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Brbara Cartland
Adversarios en el amor (1994)
Ttulo Original: Rivals for love (1994)
Editorial: Harmex
Gnero: Histrica
Protagonistas: William Pitt y Lady Elva
Argumento:
Lady Elva, hija nica del conde de Chartham, huye de Londres
porque esta fastidiada de las fiestas y de los jvenes que la
cortejan, y le comenta a su ta, Lady Violet, que desea viajar. Lady
Violet, que intenta hacer cambiar de opinin a Elva, recibe la visita
del Duque de Sparkbrook, quien le informa que el Primer Ministro
William Pitt, le ha pedido que viaje a Rusia para que descubra los
verdaderos objetivos de su poltica extranjera, durante el reinado de
la Emperatriz Catherine II. Lady Violet le dice que es imposible que
el vaya a san Petersburgo, debido a que es alto, moreno y apuesto,
y la Emperatriz Catherine II, que tiene casi sesenta aos de edad,
sin duda alguna le ofrecer sus favores. Elva sugiere que ella
podra ir con el, fingiendo ser su esposa. Como, con la ayuda de
Lady Violet parten para Inglaterra, sin que nadie conozca su
destino y como viven una extraa y atemorizante aventura en San
Petersburgo, se relata en esta "resea" de Brbara Cartland.
Brbara Cartland Adversarios en el amor
Captulo 1
1790
Lady Elva baj su pistola y dispar al blanco. Lo haba colgado de un rbol.
Luego camin para ver dnde haba dado la bala. Para su satisfaccin, haba
pegado en el centro del blanco. Hizo tres disparos ms, y en cada uno tuvo xito.
Con una sonrisa en los labios regres a su casa.
Estaba decidida a ser tan buena tiradora como su padre, que era
extraordinario.
l haba afirmado que eso era completamente innecesario, ya que era una
muchacha.
Si hubiera sido un joven, su padre habra sido el primero en ensearle a
disparar.
Como intento viajar por todo el mundo, pap dijo Lady Elva creo que
sera buena idea que sepa protegerme.
Su padre se ri en aquella ocasin.
Yo me asegurar de que si viajas, queridita dijo vaya contigo alguien
responsable que pueda enfrentarse a piratas, ladrones o cualquier enemigo que te
encuentres.
"Eso pareci excelente idea en ese momento", pens Lady Elva.
Pero todava no haba hecho el viaje que deseaba al extranjero.
Cada vez que lo suger a, se le deca con firmeza que primero deba terminar su
educacin.
Ahora ya la haba terminado.
Como hija nica del Conde de Chartham, haba sido, desde el momento en que
se present en Londres, un xito.
La invitaron a un gran nmero de bailes, recepciones, almuerzos y otras
festividades a las que se invitaba a las jvenes de su edad, si eran debutantes.
Sin embargo, sin previo aviso, despus de slo tres semanas en Londres
regres a casa.
Su padre se encontraba viajando en el norte de Inglaterra.
Ella saba bien que cuando regresara, tendra mucho que decir respecto al
asunto.
Mientras tanto, ella se diverta en la forma que quera.
Montaba durante horas los mejores caballos de la cuadra del conde.
Tambin se enseaba a s misma, ya que nadie ms poda hacerlo, a tirar al
blanco.
Lady Elva entr en la casa.
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La mansin, que era un fino ejemplo de la arquitectura de la poca de Carlos II,
haba estado en manos de la familia Chartham durante varias generaciones.
El mayordomo, Beecham, acudi apresurado.
La estuve buscando en las caballerizas, milady dijo en tono de reproche
pero no estaba usted ah.
Estaba en el jardn respondi Elva. Ya puedes guardar esto.
Le entreg la pistola que estuvo usando.
Era de las que uno de sus antepasados usaba para los duelos.
Beecham la mir asombrado.
Antes de decir algo, record, sin embargo, para qu la buscaba.
Ya lleg Lady Violet, milady dijo y la espera en el saln.
Ta Violet! exclam sorprendida Elva.
Entonces, como si comprendiera la razn de su visita, sonri.
Acudir en seguida a verla, Beecham. Supongo que ya le pregunt si desea
algo de beber o comer.
Milady dijo que esperara hasta la hora del t, seorita.
Para cuando termin de hablar, Elva avanzaba apresurada por el corredor.
Lleg a la puerta del saln.
Al entrar, vio que su ta, Lady V iolet Grange, estaba de pie junto a la ventana.
Miraba los pichones blancos que se refugiaban alrededor de la fuente.
Qu sorpresa, ta Violet! exclam Elva.
Su ta se volvi.
Lady Violet haba sido una, gran belleza.
Ella se cas con un joven que en ese entonces desilusion a sus familiares.
Como tuvo un enorme xito en Londres, suponan que Lady Violet se casara
con alguien muy importante, por supuesto, con ttulo.
En cambio, se enamor de Edward Grange, el da que se conocieron.
l tambin le entreg por completo su corazn.
Luego, insistieron en casarse.
Edward Grange trabajaba para el servicio diplomtico.
Haba llevado a su esposa a muy diferentes partes del m undo, a donde lo
enviaban las embajadas inglesas.
El hecho de que l ascendiera con rapidez hasta lo ms alto de su profesin,
haba sorprendido a los familiares de Lady Violet, pero no a ella.
Luego lo enviaron a las embajadas ms importantes, hasta que, con el tiempo,
se convirti en embajador y recibi un ttulo nobiliario.
Entonces se elogi la eleccin de marido que hizo Lady Violet.
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Aun cuando en el pasado se dijo qu ella se haba entregado a alguien sin
importancia.
Elva camin hacia su ta.
Pensaba que aun cuando la quera, era innecesario que su padre la hubiera
enviado a lo que era una misin sin esperanza.
Las dos mujeres se besaron una a la otra.
Lady Violet dijo con una sonrisa.
Espero que comprendas por qu estoy aqu, Elva.
Estaba segura de que pap te escribira para pedirte ayuda agreg E lva.
Pero no pierdas tu tiempo hacindome reproches, porque no tengo intenciones de
regresar a Londres.
Pero, por qu? pregunt Lady Violet. Eso, Elva, es lo que realmente
me intriga. Por qu de pronto huiste y regresaste a casa? Qu te perturb?
Mientras hablaba, camin hacia el sof que estaba frente a la chimenea.
Luego se sent.
Como Elva no habl, su ta continu:
Tu padre est asombrado y creo que bastante molesto. Lo que me interesa
conocer es la razn de que huyeras.
Te dir con claridad por qu dijo Elva: Estaba fastidiada.
Lady Violet la mir fijamente.
Fastidiada? repiti.
Si te parece que es divertido dijo Elva ir a un baile despus de otro, ser
parte de una multitud de jovencitas que de todo se ren y que estn aterradas de que
no las saque a bailar un montn de arrogantes y tontos jovencitos, ests muy
equivocada.
Hizo pausa durante un momento.
La nica cosa que asusta a esas jovencitas es ser una "flor de la pared" y
que las otras se ran de ellas. Debo haber asistido a ocho bailes, y despus del
ltimo, me dije: "ya basta".
Pero, Elva, tenias otras diversiones adems de los bailes! exclam Lady
Violet.
Poda Caminar por el parque y encontrar a la misma gente que haba visto la
noche anterior dijo Elva. Poda ir a un almuerzo donde, como pap tiene un
ttulo, me ponan como pareja de quien la anfitriona considerara que era el joven
ms distinguido entre los presentes.
Pero, sin duda, te divertiste dijo Lady Violet.
Divertirme! exclam Elva. E n su mayora ellos no tenan nada dentro de
su cabeza.
Cmo puedes estar segura de ello? pregunt su ta. Despus de todo,
como t misma dijiste, provienen de familias distinguidas.
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Supongo que algunos de ellos se volvern distinguidos dentro de veinte aos
dijo Elva. En tal caso podra yo disfrutar de hablar con ellos, pero no estaba
dispuesta a esperar tanto tiempo.
Lady Violet hizo un ademn.
Escucha, querida dijo. Ahora que ya eres mayor, puedes hacer muchas
cosas que no se te perm itan antes. Pero primero tienes que ser presentada como
debutante.
Ya me presentaron, ya cumpl, y regres a casa. Y te aseguro que no volver
afirm Elva.
Y qu hay de todos los bailes a los que te invitaron y las otras invitaciones
que vi en tu escritorio?
Le dije al secretario de pap que las rechazara todas. Nada ni nadie me har
regresar a Londres, ni siquiera t, ta Violet, y sabes cunto te quiero.
La mirada de Lady Violet se suaviz.
Y yo te quiero a ti, Elva dijo. Siempre lo he hecho, igual que quise a tu
madre. Ella fue una de las personas ms bellas que he conocido.
Se detuvo un momento antes de aadir con mucha suavidad:
Y t te pareces a ella. Realmente, qu ms puedes desear?
Deseo mucho ms dijo con firmeza E lva. Y como saba que tarde o
temprano tendra esta conversacin, hice una lista en mi mente de lo que deseo.
Cuntamelo dijo Lady Violet, porque sabes que tengo que convencer a
tu padre de que lo que haces, es razonable. Por el m omento, est realmente
indignado contigo.
Est muy bien que pap se sienta as dijo Elva, ya que l se divierte
pescando, que es lo que ms le gusta, y yo quiero hacer lo que me gusta.
Y qu es eso?
Deseo viajar al extranjero y conocer algo del mundo. No tengo intenciones de
casarme con algn jovencito estpido que me considera un buen partido porque soy
hija de pap.
Lady Violet ahog una exclamacin antes de decir:
Nadie te pide que te cases, ya que slo tienes dieciocho aos, pero muchas
jovencitas tienen la suerte de enamorarse en su primera temporada social.
Elva se ri burlona.
Si llamas enamorarse a que te empujen al altar porque el hombre tiene un
ttulo y sabes que su familia te va a aprobar porque t tambin tienes uno, as como
algo de dinero, que siempre resulta til, no es eso lo que yo deseo.
Lady Violet se qued en silencio durante un m omento.
Pens que era un gran problema que Elva tuviera dinero propio.
Haba heredado de sus padrinos lo que mucha gente c onsiderara una fortuna.
La mayora de las chicas de su edad dependan por completo de sus padres.
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Sus padres estaban en posicin de poder amenazarlas con "te dejar sin un
centavo".
Hablemos con sensatez, querida dijo Lady Violet. Estoy segura de que
tu padre podr llevarte al extranjero dentro de poco, o cuando a l le convenga. Pero
sabes que por el momento est encantado pescando salmn; por lo tanto, tienes
que esperar hasta que regrese a casa.
Estoy dispuesta a esperar dijo Elva, pero, sabes lo que significara ir al
extranjero con pap?
Como Lady Violet no respondi, ella continu:
Iremos a P ars; donde me invitarn al mismo tipo de fiestas que en Londres.
No llegaramos ms lejos de Hamburgo o Baden-Baden, que sera casi lo mismo
que estar en Pars o en Londres. Esa no es mi idea de viajar!
Qu es lo que deseas? Pregunt Lady Violet.
Se hizo un corto silencio.
Entonces, con voz soadora, Elva dijo:
Deseo ir a lugares extraos y poco usuales. Quiero conocer el m undo del
que he ledo en los libros; el oriente, el desierto, tal vez el Himalaya.
Durante un momento, Lady Violet no pudo pensar en una respuesta.
Sin embargo, dijo:
Estoy segura que eso te suceder con el tiempo. Yo he conocido m ucho del
mundo, como sabes, porque me enamor de Edward.
Luego se detuvo un momento antes de decir con suavidad:
Pero me cas con l porque lo amaba y si hubiramos tenido que pasar
nuestra vida en una pequea cabaa, yo habra sido igualmente feliz.
Lo dijo con tanta sinceridad, que a Elva le pareci muy conmovedora.
Tuviste una suerte excepcional, ta Violet dijo. Pero puedo asegurarte
que cuando mir a m alrededor en los salones de baile de Londres, no vi a alguien
ah con la inteligencia de to Edward. A menos que tuviera alrededor de sesenta
aos de edad.
Lady Violet se ri.
Son imaginaciones tuyas dijo. Realmente no has estado en Londres en
el momento oportuno. S una buena chica, regresa conmigo ahora y podrs
quedarte si quieres en mi casa, antes de que nos vayamos a Madrid, donde sabes
que acaban de nombrar embajador a Edward.
Me gustara estar contigo dijo Elva. Pero sabes muy bien que slo me lo
pides para que pueda asistir a ms de esos horribles bailes. Realmente, no puedo
volver a perder m i tiempo, escuchando los comentarios superfluos de jovencitos
tontos.
Lady Violet se ri como si no pudiera evitarlo.
Luego, hizo un ademn con sus manos.
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Puedes decirme qu voy a decirle a tu padre? inquiri. Le escrib para
decirle que vendra a verte.
Dile que soy imposible y que te lavas las manos sugiri Elva. Puedes
comentarle tambin que me siento perfectamente a gusto aqu, en casa, y que si me
caso ser con alguno de los caballos.
Lady Violet se ri de nuevo.
Eres incorregible dijo. No puedo imaginar lo que dir tu padre.
Todo me lo dir cuando regrese a casa coment Elva. As que m ientras
tanto, djame que disfrute a mi manera. Intento pensar cmo puedo empezar a
hacer realidad mis viajes, en lugar de tener que hacerlos con la mente y los libros.
El problema contigo es que lees demasiado respondi Lady Violet. Me
qued absolutamente atnita la ltima vez que vine y vi el nmero de nuevos libros
qu habas adquirido para la biblioteca.
Algunos de ellos son muy interesantes agreg Elva. Haba uno sobre
Sudamrica que me hizo decidir que tarde o temprano debo visitar ese lugar, aun
cuando tenga que ir disfrazada de llama.
Ahora ya te ests excediendo dijo Lady Violet. Djam e poner una cosa
en claro, antes de que sigamos adelante: S er del todo imposible que andes
vagando por el mundo a tu edad y con tu apariencia.
Hizo una pausa antes de continuar:
Creo que te resultar muy difcil convencer a tu padre de que te lleve l
mismo o que te encuentre el tipo de gua que necesitaras. Gran parte del m undo se
halla, en estado de alerta.
Lo s admiti Elva, lo cual lo hace muy interesante. Hay guerra en
Suiza, as que obviamente, no puedo ir ah. Tambin la hay en Turqua.
Creo que encontrars dijo Lady Violet que hay gran nmero de otros
lugares que son demasiado peligrosos para visitantes casuales. Por lo tanto, tu viaje
alrededor del mundo ser bastante corto.
Sera mejor que nada dijo Elva.
Antes de que Lady Violet pudiera pensar en una respuesta, Beecham entr con
el t.
Lo puso sobre la mesa frente al sof donde Lady Violet estaba sentada.
Un lacayo con la librea del Conde de Chartham llev una bandeja de plata. En
ella estaban la tetera, la jarra de la crema y la azucarera.
Otro entr con pastelitos y tostadas con mantequilla sobre una bandeja de plata
y un platn con emparedados de pepino.
Cuando todo estuvo dispuesto, pareca delicioso.
Lady Violet se preguntaba qu podra decir a su sobrina respecto a los viajes.
Eso, con frecuencia, significaba lugares sumamente incmodos donde dorm ir.
Haba comida muy variada servida por sirvientes poco capacitados y algunas
veces no muy limpios.
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Entonces pens que no tena caso discutir con Elva.
Sin duda, su padre tendra mucho que decirle cuando regresara a casa.
Tal vez si ella permaneca sola en el campo hasta que l regresara, sera
sumamente aburrido.
Antes Elva siempre haba tenido institutrices y maestros.
En ocasiones, otras nias de su edad compartieron su educacin.
Sus das estaban muy ocupados.
El conde haba insistido en que tomara clases de los idiomas extranjeros que l
aprendi de nio.
Era una peculiaridad de los Chartham, a travs de varias generaciones, que
siempre hablaran varios idiomas extranjeros y viajaran m ucho.
Era algo que le haba sido muy til a Lady Violet cuando se cas con un
diplomtico.
Poda comprender, aun cuando pens que sera un error decirlo, que lo que
Elva senta era algo hereditario.
Elva haba tenido maestros de francs, alemn y espaol. Adems, estudi un
poco de ruso.
Era natural que bajo esas circunstancias, Elva deseara viajar al extranjero.
Sin embargo, era algo desafortunado que deseara hacerlo, slo un mes
despus de convertirse en debutante.
Haba estado en Londres con una de las ms distinguidas damas de la familia
como acompaante.
Lady Violet record cuando tena su misma edad.
Fcilmente podra haberse sentido igual que Elva.
Pero haba tenido la suerte de que despus de disfrutar tan slo un mes de la
temporada, conoci a Edward Grange.
No les haban permitido casarse en seguida, por si cam biaban de opinin.
Fue slo hasta que lleg el otoo y la familia continuaba diciendo que deban
ser pacientes, cuando amenazaron con fugarse.
Para evitar el escndalo, que eso sin duda habra causado, les permitieron
casarse.
Lady Violet poda recordar con toda claridad su em ocin cuando pudieron
alejarse de la atestada recepcin nupcial.
Todo lo que ella y Edward deseaban era estar a solas, de preferencia en algn
lugar del extranjero donde nadie los interrumpiera.
Todo fue perfecto para ella.
Pero Elva todava no se haba enamorado.
De hecho, senta desprecio por todos los jvenes que haba conocido.
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Tampoco apreciaba los halagos que reciba de quienes encontraban irresistible
su belleza.
Era en verdad preciosa, pens Lady Violet, como lo haba sido su madre.
Era de una belleza poco usual, que la haca destacar entre las otras jvenes de
su edad.
Luca muy esbelta, debido a la cantidad de ejercicio que haca. Y s u cabello era
rubio. Sin embargo, posea algunos reflejos intensos y exquisitos que habran sido la
alegra de los pintores italianos.
Elva tena la perfecta piel rosa y blanca de las jvenes inglesas. Sus ojos eran
del azul oscuro del Mediterrneo. Tena un brillo en ellos que a la mayora de los
hombres les pareca muy atractivo.
No era sorprendente que fuera tan admirada.
De hecho, Lady Violet se haba sentido muy orgullosa del xito de su sobrina.
Jams se le ocurri pensar que Elva no lo disfrutaba.
Haba huido, dejando slo una nota en la que deca que regresaba a su casa y
no deseaba participar ms de la temporada social de Londres.
Terminaron de tom ar el t. Elva comi una considerable cantidad de las
deliciosas golosinas hechas en la cocina.
La seora Medway, la cocinera, tena ms de treinta aos sirviendo en Las
Torres.
Pasars aqu la noche? pregunt Elva mientras entregaba su taza a su
ta para que se la llenara de nuevo.
Me gustara hacerlo si me aceptas respondi Lady Violet. Pero debo
regresar m aana temprano a Londres porque tu primo Varin, a quien de seguro
recuerdas, me pidi que lo recibiera.
Elva pareci intrigada durante un momento.
Entonces dijo:
Ah, te refieres al Duque de Sparkbrook. S que hered el ttulo, cmo es
l?
Es un hombre encantador dijo Lady Violet y por supuesto, la familia esta
ansiosa de que se case, ahora que ya es el responsable de ella.
Hay alguna prisa? Qu edad tiene?
Debe tener cerca de treinta aos respondi Lady Violet, y yo lo
encuentro encantador. Pero igual que a ti, le gusta salir al extranjero y hasta ahora
no ha pasado mucho tiempo en Inglaterra.
Me parece que es muy sensato asegur Elva. Cuando le avises a pap
que regres y me propongo quedarme en casa, deja muy en claro que no tengo
intenciones de permitir que me presionen para casarme.
Acentu la palabra "no", y entonces aadi:
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La prima Muriel, que era mi acompaante, dijo que esperaba que yo recibiera
gran nmero de proposiciones y que aceptara alguna de ellas antes de fines de
junio.
Lady Violet apret los labios.
Siempre haba opinado que la prima Muriel era una mujer muy m olesta.
Sin embargo, jams imagin que fuera tan tonta como para presionar a casarse
a Elva, quien apenas acababa de salir del saln de clases.
Como si adivinara lo que su ta pensaba, Elva dijo:
No debes culpar a la prima Muriel. Ella est obsesionada con la idea de que
todos en la familia deben formar matrimonios importantes.
Lanz una risa mientras continuaba:
Cuando le mencion que no tena intenciones de casarme, casi le dio un
ataque.
En verdad le dijiste eso? pregunt Lady Violet. Pero, por supuesto, no
hablabas en serio.
S lo haca afirm Elva. No tengo intenciones de casarme con nadie, a
menos que por un milagro conozca a alguien, como lo hiciste t, que desee viajar al
extranjero y que por supuesto, me ame tanto como yo a l.
Yo tuve mucha suerte admiti Lady Violet. Estoy segura, querida, de que
encontrars a alguien de quien te enamorars. Pero no es probable que lo
encuentres sentado en un campo de coles, ni bajar por la chimenea. Tienes que
moverte en el mundo social para conocer a un hombre as.
Elva se ri.
No creo que encuentre a alguien inteligente dentro de esos atestados
salones de baile. La mayora de los hombres van a ellos solamente para conseguir
comida y mucho que beber, sin tener que pagarlo.
Lady Violet se mostr escandalizada.
No debes decir cosas as, Elva. La gente se horrorizara si te escuchara.
No lo harn si me quedo aqu le asegur Elva. Pero lo harn si estoy en
Londres.
No haba respuesta para eso.
Despus de un momento, Lady Violet dijo:
Las fiestas que se ofrecen para las debutantes, son para ayudarlas a
conocer a solteros encantadores entre los cuales, si tienen suerte, habr alguien con
quien deseen casarse.
As es como t lo ves dijo Elva. La prima Muriel es muy diferente. E lla
me dijo: "Eres una joven muy bonita y tienes dinero propio, lo cual es una gran
ventaja. Debes casarte con alguien que tenga un ttulo importante, que te brindar
un lugar dentro de la sociedad que todas tus amistades de seguro envidiarn".
Elva hizo una imitacin de la voz de la prima Muriel al hablar.
Lady Violet no pudo evitar rer.
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A la vez pens que era un gran error que algo as se le hubiera dicho a Elva.
Era demasiado inteligente.
Por supuesto, se daba cuenta de que era lo que toda madre ambiciosa
esperaba que sucediera con su hija.
Olvida a la prima Muriel dijo en voz alta. Regresa conmigo. Te prometo
que no te har asistir a ninguna fiesta a la que no quieras ir. Estoy segura de que
antes de que Edward tenga que partir a Madrid puedo llevarte a algunas realmente
divertidas, donde conocers hombres en extremo inteligentes. Aunque sin duda,
sern bastante mayores que t.
Elva reflexion un momento y entonces dijo:
Si regreso contigo durante una semana o algo as, me prometes no
obligarme a hacer lo que no desee?
Lo prometo dijo Lady Violet.
Bueno, eso significa que no tendr que ir a los bailes! No tengo que ir a
almuerzos para debutantes y podr
Lo pens un momento.
Entonces termin la frase:
Lo que realmente deseo es estar con el to Edward y sus amigos y
escucharlos hablar de la situacin en Europa y el problema al que se enfrenta
Turqua.
Lady Violet levant las manos.
Veo que Edward disfrutar estar contigo dijo. Pero aun cuando tal vez
aprendas mucho acerca de la actual situacin del mundo, no puedo imaginar lo que
suceder contigo cuando nos vayamos a Madrid.
Regresar aqu y montar los caballos respondi Elva. Te aseguro que
son mucho ms interesantes y saben ms que esos jvenes cabeza hueca que no
tienen nada mejor que hacer que bailar con debutantes como yo.
Lady Violet se ri de nuevo.
Eres incorregible dijo. Muy bien, como son slo las cinco y los caballos
ya descansaron, podramos regresar a Londres hoy mismo. Edward detesta estar
solo y si nos apresuramos, podramos estar ah a las siete y media.
Estar lista en un momento dijo Elva. Por suerte, toda mi ropa est
todava con la prima Muriel, as que con facilidad podremos enviar a un sir viente
para recogerla.
Slo espero que no se haya ofendido por tu huida.
Y qu importa si lo hace? pregunt Elva. Pap le pag una fuerte suma
por ser mi acompaante y no creo que le pida que se la devuelva.
A la gente le parecer bastante extrao que regreses conmigo y eso, por
supuesto, ofender a la prima Muriel.
Todo lo que tenemos que decir asever Elva es que estar contigo hasta
que te vayas a Madrid.
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Hizo una pausa antes de aadir:
Despus de todo, casi no la vi mientras creca, as que no ser ningn golpe
ni para su corazn ni para su bolsillo.
Al terminar de hablar, Elva sali de la habitacin.
Lady Violet la oy correr por el pasillo.
Hizo un gesto.
Cualquiera que la observara habra asegurado que su sobrina era imposible.
Siempre haba sido igual.
Elva, invariablemente, se sala con la suya.
Como era tan inteligente, realmente era imposible que alguien pudiera
controlarla.
A la vez tema que la joven se metiera en problemas, tarde o temprano, si
alguien no la protega de s misma.
Eso, admiti, era casi un imposible.
Media hora ms tarde, en un carruaje abierto tirado por cuatro excelentes
caballos, Lady Violet y Elva partieron hacia Londres.
Mientras avanzaban por la vereda, Elva dijo:
Detesto abandonar a los caballos. Se mostraron tan complacidos cuando
volv de Londres. Siento que los traiciono yndome tan rpido.
Tendrs que regresar muy pronto dijo Lady Violet , por la sencilla razn
de que tu to y yo partiremos a Madrid en una semana ms o menos, o cuando
mucho en diez das.
Tan pronto? pregunt E lva.
Por supuesto, mi esperanza es que despus de probar un poco ms
Londres, quieras quedarte ah.
Eso supuse que tenas en mente. Y la respuesta es, no, no, no! No
regresar con la prima Muriel. Cuando t y mi to Edward se vayan, tambin lo har
yo.
Lady Violet pens que era intil discutir.
Al menos el conde se calm ara por el momento al saber que Elva regresaba a
Londres.
Lady Violet intent recordar los compromisos que tena para los siguientes
das.
Cualesquiera que fueran, estaba muy segura de que seran con amistades de
su marido, que siempre eran inteligentes diplomticos o polticos.
Elva sin duda los encontrara interesantes.
No pudo evitar pensar que el mundo social tena razn al no aprobar que las
mujeres fueran demasiado inteligentes.
A las nias se les educaba principalmente para casarse.
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Por lo tanto era un error que fueran, adems, intelectuales.
Eso las pona inquietas.
Era diferente con los hombres.
Ellos acudan a la escuela elemental y despus a la universidad.
Entonces podan decidir lo que les interesara hacer el resto de sus vidas.
Lady V iolet se daba cuenta de lo afortunada que haba sido al enamorarse de
un diplomtico.
l no slo disfrutaba su trabajo, sino que se las arreglaba para ser importante
en cada pas adonde fuera asignado.
Lady Violet saba que los reportes acerca de l, eran notables y halagadores.
El reciente Primer Ministro, el Conde de Chatham, los haba encontrado
difciles de creer.
Pero eso fue hasta que conoci bien a Edward Grange.
Entonces, como todos los dems, apreci la agilidad de su m ente.
Les agradaba su sentido del humor y las ideas originales que tena respecto a
casi cualquier tema poltico.
"He sido afortunada, muy afortunada", pens Lady Violet.
Pero su matrimonio era un milagro que podra suceder una vez cada mil aos.
Hombres como su marido eran difciles de encontrar.
Seguan avanzando, Elva, a su lado, estaba muy hermosa.
Lady Violet no pudo evitar preguntarse qu sera de la joven.
"Es demasiado inteligente como para ser feliz con alguien que no est a su
altura", pens. "Y es muy hermosa como para no tener a un gran nmero de
hombres detrs de ella".
Era una tragedia que ya no viviera su madre.
La condesa jams habra cometido el tonto error de la prima Muriel al decirle a
Elva que deba casarse.
"Har todo lo que pueda pens Lady Violet pero queda poco tiempo y
Edward tendr demasiado que hacer al llegar a Madrid, como para tener adems, a
una jovencita a su cargo".
Suspir.
"Y yo tambin estar demasiado ocupada conociendo no slo a los espaoles,
sino a los ingleses, que esperarn que les brindemos mucha atencin".
Elva se volvi hacia ella.
Veo que ests preocupada por m dijo. No lo hagas. Te aseguro que
puedo cuidarme sola.
Deseara que fuera verdad le asegur Lady Violet. T sabes, querida,
que eso es imposible a tu edad. Slo deseara que tu madre todava estuviera con
nosotros.
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Yo con frecuencia tambin lo deseo asever Elva. S que ella
considerara correcto que no desperdiciara m i tiempo con la prima Muriel.
No puedes estar segura de eso.
Estoy totalmente segura respondi Elva con voz suave. Con frecuencia
siento que mam me cuida y me gua.
Se qued en silencio durante un momento. Entonces dijo:
Te puede parecer extrao, pero estaba com pletam ente segura cuando hu de
Londres y me vine a casa, que mam saba lo que hac a y lo aprobaba.
Realmente crees que ella aprobara que te fueras sin ninguna explicacin,
abandonando a la gente que intenta ayudarte? Aun cuando sintieras que la forma en
que lo hacan, fuera la equivocada.
Elva lade un poco su bonita cabeza.
Tienes razn en eso dijo. Supongo que fui bastante grosera, y por
supuesto, me disculpar. Maana temprano, comprar algunas flores para la prima
Muriel, y se las enviar con una nota en la que me m ostrar muy arrepentida.
La forma en que lo dijo hizo rer de nuevo a Lady Violet.
Hazlo dijo. Y supongo que realmente ests complacida contigo misma
por haber logrado tu objetivo y escapado de momento.
Lady Violet hizo una pausa antes de continuar:
Pero ahora tendrs que pensar muy seriamente en lo que hars cuando
Edward y yo nos vayamos a Madrid. S que tu padre no quedar muy complacido si
se entera de que has vuelto a casa y permaneces ah sola.
Elva se encogi de hombros, como si eso no le preocupara.
Entonces dijo:
Tal vez suceda algn milagro, ta Violet; y de alguna extraa manera me
encuentre en cualquier parte del mundo donde nunca antes haya estado. Por
supuesto, correctamente escoltada por una acompaante, aun cuando tenga que ser
un elefante o un pavo real.
Ahora lo conviertes en un cuento de hadas protest Lady Violet. Sin
embargo tal vez, como dices, algo inesperado pueda suceder.
Uno nunca sabe dijo Elva. El hombre en la luna podra invitarme a
visitarlo. Si lo hace, te aseguro que yo aceptara de inmediato.
Mientras los caballos aumentaban la velocidad, Lady Violet iba riendo.
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Captulo 2
El Primer Ministro camin hacia su escritorio. Jams, cuando entraba en la
habitacin, dejaba de lanzar una mirada hacia el retrato de su padre.
Colgaba encima de la chimenea.
Despus de haber sido Primer Ministro durante siete aos, William Pitt todava
pensaba en lo extremadamente afortunando que era.
Su padre haba sido, sin excepcin, el ms famoso hombre del estado ingls
del siglo XVIII.
Su hijo William era el hombre que lleg a ser el Primer Ministro ms joven, a los
veinticuatro aos.
Por supuesto, todos estuvieron dispuestos a decir que se deba a que era el
hijo del Conde de Chartham.
Sin embargo, despus de escuchar su discurso en la Cmara de los Comunes,
Burke, el distinguido hombre de estado, exclam:
Esta no es arena del viejo ladrillo, es el viejo ladrillo.
William Pitt tena ahora treinta y seis aos.
Durante los aos en que ocup dicho cargo, haba probado ser excepcional en
todos sentidos.
Se sent ante el escritorio y cuando tom aba su pluma, se abri la puerta.
Uno de sus secretarios dijo:
El Duque de Sparkbrook viene a verlo, Primer Ministro.
Que pase orden el Primer Ministro.
El duque entr.
William Pitt se levant de su asiento y extendi su mano.
Es un placer verte, Varin dijo.
Slo puedo decir lo mismo asever el duque.
Eran prcticamente de la misma edad y haban asistido juntos a la Universidad
de Cambridge.
Despus, William haba ingresado en la barra de abogados, como miembro del
Lincoln's Inn.
El duque, que en ese tiempo no tena idea de que heredara el ducado, haba
iniciado sus viajes al extranjero.
Sin embargo, cada vez que podan, los dos jvenes se reunan.
Su amistad era importante para ambos.
No slo estoy encantado de verte, Varin dijo el Primer Ministro, mientras
ambos se sentaban, sino que deseo tu ayuda.
El duque levant las manos.
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Si eso significa caminar descalzo en el desierto o escalar los Himalaya, voy a
negarme. Por el momento tengo algo muy atractivo que m e retiene en Londres.
Supe que es muy bella respondi William. Pero, acaso no lo son todas
tus mujeres?
Es lo que me gusta pensar sonri el duque. Pero como sabes muy bien,
William, me aburren muy pronto.
El Primer Ministro se ri.
Cualquiera que conociera al duque saba que sus aventuras amorosas
terminaban, como dijera alguien, "casi antes de empezar".
No era sorprendente que las ms bellas mujeres de la sociedad se sintieran
atradas por l.
Era alto, moreno, esbelto y muy apuesto.
De hecho, era difcil pensar en otro hombre que pudiera ser tan bien parecido.
Bueno, slo espero deca el Primer Ministro que este romance no dure
ms que cualquiera de los otros, porque deseo que hagas algo que no puedo confiar
a nadie ms.
Los labios del duque dibujaron una ligera mueca.
Con anterioridad haba odo eso y saba que el Primer Ministro comprenda que
le resultaba difcil no aceptar un reto.
Lo que deseo que hagas continu el Primer Ministro es ir a Rusia.
A Rusia! exclam el duque. Por qu?
El Primer Ministro se inclin sobre su escritorio.
Me preocupa dijo lo que sucede ah y los reportes que recibo de San
Petersburgo no me narran todo lo que deseo saber.
Eso me sorprende dijo el duque. Despus de todo, ah tienes a nuestro
embajador.
El Primer Ministro asinti.
Con frecuencia pienso dijo que los embajadores tienden a tomar el punto
de vista del pas donde estn, ms que el del suyo.
El duque sonri.
Como supongo que lo sabes continu el Primer Ministro, Rusia ha
estado librando dos guerras. En el norte en contra de Suecia, mientras que en el sur
todava sigue avanzando en una forma que me resulta muy preocupante.
Ests dicindome que la guerra contra Suecia est llegando a su fin?
El Primer Ministro asinti con la cabeza.
Me he enterado que bajo presin de los aristcratas suecos, muchos de ellos
sobornados por agentes de la Emperatriz Catherine, el Rey Gustavo III est
haciendo retroceder a sus tropas.
Estoy atnito dijo el duque. Pens que estaba decidido a poner un alto a
la ambicin rusa de apoderarse de cuanto puede.
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Lo estaba dijo en forma breve el Primer Ministro. Pero la guerra se ha
alargado y terminado sin ninguna ganancia para Suec ia.
Me asombras. Debi tener un costo muy alto en dinero y sangre.
Tienes mucha razn respondi el Primer Ministro. Gran nmero de rusos
muri.
As que ahora, la Emperatriz puede concentrarse en el sur dijo el duque.
Exacto admiti el Prim er Ministro. E l ejrcito ruso atac un gran nmero
de fortalezas turcas en el Mar Negro. Tambin se apoderaron de la fortaleza clave
de Izmail en el Danubio. Ahora nos preocupa qu tan lejos est decidido a llegar
Potemkin.
El duque le dirigi una aguda mirada.
Realmente temes?
Creo que conoces la respuesta a eso.
El duque contuvo el aliento.
Ests pensando en Constantinopla pregunt y despus, tal vez, en la
India? No puede ser posible!
Nada es realmente imposible le asegur el Primer Ministro. Pero si
permanecemos alerta y sabemos lo que tienen en mente, podremos estar
preparados. Eso es lo que deseo que investigues.
Bien, mustrame la informacin que tengas dijo el duque. No
acostumbro prometer. A la vez, me gustara mucho visitar San Petersburgo.
Ah es donde deseo que vayas dijo el Primer Ministro. Por desgracia, no
sabemos mucho, por el momento, respecto a las ambiciones de Potemkin y en
ningn lado estn escritas.
Puedes estar seguro de eso dijo el duque en tono cnico.
Despus de disfrutar de una deliciosa cena con sus tos, Elva durmi
pacficamente. Le llevaron el desayuno a su habitacin.
Saba que se deba a que a su to Edward le gustaba que su esposa se
concentrara en l a primera hora de la maana.
Cuando baj, le dijo el mayordomo que la seora estaba en su estudio, pero
esperaba un visitante en cualquier momento.
Elva record lo que su ta dijera el da anterior.
El Duque de Sparkbrook la visitara por la maana.
Elva no lo haba visto durante mucho tiempo y se preguntaba cmo sera
ahora.
Todos sus familiares hablaban de l con afecto y admiracin.
"Eso", pens con cierto desprecio, "era de esperarse".
A los duques siempre se les diriga ms atencin y halagos que a los hombres
comunes.
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Elva pens que podra encontrar algo para leer y entr en la habitacin
contigua al estudio.
Haba sido convertida en una especie de pequea biblioteca.
Los cuatro muros estaban cubiertos de libros.
Elva vio con deleite que muchos de ellos eran acerca de pases extranjeros.
Como su to viajaba tanto como diplomtico, haba coleccionado lo que era una
excelente biblioteca de libros extranjeros.
Muchos de ellos no podan conseguirse en Inglaterra.
Elva empez a tomar de los estantes algunos que tena especial inters en
leer.
Haba tomado dos grandes libros de oriente, cuando escuch con toda claridad
la voz de su ta en la habitacin contigua:
Varin, es un placer tenerte aqu.
Y yo estoy encantado de verte, prima Violet agreg una voz masculina.
Pareces todava ms encantadora que la ltima vez que nos vimos, creo que fue
hace cinco aos.
Tanto tiempo? Pregunt Lady Violet. Bueno, durante esos aos, te has
vuelto muy importante, he escuchado a la gente prodigarte halagos a donde quiera
que voy.
El duque se ri.
Lo que en realidad has escuchado, si eres sincera, es a mi familia
rogndome de rodillas que me case.
Me tema que eso estuvieran haciendo dijo Lady Violet con tono
comprensivo.
Nunca m e dejan en paz le asegur el duque. El resultado es que yo
viajar de nuevo al extranjero, tan pronto como me sea posible, para no tener que
escucharlos.
Qu te ha puesto tan en contra del matrimonio? pregunt Lady Violet.
Para m, como sabes, es el estado ms maravilloso del mundo.
Sin duda eres afortunada dijo el duque. Si yo me enamorara com o t y el
primo Edward lo hicieron, entonces dara las gracias a Dios de rodillas. Por el
momento le agradezco ser soltero y no tener que soportar el inevitable aburrimiento
de una mujer que intenta cambiarme de lo que soy, a lo que ella quiere que sea.
Lady Violet se ri.
Comprendo perfectamente lo que quieres decir. Pero no creo, Varin, que
hayas venido a comentar conmigo tu deseo de permanecer soltero.
No, slo estoy poniendo muy en claro, ya que eres una de mis familiares, no
tengo intenciones, cuando menos en los prximos veinte aos, de tener una
duquesa riendo contra m.
Lady Violet se ri de nuevo.
Entonces dijo:
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Ahora dime por qu ests aqu.
Se hizo una pausa.
Elva se descubri esperando, con tanta ansiedad como su ta, la respuesta del
duque.
Ayer acud a ver al Primer Ministro empez a comentar l. Como
recordars, estuve en Pembrook con l.
S, por supuesto, son ms o menos de la misma edad y s que siempre han
sido muy buenos amigos.
Mucho. Es por eso que me pidi que hiciera algo por l. Por supuesto, es
confidencial y slo te lo digo porque t sabes mejor que nadie, lo importante y
secreto que es todo lo que concierne al Primer Ministro.
No en vano he vivido en el m undo diplomtico dijo Lady Violet con una
sonrisa.
Lo que desea que haga, prima Violet, es que vaya a San Petersburgo.
Pens, ya que s que ustedes acaban de regresar de Rusia, que podras
aconsejarme cmo ayudarlo.
Lady Violet mir al duque con lo que a l le pareci una expresin preocupada
en sus ojos.
Qu sucede? pregunt l.
Me es difcil decir esto, pero resulta del todo imposible que vayas a San
Petersburgo.
El duque la mir.
Pero, por qu?
Para decirlo en pocas palabras, debido a tu apariencia.
Como el duque se qued demasiado sorprendido para hablar, ella se lo explic:
Eres alto, moreno y muy apuesto. Tres cosas que te imposibilitan ir a Rusia.
Pero, por qu? No comprendo! exclam el duque.
Te lo dir con las menos palabras posibles. Hace m uchos aos, com o todos
sabemos, la Emperatriz Catherine se enamor de Potemkin, un hombre extrao,
tormentoso e imprevisible, que tambin se enamor de ella.
Lo recuerdo dijo el duque.
La mayora de los rusos creen que la Emperatriz se cas en secreto con
Potemkin en mil setecientos setenta y cuatro continu Lady Violet. No hay duda
de que ella con frecuencia se refiere a l en privado como "mi amado esposo" y
alude a ella misma como su esposa.
Crees que sea verdad?
Lady Violet se encogi de hombros.
De todos m odos, eso realmente no interesa. Lo importante es que aun
cuando la Emperatriz rode de riquezas a Potemkin y convenci al emperador
austriaco de nombrarlo Prncipe del Sacro Imperio Romano, l se sinti prisionero.
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Eso he sabido murmur el duque.
Despus de vivir dos aos en el Palacio de Invierno, sinti un fuerte anhelo
de viajar.
El duque se ri.
Puedo entenderlo.
Por supuesto que puedes admiti Lady Violet. Pero Potem kin es un
general, fue a Novgorod y ms tarde a la guerra contra los turcos.
El duque asinti, pensando que todo eso ya lo saba.
Entonces se pregunt en qu le concerna a l todo eso.
Antes de partir continu Lady Violet, le consigui un amante a la
Emperatriz. Eso inici una larga cadena de amantes, que le gan a la Emperatriz el
ttulo de "La Messalina del Norte".
Eso fue hace mucho tiempo dijo el duque. Sin duda ahora ya es m uy
vieja.
En realidad no respondi Lady Violet. Nadie sabe con cuntos hombres
jvenes ha dormido. Los soldados ms apuestos y altos siempre son elegidos como
guardias de sus aposentos.
Lady Violet se qued en silencio un m omento, antes de continuar:
Ninguno de los amantes oficiales dura ms de dos aos. Todos tienen
veintitantos aos de edad y cuando se les da de baja abandonan el palacio con una
fortuna.
Y todo eso es verdad? pregunt el duque.
Edward me cont, que cuando Sir James Harris era embajador, calcul que
la Emperatriz haba gastado un total de doscientos cincuenta millones de rublos, el
equivalente a cincuenta millones de libras, esterlinas, en sus amantes.
Por lo que he sabido, se lo merecan y ms dijo el duque, en forma cnica.
Estoy de acuerdo contigo dijo Lady Violet. A la vez, aun cuando ha
envejecido y perdido gran parte de sus atractivos, todava le resulta imposible no
desear a los hombres altos, morenos y atractivos en los cuales fija su atencin.
Lady Violet se qued en silencio un m omento.
Entonces, el duque coment:
Realmente quieres decir que aun cuando la emperatriz debe tener ahora
cuando menos sesenta aos, todava intentara coquetear conmigo?
Con tu apariencia, estoy completamente segura de que te conceder mucha
atencin y te resultar muy difcil no acceder a cuanto ella te pida.
Me asombras dijo el duque. De hecho, todava me resulta difcil creer
que cualquier mujer
La Emperatriz no es una mujer comn lo interrumpi Lady Violet. Es una
dictadora y una dirigente en todos sentidos. Consigue su objetivo y ni siquiera
Potemkin, por mucho que lo adore, puede controlarla.
Mientras hablaba, Lady Violet recordaba el pasado.
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A los sesenta aos de edad, la Em peratriz Catherine era muy diferente de la
vez que la conoci.
No deseaba contar al duque que la Emperatriz se haba puesto terriblemente
robusta.
Que su largo y sensual cabello negro, del que estuvo tan orgullosa, era ahora
completamente gris.
Tambin se haba acostum brado a usar una cantidad enorme de lociones y
cosmticos para la piel.
Enviaba por ellos a Pars y a todas las dems capitales de Europa.
Pero nada poda ocultar las arrugas ni las manchas en su cuello y manos.
Su vista le fallaba, pero se rehusaba a usar anteojos porque los consideraba
poco favorecedores.
Sin embargo, su deseo por jvenes robustos y atractivos era tan fuerte como lo
fuera veinte aos atrs.
Al comprender que el duque esperaba que continuara, dijo:
Todos los amantes de la Emperatriz han sido, como te dije, elegidos por
Potemkin. Pero por el momento hay uno que ha estado esperando ansiosamente
tomar el lugar del ltimo ayudante general en los aposentos de la Emperatriz".
Cmo se llama ese hombre? pregunt el duque.
Platn Zubov respondi Lady Violet. Es moreno, apuesto, sumamente
ambicioso y es un oficial de caballera de veintids aos.
Hizo una pausa antes de continuar:
Lo conocimos y Edward pens que aun cuando tiene toda la figura de la
juventud, tambin posee largas garras de cortesano.
A qu nos lleva todo eso? pregunt el duque.
Cuando yo part de San Petersburgo, todos se preguntaban qu opinara
Potemkin del formidable xito de Zubov. Una de las damas de la reina, que es
indiscreta, cont a otra, que me lo dijo a m, que en una carta a Potemkin, la
Emperatriz le escribi:
"Cuando conoc a Zubov volv a la vida como una mosca que hubiera sido
congelada por el fro".
El duque se ri.
Eso me descalifica dijo y sin duda estar a salvo.
Lo dudo le asegur Lady Violet. Porque estoy muy segura de que
Potemkin se librar de ese ayudante general que no ha elegido y de quien es
probable que sienta celos. Adems del hecho de que un amante jams ha impedido
que la Emperatriz tome otro.
El duque hizo un ademn.
Entonces, qu puedo hacer? dijo. No es posible que le diga al Primer
Ministro que me asusta ir a Rusia porque tendra que cortejar a la Emperatriz. Puedo
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asegurarte que es algo que no deseo hacer. Realmente crees que si me rehus
ella podra causar un incidente diplomtico? No lo creo!
Lo dijo en tono burln y Lady Violet coment:
Conozco a los rusos. Con gran facilidad se sienten heridos y ofendidos y son
muy vengativos en tales casos.
Entonces, qu puedo hacer? pregunt el duque.
La respuesta evidente es esperar hasta que te cases dijo riendo Lady
Violet. Ni siquiera una emperatriz puede separar a un marido de su esposa a
menos, como bien sabes, que ellos deseen permanecer separados.
Realmente ests sugiriendo dijo con lentitud el duque que me busque a
alguien que vaya conmigo a S an Petersburgo como mi esposa, pero que realmente
ser como una niera que evitar que me meta en problemas?
No es mala idea dijo Lady Violet. Y si llegan como el Duque y la
Duquesa de Sparkbrook, nadie lo dudara.
Entonces, tendrs que encontrarme a alguien para llevarla conm igo dijo el
duque. No puedo imaginar a nadie de las que conozco que pueda desem pear el
papel, sin hablar de ello y sin intentar conducirme hasta el altar, en cuanto
regresemos, porque ya habra arruinado su reputacin.
Lady Violet se ri.
Estoy segura de que es verdad. Oh, pobre Varin, lo lamento tanto por ti, pero
creo que tendrs que decirle al Primer Ministro que deber encontrar a alguien ms,
para que haga el trabajo de espa.
Antes de que el duque pudiera responder, se abri la puerta y el mayordomo
dijo:
Disculpe, milady, pero Lady Maekin est aqu. Dice que prometi usted darle
algunos objetos que podran subastarse en el baile de caridad que se ofrecer esta
noche.
Lady Violet se llev una mano a la frente.
Por supuesto, lo haba olvidado. Estoy segura de que podremos encontrar
algo que no nos guste mucho, pero que podra obtener una buena suma de dinero.
Se levant de la silla.
Disclpame, Varin dijo. No tardar ms de lo que sea indispensable,
pero Lady Maekin es una vieja amiga.
No hay prisa dijo el duque. Leer el peridico. No tuve tiempo de hacerlo
esta maana, antes de salir de la casa.
Ser lo ms rpida posible prometi Lady Violet, pero tendr que
encontrar cuando menos tres cosas que sean subastables.
Apenas termin de decirlo, sali de la habitacin.
Elva haba odo toda la charla.
Devolvi a su lugar en los estantes los libros que tena en las manos.
Entonces, corri de la biblioteca al estudio.
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Al entrar y cerrar la puerta, vio al duque de pie, junto a la chimenea.
Tena un peridico en las manos y la mir, sorprendido.
Elva camin hacia l.
Soy tu prima Elva dijo.
Por supuesto respondi el duque. Es un placer volver a verte, pero has
crecido mucho desde la ltima vez que nos vimos.
Elva se ri.
Creo que es verdad. Yo tendra como ocho aos en esa poca.
Entonces mir sobre su hombro, como para asegurarse de que la puerta
estaba cerrada.
Escucha dijo. Tengo algo que sugerirte que creo resolver tu problema.
Mi problema? pregunt el duque.
Estuve escuchando tu conversacin con la ta Violet.
La escuchaste! Cmo pudiste hacerlo?
Estaba en la habitacin contigua y mientras tomaba unos libros de los
estantes, pude or con claridad todo lo que se deca aqu.
Pero no tenas derecho a escuchar empez a decir l.
Escuch porque me interes lo interrumpi Elva, y ahora creo que puedo
ayudarte.
El duque la mir.
Pens que se haba convertido en una belleza desde la ltima vez que la vio.
A la vez, no le interesaban las jovencitas.
Las madres ambiciosas las hacan desfilar frente a l como si fueran potrancas
en una venta de caballos.
Supe, por lo que ta Violet te deca, que no debes ir a Rusia a menos que
ests casado. Yo deseo ir a Rusia y conocer el mundo, lo cual todava no me
permiten hacer. As que ir contigo como tu esposa.
Mi esposa! exclam el duque, como si pensara que no haba escuchado
bien.
Nada ms ser una farsa. Slo estar actuando el papel. Te aseguro que no
deseo casarme contigo, ni con alguien ms. Y por lo que escuch, tampoco t
quieres casarte.
Eso es verdad dijo el duque. No tengo intenciones de casarme hasta
que sea mucho mayor. Entonces, me retirar al campo, lo que sin duda, ser
sumamente aburrido.
No, si tienes los caballos adecuados dijo Elva. Pero lo que nos debe
preocupar por el momento, es que t quieres ir a Rusia y tam bin yo. Ir contigo y
fingir ser tu duquesa todo el tiempo que estem os ah. Cuando regresemos a casa,
prometo no contarle a nadie, excepto a la ta Violet, lo que hicim os.
El duque sonri.
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Es una idea muy atractiva y t muy inteligente al pensar en ella. Pero sabes
tan bien como yo que la familia quedara sumamente escandalizada si se entera de
que has ido a cualquier parte con un hombre, sin una dama de compaa.
Tambin pens en eso dijo Elva. Lo que podemos hacer, si somos
inteligentes, es decirle a ta Violet, y hacerla jurar que no lo contar a nadie ms, que
ir a San Petersburgo contigo fingiendo ser tu esposa.
Se detuvo para tomar aliento y continu:
Le dirs que puedes conseguir una acompaante que estar encantada de ir
con nosotros. Que enviud en fecha reciente y deseas alegrarla porque est muy
deprimida.
El duque se ri, como si no pudiera evitarlo.
Realmente piensas que alguien creera ese cuento?
Considero que te muestras bastante estpido dijo Elva. Supongo que
irs a Rusia por mar, lo cual slo ser posible si su guerra contra Suecia ya termin.
Cmo lo sabes? pregunt con brusquedad el duque.
Escuch a to Edward comentar a ta Violet que se haba enterado de ello en
la oficina de asuntos extranjeros a donde fue ayer y supongo que si ah dicen que la
guerra termin, es porque es verdad.
Al duque le pareci sumamente molesta la costumbre de esa jovencita de
escuchar las conversaciones ajenas.
Saba secretos, slo conocidos por quienes estaban activamente involucrados
en ellos.
Sin embargo, no poda decirlo y Elva continu:
Si me recoges ya avanzada la noche o muy temprano en la maana, nadie
nos ver abordar tu yate. Slo dirs a ta Violet que recogers a tu vieja amiga en
Tilbury.
Como el duque no habl, Elva sonri antes de aadir:
Ms tarde, si hay alguna investigacin, y no existe razn para que la haya,
nos limitaremos a decir que tu amiga no se present. Y como era ya demasiado
tarde, para no alterar los planes simplemente seguimos con ellos.
El duque estaba a punto de decir a Elva que hablaba tonteras y que no
pensara siquiera en involucrarse en algo tan absurdo.
Entonces comprendi que ella tena un punto a su favor.
Despus de todo, era su familiar y, por lo tanto, poda confiar en ella.
Sera una locura llevar a alguien ms que tarde o temprano contara lo que
investigaran.
Eso podra causarle un terrible dao.
Tambin daara las relaciones diplomticas entre Inglaterra y Rusia.
Como si adivinara lo que pensaba, Elva dijo:
Como ves, puedes confiar en m , y sera sumamente tonto el confiar en
alguien ms.
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Cmo s que puedo confiar en ti? pregunt el duque.
Primero que nada, soy tu fam iliar y te aseguro que no deseo ningn
escndalo en la familia, al igual que t. Adems, se provocara un alboroto
tremendo, si llegara a saberse que fuiste a Rusia con una esposa falsa.
Es por eso que no puedo hacerlo dijo el duque.
En tal caso, no podrs ir dijo Elva. Estoy segura de que es verdad lo que
ta Violet te cont. He ledo acerca de los rusos y su comportamiento en el pasado y
nada de lo que hacen me sorprende
El duque no pudo evitar admitir que hablaba con sensatez.
A la vez deseaba decirle que todo eso era tontera.
l recorri la habitacin en silencio.
Entonces, Elva dijo:
Por supuesto, podramos hacerlo sin decrselo a ta Violet. Pero si yo
desaparezco de pronto, habr llantos y lamentaciones. Si lo piensas bien, no hay
razn por la cual t, como un amable y mucho mayor familiar, no me lleves a un
viaje.
Hizo una pausa, pero como el duque no habl, ella continu:
Es un viaje que la mayora de las jovencitas disfrutara, porque adems de
los bellos palacios que hay que ver, sin duda en la sociedad rusa darn tantas
fiestas y bailes como en Londres.
El duque continu en silencio y ella exclam:
Oh, vamos, primo Varin, decdete! Te prometo que me portar muy bien y
har exactamente lo que quieras que haga. Realmente es un caso, como bien lo
sabes, de: yo, o nadie.
Como si no pudiera evitarlo, el duque se ri.
Eres incorregible y creo que Lady Violet me prohibir hacer algo tan
incorrecto como llevarte a Rusia.
Muy bien, pero si lo hace, tendrs que encontrar a alguien ms dijo Elva,
o de lo contrario tendrs que hacerte a la idea de disfrutar con la Em peratriz y tener
que hacer cuanto ella sugiera.
Casi a pesar de s mismo, el duque se estremeci.
Era sumamente quisquilloso.
Siempre haca sentir a cada mujer a la que cortejaba, que era sumamente
afortunada de poder obtener su atencin, aunque fuera por poco tiempo.
No se daba cuenta de ello, pero a sus espaldas, hasta sus am igos se rean de
la rapidez con la que sus amoros llegaban y se iban.
Algunos de ellos terminaban casi antes de que los chismosos se enteraran de
que se haban iniciado.
El duque con frecuencia pensaba que era una gran tontera suya, pero
cualquier cosa que sucediera, por muy pequea que fuera, poda alejarlo.
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Haba dejado de estar entusiasmado con una notable belleza porque ella
constantemente jugueteaba con sus anillos, dndoles vueltas en sus dedos.
Eso lo irrit y la abandon.
Otra usaba perfume, que lo haca casi sentirse asfixiado.
Otra repeta mucho las palabras, lo que le molest.
La idea de tener que cortejar a una mujer de sesenta aos, quienquiera que
fuera, lo haca estremecerse.
No pona en duda que lo que le dijo Lady Violet, fuera verdad.
Ella saba, mejor que nadie ms, lo importante que era para l hacer lo que el
Primer Ministro le peda.
Si hubiera tenido que ir a cualquier otro lugar, saba muy bien que ella lo habra
animado.
Habra investigado para l muchas cosas que l necesitaba saber.
Nadie conoca el protocolo del servicio diplomtico mejor que ella.
Edward Grange era un hombre sumamente inteligente.
Sin embargo, jams habra llegado tan alto y tan rpido si no hubiera sido por
su inteligente, comprensiva y bella esposa.
El duque todava titubeaba cuando Lady Violet regres a la habitacin.
Lamento haber tardado tanto empez a decir y entonces vio a Elva.
Oh, me alegra que ests aqu dijo y que te hayas encontrado de nuevo
con el primo Varin. Debe haber pasado mucho tiempo desde la ltima vez que se
vieron.
De eso estuvimos hablando dijo el duque.
Tambin intervino Elva encontr una solucin a s u problema.
Lady Violet la mir, sorprendida, y Elva le explic:
Lo lamento, ta Violet, pero es algo que debes saber porque podra ser
peligroso, pero pude escuchar todo lo que t y el primo Varin dijeron, mientras yo
estaba en la biblioteca.
Lady Violet lanz una exclamacin ahogada.
Ahora lo recuerdo dijo. Me propona mandar poner un muro que aislara
bien las habitaciones, pero como estuve ausente, lo olvid.
Bueno, pues despus de escucharlos dijo Elva, le he dicho al primo
Varin cmo puede ir a San Petersburgo y evitar verse involucrado con la Emperatriz.
Lo que yo dije indic con voz dura Lady Violet no era para tus odos.
Lo s y debes disculparme por escuchar. Pero sabes cunto deseo alejarme
de Londres y viajar. Este es el milagro que esperaba que sucediera y no slo me
ayudar a m, sino al primo Varin.
Lady Violet mir al duque.
Qu sugiri? pregunt.
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Ir conmigo y para protegerme de la Emperatriz, fingir que es m esposa. Por
supuesto, llevaramos con nosotros una acompaante, que por cierto, podra
conseguir.
Lady Violet se sent en el sof.
Me han hecho perder el aliento dijo. S que Elva desea viajar, pero ni en
mis ms locos sueos pens que viajara contigo.
Yo la cuidar dijo el duque.
No estaremos ah durante mucho tiempo dijo Elva. Deseo conocer todo
el mundo, pero ser muy emocionante visitar primero San Petersburgo y aun cuando
mi ruso no es perfecto, podr aprender un poco ms de l.
Sabes hablar ruso! exclam el duque.
No tan bien como otros idiomas europeos respondi con honestidad
Elva pero me puedo hacer entender y comprender la mayor parte de lo que me
dicen.
Eso, sin duda, es una ventaja dijo el duque. Me temo que m i ruso es
muy limitado. Slo pas una corta temporada en el Cucaso y eso es todo.
Oh, yo he ledo acerca de l dijo Elva. Debi ser muy emocionante.
Lo fue asegur el duque. Pero te hubiera resultado muy poco
interesante, y en ocasiones en extremo peligroso.
Me habra fascinado cada momento! declar Elva.
Sonri, antes de aadir:
Igual que me encantar conocer San Petersburgo y ayudarte a averiguar
todo lo que deseas saber acerca de las intenciones rusas en el Mar Negro.
Lady Violet extendi los brazos.
Alto, alto! dijo. Van demasiado rpido. No puedo creer que alguno de
ustedes considere posible esa ridcula idea. Cmo puedes, Varin, llegar a San
Petersburgo con una esposa con quien nadie sabe que te has casado?
Nadie en Inglaterra sabe que ir a San Petersburgo dijo el duque. Y no
creo que en Rusia sepan si soy casado o no.
Hizo una pausa antes de continuar:
Y lo que he planeado con el Primer Ministro es que viajar en mi yate, hacia
el Golfo de Finlandia, y slo hasta que llegue solicitar el privilegio de entregar a la
Emperatriz un mensaje de buena voluntad del Rey de Inglaterra.
Y cul ser? Pregunt Lady Violet.
Creo, por lo que he odo respondi el duque, que Su Majestad estar
complacido de que la guerra contra Suecia haya llegado a su fin. En muchos
sentidos interfera con nuestra navegacin en el Mar del Norte.
Lady Violet asinti, como si le pareciera buena idea.
Entonces dijo:
Ests realmente dispuesto a cuidar, y debo decir, controlar a Elva? E lla
sabe que la quiero mucho, pero es muy im pulsiva y tiene la obsesin de que debe
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viajar. Slo me inquieta que cuando lleguen a Rusia, ya te haya convencido de que
sigan hacia el Mar Negro o acudan a ver la guerra en Turqua.
Te prometo que no har ninguna de esas cosas mientras est conmigo dijo
el duque. Tambin m e asegur que si la llevo a Rusia, har exactamente lo que le
indique que haga.
Lady Violet lanz una mirada a Elva, como si pensara que eso no era posible.
Pero la joven dijo con rapidez:
Lo prom eto y juro que cumplir mi promesa. Oh, por favor, ta Violet, djame
ir! Nunca volver a tener la oportunidad de ir a Rusia, porque estoy segura, como ya
te coment, que pap se interesar slo en lugares europeos.
Toda la idea es completa y absolutamente una locura dijo Lady Violet.
Pero si t, Varin, realmente crees que esto te ayudar y Elva promete comportarse
bien, al menos eso te salvara de una situacin m uy incmoda cuando llegues a San
Petersburgo.
Lo dijo un poco titubeante.
Consideraba incorrecto que Elva hubiera escuchado lo que le coment al
duque en privado, lo que se deca de la E mperatriz y de sus amantes.
Pero ahora que Elva haba escuchado, no haba nada que pudiera hacer al
respecto.
Slo poda sentirse agradecida de que el duque no se encontrara en una
situacin por completo imposible.
Igual que la que otros hombres haban experimentado al visitar Rusia.
Por fortuna no haba dicho tanto como podra haber comentado respecto a la
obsesin de la Emperatriz por los hombres jvenes.
Todos en San Petersburgo murmuraban de eso.
Se hacan chistes al respecto, y justo antes de que ella partiera, una de sus
amistades le haba comentado que el Prncipe Potemkin regresaba a San
Petersburgo.
Estaba molesto y perturbado por la obsesin de Catherine hacia Zubov.
En ruso, Zubov significaba diente.
Segn la amiga de Lady Violet, Potemkin escribi a la Em peratriz para decirle
que regresara con ella lo ms rpido posible.
El propsito de su visita era "extraer un doloroso diente".
Al parecer, la Emperatriz haba ignorado la insinuacin, porque no crea que le
fuera posible a l abandonar el ejrcito en un momento tan crucial.
Sin embargo, pens Lady V iolet, por mucho xito que Potemkin obtuviera en
Kiev y en Crimea, no deseara perder a la Emperatriz.
No haba duda en el palacio, de que Zubov tuvo mucha mayor influencia sobre
la Emperatriz que algn otro de sus predecesores.
Lady Violet se haba quedado en silencio durante un momento.
Observndola, Elva senta que le era imposible respirar.
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Senta como si su vida dependiera de lo que su ta decidiera.
Para la joven, la situacin resultaba muy sencilla.
Si ella y el duque eran astutos, nadie sabra nunca la verdad.
Como el duque tambin esperaba, Elva sinti que no poda soportar m s.
Lo que debes decir a pap, ta Violet, es que me fui al extranjero con unas
amistades y que m e quedar con ellos en Portugal o en Espaa durante unas pocas
semanas.
Vio que su ta le pona atencin y continu:
Pap pensar que son gente que conoc mientras estuve en Londres y no
har muchas preguntas. S i las hace, no sabes las respuestas. Para cuando se
preocupe o moleste por mi desaparicin, sin duda yo ya estar de regreso.
Al hablar, le pareci que la oscuridad desapareca de los ojos de Lady Violet.
Parecan ms brillantes y menos preocupados.
Fue entonces cuando Elva comprendi que haba ganado la partida.
Era lo que su padre pensara, lo que ms preocupaba a su ta.
Pap no regresar durante las prximas dos o tres semanas agreg. As
que si le escribo y t tambin lo haces, no har preguntas cuando vuelvas. Para
entonces yo ya estar de regreso.
Miro al duque mientras hablaba.
Casi como si lo obligara a hablar, l dijo:
Por supuesto, es posible que as sea.
Lady Violet se rindi ante lo que consider que era una batalla perdida.
Muy bien dijo. Acceder a esta fantstica idea, sencillamente porque
creo que ayudar a Varin y l, por supuesto, debe ayudar al Primer Ministro de
Inglaterra si le es posible hacerlo. Pero tendr que ser una visita lo ms corta que
puedan hacerla, Varin; y t y tu amiga debern cuidar a Elva y ver que no haga
algn travesura, ni en ningn sentido ponga en peligro su reputacin.
No lo har dijo el duque. Te prometo que la proteger de cualquier cosa
desagradable que pudiera surgir, aun cuando no me imagino qu podra ser.
Lady Violet suspir.
No conoces a los rusos dijo. Lo inesperado siempre sucede ah, pero tal
vez ustedes dos tengan suerte.
Muy bien dijo el duque. Ir a hacer los arreglos necesarios para que mi
yate est en el Tm esis un poco adelante de la Cm ara de los Comunes y mi amiga
nos est esperando en Tilbury.
Durante un momento, Elva casi no poda creer que hubiera ganado.
Entonces lanz una exclamacin de alegra.
Viajar al extranjero! En verdad viajar al extranjero! Despus de todos
estos aos de leer y pensar en ello, y anhelar ser una viajera. Oh, gracias, gracias,
soy la persona ms feliz del mundo!
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Se apret las manos y pareci ms hermosa al hacerlo.
Lady Violet lanz una mirada hacia el duque.
Tema ver en sus ojos esa expresin de admiracin que era por lo general el
inicio de algo ms serio.
Pero l miraba su reloj.
Como tengo mucho que hacer dijo, creo que cuanto ms rpido
partamos, mejor. Podremos salir pasado maana.
Es una buena idea respondi Lady Violet. La prima Muriel no se dar
cuenta de que E lva ha regresado a Londres y pensar que todava est en el
campo.
Elva debe subir a bordo a las siete de la maana del mircoles dijo el
duque. El Caballo de Mar estar listo para zarpar en cuanto ella aparezca y nadie,
y esto es importante, nadie debe tener la mnima idea de que salimos de Inglaterra,
mucho menos que viajaremos a Rusia.
Nos aseguraremos de ello prometi Lady Violet. Lamento, Varin, que te
haya involucrado en todos estos problemas y dificultades, cuando t esperabas de
m algo muy diferente.
Creo que tal vez, prima Violet, m e has salvado de serios problemas y
dificultades dijo el duque. De hecho, te estoy m uy agradecido.
Se inclin, la bes en la mejilla y despus se dirigi hacia la puerta.
Adis, Elva dijo. No olvides que desde el momento en que subas a
bordo, viajars como mi esposa. Y como duquesa, espero que te comportes con
absoluta propiedad.
Espero que su seora no quede defraudado respondi Elva con voz
humilde.
El duque sali de la habitacin y cerr la puerta detrs de l.
Elva rode con sus brazos el cuello de su ta.
Gracias, gracias, ta Violet! dijo. Slo t podas ser tan sensible y darte
cuenta de lo maravilloso que es para m y la importancia que tiene para su seora,
el duque.
Dijo las ltimas palabras con tono burln y Lady Violet dijo:
Por favor, Elva, comprtate. Es muy importante que Varin no se vea
mezclado en nada que sea frvolo, o en este caso, que se sepa que engaa a una
realeza extranjera.
Me voy a comportar en forma tan perfecta dijo Elva que cuando regrese,
todos los duques del pas querrn casarse conmigo porque ser el ideal perfecto de
una duquesa.
Lady Violet se ri como si no pudiera evitarlo.
Slo espero que cumplas tu palabra y tus promesas dijo. No olvides que
representas a este pas y si cometes un error, se reflejar tanto en ti como en Varin.
Me doy cuenta de eso dijo Elva y te prometo que enaltecer el emblema
de Inglaterra desde la primera hora de la maana, hasta la ltima de la noche.
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Lady Violet se ri.
A la vez senta que, de alguna manera, se haba involucrado en algo que
podra resultar en extremo peligroso.
No slo para las dos personas que tomaban parte en la farsa.
Sino respecto a la impresin que podran crear en otro pas, que por el
momento, estaba en paz con Inglaterra.
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Captulo 3
El duque fue anunciado y entr en el estudio.
El Primer Ministro se levant de su asiento y extendi su mano.
Buenos das, Varin dijo. No me digas que has cambiado de opinin.
Casi dijo el duque, pero creo que tengo la soluc in un problema muy
difcil.
El Primer Ministro pareci sorprendido.
Mientras se sentaban, pregunt:
Qu sucedi? Cuando te fuiste estaba seguro de que t sentas muy feliz
de ir a San Petersburgo.
Acud a visitar a mi prima, Lady Violet Grange.
Nadie podra aconsejarte mejor respondi el P rimer Ministro. Tengo un
profundo respeto no slo por tu adorable prima, sino tambin por su esposo.
Lo s dijo el duque. Pero lo primero que ella me dijo era que yo no poda
ir a San Petersburgo.
El Primer Ministro pareci asombrado.
Que no podas ir? Por qu?
Porque soy alto, moreno y apuesto respondi el duque. El Primer Ministro
pareci confundido y el duque le explic: Al parecer es lo que la Emperatriz
prefiere y, de hecho, insiste en conseguir.
El Primer Ministro lanz una exclamacin ahogada, antes de decir:
Para ser sincero, jams se me ocurri pensar en eso, pero comprendo a lo
que se refiere Lady Violet.
Yo habra pensado que la Emperatriz deba sentirse satisfecha con lo que
tiene por el momento dijo el duque. Pero parece que cualquiera como yo atrae
su atencin, y considerando quin es, resulta casi im posible decirle "no".
El Primer Ministro se llev la mano a la frente.
Debo ser un completo estpido para no haber pensado en ello dijo.
Recordaba por la noche continu el duque, que cuando estbamos en
Cambridge, tuvimos un conferencista que nos habl de Rusia, lo recuerdas?
Creo que s respondi el Primer Ministro. Qu dijo en particular?
Hablaba de lo crueles y vengativos que pueden ser los rusos si se les ofende
de cualquier manera. Nos cont acerca de la Emperatriz Anna que al parecer era
una mujer bastante fea y desagradable a la que nadie quera.
Lo recuerdo dijo el Primer Ministro.
Al parecer continu el duque, el Prncipe Michael Golitsyn la ofendi,
rehusndose a hacer lo que ella deseaba, tambin la enfureci al casarse con una
catlica romana.
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Ahora empiezo a recordar la historia murmur el Primer Ministro.
El prncipe cometi un error posterior al convertirse l mismo en catlico
dijo el duque. La Emperatriz le orden que fuera su paje y eso fue slo el principio.
Ahora lo recuerdo intervino el Primer Ministro. Construy un palacio de
hielo que cost siete mil libras esterlinas.
Tienes razn. Y cuando la esposa del prncipe muri, ella orden al
desafortunado viudo casarse de nuevo con una esposa elegida por ella.
Que era espantosa! exclam el Primer Ministro.
Exacto indic el duque. La Emperatriz haba ordenado a los
gobernadores de las provincias que cada uno enviara a la representante ms fea
que pudieran encontrar de las razas nativas de los lugares que gobernaban.
Recuerdo que el conferencista nos cont que todas las representantes
viajaron a la boda en vehculos brbaros tirados por cerdos, perros y corderos dijo
el Primer Ministro.
As es, y la pobre pareja nupcial viaj a la iglesia en una jaula sobre la
espalda de un elefante.
Es tan ridculo slo pensarlo! exclam el Primer Ministro.
Podrs recordar que hay ms dijo el duque. Se oblig a la pareja a
sentarse sobre una plataforma, a observar la tumultuosa recepcin. Cuando term in
la fiesta, se les orden ir al palacio de hielo, se les desnud y oblig a pasar el resto
de la noche en un dormitorio donde todo el mobiliario estaba hecho de hielo. Se
colocaron guardias en las puertas para evitar que escaparan.
Ahora recuerdo el relato muy bien dijo el Primer Ministro. Realmente
crees que algo as podra sucederte?
Segn Lady Violet, podra ser respondi el duque, y es en algo que
puedo asegurarte que no voy a arriesgarme.
El Primer Ministro se qued en silencio durante un momento y entonces dijo:
Quieres decir que no irs a Rusia?
Ir a Rusia, pero de una manera que exige completo secreto entre t, yo y
Lady Violet respondi el duque.
El Primer Ministro, que empezaba a mostrarse deprimido, se anim.
Qu quieres decir con eso? pregunt.
Que viajar ostensiblemente con mi esposa, la Duquesa de Sparkbrook.
El Primer Ministro lo mir.
Tu esposa? pregunt.
Mi esposa respondi el duque. Estaremos de luna de miel y no puedo
creer que una Emperatriz rusa, por extraordinariamente dura que sea, intente
separar al novio de su esposa cuando acaban de casarse.
Es una brillante idea! exclam el Primer Ministro. Pero en qu mujer
puedes confiar que no comente la historia cuando regresen a casa? Sin duda podra
causar un grave incidente diplomtico entre nosotros y Rusia.
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El duque sonri, como si estuviera encantado de sorprender a su amigo.
Conozco a alguien que fingir ser mi esposa dijo y que te aseguro que
jams dir una sola palabra de lo sucedido, porque eso arruinara su reputacin.
Quin es esa maravilla? pregunt el Primer Ministro.
Una prima ma, la hija del Conde de Chartham, a quien por supuesto
conoces.
Pronunci un excelente discurso ante los lores hace como un mes dijo el
Primer Ministro. Pero ignoraba que tuviera una hija.
No es sorprendente, ya que tiene dieciocho aos y apenas acaba de hacer
su presentacin ante la sociedad de Londres.
Y realmente le confiars el hacer el papel de tu esposa pregunt el
Primer Ministro con tono incrdulo, sabiendo que si rompe el silencio eso te
perjudicara? Y si lo hace, la nica reparacin que podras hacer sera ofrecerle
matrimonio.
Supuse que en eso pensaras dijo el duque, pero en realidad, Elva, que
as se llama, ha tenido una ria con su padre porque no tiene intenciones de
casarse, como se espera que lo hagan la mayora de las debutantes al final de la
temporada social.
Entonces debe ser una en un m illn dijo el Primer Ministro. Pens que el
sueo de toda debutante era convertirse en duquesa.
Elva es la excepcin dijo el duque. Ella, al igual que yo, desea
permanecer soltera. Como te haba comentado antes, viaja ms rpido quien viaja
solo.
Eso depende del lugar a donde viajes dijo con rapidez el Primer Ministro.
En este caso, al parecer, no puedes siquiera viajar a Rusia si vas solo.
El duque se ri y se acomod ms a su gusto en la silla.
Bueno, esta es mi proposicin. T cubrirs mi farsa de estar casado y si me
presento casado en San Petersburgo, es muy probable que nadie en Inglaterra se
entere.
Te garantizo que ser verdad dijo el Primer Ministro.
De lo contrario continu el duque, segn Lady Violet, me sera imposible
ir a menos que usara una mscara.
Creo que sera muy incmodo. Hasta un bigote falso y anteojos pareceran
raros.
Es algo que me rehus a intentar dijo el duque. Aun cuando me doy
cuenta de que es un pequeo riesgo, con franqueza no veo razn por la que no
podamos salir bien librados.
Yo no estara de acuerdo contigo si no estuviera desesperado por averiguar
lo que Potemkin tiene en mente. Si puedes traerme algo que aclare un poco el
panorama, te quedar profundamente agradecido.
Entonces, supongo que como viejo amigo y patriota, debo hacer lo mejor que
pueda dijo el duque.
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Te juro dijo el Primer Ministro que nada de lo que me has dicho en esta
oficina se repetir fura de ella. Lo que tenemos que hacer ahora es avisar al
embajador de tu llegada, y dejar a su cargo el conseguirte alojam iento.
Que debe ser cmodo coment el duque.
Te juro que insistir en ello. Cundo piensas partir?
Si es posible, pasado maana dijo el duque. Ir por mar en mi propio
yate y entre menos permanezca en Londres, m ejor.
Puedo comprender que esas despedidas te resulten bastante incmodas
dijo el Primer Ministro.
Si ests pensando en la dama de la que hablamos el otro da, el teln ya se
cay dijo el duque.
El Primer Ministro levant los brazos.
Saba que as sera. No te es posible, Varin, no aburrirte rpido? Slo
espero que el navo que te lleve a Rusia sea veloz.
Es mi propio yate y te aseguro que no hay otro ms veloz en el mar en este
momento.
Dame la oportunidad de que el mensajero que enve a San Petersburgo
llegue antes que t dijo el Primer Ministro. De hecho, har que parta
inmediatamente.
Creo que en realidad lo que haces es asegurarte de que no cambie de
opinin.
El Primer Ministro se ri.
La idea surgi en mi mente. Slo espero que tu fingida esposa no te aburra
al grado de que regreses en cuanto apenas hayas pisado suelo ruso.
Intentar permanecer ah, cuando menos veinticuatro horas.
El duque bromeaba, pero el Primer Ministro levant las manos y dijo:
Nada m e sorprende. P ero slo s una cosa, Varin, y es que hasta ahora
jams me has defraudado. Siempre encuentras la informacin que necesito, y por lo
general, mucho ms de lo que haba anticipado.
Espero que eso quede escrito en mi tumba dijo el duque. Por el
momento tengo deseos de vivir y tambin de ver algo de Rusia.
Slo espero que no te desilusione agreg el Primer Ministro.
El duque se puso de pie.
Ahora, por amor del cielo, William dijo, no permitas que nadie tenga la
menor sospecha de lo que hemos planeado. Como viajar en mi yate, le inform ar al
Capitn, que por supuesto lo comunicar a la tripulacin, que mi matrimonio debe
permanecer en secreto porque mi esposa est de luto y debera vestir de negro y no
tomar parte en ninguna celebracin cuando menos dur ante un ao.
El Primer Ministro asinti antes de decir:
Esa es muy buena idea y suena bastante razonable.
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Toda mi tripulacin tiene conmigo mucho tiempo dijo el duque, y puedo
confiar en que no hablarn ni en Rusia ni cuando regresemos a Inglaterra.
Deseara poder decir lo mismo de toda la gente que trabaja para m
asever el Primer Ministro. De alguna manera tarde o temprano hay alguna fuga y
generalmente no tenemos ni la ms ligera idea acerca de donde viene.
Eso suena desalentador dijo el duque, pero como bien sabes, todos
dicen que eres tan buen Primer Ministro como lo fue tu padre y ningn hombre
podra pedir ms.
Es algo por lo que rezo que sea verdad. Todo lo que puedo decir es que
hago lo mejor que puedo.
Lo cual es mucho mejor de lo que otro podra hacer.
El duque extendi su mano.
Desame suerte, William; har todo lo que pueda para averiguar lo que
quieres saber.
Te estoy ms agradecido de lo que puedo poner en palabras. Cuando me
comentaste lo que te haban prevenido que podra sucederte en San Petersburgo,