construccion de estado

5/16/2018 CONSTRUCCION DE ESTADO - slidepdf.com

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CONSTRUCCION DE EST ADOEN CHILE

Historia reversa de la legitimidad

Gabriel Salazar



UNIVERSIDAD ARCIS MAESTRIA EN CIENCIAS SOCIALES

CONSTRUCCION DE ESTADO EN CHILE:

LA HISTORIA REVERSA DE LA LEGITIMIDAD (*)

Gabriel Salazar

1.- La marcha de Lazaro

"EI pasado no se puede reconstituir. N i podem os devolverle la

vida a lo s m uerto s ni d ev olverle el trabajo a lo s q ue 1 0 perd ieron

'" EI pasado se fue. Que Ie vamos a haeer. Las injusticias las

com etieron otros" (P . A ylw in. L a E poca 6/08/93, p.l).

"La doctrina nos une, la realidad nos separa; por 10 tanto, callen

la realid ad, en seften la do ctrin a. E n 68 ta n o h ay rico s n i po bres, ni

esclavos ni libres. S610 hay D ios, la verdad. C errandoJos ojos ala realidad, vivirem os la paz y la unidad. E ste cam ino pretende

hacer la unidad por el im perativo del dogm a" (U n cristiano de

base. P olicarpo 62 , 1 988 ).

Este trabajo se refiere a "10 que pudo haber sido y no fue". A los proyectos sociales que, una

Vel luchados e n la arena decisiva, perdieron su chanee hist6rica. U na vez , yon-a vez . Q ue, aun

despees de todo eso, sin em bargo, ni se pulverizaron bajo el lapidario requiescat in pacem , ni

se evanescieron en la ucr6nica ilusi6n de '10 que pudo haber sido.de no haber sido como

fue' .Sinoque, al contrario , se replegaron a esa zona - fronteriza pero siem pre hist6rica - de '10

qu e no fue, pero que, en y por su propio dejar de ser, sigue siendo '. En una palabra: se refierea la historia reversa de los derrotados, que no pudieron revertir las injusticias perpetradas

sobre ellos por sus vencedores, y que - por ser los m uchos que son y haber estado donde siguen

estan do - tam po co pud iero n an on ad ar la po rfiad a rea1id ad de su s pro pias id entid ad es.

E l objetivo de este trabajo es inspeccionar los pianos superpuestos y contrastantes sobre los

c ua les, tipic amen te , se h an d esliz ad o lo s p ro ce so s h ist6 rico s d e c on stru cc i6 n esta ta l e n C hile .

(*)Ponencia presentada en el Seminario-Taller "Problemas bilt6ricOi de la modernidad coatemporanea en Chile".

orpnizado por SUR Profesionalel. el Deptmo. de Historia de la Univerlidad de Santiago y la Maestrla en Ciencias

Sociales de la Univenidad ARCIS. Agosto-Noviembre 1993.

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E xam inar, especialm ente, la O POSlC lonentre los pIanos anversos del proyecto politicofinalmente oficializado, y los pianos revers os del proyecto social desaforado; el

d es doblam ie nto d e lo s p ro ce so s c on stitu ye nte s, e ntre u n a lto ramal c on sp ic uo d e dom in ac io n,

y u n b ajo ram al cau tiv o d e o btu racio n, S e p rete nd e su brav ar u na p ro blematica h ab itu alm en te

a ca ll ad apo r lo s polit ic os y obv iada por c ie nt is ta s s oc ia le s e h is to ria do re s; a s aber : la d ef ic it ar ia

validacio n d e los derechos sociales a la legitim idad del F~mdo.

S e p ostula, adem as, q ue el derecho social a la legitim id ad del E stad o no solo es un 'princip io '

teorico,civico 0 politico, sino tam bien que debe ser, - por sobre todo -, el m as fundam ental de

los derechos humanos (DDHH, en adelante). Pues solo ese derecho, si efectivam ente

p racticad o, p ue de g aran tiz ar q ue lo s p ro ceso s c on stru cto re s d e E stad o n o fu ncio nen como v iaIibre para el despliegue selvatico de los m as fuertes ("poderes facticos''). P ues es de sobra

sabid o q ue lo s "poderes facticos", al irrumpir, cifien traje dictatorial, y al retirarse, to ga de

legislador; qu e, po r ello, dejan tras si - en garantia de p erpetuaci6 n - un (so cialm ente espureo )

'derecho constitucional'. L as violaciones de los D DHH a la vida provienen, de m odo casi

invariable, fisicam ente, de esos toboganes hist6ricos de pragm atism o duro; pues alii

losprocesos constructores de E stado (quintaesencia de la historia) no estan, sino por rara

ex cepcion, sujetos a etica so lidaria, 0 a derecho participativo. Es la existencia de tales

toboganes 1 0 que induce a postu lar que los DDHH no pueden ser reducidos (com o suele

hacerse) a principios juridicos de invocaci6n ex post (esto es, despues de consum ada su

v iolacion); sin o desarrollados com o un derecho activo d e im plem entaci6n preventiva, concapacidad para generar un control social perm anente y efectivo sobre cualquier proceso

hist6rico que devenga en E stado. EI derecho a la vida y a la integridad de las personas s610

pue de n l os c iu da da no s g a ra ntiz arlo media nte e l e je rc ic io d e o tro d ere ch o a un ma s fu nd amenta l:

el de tener una participaci6n protag6nica - em anada de sf y ante sf - en el proceso de

co nstru cci6n del ord en so cial y politico (justo ) que h a d e regir hist6ricam en te su ex isten cia

terrenal e ) .

Es notable que los padres de la ciencia social (des d e Em ile D urkheim a Talcott Parsons, y

des de K arl M arx hasta A lexis de Tocqueville) hayan fundado su teoria sobre un axiom a

com partido: que to do sistem a so cial y politico debe tener, como co ndicion de organicid ad yestabilid ad, en sus orig enes tanto com o a 1 0 larg o d e su h isto ria, u na 'alta ' leg itim id ad so cial

e ) . L a historia , sin em bargo, dem uestra que esa ha sido una co ndici6n te6 rica, un principio

Un desarrollo mayor de estas ideas en G. Salazar: "Derechos Humanos y comunidades locales en Chile"

(Ponencia presentada en la Conferencia Sur-Sur de DDHH, Universidad de Lund, Lund, Suecia, mayo de1993)

2Unexamen global de este problema en P. Corrigan & D.Sayer: The Great Arch: English State Formation as

Cultuural Revolution (Oxford, 1985).

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MAESTRIA EN CIENCIAS SOCIALES===========================================UNIVERSIDAD ARCIS

abstracto que se ha dilu ido en el juego practico de las normas de funcionam iento (laleg itim idad com o ajuste form al a las leyes fund am entales legadas po r lo s po deres facti cos ) y

anon adad o en los tob oganes d ond e el sistem a global se au to-repro duce. L a legitim idad no h a

op erad o en la h isto ria com o fu erz a ciud adan a, sino , pred om inan tem ente, como ret6 rica para

ju stif ic ar c on stru cc io ne s ile gitima s. B ajo la m ira da h ist6 ric a, e sa a du lte ra ci6 n se h ac e v is ib le

no s6lo en los (abusivos) regim enes dictatoriales, sino tam bien en aqueIIas (vacilantes)

d emo crac ias cu yo s lid ere s d eb en , p or "raz on es d e E sta do ", semb rar o lv id o so cial, a o bjeto d e

cos echa r e sta bilid ad po liti c a.

C ab e p reg un tar e n C hile a ctu al: las m asas so ciale s q ue fu ero n d ic tato rialm en te sep ulta das en

la h isto ria re ve rsa y d emocr atic amente in vita da s a o lv id ar su a ntig ua id en tid ad , l,c 6mo se estan

relacionando con el sistem a (ahora legal) que las venci6? l,H undiendose a si m ism as en la

avalancha de los "nuevos tiem pos", adorando los iconos de su vencedor? l,Sofocando su

legenda rio ins tinto de "volve r"? l,0 es que, ya en el fondo, estan reagrupandose, levantandose

lo s uno s a los o tros e iniciand o una larga aun que n aufragada 'm arch a de L az aro', u na tortuosa'tr an sic i6n po r aba jo '?

Digamoslo d e o tra m an era: l,q ue h ay bajo "el tedio" q ue, cual con vid ado d e piedra, petrifica

ho y la b aja sociedad civil? l,Que historia revers a despolitiza la m ente pero no la sangre de la

ju ven tud popu lar? l,Q ue d ecapitaci6n de suefios dep rim e a lo s hom bres viejos y los aleja de la

p olitic id ad ? l ,No s era , a ca so , e se h alo d e ile gitim id ad que , d es de e l p rin cip io , n ub lo e l re cie nte

proceso de construccion estatal en Chile? l,Ese 'problem a historico ' que nuestra

co ntemp oran eid ad - ta ntas v ec es mo demiz ad a - n un ca h a resu elto ?

2.- Sepultando la legitimidad.

A I haeer el balance de los procesos de construccion de E stado en C hile, resta un saldo neto de

a nomaIia s, q ue d enota n ile gitim id ad . Son , e ntre o tra s, la s sig uie nte s:

En primer lugar, en cada uno de dichos procesos, se observan intervenciones de rasgodictatorial por parte de las Fuerzas A rm adas. S e observa tam bien que, en el contexto de esas

in te rv en cio nes, lo s m iemb ro s d e lo s C om ites C on stitu yen tes (en C hile n o h a fu nc io nad o jam as

una A sam blea C onstituyente elegida por el pueblo) fueron designados por la autoridad, no

electos por la ciudadania. Los proyectos de Estado que esos com ites, a puerta cerrada,

d iscu tiero n y aco rd aro n, fu ero n fin alm en te impu esto s a la n acio n sin d elib eraci6 n in fo rm ad a,

y den tro de un a atm osfera m ilitarm en te co ntro lada. P rocesos de este tip o se desarro IIaro n en

las co yu ntu ras d e 1 82 9-3 3 (q ue impu so el p ro yecto Iib eral-au to rita rio d e D ieg o P ortales); d e

1 92 4-3 2 (q ue imp uso el p ro yecto lib eral-cen tralista d e A rtu ro A lessan dri), y d e 1 98 0-8 9 (q ue

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impuso eJ proyecto JiberaJ-vigilado del General Augusto Pinocnet) (').

En segundo lugar, se observa en esos procesos que los actores sociales (y sus expresiones

politicas)que propugnaban un proyecto estatal diferente al finaJmente impuesto, fueron objeto

de una 'acci6n constituyente' definidamente factica: represi6n policial y militar, destierro o /y

exilio masivo, exclusi6n politica y descaJificaci6n publica; a menudo, con violaci6n de sus

DDHH, perdida de sus bienes y, aun, de sus propias vidas. Todo eso, durante una decada 0

mas, fue padecido por "los pipiolos", despues de 1829; "los subversivos y anarquistas",

des pues de 19] 9, y "los marxistas", despues de 1973. Cabe seftalar que, con tales

denominaciones, se aludia globalmente a importantes sectores de pequeftos y medianos

productores, trabajadores asaJariados, intelectuales y dem6cratas de todo tipo, que sumabanentre 35 y 50 % de la sociedad civil.

En tercer lugar, se observa que los constituyentes designados por la autoridad (en su mayoria,

abogados0 politicos profesionales vinculados a las elites mercantil- fmancieras) tendieron de

modo invariable a construir un modelo de Estado esencialmente politico (no social, ni

economico); esencialmente liberal (no corporativo, ni socialista), y esencialmente centralista

(no federal,ni comunaJ).Que, determinados por esa tendencia., s610debatieron en profundidad

lasrelaciones entreel Poder Ejecutivo y el Legislativo; es decir: eJ funcionamiento del sistema

que regia por dentro a la clase politica civil. En este mismo sentido, se observa tambien que,

concluida la redaccion del nuevo texto constitucional, la autoridad "decreto'' su puesta enplebiscito 0, simplemente, su promulgacion; sin dar lugar, en ningun caso, a la deliberaci6n

ciudadana. En consecuencia., las comisiones constituyentes descartaron la posibilidad de que

las variables econ6micas y los proyectos de accion de los actores sociales ligados a ellas

constituyeranWl fundamento valido para reorganizar, sobre el, la estructura central del Estado(4).

En cuarto lugar, pasada la coyuntura constituyente, el Estado asi establecido, de una parte,

continuo discriminando a los vencidos (s610 que pasando de la discriminacion fisica a la

ideologica);mientras desplegaba, de otra, un discurso oficial de auto - legitimaci6n, que exijia,

en aras de la unidad patriotica, olvidar las luchas pasadas (amnesia hist6rica como raz6n deEstado). Confundido en el proceso regular de la politica, ese doble discurso se filtro en todos

lospIanosde la vida civica : en los procesos legislativo y judicial, en los de instruccion publica

3G. Salazar: "Grandes coyunturas politicas en la historia de Chile: ganadores (previsibles) y perdedores

(habituates)", Proposiciones 16 (1986).

4Para la coyuntura constitucional 1978-89, ver, de E. Ortega: Historia de una alianza (Santiago, 1992),

especialmente pp. 151-94

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MAESTRIA EN CI ENCIAS SOCIALES= = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = = =UNIVERSIDAD ARCIS

(relig iosa,civ il y m ilitar), en la retorica d e lo s rito s in stitu cio nales y - last bu t n ot least -, en la

reconstitucion 'cientifica ' del pasado. L a m em oria y la am nesia historicas, asi reguladas y

compartim en tad as, co ng elaro n en el ciu dad an o m edio to do recuerd o d e au ton om ia so cial (es

decir, su legitim idad com o 'actor'), anim ando en cam bio Ja im agen de los constructores del

E stad o y de las n orm as y realiz acio nes h echas po r ello s (es d ecir, la leg itim idad del sistem a).

E n quinto lugar, se observa que, ya en su fase de m adurez historica (cuarenta 0 cincuenta anos

despues), el Estado tendio a fluir sobre dos procesos: uno superior, donde se planteo la

'n ecesid ad ' d e reform ar el reg im en "presid encialista" im pu esto en la fase fu nd acio nal, parapasar a otro "parlam entarista", apropiado a la fase de m adurez ; y otro inferior, donde se

d iscu tia - au nq ue sin in ten cio n co nstitu yen te - como racio naliz ar la crecien te in flu en cia d el

capital extran jero en la eco nom ia nacio nal y como n eu traliz ar, al m ism o tiem po , la crecien te

ag itacio n d elictu al y /o su bv ersiv a d e las m asas popu lares. S e o bserv a tam bien q ue, m ien tras

los problem as del proceso inferior se estim aron controlables, se creyo oportuno pasar, en el

proceso superior, del presidencialism o al parlam entarism o; m as, cuando el problem a

econ6m ico y social se considero critico y am enazante (respecto a la estabilidad del sistem a

g loba l),s e c re yo n ec es ario volv er d el p arlamen ta rismo a l p re sid en cia lismo. S e obs erv a tambie n

que, cada v ez q ue se pro du jo este 'reto rn o', el E stado se h allaba en u na fase d e crisis estru ctu ral

por i legitim idad social creciente.Y esa fue, ya no su fase de m adurez , sino de senilidad: era elm om en toju sto para q ue se abrieran lo s to bo gan es d e la h isto ria y se estim ulara el pragmatism o

ilim itado de los poderes facticos, E l ciclo com pleto podia, pues, repetirse. D e este m odo, se

observ aq ue to do s los pro blem as d e la so cied ad ten diero n a reso lverse altern and o un d iscurso

p\D"8Jllenteecn ico y sin cron ico para tiem pos d e estabilid ad (esto es: aju stan do lo s m ecan ism os

i n t e r n o s d el m ism o E stad o, a h istoria cerrad a), y o tro pu ram ente pragm atico y d iacron ico , para

tiempos ine stable s, de h is to ria abie rta .

S e o bserv a en d efin itiv a q ue, en lo s reiterad os proceso s d e co nstru cci6n y reco nstru cci6n d el

E sta do en Ch ile , la c la se p olitic a m ilita r y la clase po litica civ il, en tacite c ola bo rac i6 n co n la s

elites m ercantil- financieras, han side m as determ inantes y protag6nicas que los actorespropiamente sociales (sobre todo los de tipo popular) y, aun, m as que la m isma masa

ciudadana.Que, p or e llo , e so s p ro ceso s h an te nid o u n ca ra cter c en tra liz ad o y c en tra liz ad or,q ue

en el largo plazo han reforzado de modo sistem atico el centralismo de '10 politico ' y el

m a rg in alismo d e '1 0 s oc ia l'. S 61 0 en e l p erio do 1919-1925 e l movim ie nto po pu la r - in sp ira do

por L .E .Recabarren - dinamizo un proceso al term ino del cual llego a autoconvocarse y erigirse

e n u n a a ut6 nomaA s amb lea C on stitu ye nte , d e c laro se llo 'so cia l'. P ero e ste e ve nto fu e ig no ra do

por los lideres de am bas clases politicas, y el m ovim iento que 10 genero fue reprim ido y

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desmantelado. Una gruesa paletada de amnesia oficial cay6 m a s tarde sobre todo eso C ) .

Ni la Historia ni las Ciencias Sociales han intentado, al menos sistematicamente, dar cuenta

de estas anomalias y promover altemativas de mayor Iegitimidad. En cuanto a esto, puede

decirse que han mantenido una tacita complicidad con los cerrados procesos centralistas que

aqui se denuncian (6).

3.- Transiciones (anversas y reversas).

l,Se esta debatiendo hoy, en Chile, el problema de la legitimidad? Es probable que, en el

contexto de la "modemidad avanzada", la hegemonia indisputada de los "sistemas derelaciones" haya concluido por anacronizar todas las "esencias sociales" (con su clasica

expresion en los Estados nacionalistas y populistas) y, con estas, el problema mismo que en

esta ponencianos preocupa C ) . A una mirada reversamente historica, sin embargo, bien puedequelasesenciassociales - yentre estas, la legitimidad - continuen siendo tema de preocupacion

y debate,sea a nivel de discurso, sea a nivel de 'habla' ~). Desde esta perspectiva, por ejemplo,

puedenobservarse, en Chile, cuando menos, cuatro pIanos superpuestos por donde se desliza,

algo soterradamente, el debate politico estrategico. Estos planos son: a) el de las clases

politicas gobernantes; b) el de los cientistas politicos vinculados al policy-making~ c) el de las

ciencias sociales de conexion principalmente academica y, d) el de las bases ciudadanas y

populares de conexion basicamente 'social'.

5G.Salazar: "La Asamblea Constituyente de trabajadores e intelectuales. Chile 1925", SllR D.T 131 (1992).

Cabe citar tam bien el esfuerzo de la confederacion de la Producclon y el Comercio, entre 1934 y 1938, por

introducir un Consejo Economieo y Social(coneertacion de actores sociales) en la maquinaria del Estado. Este

esfuerzo tam bien ha sido ignorado.

6Por esta complicidad y otras razones, Claus OtTe considera que las ciencias sociales se han constituido de

hecho eo "siervas pragmaticas del poder"y "de los admioistradores y responsables de la politica". Ver las

referencias que a este respecto hacer John Keane en la Introduccion del conocido Contradicciones en el

Estado de Bienestar, de Offe (Madrid, 1990), p, 17.

Esta tesis ha sido reiteradamente sostenida por Alain Touraine. Ver au "America Latina: de la modernizacion

a la modernidad", Convergencia 17 (1989). Tambien "Power and Protest in Latin America" en CEDLA

(Eds.): The Crisis of Development in Latin America (Amsterdam, 1991)

8La reposicion del tema de Ia legitimidad la estan haciendo los propios procesos de la modernidad tardia; en

particular, la "devolucien" de poderes desde el Estado a la Sociedad Civil. Ver S. Crook et

aL:Postmodernization: Change in Advanced Societies (London, 1992). No ha sido menos importante la accion

que,en este sentido, han desarrollado los movimientos por 108 derechos civiles y losDDHH. Por su parte, M.

FoucauJt ha repuesto el tema en au teorfa del poder; por ejemplo, en Genealogia del raciamo (Madrid. 1992).

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a) E I transite de las clases politic as.

En este nivel, cabe distinguir entre un debate adherido a los desplazamientos posicionales de

corto plazo que han estado realizando las clases politicas en relacion al Estado, y otro

proyectado a los ajustes tecnicos que ese Estado debera realizar para acomodarse mejor al

proceso histori co de mediano plazo.

Respectoal primer tipo de debate, el problema central radica en el desplazamiento posicional

queha estado realizando la clase politica civil (CPC, en adelante), a fin de ocupar electoral y/o

funcionariamente la miriada de oficinas publicas del Estado. Este movimiento se inicio en

1989, pero aun hoy (1993) no esta concluido (en verdad, la CPC no puede ni podra nuncaocupar definitivamente el Estado, sino, tan solo, parcial, transitoria y rotatoriamente). De

hecho,forma parte de unmovimiento mayor: la recomposicion de la CPC y el sistema nacional

de representatividades politicas (fuertemente desarticulados por el golpe miIitar de 1973),

proceso iniciado en la segunda mitad de la decada de los 80, en interaccion con las protestas

populares. En estricto sentido historico, es un desplazamiento de individuos y grupos civiles

hacia el interior del nuevo Estado, tendiente a constituir dinastias representativas estables

(liderazgo politico nacional) y elencos burocraticos partidariamente disciplinados (cara

administrativa de ese liderazgo). Es un movimiento complejo, de rearticulacion de relaciones

intra-politicas e inter-institucionales que, de hecho, es mas lento que la electrizada nube

discursiva que de modo regular 1 0 recubre (en parte debido a la aparici6n de, como diceGiovanni Sartori, la "video-politica"). AI mirar en perspectiva, resulta evidente que la

recomposicion de la Cl'C y la reestructuracion del sistema de representatividades no

constituyensino la fase final del mismo proceso (historico) de re-construccion del Estado, con

el cual se refunden y al cual, en su ultima fase, determinan.

Tras su activa intervencion en las fases fundantes del nuevo Estado, la clase politica militar

(CPM, en adelante), a diferencia de la CPC, no tiene que moverse hoy para ocupar ese Estado

(1 0 hizo ya) sinomasbien para desocuparlo. Ni tiene sobre sf el imperativo peri6dico de ajustar

su representatividad (es un estarnento), de modo que no esta constreii.ida, ni a diversificarse

intemamentepara adecuarse a 'representados', ni a construir identidad desarrollando discursospublicos.LaCPM tarnpoco necesita reagruparse ciclicamente para rotar, en disputa con otros,

en las oficinas de comando del poder publico. Su modo eficaz de relacionarse con el Estado

no pasa por los circuitos competitivos pero cerrados de la constitucionalidad, sino por los

toboganes abiertos de la historicidad. Es su ventaja comparativa.

Ahora bien, el desplazamiento de la CPC hacia el interior del Estado de 1980 esta

obstaculizado, parcialmente, por el hecho de que ese Estado fue construido en su mayor parte

segun los criterios "super- presidencialistas" de la CPM. La CPC necesita, para realizarse

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plenamente - si hay paz socioeconomica -, no de un regimen luper-centralizado 0 autoritario,sinode uno "parlamentarista", semi-centralizado y en todo caso flexibilizado, porque solo alii

puede constituir y desplegar su diversificada dinamica representativa y corporativa. Su estilo

resultaantagonico con el verticalismo propio de Ia CPC. Con todo, en la coyuntura actual, ese

antagonismo no ha Uegado a un punto critico. De una parte, porque al hacerse inminente la

ocupacioncivil del Estado hiper-centralizado legado por el General Pinochet, la CPM opt6 por

admitir determinados niveles de flexibilizacion y parlamentarizacion del mismo. De otra

parte,porque la CPC intra-parlamentaria ha adherido unanimemente a la premisa mayor del

discursoestatal de laCPM: la identidad capitalista y neoliberal del Estado de 1980. EI senalado

antagonismo no ha incluido, pues - ni incluye -, el tema mayor de la reforma estructural del

Estado liberal de 1980, sino, tan solo, de su originalmente alta concentraci6n verticalista. EIproblema de la legitimidad no esta pues en disputa entre las clases politicas. En este aspecto

se da entre elias, mas bien, un consenso basico. En consecuencia, la puja de la CPC por

acomodarse en el Estado legado por la CPM no incluye ningun objetivo tendiente a

incrementar de modo sustantivo la participaci6n ciudadana en las decisiones publicas; ni 8

estatizar ni 8 socializar las decisiones automaticas del mercado, ni las public choices de los

grandes inversionistas nacionales y extranjeros. Ni populismo ni estatismo aparecen en los

nortesde lapenetraci6nestatal que practica la CPC. A cambio, tiende a esgrimir como bandera

la "seguridadciudadana"; la que, como principio, tiene dos ventajas comparativas: una, permite

implementarutiles 'ejercicios de enlace' con la CPM y, dos, permite legitimar en retrospectiva

(enclausula de defensa propia) cualquiera ilegitimidad perpetrada durante el (crudo) procesode State-building anterior 8 1989.

Con todo, el forcejeo entre ambas clases politicas no se reduce 8 la reagrupaci6n de la CPC

en el centro del Estado y de la CPM en la periferia del mismo. Tambien tiene que ver con el

problema de hasta que punto los DDHH - incomoda resaca que atenaza por iguallos pies de

los antiguos y los nuevos inquilinos de la oficina estatal - pueden, eventualmente, dejar

demasiado al desnudo la legitimidad historica del sistema liberal. En Chile, el alegato de los

DDHH no ha destapado aun la totalidad del escandalo, pero S I ha iniciado 1 8 "devolucion" de

los derechos desde el Estado a la Sociedad Civil. Por esto, es de obvia conveniencia elitaria

que esa resaca se mantenga flotando en superficies manejables. Pues, si se la dejara erosionara fondo los todavia debiles estratos amnesicos, darla pie para el desarrollo de cuestionamientos

profundos al rol historico de las FFAA - por ejemplo -, deslegitimando (cas i) todo 1 0 obrado

por elIasdesde 1973(0 aundesde antes). Un cuestionamiento de ese tipo, por contagio directo,

socavaria tambien las bases sustentadoras del Estado de 1980, obligando a la CPC - recien

acomodada en el - a desandar su linea de reconstitucion, retrocediendo hasta el trasfondo; 0

sea, hasta la sociedad civil, fuente de toda legitimidad. No es de menor gravitaci6n el hecho

de que la legitimacion de los DDHH haya iniciado el traspaso de la 'fuente' de los derechos

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desdeel Estado a las bases ciudadanas ("). Se comprende, por tanto - aunque no se justifica-,

que ni la ePM ni la epc hayan demostrado entusiasmo 0 voluntad politica para permitir queelmovimientode los DDf-ll-Idesenvolviera todas sus consecuencias historicas, y que se hayan

concertado a cambio (con sorpresa para muchos), para regularlo y contenerlo "dentro de 1 0

posible". En verdad, a esta altura del proceso, cualquier movimiento radical emanado de los

DDHH constituye, para ambas clases politicas, una amenaza dual a su ahora compartida

estabilidad. Como tal, no pueden menos que clasificar esa amenaza como un asunto atingente

ala seguridad de la Nacion. 0, al menos, como una buena "raz6n de Estado'', que las induce,

en 1 0 mas alto, a negociar sus respectivas cuotas de poder y estabilidad, y en 1 0 mas bajo, a

sellar mas hermeticamente los cofres explosivos hundidos en la memoria historica popular.

Se comprende que los desplazamientos cruzados de la CPC y la CPM en tome al Estado de1980 han concluido por desechar el debate original acerca de la naturaleza estructural de ese

Estado; es decir, respecto a sus relaciones de legitimidad con la sociedad civil. A cambio, el

progresivo entendimiento estrategico entre esas clases respecto a ese punto ha concluido por

privilegiar y publicitar un segundo debate (ver supra):el de la "modernizacion del Estado".

~Aque apunta ese debate? Fundamentalmente, a ejecutar ajustes tecnicos en los mecanismos

interiores del Estado, a fin de realizar en 1 0 nacional la idea intemacional, actual, de

'modemidad'.Esto, de una parte, significa reducir el tamafto burocratico y el peso protagonico

del Estado 'nacional', tanto para recortar los resabios populistas que aun distorsionan sus

escalas de operacion y costos, como para incrementar sus niveles modemos de eficienciaadministrativa. De otra parte, significa incrementar paralelamente el peso tecnocratico,

comunicacional y "meta-politico" de los grupos economicos y politicos privados (que actuan

a travesde agenciastambienprivadas) tanto del mercado nacional como tambien (y sobre todo)

del mercado intemacional eO) . Se trata, en suma, de reducir el peso corporativo del Estado

nacional,abrir espacio para la penetraci6n local de las public choices intemacionales y tomar

transparenteslas estructurasburocraticas a esa penetracion. Es evidente que este debate sigue

una logica 'trascendental' que margina la comunidad nacional e integra la comunidad

internacional;que diluye 1 0 privado interior en 1 0 privado exterior, y reemplaza una legitimidad

localpor una (supuesta) legitimidad mundial. La modernizacion del Estado, asi entendida, no

essino el reverse de la intemacionalizaci6n del Mercado; 1 0 que presupone un incremento de

9La enfatizacion de los derecbos civiles y la creciente exigencia de accountability a la clase politica y de

participation para las bases, esta acelerando el proceso de devoluci6n de poderes en todos los pafses

avanzados. Ver el best selller de D.Osborne et al.:Reinventing Government (New York, 1993)

10Ver EI Mercurio, ediciones de los domingos 8 y 15 de agosto de 1993, seccion Reportajes.

9




lacentralizaciondesburocratizada y de los controles difusos ( 11 ) . EI desarrollo de este debate

se rige por esa linea recta que une el Estado de 1980 con la modemidad exterior (no con la

domestica sociedad civil). Se comprende, pues, que, por la naturaleza tecnica, extravertida ydisolventede los temas que involucra, el debate sobre la 'modernizacion del Estado' no puede

ser un asunto de ventilacion publica (involucrando a toda la masa ciudadana), sino de ciclaje

mas bien privado, intemo de la clase politica (y de sus thinking tanks). La privatizacion del

debateacerca de la modernizacion del Estado abre, respecto al problema de la legitimidad, no

una linea en paralelo, sino en perpendicular, bajo cuyo Angulociego crece, en 90 grados, la

apatia ciudadana.

b) La ingenieria de los cientistas politicos.

Los intercambios y desplazamientos cupulares realizados por las clases politicas, y el avancede las tendencias 'devolucionistas' de la modernizacion estatal, han dejado a los cientistas

politicos recluidos en un campo epistemologico estrecho, de historicidad cerrada. lnducidos

por todo eso - y algo mas -, los cientistas politicos han trabajado, disciplinadamente, en el

interior del sistema, mirando todo el tiempo el interior del sistema, y desechando toda

epistemologia apropiada a las 'extemalidades' del mismo. En esa posicion, han terminado

practicando - son sus propios terminos - reiterados ejercicios de "ingenieria politica". Hasta

el momento, tales ejercicios no han hecho mas que retomar algunos de los viejos debates de

antaiio;en particular, aquel que gira en tomo a la cuestion de si la mecanica interior del Estado

debe ajustarse a un modelo "presidencialista", 0 a uno "parlamentarista" e 2). Para verificar,

vease la siguiente rapida inspeccion de este nivel.

Para Genaro Arriagada, por ejemplo, el colapso democratico de 1973 se debio, en 1 0

fundamental, al "presidencialismo", que era "minoritario en dos peligrosos sentidos": dentro

del electorado nacional y dentro del Congreso. En consecuencia, esta "falla constitucional" -

que"antecedia con mucho al gobiemo de Allende" - hizo posible una anomalia fatal: que "una

minoria conquistara la Presidencia de la Republica y pudiera gobemar en oposicion a la

mayoria del Congreso". Basado en la critica al presidencialismo (que tambien caracterizo en

sus inicios al regimen establecido por la Constitucion de 1980), Arriagada concluye que la

(mica forma de crear "gobiemos fuertes es avanzar hacia el parlamentarismo", donde una

IIVer el analisis del Estado hecho por S.Crook et al., op. cit., y por D. Harvey: The Condition of Postmodernity

(Oxford, 1990). La conclusion puede asimilarse al "poder circulante" examinado por M.Foucault en

Microfisica del poder (Madrid, 1977),0al "Secret State" que denuncia E.P.Thompson en D.Held et al. (Ed!!.):

State & Societies (Oxford, 1983).

12Colofonde ellofue ellargo debate que, al respecto, se realize con anterioridad a la eleccion de Eduardo Frei

como Presidente de la Republica.

10




"alianza de partidos con mayoria en el Parlamento" controle el Poder Ejecutivo, "reduciendoa l minimo los conflictos". Su fuente de inspiraci6n son las democracias de Europa Occidental

( 1 3 ) .

AIigualque Arriagada, Jose Luis Cea estima que "el presidencialismo reforzado precipit6 las

d o s peores crisis de nuestra historia republicana, es decir, las de 1891 y 1973". M a s aun: creeque "el Estado-Naci6n es demasiado grande y complejo como para gobemarlo a traves de

estructuras democratico-representativas disefiadas ... en las primeras decadas de este siglo". Por

esto, es hoy indispensable recurrir a la "ingenieria politico-juridica" que, en este caso, es util

para construir un regimen semi- presidencial e 4).

Para Francisco Cumplido, la crisis de 1973 prob6 que el presidencialismo en Chile "ha

fracasado"; sobre todo porque, por ser minoritario, tuvo que "gobemar al margen de la

Constituci6n y las leyes". Cree que 1 0 mejor es el parlamentarismo, pero constata que en el pais

el multipartidismo es muy fuerte (1 0 que conspira contra el regimen parlamentario), 1 0 mismo

que el personalismo (alessandrismo, freismo, pinochetismo, allendismo, ibanismo, etc.),

factores que 1 0 hacen inclinarse hacia un "sistema intermedio" e s).

HerruinLarrain coincide en que el presidencialismo (padre directo del "estatismo") habria sido

la causa de la "politizaci6n exagerada" que condujo a la crisis de 1973. Propone une

"modalidad parlamentaria descentralizada y desconcentradora" e6). Enrique Barros subraya

tambien la tesis de la "politizaci6n exagerada" provocada por el presidencialismo - no por los

partidos - antes de 1973. Recomienda un parlamentarismo de tipo frances e 7). Angel Flisfisch

se suma tambien a los partidarios del parlamentarismo. Sin embargo, el cree que 1 0 importante

es que la ingenieria politica examine la "cooperaci6n entre partidos politicos ... la formaci6n

de coaliciones gobemantes mayoritarias, la mantenci6n de esas coaliciones, y el tamafio de las

I3 G. Arriagada: "Despues de los presidencialismos, ;.que?", en O. Godoy (Ed.): Cambio de regimen politico

(Santiago, 1992), pp. 68 y 90.

14J.L.Cea: "Presindencialismo reforzado: criticas y alternativas para el caso chileno", en ibidem, pp. 112, 13

y 150.

1 5F. Cumplido: "Analisis del presidencialismo en Chile", en ibidem, p.153.

16H. Larrain: "EI pariamentarismo como desafio para Chile", en ibidem, p. 162.

17E.Barros: "La distrtbucien del poder en un regimen presidencial", en ibidem, pp. 163-203.

II




mismas" ( 1 S ) . A unque no de m odo directo, Tom as M oulian critica el presidencialism o en prod el parlam en tarism o, p ero d an do u na im po rtan cia cru cial a las p racticas "co nsen su ales" d e las

e l i t e s p oliticas. Fu ero n esto s co nsen so s lo s q ue, al p ro du cirse la id eo lo giz aci6n d e la p olitica,

se d eb ilitaro n, p rod ucien do la crisis d e 1 97 3 (19).

So lo Manue l A. Garret6 n se ap arta d e la d ico tomia p residen cialism o v ersu s p arlam en tarism o

a l insistir en que el problem a de fonda es la rearticulaci6n de las relaciones entre la sociedad

civil y el E stado. E sta tarea

"requiere un esfuerzo paralelo de densiflCaciOn y

reforzam iento de la soeiedad eiva y de reform« yd emo cra tiza ciO n d el E sta do , 1 0 q u e a pu nta al p ro blema cru cia l

de la par ti eipac iOn" (20).

Segun Garret6n, el problema no se reduce a coaliciones mas 0 menos, sino a Ia

" rees tr uc tu raci6n de l as r elaciones en tr e po lf tica y sociedad", y al n ecesario eq uilib rio entre el

"ext remo cupular" y e l " ex tremo b asista " ( 2 ' ) .

A Iigual q ue G arret6n, G iovanni S artori se escurre de la dicotom ia seftalada, pues, para el, "el

p arlamen ta rismo pue de fa lla r tan to y c on tanta facilid ad como el p resid en cialism o". Y agrega:

"La estabilidad gubernamental indica mera duraciOn; los

gobiem o« pueden tener larga vida y a L a vez ser im potentes: su

duracion no constituye de maner« alguna un indicador de

eficiencia 0 eficacia".

Se pregunta luego: "l,seria aconsejable que C hile adoptara un sistem a parlam entario?". Se

resp on de: "1 0 d ud o". C ree q ue d ebe b uscarse a1 go in term ed io ( 2 2 ) .

18 A.Flisfisch: "parlamentarismo, presidencialismo y coalicionel gubernamentalell", en ibidem, pp. 218 et seq.

19T.Moulian "EI regimen de gobierno y el sistema de partidos en el presidencialismo moderno", en ibidem,pp.

199-345.

20M.A. Garreten; "Derrumbe y recuperacion democraticoll a la luz del dilema presidencialismo-

parlamentarismo", en ibidem, p.213.

21Ibidem, p.214.

22G. Sartori: "Ni presidencialismo ni parlamentarismo", en ibidem, pp. 40 y 46.

12




Esta rapida inspecc ion de 1 0 que debaten hoy los cientistas politicos chilenos (y alguno de sus

colegas foraneos) revela no solo el ambito 'Estado adentro' que circunda la mayoria de losanalisis resumidos arriba, sino tambien la antigua cepa de ese debate, que se emparenta

historicamente con las discusiones 'modemizadoras' de mediados del siglo XIX

(parlamentarismo contra el reinante presidencialismo), 0 de comienzos del XX

(presidencialismo contra el reinante parlamentarismo). Como se observa, solo Garreton y

Sartori se apartan de los tecnicismos propios de esta dicotomia clasica; el primero,

revalorizandola "articulacion" entre politica y sociedad, y el segundo, destacando la "eficacia

real"(es decir, local) del regimen politico imperante. Desafortunadamente, el primero se situa

en una perspectiva fenomenologica mas bien esquematica, mientras el segundo se mueve en

unanalisis de posibilidades, sesgando las probabilidades.

c) EI (no)-debate de las otras ciencias sociales.

Circunscritos mas bien al ambito academico de las universidades 0 al semi-politico y

semi-social de las ONGs, los economistas no gobemantes, los sociologos no centralizados y

los historiadores en general, tienden a producir un pensamiento (a veces critico, a veces

neutral, pero casi siempre de impacto acotado) que, en conjunto, no logra acoplarse

organicamente al movimiento - anverso 0 reverso - de la opini6n ciudadana. En parte, por

tratarse de procesos de busqueda, y en parte, porque son practicas diluidas dentro de las

politicas globales interpuestas por los poderes centrales. Con todo, hay aqui un potencial de

desarrollo que no ha encontrado aun coyunturas favorables para eclosionar.

En ese sentido, es de significacion el trabajo que esta realizando el grupo de economistas

encabezadospor Oscar Munoz, de CIEPLAN. Para este autor, el Mercado - convertido hoy en

"el mecanismo central de decisiones economicas" - no es "autosuficiente", pues, en el largo

plazo, su acci6n resulta ca6tica sin la complementaci6n reguladora del Estado. Su hegemonia

total puede llevar a profundizar las desigualdades sociales, deteriorar la calidad de vida,

"sobreexplotarelmedio ambiente y la naturaleza" y subordinar valores tradicionales. Por ello,

se requiere de una institucionalidad que regule las relaciones entre empresarios y

consumidores, y los ajustes automaticos entre todos los agentes privados. Y es el Estado "el

principal agente responsable del desarrollo institucional" 03

). Su propuesta, sin embargo, noencuentra eco en otros cientistas sociales.

Entre los sociologos, las criticas de Alain Touraine al nacional-populismo latinoamericano, as!

como sus tesis anti-esencialistas respecto de las identidades popul ares, los movimientos

socialesy losmodemos "sistemas de relaciones", continuan inhibiendo 0 confundiendo - junto

2JO. Munoz (Ed.): Despues de las privatizaciones: bacia el Estado regulador (Santiago, 1983),pp. 17-48.

13




a otras importaciones ideologicas - la investigaci6n teorica altemativa f4). 0bien, forzando

dilemas que amenazan con dividir ia Sociologia y a los sociologos en dos bloques en pugna

(sistema versus sociedad civil; 0 mercado versus sujeto). En este contexto, la prudencia

inhibidora puede ser - y de hecho es - una virtud que asegura, al menos, la coexistencia

gremial. Enzo Faletto, por ejemplo, calla, autoexiliado en un organismo internacional.

M.A.Garret6n - como se vio - se autolimita a bosquejar agiles pero s610 fenomenologicos

esquemas de disidencia epistemol6gica. T.Moulian, por su parte, se deja arrastrar aun por la

historia vectorial de las "fuerzas politicas", neutralizando su posicion frente a los dilemas en

desarrollo.Norbert Lechner convoca a debatir las relaciones entre el Estado y el Mercado, pero

en WI plano general, sin proponerse cuestionar los consensos nacionales que en ese ambito han

cristalizado 0 5). Por otra parte, la producci6n sociologica del periodo 1984-88 y la

centralizacion consiguiente de sus autores (Jose J.Brunner, Eugenio Tironi, Guillermo

Campero,AngelFlisfischy Cristian Cox, entre otros) han creado un hito de prestigio y validez

quecensura de antemano cualquier ruptura de la unidad teorica que sostiene (precariamente)

al gremio sociologico. El resultado 'hist6rico' de todo ello, es, hoy, la encubierta hegemonia

(real)de lateoria social congruente con el modelo neoliberal, y la inhibida validez (potencial)

delasteorias sociales altemativas. Ello explica la paralisis que - en parte - parece afectar hoy

a laproduccion teorico-social en Chile.

E n 1 0 que hace a LaHistoria, el "peso de la noche" conservadora parece seguir hechizando, de

una U otra forma, el analisis politico. Con mucho, la tesis principal continua siendo la

consagrada por el triunvirato Alberto Edwards, Mario GOngora y Gonzalo Vial, a saber: que

el paradigmatico orden politico de mediados del siglo XIX (denominado ahora

"presidencialismo reforzado") fue descompuesto y roto por el parlamentarismo, primero, yel

social-democratismo,despues, provocando las crisis nacionales de 1891 y 1973 e 6). Esta tesis,

tipicamenteconservadora, se ha visto reforzada por las demoledoras critieas de los sociologos

criollos al nacional-populismo, y de los politologos extranjeros al Estado social- benefactor;

con1 0 cual, tras decadas de antagonismo, sociologos e historiadores coineiden en una postura

24EIreciente libro de A. Touraine: Critique de la modernite (Parfs, 1992), no contribuye a aclarar la confusion

sociologica, sino, mas bien, a incrementarla.

2 5N.Lechner (Ed.): Capitalismo. democracia y reformas (Santiago, 1991); T. Moulian: La forja de ilusiones.

[I sistema de partidos politicos, 1932- 73 (Santiago 1993).

26La m a s desarrollada expresien de elite paradigma esta en Mario Gongora: Ensayo hist6rico sobre la nocion

de Estado en Chile (Santiago, J 981).

14




conservadora y t rad ic ional is ta (27). A poyado sobre tan inesperada convergencia te6rica, el

mod elo n eo lib eral n o s6 10 se so stien e como una la rg amen te espe rad a restau rac i6 n h ist6 rica ,

sino- en term in os d e Tou rain e - c omo la (m ica a ltern ativ e a l "cao s p opu lista " f 8 ) . Los rec ien tes

aportes de Sergio V illalobos, A lfredo Jocelyn-H olt y C arlos R uiz - entre otros - a la historia

politica, siendo y todo valiosos en si m ism os, no han alterad o, en sustancia, ese cuad ro general;

m as bien, 1 0 h an reforzad o. (29). Lo m ism o puede decirse de la em ergente historia social y

econ6m ica(en la qu e este expositor se in scribe), en cuanto hasta aho ra n o h a lo grado co nstruir

una cabeza de puente, ancha y aut6noma, que perm ita pasar te6rica, historiografica y

practicam ente desde la ribera social a la ribera politica. Superando las m as bien dram aticas

descripciones de 'crisis', para centrar el analisis hist6rico en los 'procesos' que, junto con

explicarlas, pued en superarlas. L a raz6n de este em pantan am ien to pued e hallarse - entre otras

- e n q u e la co nstru cci6n d e ese pu en te presu po ne d esen cad en ar, d e man era p re via 0 en p aralelo ,

u na re vo lu cio n ep istemo l6g ica , m eto do l6 gica e in stitu cio na l e n la c ie ncia h ist6rica. E s d ec ir,

u na completa ren ov ac i6 n d e p arad igma . Y e sta n o e s u na tarea d e in div id uo s, sin o d e 'escu elas';

n i de corto, sino de largo plazo. Sin embargo, se trata de un imperativo social y grem ial

necesa rio e insos layab le .

d) La marcha reversa (0 discurso?) del sujeto popular.

Hoy h a c e menos de un lustro que la clase popular se jug6 literalm ente la vida contra el m odelo

neo liberal im pu esto a sang re y fuego po r los m ilitares eO) . Esa actitud Ie signific6 pagar un

a ltisimo e irre embo lsable c osto so cia l. P or 1 0 ta nto , n o h a d e e xtra ftar q ue e sa e xpe rien cia h ay a

quedad o grabada pro fu ndam ente en su m emoria hist6rica, so bre todo , en la H am ad a "ju ven tu d

de lo s 8 0".

A ntes de 1973, la c1ase popular tam bien se habia m ovido, con no m enos decisi6n, contra el

n eo libe ra lismo in terio r y ex te rio r, apo yan do en to nce s lo s modelo s n ac io nal-po pu lista s d e lo s

presidentes E duardo Frei (padre) y Salvador A llende. Por 10 q ue tam poco ha de extranar que

27 Las tesis anti-esencialista y anti-populista han sido compartidas por la mayoria de los sociologos

'ceatrallzados' y por la clase politica en el Gobierno.

28A.Touraine: "America Latina •••", op.cit.

29 Esde interes, sin embargo, el estudio de R.Cristi & C.Ruiz: EI pensamiento conservador en Chile (Santiago,

1992).

30 Utilizamosla expresion 'clase popular' en un sentido am plio e inclusivo (hombres, mujeres y nifios afectados

por situaciones de explotacion, represion y exclusion, que construyen, a partir de elias, redes de identidad y

de accion especificas), para evitar el reduccionismo conceptual 0funcionalista.

1 5



UNIVERSIDAD ARCIS MAE STRIA EN CIENCIAS SOCIALES

esas experien cias tam bien se h ay an g rabad o pro fu nd am en te en su m emoria h isto rica. S obreto do , en este caso , en la H am ad a "gen eracio n d el '68 ".

D espues de 1989, la clase popular, aceptando congelar buena parte de su m em oria hist6rica,

dej6 espacio a la esperanza de que la dem ocracia neoliberal que sucedi6 en el G obiem o a la

d icta du ra n eo lib era l d el G en eral P in oc he t, e n ta nto q ue 'd emo cra cia ', reso lv eria, a un qu e fu era

e n parte, su situ ac i6 n d e e xtrem a e xclu sio n, rep re si6 n y p ob rez a. C ua tro 0 c in co a no s d esp ues,

s e es ta g ra ba ndo e l s en tim ie nto d e que e sa d emocra cia , e n ta nto que 'n eo lib era l' (0 de mercado ),

careced e v erd ad era vo lu ntad politica para reso lv er d e m od o in tegral esa critica situ acio n. D e

m odo que ya no tiene sentido m antener viva la esperanza. En el hueco que esa agonia esta

d ejan do , crece, en cam bio, u na 'd ecid ida' apatia an ti-liberal. So bre tod o, en tre lo s jo venes d elos 80 y de los 90~ pero tam bien en los del '68.

L a memoria histo rica d e la clase po pu lar actu al esta pu es co nfigu rad a, a triple estrato , po r las

h uella sd e mu tip le s e xc lu sio ne s y re pre sio ne s lib era les y n eo -lib era le s, p or a cc io nes y apa tia s

an ti-liberales, como tam bien po r esperanz as y pro yecto s sociales 0 p olitic os d e o rie nta ci6 n

n o-liberal. Las d erro tas popu lares de 1 97 3 y 1 987 , pese a su in apelabilidad , n o parecen haber

bo rrad o en esa clase la m emoria d e eso s h ech os. i,Po dra bo rrarla el g iro experim en tad o po r la

percepci6n po litica del sistem a liberal, q ue an tes d e 19 89 v eia ese sistem a co n u n feo estigma

n eg ativ o en su fro ntis, m ien tras h oy 1 0 ve con un ejem plarizante em blem a positivo? ~Podra

e clip sa rla el tra stro qu e v al6 ric o d e la lu ch a a nti-lib era l, q ue an te s d e 1 98 7 c on vo ca ba a plau so sy h ero ism o, m ien tras h oy sim bo liz a o bso lecen cia e irracio nalidad ? l,P odra d esv an ecerla el

arrepen tim ien to de la Ig lesia C at6lica, q ue antes d e 1 987 optaba po r la realidad d e lo s po bres,

y ahora por la idealidad de sus dogm as?

E I giro en 180 grados que las orientaciones, signos y v alo re s p olitic os h an ex pe rim en ta do en

Chile en lo s u ltimo s 2 5 0 30 aflos responde m as, sin duda, a la 16gica de la m odem idad tardia

que a la de la 16gica popular. Es decir, tiene m as que ver con la tendencia intem acional a

consolidar la hegem onia de las "relaciones de intercam bio" (m ercantiles), la retirada de las

" re la cio ne s norma tiv as " (p olitic as), y la obs ole ce nc ia d e la s " id en tid ad es 0 esenc ias soci al es"

("). La cuestion es si esas tendencias - que representan la racionalidad estrategica de losgrandes y ubicuos centros intem acionales de decisi6n privada - pueden regular, a nivel

m icrosocial, las reacciones que en los individuos de pueblo desencadenan los giros y

co ntragiro s q ue esa racio nalid ad in tem acio nal in du ce, tan to a n iv el d e la po litica lo cal como

a nivel de los m ercados intem os. Es un hecho ya verificado que "los procesos organizados y

31C.Offe: "Crisis eo el maoejo de la crisis: elementos para una teorla de la crisis politica", en id.,

Contradicciones..., op.cit., pp.49-60. Para Offe, el area de regulaci6n eficiente producida por las "relaciones

de intercambio" se esta reduciendo a un "nuclee menor", debido a IIU propia naturaleza.

16




formadosa traves del intercambio (mercantil) conducen a resultados que no pueden manejarse

medianteel propio proceso de intercambio" e 2).

L a historiaeconomico-social de Chile revela que los model os de organizacion mercantil de la

sociedad (predominantes en los ultimos 160 MOS) no han sido eficientes, ni en resolver la

crisisintegral que afecta a su extenso estrato marginal, ni en producir procesos 'politicos' de

cambio social que corrijan los deficits del modelo mercantil. Estas deficiencias - que

puedenllamarse 'sindrome Sartori' - han constituido, por su cronica reaparicion, la principal

f u e n t e dedesarrollo de procesos altemos que corroen la estabilidad del sistema politico liberal

y la legitimidad del modelo mercantil. La memoria popular, atada como ha estado siempre aesa fuente - y en consecuencia, al 'sindrome Sartori' - es el germen del que han manado y

manan movimientos de incredulidad y apatia, que opacan y frenan los entusiastas giros

. copemicanosde la retorica liberal.

L a s derrotaspoliticas del proyecto social y los virajes del discurs0hegemonico no hacen sino

revolver la memoria y la identidad populares dentro de un mismo tipo de vida, en circuito

cerrado.En el cuadro global del modelo mercantil, el control de las periodicas agitaciones del

pueblomarginal solo es posible, a la larga, ensanchando el rol de '1 0 politico' hasta incluir la

zonainfectadapor la crisis de '1 0 social'; ensanche que, exactamente, lleva a reducir el territorio

de '1 0 mercantil'. De modo que, a fin de cuentas, el modelo liberal s6lo puede resolver susdeficits regulatorios recortando su propia esencia; es decir, echando mano de mecanismos

no-mercantiles.Este entrampamiento, que es poco percibido por las cupulas - donde el modelo

mercantilalcanzasusoptimos y donde la expansion de 1 0 politico no gatilla sino 'otra' rotacion

de las mismas elites -, es en cambio claramente perceptible en la piel del pueblo marginal,

donde, en cambio, el 'sindrome Sartori' escuece a fuego lento. Por todo esto, el giro

copemicanode los discursos hegem6nicos no parece tener capacidad suficiente para arrastrar

tras de s f y disolver la memoria e identidad historica de los sectores populares chilenos. A 1 0

m a s , podracubrirlas con nubes de perplejidad e incertidumbre. Las que, a mediano plazo, mas

queesterilizar, tenderan a fertilizar los (soterrados) procesos donde esa memoria e identidad

sereciclan y reproducen.

E n suma,latransicionchilenade la dictadura neoliberal a la democracia neoliberal ha impuesto

ala clasepopularel dilema del viejo cicambro: que adore hoy 1 0 que ayer quem6, y queme hoy

1 0 que ayer ador6. Los sujetos populares deben, por tanto, en obediencia al decreto ilustrado

de la modemidad, retorcer en su propia carne el giro de 180 grados trazado por el compas

mercantil.Extirpando, con ello, una memoria madura de, por los menos, 50 MOS. Cercenando

total0 parcialmente identidades hist6ricas trabajosamente constituidas.

32 Ibidem, p.45.

17




Blanqueandoos costos no reembolsados por el sistema. Desechando dinamicas de solidaridadyagrupamientolateral (tipicas de la era populista) y reemplazandolas por una acerada voluntad

individualistaorientada a conquistarpor si misma, hacia arriba, el exito mercantil e 3). La orden

deliliaemanada de la transicion chilena resono, en los oidos del bajo pueblo, como un dilema

a s610 dos salidas: j 0 ganan como individuos la batalla del mercado, 0 se pierden como masa

enel caos sin fin de la "anomia marginal"! f4).

Esedilema, vigente desde antes de 1989, ha concluido por producir un resultado hist6rico de

relevanciacentral: la reprivatizaci6n de (todos) los proyectos de vida del "bajo pueblo". Es

d e c i r , la asunci6nde todas las formas de pobreza por los mismos pobres, bajo el peso creciente

delos intercambiosmercantiles y el peso decreciente de los populismos de Estado y de Iglesia.E I hechocupular relevante (estrategico) ha sido y es la desocializacion notoria del hemisferio

inferiorde la politica, que, por abajo, se divorcia de 1 0 social des-potenciado (los pobres como

'clase');mientras, por arriba, ata su hemisferio superior a 1 0 social re-potenciado (es decir las

public choices internacionales de los grandes centros economicos e informaticos). En ese

contexto, las politicas sociales se desenraizan de su suelo natural (los pobres mismos), para

descendera ellos en ronda eliptica: en alianza y condominio con el Mercado. Es natural que,

al constatar ese tipo de hechos, los pobres tiendan a desenyugar sus esperanzas y utopias

macro-hist6ricas de los grandes marcos politicos, economicos y teoricos del Estado, para, a

cambio,embutirlas,a comode lugar, en la molecule estrecha de su propia despotenciacion. Asi

recogida y replegada, la historicidad popular no tiene mas espacio de reciclaje que lainterioridadde los propios 'sujetos' populares y sus micro-asociaciones marginales e s

).

Bajo la hegemonia creciente de las relaciones mercantiles, la identidad historica del bajo

pueblo se ha tornado, pues, exteriormente opaca, apatica 0 anomica, e interiormente densa y

transitiva.Las clases populares parecen haber ingresado, por ello, en un proceso de transicion

leota,cuya fase de descomposicion es publica y visible, mientras su fase de re-proyeccion es,

por ahora, en su mayor parte, privada e invisible.

33Para F.Fukuyama, la modernidad liberal ofrece, de modo exclusivo, el exito individual, aun en IIU forma

magnificada: la posibilidad "megalotbymica". Ver su EI fin de la historia y el ultimo hombre (Buenos Aires,

1993). Es esa oferta la que ha producido 10que H.Marcuse y J.Habermas ban llamado la "nueva reacd6n

termidoriaoa". Ver de J.Habermas: "La psique 'al termidor' y el renacimieoto de la subjetividad rebelde"

eo A.Giddens et 81.: Habermas y la moderoidad (Madrid. 1991), especialmente pp, 122-3.

34EI dilema, planteado original mente por A.Touraine ("modernidad 0 caos") subyace en el discurso anti-

populista de las elites chilenas post-transicien.

3SG.8alazar: "La historicidad social contemporanea. zinterioridad 0 exterioridad?", en Temas de Historia

(Universidad Cat6lica, 1994) (en prensa),

1 8




La 'descomposicion' se ha hecho evidente, sobre todo, en un generalizado repliegue a la

privacidad personal. El individualismo, creciente en todas partes, ha despoblado tanto las

organizaciones sociales tradicionales (juntas de vecinos, centros de madres), como las queemergieron bajo dictadura (ollas comunes, comprando juntos, grupos de resistencia, etc.);

haciendo descender, con ello, los indices historicos de asociacion, participacion y

movilizacion. Lo privado, como Wl hoyo negro, absorbe no solo la energia de '10 publico' (la

politica), sino tambien de '1 0 comunitario' (la movilizacion). Salvo excepciones notori as, la

luchapor la subsistencia0el ascenso social se ha convertido en una cuestion personal que eada

individuoenfrenta(ganando0 perdiendo), bajo su sola responsabilidad, frente al Mercado e 6).

En esa lucha, el (posible, pero escaso) 'exito' se simboliza en materiales niveles de consumo

y entretencion e 7). El consumismo y la television ocupan, en la identidad de los sujetos, el

lugar ocupado antafio por la carne asociativa 0 comunitaria (conciencia de clase, militancia,

grupos de resistencia 0 de autogestion) y la historieidad eoleetiva. Detras de esa logica delogros individuales campea un "salvaje" sentido realista del momenta historico ("l,que otra cosa

c a b e hacer?"), involuerando un ambiguo eonformismo con las politieas del Estado y la logica

del Mercado e s).

Por contraste, el (mas que probable) 'fracaso' en esa lueha gatilla la manifestacion reversa de

ese mismo realismo salvaje: el sentimiento de que no hay salida ("todos los poros estan

tapados"); la conviccion de que 1 0 unico que hoy tiene sentido es el aturdimiento auto-

aniquilante:la evasion definitiva de si mismo, via drogadiccion, alcoholismo 0 violencia contra

36Fabian: "De quedarme ahi...nunca. De quedarme en el hoyo y tier uno del monton, eso no. No soy de la idea

de decir 'loa pobres somos pobres y los ricos, ricoa'. Yo creoque no. Creo que estS el esfuerzo de cada uno

para ser cada vezmejor en experiencia. Si yo cometo un error, voy a estar expuesto a cometer otros, pero ya

no sera tan grave como la primera vez. Estare mas concientea," Luis: "Tu tienes razon ...Mis hermanos

terminaron de estudiar y estan trabajando, pero a mt me ha costado mas . ..Todos tenemos procesos diferentes

y tenemos Queadaptarnos a las condiciones posibles: yo tuve que ponerme a trabajar jovencito en la feria ... "

(faller de J6venes, Comuna EI Bosque, 4ta.sesion. G.Salazar et al.: Proyecto CONICYT 930008, 1993-4, en

desarrollo).

37Maria: "Mi familia, que es muy dada a las apariencias, entra en el juego de la posesion, y en eso van

adquiriendo bienes, cosas ...Nos cambiamos de casa, de Conchali a La Florida ... En 1982 mi papa se qued6

sin trabajo. EI viejo con eso se desmorona. Pasa a depender de mi mama. Pero ese mismo afio a ella se Ie

detectOun cancer, 1 0 que signific6vender todo. Desde la tele a color, la otra tele, un auto, despues el otro auto,

el comedor, el refrigerador ...Lo unico Que no vendimos fueron las camas" (Taller de J6venes, op.cit.,

6ta.sesion).

38"Los j6venes de hoy ya no son idealistas: son salvajemente reallstas, Como el capitalismo y consumismo

salvajes que les eneefian a ser as." (J.M. Leturia S.J., en ",Ombudsman?", Mensaje 428, 1994, p, 192).

19




todos ( 3 9 ) . La lucha de los pobres no se tensa, como antes de 1987, en el marco publico de las

polarizaciones politicas, sino al interior de desgarramientos privados, subjetivos e inter-

subjetivos.Como si los poderes hegemonicos, habiendo ya conquistado el control supremo delos espacios publicos y desactivado los dispositivos rebeldes hasta en el centro intima de la

privacidad, estuviesen ahora empujando 'el desecho' (los doblemente derrotados por la

modemidad) hacia su vertedero final: la auto-aniquilacion (40).

La individuacion esta encerrando a cada sujeto popular en el cerco (corrido) de su propia

memoria individual. Y alii, aprisionados en su propio pasado, algunos quieren recordar

mucho; otros, poco, y otros, nada. La memoria social del bajo pueblo tiende, por ello, a

fragmentarse,estratificarsey desencontrarse. Las experiencias acumuladas por cada generacion

se apilan una junto a la otra, sin tocarse 0 fusionarse: el viejo populismo masculino (exitoso

en los 60 y tempranos 70); el nuevo protagonismo femenino (creciente desde fines de los 70),y la protesta juvenil (abortada a fines de los 80 y comienzos de los 90) (41). A los efectos

desintegradores de la individuacion neoliberal se suma, por tanto, la fragmentacion tematica

y cronologica de lamemoriahistorica popular; el quiebre generacional. Con ello, las tendencias

asociativas laterales se deterioran y anulan, debilitando el sentido de comunidad 0 de

pertenencia a identidades colectivas. Como actor social, el bajo pueblo, pues, se desperftla.

{ ,Esta, por tanto, dejando de ser un 'sujeto historico', y transformandose en una 'masa anomica'?

39

Sofia: "Hasta que un dia ella (mi amiga) decidi6 irae de la casa. Tuvo confllctos con carabineros, Iba a discos,a fiestas, lIegaba a las tantas, Y se perdi6 como dos meses, Hasta que lIego a un hogar de menores, 0 una

carcel, donde paso tantas cosas feas que despuea me contaba ... No habia cambiado". (Taller de J6venes,

Com una EI Bosque, 3a.sesion, op.cit.),

4 0Bajola evidencia de que "todos los poros estan tapados", muchos jovenes optan por la droga, como una via

de mas ancha liberacion vital que las estrechas oportunidades que les ofrecen; sobre todo, porque "acorta

la vida". (A.Adduard, Informe Curse "Mantencion de Viveros y Areas Verdes", Comuna La Granja,

Proyecto FOSIS 13011602732-4; 1993-1994).

41Luis: "Uno de los grandes problemas de la actualidad, que esta muy desarrollado en la comuna, ell el

individualismo. La gente solo esta preocupada por desarrollar su satisfaccien personal y de su familia. Los

j6venes dicen: 'que gano con estar perdiendo el tiempo en reuniones latosas', No les interesa aprender ni el

arte, ni la cuJtura, H i la politica. Prefieren 'echar el pelo' con los amigos. Porque 1 0 1 jovenes no tienen proyecto.

Hay un vacio ideologico que se ha sustituldo por un consumismo desenfrenado. Se trata de disfrutar el

presente porque no hay proyecto de futuro para los jovenes" (Taller de Adultos No.1, Comuna San Joaquin,

1a. seslon, G.Salazar et al., op.cit.).

Jose: "Los j6venes ya no participan en la politi ca. Mas bien, no estan oi ahi. Porque ademas los viejos nos

utilizaron. Realmente nos utilizaron. Porque todo el trabajo 10 haciao los jovenes y los aplausos se los lIevaban

los viejos ... Es muy sucia la politica. Y 105viejos nos utilizao" (Taller de Jovenes, Com una EI Bosque, 2da.

sesion, ibidem).

20

._ _ . - , . . . .. ----------..-.~.




No obstante 1 0 anterior, no es dificil observar en el bajo pueblo, tambien exterionnente,

generalizadas actitudes y conductas que expresan, de un modo u otro, rebeldia, critica,

disidencia y oposicion manifiesta hacia el sistema imperante. Lo cual pone de relieve que, en

las bases populares, la 'individuacion' (consumista) exigida por el modelo mercantil, no ha

anonadado por completo aJ 'sujeto' (pensante), ni borrado del todo su percepcion historica del

'sindrome Sartori'.

Expresion tipica de ese 'sujeto' popular es, por ejemplo, su crftica al proceso de transicion a la

democracia. Pues esa transicion - en la que se depositaron alegres esperanzas - no cambio sus

condicionesde vida ni altere en 1 0 sustancial el sistema impuesto por el regimen dictatonalr").Siguen vigentes el cerco policial y, en contrapunto, el "odio al milico". Crece en cambio la

critica a las nuevas ofertas de la democracia: el municipio y las licitaciones publicas para

proyectos de desarrollo social (44). Se observa una desafiliacion generalizada de los partidos

politicos, mientras aumenta el rechazo al discurso y retorica de "los politicos" (incluyendo su

42En la investiKBcion realizada en algunaa comunas del sur de Santiago (Proyecto CONICYT 1930008) se ha

hecbo evidente que I a a mujeres adultas prefieren iniciar IUS recuerdos bilt6ricol delpuel de 1973 (cuando se

unieron en resiatencia e incrementaron su protagonlsmo de genero); 101 hombres adultos, en cambio, tienden

a recordar 10 ocurrido antes de esa fecha (cuando su rol y status en la socledad popular eran mayores que

hoy), mientras 100j6venes tienden a partir de la memoria Jigada a la (no) constitucion de 8U pro pia identidad

personal (es decir, concentrandose en la decada de los 80 090). EI concepto de 'masa an6mica' puede verse

en S.Moscovici: La psicologia de las multitudes (Madrid, 1985).

43"Todos teniamos la esperanza de que un gobierno democratico iba a cambiar el asunto. Que iba a haber mas

posibilidades para la gente con menos recursos, pero ya se ha visto que no. La cosa sigue igual. Se arreglan

losque tienen plata y los pobres seguimos siendo pobres, Ademas no ha cambiado tanto la represi6n porque

los pacos igual agarran a las personas que venden en las calles, igual las Ilevan. Y cuando uno hace una

protesta iguallo apalean. Nosotros tuvimos que hacer una toma y asi presionar al gobierno para tener una

casa" (Dirigente de Toma de PeiialoJen, a Claudia Concha.lnforme Proyecto TAC, 1993-4).

- "Hay muchas cosas que todavia estan muy atadas, Todavia estamos gobernados por el otro gobierno. Yo

veo eso: estamos gobernados por dos gobiernos. No por uno. Entonces nunca vamos a salir" (Pobladora de

La Pintana, a C.Concha & R.de la Fuente, en "Transicion a la democracia y organizaciones populares";Tesis de Licenciatura, Sociologia, U.ARCIS, 1993, p.99).

44Marcelo: "Hay un sentimiento generalizado de falta de Idennflcaclen con el Municipio, y de falta de

representatividad real por parte de las autoridades municipales. Para los trabajadores el Municipio no tiene

ninguna significacion. No existen form as de volcar 0vincular la experiencia laboral en el ambito comunal.

La relacien de los vecinos con el Municipio es meramente instrumental, y se da fundamentalmente a traves

de las Juntas de Vecinos. En esta comuna no existe movimiento obrero. Tanto los trabajadores como los

estudiantes pasan todo eldia fuera de la com una, de modo que la relacion que establecen con la cotidianeidad

comunal es minima. Esta com una es 'residencial'" (Taller de Adultos No.2, Com una Pedro Aguirre Cerda,

5ta.aesion, op.cit.),

21




apuesta a la m odem id ad) (45). La ap atia co nsig uien te ero sio na las p ra ctic as elec to ra les y lale gitim id ad d e la s o rg an iz ac io ne s so cia le s le ga liz ad as p or e l E sta do , 1 0 q ue a fecta so bre to do

a las Juntas de V ecinos (46). L os gru pos y redes de delincuentes com unes - en los que se

observa un notor io afan de profes iona lizaci6n y modern iz aci6n - vien en a reem plaz ar, de algun

modo , a las mu ltip les o rg an iz acio nes su bv ersiv as d el p asad o recie nte (47).

E n ese contexto, no ha de extraftar que los sujetos populares - individuados por el m ercado,

pero subvertidos por el 'sindrom e Sartori' - concluyan por buscarse los unos a los otros

conform e practicas de socialidad aut6noma que carecen de registros anteriores en sus

resp ectiv as m emo rias g en era cio nales. T ie nd en a su rg ir rela cio nes 'ca ra a ca rat, h oriz on tales;

f ra temidades incipientesque Henan la teralmente 1 0 q ue las re lacio nes v erticales d el sistem a h anvaciado de contenido asociativo. Las esquinas y los eriazos se van llenando de grupos

introvertido s, de apariencia tribal. L as m ujeres se v an agrupan do en iden tidades d e g enero y

comun id ad . S urg en mo vim ien to s ame bico s d e man comun alid ad (48). V iejos que se juntan a

revisar y ac tua li za r sus memor ia s de l popul ismo ~9). P oco a po co la so cialidad h oriz ontal, local

4 SJoaquin: "Hoy dis 101 partidol que eran de clase no tienen proyecto clare, Por eso la gente no cree en ellos.

No ban cambiado au dlscurso de lIeaar a la oraanizacion locial a manipularla y diriairla, lin importar IU

quiebre: 10 importante el aanar militante •• La forma de oraanizaci6n, entoncel, debe ser dlstlnta". (Taller

de Adultoa No.1, 1da.seaion, op.clt.),

46Joaquin: "La organizacion natural de los pobladores ha sldo la Junta de Yecinos. Durante la dictadura se

deslegitimaron, y frente ala tranaicion la gente se hizo expectatlvas de un cambio mayor. Pero eso no ocurre.

Entonces las Juntas de vecinos quedaron y liauen delpreltigiadal. No Ion OraanilmOI verdaderamente

representativos" (Ibidem, la.selion).

47Pobladora; "Nosotras, todo 10 que estamos haciendo es tratar que la gente entienda el dafio que hace (18 pasta

b as e), 1 0que pasa con los niiios•••practicamente, la muerte, Pero una no puede luchar contra la otra persona

porque se Ieviene encima •••Ellos viven de eso, Es la fuente de subsistencia para los que venden. ;,Quien se va

a tirar contra ellos? Ademas que dentro de la poblacion esta la mafia mas grande. Sale en los diarios. Hoy

dia es abierto, no es cosa que 10 elite diciendo yo. Tlenen inmensos autos Mercedes Benz estacionados frente

a sus casas • ••pero de ahi no se cambian porque en otro lugar no tendrian tanta proteccien, Ademas ;,d6nde

luce un muchacbo UD par de zapatillas de $15.0001 Si anda por Providencia nadie 10 va a mirar, en cambio

aqui todos se quedan con la boca abierta •••" (Taller de Mujerell, Comuna de San Joaquin, 1a. sesion, op.cit.),

4 8M.Antonieta: "0sea, el estar aqui todos reunidos, yo creo que es para cambiar algo; cambiar la mentalidad

de nosotros, Creo que ahora DOIOtros estamos haciendo historia. Creo que ni en Las Condes, ni en Apoquindo

se han juntado unos cabros a 'retomar', como hemos hecho un poco nosotros, ElltO, para mi, es riqueza. EI

estar compartiendo con gente que es igual a uno, es bonito. Yo creo que ahi ellta la riqueza del pobre. EI vivir

cada dia como un ser comun, es ser rico tambien, Otra genre no 10 tiene, y nosotros si" (TaUer de J6venes,

Comuna EI Bosque, 4ta.sesion, op.cit.),

49Joaquin: "Ahora todo bay que analizarlo. Todo hay que discutirlo. Todo hay que conversarlo. Antiguamente

no era mucho 10 que habia que conversar. Todos decian 'socialismo' y con eso se solucionaba todo. Pero

hemos visto los fracases •••Y ante tantos fracases, los j6venes no se identifican hoy con el socialismo, como

22




y eutonom a, introvertida y afectiva, perfila val ores nuevos, opciones em ergentes que, unos conotras, van definiendo una suerte de m ilitancia por '10 social', de creciente atractivo para la

juventud Co). En este contexto re-socializado, las fronteras intem as de la m em oria popular

tienden a debilitarse, a medida que un numero mayor de j6venes se interesa por el pasado de

los viejos y a medida que un numero creciente de viejos reconoce el presente salvaje de los

j6venes. La transgresi6n del c6digo am nesico desata el interes por las historias locales, las

historias poblacionales, las historias de vida. Asi, urgida por el avance horizontal de los

sujetos, la historia popular no s610 reteje sus redes colectivas, sino que tiende a reconstruir toda

la historia nacional des de 10 social, desde los sujetos. De una manera distinta a la historia

oficial C I).

El proceso de individuaci6n mercantil no s610 no ha abolido del todo al sujeto popular, sino

que, ademas, en eL ha gatillado el arran que de una transici6n (social) de legitim idad sorda, por

abajo y oculta, pero transici6n al fin , que esta inaugurando rutas diferentes a las del periodo

populista y a las del periodo dictatorial. N o son pocos los dirigentes sociales - y los que no 10

son - que perciben su m ilitancia 'social' como roturando cam ino nuevo, despejando otros

horizontes al m ovim iento popular. Es 10 que m anifiestan los dirigentes y pobladores de los m as

recientes "com ites y coordinadoras de allegados", sobre todo los que encabezaron las tom as

de Pefialolen. A lii, la autonom ia autogestiva de 10 social, unida a la 'creatividad ', han sido la

antes, Antes se pensaba que la Revolucion solucionaba todo; DOIe discutfa, Pero hemos visto que las COla8

no son asl. Ho y dia no hay espejos donde mirarse. Entoncel no hay valores, no hay ideales, especialmente para

la juventud. Ahora aosotros no podemos decir: 'hay que tomarae el poder y hacer la revolucien', Ahol'8

tenemos que empezara discutirlo todo, que tipo de sociedad queremos" (Taller de Adultos No.1, Comuns de

San Joaquin, la. sesion, op.cit.).

50Un joven poblador: "No me inscribo p'a votar y dudo que 10 haga alguna vez ... Pero en 1 0 humanitario, yo

me creo supersocial, me emociono cuando veo alguien mal" (C.Concha & R.de la Fuente, op.cit., p.l28).

Fabian: "iClaro! En mi colegio hay politica, en mi centro juvenil hay politica. Se eslli conversando, y ahi hay

politics. Pero una 'politica social', no una politica de partidos politicos. Hacemos una politica para solucionar

los problemas de una persona, y asi engrupimos a la gente. Nosotros estamos por una politica social: para

todos" (Taller de Jovenes, Comuna EI Bosque, 2da. sesion, op.cit.),

51Paola: "lnconcientemente, empezamos al reves: por las historias de los que nacimos el 60 0 el 70. Entonces

despues 101m a s adultos ... Y ahora que las eacuchamos a elias, como que me ordene un poco y he ido sacando

diversas conc1usiones.Y basicamente es esto: que 'todo va en un proceso'j etapas que yo en particular no vivi

ni senti; pero al pasar el tiempo, esa experiencia que otros vivieron nos enriquece como personas" (Taller de

Jovenes, Comuna EI Bosque, 7a.sesion, op.cit.).

Cesar: "N08Otroslos adultos no hemos sido capaces de comuoicarnos con los jovenes. Tenemos que adecuar

el leoguaje y entender que les legamos una sociedad muy mala, donde practicamente no tienen donde

participar" (Taller de Adultos No.1, ComunaSan Joaquin, la. sesion, op.cit.).,2 3




t6nica dominante C S 2).

Las nuevas actitudes que estan desarrollandose puntual pero multilocalmente en la clase

popularencuentran su correlato en la porfiada supervivencia de los "educadores populares" y

Jostalleres de auto-educacion - pese a Ja crisis de las ONGs -, acicateados por una demanda

popular permanente que, hoy, no s610 exige talleres para 'intercambios de experiencias', sino

tambien para aprender a manejar desde abajo los mecanismos de formaci6n de conocimiento

tanto como los de formacion de proyectos y politicas de desarrollo local. El tema de los

"movimientos sociales" - descartado por la alta intelectualidad desde 1985 - esta cobrando

creciente vigencia en estos (bajos) niveles de la modernidad chilena, instando a la educacion

popular a alcanzar mas altos grados de desarrollo C 3).

i,Haciadonde se dirige esta soterrada 'transici6n por abajo'? "Que valoraciones, legitimidades

y formas organizativas estan macerandose alli? I.A que tipo de procesos historicos esta

abriendo lugar?

Por de pronto, hay s610 una respuesta posible, a saber: la transicion por abajo tiende a

fortalecer las relaciones sociales de tipo horizontaL y por 1 0 tanto, la autonomia de las bases

y la centralidad de 1 0 local. Estas tres coordenadas se dirigen, geometricamente, hacia un

punto axial: la comuna (0 el municipio). Obviando y descentrando el aparato politico del

Estado. Es decir, convergen sobre un terreno donde el modelo mercantil no esta demostrando

hoy, precisamente, su eficiencia, sino 1 0 contrario. EI instinto historicista que denota la

direcci6naswniblepor la(soterrada) transici6n popular dificilmente puede ser desconsiderado

e 4) .

52"NosotrOi necesiUibamOidejarles las cosas bien claras a la gente. Les dijimos que eramol de izquierda, pero

independientes. Que buscabamos crear una experiencia nueva, sin ningun partido politico que utilizara a la

gente ••.Tampoco es posible que podamos tener soluciones, ni slquiera parciales, a traves de la caridad y el

asistencialismo provenientes de las instituciones 0 de algunos sectores eciesiasticos. NOlotros los pobres

podemos lograr cambios importantes. Tambien luchamos contra toda la gente de afuera que pueda venir a

interrumpir toda esta organizaciOn, el buen manejo de todo esto" (Dirigente de la Coordinadora de Peflalolen,

a Claudia Concha, op.cit.).

S3Esaltamente significativa la alta demanda que tiene (tralla supueata "criais de la Educacion Popular") el

Taller de Educacion Popular (TEP) del CIDE, y el con stante flujo de vocaciones jovenes que buscan como

desarrolJar y perfeccionar, tecnicamente, las diversas formal de militancia 0 trabajo social.

54Aldo: "Se piantea la necesidad de crear organisaciones aut6nomas. Y esto ell interesante, porque las cupulas

politicas han aidoeulpables de que su partido y la polftica en general no sean hoy un valor, ni un vinculo que

de coofianza" (Taller de Adultos No.1, Comuna San Joaquin, la.lelion, op.cit.),

Luis: "Si nosotros actuamos colectivamente (porque nadie 10 va hacer por nesotros) •••en la Ilamada •comuna

popular', cada representante de 1011organismos soclates constituirla esa comuna. Un poder popular oacido

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4. Capilaridad y movimiento social.

"EI Estado es...un objeto de tercera especie, un proyectoideologico. Es, por sobre todo, un ejercicio de Iegltimaclon...No ver el Estado como un ejercicio de legltlmacionequivale ... a participar en la mistificacion que es el puntovital en la construccion del Estado" C 5

).

En Chile, en tres ocasiones distintas pero con un mismo resultado liberal, los "ejercicios de

legitimacion" han sido ejecutados con exito y rudeza por la CPM y la CPC; y sin exito ni

rudeza, en posicion anti-liberal, por los movimientos sociales. La triple ejecucion de tales

'ejercicios'ha tenninado por sedimentar una cultura politica liberal de vencedores y una cultura

economico- social de perdedores. 0 sea, una historia anversa de ilegitimidades legitimadas,y una historia reversa de legitimidades ilegitimadas e 6

).

Con todo, los hechos indican que, hasta ahora, pese a su triple imposicion, el proyecto liberal

no ha producido en Chile ni la solucion de los problemas que afectaban previamente a los

derrotados, ni la efectiva adhesion de estos al proyecto politico de sus vencedores. Lo que no

es p o c o decir, pues, el poder que ha acumulado y manejado el proyecto liberal en 160 aftos de

historia de Chile ha sido yes, por decir 1 0 menos, insuperable. La cultura liberal ha tenido

tiempo y recursos para extenderse no s610sobre el plano macroflsico del Estado y la Sociedad

Global, sino tambien sobre los pIanos microflsicos extemos e intemos de cada sujeto social.

Sin embargo, los hechos revelan que, en el plano de los sujetos populaces, eJ triunfo liberal noha sido exhaustivo. Que, por tanto, el sindrome Sartori - lila longeva duraci6n de un regimen

no garantizanada si no es eficiente" - sigue frenando, alll, la exhaustividad de ese triunfo. Cabedecir, pues, que la longeva duraci6n del regimen liberal en Chile solo prueba su poder para

auto-reproducirse como sistema, pero no su capacidad para extinguir la memoria de sus

marginados y derrotados. 0 para impedir que estos, cual Lazaros, se levanten de la

semi-amnesiaen que fueron (mal) sepultados para volver a caminar con autonomia y rebeldia.

No es, pues, inoficioso recordar como el ejercicio liberal-autoritario ejecutado con rotundo

exito entre 1829 y 1833 vio, sin embargo, levantarse sus lazaros en 1851 y 1859; 0 como el

en la bale, dentro de la comuna. Porque los organlsmos sociales no tienen participacion en la com una actual:

en la alcaldia no los toman en cuenta" (Ibidem, 3a. sesion).

S 5P.Abrams: "Notes on the Difficulty of Studying the Slate" (Oxford, U.K., paper,1977). p. 15.

S6AIestudiar el Estado, dice P.Abrams, se estudia "Ia legltimacien de 10iIegitimo"; M.FoucauIt: "Ia politica

es la continuaci6n de la guerra por otros medios".

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ejercicio lib eral-auto ritario ejecutado draco nian am ente entre 1 97 3 y 19 80 v io, pese a tod o,

cam inar los suyos entre 1983 y 1987 .

L a relectura de la historia publica y el repaso de los recuerdos privados m uestran de m odo

su fic ien te q ue, b ajo la m acro flsic a estru ctu ral d e la d om in aci6 n lib eral en C hile, h a circu lad o

y circ ula, c on au to nomia co yu ntu ral, la m icro -d in am ic a d e la leg itim id ad . P ues la leg itim id ad

no la g en era e l E sta do - q ue s 610 la re cib e y fo rm aliz a - sin o, p or mod o h ist6 rico y monop6lico,

la so cie da d c iv il. Asi, cap ilarm en te, la le gitim id ad ascien de p or la s m in uscu las arterias d e la

in tersu bje tiv id ad so cial, a impu lso s d el mu rmu llo p erp etu o d e las relac io ne s h oriz on tales d e

la b ase ciu dad an a ("). L a leg itim id ad , en sf, su be d e lo s su je to s a las m icro -a so ciacio nes, y de

la s o rg an iz ac io nes a lo s mov im ien to s so ciales. L a leg itim id ad es,d e e sto s, su p rin cip io v ita l,

la u rd imb re c on se ns ua lp rirn ar ia q ue lo s rig e, d esd e su fa se in visib le d e 'a po sam ie nto ' ma rg in al,hasta su fase visible de 'proyecci6n ' politica hacia el interior del sistem a. La poses ion

p en nan en te d e la leg itim id ad p erm ite a lo s mo vim ien to s so cia les (so bre to do a l p op ular) te ner

un fundamen to h is t6 ric o que tr as ci ende lo s lim i te s del s is tema po lit ic o v ig en te , r el ac ionandolo ,

a trav es del tiem po , con sigo m ism o e S).

Los m ovim ientos sociales no pueden defin irse s610 - 10 que en C hile, sin em bargo, se ha

h echo - como agitacio nes reiv ind icativas negociadas racion alm ente, de cara al E stado, p or

algun (gran) actor colectivo. E s decir, pO T actores conform istas en raz 6n de su identidad

estru ctu ral, p ero in co nfo nn istas e n ra z6 n d e su o po rtu nid ad co yu ntu ral (59). Tampoco pue de n

en ten derse como fe n6men os ep is6 dico s 0 efim ero s, p or e l h ech o d e q ue s6 10 esp ora dic am en teemerg en so bre e l e sc en ario c upula r d e la h is to ria a nv er sa . N i e l e nfo qu e so cia l-e stru ctu ra lista

57"Uno podria esperar que el colapso de los regimenes de Europa Oriental hubiera producido, en Occldente,

una fuerte revaluacion de nuestro sistema de gobierno. Pero aunque no han faltado entu.iastas, esto no ha

'cautivado en absoluto el sentir popular. AI reves, 1011 pueblos occidentales esmn hoy lejos de aprobar la forma

en que estan siendo gobernados... la gente no parece contenta con que la historia se detenga aqui" (L.Panitch

et al.: A Different Kind of State? (Oxford, 1993), pp.l-3.

58Luis: "Generar poder popular, para una mejor calidad de vida.; podria ser una entidad aglutinadora de

todas las organizaciones sociales a nivel comunal, y despues a nivel nacional: sindicatos, comites de

pobladores, partidos politicos de base, centres culturales, clubes deportivos, etc. Que cada delegado pueda

ser elegido 'concejal' para integrar un organismo encargado de administrar la comuna; pero estando sujetos

a responsabilidades ante sus electores, y podrfan ser revocables de sus mandatos. Serfa una organizacion

aut6noma del gobierno de turnoff (Taller de Adultos No.1, 4ta. lesion, op.cit.). Es esta 'proyeccion' 10 que

G.Marramao llama "pospolitica, 0metapolitica", ya que trasciende el espacio politico institucional.

59La adscripcion del concepto 'actor social' solo a aquellos sujetol que Ion dueiioll de una reconocida identidad

estructural y practicantes explicitos de una forma institucional de peticien y negociaci6n - ejercicio que, con

mucba frecuencia, han hecbo los sociologos 'centralizados' en Cbile - es, por cierto, un tipo de reduccionismo

logico que impide percibir y trabajar los movimientos y cambios mas finos y reticulares de la legitimidad

social.

26

'---~" - - --------- -~ .. -




(a la Touraine), ni el evenementielle de los cientistas politicos, ni aun las largas duraciones

puramente estratigraficas (a la Braudel), recogen adecuadamente la dinamica profunda de los

movimientos social-populares en una pais donde - como en Chile - el regimen liberal ha sido

triplemente ineficiente (60).

El problema que realmente aqueja al movimiento social popular chileno no consiste, pues, en

su falta de relaci6n positiva con la legitimidad, sino en su deficiente capacidad operacional

para construir Estado a partir de ella.

Jose Luis C ea senalo - como se anoto mas arriba - que ya no es posible construir "democracias

representativas como las disefiadas a comienzos de este siglo". Es decir, como aquellas que

intentaron disefiar los movimientos y actores propiamente sociales en oposicion a los

ingenieros politicos. ~Quiso, con esa afirmacion, proclamar el "fin de la historia politica'' para

los movimientos sociales y la consolidacion perpetua del poder ingenieril?

Cabe decir que, excepto en algunos circulos chilenos, esa tesis no es actualmente defendida

por ningun cientista social 0 politico intemacionalmente relevante. Pese al triunfo mundial de

la modemidad liberal, los intelectuales de nota popularizan hoy un paradigma critico de esa

modernidad (61). El consenso intelectual releva hoy las siguientes conclusiones: a) el

liberalismo clasico, basado en el modelo economico supply-side. como el que rige en Estados

Unidos, en Inglaterra,en Chile y en toda democracia liberal individualista, esta en decadencia;

b) elliberalismo de tipo socialdemocrata, basado en el modelo keynesiano demand-side (como

el que se dio en las social-democracias europeas nordicas antes de 1960 y mediterraneas

despues de esa fecha, 0 en Chile antes de 1973) esta en quiebra historica; c) elliberalismo en

general tiende en todas partes a desintegrar las redes comunitarias de la sociedad civil,

generando individualismoneurotico y fortaleciendo, por contraste, las decisiones monopolicas

del poder central, y d) solo el modelo investment-labour-side ha demostrado tener potencial

de desarrollo economico a la vez que capacidad de integracion comunitaria (Alemania y

Japon). El conjunto de la situacion evoluciona en el sentido de producir procesos de cambio

60"La emancipacien humana - escribio Karl Marx - solo sera completa cuando el hombre real, individual, se

haya eonvertido en ser social •••y cuando no separe ya, como fuerza polftiea autonoma, la fuerza social de sf

mismo"; eo T.Bottomore (Comp.): Karl Marx: sociologla y filosofia social (Barcelona, 1967), pp.258-59.

61La reciente produecion politol6gjca de Europa, Estados Uaidos, Canada y Australia es coincidente en sefialar

que en esos paises es generalizada la critica a la politica profesional, mieotras se exige un aumento sustantivo

de la participacicn ciudadana en el gobierno comunal. Algo similar ocurre en varios paises de America

Latina. Ver, por ejemplo, de WilIem A&sies:To Get Out of the Mud: Neighbourhood and A&sociativism in

Recife (Amsterdam, 1990).

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lento, insidiosamente criticos, que tienden a Ilamarse de post-modernizacion (62).

Es evidente pues que, en Chile, los movimientos sociales (populares) se hallan en una fase de

reversion' profunda. Con todo, el panorama general de las legitimidades hundidas en la historia

revers a y de sus probabilidades de desarrollo aut6nomo - por ahora teoricas - no compone,

como se vio, el cuadro de una "muerte presunta", sino mas bien el de una gran 'tarea

anunciada'. En suma, la transicion de las legitimidades reversas sigue siendo tan subterranea

como embrionaria; pero su principal puerta historica - la que abre al futuro -, como siempre,sigue abierta (63).

Santiago, agosto 1993 - mayo 1994

62Porejemplo: A.Pn.ewonki: Capitalism & Social Democracy (Cambridge, 1985). Tambien S.Crook, op.cit.

63"Los vencedoresl son siempre implacablesl con los vencidos.Dicen:/- iVamoll mujer, se razonable!:!

iSometete! iTenme miedo!l- Pero ino ve que 'el mango'/lo tengo yo?" (V.H., 1993, texto reservado).

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construccion de estado

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