cronica de una catastrofe anunciada

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    Crnica de una

    Catstrofe Anunciada

    El desastre de las Minas de Aznalcllar:10 aos despus

    Ecologistas en Accin Andaluca

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    Edita: Ecologistas en Accin Andaluca.

    Depsito Legal:

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    PrlogoSiguen, a primer golpe, impresiones, sensaciones, percepciones de aquellos das. Paraque no se olvide, hay que contarlas, hay que contar aquello. Y para lograr que cada vez serepitan menos este gnero de salvajadas.

    Aquella fue en Aznalcllar, ro Guadiamar, vegetacin generosa, fauna, Bolinden-Apirsa,mineros, hortelanos, Doana, arroceros, pescadores del ro y Sanlcar de Barrameda, eco-sistema, residuos txicos, polvero txico, subvenciones generosas, no querer ver, etc.

    Hubo muchos afectados directos: trabajadores de la mina, campesinos de las tierras culti-vadas junto al ro, trabajadores de las grandes fincas dedicadas al arroz, pescadores deTrebujena y Sanlcar de Barrameda, de Doana, quienes pagaban sus impuestos para quelas diferentes administraciones pblicas ejerzan las funciones que tienen encomendadasdefendiendo ms los intereses generales y menos los de los particulares de las sociedades

    annimas, etc. Pero, adems, hubo otras muchas personas afectadas, conmocionadas porese espanto de diversas maneras.

    Siguen algunas impresiones de stos.

    ----- o0o -----

    Cuando el 25 de abril de 1998, de amanecida, atraves el puente situado en la A-49 sobreel Ro Guadiamar, no tuve la menor duda sobre lo que haba sucedido; las reiteradas adver-tencias ecologistas sobre el inmenso peligro que suponan las minas de Aznalcllar paralos ecosistemas del Parque Nacional de Doana se haban visto, lamentablemente, confir-madas. La temible caja de Pandora de Boliden-Apirsa, aguas arriba, haba terminado porreventar, inundando de una muerte negra cauces, marismas, campos de labor y las espe-ranzas de los que de ellos vivan. Fueron momentos duros, llenos de ira, perplejidad eimpotencia ante el lgubre espectculo que supona ver a un "ser" querido enfermo y ame-nazado de muerte. Imagin rboles y animales muriendo lentamente con el veneno metidoen sus entraas, el llanto amargo de los hombres del campo y de la mar al sentir que seles poda estar muriendo aquel ser vivo generoso que desde siempre haba constituido sumodo y su medio de vida, el miedo de los habitantes de aquel entorno ante el riesgo txi-co que se cerna sobre ellos con tanto veneno desparramado acechndolos y no pude

    reprimir una lgrima.

    Ya en la tarde, de vuelta a casa, y tras haber tenido que enfrentarme de nuevo a la amar-ga contemplacin de aquella agona de la Naturaleza, estuve repasando lo que un grupode poetas onubenses, gaditanos y sevillanos haban dejado dicho en la "Declaracin deDoana", realizada en el Segundo Encuentro de Poetas y Escritores del Entorno deDoana, que se celebr en el Palacio de las Marismillas en septiembre de 1996:

    "Nos sentimos consternados por las constantes amenazas de que son objeto impunemen-

    te estos espacios que las leyes nacionales y comunitarias protegen, y que representan ms

    all de un legado natural, de cuya conservacin para las generaciones futuras somos todos

    enteramente corresponsables, un elemento esencial de nuestra identidad cultural de ayer,

    hoy y para el porvenir".

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    "La voracidad del dinero no conoce lmites y, por ello, el futuro de estos maravillosos para-

    jes no est asegurado. En nombre de un mal entendido progreso, que termina benefician-

    do slo a unos pocos, se han cometido y pueden seguir cometindose tropelas que no

    deberan encandilar ni confundir a cuantos vivimos en estas tierras".

    E hice mas aquellas palabras que nunca fueron y siempre deberan haber sido las de los

    que, debiendo haber velado da y noche por la conservacin de aquel espacio nico, consu irresponsabilidad permitieron aquel inmenso atentado contra la vida. Y no pude evitarodiarlos a muerte y pensar que era preciso comenzar a prestar mucha ms atencin a lapoesa y la vida, a la poesa de la vida, para poner freno al lgubre prosasmo imperante,en torno a un progreso y un modelo de desarrollo mal entendidos.

    --- o0o ---

    En estos momentos me acuerdo de Jos Garca Rey, estudioso y activista empedernido dela sociedad y de la realidad circundante, de lo que debiera interesarle a la sociedad, pero

    que no les debe merecer la pena conocer (en opinin de los gestores de las grandes firmaslucrativas, quienes ponen en peligro -con toda desfachatez- la salud y el futuro de la pobla-cin y de los ecosistemas).

    Su modesto trabajo asalariado le era til para poder dedicarse a estudiar, a reflexionar, ainformar, a documentar e interesar, a veces de forma polmica y siempre amable, a quie-nes no tenan -muchas veces- ojos para ver lo que tienen a un palmo de las narices. Y paraentusiasmar y para ayudar a implicarse y a poner en contacto a quienes tenan algo inte-resante que decir con quienes necesitbamos conocerlo, a ejercer de ciudadano paradefenderse defendiendo el ecosistema, la biosfera, eso que suena a ciencia ficcin y, enrealidad, es el medio en donde se desenvuelve la vida, todas las horas de la vida de losseres vivos sobre el planeta.

    Entre tantas, en una reunin en Aznalcllar, meses antes de la catstrofe, con ecologistaslocales y otros de la provincia como Yolanda Menor y Francisco G. Vlches, estudiando yreflexionando cmo hacer ver a la poblacin local el documento del tcnico AguilarCampos, nacido en Puente Genil, donde le concedieron la Medalla de Oro a ttulo pstu-mo. Los locales reconocen los riesgos, pero no ven cmo lograr que se conozca y valorela documentacin. Ven imposible modificar un pice el estado de opinin de la poblacin y

    de las instituciones locales en relacin a la mina y a los riesgos que se avecinaban. Sereconocen incapaces de abordar lo que creen conveniente y... bien que lo lamentan.

    Pepe Garca Rey nos ayud a muchas personas a descubrir a orientar nuestro estudio ynuestra accin -individual o asociada- sobre la realidad. Era un activista inteligente e incan-sable, hasta que se lo llev una inapelable enfermedad.

    ----- o0o -----

    Un padre de dos pequeos, pasa todos los das dos veces por el puente de Las Doblas,

    cruzando el Guadiamar. Una maana, en lugar de los colores lujuriosos de la primavera,encuentra un manto de pestilentes y oscuros residuos de la mina de Aznalcllar, adobadoscon los de otros orgenes.

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    Llega a la oficina en Sevilla con los ojos rojos de llorar, desolado. Tiene que vomitar elespanto, la clera, la impotencia. El choque emocional le impide por un tiempo descubrircmo hacer para que se pueda restaurar algo, mejor mucho. Imposible todo. Logra irsesobreponiendo y se apresta para contribuir al remedio, o al menos a que se mitigue todo loposible aquel descalabro.

    ----- o0o -----

    l trabaja en Doana. La pareja se entramp en la compra de una vivienda nica, con jar-dn justo en el borde de la terraza de Aznalczar que da al Guadiamar abierto a poniente.Maravillosas puestas de sol. Es primavera, con el ro rodeado de exuberante vegetacin enlas amplias riberas. Un enclave feliz para verlos crecer sanos y juguetones a los dospequeos ahora con menos de tres aos, con amplio jardn al aire libre junto a la casa.

    Una maana se encuentran con el increble cubrimiento hediondo de oscuros residuos.Poco tiempo despus, el polvero txico que levanta tanto la maquinaria retirndolo, como

    el trasiego de camiones transportando la capa contaminante, se traslada a las poblacionescercanas al ro y, depende del viento que sople, a unas u otras poblaciones ms alejadas.

    Hay que llevarse a los nios, hay que pelear para que esto se resuelva. Dejan incluso queinstalen medidores del polvero txico en su jardn. Los vigilan, etc. Hay que rehacer elsueo de ver crecer sanos a sus nios.

    ----- o0o -----

    No tena sitio previsto en el viaje, pero logra completar, sin derecho a ello, el grupo institu-

    cional que, pocos das despus del descalabro, se desplaza a la mina. Se trata de com-probar sin intermediarios, directamente, la balsa rota y escuchar de primera mano algunainformacin esclarecedora.

    All caminan, acompaados por tcnicos de Bolinden-Apirsa, por el muro que forma labalsa en tres de sus lados, que el cuarto est formado por la ladera de una colina. El desas-tre se origina al reventar una parte del lado mayor de la balsa, justo donde el muro es msalto, donde la presin del contenido ha sido excesiva. La mayor parte de los residuos, sli-dos y lquidos, est en la balsa. Slo se escap, menos mal, parte de ellos.

    Caminan por el muro en las zonas ms alejadas de la brecha por donde se produjo la deyec-cin txica. Observan que la pastosa mezcla de residuos que no ha escapado est casi alborde del muro de la balsa. El visitante, digamos que "infiltrado", pregunta al tcnico de lamina si es que, al estar repleta la balsa, los prximos residuos ya tendran previsto verterlosen otra distinta que deban tener preparada, puesto que esta balsa, cuyos muros pisaban yque se haba roto por la presin del ingente material acumulado, no tena ms capacidad.

    Se pasma con la respuesta cachazuda del tcnico: "Hombre, cada ao se van recreciendolos muros". Cuando supera la sorpresa estuvo a punto de replicar "Recrecer los muroshasta cuando? hasta que reviente alguno de los muros de la balsa?". Pero ya estaba el

    grupo en otra cosa. Tena muy claro el contenido de un documento que dos aos antes habapasado otro tcnico de la mina, que originaron denuncias ante el Gobierno, el juzgado y losmedios de difusin, por parte de la Federacin Ecologista Pacifista Sevillana (CEPA).

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    No se quiso, no se supo o no se pudo actuar a tiempo? Haba datos constatables saca-dos a la luz por un tcnico minero y una organizacin ecologista. Despus, de la "malasuerte" ya se sabe, se socializan prdidas, mientras que los beneficios se han estado pri-vatizando.

    El "infiltrado" recordaba esa visita al muro de la balsa, recordaba los camiones con las rue-

    das impregnadas de residuos, repartindolos por todas las carreteras, etc. cuando com-probaba que entraba un sospechoso polvillo negro por las ventanas, abiertas a poniente,de su piso en Sevilla.

    Algunos ecologistas en accin.

    Este libro est dedicado a Yolanda y Vlchesy a la memoria de Pepe Garca Rey.

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    Indice1.- Doana, la atalaya

    2.- El trfico de residuos txicos y peligrosos a Aznalcllar (1994)2.1.- Antecedentes de la Ra de Huelva2.2.- El trfico a la balsa de Aznalcllar

    3.- Denuncia del estado de la balsa y de filtraciones (1996)

    4.- El desastre de Aznalcllar (1998)4.1.- La intencionalidad, una hiptesis realmente posible4.2.- Repercusiones4.3.- Encuentros-desencuentros con los mineros

    5.- Diez aos despus

    5.1.- La Balsa y la Corta5.2.- Escombreras5.3.- Corredor Verde y Doana 20055.4.- Situacin sanitaria5.5.- Situacin jurdica

    6.- Nuevas encrucijadas6.1.- Mina Las Cruces6.2.- Cambio climtico

    7.- Eplogo

    Anexo I. Los suelos

    Anexo II. Cronologa de otros accidentes mineros

    Referencias bibliogrficas

    Bibliografa citada

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    1.- Doana, la atalaya

    En la obra Los Parques Nacionales Espaoles, Joaqun Fernndez y Rosa Pradas expon-an que sobre los Parques Nacionales espaoles se haban escrito infinidad de libros, de loscuales ms de mil son especficos de Doana. De todos ellos, la obra titulada El mito deDoana, de Aquilino Duque, es considerada relato de referencia obligada, junto con la edi-

    cin reciente de Memorias de un Bilogo Heterodoxo, de Jos Antonio Valverde.

    Sobre el desastre de Aznalcllar se han escrito una amplia bibliografa, tal como se puedeapreciar en la web de la exposicin "Guadiamar, ciencia, tcnica y restauracin". Sinembargo, casi la totalidad son estudios de disciplinas procedentes de las ciencias natura-les. Ninguna se ha centrado en el entramado econmico y administrativo que precedi alvertido.

    Est ms que justificada la necesidad de abordar la catstrofe de Aznalcllar reflejando lasomisiones y prevaricaciones polticas que tan poco espacio se ha dedicado en tantos ros

    de tinta. Actuaciones o "vista gorda" de responsables polticos que tuvieron un peso espe-cfico en la permisividad del trfico ilegal de residuos denunciado por la CEPA(Confederacin Ecologista Pacifista Andaluza) en 1994, como en la dejadez a la hora deactuar ante el estado de la balsa, denunciado igualmente por la CEPA en 1996.

    Con el paradigma ecolgico llamndonos incesantemente a la puerta, la ciencia adquieresu mayor sentido enfocndose hacia la vida. De nada servirn tantos estudios en las cien-cias naturales si no tienen una aplicacin en las decisiones polticas. Por ello, desdeEcologistas en Accin echamos en falta que se haya tratado tan poco la vertiente sociopo-

    ltica en las publicaciones existentes. De nada servirn tantos estudios cientficos si no seadoptan medidas preventivas administrativas, como por ejemplo en Mina Las Cruces y enlas balsas repartidas por la geografa andaluza. De nada servirn tantas investigacionescientficas si el nivel del mar sube varios metros como consecuencia del cambio climticoy deja a Doana sumergida en un bonito recuerdo. La ciencia an tiene un papel irrisorioen los rganos de participacin. Echamos en falta la aplicacin de dichos estudios en lasdecisiones polticas a favor de la vida. Por ello, la exposicin del dcimo aniversario del ver-tido de Aznalcllar, denominado "accidente minero", organizada por la Estacin Biolgicade Doana, ha sido una oportunidad perdida para que se recogieran tantos elementos deci-sivos para comprender lo que ocurri en su totalidad.

    La designacin de trminos para describir la realidad es decisiva para comprender cmose percibe. "Ro de muerte" lo denominara el conocido diario estadounidense HeraldTribune en un artculo en los das posteriores del vertido; al "vmito del infierno" lo equipa-rara Caballero Bonald. En los medios de comunicacin, en los primeros das se hablabade la rotura de la presa, de riada txica o del vertido txico, pero a partir del 28 de abril apa-recern vinculados los vocablos desastre y Doana. El caso aparecer denominado como"el desastre de Doana". Y no ser reconocido como tal por la administracin pblica, queno se cansara de decir que Doana se haba salvado, ignorando la entrada de la pucha a

    travs del agua de los acuferos, del aire con elementos txicos votilizados y por tierra atravs de las cadenas trficas.

    Desde que el gelogo Salvador Caldern, en 1888, advirtiera del peligro de extincin del

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    guila imperial en Doana, desde que el "padre" de los naturalistas del siglo XIX, A. E.Brehm, descubriera el enclave de Doana, desde que Mountfort hiciera un Retrato de unatierra salvaje, desde que los "pajareros" llamaran la atencin de este espacio emblemticoen la dcada de los 50, hasta el presente, Doana ha sido un territorio forzado desde variosfrentes. Su valor natural ha ido sufriendo distintas presiones de iniciativas que pretendanaprovechar sus recursos. De manera ilustrativa, Fernndez y Pradas titulan el captulo refe-

    rente a Doana como "El conflicto permanente"1.

    Una de las principales causas del declive de Doana, apuntada por el profesor Jos Antonio Valverde fue la desaparicin del paludismo. El mosquito Anopheles y losPlasmodium, junto a la malaria haba mantenido casi estable la poblacin humana de laregin durante milenios2. Ello permiti que la riqueza cinegtica fuese, durante variossiglos, el aliciente ms atractivo de este espacio natural. Pero pronto, aparecieron nuevosretos3. El desarrollo del capitalismo agrario contempl los primeros proyectos de deseca-cin y saneamiento autorizados en las marismas de Lebrija en 1870, aunque hasta la

    segunda dcada del siglo XX no comenzaran las primeras obras. Durante la Dictadura dePrimo de Rivera se relanzaron los trabajos de desecacin de varias marismas para la siem-bra de algodn. En 1941 la provincia de Huelva se declar Comarca de Inters Forestal yse inici un proceso de repoblacin forestal con eucaliptus.

    Otros puntos de momentos importantes en la vida -o en la muerte- de Doana han sido: laconstruccin, entre los aos 40 y 60, de los diques en la margen derecha del Guadalquiviry la carretera asfaltada Almonte-Roco y Roco-Matalascaas, as como la urbanizacinque lleva este nombre; el intento, en la dcada de los 70, de construir la carretera costeraentre Matalascaas y el extremo sur del actual Parque Nacional en las Marismillas y de una

    enorme urbanizacin en esta zona; las plantaciones masivas de arroz desde el final de laGuerra Civil en las marismas, que provocaron la destruccin de unos 40.000 has. y actua-ron como foco de contaminacin; la irrupcin de las enfermedades del conejo, la mixoma-tosis al final de los 50, y la neumona vrica hemorrgica al final de los 80, que marcaron eldeclive del lince, del guila imperial y otras especies; la prdida de tipologa e identidad dela aldea de El Roco, a pesar de ser protegida como patrimonio cultural; la perdida de usostradicionales, de razas de animales domsticos como la oveja churra lebrijana, el caballoretortero y otros; o la desaparicin de edificios del siglo XVIII, chozas, y casas histricas.Tambin la Compaa Sevillana de Electricidad quiso construir una central nuclear; el

    Ministerio de Defensa lleg a expropiar al ICONA 257 has. para instalar una base de lan-zamiento de misiles; y la Compaa Chevron Oil Company of Spain, Hispnica de PetrleosS.A. y Texaco (Spain) Inc. solicit permiso para la investigacin de hidrocarburos.

    El conflicto surgir de nuevo con el Plan Almonte-Marismas, que contemplara un PlanGeneral de Transformacin de la Zona Regable con aguas subterrneas. A ello se suma lamortandad de aves, de las cuales fueron ms catastrficas las de 1973, 1978 y 1986. Deesta ltima, se llev a cabo un proceso judicial que llevara a los tribunales de justicia a 32arroceros y dos altos cargos de la Junta de Andaluca. La resolucin absolvi a todos losinculpados.

    Los proyectos urbansticos han supuesto otros conflictos, como son World Hotel, CostaDoana, Dunas de Almonte y Sanlcar Golf Country Club (ms conocido como Hohenlohe,

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    presidente de la empresa promotora). De todas ellas, la urbanizacin Costa Doana gene-r una polmica que tuvo especial eco en la opinin pblica y reaccin en el movimientoecologista.

    Otros problemas que han ido apareciendo tienen que ver con la comarca: la limitacin de lacaza; la introduccin del cangrejo rojo americano, que produjo unas expectativas pesquerasen la economa de la zona; la invasin con o sin ganado; incendios forestales provocados;impacto de tendidos elctricos; el impacto de la carretera en la muerte de linces, etc.

    El vertido de las minas de Aznalcllar fue el gran aldabonazo de envergadura que sufrieste espacio emblemtico. Pero no ser el nico: el dragado del ro, la Mina Las Cruces oel cambio climtico son encrucijadas a las que se ha tenido -o tendr- que enfrentarse esteespacio natural en los prximos aos. En la actualidad, uno de los problemas ambientalesque ms preocupa a Ecologistas en Accin es la afeccin contaminante de la Mina LasCruces en el Guadalquivir.

    "Con Valverde -afirmaba el periodista ambiental Benigno Varillas tras su muerte- perdemosuno de los ltimos sabios de la sociedad espaola, pero nos deja una obra que, desde hacedcadas, marca el camino a multitud de investigadores y conservacionistas dispuestos aimitar su ejemplo."4 Una de las imgenes ms ilustrativas que usaba Jos AntonioValverde, el primer Director de la Estacin Biolgica de Doana, era la de identificarDoana con una atalaya donde apreciar la dialctica desarrollo-conservacin en trminosglobales. Y es que el largo episodio de conflictos ambientales que se reparten por la geo-grafa se concentra, en un buen nmero de ellos, en los que ha tenido que librar este espa-cio. "Apenas hay asuntos relacionados con el medio ambiente en Espaa que de unamanera u otra, no hayan repercutido en Doana. De tal forma, que recoger todo lo sucedi-

    do en el Coto sera casi una crnica del medio ambiente espaol"5 Estas palabras deJavier Castroviejo, sucesor de Jos Antonio Valverde, son elocuentes para reconocer elpapel de este espacio.

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    Doana, la atalaya

    Manifestacin para frenar el proyecto Costa Doana

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    Adems de atalaya, Doana, reconocida como uno de los espacios naturales emblemti-cos de Europa, ha servido como aula de formacin a muchos conservacionistas e investi-gadores que luego ocuparon un papel destacado en la creacin de organizaciones ecolo-gistas. El inicio de la respuesta social ante los problemas ambientales que se generabanen los aos setenta se podra decir que se vertebr en torno a ella.

    El ecologismo andaluz y el espaol deben mucho a Doana. Numerosas agrupacionesnacieron y, en buena medida, adquirieron la mayora de edad, gracias al Coto. El que visi-taba Doana y tena ocasin de contrastar directamente su belleza con la destruccin quela asediaba, se transformaba automticamente en su defensor. Muchos de ellos se convir-tieron en militantes ecologistas.

    Muestra de ello es la atencin meditica de la que siempre ha dispuesto Doana, tanto enel panorama andaluz como en el nacional. Sobre el papel que ha jugado, Juan Clavero,Coordinador de Ecologistas en Accin durante varios aos, afirmaba: "Ha sido un smboloy una de las causas de la formacin del movimiento ecologista y de su coordinacin. Lalucha contra Costa Doana fue un xito de repercusiones nacionales e internacionales".

    El desastre de Aznalcllar volvera a atraer la atencin meditica internacional hace ahora10 aos.

    Finalizamos este captulo con la vivencia de un miembro de la Confederacin EcologistaPacifista Andaluza (CEPA) el da de la rotura, relatado en un artculo titulado "Don JosAntonio Valverde y su encuentro con el vertido de Aznalcllar":

    "Hace 10 aos -escribe Francisco Fernndez Parreo- que sucedi la catstrofe

    ecolgica del Guadiamar, y no escribira estas palabras si no reflejaran el espri-tu de lucha que mantuvo hasta el final, una de las mentes ms preclaras del con-servacionismo mundial: el Profesor D. Jos Antonio Valverde ()

    Tras aquellas peleas, el pulso de su corazn le pidi descanso y, de un ao paraotro, se ti su pelo de blanco. Pens ya entonces, que las luchas y la curiosidadde Don Jos se haban terminado pero me equivoqu. En sus ltimos aos le vientusiasmado con muchas cosas, desde los venenos de las serpientes y losacuarios-estanques hasta las focas y los cetceos, o desde el tamao de losdepredadores hasta la evolucin. En cualquier caso, las ltimas veces que le viestaba ms vencido por la edad, y por ello, cuando se produjo el vertido de lasminas de Aznalcollar, confieso que tem que el corazn de Valverde, el padre deDoana, no resistiera tal catstrofe. Creo que merece la pena recoger "la reac-cin" que tuvo al ver el Guadiamar, en aquellos trgicos momentos para la natu-raleza, a pesar de su edad y del estado de su corazn:

    Esa maana del 25 de abril, me fui a conocer y fotografiar lo que la radio repe-ta continuamente, sobre la rotura de la balsa. Ver el vertido fue mi primera sor-presa. La segunda, ver all a Don Jos. Cuando le vi, me acerqu hacia l por su

    espalda, mientras que l se acercaba a la orilla de Entremuros, y se encorvabapara mirar, cmo un cangrejo americano sala del agua con las pinzas hacia arri-ba y se diriga hacia nuestros pies. Don Jos con la cara algo pvida, que an no

    Doana, la atalaya

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    se haba percatado de mi presencia, o por lo menos a m eso me pareci, dijo: "elagua tiene que estar muy cida". Entonces, mirndome pero sin saludar, pregun-t: "Has visto hasta dnde llegan los peces muertos?, y absorto, con los labiosalgo entreabiertos, y sin esperar respuesta, dijo a continuacin: "Habra que con-tarlos". "Habra que construir un canal paralelo al ro". "Esto es un desastre". Lodeca, al tiempo que intentaba con un palo, dibujar, entre la grava, el curso del ro

    y el del canal. Desisti porque el grosor de las piedras no le permita dejar unamarca clara.

    -Don Jos, -le dije-: La pena, es que todo esto se poda haber evitado.

    Y escptico, me mir esperando que continuara...: - S Don Jos. Un ingenierojubilado de la mina, vino un da al local de la CEPA acompaado de otra personay me mostr un informe con fotografas de las grietas y las filtraciones de la balsa.El ingeniero me dijo que ese mismo informe lo haba presentado en la Delegacinde Medio Ambiente y en los Servicios Centrales de la Consejera, pero que no lehicieron caso.

    -"Y, qu hicistes?"- me pregunt- .

    A continuacin le contest: -Me manifest dos veces con los compaeros ecolo-gistas hace unos aos a las puertas de la Mina y en Aznalcollar, y acompa aVilches al Juzgado de Sanlcar la Mayor para acreditarse y ratificar la intencinde la CEPA, de seguir adelante con la denuncia en la va judicial, pero despusse archiv ".

    Su comentario final, fue ste: "Son unos sinvergenzas". "Darles caa".

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    2.- El trfico de residuos txicos y peligrosos a la balsa de Aznalcllar (1994)

    2.1.- Antecedentes de la Ra de Huelva

    Hasta los aos 80, el eco de las crticas pblicas sobre el impacto ambiental del PoloQumico de Huelva fue mnimo, aunque se conocieran sus efectos. El diario Huelva

    Informacin, aparecido en agosto de 1983, tuvo una mayora de accionariado dominado porla Federacin Onubense de Empresarios (FOE) y estuvo influenciado por la Asociacin deIndustrias Qumicas y Bsicas de Huelva (AIQB), sirviendo de correa transmisora del sec-tor qumico con una carga importante de servidumbre. Como se refera Jos ManuelTellechea en su tesis doctoral, "El empresario-propietario del medio establece una serie denormas de comportamiento con el fin de influir en la opinin pblica y para mantener supapel de lobby social y poltico (...)"6

    Pero los problemas de contaminacin por las industrias qumicas acabaron crispando a laopinin pblica.

    Analizando cmo funciona el Polo Qumico como lobby en los residuos vertidos a la ra yal mar, comprenderemos cmo funciona, de manera anloga, con los residuos en tierra.Igualmente servir para observar el lobby de la Junta de Andaluca sobre lo que ocurri enAznalcllar y el papel de la Justicia ante las denuncias ecologistas.

    Segn Tellechea, el peridico Huelva Informacin estableci restricciones respecto a losmensajes ecologistas, segn coincidieran o no con los postulados de la FOE o de la AIQB.El movimiento ecologista aseguraba que la presin de ambas instituciones condicion losmensajes de Huelva Informacin. Los ecologistas acusaban a Huelva Informacin de ser

    portavoz de los intereses del Polo por presiones mercantilistas y de mediatizar a la opininpblica con su enfrentamiento ideolgico, relegando sus mensajes a un segundo plano,especialmente aquellos que ponan en duda la actuacin de las industrias qumicas.

    Los dirigentes ecologistas onubenses Juan Romero y Pepe Vidal describan7 su visin deldiario:

    "Huelva Informacin -expona Romero- es un medio privado, y como tal dependedel ingreso, de la necesidad econmica que le proporciona cada sector. El Poloera uno de los sectores que ms dinero le estaba inyectando. En su filosofa como

    peridico haba un choque de intereses que le llevaba a minimizar las actuacio-nes del movimiento ecologista, e incluso yo me atrevera a decir: a manipular.Haba editoriales que rayaban en el escndalo. No hacan un anlisis exhausti-vo, objetivo, riguroso, de lo que decamos, sino juicios de valor para descalificary minimizar nuestras actuaciones."

    "Sacaban -explicita Vidal- una informacin absolutamente distinta a la que nos-otros envibamos. Sala algo que no tena nada que ver con lo que expresba-mos. Nos sentamos convidados de piedra (...) Hemos tenido nuestras diferencias

    con ese medio de comunicacin, no slo por la cobertura informativa que reali-zaba de las informaciones que nosotros hemos generado. Haca una informacinsesgada que desvirtuaba el contenido de lo que nosotros decamos."

    El trfico de residuos txicos y peligrosos a Aznalcllar

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    Los vertidos diarios a la ra de Huelva de 30 toneladas de cidos y 25 de metales pesadosmotivaron las protestas ciudadanas y de agrupaciones ecologistas. Numerosas industriasachacaban la contaminacin a la actividad minera en la parte alta del Tinto y del Odiel paraminimizar el impacto de sus vertidos.8 Otros episodios en los que actuaron los ecologistasonubenses fueron los vertidos de Tioxide o el dragado de una zona de la ra de Huelva.

    En febrero de 19879, mariscadores de la costa onubense y miembros de la CoordinadoraEcologista de Huelva se dirigieron al muelle Reina Sofa de Huelva para impedir el vertidode los buques Nerva y Niebla, bautizados desde el ecologismo como "Cncer" y "Lepra".Varios ecologistas se encadenaron a las tuberas del vertido y otros a la entrada del pan-taln del muelle. Denunciaban que dichos barcos eran contratados por la empresa TioxideS. A. para verter, a cuarenta millas de la costa de Huelva, diariamente, 1.800 Tm. de resi-duos procedentes de la fabricacin de dixido de titanio, producto considerado por la legis-lacin nacional e internacional vigente como altamente txico y peligroso (se estimaba que,en los doce aos anteriores, los citados barcos haban arrojado al mar cerca de 5 millones

    de Tm de residuos txicos y peligrosos). El mismo da, la localidad de Isla Cristina se soli-darizaba con los mariscadores con una huelga general. Por su parte, la empresa TioxideEspaa S.A. negaba que sus barcos estuvieran relacionados con la contaminacin.

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    El trfico de residuos txicos y peligrosos a Aznalcllar

    Desages del Polo Qumico de Huelva en los aos 80

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    En el verano de 1987, la Coordinadora Ecologista de Huelva prosigui con varias accionespacficas de denuncia. Organizaron el envo de miles de postales a la Direccin General dela Marina Mercante del MOPU solicitando que no se renovaran los permisos de vertidostxicos a los barcos Nerva y Niebla, as como el requerimiento del reciclaje de los residuospor parte de la empresa10. En esos meses, numerosos ayuntamientos onubenses y gadi-tanos se pronunciaron a favor del cese de los vertidos txicos. El Consejo de Gobierno de

    la Junta de Andaluca, igualmente, se posicion en contra de dicha actividad por sus reper-cusiones ambientales e instaba a la Administracin Central a que interviniera con el fin de"erradicar totalmente este tipo de vertidos en cualesquiera aguas del litoral"11, lo que final-mente no dej de resultar una mera declaracin de intenciones.

    A finales de julio12 volvan a encadenarse. Esta accin tuvo como resultado una demandajudicial. En enero de 1989, varios miembros de la Coordinadora se sentaban en el banqui-llo de los acusados en el juzgado de Moguer. En julio se emita la sentencia, que conde-naba por coacciones a seis miembros de la Coordinadora Ecologista de Huelva que se

    encadenaron a los barcos. En febrero de 1991, el juzgado de Moguer ratificaba la senten-cia del 11 de julio de 1989.

    Como reaccin a la sentencia, el 8 de marzo de 1991, Juan Romero, coordinador de laCoordinadora Ecologista de Huelva, escriba un comunicado en el que informaba que hab-an sido condenados por el Juez de Moguer (Huelva) al pago de 553.149 pts. en conceptode indemnizacin a la empresa Tioxide S. A., ms 9.500 pts. de multa, y la imposicin decostas procesales por el encadenamiento de los seis compaeros de la CoordinadoraEcologista. Igualmente comunicaba:

    "La Coordinadora Ecologista de Huelva tiene presentadas nueve denuncias con-tra empresas del Polo por delito ecolgico y contra la salud pblica, denunciasque se pudren en los armarios de los juzgados desde hace ms de cuatro aosy que an no han dado lugar a ningn expediente sancionador ni exigencia deresponsabilidades. (Otros sumarios abiertos a instancia de la CEH que tuvieronmenos celeridad que el de Tioxide fueron los abiertos por las mortandades depeces en octubre de 1986 y septiembre de 1987).

    Creemos que, con esta sentencia, el Juez, que uni las peticiones del fiscal y delabogado de la empresa, nos quiere dar un castigo ejemplar ya que "estbamos

    molestando demasiado". Resulta curiosa as esta sentencia, y adems nos pare-ce gravsima porque nos sentimos indefensos y porque supone perder la con-fianza en la Justicia, que de una forma clara se alinea con las industrias del PoloQumico. Es la primera vez que se condena a un grupo ecologista a una multa detal cuanta."13

    El comunicado recoga el impacto de las industrias del Polo Qumico de Huelva en unalarga relacin y recordaba, igualmente, que varias veces se haba prohibido la captura ycomercializacin de moluscos en todo el litoral por contaminacin de metales pesados, y la

    prohibicin del bao en las playas por contaminacin de las costas.Posteriormente, la legislacin oblig a reciclar progresivamente estos vertidos hasta que el31 de diciembre de 1991 resultasen inexistentes en el Golfo de Cdiz. Sin duda, fue en

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    parte gracias a las acciones de grupos ecologistas como la Coordinadora Ecologista deHuelva. Y esperpnticamente fueron condenados a pagar a los verdaderos delincuentesecolgicos. La Coordinadora tan slo gan un juicio tras el vertido de Fertiberia de ms decien toneladas de cido sulfrico en la ra de Huelva, lo cual provoc una mortandad depeces considerable. El resto de las denuncias se archivaron todas, no prosper ninguna delmovimiento ecologista relacionada con el Polo Qumico de Huelva. Por el contrario, ecolo-

    gistas onubenses cuentan en su haber varios juicios por acciones en el Polo Qumico o porencadenarse a mquinas para impedir que sembraran los eucaliptos.

    Recordando las movilizaciones de 1987, otro comunicado de la Coordinadora deca:

    "Actitudes como las nuestras eran mantenidas bsica y casi exclusivamente por

    grupos altamente sensibilizados con la cuestin, y pocos numerosos que, reali-zando grandes esfuerzos personales y sacrificando su ocio, su familia, su traba-jo e incluso en ocasiones, su integridad fsica, mantenan una frrea postura deoposicin a las sistemticas agresiones que reciba el Medio Ambiente (...)Estamos convencidos de que acciones como aquella, que nos ha supuesto estacondena, han sido importantes en el impulso que necesitaban nuestras autorida-des para poner en marcha el motor de un progreso respetuoso con el entorno".14

    Ante la resolucin judicial por las acciones llevadas a cabo para poner en evidencia la con-taminacin provocada por Tioxide, los ecologistas decidieron llevar a cabo tres acciones:

    Una campaa de autoinculpacin, en el que se recogeran firmas para autoinculparse y seles mandara a la autoridad judicial; la campaa de "la pesetilla", para recaudar fondos enla calles; y una campaa de concienciacin, encaminada a la direccin de la empresa

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    Balsas cidas

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    Tioxide S. A., invitndola "a que recapacite y se niegue al cobro de dicha cantidad, consi-derndola ya cobrada y compensando de sta en parte el perjuicio que ella, con sus verti-dos, nos ha causado a todos."

    Unos cien ecologistas, de la Coordinadora Ecologista de Huelva y de la CEPA firmaran unescrito notarial de autoinculpacin como forma de responder de manera colectiva ante la

    sentencia. En abril de 1991, con la "Campaa de la Pesetilla", se pedira una peseta a cadaciudadano para recaudar fondos, con el fin de cubrir el importe de la indemnizacin quetendran que pagar un grupo de ecologistas.

    La ltima carga venenosa la realizar Nerva, en mayo de 1993. Con la entrada en vigor delPlan Corrector de Vertidos, Tioxide comenzara a reciclar sus residuos. Todos? Quizs no,porque entre la pucha del desastre de Aznacllar se encontr dixido de titanio. Comoapunt Pepe Garca Rey, miembro de Ecologistas en Accin, "una vez que se hicieron an-lisis de los lodos se han encontrado sustancias que difcilmente se justifican que se pro-duzcan en la mina. El dixido de titanio tal y como se ha descubierto slo es posible quevenga de alguna de las industrias del Polo Qumico que se dedica a fabricar pinturas". 15

    Lo que no cabe duda es que la actuacin del ecologismo fue decisiva para la reaccin dela administracin pblica. Ello a pesar de ir contracorriente con una justicia "garantista" paralas empresas y poco sensible a los reclamos ecologistas. "Durante aos -afirmaba PepeGarca- hemos asistido con impotencia cmo nuestras denuncias, en una gran parte eranarchivadas, cmo las noticias en la empresa eran desmentidas cnicamente no slo por laempresa sino por las autoridades locales para apoyar el empleo en la mina, y por muchsi-ma gente".16

    Como respuesta, la Agencia de Medio Ambiente dise en 1987 el Plan Corrector deVertidos Lquidos al Litoral, conocido tambin como el Plan de Medidas Correctoras deVertidos Industriales a la ra y al litoral onubense, de obligado cumplimiento para las empre-sas.

    Los aos, lamentablemente, han dado la razn a las advertencias que el ecologismo venadando sobre las consecuencias del Polo Qumico. El 31 de agosto de 2007 sala publicadoen El Pas un reportaje titulado "El mapa ms detallado de la mortalidad por cncer". En elsubttulo deca: "La contaminacin industrial multiplica los tumores en Catalua, Huelva y

    Asturias". Estos primeros mapas revelaban enormes diferencias por municipios. "No todoslos espaoles tienen el mismo riesgo de contraer un cncer. Aparte de los factores genti-cos, de la predisposicin familiar y de los hbitos saludables o insanos, la ciudad de resi-dencia condiciona mucho ms de lo que se pensaba la aparicin de los tumores", exponael reportaje. Esta advertencia se llevaba haciendo desde el movimiento ecologista hacedcadas.

    El primerAtlas municipal de mortalidad por cncer en Espaa, de 157 pginas, realizadopor el Centro Nacional de Epidemiologa del Instituto de Salud Carlos III, que depende delMinisterio de Sanidad, destap grandes aglomeraciones de casos en Cdiz, Huelva,

    Catalua, Asturias o Pas Vasco, que slo se explican por la contaminacin industrial. Enestas zonas, la probabilidad de contraer un cncer de pulmn, laringe, tejido conjuntivo eshasta tres veces mayor que en el centro de la Pennsula.

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    Estos mapas produjeron malestar en la Consejera de Salud andaluza por el hecho de serdifundidos, y eso que lo hizo el Ministerio de Sanidad, del mismo partido poltico. Lo quellam la atencin en esos das posteriores a la difusin es que el debate no se centr encmo corregir an ms el impacto industrial, sino en por qu se difundieron!... Esta postu-ra, desafortunadamente, la ha repetido la Junta de Andaluca ante conflictos ambientales.Ya en 1994 prefiri ocultar la peligrosidad de los residuos antes que buscar soluciones rea-

    les para controlar eficazmente esos vertidos de residuos txicos y peligrosos.

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    2.2.- El trfico a la balsa de Aznalcllar

    Una vez ganada la batalla en el mar y -en parte- en la ra, la lucha ecologista se centr enel tratamiento de residuos en tierra. En unos aos en los que no existan vertederos de resi-duos txicos, las minas se convirtieron en receptoras de estos desechos.

    Decenas de millones de toneladas de residuos txicos se haban transportado a las minasdurante dcadas, en una poca en que se consideraba que era normal. A comienzos de ladcada de los 90, a pesar de que se haban creado equipamientos adecuados para solu-cionar el problema, el trfico no ces. Las propias auditorias encargadas por la administra-cin ambiental andaluza expusieron que se trataba una situacin peligrosa e ilegal, reco-mendando que se actuase y corrigiese de inmediato.

    "Sin embargo, soy testigo -expona Jos Mara Cant, un funcionario de la admi-nistracin- del cambio de actitud que ha experimentado la Direccin General deProteccin Ambiental, que ha producido un cambio radical de criterio en los argu-

    mentos que ella misma sostena en relacin con algunas empresas del PoloQumico de Huelva. Esta postura, ambientalmente irracional e insostenible, sebasa principalmente en permitir acumulaciones incontroladas de residuos indus-triales de carcter peligroso en diversos centros mineros de Huelva y Sevilla, prin-cipalmente Minas de Riotinto, Minas de Tharsis y Minas de Aznalcollar, amn dealgn otro ncleo aislado, permitiendo en algn caso especfico incluso el incum-plimiento de la Declaracin de Impacto Ambiental (Minas de Tharsis) () Quieroratificar -dira un ao y medio despus de la rotura de la balsa de Aznalcllar- miconvencimiento, como funcionario de la Junta de Andaluca, del nimo de oculta-

    cin y evasin que sobre este asunto est efectuando la Administracin en la quetrabajo. Lo importante son los riesgos comprobados y comprobables sobre losdos espacios naturales indicados algo que, al da de hoy, sigue mantenindoseocultamente como espada de Damocles sobre Doana y Marismas del Odiel".17

    Paradjicamente, las minas de Aznalcllar se llamaban minas de La Caridad. Y una cari-dad mal entendida asumi durante un largo periodo, en el que fue punto y final de residuosdel Polo Qumico de Huelva. Tambin algunos militantes ecologistas y mineros deAznalcllar apuntan a residuos txicos y peligrosos (RTP) del Polo algecireo. En los terre-nos de Aznalcllar se abandonaron unos cuatro millones de toneladas de la mezcla de dos

    residuos txicos -cidos dbiles y cenizas de piritas- procedentes de la empresa FMCForetT de Huelva. Entre doce y catorce aos fueron acumulndose en condiciones de ente-rramiento sin control de impermeabilizacin, lo que conlleva a que fluyan sus lixiviadoslibremente al cauce del Ro Guadiamar, aportando una importante carga de metales pesa-dos.

    Por su parte, en 1987, la multinacional sueca Boliden Limited compr la explotacin deMinas de Aznalcllar -Apirsa, Andaluza de Piritas- al Banco Central, anterior propietario dela mina, por un precio simblico. Inicialmente se explot un filn del que se obtenan de

    media anual unas 400.000 Tm de pirita (FeS2) con el 47% de azufre (S), 133.000 Tm conel 45% de Zinc metal (Zn), 27.000 Tm con el 21% de Cobre mineral (Cu), 42.000 Tm conel 49% de Plomo metal (Pb) y 40 Tm de Plata (Ag) contenida en los concentrados de Cu y

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    Pb. En 1992 se consider agotado este filn y desde 1996 se trabaj en una nueva corta(Los Frailes), situada a 1 Km. aproximadamente de la anterior, con una reserva estimadade 50.000.000 Tm. de mineral, a un ritmo de produccin anual de 400.000 Tm. de concen-trado.

    "La administracin ambiental -expona un informe de la CEPA- se mostr intere-

    sada en paliar los impactos visuales de la actividad minera (escombreras, refo-restacin de stas, etc.). Ello facilit que Boliden se permitiera el lujo de no tomarmedidas de prevencin en otros aspectos y de chantajear a la administracin conla peticin de subvenciones a cambio de mantener los puestos de trabajo en lamina. De hecho, para ejecutar este proyecto de Los Frailes, Boliden recibira unaaportacin financiera pblica de unos 35.000 millones de pts., proveniente de laJunta de Andaluca, del Gobierno Central y de la Unin Europea. Dado el agota-miento continuo de las cortas mineras, podemos estimar razonablemente quehayan sido las subvenciones pblicas y alguna que otra actividad encubierta

    ajena a la extraccin minera, como la gestin de RTP, las principales fuentes definanciacin para mantener a flote la mina y el empleo. A ello hay que sumar elahorro de no invertir ni un duro en correcciones ambientales."18

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    Pancarta colocada en las puertas de Boliden en una de las concentraciones

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    En 1993 apareci un informe elaborado por la Empresa de Gestin Medioambiental, S. A.(EMMESA) para la Agencia de Medio Ambiente que haca referencia al traslado de cenizasde pirita procedentes de la planta de fabricacin de sulfuros que Foret tena en Palos de laFrontera (Polo Qumico de Huelva) hacia las minas de Aznalcllar. El contenido de esteinforme sobre el Plan de Saneamiento Integral de la Ra de Huelva supuso para la CEPAun ejemplo documentado que corroboraba su sospecha acerca de que el Plan Corrector de

    Vertidos del Litoral onubense se estaba realizando a costa de depositar estos vertidos enlas cuencas mineras en crisis. De este modo, la industria del Polo estaba haciendo "mslimpia" su produccin.

    De hecho, existan ya proyectos que confirmaban la intencin de la industria de reconver-tir la cuenca minera en sumidero de RTP: el vertedero de Nerva, el intento de colocar unaplanta de reciclaje de polvos de acera -residuo peligroso de la siderurgia- en Calaas o elintento de un vertedero de cenizas de pirita en las minas de Aznalcllar. A la industria delPolo Qumico de Huelva le sala ms barato deshacerse de sus basuras txicas enterrn-

    dolas en vez de inertizarlas, con el beneplcito de una administracin que no centraba elinters en prevenir la produccin de residuos peligrosos. En este contexto, se desenvolvila catstrofe de Aznalcllar, donde los residuos mineros se consideraban legalmente comoinertes y donde las cuencas mineras de Sierra Morena asuman el papel de sumidero paraque las grandes multinacionales se vistieran de "produccin limpia" sin gastarse un duro enprevenir para poder competir en la "economa global".

    El mencionado informe de Emmesa dedicaba un captulo especfico a Minas de Aznalcllar.Haca referencia al hecho de que Foret, empresa productora de sulfrico para fertilizantes,transportaba residuos, cenizas de pirita y cidos dbiles desde el Polo Qumico de Huelva

    hasta la mina sevillana. Indicaba que el vertedero no tena vaso impermeabilizado sino queste era el terreno natural y los estriles de la mina y que una vez que los camiones aban-donaban la planta de Palos se trasladaban a Aznalcllar hasta la propia mina en dondehacan el vertido de cenizas por bascule: "Desde un punto de vista legal Foret es un pro-ductor de un RTP (cido dbil) que mezcla con otro RTP que es la ceniza de tostacin. ()Por tanto Foret produce un RTP que destina al abandono, ya que se lo entrega a Minas deAznalcllar y se ubica en un vertedero, sin ningn tratamiento y sin que el depsito estacondicionado para contener ste u otros RTP ()". La conclusin de este informe estajante: "En conclusin Foret es el productor de un RTP que se lo entrega a un gestor no

    legalizado, Minas de Aznalcllar, y ste hace, adems, una gestin totalmente incorrectade dicho residuo".19

    La CEPA tuvo acceso a algunos captulos de este informe que trataba de evaluar el gradode cumplimiento del Plan de Correccin de Vertidos Lquidos al Litoral de Huelva. Fruto deello efectu denuncias de almacenamiento ilegal de residuos en varios espacios mineros.

    En los 30 tomos que comprende el informe, se analizaba de forma exhaustiva la proble-mtica medioambiental de varias empresas productoras de residuos as como los meca-nismos irregulares de gestin de dichos residuos. En las conclusiones se pona en conoci-

    miento del AMA que las empresas estaban actuando con la ilegalidad ms absoluta y se ledeba aplicar la Ley en todos sus extremos. Igualmente, el informe apuntaba la necesidadde obligar a las empresas a dar una gestin adecuada y correcta a los residuos cidos, que

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    tanto perjuicio estn ocasionando. En el tomo XXIV del estudio, las pginas entre la 58 y64 se refieren a las visitas efectuadas a Foret y Minas de Aznalcllar, donde se recogentodas las irregularidades e ilegalidades detectadas. En la pgina 64 expone:

    "En el caso de Foret, el problema es de un mayor descaro, ya que amparndoseen un contrato privado con una empresa suministradora, manifiesta que el resi-

    duo generado en su proceso productivo pertenece a la empresa suministradorade materia prima. Si extrapolamos esta sutileza ideada por Foret al aparato pro-ductivo de un pas, la contaminacin total de una nacin se podra transferir nte-gramente a los pases productores de materia prima. Es clara la inconsistencia deeste tipo de argumentacin, y se debe presionar legalmente a Foret para que rea-lice la gestin de sus residuos de acuerdo al ordenamiento jurdico en vigor, y aMinas de Aznalcllar para que no acte como gestor en residuos txicos y peli-grosos de una forma totalmente ilegal."

    La Federacin sevillana de la CEPA, por entonces Federacin Ecologista Pacifista deSevilla (FEPS), present una denuncia el 27 de mayo de 1994 ante el Juzgado deInstruccin de Sanlcar la Mayor y ante el fiscal-jefe de la Audiencia de Sevilla, contraBoliden por verter RTP en Minas de Aznalcllar procedentes del Polo Qumico de Huelvahaciendo mencin a una presunta prevaricacin por parte de la administracin (AMA) puesa pesar de tener conocimiento del asunto no haba tomado medidas para resolverlo. PepeGarca Rey, como coordinador de la Federacin Ecologista denunciaba vertidos. Entre losmetales pesados se encontraban cantidades importantes de Arsnico, Cobre, Zinc, Plomo,Magnesio, Aluminio, o Cromo.

    Por su parte, el Director General de Calidad Ambiental de la Agencia de Medio Ambientehaba enviado una carta a la Direccin Provincial de este organismo en Huelva (4 de sep-tiembre de 1992) donde se manifestaba el carcter txico y peligroso de los cidos dbilesy las irregularidades en que incurren tanto Foret como Minas de Aznalcllar en la gestinde estos RTP.

    Posteriormente, y tras conocer la denuncia de la CEPA interpuesta en Sanlcar la Mayor,la propia Direccin General de Calidad Ambiental emiti dos informes donde falseaban larealidad desmintiendo lo dicho dos aos antes. Este hecho, considerado como una formade eludir responsabilidades, propici que se presentara una nueva denuncia contra

    Francisco Tapias por presunto delito de prevaricacin y falsedad documental.

    Ante la negligencia administrativa, la CEPA y la FEPS organizaron, en el Da Mundial deMedio Ambiente, el 5 de junio de 1994, una Caravana-Concentracin en la Plaza delAyuntamiento de Aznalcllar, denunciando el vertido de residuos txicos y peligrosos en lasminas de Aznalcllar y pidiendo la paralizacin del transporte de RTP. Una nota de pren-sa firmada por Pepe Garca Rey tena como titular: "La FEPS-CEPA denuncia en elJuzgado de Sanlcar la Mayor a las empresas Foret y Boliden por vertidos de residuos txi-cos en Minas de Aznalcllar y a los responsables de medio ambiente de la Junta de

    Andaluca por posible prevaricacin al tener conocimiento de ello y no impedirlo".El 30 de julio de 1994 apareca en El Pas una informacin referente a la contaminacin delGuadiamar por las minas de Aznalcllar. Se titulaba "La CEPA denuncia la contaminacin

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    por metales pesados del Guadiamar"20, y en ella, la Confederacin Ecologista PacifistaAndaluza denunciaba que la empresa Foret, haba vertido en las minas, ilegalmente, unas300.000 toneladas al ao de desechos, con un alto porcentaje de metales pesados comozinc, plomo y arsnico. Esto estara afectando a los habitantes de la cuenca, al ParqueNacional de Doana, a cultivos y a ecosistemas.

    En verano de 1995, la Consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andaluca convoc unconcurso pblico para aquellas empresas interesadas en construir un depsito de seguri-dad para los residuos industriales de Andaluca, con capacidad para 300.000 Tm en 10aos, en el tringulo de Cdiz-Huelva-Sevilla. Se ofreca hasta un 33% subvencionable delcoste total de la obra y se pona, como condicin indispensable, la declaracin de IntersSocial del proyecto por parte del ayuntamiento afectado. Se ofertaron proyectos en 12municipios (Estepa, Jerez, Lebrija, Marchena, Nerva, Niebla, entre otros); en 11 de ellos,

    sus ayuntamientos no otorgaron la declaracin de Inters Social a los proyectos presenta-dos. El ayuntamiento de Nerva, por su parte, dio el visto bueno al inters social del proyectopor unanimidad.

    Desde la CEPA se propuso seguir la lnea planteada en el Plan Nacional de ResiduosPeligrosos (PNRP): 40% de reduccin en origen, es decir en la produccin de residuos porparte de las empresas; 20% de reciclaje; y tratamiento de inertizacin, preferentemente,para el resto. La CEPA defenda que enterrar los residuos industriales no era la manerams adecuada de gestionarlos, pues se impeda el aprovechamiento de dichos residuoscomo subproductos para su reutilizacin y reciclaje en otros procesos productivos, a la vez

    que no ofreca garantas de seguridad dadas las caractersticas txicas y peligrosas de losmateriales a depositar (arsnicos, metales pesados, cidos dbiles, etc.) as como el des-conocimiento de las consecuencias que pudieran provocar las reacciones qumicas que

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    Movilizacin contra el traslado de residuos txicos y peligrosos del Polo Qumico a Aznalcllar

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    pudieran derivarse de la mezcla de dichas sustancias. Se perciba, como mecanismo degestin ms adecuado, el tratamiento de los residuos industriales en plantas de superficie,donde se clasificasen por separado, con la posibilidad de ser reutilizados, hasta su totalprdida de toxicidad.

    Por ello, la CEPA se opuso al vertedero de residuos industriales en la cuenca minera onu-

    bense. Nerva supuso un referente internacional de una respuesta social ante un problemamedioambiental por su constancia en la respuesta diaria. "Nerva minera y no basurero" fueel slogan que constantemente se pronunci en las acciones de la Plataforma Antivertedero.A pesar de sobrepasar las 1.100 manifestaciones, la movilizacin continua ms larga en elecologismo, el depsito para los residuos industriales acab instalndose.

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    La cuenca minera convertida en receptora de residuostxicos y peligrosos

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    3.- Denuncia del estado de la balsa y de filtraciones (1996)

    El desastre de Aznalcllar haba sido predicho por distintos agentes. El peligro de conta-minacin procedente de este foco minero apareca ya en un informe de la EstacinBiolgica de Doana de febrero de 1980, y ms tarde en el Informe Anglada-Badrinas, endiciembre de 1982.21

    Igualmente, investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiologa (IRNAS),dependiente del CSIC, haban sealado en numerosos trabajos, publicados en los aos 80y 90, la existencia de significativos niveles de metales pesados en el cauce del Guadiamar(procedentes de las explotaciones mineras), y haban advertido del riesgo que suponapara el Parque Nacional de Doana la existencia de una balsa de residuos, de tales dimen-siones, en la cabecera del cauce que regaba las marismas del Guadalquivir:

    "Incluso llegaron a sugerir, a las distintas administraciones responsables, laredaccin de un plan de emergencia que contemplara esta posibilidad, de mane-

    ra que, en caso de catstrofe, pudiera actuarse con celeridad, evitando que el ver-tido alcanzara el territorio ms sensible (se habl, incluso, de algn sistemamecnico que permitiera el cauce, aguas debajo de la balsa). Nadietom en consideracin el aviso ni las sugerencias del IRNAS"22.

    El catedrtico de Derecho Administrativo, Ramn Martn, en un artculo23 recordaba que "seviene denunciando la situacin de peligro por esta causa (se refiere a vertidos) desde 1976,lo que reiteradamente ha conocido el Patronato del Parque, e incluso el juez". Es impor-tante distinguir las denuncias referidas a las filtraciones de las referidas a la construccinde la balsa, ya que, posteriormente al vertido, habr equvocos en cuanto a lo ya denun-ciado.

    En 1988, la SEO/BirdLife present una queja ante la Comisin Europea por la existenciade varios focos de contaminacin que amenazaban Doana, subrayando los riesgos poten-ciales de Aznalcllar. Tres aos antes ya se haba detectado contaminacin importante demetales pesados en el ro Guadiamar jerarquizada de la siguiente manera: Cadmio, Cinc,Cobre y Plomo, verdaderos venenos para muchas especies.

    Los materiales extrados de la corta, tras ser molidos, tenan que pasar por una serie debalsas de lavado donde se le aplicaban los reactivos que separaban el mineral aprovecha-ble del resto. El mineral aprovechable flotaba formando burbujas, mientras que el materialno aprovechable se decantaba y bajaba hasta el fondo para luego ser conducido por tube-ras a las balsas de residuos. Tericamente, las aguas que se utilizaban para lavar el mine-ral mezclada con los residuos de ste y los reactivos con los que se separaban los dife-rentes componentes se almacenaban en las balsas para someterlos a un proceso dedecantacin y una vez tratadas las aguas, previo paso por una planta depuradora, se ver-tan al Ro Agrio, afluente del Guadiamar, en pocas de lluvia y no ms de un caudal de200 m3/h.

    La ejecucin de la balsa de residuos de Minas de Aznalcllar fue inicialmente realizada porDragados y Construcciones, S.A. en 1974. Se dividi en dos partes, una mayor para los resi-duos del lavado de pirita y otra menor para los de piroclasto. Estas fueron razonablemente

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    impermeabilizadas y construidos sus muros con materiales de escolleras y tongadas hasta lacota 47,50 (unos 5 mts. sobre su base). Desde 1985 la presa sufri varios recrecimientos eje-cutados por empresas ms o menos especializadas hasta 1989 y por Boliden desde enton-ces hasta la fecha. Boliden incumpli las directrices expuestas en el proyecto inicial usandomaterial de escombrera, tal como sala de la Corta, sin compactacin ni impermeabilizacin.En el momento de la rotura tena una altura de cota 64,50 (unos 25 mts. sobre la base).

    En noviembre de 1995, el facultativo de minas Manuel Aguilar Campos, ex-jefe de carga ydescarga de la mina, present un informe ante la Consejera de Medio Ambiente dondedenunciaba, entre otras cosas, irregularidades en la construccin de los recrecimientos dela balsa, el mal estado de la misma, y la incapacidad de la depuradora al tratar apenas un25% del residuo. Asimismo haca mencin al hecho de que si se segua usando la mismabalsa para el residuo de la nueva corta a explotar (Los Frailes) el problema se agravara.

    En el informe se sealan tambin consecuencias: "Como consecuencia de la mala ejecu-cin, de la carencia absoluta de Direccin Tcnica y de la nula compactacin, las filtracio-nes al Ro Agrio son constantes. Actualmente se han abierto 21 pozos con sus correspon-dientes bombas para achicar el agua, mandndola otra vez al interior de las Presas () Enla parte oeste de las Presas no se ha hecho la correspondiente pantalla de bentonita-cemento con lo cual la contaminacin est afectando a los terrenos agrcolas adems deal ro Agrio y al Guadiamar () Independientemente de mejorar el pH con los vertidos deagua dulce la disolucin de metales pesados: Cobre, Plomo, Zinc, Arsnico, Mercurio,Floculantes como Amilsantato Potsico y otros son fcilmente detectables en el anlisis delas arenas y de las orillas de los citados ros Agrio y Guadiamar ()".

    El facultativo aada: "Al eliminarse el filtro de la presa y solamente estar en contacto conlos residuos las gravas arcillosas, cuando se produce un viento fuerte y debido a la grancantidad de agua que hay, se forman pequeas olas que destruyen la grava arcillosa rojacon el consiguiente vertido de aguas al exterior, habindose producido ms de una rotura,como la de 1988 que abri un boquete en la citada presa ()". Y conclua el informe enletra mayscula: "LA CONTAMINACIN QUE SUFREN LOS ROS AGRIO Y GUADIAMAR,APARTE DE SER EVIDENTE, SI NO SE CLAUSURAN LAS CITADAS PRESAS, CORRENEL GRAN RIESGO DE PROVOCAR UN DESASTRE NATURAL DE INCALCULABLESCONSECUENCIAS, YA QUE COMO SABEMOS EL GUADIAMAR ES UNO DE LOSAFLUENTES QUE ATRAVIESA EL PARQUE NACIONAL DE DOANA."24

    Como aviso de lo que habra de ocurrir, Manuel Aguilar, reclamaba a la Junta de Andaluca"la inmediata" clausura del yacimiento "para evitar un desastre natural de consecuenciasincalculables". De la construccin de la presa Aguilar insista: "La presa de residuos no estconstruida con los materiales adecuados, sino con desechos que deberan haber sido arro-jados al vertedero"25.

    Junto a este informe, Aguilar Campos aportaba una copia del trabajo realizado por el inves-tigador Pablo Arambarri que inclua una analtica de 1977 del ro Agrio, en la que se desta-

    caba los niveles de Hierro (Fe) (300 mg/l siendo el valor permitido 0,1 mg/l), Cobre (Cu) (7,5mg/l siendo el valor permitido 0,05 mg/l), Manganeso (Mn) (15 mg/l siendo el valor permiti-do 0,05 mg/l), Plomo (Pb) (0,9 mg/l siendo el valor permitido 0,1 mg/l) y Zinc (Zn) (72,2 mg/l

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    siendo el valor permitido 5,0 mg/l). En las cuatro primeras conclusiones de su estudio,Arrabarri ultimaba:

    "1.- En general, la Cuenca del Guadiamar presenta una alta contaminacin dediversa naturaleza.

    2.- Las minas de Aznalcllar son responsables de la existencia, en la cabeceradel Guadiamar, de diferentes metales pesados. Estos metales depositados a tra-vs de los aos en lodos y sedimentos pueden ser arrastrados por las aguas lle-gando hasta la Marisma y el Coto Doana.

    3.- Existe una peligrosa contaminacin por substancias orgnicas fcilmentehidrolizables () capaz de complejar los metales pesados presentes en el medio,facilitando su redistribucin con todos los peligros que tal hecho conlleva, ya quelos complejos orgnicos de metales pesados pueden alcanzar altas concentra-ciones en la Naturaleza a cualquier pH y ser metabolizada por diferentes orga-

    nismos, incluido el hombre.

    4.- El ro Guadiamar distribuye por el rea en estudio y en direccin Norte-Surtoda la contaminacin que llega desde diversos orgenes a su cauce. Esta conta-minacin va a parar al ro Guadalquivir y penetra con sus aguas en el CotoDoana en direccin Sur-Norte ()"26

    Manuel Aguilar Campos, despus de presentar su informe a la Administracin, y ante la nulaactuacin de la misma respecto a lo denunciado, decidi acudir, acompaado de otro traba-jador de la mina, a la CEPA para poner en conocimiento lo que estaba sucediendo y el grave

    riesgo que se corra. El ecologista Francisco Fernndez Parreo recuerda27 el encuentro:

    "La tarde que recib a Manuel Aguilar me result extrao que un trabajador de lamina, adems con cierta responsabilidad en el transporte de tierras dentro delrecinto, viniera a denunciar aquello. Tambin me sorprendi que me dijera quetanto en la Delegacin de Sevilla como en los Servicios Centrales de laConsejera de Medio Ambiente no le haban hecho caso, sobre todo cuando vi lasfotos que venan en el informe, porque en ellas se vean las filtraciones, y ello indi-caba que dicha contaminacin terminaba en el ro. Pens que dada su avanzadaedad, Manuel Aguilar quera en parte lavarse la conciencia sobre lo que habavisto en los recrecimientos de la balsa, pero sinceramente en aquel momento nopens que la balsa podra reventar sino que habra que confirmar lo que me esta-ba contando. En los das posteriores, y despus de un da y una noche que llovia mares, tomamos la determinacin de colarnos en el recinto para hacer msfotos sobre las grietas, y fuimos expulsados por los vigilantes. No obstante pudi-mos hacer algunas fotos y comprobar que lo dicho por Manuel Aguilar sobre lasfiltraciones era totalmente cierto. Slo a posteriori, confirmado lo que nos dijo yante el comentario de algunos compaeros, entre ellos el fallecido Pepe GarcaRey, de que aquello podra acabar en Doana, decidimos hacer algo."

    Tras estudiar el informe de Aguilar Campos, la CEPA, concretamente la FederacinProvincial de Sevilla, decidi presentar una denuncia el 24 de enero de 1996 contra Boliden

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    Apirsa ante la Consejera de Medio Ambiente, ante el Juzgado de Sanlcar la Mayor y anteel Fiscal-Jefe de la Audiencia Provincial de Sevilla. Tambin se envi un escrito al comisa-rio de Medio Ambiente de la Unin Europea.

    El informe de Aguilar Campos fue difundido a la prensa desde la CEPA una semana antesde haberse presentado la denuncia y publicado en algunos medios el da 19 de enero. "Una

    firma minera contamina dos ros, segn uno de sus ex directivos", se denunciaba en un titu-lar de El Pas. La CEPA denunci, y tras la actuacin de la administracin andaluza en laque se desmenta el contenido de la denuncia, se emitieron las imgenes grabadas porCanal Surque evidenciaban la realidad. Este funcionamiento de la administracin es cons-tante: no se reconocen las denuncias si no se demuestran, aun sabiendo que son reales.

    Tuvo que difundirse la denuncia, dos meses despus de haberla presentado el ex-ingenie-ro de minas, para que la Consejera de Medio Ambiente empezara a tomar cartas en elasunto. El da 22, el entonces consejero Manuel Pezzi confirm la apertura de una investi-gacin, con analtica incluida, para determinar si la mina de Aznalcllar contaminaba elGuadiamar y pona en riesgo a Doana. A principios de febrero sali a la luz pblica elresultado de la analtica donde se confirmaba la existencia de contaminacin por acidez delas aguas (pH 3) y por metales pesados si bien indicaba que la separacin entre las posi-bles filtraciones y el ro Agrio impedan que aqullas llegaran a ste. Tras considerar que lasituacin era "excepcional" debido a las intensas lluvias cadas en los dos ltimos meses,la Consejera se quit esta "patata caliente" de enmedio y se la pas a la ConfederacinHidrogrfica del Guadalquivir (CHG) a quien responsabiliz del control de los vertidos. LaCHG comunicara que abrira expediente, cuestin que desconocemos si se llevara a caboy, si eso fuera as, sus conclusiones.

    La Consejera de Medio Ambiente confirm el vertido contaminante28 pero no atendi lapeticin de clausura del yacimiento por fallos en la construccin. Tras el vertido, GuillermoGutirrez record29 que se orden una investigacin a una empresa privada y al InstitutoGeolgico y Minero que resolvieron que "no haba problemas en la estabilidad del muro".Nunca se conocieron dichas investigaciones.

    La respuesta de la empresa no se hizo esperar. Con la Burson Masteller al frente, la todo-poderosa y antiecolgica multinacional de la imagen, la empresa sueca vino a decir que lacontaminacin no haba sido provocada por la mina sino por las aguas residuales de

    Aznalcllar. Tras la publicacin de la analtica, la compaa insista en que "una cosa es quepuedan registrarse algunos vertidos aislados y otra muy distinta es que estemos poniendoen peligro el Coto de Doana". Y argumentaba adems que "(la multinacional) goza deprestigio medioambiental, y est en condiciones de superar estos problemas, ya que dedi-can gran presupuesto a investigacin ecolgica". Las declaraciones no necesitan comen-tarios.

    Canal Sur, en exclusiva, emiti el testimonio de Aguilar Campos. Describa lo que habraque ocurrir dos aos despus y a pocos metros donde se producira la rotura. El perio-

    dista ambiental Jos Mara Montero30

    narr as la reaccin de Boliden con la televisinandaluza:

    "Apenas haban transcurrido 48 horas desde que se emiti la noticia cuando los

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    mximos responsables de Boliden, llegados desde Suecia, convocaban unarueda de prensa en Sevilla. A su juicio, tanto la denuncia del antiguo empleadode las minas como las imgenes que mostraban las filtraciones formaban partede una . Incluso llegaron a acusar a Canal Sur TV(nada dijeron de El Pas, que tambin publicaron unas fotos elocuentes) dehaber , grabando para

    hacerlos pasar por el . Y a aque-lla rueda de prensa siguieron unos cuantos de das de presiones, ms o menosveladas. Los portavoces de Boliden no se cansaron de recordarnos el impactoque tendra el cierre de las minas en el municipio de Aznalcllar, y la responsa-bilidad que a Canal Sur TVle correspondera en el despido de cientos de traba-jadores".

    Por otro lado, el Comit de Empresa de Minas de Aznalcllar tambin se manifestaba y afir-maba que "detrs de ellas (las denuncias) hay una campaa con fines ocultos que no valo-

    ra las inversiones -1200 millones- que la Junta tiene en Boliden". Culpaba de las mismas ala venganza de unos ex-empleados de la mina (entre ellos el Aguilar Campos). Tambin cri-ticaban a los ecologistas por "defender a los patos antes que a las personas". Lo cierto esque el citado ingeniero fue amenazado, objeto de insultos, pintadas y pasquines por sudenuncia.31

    El domingo 27 de enero, una treintena de miembros de la CEPA y algunos vecinos deAznalcllar se manifestaron, bajo una fuerte lluvia, ante las puertas de la mina con una peti-cin clara: "Boliden, no te hagas el sueco". La CEPA sealaba que las aguas de lavado deMinas de Aznalcllar eran almacenadas "en presas que no cumplen los requisitos tcnicos

    de proteccin contra el medio ambiente, por lo que se producen filtraciones de esta aguacontaminada por metales pesados que por la permeabilidad de la tierra llega directamenteal ro", por lo que los vertidos procedentes de las aguas de lavado de la actividad minerase consideraban "de especial peligrosidad para el medio ambiente e incluso para la saludpblica"32.

    Ms tarde, la asociacin ecologista de Aznalczar, Menova, y la CEPA, organizaron unaacampada en el puente viejo de Aznalczar con la propuesta de conseguir la recuperacindel Guadiamar. El lema, reflejado en una pancarta, deca: "Corredores ecolgicos: Arteriasde Vida". Se peda una poltica ambiental de proteccin y recuperacin de ros y vaspecuarias como base de una red de corredores ecolgicos para Andaluca. Concretamente,la CEPA propona un Plan de Recuperacin del Ro Guadiamar que contemplara cincograndes programas: prevencin y gestin de los residuos de la industria minera, preven-cin y gestin de la industria agroalimentaria, tratamiento de las aguas residuales urbanas,reforestacin y potenciacin de la diversidad biolgica, y recuperacin del patrimonio his-trico artstico. A la par expona, en el mismo documento del Plan: "Desde aqu denuncia-mos pblicamente a la multinacional Boliden Apirsa, S. L., empresa explotadora de la minade Aznalcllar y responsable directa del dao que est ocasionando a nuestro ro. Y alsilencio administrativo entorno a este tema".

    A lo largo de 1996 otras dos informaciones aparecieron en El Pas referidas a las irregula-ridades de las minas de Aznalcllar33. Ambas tenan como protagonista al fiscal de medio

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    ambiente andaluz, quien investigaba vertidos y filtraciones de residuos "con escasez demedios" a partir de una denuncia de la CEPA. No se atenda a los fallos en la construccinde la presa vaticinados por Manuel Aguilar.

    El 4 de marzo de 1997, el Juzgado de Sanlcar la Mayor emiti un auto, remitido a la CEPA,por el que decretaba el archivo de las actuaciones contra Boliden por considerar "que los

    hechos no son constitutivos de ningn delito ni falta".

    El 28 de agosto de 1997 la Unin Europea, a travs de la Direccin General XI (MedioAmbiente, Seguridad Nuclear y Proteccin Civil), enviaba una carta a la CEPA en la quecontestaba a la denuncia sealando, entre otras cosas, que tras haber consultado a lasautoridades espaolas stas indicaban que "las aguas del ro Guadiamar no entran en elParque Nacional de Doana". Las autoridades espaolas, indicando como fuente a laConfederacin Hidrogrfica del Guadalquivir, conclua su informe explicando que "la evolu-cin que ha seguido la calidad de las aguas de estos ros -Agrio y Guadiamar- no ha cam-biado significativamente antes y despus de la instalacin minera". La carta de la UninEuropea conclua diciendo: "los servicios de la Comisin consideran que las autoridadesespaolas han adoptado las medidas necesarias para dar solucin a los problemas denun-ciados en su queja por lo que se propondr a la Comisin el archivo de este expediente".El mencionado archivo fue el 2 de abril, tan solo 23 das antes de que tuviera lugar la rotu-ra de la balsa.

    Das despus del vertido, el miembro de la CEPA, Juan Clavero, acusaba al Gobiernoespaol de "falsear los datos aportados a la Comisin Europea. Es impresentable que elGobierno mintiera a la Unin Europea para intentar ocultar las deficiencias de la mina". 34

    Por ltimo, el Grupo Ecologista Cultural de Aznalczar, en diciembre de 1997, puso enconocimiento de su ayuntamiento, y denunci ante el mismo, que Boliden Apirsa era res-ponsable directa de graves daos al ro Guadiamar, debido a sus vertidos de aguas proce-dentes del lavado de minerales.

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    Movilizacin en Aznalczar por la recuperacin del Guadiamar

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    La figura de Aguilar Campos

    "Hay sentencias que matan"35. Con esta frase, ini-ciaba un artculo Concha Caballero para referirseal archivo de la causa penal contra la empresaBoliden. "Miles de personas sentimos la indigna-cin y la impotencia, pero solo un corazn dej delatir", escriba Caballero.

    Manuel Aguilar muri de un infarto el 29 de diciem-bre de 2000, tras escuchar por televisin, en tie-rras leonesas, el veredicto de la juez estimandoque no existan indicios para la persecucin penalde los hechos ocurridos en el vertido deAznalcllar el 25 de abril de 1998. Le dio tiempo,

    en un largo calvario, a advertir de la catstrofeante una pseudo administracin ambiental e industrial, a ser objeto de pintadas e insul-tos, a ver cmo la pucha inundaba la cuenca del Guadiamar y a observar cmo se archi-vaba el desastre por la va penal. Falleci ante tanta impunidad, sin observar un des-enlace lgico, como hubiera sido el que se dirimiera alguna responsabilidad.

    Aguilar haba sido obligado por la empresa a aceptar la jubilacin anticipada en mayode 1995, seis meses antes de que presentara los informes sobre el estado de la balsa.Despus del vertido guard silencio debido a las amenazas que recibi a raz de susadvertencias. Tena guardada toda su documentacin en una caja fuerte bancaria, a la

    espera del da que llegara el juicio. De hecho, algunas de las acusaciones contaban conl en el caso de que la Audiencia de Sevilla revocara el auto de archivo de la juez. Algoque no lleg a ocurrir.36

    Fue declarado persona non grata por el Ayuntamiento de Aznalcllar, en contraste conel de Sanlcar la Mayor, donde resida, que le apoy y respet. El informe le supuso servctima, l y su familia, de insultos, coacciones, amenazas, calumnias y difamacionescon pasquines y pintadas y pedradas a su domicilio. Sus hijos tuvieron que estudiar enotra localidad, incapaces de aguantar la presin y l mismo fue amenazado de muer-

    te37

    . Incluso durante algunas noches el matrimonio tuvo que turnarse a la hora de dor-mir en constante viga debido a que haban amenazado con incendiarle su casa38.

    "Posiblemente Manuel Aguilar dese no tener razn -escribira ConchaCaballero- y devolver el color a aquel paisaje que, tras veinte aos de trabajoen la mina, haba hecho suyo. Suyo, aunque algunos se empearan en deni-grar su nombre, suyo aunque, desde la Andaluca ms negra y ruin se inten-tara cubrir con el manto del silencio y complicidad el crimen, en vez de alzarla voz por la justicia y futuro () Varias pintadas en el pueblo de Sanlcar, quealguna mano negra, como el vertido, renovaba peridicamente, lo llamaban

    "traidor". Traidor a la mentira, persona no condescendiente con el engao,poco amiga de la compraventa de personas y de conciencias. Posiblemente,

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    aunque doliera, no era esto lo importante para l, sino ese silencio, esas mira-das huidizas o rencorosas de antiguos amigos y compaeros de trabajo."

    A Aguilar Campos se le concedi, a ttulo pstumo, la Medalla de Oro de la ciudad dePuente Genil, de donde era oriundo. A dicha iniciativa se adhiri el Ayuntamiento deSanlcar la Mayor.

    "Queda demostrado -expone elexpediente de la concesin de laMedalla de Oro- su integridad pro-fesional y personal, su valenta,ejemplo de honradez, mantenien-do siempre, por encima de todoslos hechos ocurridos y las amena-zas que recibi, su posicin en

    defensa de los valores de laNaturaleza y lo hizo, sin atacar alas personas y slo informandocon profesionalidad y veracidad."

    Con ello se haca un poco de jus-ticia. Pero an es preciso unmayor reconocimiento de la accin de esta persona frente al dispendio de los cientos demillones que recibi de subvencin Boliden Apirsa, a los cientos de millones de eurosque ha costado el Corredor Verde y al dineral que habr an que gastar para regenerar

    totalmente el sepulcro blanqueado de las minas de Aznalcllar.

    "La honradez profesional -finalizaba Caballero-, el amor profundo porAndaluca de nada han servido contra una intocable multinacional, una raqu-tica y acomplejada justicia, una administracin cmplice. Pero sirve a miles depersonas con conciencia, a trabajadores honestos que hacen las cosas comodeben ser, a los que no se venden, a la otra Andaluca que a duras penas sedibuja."

    Medalla de Oro a ttulo pstumo para D. Manuel Aguilar Campos

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    4.- El desastre de Aznalcllar

    4.1.- La intencionalidad, una hiptesis realmente posible

    El 28 de abril, Guillermo Gutirrez, consejero de Industria, apareca en la prensa a raz deunas declaraciones del da anterior. Segn apuntaba, la balsa contaba con informes favo-

    rables e inspecciones continuas que supuestamente garantizaban que no exista peligro deaccidente. Explicaba que 24 horas antes del accidente, tcnicos de su consejera efectua-ron una revisin de rutina que no detect ninguna amenaza, por lo que cuestion el corri-miento de tierras o las filtraciones como causas del derrumbamiento porque el muro cedi"de cuajo y salt como un tapn"39.

    El mismo da, en el mismo diario, recoga la peticin del fiscal de medio ambiente de Madridal Servicio de Proteccin de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de un informeque aclarase si el vertido se produjo por un corrimiento de tierra o por el uso de materialinadecuado en la construccin de la balsa.40 Entonces, el fiscal no contempl la posibilidad

    de un "taponazo", tal como haba insinuado el consejero. Salvo las declaraciones deGutirrez, ya no se mencionaron ms otras posibilidades que las requeridas por el fiscal.

    La Universidad Politcnica de Catalua, en un informe pericial, seal como causa esen-cial de la rotura en un "desplazamiento que se produjo por ser insuficiente la resistencia dis-ponible a lo largo del plano basal de rotura"41.

    El desastre de Aznalcllar

    Imagen de la catstrofe de Aznalcllar

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    Sin embargo, que la rotura fuese intencionada es una hiptesis que nunca se ha aborda-do. Llama la atencin que ni siquiera apareciera en los medios de comunicacin puesto queexisten serios indicios. Entre los mineros hay defensores de esta posibilidad, aunque reco-nocen que no hay pruebas concluyentes. Se barajan dos hiptesis principales: hay quienesafirman que el vertido fue provocado al dejar que se llenara la balsa sin hacer nada porimpedirlo; y hay quienes apuntan a una explosin provocada.

    La primera hiptesis es de quienes creen que el vertido fue provocado al dejar que la balsase llenara. Boliden tendra inters en irse, mientras que la Junta de Andaluca le estararequiriendo cumplir los compromisos adquiridos por las ayudas que recibi. Entonces deja-ron que la balsa se llenara, sabiendo, supuestamente, que reventara, sin hacer nada porevitarlo. Con respecto a las filtraciones, se conoci en el juicio que, a partir de febrero de1998, stas aumentaron de 100 a 1000 metros cbicos/hora (para dar una idea de su mag-nitud, equivaldran al consumo medio de una ciudad de 80.000 habitantes)42.

    Enlaza con lo que se dira, a la postre, una vez ocurrido el desastre, en los medios decomunicacin suecos: "Un simple clculo de primer grado debera haber servido, denun-cian en Suecia: a mayor carga sobre la represa, menor resistencia de la misma. El puntode ruptura era cuestin de tiempo."43 "Nosotros los trabajadores -expresaba un mineroante las cmaras de Canal Plus- que estbamos aqu, tanto unos como otros, sabamosque la balsa, tardara ms o tardara menos, iba a explotar. Adems, no reuna las condi-ciones de seguridad ninguna ni estaba en el terreno ms idneo, ni nada."44 Lo cierto esque la balsa se calcul para una capacidad y se construy defectuosamente, por lo que loraro hubiera sido que no reventara. "Por qu contena la balsa una lmina de agua cincoveces superior a la realmente necesitada para su cometido?" se preguntan an los mine-

    ros45.

    Entre los indicios que apuntan supuestamente a que fue una explosin la que produjo larotura se encuentran:

    - La insinuacin del consejero Guillermo Gutirrez de que no haba sido ni por filtracionesni por corrimiento de tierra sino por un "taponazo".

    - Hay mineros que conocen los efectos de los explosivos y defienden que el lugar de la rotu-ra tena debajo la forma de un huevo, que es la propia de una explosin. Los muros de la

    balsa estaban agujereados por sondeos a ciertos metros y llegaban hasta abajo. Habapozos que tenan 14 y 18 metros de profundidad, donde supuestamente se podan meterartefactos que explosionaran sin hacer ruido, provocando slo un pequeo temblor de tie-rra.

    - La jueza autoriz a Boliden obras en la zona de la rotura que podran suponer ocultacinde pruebas. Un informe que un experto de la Universidad Politcnica de Barcelona estabaelaborando por encargo de la Comisin Internacional de Grandes Presas indicaba que lacausa directa de la rotura fue que 800 metros del dique se desplazaron 50 m sobre suscimientos. Provisionalmente, apuntaba como causas ms probables de este desplaza-

    miento a las filtraciones de agua cida a travs del muro y a las voladuras 46.

    - La hora a la que ocurri era la ms propia para un sabotaje: de madrugada. Igualmente,

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    si el desastre se hubiera producido en fechas ms cercanas al verano habra ocasionadoun alto riesgo para los numerosos campistas que en las fechas estivales abundaban poresa zona.

    - El relevo de tarde vio a dos personas andando por la balsa (cuando siempre se iba encoche por aquel lugar) que luego no se volvieron a ver.

    - A las pocas horas del vertido, el mismo sbado por la maana temprano, ya estaban lasmquinas trabajando en un muro que evitara la entrada de la pucha en el Parque Nacionalde Doana.

    - Que Boliden estaba cubierto por seguros. "Por qu Boliden poco tiempo antes haba sus-crito plizas millonarias por responsabilidad civil?" se preguntan hoy los mineros.47

    Para Ecologistas en Accin no se han estudiado suficientemente esta hiptesis de la inten-cionalidad, por lo que dejamos esta puerta abierta por si ms adelante se puede investigar.

    En todo caso, la hiptesis de la intencionalidad no resta un pice a los evidentes indiciosde negligencia en el control, por parte de la administracin, de la seguridad de la estructu-ra de la balsa, ya que estos defectos estructurales haban sido denunciados por el inge-niero Aguilar Campos y por la CEPA. En definitiva, la hipottica rotura provocada slohabra de adelantar, poniendo fecha concreta, el desastre que ocurri. Lo que s se echade menos es que un caso de este calibre no se haya indagado por ninguna instancia judi-cial, por una comisin de investigacin48 o por una investigacin periodstica.

    Quizs en un prximo aniversario de la catstrofe cambiemos el titular de "Una catstrofeanunciada" por "Una catstrofe provocada".

    A continuacin reproducimos una de las numerosas entrevistas que se han efectuado anumerosos mineros para la elaboracin de esta publicacin para mostrar una visin parti-cular desde dentro del colectivo de trabajadores. Por deseo expreso del entrevistado, omi-timos su identidad:

    P: Cmo transcurri el trfico de residuos?

    El contrato con Foret deca que las cenizas tenan que volver a la empresa. Se habla quetraan otros productos, pero los mineros no lo sabamos. La empresa los ocultaba con el

    beneplcito de la administracin y de la inspeccin de Minas.

    El fallo ocurri cuando la empresa decidi que la balsa, que haba sido proyectada para lacorta de Aznalcllar para trabajar 40 millones de toneladas de pirita, asumiera tambin lacorta de Los Frailes. Boliden opt por recrecer los muros hasta 70 metros en una balsa queestaba diseada con unas margas para una cantidad de residuos determinada. Adems, labalsa debera de haber tenido una lmina de 20 o 25 cms. de agua, y cuando se produjoel vertido tena un metro y estaba rebosando por los bordes.

    P: Cmo fue la reaccin tras la rotura?

    Cuando ocurri lo vimos todo muy negro. Era un mazazo muy grande. El 90 % deAznalcllar viva de la mina.

    El desastre de Aznalcllar

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  • 8/14/2019 Cronica de una catastrofe anunciada

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    Con la reapertura, haba trabajadores que consideraban que se iran de nuevo pronto yotros muchos estaban esperanzados que estara unos 20 aos con la corta de Los Frailes.Luego nos enteramos que Boliden "no era la primera zorra que sollaba". Haba sufrido otrostipos de catstrofes en otros pases.

    Tambin hubo una serie de elementos que condicionaban el desastre que podan dar a

    entender, sabiendo que haba ocurrido en otros sitios, que no fue tan casual el reventn dela balsa, sino que poda tener indicios, ligeras sospechas de intencionalidad y hay elemen-tos probatorios que podran sumarse a esa teora. Muchos mineros as lo pensaron y as lopensamos.

    P. Incluso se habla de que hubo una persona que puso dos cartuchos por los quele pagaron un milln de pts. por cada uno?

    Pues yo eso es la primera vez que tengo conocimiento. Yo no s, haba una serie de ele-mentos que La versin en s, lo que se habla es que aquella tarde s haba dos personas

    en el muro que no eran de aqu, que no haba nadie en el cauce del ro, que a los gitanosque vivan en el puente los mandaron quitar Adems los suecos haban sacado un segu-ro de 11 mil millones de pts. un ao antes por parada de la produccin, tenan un segurode 4 mil millones de pts. para daos a terceros.. Haban investigado el mioceno de laszonas limtrofes, que es lo que hoy es el PAMA (Parque de Actividades Medioambientalesde Aznalcllar) y las tierras de labor para ver los metros cbicos que haba de mioceno, queson los que echaron despus a la balsa encima para taparla.

    Lo de los dos cartuchos no lo s. Bueno, los muros de la balsa estaban agujereados porsondeos a ciertos metros y llegaban hasta abajo, que eso, pues es posible Despushaba mineros conocan el tema de las voladuras y decan que se haba formado un"huevo". El muro se derrumb, pero el agua y el mineral, la pucha que le llamamos nos-otros los