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Trastornos de Personalidad Asociados al Uso Disfuncional de las Redes Sociales en
Estudiantes Mexicanos
Personality Disorders Associated with Dysfunctional Social Network Sites use in Mexican
Students
1Sikandar Ortega Aguilar, Ari Ortega Aguilar
Centro de Psicoterapia Cognitiva
1 Dirigir correspondencia a: Sikandar Ortega Aguilar. Centro de Psicoterapia Cognitiva. Sm 27 mza 9 Lt. 11 #33. Cancún, Quintana Roo, 77508. (998) 251 8649. Email: [email protected]
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Trastornos de Personalidad Asociados al Uso Disfuncional de las Redes Sociales en
Estudiantes Mexicanos
Resumen
Las redes sociales como Facebook yTwitter se han convertido en un componente básico en las
relaciones sociales de muchas personas. Sin embargo también estamos encontrando que para
algunos las redes sociales causan más problemas que beneficios. Ante esta situación han
surgido diversos estudios para conocer los factores de riesgo asociados al uso problemático de
las redes sociales. Sumándonos a este esfuerzo nos dimos a la tarea de estudiar el fenómeno
de las redes sociales contando con dos objetivos principales. El primero fue obtener datos
descriptivos sobre el uso de las redes sociales en una muestra de estudiantes mexicanos, y el
segundo objetivo fue identificar rasgos de trastornos de personalidad asociados a su uso
disfuncional. Trescientos sesenta y dos estudiantes de escuelas particulares (73% de
universidad, 27% de preparatoria), 53% mujeres, con un promedio de edad de 20 años (D.E
5.5) respondieron una encuesta sobre su uso de redes sociales, el Cuestionario de Uso
Disfuncional de las Redes Sociales (CUDRS) y el Cuestionario de Creencias de la
Personalidad, el cual identifica la presencia de rasgos asociados a los trastornos de
personalidad del DSM IV. Los participantes reportaron pasar un promedio de 3 horas y 40
minutos (D.E 1 hora 57 minutos) diarios en las redes sociales, lo cual representa el 58% del
tiempo total que le dedican a internet, y los medios principales para conectarse son por el
celular (57%) o con su lap top (27%), lo cual indica el fácil y constante acceso que tienen a
internet. En cuanto a los factores asociados al uso disfuncional (medido por la puntuación total
del CUDRS), resultados de un análisis de regresión múltiple indicaron que los factores de riesgo
son ser de menor edad (β= -.18, p<.01), el número de horas dedicadas a las redes sociales (β=
.33, p<.001) y la presencia de rasgos de personalidad histriónica (β= .22, p<.01) y dependiente
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(β= .17, p<.05), lo cual explicó el 33% de la varianza. Las personalidades dependiente (β= .28,
p<.001) y narcisista (β .18, p<.01) se asociaron a la subescala de problemas asociados; las
personalidades obsesiva compulsiva (β= .13, p<.05) e histriónica (β= .13, p<.05) se asociaron a
la subescala de uso excesivo; y las personalidades histriónica (β= .27, p<.001) y límite (β= .17,
p<.05) se asociaron a la subescala de compensación emocional. Nuestros datos nos permiten
entender el uso de las redes sociales como una extensión de la personalidad y el estilo de vida
del individuo. Cuando una persona constantemente tiene problemas y malestar emocional, y las
redes sociales se convierten en el método principal para evitar o aliviar estas emociones, surge
el impulso por pasar más tiempo conectados. Si las actividades en las redes sociales generan
bienestar o malestar dependerá de la personalidad del individuo. Por lo tanto, podemos concluir
que el papel de las redes sociales es uno de potencializar, más que causar problemas.
Palabras clave: Redes Sociales, internet, Trastornos de personalidad, adicción
Personality Disorders Associated with Dysfunctional Social Network Sites Use in Mexican
Students
Abstract
Social network sites such as Facebook and Twitter have become a basic component of social
relations for many people. However, we are also finding that for some people, the use of social
networks is more problematic that beneficial. In light of this situation several studies have
targeted the identification of risk factors associated with problematic social network sites use.
Joining in this effort, we set out to study the phenomenon of social network sites use with two
main goals. The first one was to obtain descriptive data regarding social network sites use in
Mexican students, and our second goal was to identify personality disorder traits associated with
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dysfunctional social network sites use. Three hundred and sixty two students from private
schools (73% university, 27% high school), 53% women, with a mean age of 20 (S.D 5.5)
responded a survey on social network sites use, the Dysfunctional Use of Social Network Sites
Questionnaire and the Personality Belief Questionnaire, which identifies DSM IV personality
disorder traits. Participants reported an average of 3 hours and 40 minutes (S.D 1 hour 57
minutes) a day on their social network sites, which represents 58% of their total internet use.
Fifty seven percent indicated that they log in with their cell phone, and 27% with their lap top,
indicating easy and constant access to internet. Regarding variables associated with
dysfunctional use of social network sites, results from a multiple regression analysis showed that
risk factors were younger age (β= -.18, p<.01), increased time on social network sites (β= .33,
p<.001) and the presence of histrionic (β= .22, p<.01) and dependent (β= .17, p<.05) personality
disorder traits, which accounted for 33% of the variance. Dependent (β= .28, p<.001) and
narcissistic (β= .18, p<.01) personality disorder traits were significant predictors of the related
problems subscale; obsessive compulsive (β= .13, p<.05) and histrionic (β= .13, p<.05)
personality disorder traits were significant predictors of the excessive use subscale; and
histrionic (β= .27, p<.001) and borderline (β= .17, p<.05) personality disorder traits were
significant predictors of the social and emotional compensation subscale. Our results suggest
that social network sites use stems from the user´s personality and life style. When a person
constantly has problems and emotional distress, and social network sites become the main
method to modify or avoid negative emotions, the impulse to constantly log in strengthens.
Whether being online brings benefits or more distress will depend on the individual´s personality.
Therefore we can conclude that social networks might increase, rather than cause problems.
Key words: Social network sites, internet, personality disorders, addiction
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Trastornos de Personalidad Asociados al Uso Disfuncional de las Redes Sociales en
Estudiantes Mexicanos
La aparición de internet ha cambiado drásticamente varios aspectos del funcionamiento
social. Lo que antes eran visitas a la biblioteca, llamadas por teléfono y cartas a mano, hoy han
sido reemplazadas por buscadores, video conferencias y el email. Uno de los cambios más
drásticos que se están observando debido a internet son las relaciones interpersonales,
especialmente desde la aparición de las redes sociales (R.S) como los chats, Facebook y
Twitter (Morahan-Martin & Schumacher, 2003; Sheldon, 2008). Hoy en día vemos a las
personas en constante contacto, compartiendo de manera abierta información, haciendo un
mayor número de amistades y estando más enteradas sobre la vida de los demás. Los usuarios
habituales de las R.S mencionan que el atractivo reside en poder estar en contacto con más
personas, incluyendo las que están lejos, la rapidez en la transmisión de la información, tener
nuevos amigos y poder conocer gente del sexo opuesto. Sin embargo, además de los
beneficios existen riesgos considerables. Internet y las R.S han sido medios para cometer
engaños, fraudes y delitos como secuestros y extorsiones (Mitchell, Becker-Blease & Finkelhor,
2005). Otros fenómenos graves son el ciber bullying (Ortega, Calmaestra & Mora, 2008) y las
páginas a favor de los trastornos de alimentación (Custersy & Van den Bulck, 2009). A pesar de
los riesgos y advertencias la cantidad de usuarios de las R.S está aumentando
considerablemente (Facebook statistics, 2012).
Una preocupación común que ha surgido entre padres de familia y profesionales de la
salud mental en relación a las R.S es el uso excesivo. Con los avances tecnológicos, las
personas llegan a tener acceso a internet prácticamente las 24 horas del día. Lugar en el que
veamos a un grupo de gente, como restaurantes o escuelas, una cantidad importante estarán
con el celular en las manos mandando mensajes, chateando o revisando sus R.S. Aunque es
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difícil establecer la distinción entre el uso sano y el patológico, han surgido estudios y
propuestas para establecer la clasificación de adicción a las redes sociales (Echeburúa &
Corral, 2010; Ortega & Ortega, 2011). Partiendo de modelos clásicos sobre adicciones (Jacobs,
1986), criterios diagnósticos del DSM IV TR (APA 2000) y estudios recientes sobre temas
asociados, como adicción a los videojuegos (Wood, Griffiths & Parke, 2007), internet (Young,
1996) y apuestas (Wood & Griffiths, 2007), han surgido ciertos criterios que podemos utilizar
como guía para identificar el uso disfuncional de las R.S. Algunos que podemos destacar son
los siguientes: uso excesivo (el uso interfiere con actividades cotidianas establecidas y
responsabilidades), malestar emocional cuando no se está en las R.S, acompañado de un
fuerte deseo de revisar y un alivio al hacerlo, problemas interpersonales asociados y sensación
de falta de control respecto al tiempo invertido. Basándonos en los hallazgos más recientes y la
teoría sobre adicción a internet, para nuestro estudio definimos el uso disfuncional de las R.S
como deterioro significativo en una o más áreas de funcionamiento psicosocial del individuo
directamente relacionado con el uso de las Redes Sociales. Este uso puede causar, mantener o
exacerbar los problemas y hay una incapacidad o falta de deseo de modificar dicho uso.
Los factores asociados a la posible adicción a las R.S son aún debatibles dado que el
problema es reciente y la literatura al respecto aún está despegando. La teoría clásica de
Jacobs (1986) sobre la adicción plantea que la conducta adictiva cumple con la función de lidiar
con malestar emocional y evitar o escapar problemas. En este caso, la adicción se desprende
de problemas subyacentes. Varios autores proponen que un fenómeno similar sucede en las
adicciones conductuales, incluido el uso de internet, ya que los usuarios encuentran en las
diversas actividades en línea una forma de modificar su estado de ánimo. Desde esta
perspectiva las personas que presentan vulnerabilidades emocionales, como impulsividad,
tendencia a la depresión y baja tolerancia a la frustración son más susceptibles a desarrollar
una adicción a internet (Akin & Iskender, 2011; Echeburúa & Corral, 2010). Para Blaszczynski y
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Nower (2002) no todas las adicciones conductuales se deben a problemas emocionales
subyacentes. Estudios con jugadores patológicos han puesto de manifiesto a personas que
mantienen la conducta problemática debido a falta de habilidades en solución de problemas y
errores en juicio, entre los cuales podemos destacar creencias falsas sobre su capacidad para
influenciar, controlar o predecir eventos al azar y el fenómeno de “chasing”, en el cuál siguen
apostando para recuperar lo que ya perdieron (Jacobsen, Knudsen, Krogh, Pallesen & Molde,
2007). Otra explicación para las adicciones conductuales tiene que ver con el poderoso sistema
de reforzadores inherentes a las actividades. La fuerte asociación entre la conducta y el
reforzador, el cuál puede ser placer, alivio o dinero por ejemplo, fortalece el impulso para repetir
la conducta. En las apuestas los reforzadores intermitentes con recompensas muy superiores
al esfuerzo invertido generan un fuerte impulso para llevar a cabo la conducta (Griffiths &
Barnes, 2008); en la pornografía y el sexo por internet los usuarios reportan un inmediato alivio
a la tensión acumulada por el deseo de experimentar placer sexual (Griffiths, 2001); en los
videojuegos y juegos en línea la experiencia de ganar o superar adversarios genera una
sensación de emoción, bienestar y logro (Griffiths & Wood, 2000). En el uso de las R.S
podemos encontrar un fenómeno similar, ya que usuarios han reportado cambios inmediatos en
su estado de ánimo, ya sea al encontrar experiencias placenteras o al eliminar emociones
desagradables, como aburrimiento e incertidumbre (Fortson, Scotti, Chen, Malone & Del Ben,
2007; Shields & Kane, 2011).
Diversos investigadores han sugerido que existe una relación entre factores de
personalidad y el uso patológico de internet. Hardie & Tee (2007) evaluaron a 96 adultos en su
uso de internet, los dividieron en 3 grupos (usuarios regulares, usuarios excesivos y adictos) y
los compararon en diversos factores. Tanto los usuarios excesivos como los adictos reportaron
niveles más elevados en neuroticismo y aislamiento social, menores niveles en extraversión y
más alivio al usar internet en comparación a los usuarios regulares. Para Echeburúa y Corral
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(2010), la adicción se puede deber a problemas de personalidad subyacentes, como timidez
excesiva, baja autoestima o estilos de afrontamiento ante el estrés inadecuados. Kraut et. al.
(2002) encontraron apoyo para el modelo del “rico se hace más rico”, el cual plantea que las
personas con personalidades sanas y vidas satisfactorias encuentran bienestar en su uso de
internet, lo cual no sucede en personas con personalidades introvertidas y aisladas. En su
estudio, los usuarios que presentaron rasgos de introversión y aislamiento reportaron mayor
sentimiento de soledad y disminución en autoestima después de usar internet en comparación a
un grupo de personas extrovertidas y satisfechas con sus relaciones sociales. En el estudio por
Wolfradt y Doll (2001) los rasgos de personalidad se asociaron a la motivación para elegir entre
las diversas opciones en internet, lo cual a su vez influenciaba su estado de ánimo. Estos
estudios nos permiten constatar el papel importante que juega la personalidad en el uso de
internet, y por extensión las R.S.
Aunque existen distintas definiciones de personalidad, el concepto básico plantea que la
personalidad es el conjunto de rasgos estables en una persona, los cuales se manifiestan a
través de las emociones, conductas y relaciones interpersonales (APA, 2000). La personalidad
es considerada sana o funcional cuando tiene la flexibilidad para adaptarse a distintas
situaciones, manteniendo el bienestar personal y social. Sin embargo, cuando las respuestas
son estereotipadas o desproporcionadas, la psicopatología aparece (Beck, Freeman, Davis &
Associates, 2004). El DSM IV TR establece 10 trastornos de la personalidad (TP), los cuales se
definen como el conjunto de síntomas que han estado presentes por un tiempo considerable, se
consideran parte de la forma de ser de la persona (egosintónicos), generan un acusado
malestar en distintas áreas y se manifiesta en el funcionamiento cognitivo, emocional,
interpersonal y de control de impulsos (APA, 2000). Los 10 trastornos se agrupan de la
siguiente manera: Cluster A incluye los trastornos esquizoide, esquizotípico y paranoide. En el
Cluster B está la personalidad histriónica, anti social, narcisista y límite. El Cluster C está
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conformado por el trastorno evitativo, dependiente y obsesivo compulsivo. Hoy en día nos
hemos alejado de perspectivas categóricas en cuanto a los TP, favoreciendo una visión
dimensional (Widiger & Frances, 2002). Esto significa que cierto grado de algunos rasgos es
esperado, incluso sano, en la población general. El problema es cuando los rasgos son
extremos, rígidos y globales.
Uno de los enfoques más aceptados para comprender el desarrollo de la personalidad
es el enfoque socio cognitivo, el cual plantea que la personalidad surge de la interacción entre
factores biológicos, experiencias tempranas, estructuras de procesamiento de información
(esquemas cognitivos) e influencias del contexto (Bandura, 1999). Siguiendo este modelo, la
teoría cognitiva sobre los trastornos de personalidad nos plantea que una persona desarrolla
esquemas disfuncionales a partir de experiencias adversas en la infancia y adolescencia, y para
lidiar con el malestar concomitante, desarrolla estrategias emocionales e interpersonales para
enfrentar las situaciones problemáticas. Las estrategias sanas y flexibles generan bienestar
personal y social, mientras que las estrategias rígidas y disfuncionales causan malestar
emocional y problemas interpersonales. Desde esta perspectiva, tanto los esquemas como las
estrategias para lidiar con el entorno conforman los rasgos de la personalidad. Cuando el
esquema es maladaptativo, el repertorio de estrategias es demasiado rígido y no tiene la
capacidad de adaptarse a la situación, el trastorno de personalidad aparece (Beck et. al., 2004).
A pesar de la relación entre la personalidad y el uso de internet, hasta nuestro
conocimiento no hay estudios que asocien los TP del DSM IV TR y el uso disfuncional de las
R.S. Nos pareció sensato correlacionar estas variables ya que como vimos anteriormente, la
personalidad va a motivar las actividades en la red. Por ejemplo podemos suponer que alguien
con rasgos narcisistas va a disfrutar una actividad en donde se centre en sí mismo, alguien con
rasgos evitativos se va a sentir cómodo interactuando desde un teclado en vez de cara a cara,
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o una persona con rasgos paranoides va a pasar tiempo “espiando” las actividades de los
demás. Ante esta situación nos dimos a la tarea de estudiar el fenómeno de las R.S, contando
con dos objetivos principales: El primero fue obtener datos descriptivos acerca de las conductas
asociadas al uso de las redes sociales en un grupo de estudiantes de Cancún. El segundo
objetivo fue identificar rasgos de TP asociados al uso disfuncional de las R.S. Para cumplir con
los objetivos, 362 estudiantes de preparatoria y universidad con un promedio de edad de 20
años fueron evaluados en cuanto a su uso de las redes sociales, incluyendo el uso disfuncional,
y un cuestionario de personalidad. Conocer factores de riesgo asociados al uso disfuncional
permitirá que interesados en el tema, como padres de familia y profesionales de la salud mental
puedan tomar decisiones informadas al enfrentar esta problemática.
Método
Participantes y Procedimiento
Trescientos sesenta y dos estudiantes de la ciudad de Cancún (73% universidad, 27%
preparatoria) participaron de manera voluntaria en el estudio, en la cuál era necesario tener
cuenta en por lo menos una R.S. La edad promedio de la muestra total fue de 20.03 años (D.E
5.55), 53% mujeres y casi el 85% de ellos viviendo con por lo menos un familiar. La aplicación
se realizó de manera grupal en horarios de clases con los permisos correspondientes. Se les
explicó el propósito del estudio, la definición de Redes Sociales, en el cual incluimos los chats
como msn Messenger, BBpin y WhatsApp, el tiempo de revisión el cual incluye uso activo y no
únicamente estar conectados y se les aseguró el manejo ético y confidencial de los datos.
Instrumentos
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Para el presente estudio elaboramos un cuestionario sobre el uso de redes sociales que incluye
datos socio demográficos, cuentas de R.S con las que cuentan, tiempo dedicado a las R.S y el
medio principal por el cual se conectan a revisar sus R.S.
El uso disfuncional fue medido con el Cuestionario de Uso Disfuncional de las Redes Sociales
(CUDRS), el cual cuenta con propiedades psicométricas adecuadas para esta población
(Ortega & Ortega, 2011). Las preguntas son tipo likert con cuatro opciones desde nunca/falso
hasta siempre/cierto, puntuaciones elevadas indicando mayor uso disfuncional. El cuestionario
cuenta con 3 sub escalas: problemas asociados (“Mi rendimiento en la escuela o trabajo ha
disminuido a causa del tiempo que paso en mis R.S”), uso excesivo y sin control (“Me quedo
revisando mis R.S más tiempo del que pretendía”) y compensación social y emocional (“Uso las
R.S para no sentirme solo”). En el presente estudio el índice de consistencia interna (alpha de
Cronbach) fue de .89 para la puntuación total y .85, .76 y .70 para las sub escalas.
Para identificar rasgos de personalidad utilizamos el Cuestionario de Creencias de la
Personalidad (PBQ por sus siglas en inglés; Beck, A. T., & Beck, J. S. 1991). Este cuestionario
está basado en nueve trastornos de personalidad del DSM –IV TR (no incluye el trastorno de
personalidad esquizotípica), cada reactivo es representativo de una creencia, emoción o
respuesta típica del trastorno y puntuaciones más elevadas representan una mayor presencia
del rasgo. Utilizamos la versión corta en español validada por Ortega y Ortega (en prensa), en
donde se demostró buena consistencia interna (Alpha de Cronbach = .93) y buena confiabilidad
test - re test (r de Pearson = .77). En el presente estudio obtuvimos un Alpha de Cronbach de
.92 para la puntuación total y un rango de .62-.80 para las sub escalas.
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Resultados
De los 362 estudiantes que respondieron la evaluación, el 97% de los encuestados
reportaron tener cuenta en Facebook, el 93% en MSN Messenger, el 50% en Twitter y apenas
el 19% mantiene uso activo de alguna otra cuenta (Hi 5, Sonico). Otro dato que preguntamos es
el medio principal que utilizan para conectarse a revisar sus R.S. Las opciones eran (a) un
aparato móvil como Blackberry o Iphone, (b) lap top, (c) PC en casa u (d) otro medio, como un
negocio (ciber café) o en casa de alguien más. Encontramos que el medio principal, con el 57%,
es por medio de un dispositivo móvil, seguido por la lap top con el 27%. Su propia PC es el
tercer medio más utilizado con 13% y solo el 3% necesita de otro medio para conectarse.
Para conocer el tiempo invertido en las R.S, realizamos dos preguntas. La primera les pidió un
promedio de horas diarias de tiempo activo (revisando, no sólo conectados) en las R.S y la
segunda pregunta era el porcentaje de tiempo que le dedicaban a las R.S de su tiempo total en
internet. Comparamos las medias en horas promedio de uso diario y uso disfuncional entre
hombres y mujeres y no encontramos diferencias significativas, por lo que análisis posteriores
se realizaron para la muestra total (Horas, t[360]=-.78, p>.05; CUDRS, t[360]=-.08, p>.05). Los
participantes reportaron un promedio de 3 horas y 40 minutos diarios de tiempo en las R.S, lo
cual representa el 58% del tiempo total que le dedican a internet.
En cuanto a la personalidad y el uso disfuncional, analizamos la correlación (r de Pearson)
entre la edad, el promedio de horas diarias en las R.S, la puntuación total del cuestionario de
uso disfuncional de R.S, las 3 sub escalas del CUDRS y los rasgos de personalidad de cada
una de las nueve sub escalas del PBQ (ver tabla 1). Los datos nos muestran que el promedio
de horas diarias en las R.S únicamente se correlacionaron significativamente con los TP
dependiente, narcisista e histriónica. Sin embargo, al analizar la correlación entre los TP y el
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uso disfuncional de las R.S, podemos ver que conforme se elevan los rasgos de un TP, el uso
disfuncional aumenta.
M (D.E) Edad Horas CUDRS Prob Uso exc Comp
Edad 20.03 (5.55) 1 Horas 3.46 (1.94) -0.08 1
CUDRS 34.75 (10.27) -.22*** .38*** 1 Prob asoc 16.17 (5.6) -.21*** .35*** .93*** 1
Uso excesivo 11.99 (3.83) -.19*** .35*** .81*** .58*** 1 Compensación 6.59 (2.51) -.12* .21*** .79*** .67*** 0.49 1
Evitativo 5.04 (3.51) -0.07 0.00 .22*** .24*** 0.08 .25***
Dependiente 4.08 (3.71) -.21*** .13* .41*** .44*** .25*** .31***
Obs comp 8.63 (4.19) 0.00 0.00 .15*** .12* .17*** .10*
Anti social 4.45 (3.57) -0.05 0.02 .34*** .36*** .17*** .33***
Narcisista 5.99 (4.06) -0.05 .10* .34*** .35*** .20*** .33***
Histriónica 5.18 (4.1) -.12* .13* .41*** .39*** .30*** .35***
Esquizoide 6.96 (3.94) -0.02 0.05 .22*** .20*** .16*** .21***
Paranoide 5.8 (4.56) -.2*** 0.07 .26*** .22*** .19*** .28***
Límite 5.75 (4.63) -.19*** 0.05 .30*** .30*** .20*** .27***
Tabla 1: Datos descriptivos y coeficientes de correlación. *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001.
Para complementar el análisis de la influencia de los rasgos de personalidad en el uso
disfuncional de las R.S realizamos un análisis de regresión múltiple con la edad, las horas
dedicadas a las R.S y las nueve sub escalas del PBQ como variables independientes y la
puntuación total del CUDRS como variable dependiente. Posteriormente realizamos el mismo
procedimiento con cada sub escala del CUDRS como variable dependiente. El resultado nos
muestra que las variables de edad, horas promedio de uso diario y rasgos de personalidad
histriónica y dependiente explican el 33% de la varianza total asociada al uso disfuncional de
las R.S (F[4,214]=26.66, p<.001). En los modelos con las sub escalas como variable
dependiente, la edad fue un predictor significativo en el factor de problemas asociados y uso
excesivo y el promedio de horas diarias fue significativo en los 3 factores. En cuanto a los TP,
encontramos diferentes combinaciones para cada sub escala. Para el factor de problemas
asociados, los TP significativos fueron Dependiente y Narcisista; para el factor de uso excesivo
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los TP significativos fueron obsesivo compulsivo e histriónico, y para el factor de compensación
social y emocional los TP significativos fueron histriónica y límite. Los coeficientes
estandarizados y la varianza explicada para los 4 modelos se presentan en la tabla 2.
Variable dependiente
CUDRS tot Dependencia Uso excesivo Compensación
Edad -.18** -.14* -.21*** Horas .33*** .29*** .32*** .18**
Dependiente .17* .28*** Obs Comp
.13*
Histriónica .22**
.13* .27***
Narcisista
.18** Límite
.17*
r2 .33*** .33*** .22*** .22***
Tabla 2: Análisis de regresión múltiple *=p<.05; **=p<.01; ***=p<.001.
Discusión
En el presente estudio nos dimos a la tarea de conocer las tendencias actuales en el uso
de las R.S, así como conocer la influencia de los rasgos de los TP en el uso disfuncional. En
base a los resultados obtenidos podemos concluir que las R.S se han convertido en un
componente básico del funcionamiento cotidiano de muchas personas, incluyendo adolescentes
y adultos jóvenes. El promedio encontrado de tres a cuatro horas diarias en las R.S es
indicativo de la fácil accesibilidad a internet debido a las nuevas tecnologías. Sin embargo hay
que señalar que el tiempo de uso de las R.S en la actualidad consiste más en revisiones
repetidas a lo largo del día, en vez de un tiempo invertido en conjunto, lo cual puede dificultar el
cálculo.
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El género como factor de riesgo para la adicción a internet ha obtenido resultados inconclusos,
ya que algunos autores han reportado mayor riesgo en hombres (Griffiths & Barnes, 2008;
Whang, Lee & Chang, 2003) y otros han señalado que las mujeres presentan mayor riesgo de
caer en uso disfuncional (O´Reilly, 1996; Yen, Yen, Chen, Tang & Ko, 2009). En nuestro
estudio, el género no resulto ser una variable significativa en el tiempo promedio de uso diario o
en el uso disfuncional. Un dato importante que encontramos fue la correlación negativa entre la
edad y el uso disfuncional de las R.S, indicando que los más jóvenes se encuentran más
vulnerables. Esto es consistente con datos de diversos estudios con poblaciones estudiantiles
que han encontrado un mayor riesgo para usuarios más jóvenes (Cruzado, Matos & Kendall,
2006; Ortiz & Fuentes, 2004; Sánchez-Carbonell, Beranuy, Castellana, Chamarro & Oberst,
2008). El aumento en el promedio de horas de uso diario también se correlacionó de manera
significativa con los tres factores del CUDRS, lo cual había previamente sido establecido como
un factor de riesgo para la adicción a internet (Cruzado et. al., 2006; Whang et. al., 2003; Young
& Rogers, 1998).
Una característica de las R.S es que les permite a los usuarios manipular a su gusto la
información que comparten. Esto hace que las personas tengan menos restricciones a la hora
de interactuar, ya que lo hacen desde una postura de “seguridad”. Esta libertad permite que la
personalidad se manifieste en las actividades en línea. Sin embargo estas mismas
características facilitan la expresión de rasgos disfuncionales. Por ejemplo, una persona
paranoide puede buscar incesantemente señales de infidelidad de su pareja, una persona
histriónica o narcisista puede publicar una cantidad exagerada de fotografías de sí misma sin
que algo se lo impida, y alguien anti social puede buscar información perjudicial sobre los
demás. Los datos respaldaron esta hipótesis, ya que al realizar una matriz de correlación, todos
los TP se correlacionaron de manera significativa con el uso disfuncional. Los datos de Hardie y
Tee (2007) y Echeburúa y Corral (2010) nos brindan una posible explicación de este hallazgo,
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ya que ellos encontraron en los usuarios problemáticos altos niveles de neuroticismo e
impulsividad, 2 rasgos característicos de los TP (Widiger & Frances, 2002).
Para conocer con mayor precisión los factores que influyen en el uso disfuncional, realizamos
un análisis de regresión múltiple. Ser de menor edad se mantuvo como un predictor
significativo, al igual que el aumento en el número de horas dedicadas a las R.S. Los TP que
surgieron como significativos fueron los rasgos asociados a las personalidades histriónica,
dependiente, narcisista, límite y obsesiva compulsiva.
Varios autores, para entender la adicción a internet, han manejado la hipótesis de
compensación a problemas subyacentes, lo cual aparenta ser consistente con nuestra
propuesta del uso disfuncional de las R.S y los TP. Siguiendo la teoría cognitiva, la cual plantea
que a los rasgos de los TP los podemos entender como estrategias para lidiar con el malestar
emocional (Beck et. al., 2004), podemos suponer que las personas con estos rasgos, en vez de
utilizar las R.S como herramienta de comunicación y entretenimiento, buscan satisfacer
necesidades emocionales e interpersonales. Los TP que surgieron como significativos
comparten la característica de necesitar “algo” de terceros (específico para cada trastorno), lo
cual es de gran importancia para su bienestar emocional. La personalidad histriónica necesita
atención y sentirse parte de un grupo; la personalidad narcisista necesita reconocimiento,
admiración y constantemente demostrar su “estatus superior”; la personalidad dependiente
requiere de contacto constante, disponibilidad de otros, protección y cuidados; la personalidad
límite requiere de entrega total; y la personalidad obsesiva compulsiva busca que los otros
actúen según sus expectativas (APA, 2000). En general, a estos TP les cuesta mucho tolerar la
soledad ya que su bienestar proviene de sus relaciones, por lo que constantemente buscan el
contacto con otros. En contraste, las personalidades excluidas tienen dificultades creando
vínculos con otras personas, cada una por distintos motivos. La personalidad esquizoide ve a
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las personas como intrusivas y prefiere estar aislado; las personalidades paranoide y evitativa
ven las relaciones como amenazantes y para la personalidad anti social no es de su interés
crear lazos afectivos con otros, ya que solo le sirven si le brindan un beneficio (APA, 2000).
Desde una perspectiva conductual, también podemos hipotetizar sobre el reforzamiento
negativo del uso de las R.S. En los TP el malestar emocional es frecuente, por lo que
constantemente buscan maneras de lidiar con este malestar (Beck et. al., 2004). Cuando una
actividad genera alivio, la posibilidad que esa conducta se repita aumenta. Si esta actividad está
accesible todo el tiempo, como lo son las R.S, este método se puede ir reforzando hasta
convertirse en el método principal para lidiar con el malestar. Al no ser una solución real, los
problemas se mantienen, perpetuando el deseo de conectarse para modificar el estado de
ánimo. Incluso el malestar no necesariamente proviene de áreas ajenas a internet; las mismas
actividades en las R.S pueden causar malestar emocional, aumentando el deseo de
mantenerse conectado para aliviar ese malestar (Muise, Christofides & Desmarais, 2009). Un
ejemplo sería una persona que malinterpreta fotos o comentarios de su pareja en su Facebook.
Para lidiar con el problema puede tratar de confirmar sus sospechas revisando más fotos
(personalidad paranoide), coquetear con otras personas para elevar su autoestima
(personalidad histriónica) o postear comentarios hirientes a su pareja para desquitarse
(personalidad límite). Esta forma de lidiar con los problemas le puede causar más problemas,
creando un círculo vicioso.
No todos los usuarios de las R.S pueden considerarse adictos, de hecho la mayoría no lo son.
Sin embargo hay personas que su uso sí se desvía de lo considerado sano. ¿De qué depende
que una persona caiga en un uso disfuncional? Aunque la respuesta aún no es definitiva, ya
que han surgido diversas hipótesis y diversos factores asociados, al considerar la literatura
sobre adicción a internet y los resultados obtenidos, podemos plantear la hipótesis que cuando
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una persona constantemente tiene problemas y malestar emocional, y las R.S se convierten en
el método principal para evitar o aliviar estas emociones, surge el impulso por pasar más tiempo
conectados. Las personas con problemas emocionales e interpersonales, especialmente las
más jóvenes, que pasan varias horas al día en sus Redes Sociales y tienen acceso permanente
a internet, son vulnerables a caer en un uso disfuncional. Si además presentan rasgos de un
trastorno de personalidad, especialmente histriónico, narcisista, dependiente, límite u obsesivo
compulsivo, el riesgo aumenta significativamente.
Contribuyendo a la creciente literatura sobre el tema de adicción a internet y las R.S, nuestros
datos nos permiten entender el uso de las R.S como una extensión de la personalidad del
individuo. Las actividades en línea, la forma de comunicarse y el significado a los eventos
dependerán de los rasgos de cada persona. Una persona emocionalmente sana, con una vida
satisfactoria, puede encontrar gusto en las R.S, pero sin caer en conductas problemáticas. Esto
ha sido respaldado por diversos estudios en los que los beneficios del uso de internet exceden
los problemas causados. Una hipótesis que se ha manejado es la del “rico se hace más rico”,
significando que las cualidades y los beneficios de una persona sana son aumentados con el
uso de las R.S (Kraut et. al, 2002; Zywica & Danowski, 2008). En contraste, las personas que
han reportado problemas significativos en diversas áreas (rendimiento académico, autoestima,
estado de ánimo) también son los que reportan más problemas asociados al uso de internet y
las R.S (Fortson et. al., 2007; Shields & Kane, 2011). Esto respalda la hipótesis que cuando la
personalidad de por sí maneja estrategias disfuncionales, el uso de las R.S también se vuelve
disfuncional. Por lo tanto, podemos concluir que el papel de las R.S es uno de potencializar,
más que causar problemas.
Tenemos que considerar las limitaciones del presente estudio a la hora de interpretar los datos.
En primer lugar el muestreo no es probabilístico, y la muestra no es representativa de la
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población en general, ya que los encuestados eran estudiantes de escuelas particulares.
También debemos considerar que la personalidad y los datos respecto al uso de las R.S fueron
evaluados mediante un cuestionario de auto reporte, lo cual limita la confiabilidad de los
resultados. Finalmente el diseño transversal del estudio únicamente nos permite inferir sobre
relaciones bi direccionales y por lo tanto no podemos plantear relaciones causales. A pesar de
estas limitaciones, el presente estudio aporta datos confiables sobre un tema que está
creciendo de manera veloz, lo cual apoya el desarrollo de programas de atención y prevención
basados en información confiable y actualizada.
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