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1 La investigación y sus métodos: La Entrevista Alain Blanchet y Anne Gotman Editions Nathan, Paris, 1992.(125 pags) (Síntesis y traducción del texto realizada por Miriam Wlosko) Introducción: Génesis de la entrevista en las ciencias sociales La utilización de la entrevista como instrumento de investigación data de 1929: en la Western Electric se desarrolla una evaluación de nuevo estilo que será comentada y teorizada en 1943 por Roethlisberger y Dickson , los fundadores de este abordaje. Dicha investigación, centrada en un principio en las condiciones materiales de la productividad en la empresa, puso en evidencia la importancia de las relaciones interpersonales en la motivación al trabajo. Los investigadores, deseosos de testear y desarrollar más esos resultados, decidieron proseguir la investigación indagando los sentimientos de los obreros respecto de los jefes, a fin de utilizar esos resultados en cursos de formación. La investigación pasó de ser un simple instrumento a ser un dispositivo de acción. Esta se enriqueció con 2 etapas suplementarias:la toma de un cuestionario (aproximación directa) y además una aproximación indirecta mediante la toma de notas en primer lugar, y luego el registro integral. Este dispositivo constituye una etapa “bisagra” en el modo de interrogación en la medida en que se pasa progresivamente de la investigación de las respuestas a preguntas de un saber científicamente constituido, a la investigación de las preguntas elaboradas por los mismos actores sociales. Mediante este dispositivo, son las propias preguntas de del investigador las que devienen el verdadero objeto de investigación. En cuanto a la orientación no directiva, ésta es una noción emparentada al vocabulario de la psicosociología, formulada en los años 1940 por Carl Rogers, y aplicada en principio a las entrevistas clínicas, y en un segundo momento a las entrevistas de investigación. Aunque el nacimiento de la entrevista de investigación es reciente, su filiación es, sin embargo, antigua y compleja al mismo tiempo. En efecto, lo que ha presidido la transformación del protocolo de investigación, lo que ha permitido intercambiar la pregunta del entrevistador con la del encuestado, es un cambio más general, sobrevenido en los modos en interrogar a las poblaciones y en la emergencia de una nueva figura observacional del hombre. El pasaje del cuestionario a la entrevista está, pues, no solo ligado al hecho de que la investigación social es librada del interrogatorio sino que se inscribe igualmente en la transformación de la mirada antropológica sobre las sociedades lejanas, y en la mutación de la actitud terapéutica en relación a la enfermedad mental. La principal característica de la entrevista es que la misma constituye un acontecimiento de palabra en el cual una persona A extrae una información de una persona B, información que está contenida en la biografía de B. El término “biografía” subraya el carácter vivido de la información recolectada, por oposición a una información relevada de manera directa en el momento mismo del acontecimiento, que será recibida sin haber sido previamente asimilada y subjetivada. Sin embargo este rasgo -- la subjetividad de la información -- no basta para definir lo propio de la entrevista de investigación: ésta se define además, por relación con la actividad misma de investigación, en el sentido de que es producida por la iniciativa del investigador, distinguiéndose de este modo de la entrevista terapéutica y de la confesión, hechos de palabra solicitados por el entrevistado para su beneficio. Además, la entrevista de investigación se caracteriza -- por oposición al cuestionario -- por el hecho de que permite la exploración. La utilización de entrevistas es pertinente solo ante determinadas cuestiones ya que dicha técnica no fija las preguntas de antemano sino que las somete a la situación de interacción con el entrevistado. Esta flexibilidad del instrumento pone de relieve una exigencia: la de tomar en cuanta la dimensión a la vez social e interpersonal de la entrevista. El establecimiento de una relación de confianza constituye el motor y la condición de productividad de la entrevista. Es la interacción entre entrevistado y entrevistador lo que va a decidir el desarrollo de la entrevista. Entrevistar a alguien, más que preguntar es un “encuentro”, una experiencia, un acontecimiento singular que siempre comporta ciertos riesgos inherentes al hecho de que se trata de un proceso de interlocución y no simplemente de un relevamiento de información. Esto no significa que una serie de entrevistas no pueda ser comparable a otra serie, sino que cada una de ellas es singular; y que sea singular tampoco implica que no existan reglas, sino que las mismas deben ser adaptadas en función de un determinado objetivo. La entrevista, como el concepto de “habitus” de Bourdieu, es de alguna manera una “improvisación reglada”: improvisación porque cada una constituye un acontecimiento singular susceptible de producir efectos de conocimiento particulares;

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La investigación y sus métodos: La Entrevista

Alain Blanchet y Anne Gotman

Editions Nathan, Paris, 1992.(125 pags)

(Síntesis y traducción del texto realizada por Miriam Wlosko)

Introducción: Génesis de la entrevista en las ciencias sociales La utilización de la entrevista como instrumento de investigación data de 1929: en la Western Electric se desarrolla una evaluación de nuevo estilo que será comentada y teorizada en 1943 por Roethlisberger y Dickson , los fundadores de este abordaje. Dicha investigación, centrada en un principio en las condiciones materiales de la productividad en la empresa, puso en evidencia la importancia de las relaciones interpersonales en la motivación al trabajo. Los investigadores, deseosos de testear y desarrollar más esos resultados, decidieron proseguir la investigación indagando los sentimientos de los obreros respecto de los jefes, a fin de utilizar esos resultados en cursos de formación. La investigación pasó de ser un simple instrumento a ser un dispositivo de acción. Esta se enriqueció con 2 etapas suplementarias:la toma de un cuestionario (aproximación directa) y además una aproximación indirecta mediante la toma de notas en primer lugar, y luego el registro integral. Este dispositivo constituye una etapa “bisagra” en el modo de interrogación en la medida en que se pasa progresivamente de la investigación de las respuestas a preguntas de un saber científicamente constituido, a la investigación de las preguntas elaboradas por los mismos actores sociales. Mediante este dispositivo, son las propias preguntas de del investigador las que devienen el verdadero objeto de investigación. En cuanto a la orientación no directiva, ésta es una noción emparentada al vocabulario de la psicosociología, formulada en los años 1940 por Carl Rogers, y aplicada en principio a las entrevistas clínicas, y en un segundo momento a las entrevistas de investigación. Aunque el nacimiento de la entrevista de investigación es reciente, su filiación es, sin embargo, antigua y compleja al mismo tiempo. En efecto, lo que ha presidido la transformación del protocolo de investigación, lo que ha permitido intercambiar la pregunta del entrevistador con la del encuestado, es un cambio más general, sobrevenido en los modos en interrogar a las poblaciones y en la emergencia de una nueva figura observacional del hombre. El pasaje del cuestionario a la entrevista está, pues, no solo ligado al hecho de que la investigación social es librada del interrogatorio sino que se inscribe igualmente en la transformación de la mirada antropológica sobre las sociedades lejanas, y en la mutación de la actitud terapéutica en relación a la enfermedad mental. La principal característica de la entrevista es que la misma constituye un acontecimiento de palabra en el cual una persona A extrae una información de una persona B, información que está contenida en la biografía de B. El término “biografía” subraya el carácter vivido de la información recolectada, por oposición a una información relevada de manera directa en el momento mismo del acontecimiento, que será recibida sin haber sido previamente asimilada y subjetivada. Sin embargo este rasgo -- la subjetividad de la información -- no basta para definir lo propio de la entrevista de investigación: ésta se define además, por relación con la actividad misma de investigación, en el sentido de que es producida por la iniciativa del investigador, distinguiéndose de este modo de la entrevista terapéutica y de la confesión, hechos de palabra solicitados por el entrevistado para su beneficio. Además, la entrevista de investigación se caracteriza -- por oposición al cuestionario -- por el hecho de que permite la exploración. La utilización de entrevistas es pertinente solo ante determinadas cuestiones ya que dicha técnica no fija las preguntas de antemano sino que las somete a la situación de interacción con el entrevistado. Esta flexibilidad del instrumento pone de relieve una exigencia: la de tomar en cuanta la dimensión a la vez social e interpersonal de la entrevista. El establecimiento de una relación de confianza constituye el motor y la condición de productividad de la entrevista. Es la interacción entre entrevistado y entrevistador lo que va a decidir el desarrollo de la entrevista. Entrevistar a alguien, más que preguntar es un “encuentro”, una experiencia, un acontecimiento singular que siempre comporta ciertos riesgos inherentes al hecho de que se trata de un proceso de interlocución y no simplemente de un relevamiento de información. Esto no significa que una serie de entrevistas no pueda ser comparable a otra serie, sino que cada una de ellas es singular; y que sea singular tampoco implica que no existan reglas, sino que las mismas deben ser adaptadas en función de un determinado objetivo. La entrevista, como el concepto de “habitus” de Bourdieu, es de alguna manera una “improvisación reglada”: improvisación porque cada una constituye un acontecimiento singular susceptible de producir efectos de conocimiento particulares;

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y reglada porque para producir esos efectos de conocimiento debe implementar determinada técnica. Sin embargo, la entrevista no se reduce ni a una manipulación técnica ni a un “encuentro” con otro. Es la interacción y su fecundidad heurística lo que constituye la originalidad misma de la entrevista en ciencias sociales. No se trata sólo de “escuchar” a otro sino de hacerlos hablar libremente sobre un determinado tema. Asimismo, al tiempo que es necesaria una aproximación social al entrevistado, es preciso crear una distancia sociológica que preserve del riesgo de caer en una entrevista terapéutica. La posición del investigador tiene un estatuto a la vez cercano y distante (C.Rogers denomina a esta posición “neutralidad amable”). En síntesis, la entrevista es un dispositivo técnico dirigido a producir un discurso que provee un determinado número de hechos psicológicos y sociales.

La producción de discurso:

La entrevista va a la búsqueda de las preguntas de los propios actores, apela al punto de vista de los mismos y da a la experiencia vivida de aquéllos y a su lógica, un lugar preponderante. Esto último presupone o descarta ciertas tradiciones sociológicas: en muchos aspectos va en contra del método sociológico tal como lo concebía Durkheim, quien para estudiar al suicidio fija la regla de no apelar de ningún modo a los “motivos” de los suicidas, dado que los “motivos” no se suponen relacionados con las “causas” del fenómeno. Las razones del actor son descalificadas cuando se trata de analizar un clima de época. Las manifestaciones privadas de los hechos sociales dependen de la constitución orgánico- psíquica del individuo y de sus circunstancias particulares, y no constituyen fenómenos propiamente sociológicos. Las repercusiones individuales de los hechos sociales pertenecen a la psicosociología. Otra tradición en la que la investigación por entrevista se inscribe es la sociología de M.Weber, cuyo objetivo específico es la “acción” definida como “comportamiento comprensivo” por el sentido que le adhieren los actores, sentido que es a la vez subjetivo e intersubjetivo. Sin embargo, poniendo el acento en la necesidad de interrogar el sentido que dan los individuos y grupos a sus acciones, Weber -- contrariamente a Durkheim -- no apela a la instancia psicológica: explicar una acción no significa derivarla de “condiciones psíquicas”. “Subjetividad” en Weber no está relacionado con la esencia singular del individuo sino del actor en situación de interacción con otro. La explicación weberiana es esencialmente la puesta en evidencia de la racionalidad de las acciones y no la de su trama psíquica. Lo que Durkheim llama “repercusiones individuales” -- y que deja para la psicosociología -- y lo que Weber designa como “acción” (que es el objeto privilegiado de la sociología), son prefiguraciones de eso que hoy denominamos con el término “vivido” y que representa un objeto de elección de la investigación por entrevista ya que la exploración de los vivido supone la recolección de discursos, que iluminan los pensamientos de los actores concernientes a sus comportamientos sociales y a sus estados mentales.

Los hechos de palabra: En tanto proceso de interlocución, la entrevista. es un instrumento de investigación específico que permite poner en evidencia hechos particulares. La investigación por entrevista. es el instrumento privilegiado de exploración de hechos en los que la palabra es el vector principal. Estos hechos conciernen a los sistemas de representaciones (pensamientos constituidos) y a las prácticas sociales ( hechos experimentados). Dentro de los “pensamientos constituidos” uno de los objetos sociológicamente privilegiados de la investigación por entrevista es lo que puede denominarse con la palabra “ideología” en el sentido que le da Adorno (organización de opiniones, actitudes y valores, una manera de considerar al hombre y a la sociedad); o Raymond, para quien la ideología es “un conjunto organizado de representaciones”, “una cierta visión del mundo”, “un marco de referencias”. Desde una perspectiva más antropológica. Augé prefiere utilizar términos como “cosmologías” y “mitologías”. La ideología como conjunto organizado de representaciones puede inscribirse, en primer lugar, en una perspectiva antropológica y designar a la actividad social inherente a la vida en sociedad, que consiste en fabricarse una imágen o representación de lo que ella es. Se trata del encuentro de una experiencia individual y de modelos sociales en un modo particular de aprehensión de lo real: el de la “imágen-creencia”. Contrariamente a la teoría de la racionalización 2da, esta imágen creencia tiene siempre una carga afectiva e irracional. Es un saber que elaboran los individuos de una sociedad o grupo, una interpretación que se organiza en estrecha relación con lo social y que, para los que se adhieren la misma, deviene la “realidad” en sí. Por otra parte, lo propio de una representación es que nunca se piensa como tal, esto es, oculta las distorsiones que vehiculiza. De esta forma, el saber ideológico no sólo es sostenido como verdadero sino que también es utilizado para dictaminar sobre el bien y el mal. La representación puede entonces ser considerada como constitutiva de lo real y no como su “reflejo”. La ideología como conjunto de valores puede igualmente reenviar a una definición más política según la cual las representaciones

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orientan y dirigen la actividad en el sentido del mantenimiento del orden existente. Pero más que considerar a esta actividad como la producción de grupos dominantes que pretenden asegurar su posición, y que es reproducida por los dominados -- caso en el que se habla de usuarios que no captan mas que el pálido reflejo desnaturalizado de una ideología accesible a través de las declaraciones de la clase política -- se puede considerar a la ideología como una producción del conjunto de los grupos sociales que permite a cada uno reestablecer la coherencia de su espacio de vida. La actividad ideológica, que siempre sirve para justificar lo que “es” y convertirlo en “deber ser”, consiste así no sólo en ordenar al mundo y conferirle estructura sino en darle vida propia; no es sólo un “disfraz” de las relaciones de dominación o un aderezo impuesto desde el exterior sino construcción de un logos, de un conjunto de ideas que conforman un sistema. En tanto esto último se acepte, el recurso a la entrevista toma pleno sentido en la medida en que estaría permitido -- para retomar el ejemplo de la antigua Roma estudiada por Veyne -- tomar en cuenta el amor de la gente al soberano sin por eso confundirlo con el ceremonial monárquico dirigido a magnificar la bondad del rey. La utilización de entrevistas es particularmente pertinente cuando se quiere analizar el sentido que los actores dan a sus prácticas, a los acontecimientos de los que son testigos; cuando se quieren poner en evidencia los sistemas de valores y las referencias normativas a partir de las cuales los actores se orientan y determinan.

Los hechos experimentados:

El valor heurístico de la entrevista es que tiende a captar las representaciones articuladas en su contexto experiencial e inscribirlas en una red de significación. “Es tarea del sociólogo traducir las experiencias personales en intercambios colectivos y darles su rica dimensión humana” (Mills, 1978). Esta cita ilustra el sentido que puede tener la recolección de hechos experimentados, la articulación entre la experiencia personal, concreta, singular, y los interjuegos colectivos en que aquella puede interpretarse. Captar la traducción personal de los hechos sociales que se quiere indagar, es buscar el texto conjunto de las experiencias e intercambios tal como estos son articulados en la práctica a partir de las categorías propias del actor. La experiencia puede referirse a hechos más o menos materializados e institucionalizados, más o menos puntuales o extensivos. Puede tratarse de una vida entera (biografía, historia de vida), de un período de la vida o una trayectoria social, de un saber hacer preciso, de un saber difuso, de un habito, etc.

El estatuto de la palabra: El discurso recolectado por medio de entrevistas puede ser caracterizado como un discurso que posee una cierta “profundidad”, es decir, que alcanza un nivel sino inconsciente, al menos latente. Esto último justifica que el entrevistador se encuentre en presencia de un sistema de defensa que es de su incumbencia tener en cuenta. Que la entrevista sea para el entrevistado una sucesión de descubrimientos riesgosos e incluso amenazantes, en donde el entrevistador se ve llevado a poner a su interlocutor en zonas mal defendidas, es un hecho que responde más a razones sociológicas que psicológicas. Las resistencias producidas en el curso de la entrevista están ante todo ligadas a dos series de factores: el proceso de objetivación, puesto en práctica en la interlocución, y la regionalización de las representaciones. La objetivación lleva al hecho de que el entrevistado, cuando habla, no libera un discurso ya constituido sino que lo constituye al hablar, operando de ese modo una transformación de su experiencia cognitiva que consiste en pasar del registro del “procedimiento” (saber hacer) al “declarativo” (saber decir). Los hechos existen en tanto realidad vivida pero son fabricados en el curso los procesos de interrogación, observación y experiencia. Explicitando lo que está implícito, explicando lo obvio, exteriorizando lo interiorizado; el entrevistado pasa de la ignorancia a lo dicho y se expone -- en el doble sentido del término -- poniéndose a la vez fuera de si mismo y enfrentándose a sí mismo. La regionalización de las representaciones evoca por analogía a la regionalización de los comportamientos definida por Goffman, y supone que no todas las representaciones son formulables en cualquier circunstancia o lugar sino que están estructuradas en regiones más o menos estancas y jerarquizadas. Esto último explica por que por ejemplo, hablar de cosas de “dormitorio” frente a un extraño sea considerado inconveniente, o cuando se trata de hablar del cambio de una carrera puede ser molesto alegar razones familiares ya que en este dominio prevalecen las razones profesionales. Es por estas dos series de razones que las resistencias manifestadas por el entrevistado tienen menos relación con la teoría psicoanalítica de la toma de conciencia que con una concepción del discurso en acto -- no pre-existente a la enunciación (reificado) -- y de una concepción de la ideología compuesta en distintas regiones que bloquea el pasaje de una región a otra. Las resistencias están más

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ligadas al deseo de no perder la solidez en una situación en la cual es llevado a internarse en un ámbito desconocido y a producir un discurso, que a un proceso de negación psíquico.

Principales dominios de aplicación de la entrevista:

Se diferencian 3 subgrupos de aplicación según los ejes de la investigación: 1) Trabajos centrados sobre representaciones, 2) Trabajos centrados sobre representaciones y prácticas, 3) Trabajos centrados sobre prácticas 1) Investigaciones sobre representaciones: Las investigaciones sobre modos de pensamiento suponen la producción de un discurso dominante “modal” (esto es, un discurso que tiende a traducir el estado psicológico del locutor), obtenido a partir de entrevistas centradas en las concepciones, razonamientos y lógicas subjetivas del entrevistado. 2) Investigaciones sobre representaciones y prácticas: se dirigen al conocimiento de un sistema práctico y lo que lo articula -- ideologías, símbolos, etc --. Necesitan de la producción de discursos modales y referenciales (este último se refiere al que describe el estado de las cosas), obtenidos a partir de entrevistas centradas , por una parte, en las concepciones de los actores, y por otra, sobre las descripciones de prácticas. 3) Investigaciones sobre prácticas: entre este tipo de estudios se encuentran por ejemplo, los trabajos sobre ciclos de vida, estilos de vida y aspectos materiales de la cultura de un grupo social. La interrogación se dirige a lo experimentado por el individuo y no a lo que cree, es decir, el entrevistado es aquí un informante. Este tipo de entrevista es más descriptiva y narrativa que las anteriores; y suscita un discurso predominantemente referencial. Apela al deseo de relatar y responde a un tipo de organización básicamente cronológica.

¿Cuándo es pertinente utilizar el método de investigación por entrevista? Después de haber realizado la tarea de construcción del objeto (formulación del problema, del marco teórico, de las hipótesis) debe examinarse la pertinencia de recurrir a la entrevista. Un primer criterio para decidir su uso se refiere a que la entrevista es pertinente cuando no se quiere decidir a priori el sistema de coherencia interna de las informaciones buscadas. Mientras la aplicación de un cuestionario supone el conocimiento del mundo de referencia indagado y, por ende, su estructura interna, la entrevista no exige ni una clasificación a priori de los elementos determinantes de ese universo ni la jerarquización de los mismos. Mientras la investigación por cuestionario discrimina a priori, la que utiliza entrevistas diferencia los elementos a posteriori . La entrevista es una técnica apropiada para el estudio de individuos y grupos restringidos, pero no conviene utilizarla para una muestra extensiva dado que, además de ser muy costoso, se plantea el problema de la representatividad. En cuanto a los resultados, la entrevista no puede hacerse cargo de cuestiones causales (los “porque”) . Más bien hace aparecer los procesos (los “como”) revelando la lógica de una acción y su principio de funcionamiento. Si bien permite estudiar el desarrollo de los acontecimientos, indagar los elementos contenidos en los fenómenos estudiados y las racionalizaciones de los actores, no permite explicar lo que los determina a moverse de ese modo en el espacio social. Las entrevistas sirven para discriminar los elementos y niveles involucrados en una cierta problemática y ponerlos en relación mutua.

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Diferentes usos de la entrevista: La entrevista puede ser utilizada en diferentes fases del proceso de investigación y para distintos objetivos:

1 Por ejemplo: si una investigación se pregunta acerca de las razones de concurrir o no al cine, qué características

sociodemográficas se relacionan con dicha práctica y qué es lo que predispone a algunos a llevarla a cabo y a otros no, es decir, qué elementos diferencian al estado del “espectador “ del de “no-espectador”; las entrevistas podrán proveer las articulaciones lógicas que relacionan a cada elemento así como el lugar que tienen esos elementos en los contextos sociales en los que son producidos.

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a) explorar y preparar una investigación por cuestionario; b) analizar un problema y constituir la fuente de información principal; c) completar una investigación o corregir los resultados previamente obtenidos mediante cuestionarios o fuentes documentales. Según el grado de avance de la problemática a estudiar y de la elaboración de hipótesis, la utilización de la entrevista en la investigación deberá concebirse de distinta manera. a) La investigación por entrevista para usos exploratorios: Las entrevistas exploratorias tienen como función iluminar los aspectos del fenómeno en los que el investigador no puede pensar espontáneamente, así como completar las pistas de trabajo sugeridas por sus lecturas. Por regla general la entrevista exploratoria es predominantemente modal y suele tener un consigna del tipo “¿Qué es lo que esto representa para Ud?” de manera de hacer emerger al máximo los universos mentales y simbólicos a partir de los que se estructuran las prácticas. La entrevista es el instrumento privilegiado de las fases exploratorias ya que brinda la posibilidad de desplazamiento de las preguntas y permite un proceso de verificación continua, así como una constante revisión de las hipótesis. En esto se opone radicalmente al cuestionario, en el cual los resultados dependen de la eficacia y pertinencia de las preguntas escogidas de una vez y para siempre, en función de las hipótesis planteadas. La entrevista permite incorporar lo no previsto. b) Entrevistas exploratorias en una investigación por cuestionario: Este uso de la entrevista es pertinente cuando se quiere obtener información para poder poner a punto un cuestionario. En función de las hipótesis se toman entrevistas semi-dirigidas. Luego se hace un análisis temático a partir del cual el material discursivo es transformado en futuras preguntas cerradas. Aquí las entrevistas permiten no solo darle más fundamento al cuestionario sino que dan líneas para el análisis y la interpretación posterior de los datos que se obtengan con el mismo. c) La entrevista como fuente de información principal: Este uso de la entrevista supone que las hipótesis hayan sido formuladas y coordinadas en modelos explicativos. En este caso, el plan de entrevista será elaborado a fin de que los datos a obtener puedan ser confrontados con las hipótesis. Un ejemplo de este uso es la investigación de Herzlich acerca de las representaciones sociales de la salud y la enfermedad, Se trata de indagar cómo se elabora y estructura , lógica y psicológicamente, la imágen-objeto salud-enfermedad. Este objeto es abordado desde distintos ángulos: criterios de diferenciación de las nociones S-E, concepciones causales de la S-E, valores en juego, etc. Rastrear la formación de “concepciones” requiere de la entrevista ya que es una modalidad que permite la expresión libre y abierta. d) La entrevista como uso complementario: Según sea posterior, paralela o correlativa a otros métodos de investigación, la entrevista no cumple la misma función. Puede enriquecer la comprensión de los datos, completarlos o contribuir a su construcción e interpretación. Cuando la entrevista es posterior a la aplicación de otros instrumentos, sirve para contextuar los resultados obtenidos previamente (por cuestionario o investigación documental). Un ejemplo de este uso es la investigación de Grafmeyer que analiza 3 contextos residenciales del centro de Lyon a partir de 2 fuentes: datos estadísticos que describen a los residentes, y entrevistas semi-dirigidas a los habitantes. Estas últimas complementan la información estadística y enriquecen la comprensión de las regularidades puestas en evidencia por el tratamiento cuantitativo. El uso de entrevistas de modo paralelo a otros tipos de instrumentos es ilustrado con el estudio de Boltanski sobre la formación de dirigentes, cuyo objetivo es comprender la lógica a la cual obedece el acceso al título de “cuadro”, sus orígenes y su formación histórica. El autor recolectó información histórico-sociológica, económica y psicosociológica. La entrevista tuvo aquí la función específica de producir datos informativos sobre historia social de la categoría en cuestión y acerca de las representaciones actuales que los dirigentes tienen de sus carreras. El uso de la entrevista antes y después del cuestionario: puede realizarse un diseño circular en el que 2 instrumentos interactúen. La investigación de Bozon y Heran acerca de la formación de parejas y el funcionamiento concreto de los matrimonios está organizado de esa manera. Los autores tomaron primero entrevistas exploratorias a partir de las que construyeron un cuestionario. Luego, y en función de los datos de éste último, seleccionaron una sub-población por criterios sociodemográficos y volvieron a tomar entrevistas a fin de indagar en las contradicciones y lagunas encontradas en los datos del cuestionario. La entrevista en esta segunda toma repregunta sobre aspectos precisos y ayuda a testear el sentido de las respuestas y a reinterrogar a los datos estadísticos.

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La concepción de la Investigación: a) La población y la muestra: Una vez formuladas las hipótesis y definidos los objetivos, se plantea la cuestión de qué preguntar y a qué población. Definir la población es seleccionar las categorías de personas que se quiere interrogar y definir a título de qué se las quiere interrogar; determinar los actores de los cuales se estima, están en una posición tal que pueden producir respuestas a las preguntas que se les plantean. Frecuentemente la definición de la población está incluida en la definición misma del objeto, pero otras veces es necesario fijar los límites de la población en función de la definición del objeto ya que su composición puede variar en razón de dicha definición. Los límites de la población pueden estar fundados sobre variables simples (por ejemplo, edad si la investigación es acerca de jóvenes) o por variables más complejas (grado de parentesco para definir la población de una investigación acerca de la herencia). Los criterios están ligados a las hipótesis: por ejemplo, elegir sólo a los herederos directos se justifica para un enfoque sociosimbólico de la herencia, en tanto se privilegian las transferencias patrimoniales más significativas. Por el contrario, si se concibe a la sucesión como un problema práctico de toma de decisiones, sería necesario recortar a la población de otra manera, seleccionando a personas con grados de parentesco más alejados para los que la sucesión reviste aspectos jurídicos más complejos. Respecto de la composición de la población, se pueden presentar varias alternativas. Así, si el interés recae en la lógica de las trayectorias sociales y los destinos individuales, puede ser pertinente tanto entrevistar a individuos aislados como a individuos emparentados. En el 1er caso, se tendrá por ej, una muestra de 45 herederos de flias distintas, mientras que en el 2do se tendrán 15 grupos de 3 herederos de la misma familia. La elección entre estas alternativas debe hacerse según se busque poner el acento sobre la diferenciación social de las trayectorias o sobre la producción de diferencias intrafamiliares. Del mismo modo, si se maneja la hipótesis de que la relación con la herencia está fuertemente estructurada por su experiencia concreta, se puede, en el caso en que se quieran estudiar las representaciones a partir de las prácticas, no retener más que a los herederos reales, o por el contrario, si se quiere medir la diferencia entre distintas lógicas de representación, se pueden incluir dos subpoblaciones estructuradas por relación a la dimensión a indagar a la vez en herederos y no herederos. El estatuto de “informador” de la poblaciones:

Una población puede ser subdividida en varias subpoblaciones, y cada una de éstas pude aportar información específica. La elección de las subpoblaciones está determinada por las hipótesis. Ahora bien, en la medida en que cada grupo es entrevistado por distintas razones e interviene en la población global de maneras diferentes, su estatuto de “informador” también varía. Siguiendo con el ejemplo anterior, si se quiere testear la hipótesis según la cual la división de bienes entre niños es ilegal, se puede interrogar a la vez a los herederos que hablarán de cómo se negocia la división “en flia”, y a los notarios que hablarán de cómo esas divisiones se preparan y liquidan en el seno del estudio notarial: los 1eros son interrogados como herederos y los 2dos como profesionales de la sucesión. Cada uno habla de su experiencia en diferentes regiones de la práctica. Si se tiene la hipótesis de que los notarios tienen posiciones de principio diferentes en materia de divisiones sucesorias, y que sus posiciones estánen función de su concepción ideológica de la flia, se los interrogará en tanto profesionales del derecho de flia. Pero, según se considere que esas diferencias de posición revelan escuelas de pensamiento constituídas u orientaciones menos formalizadas, se interrogará en el 1er caso a los representantes de la profesión en tanto expertos, y en el 2do se elegirá un grupo de notarios diversificado y se los interrogará en tanto practicantes. El tipo de entrevista será distinta en cada caso: mientras los 1eros producirán un discurso prioritariamente referencial (teorías jurídicas y prácticas en vigor), los 2dos producirán uno prioritariamente modal (representaciones sobre la práctica personal). Es decir, a los 1eros seles pide información y a los 2dos reflexión. El armado de la muestra:

Respecto del tamaño de la muestra, las investigaciones que utilizan entrevistas son en general más pequeñas que las que utilizan cuestionarios, en la medida en que la información es validada por el contexto y no hay necesidad de validarlas por su probabilidad de ocurrencia. Una sola información brindada por la entrevista puede tener un peso equivalente a una información relevada un gran número de veces en los cuestionarios. La reducción relativa de la muestra tiene, por tanto, el estatuto de la información obtenida. La determinación del número de entrevistas necesarias depende en 1er lugar del objeto de investigación (pobre o fuertemente multidimensional), de la diversidad de las actitudes supuestas en

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relación al objeto, del tipo de uso que se le de a la entrevista (exploratoria, principal o complementaria), del tipo de análisis proyectado (conteo de temas o análisis de contenido más exhaustivo) y de los medios de los cuales se dispone (en tiempo y dinero). Por otra parte, debe tenerse en cuenta el criterio de “saturación”, que se refiere a que a partir de cierto número de entrevistas las informaciones comienzan a ser redundantes y parecen no aportar ya nada nuevo. Sin embargo es necesario evaluar que la muestra está constituída por un máximo de diversificación. Sólo después de evaluar si se alcanzó el punto de saturación y la máxima diversificación se puede considerar concluída la toma de entrevistas. Respecto del modo de composición de la muestra, frecuentemente se construye una muestra diversificada que reposa sobre la selección de componentes no estrictamente representativos sino “característicos” de la población. La muestra representativa es raramente empleada ya que aquí el problema de la representatividad no se plantea en términos de representatividad estadística. La construcción de una muestra diversificada sufre una doble coacción y resulta, por regla general, del compromiso entre la necesidad de contrastar al máximo a los individuos y a las situaciones; y simultáneamente, de obtener unidades de análisis suficientes como para que la muestra sea significativa. Se trata de diversificar sin dispersar. Esta diversidad puede definirse a priori en función de variables estratégicas, ligadas a la definición del objeto y a los supuestos. También puede definirse a partir de variables descriptivas clásicas de posicionamiento (sexo, edad, categoría social, etc). El plan de entrevista:

Diseñar el plan de entrevista es organizar los temas que se desea explorar, y las estrategias de intervención que se van a implementar para maximizar la información a obtener. La guía de entrevista es un conjunto organizado de funciones, de operadores e indicadores que estructuran la escucha y la intervención del entrevistador. El grado de formalización de la guía está en función del objeto de estudio (de su multidimensionalidad), del tipo de uso que se le de a la entrevista (exploratorio, principal o complementario) y del tipo de análisis a implementar. La guía de entrevista puede ser débil o fuertemente estructurada. La elección entre una u otra depende del conocimiento del problema que se quiera analizar. La entrevista débilmente estructurada se emplea cuando dicho conocimiento es escaso (entrevistas exploratorias), mientras que la fuertemente estructurada se utiliza cuando se dispone de información más precisa sobre el área de estudio y sobre la manera en que el problema es percibido y caracterizado (entrevista con usos principal y complementario). Para las entrevistas poco estructuradas se deben contemplar dos elementos: la formulación de una consigna (instrucción del entrevistador que define el tema del discurso) y la prefiguración de ejes temáticos. Las estructuradas suponen la formulación de una consigna, de una guía temática formalizada y la planificación de estrategias de escucha e intervención. Las estrategias de intervención conciernen al uso de la guía, a los tipos de discurso esperado y a los “modos de provocación” (o estímulo). Retomando el ejemplo anterior sobre la investigación de la herencia, las entrevistas exploratorias pueden dar lugar a una producción discursiva específica, en ese caso, respecto de la evocación de la muerte. Este constituye el punto de partida más frecuente de la entrevista, y por ello la guía debe prever qué estrategias utilizar y qué consignas instrumentar para explorar el asunto en relación al objeto de la investigación. Además, en tanto la exploración de la relación con la herencia comprende distintos niveles de discurso -- factuales y reflexivos -- conviene prever dos tipos de secuencias: secuencias “narrativas” (que toman en cuenta la secuencia de acontecimientos y que suponen estrategias de pedido de precisión) y las secuencias “informativas” (opiniones, sentimientos, que suponen estrategias de estimulación, repregunta e interpretación). Finalmente, en el caso en que los temas de la guía no sean abordados espontáneamente por parte del entrevistado, se deben prever una serie de consignas (por ejemplo: “¿puede decirme si la herencia ha cambiado algo en las relaciones familiares?”). La realización de las entrevistas: Por “estrategias de la entrevista” se entiende la planificación de la situación, que incluye una tema-consigna (tema y objetivo), una escena (tiempo, lugar y definición de la situación) y una distribución (de los diferentes actores). Tres niveles jerárquicos de contextos pueden ser determinados: 1) el desarrollo material y social, 2) el marco contractual de la comunicación y 3) las intervenciones del entrevistador. El papel de estos tres parámetros es el de permitir pensar operativamente el hecho de que la entrevista es siempre una relación social, una situación de interlocución y un protocolo de investigación. 1) El desarrollo:

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Los parámetros de este ítem son a) la programación temporal (unidad de tiempo), b) la escena (unidad de lugar) y c) la distribución de los actores (unidad de acción). Respecto de la programación temporal, se debe definir tanto la duración de la entrevista como el momento en que ésta se inserta en la secuencia de las acciones cotidianas de los entrevistados. Esto último puede tener fuerte influencia en la entrevista en función de la contaminación del discurso por representaciones y acciones precedentes. La pregnancia de este factor depende de la capacidad de los partenaires de abstraerse de las situaciones anteriores. La hora y la fecha de la entrevista deben ser elegidas de manera tal de maximizar la disponibilidad del entrevistado (por ejemplo, si se hace un estudio acerca de las amas de casa, escoger un horario en donde no estén ocupadas o con que tengan que atender a los hijos). La escena se caracteriza por la definición de los lugares (el decorado y sus significaciones sociales) y la configuración de los lugares ( las posiciones ocupadas por los partenaires de la entrevista). Cada lugar comunica significaciones que son susceptibles de ser puestas en acto en el discurso del entrevistado. De este modo, no es indiferente hacer, por ejemplo, una entrevista a un dirigente de empresa en su despacho o en la oficina del entrevistador. La situación ordena roles y conductas específicas. Así, por ejemplo, si se está indagando una problemática en donde es necesario saber acerca de ciertas prácticas cotidianas, lo más adecuado es que la entrevista se realice en la casa del entrevistado, mientras que si lo que se busca es indagar carreras profesionales, lo que favorece la emergencia de un discurso más centrado en estos temas es hacer las entrevistas en lugar de trabajo. Una cuestión importante a tener en cuenta se vincula con la demanda de la entrevista: ¿ quién la demanda y a quién beneficia la misma? El hecho de que frecuentemente la demanda sea del investigador se corresponde con el hecho de que éste último deba desplazarse al domicilio o a los lugares del entrevistado (a la inversa, si el pedido es del entrevistado, éste se desplaza hacia el lugar del entrevistador). Cuando esta lógica es transgredida, en la entrevista se trasluce la ambigüedad de las demandas: una entrevista pedida por el investigador y realizada en su lugar profesional, traduce la coacción que ha sido impuesta al entrevistado. La distribución de los actores se relaciona con las características físicas y socioeconómicas de los partenaires. Numerosos estudios han mostrado la influencia del sexo, la edad, la categoría socioprofesional, la referencia cultural, etc de los participantes en la situación de entrevista. Cada una de esta características juega sobre la representación que el entrevistado se hace de su rol en la entrevista. Según el caso, ciertas configuraciones facilitan más o menos la producción de discurso. Esas configuraciones reproducen ciertas situaciones sociales corrientes: relación de seducción, conversación con un amigo, demanda de ayuda a un profesional, preservación de sí respecto de un superior, interrogatorio frente a un evaluador, etc. La proximidad social entre el entrevistado y el entrevistador no es un elemento menor de la situación de entrevista. Dos situaciones problemáticas típicas pueden presentarse según que el grupo social de pertenencia del investigador sea “superior” o “inferior” al del entrevistado: a) las entrevistas en medios populares: Si la posición social del encuestador es “superior” las citas son más difíciles de conseguir y al entrevistador le costará más hacer participar al sujeto en la producción del discurso. Las personas pertenecientes a medios populares perciben en general al encuestador como representante de un grupo social que tiene un cierto poder sobre su modo de vida. Los rechazos a ser entrevistados constituye pues una medida para proteger su persona o su entorno social contra lo que es sentido como una intrusión en la esfera privada. Pero cuando la entrevista es aceptada, el handicap inicial de la comunicación y las dificultades de expresión del entrevistado aun permanecen, sobre todo cuando el entrevistador no establece un marco que le permita sustraerse a la imágen social que le atribuye el entrevistado. Mauger cuenta que en una investigación en la que entrevistaba a jóvenes de medios populares, el juego de intimidación y de falsa seguridad regía frecuentemente los intercambios en esas entrevistas. Labov destaca que la distancia social tiende a inhibir la producción discursiva del entrevistado, pero muestra que esta inhibición que no se debe a la incompetencia del entrevistador, es la consecuencia del marco contractual de la entrevista, marco que viene a redoblar la distancia de las posiciones sociales de los protagonistas. b) Entrevistas en la gran burguesía: Confrontado a entrevistados que pertenecen a medios sociales “superiores” el entrevistador tiende a conformarse a los rituales y modos de presentación dominantes del grupo de pertenencia del entrevistado. La intimidación del entrevistador puede conducirlo tal vez a comportamientos “prestados” que no facilitan el dominio de la situación que su profesión y su método exigen. Es necesario por tanto pensarestrategias que permitan establecer un marco referencial común. Un primer aspecto que Pincon y Pincon-Charlot destacan es la precaución de la vestimenta del entrevistador: éste deberá adaptarse a los criterios de apreciación de los sujetos que entrevistará. Sin embargo, aunque la “táctica del camaleón” puede ayudar en algunos casos, ésta no es suficiente: de

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hecho, solo la capacidad del entrevistador de instaurar un marco contractual apropiado permite la producción de un discurso pertinente. 2. El marco contractual de la comunicación:

Este marco contractual está constituido, desde los primeros contactos, por las representaciones y creencias mutuas de los interlocutores sobre los intercambios y los objetivos del diálogo. Para instaurar un marco contractual inicial, el entrevistador debe decir al entrevistado los motivos y el objeto de su demanda. Debe plantear dos cuestiones que frecuentemente están implícitas: 1) ¿por qué esta investigación? y 2) ¿por qué esta entrevista? Entre los parámetros a tener en cuenta -- dado que inciden en la actitud del entrevistado --están los siguientes: -- el objetivo de la entrevista:extraer información contenida en el sistema de representaciones del entrevistado, narración , opinión o razonamiento; -- la elección del entrevistado y, en particular, el modo de toma de contacto con el mismo: se ha mostrado que el entrevistado tiene a hacerse una representación del entrevistador en función del que funcionó como intermediario; -- el registro o no de la entrevista mediante grabador, que concreta en la relación dual una tercera presencia, que da a la interlocución una dimensión de excepción; -- el tema de la entrevista que pone en juego la pericia o falta de la misma de los interlocutores. Esta pericia está en sí misma ligada a dos dimensiones: la familiaridad del tema o su extensionalidad. Cuando el tema es familiar para el entrevistado, éste tiende a ponerse como experto y a disminuir su dependencia respecto del entrevistador: las representaciones y razonamientos que comunica apelan a un pensamiento ya elaborado y a una memorización activa. El discurso preconstruído es, por tanto, poco sensible a los mecanismos de interlocución. Por el contrario, cuando el tema no es familiar para el sujeto, tiende a aumentar su dependencia temática y relacional: los razonamientos y representaciones que comunica son débiles, tal vez contradictorios o sostenidos por analogías implícitas sobre otros conocimientos. El discurso es inestable y contingente, construído para responder a cuestiones inhabituales. La extensionalidad del tema se define como la propiedad de referir a los objetos del mundo. Así, la consigna “descríbame su barrio” define un tema extensional, mientras que la consigna “dígame lo que Ud siente respecto de la amistad” define un tema no extensional. Cuando el tema es extensional, el discurso responde a una exigencia de verdad, por el contrario, cuando el tema es no extensional, el discurso responde a una exigencia de sinceridad; -- el tipo de acto demandado: la producción de un discurso autónomo del entrevistado sobre un tema dado implica una cierta dependencia (tema impuesto) respecto del entrevistador que uno y otro parecen denegar (discurso autónomo), creando así la ilusión compartida de una palabra libre. Pero el entrevistador es el garante del marco contractual de la entrevista. Esta última se realiza por su demanda y es él el que conoce las razones y las técnicas. El entrevistador debe sostener esa posición porque el es el garante del marco. La entrevista es un paréntesis en el cual solo el entrevistado está habilitado para definir y mantener los “entrelazamientos”; y toda complicidad entre el entrevistador y el entrevistado será disfuncional en relación a los objetivos del dispositivo. Es al interior de ese marco que el entrevistador guarda la iniciativa de su discurso. En efecto, aunque la explicación del entrevistador inste al entrevistado a la elección de un marco, no hay ninguna razón para pensar que aunque haya aceptado la entrevista, el entrevistado ignore el lugar que juega en la misma. 3) Los modos de intervención: a) Las estrategias de escucha: El entrevistador trata en un tiempo real lo que le es comunicado por el entrevistado. Ese tratamiento puede relacionarse con tres tipos de cuestiones: -- ¿Qué me dice de las cosas de las cuales habla? (dimensión referencial) -- ¿qué me dice de lo que piensa? (dimensión modal) -- ¿qué me dice lo que busca realizar como acto respecto a mí? (dimensión ilocutoria) La actividad de escucha del entrevistador no es asimilable a un acto de registro de datos dado que produce significaciones: pone en práctica operaciones de selección, de inferencia, de comparación por relación a los objetivos de la entrevista. Es, por tanto, una actividad diagnóstica que pone en juego todo el proceso de objetivación y construcción del objeto .La escucha dirigida hacia los objetivos se encuentra guiada por las hipótesis previas del entrevistador, sean éstas explícitas o implícitas. Es una actividad cognitiva que consiste en adquirir indicios, producir hipótesis ,e interpretar esos indicios y testear las hipótesis por la adquisición de nuevos indicios. En la entrevista, el entrevistador construye una estructura significativa a partir de la cual imagina sus próximas intervenciones. Estas traducen de manera aproximativa al entrevistado la operación de escucha efectuada por el entrevistador. Este

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proceso de interacción y de influencia está en el corazón de la problemática de los “efectos de desvío” en la entrevista. En efecto, si la escucha del entrevistador, traducida por sus intervenciones, constituye la clave del sentido de la respuesta discursiva del entrevistado, se puede pensar que la explicitación del proceso puesto en práctica en esa actividad de escucha permitirá interpretar correctamente el discurso del entrevistado. Supongamos por ejemplo que un entrevistador efectúa todas sus intervenciones al azar, sin haber hecho previamente el menor diagnóstico sobre el discurso del entrevistado. El discurso del entrevistado será, pues, guiado por una estructura significativa construida por él mismo, pero ignorada por el entrevistador. Un discurso del cual se ignora el contexto en el cual se inscribe es ininterpretable. Supongamos, por el contrario, que un entrevistador efectúa todas sus intervenciones según una estrategia conforme al diagnóstico previo (relevamiento de información, producción de hipótesis, testeo de hipótesis, etc). El discurso del entrevistado estará guiado por la estructura significativa elaborada por el entrevistador; ese discurso, orientado para responder a hipótesis construidas en relación con un sistema coherente de interrogaciones, será interpretable en ese contexto. La clave de la metodología de la entrevista reposa sobre la técnica de escucha, su preparación y su explicación posterior. Las estrategias de intervención:

Para favorecer la producción de un discurso lineal y estructurado el entrevistador dispone de tres técnicas: a) la contradicción: es una intervención que se opone al punto de vista desarrollado precedentemente por el entrevistado y lo fuerza a sostener la argumentación de su discurso. Este tipo de intervención tiende a extremar las posiciones del entrevistado y, además, puede llevar a que el entrevistador deje de estar en un rol de neutralidad en la medida en que adopta el rol de “opositor”. El uso de la contra-argumentación no es aconsejable cuando se quiere alternan con el discurso de otro actor y no enunciar las propias concepciones. En el marco de una investigación, la contra-argumentación directa puede ser interpretada como expresión de su propia opinión y conducir a una transgresión del marco de entrevista. b) la consigna o pregunta externa: es una intervención directriz que introduce un tema nuevo. Una consigna es una intervención que se dirige a definir el tema del discurso del entrevistado. Toda entrevista de investigación se inicia con una consigna inaugural, que debe ser clara y no contradictoria con el contrato inicial. La consigna da al entrevistado el contexto temático y lógico de la entrevista.El campo de respuestas esperadas debe ser lo suficientemente amplio para que todos los entrevistados de una misma muestra puedan inscribir allí su propio discurso. Las consignas son formuladas como demandas de respuesta concernientes ya sea a las representaciones del entrevistado, ya sea a sus experiencias. En el 1er caso, la consigna induce un discurso de opinión: “Yo quisiera que Ud me hable de ..., lo que representa para Ud.”. En el 2do caso la consigna introduce a un discurso narrativo: “Yo quisiera que Ud me hable de..., que me comente cómo pasó...”. El rol de las consignas es esencial en la entrevista. Cada consigna introduce una secuencia temática nueva. La multiplicación de consignas da cuenta del nivel de estructuración que se quiere dar a la entrevista, y debe tomarse en cuenta que cuanto más estructurado es el discurso del entrevistador, menos prolijo, asociativo y articulado según una lógica interna será el del entrevistado. c)el “re-lance”: es una suerte de paráfrasis más o menos deductiva y más o menos fiel; es una intervención subordinada y se inscribe en la semántica desarrollada por el entrevistado. Constituye la intervención típica de la entrevista de investigación ya que tiende a favorecer una retroacción del entrevistado sobre su propio discurso, que le lleva a explicitar más su pensamiento y a desarrollar el fragmento de discurso en cuestión de manera indirecta por la intervención. Los “relances” tienen por objeto lo dicho anteriormente por parte del entrevistado. No guían el discurso como lo hacen las preguntas directas ni se oponen a los argumentos enunciados, sino que se cuelan en el discurso. No definen los temas sino que se inscriben en el desarrollo de los enunciados del entrevistado como fragmentos de contenidos subordinados a este último. Son “actos reactivos”. Se pueden distinguir teóricamente seis tipos de “relances”, cada uno de los cuales tiene efectos específicos sobre los discursos producidos. Se los agrupa según dos criterios: a) el acto de lenguaje realizado por el entrevistado y b) la instancia discursiva enfocada. El acto de lenguaje puede ser: -- una reiteración (el locutor retoma, repitiéndolo, un punto de vista enunciado por su interlocutor) -- una declaración (el locutor hace conocer a su interlocutor su punto de vista y el entrevistador lo retoma) -- una interrogación ( plantear una pregunta al entrevistado) La instancia discursiva puede ser: -- el registro referencial (definido como el de la identificación y definición del objeto del cual se habla) -- el registro modal (definido como el de la creencia o el deseo del entrevistado respecto de un referente)

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La interacción del discurso y las intervenciones:

El discurso enunciado por el entrevistado es construido en interacción permanente con el entrevistador. Si bien cada entrevistador tiene un estilo personal y tiende a utilizar un tipo de intervenciones por sobre otros, cada tipo de intervención es igualmente necesaria para ciertos modos discursivos que, a su vez, son catalizados por la interacción. De todos modos aquí no se pueden trazar más que reglas de valor indicativo que tiendan a establecer los tipos de entrelazamiento entre intervenciones y discursos que se han descripto anteriormente.

a) Los tipos de discurso: Los discursos producidos por entrevista están esencialmente compuestos por enunciados asertivos, es decir, enunciados cuyo objetivo es hacer conocer l auditor un estado de cosas o una concepción tenida por verdadera. Entre estos “asertivos” se pueden distinguir tres categorías de enunciados: -- narrativos, cuyo objetivo es tomar en cuenta acontecimientos pasados; -- informativos, cuyo objetivo es formar parte de una creencia o deseo, opinión o sugestión; -- argumentativos; cuyo objeto es organizar el discurso en una cierta lógica. Cada una de estas categorías discursivas es señalable tanto semántica como gramaticalmente por marcadores lingüísticos (por ejemplo: tiempo verbal pasado para los narrativos, modalizadores verbales elípticos o no para los informativos, conjunciones inter frases de causalidad y/o consecutividad para los argumentativos). Estos modos discursivos están en 1er término, bajo dependencia del tema de la entrevista y el tipo de relación que el entrevistado mantiene con ese tema (lo que anteriormente se definió como familiaridad o extensionalidad del tema). El discurso sobre un tema concreto (por ejemplo, el automóvil) será más fácilmente narrativo si el entrevistado tiene una experiencia directa (tema familiar), y que el discurso sobre un tema abstracto (la “libertad”) será de entrada informativo y esto tanto más en tanto el entrevistado haya reflexionado previamente sobre el asunto (tema familiar). Pero es muy frecuente que el discurso asocie enunciados pertenecientes a diferentes categorías. Por otra parte, los tipos de intervención precedentemente definidos actúan diferencialmente sobre esos tipos de discurso.

b) Efectos de los “relances” sobre los tipos de discurso: Se ha constatado que las intervenciones reiterativas, declarativas e interrogativas se adaptan mejor a ciertos tipos de discurso, al mismo tiempo que éstas tienden a constituirlos. Por ejemplo, las complementaciones estimulan un discurso narrativo, mientras que las reiteraciones se inscriben más fácilmente en un discurso informativo o de opinión; las interrogaciones son susceptibles de provocar o sostener puntualmente uno u otro de los modos discursivos.

El efecto ofensivo de las reiteraciones: Las intervenciones que consisten en repetir un contenido ya expresado por el entrevistado manifiestan al mismo tiempo una confirmación de la escucha y una demanda de explicitación. La intervención relanza el discurso informativo o de opinión, mientras que, aplicándose a una narración o descripción (relato de experiencia) puede constituir una puntuación superflua. La reiteración en “eco”: repetir alguna cosa que viene de ser enunciada manifiesta a ese interlocutor que se ha comprendido pero que igualmente se opera una selección y se subraya la importancia de eso que se repite. El “eco” es una técnica que si se usa de manera sistemática cansa al interlocutor o somete su discurso a los objetivos del entrevistador. Contrariamente a las apariencias, esta intervención es ofensiva (dado que se “acusa” al otro de una cierta responsabilidad en sus actos de enunciación) y su abuso conduce a una interlocución profundamente artificial. La complementación por su parte, aparece como más “natural” en las costumbre lingüísticas de nuestras sociedades: mientras que el eco provoca resistencias o sumisión --dado que es insistente y problematizante-- la complementación tiene un efecto más banalizante. La reiteración refleja: A diferencia de la reiteración en eco, las reiteraciones modales no cuestionan el valor de verdad en sí mismo de la proposición reiterada sino que insisten sobre su origen enunciativo, relativizando el contenido enunciado y sustituyendo la problemática de la veracidad del locutor por la de la sinceridad del mismo. El reflejo al modo de: “Ud dice que...”o “Ud piensa que...” o “Ud tiene la impresión que...” construyen los contextos lingüísticos que subrayan una distancia entre lo que es dicho y lo que es pensado. En la entrevista de investigación, el uso sistemático de la reiteración refleja cuestiona indirectamente la seguridad del entrevistado en la creencia de lo que enuncia. Entraña, pues, un tipo de discurso sobre-modalizado; tiende, según la relación de competencia que el entrevistado y el entrevistador mantengan respecto del tema, a hacer producir un efecto de atemperación o de seguridad:

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discurso dubitativo e incierto en relación al objeto temático en el entrevistado novicio, o enunciado seguro de sus convicciones y creencias en el entrevistado experto.

El efecto contrastado de las declaraciones: Las intervenciones en forma de declaración son una tentativa de ayudar al entrevistado a producir un discurso más completo o coherente. Las complementaciones apuntan a la exhaustividad, mientras que las interpretaciones se aplican para subrayar la existencia de cadenas causales implicadas en las opiniones o los sentimientos del entrevistado. La complementación: Al hacer una complementación (síntesis parcial, anticipación incierta, inferencia sobre el contenido) el entrevistador no está dando su punto de vista personal (aunque la deja entrever) ni opera ninguna interpretación (aunque indica que escucha lo que le es dicho). Por eso, opera, según el caso, de tres maneras: 1. Propone una especie de reformulación conclusiva y generalizante que muestra que ha comprendido y que confirma perfectamente al entrevistado el interés de lo que éste ha dicho; 2. o bien, adelanta una deducción incierta y apresurada a fin de que el entrevistado aporte un desarrollo suplementario para llenar la aparente laguna (en la expresión y en la comprensión); 3. o aun más, hace una inferencia lógica o pragmática que revela una escucha sensible al razonamiento

La interpretación: Es una intervención focalizada sobre la causa de lo dicho por el entrevistado, esto es, sobre su sentido tal como es construído por la intención del sujeto parlante. Tal indagación de la intencionalidad es casi siempre percibida por el entrevistado como una toma de poder sobre su discurso. En efecto, se quiere detentor del sentido de eso que dice y no cede manifiestamente esa prerrogativa a su interlocutor mas que en circunstancias particulares (filiación, transferencia, sumisión, etc). La interpretación en la entrevista de investigación está más cerca de una reformulación de los sentimientos del entrevistado que de una interpretación en el sentido psicoanalítico del término. Pero, como en el encuadre terapéutico, la interpretación en la entrevista conlleva efectos de consentimiento o de resistencia, según que suponga revelar intenciones confirmativas o invalidantes. Las interpretaciones confirmativas son en general válidas para la entrevista: tienden a orientar el discurso hacia el registro modal y la expresión de pensamientos íntimos y privados. Las invalidantes quizás impulsan al entrevistado a reestablecer una cierta coherencia y orientan el discurso hacia la construcción de una versión retocada de la cadena causal. Ese discurso demostrativo se acompaña frecuentemente de un proceso de despejamiento del sujeto y de generalización. Es frecuente, por ejemplo, cuando el entrevistado adopta una jerga de especialista (psicológica, sociológica, etc).

El efecto perturbador de las interrogaciones: El rol de las preguntas, tal como aparece en la entrevista por cuestionario preciso y estandarizado (superficialidad y parcelamiento de las respuestas), es casi totalmente inexistente en un contexto interlocutorio donde la mecánica discursiva es dominante. Las preguntas, distribuídas en dosis “homeopáticas”, tienen como función apelar directamente a un registro discursivo dado a propósito de los objetos integrados a la temática tratada por el entrevistado. Por el contrario, una dosis masiva de preguntas perturba el desarrollo de la entrevista de investigación. El caso se presenta tal vez en entrevistas realizadas por entrevistadores no experimentados. Se constata que una proporción elevada de intervenciones interrogativas (traduciendo un cierto malestar del entrevistador) tiene como función romper la linealidad del discurso del entrevistado. El entrevistado espera entonces que el entrevistador lo interrogue y le delega de hecho una parte importante de la responsabilidad de la enunciación. Tiende a mantenerse en una posición pasiva. Una entrevista fundada sobre una conducta demasiado interrogativa es asimilable a un interrogatorio. No es ni un cuestionario, en el sentido de una pregunta previamente preparada, ni una entrevista de investigación ya que el objetivo de ésta es favorecer la constitución de un discurso lineal y estructurado. En resumen, de los tres tipos de intervención que el entrevistador dispone (contradicción, consigna, relance), la 1era es en principio descartada. El uso de la consigna en el curso de la entrevista entraña rupturas de la continuidad del discurso del entrevistado, una dependencia temática de ese discurso a las demandas del entrevistador, y tiene como consecuencia una menor prolijidad discursiva del entrevistado. Los relances, por el contrario, constituyen las intervenciones más eficaces para sostener la producción discursiva del entrevistado; de todas maneras no son intervenciones neutras sino que influyen el discurso traduciendo una cierta intención del entrevistador. Un programa de investigación coherente deberá, a partir de objetivos precisos, prever y definir lo máximo posible los parámetros de desarrollo, de contrato y de intervención. La hipótesis de coherencia supone que cuanto más coherentes son los parámetros discursivos, contractuales y de

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desarrollo de la situación, más rápidamente puede el entrevistado inferir la intención del entrevistador. Si tal es el caso, tanto mejor puede el entrevistador guiar indirectamente el discurso del entrevistado sobre los puntos que corresponden a los problemas de su investigación. El entrevistado debe saber que no todas las intervenciones que se le ocurren son buenas, que debe seleccionar de entre ellas las más pertinentes por relación al contrato; pero también debe saber que puede modificar como desee los parámetros del contrato adoptando una estrategia de intervención particular.

El análisis de los discursos: La entrevista no constituye un fin en sí misma. Es necesario pues, antes de llegar a los resultados de la investigación, efectuar una operación esencial: el análisis de los discursos.

2 Este

consiste en seleccionar y extraer los datos susceptibles de permitir la confrontación de las hipótesis con los hechos. El análisis se efectúa sobre el corpus, es decir, el conjunto de los discursos producidos por los entrevistadores y los entrevistados, retranscriptos de manera literal. El análisis de los discursos concierne, pues, a textos escritos y no sólo a los registros por sí mismos. No es que sea imposible trabajar sobre los registros, ni inútil referirse a ellos, pero el análisis escuchado no permite la comunicabilidad de los procedimientos efectivos de producción de resultados. El objetivo del análisis de contenido es doble: establecer el modo de extracción de sentido y producir resultados que respondan a los objetivos de la investigación. Distinguimos el análisis de discurso del análisis de contenido. El 1ero concierne al análisis de todos los componentes lingüísticos y recubre esencialmente dos tipos de aproximación: por un lado, los análisis lingüísticos, que estudian y comparan las estructuras formales del lenguaje; por otro los análisis de contenido, que estudian y comparan los sentidos de los discursos para poner en juego los sistemas de representaciones vehiculizados por esos discursos. Los análisis de contenido son preferencialmente utilizados en sociología y psicología social.

1. La producción de sentido: ¿Qué es el sentido de un discurso? Es una producción, no un dato. Es una lectura orientada. Las entrevistas liberan un discurso aparentemente espontáneo -- de hecho, lo hemos visto, largamente prefabricado y construido por la interacción que las atraviesa -- El tratamiento de análisis que les es aplicado contribuye en su momento a esculpir el mensaje y el sentido que va a ser despejado. Después de haber hecho hablar al entrevistado, el investigador hace hablar al texto por el análisis del discurso. Para ilustrar este punto compararemos dos tratamientos: el resumen de un texto y el análisis de su contenido. El resumen es neutro, pretende una fotografía simplificada del texto, no es selectivo y opera por reducción del texto no conservando mas que las proposiciones principales o causales. Procede de una lectura endógena que tiene por principio una fidelidad máxima a los enunciados, abraza tanto como puede la lógica del texto y su coherencia interna, y salvaguarda la complejidad de los temas. Es decir, tiene una función de “stockage”. El análisis de contenido implica hipótesis, es hiperselectivo y supone una lectura exógena conformada por los objetivos del analista. Ignora la coherencia explícita del texto y procede por descomposición de unidades elementales reproducibles y se dirige a la simplificación de los contenidos. Tiene por objetivo producir un efecto de inteligibilidad y comporta una parte de interpretación.

2. Diferentes tipos de análisis de contenido: Según el grado de formalización, esto es, el principio de recorte retenido, se distinguen varios tipos de análisis de contenido. El análisis más cercano al resumen es el análisis entrevista por entrevista. La unidad de recorte es aquí el fragmento de discurso que porta una significación. Se trata de dar cuenta, para cada entrevista, de la lógica del mundo referencial descripto por relación a las hipótesis. El modo de recorte es variable de una entrevista a otra. Seguidamente, está el análisis temático, que consiste en recortar el corpus transversalmente. La unidad de recorte es el tema que representa un fragmento de discurso. Cada tema es definido por una grilla de análisis elaborada empíricamente. El modo de recorte se mantiene estable de una entrevista a otra.

2 Llamamos discurso a la producción de un locutor en toda situación de interlocución.

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A continuación presentaremos dos tipos de análisis formalizados por teorías de la significación, y que, por esa razón, hacen más obstáculo a la proyección y a la inducción no controladas del analista. Mientras que los análisis entrevista por entrevista y los análisis temáticos proceden por recorte de enunciados de manera endógena, directamente a partir de las hipótesis del estudio; los análisis formalizados realizan el recorte a partir de reglas definidas por una teoría de la producción de sentido y, por lo tanto, se liga de manera indirecta a las hipótesis del estudio. Estas técnicas atacan la estructura del texto, reconstituyendo el sentido a partir de una lógica estructural del discurso que escapa tanto al locutor como al analista. Las mismas exploran el sentido de las frases a partir de la manera en la cual están construidas y permiten de ese modo encontrar los puntos de apoyo ocultos para establecer el sentido del texto. Esas unidades podrán ser proposiciones o enunciados restringidos, unidades más pequeñas o más elementales que en los análisis por entrevista o temáticos. Este tipo de análisis refuerza el proceso de objetivación en la medida en que son procedimientos estandarizados y sistemáticos, y sobre todo porque retardan la fase de interpretación propiamente dicha. De manera general, un análisis de contenido debe poder dar cuenta de la cuasi-totalidad del corpus (principio de extensión), ser fiel (lo cual es verificable por la multicodificación), y autosuficiente (sin retorno necesario al corpus). Se expondrá sucesivamente el análisis por entrevista, el análisis temático, el Análisis Proposicional del Discurso (APD) y el Análisis de las Relaciones por Oposición (ARO). Estas dos últimas técnicas de análisis de contenido suponen, la 1era una teoría psicológica del uso de la lengua, y la 2da una teoría sociológica estructuralista. Han sigo escogidas porque ilustran la dualidad de las aproximaciones sociopsicológicas, y porque explicitan los presupuestos explícitos que sostienen frecuentemente la lectura espontánea de los textos.

2.1. El análisis por entrevista: Este análisis reposa sobre la hipótesis de que cada singularidad es portadora de ciertos procesos, sean psicológicos o sociológicos, que se quieren analizar. Este análisis se justifica cuando se estudian procesos, modos de organización individual, en tanto que son reveladores de: -- una patología específica (estudio de caso clínico) -- un modo de realización de una tarea profesional (ergonomía cognitiva) -- una teoría del mundo de producción de la existencia (relato de vida). El análisis por entrevista permite descubrir el modo de engendramiento singular de los procesos, ya sean clínicos, cognitivos o biográficos. Se presta asimismo para historias de familias recolectadas para una aproximación a los fenómenos de estratificación y movilidad social, así como para poner en evidencia la formación de trayectorias. 2.2. El análisis temático: Este análisis no recoge la singularidad del discurso y recorta transversalmente lo que, de una entrevista a otra, se refiere al mismo tema. Ignora, por tanto, la coherencia singular de la entrevista, y busca una coherencia temática inter-entrevistas. La manipulación temática consiste en lanzar el conjunto de los elementos significantes en una especie de bolsa de temas que destruye definitivamente la arquitectura cognitiva y afectiva de las personas singulares. El análisis temático es, por tanto, coherente para la indagar modelos explicativos de prácticas o representaciones, pero no de la acción. De todas maneras, la diferencia con el análisis por entrevista puede no ser mas que una diferencia de grado. En muchos aspectos, las “dimensiones” utilizadas en el análisis por entrevista pueden ser considerados como los temas, y el análisis consiste en pasar revista a los temas abordados por cada sujeto separadamente para hacer la síntesis. Se hablará pues de un análisis temático “vertical”, por oposición al análisis temático “horizontal” que releva las diferentes formas bajo las cuales el mismo tema aparece de un sujeto a otro.

La producción de los resultados: Para establecer los temas y construir la grilla de análisis, es necesario proceder a la lectura de las entrevistas de una en una. Se trata aquí de una lectura y no de un análisis de contenido en el sentido en que se ha definido. Esta lectura tiene por objetivo el conocimiento del corpus. La identificación de los temas y la construcción de la grilla de análisis se efectúan a partir de las hipótesis descriptivas de la investigación, eventualmente reformuladas después de la lectura de las entrevistas. De todas maneras, en el caso de una investigación exploratoria, la identificación de los temas se hace casi exclusivamente a partir de la lectura del corpus. La unidad temática no es definida a priori, como sí lo es la unidad lingüística. Es un núcleo de sentido señalable en función de la problemática y las hipótesis de la investigación. Pero una vez seleccionados para el análisis de un corpus, los temas constituyen el marco estable del análisis de todas las entrevistas. Como la guía de entrevista, la grilla de análisis debe estar jerarquizada en temas principales y secundarios (especificaciones), de manera de descomponer al máximo la información, separar los elementos factuales y los de significación, y así minimizar las interpretaciones no controladas. Pero, a diferencia de la guía -- que es un instrumento de exploración --

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la grilla es una herramienta explicativa que se dirige a la producción de resultados. Una vez que se identificaron los temas y se construyó la grilla, se trata de recortar los enunciados correspondientes y clasificarlos en rubricas ad hoc. Esos enunciados son unidades de significación compleja y de longitud variable (partes de frases, frases, paragrafos, etc). El posicionamiento de cada uno de los entrevistados por relación a una misma grilla permite apuntar hacia tratamientos estadístico-descriptivos (porcentajes e incluso, indagación de correlaciones por análisis factorial). Pero en todos esos casos, los tratamientos exigen corpus de varias decenas de entrevistas. Discusión de resultados: El análisis temático puede dar lugar a varios tipos de puesta en práctica interpretativa. Se puede por ejemplo, seleccionar temas, señalar su variación en el seno del corpus y buscar los elementos que explican dicha variación. El análisis temático puede igualmente dar lugar a la elaboración de tipologías, en la medida en que el tipo ideal, reconstruido y no real, nace de una síntesis a la vez vertical y horizontal de los temas o dimensiones. El tipo resulta, en efecto, de la puesta en evidencia de un principio de coherencia vertical (un tipo de razonamiento) pero no singular (un individuo) que, de esa manera, puede congregar a los indviduos concretos. El tipo reagrupa un máximum de temas, y los casos reagrupados en ese tipo presentan un máximum de especificaciones unívocas relativas al asunto de la investigación o de sus variables.

2.3. El Análisis proposicional del Discurso: (APD) A diferencia del análisis temático, el APD se basa en un recorte y un código sistemáticos del discurso. Esta técnica define la unidad semántica de análisis y no propone ninguna categorización a priori. Requiere de un mínimo de interpretación en la operación de codificación. Recordemos brevemente los principios del APD (Ghiglione y Blanchet, 1991)

3:

-- Todo texto es considerado como estando constituido por un conjunto de proposiciones, cada una de las cuales representa la unidad semántica de análisis - Toda proposición realiza su función de sentido asociando un argumento y un predicado. Sean, por ejemplo, las 5 proposiciones siguientes: 1. El mar es azul, 2. Edgardo come spaguettis, 3. Edgardo come spaguettis en la cocina, 4. porque tiene hambre, 5. Cree que está verdaderamente en Italia. La proposición 1. asocia el argumento “mar” al predicado “es azul”. Esta asociación liga términos entre sí mediante un verbo, es decir, atribuye una propiedad a un objeto. En 2. la proposición plantea una relación de factividad entre el actante “Edgardo” y lo actuado “spaguetti”. En 3. la proposición establece una relación con un objeto circundante “la cocina”. En 4. la proposición está ligada a la proposición precedente por un conjuntor “porque”. En 5. la proposición plantea una relación declarativa (“cree que”) y comporta un modalizador (“verdaderamente”). Así, un discurso constituye una descripción del mundo por el encadenamiento de las proposiciones que ligan los objetos entre sí o les atribuyen propiedades. La APD se dirige a describir dicha construcción proposicional mediante dos procedimientos: 1) la reducción de las proposiciones de un texto a unidades más abstractas, los modelos argumentativos; y 2) el delineamiento del texto, que toma en cuenta la construcción de los objetos del mundo y de sus propiedades, independientemente del encadenamiento de las proposiciones. En resumen, el APD postula, de acuerdo con los datos actuales de la semántica y de la psicología cognitiva, que todo discurso construye un mundo referencial imponiendo una estructura a los diferentes objetos del mundo. es decir, ligando esos objetos entre sí. La ADP se dirige a reconstruir la imágen de ese mundo privilegiando las relaciones que el discurso establece entre los objetos: -- los objetos están representados por referentes y los objetos principales del discurso se llaman referentes núcleo (RN); -- las relaciones están representadas por los verbos; los tipos de relaciones entre los objetos están definidos por clases predicativas (por ejemplo, verbos factuales (F), declarativos (D), etc)

Producción de resultados: El procedimiento de análisis consiste sucesivamente en: -- recortar el texto en proposiciones -- definir los referentes núcleo (RN) de ese texto -- definir para cada proposición el modelo argumentativo correspondiente, ya sea el tipo de conjuntor, seguido del RN actante, o X si el actante de la proposición no corresponde a un RN referencial, seguido de un modalizador eventual, seguido de un tipo de verbo (F, D, etc), etc.

3 Analyse de contenu et contenus d´analyses, Paris, Dunod

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-- armar un fichero o base de datos compuesta de 7 columnas que definen los siguientes campos: número de proposiciones, conjuntores, actantes, modalizadores, predicados, actuado, circunstanciales. -- Hacer un triple cruce entre las columnas, que permite calcular la frecuencia de ocurrencias y las tasas de correlación de los diferentes elementos tomados en cuenta (por ejemplo, RN, actantes y actuados) -- analizar las relaciones positivas puestas en evidencia -- construir eventualmente un gráfico de esas correlaciones para dar una “imágen del mundo referencial”.

Discusión de los resultados: LA APD es una técnica de análisis que da cuenta de las relaciones de los objetos al interior de las proposiciones, es decir, revela la estructura semántica de los discursos. Por ejemplo, el análisis comparado de los discursos de un terapeuta y de su paciente en una sesión de psicoterapia (Blanchet, 1992)

4 ha mostrado que esos discursos conciernen a los mismos objetos teniendo estructuras

semánticas diferentes: el discurso del terapeuta aparece como una versión a la vez generalizante y centrada en el discurso del paciente. El método supone, pues, que se considere a los discursos como indicadores de la construcción del mundo de los locutores.

2.4. El Análisis de las Relaciones por Oposición (ARO): Este tipo de análisis no trata de la atribución de propiedades o de relaciones de objetos sino que se lleva a cabo sobre un sistema de oposición entre significaciones. Inspirado en el análisis estructural de los relatos, el ARO ha sido construido por H.Raymond (1968)

5 y aplicado por primera vez en una

investigación de Raymond y Haumont (1966)6, el método reposa sobre una doble hipótesis: la existencia

de una correspondencia (relación) entre los elementos de un sistema práctico y los elementos de un sistema simbólico; y la estructuración de esta correspondencia en oposición, como siendo constitutiva de la función simbólica. Este método reconoce a la palabra un carácter fundamental: el de ser una actualización constante de símbolos. El objetivo del método es señalar las relaciones de significación entre los significantes, de una parte, (los objetos de los que se habla), y los significados de otra (lo que se dice a propósito de esos objetos), tal que los significantes y sus significados se oponen término a término. Está directamente inspirado en la aproximación estructuralista, y los pares de oposición descubiertos por C.Levi-Strauss, que reenvían a universos simbólicos opuestos. El método ha sido utilizado en investigaciones que indagan las relaciones sociales con el espacio (Léger, 1990)

7, o en el

análisis de la división sexual de los territorios y los modos de habitar el espacio urbano en la sociedad argelina, particularmente, la oposición entre espacio doméstico/universo femenino y espacio público/universo masculino (Bekkar, 1991)

8; las prácticas patrimoniales o el universo de los afectos

(Léger, Florand, 1985)9. Su dominio de aplicación se extiende en la medida en que la estructuración del

discurso en oposición es una constante de la producción lingüística. Producción de resultados: La 1er etapa consiste en recortar los enunciados, y para ello se puede proceder de dos maneras: a) se puede construir un léxico temático y tomar como punto de partida una serie fácilmente señalable (espacios utilizados por las mujeres, por ejemplo: cocina, comedor, etc) y el significado (que califica al espacio o a la práctica). Un ejemplo tomado de una entrevista de una investigación sobre los herederos (antes mencionada), en donde el entrevistado dice que “ha invertido” la herencia , significante que se opone a opone a otro -- no enunciado -- que es “dilapidar”. Luego el entrevistado sigue hablando y dice que ha “restaurado una vieja casa de campo”, enunciado que constituye la explicación o ilustración de lo que llamó “invertir”. Hasta aquí, ya se dispone de una primera oposición entre un significante y un significado y de una primera explicitación del significante. Si por convención se ubica el significante a la izquierda y el significado a la derecha, se puede describir:

4 Blanchet,, Cocchi, Doukhi, Nathan Interaction therapeute et patient dans una therapie ethnopsychanalytique.

Psychologie Francaise, 1991, 36-4. 5 Analyse de contenu et entretien non directif: application au symbolisme de l habitat. Revue francaise de sociologie,

IX, 1968. 6 Les Pavillonaires, Paris, CRU, 1966

7 Derniers domiciles connus. Enquete sur les noveaux logements, 1970-1990, Paris Créaphis, 1990.

8 Espaces et practiques de l espace a Tlemcen.Tesis de doctorado, Paris X, Nanterre, 1991.

9 L´analyse de contenu:deux methodes, deux resultats?in: Blanchet et all: Léntretien dans les sciences sociales,

Paris, Dunod, 1985. 9

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A “he invertido” c B ? dilapidar d

Para hacer más completo el cuadro, se puede reportar la explicitación de “invertir”: lo llamamos significante mediador porque se desliza entre el significante y el significado, y constituye una especie de argumento explicativo de la relación de significación. De donde una oposición de tres y no de dos términos es la que se presenta: significante significante mediador significado A “he invertido” “he restaurado una ? c vieja casa de campo” B ? ? “dilapidar” d

Cuando se sigue leyendo la entrevista aparece una nueva oposición vinculada a las prácticas de apropiación de la herencia entre hermana y hermano: el entrevistado alude a algo que se opone a “invertir”: “hacer otra cosa como comprar un auto o muebles”. El cuadro puede, pues, completarse así: A “he invertido” “he restaurado una “hacer fructificar” c vieja casa de campo” B “hacer otra “comprar un auto o “dilapidar” d cosa” muebles”

La 1er etapa consiste, pues, en ordenar los enunciados según un esquema A hacia c , o A opuesto a B, o A hacia c oponiéndose a B: mientras que en el curso de la enunciación A,B,c y d se presentan desordenadamente. Se trata de descomponer los hilos de una palabra que constituyen un cañamazo cuyos elementos aparecen y reaparecen. Este método exige, para ser completo, tomar en cuenta enunciados dispersos de muchas páginas de las entrevistas. El analista, alertado por la identificación de los 1eros elementos, prosigue la lectura atendiendo a los elementos correspondientes. Se trata de un trabajo similar al que se pone en práctica en la toma de entrevista. Materialmente, la operación de recorte se efectúa sobre fichas o con una base de datos informatizada. Para ser manipulables, la base debe poder diferenciar: número de entrevista y número de página de donde el enunciado se ha extraído, número de órden de la ficha y título del significante. Asimismo, la ficha puede agregar el enunciado reducido. La reducción es una operación de selección de palabras-clave que ayuda al tratamiento y a la clasificación ulterior de las fichas. El modo de recorte de este método no tiene nada de mecánico, todo lo contrario: implica una lectura muy analítica del texto y, por esta razón, su aplicación puede ser muy larga.

Discusión de resultados: El recorte de una sola entrevista puede exigir varias decenas de fichas, y el de un corpus varios cientos de fichas. Esas fichas no tienen una propiedad lexical evidente y pueden sufrir diversas clasificaciones según los significantes (lo cual permite establecer una nomenclatura) o según los significados (que permite definir los ejes semánticos). Así del ejemplo se puede deducir que el entrevistado oponen dos prácticas inscriptas en dos universos de referencia: el universo de la dilapidación y de la instantaneidad, por un lado, y el de la fructificación y la duración, por otro. Sea cual fuere la posición tomada por ese sujeto en particular, el ARO informa acerca de la estructura ideológica a partir de la que el entrevistado construye su proyecto. Si esta oposición es recurrente en todo el corpus, se podrán derivar conclusiones generales sobre la organización ideológica puesta en práctica en la apropiación de bienes heredados. El ARO se dirige a descubrir el órden oculto tras el desorden aparente, el esqueleto o estructura de los fenómenos debajo de las innumerables variaciones individuales. No busca identificar el desplazamiento del individuo en su universo de referencia sino captar el estereotipo, lo instantáneo y el fragmento de un universo en común. Para su aplicación, el método supone precondiciones enunciativas muy elevadas: la existencia de una relación estable, afirmada y verificable entre los elementos prácticos y los simbólicos, implica también sujetos de investigación para los cuales una palabra puede ser enunciada según un doble registro: una vía emparentada con lo natural y práctico, y otra con lo simbólico.