confrontemos las potestades - peter wagner

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  • 8/7/2019 Confrontemos Las Potestades - Peter Wagner

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    CONFRONTEMOSLAS POTESTADES

    C. Peter Wagner

    Un Sello de Editorial Caribe

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    [p 2]

    1997 EDITORIAL CARIBE

    Una divisin de Thomas Nelson

    P.O. Box 141000

    Nashville, TN 37214-1000, EE.UU

    E-mail: [email protected] del original en ingls:

    Confronting the Powers

    1996 por C. Peter Wagner

    Publicado por Regal Books

    ISBN: 0-88113-439-2

    Traducido por: Jorge Snchez

    Reservados todos los derechos.

    Prohibida la reproduccin total o parcial de esta obra sin la debida autorizacin de los editores.Ex libris eltropical

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    [p 3]

    EST LISTO PARA LA BATALLA? SI ES AS, creo que este libro le dar una firme plataformade lanzamiento para enfrentar al enemigo.

    C. Peter Wagner

    [p 4]

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    ContenidoPARTE I: COMPRENSIN DE LA PROBLEMTICA

    1. La guerra espiritual ayer, hoy y maana

    La oracin cristiana nos lleva a tal intimidad con Dios que somos capaces de estar a tono con su amor,

    gracia, voluntad y tiempo, y luego ajustar nuestros propios planes en consonancia.2. Cmo sabemos lo que sabemos? Evaluacin de la epistemologa

    En lenguaje no filosfico, epistemologa significa tratar de determinar cmo sabemos lo que sabemos.

    3. De vuelta a la Biblia: Coherencia en la hermenutica

    Nuestra concepcin del mundo influye la hermenutica o manera de interpretar la Biblia. Nuestra visin delmundo implanta en cada uno de nosotros una especie de malla a travs de la cual procesamos toda la in-formacin que nos llega.

    4. [p 6] La prueba de la historia: Nada nuevo bajo el sol

    No todo lo que ocurre se registra en la historia escrita o se recuerda en la historia verbal.

    PARTE II: LA EVIDENCIA BBLICA5. La guerra espiritual en el ministerio de Jess

    Las Escrituras son claras: Los cristianos no slo tienen autoridad para luchar contra las potestades de lastinieblas, sino que tambin es su responsabilidad. Si no oramos contra nuestros enemigos espirituales, ter-minaremos siendo presa de ellos.

    6. Atar al Hombre Fuerte para salvar almas

    Este captulo clarificar la continua responsabilidad que Jess dio en su totalidad a la Iglesia: Combatir alenemigo en todos los niveles de la guerra espiritual, incluyendo el estratgico.

    7. Cmo trat Pedro con los principados

    Ministrar con poder sobrenatural fue parte tan importante del patrn establecido para la evangelizacin en

    los das de los apstoles, que Lucas tendra razn para hacer de ello un tema especial en el libro deHechos.

    8. Pablo confronta las potestades

    Este captulo examina dos ejemplos del ministerio del apstol Pablo que se pueden interpretar como estra-tegia de guerra espiritual. Lo hizo yendo a las naciones y llevndolas de las tinieblas a la luz, del poder deSatans a Dios.

    9. El despojo de las posesiones de Diana

    El tema saliente de este captulo es el xito misionero y evangelstico ms grande de Pablo; esencialmentesu ministerio en feso y las regiones circundantes de Asia Menor. Se examina tambin su mayor fracasoevangelstico, en Atenas.

    10. La guerra en las epstolas

    De acuerdo con las leyes bblicas de la guerra, no todos deben ir al frente. Algunos deben permanecer encasa con las provisiones. Hay quienes saldrn al campo de batalla; otros se[p 7] quedarn en el dormitoriode sus casas. Debemos ser fieles a Dios, cualquiera sea su plan para cada uno de nosotros.

    Apndice: La Filosofa de la oracin para la evangelizacin mundial adoptada por La Red de OracinUnida 2000 d.C.

    [p 8]

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    PARTE I:COMPRENSIN DE LA PROBLEMTICA[p 10]

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    CAPTULO UNO

    La guerra espiritual ayer, hoy y maana

    EL MOVIMIENTO DE ORACIN MUNDIAL EST FUERA DE control.Desde Pentecosts, la historia jams ha registrado un nivel de oracin en todos los continentes

    comparable al que ocurre en nuestros das. La Biblia nos dice que en algn lugar en los cielos, co-pas de oro se llenan de incienso, que son las oraciones de los santos (Apocalipsis 5:8). Nadiesabe exactamente cundo esas copas se llenarn hasta desbordar. Pero esto es cierto: El niveldel incienso en las copas nunca ha sido tan elevado ni ha subido tan rpidamente como hoy!

    Muchos piensan que el floreciente movimiento de oracin es una seal de que est a la vueltade la esquina el gran avivamiento, por el cual generaciones de cristianos han esperado y orado.Cuatro de mis mejores amigos han escrito libros sobre el tema. Bill Bright destaca el rol que juegael ayuno en The Coming Revival[El avivamiento venidero]. El ltimo libro de Robert Coleman esThe Coming World Revival[El prximo [p 12] avivamiento mundial]. Tom Phillips acaba de publicarRevival Signs: Joining the New Spiritual Awake[Seales del avivamiento: La unin al nuevo des-pertar espiritual] y David Bryant, director del Comit Nacional de Oracin y convocador del Foropara el Avivamiento Nacional, documenta las tendencias corrientes tan bien como cualquiera en sulibro The Hope at Hand[La esperanza cercana]. Bryant dice: Dios incita a su pueblo a orar espe-cfica, creciente y persistentemente por un avivamiento mundial [] si Dios incita a la Iglesia a orarcon este enfoque y consenso definido, no nos dejar orar en vano. l ha prometido or y contestar-nos plenamente. Podemos prepararnos con confianza para las respuestas.1

    Un tpico favorito de pastores en el pas y el mundo es la oracin. Hasta hace poco tiempo laoracin tpica apareca muy por debajo en sus listas de prioridades. Hoy da algunas de sus igle-sias estn haciendo lo que en pocas de ellas ni siquiera se hubiera pensado antes: Destinan partede sus presupuestos para los ministerios de oracin! Miles de iglesias han instalado salas paraorar, ambientes amueblados con gusto que incluyen una o dos lneas telefnicas y tal vez una m-

    quina de fax o una computadora para correo electrnico. Tales habitaciones estn ocupadas porintercesores las veinticuatro horas del da. Algunas brindan conferencias especiales sobre la ora-cin con predicadores invitados. Otras tienen personas que trabajan tiempo parcial o total comoministros de oracin, pastores de oracin o coordinadores de oracin.

    Los seminarios teolgicos y las escuelas bblicas dictan en sus programas cursos sobre la ora-cin. No hace muchos aos el Seminario Asbury era prcticamente el nico en los Estados Unidos,al menos que yo sepa, que ofreca cursos sobre la oracin. Ahora un seminario sinellos se consi-derara anticuado.

    VARIEDADES RADICALES DE ORACIN

    Como era de esperar, una de las consecuencias de la creciente [p 13] popularidad de la oracin en

    la vida y ministerios de los lderes cristianos es un conocimiento progresivo de la variedad de for-mas y funciones de la oracin. Parte de estas llegan como sorpresas desagradables para algunoslderes, especialmente en casos en que ni su preparacin o experiencia los dotan de los ganchosteolgicos en los cuales colgar algunos de los ms radicales conceptos y prcticas que se ven hoyda.

    Una de las novedosas variedades de oracin que cobra ms amplia atencin entre los lderescristianos en todo el mundo es la llamada intercesin de nivel estratgico. Muy pocos de noso-tros, especialmente en los Estados Unidos y otras naciones occidentales, durante nuestros das enel seminario o escuela bblica ni siquiera escuchamos trminos como guerra espiritual, espritus

    1 D. Bryant, The Hope at HandBaker Books, Grand Rapids, 1995, p. 231.

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    territoriales, hechos profticos, perdn de los pecados de las naciones, planificacin espiri-tual, oracin de guerra, derribo de fortalezas o arrepentimiento identificatorio. Muchos deestos trminos se han acuado en nuestra dcada. Por tanto, es comprensible que tales conceptosinnovadores requieran un proceso considerable, especialmente en los de temperamento ms con-servador. La asimilacin de las nuevas ideas requiere ms tiempo para unos que para otros.

    Debo informar que ciertos lderes muy respetables se han salido de sus zonas teolgicas c-modas por algo que he dicho, escrito o enseado en mis clases en el Seminario Teolgico Fuller.Se han molestado y muchos de ellos no han tenido inconvenientes en expresar sus preocupacio-nes en pblico. El resultado ha sido ms bien una controversia acalorada y, para usar un trminoque o por primera vez de mi amigo Tom White, me he convertido involuntariamente en un para-rrayos hacia el cual muchos dirigen sus feroces descargas de crtica.

    Con esto no quiero sugerir que soy el nico ni el principal vocero que haya defendido estas no-vedosas, y posiblemente radicales, variedades de oracin y guerra espiritual estratgica. A lo largode este libro mencionar los nombres de muchos otros que las han [p 14] enseado ms amplia yprofundamente que yo. Les debo mucho y me anima su voluntad de unirse a m para compartiralgunos riesgos y soportar el peso de los ms reidos ataques posteriores. Juntos hemos experi-mentado una hermandad de pensamiento que significa un desarrollo contemporneo muy impor-tante para el reino de Dios. Creemos or algunos de los mensajes importantes que el Espritu habla

    a las iglesias en estos das, aunque al mismo tiempo otros podran escuchar mensajes igualmenteimportantes, aunque diferentes del Espritu.

    Para ser honesto, me siento bendecido de que algunos me consideren un pararrayos; creo queesto tiene algn significado positivo para m. Pas los primeros aos de mi vida en una granja le-chera al norte del estado de Nueva York, lo que me hizo muy versado en pararrayos. Cada establotena varios en la parte superior del techo. Cuando se desataba una tormenta elctrica, por lo ge-neral muy intensa, los rayos que caan cerca de algn establo iban a parar invariablemente en elpararrayos. Pasada la tormenta, tanto el establo como el pararrayos se erguan intactos. La nicarazn por la cual el pararrayos poda absorber tan increble descarga elctrica y mantener el esta-blo libre de daos era que estaba debidamente conectado a tierra.

    Dios me ha dado el privilegio de cargar con las crticas, que de otra manera se hubieran dirigido

    hacia mis amigos; puedo permanecer intacto solo si estoy bien arraigado, tanto en mi relacin per-sonal con Dios como en su Palabra. La consecuencia positiva es que esto me obliga a mantener-me ms cerca de Jess.

    EL SEMILLERO:EL MOVIMIENTO DE LAUSANA

    He tenido el privilegio de participar de los crculos de liderazgo en la cristiandad evanglica mundialpor ms de treinta aos. En el momento que escribo, mi compromiso mayor es con el Movimiento2000 d.C. y ms all del 2000. Aunque parezca extrao, creo que es correcto de mi parte informarque esta organizacin es la primera que conozco que asigna a la oracin gran notoriedad. Esto noquiere [p 15] decir que los otros crculos con que me relaciono carecen de oracin o dejan de afir-mar su importancia. Todos reconocen que la oracin es indispensable. Con toda franqueza, mi ob-servacin es que el nfasis antiguo sobre la oracin tenda a ser ms hacia la retrica o el formu-lismo comparado con lo que vemos hoy.

    Cmo hemos llegado de aquello a esto?

    Aunque en 1966 se llev a cabo una importante reunin preliminar en Berln, el Congreso deEvangelizacin Mundial realizado en Lausana, Suiza, en 1974 se considera como el punto de par-tida histrico en el desarrollo del cristianismo evanglico de nuestra generacin. De aquella reuninde casi cuatro mil invitados de todas partes del mundo surgi el Comit de Lausana para la Evan-gelizacin Mundial (CLEM), que se conoce como el Movimiento de Lausana. Tuve el privilegio deservir en el CLEM desde su fundacin hasta el segundo congreso en 1989.

    La oracin desempe un papel en Lausana I en Suiza, pero no se le dio notoriedad ms quecon breves oraciones en la apertura y cierre de las sesiones, juntamente con pequeos grupos

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    ocasionales de oracin entre los delegados. De noventa y nueve sesiones plenarias, devocionales,ensayos teolgicos, teologa de evangelizacin, exposiciones y presentaciones de grupos funciona-les, solo uno trat el tema de la oracin. La disertacin de Bruno Herms: La oracin en la evange-lizacin, ocup menos de uno por ciento del tiempo de tribuna en el congreso.

    Vonette Bright y la Asamblea Mundial de Oracin

    La persona clave en destacar y darle un nfasis importante a la oracin en el Movimiento de Lau-

    sana fue Vonette Bright, quien tambin ha sido por mucho tiempo miembro del CLEM. Como resul-tado de su visin se convoc en 1984, en Sel, Corea, la ms grande reunin de oracin que ja-ms se haba realizado: la Asamblea Mundial de Oracin. Ms de veinte predicadores constituye-ron el liderazgo, muchos de ellos muy destacados en el movimiento de oracin, como Evelyn Chris-tenson, Glenn Sheppard, Wesley Duewel, [p 16] Dick Eastman, David Bryant, John Dawson yotros. Sus impactantes prdicas se publicaron en Unleashing the Power of Prayer[Cuando el poderde la oracin se libera], editado por Vonette Bright y Ben A. Jennings.

    La Asamblea Mundial de Oracin influy indirectamente tanto en m como en muchos otros,aunque no estuve presente en ella. En esa poca la oracin no ocupaba un puesto de importanciaen mi lista personal de prioridades. Aunque respaldaba diplomticamente a Vonette Bright, deboadmitir que lo haca con una lamentable condescendencia. Pensaba que la oracin podra estarbien para buenas mujeres como Vonette y para unos pocos hombres muy espirituales; yo preferaconcentrar mis energas en cosas importantes como la enseanza sobre el crecimiento de laiglesia y el desarrollo de nuevas estrategias para la evangelizacin mundial.

    De manera imperceptible al principio, mi actitud hacia la oracin comenz a cambiar en la po-ca de la Asamblea Mundial de Oracin. Para entonces yo estaba sumamente ocupado con mi men-tor, John Wimber, en explorar la relacin entre el crecimiento de la iglesia y las seales y milagrossobrenaturales. Para ese tiempo tambin comenc a or la voz de Dios dicindome que mi prximatarea sera especialmente la oracin y cmo se relaciona con la evangelizacin de los perdidos.

    Mi primera reaccin fue cuestionar la sabidura de Dios al asignarme tan aburrida tarea muycerca de los inevitables aos finales de mi carrera profesional. Aburrida porque debo admitir queen ese tiempo mis experiencias con la oracin, tanto personales como colectivas, se inclinaban

    definitivamente hacia el aburrimiento. Cun equivocado estaba! Comenc con seriedad a investi-gar, escribir y participar en el movimiento mundial de oracin de 1987; desde entonces estos hansido mis aos ms emocionantes en ms de cuarenta como ministro ordenado!

    Lo primero que hice despus de mi transformacin fue ir donde Vonette Bright y pedirle since-ras disculpas por la estpida actitud de condescendencia que le haba mostrado a lo largo de losaos de [p 17] coparticipacin en el Comit de Lausana. Como ha sido siempre, el fruto del Espri-tu Santo fue evidente en su respuesta y de manera amable me perdon y me dio la bienvenida almovimiento mundial de oracin.

    Lausana II en Manila

    Yo llevaba dos aos investigando y enseando sobre la oracin cuando en 1989 se convoc enManila, Filipinas, el siguiente Congreso sobre Evangelizacin Mundial, llamado Lausana II. Para

    entonces haba descubierto entre otras cosas el tremendo poder de la intercesin personal y reco-nocido que Dios haba concedido el don espiritual de la intercesin a algunos miembros del Cuerpode Cristo. Conoca de antemano la existencia del don y haba escrito tambin acerca de l en milibro Sus dones espirituales pueden ayudar al crecimiento de su iglesia. Sin embargo, ahora fuims all y comenc a experimentar en mi propia vida el poder de recibir la intercesin personal,comprobando directamente la enorme diferencia que haba. Ms tarde desarroll el tema en milibro Escudo de la oracin.

    A medida que participaba en la programacin de Lausana II en Manila, senta el deseo de Diosde que la intercesin personal tuviera all ms prominencia que en las dems reuniones evangli-cas internacionales anteriores. Qu pasara, me preguntaba cuando tuve una visin, si un grupode cincuenta intercesores ampliamente reconocidos pudieran concurrir a Manila por su propia

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    cuenta, evitando as el intrincado proceso de seleccin de delegados, se hospedaran en el HotelFilipinas Plaza, exactamente frente al centro de convenciones donde se iban a realizar las reunio-nes, y oraran veinticuatro horas al da durante los once das de Lausana II en Manila?Pens: Estadebe ser la voz de Dios!

    Mis compaeros de los comits ejecutivo y de programacin del CLEM pensaron que la ideaera excelente, por lo que me dieron luz verde. Puesto que yo no podra manejar la administracinde tal proyecto, contact a Ben Jennings, lder de oracin de Campus [p 18] Crusade for Christ yuno de los organizadores clave, junto con Vonette Bright, de la Asamblea Mundial de Oracin reali-zada cinco aos antes. Ben estuvo muy complacido en hacerlo y los cincuenta intercesores concu-rrieron, se reunieron y oraron durante los once das. Esto fue lo ms cercano a una planta de podernuclear espiritual jams vista. Cerca de la mitad eran carismticos y la mitad evanglicos tradicio-nales, entretejidos en amor cristiano, armona e intimidad con el Padre celestial.

    El conjunto de oracin de Ben Jennings en Lausana II fue visto por l y otros como una res-puesta directa a muchas de las oraciones de la Asamblea Mundial de Oracin de 1984. Las ondasde sus efectos an se estn haciendo sentir. Por algo, pocas reuniones nacionales e internaciona-les de elevada importancia se han planeado desde entonces sin un equipo de intercesores orando,ya sea en forma permanente o por lo menos durante el tiempo de sesiones; en Manila el congresoLausana II lleg a ser un hito histrico no slo dando luz al emergente Movimiento 2000 d.C., sino

    sirviendo como semillero para algunos de los conceptos iniciales de la guerra espiritual de nivelestratgico de que trata este libro.

    LA SENDA DE ORACIN UNIDA DE 2000d.C.

    Aunque esta no haba sido parte del planeamiento intencional del comit de programacin de Lau-sana II, no menos de cinco de los predicadores en los talleres trataron asuntos relacionados con loque habamos comenzado a llamar espritus territoriales. El nivel de inters por estos talleres fuesorprendente. En contraste con todo lo que pudiera haber pasado en Lausana I, el ms concurridode los talleres opcionales fue el que se centraba en el Espritu Santo; el segundo el que explicabala Guerra Espiritual y el tercero el que trataba sobre la Oracin. Considerablemente menos asisten-tes eligieron las otras cuarenta y cinco alternativas ofrecidas a los delegados. Los observadorescomentaron que esto de por s fue una de las ms dramticas diferencias entre Lausana I y Lausa-na II. Muchos [p 19] lderes cristianos de todo el mundo oyeron con claridad cosas del EsprituSanto que no haban odo antes.

    En la providencia de Dios, despus de Lausana II ocurri una transicin. Esta cambi la res-ponsabilidad primordial de catalizar y coordinar las fuerzas de todo el mundo para la evangeliza-cin del Movimiento de Lausana al Movimiento 2000 d.C. bajo el liderazgo de Thomas Wang y LuisBush. Como mencion anteriormente, la oracin fue desde el comienzo el enfoque central del Mo-vimiento 2000 d.C. Su estructura organizativa se dise alrededor de diez unidades llamadassendas o cadenas de recursos. Cada una tiene un coordinador que constituye parte del lideraz-go en el nivel intermedio de la organizacin, a quien se da una enorme libertad y autonoma paradesarrollar la filosofa, la programacin, el personal y el financiamiento para esa senda particular.Una de ellas se llama la Senda Unida de Oracin.

    El primer candidato como coordinador de la Senda Unida de Oracin fue David Bryant, quien alo largo de la dcada de los ochenta se destac como uno de los lderes de oracin de la cristian-dad evanglica. Desarroll enrgicamente el ministerio de oracin de Intervarsity Christian Fe-llowship, de la que luego se separ para fundar Conciertos Internacionales de Oracin. Comomencion antes, lleg a tener influencia en el Comit Nacional de Oracin de los Estados Unidos;asimismo lleg a ser uno de los lderes claves del Congreso Mundial de Oracin de 1984. Sus ex-celentes libros En la brecha, Conciertos de oracin, The Prayer Pacesetters Sourcebook[Manualpara lderes de oracin], circulan ampliamente en los Estados Unidos y en todo el mundo. Sin em-bargo, David y su comit en el Concierto Internacional de Oracin, creyeron en oracin que susdones seran de mayor utilidad para el reino de Dios si l segua concentrndose ms en los con-

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    ciertos de oracin para el despertar espiritual que dispersndose a travs del movimiento entero deoracin mundial.

    Peter Wagner fue el siguiente candidato de Luis Bush para coordinar la Senda Unida de Ora-cin. En 1991 la oracin haba [p 20] llegado a ser mi rea principal de investigacin y escritura, demodo que acog la oportunidad de edificar relaciones con lderes de oracin a travs del mundo. Minica condicin fue que si aceptaba el liderazgo de la Senda Unida de Oracin se me permitieratambin llevar conmigo la Red de Guerra Espiritual, que para ese entonces haba tomado forma.Luis Bush estuvo de acuerdo, comprendiendo por anticipado que esto unira la totalidad del Movi-miento 2000 d.C. con alguna de las formas ms radicales de oracin que algunos experimentabanpor los perdidos.

    LA RED DE GUERRA ESPIRITUAL

    Como he dicho, Lausana II fue el semillero para el posterior desarrollo de la Red de Guerra Espiri-tual. Estando en Manila, el Seor me habl en una voz que, aunque inaudible, fue casi tan claracomo si lo hubiera sido: Deseo que tomes el liderazgo en el rea de espritus territoriales.

    Cuando le cont lo que haba odo, mi esposa Doris dijo: Si aceptamos tal deber, necesitare-mos una intercesin personal mucho ms vigorosa que la actual! Finalmente lo aceptamos, Dioselev de manera considerable nuestras intercesiones personales y llegu a ser el coordinador de la

    Red de Guerra Espiritual.Merced a la alta prioridad que el Movimiento 2000 d.C. asigna a la oracin, la Senda Unida de

    Oracin creci rpidamente y ha llegado a ser una de las unidades ms notables dentro de la or-ganizacin. Aunque la guerra espiritual de nivel estratgico es slo una de las muchas formas deoracin adoptadas y animadas por la Senda de Oracin, es tan nueva para muchos que se ha le-vantado una considerable controversia acerca de ella. Tratar con esta crtica provoc un estudiodel proceso durante un ao que dio como resultado la publicacin en 1994 de un documento decinco mil palabras, llamado La Filosofa de la oracin para la evangelizacin del mundo, adoptadapor la Senda Unida de Oracin 2000 d.C. El texto completo de esta extraordinaria declaracin seencuentra en [p 21] el apndice de este libro, al que me referir de vez en cuando en los captulossubsiguientes.

    La controversia que se desarroll en esta dcada de los noventa no se debera ver como uncuestionamiento de si los cristianos deberan comprometerse o no en la guerra espiritual. En ver-dad, el documento ampliamente publicitado que surgi de Lausana I en 1974, conocido como elPacto de Lausana, declara en el artculo 12, titulado Conflicto espiritual: Creemos que estamoscomprometidos en una permanente guerra espiritual con los principados y poderes del mal, quie-nes estn buscando derrotar a la Iglesia y frustrar sus esfuerzos de evangelizacin. Sin embargo,la duda que surge es si la clase e intensidad de guerra espiritual en que Dios nos autoriza a com-prometernos tiene o no lmites bblicos.

    Niveles de guerra espiritual

    En un intento de clarificar las dudas involucradas, la Red de Guerra Espiritual crey desde el prin-cipio que sera de ayuda diferenciar los tres niveles de guerra espiritual. Aunque los tres se relacio-nan con la confrontacin de seres espirituales en el mismo mundo de las tinieblas y estn inevita-blemente interrelacionados, podemos ver la figura con ms claridad cuando usamos esta termino-loga:

    La guerra espiritual en tierraes la expulsin de demonios de las personas. Jess practic esteministerio y ha sido parte, en mayor o menor grado, de las iglesias cristianas a travs de los siglos.Aunque los ministerios de liberacin han sido comunes en crculos pentecostales y carismticospor muchos aos, ahora estn entrando decididamente en la corriente principal de iglesias evang-licas a travs de lderes tales como Neil Anderson, ex profesor en Talbot School of Theology enBiola University; Charles Kraft, de Fuller Theological Seminary; Tom White, de Frontline Ministries yotros.

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    La guerra espiritual de nivel ocultistatrata con fuerzas demonacas desatadas a travs de acti-vidades relacionadas con satanismo, brujera, masonera, religiones orientales, Nueva Era, chama-nismo, astrologa y muchas otras formas de la estructura del ocultismo. [p 22] Como lo saben muybien quienes se dedican a ministrar a las personas asociadas con esas actividades, los poderesdemonacos que obran en tales casos son significativamente diferentes de los que operan en elnivel terrenal, por tanto se necesitan otros mtodos para combatir en esta clase de guerra espiri-tual.

    La guerra espiritual de nivel estratgicodescribe la confrontacin con principados de alto rangoy poderes tales como los que menciona Pablo en Efesios 6:12. A menudo estas fuerzas enemigasse les llama espritus territoriales, porque intentan mantener grandes nmeros de personas en-cadenadas en cautiverio espiritual a travs de ciudades, naciones, vecindarios, grupos de perso-nas, lealtad religiosa, industrias y cualquier otra forma de sociedad humana. Este nivel de guerra,llamado tambin guerra espiritual en el nivel csmico ha provocado casi toda la actual controver-sia. Algunos creen que rebasamos nuestras fronteras sealadas divinamente si enfrentamos alenemigo en este nivel; este libro trata tales objeciones.

    LA ORACIN COMO MEDIO PARA UN FINLa Senda de Oracin Unida 2000 d.C. se estableci con el fin de movilizar la oracin para comple-

    tar la tarea de evangelizacin condensada en el lema: Ao 2000: una iglesia para todas las nacio-nes y el evangelio para toda persona. Esta clase particular de oracin es claramente un mediopara un fin ms que un fin en s misma.

    Esto necesita alguna explicacin porque la oracin puede tambin ser, y frecuentemente es, unfin en s misma. La oracin bblica viene en una variedad de formas. La esencia de la oracin esuna relacin personal con Dios y desde este punto toda oracin podra ser un fin en s misma. Lacomunicacin con el Padre (hablarle y escucharlo) es el fundamento para cada una de las variadasformas de oracin. Este es un fin en s mismo porque agrada a Dios.

    Es importante reconocer que la oracin no es una manera humana de manipular a Dios. Si estefuera el caso, la oracin no [p 23] diferira de la magia o la hechicera. La oracin nos lleva a talintimidad con Dios que somos capaces de ponernos a tono con su amor, gracia, voluntad, propsi-

    to y tiempo, para luego ajustar nuestros propios planes en consonancia.La oracin influye. Como dice Richard Foster: Estamos trabajando con Dios para determinar el

    futuro. Algo suceder en la historia si oramos correctamente.2 Aunque nuestras oraciones nocambian la naturaleza o carcter de Dios, s pueden tener una influencia directa en lo que l haceo deja de hacer. Nuestro soberano Dios ha establecido una ley para la oracin. Esto significa queha instaurado algunas reglas que desea hacer efectivas en las contingencias de los asuntos huma-nos en base a las oraciones de su pueblo. Si el pueblo de Dios es obediente y fiel en oracin, en-tonces el plan A de Dios, por decirlo as, entrar en efecto. Si no es as, entonces podemos es-perar el menos conveniente plan B. Pedir por el plan A no viola nuestra obediencia a Dios, sinolo contrario: refleja nuestra obediencia a l y nuestro mutuo deseo de que se haga su perfecta vo-luntad.

    Este mtodo de teologa de la oracin abre la puerta para la clsica declaracin de Walter Wink:La historia pertenece a los intercesores.3

    La oracin contemplativa

    No todos los que oran son llamados a hacerlo por la evangelizacin de los perdidos como temaprimordial de su actividad. A travs de los siglos muchos santos de Dios, cuyas biografas nos hanbendecido, recibieron el llamado de dedicar sus vidas a practicar la presencia de Dios. Sientenque Dios los lleva a una vida de esperanza en l y de agradarlo a travs de la alabanza y la adora-

    2 R.J. Foster, Alabanza a la disciplina, Editorial Betanla, Miami, FL, 1986 [p. 35 del original en ingls].3 W. Wink, Engaging the Powers, Fortress Press, Minneapolis, 1992, p. 298.

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    cin. Sus ejemplos de piedad nos recuerdan constantemente la abrumadora santidad y magnifi-cencia de Dios.

    [p 24] La oracin por la Iglesia

    El llamado de otros lderes es a movilizar la oracin por un avivamiento o despertar espiritual entrelos creyentes y sus iglesias. Esto es esencial porque la obra de Dios en el mundo no ser hecha dela manera que l desea si las iglesias han dejado su primer amor y se encuentran en estado de

    impotencia. Una necesidad desesperada de la hora actual es la renovacin espiritual masiva dentrode las iglesias a travs de las naciones.

    ntimamente unido a una autntica oracin por avivamiento est el deseo de alcanzar a los per-didos, en la premisa de que los cristianos realmente reavivados han de estar al unsono con el co-razn de Dios en la salvacin de almas. Sin embargo, la experiencia ha mostrado que tal asocia-cin no es automtica. Podramos citar muchos ejemplos de aparentes avivamientos en dcadasrecientes que han tenido poco o ningn efecto evangelstico. Debemos reconocer el peligro de loque algunos han llamado el sndrome bendceme. Los creyentes llegan a estar tan fascinadoscon sus experiencias espirituales inmediatas que descuidan las ms obvias demandas del reino deDios. Cuando esto ocurre, es algo menos que un verdadero avivamiento espiritual.

    Por ejemplo, la Asociacin Evanglica de Nueva Inglaterra hizo en 1994 una encuesta a 325

    pastores, pidindoles que contestaran con franqueza cmo les iba en asuntos que generalmenteson de inters esencial para las iglesias. De once temas, la adoracin y la msica obtuvieron elpuntaje ms alto; ocho ms fueron positivos, pero en grado decreciente. Slo dos de los temasfueron negativos: La oracin y el alcance de la comunidad, el punto central de este libro! Estono quiere decir que todas las iglesias de Nueva Inglaterra estaban afectadas del sndrome bend-ceme, pero s muestra que en la vida real la tendencia puede estar fcilmente en esa direccin.4

    [p 25] La oracin por los perdidos

    En parte para ayudar a encaminar la clase de avivamiento que tiende a descuidar la evangeliza-cin, Dios ha levantado una cofrada de creyentes cuyo nfasis primordial es orar por la salvacinde los perdidos. Como miembros del mismo Cuerpo de Cristo ellos se unen a los grupos de oracincontemplativa y de oracin por el avivamiento en las iglesias; pero al igual que las manos, los ojos

    y los odos, tienen diferentes funciones para el beneficio del cuerpo entero.Dos premisas bblicas fundamentales apoyan el nfasis actual en las oraciones dirigidas a ga-

    nar para Cristo a las naciones, los grupos de incrdulos o las ciudades: Primero est la declaracinde Pablo en 2 Corintios 4:34: Pero si nuestro evangelio est an encubierto, entre los que sepierden est encubierto; en los cuales el dios de este siglo ceg el entendimiento de los incrdulos,para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen deDios. Directa y explcitamente el diablo intenta obstruir de diferentes maneras la evangelizacinde los perdidos. Se pueden suprimir esos obstculos?

    Creo que Dios provee a su pueblo de medios para remover muchos de esos impedimentos parala evangelizacin. Esta es la segunda premisa bblica. Entre las armas que Dios provee para laguerra espiritual, la oracin es la nmero uno. Pablo dice: Porque las armas de nuestra milicia no

    son carnales, sino poderosas en Dios para la destruccin de fortalezas, derribando argumentos ytoda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento ala obediencia a Cristo (2 Corintios 10:45). Puesto que la oracin es el arma espiritual nmerouno, esta premisa enlaza la oracin por los perdidos con la guerra espiritual.

    Antes que nada debemos entender que la oracin y la guerra espiritual de por s no salvan a losperdidos. Nunca nadie se salv por destruir baluartes o por atar al hombre fuerte. Solo la predica-cin y crucifixin de Cristo, seguidas del arrepentimiento y la fe [p 26] personal en l como Salva-dor y Seor, pueden traer el nuevo nacimiento y vida eterna. Sin embargo, la oracin y la guerra

    4 Esta Investigacin se divulg en un peridico de 1994: Church Leadership Services New England Pastoral Survey,de la Asociacin evangelista de Nueva Inglaterra, Boston, MA.

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    espiritual pueden desempear un papel estratgico en remover los obstculos que levanta el diabloen sus intentos de mantener a la gente en el camino del infierno.

    La oracin innovadora por los perdidos

    En este contexto, algunos grupos y movimientos de oracin a travs del mundo desarrollan activa-mente maneras innovadoras de orar por los perdidos. Hasta ahora la mayora de lderes de oraciny de libros acerca de la oracin han estimulado orar en la iglesia, ya sea en congregaciones loca-

    les, en hogares o en conciertos de oracin. Esta clase de oracin es bsica. No slo debe conti-nuar sino que se debe incrementar para que el reino de Dios se difunda en nuestras ciudades ynaciones. No obstante, la oracin no se debe limitar al recinto de la iglesia.

    En aos recientes, Dios ha estado mostrando a su pueblo que cuando los creyentes oran sedesata un gran poder espiritual en la comunidad. Hace algn tiempo o al pastor Jack Graham, dela Iglesia Bautista de Prestonwood, Dallas, algo que desde entonces tom como un mensaje prof-tico de Dios para la iglesia de hoy: El avivamiento viene cuando derribamos las paredes entre laIglesia y la comunidad! Conjuntamente hay un pasaje proftico del cual muchos lderes en variaspartes del mundo afirman que es tan vlido hoy como lo fue cuando Dios se lo transmiti a Josuhace miles de aos: Yo os he entregado [] todo lugar que pisare la planta de vuestro pie (Jo-su 1:3). Pienso que deberamos tomar esto de [p 27] manera literal, creyendo que una parte im-portante en la toma de nuestras ciudades para Dios es tener dentro de la comunidad las plantasfsicas de nuestros pies, acompaadas de la totalidad de nuestras personas, junto con el armaprincipal de nuestra guerra espiritual: La oracin.

    Con esto en mente, Dios nos ha dado cuatro maneras de orar en la comunidad que parecen es-tar por sobre las dems. Todas eran prcticamente desconocidas para la mayora de los cristianosantes de la dcada de los noventa, aunque algunos pioneros han experimentado con ellas a travsde los aos. Escrib un captulo acerca de cada una de ellas en mi libro Iglesias que oran, por tantoaqu solo proveer la lista de ellas y mencionar otros recursos importantes para quienes deseenmayor informacin.

    1. Marchas de oracin. Por lo general son las Marchas por Jess, que se enfocan principalmen-te en las ciudades. Una fuente clave para entender el funcionamiento y metodologa de estas mar-

    chas es el libro de Graham Kendrick, Public Praise[Alabanza pblica].2. Caminatas en oracin. Creciente cantidad de creyentes se renen en pequeos grupos ycaminan por las calles en su vecindario, orando por la bendicin de Dios en todas formas sobre loque ven o lo que Dios les revela a medida que caminan. Steve Hawthorne ha trabajado en equipocon Graham Kendrick en el mejor libro sobre el tema: Caminata en oracin.

    3. Viajes de oracin. Equipos de oracin viajan en grupo a ciertos lugares previamente seala-dos por una planificacin espiritual para pedir que el reino de Dios descienda con plenitud a tal lu-gar. Un recurso clave es el manual de John Hanna: Prayer Journeys[Viajes de oracin] (ProyectoCaleb, 10 West Dry Creek Circle, Littleton, CO 80120). Para entender ms el trasfondo de esta cla-se de oracin, tambin recomiendo Winning the Prayer War[Cmo ganar la guerra de oracin] deKjell Sjberg.

    4. Expediciones de oracin. En estas expediciones los equipos viajan de un punto geogrfico aotro, por lo general en cierto tiempo, [p 28] para derribar baluartes sobre regiones y orar porque secumplan los propsitos de Dios para los habitantes del lugar. Muchos caminan por das o semanas,aunque tambin se usan otros medios de transporte y de planificacin del tiempo. Todava no te-nemos ningn libro acerca de estas expediciones, pero se puede obtener mucha informacin en lasagendas de oracin usadas por John Presdee y sus grupos en recientes expediciones de Londresa Berln, de Berln a Mosc y de Berln a Pars.

    INICIATIVAS DE ORACIN EN TODO EL MUNDOEn combinacin con la Senda Unida de Oracin se llevan a cabo varias iniciativas importantes deoracin en todo el mundo, para orar masivamente por los perdidos dentro de nuestras comunida-

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    des o reas sealadas. Aunque no todas, muchas de estas iniciativas se enfocan en la ventana10/40, una porcin geogrfica entre los 10 y 40 grados de latitud norte y que va desde el norte deAfrica hasta Japn y Filipinas. En esta rea viven ms de 90% de las personas menos evangeliza-das del mundo:

    Para ilustrar cmo hoy da se practica la oracin por los perdidos, aqu hay algunas de las ini-

    ciativas que se han llevado a cabo [p 29] recientemente o que se proponen efectuar al momentode escribir esto:

    Oracin I por la ventana. En octubre de 1993, ms de veinte millones de cristianos orarony ayunaron diariamente por dos de las sesenta y dos naciones de la ventana 10/40, mientras msde 250 equipos de viajes de oracin se trasladaban a esas naciones para orar con visin en laobra.

    Oracin II por la ventana. En octubre de 1995, treinta millones de cristianos oraron de mo-do sincronizado en sus lugares de residencia por las cien ciudades clave de la ventana 10/40,mientras a cada una de ellas iba un grupo de ms de cien intercesores en viajes de oracin de unasemana. Esto significa que ms de diez mil intercesores se movilizaron a travs de fronteras na-cionales y regionales para orar especficamente por los perdidos.

    Oracin por el Ramadn. El fenmeno espiritual ms destacado del ao para los musul-manes consagrados es su ayuno de treinta das llamado Ramadn. En 1995, unos dos millones decristianos oraron y ayunaron durante los treinta das, pidiendo a Dios que conteste las oraciones delos musulmanes de revelrseles a travs de visiones y sueos. Usaron una gua de oracin paratreinta das, publicada por Juventud con una Misin (JUCUM). En una pequea iglesia en Houston,Texas, llamada Casa de oracin de Houston, once intercesores, dirigidos por mi amiga e interceso-ra personal Alice Smith, hicieron un ayuno en el que slo bebieron agua durante los treinta dascompletos. Se espera que en 1996 se duplique el nmero de intercesores.

    El da para cambiar el mundo. El 25 de junio de 1994, entre diez y doce millones de cris-tianos en 168 naciones del mundo salieron a las calles de sus ciudades en Marchas por Jess. Eseao, los creyentes de Sao Pablo, Brasil, movilizaron 800.000 personas en sus calles y en 1995 suMarcha por Jess totaliz 1.200.000 creyentes!

    [p 30] TECNOLOGA ESPIRITUAL EN LA DCADA DE LOS NOVENTA

    De lo que se ha dicho, y de muchas otras evidencias, est claro que la dcada de los noventa noes una poca normal para la Iglesia de Jesucristo. Los desafos nunca han sido tan grandes siconsideramos la excepcional profundidad de las trincheras del enemigo dentro de la ventana 10/40,y que por primera vez en la historia la luz est apareciendo al final del tnel de la Gran Comisin.Mientras observo los mtodos con que se realiza la batalla espiritual en nuestra dcada, me llamanla atencin los cinco debemos para los cristianos que intentamos or lo que el Espritu dice a lasiglesias de hoy. Note que junto con cada uno de estos debemos hay un trmino tcnico que seha generalizado en nuestra dcada.

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    1. Debemos or al Seor: Profeca. Necesitamos tanto la prctica como la teora de que la ora-cin tiene dos canales: Le hablamos a Dios y omos su voz. Muchos de nosotros debemos estarms finamente sintonizados para entender cmo se usa hoy el don de la profeca.

    2. Debemos confrontar al enemigo: Guerra espiritual de nivel estratgico. Es tiempo de dejar depermitir que Satans reine libremente sobre nuestras ciudades y vecindarios. Tenemos que em-plear los principios de la guerra espiritual en el nivel estratgico para despejar el camino al reino deDios.

    3. Debemos definir nuestras oraciones: Planificacin espiritual. Sabemos que mientras ms es-pecficas y objetivas sean nuestras oraciones por los dems, ms efectivas sern. Lo mismo seaplica a nuestras comunidades; adems, ahora podemos dirigir nuestras oraciones con mayor pre-cisin a travs de un hbil mapa espiritual. Kjell Sjberg nos dice al respecto: En nuestros dasexisten individuos con el don del espionaje proftico. Mientras estaban en adoracin delante deDios, ciertas personas que tienen experiencia con la santidad de l y con su amor inmutable hanrecibido un instinto de cazador para descubrir las manipulaciones del enemigo.5

    [p 31] 4. Debemos condonar el pecado comunitario: Arrepentimiento identificatorio. La guerrade oracin por nuestras comunidades lleva consigo gran cantidad de arrepentimiento. Nuevos con-ceptos sobre el arrepentimiento identificatorio o social nos permiten llegar a la raz de muchas en-fermedades sociales y espirituales modernas y tratar con las causas ms que con los sntomas. Unrecurso clave sobre este tema es el libro de John Dawson: Healing Americas Wounds[Cmo sa-nar las heridas de los Estados Unidos].

    5. Debemos invadir la comunidad: Oracin de evangelizacin. Entre las nuevas estrategias paraevangelizar por completo una ciudad estn la fundacin de iglesias y la oracin fuera de ellas, ele-mentos notoriamente ausentes en la mayora de los modelos tradicionales. Resulta comn el usode actos profticos al estilo de Isaas y Ezequiel. Por ejemplo, en 1993, durante El da para cam-biar el mundo, JUCUM y otras organizaciones reclutaron y desplegaron equipos de viajes de ora-cin hacia los cuatro puntos cardinales del mundo (a los lugares ms extremos del norte, sur, estey oeste de los continentes) para pedir que se derribaran las potestades sobre los continentes y quellegara la plenitud del reino de Dios.

    LAS LUCES CENTELLEAN EN TODAS PARTESLas reacciones del pblico cristiano son diferentes como resultado de esta breve descripcin de lasnovedosas e innovadoras maneras [p 32] de orar y hacer guerra espiritual. Muchos ven luz verde ydicen: Adelante! Por qu no nos dimos cuenta antes? Otros ven luz amarilla y dicen: Estu-dimoslo ms detenidamente antes de correr el riesgo de comprometernos en algo tan novedoso.Otros ven luz roja: Llegan a la conclusin de que la intercesin de nivel estratgico no se debepracticar en absoluto, mucho menos recomendar a los cristianos en los seis continentes.

    No es raro ver este tipo de reaccin. Los cientficos sociales proponen lo que ellos llaman Teo-ra de la difusin de la innovacin, por la cual explican que cuando se introducen nuevas ideas enlos sistemas sociales se pone en movimiento un proceso previsible. Generalmente hay cuatro cla-ses de respuestas consecutivas a las iniciativas de los innovadores: 1) La adhesin temprana, 2) la

    adhesin media, 3) la adhesin tarda y 4) la no adhesin. Esto ocurre tanto en la comunidad cris-tiana como en la sociedad en general. Muy pocos recuerdan que cuando el innovador Robert Rai-kes propuso la Escuela Dominical se levantaron fuertes crticas en su contra desde muchas direc-ciones. Lo menciono porque ahora vivimos en una generacin en la cual sera sumamente rarohallar un lder cristiano que por principios se oponga a la Escuela Dominical.

    La controversia ms intensa toma lugar durante el perodo de la adhesin tempranera, que esprecisamente donde se encuentran hoy da las ideas relacionadas con la guerra espiritual de nivelestratgico. Durante mis cuarenta y cinco aos de ministerio ordenado me ha tocado actuar a tra-vs de varios de estos ciclos de difusin de lo novedoso. En la dcada de los setenta muchos ata-

    5 K. Sjberg, Winning the Prayer War, New Wine Press, Chichester, Inglaterra, 1991, p. 60.

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    caron el Movimiento de Crecimiento Eclesistico, molestos con nuestro nfasis en los nmeros, enel pragmatismo consagrado, en la prioridad de la evangelizacin o en el principio de la unidadhomognea. Estos ya no parecen ser asuntos candentes. Luego, en la dcada de los ochenta,John Wimber y yo fuimos abucheados por nuestras enseanzas sobre el poder de la evangeliza-cin, la sanidad divina, los milagros y la expulsin de demonios. Hoy da son muy raras las vocesfirmes que an objetan estos principios.

    [p 33] Damos la bienvenida a las discusiones a veces enrgicas que hemos experimentadoacerca de la guerra espiritual de nivel estratgico. Nuestro nfasis se pone en la planificacin espi-ritual, el arrepentimiento identificatorio, el don de profeca y los hechos profticos. Quienes inter-vienen en la polmica, vengan de donde vengan, expresan sinceramente varias opiniones, expo-nen debilidades, sugieren correcciones y por sobre todo llegan a un consenso cada vez mayor. Nome agrada la crtica, pero soy receptivo a ella porque estoy seguro de que mis conclusiones se hanevaluado prolijamente. Sobre todo, mantengo un buen grado de confianza de que razonablementepronto nos estaremos moviendo dentro de la etapa de adhesin media, en la cual la controversiacomenzar a calmarse.

    EL DILOGO ACADMICOUna de las seales alentadoras es que la discusin sobre la guerra espiritual de nivel estratgi-

    co est comenzando a penetrar en los foros de dilogo acadmico. Por lo general las nuevas ideasgeneradas a travs de ministros de primera lnea se experimentan por un mnimo de diez aos,antes de que se llegue a un dilogo teolgico serio en las agendas de los acadmicos. Esto fue loque ocurri con el crecimiento de la iglesia y con la evangelizacin de poder. Sin embargo, con laguerra espiritual est sucediendo mucho ms rpidamente.

    Como ejemplo, pienso en mi amigo Ralph Winter, fundador del U.S. Center for World Mission[Centro Estadounidense para la Misin Mundial]. Conozco bien a Ralph; durante aos fuimos cole-gas en la facultad del Fuller Seminary School of World Mission. Ralph es una persona cautelosaque evala con mucho detenimiento las nuevas ideas. Nunca fue promotor de ministerios de poder,aunque tampoco fue uno de los crticos. Sin embargo, comprometido por completo con la evangeli-zacin mundial escribi un nuevo libro, Thy Kingdom Come[Venga tu reino] que se entreg a cadauno de los cuatro mil delegados a la Consulta Global 2000 d.C. [p 34] sobre Evangelizacin mun-dial en Sel, Corea, en 1995. En l, Ralph dice lo siguiente:

    Satans mantiene poblaciones enteras en esclavitud. No podemos rescatar ni una solaalma de sus manos sin desafiar su autoridad en ese grupo particular de personas.6

    En los grupos en que no hay un adelanto real, la lucha es un choque de poder entre elEspritu de Dios y los poderes de las tinieblas. Por eso la oracin es primordial. De ah que losevangelistas asiticos dicen que primero deben atar al hombre fuerte antes de entrar en un pue-blo que permanece en tinieblas esperando por la gran luz.7

    Debemos recordar que habr una feroz resistencia al llevar la luz a lugares de tinieblas. Elconcepto bblico de tinieblasno es simplemente la ausencia de luz, sino la presencia de una per-sona maligna y destructora. Por eso los reinos de este mundo no cedern fcilmente.8

    POR QU ESCRIBO ESTE LIBROCuando a principios de nuestra dcada acept la responsabilidad de coordinar la Red de GuerraEspiritual y la Senda Unida de Oracin, entend perfectamente que algunas de nuestras ideas po-dran provocar cierta controversia, pero no pens que sera llamado a escribir una apologtica querequiriera un libro entero para nuestros experimentos en muchas partes del mundo. Noquerahacerlo, ya que desde 1980 haba recibido un claro mandato direccional de Dios de no participar en

    6 R.D. Winter, Thy Kingdom Come, William Carey Library, Pasadena, 1995, p. 11.7 bid., p. 12.8 bid.

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    polmicas; quienes estn familiarizados con mis escritos saben que he obedecido ese mandato dela mejor manera dentro de mi capacidad.

    He adquirido una responsabilidad que no busqu al convertirme en el pararrayos principal de lacrtica hacia lo que se volvi [p 35] un asunto importante para muchos lderes cristianos. Ahora miesfuerzo produjo un libro que presenta una explicacin persuasiva para el ministerio de intercesinen el nivel estratgico sin comprometerme en polmicas. Mi diccionario define al polmico comoalguien que argumenta en oposicin a otro. Esto es lo que espero evitar. No intento probar queotros estn errados a fin de demostrar que estoy en lo cierto. Por tanto, en la medida de lo posible,evitar citar personas con las cuales disiento. Al mismo tiempo, ser concienzudo al presentar po-siciones opuestas imparciales y exactas. No voy a tratar con personalidades sino con asuntos.

    Entiendo perfectamente que este no ser un esfuerzo fcil. No me considero exento de la ad-vertencia que Walter Wink hace de manera elocuente: En polmicas religiosas es axiomtico quelas personas tienden a evaluar su propia posicin religiosa en trminos de sus mejores modelos y alas religiones que desea atacar por sus peores.9 Una vez o a Ed Silvoso decir que tendemos ajuzgarnos por nuestras intenciones, mientras que juzgamos por sus acciones a aquellos con quie-nes disentimos. Tratar de no hacer esto.

    LOS JUEGOS DE GUERRA Y MI TEOLOGA

    Hay una buena dosis de emocin en lo que dicen algunos de mis crticos. Uno sugiere que no es-tamos proponiendo guerra espiritual, sino simulacros de guerra. Otro nos ve tratando ms conmitologa que teologa. Algunos piensan que al promover la guerra espiritual en el nivel estrat-gico desacreditamos enormemente a Dios y a la gloria del evangelio. Se nos ve como promotoresde un mtodo mgico que socava el poder de Cristo y glorifica el de Satans. Algunos nos acu-san de terminar con sincretismo misiolgico porque elegimos trabajar desde un paradigmaanimista ms que desde un paradigma bblico. Se nos acusa tambin de operar desde una epis-temologa imperfecta y de ser parte de una erudicin extremadamente irresponsable.

    [p 36] Varios temas clave han surgido por las discusiones de los ltimos aos, los que tratarde exponer en este libro. Una diferencia clave de opinin yace en el interrogante sobre cunta au-toridad nos ha dado Jess como discpulos. Algunos creen que toda la autoridad que se nos da es

    para confrontar poderes demonacos unidos a individuos, y que nos salimos de las fronteras cuan-do sugerimos pelear espiritualmente contra espritus territoriales. Por el contrario, yo tengo un con-cepto ms literal de la declaracin de Jess en Lucas 10:19: He aqu os doy potestad[] sobretoda fuerza del enemigo. Existen serios cuestionamientos de epistemologa, hermenutica, histo-ria y evidencia bblica encerrados tanto en mis conclusiones como en las de quienes disientenconmigo.

    El resto de este libro tratar con estos temas centrales.

    UN MENSAJE CONCILIATORIO

    Antes de entrar en materia deseo recalcar que entiendo claramente lo que implica tratar con unasunto de responsabilidad. Muchos toman una posicin contraria a la guerra espiritual estratgicaporque piensan que los coaccionaremos a ser como los que abogamos por ella. No desean sercolocados en nuestro molde en contra de su voluntad. Piensan que nos han odo decir que los cris-tianos destacados son los que van a la primera lnea y hacen la oracin de guerra, y quienes no lohacen se hallarn en una categora inferior. Debo admitir que si pensara que alguien me tratara deese modo tambin me opondra a l.

    Soy un firme creyente en la diversidad de dones en el Cuerpo de Cristo como lo saben muybien los lectores de mi libro Sus dones espirituales pueden ayudar a crecer a su iglesia. La totali-dad del cuerpo no puede ser un ojo. Sobre todo, los miembros del cuerpo que parecen ms dbi-les, son los ms necesarios (1 Corintios 12:22). El amor de Dios es para quienes llama al frente ypara quienes llama a sostener a las tropas en la lnea del frente a travs de la oracin y el apoyo.

    9 W. Wink, Cracking the Gnostic Code, Scholars Press, Atlanta, 1993, pp. 4243.

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    Esto encaja muy bien dentro de la ley de guerra del Antiguo [p 37] Testamento. Cuando Diosestaba preparando sus tropas para tomar la tierra prometida hizo invitar a que volvieran a su casaa los que acababan de edificar su casa, de plantar una via, de casarse o que temieran la batalla(ver Deuteronomio 20:18). Quienes guardaban el equipo militar y las provisiones tendran unarecompensa tan justa como quienes haban ido a la guerra. El rey David dijo ms tarde: Conformea la parte del que desciende a la batalla, as ha de ser la parte del queda con el bagaje; les tocarparte igual (1 Samuel 30:24).

    Admito que no siempre he sido tan cuidadoso como debera al decir esto. A veces mi entusias-mo por hacer retroceder al enemigo de modo que se salven ms almas ha excedido mi tacto y minecesidad de mostrar respeto y honra para quienes tienen diferentes llamados y ministerios en laiglesia que los mos, por esto pido perdn. Un amigo dice que su iglesia es llamada al dormitorio(intimidad con Dios) y no al campo de batalla(a confrontar los poderes). Deseo bendecir a quienesson llamados al dormitorio tanto como a quienes son llamados al campo de batalla.

    Puesto que en este libro intento justificar la guerra espiritual en el nivel estratgico como uno delos actuales ministerios legtimos de la iglesia, mi oracin es que prevalezcan la unidad y el respetomutuo. Despus de todo, Jess sent una pauta elevada para nosotros cuando or al Padre: Paraque todos sean uno; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellos sean uno en nosotros;para que el mundo crea que t me enviaste (Juan 17:21).

    PREGUNTAS DE REFLEXIN1. Piense en un equipo de intercesores orando mientras se efecta una importante reunin cristia-

    na. Lo ha experimentado en el pasado? Lo sugerira para el futuro? Cmo podra hacerse?

    2. [p 38] Cree factible que se puedan tener en su comunidad creyentes tradicionales y carismti-cos orando juntos de manera regular?

    3. Nombre y examine los tres niveles de guerra espiritual hasta que est seguro de entender lasdiferencias.

    4. En qu sentido podemos decir que algunas veces la oracin es un fin en s misma y que otrasveces es un medio para un fin.

    5. Enumere los cuatro mtodos de oracin hacia la comunidad desde fuera de la iglesia. Luego citetantos ejemplos como pueda de cada uno.

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    [p 39]

    CAPTULO DOS

    CMO SABEMOS LO QUE SABEMOS? EVALUACINDE LA EPISTEMOLOGA

    ENTIENDO QUE PARA LA MAYORA ES NECESARIO EXPLICAR LA palabra epistemologa.Todos tenemos un sistema intrnseco que nos permite diferenciar lo verdadero de lo falso. No

    creemos todo lo que omos, pero cmo trabaja ese sistema de discernimiento? Cmo sabemosen realidad cundo algo es verdadero? Cmo sabemos lo que sabemos? En todo el mundo lamayora de las personas normales recurren todos los das a este sistema innato de discernir ques verdadero y qu es falso, sin detenerse a pensar si existe y cmo funciona. Esto es como saberla hora en su reloj da tras da sin saber ni preocuparse acerca de cmo opera la maquinaria inter-na. Hacemos esto constantemente.

    A la mayora de las personas les da lo mismo. En cambio, para los filsofos la diferencia esenorme, por lo cual han acuado el trmino epistemologa que, en lenguaje no filosfico, signifi-

    ca tratar de sacar a la luz cmo sabemos lo que sabemos.[p 40] INFORMACIN FIEL ACERCA DEL MUNDO INVISIBLE

    Si vamos a hacer oracin de guerra y a confrontar los poderes de las tinieblas en el mundo invisi-ble, es esencial que tengamos informacin precisa acerca de la naturaleza y la funcin de esospoderes.

    Esto hace surgir interrogantes cruciales en las mentes de los cristianos pensantes. Est dis-ponible tal conocimiento? Si es as, dnde se origina? Cmo accederemos a l? Cmo diferen-ciar lo verdadero de lo falso? Cmo podremos saber si algo es real, si es un astuto engao deSatans o es sencillamente un producto de nuestra imaginacin?

    Mi propsito en este captulo es llegar al fondo de tales preguntas de manera clara y prctica.

    S que se han escrito libros enteros en el campo de la teologa filosfica sobre el tema de la epis-temologa, pero pocos de los cristianos que en todo el mundo estn en primera lnea de la guerraespiritual estratgica tendrn siquiera la oportunidad de ver esos libros, mucho menos de tomarseel tiempo para explorar y desentraar sus intrincados razonamientos. Por tanto, no intentara escri-bir en este libro un captulo filosfico aun cuando poseyera las credenciales para hacerlo, las cua-les admito abiertamente no tener.

    Sin embargo, los cristianos responsables no podemos hacer caso omiso a los interrogantes quese mueven alrededor de cmo sabemos lo que sabemos acerca del mundo invisible. Previsible-mente, muchas de las crticas que he recibido contra mis conceptos relacionados a la guerra espiri-tual de nivel estratgico se enfocan en temas de epistemologa. Muchos creen que tanto otros co-mo yo obtenemos de fuentes errneas gran cantidad de nuestra informacin, y por tanto no se

    puede confiar en nuestras conclusiones. No hace falta decir que en cambio yo creo que nuestrainformacin proviene de fuentes confiables. Cmo podemos entonces saber la diferencia?

    Procuremos explicarlo en detalle.

    [p 41] REGLAS BSICAS PARA LA TEOLOGA

    Como he dicho, escribo este libro para tratar con los temas principales que mis crticos levantan.Creo que todos ellos estarn de acuerdo conmigo en que no somos enemigos. Como lderes cris-tianos, nuestras discusiones verbales o escritas deberan estar impregnadas por los frutos del Es-pritu. Espero poder estar de acuerdo sobre las reglas bsicas para tratar con los asuntos teolgi-cos que sostienen nuestros conceptos acerca de la guerra espiritual de nivel estratgico, la natura-leza del mundo invisible y nuestra autoridad en Cristo para confrontar los poderes de las tinieblas.

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    Si no contamos con tales reglas, entonces simplemente estaremos pasndonos el uno al otro comobarcos en la noche, resolviendo muy pocas de nuestras preocupaciones mutuas.

    Podemos en primer lugar estar de acuerdo en una definicin de teologa? Este sera un exce-lente punto de partida. Si es as, esta definicin podra ser el ncleo al que se le aadiran luego losdetalles que daran nuestras convicciones individuales. La siguiente es la definicin simplificada deteologa que he usado por aos; creo que podremos estar de acuerdo en ella:

    Teologa es un intento humano de explicar la Palabra y las obras de Dios de un modo razonable ysistemtico.

    Estar de acuerdo en esta definicin podr influir en nuestras actitudes. Nos ayudar a mantenerdelante del Seor y delante de los dems la humildad que todos deseamos. Mediante esa defini-cin llegamos a tener plena conciencia de que nuestros hallazgos tienen limitaciones ya que sonmeras posiciones humanas, a diferencia de la inspiracin divina. Adems, somos conscientes deque en el mejor de los casos estamos comprometidos en un intentoque por naturaleza dar labienvenida a futuras revisiones, en contraposicin a una conclusin dogmtica sentada en concretopara siempre.

    En este punto reconocemos el hecho obvio de que la teologa difiere de las Escrituras (vanseMateo 5:1719; Juan 10:35b; [p 42] 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20, 21). La Escritura no es humana

    en su construccin y contenido; por el contrario, es la Palabra inspirada por Dios. Por esto, no des-conozco el hecho de que los libros de la Biblia fueron escritos tambin por seres humanos, perocreo que los escritores bblicos fueron tan exclusivamente dirigidos por el Espritu Santo que susescritos caen dentro de una categora muy diferente aun de nuestra mejor teologa.

    REGLAS BSICAS EN RELACIN A LAS ACTITUDESEspero que podamos coincidir en que nuestras conclusiones teolgicas se puedan esparcir sobrelo que podramos llamar una gama de convicciones, que va desde lo no negociable hasta lodespreciable. Sin tal gama no habra tal cosa como hereja. Creo que quienes estamos enredadosen este debate acerca de la guerra espiritual coincidimos en que la hereja s existe y que estamosmutuamente comprometidos a evitarla. Adems, la gama nos recordar que no todas nuestras no-ciones teolgicas son de igual importancia.

    Mi amigo Ted Haggard expresa esto mejor que nadie. En su excelente libro Primary Purpose[Elpropsito primordial], nos da guas sobre las cuales los lderes cristianos de cualquier ciudad debe-ran basar su unidad espiritual, ilustrando diferentes ideas teolgicas al dibujar tres crculos con-cntricos. En el crculo central escribe: absolutos, en el del medio: interpretacionesy en el exterior:deducciones; luego, fuera de los tres crculos, escribe: opiniones subjetivas, preferencias persona-les, sentimientos y normas culturales.1

    Quienes nos aferramos a algunas de las ideas relativamente nuevas y a veces algo radicalesque rodean la guerra espiritual de nivel estratgico, la planificacin espiritual, el arrepentimientoidentificatorio y otros conceptos semejantes estamos muy de acuerdo sobre los absolutos teolgi-cos, muchos de los cuales estn verbalizados en el Credo de los Apstoles. Yendo hacia fuera delcrculo, reconocemos mutuamente que si bien podramos disentir en nuestras [p 43] deduccionesteolgicas (tales como cundo y cmo aplicar agua en el bautismo), este es en realidad un asuntode menor importancia. Estamos preocupados principalmente con el crculo medio de las interpreta-cionesteolgicas, que es lo que estoy tratando en este libro.

    Comprender esto ayudar de gran manera al tono de la discusin. En muchos casos puedensurgir firmes convicciones de una u otra interpretacin teolgica, las que no pueden estar totalmen-te divorciadas de nuestros sentimientos y emociones personales. Podemos amar y respetar muchomejor a quienes podran disentir con nuestras interpretaciones teolgicas si nos recordamos conti-nuamente que no estamos tratando con los absolutos teolgicos de la verdad revelada. Debo con-fesar que con frecuencia he sostenido tan firmes convicciones sobre mis interpretaciones teolgi-

    1 T. Haggard, Primary Purpose, Creation House, Orlando, Fla., 1995, p. 58.

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    cas que cuando leo la refutacin de algunas de mis ideas, pienso: Cmo puede fulano de tal sertan estpido?Luego, cuando todo va bien, me convenzo de mi actitud impa y pido perdn al Se-or. l me recuerda entonces que casi siempre mi crtico es por lo menos tan inteligente como yo,y que ama al Seor al menos tanto como yo.

    EL MINISTERIO GENERA TEOLOGAMi amigo y colega Ray Anderson, un telogo sumamente respetado, dice en la introduccin a uno

    de sus libros: Una tesis fundamental controlar esta discusin: El ministerio precede y produceteologa, no al revs.2

    [p 44] A primera vista, este no parece un asunto muy importante. Sin embargo, ha llegado a serobjeto de mucho debate entre telogos profesionales. El campo opuesto cree que la teologa debeser correcta a fin de preceder y producir ministerios correctos. Por mi parte, estoy de acuerdo conRay Anderson Aunque una buena comprensin teolgica produce un buen ministerio, creo queordinariamente el ministerio viene primero y la teologa es la consecuencia.

    Tome como ejemplo al apstol Pablo. Ray Anderson y yo vemos a Pablo como un telogo detarea ms que como un telogo filosfico. La teologa de Pablo se arraigaba ms en lo que experi-ment e hizo que en su preparacin rabnica. Cul fue por ejemplo la fuente de su cristologa, desu doctrina sobre Jesucristo? Lleg a sus conclusiones por una exgesis sistemtica de las Escri-

    turas mesinicas del Antiguo Testamento, las cuales, como rab ilustrado, conoca muy bien? No,la cristologa de Pablo se basaba en su experiencia con Jesucristo mismo en el camino a Damas-co. Slo entonces las Escrituras mesinicas comenzaron a tener sentido para l.

    Tomemos un ejemplo ms reciente: William Carey. Muchos de nosotros ubicamos el comienzodel movimiento misionero moderno en 1793, el ao en que Carey fue de Inglaterra a la India comomisionero. La historia asegura que este era un zapatero a quien Dios llam para que fuera un mi-sionero precursor. Esta fue una innovacin, una idea radical en las iglesias britnicas de aquellosdas. Cuando William Carey comparti su visin con algunos de los clrigos de la iglesia en su da,estos rechazaron directamente su sugerencia con palabras como estas: Joven, si Dios desea sal-var a los paganos en la India, lo har sin su ayuda o sin la nuestra; sintese, por favor. La claraimplicacin es que la teologa de ellos, que refleja mucho la sabidura teolgica del da, los llev

    a creer que el ministerio de misiones en el extranjero era innecesario. Ellos tenan lo que conside-raban la teologa correcta. Adems podan [p 45] haber agregado lo que muchos de mis crticosdicen: Sus ideas no son bblicas!

    William Carey desde entonces ha llegado a ser un hroe para muchos de nosotros porque de-cidi ir a la India aun cuando los telogos le dijeron que no debera hacerlo. Como resultado delministerio de Carey en la India, no solo tenemos algunos de los comienzos del movimiento misio-nero moderno en general sino tambin el posterior desarrollo de una detallada y completa teologade misiones que se incluye en el rubro de misiologa. Muchos misiologistas hoy encuentran ob-soletas e irrelevantes las conclusiones teolgicas de los telogos britnicos de 1793. Mi punto esque el cambio fue forzado no por astutos razonamientos teolgicos sino por la experiencia del mi-nisterio. Esto no significa negar que el Espritu Santo utiliz el estudio de Carey, tanto de las Escri-turas como de la historia, para su formacin espiritual. Sin embargo, en el caso del desarrollo de lamisiologa durante los ltimos doscientos aos, la teologa misionera ha emergido gradualmentedel ministerio misionero.

    Bien s que de mis afirmaciones algunos podran concluir que estoy menospreciando la teolo-ga en s, pero este no es el caso. La decisin de Carey de ir a la India se bas en su reinterpreta-cin de lo que en su era fue la comprensin tradicional de la Gran Comisin, por lo cual estoy di-ciendo que l debe haber tenido una teologa sobre la cual bas sus acciones. En ltima instanciano es lo uno ni lo otro porque el proceso es circular, con el ministerio motivando teologa y la nuevateologa motivando el consiguiente ministerio. Mi concepto es que, a largo plazo, lo que hacemos y

    2 R. Anderson, Theological Foundations for Ministry (Fundamentos teolgicos para el ministerio), William B. EerdmansPublishing Co., Grand Rapids, 1979, p. 7.

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    vemos hacer a Dios a travs de nuestro ministerio es con ms frecuencia un punto de partida parael posterior desarrollo del anlisis teolgico, particularmente en el punto de transicin de la historiacristiana, antes que de otra manera.

    [p 46] NO ESTAMOS VIVIENDO EN TIEMPOS NORMALES

    Cuando miro la dcada de los noventa, veo a la iglesia cristiana en un perodo de muchos desafosy cambios. Como menciono en el captulo 1, vivimos una poca en que Satans se afirma contra el

    muro de la Ventana 10/40 y cuando el cumplimiento potencial de la Gran Comisin es una probabi-lidad real por primera vez en la historia. Junto con George Otis hijo, y otros, estoy convencido deque Satans est ms profundamente atrincherado en la Ventana 10/40 como nunca lo ha estadoen ninguna otra parte del mundo; en consecuencia parece que nuestro esfuerzo misionero nuncaha sido ms formidable. Por tanto, no deberamos considerar extrao que Dios vea oportuno pro-veer a su pueblo con herramientas que nunca antes habamos conocido.

    Esta provisin ocurre particularmente en la dcada de los noventa, aunque sus races retroce-den muchos aos en algunos sectores de la iglesia. Creo que Dios est ahora dando a su fuerzade misioneros la ms grande infusin de poder que ha tenido desde el tiempo en que William Ca-rey fue a la India en 1793. Los elementos clave de su infusin de poder que estn surgiendo enesta poca son la guerra espiritual de nivel estratgico, la planificacin espiritual y el arrepentimien-

    to identificatorio.Puesto que estos conceptos son muy nuevos para muchos, de manera inevitable los telogos y

    misilogos hacen preguntas legtimas:

    1) Estn bblicamente justificadas estas nuevas ideas?

    2) Son teolgicamente correctas?

    3) Tienen antecedentes en la historia de la Iglesia?

    Estos son los interrogantes que espero tratar en este libro.

    LAS LIMITACIONES DE PETER WAGNER

    Tratamos aqu con interpretaciones, como dira Ted Haggard, y no [p 47] con los absolutosde

    nuestra fe; por tanto, debemos admitir que en el cuadro entra necesariamente gran cantidad desubjetividad. Me agradara pensar que soy siempre objetivo al llegar a mis conclusiones, pero seradeshonesto pretenderlo. Debo admitir con franqueza que tengo preferencias y limitaciones. Debidoa que mi teologa refleja la experiencia de mis ministerios y la teologa de mis crticos refleja la su-ya, no debera extraarnos que tengamos diferencias en ciertos puntos.

    Cules son entonces mis preferencias y limitaciones? Voy a mencionar algunas de ellas.

    El llamado principal de mi vida ha sido a la evangelizacin mundial, no a la filosofa ni la teolo-ga. Mi profesin es de misilogo, no de pastor. Mi especializacin como misilogo es el crecimien-to de la iglesia, no la historia o teologa de las misiones ni la antropologa misionera. Veo la guerraespiritual de nivel estratgico como algo importante para todos estos aspectos de mi vida y ministe-rio. En cambio, es posible que los pastores, filsofos, telogos, historiadores, antroplogos, etc., no

    vean la guerra espiritual de nivel estratgico con la misma perspectiva. Por consiguiente podremosdisentir en ciertos puntos.

    Por naturaleza me veo ms orientado hacia metas que hacia procesos. La aplicacin me parecems importante que la teora. Las teoras que considero mejores son, francamente, las que funcio-nan. Aunque he sido criticado por esta posicin, trato de ser tan pragmtico en mi ministerio comoel apstol Pablo: A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos (1Corintios 9:22). Coincido plenamente con John Wesley, quien dijo: Observara cada puntillo u or-

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    den, excepto donde la salvacin de almas es lo que est en juego. En eso prefiero el fin a los me-dios.3

    No voy a comprometer absolutossino mis interpretaciones[p 48] que, lo admito, estn influidasen gran manera por lo que pueden o no producir en el avance del reino de Dios.

    Finalmente, soy ms proftico que pastoral. Algunos pastores que conozco han objetado laguerra espiritual de nivel estratgico, porque al involucrarse en ella se puede exponer a sus practi-

    cantes a los contraataques del diablo. Ellos estn preocupados por el bienestar de sus rebaos yesta es una preocupacin natural. Como mencion en el ltimo captulo, desean que sus iglesiassean como dormitorios donde los creyentes experimenten intimidad con Dios ms que campos debatalla donde su pueblo enfrente al enemigo. Si yo fuera pastor, bien podra haberme unido a ellospero, como he dicho, no es este mi llamado. Su temor sobre un posible contraataque del enemigoest bien fundado porque sabemos que toda guerra implica bajas y la guerra espiritual de nivel es-tratgico no es la excepcin.

    He hecho una prctica en mi enseanza y ministerio el ayudar a reducir las bajas de la guerraespiritual a un mnimo, pero no estoy bajo la ilusin de que podamos reducirlas a cero. Nuestroenemigo en verdad es formidable, y no estoy entre quienes han cometido el error de subestimar suira o su poder de daar al pueblo de Dios. Sobre todo, la Biblia nos dice que entre quienes abren elcamino en la derrota de las fuerzas del mal estn los que menospreciaron sus vidas hasta lamuerte (Apocalipsis 12:11). Por una parte lamentamos que, segn David Barrett, este ao posi-blemente unos 156.000 mrtires morirn por Cristo. Sin embargo, por otra parte podramos regoci-jarnos de que estos constituirn 156.000 reveses para Satans y su causa del mal!

    ESTAMOS MOLDEADOS POR NUESTRA CULTURA

    Nadie ha ayudado, ms que Charles H. Kraft, a quienes venimos de iglesias occidentales a enten-der nuestras tendencias culturales. Su gran libro Christianity with Power[Cristianismo con poder]ha ayudado a millares a ir a travs de lo que l llama un cambio de paradigma, el cual los liberade mtodos de pensamientos racionalistas-cientficos [p 49] y les permite entender la realidad decmo opera el mundo invisible.

    No importa dnde nacimos o nos criamos, todos estamos inmersos en una cultura particular y

    su consiguiente punto de vista. No todos ven el mundo a su alrededor de la manera que lo venotros. Los individuos que tienen diferentes puntos de vista dan diferentes interpretaciones y signifi-cados a los mismos acontecimientos, patrones de conducta, objetos o costumbres con los cualesentran en contacto. Esto tambin se aplica a los cristianos que pueden entender un mismo pasajebblico de diferentes maneras, porque han sido moldeados por diferentes culturas.

    Charles Kraft llama nuestra atencin al concepto de que, en muchas maneras, las personas quehan sido moldeadas por las culturas del Tercer Mundo tienen una habilidad inherente para enten-der ciertas enseanzas bblicas ms exactamente que los que hemos sido moldeados por las cultu-ras occidentales: Los personajes bblicos se parecan mucho ms a las personas no occidentalescontemporneas que a los euro-norteamericanos.4

    Esto me ayuda en gran medida a entender por qu encuentro relativamente pocas crticas a laguerra espiritual de nivel estratgico en mis frecuentes viajes a las naciones tercermundistas. Lamayora de los no occidentales que han puesto el grito en el cielo son los que han recibido prepa-racin teolgica en occidente o en instituciones cuyos paradigmas teolgicos han tenido la influen-cia arraigada de misioneros occidentales no crticos de sus propias convicciones culturales. Esprevisible que la mayora de las crticas provengan de quienes viven en occidente o de quienes lavisin del mundo occidental ha moldeado en alguna medida.

    3 Wesley se cita en And Are We Yet Alive?por Richard B. Wilke, Abingdon Press, Nashville, 1986, p. 62.4 C.H. Kraft, Christianity With Power, Vine Books, Ann Arbor, 1989, pp. 8788. Vase tambin C.H. y Marguerite G.Kraft, Communicating and Ministering the Power of the Gospel Cross-culturally, The Kingdom and the Power, ed.Gary S. Greig y Kevin N. Springer, Reagal Books, Ventura, CA, 1993, pp. 345356.

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    Por qu? Esto nos trae de regreso a la epistemologa, el tema de este captulo: Cmo sabe-mos lo que sabemos?

    [p 50] TRES CLASES DE CONOCIMIENTO

    Charles Kraft nos habla de tres clases de conocimiento: intelectual, observacional y experimental.Dice: En las sociedades occidentales debemos entender que cuando hablamos de conocimientousamos la informacin en el nivel puramente intelectual.5 Trazando su propio cambio de paradig-

    ma o de perspectiva, al creer que el poder de Dios en sanar al enfermo est vivo y es actual, Kraftdice que l nunca hubiera podido llegar a tal conclusin slo a travs del conocimiento intelectual.Comenz a cambiar su modo de pensar al observarcmo John Wimber y otros ministraban sani-dades fsicas con innegables resultados positivos. Sin embargo, el cambio fue completo solo cuan-do lleg al conocimiento experimental. Solo cuando l mismo or por los enfermos y los vio sanarmilagrosamente por el poder de Dios, se convenci para siempre que hoy da el poder sobrenaturalopera.6

    Algunos telogos occidentales se molestaron cuando Kraft comenz a ensear que nuestras in-terpretaciones de la Biblia se pueden afectar por nuestro modo de ver el mundo o que se puedenmoldear por lo que hemos observado o experimentado. Uno de ellos, cuyo nombre no mencionar,escribi un libro titulado: Is Charles Kraft an Evangelical?[Es evanglico Charles Kraft?]. Est por

    dems decir que sac como conlusin que las ideas de Kraft lo llevaron fuera de las fronteras delcristianismo occidental establecido. Aparentemente el crtico no pudo aceptar la idea de que, desdesus puntos de vista, otros pudieran tener instrumentos para interpretar partes de las Escrituras conms exactitud que l y sus colegas occidentales.

    En su destacado trabajo Christianizing the Roman Empire[La cristianizacin del Imperio Roma-no], el historiador Ramsay MacMullen nos dice que la mayora de los paganos que se convirtieronal cristianismo entre los aos 100 y 400 d.C. lo hicieron mediante un[p 51] conocimiento observa-cionaly experimental, no por lo que Kraft llamara un conocimiento intelectual. Alega que la motiva-cin que ms influy a llevarlos a un cambio de religin lleg primordialmente a travs de Fulanode tal crey en esto y aquello, porque vio o Fulano de tal hizo esto y aquello, por tantootraspersonas 7

    LA PALABRA DE DIOSCuando tratamos con temas de epistemologa, por lo general las crticas a la guerra espiritual en elnivel estratgico reflejan el temor de que mis colegas y yo podemos estar en peligro de diluir la au-toridad de la Biblia como Palabra de Dios. Algunos de los argumentos que hemos odo parecensugerir que defendemos ideas de poder espiritual mgicas y animistas, que contradicen lapureza de la enseanza bblica. Ven nuestras ideas como falsas porque supuestamente usamosun paradigma ms animista que bblico como base de nuestras conclusiones sobre algunas rea-lidades del mundo invisible.

    En respuesta afirmo categricamente que sostengo un elevado concepto de la autoridad bbli-ca. Estoy de acuerdo con el Pacto de Lausana que declara: Afirmamos la inspiracin divina, laverdad y la autoridad tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento en su totalidad como la nica

    Palabra de Dios escrita sin error en todo lo que afirma y la nica regla infalible de fe y prctica(Artculo 2).

    Aunque no deseara identificarme con alguna literalidad distorsionada y aunque reconozco queasociados con el trmino hay diferentes matices teolgicos, siempre he credo firmemente en lainfalibilidad de la Biblia. Deseo ser claro que coincido con mis crticos en afirmar que nada de loque hacemos o enseamos como creyentes en Cristo debera contradecir o violar ninguna ense-anza directa o indirecta de la Biblia. No cuestionamos la autoridad final del Antiguo o del Nuevo

    5 bid., p. 94.6 bid., pp. 9596.7 R. MacMullen, Christianizing the Roman Empire (A.D. 100400), Yale University Press, New Haven, CT, 1984, p. 62.

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    Testamento. Hasta donde me incumbe, [p 52] esto cae dentro de la categora de Ted Haggart co-mo un absoluto. Como ya he dicho, nuestras interpretacionesde la Biblia pueden diferir, y sin dudalo harn de vez en cuando.

    LOGOS Y RHEMA

    En el Nuevo Testamento se utilizan dos trminos griegos para describir la Palabra de Dios: logos yrhema. Parece ir unido a cada palabra un significado algo diferente, aunque los eruditos bblicos

    nos dicen que no podemos establecer una distincin absoluta entre la manera en que se usan, de-bido a que en ocasiones se hace en forma idntica. En pocas palabras, logosse refiere ms a me-nudo a la Palabra escrita de Dios (con excepcin a la referencia que se hace a Jess en Juan 1:1)y rhemase refiere con ms frecuencia a la palabra de Dios hablada directamente.

    Por ejemplo, durante su encuentro de poderes en el desierto con Satans, Jess utiliz el lo-gos, la Palabra de Dios escrita en el Antiguo Testamento, como arma con la que derrot al enemi-go en la guerra espiritual de nivel estratgico. Una y otra vez dijo al enemigo: Escrito est (vaseMateo 4:111). Por otra parte, cuando Pablo se vio involucrado en un enfrentamiento de poderescon Elimas el mago (o Barjess) en Chipre, us una palabra rhemadel Seor: Ahora, pues, heaqu la mano del Seor est contra ti, y sers ciego, y no vers el sol por algn tiempo (Hechos13:11). Pablo no poda haber hallado esta palabra de Dios en ningn libro del Antiguo Testamento,

    por lo cual no dijo escrito est como hizo Jess.Ambas formas de la Palabra de Dios, logosy rhemason fuentes de conocimiento vlidas y am-

    bas se deberan usar, como Dios indica, para confrontar al enemigo en la guerra espiritual. Pabloutiliza rhemaen Efesios 6:17 cuando habla de la espada del Espritu, que es la palabra de Dios.

    [p 53] LOS EVANGLICOS ESTN ACOSTUMBRADOS AL LOGOSEl profesor Jack Deere del Seminario Teolgico de Dallas experiment uno de los ms prominen-tes cambios de paradigma de los aos recientes. El mayor distintivo de esta institucin acadmicadesde su fundacin ha sido la llamada doctrina de cesacin. Esta declara que los dones espiri-tuales denominados dones de seales, aunque vigentes en los das de los apstoles, cesaroncuando termin la era de los apstoles y de aquellos a quienes impusieron sus manos. Por consi-guiente, dependiendo de quin hace la lista, la facultad de ese seminario ha venido enseando queen nuestros das no es bblico querer usar dones tales como los de sanidades, milagros, lenguas,interpretacin de lenguas, profecas y otros. Deere, un erudito bblico, ense la cesacin en elSeminario Dallas por aos con profunda conviccin al igual que sus colegas.

    La historia de su cambio de paradigma se cuenta en detalle en su destacado libro Surprised bythe Power of the Spirit[Sorprendido por el poder del Espritu]. A propsito, Deere se ve a s mismocomo una excepcin a la regla de que el ministerio produce teologa: Este cambio en mi pensa-miento no fue el resultado de una experiencia con ninguna clase de fenmeno sobrenatural. Fue elresultado de un paciente e intenso estudio de las Escrituras(nfasis suyo).8 De una u otra manera,or una palabra rhemade Dios lleg a ser la barrera ms formidable que tuvo que cruzar de todo elfenmeno sobrenatural que haba rechazado antes, pero que ahora comenzaba a aceptar.

    Deere afirma: La transicin ms difcil en mi peregrinaje no fue aceptar que las Escrituras en-sean que hoy da Dios sana y hace milagros a travs de creyentes con dones. Lo que ms resisty tem fue lo ms convincente: aceptar que en la actualidad Dios todava habla.9

    [p 54] Puedo identificarme por completo con esto. Cuando siendo adulto me convert, me salie-ron mis dientes espirituales en la Biblia de estudio de Scofield, y crea que la cesacin reflejabasanamente la doctrina cristiana. Serv por diecisis aos como misionero en Bolivia con misionesque solo aceptaban cesacionistas como misioneros. Adems obtuve dos postgrados en dos presti-giosos seminarios teolgicos (Fuller y Princeton) en los cuales se enseaba en relacin al tema deor directamente de Dios:

    8 J. Deere, Surprised by the Power of the Spirit, Zondervan Publishing House, Grand Rapids, 1993, p. 23.9 bid., p. 212.

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    1. Cuando el Nuevo Testamento habla del don de profeca, quiere decir una predicacin bblicadoctrinalmente sana.

    2. En el presente no hay nada revelador de la actividad de Dios. Esto significa que la revelacincompleta de Dios a los humanos est contenida en los sesenta y seis libros de la Biblia. Todo loque pretenda ser Palabra de Dios y no se halle en las Escrituras es revelacin extrabblica y portanto se debe rechazar como fuente de conocimiento espiritual autntica y digna de confianza.

    3. A la luz de estos asuntos se considera inaceptable decir algo como: Estoy haciendo esto porqueDios me lo dijo. Dios no nos habla directamente fuera de las Escrituras y los cristianos educadosno pretenden decir que lo hace.

    No hace falta decirlo, tanto Jack Deere como yo ahora creemos que hoy da Dios habla a supueblo directamente y que siempre lo ha hecho. Mi buena amiga Cindy Jacobs, quien ha puestosus excelentes enseanzas acerca del don de profeca en su ms reciente libro La voz de Dios,influy en mi cambio de paradigma.

    Deere dice: Despus de aos de experiencia prctica e intenso estudio sobre la expresividadde Dios, hoy da estoy convencido de que en verdad l habla aparte de la Biblia, aunque nunca encontradiccin con ella.10 El ltimo libro de Jack Deere en el [p 55] momento en que escribo estees un tratado completo acerca de cmo opera hoy el don de profeca: Surprised by the Voice of

    God[Sorprendido por la voz de Dios].Jack Deere y Peter Wagner son dos evanglicos tradicionales y ex cesacionistas entre un n-

    mero rpidamente creciente de otros que creen en una fuente vlida de conocimiento divino, a tra-vs de lo que algunos llaman revelacin extrabblica. Me atrevo a decir que la doctrina evangli-ca distintiva de logossolamente, tal como se ha enseado hasta aqu, podra muy pronto hallar-se en la lista de doctrinas en peligro, prximas a la extincin. Como siempre, no cesar de recal-car que cualquier pretendida revelacin extrabblica que contradiga o viole la Palabra escrita deDios se debe rechazar ipso factopor los cristianos fieles. La Biblia permanece como la nica prue-ba final y autorizada de la revelacin divina. Sus sesenta y seis libros constituyen un canon cerra-do.

    PODEMOS APRENDER DE LAS OBRAS DE DIOS?

    Hasta aqu hemos visto que recibimos conocimiento vlido acerca de Dios y del mundo invisible atravs de su Palabra escrita y por or su voz cuando nos comunica directamente sus pensamientos,confirmndolos a menudo mediante grupos con quienes mantenemos continua comunin en ora-cin. Podemos tener tambin informacin [p 56] exacta acerca de lo sobrenatural por observar oexperimentar las obrasde Dios?

    Mis crticos hacen con frecuencia esta pregunta. Algunos de ellos piensan que puede ser acep-table relatar una ancdota acerca de algo que Dios ha hecho para ilustrar una enseanza derivadade las Escrituras; pero que no deberamos esperar aprender nada nuevo acerca del mundo invisi-ble por observar o experimentar a Dios en accin.

    Cuando al principio de este captulo propuse mi definicin de teologa, como un intento huma-

    no de explicar la Palabra y las obras de Dios de modo razonable y sistemtico suger a propsitoque screo que las obras de Dios constituyen fuentes de valiosa informacin. Me agrada lo quePaul Hiebert dice en su bien conocido ensayo The Flaw of the Excluded Middle [La falla del me-dio excluido]. Comienza por recordarnos que cuando los discpulos de Juan el Bautista comenza-ron a dudar acerca de si Jess era realmente el Mesas, l respondi, no con pruebas lgicas,sino con una demostracin de poder en la curacin de los enfermos y expulsin de malos espri-tus.11 Jess no realiz una nueva serie de milagros para convencer a los discpulos de Juan; sim-

    10 bid., p. 214.11 P.G. Hiebert, The Flaw of the Excluded Middle, Anthropological Reflections on Missiological Issues, Baker Books,Grand Rapids, 1994, p. 189.

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    plemente les mencion algunos que ya haba realizado. En otras palabras: Jess se refiri a anc-dotas, tal vez mejor descritas como narraciones.

    Jess no fue el nico que us la prueba de las narraciones para verificar verdades importantes;los escritores de los evangelios las utilizaron tambin. Mucha de la validez del cristianismo, incluidala resurreccin, se sostiene en base a narraciones. El hecho de que tales relatos son verificadospor su inclusin en la Palabra escrita de Dios es una importante observacin, pero no anula la vali-dez de otras obras de Dios que