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TESIS DOCTORAL 2014 EL CRITIAS DE PLATÓN Un mundo mítico para una irrealizable épica del Bien. Tomás Morales Caturla Diplomado en Profesorado de EGB (Ciencias Sociales), Licenciado en Historia, Licenciado en Filosofía DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA FACULTAD DE FILOSOFÍA Director: Dr. Salvador Mas Torres

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  • TESIS DOCTORAL 2014

    EL CRITIAS DE PLATN Un mundo mtico para una irrealizable pica del Bien.

    Toms Morales Caturla Diplomado en Profesorado de EGB (Ciencias Sociales), Licenciado en Historia, Licenciado en Filosofa

    DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    FACULTAD DE FILOSOFA

    Director: Dr. Salvador Mas Torres

  • DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    FACULTAD DE FILOSOFA

    EL CRITIAS DE PLATN Un mundo mtico para una irrealizable pica del Bien.

    Toms Morales Caturla Diplomado en Profesorado de EGB (Ciencias Sociales), Licenciado en Historia, Licenciado en Filosofa

    Director: Dr. Salvador Mas Torres

  • NDICE

    INTRODUCCIN

    7

    PRIMERA PARTE

    17-179

    1, EL CRITIAS DESDE LA BIOGRAFA PLATNICA

    18-35

    1.- Datacin dramtica

    19

    2.- Datacin biogrfica

    20

    2.1.- Platn frente a Critias

    22

    2.2.- Platn frente a pitagricos y egipcios

    23

    2.3.- Platn frente a los dionisios

    25

    2.4.- Platn frente a Jenofonte. Fijacin de la estructura del relato

    26

    2.5.- El Critias en a su coyuntura histrica

    29

    2.6.- Post scrptum

    33

    2, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LA ATLNTIDA

    35-65

    1.- Definicin del sistema poltico

    37

    2.- Estadios de evolucin poltica

    47

    2.1.- Preestadio. Condicionamiento geogrfico y poblacin atlante autctona.

    47

    2.2.- Estadio I. Atlantismo ideal.

    51

    2.3.- Estadio II. Imperialismo atlante.

    53

    2.4.- Estadio III. Retorno a la naturaleza divina

    60

    3.- Estructura social

    62

    3, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LOS ESTADOS TUTELADOS POR

    ATENEA Y HEFESTO

    65-93

    1.- Definicin del sistema poltico-social de Atenas

    66

    1.1.- Realeza mtica-tradicional ateniense

    67

    1.2.- Guerreros guardianes o guardianes auxiliares

    72

    1.3.- Verdaderos agricultores y artesanos

    75

    1.4.- Atenas y el resto del mundo mtico

    78

    2.- El modelo poltico del Egipto mtico

    83

    4, TRAYECTOS DEL LGOS MTICO AL LGOS PICO

    93-134

    1.- Lgos como discurso sobre el mito ciudadano de la Repblica

    102

    2.- Lgos como discurso sobre rgon

    110

    3.- Lgos como argumento sobre praxis

    117

  • 4.- Identidad prxis/rgon

    118

    5.- Lgos verdadero sobre praxis/mito de la Repblica

    121

    6.- El relato probable sobre el devenir

    127

    7.- La pica final

    129

    5, TIEMPO CCLICO Y TIEMPO HISTRICO

    135-178

    1.- El mundo se regenera : ciclos catastrficos

    138

    2.- Cronologa y duracin del ciclo:

    144

    3.- Hacia una del alma

    150

    SEGUNDA PARTE

    179-311

    1, TRANSMISIN: ORALIDAD Y MEMORIA ESCRITURAL

    180-218

    1.- Desde la desaparicin de las dos civilizaciones paradigmticas hasta Soln

    181

    2.- De Soln a Critias el Viejo

    191

    3.- De Critias el Viejo a Critias el Tirano

    197

    4.- De Critias el Tirano a dialogantes

    198

    5.- Del dilogo platnico al lector ateniense

    211

    2, URBANISMO COSMOLGICO O COSMOS ANMICO?

    219-270

    1.- Atlntida. estructura reticular de la llanura

    220

    1.1.- Plano urbano de la capital atlante

    230

    1.1.1.- Colina primigenia

    230

    1.1.2.- Anillos circulares

    231

    1.1.3.- Muralla

    233

    1.1.4.- Urbanismo anillar

    237

    1.1.5.- Canales

    243

    1.2.- Origen y significado del urbanismo atlante

    245

    1.2.1.- Fuentes histricas

    245

    1.2.2.- Cosmologa

    252

    1.2.3.- Numerologa

    259

    1.2.4.- El significado del urbanismo atlante

    261

    2- Atenas evocada. Acrpolis y ciudad

    264

    3, SACRIFICIO DE RENOVACIN MONRQUICA

    271-298

    1.- Dioses y hombres

    272

    2.- Hefesto y Atenea en un mundo de guardianes

    283

    3.- Poseidn atlantizado

    286

  • 4.- El sacrificio atlante o la construccin del alma monrquica

    288

    4.1.- Desarrollo del ritual.

    290

    4.1.1.- Seleccin de la vctima

    290

    4.1.2.- Captura de la vctima sacrificial

    291

    4.1.3.- El escenario de celebracin

    294

    4.1.4.- Degollacin de la vctima

    294

    4.1.5.- Holocausto y Libacin

    294

    4.1.6.- Juramento

    295

    4.1.7.- Bebida y primera ofrenda

    296

    4.1.8.- Juicio colegiado nocturno y ofrenda final

    296

    4, IMPERIALISMO ATLANTE, DOMINANCIN ATENIENSE,

    PASIVIDAD EGIPCIA

    299-310

    1.- Expansin territorial atlante

    300

    2.- Dominacin ateniense

    307

    3.- Pasividad egipcia

    310

    EPLOGO: LA TRILOGA, UNIDAD Y FRACASO

    311-351

    1.- El relato soloniano y el cosmolgico: el Timeo

    312

    2.- El argumento pico: el Critias

    321

    2.1.- Cmo acaba fracasando

    328

    3.- La accin pica: el inexistente Hermcrates

    340

    4.- Las Leyes y la triloga

    342

    CONCLUSIONES

    353-363

    BIBLIOGRAFA

    364-383

    Ediciones

    364

    Traducciones y comentarios

    364

    Estudios de interpretacin de la triloga

    365

    Estudios generales

    372

    APNDICES

    384-425

    Apndice 1: Recuerdos de Scrates

    385

    Apndice 2 : los nmeros pitagricos

    390

    Apndice 3 : sacrificio del toro

    395

    Apndice 4 : ejrcitos mticos

    414

  • LISTA DE FIGURAS Y TABLAS

    Plano de la capital atlante

    227

    Proyecto atlante y poseidoniano de ubicacin de la capital atlante

    229

    Plano del subsuelo de la capital atlante

    232

    Tabla de los dioses mesopotmicos y sus smbolos

    247

    El universo segn los babilonios

    248

    Representaciones de la Torre de Babel

    251

    Plano cosmolgico de la capital atlante

    254

    Estructura del universo segn el Timeo

    256

    Tabla de la cadena de la vida segn el Timeo

    274

    Tabla de la aportacin de efectivos de los distritos atlantes

    305

    Tabla de la aportacin de efectivos de los distritos beocios

    306

    Tabla de la aportacin de efectivos comparado con Beocia

    306

    Plano de Magnesia

    348

    Representaciones de la caza del toro de Heracles

    397

    Representaciones de la caza del toro de Teseo

    398

    Tabla de los efectivos del ejrcito atlante

    421

    Tabla de los efectivos de los ejrcitos ateniense y espartano en la guerra del Peloponeso

    422

    Tabla de los efectivos del ejrcito de Ciro

    422

    Tabla de los efectivos del ejrcito de Jerjes

    422

  • INTRODUCCIN

  • Introduccin 8

    Platn despliega en un banquete de tres discursos su propuesta de recuperacin de la

    verdadera ciudadana, aquella que espera en el fondo del alma ateniense bajo la forma del

    guardin filsofo. Para su recuperacin Scrates propondr construir una pica y

    designar a sus tres relatores: Timeo de Locros iniciar el viaje persuasivo pretendiendo

    demostrar que se trata de una historia cuyo sentido viene desde el fundamento

    cosmolgico de la vida, no pudiendo resolverlo ms que mediante un entramado donde

    la literatura y el mito juegan a constituirse en probabilidades, puertas abiertas a una

    razonabilidad que se escapa constantemente; Critias intentar desplegar en la historia el

    argumento de ese relato fundacional, pero con su fracaso Hermcrates ni siquiera tendr

    oportunidad de tener su espacio, hurfano de contenidos suficientemente admisibles. La

    historia de este fracaso constituye un todo inseparable cuya comprensin intento aqu a

    travs del anlisis del Critias. La lectura unitaria de la triloga nicamente es abordable

    desde un estudio en profundidad de este dilogo que al mismo tiempo evite una

    perspectiva mediatizada por su supuesta funcin de mero relato ejemplificador del

    discurso cosmolgico, un mero prlogo para el discurso de Timeo, y por su estado

    inacabado1. Considerar ambos aspectos en su verdadera dimensin e intencionalidad nos

    permitir entender las relaciones y dependencias establecidas entre los tres dilogos y

    abrirnos a una nueva lectura2.

    El Critias nos ofrece el sentido argumental que recorre y unifica la triloga, la

    construccin de una pica del Bien, una pica tramada para educar a un nuevo ciudadano

    que pudiera afrontar la crisis de la plis, tanto desde el punto de vista social como

    religioso o poltico. No puede entenderse como una serie dependiente del Timeo, sino

    como un relato que se va dotando de sentido a partir de tres aportaciones discursivas

    interrelacionadas3.

    1 De hecho, los pocos intentos que se han propuesto no han llegado a aportar nuevos significados, sino

    ms bien a reforzar los ya existentes. Estas falsas concepciones vienen de lejos: Pocos comentaristas

    consumen mucho tiempo en la historia maravillosa de la Atlntida y un historiador de carcter general debe

    resistir con toda seguridad la tentacin de consumirlo, Guthrie, 1992 [1978], T. V., pgs. 262-263. El

    Critias no requiere una especial consideracin, Taylor, 2001 [1926], pg. 461. 2 R. Adrados (1997, pg. 38), o Welliver (1977, pg. 2), llegan a afirmar que la mayora de los autores

    se han limitado a estudiar la parte cosmolgica, despreciando la triloga como un todo, pero ellos mismos

    tampoco llegan a hacerlo. Ms recientemente, Broadie (2012, pgs 115-173) mantiene que el Timeo-Critias

    desde el principio fue planeado como un conjunto unitario (pero no incluye al Hermcrates en ese proyecto,

    del que dice que nicamente podemos adivinar su naturaleza, sin ir ms all). 3 Lo ms admitido es que el Timeo se ocupa del todo universal y el Critias es la encarnacin histrica

    efectiva de un Estado ideal. Otros lo ven ms en funcin de un punto de vista formal, como un himno,

    como un encomio a los dioses, un agon entre rapsodas (Nagy, 1992). Una de las ltimas aportaciones,

    (Regali, 2012), define el Timeo desde la retardation, un mecanismo utilizado por la pica que consiste en

    el aplazamiento de un hecho anunciado mediante la ocurrencia de otro en direccin contraria o hacia el

  • Introduccin 9

    El relato del mundo mtico presentado en el Critias no constituye un simple hecho fabular

    destinado a ejemplificar el mito de la Repblica, sino que pretende fundamentar y

    legitimar un nuevo hombre, no solo construyndole una nueva historia, sino un modelo

    del cmo hacer actual la maximidad de su ser. Se trata de un mito que descubre, recuerda,

    la existencia de un tiempo verdadero. El mito verosmil del Timeo pretendera hacer

    accesible al lgos narrativo una verdad que recorre toda la cadena de la vida desde la Idea

    a las figuras elementales que constituyen la materia. El Hermcrates nos situara en un

    mito como narracin pica, en cuanto que detalla un hecho blico, su escenificacin y el

    modo de comportarse militarmente de un guardin filsofo. De esta forma, el mito

    permite que el lgos encuentre plenamente su verdad, no lo ilustra nicamente. La ciudad

    ideal de la Repblica es calificada como un mito, pero como nos descubrir Critias (lo

    que sin saberlo haca Scrates en el momento de su escritura), era un acto de anmnsis:

    vaciaba lo que su alma contena, el mundo verdadero del ateniense. Los tres modos

    mticos que emergen en cada uno de los dilogos: el histrico, el verosmil y el heroico,

    constituyen el armazn discursivo de la triloga. Este trabajo se centra en el primero de

    ellos y hace emerger los otros dos.

    Leer el Critias supone ingresar en un concreto momento histrico de Atenas, a travs de

    la visin de un filsofo en la ltima etapa de su vida. Por ello afronto en el primer captulo

    un recorrido por la biografa de Platn con el fin de extraer todos los elementos que

    permitan fundamentar en el plano biogrfico e histrico la escritura del dilogo. Un

    dilogo no solo es un entramado discursivo agonstico, sino que tambin es el resultado

    de un recorrido biogrfico personal y una respuesta a un presente histrico poltico. El

    cruzamiento de esos mundos, individual, colectivo y dramtico, se recorre, se aprehende,

    a travs de una textualidad especfica. No se trata de aportar datos biogrficos a modo de

    introduccin para una lectura dialgica separada posterior, sino de entender que la triloga

    surge como una necesidad de la concepcin de la ciudad ideal platnica y del estado de

    esa bsqueda en un momento concreto de su trayectoria de pensamiento.

    Coyunturalmente hablando, es especialmente significativo el hecho de que este dilogo

    surja a partir de la posicin adoptada por Platn frente al resto de escuelas filosficas ante

    la situacin de crisis generada por el expansionismo de Filipo y la crisis de la plis de la

    pasado. El Timeo cumplira una funcin suspensiva de la narracin del enfrentamiento entre las dos

    potencias, con el fin de introducir un cierto grado de suspense y de expectacin (pgs. 85-86, 93), que

    recoge la idea de Nagy de que lo inacabado del Critias es intencionado para introducir un efecto de suspense

    en la triloga.

  • Introduccin 10

    segunda mitad del siglo IV. Nunca se han sealado las similitudes estructurales y de

    contenido entre los Recuerdos de Jenofonte y el Critias, y es precisamente su

    posicionamiento frente a este autor lo que acabar de definir su proyecto.

    Analizo los sistemas gubernativos y sociales de las tres culturas que centralizan el

    discurso critiano en el siguiente captulo y nos muestran la concepcin platnica de cmo

    la evolucin de lo anmico, o el modo de construir las decisiones racionales, corre paralela

    a la construccin de la constitucin poltica de una ciudad. En este sentido aporto dos

    elementos nuevos. No estamos ante una construccin dualista, sino global. Desde Vidal

    Naquet se ha establecido como una idea no cuestionada en la bibliografa moderna que el

    Critias nos presenta nicamente el enfrentamiento de dos mundos dispares, filosfica y

    polticamente. Atlntida y Atenas vendran a significar dos mbitos conceptuales en

    permanente enfrentamiento en el sistema platnico. Pero como el mismo autor citado

    reconoce4 esta idea no es ms que una actualizacin de la interpretacin que el

    neoplatnico Proclo hizo del Timeo, basada en un sistema de oposiciones muy pitagrico:

    el Uno y la Dada, lo Mismo y lo Otro, el Movimiento y el Reposo, el Lmite y lo

    Ilimitado. Una vez analizado en toda su complejidad las races histricas de cada una de

    las culturas que aparecen en el dilogo (Atenas, Atlntida, Egipto, Grecia, resto del

    mundo) es innegable el carcter mundial que pretenda dar Platn a su escenario mtico.

    Todas estas culturas deben situarse al mismo nivel, ya que ofrecen modos diferentes de

    interpretar el mensaje divino de los dioses platnicos, que no es ms que el contenido de

    la Repblica. El mensaje que cada dios ha comunicado a sus pupilos es uniforme, pues

    todos ellos pertenecen al mundo divino platnico, donde las divinidades no pueden ser

    otra cosa que buenas y transmisoras del contenido del mundo de las Ideas. Pero cada

    cultura, colectivamente, decide un modo de situarse ante ello. Los atlantes desarrollarn

    un proceso continuo de alejamiento, mientras que egipcios y atenienses permanecern

    estables y el resto de ciudades griegas desistirn de realizar un proyecto autnomo.

    El proceso de evolucin del Estado atlante se valora normalmente en funcin del paso

    hacia la degeneracin. Lo que importa en mayor medida a la bibliografa es describirla

    antes que indagarla procesualmente. Por ello he analizado el mundo atlante en funcin de

    tres estadios: el ideal, el degenerado y el de regeneracin. Este ltimo prcticamente

    inexistente para los comentaristas, ya que al poner todo el nfasis en el dualismo, olvidan

    4 2006, pg. 61.

  • Introduccin 11

    que el objetivo platnico era proporcionar mecanismos para la superacin del estadio

    degradado.

    Al analizar a continuacin el sistema poltico del territorio de influencia de Atenea-

    Hefesto se descubre que uno de los grandes ausentes de los estudios del dilogo es Egipto.

    En todos ellos aparece nicamente como el transmisor de la historia ancestral, pero no se

    analiza su participacin protagonista en el mundo mtico. Egipto constituye un elemento

    fundamental para poder entender el propsito platnico de ofrecer las diferentes vas

    posibles de acercamiento al ideal poltico. No solo ha conservado los documentos escritos

    sobre la Atenas originaria, sino que tambin ha preservado una estructura social que viene

    de aquel tiempo, lo que convierte al mundo egipcio en una realidad derivada de la

    herencia divina y, por tanto, en un modelo que debe leerse al mismo nivel que el resto de

    Estados mticos. Esta consideracin de anlisis global nos lleva a una nueva temtica: el

    sistema de equilibrio establecido entre las diferentes culturas constituyentes de ese

    mundo, que completa el sistema armnico integral. A la armona cosmolgica, le sucede

    la del individuo, la de la ciudad y la intercultural.

    Uno de los temas que ha suscitado mayor controversia es el estatuto de verdad del relato.

    Propongo analizarlo desde su objetivo final y sus trayectos a travs de su recorrido

    dialgico discursivo. Para que el mito propuesto en el Critias se convierta en un lgos

    que transforme el alma individual tiene que instalarse racionalmente, imponerse sobre

    cualquier otro, y ello nicamente puede conseguirse como discurso verdadero y

    fascinador. Qu verdad construye Platn para convencer al lector? Propone una nueva

    pica. Sustituir a Homero como fundamento bsico de la educacin ciudadana, lo que

    implica destronar todo su mundo heroico, social, poltico, religioso. Para ello necesita

    edificar una verdad, desde lo cosmolgico (Timeo) hasta lo fctico (Hermcrates), que

    no ofrezca fisuras. El Critias aportar una verdad pica renovada como mtodo

    persuasivo que llama a la autoctona, al orgullo de lo ateniense desde el armazn mtico,

    a los elementos tradicionales renovados, pues en ellos se encuentra el medio ms eficaz

    de llegar al ciudadano comn. En el anlisis del dilogo se descubrir que esa verdad no

    se encuentra tanto en la credibilidad de los personajes que la transmiten o en las pruebas

    documentales de los hechos, cuanto en la demostracin de que la anmnsis es la

    verdadera ruta hacia la razn profunda de lo ateniense, y ello solo se consigue mediante

    la facticidad y la mitologizacin que aporta la pica, debidamente transformada por el

  • Introduccin 12

    platonismo. Leerla y memorizarla supondra un autntico acto de conocimiento, leer

    directamente en el interior del alma ateniense.

    Existe una reflexin sobre el tiempo que recorre la triloga en tres horizontes diferentes:

    Timeo lo define como imagen mvil de la eternidad, Critias describe el proceso histrico,

    Hermcrates narra un acontecimiento episdico. La propuesta platnica del Critias,

    mediante la presentacin de los diferentes ciclos catastrficos y sus consecuencias en el

    devenir humano, pretende preguntar al alma ateniense sobre su propio origen y, al mismo

    tiempo, sobre sus posibilidades de futuro. Una vez demostrado que tanto el mito como el

    lgos son verdaderos y ambos pertenecen al acervo comn de la ecmene, conocer cada

    uno de los comportamientos de esas civilizaciones y su posicionamiento o

    distanciamiento con respecto al ideal nos sita ante la posibilidad de aprehenderlo,

    recuperarlo. Lo que en este captulo llamo histora psychs no es ms que un modo de

    revelar la pretensin platnica de autoindagacin en el tiempo. A Platn no le interesaba

    la historia de acuerdo con los modelos tuciddeo o herodteo, y menos homrico, sino

    que quera proponer un instrumento para ver directamente la verdadera posibilidad de ser

    del alma. Si el ateniense se autorreconoca en el Critias, la verdad del Timeo y el

    Hermcrates surgiran como una derivacin lgica.

    Una de las cuestiones que mayor nmero de teoras ha ocasionado sobre este dilogo ha

    sido su final inacabado. La novedad de mi propuesta reside, precisamente, en entenderlo

    no tanto como una insuficiencia o una privacin del relato en s, sino como la formulacin

    de una nueva pregunta: es posible ensear lo que es en s mediante un procedimiento

    divulgador? No descubre aqu Platn que la mentira noble de la Repblica es imposible

    y que la nica va es la dialgica? Porque ensear la filosofa platnica es posible, pero

    el problema es a quin. En el Menn haba pretendido demostrar que un esclavo poda

    aprenderla o recuperarla a partir de un dilogo individualizado y dirigido dialcticamente.

    Pero cuando el dialogante es una ciudad en su conjunto y los maestros su colectivo

    dirigente, Platn concluir que la tarea se hace imposible, porque su instrumento, la pica,

    es insuficiente, porque no es posible realizar el paso de la homrica a la platnica sin

    perder en el camino la esencialidad de la segunda.

    En la segunda parte del estudio pretendo descifrar todo ese sistema de referencias que

    ensambl Platn para componer el paisaje, los personajes y las culturas mticas y, en

    suma, la credibilidad del relato. El Critias es un conglomerado de elementos cuyo sentido

  • Introduccin 13

    se encuentra inserto en el conjunto de la obra platnica y cuyo mundo de referencias y

    simbolismos es amplsimo. Por ello es necesaria una descripcin pormenorizada de lo que

    realmente es ese tiempo mtico que Platn pretenda representar ante los ojos del lector5.

    Sin ese encuentro con la descripcin del escenario sera imposible entender a sus actores

    y a sus objetivos. Muchos comentaristas han pretendido encontrar una nica fuente para

    toda esa construccin escnica. Unos ven un plagio de Herdoto, otros se dirigen a la

    Guerra del Peloponeso o a las guerras Mdicas, otros acaban en el mundo minoico. Sin

    embargo, el mundo mtico est construido a partir de un conglomerado referencial. En la

    Atlntida se concentran elementos de toda la ecmene. La Atenas ideal, por el contrario,

    se cie a la plis de la Repblica. Egipto es una mixtura entre platonismo y herodotesmo.

    Es cierto que Herdoto es una de las fuentes principales, pero a ella podemos aadir

    Eudoxo, Tucdides, Jenofonte, la literatura lrica y pica, las cosmogonas tradicionales,

    la literatura de viajes, el pitagorismo, las autorreferencias. Cuando se construye un

    relato mtico, cualquier elemento que nos remita y envuelva en un mundo nuevo, pero

    verosmil, es potencialmente vlido. A estos elementos habra que aadir la propia

    experiencia de Platn (por ejemplo, sus viajes a Siracusa) y, por encima de todo, su propia

    imaginacin (para recrear, por ejemplo, un templo lujoso y desmesurado basta aadir

    adjetivos a los que l mismo poda ver en Atenas).

    Que la veracidad del relato descansa sobre el prestigio de los personajes es un tpico en

    la bibliografa sobre el dilogo. Ahora bien, si se analizan cada uno de ellos tanto en su

    presentacin platnica como en su imagen histrica, obtenemos una visin que deja al

    desnudo el fuerte componente discursivo que los define. En realidad, son una fusin entre

    ambos mundos, por lo que el componente final es un hbrido que llama tanto a lo creble

    como a lo ficcional. Timeo es un filsofo pitagrico reconvertido a la cosmologa y la

    numerologa platonizadas; Critias un tirano, que demuestra a Scrates la existencia de un

    Estado platnico; Soln un poltico modelo de eticidad y sabidura que toma el papel de

    un ingenuo presocrtico ante el sacerdote egipcio; y Hermcrates, un general vencedor

    del imperialismo ateniense durante la Guerra del Peloponeso. En esa ambivalencia entre

    platonismo e imagen colectiva, los personajes asumen las contradicciones del mismo

    relato y tambin expresan su imposibilidad.

    5 Para completar la descripcin del mundo mtico remito a mi artculo sobre el tema de la geografa

    idealizada y sus diferentes modelos en las tres culturas protagonistas (Morales, 2013).

  • Introduccin 14

    Otro de los debates que se han entablado en la bibliografa se ha centrado en determinar

    el gnero del dilogo. Por su utilizacin como fuente argumental para la utopa poltica a

    partir del Renacimiento, el primer gnero que se le adjudic fue este, y a partir de ah han

    sido innumerables. Pero lo importante en este caso no es determinar un gnero que no

    tiene sentido en el hacer y el pensar literario antiguo, sino redefinir el sentido del dilogo

    platnico en el marco del engarce de tres relatos narrativos. A travs del dilogo los

    personajes construyen el sentido de la triloga y afloran las contradicciones y las

    imposibilidades del proyecto platnico. Otra vez aqu Platn intenta un nuevo modo de

    escritura, la pica filosfica, viniendo a sealar una vez ms la necesidad de explorar

    diferentes frmulas de persuasin, lo que constituye el modo constante de actuar de Platn

    en toda su obra6. nicamente el dilogo es la forma de escritura que permite la autocrtica,

    el descubrimiento de sus propias imposibilidades y debilidades, y Platn nos lo deja bien

    claro al plantear un proyecto que no acaba.

    Hay tres aspectos de la civilizacin atlante en los que Platn se recrea descriptivamente:

    el sacrificio del toro, el urbanismo de la capital y el de su fuerza militar. Si bien sobre el

    primero se han dado estudios ms detallados, sobre el segundo no se ha encontrado una

    explicacin que inserte esa estructura ficticia en el marco de la triloga y lo incruste en el

    contenido del Timeo, y del tercero no se ha hecho una reflexin sobre el sentido y la

    funcin del militarismo en la evolucin de la ciudad. Qu une ese esfuerzo descriptivo?

    Qu nos dice sobre el modelo de idealidad poltica? La no consideracin de estos temas

    como un elemento ms del conglomerado filosfico que conforma la triloga impide

    ahondar en su interpretacin. Tampoco se ha entendido que la diversidad geogrfica y

    cultural de las fuentes que utiliza Platn para construir esos tres escenarios est

    expresando el hecho global de su visin poltica.

    En el estudio del sacrificio del toro atlante no busco nicamente el hallazgo de sus fuentes,

    sino mostrar el carcter abierto, global, de los elementos rituales que lo configuran, pues

    a travs de ellos se mostrar la personalidad del reysacerdote atlante, pieza esencial para

    comprender dos de los componentes bsicos del rgimen poltico de la isla: el

    6 En el Menxeno, imita un discurso fnebre; en Leyes construye un discurso legalista; en Banquete,

    inaugura el gnero simposaco; el mito como recurso constante en multitud de dilogos El Menxeno ha

    sido tomado como un precedente del relato mtico atlante. Ahora bien, el proyecto platnico conlleva una

    intencin ms constructiva. El Menxeno es una representacin en clave irnica de una ideologa patriotera,

    a partir de la parodia del tpico discurso fnebre por los cados en la guerra. Si en el Critias hubiera querido

    citar pardicamente las Guerras Mdicas o la Guerra del Peloponeso lo habra hecho directamente como lo

    hace en aquel dilogo. Pero lo que le interesa es descifrar la dinmica anmica ms que criticar unos hechos

    concretos.

  • Introduccin 15

    personalismo y la teatralizacin (exteriorizacin)7. El rey es un actor que se vincula con

    sus ciudadanos y con lo religioso a travs de la escenificacin y el ritual. Los atlantes han

    abandonado la racionalidad dialctica como medio de dotarse de lo divino. El rey

    escenifica su poder y se aferra a lo religioso como fundamento de su autoridad. La

    filosofa desaparece de su horizonte.

    Por qu Platn traz con esa minuciosidad cartogrfico-mtica el plano urbano de la

    capital atlante? Cul es el eje filosfico que unifica semejante dibujo? Las

    aproximaciones que se han hecho8 no son ms que meras descripciones matemticas o de

    bsqueda de sus fuentes, que no indagan en la relacin que existe entre esa geometra y

    lo anmico. Platn propone aqu una ejemplificacin de las relaciones entre el nmero

    ideal cosmolgico y la cifra, en el sentido que debe tener la proporcin armnica en la

    vida de los ciudadanos. La traslacin al plano de la estructura planetaria implica una

    concepcin meramente utilitarista y materialista de cmo el sujeto puede alcanzar la

    armona, no mediante la interiorizacin epistmica de la proporcionalidad matemtica,

    sino mediante su conversin en clculo aritmtico

    Las relaciones entre los tres Estados y sus modos de afrontar su posicin en el mundo

    mtico nos introducen en el concepto de orden, de proporcin, que ha de presidir el

    universo poltico-sensible. Si el Demiurgo introduce armona en el Mundo, ahora tiene

    que ser el hombre el que sea capaz de generarla en su espacio ms propio y establecer un

    sistema de vnculos que genere estabilidad y permanencia. Atlantes, egipcios, atenienses

    y el resto de ciudades griegas buscan, cada uno a su modo, la mejor aproximacin hacia

    el ideal de la Repblica. nicamente dejando que cada Estado realice su va poltica

    podra llegarse a un mundo ms unificado en el ideal, mediante la voluntariedad y la

    imitacin. Los atenienses han conseguido esa excelencia y ellos garantizarn la existencia

    de toda la diversidad. Ellos impiden y niegan el imperialismo y, por tanto, la uniformidad

    realizada por la fuerza militar masiva, desproporcionada. Si el Estado es una construccin

    derivada del mundo anmico, las relaciones entre los Estados del mundo mtico deben

    estar presididas por lo dialgico, que constituye la forma fundamental de cmo el alma

    se construye racionalmente.

    7 Vincent (1940) lo define como un sacrificio de comunin para la preparacin de una ordala

    (institucin esta muy rara en Grecia). Sergent (2006) afirma que todos los elementos del sacrificio existan

    en la poca de Platn, haciendo una exhaustiva relacin de los mismos, pero sin ensamblarlos con la triloga

    ni el sistema platnico. 8 Friedlnder (1989), Brumbaugh (1986).

  • Introduccin 16

    Precisamente dedico el ltimo captulo al anlisis del mundo militar de ambas potencias.

    Mientras la bibliografa o lo elude o simplemente lo transcribe, lo importante radica en

    determinar la significacin y la funcin del militarismo en la configuracin de las dos

    sociedades, atlante y ateniense. En ambas el guerrero forma un todo con la constitucin

    poltica, pero mientras en la primera constituye un instrumento de expansin, en la

    segunda es un modo de autodefensa. En la primera se recurre a la leva, mientras en la

    segunda la paidea discrimina las especializaciones que cada ciudadano debe aportar al

    Estado. Ahora bien, ni Atlntida ni Atenas son sociedades militarizadas.

    De acuerdo con esta perspectiva que he esbozado en sus lneas generales, el Critias

    emerge como un elemento fundamental para entender el porqu de sus ltimos dilogos,

    y cmo Platn en su vejez entenda cul era la funcin del filsofo y de la filosofa en la

    situacin crtica que sufra la plis. En este momento histrico, dialgico y vital presenta

    su propuesta con el fin de que pudiera servir como instrumento para establecer un nexo

    dinmico y perdurable entre ciudadana y filosofa, la nica forma de alcanzar la idealidad

    poltica.

  • PRIMERA PARTE

  • 1, EL CRITIAS DESDE LA BIOGRAFA

    PLATNICA

  • El Critias desde la biografa platnica

    19

    En el Critias Platn realiza tambin una mirada hacia el pasado, el suyo y el mtico,

    proponiendo al mismo tiempo el cmo del futuro de los atenienses. Critias le llev a

    experimentar una de las experiencias ms decepcionantes de su vida, de la que el Critias

    es una ironizacin. Su dialogante y su to, ahora reinterpretados, le proveen del vnculo

    entre contemporaneidad y pasado, presente y mito, entre cuyos cauces se va escribiendo

    el contenido del dilogo9.

    1 . - D A T A C I O N D R A M T I C A 10

    En qu momento temporal se incluyen a s mismos los dialogantes? La conversacin del

    Timeo se produce el da despus de que se reunieran en casa de Scrates, donde este les

    habra hablado sobre la mejor organizacin poltica. Scrates, en un primer momento

    (17a), hace notar que la ausencia de uno de los reunidos es debida a una enfermedad.

    Inmediatamente despus (17c) solicita un resumen de lo dicho all, cuyo contenido nos

    remite a lo expresado en la Repblica. Precisamente ayer tambin, despus de esa reunin

    y en el camino a casa de Critias, cuando se retiraban para dormir, este le cuenta a

    Hermcrates la historia de la Atlntida (20c). Cuando acaba de contarla al da siguiente,

    momento en que tiene lugar el Timeo, vuelve a recordar que ayer hablaron de la

    repblica y de sus hombres (25e) y cmo estuvo despus toda la noche intentando

    recordar los detalles de la historia para poder narrarla mejor (26a). Al da siguiente por la

    maana temprano se la refiere a Timeo y Hermcrates como ejercicio recordatorio (26c)

    para poder encarar mejor el encargo de sustituir a los atenienses de la historia soloniana

    por los ciudadanos de la Repblica, cosa que har en el Critias sin interrupcin e

    inmediatamente despus de que Timeo refiera su discurso acerca del universo y el

    hombre. Al comienzo del Critias el mismo Timeo cede la palabra a Critias (106a),

    apareciendo una ltima referencia al ayer cuando se trat el tema de los guardianes

    (110d).Todo transcurre en dos das. En el ayer se produce la conversacin en casa de

    Scrates, el regreso a casa de Critias, momento en que este le cuenta a Timeo y

    9 Salvo indicacin en contra, la traduccin del Timeo y del Critias que utilizar a lo largo del estudio es

    la de Fco. Lisi para la ed. Gredos, 1992, vol. VI de las obras completas de Platn. Cuando anoto entre

    parntesis el significado de la palabra griega, no pretendo rectificar la traduccin, sino completar sus

    sentidos con otros tambin pertenecientes a su campo semntico. 10 Eggers (2005), pg. 30, propone 430-420 a. C., aunque afirma que pudo ser cualquier momento

    despus de la muerte de Scrates; Serrano/Daz (2012), pg. XXVI, propone el 435-430 a. C., aunque

    afirman que puede estar fuera de la intencionalidad platnica el fijar una fecha concreta. Brisson (1992),

    pg. 72, propone el 430-425 a. C. Ahora bien, considero que buscar una fecha dramtica es una tarea que

    carece de sentido. Los personajes no estn vinculados por su cronologa, sino por su simbolismo histrico

    y de pensamiento.

  • El Critias desde la biografa platnica

    20

    Hermcrates la historia, y la reconstruccin que por la noche hace Critias a solas en su

    casa11. En el hoy se produce por la maana temprano el momento en el que Critias

    cuenta a Timeo y Hermcrates la historia completa que haba trabajado durante la noche,

    y posteriormente el relato de Timeo, seguido del de Critias donde traslada los guardianes

    filsofos a la Atenas ideal.

    La cuestin que se ha planteado en la bibliografa es si efectivamente el resumen que

    realiza Scrates sobre la conversacin que tuvieron en su casa en realidad hace referencia

    al dilogo de la Repblica o a otra conversacin no escrita, previa al Timeo, lo que

    rompera la sucesin de los dos das, no solo temporal sino significativamente. Y se

    plantea por el hecho de que en dicho resumen parece no aludir a los libros centrales de la

    Repblica. Por qu tena Scrates que referirse a todos y cada uno de los temas de la

    Repblica necesariamente? De hecho, el lector no necesitaba esa cita erudita. El relato

    por s mismo contiene todos los elementos polticos y mticos implcitos en la Repblica,

    y su mensaje educador basta por s mismo sin que aadiera nada el reconocer su

    procedencia textual, pues el objetivo era precisamente intentar estimular la mente no

    formada filosficamente a travs de una historia que imitara los modelos del gnero pico

    ledos platnicamente. La temporalidad dramtica, por tanto, encaja perfectamente en

    esos dos das continuados12.

    11 En la triloga Teeteto-Sofista-Poltico tambin utiliza el enlace del ayer para unirlos

    temticamente. El final del primero de ellos remite al da siguiente para continuar la conversacin ya que

    Scrates ha de acudir al Prtico del Rey para responder a la acusacin de Meleto (210d). El Sofista se abre,

    segn habamos acordado ayer (216a), con los mismos personajes ms otro venido de Elea,

    probablemente, introducido por Platn para expresar su reconocimiento a la escuela de Parmnides. El

    Poltico se presenta como una continuacin sin interrupcin, un cambio de tema, pasando, simplemente, a

    analizar ahora la figura del poltico y del filsofo, tal como haban acordado al comienzo del Sofista (217a).

    Tejera (1996), pgs. 25-29, realiza una interpretacin literal del ayer, para demostrar su tesis de que el

    Timeo no es una consecuencia de la Repblica. 12 Los que no creen que el resumen del Timeo haga referencia al dilogo de la Repblica han creado,

    siguiendo a Proclo, un da intermedio. Este lo solucionaba asignndole el da 19 de Targelion al discurso

    de Scrates en la Repblica y el da 20 del mismo mes para el Timeo, sin tener en cuenta que entre uno y

    otro, Bendidea y Panatenea, haba varios meses de diferencia (Clay, 1997, pg. 50, n.3. Para una bibliografa

    sobre el tema ver Ausland, 2000, pg. 196). T.H. Martin (1841), vol. I, pg. 1, coloca un da ms. El 19

    para los hechos narrados en la Repblica, el 20 se la contara a Critias, Timeo, Hermcrates y el Ausente,

    y el 21 sera el dilogo del Timeo. Friedlnder (1976), pg. 357, Tejera (1996) y Clay, op. cit., no llegan a

    tanto, pero siguen sin creer que el resumen del Timeo haga referencia a la Repblica. Ryle mantiene que

    hara referencia a una versin anterior a la Repblica, una proto-Repblica, con personajes diferentes y en

    forma discursiva (citado en J. Vives, Timeu. Critias. Barcelona, 2000, pg.11). Cornford (1937), pg. 4-5,

    con ms sensatez, afirma que todas estas especulaciones son infundadas y que el resumen no ha omitido

    nada importante para el relato del Timeo-Critias. Le hubiera sido muy fcil a Platn fechar la conversacin

    previa al Timeo en la Bendidea para as igualarla a la de la Repblica. La lectura literal del contenido textual

    de los dilogos, una forma interpretativa que practican muchos platonistas, tiene aqu un ejemplo. En cuanto

    al espacio dramtico-escnico se recrean dos ubicaciones. En la Repblica Scrates haba ido,

    probablemente, a primera hora de la tarde a ver los actos religiosos en honor de la diosa Bendis. Al regresar

    de nuevo a la ciudad desde el Pireo, Polemarco le aborda y le propone ir a su casa, situada en ese barrio

  • El Critias desde la biografa platnica

    21

    La Repblica no escenifica una conversacin de diferentes personajes que intervienen

    presencialmente, sino que Scrates acta de narrador, contando unos hechos que tuvieron

    lugar, precisamente, en un ayer cuando baj al Pireo, junto a Glaucn, hijo de Aristn,

    para hacer una plegaria a la diosa Bendis (327a). No sabemos a quin cuenta el dilogo,

    pero al final del mismo, una vez ha acabado el mito de Er (621c-d), se dirige en el hoy

    a un vosotros indefinido, los lectores, los ciudadanos atenienses a los que desea educar y

    ofrecer su idealidad, y lo hace a travs de una conversacin que tuvo lugar en un ayer.

    Al dirigirse al ciudadano ateniense no necesita un interlocutor identificable. Al afrontar

    la escritura de la triloga Platn persigue un objetivo poltico ms concreto. Scrates les

    repite a los cuatro personajes los contenidos de aquel dilogo en una conversacin en su

    casa por razones mucho ms sencillas: desea retomar las ideas que haba escrito haca

    muchos aos, desea decir que siguen vigentes, que se puede leer de nuevo aquel dilogo,

    pero abrindolo a la posibilidad de su realizacin prctica. Platn quiere afirmar que su

    guardin filsofo es la mejor alternativa en el contexto histrico en el que se encuentra

    Grecia (la amenaza de Filipo y la 3 Guerra Sagrada ponen en cuestin el sistema mismo

    de la ciudad-Estado).

    2 . - D A T A C I O N B I O G R F I C A

    Las ayudas ms importante para datar el dilogo provienen, por un lado, de la

    comparacin de su contenido con el resto de escuelas retricas del momento que se

    enfrentan a problemas similares, ofreciendo soluciones paralelas o complementarias; y,

    por otro lado, del anlisis de las actividades de Platn en la vida poltica. El problema que

    se planteaba a mediados del siglo IV era la bsqueda de una potencia unificadora de

    Grecia, dados los diferentes fracasos hegemnicos de Esparta, Beocia y Atenas, y que al

    mismo tiempo ofreciera un sistema poltico nuevo como marco posible para las nuevas

    exigencias sociales del momento. Algunos optaron por propuestas tericas que miraban

    hacia modelos basados en personalidades relevantes del pasado idealizadas (Soln,

    Clstenes, Licurgo, Hiern, Agesilao), otros por la bsqueda de un gobernante

    paradigmtico real, como Filipo, que ya se estaba ofreciendo para esa tarea. Alguno

    portuario, para dialogar junto con otro grupo de invitados hasta la noche, momento en el que iran a ver la

    carrera de caballos con antorchas en honor de la diosa mencionada (328a-b). Por el contrario, en el Timeo

    Scrates nos dice que ese ayer haba tenido lugar en su casa y que ahora la conversacin tendr lugar en

    casa de Critias (17a).

  • El Critias desde la biografa platnica

    22

    miraba hacia la interioridad, para rescatar una memoria mtica de ciudadano ideal (Platn

    pretende hacer ver que en el alma ateniense se encontraba escondido e inactivo el

    guardin filsofo, dispuesto a manifestarse).

    2 . 1 . - P L A T N F R E N T E A C R I T I A S

    Hay en el Timeo-Critias una reflexin sobre la experiencia poltica de Platn y sobre la

    figura de su pariente Critias. Hay una escritura anti-Critias y un querer decir que Critias

    desaprovech una oportunidad para construir una nueva concepcin del Estado, que

    degener en un rgimen personalista basado en el miedo. Y existe una necesidad de decir

    toda su frustracin poltica, ya en su vejez y ante la imposibilidad de ver soluciones

    ejecutivas directas (un nuevo Critias, Filipo, estaba llamando a la puerta). Esta es una

    poca marcada por dos hechos que van a influir decisivamente en las ideas de Platn: el

    fracaso de los Treinta Tiranos y la muerte de Scrates.

    En el 404 Platn tena veintitrs aos. En ese mismo ao se produjo la llamada revolucin

    oligrquica, consecuencia de la derrota ateniense en la guerra del Peloponeso. Los treinta

    magistrados instalados en el poder por influencia espartana pertenecan a la faccin de

    los oligarcas moderados (entre ellos, Critias, to de Platn) y llevaron a cabo una fortsima

    represin contra los demcratas y contra todos los ciudadanos opuestos al rgimen. Segn

    Aristteles no respetaban a ninguno de los ciudadanos, y mataban a los que sobresalan

    por su hacienda, su linaje o su dignidad, para liberarse del miedo y por querer arrebatarles

    sus bienes. Y en breve tiempo mataron no menos de mil quinientos13. Critias y los dems

    tiranos hubieran necesitado en ese momento de herramientas filosficas, de una

    interioridad que tomara como modelo conceptos tico polticos virtuosos, de una mirada

    directa hacia su alma, para poder establecer un gobierno justo, por lo que Platn, ahora

    en su vejez, le hace depositario de esa herramienta, en el momento de la escritura del

    Critias, cuando es Filipo el que amenaza de nuevo a Atenas.

    13 Const. At. 35, 3. Afianzaron su poder mediante con otras medidas: instalaron una guarnicin de

    espartanos en la misma Acrpolis, con lo que Esparta pasara a controlar militarmente el rgimen;

    elaboraron una lista de 3000 ciudadanos que seran los nicos que gozaran de todos los derechos polticos;

    promulgaron una ley por la que cualquiera de los Treinta poda condenar a muerte o confiscar los bienes,

    sin juicio previo, a cualquier ciudadano no inscrito entre los 3000; procesaron y confiscaron los bienes de

    muchos metecos.

  • El Critias desde la biografa platnica

    23

    Muerto Scrates (399 a.C.), Platn decidi abandonar Atenas. Huir, probablemente, no

    solo de una amenaza real hacia l y los dems discpulos socrticos, sino tambin guiado

    por un deseo de distanciarse, de buscar nuevos lugares donde continuar la labor formativa

    iniciada por su maestro y de llenar de alguna otra manera el vaco moral en el que, a su

    modo de ver, se haba sumido el mundo ateniense, y tambin por la frustracin ante la

    actuacin de Esparta que despus de la guerra del Peloponeso ejercer un poder desptico

    en toda Grecia. Ni Esparta ni Atenas podan acoger a un hombre que haba perdido sus

    races polticas, era como si le obligaran a buscar un nuevo nacimiento, una nueva

    regeneracin integral de s mismo. Haba asistido a un continuo cambio de regmenes,

    desde el sistema democrtico, pasando por la tirana en sus formas espartana y ateniense,

    a la oligarqua, y ninguno de ellos le haba ofrecido un espacio para poder integrarse en

    la vida poltica. En la triloga resumir su negacin de todo ese mundo, como si al final

    de su vida cerrara (en falso, de una forma mtico-terica) el captulo inconcluso de sus

    primeras experiencias polticas. El par Critias-Scrates representaba para Platn lo mejor

    y lo peor de dos modelos de ciudadana.

    2 . 2 . - P L A T N F R E N T E A P I T A G R I C O S Y E G I P C I O S

    Las fuentes antiguas adjudican a Platn una poca fuera de Atenas (cuando debera

    haberse dedicado a cumplir sus obligaciones militares), una serie de viajes muy bien

    engarzados para presentar diferentes facetas de un aprendizaje que completar su

    formacin filosfica, en la que se unen los tpicos del momento junto con datos

    biogrficos probablemente reales. Italia y Egipto son las dos paradas que nos ayudarn a

    enfocar la construccin de la triloga.

    Peregrinar a Egipto constitua uno de los viajes obligados de la paidea filosfica griega14,

    puesto que para los griegos posea un nivel civilizador y artstico muy superior a todo lo

    conocido en la ecmene. Las fuentes que poseemos sobre el viaje arrancan con Cicern

    y continan con Estrabn, D. Laercio y Olimpiodoro, todos ellos situados entre el s. II al

    IV d.C., recogiendo, por tanto, tradiciones muy posteriores a su muerte y que hay que

    enmarcar en el mundo helenstico y las corrientes neoplatnicas. Sostienen que estuvo en

    Heliplis con Eudoxo para or las lecciones de los sacerdotes, y que ambos haban

    14 Un resumen de este tipo de viaje y de la fascinacin de lo egipcio en Gmez Espelosn y Prez

    Largacha (1997).

  • El Critias desde la biografa platnica

    24

    permanecido en este pas por espacio de trece aos15 (aunque el periodo formativo

    adjudicado a Platn, desde el 399 al 387, suma doce aos y Eudoxo fue a Egipto en torno

    al 373)16. Cicern y Olimpiodoro insisten en que Platn fue a Egipto a estudiar y aprender

    de los sacerdotes, sealando el primero que el viaje fue despus de la muerte de Scrates,

    mientras que el segundo no ofrece ninguna referencia temporal. Plutarco aade que Soln

    estuvo en Helipolis con Psenopis y en Sais con Sonquis, que eran los sacerdotes ms

    ilustrados, y que fue este ltimo el que le narr la historia de la Atlntida segn cuenta

    Platn17.

    Preguntmonos ahora por Eudoxo. D. Laercio refiere que estuvo en Helipolis con un

    sacerdote llamado Iconufi18, lo que parece cierto, pues en sus fragmentos menciona las

    diferentes reglas de los sacerdotes de esa ciudad y otros lugares respecto al uso del vino,

    informacin que no aparece en ningn otro autor. Plutarco, tambin cuenta que recibi

    enseanzas de Conufis de Menfis19, ciudad sede del festival de Sed (referente necesario

    para entender la renovacin monrquica atlante). Aristteles ingresar en la Academia

    tempori eudoxi, lo que nos lleva a considerar la importancia de su posicin y la

    influencia de sus conocimientos. Eudoxo fue un informador directo sobre Egipto, lo que

    junto con otros tpicos presentes en la historiografa, hizo forjar a Platn un pas mtico

    cuya funcin ser el exponente de la constatacin de la permanencia de lo humano a travs

    de la historia y, por tanto, de la posibilidad de indagar en lo originario.

    Despus de Egipto las fuentes indican que estuvo en Italia y que los personajes

    supuestamente visitados por Platn fueron todos pitagricos: Filolao, urito, Arquitas de

    15 Estrabn XVII I, 29. 16 D. Laercio aade que estuvo con Eurpides para or a los adivinos y que despus no pudo ir a Oriente,

    pues se lo impidieron las guerras de Asia. Lo que tambin es falso, pues el trgico muri en el 406 en

    Macedonia. 17 Plutarco, Soln XXVI, 1. 18 Digenes Laercio VIII 86-91.Teniendo en cuenta que el faran egipcio rein del 378 al 361, Merlan

    (1965, pg. 99) establece que la estancia en Egipto sera del 373 al 371. Aunque esta fecha hay que

    precisarla, pues una vez concluida la paz del Rey, Persia tuvo el camino expedito para atacar Egipto, cosa

    que lleva a cabo Artajerjes II en el ao 373 (la primera dominacin persa de este pas haba tenido lugar del

    525 al 405) con un ejrcito al mando del strapa Farnabazo y el ateniense Ifcrates enviado por Atenas

    (Diodoro XV 29,4). Tras varios intentos, centrados en las ciudades de Mendes y Pelusium en el delta del

    Nilo, Nectanebo I, utilizando un sistema defensivo de canales y trincheras, oblig a los invasores a retirarse.

    Dado que en los aos siguientes tiene lugar la rebelin de los strapas, los persas no intentaron de nuevo la

    conquista hasta Artajerjes III en el 350 que igualmente fracas (la segunda dominacin persa llegara en el

    343 y durara hasta el 332). Por todo ello, la visita de Eudoxo habra que situarla en una fecha posterior al

    intento de Artajerjes II, cuando las relaciones con los griegos se normalizaron. 19 Isis y Osiris 354E.

  • El Critias desde la biografa platnica

    25

    Tarento y Timeo de Locros20. Del primero tom su cosmologa como base para el

    urbanismo atlante, y el ltimo ser uno de los dialogantes de la triloga. Arquitas fue

    tambin un notable matemtico y poltico que, como dice Guthrie, muy bien pudo inspirar

    a Platn para su definicin de los guardianes filsofos21, y que intent utilizar el nmero

    como medio de ordenacin de las relaciones proporcionadas y justas entre los ciudadanos

    (cosa de la que los atlantes harn una mala imitacin). Precisamente, la fusin de poltica

    y mundo sensible o poltica y mundo anmico marcar las diferencias entre las culturas o

    personalidades que Platn pondr en juego en su relato pico.

    2 . 3 . - P L A T N F R E N T E A L O S D I O N I S I O S

    A partir de un eje imaginario que comenzara en Tirrenia (lmite mximo de conquista del

    expansionismo atlante) y que se prolongara hacia el Mediterrneo nos encontraramos

    con Sicilia, punto culminante de la experiencia poltica de Platn, frontera entre la

    prctica y la fabulacin filosfica que marcar profundamente su biografa y le har

    caminar hacia entornos mticos (Timeo-Critias-Leyes), desde el hombre que crea en lo

    posible (Repblica)22, y que fracasar una y otra vez en su puesta en prctica.

    Tres sern los viajes que Platn emprender a Sicilia. Y sern dos los dspotas atlantes

    que se negarn a convertirse al platonismo. En el momento de su primera llegada a Sicilia

    (388-387 a. C.) Dionisio I haba implantado un gobierno tirnico basado en el apoyo de

    las tropas mercenarias (Carta VII, 348a)23. Siracusa recibir a un Platn que buscaba

    20 Digenes Laercio III 6; Olimpiodoro 193; Cicern, Rep. I 10, 16. Filolao y Eurito (Guthrie, 1991, t.

    I, sobre Filolao y Arquitas, pgs. 312319; sobre Eurito, pgs. 262-264) fueron dos filsofos pitagricos,

    maestro y discpulo, que tras las revueltas contra esta escuela que se dieron en el sur de Italia en torno al

    454, se establecieron en Tebas donde transmitieron sus ideas a Simmias y Cebes (Fedn 61e), ambos

    presentes en la muerte de Scrates (Fedn 59e). Sobre Arquitas sabemos que fue un gran general y poltico

    que se compara con Pericles. Como militar no fue derrotado nunca y como poltico favoreci la constitucin

    democrtica (Guthrie, 1991, t.I, pg. 316). De las palabras de Demstenes parece deducirse que Arquitas

    fue, antes de ser hombre de Estado, discpulo de Platn: Arquitas administr con tanto acierto y humanidad

    la ciudad de Tarento despus de haberse convertido en seor de ella, que la memoria de su nombre se

    extendi a toda la humanidad; y l que en principio era despreciado como consecuencia de haber tenido

    trato con Platn en calidad de discpulo, realiz tan gran progreso (Discurso sobre el amor 46). 21 Guthrie, 1991, t.I, pg. 316. 22 Una visin general del debate sobre la cronologa absoluta, en la introduccin a la edicin de Gredos

    a cargo de Conrado Eggers, pgs. 13-17. Probablemente ya hacia el 390 a. C. haba compuesto Platn

    algunos libros de su Repblica (la publicacin durara hasta el 370, un poco antes de su segundo viaje a

    Sicilia). Garca Romero establece ese periodo entre el 385-365 a. C. (2009, pag. 163). 23 Realiz adems una gran labor en la construccin de obras pblicas principalmente dirigidas a la

    fortificacin de la ciudad, construyendo un formidable recinto amurallado cuyo extremo occidental era el

    castillo de Euryalos. De la misma manera, hizo inexpugnable la isla Ortigia situada frente a la ciudad,

    donde fij su residencia (semejante imagen perdurar en el Critias donde la residencia del rey y del dios

    atlante ser situada en una isla central amurallada. Todo este formidable aparato militar tena como objetivo

  • El Critias desde la biografa platnica

    26

    conocer directamente al gobernante que dominaba el mediterrneo occidental, prototipo

    de mecenas y tirano, y que era aliado de Locros, una de las ciudades con fama de mejor

    gobierno24. Dionisio II suceder a su padre y conocer dos viajes (367 y 361 a. C.) del

    Platn que ya haba fundado la Academia y que haba creado una slida teora poltica

    que quera poner en juego en un escenario poltico real. En ambos casos fracasar en su

    intento de conseguir que Dionisio abdicara la tirana y viviera sin guardias25, vindose

    inmerso en una lucha poltica de facciones en la que nadie quiso orle. Platn fue la

    primera vctima real del atlantismo26.

    Sicilia plantea interrogantes y enfrentamientos conceptuales y prcticos que tendrn un

    reflejo terico en su obra: entre la filosofa del guardin y la tirana de los dionisios y, lo

    que es lo mismo, entre la inteligencia y la excelencia del alma y el instinto poltico de

    dominacin y poder (Atenas originaria frente a Atlntida); entre las circunstancias

    coyunturales que dominan el quehacer poltico y el ideal que constituye su meta; entre las

    posibilidades de educacin del hombre de Estado, ya en su madurez, y la necesidad de

    que el filsofo controle la infancia de los mejores; entre el Platn teortico y el Platn

    poltico.

    2 . 4 . - P L A T N F R E N T E A J E N O F O N T E . F I J A C I N D E L A

    E S T R U C T U R A D E L R E L A T O

    Sobre el 368/66 Eudoxo se presentara en la Academia con todo el cmulo de

    informaciones sobre Egipto y, concretamente, sobre la ciudad de Helipolis. Al entrar en

    contacto con el mundo oriental y sus concepciones astronmico-teocrticas Platn afianza

    sus conocimientos en torno al espacio urbano sobre el que dibujar su mundo atlante. Su

    fundamental la expulsin de la isla de los cartagineses. Tres son las guerras que entablar con estos durante

    su mandato: 397-395, 393, y 383-373. 24 Otros hablan de una invitacin de Dionisio, conocido su inters por rodearse de filsofos y sabios

    (Nepote, Din II 2 y Diodoro XV 7). El mismo Platn en la Carta VII (326e) no quiere especificar la razn

    hablando de un puro azar, ms parece que algn poder superior tram entonces dar principio a los sucesos

    que ahora han acaecido en relacin con Din y con Siracusa. Explicacin que es ms un comentario irnico

    de un hombre que escribe tras haber vivido todos los viajes a Sicilia y sus fracasos. Adems el viaje a Sicilia

    le proporcionara la ocasin de admirar un fenmeno natural como era el Etna (la destruccin por fuego

    es uno de los pilares sobre los que se asienta la construccin escnica del Critias). 25 Plutarco, Din XIX. 26 Tal y como seala Mas Torres (2003), pg. 202, el fracaso siciliano no se debi a la herramienta

    utilizada por Platn, la filosofa, para formar un hombre ideal a partir de un tirano, sino al grado mximo

    de corrupcin tica y poltica que se haba alcanzado entre los hombres, ya incurables. De esta forma, Platn

    salvaba a la epistm, y abra el camino para la dxa o la ley, como mtodos de persuasin y de construccin

    del gobierno justo. De hecho, el Timeo-Critias refleja este intento de recuperar el contenido de la Repblica,

    por la va del lgos educador y anamnsico.

  • El Critias desde la biografa platnica

    27

    mirada hacia el oeste, Sicilia, y hacia el este, Oriente, no le dar respuestas a sus

    interrogantes, sino modelos de fracaso, modelos atlante-egipcios. Esta etapa adems

    aporta la primera reflexin platnica sobre la figura del gobernante en el escenario de una

    ciclicidad mtica (el dilogo el Poltico escrito entre el 367 y el 362), que junto con la

    obra de Jenofonte Recuerdos de Scrates llevar a Platn a concebir el esqueleto formal

    de su relato pico.

    Antes de llegar a la escritura del mito cosmolgico insertado en el Poltico (268d-274e)

    Platn andaba pretendiendo saber si el rey, forma unipersonal de gobierno, es un politiks,

    forma simple paradigmtica de la epistm de la poltica. Buscando qu es el rey mediante

    imgenes como la del pastor no haba llegado a ningn sitio, as que ahora necesitaba otro

    mtodo. Cualquier experto en organizar y regir puede ser un pastor, por lo que no haba

    llegado a la especificidad de lo poltico en el rey, porque este es un conductor que

    maniobra a travs de su personalidad cuya consistencia y estabilidad es la que deba

    transmitir a su gobernacin de los hombres. Para ejemplificar la naturaleza del rey como

    conductor de hombres nos sita ante la autocausalidad o la heterocausalidad en el

    movimiento del universo en dos momentos (269c y ss.): cuando el mundo es guiado por

    la divinidad y cuando lo hace por s mismo27. Cuando el movimiento sigue su marcha

    divina la edad consecuente es un tiempo paradisaco, mientras que cuando el universo se

    retrograda se produce la degradacin, el mundo es abandonado a su propio impulso, a la

    humanizacin. Lo que este mito indica es la necesidad de sustitutos. Por una parte, la

    necesidad de unas tcnicas demirgicas que sustituyan los dones espontneos de la poca

    de Cronos; por otra, la necesidad de un orden social que sustituya el apacentamiento

    divino28. Esa prdida implica unos sustitutos que han de ser reconstruidos desde la

    misma mitologizacin de la que nacen, puramente discursivos e idealmente posibles y

    que solo pueden surgir desde la anmnsis. Puesto que en la actualidad no existe el pastor-

    rey de los tiempos de Cronos la tarea del sustituto es imposible, pues ahora estamos en el

    espacio de la historia, donde no se puede detener el proceso degenerativo impuesto por la

    humanizacin. Antes de poder ejercer su elevada tchn, el sustituto debera superar esta

    contradiccin que hace brotar una abismal inadecuacin entre su tchn y el objeto al que

    27 Este ltimo es el momento en el que los dioses abandonan el gobierno de cada una de las regiones

    del mundo que tenan asignadas, y en el que se producen cuantiosas destrucciones de los diversos seres

    vivos, y del gnero humano en particular poco es, por cierto, lo que sobrevive (270c y 273a, tal cual Timeo

    22c, Critias 109d). 28 Mas Torres (1995), pg. 118.

  • El Critias desde la biografa platnica

    28

    hay que aplicarla: tarea propia de un dios, no de un ser humano29 (podra hacerlo un

    ciudadano educado racionalmente?).

    El mito explica que la constatacin de cmo la direccin de los hombres ha de ser

    humana y no divina. El dios deja hacer al hombre y es responsabilidad de este la

    ordenacin de la parte del mundo que le ha correspondido. La poltica es la suplencia

    necesaria del gobierno divino en el mundo, que ha de ser imitado de la mejor manera

    posible30 El hombre como pastor de hombres fracasa como tal. Para que el orden se

    produzca el poltico/pastor ha de estar situado en un nivel diferente al de su rebao. Debe

    ser un demiurgo (entidad intermediaria entre lo divino y lo humano) dotado del poder

    creativo del politiks. Con el relato nos ha situado en la tensin constitutiva de lo

    humano31, aquella que recoge su naturaleza mixta, como el hecho mismo de la libertad

    y la determinacin. Humanizarse supone dotarse de mecanismos de voluntad autnomos

    de lo divino, y por tanto, degenerables. Divinizarse es hacer de la racionalidad la gua

    suprema de lo humano. El rey no parece que pueda resolverlo Podra hacerse mediante

    la autoconciencia de nuestra interioridad derivada de un pasado mtico, reconociendo la

    identidad entre la rotacin del alma y la del universo? El orden a imitar toma motivos de

    una poca perdida, pero que nos abre una posibilidad: reconstruirla repensando el mito

    hacia el futuro (una pica del Bien en un mundo mtico sera un buen instrumento para

    esa lectura?).

    El escenario timeocritiano va tomando forma, pero ser Jenofonte el que d el pistoletazo

    de salida para la fijacin de su estructura. Ahora nos encontramos ante una ocasin ms

    del enfrentamiento intelectual entre estos dos discpulos de Scrates. Con Jenofonte nos

    situamos ante una mirada distinta del pasado y de su utilidad en el presente. O bien se

    puede ficcionar ese pasado a travs de la presentacin novelada de personalidades

    antiguas moralizadoras (Ciropedia), o mediante el examen de los hechos histricos ms

    gloriosos que sirvan para dar soluciones a una coyuntura del hoy (Recuerdos de Scrates).

    Precisamente, la triloga recoge su armazn y opone una solucin terico formativa de

    esta ltima obra escrita en este momento (366-364 a.C.). Jenofonte inserta en ella una

    reflexin sobre la guerra, mediante una conversacin con Pericles, hijo del famoso

    29 Ibdem, pg. 122. 30 Molas (1999), pg. 124. 31 Ibdem, pg. 125.

  • El Critias desde la biografa platnica

    29

    poltico ateniense del mismo nombre, a partir del previsible e inminente enfrentamiento

    entre Tebas y Atenas32. La solucin ante esta amenaza es doble: una vuelta a los modelos

    del glorioso pasado de Atenas demostrado en su lucha contra los persas, unos valores de

    valenta y virtud que se han perdido, y por otro lado, una propuesta estratgica concreta

    basada en el uso de las tropas ligeras aprovechando las ventajas de la orografa montaosa

    de la frontera con Beocia. El modelo de las dos ciudades opuestas, la vuelta a las hazaas

    gloriosas del pasado, la degeneracin del presente, la guerra como el mejor escenario para

    despertar la excelencia del alma son esquemas que se repetirn en la triloga platnica

    como respuesta a la propuesta historicista jenofontiana. Platn comparte la necesidad de

    reconstruir el pasado para poder tomarlo como modelo. Ahora bien, las hazaas reales

    no pueden dar respuesta a las necesidades ticas, al todo cosmolgico-racional que es

    imprescindible fijar en el alma individual para su transformacin. El objetivo no es formar

    buenos ciudadanos imitadores de una historia reconstruida por una lite poltico-

    intelectual, que podra darle forma de muchas maneras dependiendo de la coyuntura, sino

    hallar la verdad de lo que subyace a cualquier acto humano.

    2 . 5 . - E L C R I T I A S E N S U C O Y U N T U R A H I S T R I C A

    Se abre el momento escribiente. El resultado de una crisis en la que lo textualizado en la

    Repblica es realojada con nuevos modos: el relato inicitico y pedaggico (la triloga) y

    el relato legislativo (las Leyes). El fracaso en Sicilia, el inicio de la tercera Guerra Sagrada

    (356 a. C.), el afianzamiento de las posiciones de Filipo en el norte de Grecia, enmarcan

    histricamente la decisin platnica de llevar a cabo el proyecto pico33. En realidad, el

    32 Para un anlisis pormenorizado de esta obra de Jenofonte ver Apndice 1. 33 En el 356 a. C. Din obtendr una victoria completa sobre Dionisio. Ahora bien, segn Plutarco, su

    actuacin no sigui las enseanzas de su maestro. Adopt una postura de fuerza, no intentando conciliar

    las diferentes facciones en lucha, sino que mand matar a Herclides, cabecilla de la oposicin, y protegi

    su mando con tropas mercenarias. Segn Plutarco, los demcratas le acusaron de querer establecer un

    gobierno al modo de los lacedemonios y cretenses, un gobierno mixto de democracia y monarqua, en que

    la aristocracia tuviera la principal direccin, al mismo tiempo que recurra a consejeros de la oligrquica

    Corinto para que le ayudaran en el gobierno de la ciudad (Plutarco, Din LIII). Todo ello junto con su

    negativa a un nuevo reparto de tierras y a demoler la ciudadela de Siracusa, provocar una fuerte reaccin

    contra su gobierno que ser acusado de querer instaurar una nueva tirana (ver Pascual Gonzlez, 1997,

    pgs.140-142; introduccin de las Cartas de Platn a cargo de Torres Guerra, 1993, pgs. 28-29). Mientras

    tanto en Atenas se frustraba el intento de conformar una liga hegemnica. En el 357 ciudades del litoral

    jonio aliadas de Atenas se sublevaron apoyadas por el strapa Mausolo. Segn Demstenes por

    resentimiento, dada la actuacin desptica e imperialista de Atenas (XV 3). El resultado de esta llamada

    Guerra Social fue el reconocimiento de la independencia de los Estados sublevados y la prctica

    desaparicin de la liga. Al mismo tiempo tiene lugar la creciente presin del expansionismo de Filipo que

    hacia el 354 convertir a Macedonia en hegemnica en el norte de Grecia. Filipo, Din, dos nuevos modos

    de retorno a la tirana (Atlntidas contemporneas)? Por ltimo, la 3 Guerra Sagrada (355-346 a. C.)

    estallar por un problema local en la anfictiona de Delfos (el laboreo de unas tierras sagradas del templo

  • El Critias desde la biografa platnica

    30

    plan ya vena realizndolo, pues el dilogo de las Leyes, al menos en su etapa de

    documentacin y organizacin, probablemente ya lo haba iniciado mucho antes.

    Antes de llegar a la Ciropedia, Jenofonte vena expresando desde otro punto de vista el

    armazn al que ahora Platn dota de contenido propio. En la Repblica de los

    lacedemonios (datada entre el 370-378 a. C.) contrapona el pasado del mundo de las

    leyes de Licurgo al degenerado actual, en trminos muy parecidos al platnico: aquellos

    despreciaban el oro, preferan vivir ellos solos en su patria con sus bienes

    corrientesahora hay algunos que se pavonean de poseerlo (14, 2-3); aquellos buscaban

    ser merecedores del gobierno y no queran dominar a otras ciudades, por lo que los

    griegos les solicitaban que tomaran el mando contra los que pretendan ofenderlos; en

    cambio, ahora muchos se llaman en auxilio unos a otros para impedirles que vuelvan a

    tomar el mando (14,5) En Agesilao, una obra no escrita ms all del 36034, realiza el

    encomio de un gobernante real, en el que claramente diferencia dos mundos, el de los

    hechos histricos en los que particip y el de las virtudes de una naturaleza humana por

    encima de cualquier otra. El Agesilao histrico y el Agesilao ideal son dos espacios

    igualmente ficticios, el antes, cuando viva gloriosamente, y el ahora, cuando muerto, es

    abstrado como paradigma. En Recuerdos III tomaba el mismo procedimiento,

    prteros/nn, antes/ahora, que volver a retomar en Ciropedia35. Es esta una gua para

    encontrar la naturaleza humana ideal, que indiscutiblemente constituye la del jefe, la del

    individuo superior en todos los terrenos a cualquier otro, la del mejor dotado no solo como

    hroe, sino como gobernante. Ciro representa esta personalidad. Es un brbaro, pero es

    un smbolo de la futilidad que para Jenofonte tena la nacionalidad36. Ni la democracia ni

    la tirana ni el imperio, desde esta perspectiva la disolucin de la filosofa del Estado

    llega a su culminacin37, el despotismo ideal del individuo se sita por encima de

    cualquier modo de gobierno. Ni en la plis ni en el interior de cada uno de nosotros est

    el verdadero gobernante, sino en la aparicin de esa naturaleza que debe ser encumbrada

    por parte de los focidios), en un conflicto que acabar extendindose a toda Grecia. Filipo se situar contra

    los atenienses, que apoyaban a los focidios, y su victoria conseguir ampliar el poder macedonio en la

    Grecia central. 34 Introduccin de edicin de Gredos a cargo de Orlando Guntias, pg. 57. 35 La datacin de esta ltima obra ha sido polmica, pero de entre las propuestas, en torno al 371 o al

    360, me inclino por esta ltima. Una visin de conjunto de la polmica en Gera (1993), pgs. 23-25.

    Considero de Jenofonte el captulo VIII 8, que es el que da sentido a la datacin. 36 Stadter (1991), pg. 11, afirma que en la Ciropedia Jenofonte construye un modelo de individuo en

    un escenario histrico cercano, pero tan imaginario como el trazado por Platn. 37 Chatelet (1985), II, pg. 359.

  • El Critias desde la biografa platnica

    31

    por todos los dems, reconocedores de su superioridad y obedecedores de su razn. Al

    innatismo le sigue la educacin, y sta es un mtodo sencillo, donde no cabe ni la

    dialctica ni la filosofa, sino la caza, la milicia, el deporte, la agricultura. No hay

    reminiscencia, sino gentica a la que hay que modelar. No son posibles los guardianes

    filsofos, una democracia de los sabios, una plis racional, ni un alma divina que busca

    el lgos perfecto. Simplemente hay que aprender lo til, lo necesario para que esa

    personalidad posea la moral y la habilidad del jefe, espartanamente entendido.

    El punto de llegada es el siguiente. Es posible que desde el momento en que acabara de

    escribir la Repblica comenzara a entender que era necesario elaborar una alternativa

    educativa a Homero (lo que all llama la noble mentira), por lo que concibi la necesidad

    de escribir su propia pica. En este proceso, los Recuerdos y la Ciropedia de Jenofonte

    (que abarcan un periodo cronolgico del 366 al 360 a.C.) indicaran a Platn cual deba

    ser la estructura formal general de esa pica. El Timeo, el Critias y el Hermcrates,

    podran contestar categricamente a Jenofonte y a todos los que ponan en duda el

    proyecto platnico, y lo hara desde la construccin de una explicacin de la totalidad del

    mundo, desde lo cosmolgico hasta la constitucin primaria de la materia, a travs de lo

    heroico. Despus de su fracaso en Sicilia (361 a.C.) y la crisis religiosa y poltica que se

    abre con el filipismo y la 3 Guerra Sagrada, ampliara el proyecto con la inclusin de las

    Leyes. Su pretensin consista en componer una llamada a las dos grandes Estados que en

    s contenan las potencialidades polticas que era posible orientar adecuadamente para

    producir la virtud y llevarlo a cabo mediante la creacin de un lgos enseante que se

    desdoblara en verdad histrica (la triloga para atenienses) y en ley (en el caso de

    espartanos y cretenses, a quienes van dirigidas las Leyes, aprovecha la importancia de su

    mito legislativo, Licurgo, para realizar una lectura platonizada del concepto de ley)38.

    Todo este proceso histrico-biogrfico concluye en la escritura del Timeo y del Critias,

    en el marco del mismo proyecto que las Leyes, en un periodo de tiempo comprendido

    38 Una visin general sobre el concepto de Esparta en Platn ver Mas Torres (2003), pgs. 227-238. Las

    noticias de las fuentes antiguas nos refieren la vejez de Platn en el momento de escribir las Leyes, o bien

    que fue Filipo de Opunte quien transcribi el dilogo, que estaba impreso en cera, despus de la muerte de

    aquel (Plutarco, Isis y Osiris, 370 y ss.; D. Laercio III, 37). Platn muere en el 347, por lo que su escritura

    abarcara un periodo muy extenso de su vida dada la complejidad y la cantidad de informacin que tuvo

    que manejar. Tradicionalmente se ha considerado que empezara tras el fracaso de la tercera visita a Sicilia

    en el 360 (Guthrie, 1992, t. V, pg. 337-338), pero otros autores elevan esa fecha hasta su vuelta del segundo

    viaje (365/364), teniendo en cuenta que la labor de acopio del material y documentacin sera previa a ese

    momento (Fco. Lisi, introduccin a las Leyes, 1991, pgs. 20-21).

  • El Critias desde la biografa platnica

    32

    entre el 358 y el 354 a. C., poco antes de la Carta VII, donde, como veremos, Platn alude

    a su fracaso divulgador39.

    Paralelamente, Iscrates segua a la caza de su gobernante ideal en una lnea semejante a

    la jenofontea. Sobre la Paz (356 a. C.) es una carta que comienza con un exordio contra

    los malos oradores y consejeros, tal cual el Timeo lo hace con una crtica a los sofistas.

    Como Platn piensa que la causa del imperialismo griego es el ansia de riqueza, y como

    l propone buscar establecer alianzas mediante tratados que deberan ser respetados y no

    una poltica impositiva, de modo que tendramos a todos los hombres como aliados, no

    por la fuerza, sino por conviccin, y nos acogeran no por nuestro podero en momentos

    de seguridad para desertar en los de peligro, sino que se portaran con nosotros como

    deben hacerlo autnticos aliados y amigos40. Y como en el Critias los dioses conducen

    a los hombres por conviccin y lo atenienses son los caudillos de los dems por voluntad

    de estos: en tercer lugar, si considerarais que nada es ms valioso, adems de la piedad

    hacia los dioses, que gozar de buena fama entre los griegos. Porque, a quienes as se

    comportan les dan voluntariamente los poderes y las hegemonas41. Asimismo, una

    opinin compartida sobre el tema del mar: l nos ha llevado al desorden, ha destruido

    aquella democracia [...] y es la causa de casi todos los males que tenemos...42. Haciendo

    al final del dilogo una llamada a recobrar la fama de los antepasados que fueron famosos

    por su virtud.

    Pero el discurso isocrtico ms cercano al Critias es el Areopagtico43. Su propuesta

    poltica se centra en una vuelta a la antigua democracia, la de Soln y Clstenes44, que

    conlleva la recuperacin de la institucin del Arepago como mxima autoridad. Pero

    Iscrates a la hora de configurar ese momento histrico paradigmtico, cuando el

    39 Pradeau (1997), pg. 228, y Brisson (1992), pg. 332, lo establecen entre el 358 y el 356. Dusanic

    (1982), pg. 31, en torno al 350. Taylor (1928), en torno al 360. Vidal-Naquet (2006), pg. 27, alrededor

    del 355. Ver un resumido estudio sobre la polmica en torno a la cronologa del Timeo en Conrado Eggers

    (2005), pgs. 18-24. Sobre los lmites del mtodo estilomtrico para datar ambos dilogos ver Tarrant

    (2011). 40 VIII 21. 41 VIII 135. 42 VIII 64. 43 Los diferentes comentaristas proponen una datacin que va desde el 357 al 354 (ver Discursos II,

    pg. 51, de la edicin de J. Manuel Guzmn para la ed. Gredos), el mismo espacio temporal en el que se

    escribe la triloga. Cronolgicamente no podemos establecer cul de los dos se escribi primero, pero

    indudablemente pertenecen a la misma corriente de pensamiento: la formacin de una una ptrios politea

    ideal generada ad hoc. 44 VII 16-17

  • El Critias desde la biografa platnica

    33

    consejo gobernaba45, lo sita fuera de un pasado real, al dotarlo de una serie de funciones

    que nunca tuvo y que lo convertan en una superentidad ordenadora de toda la vida del

    ciudadano en su conjunto: Nada de esto suceda bajo aquel Consejo. Pues liber a los

    pobres de sus miserias mediante el trabajo y la ayuda de los ricos, a los jvenes del

    desenfreno con ocupaciones y el cuidado que de ellos se tena, a los gobernantes de

    ambiciones con el castigo y el no pasar por alto a los que cometan injusticias, y a los

    ancianos de su desnimo con honores dados por la ciudad y con las atenciones de los

    jvenes. Cmo podra existir una constitucin ms digna que sta, que tan bien se

    cuidaba de todos los asuntos?46. Si a ello aadimos que sus miembros slo pudieran

    formarlo los de noble nacimiento que hubieran demostrado mucha virtud y prudencia en

    su vida47, nos encontramos con un grupo de gobernantes equiparables a los guardianes

    filsofos de la Atenas mtica. Ante la misma situacin de crisis poltica tanto Iscrates

    como Platn formulan proyectos tericos de regeneracin poltica dirigidos directamente

    a la vuelta a los orgenes atenienses. Iscrates consigue la credibilidad de su relato

    situndolo en el tiempo histrico de Soln-Clstenes, aunque llevndolo a su terreno

    terico, al generar una ficcin en torno al Arepago. Platn persigue el mismo fin, pero

    direccionando la atencin del lector hacia el mundo anmico y de ah hacia un relato

    histrico olvidado.

    2 . 6 P O S T S C R P T U M

    Reaccion su entorno intelectual a la escritura del Timeo-Critias? En Sobre el cambio

    de fortunas, del 353 a.C., Iscrates arremete contra los platnicos, queriendo distanciarse

    de la solucin idealizada. Establece una diferencia entre los que buscan discursos tiles

    capaces de dar soluciones a los problemas de la ciudad y aquellos que se dedican a buscar

    leyes exhortando a la prudencia y la justicia, en una clara alusin, en este ltimo caso, a

    Platn y su escuela48. Demstenes en su discurso Sobre las sinmoras (354 a.C.) ante la

    situacin de amenaza exterior y el fracaso de la Segunda Liga ateniense para unificar los

    estados griegos, suelta una andanada contra Platn y dems escuelas que se acogen a la

    45 VII 51, 55 46 VII 55 47 VII 37. Encontramos otras ideas platnicas: la equiparacin del alma de la ciudad con su constitucin (14); lo

    importante no son las murallas, sino el buen gobierno (13); los atenienses de esa poca fueron los ms famosos de todos

    los hombres y ejecutaron muchas y bellas acciones y alcanzaron la hegemona que les dieron voluntariamente los

    griegos (17); la verdadera religiosidad est en la piedad y no en la celebracin de fiestas y sacrificios lujosos (29-30,

    53). 48 XV, 258 y ss. Jaeger (1990), pgs. 939-40.

  • El Critias desde la biografa platnica

    34

    llamada ptrios politea49. El elogio de los antepasados no debe ser un mero ejercicio

    retrico, sino el ofrecimiento de soluciones a travs del hacer poltico eficaz. No por ser

    buenos oradores los asuntos de la ciudad marcharn mejor, lo importante es realizar

    propuestas de cmo ha de prepararse todo de modo que resulte til a la ciudad y ofrezca

    las mejores soluciones ante los hechos concretos50. Las soluciones realistas, la reforma

    financiera que l propone, la voluntad colectiva basada en la asuncin del deber individual

    para con la ciudad, es lo que realmente har dignos de sus antepasados a los atenienses,

    y no las obras retricas dedicadas a unos hombres que nunca existieron y que, por tanto,

    difcilmente pueden ser modelos que muevan a la accin presente.

    Platn morir en el 347, en mitad de un mundo atlantizado51. Iscrates todava seguir

    con su antiplatonismo, con una nueva andanada: Cuando era ms joven decid escribir

    unos discursos que no fueran cuentos fabulosos ( que son

    los que la mayora prefieren a los que tratan de su salvacin. Tampoco quise escribir

    discursos que explicaran antiguas hazaas ( ni las guerras de los griegos,

    aunque saba que estas obras se aplauden con justicia, ni aqullas que parecen

    pronunciadas con sencillez pero que no tienen sutileza alguna, cuyo uso recomiendan a

    los jvenes los expertos en oratoria judicial si quieren vencer a sus rivales52. Estaramos

    ante una alusin a la historia de la Atlntida, hazaa antigua y fabulosa?

    49 Los llamados defensores de la ptrios politea o constitucin ancestral proponan una vuelta a las

    leyes de los tres legisladores, supuestos padres del rgimen ateniense, Dracn, Soln y Clstenes.

    Fundamentalmente fueron las reforma solonianas, ledas desde el siglo IV, las que inspiraron esta tendencia

    que reconstrua el pasado en funcin de las necesidades de su presente. De esta forma, la imagen de Soln

    se transforma en la de un demcrata de tipo moderado reivindicado por los oligarcas y por todo aquel que

    se situara en contra de la evolucin del rgimen democrtico despus de la Guerra del Peloponeso. Tanto

    Iscrates como Platn toman este modelo de retorno a lo antepasado desde sus diferentes posiciones

    ideolgicas. 50 XIV. 51 Daz Tejera (1996) expresa esta misma idea (pg. 224). 52 Panatenaico 1 (339 a. C.). Aristteles en su Sobre la Filosofa, escrita poco antes de la muerte de

    Platn (ver introduccin a los Fragmentos de ed. Gredos, pgs. 258-260), afronta una serie de temas

    presentes en la obra platnica y, especialmente, la idea de que la raza humana es aplastada peridicamente

    por catstrofes que borran toda civilizacin, de manera que los supervivientes tienen que empezar de nuevo

    a partir del nivel ms bajo. En la misma lnea afirma que se salvan los pastores y todos aquellos cuyos

    quehaceres se desarrollan en las montaas o en sus laderas (Aristteles, Fragmentos 8b). Sobre esta idea

    vase tambin, Met. 1074b10; Acerca del cielo 270b15-20; Poltica 1329b25-31, Meteor. 339b27-30,

    Protrep. 8b.

  • 2, SISTEMA POLTICO-SOCIAL DE LA

    ATLNTIDA

  • Sistema poltico-social de la Atlntida

    36

    El Timeo-Critias-Hermcrates no solo narra el enfrentamiento dualista y maniqueo de la

    Atlntida contra Atenas, sino que describe un espacio humano global en el que diferentes

    formas de entender el quehacer poltico y la bsqueda del mejor gobierno aparecen en

    accin. En la introduccin al Critias ya nos lo anuncia Platn claramente: En su

    desarrollo, la exposicin del relato mostrar singularmente en cada caso (, cada

    cual, , mostrarse) lo que corresponde a los muchos pueblos brbaros (

    ) y a las razas helenas de entonces ( ). Pero

    Platn decide establecer un orden: es necesario () exponer al principio

    (, como punto de partida del relato), en primer lugar (), lo concerniente

    a los atenienses de aquel entonces y a los enemigos con los que lucharon, las fuerzas de

    guerra de cada uno y sus formas de organizacin poltica. De stas hay que preferir hablar

    antes de las de esta ciudad (109a). Los comentaristas no han prestado atencin a este

    hecho que resulta capital para entender el sentido real de la triloga. Sin situar los

    diferentes modos de enfrentarse al gobierno ideal y a la accin poltica que aqu nos

    presenta Platn es imposible entender el porqu y el para quin de su relato. Atendiendo

    nicamente a ese dualismo reduccionista la perspectiva se simplifica y se convierte en un

    instrumento moralizador cristianizado u orientalizado, fuera del espritu platnico y

    helnico (en muchos estudiosos parece como si quedaran residuos de la interpretacin

    tpicamente medieval del Timeo).

    Nos dice que primero presentar a los personajes principales y que dejar para despus el

    resto. Su intencin es ofrecer una visin global del cmo se han enfrentado diferentes

    pueblos a la existencia del ideal poltico, de cmo se establece el equilibrio intercultural

    en ese mundo. Hace aparecer a los pueblos brbaros y helenos, por lo que hay que

    modificar la visin dualista que hasta ahora ha predominado en la bibliografa. Dos

    hechos le van a impedir presentarnos el escenario completo: el no haber acabado el Critias

    y el no haber comenzado el Hermcrates. En ambos dilogos aparecera el relato de la

    guerra y el de los acuerdos de paz posteriores, momento en el que veramos actuar a esos

    otros actores. Nos anuncia su intencin de tratarlos individualmente y con detalle durante

    la narracin, de modo que los podramos ver tomar decisiones poltico-militares durante

    el transcurso del enfrentamiento con la Atlntida. En el proceso de esa guerra mundial

    mtica es donde ya Scrates solicitaba al comienzo del Timeo ver la accin de sus

    ciudadanos ideales, pero dada la magnitud de la contienda, todos los pueblos de ese

    mundo se iran retratando y definiendo sus posicionamientos pol