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Revolucin urbana y derechos ciudadanos: Claves para interpretar las
contradicciones de la ciudad actual
Jordi Borja
Aquesta tesi doctoral est subjecta a la llicncia Reconeixement 3.0. Espanya de Creative Commons.
Esta tesis doctoral est sujeta a la licencia Reconocimiento 3.0. Espaa de Creative Commons.
This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution 3.0. Spain License.
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TESIS DOCTORAL DE JORDI BORJA
REVOLUCIN URBANA Y DERECHOS CIUDADANOS:
CLAVES PARA INTERPRETAR LAS
CONTRADICCIONES DE LA CIUDAD ACTUAL
Departamento de Geografa Humana
Programa: Sociedad, Cultura y Terrorio
Facultad de Geografa e Historia de la Universidad de Barcelona.
Director: Horacio Capel
Tutor: Carles Carreras
Barcelona, marzo 2012
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AGRAMENTS
A Horacio Capel que em va animar amb pacincia i cordialitat a que presents una tesi a partir dels meus treballs dels darrers anys. Es el director de la tesi, ha llegit els treballs elaborats al llarg de tres anys, mha fet comentaris sempre adients i ha fet les gestions imprescindibles per que es poss en marxa el complicat procediment administratiu. A Isabel Pujadas que ha guiat amb molta delicadesa aquest procs que a mi em superava totalment i ha estat molt comprensiva amb la meva incapacitat per estar atent als temps procedimentals.
Tamb a Jordi Guiu de la Universitat Pompeu Fabra i a Maria Dolors Garca Ramn de la Universitat Autnoma que es van oferir a gestionar el doctorat a les seves Universitats. A Enrich Lluch que em va encarregar lensenyament de Geografia Urbana a la Universitat Autnoma a partir de 1971, on vaig romandre 14 anys. I anteriorment he dagrair a Manuel Ribas Piera i a Francesc Gom i a Claudi Esteva que van ser els primers que em van obrir les portes de lEscola dArquitectura i de la Universitat de Barcelona quan jo encara residia a Paris a finals dels anys 60 i la meva situaci legal era delicada.
A Marina Subirats amb qui vaig compartir les classes en els primers anys de docncia a la Universitat de Barcelona i a Manuel Castells, amb qui vam iniciar vides paralleles fa mig segle. Sempre mhan animat amb el seu exemple i el seu suport a no deixar del tot lactivitat universitria.
A Jordi Sol Tura, el vaig conixer com a professor al 1958, el vaig retrobar a lany 1961 com dirigent poltic i al que he dagrair que mofers la seva amistat incondicional al llarg de 50 anys.
No puc citar a tots amics i amigues que mhan acompanyat en una vida en la que sempre he barrejat lactivitat intellectual i acadmica amb la poltica. De tots ells he aprs. Companys i companyes del PSUC, de la FAVB i dels barris, de Comissions Obreres, de Bandera Roja, del Ceumt, de lAjuntament i de lrea metropolitana de Barcelona, de lequip que hem treballat plegats en els darrers 15 anys a Urban T.C. i a la UOC, de DESC i de la Fundaci Frum. I de la informal Internacional urbana, els amics i amigues de Paris, dItlia, de Buenos Aires, de Mxico, de Xile, de Brasil, de Colmbia, dEcuador, dUruguay, de Cuba, dEstats Units.
A les persones estimades amb les que he compartit etapes importants de la meva vida des del inici de la meva activitat docent a la Universitat: Carme Guinea, Silvia Snchez Zelaschi i actualment Dolors Comas dArgemir. A ella, que mha animat en tot moment a fer i acabar la tesi.
A Maja Drnda, amb qui treballem plegats des dels anys 90. Sense ella aquesta tesi no hauria agafat mai forma. Grcies.
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NDICE
PRESENTACIN .......................................................................................................... 9
PRIMERA PARTE REVOLUCIN URBANA: LA NUEVA ESCALA DE LA
URBANIZACIN ........................................................................................................ 23
CAPTULO I: Revolucin y contrarrevolucin en la ciudad global ......23
CAPITULO II: Hacer ciudad en el siglo XXI ........................................43
Anexo I: Urbanismo y ciudadania...........................................................61
CAPTULO III: Gobierno del territorio y estrategias metropolitanas...69
Anexo II: Ciudades metropolitanas y gobiernos del territorio. El caso
espaol...................................................................................................101
Anexo III: Los desafos de la urbanizacin latinoamericana................134
Anexo IV: La organizacin de las reas metropolitanas: una cuestin no
resuelta...................................................................................................178
Bibliografa metropolitana ....................................................................201
SEGUNDA PARTE: ESPACIO PBLICO Y DERECHO A LA CIUDAD ........ 205
CAPTULO IV: La ciudad como espacio pblico y el movimiento
ciudadano...............................................................................................205
Anexo V: La cultura urbana republicana: ciudad y ciudadana............274
CAPITULO V: El Urbanismo y sus lmites. El caso de Barcelona......281
Anexo VI: Un futuro con un corazn antiguo.......................................320
Anexo VII Ciudad y barrios: los territorios de la vida ciudadana. .......329
Anexo VIII La ciudad y la revolucin... urbana ...................................335
CAPTULO VI: Ciudadana y exclusin ..............................................341
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Anexo IX: La Ciudadana Europea .......................................................364
Anexo X: Pobres o proletarios, exclusin o ciudadana .......................368
Anexo XI: Inseguridad urbana en la sociedad de riesgo.......................374
Anexo XII Ciudadana y seguridad urbana. Una reflexin europea.....381
Anexo XIII: Juventud y ciudadana. Causas sin rebeldes.....................388
Anexo XIV Democracia y buen gobierno. La participacin ciudadana401
TERCERA PARTE .................................................................................................... 411
CAPITULO VII: Fin de la ciudad postmodernista y el derecho a la
ciudad ....................................................................................................411
Anexo XV La urbanizacin contra la democracia ................................490
Anexo XVI: Un discurso tico sobre la ciudad futura ..........................502
Anexo XVII La ciudad como aventura inicitica .................................509
CONCLUSIONES GENERALES ............................................................................ 519
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PRESENTACIN
Presentacin universitaria del autor
Justificacin del idioma elegido
Ttulos acadmicos
Relacin entre la actividad acadmica y la actividad profesional y poltica: opcin
por la transversalidad
Razones para optar al ttulo de doctor
Sobre el proceso de produccin del texto y presentacin de la temtica de la obra
PRESENTACIN UNIVERSITARIA
Jordi Borja actualmente Director del rea de Gestin de la Ciudad y Urbanismo en la
Universitat Oberta de Catalunya desde 2006.
Anteriormente fue profesor de Sociologa Urbana de la Escuela de Arquitectura de
Barcelona (1967-69), de Introduccin a la Sociologa en la Facultad de Filosofa y
Letras de la Universidad de Barcelona (1968-1971) y de Geografa Urbana en la
Universidad Autnoma de Barcelona (1971- 1984).
Entre 1980 y 1995 ocup cargos polticos de base electiva: diputado en el Parlament de
Catalunya y miembro del gobierno del Ayuntamiento de Barcelona.
En sus sucesivos cargos en el gobierno de Barcelona, teniente de alcalde, vicepresidente
ejecutivo del rea Metropolitana, Ponente de la Carta Municipal y Delegado de
Relaciones Internacionales, a parte de otras funciones citaremos aqullas de contenido
intelectual y que se hicieron vinculadas a equipos universitarios. Dirigi la elaboracin
de los estudios que llevaron a la Descentralizacin territorial de la ciudad, dise el
modelo descentralizador y gestion su aprobacin y posterior ejecucin. Tambin
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elabor estudios sobre formas de gobierno, competencias y estrategias de las ciudades y
reas metropolitanas. Dirigi los estudios previos de la Carta Municipal y fue ponente
de la elaboracin del primer proyecto. Hizo estudios sobre las tecnologas urbanas y
dise y presidi una empresa pblica dedicada a su promocin. Elabor distintos
informes sobre el rol de las ciudades en la gobernabilidad global que condujeron a la
creacin de la Unin mundial de ciudades.
Entre 1995 y 2006 ha dirigido cursos y seminarios de nivel de postgrado en la
Universitat Politcnica de Catalunya y en la Universidad de Barcelona, as como en
Universidades europeas (Paris especialmente, Roma, Londres) y americanas (Nueva
York, Buenos Aires, Mxico, Santiago de Chile, Bogot, Sao Paulo, etc.) y ha dirigido
la Consultora Jordi Borja-Urban Technology Consulting, que ha desarrollado su
actividad en Espaa, Francia, Portugal y Amrica Latina (Mxico, Argentina,
Colombia, Chile, Brasil, etc.).
JUSTIFICACIN DEL IDIOMA ELEGIDO
El deseo del autor era presentar su trabajo escrito en cataln. Dos razones nos han hecho
optar por el castellano. Una parte importante de los materiales base estaban escritos en
castellano. Y adems estaba ya comprometida la publicacin inmediata en esta lengua
(lo que no excluye una posible edicin en cataln). Como no siempre conviene seguir el
precepto ignaciano de elegir el camino ms difcil hemos optado por el ms cmodo.
CURRCULO RESUMIDO
En el trabajo complementario que denominamos Justificacin autobiogrfica
incluimos un currculo extenso y una relacin de trabajos acadmicos y profesionales.
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Ttulos acadmicos
Licenciado en Letras/Sociologa-Geografa Humana, Diploma de Estudios Superiores
de Geografa Humana, Maestra de Urbanismo y curso de doctorado dirigido por Pierre
George.
Todos estos estudios fueron realizados en la Universidad de Paris (1962-1967).
Se pueden adjuntar los correspondientes certificados as como dos cartas manuscritas de
los profesores que dirigieron su Memoria de postgrado de Geografa humana y el curso
de doctorado (Pierre George) y su tesis de Maestra de Urbanismo (Michel Rochefort).
Anteriormente se haban iniciado los estudios de Derecho (1958-62) en Barcelona que
se interrumpieron debido a que estuve obligado a abandonar el pas a finales de 1961.
Le faltan dos materias para obtener el ttulo de licenciado: Derecho Civil 4 y Derecho
Internacional Privado.
Los estudios de Sociologa (licenciatura) y Geografa Humana (diploma de postgrado)
realizados en Paris le fueron convalidados en Espaa y recibi el ttulo de licenciado en
Sociologa por la Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa de la Universidad
Complutense en 1984.
Relacin entre la actividad acadmica y la actividad profesional y poltica: opcin
por la transversalidad.
Compagin mus estudios en Paris con trabajos intermitentes como ayudante de
investigacin en estudios de geografa urbana (con Michel Coquery y Yves Lacoste), de
antropologa social (con Jean Cuisenier y Dominique Schanaper) y de sociologa de la
cultura (con Pierre Bourdieu)
El master de Urbanismo y el curso de doctorado (1965-67) y la amistad con el profesor
Lacoste hizo que ste me propusiera integrarme como gegrafo/socilogo urbanista en
el Secretariado de Misiones de Urbanismo y Habitat del Ministerio de Cooperacin del
Gobierno de Francia. Fue su primer trabajo profesional estable. En el SMUH realiz
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estudios sobre la urbanizacin y las polticas urbanas en los pases en vas de desarrollo
(entre 1966 y 1968).
Mi prctica posterior (acadmica, profesional y poltica) me ha situado siempre en un
terreno transversal entre disciplinas vinculadas a la temtica urbana y territorial y en una
permanente relacin dialctica entre el anlisis y la intervencin. A finales de 1968 me
incorporo a la vez a la Universitat de Barcelona, al Departamento de Urbanismo del
Ayuntamiento y a la Comisin de Coordinacin Estadstica (actualmente Institut
dEstadstica). Luego me transfiero a la Universitat Autnoma (1971) para ocuparme de
mi materia preferida, la Geografa urbana. Me dedico intensamente a la actividad
poltica y cultural o tcnica mediante la crtica urbana y el apoyo a los movimientos
sociales urbanos, en la alegalidad o clandestinidad como en el marco de los Colegios de
Arquitectos y de Aparejadores. Y a partir de 1972 en el CEU (luego Ceumt).
Fruto de esta combinacin son numerosas publicaciones en forma de libros, artculos y
documentos varios que se detallan en la bibliografa (entre otras obras los libros La gran
Barcelona, Los movimientos sociales urbanos, Las asociaciones de vecinos, Por una
poltica municipal democrtica, Manual de Gestin Municipal). Esta doble actividad
ocupa toda la dcada de los 70.
A partir de 1980 ocupo cargos pblicos (Parlament, Ajuntament) pero siempre me
dedico a los temas territoriales, urbansticos y de polticas pblicas locales. Acto de
ponente de las leyes de planificacin y de urbanismo, dirige los estudios para la
descentralizacin de la ciudad, realiza informes sobre las reas metropolitanas. Entre
mis publicaciones cabe citar Por unos Municipios democrticos; Descentralizacin y
participacin; Gestin Municipal democrtica en Amrica latina; La economa social;
Metrpolis, territorio y crisis; Rgimen especial de las grandes ciudades: la Carta de
Barcelona.
Una seleccin de mis principales trabajos de esta dcada se publican en un volumen
editado por la Universidad de Barcelona: Estado y Ciudad (PPU-Universidad de
Barcelona, 1988). En este periodo soy codirector de un extenso estudio: Cities: Urban
Survey of the World patrocinado por NN.UU. A principios de los 90, como fruto de la
actividad internacional elaboro estudios e informes sobre Las estrategias urbanas de las
ciudades europeas (para la Comisin europea), Polticas urbanas para las grandes
ciudades (Editorial Sistema, Informe para el MOPU), Las ciudades en el mundo,
Ciudades e innovacin tecnolgica, Barcelona in the World, Rethinking the Latin
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American City, etc. que dieron lugar a libros colectivos y artculos. En 1994-95,
coincidiendo con el fin de mi etapa dedicada a los cargos pblicos, dirijo y soy coautor
del libro promovido por el PNUD y el Banco Mundial: arcelona, un modelo de
transformacin urbana(que presenta nicamente la buena cara de la realidad).
En las dos ltimas dcadas he combinado la actividad universitaria (direccin de
postgrados en la UPF, UB, UPC y actualmente en la UOC adems de cursos y
seminarios en Universidades europeas y americanas) con actividades profesionales de
consultora y redaccin de artculos y libros. En ambos tipos de actividad he trabajado a
partir de una concepcin transversal de los anlisis y de los proyectos urbanos.
Tanto los masters y los cursos de postgrado, incluso los especializados (seguridad
ciudadana, medio ambiente, espacio pblico, etc.), como las actividades profesionales
(planes estratgicos, asesora a gobiernos locales, organizacin de grandes eventos, etc.)
siempre incorporan las diferentes dimensiones del territorio urbanizado y se enfocan
con criterios tico-polticos es decir la persecucin de la democracia territorial y la
reduccin de las desigualdades sociales. Es decir, la docencia y la asesora tienen como
objetivo proponer intervenciones sobre el territorio, se orientan hacia la accin.
En este perodo ha publicado diversos libros como Local y Global, con Manuel
Castells (1996 y 2005), Espai pblic: ciutat i ciutadania (2001 y en castellano 2003),
La ciudadana europea (2001), El urbanismo de las grandes ciudades espaolas, con
Zaida Mux y otros (2002), La ciudad conquistada (2003 y varias reediciones, la
ltima en 2010), as como numerosos artculos e informes. En los ltimos aos se ha
dedicado principalmente a trabajar sobre El Espacio pblico, El derecho a la ciudad, El
anlisis crtico del urbanismo de los ltimos 20 aos y La relacin entre crisis
econmico-financiera y procesos de urbanizacin.
Ha dirigido o dictado cursos y conferencias en distintas Universidades europeas y
americanas ya citadas, en especial Paris/ Institut dUrbanisme, Buenos Aires/UBA-
Escuela de Arquitectura y Urbanismo, Mxico/UNAM-Instituto de Investigaciones
Sociales y UAM y New York/NYU y Pratt Institut), en las que ha hecho estadas ms
prolongadas, de varios meses.
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Tambin ha dirigido o tutorado tesis de maestra y de doctorado en Barcelona, Paris y
distintos pases de Amrica latina. Recientemente form parte de un tribunal de
doctorado en la Universidad de Delph (Holanda).
Ha participado tambin como miembro del equipo directivo en la elaboracin de planes,
programas y proyectos en Ciudad de Mxico, Valparaso, Bogot, Rio de Janeiro,
Buenos aires, Paris, Santiago de Chile, Sao Paulo, etc.
Tambin en este perodo ha ejercido de colaborador regular de los medios de
comunicacin (La Vanguardia, El Peridico, El Pas, etc.) y de organizaciones sociales
y sindicales, en temas urbanos y polticos.
En este breve currculo se comprueba que ha tenido durante 25 aos una dedicacin
importante a la Universidad pero parcial, excepto en los ltimos 5 aos que es
actualmente casi de dedicacin exclusiva. A lo largo de ms de 45 aos he mezclado la
intervencin poltica, la consultora profesional (actividades por naturaleza poco
especializadas) y la produccin intelectual en forma de libros y artculos de temticas
diversas con la docencia universitaria. Y reconozco que sta no ha sido siempre la que
me ha ocupado ms tiempo. Por lo relatado hasta ahora es fcil deducir que no solo he
mezclado tipos de actividad diversa, tambin he fusionado disciplinas distintas:
urbanismo, geografa, sociologa, derecho, economa, ciencia poltica, etc. Ello debido
a mi formacin, pero sobretodo por mi manera de entender y enfrentar las cuestiones
urbanas. Para bien o para mal, la transversalidad caracteriza por lo tanto la obra que
presentamos como propuesta de tesis.
RAZONES PARA OPTAR AL TTULO DE DOCTOR
El autor, como se ha visto, no ha hecho carrera acadmica a pesar de haber pasado
muchos aos vinculado a la Universidad. Podra decir, como Gorki, que sus
universidades principales han sido otras: la poltica (desde la militancia clandestina y
el exilio a las responsabilidades de gobierno en Barcelona); la participacin en
movimientos sociales (especialmente ciudadanos y barriales); la actividad profesional
de planeamiento y de consultora en urbanismo, estrategias de desarrollo y gestin local;
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y como corolario lgico el debate intelectual sobre estas temticas. Ha publicado una
treintena de libros, unos como autor nico o principal y otros como coordinador y
coautor. Tambin algunos centenares de artculos, tanto en revistas tcnicas o
especializadas como en otras de carcter general y en la prensa peridica. Ha aprendido
mucho viajando y en bastantes ocasiones interviniendo en situaciones urbanas en
distintos pases de Europa y Amrica.
El autor se considera ms profesional orientado a la accin que trabajador de
laboratorio, ms observador activo que investigador acadmico. Aunque tiende a la
teorizacin, o por lo menos generalizacin de las experiencias vividas, su reflexin
intelectual est orientada a la accin, a la intervencin sobre las situaciones que analiza.
Prefiere la calle al laboratorio o despacho. Lee ms en los aviones que en las
bibliotecas. Conversa con gentes diversas la mayora de ellas externas a las
Universidades. Y si bien ha escrito y ha publicado bastante nos tememos que con
bastante frecuencia ha sido escasamente fiel a los cnones habituales y rgidos de la
produccin cientfica acadmica, por lo menos cuando tiende a un fundamentalismo
metodolgico paralizante. Ha escrito mucho pero una parte importante de su
produccin ha sido en forma de notas, informes, documentos internos, y tambin
intervenciones orales, en conferencias, coloquios y reuniones de trabajo o asesora. Y
obviamente una otra parte importante de su trabajo intelectual se debe a las clases
universitarias y a la preparacin de materiales escritos para stas.
A estas alturas parece aventurado optar al ttulo de doctor, pues su currculo no es
exactamente el de un investigador en el sentido acadmico usual. Y tampoco se explica
por inters de progresar en la carrera acadmica, puesto que por edad, 70 aos, la
eventual lectura de la tesis coincide con la edad de jubilacin. Casi podra considerarse
un doctorado pstumo.
Por qu entonces?
En primer lugar por gusto y por coherencia. Despus de tantos aos de ir por el mundo
y frecuentar Universidades he visto que a medida que pasaba el tiempo me atribuan
ttulos de cada vez ms nivel, en Amrica latina especialmente. Hace 30 aos me
trataban de licenciado. Hace veinte de maestro. Hace 10 de doctor. Casi me he
acostumbrado y cada vez me da ms pereza corregir a los presentadores o interlocutores
(a los que tambin debo explicarles que no soy arquitecto, ni alcalde, ttulos que
tambin me atribuyen injustamente). Por lo tanto, me he acostumbrado a este
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tratamiento, no me disgusta y para adecuar la verdad a la realidad parece lgico
presentar una tesis para obtener el ttulo que se me atribuye.
En segundo lugar para corresponder a los comentarios de estimados amigos, como
Horacio Capel, Manuel Castells (UOC), Mercedes Garca Arn y Marina Subirats
(UAB), Jordi Guiu (UPF), Manuel Herce y Josep M Montaner (UPC) y otros, que me
han instado a que convierta o reelabore algunos de mis trabajos en una obra que pueda
considerarse una tesis presentable. Aunque por lo dicho hasta ahora es duda razonable
suponer que en mi caso esto sea posible, no es el autor el que debe decidirlo.
Y en tercer lugar pens inicialmente que poda acogerme a la posibilidad legal de
presentar una tesis en forma de publicaciones, como me sugiri el amigo y colega
Horacio Capel, lo cual simplificaba mucho la tarea. Luego esta frmula se desech.
Como se trata de un procedimiento relativamente excepcional o por lo menos novedoso,
despus de haberlo comentado con algunos colegas amigos, nos ha parecido mejor que
presente un trabajo nico que estaba preparando como proyecto de libro destinado a ser
publicado por una conocida editorial.
SOBRE EL PROCESO DE PRODUCCIN DEL TEXTO Y PRESENTACIN
DE LA TEMTICA DE LA OBRA
Este proyecto de tesis no nace de la nada, se apoya en un conjunto de trabajos
anteriores, en parte publicados en revistas reconocidas en el mbito acadmico como
Eure de la Universidad Catlica de Chile, Revista Mexicana de Sociologa de la
UNAM, International Journal of Urban and Regional Research (Inglaterra), Espaces et
Socits, Urbanisme (Francia), Built Environment (USA-Reino Unido), Metronord
(Politcnico de Torino), Metronomie (Bolonia, Italia) como consta en las referencias
bibliogrficas de cada captulo.
Este trabajo se inscribe en la continuidad de obras anteriores del autor como Espacio
pblico: ciudad y ciudadana, La ciudad conquistada y los diversos textos
publicados los ltimos aos sobre El derecho a la ciudad. Los textos que han servido
de base han sido elaborados en los ltimos aos, entre 2005 y 2011. Los anexos en
algunos casos son anteriores y no han sido reelaborados, o muy poco. El trabajo de
preparacin del texto que presentamos se inici en el 2009. Inicialmente habamos
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programado una parte que iba a ocupar por lo menos un tercio del texto dedicada al caso
de Barcelona. Pero cuando quisimos reelaborarlo con este fin nos apercibimos que
adquira personalidad propia y se convirti en libro: Llums i ombres del urbanisme de
Barcelona (Edicions 62 y en castellano por Editorial UOC, 2010).
En el ao 2010 expuse un avance del trabajo que ahora presento con el ttulo
Revolucin urbana y estrategias metropolitanas. Con algunas modificaciones este
avance es ahora la primera parte del trabajo que presentamos. Por su extensin y
coherencia esta primera parte podra ser una tesis o un libro al que solo faltara una
conclusin. Incluye tres captulos claramente diferenciados. El primero, de carcter
ms terico, es junto con el ltimo captulo, el que contiene las ideas principales del
trabajo.
El segundo se refiere a cmo hacer ciudad y cmo formar a los urbanistas. Estos dos
captulos van seguidos de un Anexo que expone la relacin entre el urbanismo
entendido como ordenacin y morfologa de de la ciudad y la ciudadana como conjunto
de derechos que configuran el status de sus habitantes.
El tercero, sobre las estrategias metropolitanas, de carcter ms operativo, desarrolla
los desafos que representa la nueva escala territorial de lo urbano: la regin
metropolitana. Se incluyen tres Anexos que nos han parecido necesarios para aterrizar a
las realidades concretas: uno sobre el caso espaol, otro sobre el latinoamericano y por
ltimo una breve informe sobre las distintas formas de organizacin metropolitana en
los pases europeos y americanos. Asumimos que la extensin de estos anexos es
excesiva. No he tenido tiempo de hacerlos ms cortos.
En la segunda parte planteamos la dimensin ms propiamente urbanstica que se
deduce de la revolucin urbana y de los procesos de urbanizacin metropolitanos: el
desafo del espacio pblico como condicin necesaria al ejercicio de la ciudadana. En
la medida que no se dan las respuestas adecuadas se generan o acentan procesos de
exclusin social, de desposesin ciudadana y de obsesin securitaria. Los procesos
disolutorios de la ciudad empobrecen o niegan los derechos ciudadanos pero generan la
emergencia de una reivindicacin integradora: el derecho a la ciudad. Esta parte est
constituida por los captulos cuatro, cinco y seis.
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El capitulo cuatro es la base principal de esta parte, como ocurre en la parte anterior
con el primero. Este captulo se subdivide en tres textos diferentes. El primero se refiere
al Espacio pblico y su relacin con el derecho a la ciudad. El segundo sobre la
conquista por parte de la ciudadana de sus derechos y retos actuales con los que ahora
se enfrenta. Y un tercer texto sobre la relacin entre Memoria histrica, espacio pblico
y derechos ciudadanos. El Anexo cinco que sigue a continuacin es resultado de una
pequea investigacin del autor sobre como se plante la relacin entre ciudad y
ciudadana en el perodo republicano. El origen es una contribucin a un libro colectivo
sobre los aportes democrticos del citado perodo. Por razones que desconozco el libro
no se public. Por lo tanto es texto es indito.
El captulo cinco se refiere a las propuestas del urbanismo a los desafos y a las
contradicciones que se han expuesto. La referencia principal es en este caso la
experiencia de Barcelona a lo largo de los ltimos treinta aos y la comparacin con
otras ciudades que, con ms o menos razn, consideran que han desarrollado polticas
similares o que pretenden inspirarse en el caso barcelons. Se incluyen tres anexos. El
anexo seis analiza el tema de la desposesin a partir de los procesos de
transformacin de las reas centrales o histricas de la ciudad. Los anexos siete y ocho
son dos breves notas sobre como se perciben estas transformaciones desde los barrios
populares y las polticas urbanas destinadas a crear consensos pasivos.
El captulo seis expone la cara ms negra de las ciudades: la exclusin. Se sintetizan
inicialmente las conclusiones que se derivan de los procesos de urbanizacin y sus
efectos excluyentes. Siguen dos subcaptulos sobre dos problemticas relativamente
nuevas, una referida a la poblacin y otra al espacio pblico: la inmigracin y su status
en el mbito europeo y la seguridad en los espacios pblicos. El anexo nueve presenta
el resumen de una propuesta elaborada por el autor en un informe encargado por las
Eurociudades en el que se propone desvincular la ciudadana de la nacionalidad.
Los anexos diez, once, doce y trece corresponden a diversas conferencias del autor
dictadas en las Universidades de Valencia y Girona, en el Ayuntamiento de Barcelona y
en congresos del Forum europeo de Seguridad ciudadana y del Programa de Seguridad
del PNUD-Amrica latina. El anexo catorce es un resumen elaborado por el autor sobre
los derechos en la ciudad para evitar la exclusin que fue debatido y aprobado como
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Declaracin por parte de 14 expertos internacionales reunidos en un seminario de
trabajo en La Laguna.
La tercera parte, ms breve pero que contiene ms ideas y conclusiones que las
anteriores, est formada por dos textos que pretenden sintetizar las dinmicas existentes
y ofrecer conclusiones operativas. Se exponen las dinmicas negativas y positivas que
se manifiestan en los actuales procesos urbanizadores y a continuacin se analizan los
conceptos y el juego de los actores que tienden a naturalizar y hegemonizar los procesos
citados. Es la crtica de la ciudad postmodernista o ciudad del neoliberalismo,
dominada por la creciente hegemona del capitalismo financiero-especulativo global que
se ha articulado con los actores locales, privados y pblicos. Creemos que es lcito
destacar la ltima parte en la que se hace una crtica de los conceptos utilizados hoy
comnmente cuando nos referimos a las temticas urbanas y tambin se extiende la
crtica al dficit de responsabilidad social de los intelectuales que se ocupan de stas.
Una breve conclusin general y una bibliografa selectiva concluyen nuestro trabajo.
La Justificacin autobiogrfica que acompaa al trabajo principal nos ha parecido
indispensable. Hemos titulado este trabajo complementario Mis Universidades.
Historia de un proceso de aprendizaje. No es exactamente lo que se entiende por
una autobiografa intelectual, puesto que desarrolla muy poco el contenido de lo
aprendido y tampoco expone in extenso las reflexiones del autor. Presenta una
trayectoria personal como proceso de aprendizaje complejo, puesto que si en parte se
debe a estudios concretos del autor y a sus lecturas, en una parte probablemente mayor
se debe a sus actividades polticas y sociales, de consultora o de viajero-conferenciante
por Europa y por Amrica. A lo largo de este trabajo se expone cmo y por qu el autor
asume su subjetividad a partir de sus posicionamientos morales (polticos, sociales,
culturales) y de sus experiencias prcticas (como profesor y como intelectual, como
militante poltico y como gestor pblico, etc.). Considera que el conjunto de prcticas
sociales y polticas son fuente de conocimientos indispensables en las ciencias sociales.
Y defiende la validez de los conocimientos adquiridos y la posibilidad de evaluacin de
los mismos segn criterios y mtodos distintos de los que se practican en el mbito
acadmico. El cual no tiene el monopolio del conocimiento cientfico.
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Esta exposicin autobiogrfica de los diversos aprendizajes le lleva al final del trabajo a
exponer un anlisis crtico de las ciencias sociales en la Universidad actual y a
denunciar el dficit de responsabilidad social que existe hoy en gran parte de los medios
acadmicos.
Asumimos que nuestro punto de partida no es objetivo, ni neutral. Por lo menos no en el
sentido que se entiende usualmente en el mundo acadmico. Intentamos comprender la
realidad no solo, ni principalmente a partir de estudios cientficos. Tambin por medio
de la observacin y participacin directas en movimientos colectivos y en la gestin
pblica y a partir de reflexiones e intuiciones derivadas de nuestra actividad profesional
y poltica, que en muchos casos supone elegir, decidir, comunicar, escuchar y actuar.
Tomamos partido, expresamos crticas a los efectos perversos de las dinmicas
econmicas y sociales y a los dficits o complicidades de las polticas pblicas urbanas.
Hacemos propuestas, proponemos alternativas polticas y jurdicas, inventamos
derechos, a partir de las experiencias personales y colectivas, no mediante citas de
autoridad. Cuando proponemos, si me lo permiten, la autoridad entendida como
responsabilidad somos nosotros.
El mtodo de produccin de conocimiento del mundo acadmico prioriza en muchos
casos la acumulacin sobre la imaginacin, el rigor procesal sobre la creatividad
personal, las citas de autoridad sobre las opiniones propias. Es sobretodo el caso de
muchos investigadores y profesores actuales que estn ms pendientes de publicar en
revistas indexadas, preferentemente norteamericanas, que en aportar algo nuevo y til
a su entorno inmediato. Se trata de una forma de progreso del conocimiento ms
reproductiva que innovadora, que para ser positivos podemos dar por supuesto que nos
protege de la arbitrariedad frvola y del subjetivismo ideolgico. Pero, el temor a
mancharse las manos tomando partido en el mundo real y haciendo propuestas de
accin sobre el mismo hace que este mtodo cree un vaco entre el mundo de los
investigadores acadmicos y el mundo de las decisiones polticas (en sentido amplio).
Cuando se trata de disciplinas cuyo objeto es precisamente una dimensin de la poltica
recabamos ante la docta Universidad la validez de nuestro mtodo, no separamos el
anlisis de la accin y si es el caso, mediante una metfora exagerada, debemos hacer
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como la Reina en el Pas de las Maravillas: primero la sentencia, luego el veredicto.
Pues con frecuencia los tiempos de las decisiones no corresponden con los de las
investigaciones universitarias.
Este texto se complementa con un Currculo del autor, una Relacin de trabajos
profesionales y acadmicos y una Bibliografa seleccionada de sus publicaciones:
libros de los que es autor solo o editor, o uno de los autores principales) y
colaboraciones en libros colectivos y revistas. En total ms de 150 referencias.
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PRIMERA PARTE REVOLUCIN URBANA: LA NUEVA ESCALA DE LA URBANIZACIN
CAPTULO I: Revolucin y contrarrevolucin en la ciudad global
Las expectativas frustradas por la globalizacin de nuestras ciudades
Introduccin
La reflexin inicial sobre el enfoque de este texto se produjo despus de la celebracin del
Forum Mundial de las Culturas celebrado en Barcelona en el ao 2004. El autor, junto con
Mireia Belil, directora de los Dilogos del Forum, organiz a lo largo de dos semanas un
conjunto de encuentros sobre lo que podramos denominar la aventura urbana de finales
de siglo en los que participaron varias decenas de expertos durante la primera semana y
un centenar de dirigentes de movimientos sociales durante la segunda semana. Estos
encuentros, especialmente los celebrados en la primera parte entre expertos, le
confirmaron la sospecha de que era imprescindible realizar un anlisis dialctico del
proceso urbano que pusiera en primer plano las contradicciones del mismo. Un proceso
contradictorio que se reflej en las intervenciones de todos los participantes, como se
expone en la primera parte del artculo.
El Forum y los dilogos sobre la ciudad le dejaron un sentimiento tambin contradictorio.
En un marco que era a la vez algo parecido a una culminacin del exitoso modelo
urbanstico de Barcelona y al mismo tiempo una prueba de sus limitaciones y de su
incipiente degeneracin los dilogos tanto de los expertos como de los dirigentes sociales
generaban satisfaccin y malestar. La calidad de los participantes y el pblico numeroso,
el valor del pensamiento crtico de los intelectuales y profesionales, la fuerza de las ideas y
de la accin de los dirigentes sociales, las conclusiones radicales que se desprendieron de
los encuentros, todo ello generaba ilusin y satisfaccin, presencibamos el renacimiento
del pensamiento urbano renovado y alternativo a la ideologa promovida por el
capitalismo especulativo y las polticas neoliberales. Todo ello mucho antes de que
explotara la crisis financiera (2007) y la evidencia del fracaso de las pautas urbanizadoras
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dominantes. Pero en el marco del Forum, smbolo de la degeneracin del modelo
Barcelona, pero que en aquellos momentos la casi totalidad de los participantes no se
atrevan a explicitar, quiz ni a pensar, la sensacin era extraa, como si estuviramos
fuera de la realidad. Inmersos en aquella escenografa tan contraria al idealizado
modelo barcelons, en aquella ficticia libertad para proclamar la crtica ms radical sin
que el discurso tuviera la mayor trascendencia, la dicha no poda ser mucha. El autor tuvo
una sensacin parecida a la que probablemente le hubiera provocado la celebracin de un
seminario sobre marxismo y alienacin o sobre precariedad del trabajo y marginalidad en
la terraza de El Corte ingls. Como ven las contradicciones estaban servidas.
Una primera versin de este trabajo se hizo a modo de presentacin de dos interesantes
textos de David Harvey y de Neil Smith, ambos conferenciantes en los dilogos citados.
Esta presentacin fue la ocasin de redactar unas primeras reflexiones sobre la revolucin
y la contrarrevolucin urbanas. En los aos siguientes lo he ido modificando, ha crecido
en extensin y en referencias hasta la versin actual que con ligeras modificaciones es del
2010.
En este texto introductorio no hemos incluido una reflexin especfica sobre la crisis
econmico-financiera global y su relacin con los procesos de urbanizacin dominantes
en especial a partir de la dcada de los 80 y principalmente los 90 del siglo pasado hasta la
implosin de la crisis. Como este texto y el conjunto del documento se basan en trabajos
elaborados a lo largo de la ltima dcada las referencias a la crisis son relativamente
escasas. Por esta razn el ltimo captulo elaborado entre 2010 y 2011 retoma el tema del
captulo introductorio para centrarse en el carcter revelador de la crisis y la emergencia
de una etapa histrica nueva para el avance de los derechos ciudadanos.
Los urbanistas, los investigadores urbanos y la ciudad capitalista
Quin teme a la ciudad futura? Es decir a la ciudad actual que anuncia el futuro
prximo, el cual ya est marcado por las dinmicas en curso. David Harvey1, uno de los
pensadores ms crticos sobre la ciudad actual titula uno de sus libros ms recientes
Espacios de esperanza, y no es precisamente la esperanza lo que se desprende de su
anlisis. Saskia Sassen2, la famosa autora de la optimista obra Las ciudades globales
1 Harvey,D. Espacios de esperanza, Ed. Akal, Madrid, 2003 y del mismo autor con Smith, Neil Capital financieros, propiedad inmobiliaria y cultura, ContraTextos, UAB-MACBA, 2005. Y ms recientmente Espacios del capital, Ed.Akal, Madrid, 2007.2 Sassen, S. The global city. New York, London, Tokio. Princeton University Press, Princeton, 1991
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que tuvo como efecto colateral que muchas ciudades ms o menos grandes reclamaran
un buen lugar en un ranking inicialmente limitado a tres, ha escrito posteriormente
textos crticos, casi apocalpticos, denunciando el emergente fascismo urbano y
anunciando la rebelin de las hordas marginales de las periferias. Los autores citados,
como los que citaremos a continuacin, han visitado Barcelona en los ltimos dos o tres
aos, y sus exposiciones orales y sus comentarios informales en privado acentuaban su
pesimismo crtico. Una actitud que especialmente caracteriza a reputados investigadores
y planificadores norteamericanos. Como el ya citado Neil Smith (colega de Harvey en la
City University de New York), Michael Cohen3, ex directivo del Banco Mundial, Mike
Dear, autor de un libro ya clsico sobre el nuevo modelo urbano4 o Tom Angotti
(profesor de la City University New York, editor de Planners Network5) , los cuales
presentaron un panorama muy crtico, algunos casi apocalptico, de las ciudades de hoy,
tanto en lo que se refiere a Norte Amrica como al resto del mundo (en el marco del
Forum mundial de las culturas, Barcelona, septiembre 2004). Y algo parecido ocurre
con otros destacados intelectuales, y de perfil diverso, como Michael Sorkin, Mike
Davis, Peter Marcuse, Richard Sennett, Edward Soja, Arjun Appadurai o Richard
Ingersoll 6, a los que hemos tenido oportunidad de leer a todos y de escuchar a la
mayora y en algunos casos hemos podido debatir con ocasin de sus visitas. Una
relativa excepcin, con un discurso que enfatizaba las nuevas posibilidades que ofrece la
revolucin informacional fue otro ilustre visitante: William Mitchell, de MIT, el autor
de E.topia, con posiciones similares a las de Manuel Castells. En cambio la sensata y
prestigiosa Jane Jacobs, en la excelente entrevista que le hizo la revista Urbanisme de
Paris (2005) poco antes de su fallecimiento, acentuaba considerablemente el diagnstico
3 Cohen, M. Poltica urbana y desarrollo econmico: Un programa para el decenio de 1990. Banco mundial, Washington, 1991. Tambin ver Cohen, M. (con Ruble, Tulchin y Garland). Preparing for the Urban Future, Wilson Center Smithsonian Institute, Washington D.C., 1996 4 Dear, M. From Chicago to Los Angeles, Sage Publications, 2002 5 Angotti, T. Metropolis 2000, planning, poverty and politics. Routledge, New York 1993.6 (Davis, M. Planet of slums, Verso, London 2006 y Planeta de ciudades-miseria, New Left Review, n 26, 2004 (edicin espaola) Sorkin, M. Variaciones en un parque temtico, Gustavo Gili, Barcelona, 2005 (edicin espaola). Sennett, R. El respeto, Anagrama 2003. Soja E. Postmetropolis: Crisitcal Studies of Cities and Regions. Basil Blackwell. Oxford, 2000. Ingersoll, R. Tres tesis sobre la Ciudad en la Revista de Occidente n 185, pp: 11-44. 1996 Appadurai,A, La modernidad desbordada: dimensiones culturales de la globalizacin, Trilce-FCE, Buenos Aires 2001; Urban Governmentality and the Horizon of politics, Public Culture 14, 2002; y El rechazo de las minoras, Tusquets, 2007 (edicin en ingls DukeUniv. Press,2006 De otros destacados expertos norteamericanos como Marcuse, P.y Mitchell, W y el israelita Weizman, E. hemos retenido principalmente sus conferencias en Barcelona.Marcuse en el CCCB (2007), Mitchell en la UOC (2005) y Weizman en el Foro de las Culturas (2004).
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crtico que se anunciaba en su obra clsica sobre las ciudades norteamericanas.7 Todos
ellos priorizaban la crtica, incluso la denuncia, y dejaban en un plano muy secundario
las dinmicas esperanzadoras y las propuestas correctoras. Lo mismo que el arquitecto
israel Eyal Weizman. La coincidencia entre autores marcadamente radicales o
marxistas como Harvey, Smith, Angotti o Davis con otros de talante ms liberal (en la
cultura poltica norteamericana equivale a socialdemcrata) como Cohen, Sassen, Dear
o Sorkin es significativa. Nuestra poca replantea la razn de ser de la ciudad, las
dinmicas disgregadoras son muy fuertes y las incertidumbres sobre su futuro
crecientes. La coincidencia y la influencia global de los autores citados no permiten
considerar que estas visiones estn demasiado influenciadas por la lgica desazn
provocada por la lamentable experiencia de vivir bajo la presidencia del Bush. O
atribuir estas posiciones, propias de intelectuales crticos, al hecho de que se trata de
analistas de la realidad pero no comprometidos con la gestin de la ciudad. Los autores
citados son o han sido tambin profesionales que han estado al frente de programas de
desarrollo o de proyectos urbanos, o han trabajado para instituciones polticas o han
asesorado movimientos sociales con propuestas alternativas, no son crticos instalados
en torres de marfil.
Hemos destacado las intervenciones de los expertos norteamericanos por el evidente
contraste entre su pertenencia al pas ms potente y poderoso del planeta y el
radicalismo de su crtica. Si consideramos a continuacin las intervenciones pblicas y
privadas de intelectuales y expertos urbanos europeos o latinoamericanos, de perfil
igualmente independiente y crtico, nos llama la atencin que su discurso contiene
elementos ms positivos. En sus obras recientes y en sus intervenciones en los
encuentros internacionales citan experiencias constructivas o de planeamiento,
propuestas y programas interesantes y manifiestan un cierto optimismo sobre el futuro
de la ciudad. Tambin es cierto que los norteamericanos eran casi todos cientistas
sociales, la gran mayora universitarios y se sentan muy libres para expresarse
crticamente. En cambio una parte importante de los europeos, incluido el autor,
7 Jane Jacobs es la autora de The Death and Life of Great American Cities public en 2004 un interesante libro de memorias con el ttulo de Dark Age Ahead (Ramdom House, New York). Hay que citar tambin a Franoise Choay, tambin invitada al encuentro del Forum pero que finalmente no pudo asistir, la conocida autora de un libro clsico, Lurbanisme, utopies et ralits, que en un texto de inicios de los 90 ya haba anunciado Le rgne de lurbain et la mort de la ville, reeditado en su obra Lanthropologie de lespace (Paris, 2006). En conversacin privada me reconoci que evidentemente se trataba de una tendencia, no de una evolucin fatal, y con su texto y el ttulo del mismo, pretenda alertar del peligro.
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estbamos ms condicionados por una prctica profesional y en algunos casos poltica.
Los latinoamericanos por su parte, aunque fueran acadmicos o profesionales, la
mayora estaban vinculados o con la gestin pblica o con los movimientos sociales, lo
cual les llevaba a posiciones proactivas.
Evidentemente estos profesionales y analistas de la ciudad europeos y latinoamericanos,
siempre de esta muestra arbitraria que hemos seleccionado, a los que hemos ledo, visto
y escuchado en directo en los ltimos tres aos, tambin expresaron posiciones crticas,
pero el discurso era ms propositivo. Nos referimos a personalidades tan distintas entre
s como los portugueses Nuno Portas y Boaventura de Souza Santos, los brasileos
Fernando Enrique Cardoso, Jorge Wilheim, Jaime Lerner y Raquel Rolnik, los
mexicanos Enrique Ortiz, Alicia Ziccardi y Alejandra Moreno Toscano, los chilenos
Alfredo Rodrguez, Ana Sugranyes, Maria Elena Ducci y Carlos de Mattos, el
ecuatoriano Fernando Carrin, los argentinos Eduardo Reese, Fredy Garay, Marta
Aguilar y Carlos Reboratti (aunque en el caso argentino destaca tambin el discurso
radicalmente crtico de Graciela Silvestri o de Adrin Gorelik), los franceses Franois
Ascher, Jean Louis Cohen, Olivier Mongin, Ariella Masboungi, Patrick Viveret, Michel
Marcus, Franois Barr, Sophie Body-Gendrot, los italianos Giusseppe Campos Venuti,
Laura Balbo, Francesco Indovina, Mauricio Marcelloni, Bruno Gabrielli, Franco
Corsico, los redactores de revistas de matriz italiana como Domus, Area o Giornali delli
architetti o las francesas Urbanisme y Projet Urbain, los britnicos Peter Hall, Richard
Rogers, Tim Marshall, los catalanes Manuel Herce, Josep M Montaner, Francesc
Muoz, Oriol Bohigas, Manuel Sol Morales, o los madrileos Jess Leal, Eduardo
Leira, Eduardo Mangada, Luis Fernndez Galiano, o el ya citado y difcil de ubicar
Manuel Castells. Una lista no exhaustiva, pues no podemos citar a todos los que hemos
podido escuchar con inters en el marco de eventos sobre temas urbanos.8
No estamos en condiciones de aportar una explicacin suficientemente fundada a este
contraste entre unos y otros. Probablemente existen varias explicaciones. Es posible que
alguno de los expertos norteamericanos nos diga que no es un pesimista, sino un
optimista informado. Y aadira que el rol imperial que ha asumido Estados Unidos en
el mundo les obliga a tener en cuenta el conjunto del planeta y por lo tanto integran en
su anlisis el mundo menos desarrollado y sus actuales procesos de urbanizacin
catica, insostenible e ingobernable. A nosotros, los representantes de la vieja Europa
8 No citamos bibliografa de todos estos autores para no hacer ms pesado el texto. En nuestro libro La ciudad conquistada, Alianza Editorial (2005) citamos obras de todos ellos.
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nos podran reprochar no apercibirnos que nuestras ciudades consolidadas, histricas, de
perfil cultural propio, son fantasmas del tiempo pasado, destinadas a museo o parque
temtico para turistas o a ltima residencia para la cuarta edad ms o menos acomodada
del mundo. Y podran aadir: miren a su alrededor, las nuevas formas de urbanizacin
de ustedes no son diferentes de las nuestras, simplemente estn por ahora menos
desarrolladas.
Quizs podemos apuntar otro tipo de explicacin, complementaria, que se refiere a las
condiciones de produccin e intercambio de la produccin del conocimiento. La poltica
del gobierno norteamericano de entonces, personificada en la figura del presidente
Bush, ha generado mucho rechazo en Europa. Y como consecuencia de ello las
iniciativas culturales europeas han privilegiado las relaciones con intelectuales,
acadmicos o profesionales, de marcada e indiscutible posicin crtica, y por lo tanto
alejados de los mbitos de poder. As ha sucedido con los nombres citados al inicio de
este artculo, que han sido objeto de invitaciones (a veces repetidas, incluso frecuentes)
por parte de entidades culturales, en este caso de Barcelona, incluso de aqullas
prximas al poder poltico.
En Europa la simbiosis entre intelectuales y profesionales crticos y el poder poltico es
frecuente, o lo ha sido, y en temas urbanos no hay una separacin radical entre el mundo
acadmico y cultural y la insercin en redes articuladas con las administraciones
pblicas. En Amrica latina los procesos democratizadores de las dos ltimas dcadas
tambin han creado conexiones entre el poder poltico y los sectores intelectuales y
profesionales procedentes de la cultura crtica de los aos 60 y 70. Lo cual ha llevado
incluso a destacados pensadores radicales a integrarse en estructuras de gobierno, tanto
a nivel local como estatal. El resultado es visible: la mayora de los europeos y
latinoamericanos citados son a la vez representantes del pensamiento crtico o radical y
son, o han sido, polticos o profesionales con responsabilidades de gestin pblica o de
diseo o ejecucin de programas y proyectos destinados a las ciudades.
No es un detalle sin importancia indicar desde donde se habla, desde donde se
investiga, se planifica o se escribe. Estamos demasiado acostumbrados a considerar un
estudio o un artculo en s, como si fuera indiferente la posicin social o profesional
de su autor, o suponiendo que implcitamente el lector ya conocer y establecer por su
cuenta la adecuacin entre esta posicin y el texto, es decir procurar adivinar el punto
de vista desde donde se escribe. Justo porque esta adecuacin no se debe considerar
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como automtica hemos iniciado este documento situando a los autores citados, que
unos ms que otros, han influido en el firmante de este texto.
La mayora de autores nos proponen claves interpretativas sobre las ciudades en la
globalizacin, en unos casos mediante exposiciones tericas sobre la ciudad actual y en
otros deduciendo consecuencias para su posterior intervencin en ciudad o territorios
concretos. El anlisis de la relacin entre globalizacin y urbanismo les lleva a constatar
la profunda crisis de las polticas locales de reproduccin social (vivienda, educacin,
servicios sociales, etc.), que han sido histricamente propias de los gobiernos
municipales o regionales. Los nuevos espacios locales, la ciudad extensa o el espacio
urbano-regional, se han convertido por otra parte en territorios de organizacin de la
produccin social (conjunto de factores que intervienen en el proceso econmico de
produccin de bienes y servicios), pero de gobernabilidades dbiles y fragmentadas. Lo
cual conlleva a que se agudicen las contradicciones y se acenten las polticas
revanchistas o represivas9. Autores tan distintos como Smith, Sassen, Harvey o
Angotti, a partir de su conocimiento de las ciudades norteamericanas, denuncian la
emergencia de un fascismo urbano como ya hemos citado al inicio de este texto. En
resumen el conflicto social (o la nueva lucha de clases) se ha desplazado, relativamente,
del mbito del Estado-nacin y del lugar de trabajo a los territorios locales y al nexo
entre lo local y lo global10.
En el caso europeo los autores a los que hemos hecho referencia se mueven entre dos
polos. En un caso enfatizan la adecuacin de la ciudad a la globalizacin, su insercin
en redes macrorregionales (continentales, mundiales), el ganar posiciones competitivas
y conseguir funciones nodales y atraer flujos. Es la ideologa naturalizadora del actual
capitalismo que sirve de seuelo para orientar las polticas urbanas y que se traduce en
la arquitectura de autor, la oferta de reas para la nueva economa, la gentrificacin (o la
museificacin) de la ciudad consolidada, la mercantilizacin del valor simblico del
patrimonio, el miedo justificador de los barrios cerrados, el crecimiento perifrico por
piezas y funciones especializadas, etc. El otro polo es el de la resistencia a la
globalizacin, o a sus efectos perversos, que se manifiesta cuando se comprueba la
dificultad de promover un desarrollo sometido a lo global y compatible con la cohesin
9 Smith, N. El redimensionamiento de nuestras ciudades en el texto citado de Harvey y Smith (2005) y Sassen, S. El Estado y la nueva radiografa del poder en Gambrill, M. La globalizacin y sus manifestaciones en Amrica del Norte, UNAM, Mexico 2002 10 Borja, J. y Castells, M. Local y global, Taurus Madrid 1997. Ver tambin de Manuel Castells, Elpoder de la identidad, vol II de La era de la Informacin, Alianza Ed, Madrid, 1997, y Borja, J. Laciudad conquistada, Alianza Ed. Madrid, 2003
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social y la sostenibilidad ambiental, la creciente marginacin de poblaciones
sacrificadas en aras de la competitividad global, la banalizacin y prdida de identidad
de los territorios, etc. Reaparece entonces el discurso sobre la ciudad, el espacio
pblico, la calle, la mixtura social, el perfil identitario y el patrimonio como memoria
urbana11.
En el caso de los autores latinoamericanos la necesidad de integrar ambos polos es an
ms urgente. Por una parte las ciudades deben mejorar su insercin en flujos globales
para recuperar la brecha tecnolgica, financiera y econmica del ltimo tercio del siglo
XX. Por otra parte los dficits sociales, culturales y de gobernabilidad democrtica
deben reducirse si se quiere evitar una crisis urbana generalizada.
Es decir, nos encontramos ante unas realidades urbanas extremadamente contradictorias
y unas dinmicas tanto privadas como pblicas que se instalan en estas olas opuestas y
producen discursos ambivalentes. Los analistas y planificadores por ahora toman acto
de la contradiccin y cuando no construyen un discurso inevitablemente genrico e
inoperante (como ocurre frecuentemente en la moda del planeamiento estratgico)
toman partido por uno de los polos. El problema es que por ahora no parece posible que
un polo elimine al otro.
Una conclusin parece evidente: el discurso urbano no puede ser frgido ni neutro, no
puede evitar tomar posicin. El anlisis debe asumir la realidad contradictoria de los
procesos urbanos y los valores ticos, las ideas polticas y los intereses en funcin de la
posicin que se ocupa hacen inevitable ya tomar posicin. Si a ello aadimos que a los
urbanistas y a los planificadores e incluso a los cientistas sociales en general se les piden
propuestas, orientaciones para la accin, el tomar partido es una consecuencia obvia. Se
pueden buscar soluciones intermedias, posibilistas, con el riesgo que no gusten a nadie,
o como decamos anteriormente, que sean inoperantes. Pero por mucho que no guste a
los acadmicos que consideran que tomar partido es contrario al pensamiento cientfico
en el caso del urbanismo y de las ciencias sociales es tan inevitable como necesario.
Es el problema que encuentran los redactores de informes de los organismos
internacionales. Pueden describir el mal, incluso pueden hacer propuestas genricas, no
pueden atacarse a las causas concretas y a los agentes responsables de los males de los
11 Ver la reciente exposicin y catlogo sobre La calle nos pertenece comisariada por Franois Ascher y organizada por el Instituto de la Movilidad urbana en Paris (2007) y que prximamente llegar a Amrica latina (Buenos Aires 2008).
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procesos urbanos actuales. Aunque en ciertos casos el valor de sus anlisis contribuye
mucho a concretar y legitimar las crticas y las alternativas.
Nota sobre los informes de organismos internacionales.
Para terminar esta primera parte introductoria nos referiremos a tres Informes recientes
sobre la ciudad en el mundo actual elaborados por organismos de las Naciones Unidas.
Uno es del Fondo de Poblacin (UNFPA): Estado de la poblacin mundial 2007.
Liberar el potencial de crecimiento urbano. El otro es de ONU- Habitat: State of the
Worlds Cities 2006-07. El tercero es el ltimo Informe de Worldwatch Institute:
State of the World 2007. Our Urban Future. En primer lugar es significativa la
coincidencia. Estos tres informes, todos ellos referidos al estado del mundo, coinciden
en enfoque exclusivamente urbano. En segundo lugar es interesante que todos ellos no
se limitan, como ha sido tan frecuente en el pasado, a presentar la realidad urbana global
como catastrfica o por lo menos muy preocupante, tambin exponen el potencial
resolutivo de los problemas que se encuentra en las ciudades12. Es significativo el
subttulo del Informe de UNFPA: El potencial del crecimiento urbano. Y tanto este
Informe, como el de Habitat y el de Worldwatch, indican una gran diversidad de
propuestas razonables para abordar con xito los problemas generados por la
urbanizacin del mundo. En tercer lugar sin embargo las soluciones parecen depender
de la voluntad de las administraciones pblicas y de la movilizacin de la ciudadana, y
no se entiende muy bien por qu no se aplican y se generalizan.
Estos Informes, todos de gran inters, nos confirman las contradicciones tanto del
desarrollo urbano como de las polticas y de los comportamientos sociales vinculados a
la urbanizacin. En el texto que sigue analizamos estas contradicciones, o por lo menos
las que nos parecen ms significativas. Nuestra hiptesis de partida es que la
emergencia de la ciudad del siglo XXI es espectacularmente dialctica, y en ella lo
bueno y lo malo, integracin y marginalidad, cohesin social y desigualdad creciente,
desarrollo sostenible y dinmicas insostenibles, productividad competitiva y enclaves
excluyentes, democratizacin de la gestin urbana y crisis de gobernabilidad de las
regiones urbanizadas, globalizacin y localismo, etc. estn en conflicto permanente.
12 Jaime Lerner, la ciudad no es problema, es solucin., en su intervencin en el Forum Mundial de las Culturas, Barcelona 2004).
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Hemos tenido en cuenta las contribuciones de los autores citados y otros que han
analizado las contradicciones de la ciudad post-industrial13. El texto que sigue expone
brevemente las caractersticas y contradicciones de la revolucin urbana de nuestra
poca. En segundo lugar las respuestas del urbanismo, la revalorizacin de la ciudad y
las dinmicas fragmentadoras y segregadoras que se dan en ella. Finalmente,
exponemos el debate sobre los modelos de ciudad en curso y su relacin con el derecho
a la ciudad propio de nuestra cultura democrtica14.
Sobre el uso de los trminos revolucin y contrarrevolucin en la ciudad de la
globalizacin
El concepto de revolucin urbana ya fue utilizado para caracterizar un determinado
periodo del Neoltico (Gordon Childe, La civilizacin antigua). Y si hay revolucin puede
haber contrarrevolucin. Es un concepto que se ha renovado y reutilizado a lo largo del
tiempo, como se comprueba en la literatura sobre el auge de las ciudades metropolitanas
a lo largo del siglo XX y ms recientemente sobre la explosin de la ciudad15 o el ya
clsico concepto de Metpolis acuado por Franois Ascher16. Tambin lo usamos en un
sentido ms general que corresponde al hilo interpretativo de nuestro texto. Las
revoluciones, sean polticas, sociales, econmicas, cientficas, culturales o tecnolgicas
generan procesos (o por lo menos expectativas) que para simplificar podemos calificar de
democrticos o socializadores del progreso. En el caso de la revolucin urbana de
nuestra poca, ampliamente descrita, se enfatiza la mayor autonoma de los individuos, la
diversidad de ofertas (de empleo, formacin, ocio, cultura, etc.) que se encuentran en los
extensos espacios urbano-regionales, las nuevas posibilidades de participacin en las
polticas pblicas de las instituciones de proximidad y a partir de la socializacin de las
13 Algunos ttulos significativos son Ascher, F. Nuevos principios de urbanismo, Alianza Ed. Madrid 2003, Amendola, G. Ciudad Postmoderna, Celeste Ed. Madrid 2001 y Castells, M. La era de la informacin, Alianza Ed. Madrid 2000 y La sociologa urbana de Manuel Castells, ed. I. Susser, Alianza Ed. Madrid 2001. 14 El derecho a la ciudad, concepto que plante Lefebvre en los aos 60, ha sido desarrollado muy recientemente por los movimientos sociales urbanos a nivel internacional como la red liderada por Habitat International Coalition que ha elaborado una propuesta de Carta del derecho a la ciudad. En la conferencia de Habitat de Istambul (1996) aun no se plante, pero si en el Foro Urbano Mundial de Habitat (Barcelona 2004). Ver tambin J.Borja La ciudad conquistada, op. cit. y el Informe sobre Los Derechos Ciudadanos de la Fundacin Alternativas, Documento de trabajo n 51, Madrid, 2004.
15 ver el catlogo de la exposicin realizada en Lisboa, Venecia y Barcelona que con este ttulo dirigieron Nuno Portas, Francesco Indovina y Antonio Font 16 Ascher, F. Metapolis, Ed. Odile Jacob. Paris, 1995.
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nuevas tecnologas, las mayores posibilidades de elegir residencia, actividad o tipo de
movilidad, etc.
Sin embargo, nunca la segregacin social en el espacio haba sido tan grande. Crecen las
desigualdades de ingresos y de acceso real a las ofertas urbanas, colectivos vulnerables o
ms dbiles pueden vivir en la marginacin de guetos o periferias (ancianos, nios,
inmigrantes, etc.), los tiempos sumados de trabajo y transporte aumentan, la autonoma
individual puede derivar en soledad e insolidaridad, la incertidumbre sobre el futuro
genera ansiedad, se pierden o debilitan identidades y referencias, hay crisis de
representacin poltica y opacidad de las instituciones que actan en el territorio, etc. Es
decir, las esperanzas generadas por la revolucin urbana se frustran y el malestar urbano
es una dimensin contradictoria de la vida urbana actual.
Estos efectos perversos de la revolucin urbana no son una fatalidad sino que resultan de
un conjunto de mecanismos econmicos, de comportamientos sociales y de polticas
pblicas como son: la intervencin sobredeterminante del capital financiero especulativo
en los procesos de urbanizacin, el carcter oligoplico de la propiedad privada del suelo
(un bien comn) que genera el inicio del proceso de materializacin de las plusvalas
urbanas (renta de posicin) en la definicin de usos del territorio, el consiguiente carcter
de ahorro que han adquirido las inversiones en suelo o en vivienda para una parte
importante de las clases medias e incluso bajas, las alianzas impas entre promotores y
autoridades locales que encuentran en ello una forma extra de financiarse (y a veces de
corromperse), el afn de distincin y de separacin de importantes sectores medios y
altos, los miedos mltiples y acumulativos que actan sobre una poblacin de cohesin
dbil, la fragmentacin de los territorios urbanos extensos y difusos, la homogeneizacin
de pautas culturales en los que la imitacin global se convierte en obstculo a la
identidad e integracin locales, etc. Todo lo cual configura que vivimos no solo tiempos
de revolucin, tambin son tiempos de contrarrevolucin urbana.
La revolucin urbana: dimensiones sociales y territoriales.
El trmino revolucin urbana, que us Gordon Childe en su obra clsica sobre la
Antigedad, ha sido recientemente recuperado por Ascher17. La revolucin urbana no es
17 Ascher, F. Nuevos principios de urbanismo, Alianza Ed. Madrid, 2003.
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la traduccin directa de la globalizacin en el territorio pero s que viene causada por un
conjunto de factores tecnolgicos, econmicos, polticos, sociales y culturales que
tambin se vinculan a la globalizacin, concepto por otra parte suficientemente confuso lo
que permite que sirva un poco para todo18.
a) La informatizacin (por ejemplo la difusin de las redes telemticas - Internet, telefona
mvil) ha modificado las relaciones espacio-tiempo y permite desarrollar actividades
diversas (profesionales, de ocio o cultura, de educacin, de consumo) sin depender de una
localizacin rgida. Si a ello se une la generalizacin de las formas modernas de
comunicacin como auto privado y las redes regionales de transporte, es fcil deducir que
la ciudad hoy ya no es lo que era.
b) Los nuevos territorios urbanos ya no se reducen a la ciudad central y su entorno ms o
menos aglomerado, lo que se llam el rea metropolitana, es decir el modelo de ciudad
de la sociedad industrial. El territorio urbano-regional es discontinuo, mezcla de zonas
compactas con otras difusas, de centralidades diversas y reas marginales, de espacios
urbanizados y otros preservados o expectantes. Una ciudad de ciudades en su versin
optimista o una combinacin perversa entre enclaves globalizados de excelencia y
fragmentos urbanos de bajo perfil ciudadano.
c) El capital dominante es hoy financiero, ms que productivo, nmada ms que
sedentario. Las decisiones se han externalizado del territorio, el cual se ha
vulnerabilizado al tiempo que ha entrado en la carrera competitiva para atraer
inversiones, actividades emblemticas, turistas, etc. El capital fijo, dependiente del
entramado econmico local, se resquebraja, y las infraestructuras que soportan la nueva
economa corren el riesgo de ser de uso efmero y de relevancia nicamente global pero
no para el territorio en el que estn insertas.
d) El mbito local-regional ha sido histricamente el de la reproduccin social
(educacin, sanidad, vivienda, etc.), hoy afectado por la crisis del welfare state (o por
su carcter inconcluso) al mismo tiempo que las demandas se multiplican (formacin
continuada, envejecimiento, reduccin del tamao del ncleo familiar, colectivos
18 Usamos el trmino globalizacin solamente en relacin a sus impactos, reales o supuestos, sobre los territorios urbanos..
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pobres o marginales, etc.). Los poderes locales y regionales deben reorientar sus
funciones hacia la produccin social puesto que la competitividad del territorio
corresponde a esta escala ms que a la del estado-nacin. Pero no disponen de las
competencias y recursos para ello19.
e) La sociedad urbana se ha hecho ms compleja, ms individualizada y ms
heterognea. Las grandes clases sociales de la poca industrial se han fragmentado, los
grupos sociales se definen en funcin de criterios mltiples (territoriales, culturales, etc.
adems de su relacin con la produccin), la autonoma del individuo se ha
multiplicado. Los comportamientos urbanos se han diversificado (en los tiempos,
movilidades, relaciones sociales, etc.) y por lo tanto tambin las demandas. Las
polticas urbanas hoy no pueden ser simplemente de oferta masiva dirigida a grandes
colectivos supuestamente homogneos.
f) Pero, paradoja: al mismo tiempo que individuos y ciudades apuestan por la distincin
y la diferencia, las pautas culturales se globalizan y se homogeneizan20. Arquitecturas y
formas de consumo, informaciones y comportamientos de ocio, lenguas (las variantes
del seudoingls) y vestimentas, se banalizan y pierden sus elementos distintivos
cualificantes. La carrera hacia la competitividad mediante la distincin lleva a la no-
competividad mediante la banalizacin.
La gobernabilidad de los territorios urbano-regionales se convierte en un difcil desafo.
Especialmente difcil debido a los factores citados que ahora resumimos:
i. La multidimensionalidad del territorio urbano-regional (centros, periferias,
red incompleta de geometra variable de ciudades medias y pequeas,
urbanizacin difusa, enclaves y hbitat marginal, etc.).
ii. Las potentes dinmicas privadas de ocupacin de suelo. P.ej. en Barcelona-
regin metropolitana en los ltimos 25 aos la urbanizacin del suelo se ha
multiplicado por dos siendo la poblacin estable21.
19 Smith, N. El redimensionamiento de las ciudades en Capital financiero, propiedad inmobiliaria y cultura, MACBA y Universidad Autnoma de Barcelona, Barcelona, 2005 20 Harvey, D. El arte de la renta, en Capital financiero, propiedad inmobiliaria y cultura, op. cit 21Vanse algunos datos para ilustrar estas dinmicas de ocupacin del suelo en las regiones urbanas de Barcelona y Madrid. Para el caso de la Regin Metropolitana de Barcelona, el crecimiento de la superficie urbanizada entre 1972 y 1999 fue del 185 % con un mayor crecimiento en la segunda corona tal y como vemos en el trabajo de Manuel Herce en Borja J.; Mux, Z. (eds.) Urbanismo en el s.XXI. Bilbao, Madrid, Valencia; Barcelona. Ed. UPC: Barcelona.
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iii. La nueva complejidad de la sociedad urbana y la diversidad de sus
demandas y de sus comportamientos (movilidad, doble residencia...).
iv. La fragmentacin de los poderes locales (entre 150 y 200 municipios en la
regin metropolitana de Barcelona, ms comarcas, mancomunidades,
entidades metropolitanas, Diputacin, Generalitat, ministerios) que cooperan
y se solapan, compiten, se estorban... y dejan hacer a las entidades
financieras y a los promotores inmobiliarios.
b) La fuerza econmica y a veces legal de las iniciativas privadas o de entes pblicos
sectoriales a la hora de definir o modificar grandes proyectos sectoriales sobre el
territorio. La gobernabilidad de estos territorios exige una capacidad de innovacin
poltica que el marco institucional obstaculiza y que la deficiente representatividad
de los partidos, convertidos en maquinarias electorales para ocupar posiciones en
las instituciones, difcilmente supera22.
Las ciudades ante los efectos ms o menos perversos de la globalizacin: entre la
sumisin y la resistencia.
El anlisis segn una matriz explicativa de una sola direccin es ms gratificante, te
asegura un sector de pblico partidario de tu discurso. Y si otro sector lo crtica, pues muy
bien, es sabido que lo importante es que hablen de uno, y si hablan mal mejor, la gente se
fija ms. Pero, con el riesgo de no complacer ni a tirios ni a troyanos, me parece inevitable
Tambin entre 1987 y 2001 para el 78% de los municipios de la provincia de Barcelona ms de la mitad de la produccin de la vivienda haba sido de tipologa aislada o adosada. Tambin cabe destacar que son los 137 municipios pequeos de la provincia (de 1.000 a 10.000 habitantes) los que han producido ms del 80% de vivienda unifamiliar. Ver tesis doctoral de Francesc Muoz, Urbanalitzaci: la producci residencial de baixa densitat a la provincia de Barcelona, 1985- 2001. UAB. 2004. Para el caso de la regin urbana de Madrid, entre 1957 y 1999, el suelo urbanizado se multiplica por 5 (pasando de 10.7000 a 49.000ha) mientras la poblacin lo hace por 2 (pasando de 2.3 a 4.7 millones). Datos que constatan la enorme expansin del territorio urbanizado en Madrid; ver los artculos de Joaqun Leguina; Fernando Roch y Jos Manuel Naredo en Borja, J.; Mux, Z. Urbanismo del siglo XXI, Barcelona 2003(op. cit.). Dos obras recientes indispensables son: del mismo Naredo y A.Montiel: El modelo inmobiliario espaol y su culminacin en el caso valenciano, Icaria 2011, y de Isidro Lpez y Emmanuel Rodrguez, Observatorio Metropolitano: Fin de ciclo. Financiarizacin, Territorio y Sociedad de propietarios en la onda larga del capitalismo hispano (1954-2010), Traficantes de sueos, 2010. No citamos datos del caso valenciano pues son extremos que non representativos. Son la caricatura de una realidad que ya en s misma es caricaturesca.22 Borja, J. Ver cap. Siguiente Gobierno del territorio y estrategias metropolitanas y el texto que le sirvi de base con el ttulo (puesto por los editores) Gobernabilidad y planeamiento de los nuevos territorios urbanos en Ciudad, Poder, Gobernanza, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Catlica de Chile, Santiago de Chile, 2008.
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presentar un anlisis que pone de relieve las ambivalencias ms que las bondades o
maldades de los procesos y de los discursos urbanos actuales. Las conclusiones sern
irremediablemente abiertas. Lo siento, el pensamiento dialctico no produce
automticamente la sntesis superadora.
En el plano econmico el discurso globalizador tuvo un arranque arrollador. La
presentacin de las ciudades como lugares nodales23, las nuevas oportunidades de los
territorios (argumento apoyado en emergencias y reconversiones exitosas) y la prioridad
al posicionamiento en las redes globales y en consecuencia a su proyeccin exterior han
sido elementos clave de la construccin del vademcum de la buena poltica urbana. El
plan estratgico a su vez ha sido la herramienta operativa (o ha pretendido serlo) de las
ciudades aspirantes a triunfar en el mundo global mediante el discurso
hipercompetitivo. Un tipo de plan no normativo, que favorece tanto una concertacin de
cpulas polticas con cpulas econmicas como un amplio proceso participativo y que
puede convertirse en un proyecto poltico transformador de la ciudad o derivar en una
cortina de humo llena de buenas intenciones sin otra funcin que legitimar las prcticas
del poder.
Ha habido reacciones sociales y polticas crticas, que han denunciado, desde un plano
ideolgico como la aceptacin de la prioridad a la competitividad significaba aceptar
casi siempre una posicin de dependencia respecto a los mecanismos excluyentes que
dominan la vida financiera y comercial internacional, que en la prctica acentuaban las
desigualdades y la dualizacin social y territorial de la ciudad. Estas reacciones apuestan
por planes de carcter ms proteccionista, alternativos, que a su manera pueden ser
modernizadores (por ejemplo la nueva cultura del agua24, reutilizadores del capital fijo
y generadores de empleo. En bastantes casos la oposicin a la adaptacin acrtica a la
globalizacin se fundament tambin en la revalorizacin de los elementos identitarios
del territorio y en la defensa de la calidad de vida y de un desarrollo sostenible.
La sntesis tericamente posible es cuadrar la ecuacin competitividad, cohesin social,
sostenibilidad, gobernacin democrtica y participacin. No es evidente y aun no se ha
descubierto la piedra filosofal para ello, por lo menos rebus sic stantibus. Es decir en el
marco de una economa de todo mercado, de propiedad privada del suelo y de debilidad
y fragmentacin del poder poltico. Mientras no se substituya el criterio orientador actual,
23 Castells y Sassen, obras citadas 24 Nueva cultura del agua, concepto reivindicativo y alternativo forjado por el movimiento social de oposicin al Plan Hidrolgico Nacional (derogado por el actual gobierno de Espaa).
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el lucro y la desregulacin de los mercados, por la voluntad de reducir las desigualdades
sociales y de usar con austeridad y visin de futuro los recursos bsicos (ejemplo: nueva
cultura del agua) las buenas intenciones de gobiernos y organismos internacionales son
simples brindis al sol.
Es significativa la importancia creciente que adquieren los factores culturales en la
orientacin de los procesos urbanos actuales. Por una parte la naturalizacin de las
desigualdades sociales, del mercado y de la propiedad privada de bienes de naturaleza
comn (los comunes) a los que se aade el afn de distincin, el miedo a los otros y el
refugio en vida privada, son muy funcionales al modelo del urbanismo globalizado que
describimos ms adelante. Por otra surge una contestacin cultural a los impactos de la
globalizacin y de la economa de mercado sobre el territorio.
La defensa del patrimonio construido del paisaje, de la poblacin y sus habilidades, de las
relaciones sociales consolidadas por el tiempo, de la lengua y de las culturas especficas y
la valorizacin de la animacin urbana (por ejemplo de la calle y el espacio pblico como
elementos fundamentales de la ciudad), todo ello cuenta cada vez ms en la resistencia a
los proyectos privados o pblicos con fuertes impactos sobre el territorio. El rechazo a la
homogeneizacin cultural que conlleva la globalizacin tambin forma parte de los
actuales procesos urbanos.
La cuestin es si estas resistencias son simplemente una oposicin legtima pero
conservadora o por el contrario pueden ser una palanca de desarrollo autocentrado en
nuestro mundo global. En todo caso estas ltimas reflexiones pueden matizar algunas de
las posiciones ms crticas que hemos citado al inicio de este texto.
Urbanismo globalizado versus urbanismo ciudadano.
Un debate posible puede ser sobre los modelos de desarrollo urbano. Se construye un
modelo abstracto, por ejemplo el urbanismo ciudadano que podemos contraponer al
urbanismo globalizado. Son modelos que con frecuencia se usan de forma maniquea,
pero que indudablemente tienen una til capacidad heurstica. Por ejemplo Castells
propone analizar el caso barcelons mediante la oposicin entre el modelo 1 (urbanismo
ciudadano) y el modelo 2 (urbanismo globalizado). El arquitecto y crtico Josep M
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Montaner ha analizado el urbanismo barcelons y ha llegado a conclusiones similares25.
Es evidente que existen unas dinmicas territoriales empujadas por la globalizacin en un
marco imperfecto de economa de mercado dominado por los que disponen de rentas
monoplicas26. Pero tambin lo es que hay dinmicas de signo contrario o que modifican
los efectos de las primeras.
El modelo de desarrollo urbano caracterstico de la era de la globalizacin es el la
urbanizacin difusa y discontinua mediante productos urbanos constitutivos de
enclaves o parques temticos mercantilizados27 y reas degradadas o marginales28. Una
urbanizacin de suelo regional que puede darse sin crecimiento econmico, en Amrica
latina por ejemplo, o sin crecimiento demogrfico como en Europa29. Es la urbanizacin
que genera espacios lacnicos punteados por shopping malls y gasolineras30, de las
reas de excelencia31 (parques empresariales o tecnolgicos, barrios cerrados
exclusivos), red de autopistas y estratificacin social en funcin de la distancia-tiempo a
los lugares de centralidad32.
Sin embargo hay dinmicas de sentido contrario que encuentran tambin su expresin en
el urbanismo actual. No tanto en el new urbanism33 que crea sucedneos de ciudad
europea compacta sino en el urbanismo ciudadano presente en grados diversos en las
polticas de bastantes ciudades europeas y americanas. Es el urbanismo del espacio
pblico y de la ciudad densa, de construccin de centralidades34, de mixtura social y
25 Montaner, JM, La evolucin del modelo Barcelona, en Urbanismo en el siglo XXI, Borja J. y Mux, Z. (Eds), Ediciones UPC, Barcelona, 2004 26 lenguaje del Prof. Harvey 27 Un indicador de la fuerza de esta tendencia es la reconversin de facto de entes pblicos o parapblicos (con participacin de actores privados) creados para promover actividades industriales (y de servicios generadoras de empleo en las reas urbanas en crisis en agencias de promocin de suelo en reas expectantes (no urbanizadas, o muy poco, en espera especulativa) para promover enclaves de ocio, comerciales, empresariales, tecnolgicos o complejos residenciales de nivel alto. 28 Mux, Z. La arquitectura de la ciudad global, G.Gili, Barcelona 200429 Davis,M. op. cit. y Borja, J. et Mux, Z. Urbanismo en el siglo XXI, op. cit.30 Ingersoll, op. cit.31 Castells, M.; Hall, P. Las tecnpolis del mundo. Formacin de complejos industriales del siglo XXI. Alianza Ed, Madrid, 1994.32 La planificacin e inversin pblica en infrastructuras de comunicacin (viaria especialmente) es utilizada muchas veces para generar reas con fuerte potencial especulativo. Ver Herce, M., La ciudad metropolitana de Barcelona: tendencias de transformacin, en Urbanismo en el siglo XXI,op. cit. 33 Congress for New urbanism Basis, www.cnu.org/newurbanism.html . Tambin Duany, A. et al. The Rise of Sprawl Suburb and the Decline of Nation. North Point Press, New York 2000.34 Busquets, J. Barcelona, la construccin urbanstica de una ciudad compacta Ed. del Serbal, 2004 y Areas de nuevas centralidades (documento del Ajuntament de Barcelona, 1986, resumido en la revista Barcelona metrpolis mediterrnea n8, 1988. Sobre el modelo urbanstico de Barcelona ver especialmente Oriol Bohigas, La reconstrucci de Barcelona, Edicions 62, Barcelona 1985
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funcional35. La ciudad de Barcelona ha sido considerada casi como emblema o portavoz
de este urbanismo, lo cual seguramente es excesivo, puesto que este modelo ha orientado
muchas de las polticas pblicas urbanas de la ciudad europea36. En la realidad es
frecuente que ambas tendencias se mezclen y confronten en la misma ciudad 37. Los dos
modelos actan casi siempre a la vez, o ms exactamente, ayudan a interpretar ambos
las polticas urbanas y el desarrollo contradictorio de la ciudad.
La arquitectura banalizada y estandarizada caracteriza al urbanismo globalizado, lo
mismo que el uso y el abuso de las arquitecturas ostentosas y no reproducibles38 para
marcar simblicamente las zonas de excelencia. El urbanismo ciudadano apuesta por el
perfil identitario de lo urbano, atendiendo a la morfologa del lugar, a la calidad del
entorno y a la integracin de los elementos arquitectnicos excepcionales o emblemticos.
Ambas tendencias pueden encontrarse en el mismo perodo y en las mismas ciudades pero
conviene conocer que fuerzas y que actores empujan cada una y cual tiende a imponer su
lgica.
El efecto poltico de esta confrontacin de modelos es incierto, aunque no cabe duda
que con independencia de las voluntades polticas locales en el marco de la economa
globalizada capitalista, de la propiedad privada del suelo y de la mercantilizacin de la
vivienda la tendencia dominante es la urbanizacin difusa y la produccin de enclaves
o parques temticos de ocio. Es el urbanismo de la privatizacin, de la distincin y del
miedo39. En algunos pases europeos se han implementado polticas urbanas de signo
ciudadano, como en Gran Bretaa40 y en Francia41 pero en el mejor de los casos se
obtienen resultados contradictorios, es decir un poco de todo. En Francia la hegemona
cultural del projet urbain que ha orientado el excelente urbanismo de diversas ciudades
35 Sobre la mixtura social ver especialmente la interesante tentativa francesa, normativizada en la Ley de Solidaridad y Renovacin Urbana, de 1999 36 El catlogo de la exposicin La reconquista de Europa 1980-99, obra de Garca Espuche, A. y de Navas, T., CCCB 1999, Barcelona. En esta obra se analizan los principales proyectos urbanos de las ciudades europeas a partir del protagonismo del espacio pblico. 37 Ver el documento anexo que analiza el caso de Barcelona. 38 Jean Baudrillard y Jean Nouvel, Les objets singuliers: architecture et philosophie, Calmann-Lvy, 2000. Ver crtica a este texto de Graciela Silvestri, Un sublime atardecer. El comercio simblico entre arquitectos y filsofos. Punto de Vista, diciembre 2002 . Una crtica ms general a la arquitectura no reproducible en Bohigas, O. Contra la incontinncia urbana. Reconsideraci moral de larquitectura i la ciutat. Diputaci de Barcelona, Barcelona, 2004. 39 Borja, J. Urbanisme i ciutadania, Barcelona metrpolis meditarranea 2005 ; Miedos urbanos y seguridad ciudadana, Revista Catalana de Seguridad Pblica, 2006 y El futuro urbano tiene un corazn antiguo,Catlogo de la exposicin Qurum, Institut de cultura de Barcelona, Barcelona 200540 Rogers, R. Towards an Urban Renaissance, Londres 1999 y 2001 41 Masboungi, A. Coleccin Projet Urbain, Ministere dEquipement, Paris; French Urban Strategies. Projets Urbains en France Editions du Moniteur, Paris 2002; Fabriquer la ville. Outils et methodes: les amenageurs proposent. La Documentation Franaise, Paris 2001. Ver tambin de la misma autora y Alain Bourdin: Urbanisme des modes de vie, Le Moniteur,
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en los ltimos veinte aos no ha impedido la urbanizacin difusa, creciente y banal de
una parte importante del territorio42.
Aunque siguiendo el razonamiento de Harvey se puede interpretar que el resultado final
es muy funcional al urbanismo de la globalizacin, puesto que la compe