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TESIS DOCTORAL 2014
EL CRITIAS DE PLATN Un mundo mtico para una irrealizable pica del Bien.
Toms Morales Caturla Diplomado en Profesorado de EGB (Ciencias Sociales), Licenciado en Historia, Licenciado en Filosofa
DEPARTAMENTO DE FILOSOFA
FACULTAD DE FILOSOFA
Director: Dr. Salvador Mas Torres
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DEPARTAMENTO DE FILOSOFA
FACULTAD DE FILOSOFA
EL CRITIAS DE PLATN Un mundo mtico para una irrealizable pica del Bien.
Toms Morales Caturla Diplomado en Profesorado de EGB (Ciencias Sociales), Licenciado en Historia, Licenciado en Filosofa
Director: Dr. Salvador Mas Torres
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NDICE
INTRODUCCIN
7
PRIMERA PARTE
17-179
1, EL CRITIAS DESDE LA BIOGRAFA PLATNICA
18-35
1.- Datacin dramtica
19
2.- Datacin biogrfica
20
2.1.- Platn frente a Critias
22
2.2.- Platn frente a pitagricos y egipcios
23
2.3.- Platn frente a los dionisios
25
2.4.- Platn frente a Jenofonte. Fijacin de la estructura del relato
26
2.5.- El Critias en a su coyuntura histrica
29
2.6.- Post scrptum
33
2, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LA ATLNTIDA
35-65
1.- Definicin del sistema poltico
37
2.- Estadios de evolucin poltica
47
2.1.- Preestadio. Condicionamiento geogrfico y poblacin atlante autctona.
47
2.2.- Estadio I. Atlantismo ideal.
51
2.3.- Estadio II. Imperialismo atlante.
53
2.4.- Estadio III. Retorno a la naturaleza divina
60
3.- Estructura social
62
3, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LOS ESTADOS TUTELADOS POR
ATENEA Y HEFESTO
65-93
1.- Definicin del sistema poltico-social de Atenas
66
1.1.- Realeza mtica-tradicional ateniense
67
1.2.- Guerreros guardianes o guardianes auxiliares
72
1.3.- Verdaderos agricultores y artesanos
75
1.4.- Atenas y el resto del mundo mtico
78
2.- El modelo poltico del Egipto mtico
83
4, TRAYECTOS DEL LGOS MTICO AL LGOS PICO
93-134
1.- Lgos como discurso sobre el mito ciudadano de la Repblica
102
2.- Lgos como discurso sobre rgon
110
3.- Lgos como argumento sobre praxis
117
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4.- Identidad prxis/rgon
118
5.- Lgos verdadero sobre praxis/mito de la Repblica
121
6.- El relato probable sobre el devenir
127
7.- La pica final
129
5, TIEMPO CCLICO Y TIEMPO HISTRICO
135-178
1.- El mundo se regenera : ciclos catastrficos
138
2.- Cronologa y duracin del ciclo:
144
3.- Hacia una del alma
150
SEGUNDA PARTE
179-311
1, TRANSMISIN: ORALIDAD Y MEMORIA ESCRITURAL
180-218
1.- Desde la desaparicin de las dos civilizaciones paradigmticas hasta Soln
181
2.- De Soln a Critias el Viejo
191
3.- De Critias el Viejo a Critias el Tirano
197
4.- De Critias el Tirano a dialogantes
198
5.- Del dilogo platnico al lector ateniense
211
2, URBANISMO COSMOLGICO O COSMOS ANMICO?
219-270
1.- Atlntida. estructura reticular de la llanura
220
1.1.- Plano urbano de la capital atlante
230
1.1.1.- Colina primigenia
230
1.1.2.- Anillos circulares
231
1.1.3.- Muralla
233
1.1.4.- Urbanismo anillar
237
1.1.5.- Canales
243
1.2.- Origen y significado del urbanismo atlante
245
1.2.1.- Fuentes histricas
245
1.2.2.- Cosmologa
252
1.2.3.- Numerologa
259
1.2.4.- El significado del urbanismo atlante
261
2- Atenas evocada. Acrpolis y ciudad
264
3, SACRIFICIO DE RENOVACIN MONRQUICA
271-298
1.- Dioses y hombres
272
2.- Hefesto y Atenea en un mundo de guardianes
283
3.- Poseidn atlantizado
286
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4.- El sacrificio atlante o la construccin del alma monrquica
288
4.1.- Desarrollo del ritual.
290
4.1.1.- Seleccin de la vctima
290
4.1.2.- Captura de la vctima sacrificial
291
4.1.3.- El escenario de celebracin
294
4.1.4.- Degollacin de la vctima
294
4.1.5.- Holocausto y Libacin
294
4.1.6.- Juramento
295
4.1.7.- Bebida y primera ofrenda
296
4.1.8.- Juicio colegiado nocturno y ofrenda final
296
4, IMPERIALISMO ATLANTE, DOMINANCIN ATENIENSE,
PASIVIDAD EGIPCIA
299-310
1.- Expansin territorial atlante
300
2.- Dominacin ateniense
307
3.- Pasividad egipcia
310
EPLOGO: LA TRILOGA, UNIDAD Y FRACASO
311-351
1.- El relato soloniano y el cosmolgico: el Timeo
312
2.- El argumento pico: el Critias
321
2.1.- Cmo acaba fracasando
328
3.- La accin pica: el inexistente Hermcrates
340
4.- Las Leyes y la triloga
342
CONCLUSIONES
353-363
BIBLIOGRAFA
364-383
Ediciones
364
Traducciones y comentarios
364
Estudios de interpretacin de la triloga
365
Estudios generales
372
APNDICES
384-425
Apndice 1: Recuerdos de Scrates
385
Apndice 2 : los nmeros pitagricos
390
Apndice 3 : sacrificio del toro
395
Apndice 4 : ejrcitos mticos
414
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LISTA DE FIGURAS Y TABLAS
Plano de la capital atlante
227
Proyecto atlante y poseidoniano de ubicacin de la capital atlante
229
Plano del subsuelo de la capital atlante
232
Tabla de los dioses mesopotmicos y sus smbolos
247
El universo segn los babilonios
248
Representaciones de la Torre de Babel
251
Plano cosmolgico de la capital atlante
254
Estructura del universo segn el Timeo
256
Tabla de la cadena de la vida segn el Timeo
274
Tabla de la aportacin de efectivos de los distritos atlantes
305
Tabla de la aportacin de efectivos de los distritos beocios
306
Tabla de la aportacin de efectivos comparado con Beocia
306
Plano de Magnesia
348
Representaciones de la caza del toro de Heracles
397
Representaciones de la caza del toro de Teseo
398
Tabla de los efectivos del ejrcito atlante
421
Tabla de los efectivos de los ejrcitos ateniense y espartano en la guerra del Peloponeso
422
Tabla de los efectivos del ejrcito de Ciro
422
Tabla de los efectivos del ejrcito de Jerjes
422
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INTRODUCCIN
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Introduccin 8
Platn despliega en un banquete de tres discursos su propuesta de recuperacin de la
verdadera ciudadana, aquella que espera en el fondo del alma ateniense bajo la forma del
guardin filsofo. Para su recuperacin Scrates propondr construir una pica y
designar a sus tres relatores: Timeo de Locros iniciar el viaje persuasivo pretendiendo
demostrar que se trata de una historia cuyo sentido viene desde el fundamento
cosmolgico de la vida, no pudiendo resolverlo ms que mediante un entramado donde
la literatura y el mito juegan a constituirse en probabilidades, puertas abiertas a una
razonabilidad que se escapa constantemente; Critias intentar desplegar en la historia el
argumento de ese relato fundacional, pero con su fracaso Hermcrates ni siquiera tendr
oportunidad de tener su espacio, hurfano de contenidos suficientemente admisibles. La
historia de este fracaso constituye un todo inseparable cuya comprensin intento aqu a
travs del anlisis del Critias. La lectura unitaria de la triloga nicamente es abordable
desde un estudio en profundidad de este dilogo que al mismo tiempo evite una
perspectiva mediatizada por su supuesta funcin de mero relato ejemplificador del
discurso cosmolgico, un mero prlogo para el discurso de Timeo, y por su estado
inacabado1. Considerar ambos aspectos en su verdadera dimensin e intencionalidad nos
permitir entender las relaciones y dependencias establecidas entre los tres dilogos y
abrirnos a una nueva lectura2.
El Critias nos ofrece el sentido argumental que recorre y unifica la triloga, la
construccin de una pica del Bien, una pica tramada para educar a un nuevo ciudadano
que pudiera afrontar la crisis de la plis, tanto desde el punto de vista social como
religioso o poltico. No puede entenderse como una serie dependiente del Timeo, sino
como un relato que se va dotando de sentido a partir de tres aportaciones discursivas
interrelacionadas3.
1 De hecho, los pocos intentos que se han propuesto no han llegado a aportar nuevos significados, sino
ms bien a reforzar los ya existentes. Estas falsas concepciones vienen de lejos: Pocos comentaristas
consumen mucho tiempo en la historia maravillosa de la Atlntida y un historiador de carcter general debe
resistir con toda seguridad la tentacin de consumirlo, Guthrie, 1992 [1978], T. V., pgs. 262-263. El
Critias no requiere una especial consideracin, Taylor, 2001 [1926], pg. 461. 2 R. Adrados (1997, pg. 38), o Welliver (1977, pg. 2), llegan a afirmar que la mayora de los autores
se han limitado a estudiar la parte cosmolgica, despreciando la triloga como un todo, pero ellos mismos
tampoco llegan a hacerlo. Ms recientemente, Broadie (2012, pgs 115-173) mantiene que el Timeo-Critias
desde el principio fue planeado como un conjunto unitario (pero no incluye al Hermcrates en ese proyecto,
del que dice que nicamente podemos adivinar su naturaleza, sin ir ms all). 3 Lo ms admitido es que el Timeo se ocupa del todo universal y el Critias es la encarnacin histrica
efectiva de un Estado ideal. Otros lo ven ms en funcin de un punto de vista formal, como un himno,
como un encomio a los dioses, un agon entre rapsodas (Nagy, 1992). Una de las ltimas aportaciones,
(Regali, 2012), define el Timeo desde la retardation, un mecanismo utilizado por la pica que consiste en
el aplazamiento de un hecho anunciado mediante la ocurrencia de otro en direccin contraria o hacia el
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Introduccin 9
El relato del mundo mtico presentado en el Critias no constituye un simple hecho fabular
destinado a ejemplificar el mito de la Repblica, sino que pretende fundamentar y
legitimar un nuevo hombre, no solo construyndole una nueva historia, sino un modelo
del cmo hacer actual la maximidad de su ser. Se trata de un mito que descubre, recuerda,
la existencia de un tiempo verdadero. El mito verosmil del Timeo pretendera hacer
accesible al lgos narrativo una verdad que recorre toda la cadena de la vida desde la Idea
a las figuras elementales que constituyen la materia. El Hermcrates nos situara en un
mito como narracin pica, en cuanto que detalla un hecho blico, su escenificacin y el
modo de comportarse militarmente de un guardin filsofo. De esta forma, el mito
permite que el lgos encuentre plenamente su verdad, no lo ilustra nicamente. La ciudad
ideal de la Repblica es calificada como un mito, pero como nos descubrir Critias (lo
que sin saberlo haca Scrates en el momento de su escritura), era un acto de anmnsis:
vaciaba lo que su alma contena, el mundo verdadero del ateniense. Los tres modos
mticos que emergen en cada uno de los dilogos: el histrico, el verosmil y el heroico,
constituyen el armazn discursivo de la triloga. Este trabajo se centra en el primero de
ellos y hace emerger los otros dos.
Leer el Critias supone ingresar en un concreto momento histrico de Atenas, a travs de
la visin de un filsofo en la ltima etapa de su vida. Por ello afronto en el primer captulo
un recorrido por la biografa de Platn con el fin de extraer todos los elementos que
permitan fundamentar en el plano biogrfico e histrico la escritura del dilogo. Un
dilogo no solo es un entramado discursivo agonstico, sino que tambin es el resultado
de un recorrido biogrfico personal y una respuesta a un presente histrico poltico. El
cruzamiento de esos mundos, individual, colectivo y dramtico, se recorre, se aprehende,
a travs de una textualidad especfica. No se trata de aportar datos biogrficos a modo de
introduccin para una lectura dialgica separada posterior, sino de entender que la triloga
surge como una necesidad de la concepcin de la ciudad ideal platnica y del estado de
esa bsqueda en un momento concreto de su trayectoria de pensamiento.
Coyunturalmente hablando, es especialmente significativo el hecho de que este dilogo
surja a partir de la posicin adoptada por Platn frente al resto de escuelas filosficas ante
la situacin de crisis generada por el expansionismo de Filipo y la crisis de la plis de la
pasado. El Timeo cumplira una funcin suspensiva de la narracin del enfrentamiento entre las dos
potencias, con el fin de introducir un cierto grado de suspense y de expectacin (pgs. 85-86, 93), que
recoge la idea de Nagy de que lo inacabado del Critias es intencionado para introducir un efecto de suspense
en la triloga.
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Introduccin 10
segunda mitad del siglo IV. Nunca se han sealado las similitudes estructurales y de
contenido entre los Recuerdos de Jenofonte y el Critias, y es precisamente su
posicionamiento frente a este autor lo que acabar de definir su proyecto.
Analizo los sistemas gubernativos y sociales de las tres culturas que centralizan el
discurso critiano en el siguiente captulo y nos muestran la concepcin platnica de cmo
la evolucin de lo anmico, o el modo de construir las decisiones racionales, corre paralela
a la construccin de la constitucin poltica de una ciudad. En este sentido aporto dos
elementos nuevos. No estamos ante una construccin dualista, sino global. Desde Vidal
Naquet se ha establecido como una idea no cuestionada en la bibliografa moderna que el
Critias nos presenta nicamente el enfrentamiento de dos mundos dispares, filosfica y
polticamente. Atlntida y Atenas vendran a significar dos mbitos conceptuales en
permanente enfrentamiento en el sistema platnico. Pero como el mismo autor citado
reconoce4 esta idea no es ms que una actualizacin de la interpretacin que el
neoplatnico Proclo hizo del Timeo, basada en un sistema de oposiciones muy pitagrico:
el Uno y la Dada, lo Mismo y lo Otro, el Movimiento y el Reposo, el Lmite y lo
Ilimitado. Una vez analizado en toda su complejidad las races histricas de cada una de
las culturas que aparecen en el dilogo (Atenas, Atlntida, Egipto, Grecia, resto del
mundo) es innegable el carcter mundial que pretenda dar Platn a su escenario mtico.
Todas estas culturas deben situarse al mismo nivel, ya que ofrecen modos diferentes de
interpretar el mensaje divino de los dioses platnicos, que no es ms que el contenido de
la Repblica. El mensaje que cada dios ha comunicado a sus pupilos es uniforme, pues
todos ellos pertenecen al mundo divino platnico, donde las divinidades no pueden ser
otra cosa que buenas y transmisoras del contenido del mundo de las Ideas. Pero cada
cultura, colectivamente, decide un modo de situarse ante ello. Los atlantes desarrollarn
un proceso continuo de alejamiento, mientras que egipcios y atenienses permanecern
estables y el resto de ciudades griegas desistirn de realizar un proyecto autnomo.
El proceso de evolucin del Estado atlante se valora normalmente en funcin del paso
hacia la degeneracin. Lo que importa en mayor medida a la bibliografa es describirla
antes que indagarla procesualmente. Por ello he analizado el mundo atlante en funcin de
tres estadios: el ideal, el degenerado y el de regeneracin. Este ltimo prcticamente
inexistente para los comentaristas, ya que al poner todo el nfasis en el dualismo, olvidan
4 2006, pg. 61.
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Introduccin 11
que el objetivo platnico era proporcionar mecanismos para la superacin del estadio
degradado.
Al analizar a continuacin el sistema poltico del territorio de influencia de Atenea-
Hefesto se descubre que uno de los grandes ausentes de los estudios del dilogo es Egipto.
En todos ellos aparece nicamente como el transmisor de la historia ancestral, pero no se
analiza su participacin protagonista en el mundo mtico. Egipto constituye un elemento
fundamental para poder entender el propsito platnico de ofrecer las diferentes vas
posibles de acercamiento al ideal poltico. No solo ha conservado los documentos escritos
sobre la Atenas originaria, sino que tambin ha preservado una estructura social que viene
de aquel tiempo, lo que convierte al mundo egipcio en una realidad derivada de la
herencia divina y, por tanto, en un modelo que debe leerse al mismo nivel que el resto de
Estados mticos. Esta consideracin de anlisis global nos lleva a una nueva temtica: el
sistema de equilibrio establecido entre las diferentes culturas constituyentes de ese
mundo, que completa el sistema armnico integral. A la armona cosmolgica, le sucede
la del individuo, la de la ciudad y la intercultural.
Uno de los temas que ha suscitado mayor controversia es el estatuto de verdad del relato.
Propongo analizarlo desde su objetivo final y sus trayectos a travs de su recorrido
dialgico discursivo. Para que el mito propuesto en el Critias se convierta en un lgos
que transforme el alma individual tiene que instalarse racionalmente, imponerse sobre
cualquier otro, y ello nicamente puede conseguirse como discurso verdadero y
fascinador. Qu verdad construye Platn para convencer al lector? Propone una nueva
pica. Sustituir a Homero como fundamento bsico de la educacin ciudadana, lo que
implica destronar todo su mundo heroico, social, poltico, religioso. Para ello necesita
edificar una verdad, desde lo cosmolgico (Timeo) hasta lo fctico (Hermcrates), que
no ofrezca fisuras. El Critias aportar una verdad pica renovada como mtodo
persuasivo que llama a la autoctona, al orgullo de lo ateniense desde el armazn mtico,
a los elementos tradicionales renovados, pues en ellos se encuentra el medio ms eficaz
de llegar al ciudadano comn. En el anlisis del dilogo se descubrir que esa verdad no
se encuentra tanto en la credibilidad de los personajes que la transmiten o en las pruebas
documentales de los hechos, cuanto en la demostracin de que la anmnsis es la
verdadera ruta hacia la razn profunda de lo ateniense, y ello solo se consigue mediante
la facticidad y la mitologizacin que aporta la pica, debidamente transformada por el
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Introduccin 12
platonismo. Leerla y memorizarla supondra un autntico acto de conocimiento, leer
directamente en el interior del alma ateniense.
Existe una reflexin sobre el tiempo que recorre la triloga en tres horizontes diferentes:
Timeo lo define como imagen mvil de la eternidad, Critias describe el proceso histrico,
Hermcrates narra un acontecimiento episdico. La propuesta platnica del Critias,
mediante la presentacin de los diferentes ciclos catastrficos y sus consecuencias en el
devenir humano, pretende preguntar al alma ateniense sobre su propio origen y, al mismo
tiempo, sobre sus posibilidades de futuro. Una vez demostrado que tanto el mito como el
lgos son verdaderos y ambos pertenecen al acervo comn de la ecmene, conocer cada
uno de los comportamientos de esas civilizaciones y su posicionamiento o
distanciamiento con respecto al ideal nos sita ante la posibilidad de aprehenderlo,
recuperarlo. Lo que en este captulo llamo histora psychs no es ms que un modo de
revelar la pretensin platnica de autoindagacin en el tiempo. A Platn no le interesaba
la historia de acuerdo con los modelos tuciddeo o herodteo, y menos homrico, sino
que quera proponer un instrumento para ver directamente la verdadera posibilidad de ser
del alma. Si el ateniense se autorreconoca en el Critias, la verdad del Timeo y el
Hermcrates surgiran como una derivacin lgica.
Una de las cuestiones que mayor nmero de teoras ha ocasionado sobre este dilogo ha
sido su final inacabado. La novedad de mi propuesta reside, precisamente, en entenderlo
no tanto como una insuficiencia o una privacin del relato en s, sino como la formulacin
de una nueva pregunta: es posible ensear lo que es en s mediante un procedimiento
divulgador? No descubre aqu Platn que la mentira noble de la Repblica es imposible
y que la nica va es la dialgica? Porque ensear la filosofa platnica es posible, pero
el problema es a quin. En el Menn haba pretendido demostrar que un esclavo poda
aprenderla o recuperarla a partir de un dilogo individualizado y dirigido dialcticamente.
Pero cuando el dialogante es una ciudad en su conjunto y los maestros su colectivo
dirigente, Platn concluir que la tarea se hace imposible, porque su instrumento, la pica,
es insuficiente, porque no es posible realizar el paso de la homrica a la platnica sin
perder en el camino la esencialidad de la segunda.
En la segunda parte del estudio pretendo descifrar todo ese sistema de referencias que
ensambl Platn para componer el paisaje, los personajes y las culturas mticas y, en
suma, la credibilidad del relato. El Critias es un conglomerado de elementos cuyo sentido
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Introduccin 13
se encuentra inserto en el conjunto de la obra platnica y cuyo mundo de referencias y
simbolismos es amplsimo. Por ello es necesaria una descripcin pormenorizada de lo que
realmente es ese tiempo mtico que Platn pretenda representar ante los ojos del lector5.
Sin ese encuentro con la descripcin del escenario sera imposible entender a sus actores
y a sus objetivos. Muchos comentaristas han pretendido encontrar una nica fuente para
toda esa construccin escnica. Unos ven un plagio de Herdoto, otros se dirigen a la
Guerra del Peloponeso o a las guerras Mdicas, otros acaban en el mundo minoico. Sin
embargo, el mundo mtico est construido a partir de un conglomerado referencial. En la
Atlntida se concentran elementos de toda la ecmene. La Atenas ideal, por el contrario,
se cie a la plis de la Repblica. Egipto es una mixtura entre platonismo y herodotesmo.
Es cierto que Herdoto es una de las fuentes principales, pero a ella podemos aadir
Eudoxo, Tucdides, Jenofonte, la literatura lrica y pica, las cosmogonas tradicionales,
la literatura de viajes, el pitagorismo, las autorreferencias. Cuando se construye un
relato mtico, cualquier elemento que nos remita y envuelva en un mundo nuevo, pero
verosmil, es potencialmente vlido. A estos elementos habra que aadir la propia
experiencia de Platn (por ejemplo, sus viajes a Siracusa) y, por encima de todo, su propia
imaginacin (para recrear, por ejemplo, un templo lujoso y desmesurado basta aadir
adjetivos a los que l mismo poda ver en Atenas).
Que la veracidad del relato descansa sobre el prestigio de los personajes es un tpico en
la bibliografa sobre el dilogo. Ahora bien, si se analizan cada uno de ellos tanto en su
presentacin platnica como en su imagen histrica, obtenemos una visin que deja al
desnudo el fuerte componente discursivo que los define. En realidad, son una fusin entre
ambos mundos, por lo que el componente final es un hbrido que llama tanto a lo creble
como a lo ficcional. Timeo es un filsofo pitagrico reconvertido a la cosmologa y la
numerologa platonizadas; Critias un tirano, que demuestra a Scrates la existencia de un
Estado platnico; Soln un poltico modelo de eticidad y sabidura que toma el papel de
un ingenuo presocrtico ante el sacerdote egipcio; y Hermcrates, un general vencedor
del imperialismo ateniense durante la Guerra del Peloponeso. En esa ambivalencia entre
platonismo e imagen colectiva, los personajes asumen las contradicciones del mismo
relato y tambin expresan su imposibilidad.
5 Para completar la descripcin del mundo mtico remito a mi artculo sobre el tema de la geografa
idealizada y sus diferentes modelos en las tres culturas protagonistas (Morales, 2013).
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Introduccin 14
Otro de los debates que se han entablado en la bibliografa se ha centrado en determinar
el gnero del dilogo. Por su utilizacin como fuente argumental para la utopa poltica a
partir del Renacimiento, el primer gnero que se le adjudic fue este, y a partir de ah han
sido innumerables. Pero lo importante en este caso no es determinar un gnero que no
tiene sentido en el hacer y el pensar literario antiguo, sino redefinir el sentido del dilogo
platnico en el marco del engarce de tres relatos narrativos. A travs del dilogo los
personajes construyen el sentido de la triloga y afloran las contradicciones y las
imposibilidades del proyecto platnico. Otra vez aqu Platn intenta un nuevo modo de
escritura, la pica filosfica, viniendo a sealar una vez ms la necesidad de explorar
diferentes frmulas de persuasin, lo que constituye el modo constante de actuar de Platn
en toda su obra6. nicamente el dilogo es la forma de escritura que permite la autocrtica,
el descubrimiento de sus propias imposibilidades y debilidades, y Platn nos lo deja bien
claro al plantear un proyecto que no acaba.
Hay tres aspectos de la civilizacin atlante en los que Platn se recrea descriptivamente:
el sacrificio del toro, el urbanismo de la capital y el de su fuerza militar. Si bien sobre el
primero se han dado estudios ms detallados, sobre el segundo no se ha encontrado una
explicacin que inserte esa estructura ficticia en el marco de la triloga y lo incruste en el
contenido del Timeo, y del tercero no se ha hecho una reflexin sobre el sentido y la
funcin del militarismo en la evolucin de la ciudad. Qu une ese esfuerzo descriptivo?
Qu nos dice sobre el modelo de idealidad poltica? La no consideracin de estos temas
como un elemento ms del conglomerado filosfico que conforma la triloga impide
ahondar en su interpretacin. Tampoco se ha entendido que la diversidad geogrfica y
cultural de las fuentes que utiliza Platn para construir esos tres escenarios est
expresando el hecho global de su visin poltica.
En el estudio del sacrificio del toro atlante no busco nicamente el hallazgo de sus fuentes,
sino mostrar el carcter abierto, global, de los elementos rituales que lo configuran, pues
a travs de ellos se mostrar la personalidad del reysacerdote atlante, pieza esencial para
comprender dos de los componentes bsicos del rgimen poltico de la isla: el
6 En el Menxeno, imita un discurso fnebre; en Leyes construye un discurso legalista; en Banquete,
inaugura el gnero simposaco; el mito como recurso constante en multitud de dilogos El Menxeno ha
sido tomado como un precedente del relato mtico atlante. Ahora bien, el proyecto platnico conlleva una
intencin ms constructiva. El Menxeno es una representacin en clave irnica de una ideologa patriotera,
a partir de la parodia del tpico discurso fnebre por los cados en la guerra. Si en el Critias hubiera querido
citar pardicamente las Guerras Mdicas o la Guerra del Peloponeso lo habra hecho directamente como lo
hace en aquel dilogo. Pero lo que le interesa es descifrar la dinmica anmica ms que criticar unos hechos
concretos.
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Introduccin 15
personalismo y la teatralizacin (exteriorizacin)7. El rey es un actor que se vincula con
sus ciudadanos y con lo religioso a travs de la escenificacin y el ritual. Los atlantes han
abandonado la racionalidad dialctica como medio de dotarse de lo divino. El rey
escenifica su poder y se aferra a lo religioso como fundamento de su autoridad. La
filosofa desaparece de su horizonte.
Por qu Platn traz con esa minuciosidad cartogrfico-mtica el plano urbano de la
capital atlante? Cul es el eje filosfico que unifica semejante dibujo? Las
aproximaciones que se han hecho8 no son ms que meras descripciones matemticas o de
bsqueda de sus fuentes, que no indagan en la relacin que existe entre esa geometra y
lo anmico. Platn propone aqu una ejemplificacin de las relaciones entre el nmero
ideal cosmolgico y la cifra, en el sentido que debe tener la proporcin armnica en la
vida de los ciudadanos. La traslacin al plano de la estructura planetaria implica una
concepcin meramente utilitarista y materialista de cmo el sujeto puede alcanzar la
armona, no mediante la interiorizacin epistmica de la proporcionalidad matemtica,
sino mediante su conversin en clculo aritmtico
Las relaciones entre los tres Estados y sus modos de afrontar su posicin en el mundo
mtico nos introducen en el concepto de orden, de proporcin, que ha de presidir el
universo poltico-sensible. Si el Demiurgo introduce armona en el Mundo, ahora tiene
que ser el hombre el que sea capaz de generarla en su espacio ms propio y establecer un
sistema de vnculos que genere estabilidad y permanencia. Atlantes, egipcios, atenienses
y el resto de ciudades griegas buscan, cada uno a su modo, la mejor aproximacin hacia
el ideal de la Repblica. nicamente dejando que cada Estado realice su va poltica
podra llegarse a un mundo ms unificado en el ideal, mediante la voluntariedad y la
imitacin. Los atenienses han conseguido esa excelencia y ellos garantizarn la existencia
de toda la diversidad. Ellos impiden y niegan el imperialismo y, por tanto, la uniformidad
realizada por la fuerza militar masiva, desproporcionada. Si el Estado es una construccin
derivada del mundo anmico, las relaciones entre los Estados del mundo mtico deben
estar presididas por lo dialgico, que constituye la forma fundamental de cmo el alma
se construye racionalmente.
7 Vincent (1940) lo define como un sacrificio de comunin para la preparacin de una ordala
(institucin esta muy rara en Grecia). Sergent (2006) afirma que todos los elementos del sacrificio existan
en la poca de Platn, haciendo una exhaustiva relacin de los mismos, pero sin ensamblarlos con la triloga
ni el sistema platnico. 8 Friedlnder (1989), Brumbaugh (1986).
-
Introduccin 16
Precisamente dedico el ltimo captulo al anlisis del mundo militar de ambas potencias.
Mientras la bibliografa o lo elude o simplemente lo transcribe, lo importante radica en
determinar la significacin y la funcin del militarismo en la configuracin de las dos
sociedades, atlante y ateniense. En ambas el guerrero forma un todo con la constitucin
poltica, pero mientras en la primera constituye un instrumento de expansin, en la
segunda es un modo de autodefensa. En la primera se recurre a la leva, mientras en la
segunda la paidea discrimina las especializaciones que cada ciudadano debe aportar al
Estado. Ahora bien, ni Atlntida ni Atenas son sociedades militarizadas.
De acuerdo con esta perspectiva que he esbozado en sus lneas generales, el Critias
emerge como un elemento fundamental para entender el porqu de sus ltimos dilogos,
y cmo Platn en su vejez entenda cul era la funcin del filsofo y de la filosofa en la
situacin crtica que sufra la plis. En este momento histrico, dialgico y vital presenta
su propuesta con el fin de que pudiera servir como instrumento para establecer un nexo
dinmico y perdurable entre ciudadana y filosofa, la nica forma de alcanzar la idealidad
poltica.
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PRIMERA PARTE
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1, EL CRITIAS DESDE LA BIOGRAFA
PLATNICA
-
El Critias desde la biografa platnica
19
En el Critias Platn realiza tambin una mirada hacia el pasado, el suyo y el mtico,
proponiendo al mismo tiempo el cmo del futuro de los atenienses. Critias le llev a
experimentar una de las experiencias ms decepcionantes de su vida, de la que el Critias
es una ironizacin. Su dialogante y su to, ahora reinterpretados, le proveen del vnculo
entre contemporaneidad y pasado, presente y mito, entre cuyos cauces se va escribiendo
el contenido del dilogo9.
1 . - D A T A C I O N D R A M T I C A 10
En qu momento temporal se incluyen a s mismos los dialogantes? La conversacin del
Timeo se produce el da despus de que se reunieran en casa de Scrates, donde este les
habra hablado sobre la mejor organizacin poltica. Scrates, en un primer momento
(17a), hace notar que la ausencia de uno de los reunidos es debida a una enfermedad.
Inmediatamente despus (17c) solicita un resumen de lo dicho all, cuyo contenido nos
remite a lo expresado en la Repblica. Precisamente ayer tambin, despus de esa reunin
y en el camino a casa de Critias, cuando se retiraban para dormir, este le cuenta a
Hermcrates la historia de la Atlntida (20c). Cuando acaba de contarla al da siguiente,
momento en que tiene lugar el Timeo, vuelve a recordar que ayer hablaron de la
repblica y de sus hombres (25e) y cmo estuvo despus toda la noche intentando
recordar los detalles de la historia para poder narrarla mejor (26a). Al da siguiente por la
maana temprano se la refiere a Timeo y Hermcrates como ejercicio recordatorio (26c)
para poder encarar mejor el encargo de sustituir a los atenienses de la historia soloniana
por los ciudadanos de la Repblica, cosa que har en el Critias sin interrupcin e
inmediatamente despus de que Timeo refiera su discurso acerca del universo y el
hombre. Al comienzo del Critias el mismo Timeo cede la palabra a Critias (106a),
apareciendo una ltima referencia al ayer cuando se trat el tema de los guardianes
(110d).Todo transcurre en dos das. En el ayer se produce la conversacin en casa de
Scrates, el regreso a casa de Critias, momento en que este le cuenta a Timeo y
9 Salvo indicacin en contra, la traduccin del Timeo y del Critias que utilizar a lo largo del estudio es
la de Fco. Lisi para la ed. Gredos, 1992, vol. VI de las obras completas de Platn. Cuando anoto entre
parntesis el significado de la palabra griega, no pretendo rectificar la traduccin, sino completar sus
sentidos con otros tambin pertenecientes a su campo semntico. 10 Eggers (2005), pg. 30, propone 430-420 a. C., aunque afirma que pudo ser cualquier momento
despus de la muerte de Scrates; Serrano/Daz (2012), pg. XXVI, propone el 435-430 a. C., aunque
afirman que puede estar fuera de la intencionalidad platnica el fijar una fecha concreta. Brisson (1992),
pg. 72, propone el 430-425 a. C. Ahora bien, considero que buscar una fecha dramtica es una tarea que
carece de sentido. Los personajes no estn vinculados por su cronologa, sino por su simbolismo histrico
y de pensamiento.
-
El Critias desde la biografa platnica
20
Hermcrates la historia, y la reconstruccin que por la noche hace Critias a solas en su
casa11. En el hoy se produce por la maana temprano el momento en el que Critias
cuenta a Timeo y Hermcrates la historia completa que haba trabajado durante la noche,
y posteriormente el relato de Timeo, seguido del de Critias donde traslada los guardianes
filsofos a la Atenas ideal.
La cuestin que se ha planteado en la bibliografa es si efectivamente el resumen que
realiza Scrates sobre la conversacin que tuvieron en su casa en realidad hace referencia
al dilogo de la Repblica o a otra conversacin no escrita, previa al Timeo, lo que
rompera la sucesin de los dos das, no solo temporal sino significativamente. Y se
plantea por el hecho de que en dicho resumen parece no aludir a los libros centrales de la
Repblica. Por qu tena Scrates que referirse a todos y cada uno de los temas de la
Repblica necesariamente? De hecho, el lector no necesitaba esa cita erudita. El relato
por s mismo contiene todos los elementos polticos y mticos implcitos en la Repblica,
y su mensaje educador basta por s mismo sin que aadiera nada el reconocer su
procedencia textual, pues el objetivo era precisamente intentar estimular la mente no
formada filosficamente a travs de una historia que imitara los modelos del gnero pico
ledos platnicamente. La temporalidad dramtica, por tanto, encaja perfectamente en
esos dos das continuados12.
11 En la triloga Teeteto-Sofista-Poltico tambin utiliza el enlace del ayer para unirlos
temticamente. El final del primero de ellos remite al da siguiente para continuar la conversacin ya que
Scrates ha de acudir al Prtico del Rey para responder a la acusacin de Meleto (210d). El Sofista se abre,
segn habamos acordado ayer (216a), con los mismos personajes ms otro venido de Elea,
probablemente, introducido por Platn para expresar su reconocimiento a la escuela de Parmnides. El
Poltico se presenta como una continuacin sin interrupcin, un cambio de tema, pasando, simplemente, a
analizar ahora la figura del poltico y del filsofo, tal como haban acordado al comienzo del Sofista (217a).
Tejera (1996), pgs. 25-29, realiza una interpretacin literal del ayer, para demostrar su tesis de que el
Timeo no es una consecuencia de la Repblica. 12 Los que no creen que el resumen del Timeo haga referencia al dilogo de la Repblica han creado,
siguiendo a Proclo, un da intermedio. Este lo solucionaba asignndole el da 19 de Targelion al discurso
de Scrates en la Repblica y el da 20 del mismo mes para el Timeo, sin tener en cuenta que entre uno y
otro, Bendidea y Panatenea, haba varios meses de diferencia (Clay, 1997, pg. 50, n.3. Para una bibliografa
sobre el tema ver Ausland, 2000, pg. 196). T.H. Martin (1841), vol. I, pg. 1, coloca un da ms. El 19
para los hechos narrados en la Repblica, el 20 se la contara a Critias, Timeo, Hermcrates y el Ausente,
y el 21 sera el dilogo del Timeo. Friedlnder (1976), pg. 357, Tejera (1996) y Clay, op. cit., no llegan a
tanto, pero siguen sin creer que el resumen del Timeo haga referencia a la Repblica. Ryle mantiene que
hara referencia a una versin anterior a la Repblica, una proto-Repblica, con personajes diferentes y en
forma discursiva (citado en J. Vives, Timeu. Critias. Barcelona, 2000, pg.11). Cornford (1937), pg. 4-5,
con ms sensatez, afirma que todas estas especulaciones son infundadas y que el resumen no ha omitido
nada importante para el relato del Timeo-Critias. Le hubiera sido muy fcil a Platn fechar la conversacin
previa al Timeo en la Bendidea para as igualarla a la de la Repblica. La lectura literal del contenido textual
de los dilogos, una forma interpretativa que practican muchos platonistas, tiene aqu un ejemplo. En cuanto
al espacio dramtico-escnico se recrean dos ubicaciones. En la Repblica Scrates haba ido,
probablemente, a primera hora de la tarde a ver los actos religiosos en honor de la diosa Bendis. Al regresar
de nuevo a la ciudad desde el Pireo, Polemarco le aborda y le propone ir a su casa, situada en ese barrio
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El Critias desde la biografa platnica
21
La Repblica no escenifica una conversacin de diferentes personajes que intervienen
presencialmente, sino que Scrates acta de narrador, contando unos hechos que tuvieron
lugar, precisamente, en un ayer cuando baj al Pireo, junto a Glaucn, hijo de Aristn,
para hacer una plegaria a la diosa Bendis (327a). No sabemos a quin cuenta el dilogo,
pero al final del mismo, una vez ha acabado el mito de Er (621c-d), se dirige en el hoy
a un vosotros indefinido, los lectores, los ciudadanos atenienses a los que desea educar y
ofrecer su idealidad, y lo hace a travs de una conversacin que tuvo lugar en un ayer.
Al dirigirse al ciudadano ateniense no necesita un interlocutor identificable. Al afrontar
la escritura de la triloga Platn persigue un objetivo poltico ms concreto. Scrates les
repite a los cuatro personajes los contenidos de aquel dilogo en una conversacin en su
casa por razones mucho ms sencillas: desea retomar las ideas que haba escrito haca
muchos aos, desea decir que siguen vigentes, que se puede leer de nuevo aquel dilogo,
pero abrindolo a la posibilidad de su realizacin prctica. Platn quiere afirmar que su
guardin filsofo es la mejor alternativa en el contexto histrico en el que se encuentra
Grecia (la amenaza de Filipo y la 3 Guerra Sagrada ponen en cuestin el sistema mismo
de la ciudad-Estado).
2 . - D A T A C I O N B I O G R F I C A
Las ayudas ms importante para datar el dilogo provienen, por un lado, de la
comparacin de su contenido con el resto de escuelas retricas del momento que se
enfrentan a problemas similares, ofreciendo soluciones paralelas o complementarias; y,
por otro lado, del anlisis de las actividades de Platn en la vida poltica. El problema que
se planteaba a mediados del siglo IV era la bsqueda de una potencia unificadora de
Grecia, dados los diferentes fracasos hegemnicos de Esparta, Beocia y Atenas, y que al
mismo tiempo ofreciera un sistema poltico nuevo como marco posible para las nuevas
exigencias sociales del momento. Algunos optaron por propuestas tericas que miraban
hacia modelos basados en personalidades relevantes del pasado idealizadas (Soln,
Clstenes, Licurgo, Hiern, Agesilao), otros por la bsqueda de un gobernante
paradigmtico real, como Filipo, que ya se estaba ofreciendo para esa tarea. Alguno
portuario, para dialogar junto con otro grupo de invitados hasta la noche, momento en el que iran a ver la
carrera de caballos con antorchas en honor de la diosa mencionada (328a-b). Por el contrario, en el Timeo
Scrates nos dice que ese ayer haba tenido lugar en su casa y que ahora la conversacin tendr lugar en
casa de Critias (17a).
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El Critias desde la biografa platnica
22
miraba hacia la interioridad, para rescatar una memoria mtica de ciudadano ideal (Platn
pretende hacer ver que en el alma ateniense se encontraba escondido e inactivo el
guardin filsofo, dispuesto a manifestarse).
2 . 1 . - P L A T N F R E N T E A C R I T I A S
Hay en el Timeo-Critias una reflexin sobre la experiencia poltica de Platn y sobre la
figura de su pariente Critias. Hay una escritura anti-Critias y un querer decir que Critias
desaprovech una oportunidad para construir una nueva concepcin del Estado, que
degener en un rgimen personalista basado en el miedo. Y existe una necesidad de decir
toda su frustracin poltica, ya en su vejez y ante la imposibilidad de ver soluciones
ejecutivas directas (un nuevo Critias, Filipo, estaba llamando a la puerta). Esta es una
poca marcada por dos hechos que van a influir decisivamente en las ideas de Platn: el
fracaso de los Treinta Tiranos y la muerte de Scrates.
En el 404 Platn tena veintitrs aos. En ese mismo ao se produjo la llamada revolucin
oligrquica, consecuencia de la derrota ateniense en la guerra del Peloponeso. Los treinta
magistrados instalados en el poder por influencia espartana pertenecan a la faccin de
los oligarcas moderados (entre ellos, Critias, to de Platn) y llevaron a cabo una fortsima
represin contra los demcratas y contra todos los ciudadanos opuestos al rgimen. Segn
Aristteles no respetaban a ninguno de los ciudadanos, y mataban a los que sobresalan
por su hacienda, su linaje o su dignidad, para liberarse del miedo y por querer arrebatarles
sus bienes. Y en breve tiempo mataron no menos de mil quinientos13. Critias y los dems
tiranos hubieran necesitado en ese momento de herramientas filosficas, de una
interioridad que tomara como modelo conceptos tico polticos virtuosos, de una mirada
directa hacia su alma, para poder establecer un gobierno justo, por lo que Platn, ahora
en su vejez, le hace depositario de esa herramienta, en el momento de la escritura del
Critias, cuando es Filipo el que amenaza de nuevo a Atenas.
13 Const. At. 35, 3. Afianzaron su poder mediante con otras medidas: instalaron una guarnicin de
espartanos en la misma Acrpolis, con lo que Esparta pasara a controlar militarmente el rgimen;
elaboraron una lista de 3000 ciudadanos que seran los nicos que gozaran de todos los derechos polticos;
promulgaron una ley por la que cualquiera de los Treinta poda condenar a muerte o confiscar los bienes,
sin juicio previo, a cualquier ciudadano no inscrito entre los 3000; procesaron y confiscaron los bienes de
muchos metecos.
-
El Critias desde la biografa platnica
23
Muerto Scrates (399 a.C.), Platn decidi abandonar Atenas. Huir, probablemente, no
solo de una amenaza real hacia l y los dems discpulos socrticos, sino tambin guiado
por un deseo de distanciarse, de buscar nuevos lugares donde continuar la labor formativa
iniciada por su maestro y de llenar de alguna otra manera el vaco moral en el que, a su
modo de ver, se haba sumido el mundo ateniense, y tambin por la frustracin ante la
actuacin de Esparta que despus de la guerra del Peloponeso ejercer un poder desptico
en toda Grecia. Ni Esparta ni Atenas podan acoger a un hombre que haba perdido sus
races polticas, era como si le obligaran a buscar un nuevo nacimiento, una nueva
regeneracin integral de s mismo. Haba asistido a un continuo cambio de regmenes,
desde el sistema democrtico, pasando por la tirana en sus formas espartana y ateniense,
a la oligarqua, y ninguno de ellos le haba ofrecido un espacio para poder integrarse en
la vida poltica. En la triloga resumir su negacin de todo ese mundo, como si al final
de su vida cerrara (en falso, de una forma mtico-terica) el captulo inconcluso de sus
primeras experiencias polticas. El par Critias-Scrates representaba para Platn lo mejor
y lo peor de dos modelos de ciudadana.
2 . 2 . - P L A T N F R E N T E A P I T A G R I C O S Y E G I P C I O S
Las fuentes antiguas adjudican a Platn una poca fuera de Atenas (cuando debera
haberse dedicado a cumplir sus obligaciones militares), una serie de viajes muy bien
engarzados para presentar diferentes facetas de un aprendizaje que completar su
formacin filosfica, en la que se unen los tpicos del momento junto con datos
biogrficos probablemente reales. Italia y Egipto son las dos paradas que nos ayudarn a
enfocar la construccin de la triloga.
Peregrinar a Egipto constitua uno de los viajes obligados de la paidea filosfica griega14,
puesto que para los griegos posea un nivel civilizador y artstico muy superior a todo lo
conocido en la ecmene. Las fuentes que poseemos sobre el viaje arrancan con Cicern
y continan con Estrabn, D. Laercio y Olimpiodoro, todos ellos situados entre el s. II al
IV d.C., recogiendo, por tanto, tradiciones muy posteriores a su muerte y que hay que
enmarcar en el mundo helenstico y las corrientes neoplatnicas. Sostienen que estuvo en
Heliplis con Eudoxo para or las lecciones de los sacerdotes, y que ambos haban
14 Un resumen de este tipo de viaje y de la fascinacin de lo egipcio en Gmez Espelosn y Prez
Largacha (1997).
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El Critias desde la biografa platnica
24
permanecido en este pas por espacio de trece aos15 (aunque el periodo formativo
adjudicado a Platn, desde el 399 al 387, suma doce aos y Eudoxo fue a Egipto en torno
al 373)16. Cicern y Olimpiodoro insisten en que Platn fue a Egipto a estudiar y aprender
de los sacerdotes, sealando el primero que el viaje fue despus de la muerte de Scrates,
mientras que el segundo no ofrece ninguna referencia temporal. Plutarco aade que Soln
estuvo en Helipolis con Psenopis y en Sais con Sonquis, que eran los sacerdotes ms
ilustrados, y que fue este ltimo el que le narr la historia de la Atlntida segn cuenta
Platn17.
Preguntmonos ahora por Eudoxo. D. Laercio refiere que estuvo en Helipolis con un
sacerdote llamado Iconufi18, lo que parece cierto, pues en sus fragmentos menciona las
diferentes reglas de los sacerdotes de esa ciudad y otros lugares respecto al uso del vino,
informacin que no aparece en ningn otro autor. Plutarco, tambin cuenta que recibi
enseanzas de Conufis de Menfis19, ciudad sede del festival de Sed (referente necesario
para entender la renovacin monrquica atlante). Aristteles ingresar en la Academia
tempori eudoxi, lo que nos lleva a considerar la importancia de su posicin y la
influencia de sus conocimientos. Eudoxo fue un informador directo sobre Egipto, lo que
junto con otros tpicos presentes en la historiografa, hizo forjar a Platn un pas mtico
cuya funcin ser el exponente de la constatacin de la permanencia de lo humano a travs
de la historia y, por tanto, de la posibilidad de indagar en lo originario.
Despus de Egipto las fuentes indican que estuvo en Italia y que los personajes
supuestamente visitados por Platn fueron todos pitagricos: Filolao, urito, Arquitas de
15 Estrabn XVII I, 29. 16 D. Laercio aade que estuvo con Eurpides para or a los adivinos y que despus no pudo ir a Oriente,
pues se lo impidieron las guerras de Asia. Lo que tambin es falso, pues el trgico muri en el 406 en
Macedonia. 17 Plutarco, Soln XXVI, 1. 18 Digenes Laercio VIII 86-91.Teniendo en cuenta que el faran egipcio rein del 378 al 361, Merlan
(1965, pg. 99) establece que la estancia en Egipto sera del 373 al 371. Aunque esta fecha hay que
precisarla, pues una vez concluida la paz del Rey, Persia tuvo el camino expedito para atacar Egipto, cosa
que lleva a cabo Artajerjes II en el ao 373 (la primera dominacin persa de este pas haba tenido lugar del
525 al 405) con un ejrcito al mando del strapa Farnabazo y el ateniense Ifcrates enviado por Atenas
(Diodoro XV 29,4). Tras varios intentos, centrados en las ciudades de Mendes y Pelusium en el delta del
Nilo, Nectanebo I, utilizando un sistema defensivo de canales y trincheras, oblig a los invasores a retirarse.
Dado que en los aos siguientes tiene lugar la rebelin de los strapas, los persas no intentaron de nuevo la
conquista hasta Artajerjes III en el 350 que igualmente fracas (la segunda dominacin persa llegara en el
343 y durara hasta el 332). Por todo ello, la visita de Eudoxo habra que situarla en una fecha posterior al
intento de Artajerjes II, cuando las relaciones con los griegos se normalizaron. 19 Isis y Osiris 354E.
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El Critias desde la biografa platnica
25
Tarento y Timeo de Locros20. Del primero tom su cosmologa como base para el
urbanismo atlante, y el ltimo ser uno de los dialogantes de la triloga. Arquitas fue
tambin un notable matemtico y poltico que, como dice Guthrie, muy bien pudo inspirar
a Platn para su definicin de los guardianes filsofos21, y que intent utilizar el nmero
como medio de ordenacin de las relaciones proporcionadas y justas entre los ciudadanos
(cosa de la que los atlantes harn una mala imitacin). Precisamente, la fusin de poltica
y mundo sensible o poltica y mundo anmico marcar las diferencias entre las culturas o
personalidades que Platn pondr en juego en su relato pico.
2 . 3 . - P L A T N F R E N T E A L O S D I O N I S I O S
A partir de un eje imaginario que comenzara en Tirrenia (lmite mximo de conquista del
expansionismo atlante) y que se prolongara hacia el Mediterrneo nos encontraramos
con Sicilia, punto culminante de la experiencia poltica de Platn, frontera entre la
prctica y la fabulacin filosfica que marcar profundamente su biografa y le har
caminar hacia entornos mticos (Timeo-Critias-Leyes), desde el hombre que crea en lo
posible (Repblica)22, y que fracasar una y otra vez en su puesta en prctica.
Tres sern los viajes que Platn emprender a Sicilia. Y sern dos los dspotas atlantes
que se negarn a convertirse al platonismo. En el momento de su primera llegada a Sicilia
(388-387 a. C.) Dionisio I haba implantado un gobierno tirnico basado en el apoyo de
las tropas mercenarias (Carta VII, 348a)23. Siracusa recibir a un Platn que buscaba
20 Digenes Laercio III 6; Olimpiodoro 193; Cicern, Rep. I 10, 16. Filolao y Eurito (Guthrie, 1991, t.
I, sobre Filolao y Arquitas, pgs. 312319; sobre Eurito, pgs. 262-264) fueron dos filsofos pitagricos,
maestro y discpulo, que tras las revueltas contra esta escuela que se dieron en el sur de Italia en torno al
454, se establecieron en Tebas donde transmitieron sus ideas a Simmias y Cebes (Fedn 61e), ambos
presentes en la muerte de Scrates (Fedn 59e). Sobre Arquitas sabemos que fue un gran general y poltico
que se compara con Pericles. Como militar no fue derrotado nunca y como poltico favoreci la constitucin
democrtica (Guthrie, 1991, t.I, pg. 316). De las palabras de Demstenes parece deducirse que Arquitas
fue, antes de ser hombre de Estado, discpulo de Platn: Arquitas administr con tanto acierto y humanidad
la ciudad de Tarento despus de haberse convertido en seor de ella, que la memoria de su nombre se
extendi a toda la humanidad; y l que en principio era despreciado como consecuencia de haber tenido
trato con Platn en calidad de discpulo, realiz tan gran progreso (Discurso sobre el amor 46). 21 Guthrie, 1991, t.I, pg. 316. 22 Una visin general del debate sobre la cronologa absoluta, en la introduccin a la edicin de Gredos
a cargo de Conrado Eggers, pgs. 13-17. Probablemente ya hacia el 390 a. C. haba compuesto Platn
algunos libros de su Repblica (la publicacin durara hasta el 370, un poco antes de su segundo viaje a
Sicilia). Garca Romero establece ese periodo entre el 385-365 a. C. (2009, pag. 163). 23 Realiz adems una gran labor en la construccin de obras pblicas principalmente dirigidas a la
fortificacin de la ciudad, construyendo un formidable recinto amurallado cuyo extremo occidental era el
castillo de Euryalos. De la misma manera, hizo inexpugnable la isla Ortigia situada frente a la ciudad,
donde fij su residencia (semejante imagen perdurar en el Critias donde la residencia del rey y del dios
atlante ser situada en una isla central amurallada. Todo este formidable aparato militar tena como objetivo
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El Critias desde la biografa platnica
26
conocer directamente al gobernante que dominaba el mediterrneo occidental, prototipo
de mecenas y tirano, y que era aliado de Locros, una de las ciudades con fama de mejor
gobierno24. Dionisio II suceder a su padre y conocer dos viajes (367 y 361 a. C.) del
Platn que ya haba fundado la Academia y que haba creado una slida teora poltica
que quera poner en juego en un escenario poltico real. En ambos casos fracasar en su
intento de conseguir que Dionisio abdicara la tirana y viviera sin guardias25, vindose
inmerso en una lucha poltica de facciones en la que nadie quiso orle. Platn fue la
primera vctima real del atlantismo26.
Sicilia plantea interrogantes y enfrentamientos conceptuales y prcticos que tendrn un
reflejo terico en su obra: entre la filosofa del guardin y la tirana de los dionisios y, lo
que es lo mismo, entre la inteligencia y la excelencia del alma y el instinto poltico de
dominacin y poder (Atenas originaria frente a Atlntida); entre las circunstancias
coyunturales que dominan el quehacer poltico y el ideal que constituye su meta; entre las
posibilidades de educacin del hombre de Estado, ya en su madurez, y la necesidad de
que el filsofo controle la infancia de los mejores; entre el Platn teortico y el Platn
poltico.
2 . 4 . - P L A T N F R E N T E A J E N O F O N T E . F I J A C I N D E L A
E S T R U C T U R A D E L R E L A T O
Sobre el 368/66 Eudoxo se presentara en la Academia con todo el cmulo de
informaciones sobre Egipto y, concretamente, sobre la ciudad de Helipolis. Al entrar en
contacto con el mundo oriental y sus concepciones astronmico-teocrticas Platn afianza
sus conocimientos en torno al espacio urbano sobre el que dibujar su mundo atlante. Su
fundamental la expulsin de la isla de los cartagineses. Tres son las guerras que entablar con estos durante
su mandato: 397-395, 393, y 383-373. 24 Otros hablan de una invitacin de Dionisio, conocido su inters por rodearse de filsofos y sabios
(Nepote, Din II 2 y Diodoro XV 7). El mismo Platn en la Carta VII (326e) no quiere especificar la razn
hablando de un puro azar, ms parece que algn poder superior tram entonces dar principio a los sucesos
que ahora han acaecido en relacin con Din y con Siracusa. Explicacin que es ms un comentario irnico
de un hombre que escribe tras haber vivido todos los viajes a Sicilia y sus fracasos. Adems el viaje a Sicilia
le proporcionara la ocasin de admirar un fenmeno natural como era el Etna (la destruccin por fuego
es uno de los pilares sobre los que se asienta la construccin escnica del Critias). 25 Plutarco, Din XIX. 26 Tal y como seala Mas Torres (2003), pg. 202, el fracaso siciliano no se debi a la herramienta
utilizada por Platn, la filosofa, para formar un hombre ideal a partir de un tirano, sino al grado mximo
de corrupcin tica y poltica que se haba alcanzado entre los hombres, ya incurables. De esta forma, Platn
salvaba a la epistm, y abra el camino para la dxa o la ley, como mtodos de persuasin y de construccin
del gobierno justo. De hecho, el Timeo-Critias refleja este intento de recuperar el contenido de la Repblica,
por la va del lgos educador y anamnsico.
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El Critias desde la biografa platnica
27
mirada hacia el oeste, Sicilia, y hacia el este, Oriente, no le dar respuestas a sus
interrogantes, sino modelos de fracaso, modelos atlante-egipcios. Esta etapa adems
aporta la primera reflexin platnica sobre la figura del gobernante en el escenario de una
ciclicidad mtica (el dilogo el Poltico escrito entre el 367 y el 362), que junto con la
obra de Jenofonte Recuerdos de Scrates llevar a Platn a concebir el esqueleto formal
de su relato pico.
Antes de llegar a la escritura del mito cosmolgico insertado en el Poltico (268d-274e)
Platn andaba pretendiendo saber si el rey, forma unipersonal de gobierno, es un politiks,
forma simple paradigmtica de la epistm de la poltica. Buscando qu es el rey mediante
imgenes como la del pastor no haba llegado a ningn sitio, as que ahora necesitaba otro
mtodo. Cualquier experto en organizar y regir puede ser un pastor, por lo que no haba
llegado a la especificidad de lo poltico en el rey, porque este es un conductor que
maniobra a travs de su personalidad cuya consistencia y estabilidad es la que deba
transmitir a su gobernacin de los hombres. Para ejemplificar la naturaleza del rey como
conductor de hombres nos sita ante la autocausalidad o la heterocausalidad en el
movimiento del universo en dos momentos (269c y ss.): cuando el mundo es guiado por
la divinidad y cuando lo hace por s mismo27. Cuando el movimiento sigue su marcha
divina la edad consecuente es un tiempo paradisaco, mientras que cuando el universo se
retrograda se produce la degradacin, el mundo es abandonado a su propio impulso, a la
humanizacin. Lo que este mito indica es la necesidad de sustitutos. Por una parte, la
necesidad de unas tcnicas demirgicas que sustituyan los dones espontneos de la poca
de Cronos; por otra, la necesidad de un orden social que sustituya el apacentamiento
divino28. Esa prdida implica unos sustitutos que han de ser reconstruidos desde la
misma mitologizacin de la que nacen, puramente discursivos e idealmente posibles y
que solo pueden surgir desde la anmnsis. Puesto que en la actualidad no existe el pastor-
rey de los tiempos de Cronos la tarea del sustituto es imposible, pues ahora estamos en el
espacio de la historia, donde no se puede detener el proceso degenerativo impuesto por la
humanizacin. Antes de poder ejercer su elevada tchn, el sustituto debera superar esta
contradiccin que hace brotar una abismal inadecuacin entre su tchn y el objeto al que
27 Este ltimo es el momento en el que los dioses abandonan el gobierno de cada una de las regiones
del mundo que tenan asignadas, y en el que se producen cuantiosas destrucciones de los diversos seres
vivos, y del gnero humano en particular poco es, por cierto, lo que sobrevive (270c y 273a, tal cual Timeo
22c, Critias 109d). 28 Mas Torres (1995), pg. 118.
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El Critias desde la biografa platnica
28
hay que aplicarla: tarea propia de un dios, no de un ser humano29 (podra hacerlo un
ciudadano educado racionalmente?).
El mito explica que la constatacin de cmo la direccin de los hombres ha de ser
humana y no divina. El dios deja hacer al hombre y es responsabilidad de este la
ordenacin de la parte del mundo que le ha correspondido. La poltica es la suplencia
necesaria del gobierno divino en el mundo, que ha de ser imitado de la mejor manera
posible30 El hombre como pastor de hombres fracasa como tal. Para que el orden se
produzca el poltico/pastor ha de estar situado en un nivel diferente al de su rebao. Debe
ser un demiurgo (entidad intermediaria entre lo divino y lo humano) dotado del poder
creativo del politiks. Con el relato nos ha situado en la tensin constitutiva de lo
humano31, aquella que recoge su naturaleza mixta, como el hecho mismo de la libertad
y la determinacin. Humanizarse supone dotarse de mecanismos de voluntad autnomos
de lo divino, y por tanto, degenerables. Divinizarse es hacer de la racionalidad la gua
suprema de lo humano. El rey no parece que pueda resolverlo Podra hacerse mediante
la autoconciencia de nuestra interioridad derivada de un pasado mtico, reconociendo la
identidad entre la rotacin del alma y la del universo? El orden a imitar toma motivos de
una poca perdida, pero que nos abre una posibilidad: reconstruirla repensando el mito
hacia el futuro (una pica del Bien en un mundo mtico sera un buen instrumento para
esa lectura?).
El escenario timeocritiano va tomando forma, pero ser Jenofonte el que d el pistoletazo
de salida para la fijacin de su estructura. Ahora nos encontramos ante una ocasin ms
del enfrentamiento intelectual entre estos dos discpulos de Scrates. Con Jenofonte nos
situamos ante una mirada distinta del pasado y de su utilidad en el presente. O bien se
puede ficcionar ese pasado a travs de la presentacin novelada de personalidades
antiguas moralizadoras (Ciropedia), o mediante el examen de los hechos histricos ms
gloriosos que sirvan para dar soluciones a una coyuntura del hoy (Recuerdos de Scrates).
Precisamente, la triloga recoge su armazn y opone una solucin terico formativa de
esta ltima obra escrita en este momento (366-364 a.C.). Jenofonte inserta en ella una
reflexin sobre la guerra, mediante una conversacin con Pericles, hijo del famoso
29 Ibdem, pg. 122. 30 Molas (1999), pg. 124. 31 Ibdem, pg. 125.
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El Critias desde la biografa platnica
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poltico ateniense del mismo nombre, a partir del previsible e inminente enfrentamiento
entre Tebas y Atenas32. La solucin ante esta amenaza es doble: una vuelta a los modelos
del glorioso pasado de Atenas demostrado en su lucha contra los persas, unos valores de
valenta y virtud que se han perdido, y por otro lado, una propuesta estratgica concreta
basada en el uso de las tropas ligeras aprovechando las ventajas de la orografa montaosa
de la frontera con Beocia. El modelo de las dos ciudades opuestas, la vuelta a las hazaas
gloriosas del pasado, la degeneracin del presente, la guerra como el mejor escenario para
despertar la excelencia del alma son esquemas que se repetirn en la triloga platnica
como respuesta a la propuesta historicista jenofontiana. Platn comparte la necesidad de
reconstruir el pasado para poder tomarlo como modelo. Ahora bien, las hazaas reales
no pueden dar respuesta a las necesidades ticas, al todo cosmolgico-racional que es
imprescindible fijar en el alma individual para su transformacin. El objetivo no es formar
buenos ciudadanos imitadores de una historia reconstruida por una lite poltico-
intelectual, que podra darle forma de muchas maneras dependiendo de la coyuntura, sino
hallar la verdad de lo que subyace a cualquier acto humano.
2 . 5 . - E L C R I T I A S E N S U C O Y U N T U R A H I S T R I C A
Se abre el momento escribiente. El resultado de una crisis en la que lo textualizado en la
Repblica es realojada con nuevos modos: el relato inicitico y pedaggico (la triloga) y
el relato legislativo (las Leyes). El fracaso en Sicilia, el inicio de la tercera Guerra Sagrada
(356 a. C.), el afianzamiento de las posiciones de Filipo en el norte de Grecia, enmarcan
histricamente la decisin platnica de llevar a cabo el proyecto pico33. En realidad, el
32 Para un anlisis pormenorizado de esta obra de Jenofonte ver Apndice 1. 33 En el 356 a. C. Din obtendr una victoria completa sobre Dionisio. Ahora bien, segn Plutarco, su
actuacin no sigui las enseanzas de su maestro. Adopt una postura de fuerza, no intentando conciliar
las diferentes facciones en lucha, sino que mand matar a Herclides, cabecilla de la oposicin, y protegi
su mando con tropas mercenarias. Segn Plutarco, los demcratas le acusaron de querer establecer un
gobierno al modo de los lacedemonios y cretenses, un gobierno mixto de democracia y monarqua, en que
la aristocracia tuviera la principal direccin, al mismo tiempo que recurra a consejeros de la oligrquica
Corinto para que le ayudaran en el gobierno de la ciudad (Plutarco, Din LIII). Todo ello junto con su
negativa a un nuevo reparto de tierras y a demoler la ciudadela de Siracusa, provocar una fuerte reaccin
contra su gobierno que ser acusado de querer instaurar una nueva tirana (ver Pascual Gonzlez, 1997,
pgs.140-142; introduccin de las Cartas de Platn a cargo de Torres Guerra, 1993, pgs. 28-29). Mientras
tanto en Atenas se frustraba el intento de conformar una liga hegemnica. En el 357 ciudades del litoral
jonio aliadas de Atenas se sublevaron apoyadas por el strapa Mausolo. Segn Demstenes por
resentimiento, dada la actuacin desptica e imperialista de Atenas (XV 3). El resultado de esta llamada
Guerra Social fue el reconocimiento de la independencia de los Estados sublevados y la prctica
desaparicin de la liga. Al mismo tiempo tiene lugar la creciente presin del expansionismo de Filipo que
hacia el 354 convertir a Macedonia en hegemnica en el norte de Grecia. Filipo, Din, dos nuevos modos
de retorno a la tirana (Atlntidas contemporneas)? Por ltimo, la 3 Guerra Sagrada (355-346 a. C.)
estallar por un problema local en la anfictiona de Delfos (el laboreo de unas tierras sagradas del templo
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El Critias desde la biografa platnica
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plan ya vena realizndolo, pues el dilogo de las Leyes, al menos en su etapa de
documentacin y organizacin, probablemente ya lo haba iniciado mucho antes.
Antes de llegar a la Ciropedia, Jenofonte vena expresando desde otro punto de vista el
armazn al que ahora Platn dota de contenido propio. En la Repblica de los
lacedemonios (datada entre el 370-378 a. C.) contrapona el pasado del mundo de las
leyes de Licurgo al degenerado actual, en trminos muy parecidos al platnico: aquellos
despreciaban el oro, preferan vivir ellos solos en su patria con sus bienes
corrientesahora hay algunos que se pavonean de poseerlo (14, 2-3); aquellos buscaban
ser merecedores del gobierno y no queran dominar a otras ciudades, por lo que los
griegos les solicitaban que tomaran el mando contra los que pretendan ofenderlos; en
cambio, ahora muchos se llaman en auxilio unos a otros para impedirles que vuelvan a
tomar el mando (14,5) En Agesilao, una obra no escrita ms all del 36034, realiza el
encomio de un gobernante real, en el que claramente diferencia dos mundos, el de los
hechos histricos en los que particip y el de las virtudes de una naturaleza humana por
encima de cualquier otra. El Agesilao histrico y el Agesilao ideal son dos espacios
igualmente ficticios, el antes, cuando viva gloriosamente, y el ahora, cuando muerto, es
abstrado como paradigma. En Recuerdos III tomaba el mismo procedimiento,
prteros/nn, antes/ahora, que volver a retomar en Ciropedia35. Es esta una gua para
encontrar la naturaleza humana ideal, que indiscutiblemente constituye la del jefe, la del
individuo superior en todos los terrenos a cualquier otro, la del mejor dotado no solo como
hroe, sino como gobernante. Ciro representa esta personalidad. Es un brbaro, pero es
un smbolo de la futilidad que para Jenofonte tena la nacionalidad36. Ni la democracia ni
la tirana ni el imperio, desde esta perspectiva la disolucin de la filosofa del Estado
llega a su culminacin37, el despotismo ideal del individuo se sita por encima de
cualquier modo de gobierno. Ni en la plis ni en el interior de cada uno de nosotros est
el verdadero gobernante, sino en la aparicin de esa naturaleza que debe ser encumbrada
por parte de los focidios), en un conflicto que acabar extendindose a toda Grecia. Filipo se situar contra
los atenienses, que apoyaban a los focidios, y su victoria conseguir ampliar el poder macedonio en la
Grecia central. 34 Introduccin de edicin de Gredos a cargo de Orlando Guntias, pg. 57. 35 La datacin de esta ltima obra ha sido polmica, pero de entre las propuestas, en torno al 371 o al
360, me inclino por esta ltima. Una visin de conjunto de la polmica en Gera (1993), pgs. 23-25.
Considero de Jenofonte el captulo VIII 8, que es el que da sentido a la datacin. 36 Stadter (1991), pg. 11, afirma que en la Ciropedia Jenofonte construye un modelo de individuo en
un escenario histrico cercano, pero tan imaginario como el trazado por Platn. 37 Chatelet (1985), II, pg. 359.
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El Critias desde la biografa platnica
31
por todos los dems, reconocedores de su superioridad y obedecedores de su razn. Al
innatismo le sigue la educacin, y sta es un mtodo sencillo, donde no cabe ni la
dialctica ni la filosofa, sino la caza, la milicia, el deporte, la agricultura. No hay
reminiscencia, sino gentica a la que hay que modelar. No son posibles los guardianes
filsofos, una democracia de los sabios, una plis racional, ni un alma divina que busca
el lgos perfecto. Simplemente hay que aprender lo til, lo necesario para que esa
personalidad posea la moral y la habilidad del jefe, espartanamente entendido.
El punto de llegada es el siguiente. Es posible que desde el momento en que acabara de
escribir la Repblica comenzara a entender que era necesario elaborar una alternativa
educativa a Homero (lo que all llama la noble mentira), por lo que concibi la necesidad
de escribir su propia pica. En este proceso, los Recuerdos y la Ciropedia de Jenofonte
(que abarcan un periodo cronolgico del 366 al 360 a.C.) indicaran a Platn cual deba
ser la estructura formal general de esa pica. El Timeo, el Critias y el Hermcrates,
podran contestar categricamente a Jenofonte y a todos los que ponan en duda el
proyecto platnico, y lo hara desde la construccin de una explicacin de la totalidad del
mundo, desde lo cosmolgico hasta la constitucin primaria de la materia, a travs de lo
heroico. Despus de su fracaso en Sicilia (361 a.C.) y la crisis religiosa y poltica que se
abre con el filipismo y la 3 Guerra Sagrada, ampliara el proyecto con la inclusin de las
Leyes. Su pretensin consista en componer una llamada a las dos grandes Estados que en
s contenan las potencialidades polticas que era posible orientar adecuadamente para
producir la virtud y llevarlo a cabo mediante la creacin de un lgos enseante que se
desdoblara en verdad histrica (la triloga para atenienses) y en ley (en el caso de
espartanos y cretenses, a quienes van dirigidas las Leyes, aprovecha la importancia de su
mito legislativo, Licurgo, para realizar una lectura platonizada del concepto de ley)38.
Todo este proceso histrico-biogrfico concluye en la escritura del Timeo y del Critias,
en el marco del mismo proyecto que las Leyes, en un periodo de tiempo comprendido
38 Una visin general sobre el concepto de Esparta en Platn ver Mas Torres (2003), pgs. 227-238. Las
noticias de las fuentes antiguas nos refieren la vejez de Platn en el momento de escribir las Leyes, o bien
que fue Filipo de Opunte quien transcribi el dilogo, que estaba impreso en cera, despus de la muerte de
aquel (Plutarco, Isis y Osiris, 370 y ss.; D. Laercio III, 37). Platn muere en el 347, por lo que su escritura
abarcara un periodo muy extenso de su vida dada la complejidad y la cantidad de informacin que tuvo
que manejar. Tradicionalmente se ha considerado que empezara tras el fracaso de la tercera visita a Sicilia
en el 360 (Guthrie, 1992, t. V, pg. 337-338), pero otros autores elevan esa fecha hasta su vuelta del segundo
viaje (365/364), teniendo en cuenta que la labor de acopio del material y documentacin sera previa a ese
momento (Fco. Lisi, introduccin a las Leyes, 1991, pgs. 20-21).
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El Critias desde la biografa platnica
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entre el 358 y el 354 a. C., poco antes de la Carta VII, donde, como veremos, Platn alude
a su fracaso divulgador39.
Paralelamente, Iscrates segua a la caza de su gobernante ideal en una lnea semejante a
la jenofontea. Sobre la Paz (356 a. C.) es una carta que comienza con un exordio contra
los malos oradores y consejeros, tal cual el Timeo lo hace con una crtica a los sofistas.
Como Platn piensa que la causa del imperialismo griego es el ansia de riqueza, y como
l propone buscar establecer alianzas mediante tratados que deberan ser respetados y no
una poltica impositiva, de modo que tendramos a todos los hombres como aliados, no
por la fuerza, sino por conviccin, y nos acogeran no por nuestro podero en momentos
de seguridad para desertar en los de peligro, sino que se portaran con nosotros como
deben hacerlo autnticos aliados y amigos40. Y como en el Critias los dioses conducen
a los hombres por conviccin y lo atenienses son los caudillos de los dems por voluntad
de estos: en tercer lugar, si considerarais que nada es ms valioso, adems de la piedad
hacia los dioses, que gozar de buena fama entre los griegos. Porque, a quienes as se
comportan les dan voluntariamente los poderes y las hegemonas41. Asimismo, una
opinin compartida sobre el tema del mar: l nos ha llevado al desorden, ha destruido
aquella democracia [...] y es la causa de casi todos los males que tenemos...42. Haciendo
al final del dilogo una llamada a recobrar la fama de los antepasados que fueron famosos
por su virtud.
Pero el discurso isocrtico ms cercano al Critias es el Areopagtico43. Su propuesta
poltica se centra en una vuelta a la antigua democracia, la de Soln y Clstenes44, que
conlleva la recuperacin de la institucin del Arepago como mxima autoridad. Pero
Iscrates a la hora de configurar ese momento histrico paradigmtico, cuando el
39 Pradeau (1997), pg. 228, y Brisson (1992), pg. 332, lo establecen entre el 358 y el 356. Dusanic
(1982), pg. 31, en torno al 350. Taylor (1928), en torno al 360. Vidal-Naquet (2006), pg. 27, alrededor
del 355. Ver un resumido estudio sobre la polmica en torno a la cronologa del Timeo en Conrado Eggers
(2005), pgs. 18-24. Sobre los lmites del mtodo estilomtrico para datar ambos dilogos ver Tarrant
(2011). 40 VIII 21. 41 VIII 135. 42 VIII 64. 43 Los diferentes comentaristas proponen una datacin que va desde el 357 al 354 (ver Discursos II,
pg. 51, de la edicin de J. Manuel Guzmn para la ed. Gredos), el mismo espacio temporal en el que se
escribe la triloga. Cronolgicamente no podemos establecer cul de los dos se escribi primero, pero
indudablemente pertenecen a la misma corriente de pensamiento: la formacin de una una ptrios politea
ideal generada ad hoc. 44 VII 16-17
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El Critias desde la biografa platnica
33
consejo gobernaba45, lo sita fuera de un pasado real, al dotarlo de una serie de funciones
que nunca tuvo y que lo convertan en una superentidad ordenadora de toda la vida del
ciudadano en su conjunto: Nada de esto suceda bajo aquel Consejo. Pues liber a los
pobres de sus miserias mediante el trabajo y la ayuda de los ricos, a los jvenes del
desenfreno con ocupaciones y el cuidado que de ellos se tena, a los gobernantes de
ambiciones con el castigo y el no pasar por alto a los que cometan injusticias, y a los
ancianos de su desnimo con honores dados por la ciudad y con las atenciones de los
jvenes. Cmo podra existir una constitucin ms digna que sta, que tan bien se
cuidaba de todos los asuntos?46. Si a ello aadimos que sus miembros slo pudieran
formarlo los de noble nacimiento que hubieran demostrado mucha virtud y prudencia en
su vida47, nos encontramos con un grupo de gobernantes equiparables a los guardianes
filsofos de la Atenas mtica. Ante la misma situacin de crisis poltica tanto Iscrates
como Platn formulan proyectos tericos de regeneracin poltica dirigidos directamente
a la vuelta a los orgenes atenienses. Iscrates consigue la credibilidad de su relato
situndolo en el tiempo histrico de Soln-Clstenes, aunque llevndolo a su terreno
terico, al generar una ficcin en torno al Arepago. Platn persigue el mismo fin, pero
direccionando la atencin del lector hacia el mundo anmico y de ah hacia un relato
histrico olvidado.
2 . 6 P O S T S C R P T U M
Reaccion su entorno intelectual a la escritura del Timeo-Critias? En Sobre el cambio
de fortunas, del 353 a.C., Iscrates arremete contra los platnicos, queriendo distanciarse
de la solucin idealizada. Establece una diferencia entre los que buscan discursos tiles
capaces de dar soluciones a los problemas de la ciudad y aquellos que se dedican a buscar
leyes exhortando a la prudencia y la justicia, en una clara alusin, en este ltimo caso, a
Platn y su escuela48. Demstenes en su discurso Sobre las sinmoras (354 a.C.) ante la
situacin de amenaza exterior y el fracaso de la Segunda Liga ateniense para unificar los
estados griegos, suelta una andanada contra Platn y dems escuelas que se acogen a la
45 VII 51, 55 46 VII 55 47 VII 37. Encontramos otras ideas platnicas: la equiparacin del alma de la ciudad con su constitucin (14); lo
importante no son las murallas, sino el buen gobierno (13); los atenienses de esa poca fueron los ms famosos de todos
los hombres y ejecutaron muchas y bellas acciones y alcanzaron la hegemona que les dieron voluntariamente los
griegos (17); la verdadera religiosidad est en la piedad y no en la celebracin de fiestas y sacrificios lujosos (29-30,
53). 48 XV, 258 y ss. Jaeger (1990), pgs. 939-40.
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El Critias desde la biografa platnica
34
llamada ptrios politea49. El elogio de los antepasados no debe ser un mero ejercicio
retrico, sino el ofrecimiento de soluciones a travs del hacer poltico eficaz. No por ser
buenos oradores los asuntos de la ciudad marcharn mejor, lo importante es realizar
propuestas de cmo ha de prepararse todo de modo que resulte til a la ciudad y ofrezca
las mejores soluciones ante los hechos concretos50. Las soluciones realistas, la reforma
financiera que l propone, la voluntad colectiva basada en la asuncin del deber individual
para con la ciudad, es lo que realmente har dignos de sus antepasados a los atenienses,
y no las obras retricas dedicadas a unos hombres que nunca existieron y que, por tanto,
difcilmente pueden ser modelos que muevan a la accin presente.
Platn morir en el 347, en mitad de un mundo atlantizado51. Iscrates todava seguir
con su antiplatonismo, con una nueva andanada: Cuando era ms joven decid escribir
unos discursos que no fueran cuentos fabulosos ( que son
los que la mayora prefieren a los que tratan de su salvacin. Tampoco quise escribir
discursos que explicaran antiguas hazaas ( ni las guerras de los griegos,
aunque saba que estas obras se aplauden con justicia, ni aqullas que parecen
pronunciadas con sencillez pero que no tienen sutileza alguna, cuyo uso recomiendan a
los jvenes los expertos en oratoria judicial si quieren vencer a sus rivales52. Estaramos
ante una alusin a la historia de la Atlntida, hazaa antigua y fabulosa?
49 Los llamados defensores de la ptrios politea o constitucin ancestral proponan una vuelta a las
leyes de los tres legisladores, supuestos padres del rgimen ateniense, Dracn, Soln y Clstenes.
Fundamentalmente fueron las reforma solonianas, ledas desde el siglo IV, las que inspiraron esta tendencia
que reconstrua el pasado en funcin de las necesidades de su presente. De esta forma, la imagen de Soln
se transforma en la de un demcrata de tipo moderado reivindicado por los oligarcas y por todo aquel que
se situara en contra de la evolucin del rgimen democrtico despus de la Guerra del Peloponeso. Tanto
Iscrates como Platn toman este modelo de retorno a lo antepasado desde sus diferentes posiciones
ideolgicas. 50 XIV. 51 Daz Tejera (1996) expresa esta misma idea (pg. 224). 52 Panatenaico 1 (339 a. C.). Aristteles en su Sobre la Filosofa, escrita poco antes de la muerte de
Platn (ver introduccin a los Fragmentos de ed. Gredos, pgs. 258-260), afronta una serie de temas
presentes en la obra platnica y, especialmente, la idea de que la raza humana es aplastada peridicamente
por catstrofes que borran toda civilizacin, de manera que los supervivientes tienen que empezar de nuevo
a partir del nivel ms bajo. En la misma lnea afirma que se salvan los pastores y todos aquellos cuyos
quehaceres se desarrollan en las montaas o en sus laderas (Aristteles, Fragmentos 8b). Sobre esta idea
vase tambin, Met. 1074b10; Acerca del cielo 270b15-20; Poltica 1329b25-31, Meteor. 339b27-30,
Protrep. 8b.
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2, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LA
ATLNTIDA
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Sistema poltico-social de la Atlntida
36
El Timeo-Critias-Hermcrates no solo narra el enfrentamiento dualista y maniqueo de la
Atlntida contra Atenas, sino que describe un espacio humano global en el que diferentes
formas de entender el quehacer poltico y la bsqueda del mejor gobierno aparecen en
accin. En la introduccin al Critias ya nos lo anuncia Platn claramente: En su
desarrollo, la exposicin del relato mostrar singularmente en cada caso (, cada
cual, , mostrarse) lo que corresponde a los muchos pueblos brbaros (
) y a las razas helenas de entonces ( ). Pero
Platn decide establecer un orden: es necesario () exponer al principio
(, como punto de partida del relato), en primer lugar (), lo concerniente
a los atenienses de aquel entonces y a los enemigos con los que lucharon, las fuerzas de
guerra de cada uno y sus formas de organizacin poltica. De stas hay que preferir hablar
antes de las de esta ciudad (109a). Los comentaristas no han prestado atencin a este
hecho que resulta capital para entender el sentido real de la triloga. Sin situar los
diferentes modos de enfrentarse al gobierno ideal y a la accin poltica que aqu nos
presenta Platn es imposible entender el porqu y el para quin de su relato. Atendiendo
nicamente a ese dualismo reduccionista la perspectiva se simplifica y se convierte en un
instrumento moralizador cristianizado u orientalizado, fuera del espritu platnico y
helnico (en muchos estudiosos parece como si quedaran residuos de la interpretacin
tpicamente medieval del Timeo).
Nos dice que primero presentar a los personajes principales y que dejar para despus el
resto. Su intencin es ofrecer una visin global del cmo se han enfrentado diferentes
pueblos a la existencia del ideal poltico, de cmo se establece el equilibrio intercultural
en ese mundo. Hace aparecer a los pueblos brbaros y helenos, por lo que hay que
modificar la visin dualista que hasta ahora ha predominado en la bibliografa. Dos
hechos le van a impedir presentarnos el escenario completo: el no haber acabado el Critias
y el no haber comenzado el Hermcrates. En ambos dilogos aparecera el relato de la
guerra y el de los acuerdos de paz posteriores, momento en el que veramos actuar a esos
otros actores. Nos anuncia su intencin de tratarlos individualmente y con detalle durante
la narracin, de modo que los podramos ver tomar decisiones poltico-militares durante
el transcurso del enfrentamiento con la Atlntida. En el proceso de esa guerra mundial
mtica es donde ya Scrates solicitaba al comienzo del Timeo ver la accin de sus
ciudadanos ideales, pero dada la magnitud de la contienda, todos los pueblos de ese
mundo se iran retratando y definiendo sus posicionamientos pol