I NGRED IENTES 450 grs. de manteca sin sal 400 grs. de azúcar 200 grs. de azúcar morena 1 cucharada de bicarbonato de sodio 1 ½ cucharadita de polvo para hornear 1 ½ cucharadita de sal kosher 2 cucharaditas de canela 1 ½ cucharadita de jengibre ½ cucharadita de macis (opcional) ½ cucharadita de nuez moscada ½ cucharadita de clavo de olor 6 huevos 450 grs. de harina de trigo integral, tamizada 1 cucharada de extracto de vainilla 900 grs. de zanahorias, peladas, recortadas y ralladas 450 grs. de pedazos de nuez o pistachos sin cáscara, ligeramente tostados

PREPARAC IÓN

Precalentá el horno a 350° y prepará dos moldes para bizcochuelo con papel manteca, apenas enmantecado.  Si querés magdalenas, prepará una cantidad suficiente de recipientes también con papel manteca y levemente enmantecados.

En una olla pequeña, derretí la manteca a fuego lento. Una vez que se haya disuelto, subí el fuego a temperatura media. Pronto empezará a hacer burbujas y algo de ruido, posiblemente salpique un poco. Notarás que empieza a haber unos pedacitos marrones en el fondo de la olla, pero no te preocupes. Cuando la manteca haga “silencio de ninja”, ya está lista. Sácala del fuego y dejala enfriar.

Con una batidora eléctrica mezclá el azúcar, el azúcar morena, el polvo de hornear y  el bicarbonato de sodio, la sal, las especias y los huevos. Hacelo a velocidad rápida o media hasta que la mezcla esté suave y esponjosa, unos cinco minutos.

Reducí entonces la velocidad a media y, con la batidora siempre en marcha, dejá caer como una lluvia la manteca, asegurándote de incluir todos los pedacitos dorados del fondo. Agregá la esencia de vainilla. Poné la velocidad en baja y agregá la harina tamizada, toda de una vez. Mezclá hasta se incorpore. Después apagá la batidora y con una espátula de goma incorporá las zanahorias y las nueces trituradas.

Podés servirla sola, o decorada con queso crema y zanahorias.

Dividí la mezcla entre los moldes que hayas preparado y horneá unos 20 minutos los bizcochuelos o 15 minutos las magdalenas, o hasta que la masa se haya inflado

y dorado ligeramente. Estarán listos cuando, al insertar un escarbadientes o un tenedor en el centro, estos salgan completamente limpios y secos