Download - Tentaciones Narrativas
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TENTACIONES
NARRATIVAS
9 jvenes cronistas
cuya nica regla es
contarlo todo y con estilo
Editado por
Javier Garca Wong Kit
Diseo de cartula y foto de portada
Arnold Camus Mas
http://arnoldcamus.com/
2013
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PRESENTACIN
La tentacin de escribir JAVIER GARCA WONG KIT 5
HISTORIAS DE MSICA,
Un criollo en el olvido 7 NGELA TORRECILLA AMPUERO
Invasin del pop coreano VANNYA LUQUE BUSTILLOS 16
DE RELIGIN,
El sanjuditas de todos 32 JOSSIE PREZ SALDAA
Sumisa solo ante Allh 42 JULISSA R. GOAS
DE GUERRA,
Hroe en el recuerdo 54 TALO ARANIBAR CASTILLO
Asesino por obligacin 67 VALERIA GMEZ GUERRERO
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Y DE MUJERES
La superhroe de los besos rojos 79 JOHANNA BERNUY SIANCAS
Educar, un dulce y amargo placer 91 NATHALY CAMPOBLANCO VELAZCO
Mamita, nunca me rend 103 DHOMY RETEGUI SAAVEDRA
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La tentacin de escribir El periodismo suele deambular entre las urgencias
cotidianas de los editores y la escasez del tiempo para
la reflexin de los reporteros. Escribimos pginas con-
denadas al aburrimiento y el olvido, empujados por la
obligacin y el desgano.
Pero hay ocasiones en que el periodismo es un ejerci-
cio de exploracin sin lmites donde autores y lectores
se sienten seducidos por las historias, confidencias,
luchas picas y personales que resultan igualmente
heroicas.
Leer estas crnicas es una tentacin difcil de resistir
una vez que se aborda el tren de las palabras. Vencer
la pereza, salirse de los esquemas y perderse en los
laberintos de la escritura es una misin y no una tarea para la que pocos estn hechos.
Tentaciones narrativas es un tour lleno de sorpresas guiado por nueve jvenes periodistas que se han aven-
turado en el oficio del cronista sin mayores reglas que
contarlo todo, con verdad y estilo.
La realidad puede traernos experiencias intensas y
difciles de olvidar. Reunir datos, luchar con las pala-
bras y amasar la informacin es parte de un oficio que
solo algunos convertirn en un impulso de vida ms
all de las profesiones, los sueldos y los horarios.
Javier Garca Wong Kit
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[HISTORIAS DE MSICA]
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Un criollo en el olvido
Alfredo Trigo y sus recuerdos de jarana
Por Ana Gabriela Torrecilla
A las seis de la tarde, Alfredo Trigo acriollado hombre de cabellos blancos y semblante entriste-
cido que a mediados de los cincuentas sola ser
alborozado jaranero reposa sobre su frgida ca-ma acompaado por el sol que empieza a ensom-
brecer su habitacin.
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Con la mirada firme hacia la ventana, como si
estuviese contemplando por ltima vez la fascina-
cin de su pblico al orlo en El Chaln o La Choza Nutica, siente or los aplausos en su jardn vaco y el fervor con el que el pblico acla-
ma su nombre.
Sonre con breve emocin cuando se ve a s mismo
cantando Un Suspiro, uno de sus valses favori-tos: Un suspiro de mi pecho a ti, te di en prueba de cario, por el amor que te tengo a ti, hoy te
adoro cual un nio....
Hace sesenta aos, en la poca de oro de la can-
cin criolla, Alfredo Trigo era figura habitual de
las emisoras radiales y los programas televisivos,
hasta que a fines de los noventa abandona la ja-
rana de guitarra y cajn.
Haba empezado desde muy nio, cuando estu-
diaba en el Puericultorio Perez Aranibar, for-
mando parte del coro de la iglesia. Trigo cuenta
que no le gustaba asistir a los ensayos, pues l ya
se saba la segunda voz. Entonces se escapaba al
patio a jugar bolitas.
Cuando las monjas lo encontraban, lo reprendan
y lo devolvan al auditorio. Sus profesoras se sor-
prendan porque no hallaban ni un solo error en
su interpretacin, as que lo dejaban salir a jugar
en paz.
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En su pequea y rstica casa en La Molina, don-
de sobre cada mesa pueden verse diferentes pre-
mios y trofeos musicales, vive don Alfredo y doa
Irma, su esposa. Es una tpica morada de ancia-
nos. Consta de un solo piso, pues ninguno puede
subir escaleras.
De tez blanca y ojos hundidos, este hombre mo-
desto fue un leal trabajador de la Peruvian Cor-
poration, la compaa de ferrocarriles que oper
en el Per hasta los aos noventa. All, el criollo
pasaba los das como un ejemplar secretario.
Pero en las noches, Alfredo y sus tres hermanos,
quienes desde pequeos haban integrado el coro
de la iglesia Santo Domingo, en el Cercado de Lima (donde descubrieron su talento como intr-
pretes), se dedicaban a los ritmos del Per.
Al principio no tuvieron mucho xito y su herma-
no mayor decidi dejar la msica. Entonces, Al-
fredo emprendi su triunfante camino artstico
junto a su hermana Zoila, una morena impetuosa
y de voz rigorosa.
Primero asistieron a una audicin llamada La Corneta. Ah se hicieron muy populares, llegan-do a ser reconocidos como el mejor do mixto.
Los Hermanos Trigo se hicieron famosos gra-
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bando canciones como En esta habitacin, Se-renata de amor y Me quedo contigo.
Los premios no se hicieron esperar. En casa de
Alfredo, sobre una mesa y un tapete, destaca un
trofeo otorgado por la Coca-Cola, no slo por su
tamao, sino por la forma abstracta que repre-
senta un cajn.
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Ya nadie los recuerda pero Los Hermanos Trigo
eran muy requeridos en los ambientes criollos, en
restaurantes como Parral 54, Valeriano, La Choza Criolla, Las Morillas y en peas como Los Pepes. Incluso en canales de televisin, en programas como Danzas y Canciones del Per, que conduca Tania Libertad, y Grandes del Criollismo, de Augusto Polo Campos.
Yo no era un artista, asegura Alfredo, porque el artista vive del arte y yo siempre tuve un trabajo.
Me considero un aficionado, un apasionado por la
msica criolla. Para l saltar a la fama fue fcil por la gran promocin que se haca en la radio y
televisin.
En el canal 9, por ejemplo, todos los sbados, haba un programa llamado Lo mejor de la se-mana, conducido por Guido Monteverde. Ah ganbamos todos los sbados seguiditos, mani-
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fiesta el criollo con la voz muy ronca por su mal-
tratada garganta, debido a la enfermedad a la
que se enfrenta: fibrosis pulmonar.
Los Hermanos Trigo fueron nominados en el Teatro Municipal como Lo mejor del ao en 1983, fueron requeridos para comerciales de tele-
visin por la marca Backus y los llamaron para
cantar en el festival de Ancn, donde se reunan
las familias ms adineradas de la poca.
Sin duda estaban en el centro del escenario arts-
tico, pero en aquella poca, dicha atmsfera se
caracterizaba por ser un ambiente bohemio. La
mayora de los msicos eran alcohlicos y muje-
riegos. El alcohol y el libertinaje eran moneda
corriente, junto a la reciente llegada de drogas
como la cocana y la marihuana.
Yo no era un artista, asegura Alfre-do, porque el artista vive del arte y yo siempre tuve un trabajo...
El ambiente artstico era malo, feo y yo no quera eso para mi familia, dice un Alfredo tambaleante en su silla de ruedas. El do siempre conserv
una buena imagen, jams se vieron involucrados
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en escndalos de la farndula ni se dejaron sedu-
cir por las tentaciones.
Nunca involucr a mi esposa ni a mis hijos, los tena muy al margen, dice Alfredo, quien le echa la culpa a esas malas noches, y al excesivo humo
del cigarro, el tener la enfermedad que hoy pade-
ce.
Doa Irma, casada hace 70 aos con el intrprete,
asegura no haber estado nunca de acuerdo con la
carrera artstica de su esposo pues, mientras l se
suba a un escenario para emocionar al pblico
con su voz, ella se dedicaba a la casa y a la crian-
za de sus hijos.
No me gustaba que sepan de m, de mis hijos. El pap de Alfredo tampoco quiso que sus hijos se
dedicaran a la msica. l fue un exitoso empresa-
rio y, al no convencer a Alfredo ni a Zoila que se
alejaran del ambiente, se separ de ellos, cuenta doa Irma, quien an conserva su cabello largo y
ondeado, como en la foto que se tom despus de
dar a luz a su primognito.
Yo jams me separara de mi esposo, saba cmo era l, y l siempre fue un hombre correcto y de-
dicado a su familia, por eso siempre mantuvo su
trabajo y la msica a la par.
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Con el tiempo, el cultivo de la msica criolla se
fue perdiendo pero Los Hermanos Trigo seguan siendo conocidos. Cantaban en el programa del
canal 7, Medioda Criollo, conducido por Cecilia Barraza, y cuando la Peruvian Corporation
quebr, el gobierno de Alan Garca les otorg las
Palmas Magisteriales.
Adems, recibieron reconocimientos como maes-
tros de la msica criolla en colegios nacionales
como el Rosa de Amrica, Santiago Antnez de
Mayolo y Jos Antonio Encinas. Me acuerdo que form un coro en uno de los colegios donde ense-
aba msica criolla y lo llev al canal 7. Tena a
cuatro jovencitos en el cajn, las guitarras y las
voces. Ese da nos aplaudieron ms, cuenta Al-fredo dejando un gran silencio al terminar como
esperando volver a or aquellas palmas.
Una maana, hace 7 aos, muy temprano como
de costumbre, Alfredo se dispona a abrir la co-
chera para sacar su auto y dirigirse a dictar cla-
ses de msica al Rosa de Amrica. La noche ante-
rior, doa Irma se haba quedado hasta tarde ba-
rriendo el garaje, pues el otoo hacia que la co-
chera se llenara de hojas. Pero olvid colocar la
escoba en su sitio. Alfredo no se percat de ello y
tropez con ella, fracturndose la cadera.
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No volvi a ser l mismo. Sufra mucho de dolor de caderas, pero jams pens quedarme invlido.
Esa cada fue la cada de todo para m, de mi ca-
rrera profesional y artstica An recuerdo ese da. Lo nico que puedo agradecer es que fui yo
quien tropec y no mi esposa, narra Alfredo con voz melanclica.
Los Hermanos Trigo se desintegraron. Zoila se dedic a la vida hogarea mientras que Alfredo,
al no poder caminar y con el pronstico de la fi-
brosis pulmonar, se alej completamente del me-
dio artstico. Se conform con vivir con una pen-
sin de 400 soles, pero siempre al lado de su fiel
esposa.
Si no fuese por mis hijos, no s qu sera de noso-tros ahora, dice Alfredo, como pidiendo una ayu-da para los criollos que aportaron tanto a la cul-
tura del pas y que hoy estn olvidados. La Socie-
dad Nacional de Intrpretes y Ejecutantes de la
Msica, protectores de la msica criolla, donan
parte de su sueldo para repartirlo entre varios
intrpretes mayores. Alfredo solo recibi una sola
vez dinero de esta sociedad. Despus nunca ms
supo de ellos.
Le estoy muy agradecido a la msica criolla, puedo decir que con mi voz compr mi casa e hice
profesionales a mis tres hijos. Mi trabajo pagaba
muy poco, fue la msica criolla la que me permi-
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ti ahorrar para comprarme el carrito que siem-
pre quise, la casa que se merece mi esposa y la
educacin que les corresponde a mis hijos, no me
quejo, aclara el criollo.
Alfredo cuenta que todava lo llaman para pre-
sentarse en programas de msica criolla, pero l
prefiere que conteste su esposa, e invente cual-
quier excusa como: Se encuentra de viaje, no est en este momento, ya no vive ac.
Por nada en este mundo dejara que me vean as, parezco derrotado de una guerra, dice mientras le sobreviene un ataque de tos. Rpidamente, do-
a Irma se acerca con un vaso de agua tibia para
aquella voz que engalanaba los escenarios. Y aunque me olviden, yo jams los olvidar, dice cuando se acaba la tarde.
NGELA TORRECILLA AMPUERO
Tengo 21 aos, estoy casada y tengo una hija perfecta.
Amo escribir, ms cuando estoy atribulada, pero siempre
acompaada de buena msica. Actualmente me dedico a
las Comunicaciones y a mi familia, mis dos grandiosas
pasiones.
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Invasin del pop coreano
Un concurso, un viaje
y la ms grande experiencia
Por Vannya Luque Bustillos
El boom de la msica coreana a nivel mundial
est en su apogeo. Diversos artistas representan-
tes de este gnero han causado impacto con su
peculiar ritmo y esttica. Millares de fans que
suean con conocer a sus idols favoritos y a los
que poco les interesa gastar mucho dinero con tal
de tener algo de ellos, guardando la esperanza de
viajar algn da a Corea del Sur, el pas que al-
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berga este contagioso mundo del K-Pop (tambin
conocido como Hallyu).
Faltando diez minutos para las 11 am, llegu al
Centro Comercial Arenales para encontrarme con
Jorge, o simplemente Koko, integrante del grupo
Fighting Souls, quienes hacen covers de K-Pop y
que fueron los ganadores del 3 Concurso K-Pop
Latinoamrica 2012, lo que les permiti partici-
par en el K-pop World Festival en Corea.
Seguidor de la movida coreana, hace unos meses
volvi de Corea del Sur, donde tuvo la asombrosa
experiencia de cantar con su grupo junto a los
mximos exponentes de Hallyu. Conoca a Koko
pero solo de vista, esta sera la primera vez que
hablaramos directamente.
Entre las idas y venidas en los pasadizos, subidas
y bajadas de escaleras, lo encontr caminando de
un lado para el otro, buscndome. Con un Bubble
tea en la mano derecha y en el hombro izquierdo
una mochila roja, fuimos en busca de un lugar
donde conversar sobre su viaje.
Comenc escuchando msica japonesa y en-contr de casualidad canciones de K-pop en You-
tube. Me llamaron la atencin y fui buscando ms
del tema. En ese tiempo la informacin era muy
reducida, as que poco a poco me fui enganchando.
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El primer grupo que escuch fue DBSK, una
agrupacin compuesta por cinco chicos talentosos
que cantan baladas romnticas y canciones con
coreografas complicadas.
Entre reuniones y pequeos eventos que se reali-
zaban dentro del crculo del K-pop, que eran re-
ducidos para ese entonces, conoci a Yomi y Mine-
li, seguidoras del Hallyu desde el 2004. Se hicie-
ron amigos y luego Kenyi, quien tambin conoca
a Yomi, se uni al grupo.
Recuerdo que Yomi y Mineli eran fanticas de DBSK y a m tambin me gustaba su msica. Fue
hablando de este grupo que nos hicimos ms cer-
canos.
Decidieron juntarse para cantar canciones de al-
gunos grupos que les parecan interesantes. Todo
empez por diversin pero, poco a poco, se dieron
cuenta de que tenan potencial para hacerlo ms
en serio.
Si hubiera sido por m, solo habra sacado las letras de las canciones para aprendrmelas dice Koko mientras hace memoria del tiempo en que
Fighting Souls se iba conformando como proyec-
to. Yomi y Mine conocan ms de canto y nos dirigan para poder hacerlo mejor.
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La primera presentacin del grupo no fue de las
mejores. Los micrfonos no funcionaban tan bien.
Tuvieron que cantar sin ellos para un auditorio
con personas que esperaban un espectculo digno
del grupo al que iban a representar.
A pesar de que para el ao 2009 la movida Hallyu
no era tan popular entre la adolescencia limea,
la poca gente que haba era muy exigente con los
covers de canto y baile.
Recuerdo haberle pedido a la organizadora de la proyeccin de JYJ que nos haga un espacio para
cantar. Nos dijo que ya y listo, pero las expectati-
vas eran muy altas y estbamos nerviosos. De
hecho como toda primera vez nos equivocamos
pero nos divertimos.
Esa presentacin no sera la ltima. Espordica-
mente les sugeran a los organizadores de los
eventos de K-Pop que conocan cantar alguna que
otra cancin, al inicio era difcil encontrar luga-res donde presentarnos, ya sea porque no nos co-
nocan o por el equipo de sonido pero nunca de-jaron de intentarlo. Con fallas y trabas en el ca-
mino fueron ganndose un espacio entre los fans
del K-Pop.
Pronto, la noticia de un concurso realizado en
aquel ao, 2011, por la Embajada de Corea en
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Argentina que apoyaba la movida de la cultura
coreana en Latinoamrica, lleg a odos del grupo.
Para participar tenan que mandar un video por
Internet interpretando una cancin o coreografa
de algn artista coreano. Desafortunadamente los
plazos para concursar ya haban acabado.
Pens que, bueno, si el concurso se haba reali-zado en el 2010 y 2011 era lo ms probable que el
prximo ao se volvera a llevar a cabo.
Para el ao siguiente, an sin saber si habra fe-
cha del concurso empezaron a prepararse.
Nos preparamos mucho, pero a las finales cam-biamos de cancin porque no nos sala del todo
bien. Era la balada de 4men Baby baby.
Decidieron cambiar de cancin faltando dos se-
manas para que acabe el concurso. La balada
romntica era de un grupo llamado B.o.M., Wit-hout you, no era una cancin conocida como otras, pero apostaron por ella.
Era una meloda suave, en donde cada uno poda
lucir sus talentos individuales. Esperaron alrede-
dor de dos meses para saber si es que fueron se-
leccionados o no.
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En el transcurso de la espera, era una constante
ver la web oficial para verificar los resultados,
hasta que el da lleg. Fighting Souls viajara a
Argentina a concursar.
Koko cogi el telfono para llamar a Yomi pero
ella no contest. Entonces decidi llamar a Mine-
li. Brome con ella por un instante y le dijo que no
haban pasado. Era mentira. La voz apenada de
Mineli le deca que por lo menos haban hecho el
intento.
Es mentira, s pasamos.
Ambos se emocionaron. A la par, Yomi y Kenyi, se
quedaron impresionados con la noticia, sincera-
mente no crean que iban a pasar el casting.
Quin no se sentira afortunado de recibir tal
noticia si la mayora de los costos los pagara los
organizadores del concurso? (Muy aparte del ten-
tador premio de viajar a Corea). Para sorpresa de
ellos, la gente les demostr su apoyo al igual que
sus padres, por supuesto. Tuvieron que hacer un
par de trmites, pasaportes y permisos antes de
viajar.
+++
El concurso se realizara en Buenos Aires en la
Sala Pablo Neruda del Teatro Paseo La Plaza.
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Ms de 500 personas, en su mayora fans argen-
tinas, disfrutaban del espectculo y coreaban las
canciones que interpretaba cada uno de los fina-
listas.
En esta oportunidad, a diferencia de los dos aos
pasados, solo habra un ganador de las dos cate-
goras.
Haban grupos tan buenos como nosotros, cual-quiera poda ganar.
El turno de Fighting Souls lleg. No me senta nervioso, solo quera cantar y ya. Nos sentamos
ganadores con el solo hecho de estar ah en ese
momento, me dice Koko.
Con la pista de fondo de Without you y las per-sonas que levantaban sus manos al ritmo de la
balada, transcurri su presentacin.
Las palabras de Koko al recordar ese da fluyen
solas, un tanto apenado por recordar a los amigos
que hizo all y que no puede visitar tan fcilmen-
te, pero feliz de poder contarme lo sensacional
que es subirse a un escenario y recibir el apoyo de
personas que nunca has conocido pero que disfru-
tan tu talento.
Nos dijeron que, segn el jurado, basado en los videos de audicin, ramos los favoritos.
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Ganar no estaba en sus planes. Ellos fueron a
hacer lo que les gustaba: cantar. Crearon su pro-
pia coreografa, aadieron armonas a su cancin
y una intro a capela que ningn otro concursante
hizo. Mineli, Yomi y Kenyi lloraron como nunca lo
haban hecho en su vida. Koko solo atinaba a son-
rer y abrazar a sus amigos.
Creo que el que llor ms fue Kenyi porque no lo crea. Tuvo que sacrificar cosas importantes para
l, como sus estudios, debido a los ensayos y el
tiempo que les dedicaba a ellos.
Eran los ganadores. Entre tantos concursantes de
Brasil, Bolivia, Chile y Argentina, solo ellos cua-
tro tendran la oportunidad de participar en el K-
Pop World Festival en Changwon, Corea del Sur.
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Corea es una ciudad moderna, limpia y ordenada.
Llena de altos edificios, afiches y letreros por to-
das partes.
Al momento en que el avin iba descendiendo, veamos desde lejos unas islas, eran hermosas y
el mar inmenso comenta Yomi entusiasmada, como si estuviera viviendo de nuevo aquel mo-
mento.
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De Per a Brasil, de Brasil a Qatar y de Qatar a
Corea, 36 horas de vuelo intensas. Entre cambios
de aviones y el jet lag, llegaron a su destino final.
Ni bien bajaron del avin en el Aeropuerto Inter-
nacional de Incheon, un par de cmaras de la co-
nocida cadena de televisin KBS, llegaron a en-
trevistarlos.
Nosotros no sabamos que bamos a ser entrevis-tados tan rpido. No nos habamos cambiado ni
mucho menos arreglado para las cmaras. Y to-
dos hablaban en coreano.
La primera presentacin del grupo no fue de las mejores. Los micrfonos
no funcionaban tan bien. Tuvieron
que cantar sin ellos
Su traductor, Martin Lee, con el cual haban via-
jado, sera el que los guiara. Ellos estaban sor-
prendidos de ver a la gente en el aeropuerto
tomndoles fotos. Era un momento pico.
Da uno. Apenas pisaron Corea, lo nico que
queran era descansar un poco. Tenan la sensa-
cin de que los iban a explotar. El primer desti-
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no era el edificio principal de la KBS, los organi-
zadores del evento.
Todos los ganadores del concurso en sus respecti-
vos pases (Indonesia, Turqua, Republica Checa,
China, Japn, Estados Unidos, Mxico, Francia,
Rusia, Kazajistn, etc.) se encontraban ah, escu-
chando un discurso en donde se les agradeca su
estada y les explicaban el cronograma de los
prximos cinco das.
Se prepararon para una presentacin piloto en
frente del director de la cadena de televisin. Muy
exhaustos y abrumados, pero con muchas ganas
de dar una buena impresin, cogieron sus cosas y
fueron en busca de sus trajes para presentarse a
pesar que ya era casi las 11 pm en Corea.
No saban que ms tarde estaran hospedados en
un lujoso hotel situado en Gangnam-gu, el distri-
to ms caro de Corea.
+++
Da dos. El cronograma deca que les tocaba visi-
tar "Cube Entertaiment", una de las famosas in-
dustrias de msica coreana que tena entre sus
filas a artistas como 4minute, B2ST, BTOB, A
Pink, BAP y G.NA, muy populares en el pas.
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Era un edificio moderno, de tres pisos pero por
dentro pareca albergar muchos ms. En las afue-
ras haba afiches colgados de esquina a esquina
con los rostros de todos sus artistas. Tuvieron la
suerte de conversar con uno de ellos directamen-
te.
G.NA (Gina Choi) es una persona muy clida y humilde, nos dio consejos acerca del canto y prac-
ticamos algunos ejercicios que ella haba aprendi-
do a lo largo de su carrera.
Al da siguiente, junto a los dems participantes
bailaran el ms grande hit que Corea del Sur
exportaba en esos momentos: el Gangnam Style de PSY. El famoso baile del caballo.
Tenamos las cmaras grabndonos todo el da, nunca me haba sentido tan acosado dice Koko.
En esa misma sala de ensayo tuvieron que practi-
car la cancin que tenan preparada para el festi-
val.
Era complicado ensayar ah, se escuchaban mil voces porque no haba nada que separe los am-
bientes.
Con ropa de deporte y despeinados, les avisaron
que en el edificio se encontraba Miss A, el grupo
ms famoso de la cadena musical de mujeres que
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tena JYP y B.A.P, grupo rudo del K-pop, el cual
haba debutado haca un ao. Vendran a visitar-
los en cinco minutos.
Lo peor de todo fue conocerlos as No estaba vestido adecuadamente para la ocasin. De todas
maneras fue un momento maravilloso.
+++
Da 4 y 5. Llegaron a Changwon luego de seis
horas de viaje en bus desde Sel. Bajo la lluvia, y
con unos trajes impermeables, pasearon por todo
el distrito. Flores de todos los colores adornaban
la ciudad, rboles, todo muy natural y lleno de
verde. Disfrutaron del poco tiempo libre mientras
se preparaban mentalmente para la locura del da
siguiente: El Kpop World Festival.
Desde las diez de la maana ensayaron duro y
parejo tanto en las actuaciones grupales y como
en su nmero en solitario. Prepararon una can-
cin diferente a la de Argentina, esta vez por un
pedido de los organizadores. La cancin sugerida
fue Dream high, el soundtrack del exitoso dra-ma coreano del mismo nombre.
Nunca pensaron en tener a solo unos pasos a va-
rios artistas que solo vean por internet cruzn-
dose en los baos, compartiendo camerinos cerca-
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nos e intercambiando palabras con ellos. Era algo
que hace un ao no imaginaban.
Mientras iba al bao despus de habernos pre-sentado, Bang Yong Guk de B.A.P sala de l. Me
lo cruc y lo salud, le ped una foto y amable-
mente acept.
Fue una de las mejores experiencias de Kenyi y
Koko.
Una de las integrantes del grupo Secret me pidi que le ayudar a subir el cierre de su vestido, no
lo poda creer, fue muy curioso. En ese momento
Yomi volva del bao y los chicos estaban por otro
lado dice Mineli muy sonriente.
Nos encontramos con Lee Hong Ki de FT Island, no lo poda creer! Luego junto con Mine vimos a
Jonghun, integrante del mismo grupo. Saqu un
papel y le ped un autgrafo. Le di un lapicero de
Tarantallegra pero luego lo perdimos. Al rato uno
de los seores de seguridad se me acerc y me
entrego la hoja y el lapicero. En ella estaban las
firmas de tres chicos de FT Island.
Ancdotas como esta fueron algunas de las que
vivieron los chicos de Fighting Souls, pero lo ms
grande que les pudo pasar fue ver cantar en vivo
a TVXQ y conseguir sus autgrafos, grupo por el
cual ellos empezaron a cantar. Era el momento
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que haban estado esperando pues por cuestiones
de horario haban perdido la oportunidad de ver-
los antes.
En la tarde, mientras estbamos en maquillaje, ellos estaban en ensayo general en el escenario y
no nos dejaban salir a verlos. Tenamos que cum-
plir nuestro cronograma.
La presentacin de Fighting Souls fue aplaudida
por miles de fanticas coreanas que admiraron su
talento. Todos coreaban la cancin de Dream
High y, al ritmo de la msica, movan los lights-
ticks (luces brillantes) haciendo que se viera des-
de el escenario un mar de colores.
En realidad es muy dura la vida de un Idol. Re-cuerdo que nuestro da comenzaba a la siete de la
maana y volvamos al hotel a las 12 de la noche
o ms. No podamos llegar a dormir an por la
diferencia de horario.
Siempre haba algo que hacer y cuando pensba-
mos que ya habamos terminado apareca otra
cosa: practicar, ir a algn sitio, entrevistas, gra-
baciones.
Ganar el concurso pas a segundo plano. Tener la
oportunidad de conocer a tantos artistas y com-
partir una experiencia de vida como ellos fue lo
mejor. Teniendo en cuenta tambin que fueron
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persistentes en lo que queran, sin rendirse y de-
mostrando a los dems que si desean algo hay
que luchar hasta conseguirlo. El sueo se cumpli
sin pensarlo, como cuando juntan sus voces y can-
tan solo porque los hace felices.
VANNYA LUQUE BUSTILLOS
18 aos. Estudiante de Comunicaciones y aspirante a pu-
blicista. Amante de los animales y del chocolate. Me gusta
la moda, cien por ciento makeup lover.
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[HISTORIAS DE RELIGIN]
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El Sanjuditas de los 28
El santo de todos que resucita cada mes.
Por Jossie Prez Saldaa
A un sol el ramito de rosas casera. A sol la veli-ta, lleva, lleva.
No importa si son rosas, margaritas o crisante-
mos, si estn marchitas o no.
Es 28, tampoco importa si es enero, mayo o no-
viembre (a excepcin del 28 de octubre, da cen-
tral de la festividad). Es 28 en la Iglesia de San
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33
Francisco y los miles de fieles de San Judas Ta-
deo intentan abrirse paso para llegar al templo.
La avenida Abancay, jirn Ancash y Lampa al-
bergan vendedores de velas, flores, botellas y las
clsicas estampitas de todos los santos: la imagen
del venerado con la divina oracin en la parte de
atrs. Desde las tres de la tarde empieza el desfi-
le multicolor y la pelea por quin vende ms se
combina con el irritante concierto de bocinas de
los autos.
La gente va y viene, viene y va. Todos en fila in-
dia hacia distintas direcciones, apresurados, el
que camina lento gana... Gana empujones, piso-
tones y una que otra caricia ajena en regiones no
permitidas. Los gritos, llantos de bebes, carcaja-
das, pitos y el chirrido de llantas se combinan y
pierden.
Calcio, calcio, cinco por un sol.
Una chillante voz se destaca entre el barullo.
Anuncia la presencia de un tradicional personaje
que evoca al inolvidable pregonero con su revolu-cin caliente, para rechinar los dientes.... Sus principales clientes son los nios, como el peque-
o que a jalones lleva a quien pareciese ser su
madre hacia el vendedor de huevitos de codorniz.
Aj? No, es para l, gracias.
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La bolsita en una mano y el mondadientes en la
otra, apenas y puede llevarse los huevitos a la
boca, pero l est contento.
Un aroma, mezcla de sahumerio y flores frescas
se siente apenas se cruza el portn de puntiagu-
das rejas negras como lanzas.
Pequeos puestos de comercio religioso atienden
a los feligreses en el patio de la Iglesia. Seoras
ya mayores charlan con sus caseritas. Aprove-chan este da para ofrecer todo el pack sanjudi-tas que consiste en cuadros, imgenes, estampi-tas, amuletos, cadenas, velas rojiverdes. Los pre-
cios? Entre 50 y 70 soles.
Y por separado?
Claro que s, casera. A 35 el cuadrito mediano, cinco la cadenita, a un sol la velita. Todo est
bendecido aclaran.
Y las estampitas?
A cincuenta, llvate.
Las palomas son un atractivo del lugar, que lo
convierte en un parque o una plazuela ms, for-
mando una mancha griscea sobre la Iglesia. Es
comn encontrar improvisados vendedores ofre-
-
35
ciendo bolsitas de maz que sirven de alimento
para las cuantiosas inquilinas emplumadas que
acoge la iglesia.
Muchas familias, pequeas o numerosas, acuden
con el nico objetivo de inmortalizar su paso por
la Baslica aprovechando el precioso fondo barro-
co.
Sonran, sonran Ya. Otra por si acaso.
Los flashes enceguecen a cualquiera que pase por
el encuadre del fotgrafo y dan la sensacin de
estar en alguna alfombra roja. Fotos en la pileta,
fotos a las palomas, fotos a los monumentos.
Una hilera de fieles, que inicia en la puerta prin-
cipal del templo, salta a la vista. Ms de 300 per-
sonas a las que se suma, minuto a minuto, un de-
voto de sanjuditas, el santo de las causas impo-sibles, forman un ciempis humano. Como en las colas de los cines los das martes.
Ellos acuden mensualmente a conversar con su
santo, a pedirle por el bienestar de sus familiares
y de s mismos, es por ello que traen consigo sus
ofrendas. Ramos de rosas, vveres o velitas.
Otros traen sus imgenes para bendecirlas. Algu-
nos prefieren dejar sus donativos en el altar.
Estn los que agradecen los milagros ya realiza-
-
36
dos compartiendo algo de su bendicin con sus
hermanos devotos.
Como Pedro, un nio de 11 aos, que tiene en los
brazos una bolsa amarilla muy grande para su
talla (1.40 de estatura). En su interior guarda
centenares de velitas misioneras. Las distribuye a los fieles del ciempis humano. Luce cansado,
recin va por la mitad de la extensa fila pero no
se amilana ante el exorbitante nmero de asis-
tentes. Termina de entregar sus velitas y se va,
era la misin encomendada por su madre.
Luisa y Mariela tienen otra forma de agradecer.
Ellas se ponen de pie en la puerta principal y, con
una sonrisa en el rostro, ofrecen petipanes. Los
feligreses las miran, dudosos. Piensan que son
parte del staff comercializador que merodea a los
concurrentes.
Un nio de ocho aos, de mirada traviesa y cabe-
llo largo, extiende su mano y extrae dos petipa-
nes. La accin fue divisada por todos e inmedia-
tamente los bocadillos desaparecieron en segun-
dos. El milagro del hambre.
Al interior del templo la escena es majestuosa. La
suntuosidad se ve reflejada en sus ornamentacio-
nes eclesisticas. La iluminacin a cargo de las
ostentosas lmparas que cuelgan del techo estilo
mudjar. En los extremos laterales, 21 altares de
-
37
santos populosos esperando a sus fieles visitan-
tes, entre ellos: La cruz de Chalpon, La Virgen de
Chapi, y, claro, San Francisco de Ass.
Seor, no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastar para sanarme. La mul-titud que est escuchando la misa recita esta fra-
se con fervor. Mientras en los pasillos laterales,
un grupo de personas pasea tal cual estuvieran
en un centro comercial, observando uno a uno los
anaqueles con apariencia de santos, dejando en
ellos, la primera moneda que se encuentre en el
bolsillo, con suerte es de color blanco aluminio, o
de bordes azul acero. La gran mayora de veces es
pequea y de color amarillo latn. En el nombre
del padre, del hijo, del espritu santo, muack
(pulgar e ndice derecho en los labios), amn. Si-
guiente mdulo sagrado.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mun-do. Unos rezan arrodillados, redimiendo sus placeres pecaminosos, malas palabras, malas ac-
ciones y peores pensamientos. Otros cantan, con-
versan. Los nios ms pequeos se entretienen
mirando, a travs de las rendijas del suelo, los
huesos de las catacumbas de la Baslica; serie de
criptas que se emplearon hasta principios del si-
glo XIX, como mausoleo para ms de 25,000 per-
sonas, (actualmente es un museo).
-
38
Pero solo una persona duerme. Una seora de
cabello corto y encanecido, con los brazos en sus
delgadas piernas, los dedos entrelazados, ojos ce-
rrados y labios cados. Resalta. Sostiene un abrigo
celeste que roza con el suelo. Viste de color rojo,
de pies a cabeza, y los lentes de medida, a forma
de medalla, se destaca entre el gento. Es la nica
que quizs por el arrullador cntico de la Euca-
rista viaj a otra dimensin.
Ellos acuden mensualmente a con-versar con su santo, a pedirle por el
bienestar de sus familiares y de s
mismos
Afuera, en el patio, la cola contina, y se extiende
an ms. Rostros que reflejan la fe viva de un
pueblo que apuesta por este santo. El de los im-
posibles. Creen en l de manera incondicional.
Ingresan uno a uno a su altar, dejan las flores en
la parte baja, los vveres con los encargados asig-
nados a mantener el orden respectivo a lo largo
de la celebracin. Tocan los pies sagrados, se san-
tiguan y le ceden el lugar al que sigue en la fila.
La accin seguida es pararse frente a sanjuditas.
Orar con la vista fija en l, en su majestuoso altar
ubicado al lado de la puerta principal. En los ojos
-
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de los fieles, hay un brillo caracterstico, el de la
fe cristiana. La escena es la de un concierto celes-
tial. La misa contina y ellos siguen ah, en silen-
cio con la mirada prendida en la faz del apstol,
recitando sus pedidos hacia sus adentros, con la
conviccin de que este les cumplir.
San Judas Tadeo, fue uno de los doce apstoles.
Hermano de Santiago el menor. Se le llama Ta-deo para diferenciarlo de Judas Iscariote, el trai-dor. Es conocido como patrn de las cosas impo-sibles. Como obtener un empleo, o sanarse de alguna enfermedad. Es por ello que posee una
inagotable cantidad de adeptos que asisten fiel-
mente a cada celebracin realizada en su honor, a
rezar y, sobre todo, agradecer las peticiones mila-
grosamente atendidas.
La misa ha terminado, sin embargo no hay mo-
vimiento masivo alguno. El pblico permanece en
sus asientos, mientras finaliza el break del sacer-
dote, para la ceremonia siguiente. Algunos salen,
muchos ingresan. Se quedan inmviles al lado de
alguna de las largas bancas, esperando a que se
desocupen, al menos un pequeo espacio, pero la
espera es en vano. Desde las cinco de la tarde
hasta las 11 de la noche, el templo alberga a mi-
les de personas, creando la ilusin de misa peren-
ne.
-
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La familia Ponce, conformada por Diana, Andrs
y sus hijas Ariana y Carolina llegan a la iglesia.
Este mes ellos decidieron retribuir lo divinamente
concedido, (que mantienen en secreto) con los ni-
os. Andrs carga una caja beige de apariencia
pesada, el rostro denota el esfuerzo y la agitada
respiracin. Suelta la caja en el suelo con alivio.
Carolina la abre y junto a su hermana, reparten
galletas y jugos entre los pequeos que juegan
con las palomitas. Diez minutos despus las en-
volturas se trasladan con el aire fresco de un lado
a otro. La caja, vaca, termina como contenedor de
los vveres ofrecidos. Y la familia se une al con-
cierto.
Pedrito ya haba terminado de repartir sus veli-
tas. Ahora es el turno de su hermano mayor: Ale-
jandro. l comparte galletas con todos en la fila,
tambin con la bolsa amarilla en el brazo izquier-
do. Estos hermanos se encargan del ciempis
humano, mientras la madre, promotora de la cos-
tumbre en sus hijos, reparte afiches dentro de la
iglesia con la imagen de sanjuditas por delante y
por detrs la divina oracin con una dedicatoria:
Recuerdo de tu devoto: Johan Marcelo Rodrguez
Gmez.
Probablemente sea su esposo, o su hermano. Solo
ella conoce el milagro, sus hijos lo ignoran, pero
se sienten inmensamente agradecidos y es por
-
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ello que acompaan a su madre en su aventura
de cada 28.
El da cierra habiendo superado los diez mil visi-
tantes al divino altar de lo imposible. Los peque-
os puestos de comercio religioso apagan sus lu-
ces. El vendedor de huevitos de codorniz retorna a
su hogar, y los devotos se acuestan sintiendo la
paz en su interior. Solo las palomas se quedan y
la tranquilidad vuelve a la Baslica de San Fran-
cisco.
JOSSIE PREZ SALDAA
Tiene 18 aos y no puede dormir si no hay msica. En el
colegio era muy buena en Matemticas sin embargo es-
tudia Ciencias de la Comunicacin. Si un libro le gusta, no
lo suelta hasta leer la ltima oracin. Si le preguntan: En
qu te quieres especializar? Responder no s sin pen-
sarlo. Solo sabe que le gusta escribir y que est apren-
diendo a hacerlo.
-
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Sumisa solo ante Allh
Ser mujer, ser trabajadora,
ser madre, ser musulmana.
Por Julissa R. Goas
Melissa Peralta es una joven sonriente de 23 aos
que trabaja en un centro comercial. Nos conoci-
mos en el trabajo, teniendo una hilarante conver-
sacin con nuestros dems compaeros sobre si
comer chancho o comer pavo en Ao Nuevo. Ella
nos coment:
-
43
Soy musulmana, los musulmanes no comemos chancho ni celebramos fechas as.
Desde entonces, cada vez que poda, ella me
hablaba de su manera de vivir y de qu se trata
su religin, que siempre me ha parecido intere-
sante.
Melissa es casada, tiene una traviesa nia de
cuatro aos y es musulmana desde los 12 aos.
Su padre es catlico y su madre, mormona. Solo
un to lejano de ella es musulmn, pero no fue l
quien la encamin a la religin.
Le pregunt por qu el islam, por qu no el cris-
tianismo o los mormones, a lo que me respondi:
Antes de volverme musulmana, mi to me dijo que conociera las dems religiones y entonces l
me ayudara a conocer el islam. Pero ya conoca
las de mis padres y la cristiana y mi fe se inclin
por el islam.
Ella sola se hall ah, en la mezquita, con los de-
ms hermanos de esa comunidad que la hicieron
sentir como en casa. Como ella dice: Me volv musulmana porque s, porque me gust y me
sent cmoda aqu.
+++
-
44
El islam es una religin monotesta, creen en un
solo Dios, sin ningn hijo. Para sus seguidores,
los musulmanes, solo Allh (Dios) debe ser ado-
rado. Ellos se rigen bajo las enseanzas del
Corn, la palabra de Dios que le fue entregada al
Profeta Muhammad.
El Corn menciona que tanto el hombre como la
mujer tienen los mismos derechos. Pero a las mu-
jeres se les exige mayor obediencia y modestia.
Melissa, en su caso, debe esquivar ciertas normas
en su vestimenta o algunas comidas.
No hay ms de 700 musulmanes en Per y la ma-
yora son mujeres. Sin embargo, no todas pueden
asumir al cien por ciento esta religin o forma de vida, ya que al ser observadas con su vestimenta la gente las critica y las juzga.
+++
La abaya es una especie de manto, un vestido
largo que cubre desde el cuello hasta los pies.
Tiene mangas largas, no tiene forma y esto hace
que la mujer que se lo ponga oculte todo atributo
que tenga. El hijab es un velo para cubrir el cabe-
llo. La abaya y el hijab son la vestimenta obliga-
toria que debe usar una musulmana como mues-
tra de modestia.
-
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Su cabello, as como cualquier otro atributo, solo
puede ser visto por su esposo o sus familiares cer-
canos. Esto se debe a que, para el islam, la mujer
ha nacido para conquistar al hombre con cada
parte de su cuerpo, desde su sonrisa y mirada,
hasta sus piernas largas y delgadas. La mujer
musulmana tiene que ser modesta para proteger-
se del acoso.
Melissa no usa la abaya ni el hijab como su ropa
diaria, normalmente, los usa solo cuando va a la
mezquita y, en algunas ocasiones cuando sale de
paseo. Me cit en Magdalena, entre la Av. Ejrci-
to y Av. Brasil, exactamente, debajo de la virgen.
Resulta irnico por el hecho de que ella no cree en
la Virgen Mara.
En mi camino hacia el encuentro subi una joven
al bus. Le calculaba dieciocho aos, tena puestos
unos audfonos fucsias. La joven atrajo mi aten-
cin porque, en su asiento, procedi a amarrarse
el cabello hacindose una cola y luego se puso una
manta sobre la cabeza.
Captur miradas de los pasajeros por segundos,
pero yo la observ ms tiempo, estaba segura que
se diriga al mismo lugar que yo, la mezquita.
Baj en el paradero y camin a mi destino. Ella
no baj.
-
46
Encontr a Melissa acompaada de su hija Pen-
lope. He trabajado con Melissa por casi cuatro
meses, siempre la vi con el polo gris y manga cor-
ta de la empresa y un mandil negro que se ajusta
a la cintura. Verla con la abaya y el hijab, ambos
de color morado y con detalles en dorado, fue muy
sorprendente.
Su pequea Penny solo llevaba el hijab de color
blanco que tapaba sus largos y oscuros risos.
Vesta una chompa verde y unos jeans. Comprar una abaya es caro, las nias crecen muy rpido,
adems a esta edad corren, saltan, se ensucian.
No es til la abaya para ella, respondi Melissa a mi duda.
En Magdalena haca fro, yo no haba llevado
chompa, en esos momentos deseaba vestir como
Melissa, adems la abaya se vea cmoda. Hasta puedo ir al mercado con pijama abajo y nadie lo
nota, me cuenta entre risas.
Aqu no queremos terroristas, vuelve a tu pas o pobrecita, esa chica no estudia son comentarios que Melissa y sus amigas musulmanas reciben
por usar la abaya y el velo en distintos sitios de
Lima. Las crticas fuera de lugar siempre llegan
por usar esa vestimenta.
Con tono de clera en su voz me comenta he te-nido que tomarme el tiempo de responderles, tra-
-
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tar con gente ignorante. Suelo gritarles: Estoy en mi pas, tarado, a ver si as me dejan de moles-tar, es que no respetan.
Otra cosa que le molesta es que murmuren: Po-brecita, a esas mujeres sus esposos no las dejan
hacer nada, les pegan. El esposo de Melissa, Ys-mael, tuvo que volverse musulmn para poder
casarse con ella. Sin embargo, l no sigue todas
las reglas que el Corn les exige. l es un catli-co ms. Si supieras que me peleaba con l porque
antes no quera que me vistiera as, pero a m me
gusta e igual lo hago.
+++
Entre ms ancdotas, bromas, risas y upas de Penny, llegamos a la mezquita. Penny es una pe-
quea inquieta y risuea, a primera vista pare-
ciera que es muy consentida, pero Melissa me
coment que trata de darle toda su atencin el
poco tiempo que pasa con ella, ya que por el tra-
bajo no le puede brindar el tiempo que una nia
de cuatro aos necesita.
De fuera, la mezquita no pareca una iglesia, pa-
reca una vieja casona. Era color verde agua, no
era muy grande ni muy pequea. En la entrada
haba un seor que salud a Melissa con un Sa-lam Aleikum, Tasneem, ella respondi igual: Salam Aleikum. Esta frase en rabe es como un
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saludo que utilizan los musulmanes, su traduc-
cin ms cercana es Que la paz sea contigo.
En la mezquita conocen a Melissa como Tasneem,
su nombre en rabe (en el Corn se menciona a
Tasneem como la fuente del paraso donde solo
bebern los justos). A la pequea Penny la cono-
cen como Jalima (al igual que el nombre Penlo-
pe, Halima significa perseverancia en rabe).
Todos estaban felices de verlas ya que, por el tra-
bajo, Melissa no haba podido asistir a la mezqui-
ta por lo menos en dos meses. Cuando entramos,
Melissa me pidi que entrara a la sala sin saludar
a nadie y que de frente tomara asiento.
Penny se quit el hijab y corri al amplio campo
que haba en el lugar para jugar con sus amigui-
tos. Ya vengo, mami, dijo emocionada alejndo-se de nosotras.
No hay ms de 700 musulmanes en Per y la mayora son mujeres. Sin
embargo, no todas pueden asumir al
cien por ciento esta religin
El Sheij quien vendra a ser su sacerdote esta-ba dando una charla, al lado estaba el traductor.
El Sheij hablaba en rabe, no domina el espaol.
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Ninguno de los dos te mirar a los ojos, me dice Melissa. Y era verdad, ni el Sheij ni el traductor
miraban a los ojos a ninguna de las damas pre-
sentes como manera de respeto.
Entre esas damas estaba la joven de los audfonos
fucsias que vi en el bus, no me haba equivocado,
estaba sentada con una libreta, apuntaba lo que
se comentaba en la charla.
Como llegamos tarde a la charla solo tuvimos
tiempo de escuchar algunas preguntas. La ms
resaltante la hizo un seor, pareca extranjero por
su acento.
Puede un hombre musulmn casarse con una
mujer de otra religin y viceversa?
El Sheij respondi en su idioma, el traductor nos
dio el mensaje: Un musulmn tiene permitido casarse con una mujer cristiana o juda, ya que l
puede educar a los hijos con la religin musulma-
na. Mas no viceversa.
Ah qued la respuesta. Yo me qued con la duda
as que pregunt por qu no viceversa. El mu-sulmn respeta la religin de la mujer, el judo o
el cristiano, no. Es el hombre quien tiene que
educar a la mujer. Normalmente, cuando sucede
dicho caso, el marido choca con la religin de la
mujer, fue la respuesta.
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Otra pregunta que hice fue si es que la mujer tie-
ne justificacin de no usar la abaya, por ejemplo
en el trabajo, ya que el Corn es estricto con ese
tema y el Sheij haba mencionado que las muje-res que no cumplen, estn erradas.
Me respondieron con lo siguiente: Qu clase de seguidores de Allh seramos si no practicramos
la misericordia y la compasin. De hecho, si en su
trabajo es necesario, pues que lo hagan. Pero
tambin las mujeres estn obligadas a buscar
otro trabajo donde s se le permita.
Luego de un par de preguntas ms, la charla ter-
min y procedieron a hacer la oracin, los hom-
bres entraron a una sala con las puertas abiertas,
las mujeres a una sala con las puertas cerradas,
ambos sin zapatos. Las mujeres podan escuchar
la gua del Sheij desde donde ellas se encontra-
ban. Melissa no entr para hacerme compaa.
Melissa me dio un recorrido por toda la mezquita.
Una amplia casona con un gran jardn. Me
mostr una sala donde estn los nios, ah les
van enseando ms sobre la religin del islam, es
como un saln de clase con algunas palabras en
rabe, los nmeros e imgenes en las paredes.
Tambin me present a sus amigas, entre ellas
estaba la seora Sussy, quien me brind algunos
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datos ms slidos sobre la religin, sobre la abaya
y el hijab. La misma seora me coment que en el
Per slo hay una mezquita real, las otras dos
son musalas.
A parte de Magdalena, San Isidro tiene una mu-sala, pero tambin se les puede llamar mezquitas.
+++
Antes de irme le pregunt si no senta que llevaba
una doble vida, a lo que ella me respondi: Sien-to que llevo una vida frustrada, quiero vestirme
as, quiero trabajar yendo vestida y hacer otras
cosas, pero aqu no puedo sin ser vista como bicho
raro.
A los dos das volv a ver a Melissa en el trabajo,
con el uniforme gris, mostrando el cabello. Sa-lam Aleikum, Tasneem!. Hola, Juli, me res-pondi riendo de nuevo.
Quien la viera, no pensara que ella cree llevar
una vida frustrada. Tiene una hija a la cual mantener, no arriesgar su trabajo por algo que
puede manejar.
A pesar de que no debe tomar bebidas alcohlicas,
Tasneem lo hace moderadamente. Solo baila en
pblico en reuniones y a veces no lleva la abaya
para evitar llamar la atencin o ser molestada.
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El Corn dice que las musulmanas deben ser mo-
destas y todo est en la intencin. Melissa es co-
mo cualquier otra persona, con sus problemas y
frustraciones, pero, a pesar de eso, siempre son-
reir a todo cliente que vaya a su caja, sea hom-
bre o mujer, y no temer verlo a los ojos. Ella solo
es sumisa ante Allh.
JULISSA R. GOAS
Moldeada al estilo de los noventas. Amo las peras y el
invierno. No tan tierna como mis cachetes me hacen ver.
Loca por proteger y encontrarles hogar a los animales.
Suelo rer 25 horas al da. No tengo religin, tengo amor.
Abrazo el sarcasmo para no ser tan cruel. Soy un pompn
rosa que juega a vivir Jugamos?
-
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[HISTORIAS DE GUERRA]
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Hroe en el recuerdo
Un guardia de seguridad peruano
se convierte en soldado en Irak.
Por talo Aranibar Castillo
Es raro saber que nadie en su familia lo considere
un hroe, aunque lo fue para todos sus conocidos
en un momento.
William Castillo fue uno de los integrantes del
primer grupo de peruanos que viajaron a Irak en
poca de guerra en ese pas.
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Hace siete aos era solo un guardia de seguridad
que rotaba en diferentes establecimientos impor-
tantes de Lima, con un terno azul marino, camisa
blanca, corbata perfectamente ajustada y zapatos
negros relucientes, contratado por la agencia Se-
guritas Forza en la cual llevaba aproximadamen-
te un ao laborando.
Su sueldo no le era del todo suficiente para la
nueva familia que haba formado con su esposa y
su pequea hija recin nacida, aparte de contri-
buir en la casa de sus padres donde la situacin
financiera no era buena por el despido de su pa-
dre. Adems, le pasaba mantencin a su primer
hijo pequeo que viva en Loreto con su ex esposa.
Lo observo mientras bebe un vaso de agua senta-
dos en el comedor de mi casa y noto cmo me ob-
serva al tomar notas de todo lo que me cuenta. No
quiere hablar mucho de su vida privada cuando le
pregunto por sus hijos y se lanza a contarme vo-
luntariamente como empez su aventura peligro-
sa para evitar preguntas incmodas.
Todo comenz con rumores de parte de sus com-
paeros de seguridad en agosto el 2005, cuando le
comentaron que iran a una convocatoria dirigida
a peruanos para apoyar al gobierno de Estados
Unidos en la guerra contra Irak, en la ciudad de
Bagdad, con un sueldo de mil dlares mensuales.
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Necesitaban hombres capacitados, con experien-
cia en el ejrcito y como guardias de seguridad en
alguna agencia seria, por lo que William encajaba
perfectamente, ya que sirvi en el Ejrcito Perua-
no por tres aos y llevaba trabajando como guar-
dia de seguridad ms de un ao.
S arriesg y decidi ir a la primera reunin en el
Hotel Sheraton, con una camisa casual, un jean y
un par de zapatillas.
Defion, empresa militar privada que recluta y
entrena a personal de seguridad, de logstica,
administrativos y otros servicios profesionales
para ofrecerlos en todo el mundo creada a causa de la guerra en Irak contact a todos los aspi-rantes interesados dentro de los cuales estaba
William.
Organizaban reuniones, que fueron cada vez ms
frecuentes, en hoteles cinco estrellas dirigidas por
militares y directivos de Defion, por lo cual tuvo
que abandonar el trabajo y embarcarse en este
proceso que no era nada seguro.
Le ocult a toda su familia lo que vena haciendo,
ya que las reuniones deban secretas. Les infor-
maron que se les pagaran cien dlares por los
das asistidos como remuneracin por su tiempo
invertido.
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57
Todo era muy organizado, lo cual me haca se-guir yendo, aunque siempre tena un poco de des-
confianza.
La ltima reunin fue llevada cerca de la Univer-
sidad Nacional Agraria, en La Molina, a la cual
llegaron solo 250 peruanos, los cuales no solo vie-
ron la posibilidad de ganar un sueldo en dlares
sino tal vez obtener la preciada visa americana
que no le dieron.
Esa era la meta de William: tener oportunidad de
darle una mejor vida a su familia, un mejor tra-
bajo, mejor paga, todo lo que siempre so.
Le invent a su esposa que saldra de viaje a Tru-
jillo por un trabajo de seguridad, cuando en reali-
dad tena que integrarse a un grupo de entrena-
miento militar de 20 das pactado en la ltima
reunin.
De pronto su rostro se torna alegre, aunque siem-
pre sereno, al decirme que fue trasladado a un
lugar desconocido para los aspirantes. Todos su-
bieron a un bus al cual le cerraron todas ventanas
con cortinas oscuras y realizaron muchas vueltas
por todo Lima para distraerlos.
Despus de tres horas, llegaron a un campamento
militar, una base muy parecida a las del Ejrcito
Peruano, con cuarteles listos para ser habitados.
-
58
Un campo de entrenamiento recin terminado de
equipar, tanques, soldados que transportaban
armas.
Sent que volva a mi juventud, todo me hizo sentir como si fuera mi primer da de recluta-
miento, como aos atrs.
Realizaban toda la rutina que le ordenaban como
cuando era el ms joven en el ejrcito, pero de
una manera ms minuciosa.
Utilic un fusil M-16 y una pistola glock, aprend tcnicas nuevas de primeros auxilios, me
levantaba todos das a las tres o cuatro de la ma-
drugada para realizar ejercicios de hostigamiento.
Hice muchos amigos y me sorprendi ver a Bene-
dicto Jimnez (ex jefe de Inteligencia que ayud a
capturar al terrorista Abimael Guzmn) dndo-
nos charlas en vivo de ideologa terrorista.
A los 250 peruanos les dieron 500 dlares por el
tiempo que permanecieron internados y 100 dla-
res ms para sus pasajes de regreso. Al llegar a
su casa le coment a su mujer que tendra que
viajar a Irak. Al principio ella no le crey hasta
que le explic todo con ms detalle.
Ella me dijo que no era justo, que era un incons-ciente y un egosta. Yo intentaba explicarle todo
lo bueno que podra traernos.
-
59
Llor y le rog que no se fuera, pero William le
dijo que no tena mucho tiempo, deba hacer sus
maletas porque su vuelo sala en la noche, era
una decisin tomada y no haba marcha atrs.
Fue un momento muy duro para l, dejar a su
hija recin nacida y saber que era posible perder-
se sus primeros pasos, sus primeras palabras, ya
que su viaje no tena una fecha exacta de regreso.
Luego de las noticias del atentado de las Torres
Gemelas en Estados Unidos, el mundo pensaba
que se vendra algo peor. George W. Bush mand
tropas en el 2003 a invadir Irak y asesinar a
Osama Bin Laden, lder de Al Qaeda.
Todo dio un giro inesperado cuando se supo las
verdaderas intenciones de Bush por quedarse con
el petrleo iraqu y el incierto futuro de una po-
blacin que an vive en la inseguridad.
+++
William tom un taxi con las maletas hechas y
lleg a casa de sus padres. Ni siquiera se tom el
tiempo para pensar cmo les explicara que se ira
a la guerra. Su madre, molesta, le dijo que lo
quera vivo al regresar, todos lloraron y se abra-
zaron sin poder creerlo del todo.
-
60
Le pregunto si no se senta un desconsiderado al
no haber comunicado esto a nadie de su familia
con anticipacin y me dijo que para l era el mejor
modo de poder seguir adelante.
Yo haba tomado la decisin, no haba marcha atrs. Despus de todo lo que hice, nadie me iba a
hacer cambiar de parecer.
Ese mismo da los nuevos soldados peruanos con
destino a Bagdad, no pudieron realizar el viaje.
La prensa los esperaba en el aeropuerto y los lle-
varon a un colegio situado en Brea donde pasa-
ron la noche y pudieron regresar en la maana a
ver a sus familias por un momento.
William regres a casa y pas todo el da con su
mujer y su hija. La nueva despedida fue ms
tranquila que la anterior. A la suegra de William,
que lo detestaba, le dola ms ver a su hija sufrir.
Al verla llorar le dijo algo que l nunca podr sa-
car de su mente:
Hija, no despidas llorando a tu marido, solo a los muertos se les despide llorando.
En Irak murieron 73 mil soldados pero William
pudo regresar con vida.
De camino al aeropuerto, uno de sus compaeros
que tom el bus minutos despus que l, le co-
-
61
ment que su mujer lo haba estado buscando, as
que decidi llamarla. Veo como en el rostro de
William se va formando una sonrisa e imagino
que an sigue enamorado de su esposa.
Antes de abordar el avin, Matas Brivio, conduc-
tor de espectculos, fue a grabar a los soldados, lo
que, por alguna extraa razn, hizo que sus ni-
mos fueran como el de combatientes alegres por
llegar a su destino.
Un enorme avin verde oscuro lo esperaba. En l,
aeromozas rumanas lo invitaban abordar. Reali-
zaron tres paradas: una en Bahamas, otra en
msterdam y por ltimo en Bagdad.
Al llegar a su destino se encontr con un aero-
puerto cercado con alambres de pas, hombres
con imagen de asesinos en serie y un calor inso-
portable de 40 grados centgrados. Los peruanos
trataban de mantener el nimo positivo y alegre
para luchar. William sonre y dice que los dems
los miraban con asombro porque no se explicaban
la felicidad que tenan de estar en la guerra.
Todos subieron a un camin blindado con destino
al Palacio de Sadam Husein, donde se encontraba
el centro de investigacin y la base militar de los
Estados Unidos. Dos helicpteros los protegan
formando crculos en el cielo, vigilando que llega-
ran a su destino.
-
62
El fuerte estadounidense est conformado por tres crculos me explica mirndome fijamente.
El primer crculo por soldados americanos de as-
cendencia latina. Me aclara que todos se comuni-
can en ingls y algo de espaol por el gran nme-
ro de latinos. El segundo crculo por extranjeros
latinos y africanos y el tercer crculo, que es el
centro de la base, por peruanos en su mayora.
Bajaron de los autos y fueron a tomar un bao. Al
salir de las duchas, un joven americano que los
saludaba, les comenz a tomar fotos. Un peruano
fue a avisar a uno de los capitanes de la Triple-
kanope (versin americana de Defion) que golpe
al muchacho y lo llevaron a interrogar por posible
traidor.
Me cuenta que esto dejo en shock a todos por la
forma en que trataron al joven. Pero en cuanto se
instalaron todo se hizo ms fcil. La comida esta-
ba basada en frutas, verduras, pescados y comida
chatarra importada de EE.UU. (como KFC, que
tena una sucursal en Irak).
La casa y la infraestructura de las viviendas em-
bellecan todo Bagdad, enchapadas de oro puro,
con pinturas enormes y una decoracin deslum-
brante.
-
63
La interrogante de William era: Por qu casi un
crculo completo solo para peruanos? Entonces le
informaron que era por la mano barata de Per y
por los excelentes antecedentes en cuanto a la
lucha contra el terrorismo.
Tampoco entenda cmo, despus de un mes de
estar ah, les traan a soldados chilenos, sabiendo
que por la historia no hay mucha afinidad entre
ambos.
Al poco tiempo los trasladaron a cuartos ms ale-
jados en los que se enter que penaban. Los sol-
dados preferan estar despiertos, mientras por
radio seguan las peleas entre soldados peruanos
y chilenos con insultos e interrumpindose el
sueos haciendo sonidos desagradables.
+++
Le pregunto a William cmo logr salir de ah y
me cuenta que, en sus ratos libres, jugaban ftbol
en las piscinas vacas del palacio. As fue que se
lastim el hombro. Al menos esa fue la versin
oficial que dieron.
William hace una pausa en su relato, me mira y
me dice: te voy a contar la verdad, ocurri un accidente.
-
64
De pronto senta que me haba transportado has-
ta Bagdad, con la presin, el miedo y el calor.
Aparte de resguardar la seguridad del primer
crculo o Green Zone, como tambin se le co-noca William se encargaba de revisar a cada uno de los trabajadores para ver si es que porta-
ban bombas o algo parecido, una misin que odia-
ba porque senta que llegara el da en el que to-
dos se vuelvan en contra de l y terminen matn-
dolo.
As que un da se qued en la puerta de ingreso
del primer crculo y en ese momento un misil fue
lanzado por los seguidores de Sadam, cayendo
muy cerca de l. William sali volando pro los cie-
los, desligndose los msculos del hombro. Qued
incapacitado para combatir, por lo que lo envia-
ron de regreso a casa.
Al llegar a su destino se encontr con un aeropuerto cercado con alambres
de pas, hombres con imagen de ase-
sinos en serie y un calor insoportable
de 40 grados centgrados
Al volver, luego de tres meses, tampoco le avis a
nadie, aunque toda su familia ya lo estaba espe-
-
65
rando. Lleg una tarde que yo recuerdo bien por-
que estuve presente. Lo vi con uniforme y un polo
blanco, ms bronceado que lo comn y el espritu
tranquilo de siempre, como si viniera de compras.
Todos lo abrazaron y recuerdo que mi abuela llor
de felicidad mientras los dems se abalanzaban
para ver qu cosas haba trado. Le preguntamos
por su viaje y la razn de su regreso. En ese mo-
mento no nos pudo ensear nada porque al ser
trasladado aprovech en vender todas sus cosas y
traer ms dinero para su hogar.
Recuerdo que mi madre, siempre tan preocupada
y exagerada, me orden que no me le acerque mu-
cho porque podra haber regresado infectado con
radiacin.
Vi la comida en bolsas especiales que tena un
olor no muy agradable. Pudo recolectar poco ms
de 5 mil dlares en promedio y muchos recuerdos
que an no termina de compartir.
An se pone a pensar qu pudo haber hechos para
permanecer ms tiempo ah, ya que hubiera que-
rido traer ms dinero para su familia.
Hoy sigue trabajando como guardia de seguridad
y presiento que est ms feliz que nunca. Solo
tiene contacto con un par de amigos peruanos que
regresaron tiempo despus que l, incluida la per-
-
66
sona que le dio la informacin que le permiti vi-
vir esta experiencia que marc su vida.
TALO ARANIBAR CASTILLO
Melmano sin dudas, la msica es y ser la nica droga en
mi vida. La juventud es uno de mis ms preciados tesoros.
No me divierto ms que haciendo planes a futuro con mis
seres queridos. Soy un casi comunicador con la ambicin
de ser padre de familia.
-
67
Asesino por obligacin
La muerte un amigo y un asesinato.
Por Valeria Gmez Guerrero
La maana que me obligaron a asesinarte fue el
viernes ms fro de mi vida militar. Sentado en la
oscuridad de mi camarote, recordaba como fui
ensendote a andar y a dar la mano a los dems.
An pienso por qu mam dej que me quedara,
tal vez no te hubiera conocido, de repente no te
hubiera asesinado. Hoy solo puedo pedir a Dios
que me perdone, l sabe que no lo hice intencio-
-
68
nalmente porque yo te quera, Tota. Aunque tu
asesinato no fue lo nico que me marc.
Tan solo tena 17 aos y ya deba volverme un
hombre. Era un orgullo para las madres moyo-
bambinas acompaar a sus hijos a sacar la Libre-
ta Militar y mi caso no sera la excepcin. Mi
mam se levant muy temprano a planchar mi
camisa y yo, con mucha valenta, tena en mente
que iba a ser seleccionado para hacer el servicio
militar obligatorio que en ese entonces era mal
visto, pero que haca hinchar el pecho a todo pa-
dre.
Camino al ejrcito iba encontrndome con muchos
compaeros del colegio con los que haca unos
meses haba compartido la ansiada fiesta de pro-
mocin. Alberto, mi fiel amigo, mi hermano, le
hablaba a su madre al odo para que yo no pudie-
ra escuchar su temor por presentarse al ejrcito.
No era de su agrado la idea de servir y en la cha-
cota, durante clases, inventaba las mil excusas
que dira para librarse de ese castigo. Lstima
que no pudo realizar ninguna de ellas.
Cuando nos llamaron a entrar, mi viejita me dio
la bendicin. Sacaba conejos de sus dedos mien-
tras mova los ojos de lado a lado de la misma
forma que lo hizo cuando se enter que no llegara
a dormir a casa. En el ejrcito te decan el mismo
da si te quedabas o no, sin darte tiempo para
-
69
avisarle a tu familia, por esta razn las mams
iban acompaando a sus hijos, as no se quedaban
con la duda de sus paraderos o pensando que fue-
ron asesinados.
No me sent mal por ser seleccionado para servir,
en el fondo tena mucha curiosidad por conocer lo
que haca un militar en entrenamiento, pero lo
que me desencaj fue ver cmo se empaaron los
ojos de Albertito dicindole a su madre que la ex-
traara. Desde ese momento sent que era mi
deber cuidarlo por ser ms grande que l, los dos
estaramos para apoyarnos, los dos estaramos
para cuidarnos y no lo cumpl.
Dos meses despus de aquella tarde de marzo lle-
garas a mi vida, Tota.
+++
En sus intentos de formar hombres duros, nos
bautizaron tirndonos caca de chancho. Por ms
que apestara a mierda esos desgraciados nos
hicieron abrir la boca para que pudiramos sabo-
rear un poco de ella, para luego obligarnos a to-
mar sus orines con la excusa de que as pasara el
mal sabor. An recuerdo con rabia a esos idiotas
para al final rerme porque gracias a eso los de mi
pabelln se hicieron ms patas.
-
70
Sin embargo, la risa no dur mucho, la maana
siguiente tocaba levantarse temprano para hacer
ejercicios, la forma ms letal de acabar con mis
brazos. No recuerdo exactamente el nombre pero
consista en colgarte de una baranda y pegar tu
pecho a ella para luego subir y bajar, pero no
rpido, sino lentamente; la forma ms dolorosa de
morir.
Despus de eso mis brazos dejaban de existir por
dos das pero luego me fui acostumbrando. Para
Alberto estas cosas no eran fciles, lo vea con la
misma mirada perdida de mi madre pensando en
la suya y yo solo poda hacerle bromas.
Oe, cabeza de cactus.
Ya vas a empezar, ya me responda.
Qu fea te han dejado la mitra cojudo le deca riendo, mientras l empezaba a darme manotazos
para empezar la batalla de almohadas como si
furamos dos nios.
Las risas eran interminables, pero siempre haba
uno que otro que joda para que nos callemos.
Cuando toc por fin la clase de disparo, luego de
20 das, Soto (un negro entre tantos guambrillos)
no se peg el rifle al pecho y se rompi el ompla-
to, dejando colgar su brazo y caer el arma.
-
71
Al ver esto, mi fiel amigo ya no poda ms y se
ech a llorar en la frialdad de su camarote. Vea
como caan cada una de esas lgrimas reprimidas
durante tanto tiempo, quedndome sin chistes y
hablando con sinceridad.
Mi hermanito me deca: Extrao a mi mam, quiero ir a mi casa, estar con ella. No aguanto
estar aqu.
Lo nico que poda ofrecerle era cuidarlo a l y a
su viejita, la nica compaera que tena tras el
abandono de su padre. An cumplo mi promesa
Tota, lo sabes muy bien, pero no s si l puede
verlo desde donde est.
+++
Dos meses despus del claustro militar, como lo
llamaba mi hermanito, tuvieron un rapto de
humanidad con nosotros. Nos regalaron un cacho-
rrito a cada uno. A l le toc un machito y a m
una hembrita, seran como nuestros hijos, les dar-
amos de comer, los cuidaramos y veramos por
su formacin.
Alberto estaba contento, una gran sonrisa me
mostraba todos sus dientes. Despus del almuer-
zo le llevbamos algunos restos de comida en un
papel peridico que encontrbamos en las mesas
-
72
del comedor. Nos esperaban ansiosos, rascando
sus patitas desesperadas en nuestras piernas.
Tres das despus nos llevaron a nuestra primera
ronda. Mi hermano no fue llamado a ir, pero yo no
corr con la misma suerte. Nos introdujeron en la
selva, nos dieron el arma y cada uno vio por s
mismo. No dispar a nadie Tota, por primera vez
tena miedo, mis balas estaban completas y de mi
arma no se escuch ningn ruido.
Al llegar al cuartel, un sopln dijo que no me vio
disparar y al revisar mi arma el suboficial se dio
cuenta de que mis balas estaban completas. Esa
noche me masacraron, entre varios suboficiales
me tiraron al piso con tres puetes limpios en la
cara. Me patearon por todo el cuerpo por mi co-
barda. No era digno de un militar. Pero para
ellos era menos digno actuar como mujercita
chismosa. Por eso al sopln que me acus lo man-
daron al silo.
Y tras esa paliza t fuiste mi consuelo, Tota.
Tras quince das de relajo y mucho entrenamien-
to, anunciaron que salamos por segunda vez a
ronda y ese sbado en el que el sol arda en la ca-
ra, Alberto s estaba en la lista. No quera mos-
trar su miedo, pero yo poda sentirlo en el temblor
de su arma. Era mi deber no permitir que lo da-
aran, pues el ms dbil de los dos era l.
-
73
Sentados en el carro-carga que nos llevara a la
selva, el suboficial a cargo nos deca: Si tienen algo que decirle a sus compaero hganlo ahora,
si tienen que pedir perdn este es el momento, o
tal vez decirle que los quieren y que se cuiden
porque esta puede ser la ltima vez que lo vern.
Y no dije ni una palabra.
Esa tarde dispar demasiado, por el temor de que
me golpearan otra vez, adems por cuidar a mi
hermano. Las caras de los dems se iban per-
diendo entre los rboles para luego perderse la de
Alberto. Voltee para decirle que ya debamos ir
hacia el carro-carga para dar retirada y ya no es-
taba. Gritaba su nombre con el nudo atracado en
mi garganta, corra por todos lados y no lo hall.
Tumbai, un compaero del pabelln, me llev
hacia el carro. Buscaba a Alberto entre los dems
y no estaba. Llegamos al cuartel y segua pregun-
tando, iba de un lado a otro como los ojos de mi
madre hasta que lleg la noticia. Estaba muerto.
Enfurecido, bot las lgrimas que l fue aguan-
tando da tras da en el encierro. Sus palabras
eran como piedras que golpeaban mi corazn.
Muri como carnada, porque eso ramos, la car-
nada que enviaban para saber si los narcoterro-
-
74
ristas estaban ah. No pudo volver a ver a su ma-
dre y no pude cumplir mi promesa.
Ahora solo me quedabas t, Tota.
+++
La rabia se apoder de mi cuerpo. En las poste-
riores salidas a rondar ya no disparaba por temor
sino por venganza, la muerte de mi hermano fue
el factor desencadenante de mis ganas de querer
acabar con esas personas que acabaron con l.
Aunque no saba la cara de su asesino, en un
momento llegu a pensar que fui yo cuando dis-
paraba por disparar y an tengo la duda.
No dispar a nadie Tota, por prime-ra vez tena miedo, mis balas estaban
completas y de mi arma no se escuch
ningn ruido
Un viernes en la maana, el suboficial mand a
todos al patio llevando consigo a sus perros.
Pens que nos ensearan a entrenarlos o que
queran ver cmo los habamos amaestrados, pero
no. El da conspiraba con el suboficial, el cielo gris
con las nubes negras preparndose a estallar. En-
tonces agarr a su perro del cuello y mientras es-
-
75
te se quejaba el hombre sac un cuchillo mientras
nos deca: Aqu no formamos hombres, formamos mquinas asesinas y abri con el cuchillo el pe-cho de su perro, cayendo las chispas de sangre,
obligndonos a todos a hacer lo mismo.
Cuando el suboficial me dio su cuchillo, te cog del
cuello y te asesin, Tota. Vi como ibas desvane-
cindote, bandote en sangre para luego aho-
garme en mis propias lgrimas. Me sent la peor
basura, eras lo nico que me quedaba y no tuve
ms que asesinarte, envuelto en mi furia, envuel-
to en mi pena. Te miraba y vea el rostro de Al-
berto, me volva loco.
Ya en mi camarote la lluvia se haca sentir y de-
cid marcharme, la culpa no me dejaba en paz,
recordar tu barriga abierta viendo tus rganos
era desagradable. Mis manos manchadas de san-
gre que, por ms que las lavara, no iban a salir de
mi mente. Yo te quera y te mat.
+++
Ahora ms tranquilo, decido hablarte despus de
tener una charla con Joel, un futuro servidor de
la patria, que se enrolar al ejrcito igual que yo.
Mi vida ha cambiado, me vine a Lima con ganas
de dejar todo atrs. Sigo viendo por la mam de
mi hermano, acabada por los aos y la pena.
-
76
Quin dira que despus de servir que hoy me en-
contrara trabajando en un fast food, rodeado de
tanta gente joven de la misma edad de Alberto,
que no vivi lo mismo que nosotros pero tiene el
temor de hacerlo.
Ellos crecieron tranquilos, jugando con sus fami-
lias, mientras Alberto y yo veamos como iban
desapareciendo los nios para ser reclutados y
adiestrados al antojo de los narcoterroristas. Tie-
nen ilusiones, sueos, metas por alcanzar como
nosotros las tenamos en Moyobamba, sin embar-
go la vida nos jug mal.
An tengo la duda, sabes, no s si en un error
tambin asesin a Alberto, por eso pido todos los
das perdn a Dios porque no lo hice intencional-
mente, era por cuidarme, cuidarlo y s que l
sabr entenderme.
Todos los das a las tres de la tarde voy a su en-
cuentro. Ver a Joel es como sentir a mi hermani-
to. Cada conversacin con l me hace sentir que
estoy viendo a Alberto, revivo los recuerdos de
esas maanas del colegio donde reamos y sim-
plemente vivamos.
Muchas veces le he cambiado el nombre y siempre
pregunta por qu lo hago, no tengo el valor para
contarle mi historia pero silenciosamente le agra-
dezco que me regale el estar cerca otra vez de mi
-
77
hermano. Pareciera que la vida se arrepintiera de
haberme daado tanto y quisiera devolverme con
l lo que me quit de Alberto.
No lo estoy usando, solo lo estoy aprovechando
para volver a vivir momentos que aoro. Sumer-
gido entre risas y voces, viajo en el tiempo regre-
sando al colegio, reviviendo los recuerdos de esas
maanas con mi hermano cuando inventaba ex-
cusas para no servir. Nadie es reemplazable en
esta vida, pero Joel es lo ms parecido que tengo
a mi mejor amigo.
VALERIA GMEZ GUERRERO
Quiere ser periodista. Extremadamente observadora, no
le gusta la bulla pero tampoco estar sola. Llora todo lo
que espera pero re todo lo que vendr.
-
78
[HISTORIAS DE MUJERES]
-
79
La superhroe de los
besos rojos
#FairyTalesNoMore, 59 lecciones para solteras
Por Johanna Bernuy Siancas
No todos los das una administradora decide abrir
un blog para hablar de amor y de la soltera de
una manera divertida y termina siendo un boom
en el Per. Mara Jos Osorio se levanta en su
depa en Arequipa y probablemente se le cruza un
qu diablos ha sucedido por la mente. De ver-dad est pasando todo esto?
-
80
Hace poco ms de un ao mientras estaba en casa
de una prima, una de sus amigas me pregunt si
haba ledo el blog de una tal Soltera Codiciada.
No, ni idea de quin es, respond con honesti-dad.
Tienes que leerla! Escribe demasiado paja. En-tonces, apenas llegu a mi casa busqu el bendito
blog y, diablos, descubr que escriba como los dio-
ses.
Si uno piensa que es imposible leer algo que te
haga rer y reflexionar al mismo tiempo pues try
again, my friend. Era como leer a un psiclogo
que haba decidido convertirse en comediante
hablando sobre las venturas y desventuras de las
solteras.
Trece meses despus y muchas risas y exclama-ciones de me ha pasado exactamente lo mismo y tienes demasiada razn, Soltera contact a Mara Jos. Le mand un tuit pidindole que ac-
cediera a darme una entrevista y no pas ni una
hora cuando ya me haba respondido. Escrbeme, Johanna.
Saba que su agenda deba estar llena, ella misma
me lo dijo. Pero aun as acept contestar a mis
preguntas y me invit al primer conversatorio que
tendra en Crisol, una librera en San Isidro.
-
81
Llegu diez minutos antes de la hora pactada y ya
algunas chicas estaban sentadas conversando en-
tre ellas: Me enter hoy a las cinco de la tarde y vine corriendo!, es que va a estar buenazo!. Son jvenes de veinte aos en promedio.
Me siento al medio de la primera fila. A las siete
en punto ya todas las sillas estn ocupadas. Hace
calor y las expectativas estn muy altas: Todas
quieren comprobar si la Soltera Codiciada es tan
divertida como en sus textos.
Durante todo el 2012, Mara Jos public 59 lec-ciones. Cada post fue una especie de clase que buscaba instruir a las solteras en distintos temas:
Pas desde el Diccionario de la Soltera (leccin 19) hasta Cmo olvidar a tu ex (leccin 57). Y todas y cada una de las lecciones tuvieron ese to-
que de irona y sarcasmo que la ha caracterizado
y que ha gustado tanto.
La mayora de los blogs o pginas dedicadas a
tocar temas relacionados con la soltera (inclu-
yendo los amigos y los dramas emocionales que
todas las chicas crean en su mente por ser un po-
co neurticas), no han llegado a pegar tanto como
Soltera Codiciada.
Podramos divagar entre los ttulos parecidos de
Busco Novia de Renato Cisneros o No Busco Novio de Esther Vargas, libros que estn basa-
-
82
dos en los blogs personales de los autores, que
dicho sea de paso son periodistas.
Pero aqu la cosa es un poco distinta: Nuestra
Soltera es administradora, nada que ver con el
oficio antes mencionado. Un buen da se le dio la
gana de escribir y lo hizo. Quizs sea simpleza lo
que le da el toque de sinceridad y picarda que
tanto encanta.
Mara Jos cuenta, a travs de Solty apodo de Soltera Codiciada y al ms puro estilo de una chica que est harta de ver a su amiga caer en las
mismas desgracias, la realidad que muchas nos
negamos a ver.
Son historias de todos los das, nos pasan a todas y si a eso le agregas un toque de humor, pues
termina siendo al final del da como una conver-
sacin entre amigas. El blog, adornado con besos rojos, es casi una invitacin a la verdad, notoria
como un colorete, que ni una misma se atreve a
encarar.
+++
Casi a las 7:20 pm conectan los micrfonos y le
dan el pase a Martn Lpez de Romaa, un joven
escritor y amigo personal de Mara Jos. Como
ella, tambin tiene un blog, El blog exagerado de
-
83
Martn Romaa, y un libro publicado en el 2011, El descubrimiento del ruido.
Rubio, de lentes y de apariencia juvenil: Prcti-
camente un geek extrado de Glee. El calor au-
menta y la mayora de los asistentes utiliza cual-
quier cosa que tenga a la mano como abanico.
Una que otra risa nerviosa deja saber que por lo
menos la mitad de la audiencia est produciendo
saliva extra al ver a Martn.
Minutos despus presentan a Mara Jos. Viste
de manera sencilla: Una blusa blanca ceida y un
pantaln negro sin mucho detalle. Tiene un lunar
que le da un toque de picarda a su sonrisa. Lleva
el cabello suelto y est ligeramente maquillada,
como quien se prepara para pasar una noche con-
versando con amigos. Y esa es la impresin que
nos da.
Nuestra protagonista sonre y abre su botella de
agua mientras escucha cmo su acompaante le
echa flores: Qu linda, qu joven, qu bien escri-
be, de nuevo qu joven. Ella sigue sonriendo, co-
mo si todava estuviera aprendiendo cmo mane-
jar la atencin y la fama.
Y es totalmente comprensible: Hace un ao y me-
dio nadie la conoca, pero hoy Soltera Codiciada
es un xito rotundo. Y fue en una discoteca de
Lima que se percat de eso.
-
84
Ms ebria que sobria, mientras haca la cola para
el bao, le pregunt a una chica si haba ledo el
blog. Amo ese blog! Es mi favorito!. Esa res-puesta la sumi en un pequeo shock. Fue la
primera vez que supo que el blog estaba pegando,
pero probablemente nunca imagin que llegara a
ser lo que hoy es.
En el conversatorio la ronda de preguntas empie-
za. Por qu me dijo que era su prima si en rea-lidad era su flaca?. Bastardo, responde ella. Ningn hombre que quiere algo serio contigo empieza mintindote. Todas nos remos y al mismo tiempo nos maldecimos por no haber en-
tendido eso antes, casi como si estuviramos le-
yendo uno de sus post.
En cada publicacin Solty ha repartido cacheta-
das, una cuestin de a quin le caiga el guante, que se lo chante. Y, la verdad, al hablar de los tpicos errores femeninos y de las piedras con las
que las mujeres suelen tropezar ms de una vez,
fueron ms de mil las mejillas que recibieron esas
cachetadas cibernticas.
Dicen que lo bueno con el tiempo se pone mejor y
esto se puso ms que bueno. Cuando el blog esta-
ba cumpliendo un ao, Mara Jos anunci me-
diante un mensaje en su fan page de Facebook
-
85
que el 12 de febrero se realizara la presentacin
de su libro.
Libro? Cmo? Qu?! La lucecita del Must Have se prendi en la mente de cada fantica suya y comenzaron a marcar los das del calenda-
rio hasta que llegara la fecha del esperado lan-
zamiento.
+++
Santillana me cay, dice Mara Jos cuando Martn, nuestro geek cuerazo, le pregunta por el
libro. Cmo empez? Qu sentiste? La audiencia
se pregunta si esta vez recibi