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CHÁVEZ CARAQUEÑO 5 DE MARZO DE 2017 DE CÓMO EL HIJO DE SABANETA DE BARINAS CON AMOR CONQUISTÓ CARACAS FOTO JESÚS VARGAS

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2 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

El bullicio fue lo primero que impactó a Chávez al arribar a la capital, ciudad a la que trajo su sueño de ser pelotero y en la que se moldeó su alma de revolucionario | Emma Grand

Un veguero de Barinas perdido en Caracas

Muy jovencito se vino Hugo Chávez a Cara-cas. Había sido su decisión vivir en la capital del país para estar cerquita de su gran sueño: ser pelotero profesional, en parte por admi-ración y honor al grandeliga venezolano Néstor Isaías “Látigo” Chávez, quien murió muy joven en un accidente aéreo.

“Yo me vine a Caracas porque quería ser pelotero del Magallanes, ese era mi sueño de adolescente”, recordaba Chávez.

Lo de entrar al Ejército fue solo una opor-tunidad que aprovechó para poder costear su estadía por estos lares, pero que en muy poco tiempo le cambió su determinación de un día llegar a jugar en las Grandes Ligas.

A tan solo semanas de sumarse a las filas de uniformes verdeoliva, el veguero de Bari-nas, el delgadito Hugo al que llamaban Tribi-lín, ya había descubierto cuál sería su rum-bo, y el de pelotero ya no sería, aunque conti-nuaría amando el deporte y jugando.

“Desde el primer día yo empecé a respirar algo en ese patio que yo amo, ese patio don-de ustedes me han visto algunas veces, ese patio de armas de la Escuela Militar (...) Yo me sentí soldado de una vez, pues; agarré el uni-forme y aquel fusil, y aquellos trotes maña-neros, y aquel canto patrio”, recordó alguna vez el Chávez Presidente.

“A los pocos meses yo estaba montando guardia en el Panteón Nacional, al lado del sarcófago que contiene los restos de Bolívar,

y yo me hice soldado”. Y justamente es en ese transitar del Arañero de Sabaneta para servir con las armas al pueblo de Bolívar que cono-ció, vivió y se enamoró de Caracas.

Un día que salió de permiso, “creo que fue en diciembre, o comenzando el año 72, aga-rré un carrito que uno agarraba ahí, saliendo de la Escuela Militar en el puente, ahí en El Valle, el puente que está ahí, que pasa por so-bre la autopista, Longaray, ahí uno agarraba el carrito, y le dije al chofer: Señor, por favor, lléveme al Cementerio General del Sur”.

“Yo no sabía dónde quedaba eso, pero él me llevó. Compré unas flores, una vela, con la platica que tenía; caminé, le pregunté a alguien, a los que trabajan allí: ¿Dónde está la tumba de el Látigo Chávez?, y le puse una vela, le puse unas flores, me quité los guan-tes blancos, recuerdo, para no ensuciarlos, limpié un montecito que estaba ahí con mis propias manos, le quité prestado algún charapo viejo a algún señor allí, y limpié un poquito, y listo. Y me vine, me fui, fue co-mo un tributo a aquel hombre que ahí está sepultado, aquel muchacho, aquel joven, que me ayudó, sin él saberlo, a buscar un rumbo, o más bien a conseguir un rumbo: hacerme soldado”.

DE SUS PRIMEROS DÍAS EN LA CIUDAD“Ese primer año de cadete”, rememoró Chávez en un discurso, “andaba bien asusta-

do aquí en Caracas (…) Pero poco a poco uno fue cogiendo calle, caminos”.

“Yo era recluta, cadete de primer año. Eso fue como en noviembre o diciembre de 1971. Salí de permiso un día. Era nuevecito y flaquito. La gorra me quedaba grandota y me tapaba hasta las orejas. Entonces uno agarra-ba un libre en El Valle, donde hoy están esos edificios”.

“Ahí no había edificios, eran casas y edifi-cios pequeños. Longaray se llama eso. Por ahí pasaban los taxis. Uno se paraba ahí vestidito de azul, impecable, con los guantes blanqui-tos y sacaba la mano al primer taxi que pasa-ba. Y yo perdido en Caracas, pero me iba a ca-sa de mi tío Chicho Romero, que era chofer de un por puesto, de una camioneta”, recor-daba el Comandante.

“Vivía con su mujer en la calle Colombia, de Catia, cerca del mercado. En una casita que tenía una habitación, y un cuartico allá atrás. Ahí llegaba yo. Me iba de azul y le dije al señor: ¿Cuánto me lleva hasta Catia en la calle Colombia?: cinco bolívares, vamos, un cachete. Uno se montaba atrás, se quitaba los guantes, y mirando hacia los lados, viendo a Caracas. Andaba asustado, era un veguero, pero del monte adentro”.

“Yo vine a sentarme a ver televisión ahí, chico, en esos años. Pues, entonces, pasaba por el Cementerio General del Sur, miraba la tumba del Látigo Chávez, me la imaginaba.

La calle Colombia de Catia fue uno de los primeros lugares donde hizo vida Hugo Chávez al llegar a Caracas. FOTOS BERNARDO SUÁREZ

El cine Arauca, del que el joven Chávez era asiduo visitante, es hoy un centro comercial en la avenida Nueva Granada. FOTO BERNARDO SUÁREZ

“El contacto con Caracas fue impresionante. Primero: el bullicio. Yo venía de una ciudad pequeña, Caracas era cien veces mayor que Barinas, y aquella algarabía de gente por todos lados, los autobuses, los peatones corriendo, los carros pitando, las motos. Tenía que acostumbrarme. Al principio me daba hasta cierto temor salir a la esquina. Poco a poco fui acoplándome a aquella dinámica social. Me asombró el tremendo contraste de una Caracas rica y una Caracas pobre, me chocó. Semejan-te disparidad no se veía en Barinas. Me quedé aterrado cuando descubrí aquella masa de pobreza, y la rica y lujosa Caracas del este”, contó Chávez a Ignacio Ramonet, quien lo reseñó en Mi primera vida.

En Caracas vio la desigualdad

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 3

mucho cariño a Quevedo Cedeño, él era ma-racucho. Él y Méndez Muñoz, porque Mén-dez Muñoz era medio faltón. Él era muy bue-no. Méndez Muñoz era buen pelotero y jugá-bamos en el equipo de beisbol. Yo era el nue-vo, y ellos estaban en el segundo año. No te-níamos familia en Caracas. Y yo me hice me-dio pupilo de ellos por el beisbol. Y entonces, ven acá, nuevo, y empezaron ellos a pasear-me por Caracas. Y entonces tenía una novia allá arriba, el Quevedo Cedeño, después yo tuve otra. Claro, no se podía uno quedar atrás. Bueno, había fiesta ahí de muchachos. A veces, en un apartamento por aquí, pero más arriba del cerro. Yo comencé a cogerle cariño al cerro, al rancho, al barrio”.

“No es lo mismo el rancho campesino, donde yo nací y me crié, que el rancho aquí en la ciudad. Y para mí es muy familiar desde entonces ese olor al rancho, el olor al barrio. García Carneiro creo que nació por aquí, na-ció y se crió ahí, ¿en la calle El Loro, no fue? Por ahí por la calle El Loro”.

“En mi juventud, en aquellos años ’80, ’90 incluso siendo Presidente fue cuando co-mencé a conectarme con el alma de Caracas y hoy lo puedo decir: Amo a Caracas y cuan-do me corresponda morir moriré amando infinitamente a Caracas, la cuna del Liberta-dor, la capital de esta patria nuestra” , dijo en 2006 al inagurar la línea 4 del Metro.

HECHO PUEBLOEn 1994, dos años después de la rebelión mi-litar del 4F, Chávez es liberado y recibe su primer baño de amor del pueblo de Caracas, en Los Próceres. Allí llegó impecable, con su liquiliqui beige. “Había una muchedumbre ininmaginable. No podía dar un paso (...) mu-chas personas querían tocarme, abrazarme (...) Y nos lanzamos a recorrer Caracas duran-te tres días en una marcha multitudinaria”, relató Chávez a Ramonet.

Elena Frías de Chávez y Hugo de Los Reyes Chávez visitaron en varias oportunidades a su hijo Hugo en la Academia Militar, en Caracas, en sus primeros años como cadete, a principios de la década del setenta.

El Látigo Chávez, como era conocido el grandeliga Néstor Isaías Chávez Silva por la velocidad a la que lanzaba la pelota, murió a los 21 años.

El chofer, en vez de tomar la autopista por los túneles, se metió por la avenida Nueva Granada hasta el cine Arauca. El viejo cine Arauca donde yo iba con una novia que des-pués tuve por ahí, en Prado de María”.

“Ahí no había elevado, cruzamos a la iz-quierda. Yo iba ahí, mirando hacia los lados, nuevo, perdido, muy curioso. De repente veo a un muchacho jugando chapita. Y me digo: yo conozco a ese tipo. Jorge Ramírez, mi ami-go, cuarto bate de nuestro equipo junior en Barinas, en Nacionales. Zurdo, primera base, y se había graduado conmigo cuatro meses antes de bachiller. Se vino a Caracas a estu-diar, creo que Farmacia, estaba esperando cupo. Y le digo al taxista: señor, ¿usted se puede devolver? Dimos la vuelta por detrás de los edificios, ahí está la Gran Colombia, pasamos de nuevo y le digo: párese aquí, por favor. Y me quedo mirando otra vez al mu-chacho, y me digo: Sí, este es Jorge Ramírez, no tengo dudas”.

“Señor, usted me puede esperar aquí, pero un minuto. No vaya a durar mucho, nuevo, me dijo. Uno era tan nuevo que hasta los cho-feres le decían a uno nuevo. Le llego a Jorge y me le pongo de frente. Él no me conocía. Yo estaba mucho más flaco de tanto trotar y ha-cer educación física, estaba huesudo y con la gorra esa que me tapaba hasta las orejas”.

“¡Qué me iba a reconocer! Y me dice Jorge: y tú, ¿qué quieres?, Jorge, ¿no me conoces? Me quito la gorra, y me dice: ¡Hugo!, y nos da-mos un abrazo. Él no sabía que yo era cadete. ¿Qué haces?, ¿dónde estás? Yo: en la Acade-mia Militar. ¿Tú, de militar? Sí, vale, es que yo quiero jugar pelota aquí”.

“Yo también, vale, yo voy a jugar pelota en alguna parte. Éramos unos fiebrúos y estaba jugando chapita. ¿Tú sabes lo que yo estaba haciendo a los diez minutos?: con un blue-jeans que me prestó, unas botas de goma del hijo mayor de Josefa –a la que conocí ese día y a su esposo, tía de él–, pues jugando chapi-ta en el edificio Aroa. Ahí pasé cuatro años ju-gando chapita, saliendo con los amigos, ca-minando hasta la panadería, la heladería allá, la licorería en la esquina en la que des-pués a los años mataron al señor para atra-carlo. Bueno, yendo al cine Arauca, caminan-do por esos barrios”, relató el presidente Chávez.

AMOR A LOS BARRIOS DE CARACASEn sus cientos de anécdotas, Chávez cuenta que un lugar al que concurrió mucho en Caracas fue el callejón del Loro, en El Valle. “Ahí nos la pasábamos cuando salíamos de permiso”.

“Allá está Mundo Pérez Guerra. Muchos re-cuerdos, Cara de Candado le decíamos con

4 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

Para el Comandante Eterno de la Revolución Bolivarianael 23 de Enero fue la parroquia del amor y la rebeldía | Betzabeth Márquez

Yo nací aquí en el 23

Los orígenes del 23 de Enero están llenos de resistencia popular. El pueblo venezolano y parte de las Fuerzas Armadas se unieron el 23 de Enero de 1958 para derrocar la dictadu-ra de Marcos Pérez Jiménez y, tras poner fin a este sistema represivo y criminal, habitan-tes de la urbanización 2 de Diciembre inter-vinieron en resguardo de sus intereses autóc-tonos: nacía el 23 de Enero.

En el campo de batalla reaparece la adver-sidad, y el pueblo se levantó nuevamente para reclamar sus derechos el 27 de febrero de 1989 con el “Caracazo”. Sus habitantes resistieron ante la máxima de la época: dispara prime-ro y averigua después. Tres años más tarde, el 4 de Fe-brero de 1992, a esa rebe-lión de pueblo se le une un importante sector militar, y el Comandante Chávez asu-mió la necesidad de enfren-tarla con decisiones estraté-gicas desde el Museo Histó-rico Militar.

“Yo nací aquí, en el 23 de Enero, porque alguien dijo una vez que uno nace y muere varias veces, y aquella madrugada para mí fue una muerte. Moría una forma de vida. Una página o varias páginas. Cuando salí preso había nacido otra vez. Nació Chávez. Soy el mismo, claro, pero en otras circuns-tancias”, recordó el Líder de la Revolución Bolivariana durante el programa Aló Presi-dente número 359, transmitido desde el sector Monte Piedad. Así nació y creció el proceso revolucionario, con dos palabras llenas de esperanza y dignidad: “Por ahora”.

Chávez nunca ocultó su inmenso amor por esta parroquia. El 25 de enero de 2004, durante la transmisión del programa Aló Pre-sidente número 179, evocó parte de su juven-tud por estas calles. “En los bloques jugába-mos unas tremendas partidas de chapitas y pelota de goma y en las noches de los sába-dos las fiestas”, refirió sobre su época de ca-dete en la Academia Militar.

Su preferencia por el 23 de Enero quedó sellada con su decisión de hacer uso del voto en el liceo Manuel Palacio Fajardo, ubicado en la Zona Central, descartando el colegio Nuestra Señora del Rosario de Baruta, lugar donde ejerció el sufragio en 1998. Una clase magistral en su determinación de construir patria con los más humildes.

FRENTE DE BATALLA Y LUCHAEl 23 de Enero se ha erigido como un símbo-lo de conciencia política en la capital. Su ca-rácter combativo le ha hecho frente a mo-mentos de incertidumbre desde 1958 hasta el presente, y Chávez no perdía oportunidad para reivindicar su labor en la construcción de la Patria. “23 de Enero. Aquí vive el espíri-tu rebelde de un pueblo. Espíritu rebelde y eterno. La rebeldía perenne radica y vive en esta montaña, en estos barrios”, destacó el

Mandatario durante su visita al sector en 2010, para la transmisión de su programa dominical.

La gracia y bondad del líder llenaban la pantalla cada semana durante su programa de televisión, que también fungía como fren-te de lucha, y el 23 de Enero fue uno de los re-ferentes obligados en sus transmisiones.

El Observatorio Cajigal fue el escenario en enero de 2002. No pasaría mucho tiempo –el 30 de junio del mismo año– para que esco-giera otro emblemático lugar: el Museo His-tórico Militar. Chávez también vio en el sec-

tor Monte Piedad, el 30 de mayo de 2010, cómo uno de sus proyectos tomaba for-ma: Barrio Tricolor. Aló Presi-dente también se vio desde Cristo Rey (2004) y en la Es-cuela Básica Nacional Flores de Catia (2011).

“¿Por qué estamos en el 23 de Enero? Porque precisa-mente este gobierno revolu-cionario está allí, donde está

el pueblo”, sostuvo en una de sus alocucio-nes en el sector, para justificarse ante su evi-dente cercanía y apego por esta parroquia.

MILITAR DE VENEZUELA. “Hace 40 años que yo llegaba a Caracas. Y le temía a esta giganta. Pero luego Tribilín se hizo cadete de azul y blanco, paseante de fines de semana por Catia, por el 23, por Prado de María, Los Chaguaramos, El Si-lencio… ¡y comencé a amarte, mi Cara-cas!”, recordó a través de su cuenta oficial @chavezcandanga a propósito de la funda-ción de Caracas.

Tras años de intenso trabajo dentro de los cuarteles, concretó el Movimiento Boli-variano Revolucionario 200 (MBR-200) y con él los planes de la época. En 1992, fue el comandante de la Operación Militar Eze-quiel Zamora en el Cuartel de la Montaña, que hoy se erige como fortaleza de la Revo-lución Bolivariana.

Este recinto forma parte de una historia reciente para el mundo. No para Chávez.

“Creo que es esa la historia, buena parte de la historia venezolana, como una vez lo decía-mos, el Arco de la Federación. ¿Por qué la Fe-deración? Y luego los bloques del 23 de Ene-ro. Hay una secuencia. Allí está condensada a nuestra espalda el alma de la ciudad, el alma de Caracas y arriba el Cuartel de la Montaña, tomando la frase de Neruda, de aquella reali-dad española. Casi todos los días en la maña-na me asomo al balcón del pueblo o por allá por otra ventana, y veo el Cuartel de la Mon-taña, así lo llamé para mí mismo. Primera vez que lo digo a alguien, que me sale del al-ma: el Cuartel de la Montaña, porque de ahí vengo, de aquella madrugada. Nunca debo olvidar”, reveló a José Vicente Rangel el 4 de marzo de 2007 en una entrevista desde los jardines de Miraflores.

Chávez eleva a un niño en La Planicie, sector Monte Piedad, en el Aló Presidente 359, en el que inspeccionaba avances de Barrio Tricolor. FOTOS PRENSA PRESIDENCIAL

Chávez reabrió el camino socialista en la parroquia, para muchos. El fervor que despierta está intacto a cuatro años de su siembra. Luis Istúriz, concejal metropolitano de la parroquia, puede calibrar lo que significó el Arañero de Sabaneta para el 23 de Enero. “El Comandante Chávez era nuestro. Era del pueblo. No era un oligarca como siempre nos ha vendido la derecha. Hugo Chávez era un hombre de a pie, igual que nosotros”. Él rememora los primeros contactos de grupos de izquierda del 23 de Enero con Chávez para 1987. “Empezó a hacer su liderazgo con el MBR-200”. También destaca el lugar escogido para su descanso eterno: “Está sembrado en el Cuartel de la Montaña. El legado continúa más allá de su desaparición física. Su legado fue el Plan de la Patria”. Y el 23 de Enero sigue a pie de letra el trabajo político designado con 78 consejos comunales y ocho comunas que representan el Poder Popular.

Chávez: hombre hecho pueblo

En La Planicie el 30 de junio de 2002 durante el programa Aló Presidente N° 100

Chávez gestó la rebelión en ese cuartel el 4 de Febrero de 1992, y regresó, para quedarse, el 15 de marzo de 2013. Su siem-bra en el Cuartel de la Montaña lleva consi-go una simbología: ratificar la lealtad de la parroquia que participó en el alzamiento y que hoy continúa apoyando la construc-ción del proceso revolucionario. Como bien lo dijo Chávez: “Levantando las au-ténticas banderas del 23 de Enero, que son las mismas banderas revolucionarias del 4 de febrero de 1992”.

Parroquia23 de Enero

Altos de LídiceManicomio

Puertade CaracasLos FrailesLa Pastora

El Calvario

Los FloresCatia

Cútira

El Atlántico

Autopista Ca racas-La Guaira

Los Eucaliptus

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 5

El 1°de diciembre de 2010, el presidente Hugo Chávez llegó a Antímano para trasladar al pueblo a Fuerte Tiuna y salvar vidas | Yndira Visnú López

“Me dijeron que algunos no querían salir de aquí hasta que Chávez viniera. Bueno, aquí estoy. Yo me comprometo con mi vi-da. Ahí les pongo Fuerte Tiuna a la orden, yo, que soy un soldado, a la orden les pon-go las instalaciones”.

Con esas palabras que se escuchaban a tra-vés de un megáfono que no tenía mucha proyección, logró mediar el presidente Hu-go Chávez con las familias del Tercer Plan de La Pedrera, en Antímano, muy cerca de un despeñadero que surgió de lo que fue un pa-so seguro, el 1° de diciembre de 2010, entre las tres y las cuatro de la tarde, en medio de una asamblea popular.

Acompañado del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, varios ministros y su equipo de trabajo más cercano, había llegado, no sin antes abrazarse con su gente y llenarse del calor y el amor que le profesaban los niños, mujeres y hombres que, en medio de su tris-teza, anhelaban una pronta solución.

La gente se resistía a abandonar su terru-ño ya devastado por la naturaleza, apenas unas horas antes, sin embargo, lo impor-tante era la vida de esas miles de personas que lo habían perdido todo con las fuertes lluvias.

Chávez representaba en ese momento la esperanza en medio de una tormenta de

En La Pedrera dirigióuna batalla contra la lluvia

El presidente Hugo Chávez se dirigió en una asamblea a los vecinos que enfrentaban la desgracia de haberlo perdido todo con las lluvias. FOTO AMÉRICO MORILLO

sentimientos encontrados, y una dramática confusión que embargaba a decenas de per-sonas que más temprano contabilizaban los restos de enseres y artículos que se habían quedado en medio de la nada. El paso, lleno de lodo y movedizo aún, daba cuenta de ello junto a las viviendas fractura-das y la atención de los resca-tistas que se habían apostado en la zona desde la madruga-da anterior.

Las familias ya habían sido notificadas de un desalojo in-minente, pues se trataba de terrenos inestables donde de-bieron construir sus casas obligados por los gobiernos anteriores que le dieron la es-palda al pueblo que con su voto los había lle-vado al poder.

Entonces, Chávez los convenció con su fervorosa palabra de que la Revolución los cobijaría y que esa Navidad ya no sería tan trágica, como se dibujaba cerro arriba.

“Ahí (Fuerte Tiuna) tendrán buen techo, buena cama, buen cobijo, buena comida, campo suficiente, atención médica. Hay mu-cha mujer embarazada aquí, muchos niños, para que jueguen allá. Allá llegará el Niño Je-sús, llegarán las hallacas, la Navidad”, les

prometía el hombre que sembraba de inme-diato un espíritu inagotable de solidaridad.

El Presidente había recorrido varias zonas para conocer la extensión de los daños en la parroquia, antes de entrar manejando un vehículo Tiuna a La Pedrera. Trajeado con

vestimenta militar, hizo lo que sabía hacer: trabajar por el pueblo. Al igual que en la vaguada de Vargas, en di-ciembre de 1999, asumió él mismo las acciones.

Tras la disposición de la salida de las familias y la lle-gada de los vehículos para llevarse los pocos enseres que quedaban, Chávez se puso al mando: “Yo me voy

a Fuerte Tiuna para que empiecen a mover-se los camiones antes de que lleguen las llu-vias y la noche”, mientras exhortaba a to-dos a salvar sus vidas ante la severa afecta-ción de los terrenos.

PALABRAS PARA SANAR HERIDASAllí, entre la multitud, estaba Enilda Bello, quien, compungida por la situación, contó que el momento obligaba a jugársela. “Era confiar en la palabra de ese hombre que se puso sus zapatos y subió al cerro La Pedrera

que era un manantial de agua”.Ella, quien ahora reside en el urbanismo

Hugo Rafael Chávez Frías, ubicado en Longa-ray, parroquia El Valle, contó que una vez que Chávez lanzó su mensaje para cobijarlos en Fuerte Tiuna, todo el panorama cambió.

“Solo Chávez podía hacer lo que hizo: sa-carnos de la oscuridad y ganarle la batalla a la adversidad, para devolvernos la vida y la alegría”, relató, ya finalizada la cruzada.

Edilma Serrano también reveló que fue difícil describir el momento. Residenciada ya en Ciudad Caribia, contó que “esa tarde era muy triste, pero el Presidente Chávez se metió en mis venas. Hoy tener mi casa y una estabilidad familiar se lo debo a él”.

Al igual que Edilma, Viviana Pérez, tam-bién vive ahora en Ciudad Caribia. Ella pre-senció los hechos de la época, que describió como muy emotivos. “Yo nunca había visto a un presidente meterse en un barrio, y más en una situación tan vulnerable. Y cuando dio la orden, supe que era verdadera su ayuda”.

Lo acontecido entonces quedó para siem-pre en el imaginario colectivo. El tiempo reveló de qué estaba hecho Hugo Chávez. Se trataba de un hombre hecho pueblo que podía sentir la misma tristeza o alegría de su gente. Un humano infinito.Yo también lo viví.

Caricuao

CarapitaLa Yaguara

BarrioTacagua

Urb. LuisHurtadoHiguera

Ruiz Pineda

Las Adjuntas

ParroquiaAntímano

Auto

pista Fc

o. FajardoCarrete ra El Junquito

6 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

Bitácora de un cadete en Prado de María

Era 1998 cuando comenzaba una época de esperanza para los venezolanos quienes habían depositado en el Chávez pueblo su confianza, luego de tanta memoria dolo-rosa de exclusión y pobreza. La herida colec-tiva del Caracazo seguía abierta, así como la puerta que significó el “Por ahora” de aque-lla rebelión cívico-militar de 1992 que Chávez protagonizaría.

Es en este contexto que nace el revolucio-nario programa Aló, Presidente el 23 de mayo de 1999, trasmitido desde Radio Nacional de Venezuela, uno de los tantos acontecimien-tos que Caracas, la ciudad querida del Co-mandante, acunó.

El 6 de junio de 1999 se transmitía la se-gunda edición de Aló, Presidente, donde Chávez, convencido de la importancia de la comunicación, insta a los medios a difundir información sobre la Asamblea Constituyen-te que se acercaba.

Entre llamadas, anécdotas y mensajes que el líder dirigía al pueblo venezolano, era común que rememorara sus vivencias de cuando llegó a Caracas cargado de sue-ños; es así como entre historias superpues-tas Chávez recuerda a Prado de María en esta edición del Aló, Presidente, zona que también lo vio pasar.

“Yo tuve una novia en Prado de María...cuando era cadete. Qué recuerdos tan boni-tos, yo estaba por ahí y llegaba a Prado de Ma-ría y tuve una novia cerca de donde vive la fa-milia de Teresita Maniglia”, rememoró.

Sus relatos, que transcurrían entre magis-trales clases de política, his-toria o sociología, y es que era un pedagogo por exce-lencia, impregnado con el olor y sabor del café que acostumbraba a tomar, re-mitían por analogía a una tarde en el porche de cual-quier casa al caer la tarde donde la familia y allegados echan cuentos.

CADETE DE AZUL Y BLANCO“Yo iba con el hermano de Teresita que es Capitán de Navío, compañero mío de pro-moción, nos íbamos por allá por Prado de María, había una discoteca, Juan ¿tú nun-ca fuiste? Eran esos tiempos que deben volver, cuando uno salía a medianoche con su novia, agarraditos de la mano, a co-merse un helado, al Cine Arauca ¿te acuer-das del Cine Arauca? Al lado de donde está el elevado. Yo recuerdo que una vez fui-

“Cadete de azul y blanco, paseante de fines de semana por Catia, por el 23, por Prado de María, ...y comencé a amarte mi Caracas”, tuiteó Chávez. FOTO BERNARDO SUÁREZ

Chávez recorrió Santa Rosalía como joven uniformado y más adelante allí mismo gestó el MBR 200 | Josmelly Karina García

mos a ver una película de Charles Bron-son, un sábado que yo tenia permiso hasta medianoche y salía a las once y media co-rriendo, agarraba el carrito por puesto que pasaba por ahí y lo dejaba a uno en el puente de Conejo Blanco y uno salía co-

rriendo y llegué allá casi re-tardado por la novia, chico, por el Cine Arauca”.

La compilación de rela-tos recogidas en Cuentos del Arañero y la entrevista pu-blicada por el periodista Ig-nacio Ramonet, Hugo Chávez, mi primera vida, tam-bién recogen parte de las vivencias del joven cadete en la ciudad capital.

Los primeros años como cadete Chávez disfrutó de las recreaciones que brindaba Prado de María, como el cine o las discote-cas. Cerca de graduarse como Licenciado en Artes Militares, con conciencia política cada vez más clara, Prado de María se con-virtió también en un espacio de discusión política donde el líder insurgente se for-maba al calor de aquellos encuentros.

“Pertenecía a un círculo situado en Prado de María, un barrio de Caracas. Allí, el dueño

de la casa, Raúl, familiar mío, del partido Ac-ción Democrática, iba y venía con responsa-bles adecos de cierta jerarquía. En esa casa había muchos debates, sobre todo en 1973-1974 cuando la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez”.

PRADO DE MARÍA: CUNA DEL MBR 200El Ejército Bolivariano Revolucionario que se gestaba desde 1977 y que luego se en-causaría en la formación del MBR-200, tie-ne su época más activa en los 80, en Prado de María. Los encuentros clandestinos se citaban en una casa que atestiguaría las reuniones conspirativas del Ejercito Boli-variano Revolucionario que forjaba princi-palmente Chávez con la asesoría de Dou-glas Bravo.

Prado de María fue sin duda cuna impor-tante donde se gesta el Movimiento Boli-variano Revolucionario 200 antes de fun-darse definitivamente, movimiento que encontró su motivación política en la alianza cívico-militar para lograr el triun-fo de la revolución que efectivamente la historia presenciaría.

Prado de María vió pasar al cadete, al ju-gador de chapita, y sin darse cuenta, al Chávez presidente, Chávez pueblo.

Urb. Pradode María

Av. Ppal. del Cemeneterio

Av. Nva. Granada

Av. Roosevelt

Av. Norte-Sur Escuela GranColombiaParroquia

Santa Rosalía

En la parroquia Santa Rosalía se dieron las primeras reuniones del MBR 200 en los años 80.

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 7

Hugo Rafael paseandopor Las Acacias

Durante 14 años, Hugo Chávez dirigió los destinos de Venezuela buscando transfor-marla en una patria libre e independiente, donde los venezolanos gocen de calidad de vi-da a través de los diferentes proyectos en cre-cimiento y otros consolidados que ha alcan-zado la Revolución Bolivariana.

En su paso como presidente, el Comandan-te demostró ser un hombre comunicativo y sensibilizado con su entorno. En cada comu-nidad a la cual se dirigía, dejaba una imborra-ble huella no sólo en los corazones de sus ha-bitantes, sino en las obras y proyectos que beneficiarían a los sectores necesitados.

Uno de esos primeros si-tios donde confluyó fue la parroquia San Pedro -com-prendida por Valle Abajo, Los Chaguaramos, Bello Monte, Santa Mónica, Las Acacias, Terrazas de Las Aca-cias y Colinas de Santa Móni-ca-, porque colinda con las parroquias El Valle y Coche, donde se ubica la casa de estudios que lo formó para iniciar su carrera en la Academia Militar de Venezuela. “Hace 40 años que yo llegaba a Caracas. Y le temía a esta giganta. Pero luego, “Tribilín” se hizo cadete”, recordó el Presidente mediante un mensaje en su cuenta personal de Twitter @chavezcandanga.

En el contexto del 444 aniversario de Cara-cas, el jefe del Estado también rememoró en un segundo mensaje su profundo sentimien-to por la ciudad capital y los paseos durante sus años en la Academia. “Cadete de azul y blanco, paseante de fines de semana por Ca-tia, por el 23 (de Enero), por Prados de María, Los Chaguaramos, El Silencio… ¡Y comencé a amarte, mi Caracas!”.

En el Aló presidente N° 315 transmitido desde el campamento de trabajo La Victoria, en Las Acacias, donde se instalaron frentes de traba-jo para la construcción del sistema de trans-porte MetroCable, recordó: “Los fines de se-mana generalmente uno no tenía un centa-vo, así que yo me venía caminando desde allá de Fuerte Tiuna. Nos prohibían montarnos en autobús a los cadetes, había que tomar ta-xis, ¡imagínate tú! ¡Taxi! ¡Yo no tenía pa’ pagar taxi! Entonces uno se venía caminando... y por aquí vivía en Las Acacias, Coromoto Col-menares. ¡Ay Coromoto! Que se nos fue, jun-to con el Orfeón Universitario, en las Azores, todo el orfeón aquel. ¡Ella cantaba lindo y to-caba guitarra! Así que yo más de un fin de se-mana estaba en Las Acacias, en unas quintas muy bonitas donde ellas vivían, en residen-cias, donde había puras muchachas, enton-ces uno buscaba mucho por esos lados ¿no?, a cantar, a dar serenatas. Yo empecé a enamo-rarme de Caracas, yo conozco mucho la ave-

nida Victoria, o Presidente Medina, de cabo a rabo, porque uno llega por aquí y se va a El Cementerio. Yo me caminaba todo eso”.

En esa época violenta de los años 70, San Pedro fue epicentro para que nutriera su ima-ginario con ideas políticas que pronto conso-lidaron la Revolución.

En una entrevista que Chávez le concedió al escritor español Ignacio Ramonet para su libro Hugo Chávez. Mi primera vida el Coman-dante contó que “por los años 1974 y 1975, cuando salía a la calle los fines de semana, fui

incluyéndome en círculos de estudiantes universitarios. En el barrio Los Chaguara-mos solía ir al bar El Águila, un lugar de discusiones revo-lucionarias... y de mujeres bonitas -apureñas, por cier-to- que trabajaban ahí. Uno tenía doble motivación: las mujeres y la política”.

En la publicación resaltó que le comenzó a interesar

la política en la casa de la apureña Doña Car-men Daza que vivía en la avenida La Facultad y se convirtió en su amiga. “Yo llegaba a esa casa los fines de semana, me lavaban la ropa y hasta tenían un cuartico donde dejaba mi uniforme azul colgado”.

Resalta que como el hijo de la doña era iz-quierdista, con él debatía temas políticos y le obsequiaba libros como El Estado y la Revolu-ción y ¿Qué hacer? de Lenin. “Leí asimismo a Jo-sé Martí, y de cuando en cuando a José Carlos Mariátegui”.

En 2006 en el acto inaugural del desarrollo habitacional Terrazas del Alba, rememoró: “uno se venia de la Academia Militar, cami-nando, eso era patica pá qué te tengo, mi pa-teadero era este, la avenida Presidente Medi-na, ¿cómo se llama la iglesia que está allá? ¿San Pedro no es?, ahí se casó un amigo mío [...] yo me conocía todos esos vericuetos por ahí, los callejones, las esquinas y aquí en Las Acacias vivían unas amigas de Barinas que uno las visitaba y de vez en cuando nos íba-mos a la playa... amo más a Caracas cada día como ciudad, como lugar, como sueño, como pasado y futuro. [...] Sobre todo en estos últi-mos años es que uno ha aprendido a amar más a Caracas, y yo uno de los sueños que ten-go es verla como debe ser, como la soñamos”.

Hoy día, San Pedro se ha convertido en un sector visibilizado donde el Poder Popular se ha transformado en protagonista, haciendo vida a través de los diferentes Consejos Co-munales y los nuevos urbanismos de la Gran Misión Vivienda, las Bases de Misiones So-cialistas, Barrio Adentro, entre otros proyec-tos que han beneficiado al sector que ha quedado plasmado con la mirada y el legado de Chávez.

La avenida Victoria, en la parroquia San Pedro, fue uno de los “pateaderos” de Chávez durante su época como cadete. FOTOS BERNARDO SUÁREZ

El Comandante inauguró en 2006 el urbanismo Terrazas del Alba. Allí rememoró sus tiempos de juventud en ese sector capitalino.

En esta parroquia el cadete disfrutó su tiempo libre y despertó su conciencia política y amor patrio | Manuel Hincapié García

ParroquiaSan Pedro

Cumbres de Curumo

El Valle

Barrio Bruzual

RocaTarpeya

Autop. Francisco Fajardo

El Cementerio

Las Acacias

UCV

Plaza Venezuela

8 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

En Gramoven juntoal pueblo y su tragedia

En Gramoven, especificamente en Tamana-quito, el 30 de noviembre de 2010, 58 casas cayeron como un juego de naipes a eso de las 9 de la noche, contaron los vecinos.

Para haber sido un movimiento de tierra tan fuerte y con lluvias incesantes solo se re-gistró la perdida de la vida de una señora que era enfermera. De acuerdo a los testimonios, ella no quiso salir del lugar.

Ya el 2 de diciembre el panorama era otro. Mujeres y hombres iban con neveras y ense-res a cuestas en medio de la neblina. Se mon-taban en camiones que iban cerro abajo. Lá-grimas y gestos de dolor se percibían por to-das partes. Las autoridades acompañaban lo que parecía un cementerio de casas donde al-gún humo se asomaba producto de breves incendios. Los vivos que nunca faltan, saga-ces, merodeaban en busqueda de algún bo-tín, pero la Polícia Nacional Bolivariana fre-nó ese bajo deseo.

Como en otros casos, Hugo Chávez asu-mió el abrigo de estas y otras familias que su-maron 605 provenientes de Federico Quiroz, La Cubana, Blandín, Nuevo Horizonte, Puen-te Rojo y La Silva.

El reloj marcaba las tres de la tarde cuando Chávez, acompañado del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, y un equipo de servidores del Estado entraron al Núcleo Endógeno Fa-bricio Ojeda que albergaba ya a más de mil personas afectadas.

Muchos rostros se mostraron abismados mientras el líder abrazaba y daba consuelo a su paso. Se había dispuesto un micrófono y unas cornetas para realizar una asamblea.

Después de hacer preguntas y cerciorarse que todos los servicios estaban funcionando Chávez expresó: “aquí comeremos hallacas, aquí llegarán los juguetes del niño Jesús, aquí llegará la Navidad”. También anunciaba que en tres meses se entregarían los prime-ros apartamentos en el urba-nismo Ciudad Caribia.

La noticia fue recibida co-mo un baño de luz que hizo resplandecer los rostros de las mujeres. También el Co-mandante Eterno exhortaba con ahínco a los presentes a confiar y a no regresar al si-tio del deslave, pues sus vi-das corrían peligro y sin en-gaños dijo que la solución no sería inmediata.

El terror que antecedió la llegada de las familias al refugio, a pesar de tener apenas pocas horas en el núcleo, se iba disipando, como si el mensaje que Chávez les trans-mitía generaba sosiego.

El presidente, ya en medio de la mucha-chada que no desperdiciaba la oportunidad de compartir con él, reveló la asignación de

un bono de ayuda. “Aún no les voy a decir de cuánto es, pero es para que compren su rega-lito en Navidad, una ropita, aunque aquí lle-gará igual el Niño Jesús”.

En un recorrido por los cuartos improvisa-dos, Chávez, quien no mostraba cansancio o fatiga, al contrario, su expresión mostraba un dinamismo que se contagiaba a su paso,

constató que las familias tu-vieran camas, colchones, ali-mento suficiente y agua, así como las comodidades míni-mas para permanecer el tiempo que fuera necesario mientras se edificaban sus nuevos hogares.

La gente aprovechó para hacerle saber su angustia, pues no era común ver a un mandatario nacional en

medio de los damnificados prestándole au-xilio. Pero ¿qué hacía la diferencia con otros presidentes en una situación similar, como por ejemplo la tormenta Bret, que en 1993 dejo unos 5.000 damnificados vi-viendo en contenedores por años y sin res-puesta de vivienda?

Eso lo contestó ese mismo día María Consolación Moreno. “Creo en Chávez,

La solidaridad que Chávez le profesó a las familias de Catia, también fue apreciada por los niños. FOTO AVN/ZURIMAR CAMPOS

650 familias que perdieron sus casas tras las lluvias lo recibieron esperanzadas en el Núcleo Endogeno Fabricio Ojeda | Yndira Visnú López

porque no nos está engañando, ni prome-tiendo solución pa’ mañana. Está hablan-do sincero, está hablando claro, no está di-ciendo falsas promesas de que saldremos en un mes”.

Ella vivía en Federico Quiroz y solo contaba con una casita humilde con techo de zinc que fue devastada por los aguaceros. Mientras tanto en la asamblea, como a Consolación, se precisaba a los presentes con puño en señal de agradecimiento los anuncios del líder.

BATALLA CONTRA LA INJUSTICIAAdentro del refugio, que era uno de los 110 que habían instalado en la ciudad y uno de los 319 del país, se contaban literas con sába-nas nuevas y coloridas, mientras que varias áreas habían sido destinadas para la cocina. No faltaba iluminación y ventilación. Sin co-nocerse, o habiendo mantenido una amis-tad como vecinos, la gente compartía el lu-gar. Cerca de 600 niños eran atendidos por la Misión Cultura Corazón Adentro. Ellos con su inocencia y ternura dibujaban en pa-pel y otros jugaban con los recreadores. También se establecían los protocolos para la atención en salud.

La lluvia no cesaba afuera y adentro se or-ganizaban los turnos para la elaboración de

alimentos que les fueron dispensados.Chávez enfrentaba la adversidad como to-

do un guerrero. Llegó al núcleo a dar aliento a las familias afectadas con una visita de tie-rras lejanas, se trataba de Jerry Rawlings, ex-presidente de Ghana, y su esposa Nana Kona-du Agyeman.

Rawlings, recordó entonces todo el poder que la Revolución Bolivariana le había trans-ferido al pueblo y la necesidad de cultivar en los más jóvenes la memoria histórica de ese acompañamiento en una hora aciaga, mien-tras su esposa enviaba un mensaje de fortale-za a las mujeres.

Al lamentar la pérdida de 30 vidas produc-to de la vaguada, Chávez aclaraba que los he-chos no se trataban de una batalla contra la naturaleza sino contra la injusticia en la dis-tribución de la tierra urbana. Recordó que el capitalismo y la burguesía le quitó al pueblo todo y llamó a concientizar que solo el socia-lismo era el camino de justicia social.

La solidaridad de Chávez estaba de ma-nifiesto con su capacidad de ayudar a otros ante las injusticias de un sistema que por años había castigado al pueblo a vivir en terrenos inestables. Allí, en cada corazón, quedó su huella como una lección del amor verdadero.

Barrio Federico Quiroz

Urb. ValleAbajo

Urb. Simón Bolívar

Autopista Caracas-La Guaira

EJE 3 DE GRAMOVEN

Núcleo de DesarrolloEndógeno Fabricio Ojeda

Parroquia Sucre

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 9

Chávez se caminó El Valle

En la campaña presidencial de Hugo Chávez en 1998, Leida Pérez, de 59 años, esperaba junto a otros cientos de caraqueños la visita del candidato a la parroquia El Valle.

Chávez recorrería las instalaciones del Se-guro Social, la sorpresa sería que afuera se congregaría una gran cantidad de personas de la zona para ver al candidato que era la voz del pueblo.

“Él (Chávez) caminó por la Intercomunal, recuerdo claramente que tenía una chaque-ta negra de cuero, yo estaba por la calle espe-rándolo. Había mucha gente pero él me fro-tó el cabello, y yo le agarré las manos”, co-mentó la señora Leida, quien es vecina de la calle 7 de los Jardines del Valle.

Recordó sentirse emocionada, pues a su juicio, nunca había visto un líder que tuvie-ra ese carisma. “Yo me decía: cónchale, un candidato nunca había hablado de esa ma-nera, Dios quiera que todo sea así como él lo prometió, y gracias a Dios fue así”.

Y el candidato del pueblo, como decía la señora Leida, ganó las elecciones y El Valle lo celebró.

Chávez mantuvo ese con-tacto con la gente, así lo de-mostró el 6 de junio del 99, cuando siendo ya presiden-te de Venezuela, recorrió nuevamente los mercados populares y dio inicio a la construcción de apartamen-tos en la parroquia.

“A El Valle hemos perte-necido los que alguna vez hemos pasado por este Fuerte Tiuna, por esa Casa de Sueños Azules, todos estos hombres y mujeres de uniforme del Ejérci-to venezolano, de alguna manera tenemos el corazón, el recuerdo y el compromiso en El Valle… siempre unidos a ustedes en las buenas y en las malas, siempre unido al pueblo de El Valle, al pueblo de Caracas, al pueblo de Venezuela”, dijo el líder de la Re-volución Bolivariana en su declaración.

CHÁVEZ EN EL BARRIO LAS MALVINASPasadas las 11 de la mañana del 20 de junio del 2002, el Comandante Chávez llegó al ba-rrio Las Malvinas y se reunió con el poder popular del colorido sector.

“Tenía mucho tiempo con ganas de venir a El Valle de nuevo. Aunque yo no esté física-mente con ustedes en estas calles, en estos barrios, en estos cerros de esperanza, estaré para siempre con ustedes, en el corazón, en el alma del pueblo bolivariano e igualmente les digo que todos ustedes están y estarán para siempre aquí en mi corazón y en mi al-ma de soldado del pueblo venezolano... ¡Vi-va Venezuela! ¡Viva el pueblo bolivariano! ¡Que viva El Valle! ¡Que vivan Las Malvinas! ¡Que vivan los revolucionarios y las revolu-cionarias!”, exclamó Chávez.

Allí inspeccionó algunas obras del Plan

Caracas, “yo quiero que El Valle, yo quiero que Las Malvinas, el 70 y muchos otros ba-rrios, pero hemos comenzado por Las Malvi-nas y el 70, se conviertan en polos de acción revolucionaria, unos unidos con otros, y va-mos a hacer un trabajo especial de refacción de los barrios”, dijo al pueblo durante su visi-ta a la parroquia.

CAMPAÑA PRESIDENCIAL 2012Desde tempranas horas del jueves 26 de ju-lio del 2012, los habitantes de El Valle se reu-nieron en las calles para esperar que el can-didato Hugo Chávez realizara un recorrido por el populoso sector, como parte de los ac-tos de la campaña de elecciones presidencia-les del 7 de octubre.

Ahí mismo, en los Jardines de El Valle, Zu-lay Viera relató que tuvo la oportunidad de verlo de cerca. “Fue una experiencia maravi-llosa porque sentí que de verdad el pueblo estaba con él en ese momento”.

En las afueras de la estación de Metro Los Jardines, las aceras y la isla de cemento de la

avenida Intercomunal, esta-ba repleta de gente que con sus camisas y gorras rojas esperaban que pasara la ca-ravana donde venía el Co-mandante del pueblo.

Pasada las 5:00 de la tarde Chávez, ataviado con ropa deportiva, llegó en un ca-mión, pero para sorpresa de todos se bajó del vehículo y caminó por la avenida.

Dentro de la marea revolucionaria, Hen-són Rojas se encontraba esperando la llega-da del líder. “Entre las calles 7 y 9 rompió el protocolo y se bajó del camión para caminar con el pueblo. Nosotros como colectivo está-bamos pendiente de él, de cuidarlo, y cuan-do se bajó corrimos a su lado para proteger-lo y ayudar a su anillo de seguridad, porque todos querían tocarlo”.

Frente al Liceo Pedro Emilio Coll, habló el líder de la Revolución desde una tarima co-locada en plena avenida.

En medio del clamor del pueblo recordó las batallas que el pueblo de El Valle y Coche han dado. “Esta es una parroquia levantisca, rebelde, de pueblo, de pueblo luchador y consciente. Habrá que recordar el 12 de abril, como aquí bajó un huracán hacia Fuerte Tiuna a unirse con los soldados a res-catar la democracia y darle continuidad a la Revolución”, exclamó.

UN COMANDANTE HUMILDE En la cocina de La Casona trabajó Esther Pé-rez, una caraqueña de 59 años de edad que vive en El Valle. Ella al recordar al Presidente Hugo Chávez lo describe como “una perso-na humilde, comprensiva y humanitaria”.

Durante la presidencia de Chávez, Esther compartió gratos momentos en el

Esther Pérez trabajó en La Casona como cocinera del Comandante Chávez y lo describió como una persona humilde, comprensiva y humanitaria.

La colorida parroquia caraqueña celebró la vida del líder y ahora defiende y mantiene vivo el legado del Comandante Eterno de la Revolución Bolivariana | Soramir Torres Martínez

En la campaña para las presidenciales del 2012, el presidente Revolucionario recorrió las calles de la parroquia en medio de una marea roja. FOTO PRENSA MIRAFLORES

hogar presidencial y en los viajes de traba-jo. “Yo era su cocinera y para las comidas era muy criollo, le gustaba el chigüire, la pasta con sardina y el dulce de lechosa”, recordó.

El día de la siembra física de Chávez lo describió como un día largo y oscuro, por lo que confesó que su más valioso recuerdo son las fotos que se tomaron mientras traba-jaba para él, cuando Chávez le decía “negra

o pequita” cada día mientras se cruzaban en los espacios de La Casona.

“No sé cómo expresar lo que sentí. Nun-ca fui a la capilla ardiente a verlo, no pude despedirme de él. Si lo voy a recordar será como la última vez que lo vi, como lo cono-cí de vida: fuerte, humilde y alegre”, asegu-ró la señora Pérez, quien aún guarda senti-mientos de amor al líder y la voz del pue-blo venezolano.

Coche

Los Jardines

Los Símbolos

HipódromoLa Rinconada

Las MayasTazón

Barrio El 70Autop. Fco. Fajardo

Pradosdel Este

Los Campitos

Lomas de Pradosdel Este

ParroquiaEl Valle

10 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

En San Agustín suenanlos tambores de la rebelión

Donde quiera que esté, como dice la can-ción, a Hugo Chávez le gustará saber que en la parroquia San Agustín sobresalen glorio-sos habitantes que jamás, “por muy flaca que fuese la vereda, malvendieron su pañue-lo de seda (o su boina roja) por un trozo de pan”. Después de 17 años de Revolución y lu-cha inclemente contra la ad-versidad, la parroquia con-cede indómitos pobladores que mantienen intacta la in-surgencia y, más aún, la con-vicción en los postulados bolivarianos de justicia e igualdad social.

“¿Por qué San Agustín fue una de las parroquias más reprimidas cuando el Cara-cazo?” se preguntó Chávez cuando visitó la parroquia en el 2010, en el marco de la inauguración del Metrocable. Él mismo se respondió:

“Porque, al igual que el 23 de Enero y otras, esta es zona rebelde. Toda Caracas es rebelde, pero San Agustín es líder, además es la Cara-cas negra, la Caracas de los tambores, la Cara-cas del Grupo Madera: ‘Tin Marín que arda la candela, tin Marín contra la humedad. Mu-chacho pásame los fósforos que esa candela va a arder, ese fuego alumbrará el camino...’”, cantó el mandatario recordando a la agrupa-ción musical que, nacida en el barrio Marín de San Agustín, zozobró en el Río Orinoco en

1977 y sobrevivió para siempre en la fuerza popular de la Caracas indomable.

“Aquí uno va viendo los patios, las calles. Jorge (Rodríguez) siéntate aquí para yo po-der ver... Hay que pararse para ver. Fíjate, Diosdado... vean todos los patios que hay, las veredas. San Agustín es una de las comuni-

dades más caraqueñas de Caracas, vamos a decirlo así, el caraqueñismo. Mira co-mo están los techos. ¡Dios mío! Acumulación de la po-breza de 100 años, Cien años de soledad de un pue-blo, están aquí concentra-dos. ¡Mira las ventanas! Aquí está Caracas, la Caracas po-pular, la Caracas cosmopoli-ta, este es un barrio cosmo-

polita, de lo más antiguo, San Agustín, sí, por aquí pasó Bolívar, por San Agustín”, va-loró el Comandante.

MELODÍA, SON Y SABORCaminando por la avenida Ruiz Pineda, des-de Hornos de Cal hasta la estación San Agus-tín del Metrocable, se siente la dignidad de un pueblo que resiste los embates de la gue-rra económica y mediática. Algunos de ellos hablaron con Ciudad CCS y destacaron la ca-pacidad de autogestión popular y la riqueza cultural de la parroquia.

Cuando el Cine Alameda fue tomado para

su rehabilitación, ese pueblo se manifestó en las palabras de Chávez: “Tomemos los espa-cios para el bien de la comunidad y la bús-queda de la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo”. Así asumieron las organiza-ciones de San Agustín del Sur los lineamien-tos del Comandante.

Víctor Sequera, un bodeguero del barrio Marín, conocido popularmente como Ga-melote, es uno de esos imprescindibles que honra Bertolt Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan muchos años, y son mejores, pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.

Relata que miles de actividades culturales, artísticas y trabajo de base, se generan desde las nuevas instalaciones, donde el heroico pueblo “de a pie” tiene un espacio para cre-cer y luchar. Con el apoyo, en su momento, de Chávez, obras como el Metrocable, Barrio Nuevo Barrio Tricolor, Gran Misión Vivienda Venezuela y Misión Alimentación, entre otras, “nos dan la fuerza para continuar lu-chando por la comunidad”, asegura.

Otro luchador, el director de la Radio Cultural Alameda (100.3 FM) Javier Ma-drid, cuenta lo que implica seguir, desde el corazón mismo del pueblo, el legado de Chávez: “la lucha es por mantener estos espacios como nichos de resistencia y jus-ticia social. Aquí vamos a seguir, pase lo que pase, por la dignidad de ser venezola-

La populosa parroquia de San Agustín ha estado a la vanguardia en lo que se refiere a organización social. FOTO LUIS BOBADILLA

“Toda Caracas es rebelde, pero San Agustín es líder”, dijo un día Chávez sobre esta colorida parroquia | Félix Gerardi

nos, por el legado de Chávez, por nuestro pasado de esclavos y peones de hacienda. Así ha sido siempre”.

En un bulevar construido en San Agustín en Revolución, encontramos a Eduardo López, el popular Mao, un luchador social desde tem-prana edad, locutor, escritor y poeta. Habla de San Agustín con fervor y pasión. Reitera que es una cantera de músicos que han hecho de ese barrio una referencia del guaguancó, el son y la música de los afrodescendientes.

¡Uh Ah, Chávez no se va!, ¿Quién no recuerda la frase inmortalizada por el grupo Madera, célebre por su compromiso revolucionario, y de formación musical y de danza en San Agustín?

Por su parte, Guapacha junior (Pedro Gar-cía), músico y educador en la Ceiba, destaca cómo la construcción del Metrocable “cam-bió la cara de la ciudad” y la vida de San Agus-tín. “Desde que Chávez llegó al gobierno pro-puso para San Agustín un proyecto modelo, sobre todo para los que viven aquí arriba en el cerro. Pero, además, abrió el núcleo del Sis-tema de Orquestas Sinfónicas, creó la Misión Ribas, los movimientos culturales y deporti-vos de la mano, cerquita, de la gente que así lo soñó siempre para el barrio, y así lo esta-mos haciendo.

“¡Allí arriba, usted sube y verá que estamos guapeando, con muchas dificultades, sin perder el legado de nuestro compañero y amigo Hugo Chávez!”.

Chávez se subió al Metro Cable y apreció los rincones de esa comunidad que históricamente ha sido referente de cultura y resistencia FOTO PRENSA PRESIDENCIAL

Ciudad Universitaria

UCVLomas delas Acacias

Av. Urdaneta

Av. Bolívar

Parque Carabobo BellasArtes

ParroquiaSan Agustín

Autop. Fco. Fajardo

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 11

“En el capitalismo se les condenaría a vivir en la miseria, en el ranchito endeble. El so-cialismo, en cambio, libera. Esta no puede ser una ciudad dormitorio, como lo haría el capitalismo. ¡No! Estas son ciudades para vi-vir. Ahora ustedes son due-ños de esas tierras, de pro-piedad multifamiliar (...)”.

Así reflexionaba el Co-mandante Chávez a pocos días de haber inaugurado la primera etapa del Complejo Urbanístico Ciudad Caribia, el 26 de agosto de 2011.

Para el Gigante, Ciudad Ca-ribia fue un ejemplo de urba-nismo socialista, es un mode-lo de organización para la vida. Con el naci-miento de este complejo, también nace el concepto del Vivir Viviendo que consiste en un hábitat integral de servicios para la cali-dad de vida de los habitantes.

Los ojos del Comandante, que son pinta-dos en cada urbanismo creado por la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), están plasmados en los jardines y caminerías y se respiran en la fantástica combinación entre montaña y mar de Ciudad Caribia.

Su legado está presente en cada niño, mu-jer y hombre que vio sus sueños hechos rea-lidad, y que hoy cuenta no solo con un te-cho, sino con servicios básicos, espacios de estudio y empleo en el lugar.

Esta urbanización fue edificada por la constructora Alba Bolivariana, empresa creada mediante el convenio Cuba-Venezue-la, en el llamado Camino de los Indios, ubi-cado entre el Distrito Capital y el estado Var-gas. El espacio, que ya cuenta con dos eta-pas, nació bajo la premisa de negarse a ser una “ciudad dormitorio”.

CIUDAD PARA EL FUTUROPara Chávez, este urbanismo multifamiliar debía ser una entidad modelo para el desa-rrollo del hombre y de la mujer nueva. Es por ello que está diseñada en función de ga-rantizar la educación, salud, abastecimiento alimentario, además de áreas para el desa-rrollo socioproductivo.

Para lograr este cometido, el Comandante puso en marcha toda una maquinaria edifi-cadora, a través de la GMVV.

Hoy, el presidente Nicolás Maduro ha puesto todo su empeño para que ese legado siga vivo y proyecte con fuerza un futuro promisorio para todos sus habitantes.

Durante el acto de adjudicación del espa-cio, el Gigante Chávez expresó: “Este es un concepto integral, de innovación social, técnica, ecológica, integral, una ciudad pa-ra la gente (...) Hoy, ese sueño está siendo cristalizado a través de espacios para el de-

Ciudad Caribia es un lugar para vivir viviendo

El Comandante de la Revolución, Hugo Chávez, insistió en que Ciudad Caribia debía ser un espacio para la formación del ciudadano, para el vivir viviendo, para que constituya un factor para la liberación integral del ser humano. FOTO PRENSA MIRAFLORES

sarrollo integral de sus habitantes.Wilmer Velásquez, autoridad única del

Distrito Motor de Desarrollo del urbanis-mo, cuenta que en el lugar conviven ac-tualmente unas 3 mil 200 familias (cerca

de 14 mil personas).Los lugareños cuentan

con distintos espacios bási-cos, como lo son dos escue-las, cuatro centros de educa-ción inicial, un liceo, un Ban-co de Venezuela, un infocen-tro, una radio comunitaria, centro de expendio de ali-mentos, una panadería, una peluquería y una textilera.

Asimismo, posee una De-fensoría para la Mujer, una fiscalía munici-pal, módulo policial, un Comando de la Guardia Nacional Bolivariana, un centro de educación inicial, ruta comunal y servicio de Metrobús.

Para Velásquez, Ciudad Caribia es un es-pacio concebido por el Comandante para el vivir viviendo. “Queremos que esta sea una ciudad que esté lejos de ambiciones mesquinas, en manos de sus propios ciu-dadadanos”.

DIGNIFICADOS AGRADECEN AL GIGANTEUn giro de 180 grados dio la vida de Roxana Oropeza y de Héctor Maestre, habitantes de Ciudad Caribia, cuando fueron adjudicados en el urbanismo en agosto de 2011.

A cuatro años de la siembra del Coman-dante Chávez, estos pobladores dan fe de que la premisa de ser un espacio para el desa-rrollo del hombre nuevo se está cumpliendo en la urbanización.

Tanto Oropeza como Maestre fueron adjudicados en el lugar, luego de haber si-do desalojados, junto a sus familias, de sus viviendas en Federico Quiroz, parro-quia Sucre.

La comunidad es un sueño ideado por el Comandante Hugo Chávez y fue la génesis de la Gran Misión Vivienda Venezuela | Lady Gómez

En el barrio en el cual se habían criado, no tuvieron la oportunidad de prepararse. Hoy, gracias a la Revolución Bolivariana, pudie-ron concluir sus estudios de bachillerato y ser formados en un oficio útil.

“Aquí me inscribí en la Misión Ribas y ter-miné mis estudios, aprendí peluquería y hoy puedo ejercer mi oficio cerca de mi hogar, es una verdadera bendición ”, dijo Oropeza.

Ese sentir también es compartido por Ro-berto Garcés, coordinador de la radio Comu-nitaria Ciudad Caribia, la cual hace vida en el complejo urbanístico. A su juicio, el sueño de Chávez solo puede continuar con el trabajo conjunto entre todos los habitantes del espa-cio y el apoyo de la Revolución Bolivariana.

En los urbanismos de la GMVV se siente el ideal de vida de Hugo Chávez: “En el capita-lismo, la gran mayoría es condenada a vivir muriendo, el socialismo libera del vivir mu-riendo al pueblo y lo pone a vivir viviendo, eso es una realidad”.

Maiquetía

Edo. Vargas

Dtto. Capital

Caracas

CIUDAD CARIBIA

Estado Miranda

12 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

El más multitudinario de los líderes

La Bolívar, la Universidad, la México, la Le-cuna, la Fuerzas Armadas, la Urdaneta y la Baralt. Estas siete avenidas del centro de Caracas, y sus calles aledañas, se llenaron de pueblo el 4 de octubre de 2012, para acompañar al Comandante Hugo Chávez en su cierre de campaña, tres días antes de la histórica victora en las elecciones del 7 de octubre.

Es difícil encontrarse con algún camara-da caraqueño que no haya estado allí ese día, vitoreando a Chávez, acompañándolo, manifestando y sellando el compromiso con el proyecto que él encarnó.

Ni la lluvia ni la espera ni el sofoco hicie-ron desmayar a la inmensa cantidad de personas, venidas de todo el país, que se llegaron esa tarde y cuya presencia signifi-caba gotas que juntas crearon un oceano de pasión patria.

“Me mojé con gusto porque era por él”, “La lluvia estaba bendiciendo a Chávez”,

“No cabía un alma”, “Bailé, me mojé, me la gocé y todo para acompañarlo”. Son testi-monios de los miles y miles de personas que ese día dijeron presente a la cita multi-tudinaria -pero a la vez personalísima- con el padre, el hermano, el líder de Revolu-ción Bolivariana.

Ese jueves, fue a tempranas horas de la tarde cuando, bajo el aguacero, apareció Chávez bailando, lanzando besos y ani-mando a su pueblo. Supimos después, con dolor, pero también con orgullo, que esa aparición fue un esfuerzo máximo para el Gigante, quien estaba ese día afectado por los dolores de la enfermedad que padeció.

“Nosotros venimos de lejos. Esta batalla nuestra es larga, esta batalla nuestra tiene más de 500 años en esta tierra. Aquí esta-mos los hijos de Guaicapuro ¿Quién se siente aquí Guaicaipuro? Todos somos Guaicaipuro, de ahí venimos nosotros”, clamó esa tarde bendita Hugo Chávez.

SIEMPRE LA BOLÍVARDesde comienzos de la Revolución, la aveni-da Bolívar se convirtió en referencia para la masa bolivariana. Allí Chávez congregaba al pueblo para hablarle de tú a tú. Aunque los eventos eran multitudinarios, todos los pre-sentes siempre asumieron ese espacio como un lugar simbólico para el encuentro cara a cara con Chávez.

Allí, en el corazón de Caracas, flanqueada por las torres de Parque Central, esta emble-mática arteria vial, al llamado de Chávez, de-jaba de ser un lugar de tránsito, de movi-miento efímero, para convertirse en punto de encuentro, de abrazo, de diálogo, de refu-gio, y hasta de reclamos, entre el pueblo y su líder. El asfalto cobrabra una nueva carto-grafía y allí, en la calle, la gente hacía de un evento político una fiesta y a la vez una tri-buna. Caracas, siempre Caracas, cobijaba esas citas en su corazón mismo.

El 23 de enero de 2003, en pleno sabotaje

petrolero, Chávez convocó al pueblo a la Bo-lívar, como acostumbraba. La cantidad de gente lo abrumó, y en su discurso dijo que si el pueblo chavista seguía respondiendo con igual fervor a sus llamados, los próxi-mos eventos tendrían que hacerse en la Gran Sabana.

“Estas actividades revolucionarias ya no son marchas, porque esto no es una mar-cha ¡no!, esto es como una inundación de pueblo lo que hay aquí, esto no es una marcha ¡cámara!, yo he visto muchas mar-chas, pero esto no es una marcha ¡no! inundación de pueblo pero por todas par-tes ¡Que viva el pueblo! ¡Que viva la con-ciencia popular!”, dijo ese día el Coman-dante Chávez.

“Ya no cabemos en el valle de Caracas, la avenida Bolívar se ha quedado pequeña y ya esto es un desbordamiento superior a la anterior, y esto es una demostración de lo que viene ocurriendo en Venezuela desde

Como ningún otro personaje, Chávez supo congregar voluntades.Siete avenidas del centro fueron testigos de excepción | Rosa Raydán

Para la marea roja la avenida Bolívar se quedó pequeña. Siete avenidas del centro se plenaron de pueblo aquel 4 de octubre de 2012. FOTO AMÉRICO MORILLO

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 13

En una de las imágenes su hija mayor se aprecia muy cerquita del Comandante. Es esa la foto que más resguarda.

AGUACERO BENDITO“Con esta lluvia de San Francisco nos consi-deramos bendecidos por la mano de Dios, de Cristo rendentor. Nos ha caído el agua bendita de San Francisco, eso es un preludio de lo que va a ocurrir el domingo 7 de octu-bre. Gana Chávez el 7 de octubre, gana la Patria”, dijo el Comandante en su discurso de ese jueves, bajo el aguacero.

La lluvia de esa jornada es una de las carac-terísticas más emblemáticas de esos días, cuando se consolidaba la victoria de Chávez en la contienda electoral que lo llevaría a su tercer mandato.

“Yo me mojé con él con el mayor gusto del mundo. Al principio traté de resguardarme

El cordonazo de San Francisco bendijo esa última concentración popular de la campaña presidencia del 2012. El pueblo junto a su líder recibió ese baño de amor y victoria. FOTOS MARCOS COLINA

el año 2002 para acá en los últimos meses, mientras la oligarquía más se mete con el pueblo, el pueblo más crece”.

NI UNA ESTRELLA DE ROCK“No sé cuántas veces acompañé a Chávez en la Bolívar, pero sí recuerdo la primera vez que fui. Fue cuando la época del sabotaje pe-trolero. Vinieron amigos de Maracaibo para esa marcha y yo me encontré con ellos. Fue una concentración magnífica. Lo vimos lle-gar de cerca en una camioneta, saludando, y desde ese día se me hizo una tradición ir siempre que podía a las concentraciones en la Bolívar, que se convertía en una fiesta, en una feria, con una energía hermosa de fra-ternidad”, relató Amarilis Prieto, periodista de 34 años, hoy mamá de dos niñas y habi-tante de la parroquia Catedral.

“El día de lluvia solo pude llegar a la ave-nida Universidad, a la Plaza de los Saberes. Allí me instalé cuando vi que la multitud no me iba a permitir acercarme más a la ta-rima principal. Igual la emoción fue muy grande. Era sin duda el preludio de una vic-toria estremecedora. El fervor chavista es-taba al máximo”, contó.

Es parecido el sentimiento de Oswaldo Paredes, barquisimetano de nacimiento pe-ro caraqueño de corazón, comerciante, que vive en Caracas, en el barrio La Agricultura de Petare. Con más de medio siglo vivido, Paredes ha presenciado diversos episodios del devenir político nacional. “Por eso me siento autorizado a decir que antes de esa concentración de las siete avenidas no hu-bo nada parecido. El gentío de ese día no lo había convocado ni la estrella de rock más rutilante. Fue un momento inolvidable, en verdad”, narró.

“Yo soy asiduo asistente de nuestras con-centraciones en la Bolívar. Desde que comen-zó la Revolución me ha parecido un lugar de peregrinación para los chavistas. Cuando nos llaman para allá nos vamos. Es un espa-cio muy bello, uno se encuentra con amigos, y con Chávez uno lo sentía como ese lugar para el encuentro. En mi caso nunca me es-forcé mucho para acercarme a la tarima, y aún mantengo esa costumbre con el presi-dente Maduro. Voy con mi familia, nos insta-lamos cerca de las torres de Parque Central y allí escuchamos el discurso”.

Así lo aseguró este apasionado militante, quien atesora en su casa fotografías toma-das por él de las visitas de Chávez a Petare.

Caraqueños de todas las parroquias y también multitudes venidas de otros estados plenaron Caracas en apoyo a Chávez.

El centro de Caracas se convirtió en un lugar de peregrinación para los chavistas. Cada vez que la Revolución convoca, ahí está el pueblo.

pero cuando vi que él mismo estaba bajo el agua yo me olvidé de todo y salí a verlo. Esa lluvia fue como regalo del cielo y como un anuncio. Y se convirtió en un simbolo de Chávez. Ahora lo lluvia siempre hace que nos acordemos de él y de ese día tan bonito y tan místico”, recordó Miriam Pastrana, en-fermera, habitante de la avenida Vollmer de San Bernardino.

“Agarré un gripón. De hecho, ese domin-

go fui a votar con mucho malestar, pero to-do valió la pena porque era para demostrar-le el apoyo y el amor a ese hombre tan gran-de”, subrayó.

“Sigo yendo a la Bolívar a ver a Maduro y siempre recuerdo aquel día de lluvia y es co-mo un compromiso. Ese mismo pueblo que se mojó en las siete avenidas sigue dispuesto a todo por mantener vivo el legado de nues-tro Chávez”.

14 CHÁVEZ CARAQUEÑO | 5 DE MARZO DE 2017 | CIUDAD CCS

Chávez está presente en la Redoma del bloque 7, del 23 de Enero. FOTO JESÚS VARGAS

El Comandanteen los muros de mi cuadra

Los ojos de Chávez, como fue bautizada la famosa síntesis del Comandante, se pueden apreciar en las escaleras del Parque Ezequiel Zamora. FOTO LUIS BOBADILLA

Grandes frases expresadas por Hugo Chávez se recuerdan en las paredes de los Flores de Catia, para hablar de su gesta heroica. FOTO JESÚS VARGAS

Un líder victorioso se aprecia en el sector La Planicie del 23 de enero. FOTO JESÚS VARGAS

CIUDAD CCS | 5 DE MARZO DE 2017 | CHÁVEZ CARAQUEÑO 15

Sembrando amor en nuestra Patria, así se recuerda al Arañero de Sabaneta en las calles de la parroquia La Concordia. FOTO JESÚS VARGAS

Como uno más de nosotros, reposa en todas las paredes de Caracas. Aquí en la esquina El Conde. FOTO JESÚS VARGAS

En cada rincón de Caracas el Poder Popular aviva la imagen de su eterno líder. Su mirada siempre despierta, fue dibujada en la parroquia La Pastora. FOTO LUIS BOBADILLA

CHÁVEZCARAQUEÑO

CIUDAD CCS | DOMINGO 5 DE MARZO DE 2017

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