci-
miento del concejo que supuestamente estaban analizando.
II
-
Por ejemplo la topografa mdica de Cangas de Ons es un burdo trabajo
mecanogrfico de un total de 71 pginas llenas de faltas de ortografa, de lis-
tados de plantas o enfermedades, de comentarios absurdos donde entre
otras cosas se dice que en el concejo se dan olivos y vinos, se obtienen algas
marinas, la poblacin come poco porque en su trabajo no hay gran des-
gaste fsico, etc., aunque eso s, vive rodeada por todas partes de un bello
paisaje19, bello paisaje que tambin elogia el autor de la topografa mdica
de Llanes presentada al concurso de 1940, cuyo annimo autor, aunque
conoce el concejo, se limita a copiar historias locales, listas de fauna o flora,
y donde hasta la pgina 157 no se refiere a ningn problema que tenga que
ver con la salud o la higiene especficamente llanisca, completando el texto
con otras 50 pginas ms que son copia de un vulgar tratado general de pue-
ricultura, sin olvidarse de ensalzar al principio al glorioso movimiento nacio-
nal, ni de despedirse con el arriba Espaa20.
Biografa Contempornea de Asturias 31
Vista de la calle principal de Cangas de Onis c. 1930 (Foto de Modesto Montoto. Museo del Pueblo de Asturias)
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Una de las topografas ms extensas y en principio ms interesantes por estar
elaborada en los aos finales de la II Repblica, donde como vimos se pusie-
ron en marcha nuevas polticas sanitarias, deba ser la del concejo de Pravia,
presentada nada ms terminar la guerra en 1940, pero desde la observa-
cin previa donde el mdico declara el propsito de escribir un texto de
carcter eminentemente prctico el lector tiene la certidumbre de que el
autor no sabe de lo que habla, copia prrafos sin fin sobre diversos asuntos
generales nada prcticos, rellena folios y folios sobre los temas ms diversos,
o confunde sitios y lugares, llegando pronto a la conclusin de que no cono-
ce ni de vista el concejo sobre el que escribe. As habla reiteradamente de
los obreros de la mar y de los fogoneros y fundidores del municipio, de
los problemas sanitarios relacionados con la mala respiracin en talleres y
minas, etc., hasta que finalmente y superado el tedioso centenar de pginas
empieza a enumerar las fiestas de Ciao, Sama o La Felguera. Ms fraude y
ms cinismo en un trabajo que se supone cientfico no cabe, fraude y cinis-
mo que son una burla ofensiva al concejo de Pravia, a la labor de los mdi-
cos locales, al Premio Roel y al Tribunal que deba juzgar las topografas21.
32 Introduccin
Plaza de Pravia en da festivo c. 1930 (Museo del Pueblo de Asturias)
-
La topografa de Ribadesella presentada a finales de los aos 40 es asimismo
una sucesin de listados vlidos para distintos territorios y provincias sobre el
clima, la biologa, la botnica, etc., donde se dice por ejemplo que el munici-
pio tiene un bello ro, el Sella, magnficamente descrito por el gran novelista
Pereda (sic) y donde despus de rellenar ms de un centenar de pginas el
autor hace en el ltimo prrafo esta afirmacin de principios: en Asturias se
ha observado, y es ley general, que el mayor aumento del alcohol y sus terri-
bles efectos en el bebedor, coinciden con la gran actividad que en los ltimos
aos han tomado las industrias y los trabajos de ferrocarriles, probndonos
que el mayor jornal obtenido por los obreros se invierte en el consumo de las
bebidas, negacin del ahorro, y por la mala direccin de sus costumbres,
pues cuantos ms medios de vivir tienen, ms llama la miseria fsica y moral
a sus puertas, declaracin de principios clasista y reaccionaria que despre-
cia a los obreros y alaba la gran actividad econmica e industrial propia de
la dictadura, gran actividad desplegada tambin por este mdico mecangra-
fo que reprodujo de algunos antiguos tratados de historia natural o mdica
esta retahla de pginas para presentarla como si fuera una topografa mdi-
ca sobre Ribadesella, confirmando que las topografas presentadas al concur-
so de la Academia durante los aos del primer Franquismo eran en general
un gran fraude, en este caso cientfico, muy propio de la poca22.
Sin embargo el Tribunal que tuvo que juzgar estas llamadas topografas no
las consider dignas de ningn reconocimiento, as que afortunadamente no
conocemos los nombres de los autores de estos infames escritos mdico-
topogrficos del primer Franquismo, y de este periodo slo hemos rescatado
para su publicacin la topografa de Villaviciosa presentada en 1945 y elabo-
rada por el mdico Csar Fernndez Ruiz23, pues aunque tampoco tiene
mayores mritos como estudio de carcter local, permite no obstante cono-
cer algunos aspectos de la asistencia mdica y de la poltica sanitaria en la
centuria anterior y en estos aos negros de la autarqua24.
Asistencia mdica y poltica sanitaria que empiezan a mejorar significativa-
mente dos dcadas despus, tal como podemos apreciar estudiando la docu-
mentada topografa mdica de Salas, que fue premiada por la Academia
Nacional de Medicina en 1963 y se incluye en este segundo volumen porque
Biografa Contempornea de Asturias 33
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cuando se public el primer tomo de la obra era para mi desconocido este pre-
mio, pues en la Academia se me haba entregado la topografa de Salas meca-
nografiada dentro de las no premiadas. Slo despus y consultando otros fon-
dos bibliogrficos en el Museo del Pueblo de Asturias me encontr con un volu-
men impreso de esta topografa editado en 1964, lo que significaba que haba
sido premiada, premio que ciertamente pude confirmar luego con los archive-
ros de la Academia de Medicina, que al revisar a instancias mas los libros de
actas del jurado confirmaron la concesin del premio al mdico Fernando
Jimnez Herrero, por lo que se publica ahora ms vale tarde que nunca-
como magnfico colofn de este segundo volumen de la obra.
Haciendo un balance de las topografas que aqu se presentan vemos que
este segundo volumen se abre con una estupenda topografa mdica sobre
Llanes y su distrito que haba elaborado Antonio Saro para la Junta Provincial
de Sanidad, y se cierra con la de Salas que en 1963 fue distinguida con el
Premio Roel, o sea que esta ltima topografa desborda temporalmente ese
medio siglo de la revolucin contempornea asturiana, lo que nos permite
tener una perspectiva mayor de las transformaciones sociosanitarias que vivi
Asturias hasta los aos 60 del siglo XX, periodo donde a la puesta en marcha
de los famosos planes de desarrollo econmico y social deban seguir los pla-
nes de desarrollo sanitario, segn reclamaba el mdico Jimnez Herrero25.
El resto de las topografas, que son la mayora aqu analizadas, tienen en gene-
ral un notable valor documental, pero hay que destacar que todas las que reci-
bieron el accsit al Premio Roel son tan buenas o mejores que aquellas que
recibieron el primer premio y que estn publicadas en el primer tomo de esta
obra-, como lo son tambin algunas que por razones que desconocemos no
fueron premiadas, sea este el caso de la de Tineo, que es un documento
extraordinario sobre la vida del municipio a comienzos del siglo pasado ela-
borado segn el profesor Feo Parrondo estudioso de las topografas mdicas
del concejo- por el mdico Manuel Fernndez Gonzlez26.
En conjunto podemos afirmar que estas 18 nuevas monografas mdico- topo-
grficas que publicamos y que hasta ahora haban permanecido en el ms
absoluto olvido, junto con las 18 anteriores editadas en el primer volumen, for-
34 Introduccin
-
man una obra de 36 topografas que son un extraordinario fondo documental
para conocer la singularidad de los concejos asturianos en este periodo de radi-
cal transformacin histrica, ya que con la excepcin de los distintos trabajos
monogrficos ms o menos interesantes publicados hace un siglo gracias a la
iniciativa editorial de O. Bellmunt y F. Canella en la enciclopedia Asturias, en
general los estudios municipales haban sido ignorados hasta hace poco por los
acadmicos, los asturianistas o los ilustrados de nuestra regin27.
Un gran fondo documental para cono-
cer efectivamente los concejos pero
tambin los mdicos que los estudia-
ron. En las topografas que obtenan
como reconocimiento un accsit al
Premio Roel se desvelaba despus del
concurso el nombre del autor que
apareca detrs del lema exigido para
cubrir el anonimato, as que podemos
conocer los nombres de los mdicos
premiados con esos accsit, que son
Carlos Lpez Fanjul en Lena, Juan
Fernn Prez en Nava, Filberto Daz
del Riego en Muros, y en Castrilln
Carreo y Gozn, Jos de Villalan,
todos profesionales destacados que
dejaron huella en el ejercicio de la
medicina asturiana, tal como se reco-
ge en el libro de Melquades Cabal
100 Mdicos asturianos28, libro que
nos dio las primeras pistas sobre los
mritos de estos abnegados profesio-
nales que tuvieron que ejercer su ofi-
cio con muy pocos medios y con gran-
des sacrificios, la mayora de las veces
subidos a caballo para poder atender
en perdidas aldeas y caseros a tantos
Biografa Contempornea de Asturias 35
Filiberto Daz de Rbago, mdico de Muros del Naln
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enfermos y a tantas enfermedades en la poca de las grandes epidemias que
muchas veces diezmaban a la poblacin, antes de que la higiene, la alimenta-
cin, las vacunas y, por fin, los antibiticos, ayudaran definitivamente a vivir ms
y mejor pasada la segunda mitad del siglo XX29.
Las grandes cualidades profesionales y el talento del doctor Villalan las haba-
mos conocido bien al estudiar las topografas mdicas premiadas y por tanto
publicadas en el primer tomo, a las que ahora se aaden estas tres nuevas
sobre esos tres concejos del entorno del Cabo de Peas que son todas una
prueba ms de su inteligencia y rigor, por lo que algn da habr que estu-
diar y reunir en un volumen completo la obra mdica de Villalan, uno de los
asturianos ms brillantes y ms comprometidos con el progreso de su tierra
en las primeras dcadas del siglo pasado que haba permanecido en el ano-
nimato y que es justo reivindicar para incorporarlo a la galera de los grandes
asturianos contemporneos.
36 Introduccin
Revolucionarios de octubre del 34, llevados a la crcel, Gijn. (Foto Constantino Suarez. Museo del Pueblo de Asturias)
-
Los otros mdicos que recibieron un accsit al Premio Roel, Lpez Fanjul,
Daz del Riego y Fernn Prez, elaboraron originales y documentados traba-
jos sobre sus concejos respectivos y desarrollaron una reconocida labor pro-
fesional30, mientras otras topografas como las de Degaa o Norea ambas de
1913, las de Caravia o Colunga de 1934, y tambin la de Piloa hecha entre
ese ao y el siguiente por el mdico asturiano Francisco Fernndez Vigil-
Escalera, tienen inters en algunos casos sobre todo por el momento histri-
co en que fueron escritas.
Un momento histrico, 1934, que cierra con la revolucin de Octubre el
extraordinario ciclo de transformaciones socioeconmicas y sanitarias que se
haban iniciado en 1884 con la conexin ferroviaria de Asturias con Madrid,
un medio siglo de oro regional roto definitivamente por la dramtica guerra
incivil y por la msera posguerra, de la cual no empezamos a salir para volver
a empezar hasta comienzos de los aos 60, como deja constancia la topo-
grafa mdica sobre Salas que cierra este segundo volumen de la Biografa
contempornea de Asturias.
Biografa Contempornea de Asturias 37
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38 Introduccin
1Germn Ojeda, Biografa contempornea de Asturias. Condiciones de vida en
la regin en torno a la primera mitad del siglo XX, vol. I, Oviedo, 2006, 556 pp.
2Las topografas mdicas publicadas por la Academia Nacional de Medicina
de Madrid eran como sabemos las que haban recibido el Premio Roel. Las
topografas que haban tenido un accsit no eran publicadas por la Academia
y por lo tanto no se conocan los nombres de los mdicos que las haban
escrito, pero revisando las actas del jurado fue posible conocer a los autores
de las mismas, mientras que en el caso de las no reconocidas ni con un
accsit simplemente no se abra la plica con el nombre real del autor y se
destrua el sobre correspondiente, lo que significa que en principio no pode-
mos conocer la autora de las mismas.
3Sobre el desarrollo de las infraestructuras viarias y ferroviarias, y en concreto
sobre el llamado Ferrocarril de Asturias, vid. Germn Ojeda, Los Transportes,
en Historia de Asturias. Edad contempornea II. Economa y sociedad (siglos XIX-
XX), Ayalga, Salinas, 1980, pp. 221-236.
4Germn Ojeda y Jos Luis San Miguel, Campesinos, emigrantes, indianos,
Salinas, 1985, 150 pp.
51884 es una ao histrico no slo por el inicio del despegue de las infraes-
tructuras asturianas, tambin lo es desde el punto de vista sociosanitario, pues
en esa fecha se crea la Asociacin Asturiana de Ciencias Mdicas promovida
NOTAS
-
Biografa Contempornea de Asturias 39
por el ilustre mdico Plcido lvarez Buylla, que inicia su andadura creando
la Revista Asturiana de Ciencias Mdicas y convocando un premio dedicado
a los estudios mdico-topogrficos en Asturias, vid. Biografa contempornea
de Asturias op. cit., p. 30.
6Jos Garfalo, Monografa de las aguas y baos minero-medicinales de
Fuente Santa de Buyeres de Nava (Asturias), Madrid, 1861, p. 75, en el volu-
men de varios autores titulado Memorias sobre los baos y aguas de
Fuensanta de Buyeres de Nava, edicin facsimilar realizada por Albzoras
Llibros, Gijn, 1996.
7Biografa contempornea de Asturias, vol. I, p. 19.
8Jos Garfalo, Monografa, op. cit. pp. 75-79.
9Dionisio Cuesta Olay, Informe de la Comisin redactado en cumplimiento de
la Real Orden de 20 de Marzo de 1894, por la Junta Provincial de Sanidad,
Oviedo, 1894, pp. 11, 14 y 24.
10ibidem, p. 34.
11Antonio Saro y Saro, Memoria sanitaria, mdico-topogrfica de Llanes y su
Distrito, El Oriente de Asturias, Llanes, 1894, 87 pp.
12ibidem, p. 42.
13Sobre la evolucin minera y siderrgica en este periodo, Juan Antonio Vzquez
Garca, La cuestin hullera en Asturias, (1918-1935), Oviedo, 1985, y Germn
Ojeda, Duro Felguera. Historia de una gran empresa industrial, Oviedo, 2000.
14Jos Calvo Sotelo, Mis servicios al Estado. 6 aos de gestin, Madrid, 1931,
pp. 39-40.
15 ibidem, pp. 29-30.
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16 ibidem, p. 47. Esa valoracin positiva puede verse en el libro que varios
autores, Cincuentenario del Estatuto municipal. Estudios conmemorativos,
Instituto de Estudios de Administracin Local, Madrid, 1975, (agradezco a mi
colega universitario Roberto Fernndez Llera sus orientaciones sobre este
tema, que por otra parte l mismo desarroll en su artculo La Hacienda
municipal de Norea en el primer tercio del siglo XX, en el libro de varios
autores Primer tercio del siglo XX: Norea en tiempos de Prez de Ayala,
Asociacin Contigo, Norea, 2006, pp. 85-103.
17 Para conocer la evolucin de estos temas en el mbito espaol es muy inte-
resante el libro editado por Jos Miguel Martnez Carrin, El nivel de vida en
la Espaa rural, siglos XVIII-XX, Universidad de Alicante, Alicante, 2002,
donde hay un interesante artculo con referencias concretas a Asturias escri-
to por Rafael Domnguez Martn, Autoconsumo, mercantilizacin y niveles
de vida campesinos en la Espaa atlntica, 1750-1930. Algunas hiptesis a
contra corriente, pp. 287-320.
18 A lo largo de este medio siglo la poltica sanitaria haba avanzado muy poco
empujada por las crecientes luchas sociales, habindose aprobado en 1900
el Seguro de Accidentes de Trabajo, en 1908 el Instituto Nacional de
Previsin y el Retiro Obrero en 1919, vease D. Gmez Molleda, Los seguros
sociales en la Espaa del siglo XX. Una laguna historiogrfica, introduccin
general al libro de Feliciano Montero Garca, Orgenes y antecedentes de la
prevencin social, Madrid, 1988, pp. XIII-XXV. Ms reciente y de notable inte-
rs es el volumen coordinado por Francisco Comn Comn titulado De la
beneficencia al estado de bienestar, pasando por los seguros sociales, edita-
do por la Revista de la historia de la economa y de la empresa, que edita el
BBVA, n 4, 2010, pp. 9-318.
19 Topografa mdica de Cangas de Onis, 1934.
20 Topografa mdica del concejo de Llanes, 1940.
21 Topografa mdica del concejo de Pravia, 1940.
40 Introduccin
-
22 Topografa y geografa mdica de Ribadesella, lema Mndez lvaro, texto
mecanografiado, 1948, s.p.
23 Csar Fernndez Ruiz, profesor de medicina en la universidad de Valladolid,
fue un estudioso de la historia de la medicina asturiana y escribi un libro de
referencia titulado Historia mdica del Principado de Asturias, Oviedo, 1965,
275 pp.
24 Sobre la asistencia sanitaria hasta la llegada de la Repblica vid. Juan Luis
Rodriguez-Vigil Rubio, El servicio pblico sanitario en Asturias, origen y pri-
mer despliegue (1833-1930), Oviedo, 2007.
25 Fernando Jimnez Herrero, Topografa mdica del concejo de Salas, 1963, p. 3.
26 Francisco Feo Parrondo, Geografas mdicas de Tineo de 1886, 1907 y
1913, Oviedo, 1996, p. 39.
27 Octavio Bellmunt y Traver y Fermn Canella y Secades, Asturias, tres tomos,
Gijn, 1895-1900.
28 Melquades Cabal, 100 Mdicos asturianos, Oviedo, 1976, pp. 487.
29 Sobre estos temas, vid. Jos Tolivar Faes, Historia de la medicina asturia-
na, Salinas, 1976, pp. 75-99, y M. Jess Lpez Gago (con la colaboracin
de Antonio Pereira Poza), Salud pblica y organizacin sanitaria en Gijn
(1874-1914), Gijn, 2000, 201 pp.
30 100 Mdicos asturianos, pp. 127-132 y 295-300.
Biografa Contempornea de Asturias 41
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Puerto de Llanes a finales del siglo XIX (Archivo El Oriente de Asturias)
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II. EL TERRITORIO COSTERO ORIENTAL
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Biografa Contempornea de Asturias 45
Lo ms importante para los pueblos son las medidas que tienen por objeto
mejorar las condiciones de salubridad, afirma en el prrafo que abre la topo-
grafa mdica Antonio Saro y Saro, farmacutico llanisco que a comienzos de
1894 fue encargado por la Junta Local de Sanidad en respuesta a la peticin
de la Junta Provincial de Sanidad para estudiar y proponer esas medidas de
saneamiento que pudieran contribuir a cambiar las condiciones sanitarias de
Llanes y su partido1.
Un partido constituido por siete municipios -Llanes, Rivadedeva, Ribadesella,
las dos Peamelleras, Cabrales y Ons- cuyo centro es Llanes como capital
por ser el que tiene ms peso histrico, poltico y socioeconmico de la
Asturias oriental, concejo que junto con los dems forman un territorio de
muy variado clima y geografa, que se diferencian sobre todo porque unos
son martimos y otros montaosos, pero que segn Saro comparten sus pro-
blemas higinicos y sanitarios, porque como deja anotado desgraciadamen-
te en esta villa, y especialmente en los pueblos del distrito, se mira la higie-
ne con una punible indiferencia que da lugar a que el peligro est siempre
latente, y a que en la hora menos esperada se desarrollen epidemias que al
primer amago causan numerosas vctimas2.
Llanes
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46 El territorio costero oriental
Estudiando la topografa se llega a una clara conclusin: los municipios ms
modernos y prsperos, el desarrollo urbano y mercantil, los servicios sanita-
rios y educativos, son significativamente mejores en los concejos costeros,
donde destaca como apuntamos Llanes gracias sobre todo a su mayor pobla-
cin (que como se ve en el cuadro adjunto prcticamente doble a la del resto
de los concejos), a la positiva influencia de algunos prohombres locales, a la
buena dotacin de centros de enseanza, y a la potentsima relacin con
ultramar y especialmente con Mexico, que en estos aos finiseculares vena
aportando grandes recursos para crear las principales infraestructuras higi-
nicas y escolares en casi todas las parroquias del municipio3.
Ese retorno fecundo de la emigracin en forma de giros y remesas mejora-
ban tambin los servicios educativos y sanitarios de Ribadesella y
Rivadedeva y del resto de los municipios del distrito, pero como deja seala-
do Saro, los concejos interiores eran pueblos rurales en los que la higiene
se desconoce casi en absoluto; viven sin aprensin ni cuidado, por eso se
ceban en ellos ms las enfermedades infecciosas, afirmacin que podemos
complementar con los datos estadsticos de los fallecimientos, pues por
alcaldas de barrio
31
10
9
7
8
3
2
70
parroquias
20
10
9
7
8
3
2
59
habitantes
19.205
7.589
4.005
2.645
3.146
3.006
1.524
41.120
ayuntamientos
Llanes
Ribadesella
Cabrales
Peamellera Alta
Peamellera Baja
Rivadedeva
Ons
7
capitales
Llanes
Ribadesella
Carrea
Alles
Panes
Colombres
Benia
7
Fuente: Antonio Saro y Saro, Memoria sanitaria, p. 9.
AYUNTAMIENTOS QUE FORMAN EL PARTIDO DE LLANES
-
Biografa Contempornea de Asturias 47
ejemplo en el concejo de Ons, en el quinquenio 1889-1893, la elevadsima
mortalidad llegaba al 29,40, mientras en Llanes era diez puntos por debajo,
esto es, del 19 por 1000 habitantes4.
Al contrario, en Rivadedeva nuestro autor destaca que en el pueblo de
Colombres la dotacin de infraestructuras sanitarias era relativamente buena
y que no ofrece peligro alguno para la salubridad pblica, aadiendo ade-
ms que cuenta con varias calles bastante aseadas, est reformado a la
moderna con edificios en su mayor parte nuevos, esbeltos y que renen las
mejores condiciones higinicas5.
Familia cabraliega en la segunda dcada del siglo XX (fotografa de Miguel Rojo. Museo del Pueblo de Asturias)
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Por su parte la villa de Ribadesella careca de hospital y tena unas escuelas
regulares, pero los servicios bsicos municipales macelo y cementerio-
estaban en buen estado y los servicios higinicos fuente, alcantarillado y
lavadero- eran buenos y de reciente construccin, y adems viva entonces
una etapa de modernizacin urbanstica y de expansin comercial empujada
sobre todo por su puerto, pues como seala Saro Ribadesella es pueblo
eminentemente mercantil por su excelente puerto, y ste de buen calado y
fcil acceso, en el que entran buques de gran tonelaje. Debido a ser el ver-
dadero puerto martimo del oriente de Asturias, tiene gran importancia
comercial; por l se exporta e importa todo lo de la zona comprendida entre
los concejos de Villaviciosa y Llanes6.
48 El territorio costero oriental
Vista panormica del puerto de Ribadesella c. comienzos del siglo XX (Archivo El Oriente de Asturias)
-
Es precisamente Llanes, y en concreto la capital del municipio, el centro de la
topografa, a la que Saro dedica la mayora de sus pginas, de sus aportacio-
nes documentales y de sus propuestas higinicas y sanitarias, de tal manera
que en realidad esta topografa es un detallado estudio sobre la situacin de
la antigua Puebla de Aguilar a finales del siglo XIX7.
Un detallado y adems interesantsimo estudio sobre la villa llanisca donde
Saro da cumplida cuenta del notable salto de modernidad que vive entonces
Llanes, salto urbanstico, econmico y social, pues gracias al impulso muni-
cipal y a la iniciativa de los indianos, se estn construyendo numerosos edi-
ficios en el ensanche y tambin palacetes particulares, hay mayor movi-
miento mercantil y se implantan nuevos servicios escolares, higinicos y sani-
tarios, aunque la salubridad de la poblacin est limitada por la falta de cali-
dad de las aguas potables, las deficiencias del alcantarillado y las malas con-
diciones de la mayora de las viviendas que el autor llama a veces habita-
ciones- principalmente en el casco antiguo de la villa entre los barrios del
Cueto y las Barqueras, donde viva la gente pobre y pescadora8.
El salto urbano y econmico de la villa se notaba en el ensanche de La
Concepcin y ante todo el que segua la carretera principal Oviedo-Santander
donde se apreciaban nuevas edificaciones modernas; en la creacin de un
nuevo parque que se sumaba al del Fuerte y al de San Pedro- presidido por
la estatua levantada en 1893 al ilustre poltico Jos Posada Herrera; en la
construccin de casetas en la playa de El Sabln y casa de baos en el pozo
de agua salada llamado de El Alloral para atraer a los baistas que acuden
en buen nmero; o en la instalacin de un nuevo mercado al lado de la casa
consistorial cubierto de cinc acanalado, con esbeltas columnas y armadura
de hierro, construido a la moderna, todo lo cual generaba actividad, creaba
empleo y tiraba de la principal industria del concejo, que segn la topogra-
fa estaba constituida por las numerosas tejeras artesanales y una propia-
mente fabril funcionando al vapor ubicada en el pueblo de Niembro9.
Sin embargo para nuestro mdico-farmacutico la modernizacin ms impor-
tante de un pueblo vena dada por los avances en la educacin y en la salud
de la poblacin, que en Llanes eran tambin sealados, pues haba dos nuevos
Biografa Contempornea de Asturias 49
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centros hospitalarios y una buena dotacin de servicios escolares, ya que en la
villa haba un buen colegio privado de primera y segunda enseanza fundado
por el indiano Nemesio Sobrino, donde se cursaban estudios para el grado de
Bachiller y carrera de Comercio, y adems escuelas particulares y dos pbli-
cas completas de nios y nias10.
Los servicios higinico-sanitarios iban a vivir estos aos fin de siglo un gran
empujn con la inauguracin precisamente en 1894 de un nuevo y moderno
hospital, que tard un largo quinquenio en construirse en las inmediaciones
del paseo de San Pedro donado por otro hermano de Nemesio Sobrino lla-
mado Faustino, a la vez que el viejo hospital municipal, ubicado en el centro
de la villa en la plazuela de San Roque, iba a ser cerrado y sustituido por otro
50 El territorio costero oriental
Llanes, vista del parque, asilo y detrs el paseo de San Pedro c. finales del siglo XX (Archivo El Oriente de Asturias)
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recin terminado camino del ncleo de Pancar que como escribe Saro viene
a llenar un vaco higinico desde hace aos sentido en la localidad est bien
orientado, con ventilacin, buena luz, abrigado al O. y separado conveniente-
mente de la va pblica: es edificio esbelto que se amolda bastante bien a las
condiciones que la ciencia aconseja para esta clase de construcciones11.
Este nuevo hospital municipal se complementaba con una regular atencin
domiciliaria a los pobres del municipio, que organizado en cinco distritos
mdicos atendidos por cinco mdicos municipales tenan a su cargo la asis-
tencia gratuita a los enfermos pobres, quienes reciban tambin gratuita-
mente de la farmacias locales dos en la villa y una en Posada- los medica-
mentos previa receta, aunque este importante servicio de beneficencia sos-
tenido por el municipio estaba condicionado por las limitaciones presupues-
tarias del ayuntamiento, que pagaba mezquinamente a los mdicos y exi-
ga unos rigurosos requisitos certificados por prrocos y alcaldes de barrio-
para incluir a un vecino en el listado de pobres12.
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Mercado y calle principal de Posada de Llanes hacia 1920 (Museo del Pueblo de Asturias)
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Pero el problema central que tenia Llanes y por extensin el resto de los muni-
cipios orientales era el saneamiento, lo que Antonio Saro expresa con toda cla-
ridad en estos trminos: nuestra villa, capital del partido, y alguno de sus
pueblos rurales cuentan en su seno muchas de las causas insalubres que
contribuyen notablemente a una mortalidad que, si bien es escasa, pudiera
ser an algo menor. En efecto, las malas condiciones en las que se encuen-
tra el agua potable; el deficientsimo alcantarillado para la evacuacin de su
excreta; las malas condiciones que renen las habitaciones de la gente jor-
nalera y pescadora de esta Villa y Ribadesella; las mal construidas casas-cua-
dras en gran nmero de aldeas y pueblos que viven en consorcio con toda
clase de sus animales, son causas ms que suficientes para alterar la salud
y producir mayor mortandad de la que debiera13.
Hospital municipal de Llanes en el camino a Pancar c. finales del siglo XIX (Archivo El Oriente de Asturias)
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Para empezar nuestro autor hace la siguiente declaracin de principios: nada
altera tanto la salud como las aguas, cuando stas no renen buenas condi-
ciones de potabilidad, y la potabilidad del agua de Llanes era muy escasa,
no porque el agua sea mala aade-, sino porque la rodean tal cmulo de
peligros, que la hacen, no ya sospechosa, sino hasta repugnante14.
Los peligros eran ciertamente muchos y afectaban a la trada de aguas y a la
fuente principal haba otras dos sucursales- situada al lado del ro Carrocedo
y al pie de la colina de Tieves, a saber, primero porque los depsitos y los con-
ductos subterrneos no tenan buen aislamiento y se comunicaban con el exte-
rior pudiendo as contaminarse, y luego porque la propia fuente principal que
dispona de diez caos- colocada a la lnea del agua del mar de la ra, facili-
taba que a la subida de la marea el agua marina entrara en contacto con la
potable, llenando sta de elementos perniciosos, lo que deterioraba el agua
corriente y ejerca una perniciosa influencia sobre la salud, y muchas dispep-
sias, diarreas y algn estado tfico, que se presentan entre nosotros, son en
parte debidos al estado en que se encuentran las aguas15.
El otro problema grave era el estado del alcantarillado, mal construido, mal
impermeabilizado, con malos y escasos conductos, que adems iban a parar
a la ra, lo que en bajamar repugnaba a la vista, que provocaba malos olores
y que era un atentado contra la salud pblica, pues no pudiendo arrastrar
el flujo y reflujo de las mareas todas las sustancias putrefactas quedan en
sedimentos, que, a bajas mareas, a beneficio del aire, calor y humedad, fer-
mentan descomponindose, produciendo gases deletreos y constituyendo
centro infeccioso16.
Antonio Saro propone afrontar esta segunda de las condiciones fundamen-
tales de saneamiento construyendo un buen sistema de canalizacin a la
inglesa con amplias galeras subterrneas completamente impermeables, lo
mismo en sus paredes y solera que en sus cubiertas, y en segundo lugar un
buen abastecimiento de aguas limpias a las alcantarillas de modo que todas
las materias putrescibles se hallen en presencia de un exceso de agua para
evitar estancaciones, malos olores y focos de infeccin, concluyendo su rigu-
roso anlisis sobre este grave asunto sanitario con este reflexin: difcil y muy
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costoso sera dotar a Llanes de una red suficiente de alcantarillas con el sis-
tema expresado; pero, ante los peligros que para la salud pblica entraa
sera conveniente ir haciendo, aunque sea paulatinamente, algunas ms
alcantarillas, pero bajo las bases y condiciones que debieran imponerse tam-
bin a las construidas por particulares, para descartar a nuestra Villa de uno
de los principales factores contrarios a las condiciones de su salubridad17.
En el Llanes finisecular las enfermedades ms habituales eran como en toda
la regin las enfermedad infecciosas (como el sarampin y la escarlatina pro-
pias de la infancia, la fiebre tifoidea, y adems la viruela, que haba atacado a
la comarca en la dcada anterior y que deba ser controlada con la vacuna-
cin obligatoria de la poblacin), y tambin las relacionadas ms directamen-
54 El territorio costero oriental
Puerto de Llanes en bajamar c. finales del siglo XIX (Archivo El Oriente de Asturias)
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te con el aparato respiratorio (pulmonas, bronquitis, y sobre todo la tubercu-
losis, terrible padecimiento dice el autor- que acaba con la vida de tantos
seres en su mejor edad), enfermedades cuya etiologa se relacionaban en
general con el clima hmedo, la pobre alimentacin y la falta de higiene18.
Por eso para terminar su topografa Saro propone unas exhaustivas reglas de
higiene pblica y privada basadas en la limpieza de casas y calles; en el ale-
jamiento de las basuras y residuos de la villa entonces se tiraban en el cami-
no de trnsito al Paseo de San Pedro- y tambin de gallinas y cerdos que se
criaban entre casas en el centro de la poblacin; en el blanqueo por los par-
ticulares de las fachadas, e incluso en colocar aparatos inodoros en los
tubos de desage de los retretes, fregaderos y dems sumideros, comple-
tando hasta un total de 37 reglas, que en definitiva aspiraban como seala el
farmacutico a que disminuyeran en nmero e intensidad las enfermedades
comunes; y, si llegase el triste caso de que se presentasen las infecciosas o
epidmicas, sus efectos fueran mucho menores, comparados con los que se
originan cuando los pueblos relegan al olvido los principios de la higiene19.
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1Antonio Saro y Saro, Memoria sanitaria, mdico-topogrfica de Llanes y su
distrito, Llanes, 1894, pp. 3 y 7.
2ibidem, p. 78.
3El maestro de primeras letras Francisco Mijares Mijares, en su libro Monografa
Geogrfico-Histrica del concejo de Llanes, publicado en Llanes en 1904 (del
cual hay una reedicin publicada por El Oriente de Asturias en 1987), nos ofre-
ce en el captulo que llama Movimiento literario un minucioso listado de la
impresionante aportacin de los emigrantes a la construccin de las escuelas
y otros servicios bsicos repartidas por el concejo de Llanes, pp. 43-82.
4Memoria sanitaria pp. 42 y 75-77.
5ibidem, pp. 40-42.
6ibidem, pp. 39-40.
7La preferente atencin a Llanes fue debida a que en respuesta a la peticin
de la Junta Provincial la iniciativa de hacer la memoria la haba tomado la
Junta de Sanidad de Llanes, al conocimiento exhaustivo que el autor tiene de
su tierra llanisca, al poco tiempo del que dispuso para redactarla, as como a
la falta de respuestas rigurosas y rpidas de los otros municipios a los que
haba solicitado informacin para documentar su estudio, ibidem, pp. 74-75.
NOTAS
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8ibidem, p. 17.
9ibidem, pp. 18, 27, y 35-36.
10ibidem, pp. 18, 29-30.
11ibidem, p. 20.
12ibidem, pp. 21-25. El sistema de asistencia a los pobres fue regulado por la
Ley de Beneficencia que databa de 1849, ley bsica completada con la Ley
General de Sanidad de 1855, que exiga a los ayuntamientos la asistencia
mdica a estos enfermos sin recursos previa elaboracin de padrones de
beneficencia donde se registraba un censo de indigentes del municipio,
censo frecuentemente manipulado por razones polticas o clientelares, en
Juan Luis Rodrguez-Vigil, El servicio pblico sanitario en Asturias. Origen y
primer despliegue (1833-1930), Oviedo, 2007, pp67-73.
13Memoria sanitaria, pp. 49-50.
14ibidem, p. 51.
15ibidem, pp. 33-35 y 51-53.
16ibidem, pp. 32-33.
17ibidem, p. 53-57.
18ibidem, pp. 59 y 62-66.
19ibidem, pp. 78, 84-86.
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La topografa mdica sobre Caravia, escrita por el que haba sido mdico titu-
lar del municipio entre 1927 y 1931 y enviada a la Academia Nacional de
Medicina para el Premio Roel en agosto de 19341, es un breve trabajo donde
se aportan pocas novedades sobre el concejo y se dedican muchos elogios a
los caravienses, donde se dejan anotados algunos avances socio-sanitarios y
se sintetizan algunos datos dispersos, y sobre todo donde el autor se gua por
el libro del erudito local, asturianista reconocido y tambin empresario urba-
nstico Aurelio de Llano, que en 1919 haba publicado un interesantsimo
libro sobre Caravia donde recoga la historia, las costumbres, las tradiciones,
y la vida social y econmica de los vecinos de su tierra natal2.
En efecto, cotejando ambos estudios se observa que el mdico copia la mag-
nfica obra de Aurelio de Llano en muchos de los apartados de su trabajo,
repite ideas de El libro de Caravia y hasta reproduce algn prrafo literal, limi-
tndose el mdico a suministrar datos demogrficos y sanitarios actualizados
de la dcada de los aos 20, de tal manera que el estudio del facultativo es,
como reconoce el propio autor de la topografa, un modesto trabajo que
con carcter de divulgacin slo aspiraba a saldar la deuda de gratitud
con las autoridades y vecinos de dicho concejo3.
Caravia
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Sin embargo de ese cotejo entre el libro de Aurelio de Llano y la topografa
mdica se pueden extraer algunas conclusiones sobre la evolucin socioe-
conmica y sanitaria de un concejo muy pequeo y poco poblado -con 1.200
habitantes de hecho y 1.020 de derecho, segn el censo de 1930-, aunque
con una fuerte tradicin popular y democrtica que afirma un hecho histri-
co, a saber, que Caravia, junto con Ribadesella, fueron los nicos municipios
en Asturias que antes de la implantacin del rgimen liberal tenan el privile-
gio de elegir a sus representantes municipales por votacin popular4.
60 El territorio costero oriental
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El concejo de Caravia viva aislado por su geografa entre el mar y la monta-
a, pues el abrupto frente cantbrico careca de un puerto natural y el escar-
pado monte Sueve impeda la comunicacin con el interior, y adems slo
era atravesado de este a oeste por un mal camino real -el llamado camino
francs- que recorra la franja costera, es decir, que en Caravia no haba pes-
cadores de oficio, ni actividad comercial propiamente dicha, lo que el muni-
cipio haba tratado de resolver ya a finales del siglo XVIII solicitando oficial-
mente a la Junta del Principado la construccin de un camino carretero a
Cangas de Ons por la parte ms baja del Sueve -por la cuesta del Fito- que
finalmente se ejecutara precariamente en la primera mitad del siglo XIX,
comunicacin interior a la que seguira en 1885 la conexin por una nueva
carretera costera entre La Espasa y Ribadesella5.
Esas conexiones, y sobre todo la emigracin dirigida principalmente a Cuba
(que la mayora de los jvenes vecinos efectuaron por Ribadesella en el ber-
gantn llamado Habana hasta 1872, en que ces sus travesas atlnticas),
abrieron nuevas posibilidades al concejo, porque de ultramar llegaban reme-
sas que permitan el acceso ala propiedad de la tierra de los progenitores del
emigrante y a su vez las vas de comunicacin facilitaban algunos intercam-
bios, aunque a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX la economa fami-
liar continuaba sostenida de forma tradicional en el cultivo del maz, las
abundantes producciones de castaas y manzanas, adems del ganado
vacuno y lanar que se suba en temporada a las majadas del Sueve -donde
abundaban los pequeos caballos asturcones-, mientras varios telares
transformaban la lana y el lino que tambin se cultivaban en el concejo6.
La primera modernizacin del medio rural y la transformacin socioeconmi-
ca en Caravia tendran lugar en las tres primeras dcadas del siglo XX, trans-
formacin apoyada en dos factores principales, uno, la intensificacin en sta
poca de la emigracin ultramarina, y dos, la expansin minera y agraria vin-
culada a la demanda de los centros urbanos asturianos y a la primera Guerra
Mundial.
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Para facilitar la integracin territorial de la costa oriental con la zona central
asturiana en plena expansin econmica, y sobre todo con un Gijn en fase
de febril ebullicin urbana e industrial, se haba proyectado a comienzos del
siglo XX -en 1906- el llamado Ferrocarril de las 5 villas (Gijn, Villaviciosa,
Colunga, Caravia y Ribadesella) que ciertamente podra dar salida a los pro-
ductos de la rasa costera oriental, pero aunque el ferrocarril nunca se lleg a
62 El territorio costero oriental
Joven emigrante asturiano en el puerto de El Museo para embarcar a Amrica c. 1920 (Museo del Pueblo de Asturias)
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ejecutar, el ciclo expansivo iba a tirar durante esos aos de la demanda de
las producciones agrarias y mineras de Caravia, donde ya en 1898 se haba
abierto la primera mina de hierro, a la que seguira una segunda y despus
otra de espato flor, que vivieron sus aos dorados en el periodo de la Guerra
Mundial.
La Gran Guerra impulsara adems la expansin de la economa campesina y
recuperara incluso la produccin y elaboracin de lino en la comarca, tal
como nos detalla Aurelio de Llano en 1919: Ha sido notable en otros tiempos
la feria del lino, en Camoca, concejo de Villaviciosa; a esa feria acudan las
gentes de Castilla a vender cerro y todava hoy se hacen regulares transac-
ciones. Y en este concejo, no se perdi, como en casi toda Asturias, la cos-
tumbre de cultivar el lino; estos aos lo cultivaron en gran abundancia pues
debido a la guerra europea, alcanzaron elevados precios en el comercio las
telas de procedencia fabril7.
Pero como en la gran mayora de los municipios rurales asturianos sera la
emigracin el motor principal de la modernizacin de Caravia, empezando
porque la intensa salida de jvenes emigrantes desde la segunda mitad del
siglo anterior haba limitado el cultivo de las tierras por la ausencia de brazos
y en consecuencia haba favorecido el avance de la ganadera, que con pas-
tos ms abundantes, con menos exigencia de mano de obra y con una
demanda en ascenso, adquiri en este periodo un papel central en la eco-
noma campesina.
Adems, como es bien sabido, los emigrantes enviaban remesas a sus fami-
lias que permitan el acceso a la propiedad de la tierra, el arreglo de las
viviendas y en general la mejora de las condiciones de vida de las familias,
pues aunque Aurelio de Llano lamenta que la introduccin de las modernas
cocinas de hierro desde comienzos del siglo XX era la causa de que la fami-
lia no se rene alrededor del llar como se reuna antao, esas nuevas coci-
nas oxigenaban el ambiente antes irrespirable, a la vez que se hacan retre-
tes, e incluso se abran mayores ventanales para airear e iluminar las vivien-
das, diferencindose en esto -seala el mdico- de las que solemos ver por
la mayora de las aldeas de Asturias8.
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La mejora de las viviendas y de la higiene privada fue acompaada de la
construccin de numerosas fuentes y de una red de alcantarillado pblico de
tubera de hierro en 1916 gracias a la intervencin del diputado por el distri-
to de Infiesto Manuel Argelles, mejora de la higiene pblica que nuestro
facultativo destaca con estas palabras: con semejante medida sanitaria se
ha conseguido desterrar de las estadsticas de morbilidad de Caravia la pre-
sencia de las enfermedades de origen hdrico, y si pasados los aos rara vez
se presenta algn caso, siempre importado de otros lugares, fcilmente se
consigue su aislamiento9.
Claro que como en todas partes en Asturias, un clima lluvioso, una humedad
elevada y un trabajo agrario donde el estircol y la suciedad marcaban la vida
cotidiana del labrador influan de forma directa en la salud, determinando que
las enfermedades del aparato respiratorio -como la bronquitis y otras bronco-
neumonas- fueran la primera causa de enfermedad en el municipio, enfer-
medad a la que se haba aadido ahora la nueva plaga de la tuberculosis, que
el mdico relaciona directamente con la inmigracin que se haba intensifica-
do a finales de este periodo.
Arando con arado romano en el campo asturiano a comienzos del siglo XX (Museo del Pueblo de Asturias)
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Desde la crisis que afect a las economas de Hispanoamrica como conse-
cuencia de la gran depresin de 1929 en Estados Unidos, no slo se haba
frenado la emigracin, sino que el mdico hace constar un aumento de la
inmigracin en estos aos del trnsito de la monarqua la repblica, inmigra-
cin que tiene consecuencias en el enorme desarrollo de pocos aos a esta
parte -escribe- de la tuberculosis, enfermedad fatal que se difunda con faci-
lidad debido a que la ignorancia de estas pobres gentes en estas materias
es tan grande que ocultan la enfermedad hasta el ltimo instante con el fin
de que no llegue a conocimiento de sus convecinos, y que es tan escasa la
importancia que para ellos tiene la profilaxis que por no disgustar al enfermo
prefieren convivir todos juntos sanos y enfermos10.
La tuberculosis era en estos aos el gran problema sanitario, pues haban des-
aparecido otras enfermedades clsicas como la viruela gracias a la vacuna-
cin general, las tifoideas gracias a la canalizacin de las abundantes aguas,
e incluso haba mejorado mucho la salud infantil gracias a la educacin de las
madres en la crianza de los hijos, todo lo cual hace concluir al mdico que
Caravia es sin duda uno de los lugares ms sanos de Espaa11.
Y no slo era sano, sino tambin alfabetizado -no haba ya jvenes analfabe-
tos-, pues aunque las dos escuelas pblicas estaban en regulares condicio-
nes, se haba creado por suscripcin popular durante este periodo -en 1915-
una importante escuela privada en Prado, la capital del concejo.
A todo ello haba que aadir para tener una idea ms completa de los gran-
des cambios que se haban producidos en estas primeras dcadas del siglo
XX, el hecho de que los abundantsimos castaos y robles del concejo -exten-
didos en los siglos anteriores gracias al llamado derecho de pezonera12 -
empezaban a ser desplazados desde los aos de la dictadura de Primo de
Rivera por pinos y sobre todo eucaliptos, pues se estaban efectuando enton-
ces grandes plantaciones13 que fueron promovidas en relacin con la acti-
vidad minera en la regin.
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Mujeres campesinas cosiendo hacia 1920 (Museo del Pueblo de Asturias)
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En resumen, podemos concluir que durante
esta poca el pequeo concejo de Caravia
vivi importantes cambios econmicos y
sanitarios que mejoraron la vida de los cam-
pesinos del municipio -la inmensa mayora
de la poblacin- e incluso se empez a modi-
ficar tambin el paisaje rural con la introduc-
cin de nuevas especies de arbolado, cam-
bios que prueban de nuevo en un concejo
rural y perifrico el cambio histrico que
vivieron los municipios asturianos en este
primer tercio del siglo XX.
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68 El territorio costero oriental
1Topografa mdica del concejo de Caravia, lema Aurora, original mecano-
grafiado, agosto, 1934, 46 pp.
2Aurelio de Llano Roza de Ampudia, El libro de Caravia, Oviedo, 1919, pp.
242. Este es el estudio ms completo de historia local publicado hasta enton-
ces en Asturias y haba sido escrito por Llano despus de mucho tiempo de
investigar la vida de su solar de origen, pues haba nacido en Caravia en 1868.
3Topografa mdica de Caravia, pp. 1 y 10.
4Pascual Madoz, Diccionario Geogrfico-Estadstico-Histrico de Espaa y
sus posesiones de Ultramar, tomo V, Madrid, 1846, p. 525.
5Aurelio de Llano, El libro de Caravia, p. 15.
6ibidem, p. 20.
7ibidem, p. 153.
8ibidem, p. 21, y Topografa mdica, p. 21.
9Topografa mdica, p. 7.
10ibidem, p. 43.
NOTAS
-
11ibidem, p. 39.
12Segn explica Aurelio de Llano -y repite la Topografa- el llamado derecho
de pezonera consista en que cada vecino tena derecho a efectuar planta-
ciones de rboles todos los aos en los terrenos comunes, dejando una
marca en los troncos y usufructundolos despus a su antojo, Libro de
Caravia, p. 10.
13Topografa mdica, p. 18.
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Despus de escribir ms de un centenar de pginas con abundantes datos
e informacin sobre Colunga, el mdico que en 1934 haba elaborado la
topografa sobre el municipio conclua su trabajo con estas palabras: creo
haber realizado el estudio Mdico-Geogrfico del Concejo de Colunga con
detalle y escrupulosidad, teniendo en cuenta lo existente, y sobre todo sea-
lando cuantos defectos y deficiencias hemos podido encontrar en el aspecto
puramente higinico. Efectuamos nuestra labor sobre el terreno para mejor
precisar conceptos y apuntar detalles que de otro modo pudieran pasar inad-
vertidos. Hemos procedido a esta labor honradamente, sin sugestiones, y con
el estmulo de poder realizar un trabajo de utilidad social. Subsanar las defi-
ciencias anotadas, y apuntar la actuacin para lo sucesivo, marcando orien-
taciones higinicas, ha sido nuestra misin1.
Una misin realizada ciertamente sobre el terreno basada en el conocimiento
del concejo, y recurriendo adems a los archivos locales y a la bibliografa dis-
ponible, que hacen de esta topografa escrita segn sabemos por el mdico
asturiano Csar Fernndez Ruiz2 un interesante trabajo de sntesis sobre el
municipio de Colunga, topografa que al no ser premiada por la Academia de
Medicina ha pasado desapercibida, y ni se ha estudiado ni se ha editado, aun-
que esperamos que esta publicacin sirva para recuperar este documento
sobre la situacin del concejo a lo largo del primer tercio del siglo pasado.
Colunga
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Para empezar quisiera sealar que el pequeo y bonito territorio de Colunga
era en los aos republicanos un municipio con buena instruccin, sano y
bastante prspero, pues el medio rural dispona de abundante arbolado de
robles y castaos, mucha ganadera y segn el d