edgar vite el sent i mien to tragic ode

12
147 NOTAS Estudios 88, vol. VII, primavera 2009. ABSTRACT: In this article, the characteristics of Generation 1898 are analyzed in selected works of its most significant writers, Miguel de Unamuno and Pio Baroja. A comparative study of their main ideas and concerns in those works with a special emphasis placed on their similarities and differ- ences will be addressed. The common theme for this critical analysis is to demonstrate the impor- tance of existentialism in their novels. Examples of this influence are seen in their use of a dark and tragic esthetic, monologue and introspection as stylistic tools, the protagonist as creator of his own destiny, as well as his continuous struggle with the other characters. The plot in these novels addresses ethical issues as well as allowing the reader to contemplate the role of transcendence and the meaning of death. KEYWORDS: Generation of 1898, existencialism, comparative literature, Unamuno, Baroja. EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE UNAMUNO Y BAROJA Edgar Vite* RESUMEN: El autor examina las características de la Generación del 98 por medio de una selección de textos de dos de sus representantes más signi- ficativos: Miguel de Unamuno y Pío Baroja. A partir de un estudio comparativo, analiza los temas principales de sus novelas y las preocupaciones que los guían, poniendo especial énfasis en sus seme- janzas y diferencias. El hilo conductor de este análisis crítico consiste en rastrear la influencia del existencialismo en sus novelas. Éste se refleja en la obra de ambos escritores mediante una estética trágica y sombría, y el monólogo y la introspección como recursos estilísticos; el protagonista se presenta como forjador de su destino, además de mostrarse en una lucha constante con el resto de los personajes. La trama de sus novelas suele guiarse por una serie de implicaciones éticas, además de hacer reflexionar al lector sobre el lugar de la trascendencia y el sentido de la muerte. PALABRAS CLAVE: Generación del 98, existencia- lismo, literatura comparada, Unamuno, Baroja. RECEPCIÓN:16 de enero de 2008. ACEPTACIÓN:17 de abril de 2008. * Departamento Académico de Estudios Gene- rales, ITAM. ©ITAM Derechos Reservados. La reproducción total o parcial de este artículo se podrá hacer si el ITAM otorga la autorización previamente por escrito.

Upload: el-miguel

Post on 16-Aug-2015

214 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

ensayo

TRANSCRIPT

147NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.ABSTRACT:Inthisarticle,thecharacteristicsof Generation1898areanalyzedinselectedworks of its most signicant writers, Miguel de Unamuno and Pio Baroja. A comparative study of their main ideas and concerns in those works with a special emphasisplacedontheirsimilaritiesanddiffer-ences will be addressed. The common theme for this critical analysis is to demonstrate the impor-tance of existentialism in their novels. Examples ofthisinuenceareseenintheiruseofadark and tragic esthetic, monologue and introspection as stylistic tools, the protagonist as creator of his owndestiny,aswellashiscontinuousstruggle with the other characters. The plot in these novels addressesethicalissuesaswellasallowingthe readertocontemplatetheroleoftranscendence and the meaning of death.KEYWORDS: Generation of 1898, existencialism, comparative literature, Unamuno, Baroja.EL SENTIMIENTO TRGICODEUNAMUNO Y BAROJAEdgar Vite*RESUMEN: El autor examina las caractersticas de la Generacin del 98 por medio de una seleccin de textos de dos de sus representantes ms signi-cativos:MigueldeUnamunoyPoBaroja. A partir de un estudio comparativo, analiza los temas principales de sus novelas y las preocupaciones que los guan, poniendo especial nfasis en sus seme-janzasydiferencias.Elhiloconductordeeste anlisiscrticoconsisteenrastrearlainuencia del existencialismo en sus novelas. ste se reeja en la obra de ambos escritores mediante una esttica trgica y sombra, y el monlogo y la introspeccin comorecursosestilsticos;elprotagonistase presenta como forjador de su destino, adems de mostrarse en una lucha constante con el resto de los personajes. La trama de sus novelas suele guiarse por una serie de implicaciones ticas, adems de hacerreexionarallectorsobreellugardela trascendencia y el sentido de la muerte.PALABRAS CLAVE: Generacin del 98, existencia-lismo, literatura comparada, Unamuno, Baroja.RECEPCIN:16 de enero de 2008.ACEPTACIN:17 de abril de 2008.*DepartamentoAcadmicodeEstudiosGene-rales, ITAM.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.148NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.QuierocomenzarsituandoaPo Baroja y a Miguel de Unamuno como pensadores y novelistas copartcipes de la crisis moral de Espaa en 1898, la cual no slo gener en ellos una postura intelectual, sino que les dio lasarmasparareexionarentorno al sentido de la vida y de su propia existencia.Enelfondo,ambosen-contraron una conguracin trgica de la vida, desde la que propusieron su respuesta personal.1 MigueldeUnamunoentabl una constante lucha en contra de una concepcinabstractadelmundoy delhombre.Paraellsofovasco, lo ms importante era la propia exis-tenciaynolareexinsobreella, aunque,paradjicamente,dedic EL SENTIMIENTO TRGICODE UNAMUNO Y BAROJASi del todo morimos todos, para qu todo? Para qu? Es el para qu? de la Esnge, que nos corroe el meollo del alma, es el padre de la congoja, la que nos da el amor de esperanza.Miguel de Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida1 Aunada a la crisis econmica y social, es necesario considerar tambin una crisis ideolgica e intelectual, que no era exclusiva de Espaa, sino que fue comn al n de siglo en Europa. Sobre este punto, Pedro Cerezo nos muestra que la crisis del 98 y el movimiento intelectual correspondiente a la misma, no fue un evento local, ni aislado, sino querespondeaunasensibilidadydecadencia compartidas.Porestarazn,aCerezoleparece ms adecuada la interpretacin de Baroja sobre su poca que la de sus contemporneos: A mi juicio, Baroja fue ms perspicaz al poner el sello caracte-rstico de su generacin, no tanto en el problema de Espaa como en una situacin espiritual afn a toda Europa, que se anunciaba tanto en el moder-nismo literario como en el tragicismo losco. Elverdaderoepicentroespiritualdelacrisisdel 98,porseguirutilizandoellenguajeorteguiano, noprovenadelamitologanacional,encontra deloquecreaOrtega,sinoquetrascendicon mucho la circunstancia espaola, provocada por el Desastre, para inscribirse en la otra crisis espiritual que se extendi por la Europa nisecular como la gran sombra de la cultura ilustrada. Pedro Cerezo, La doble crisis, ideolgica e intelectual, del 98, en Leopoldo Zea y Ma. Teresa Miaja, comps., 98: Derrota prrica, 2000, Mxico, FCE.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.149NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.granpartedesuvidayobraaesta actividad.Unamunopresentaunplan-teamientoantropolgicoquedeja deladotodaconcepcinidealdel hombre para ofrecernos una loso-faexistencial:quinmejorpara reexionar sobre su propia vida, sino aqul a quien ms le concierne? Por estaraznparaUnamunoloms importanteeselhombreconcreto, el ser humano particular.As lo leemos en Niebla cuando hablan Augusto y don Avito:S Augusto, s prosigui don Avito; la vida es la nica maestra delavida;nohaypedagogaque valga.Sloseaprendeavivirvi-viendo,ycadahombretieneque recomenzarelaprendizajedela vida de nuevo.2Porsuparte,laintrospeccin no es un estado ajeno a Po Baroja, para quien la reexin en torno a la propia existencia adquiere un lugar central. En el caso de este otro autor vasco,encontramosensusnovelas una forma de autoconocimiento, que en lugar de brindarnos la tranquilidad deunarespuesta,nosllevaauna cierta sensacin de vaco e inclusive de desesperacin. Deestemodoescomo Andrs Hurtado, el protagonista de El rbol de la ciencia, comienza a descubrir loangustiosaquepuederesultarla reexin,sobretododelapropia existencia:Fueradeaquellosmomentos [...]elestudio,lasdiscusiones,la casa, los amigos, sus correras [...] mezcladoconsuspensamientos, le daba una impresin de dolor, de amargura en el espritu. La vida en general, y sobre todo la suya, le pare-ca una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable.3Partiendo de la nocin de exis-tencia e introspeccin, Unamuno se enfrentaalracionalismo,puespara llafacultadintelectualnoeslo esencial en el hombre. De hecho, le parecequesonmsindispensables los sentimientos, los impulsos y las pasiones, es decir, todo aquello que nos mueve por dentro, que nos ani-ma o nos deja sin aliento, marcando elsentidodelapropiavida,como cuando se sufre la prdida de un ser querido.Estoesloquenosreeja don AvitoenNiebla,cuandohabla de la muerte de su hijo:Desde que mi pobre Apolodo-ro,mivctimayaldecirestole llorabalavozmuri,esdecirse mat, no hay ya presente posible, no hay ciencia ni realidad que valgan 2 Unamuno, Niebla, 1995, Madrid, Castalia, p. 152.3PoBaroja,Elrboldelaciencia,1985, Madrid, Ctedra, p. 60.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.150NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.para m, no puedo vivir sino recor-dndole o esperndole.4Ladolorosaintrospeccines compartidaporBaroja,paraquien la fraternidad y la compasin pare-cen haberse perdido totalmente. En esta medida no slo nos muestra un marcadodistanciamientoentrelos seres humanos, sino el terrible dao que podemos causarnos. Para dicho autor,lasociedaddesupocase corrompiporsufuerteegosmo;la sociedadespaolaperdidevista lamsmnimanocindedignidad humana. Esto se aprecia, contradicto-riamente, en personajes cuyo contacto con los otros resulta esencial:El mdico de la sala, amigo de Julio, era un vejete ridculo, con unas largas patillas blancas. El hombre, aunquenosabagrancosa,quera darse aire de catedrtico, lo cual a nadiepodapareceruncrimen;lo miserable,locanallescoeraque tratabaconunacrueldadintila aquellasdesdichadasacogidasall y maltratadas de palabra y de obra.5Dicha deshumanizacin va a dar lugar a una serie de situaciones dra-mticas, donde encontramos que el benecio individual ser perseguido a cualquier costo, aun en perjuicio de alguien ms. Po Baroja nos presen-tacasosconcretosdondeseusaal prjimo sin el menor escrpulo. As es como Aracil, uno de los compa-eros de Hurtado, se aprovecha de la pobreza de una joven, sin importarle el dao que pueda causarle:Te vas a casar con ella despus?Quitadeah,hombre!Nosera mal imbcil.Pero has inutilizado a la muchacha.Yo! Qu estupidez!6Un tema comn en ambos autores es el de la naturaleza contradictoria. SegnUnamunolossereshuma-nosnosconstituimosporprincipios opuestos, pues somos un alma ence-rrada en un cuerpo; no somos seres acabados, y por eso, vivimos en una constante dialctica; pero lo trgico no es que las necesidades nos aten al cuerpo, ni que las pasiones alteren la direccin de nuestras acciones, sino ms bien que nuestra propia naturale-za est fragmentada. Podemos mover-nos en ambos planos, el ms alto y el ms bajo; somos seres limitados, que se proyectan al innito.Lacontradiccinnotermina aqu; Miguel de Unamuno se reere tambinalaclaraoposicinque existeentreraznysentimientos, entre nuestra experiencia del mundo ynuestrasideassobreelmismo. 4 Unamuno, Niebla, op. cit., p. 152. 5PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 79.6 Ibid., p. 92.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.151NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.Unamunoseinclinamsporlos sentimientosyestosedebeaque laraznporssolalepareceinsu-ciente. El lsofo espaol plantea que la razn es lo opuesto a la vida; la razn,en su opinin, da muerte a la vida. En sus palabras:Por cualquier lado que la cosa se mire, siempre resulta que la razn se pone enfrente de ese nuestro anhelo de inmortalidad personal, y nos le contradice.Yesque,enrigor,la razn es enemiga de la vida.7LacrticadePoBarojaala conanza ciega en la razn no slo hace referencia a la ciencia, sino tam-bin apunta a un estancamiento del conocimiento,porquestetermina reducindosealarepeticinde ciertos modelos obsoletos. Desde su perspectiva, la ciencia fracasa y por tanto el progreso que le adjudicamos no es ms que una ilusin. Un claro ejemplodeestoeselmomentoen que muere el hermano menor de Hur-tado, a pesar de todos sus esfuerzos por salvarlo:Andrs escribi a su padre y a Margarita. Cuando recibi la carta de su hermana, pudo seguir la marcha de la enfermedad de Luisito. Haba tenido una meningitis tuberculosa, condosotresdasdeunperodo prodrmico, y luego una ebre alta quehizoperderalnioelconoci-miento; as haba estado una semana gritando, delirando, hasta morir en un sueo.8La reexin sobre la existencia se conecta con el tema de la persona-lidad. Al respecto, Unamuno sugiere que no slo se trata de averiguar qu somos, sino quines somos. Para l la pregunta correcta no es qu es el hombre?, sino quin soy yo? El primersntomadeestecuestiona-miento es la angustia que sentimos frentealabismodelapropiaexis-tencia.En Po Baroja el descubrimiento de la personalidad nos pone a prue-ba,puesdudamossobreelcamino quedebemostomar.Esteconicto senospresentadeformapalpable en la lucha interna que lleva a cabo Hurtado para establecer su lugar en elmundo.Loparticulardedicho personaje consiste en que se muestra enconstantebatallaconelmundo, perosobretodoconlosotros.El choque entre su personalidad y la de los dems resulta inconciliable.Hurtado no se siente identicado conprcticamentenadaninadiey estonosrevelaellugardelasole-dadenlaconstruccindenosotros mismos:7Unamuno,Delsentimientotrgicodela vida, 1964, Buenos Aires, Losada, p. 85.8PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 153.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.152NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.Parallegaralnuevocuarto deAndrshabaquesubirunas escaleras, lo que le dejaba comple-tamente independiente [...] All se encontrabaasugusto,solo;deca que estudiaba mejor con aquel silen-cio; pero muchas veces se pasaba el tiempo leyendo novelas o mirando sencillamente por la ventana.9Claro que esta bsqueda por la soledad no slo se debe a la profun-danecesidaddeintrospeccinque siente Andrs Hurtado, sino tambin alhechodequesurelacinconla sociedadloobligaaaislarse.No puede sentirse identicado con nada externo, de hecho lo que est fuera losuelepercibirdeformahostily desgarradora. Tal escisin hace que se retraiga, que el nico lugar donde encuentrerefugiosealyporesta razn se vuelve tan ensimismado.Slo respondiendo a la cuestin sobrelaidentidadpodremosesta-blecer una direccin en nuestra vida. Para Miguel de Unamuno la duda es aquello que nos motiva a dar el gran paso, despus del cual no hay marcha atrs.10 El peso de la existencia puede serterrible,loquenosrecuerdala constanteagonaenlaqueseen-cuentra Augusto; agona causada, en ltimo trmino, por el escepticismo11 que profesa hacia su persona: Yo por lo menos s de m decirte que una de las cosas que me da ms pavoresquedarmemirndomeal espejo,asolas,cuandonadieme ve. Acabopordudardemipropia existencia e imaginarme, vindome comootro,quesoyunsueo,un ente de ccin... Pues no te mires as...Nopuedoremediarlo.Tengola mana de la instrospeccin.12Deaququenosresultetante-rribledejardeser,dejardeexistir. Para Unamuno la personalidad es lo esencial de cada hombre; por eso nos resultainconcebiblenuestrapropia muerte. Al lsofo espaol le parece absurdalanegacindeunomismo 9 Ibid., p. 49.10 El lsofo espaol nos muestra que la duda es el detonante de la reexin, pero, sobre todo, nosplanteaqueladudaescondicinnecesaria delpensamiento.Dealgnmodo,Unamuno sugiere que somos escpticos por naturaleza y esto se debe al hecho mismo de que somos conscientes de nuestra propia existencia. As, nos presenta una dialctica que va de la estaticidad de lo conocido aldinamismoproducidoporlainquietuddela duda: Y pensar es dudar y nada ms que dudar. Se cree, se sabe, se imagina sin dudar; ni la fe, ni el conocimiento, ni la imaginacin suponen duda y hasta la duda las destruye, pero no se piensa sin dudar. Y es la duda lo que de la fe y del conoci-miento, que son algo esttico, quieto muerto, hace pensamiento,queesdinmico,inquieto,vivo, Unamuno, Niebla, op. cit., p. 223.11 En el caso de Baroja no podramos hablar tantodeunescepticismo,sinomsbiendeun desencantodelahumanidad.Hurtadonoduda de su propia existencia, sino que ms bien pierde la fe en los dems. No es el abismo interno lo que le resulta terrible, sino el abismo externo. Ser una clara diferencia entre el planteamiento de Baroja y el de Unamuno.12 Unamuno, Niebla, op. cit., p. 210.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.153NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.e inclusive el hecho de que alguien desee ser otro:Esoesloqueyonoacabo nuncadecomprender,queuno quieraserotrocualquiera.Querer ser otro es querer dejar de ser uno el que es. Me explico que uno desee tener lo que otro tiene, sus riquezas o sus conocimientos; pero ser otro, es cosa que no me la explico.13Dichoescepticismonoesun planteamientoalejadodenosotros mismos, no es un conicto ngido, sino el resultado de la propia existen-cia. El lsofo espaol no considera quenuestracapacidadracionalnos lleveaunescepticismo intelectual, sino que dicho escepticismo se deri-vadelchoqueentrelaestaticidad delpensamientoyeldinamismo inherentealavida. Asloexpresa Augusto:No es, en rigor, que la razn nos lleve al escepticismo absoluto, no! La razn no me lleva ni puede lle-varme a dudar de que exista; adonde la razn me lleva es al escepticismo vital; mejor an a la negacin vital; no ya a dudar, sino a negar que mi conciencia sobreviva a mi muerte. Elescepticismovitalvienedel choque entre la razn y el deseo. Y de este choque, de este abrazo entre la desesperacin y el escepticismo, nace la santa, la dulce, la salvadora incertidumbre,nuestrosupremo consuelo.14Deaqusedesprendeloque Unamunohadenominadocomo elsentimientotrgicodelavida: setratadeestaresistencia,deesta escisin entre nuestro deseo de super-vivenciayloslmitesdenuestra propia naturaleza. Lo ms difcil es resignarnos. Cmo aceptar el hecho de que algn da dejaremos de vivir, silopropioeslaexistencia?Este eselcaminoporelcualUnamuno llega al problema de la inmortalidad del alma y as se cuestiona sobre la vida futura.Por el hecho de ser mortales nos aferramos a la vida, pero sobre todo desarrollamos un enorme anhelo por mantenernos en ella, de ah nuestra bsqueda de eternidad:Eternidad! Eternidad! ste es el anhelo; la sed de eternidad es lo que se llama amor entre los hombres, y quien a otro ama es que quiere eter-nizarse en l. Lo que no es eterno tampoco es real.15Tal deseo de permanencia no debe entenderse simplemente como conti-nuidad fsica y temporal, sino como continuidad espiritual. De hecho ste es uno de los puntos clave del plan-13 Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida, op. cit., p. 14.14 Ibid., p. 109.15 Ibid., p. 40.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.154NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.teamiento de Unamuno, pues para l lo que justica la vida es la muerte. Gracias a que somos conscientes de que vamos a morir, la vida adquiere unnuevosentido;podemosdecir, incluso, que es entonces cuando todo adquiere sentido.Alrespecto,encontramosuna clara diferencia entre el planteamien-to de Unamuno y el de Baroja. Para este ltimo no existe nada ms all de la vida terrena. Baroja nos habla continuamentedeesteproblemay no entiende a la muerte como aquello que da sentido a la vida, sino como una parte ms de nuestra condicin existencial.ParaPoBarojalamuerteno es ms que un obstculo para los seres vivos;poresocreequepodemos desdearla. En las novelas de Baroja encontramoscontinuasreferencias escatolgicas en las que se muestra el desdndeciertospersonajeshacia la muerte:Secontabanmuchashistorias como sta, fueran verdad o no, con verdaderafruicin.Existaentre losestudiantesdeMedicinauna tendencia al espritu de clase, con-sistente en un comn desdn por la muerte; en cierto entusiasmo por la brutalidad quirrgica y en un gran desprecio por la sensibilidad.16Barojarealizaunaconexin entreelsignicadodelamuertey elegosmoindividual.Deaquse desprende lo que denomina como la crueldad universal y consiste en que los individuos solamente ven por s mismos,sinimportarlesperjudicar alosotros.Lamuertesejustica como un medio para continuar con la existencia, como parte de un ciclo que no se dirige hacia ninguna parte. En consecuencia, la vida en general, y la existencia humana en particular, se vuelve una lucha feroz por la super-vivencia; por lo que, en tal estado de cosas, el ms fuerte y el ms capaz ser el que permanezca:Todo lo que vive tiene un pro-cesoparaapoderarseprimerodel espacio,ocuparunlugar,luego paracrecerymultiplicarse;este procesodelaenergadeunvivo contra los obstculos del medio, es loquellamamoslucha.Respecto de la justicia, yo creo que lo justo en el fondo es lo que nos conviene. Supn en el ejemplo de antes que la hienaenvezdesermuertaporel hombre mata al hombre, que el rbol cae sobre l y le aplasta, que la araa le hace una picadura venenosa, pues nada de eso nos parece justo, porque no nos conviene.17Barojanosugiereenningn momento que exista algo ms all y 16PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 54.17 Ibid., p. 126.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.155NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.portantoeliminacualquiernocin de trascendencia. Por otro lado, esta-blece que la vida tiene sentido en s misma y que no podemos imponerle unanalidadexterna.Deaqusu fuerte crtica a cualquier tipo de uni-versalizacin, de la cual se sigue su conclusin de que la idea de justicia no es ms que una ilusin:Lanaturalezaesloquetiene, cuandotratadereventarauno,lo revientaaconciencia.Lajusticia es una ilusin humana; en el fondo todo es destruir, todo es crear. Cazar, guerrear, digerir, respirar son formas de creacin y destruccin al mismo tiempo.18De esta forma nos enfrentamos al temadelsuicidio,presentadocomo unaalternativaaesteciclosinn, aestedestinotrgicodelhombre. ParaBaroja,elsuicidionospone frente al poder de la libertad, pues a pesar de lo consternante que resulte tomar esa decisin, se nos revela que la continuidad de la existencia est en nuestras manos:Andrssehabaenvenenado. Sinduda,larapidezdelaintoxi-cacinnoprodujoconvulsiones nivmitos.Lamuertesehaba sobrevenido por parlisis inmediata del corazn.Hamuertosindolormurmur Iturrioz.Estemuchachonotena fuerza para vivir. Era un epicreo, unaristcrata,aunquelnolo crea.Pero haba en l algo de precur-sor murmur el otro mdico.19Es necesario recalcar que ambos escritores presentan un claro existen-cialismo,medianteelcualbuscan responderalacrisisdesutiempo, peromsalldelimitarseaesta-blecerunplanteamientoabstracto, tratan de hallar una salida personal. Los dos desean resolver el problema delaexistenciaindividual,aunque nos llevarn a conclusiones distintas.Por su parte, Miguel de Unamu-no,nospresentaunplanteamiento tico, donde la creencia en una vida futuraimplicaunarelacinderes-ponsabilidadrespectodenuestras acciones. As, la moral nos revela su verdaderofundamento,esdecir,la inmortalidad del alma. No todas las accionessonequiparables;notodo comportamiento est justicado. Por esta razn Unamuno nos muestra una postura tica que incluye la esperan-za en una vida futura:Mi conducta ha de ser la mejor prueba,lapruebamoraldemi anhelosupremo;ysinoacabode convencerme,dentrodelaltima eirremediableincertidumbre,de 18 Ibid., p. 129.19 Ibid., p. 292.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.156NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.la verdad de lo que espero, es que miconductanoesbastantepura. Nosebasa,pues,lavirtudenel dogma,sinosteenaqulla,yes el mrtir el que hace la fe ms que la fe el mrtir. No hay seguridad y descanso los que se pueden lograr en esta vida, esencialmente insegura yfatigosasinoenunaconducta apasionadamente buena.20De aqu que el lsofo espaol noslorealiceunplanteamiento antropolgico; sino que, una vez esta-blecidoqueselhombre,secues-tionasobreelmodoenquehemos de conducirnos y sobre la direccin que han de tomar nuestras acciones.21 Unamunopretendeencontrarun equilibrio entre las diversas faculta-des, los deseos y los principios que nosconstituyen.Enestamedida propone una va intermedia entre el racionalismo y el desmo, tratando de conciliar ambas posturas. En esto consiste, precisamente, su propuesta dialctica. Gracias a ella no se logra la armona, sino la conciencia de que nuestra naturaleza es inestable, y de 20 Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida, op. cit., p. 227.21 Por ello, el planteamiento de Unamuno es profundamente tico, pero sobre todo muy perso-nal.Lacrisisinternasereejapormediodela crisis externa y viceversa. Por esta razn el lsofo espaol no puede alejarse de la realidad social que lo rodea, al mismo tiempo que busca encontrar un camino propio. El existencialismo tico presentado porUnamunonoesunexistencialismoaislado, sinoqueimplicaunaconexinconlosdems. que en dicha inestabilidad se funda lo esencial de la vida humana.Me parece que en el fondo este escritor vasco deja lugar para la espe-ranza y, por tanto, para una salida po-sitiva. Sin embargo, su respuesta no es terminal, y esto se debe al hecho mismo de que lo caracterstico de la dialctica no es la estaticidad. No se trata de alcanzar un estado total de equilibrioentrenuestrosprincipios contrariossino,msbien,deno renunciar a ninguno de ellos.En el caso de Po Baroja, ste se acerca ms al nihilismo, al plantear un existencialismo radicalizado que reducelavidahumanaasuestado msprimitivo.Lollamativodesu posturaradicaenquedauncierto lugar a la esperanza, encarnada en la gurade AndrsHurtado,quiena pesardeserconscientedeldestino trgico del hombre, sigue luchando en contra de la falta de valores y el egosmo.Enestemismosentidosenos presentan algunos personajes de El rboldelaciencia,comoelcaso de Lul, la nica por quien Andrs experimenta cierta simpata y ani-dad en el modo como comprende la sinceridad, la honestidad y la lealtad. As la describe el narrador:En el fondo de su falta de ilu-sin y de moral, al menos de moral corriente, tena esta muchacha una idea muy humana y muy noble de ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.157NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.las cosas. A ella no le parecan mal eladulterio,nilosvicios,nilas mayoresenormidades;loquele molestaba era el doblez, la hipocre-sa, la mala fe. Senta un gran deseo de lealtad.22Porestaraznquedaclaroque paraBarojalosindividuospueden experimentar cierta intuicin respec-toalobuenoylomalo,indepen-dientementedeloabsurdo,quele resulta la existencia de una serie de ideasreguladorasydeparmetros deconducta.Porsupuesto,alnal Andrs Hurtado no lograr cambiar nada, pero luchar en todo momento hasta su muerte.As, Baroja nos muestra lo impor-tante que es la individualidad, inde-pendientemente de que sea posible o no lograr una identicacin con los dems. Para este escritor espaol, el conicto tambin permanece abierto; y es justo en esta escisin donde radi-ca lo trgico de la vida: en la abismal distanciaentreunosyotros,cuya consecuenciamsterribleconsiste en la imposibilidad de conciliar los ideales personales con la condicin humana.22PoBaroja,Elrboldelaciencia,op. cit., p. 110. ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.158NOTASEstudios 88, vol. VII, primavera 2009.ITAM Derechos Reservados. La reproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.