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CIAB3 111 CONGRESO INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA BLANCA
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Carmen Ferrer Ribera 226 La huella del hormigón. De Fisac a Herzog & de Meuron
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Elia Gutiérrez 233 El hormigón en la obra de Teodoro González de León, México 1926
Bernardo Perepérez, Miguel. A. Fernández, Emilio Barberá y Pedro Miguel Sosa 236 Hormigón. Resistencia y altura
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Ramón Esteve Cambra 258 Centro de Salud San Rafael. Ontinyent, Valencia. Espana
El hormigón en la obra de Teodoro González de León México 1926 Elia Gutiérrez
Eh Gutiérrez • 233
ESTUDIOS DE CARACTER HISTÓRICO O ESTÉTICO RELACIONADOS CON EDIFICIOS DE HORMIGÓN
El pasado reaparece porque es un presente oculto.
Octavio Paz.
Como "presente oculto" se adivina el pasado pre-colombino, autóctono, en la obra (más de medio siglo de arquitectura moderna, e incluso pos-moderna) de Teodoro González de León, flamante Premio a la Trayectoria Profesional de la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, Montevideo'2006, "contundente y original, monumental y única, mexicana y universal" en frase de Miquel Adria'. Acaso el primer epíteto, la contundencia, sea el que más se repite en el juicio del observador.
Si éste es perspicaz, además de la contundencia se nos impone el gesto inequívoco de la modernidad, o más precisamente, de la rigurosa actualidad, percibirá, sin que se aperciba, lo mexicano: su presente oculto. El que el propio arquitecto nos hace tangible, como advierte Curtís, scraping away of the upper levels to flnd the more durable ones beneathz.
Este octogenario sabio, habiéndose iniciado en la vanguardia a sus veinte años (1947-49) en el talier parisino de Le Corbusier, aplicará su talento a desvelar el presente oculto de su tierra con tal ahínco que parecerá que, más que proceder del maestro, le precede: pues no es el pasado, que viene de la Casa Ozenfant y su progenie, del genio suizo el que tira de él, sino el futuro, que apunta a Chandigarh. No en vano Le Corbusier ha dejado dicho a González de León que la arquitectura "usted sabe, no es como la música, en que se puede ser genio a los once años"3•
De Le Corbusier hereda González de León la pasión por un material concreto: el hormigón, y por un oficio: el de vivir para producir. Ambos. maestro y aprendiz, serán trabajadores infatigables y extremadamente fructíferos.
Y, asimismo, ambos poseen la convicción de que "si el arte del proyecto, de la composición de espacios y volúmenes, se transmite, como todo oficio, de maestro a aprendiz en el taller y no en la escuela, la construcción se aprende sólo en la obra•s.
De la serena Casa Catán (1951) a la torsa, pero equilibrada, Embajada de México en Berlín (finalizada en 1999), la ruta de González de León es en apariencia sinuosa, como todas las de los grandes de su siglo, pero contínua y coherente. De hecho, las referencias persisten: Schinkel y Scarpa, quizás Stirling y Ando desde luego ... con el viejo Corbu siempre al fondo.
Nel mezzo del camin (como diría el Dante y, al decirlo, la sombra del Dantheum de Terragni nos cubre) la ruta parece borrarse: es el tiempo del edificio collage para la mítica editorial Fondo de Cultura Económica (1990-92) o del estilo staccato (se ha dicho y habría que añadir col'legno) del Conservatorio Nacional de Música (1996-98). Y el del montaje de la muestra retrospectiva "Ensamblajes y Excavaciones" en el Museo Tamayo de Ciudad de México. Pero el arquitecto vuelve al arquitecto y todo se endereza: la Salas Pre-Colombinas del British nos reponen en la ruta.
Esas salas muestran cómo lo monumental, un invariante en la arquitectura de González de León, no implica necesariamente lo grande. Sí en cambio impone austeridad: austeridad generosa o generosidad austera. Sin ella el producto se ablanda y la reciedumbre ritual lo abandona.
Por el contrario, si una escultura brutal y un techo frágil ponen acento y contrapunto (como es el caso del Auditorio Nacional de 1989-91) al hormigón macizo, todo vuelve a estar en su sitio, con el aplomo impertérrito, sonoro como los tubos de un órgano, de unas salas hipóstilas cuyos epistilos tienen cantos de paredes desnudas.
Si de ello se quiere una señal, una sola, cabría decir que las arquitecturas de González de León consisten, todas ellas, en una puerta, portada o portón: no hay que buscarles la ent rada porque todo en ellas es entrada. Son como arcos de triunfo para un triunfo nada convencional. Y tras la puerta, la portada o el portón, está el mito del México ancestral: su presente oculto.
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González de Léon confiesa que fue la lectura de Aldo Rossi6 la que lo liberó de la dictadura de la función: si las formas de la arquitectura la obedecieran ciegamente, serían incapaces de sobrevivir al paso del tiempo. La arquitectura que permanece es la que se adapta (a los nuevos tiempos, a los nuevos usos, a los nuevos habitantes) y lo hace en virtud de unas formas ajenas a la tiranía de la función. Es más: cuanto más complejo es el programa, más universal es la forma que lo alberga. El patio, una constante en la arquitectura de González de León7, es el paradigma de esas formas capaces de articular el espacio en virtud de un orden resplandecientemente sencillo y riguroso que provee, sin embargo. de la mayor libertad.
La misma reacción antifuncionalista es la que anima su entendimiento del acceso. Para González de León la entrada es transición, es un afuera cubierto o un adentro a cielo abierto. Es un "casi sí, pero todavía no". El umbral ha de "dar t iempo al visitante para recibir el mensaje plástico del edificio"8•
Como los arquitectos, anónimos en su mayoría, de la era faraónica, González de León fábrica la gran masa (el hormtgón es la roca) y luego la yende. Hender el espacio, en lugar de envolverlo, es su consigna. Así, el espacio hendido adquiere sustancia: la roca, con ser maciza, es accidental.
Aplica en ello su talento de escultor, cuyo arte genuino consiste en el vaciado. El escultor no pone: quita. El arquitecto dotado de genio escultórico quita asimismo. Con una diferencia obvia y decisiva: que el escultor quita afuera y el arquitecto quita adentro.
De ese modo, la arquitectura de González de León sigue las trazas de una gran tradición arquitectónica hindú: la de los templos hipogeicos. Fabricada la cantera madre, el arquitecto procede a la operación de vaciado (no hay en ella '"edificación" en sentido estricto, sino "masificación" previa, materialmente hablando). Y el vaciado obra el espacio.
Pero, atención: es imprescindible que nos quede constancia fehaciente del proceso. Por eso González de León deja en pie la masa matricial. Y lo que parece un plus de retórica estructural no es sino la credencial del origen. Como en los paisajes-creación (Rykwert) de las salas hipóstilas a orillas del Nilo, la cuestión del origen (ab lnitio) es asunto primordial.
González de León quiere, como Kahn, "que la obra exprese la manera en que fue construida y la densidad de los materiales empleados"9 . Así, se le puede aplicar perfectamente la reflexión del profesor Montaner10
: "Pero además del proceso de la expresión de la forma inicial, de la recreación de la maqueta y de la composición ordenada de la maqueta, hay otro momento esencial, que debe estar expresado por el mismo edificio como resultado: es el proceso de construcción. Para Louis l. Kahn, la voluntad de existencia de un edificio se manifiesta cuando muestra la manera como ha estado hecho". "Y es esencial que la obra acabada muestre ella misma su voluntad de ser un sólido, revele el esfuerzo del levantamiento de su fábrica".
Para González de Léon el hormigón con acabado cincelado profundo para resaltar el agregado de mármol es, amén de una reconocida por el autor y reconocible constante en su arquitectura, "consecuencia de una prolongada experimentación y respuesta al aspecto monótono que tiene el hormigón normal. Este acabado es una tecnología pertinente a nuestra deficiente mano de obra. Es una textura cálida y artesanal, que revela la mano humana y se emparenta con las piedras naturales. Es un material que tiene buena respuesta al paso del tiempo -condición básica de la arquitectura. Se puede afirmar que llena la definición que Le Corbusier hizo del hormigón: la piedra del siglo XX"11•
Un material cuyas juntas ("constructivas" las llama González de León) poseen la misión de marcar los sillares, siguiendo la similitud con la piedra. Son. además, líneas que cruzan y componen las fachadas, que nos hablan de cómo se hizo la construcción y de cómo están trabajando los materiales'2• Son gestos de una voluntad que escenifica el drama de las piedras inertes. Las juntas, además, le permiten al arquitecto establecer la escala de sus edificios. Porque los miden. Y, midiéndolos, los humanizan.
Las juntas vehiculan la relación entre el hombre y la arquitectura: serán los taludes los que establezcan el diálogo con el paisaje. El talud funde el edificio con el terreno'3 (Wright) y lo inserta en una tradición ancestral, la de la pirámide mesoamericana: reaparece el pasado.
Taludes y juntas (planos y líneas), materiales y texturas (sólidos y superficies), fábrica y espacio (o masa y energía, que serían sus equivalentes conceptuales), afuera y adentro (en ese orden, y no en el inverso que sermonea la Bauhaus), contundencia (habrá que repetirla porque se repite) y magnanimidad, son valores sólidos, tan sólidos como las arquitecturas de hormigón que los representan (no porque no hagan presente lo que está ausente, sino porque reponen lo ya puesto con presencia recalcitrante) en la obra de Teodoro González de León, un arquitecto de cuerpo entero al que la historiografía europea dista de haber hecho cumplida justicia.
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l Allí1 A Ll.4lll. CIJRIIS \VilamJ R.; GOfiZALEZ OHEOtl -eoOC<o. r•XIarOGonó.!:eldtloón Obra~· 2'ed ~ - RIJ. :.!t•CO 2004
2 \"e< 00 C•1 11010 1 3 GONZALElllElEON. Teoooro. 'Sotlrele C01busltt' ll~logos
Moxlco O F enoro·leb<tro 1966 4 Verop. r;;Uiota 3 ~ GONZALEZDE LEON. Teocloro: "!le Ideas y Obras"
EspeJo de Obsld•ana E~•clones l>'exleo. 1987 6 Ver op_ c.t 'JotaS 7 GOIIZÁLEZ OELEO!l Teodoro: 'On T".o ConsraniS 11 Ow
A1=•nr.':O<k" SI .llmesPress. 1985 8 GC'IZALEZOELEC'I TICldofo; 'laideayloOIIfa elocfofic:lodif
ÑlOOOdo!M.nEconOc-.a" EICcieg¡ollaCIOOa' f<>tldooo Ecorromoa IJt•IXI 0 F 199•
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l.tOdc•no. AtQu•tec1u•a de la 509unda n1rlad del •<910 XX', GG. Barcelona. 1993
11 Ver op. Cll. ~ole 7 12 Ver QO. Ctt. Mtl 8 13 Vet op. ett •~ota)