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El decreto desmortizador y sus efectos en el monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos) Rafael SÁNCHEZ DOMINGO Universidad de Burgos I. Fundación del Monasterio. II. Cardeña y el decreto desamortizador. 2.1. Desamortización y bienes inmuebles. 2.2. Desamortización y bienes muebles.

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  • El decreto desmortizadory sus efectos en el monasterio

    de San Pedro de Cardea (Burgos)

    Rafael SNCHEZ DOMINGOUniversidad de Burgos

    I. Fundacin del Monasterio.II. Cardea y el decreto desamortizador.

    2.1. Desamortizacin y bienes inmuebles.2.2. Desamortizacin y bienes muebles.

  • 1. YEPES, A. de, Crnica General de la Orden de San Benito, BAE, Madrid1979, p. 12.

    2. FLREZ, E., Espaa Sagrada, Madrid 1772, t. XXVII, p. 222.3. Era DCCCCXXXVII fuit Cardea populata, FLREZ, E., o.c., pp. 225-226.4. SERRANO, L., Becerro Gtico de Cardea..., doc. n. CCXIV, pp. 227-229.5. SERRANO, L., El obispado de Burgos y Castilla primitiva, Madrid 1935, t.I, p.

    142, nota 1.

    I. FUNDACIN DEL MONASTERIO

    El monasterio de San Pedro de Cardea inici su actividad espiri-tual en la poca visigoda y su fundadora se llamaba Sancha quien en-terr en este cenobio, a su hijo Teodorico, y lo puso bajo la advoca-cin de San Pedro y San Pablo1. El 6 de agosto de 872 fueron marti-rizados doscientos monjes en una incursin del rey Zefa2. Despusdel martirio, persever el monasterio despoblado por las hostilida-des, hasta que tras la repoblacin de Burgos por el conde DiegoPorcelos, el ao 884, poco despus los cristianos restablecieron elmonasterio el ao 899, en que los Anales Compostelanos fechan supoblacin3. El Cronicn de Cardea relata que fue el rey Alfonso IIIde Len quien mand repoblar Burgos al conde Diego RodrguezPorcelos y fue precisamente ste quien encomend la restauracindel monasterio cardeniense al abad Damin, segn consta en la do-nacin hecha a l y sus monjes de Cardea por el conde Gonzalo Te-lliz y su mujer, Doa Flmula en septiembre del ao 902.

    El ao 935 el abad Don Alonso I, sucesor de Don Lzaro, recibade Doa Momadona y de su hijo Fernn Gonzlez el lugar de Valza-lamio4, donacin que se relaciona con la batalla de Osma, ganada en933 por los ejrcitos de Ramiro y Fernn Gonzlez, y con la entradade los moros por las tierras de Burgos, cuya fortaleza destruyeron elao 934, sufriendo igual suerte otras de la regin5.

    A partir de este momento el dominio seorial de San Pedro deCardea comenz a vertebrarse a travs de una compartimentacin

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    6. MORETA VELAYOS, S., El Monasterio de San Pedro de Cardea. Historia deun dominio monstico castellano (902-1338), Salamanca 1971, pp. 61-85.

    7. CARZOLIO DE ROSSI, M I., Formacin y desarrollo de los dominios del mo-nasterio de San Pedro de Cardea, en Cuadernos de Historia de Espaa, XLIII-XLIV, Inst. de Historia de Espaa, Buenos Aires 1967, pp. 90-91.

    estructural y estratgica de los bienes de dominio: tierras, prados,bosques, vias, granjas, molinos, etc. 6. La poltica adquisitiva delmonasterio la conocemos a travs del Becerro Gtico de Cardea, yacitado, fuente histrica de primera mano para el conocimiento deldecurso histrico del gran cenobio cardeniense, pues las dos centu-rias que cubren los documentos del Becerro son capitales para la for-macin y desarrollo del Reino de Castilla y para la reconquista y re-poblacin. La formacin del seoro territorial del monasterio deCardea tiene, por tanto, gran inters en cuanto a los aspectos demo-grfico, social y econmico de la zona, pues como hemos especifica-do, fue un perodo de duro batallar, en cuyo transcurso, la crudeza dela vida terrena debe haber hecho pensar en el destino ultraterreno: laeterna salvacin del alma es el motivo de las donaciones que se ha-cen al cenobio y aunque no siempre era posible materializar dichapreocupacin con una donacin, slo poda efectuarla quien dispo-na de un bien para donar y quien poda, adems, hacerlo libremente,porque una persona fsica en la alta Edad Media poda estar ligadapor mltiples lazos sociales, jurdicos y familiares que pudieran ha-cer muy difcil o imposible la donacin. Los modos de adquisicinde la propiedad se centraban en cuatro modalidades, los que dona-ban, quienes vendan, los que dejaban bienes en testamento y el true-que de propiedades7.

    Sera en abril de 1502 que el impetuoso e intransigente reforma-dor general de la Orden de Castilla, Fr. Pero de Njera, primer abadGeneral de la Congregacin, se dirigi a Cardea con el fin de ane-xionarla. El 9 de mayo llegaba la Bula del Papa Alejandro VI (1492-1503) con la correspondiente autorizacin, y el 15 de mayo se con-sumaba el hecho, pues Cardea quedaba unida a la Congregacin deSan Benito de Valladolid, por lo que Cardea qued sumida en elcambio hacia la observancia, gobernados por abades trienales, cultosy bien formados que llegaron a alcanzar los ms altos puestos en elgobierno de la Congregacin. Pero lo que ms arrastr a los monjesfue su austeridad, su deseo de no singularizarse y el fiel cumplimien-to de las Constituciones. Con el ingreso en la Congregacin de SanBenito de Valladolid, Cardea logr muchas mejoras de signo positi-

  • 585EL DECRETO DESMORTIZADOR Y SUS EFECTOS EN EL MONASTERIO...

    vo, no slo en lo material, con la ampliacin de la fbrica de las de-pendencias monacales, como la sala capitular y la biblioteca, sinoponiendo especial inters y esmero en el cuidado de la liturgia. Conla Desamortizacin se consum lo iniciado por las Cortes de Cdizen 1812 y el 19 de febrero de 1836 se declaran en venta todos losbienes de las casas religiosas. El 8 de marzo del mismo ao se supri-man todos los monasterios. Eran sesenta monasterios benedictinoscuya existencia declinaba ante la nefasta orden de un exaltado anti-clerical y mil quinientos monjes de la Congregacin de San Benitode Valladolid se vieron obligados a abandonar sus monasterios.

    II. CARDEA Y EL DECRETO DESAMORTIZADOR

    El siglo XVIII se inici con la guerra de Sucesin, que acab conel advenimiento al trono de Espaa de la dinasta de los Borbones,con Felipe V como primer monarca de esta dinasta. Esto era la pre-monicin de lo que cabra denominar las amargas primicias de unsiglo, pues el XIX se inici con la guerra de la Independencia, porlo que el pueblo espaol quiso defender sus valores patrios y paraello se aprest a la lucha contra la invasin gala. La participacin yel protagonismo de la empresa, llevada a cabo por ambos cleros fuemuy activa, sobre todo en la base sistemtica de mentalizacin delpueblo. Por lo que respecta a la poltica religiosa, Napolen haba or-denado reducir el nmero de conventos a una tercera parte, porque -deca- su nmero excesivo era perjudicial a la prosperidad del esta-do. El 18 de agosto de 1809 su hermano Jos ordenaba la exclaustra-cin general, por lo que ardieron algunos monasterios y otros se des-tinaron a hospitales o cuarteles. El populacho, envenenado por undeterminado tipo de prensa, no tard en dar pruebas de su vandalis-mo e ignorancia y en la actualidad, todava algunas piedras de Car-dea muestran las cicatrices y efectos de la francesada.

    Las Cortes de 1812 siguen prcticamente la misma poltica deapropiacin de las rentas y, en definitiva, de los propios bienes de losconventos y como la comunidad benedictina de Cardea no poda sub-sistir sin bienes, hubo de disolverse. Pero en un gesto de falsa genero-sidad, se permiti que los monjes se reintegraran a sus monasterios,pero con unas condiciones tan leoninas que no satisfacieron a nadie.Un rayo de esperanza se abre cuando retoma las riendas de la Nacinel rey Deseado, Fernando VII (1813-1833), quien restaur las institu-ciones eclesisticas y el 20 de mayo de 1814 se ordenaba la devolu-

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    8. El nuncio Tiberi describe as la situacin de los regulares: Entre los monjesy frailes hay personas dignsimas, pero no faltan ambiciosos, intrigantes, excitado-res de discordias..., MARRODN, J. M, o.c., p. 135.

    9. El 23 de octubre de 1835 apareci publicado en el Boletn Oficial de Burgosel Decreto de supresin de los monasterios espaoles. En el captulo n 2 rezaba eldecreto: Exceptese por ahora de la supresin, si actualmente se hallaren abier-tos, los monasterios de la orden de San Benito el de Monserrate en Catalua, SanJuan de la Pea y San Benito de Valladolid... pero con absoluta prohibicin de darhbitos y admitir a profesin los novicios que ahora hubiere, y con calidad de quelos bienes races y rentas de estos monasterios queden tambin aplicados al crditopblico como los de las casas suprimidas

    10. TOMS Y VALIENTE, F., Desamortizacin y Hacienda Pblica: reflexiones,en Hacienda Pblica Espaola, n 77 (1982) 28.

    cin a los regulares de todos los conventos con sus propiedades. Pe-ro en 1820 se volvi a implantar la Constitucin con su carga de libe-ralismo y anticlericalismo, y su secuela de desamortizacin y supre-siones. El 1 de octubre del mismo ao se suprimieron las rdenesMonsticas y esto unido al oscuro panorama nacional producido por laguerra civil entre liberales y regalistas, haca muy difcil que pudieraflorecer la vida monstica. Incluso entre los conventuales y claustraleshaba muchas defecciones, partidismos y divisiones8.

    El resultado de la famosa ley de Desamortizacin de Mendizbal,medida poltica tal vez necesaria, pero que tuvo unas consecuenciasfunestas para el arte, la cultura y hasta para la misma economa, yaque no supo encauzar la riqueza que posean las llamadas manosmuertas para crear nuevas fuentes econmicas y culturales. En efec-to, por Real Decreto de 23 de octubre de 1835 quedaron suprimidastodas las rdenes monsticas. Multitud de monasterios deban serabandonados inmediatamente por sus moradores a los largo y anchode la geografa espaola y sus bienes fueron confiscados y disueltassus comunidades9. Tras reunin capitular convocada por el abadDom Emeterio Sara, una vez hecho pblico a la comunidad el conte-nido del decreto y dadas las rdenes oportunas y sin posible apela-cin, los monjes benedictinos de Cardea abandonaron su monaste-rio para buscar refugio, unos en casa de sus padres, familiares o ami-gos y otros en las casa rectorales de las parroquias vecinas.

    Cabe preguntarse si la Desamortizacin consigui sus objetivos,pues como afirmaba Toms y Valiente, debemos distinguir entre loque se hizo a causa de la desamortizacin y lo que ocurri con oca-sin de la misma, o simplemente durante tal o cual etapa de aquelproceso10. Mendizbal deseaba crear una copiosa familia de propie-

  • 587EL DECRETO DESMORTIZADOR Y SUS EFECTOS EN EL MONASTERIO...

    11. CASTRILEJO IBEZ, F. M., La Desamortizacin de Madoz en la Provinciade Burgos (1855-1869), Valladolid 1977, p. 206.

    12. PAREDES ALONSO, F. J., Pascual Madoz (1805-1870). Libertad y progresoen la monarqua isabelina, Navarra 1991, pp. 264-266.

    13. RUEDA HERNANZ, G., La Desamortizacin de Mendizbal en Valladolid(1836-1853), Madrid 1986, p. 42.

    tarios al mismo tiempo que disminuir la Deuda Pblica y estos obje-tivos se cumplieron al menos parcialmente: con el dinero obtenido sepudo hacer frente victoriosamente a la rebelin carlista; se amortizdeuda por valor de ms de 4.000 millones de reales y se puso en cir-culacin en el mercado una serie de bienes con escasa productividadque seran transformados y explotados con mtodos capitalistas. Enel fondo lo que se pretenda era crear entre los compradores un gru-po que, movido por el inters econmico de sus adquisiciones, seconvirtiera en sostn del trono isabelino y garante del sistema liberal.Los objetivos perseguidos por Madoz no diferan mucho de los queimpulsaron a Mendizbal y aunque la situacin haba cambiado en-tre 1836 y 1855, los problemas de la base seguan siendo los mis-mos11. Madoz pretenda acabar con la mano muerta o mortfera, paralo cual la liberacin de sus bienes deba ser total, alcanzando a losbienes municipales, de beneficencia e instruccin pblica, ademsde los eclesisticos, solventar los problemas hacendsticos, lo que in-fluy en la urgencia con que se sac adelante la ley de 1 de mayo, yasentar definitivamente el rgimen liberal, creando muchos propieta-rios, es decir, muchos defensores de Isabel II, mucho enemigos de lareaccin12.

    El proyecto de Madoz cont con la oposicin de los moderados,pero no porque stos fueran contrarios a su realizacin, sino por laforma de llevarla a cabo, y en este sentido tambin encontr resis-tencias en ciertos sectores progresistas que buscaban un mayor senti-do social en la ley, pero a la hora de realizarse las ventas, moderadosy progresistas acudieron a las subastas y su participacin en las mis-mas fue, sin duda superior a la de stos como ya ocurriera en la de-samortizacin de 1836, aunque tambin entonces eran contrarios alplanteamiento de Mendizbal13.

    Lleg a resolver la desamortizacin los apuros hacendsticos delEstado Espaol?. Es claro que no, pero supuso un autntico baln deoxgeno que posiblemente evit la bancarrota y que, desde luego,permiti al Estado hacer frente a problemas costosos como los de las

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    14. MADOZ, P., Diccionario Geogrfico, Estadstico, Histrico de Espaa y susposesiones de Ultramar, Madrid 1845-1850, p. 262

    15. Esta cifra incluye las ventas del Trienio reconocidas ms adelante en la de-samortizacin de Mendizbal, que en la provincia de Burgos parece tener poca tras-cendencia.

    16. MARRODN, J. M., Vamos a Cardea, Burgos 206, p. 138.

    guerras carlistas y la guerra de Marruecos al tiempo que, en el casode la desamortizacin de Madoz, le permita subvencionar a las com-paas que estaban construyendo las diversas lneas frreas en nues-tro pas. Slamente en Burgos proporcionaron las ventas ms de 200millones de reales en menos de 15 aos, lo que representa, aproxi-madamente tres veces ms que el presupuesto de gastos provincialen esa misma etapa.

    Segn el Diccionario de Pascual Madoz, en el cuadro que dedicaa los bienes vendidos y por vender hasta julio de 184514 se han adju-dicado hasta esa fecha bienes del clero regular por valor de36.801.290 reales,15 que haban sido tasados en 13.063.609 reales, loque supone una buena cotizacin (281,7). Estas cifras correspondenal remate de 5.312 fincas rsticas adjudicadas en 31.036.690 reales,y 257 urbanas, entre ellas cuatro monasterios de monjes, -uno de ellosel de San Pedro de Cardea-, que lo son en 5.764.600 reales y nosdan idea de la importancia que tuvo el clero regular en la provinciade Burgos. la exclaustracin incidi de forma decisiva sobre los mo-nasterios de la provincia que tuvieron que ser abandonados por losmonjes, mientras sus bienes eran vendidos, lo que provoc la prdi-da o deterioro de edificios de notable valor histrico o artstico. Porlo que respecta al monasterio benedictino de San Pedro de Cardea,sufri diversas vicisitudes, siendo ocupada por rdenes distintas.

    2.1. Desamortizacin y bienes inmuebles

    Tras el Decreto desamortizador, en Cardea permaneci un mon-je con la condicin de prroco, lo que evit un despojo inmediato delas dependencias. Despus el monasterio fue utilizado como hospi-tal, pues el P. Gupin un monje de Solesmes que visit varios mo-nasterios desamortizados para restaurar la vida monstica prohibidaen Francia escriba: Todos nuestros monasterios, durante la guerraentre carlistas y cristinos, sirvieron de cuarteles o de hospitales 16.Fue un acierto y una suerte que en 1864 el Prelado burgense adqui-

  • 589EL DECRETO DESMORTIZADOR Y SUS EFECTOS EN EL MONASTERIO...

    17. Ibidem.18. A. Diocesano de Burgos. Monasterios Suprimidos Papeles relativos a San

    Pedro de Cardea, sig. 5.1.7.

    riera el monasterio de Cardea para el arzobispado de Burgos, y elmonje francs tambin dej registro de este dato: los antiguos mo-nasterios de nuestra Orden estn en posesin de los obispos17. Alparecer su primer destino fue el de casa de correccin de clrigos enlos que se reclua a sacerdotes dscolos, delinquidores o excesiva-mente exaltados en poltica. Al frente de la misma qued un monjebenedictino que haba profesado en Cardea, pero ni el primer res-ponsable ni la casa estaban preparados para esta labor.

    Este monje exclaustrado, era el P. Pedro Aenlle, quien con fecha6 de abril de 1851, escriba al Arzobispo de la Dicesis de Burgosmanifestndole que desde la poca de supresin de los regulares sehallaba cuidando de la conservacin de aquel edificio y de su sun-tuosa iglesia y le cabe la satisfaccin de haber levado cumplida-mente el objeto que se propuso al quedarse slo en aquel desierto,que fue el de cortar en cuanto estuviese a su alcance, la ruina de unmonumento digno de ser conservado... y en el largo espacio de dieci-sis aos no se ha franqueado ni un slo maraved en su repara-cin.. En definitiva, lo que solicitaba el monje era dinero para res-taurar parte del monasterio y que no se viniera abajo. A esta cartarespondi el Gobernador del Arzobispado, comisionando a D. JosArganzniz para que forme el presupuesto de coste de la obra18.

    Las siguientes noticias relativas a Cardea datan del ao 1863,con motivo de la correspondencia epistolar que se envan el Arzobis-pado de Burgos y el Gobierno de la Provincia de Burgos a travs dela Comisin Histrica y Artstica. El Gobierno local escriba el 13 deoctubre de 1863 al Arzobispo que haca todo lo posible por obtenerlos fondos necesarios para la restauracin del ex-monasterio de Car-dea. El 13 de abril de 1864 la Direccin General de Propiedades yDerechos del Estado escriba al Arzobispo de Burgos manifestndo-le que reconoca la crtica que el anterior haca del Gobernador de laProvincia de Burgos, puesto que el 7 de febrero de 1863 se habapromulgado una Real Orden por la que se exceptuaba de la permuta-cin el monasterio de San Pedro de Cardea, y habiendo dado noti-cia al Ministerio de Fomento, en atencin a las bellezas histricasque el monasterio encierra, considera que es justa la pretensin que

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    19. A. Diocesano de Burgos. Monasterios Suprimidos. San Pedro de Cardea,sig. 15.1.7.

    20. Ibidem.21. Ibidem, sig. 15.1.7.

    se tiene solicitado del mismo a propuesta de la Comisin Provincialde Monumentos, y no cree que sean bastantes las razones que alega-ba la autoridad civil de la Provincia que se cree autorizada para sus-pender la ejecucin de lo que se acord por Real Orden. Por lo tanto,la Direccin General de Propiedades del Estado se dirigira al Go-bernador de la Provincia de Burgos para que pusiera a disposicindel Sr. Arzobispo el edificio cardeniense19. La ltima carta que deque se tiene conocimiento del asunto est datada en Burgos el 19 deabril de 1864, dirigida por el Negociado de Fomento del Gobierno dela Provincia de Burgos al Cardenal-Arzobispo de Burgos, recono-ciendo justa la pretensin del prelado burgense, por lo que se dabainmediata orden a la autoridad civil de la Provincia de Burgos, man-dando cumpliese lo ordenado por S. M. que exceptuaba de la permu-ta el monasterio citado20.

    Con posterioridad el Arzobispado burgense comienza los trabajosde consolidacin y arreglo del edificio, pues se tienen conocimientode la realizacin de un presupuesto el 20 de mayo de 1884 para elarreglo de dos arcos del claustro, base y sostn del primer trnsitoque se encontraban deteriorados, a la vez que se repara el tejado deltemplo en la parte de la capilla de San Benito, que amenazaba hun-dirse. El presupuesto del material (maderas, fanegas de yeso, tejas,etc.) que ascenda a 2.181 reales lo firma Francisco Larraaga, veci-no de Castrillo del Val21.

    Hubo un intento, por parte de los monjes benedictinos de Soles-mes, en Francia, de recuperar el cenobio burgals para restaurar lavida monstica benedictina y devolver a Cardea su antiguo explen-dor, irradiacin y prestigio. En 1880 visitaba Espaa el P. IldefonsoGupin, monje solesmense, con la intencin de disponer de un mo-nasterio que pudiera alojar a su comunidad a su comunidad en casoque fuera expulsada de Francia. El 4 de junio viajaba hacia Cardeadesde Burgos en un coche alquilado por 10 pesetas. No le parecimal el monasterio, a pesar de encontrarse en un lugar muy solitario ytener el inconveniente secularmente constatado del fro. El monjefrancs describa as lo que vi:

    ... los edificios construidos en el siglo 18 tienen un bello aspectoexterno..., los muros estn negros y sucios como en todos estos mo-

  • 591EL DECRETO DESMORTIZADOR Y SUS EFECTOS EN EL MONASTERIO...

    22. LAMO, C. del, Silos, cien aos de historia (1880-1980), Madrid 1983, p. 37.

    nasterios abandonados... Cerca de la escalera hay 3 o 4 grandes sa-las, una de las cuales serva de biblioteca. Algunos libros se estnpudriendo all aun. No he podido verlos, se ha perdido la llave, nadieentra all, y la ventana permanece abierta desde hace aos22.

    Las propiedades de las tierras circundantes al monasterio estabanen manos particulares. El abad de Solesmes, Dom Couturier debacontestar al P. Gupin sobre qu abada adquirir, de las muchas aban-donadas que haba visitado, pero la correspondencia no llegaba. Pe-ro tambin los monjes de la Trapa de Divielle (Landes) haban llega-do a Burgos en busca de un refugio para su comunidad y este asiloera nada menos que San Pedro de Cardea

    Ahora se iniciara un duelo dialctico entre el monje negro y losmonjes blancos en torno a la adquisicin del monasterio de San Pe-dro de Cardea, duelo que recuerda las viejas luchas medievales en-tre los monjes blancos y los monjes negros. Tanto el benedictino co-mo los trapenses deseaban instalar a sus respectivas comunidades enel monasterio que guardaba los restos del Cid Campeador. DomGupin haba llegado antes y contaba con el permiso y con la anuen-cia del obispo de Burgos para quedarse en Cardea, pero no disponadel permiso del abad de Solesmes para zanjar definitivamente lacuestin. Los trapenses argan que, antes de que Dom Gupin llega-ra a Espaa, ellos haban pensado restaurar Cardea para hacer unanueva fundacin. Un antiguo proyecto que nada tena que ver con lossucesos que ahora estaban ocurriendo en Francia. Dom Gupin insis-ti que l no poda cedrselo sin el consentimiento de su Abad. Ladiscusin se haca cada vez ms tensa ya acalorada. Los monjesblancos argumentaban que Cardea era para ellos el lugar ideal.Pronto podran disponer de gran nmero de hectreas de tierra paracultivar, pues contaban secretamente, con que un hijo del propietariode las fincas, el Sr. Heredia, pensaba vestir el hbito trapense si stosrestauraban Cardea, con lo cual se haran gratuitamente con las fin-cas.

    Dom Gupin responda, por su parte, que para los monjes negrosCardea reuna, igualmente, las cualidades ideales de un monasteriobenedictino, como lo haba sido desde su fundacin hasta el momen-to de la Desamortizacin: separacin y cercana, a la vez, de un n-cleo importante de poblacin -Cardea dista unos diez kilmetros de

  • 592 RAFAEL SNCHEZ DOMINGO

    23. Ibidem, p. 40.

    Burgos-, facilidad de acceso a los archivos y bibliotecas de la capitalde la provincia, rapidez de comunicaciones y avituallamientos parauna comunidad que no puede producir todos los medios de subsis-tencia. Ninguna de las partes en litigio deseaba ceder y la falta de en-tendimiento no provena, en esta ocasin, de las dificultades lings-ticas, ya que los tres interlocutores hablaban en su lengua materna, elfrancs y uno de los monjes trapenses, el superior, era, como DomGupin, bretn. Dom Alfonso Gupin se vea con las manos atadas yno quera dejar Cardea bajo ningn concepto, por ello telegrafi ur-gentemente a Solesmes para recibir rdenes concretas de su Abad ypor su parte, los trapenses volvan a la carga con terquedad y hastacon malos modales, instando al monje benedictino se olvidara deCardea y eligiera el monasterio de Silos, ofrecindose ellos mismosa acompaarle hasta Silos23.

    Los tres monjes llegaron a Silos el 19 de junio, y esta visita seraprovidencial para la restauracin monstica -material y espiritual- deSilos. Pero Dom Gupin tena los ojos puestos en Cardea, pero an-te la ausencia de noticias de Solesmes, se decidi a ceder el monas-terio de Cardea a los dos monjes trapenses. Al da siguiente recibael telegrama de su Abad, confirmndole que aceptara para los bene-dictinos la abada de Cardea y que agradeciera al Sr. Arzobispo deBurgos el detalle que haba tenido con ellos. Ya era demasiado tarde,pues con el telegrama en la mano, corri en busca de los trapenses yles comunic las rdenes de su abad, pero los monjes blancos obje-taron que no vala volverse atrs y que lo que horas antes habanacordado vala mucho ms que la orden telegrfica de Solesmes. In-cluso le afirmaron que estaban dispuestos a salir inmediatamente pa-ra Madrid con el fin de conseguir del Gobierno espaol la autoriza-cin para instalarse en Cardea. La lucha entre los dos bretones ha-ba concludo. Don Gupin perda la batalla sin culpa suya y ceda,muy a su pesar, el monasterio de Cardea a los trapenses de Divielle.

    Pero los monjes trapenses debieron realizar una serie de gestionesante las autoridades civiles: el 26 de junio de 1889, el Ministerio deGracia y Justicia responda a la solicitud del Prior y religiosos tra-penses de N. S. de Dieville y les comunicaba que el Rey haba soli-citado informes con urgencia para dar una respuesta definitiva, y queera afirmativa por parte del Ministerio de Gracia y Justicia, condi-cionada al permiso que les otorgara el Arzobispo siempre que el

  • 593EL DECRETO DESMORTIZADOR Y SUS EFECTOS EN EL MONASTERIO...

    edificio conservara el carcter de casa de correccin de eclesisti-cos24.

    El 17 de noviembre de 1880 la llamada comunidad errante,llamada as por su singladura que hubo de pasar hasta su ubica-cin en el actual monasterio de La Oliva (Navarra), tomaba posesindel clebre y lastimado monasterio del Cid.

    La familia Heredia, duea de los terrenos, trat con mucha gene-rosidad a los nuevos monjes y, hasta les cedi parte de la huerta paraque cultivasen algunos productos para su manutencin. Pero losmonjes, hechos a los trabajos agropecuarios, necesitaban mucho msterreno para sobrevivir e intentar mejorar la vivienda. La finca esta-ba valorada en 250.000 pts, cantidad que rebasaba con mucho las po-sibilidades dinerarias de los trapenses que apenas disponan de naday esto, unido al fro de Burgos, hizo que la comunidad abandonaraCardea en noviembre del siguiente ao. El ao 1893, los monjes deSilos, abada que estaba siendo restaurada por monjes franceses almando de Dom Gupin, instal una fbrica de licor y para ello com-pr la frmula para su fabricacin a los Sres. Heredia, que la habanheredado de los antiguos monjes de Cardea; la frmula cost unas20.000 pesetas, logrado en el contrato buenas condiciones de pago25.

    Posteriormente fueron los PP. Escolapios quienes ocuparon Car-dea durante trece aos, presencia que dej profundas huellas tantoen la conservacin del edificio como en la adaptacin del mismo pa-ra el nuevo destino que no era otro que el de la enseanza26. Oficial-mente qued erigido, registrado y establecido cannicamente el Co-legio Central de San Pedro de Cardea el 20 de agosto de 1888. Du-rante el primer curso la comunidad se compona de ms de cienmiembros: 7 padres, 12 hermanos y 88 juniores repartidos en trescursos. Vida y bullicio no faltaron en el monasterio, a la par que in-virtieron grandes sumas en reparar ruinas y acometer obras a fondode albailera: slo en tres meses consumieron 16.028 reales y gra-

    24. A. Diocesano de Burgos. Monasterios Suprimidos. San Pedro de Cardea,sig. 15.1.7.

    25. DEL LAMO MARTNEZ, C., Silos, cien aos de historia..., p. 124.26. Con los PP. Escolapios de Cardea se educ e inici sus estudios desde

    1891 hasta 1894, con brillantes calificaciones, el que ms tarde sera prestigioso ypolmico cardenal y arzobispo de Sevilla, Don Pedro Segura, burgals natural deCarazo (Burgos).

  • 27. CUEVA, D., Los Escolapios en Cardea (1888-1901), en Revista AnalectaCalasanctia, Enero-Junio 1986, pp. 149-189.

    cias a los Escolapios se conjur el peligro de ruina27. Respecto a lapoblacin o movimiento demogrfico en Cardea durante los lti-mos aos de estancia escolapia en el mismo, sabemos que durante elcurso 1900/01 se sentaban diariamente a la mesa 203 comensales. Enseptiembre de 1901 los escolapios remontan el vuelo sin que se se-pan exactamente las causas. Otra vez se cierne la tragedia que ame-naza a los grandes monumentos cuando desaparecen sus moradores.Naturalmente los escolapios retiraron cuantos muebles haban apor-tados durante 10 aos al viejo casern, mobiliario que fue sustituidomeses despus por otro trado desde la vecina Cartuja de Miraflores.

    La intencin era la de alojar provisionalmente en Cardea a losmonjes cartujos exiliados de Francia. Pero la improvisada Cartujadur poco y a primeros de 1903 fueron evacuados monjes y enseres.Los Jesuitas intentaron catar el monasterio pensando en un novicia-do o juniorado para los miembros de la Compaa, pero le hallaron lapega del aislamiento y que el edificio se encontraba bastante deterio-rado. Poco despus lleg una comunidad de frailes capuchinos, ex-pulsados de Toulouse y tratndose de una Orden mendicante, pocoms podran hacer los buenos frailes que atender a sus necesidadesms inmediatas, aunque por aquel entonces, en 1907, se realizaronimportantes trabajos para rehabilitar la torre cidiana echando ma-nos de fondos aportados por el Ministerio de Hacienda. El 1921, loscapuchinos deciden retornar a Francia. En agosto de 1922 se discuteen sesin ordinaria de la Diputacin de Burgos la conveniencia deutilizar el monasterio como manicomio provincial, y aunque se hizola distribucin de espacios, el proyecto no lleg a prosperar. En 1930los Escolapios quisieron retornar de nuevo, pero el arzobispo, Ma-nuel de Castro no se lo autoriz, pues pensaba convertir el edificioen un Seminario de verano. Durante la Guerra Civil Cardea se con-virti en campo de concentracin, por el que pasaron 4.000 hombresen cuatro aos. El 1 de mayo de 1942 llegaron desde la Trapa de SanIsidro de Dueas 18 monjes dispuestos a reinstaurar el Ora et La-bora y seguir la milenaria Historia del Monasterio.

    Por lo que respecta a las tierras de labranza y coto redondo de laantigua abada benedictina, ya en 1846 los pueblos de Carcedo yCastrillo del Val -en trmino municicipal de ste ltimo se encuentrael cenobio cardeniense- prximos al monasterio de Cardea pleitea-

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    28. A. Monasterio de San Pedro de Cardea, cit. en MARRODN, J. M., San Pe-dro de Cardea: Historia y Arte, Burgos 1993, p. 135, nota 1.

    29. A. Diocesano de Burgos, Monasterios Suprimidos. San Pedro de Cardea,sig. 15.1.7.

    30. Registro de la Propiedad de Burgos, t. 1.468, I; 13 de La Cueva de Juarros,fol. 114-123.

    31. MORENO PEA, J. L., Gran propiedad rstica en Burgos, Burgos 1992, p.345.

    32. Ibidem, pp. 391-392.

    ron sobre el coto redondo del monasterio y en 1877 Francisco Casa-do reclam el monte Carrascal, propiedad del monasterio, que habacomprado al Estado en virtud de las leyes de desamortizacin28. Confecha 20 de diciembre de 1898, Domingo Rico y Gil, vecino de Bur-gos y apoderado de Juan Pablo Lpez de Heredia, dueo del coto re-dondo de San Pedro de Cardea, envi carta al Arzobispo de Burgosmanifestndole que al ser cada vez ms irreparable el deterioro delclebre monasterio de Cardea, por falta de fondos de la Dicesispara su conservacin, -pues el Arzobispado era el propietario de Car-dea-, por lo que propona un medio que reportara fondos para ayu-dar a sostener al histrico cenobio, que era el arriendo de una partedel monasterio que podra ser toda la planta baja del Monasterio yhabitaciones del lienzo del medioda, que est delante de la igle-sia29.

    Un burgals llamado Francisco Javier Arniz, el mayor contribu-yente de la provincia de Burgos, que pagaba en 1862 al fisco 20.000reales, dej a su muerte, en 1871, un caudal evaluado en algo ms de2.300.000 pesetas y lleg a reunir propiedades en bastantes pueblosde la provincia. De ellas han sobrevivido como gran propiedad elmonte de Las Cortas, tambin llamado monte de Cepo y Venta Ar-niz, en Modbar de San Cibrin, desamortizados al monasterio deSan Pedro de Cardea y rematados por Arniz30. Con 507 hectreas,en la actualidad es la nica de las tres grandes fincas en la provinciade Burgos que no han perdido su carcter de coto redondo31. La con-dicin de los grandes propietarios tras la desamortizacin variabaconsiderablemente de unos a otros segn la relacin que guardabancon la propiedad y por lo que respecta a la de Cardea -en el trminode Castrillo del Val- se contabilizaba con carcter de residente, comopropiedad eclesistica cisterciense, junto a la de los Padres Agusti-nos de La Vid, los Padres Benedictinos de Santo Domingo de Silos ySantibez del Val y los Hermanos de la Sagrada Familia en La Ho-rra32. Por lo que respecta a la suerte que ha corrido el coto redondo de

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    33. Ibidem, p. 400.34. A. Diocesano de Burgos, Monasterios suprimidos. Papeles relativos al Mo-

    nasterio de San Pedro de Cardea, sig. 15.1.7.

    Cardea, un industrial harinero compr en 1968 el monte Las Cor-tas, en Modbar de San Cibrin (La Cueva de Juarros), hoy propie-dad, como pro indiviso, de sus herederos. Una parte corresponde amonte de encina y roble y otra, roturada, de dedicaba al cultivo decereal. La explotacin se completa con el pastoreo de un rebao de400 ovejas. La finca, que fue adquirida en el siglo XIX por Francis-co Javier Arniz procedente del Monasterio de San Pedro de Carde-a, fue comprada en 1966 por una compaa inmobiliaria, EdificiosFeygn, S.A., la cual la vendi, a su vez, dos aos despus al padrede los actuales dueos33.

    2.2. Desamortizacin y bienes muebles

    Antes de sumergirnos en el apasionante mundo de las joyas bi-bliogrficas monsticas, perdidas o halladas, citamos unos datos lo-calizados sobre Cardea y datados en 1836. Se trata de un inventariode los efectos, muebles y alhajas de la Iglesia de San Pedro de Car-dea. Primero describe que an se conservaba un retablo mayor.

    En un primer encuadro y grande con la pintura de san Pedro puestoen oracin, a su derecha entre columnas la efigie de bulto de San Ma-teo y a la izquierda la de San Lucas. En el atrio, la efigie de la Asun-cin de N S con una corona de oja de lata. Mesa de altar con la ara,mantel y sobre mantel, crucifijo y cuatro candelabros medianos debronce; dos pequeos de estao. Sacras con marcos y cristales. Atrilde madera con misal y campanillas, dos credenciales pintadas, una si-lla comn, una lmpara pequea de metal y sobre dos columnas depiedra pintada, dos ngeles de bulto 34. Sigue la relacin del inventa-rio: coro bajo, capilla de N S del Rosario, con estatuas de San Ilde-fonso y San Anselmo; Capillas de los Santos Mrtires de San Miguel,Antigua de san Lesmes, de N. P. San Benito, de San Sisebuto; Antiguade San Martn, Antigua de Santiago; sacrista, coro alto, plata, bronce,libros (dos breviarios y un ritual), efectos pertenecientes al culto divi-no: ropa de blanco, encarnada, verde, morado y negro.

    Madoz nos informa con datos elocuentes hacia 1845:

    Existen en el interior de este convento dos piezas, en una de lascuales que serva de biblioteca, hay cerca de 2000 volmenes, cuatro

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    35. MADOZ, P., Diccionario Geogrfico-Estadstico-Histrico de Espaa y susposesiones de Ultramar, Madrid 1845-1850, p. 270.

    36. PREZ DE URBEL, J., Semblanzas benedictinas, t. III. Las Grandes Abadas,Madrid 1928, p. 87.

    37. VV.AA., Historia de la Biblioteca Pblica de Burgos, Burgos 2003, pp. 29-30.

    38. BERGANZA, F. de, Antigedades de Espaa..., t. I. pp. 214-215.39. GONZLEZ ECHEGARAY, J.; DEL CAMPO, A.; FREEMAN, L. G., Obras comple-

    tas de Beato de Libana, Madrid 1995, p. XXXII.

    cuadros grandes de escritores Benedictinos y otros dos muy peque-os de Ntra. Sra. de los Desamparados, y la del Pilar; y finalmente,en la otra pieza que serva de archivo se conservan varios manuscri-tos en pergamino de letra ant.35.

    El primer scriptorium documentado en Burgos fue el de San Pe-dro de Cardea, que cont con un excelente calgrafo entre sus mon-jes llamado Endura quien cre escuela y sembr el arte librario porotras tierras y entre otras obras copi los comentarios de Casiodorosobre los Salmos, dedicado a los santos Pedro y Pablo y finalizadopor su discpulo, el copista Sebastin el 19 de enero de 949. A finalesdel siglo XII otro monje copista, Don Gmez, haba transcrito unahermosa Biblia gtica36. Una de las principales joyas del fondo anti-guo de la Biblioteca Pblica de Burgos es la llamada Biblia Romni-ca de Burgos, del siglo XII, que se compone de 202 folios en perga-mino, escrita en letra gtica y latn, sus pginas constan de dos co-lumnas con 42 lneas cada una. Este cdice de gran formato contienelas Genealogas de Cristo, los Prlogos de San Jernimo y los LibrosSagrados desde el Pentateuco hasta el Libro de Esdrs. En sus pgi-nas se encuentran bellas miniaturas, una de ellas representa la Ado-racin de los Magos y la otra desarrolla el ciclo del Gnesis37. Ber-ganza cita la existencia en la biblioteca del monasterio de un Beatodel siglo X, que haba hecho copiar el abad Cipriano (941-944)38 y enel Museo Arqueolgico Nacional de Madrid, consta un Beato proce-dente del monasterio de Cardea39.

    No se salv de la destruccin ni un slo diploma original en per-gamino de San Pedro de Cardea anterior al ao 1484 y tampoco setiene noticia de ningn catlogo de los manuscritos de Cardea ante-riores a 1835, y las primeras noticias a estos cdices debemos bus-carlas en los autores que historiaron el monasterio cuando todava nose haba producido la dispersin de los monjes ni la incautacin desu archivo, en concreto Fray Lope de Fras, monje de Cardea, quien

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    40. MARTNEZ AIBARRO Y RIVES, M., Intento de un diccionario biogrfico y bi-bliogrfico de autores de la provincia de Burgos, Madrid 1999, pp. 229-231.

    41. YEPES, A., Crnica General de la Orden de San Benito, Madrid 1959, t. I, p.14.

    42. BERGANZA, F., de, Antigedades de Espaa, Madrid 1719-1721, t. I, pp.384-386; t. II, p. 306.

    43. FLREZ, E., Espaa Sagrada, Madrid 1772, t. XXVII, pp. 210-250.44. MEMORIAL HISTRICO ESPAOL, Noticia de los cdices pertene-

    cientes a los monasterios de San Milln de la Cogolla y San Pedro de Cardea re-mitidos a la Real Academia de la Historia por la Direccin General de fincas delEstado, Coleccin de Documentos, Opsculos y Antigedades, Madrid 1854, t. II,pp. XVIII-XIX; Aos despus, en 1908 se public un artculo ampliando los datossobre estos incunables, PREZ PASTOR, Cristbal, Indice por ttulos de los cdicesprocedentes de los Monasterios de San Milln de la Cogolla y San Pedro de Carde-a, existentes en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, en B.R.A.H., 53(1908) 469-512; Vid. Indice alfabtico de los cdices procedentes de los Monaste-rios de San Milln de la Cogolla y San Pedro de Cardea, existentes en la Bibliote-ca de la Real Academia de la Historia, en B.R.A.H., 54 (1909) 5-19; Vid. RUIZ GAR-CA, E., Catlogo de la seccin de cdices de la Real Academia de la Historia Ma-drid 1987, pp. 353-380.

    escribi la primera historia del monasterio40, el P. Yepes41 el P. Ber-ganza42 y P. Flrez43.

    La Direccin de fincas del Estado tras la Desamortizacin, y con-fiscacin de varios incunables de la biblioteca de Cardea, remiti ala Real Academia de la Historia doce cdices: 1. Cdice de la obraSpeculum Judicialis, de Guillermo Durando, del siglo XIV; 2. De-cretales de Gregorio IX, del siglo XIII con glosas a los mrgenes; 3.Decreto de Graciano, del siglo XIII; 4. Dos cdices que contienenlas Decretales con la glosa de Juan Andrs, dirigidos a la Universi-dad de Bolonia y a la de Salamanca por Bonifacio VIII, siglo XIV,vitela; 5. Historia de la Espaa Sagrada, por Pedro, presbtero, sigloXIII; 6. Evangelios con su exposicin, siglo XIII; 7. Versin latina dela Biblia, siglo XIV; 8. Summa de Santo Toms, siglo XIV; 9. VitaBeati Bernardi abatis, siglo XIV; 10. Diadema monachorum, sigloXIV; 11. Etimologas de San Isidoro, del siglo X44.

    Los cdices visigodos de Cardea citados en Yepes y Berganzason: Libro de los Morales de San Gregorio, de Gmez dicono, ao914; Biblia del dicono Gmez; Exposicin de los Salmos, de Casio-doro, del ao 949; Santoral o Pasionario con los martirios de SantaLeocadia y Santa Eulalia de Mrida; Cdice gtico de las Oracio-nes, dos Leccionarios; Cdice Gtico de las Reglas, (de san Paco-mio, San Macario, San Basilio, Casiano, San Benito, San Isidoro,

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    45. BERGANZA, F. de, Antigedades..., t. I, pp.221-275 y 470-471.46. Varios de ellos se conservan en la actualidad en la John Rylands Library de

    Manchester y en la British Library de Londres en El Escorial. MARTNEZ DEZ, G.,Cdices visigticos del Monasterio de Cardea, en B.I.F.G., n 218 (1999/1) 33-44.

    47. Ibidem, pp. 44-47.48. BERGANZA, F. de, Antigedades..., Madrid 1721, t. II, p. 258. Este cdice

    fue adquirido por la Hispanic Society el ao 1914 de un librero de Leipzig, vid. alrespecto SMITH, C., Leyendas de Cardea, en B.R.A.H., 179(1982)506.

    49. BERGANZA, F. de, Antigedades..., t. I, p. 554.50. Ibidem, t. II, p. 89.51. Ibidem, t. I, p. 11.52. Ibidem, t. II, pp. 580-587.53. Ibidem, t. II, pp. 588-590.54. FLREZ, E., Espaa Sagrada..., t. XXIII, pp. 356-358 y 370-380.

    San Fructuoso); Becerro Gtico de Cardea, del ao 1086; pergami-nos que contenan el Concilio de Toledo; Libro de la Exposicin delApocalipsis (Beato) de los aos 941-944; Breviario gtico del ao132745. En la actualidad existen doce cdices que se conservan pro-cedentes de Cardea: Morales, de san Gregorio; Biblia Sacra; Expo-sitio in Psalmos, de Casiodoro, Pasionario (primera parte); Vida deSantos. Pasionario (segunda parte); Etimologas de San Isidoro; Co-dex Regularum; Regula Monastica Communis de San Fructuoso;Commentaria in Regula Sancti Benedicti, de Smaragdo; BecerroGtico de Cardea; Coleccin cannica Hispana (Fragmento)46.Otros posibles cdices visigticos de Cardea son: Comentaria inRegula Sancti Benedicti, de Esmaragdo; Vitae Patrum Emeritensium(fragmento) y Dos leccionarios47. Pero el P. Berganza cita igualmen-te otra coleccin de cdices procedentes de Cardea escritos desde elsiglo XII en adelante: Libro martirologio48; Libro de Memorias yAniversarios -Necrologio- del siglo XII, del siglo XII49; otro LibroNecrolgico o Libro de Memorias o Aniversarios50; El Breviario an-tiguo de Cardea del ao 1327 -se supone trasladado de otro libromucho ms antiguo, en la actualidad en la Real Academia de la His-toria51; Chronicn en castellano y memorias antiguas de Cardea, setrata de dos piezas aadidas al final del cdice citado anteriormente,denominados por Berganza Cronicn Vulgar52 y el segundo Me-morias Antiguas de Cardea,53 ambos estudiados por el P. Flrez54.

    Un lote de cdices de Cardea se han localizado en varios archi-vos: el de la Catedral de Burgos es de Bernardus Casinensis tituladoExpositio regulae sancti Benedicti per Bernardum abbatem Cassi-

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    55. MANSILLA, D., Catlogo de los cdices de la catedral de Burgos, Madrid1952, pp. 95-97.

    56. BERGANZA, F. de, Antigedades de Espaa..., t. II, p. 194; MORETA VELA-YOS, S., El Monasterio de San Pedro de Crdena..., p. 245.

    57. VEZIN, Jean, Notice sur un brviaire de San Pedro de Cardea, enB.R.A.H., 146 (1960) 311-317.

    58. BERGANZA, F. de, Antigedades..., t. II, pp. 172 y 375-37659. Ibidem, I., pp. 453, 463, 479-480 y 537.60. Ibidem, t. II, p. 286.61. Diario de Burgos de 8 de noviembre de 1997, pp. IV y V.

    nensem55; en el Archivo del Monasterio de Silos se custodia una co-pia del Libro de visita del ao 1338 a diversos monasterios benedic-tinos, entre ellos el de Cardea y con los resultados de esta visita seform un libro que fue utilizado por Berganza antes de 1721, que es-cribe acerca de l: El libro original se form en dicha Visita, paraembiar una copia autorizada al Papa Benedicto XII, se conserva ennuestro Archivo56. El Breviario del abad Don Pedro de Belorado delao 1498, pieza de gran valor bibliogrfico, se conserva entre losmanuscritos del Muse Cond en Chantilly57. Un cdice desapareci-do es el que contena un dilogo filosfico el Tratado en forma diDilogo entre Vliseo y Valerio, de Fray Antonio Surez, que lleg ala dignidad de Abad de Cardea y escribi el Tratado hacia 1600; ElLibro de Tablas era el segundo de los Cartularios en que los monjesde Cardea haban transcrito los pergaminos en los que haban docu-mentado los diversos negocios jurdicos de su casa, obra que fue uti-lizada por el Padre Berganza y que cubra un espacio temporal que seextenda entre el 3 de febrero del ao 921 hasta el ao 127658. Enteotros manuscritos desaparecidos, citados por Berganza se encuen-tran la Historia del manuscrito del Cid59; la Vida de San Agustn, c-dice igualmente desaparecido, escrito por un discpulo de Berganza,el obispo de Calama San Posidio, as como cuatro grandes cantoralesque haban escrito los monjes que saban escribir, por orden del abadJuan Lpez de Belorado60.

    Poco a poco la biblioteca de Cardea se va nutriendo con fondosantiguos, localizados en los pueblos de los alrededores gracias a latenacidad de los monjes cistercienses. En 1984 tras comenzar lasobras en el mesn que se encuentra junto al monasterio, aparecieronemparedados 138 libros datados en el siglo XVI. Los monjes ex-claustrados en 1835 no se fueron con las manos vacas, pues en la ac-tualidad han recuperado unos antifonarios que se encontraban en elmonasterio de Piedra y que intercambiaron con unas religiosas61.

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    Igualmente han ido recomponiendo una selecta bibliografa sobre te-mas cidianos, pues Dom Jess lvarez, primer abad del monasteriorestaurado en 1942 se empe en conformar una biblioteca del Cid,por la vinculacin del hroe a Cardea. Poco a poco, el patrimoniode Cardea vuelve a ser conocido, bien por su ausencia o prdidairreparable de tesoros litrgicos o incunables, bien por la realizacinde facsmiles o donaciones y adquisiciones.