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H.C.F. Mansilla EL FACTOR PRELOGICO EN EL DESARROLLO DE AMERICA LATINA. EL TEOREMA DEL PRECONSCIENTE COLECTIVO Surnmary: Sigmund Freud considered the ins- tance called by him super-ego, store aspects and historical knowledge of collective character too, and equally ideals of a bases and/or of a nation. It is important, for understanding of mass psy- cology, the analysis ofthese normative ideals be- cause, like in individual psyche' s case, they are internalized as prerrational, i. e. without inquiries about their desirableness, goodness and collateral effects to long terno The adoption of development goals of occidental-metropolitan extraction (mo- dernization, industrialization, urbanization. etc.) get place in a context where these are considered as rector valours without occured acritical discus- sion in colective leve! around the origin and sig- nification of them. Resumen: Sigmund Freud consideró que la ins- tancia por él llamada super-ego almacena también rasgos y conocimientos históricos de carácter co- lectivo, e igualmente ideales de un estamento y/o de una nación. Para la comprensión de la psicolo- gía de masas es importante el análisis de estos ideales normativos porque ellos, al igual que en el caso de la psique individual, son internalizados de manera prerracional, es decir, sin indagaciones sobre su deseabilidad, bondad y efectos colaterales a largo plazo. La adopción de metas de desarrollo de origen metropolitano-occidental (moderniza- ción, industrialización, urbanización etc.) tiene lu- gar en un contexto donde éstas son consideradas como valores rectores sin que ocurra a nivel colec- tivo una discusión crítica en torno al origen y sig- nificación de las mismas. Las constantes alusiones a una conciencia colec- tiva en América Latina hacen necesario un esclare- cimiento teórico más preciso de este concepto y del fenómeno correspondiente. Creencias, ideas e ilusiones colectivas, es decir, sustentadas por gru- pos relativamente extensos y socialmente relevan- tes, pertenecen a diversos planos de lo que podría llamarse el espíritu supra-individual; alIado de los análisis recurrentes y comunes a varias líneas polí- ticas o a las muchas versiones de la Teoría de la Dependencia, que pueden ser atribuidos a su parte más consciente e intelectualmente más elaborada, existe una serie importante de postulados y suposi- ciones de carácter obvio y sobreentendido, que, como en otros casos similares, atañen en forma determinante a las metas de la evolución histórica y social. Estas suposiciones no son, generalmente, normas o criterios ganados en una discusión crítica o adquiridos a lo largo de un proceso autónomo y racional, sino que más bien parecen corresponder a una instancia intermedia entre el nivel de la con- ciencia plena y la esfera de lo inconsciente e irra- cional. Por afinidad a la psique individual, este plano ha sido denominado el preconsciente colec- tivo. El aspecto central de la conciencia colectiva la- tinoamericana reside -muy probalemente- en el con- tenido concreto de sus paradigmas de desarrollo y en la relación de éstos con las tendencias directrices del progreso metropolitano. Con cierta seguridad se puede afirmar que los efectos de demostración, irradiados por la cultura de los centros metropolita- nos, han influido decisivamente en aquel conteni- do, pero que al -mismo tiempo esta adopción de Rev.Filosofía.Univ.Costa Rica. xxvrn (67/68), 191-196,1990

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H.C.F. Mansilla

EL FACTOR PRELOGICO EN EL DESARROLLO DE AMERICA LATINA.EL TEOREMA DEL PRECONSCIENTE COLECTIVO

Surnmary: Sigmund Freud considered the ins-tance called by him super-ego, store aspects andhistorical knowledge of collective character too,and equally ideals of a bases and/or of a nation.

It is important, for understanding of mass psy-cology, the analysis ofthese normative ideals be-cause, like in individual psyche' s case, they areinternalized as prerrational, i. e. without inquiriesabout their desirableness, goodness and collateraleffects to long terno The adoption of developmentgoals of occidental-metropolitan extraction (mo-dernization, industrialization, urbanization. etc.)get place in a context where these are consideredas rector valours without occured acritical discus-sion in colective leve! around the origin and sig-nification of them.

Resumen: Sigmund Freud consideró que la ins-tancia por él llamada super-ego almacena tambiénrasgos y conocimientos históricos de carácter co-lectivo, e igualmente ideales de un estamento y/ode una nación. Para la comprensión de la psicolo-gía de masas es importante el análisis de estosideales normativos porque ellos, al igual que enel caso de la psique individual, son internalizadosde manera prerracional, es decir, sin indagacionessobre su deseabilidad, bondad y efectos colateralesa largo plazo. La adopción de metas de desarrollode origen metropolitano-occidental (moderniza-ción, industrialización, urbanización etc.) tiene lu-gar en un contexto donde éstas son consideradascomo valores rectores sin que ocurra a nivel colec-tivo una discusión crítica en torno al origen y sig-nificación de las mismas.

Las constantes alusiones a una conciencia colec-tiva en América Latina hacen necesario un esclare-cimiento teórico más preciso de este concepto ydel fenómeno correspondiente. Creencias, ideas eilusiones colectivas, es decir, sustentadas por gru-pos relativamente extensos y socialmente relevan-tes, pertenecen a diversos planos de lo que podríallamarse el espíritu supra-individual; alIado de losanálisis recurrentes y comunes a varias líneas polí-ticas o a las muchas versiones de la Teoría de laDependencia, que pueden ser atribuidos a su partemás consciente e intelectualmente más elaborada,existe una serie importante de postulados y suposi-ciones de carácter obvio y sobreentendido, que,como en otros casos similares, atañen en formadeterminante a las metas de la evolución históricay social. Estas suposiciones no son, generalmente,normas o criterios ganados en una discusión críticao adquiridos a lo largo de un proceso autónomo yracional, sino que más bien parecen correspondera una instancia intermedia entre el nivel de la con-ciencia plena y la esfera de lo inconsciente e irra-cional. Por afinidad a la psique individual, esteplano ha sido denominado el preconsciente colec-tivo.

El aspecto central de la conciencia colectiva la-tinoamericana reside -muy probalemente- en el con-tenido concreto de sus paradigmas de desarrollo yen la relación de éstos con las tendencias directricesdel progreso metropolitano. Con cierta seguridadse puede afirmar que los efectos de demostración,irradiados por la cultura de los centros metropolita-nos, han influido decisivamente en aquel conteni-do, pero que al -mismo tiempo esta adopción de

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valores exógenos de orientación sucede en mediode un contexto socio-cultural, en el cual se reafirmavehementemente la necesidad de una cultura y deuna vía de desarrollo propias. Una explicación ade-cuada a esta problemática tan compleja como am-bivalente requiere de un análisis de las diferentescapas de la conciencia colectiva, aunque tal tenta-tiva no logre rebasar los límites de un primer acer-camiento a este fenómeno. Debido a estas circuns-tancias, este ensayo de elucidación, de caráctercursorio y basado en una analogía, queda dentrodel campo de las hipótesis de trabajo, sometidocomo éstas al proceso usual de crítica y verifica-ción. El preconsciente colectivo tiene algunas delas características esenciales del super-ego indivi-dual; está conformado por las pautas de comporta-miento, los valores de orientación y los idealesnormativos que son impuestos al sujeto desde elexterior y que son intemalizados durante un largoproceso de naturaleza prelógica. No se trata deparadigmas o criterios producidos por la actividadracional de la conciencia por medio de un sopesarcrítico de alternativas diferentes o concebidos comolas metas adecuadas a una evolución histórica au-tónoma y peculiar, sino de modelos de desarrollo,anhelos colectivos y criterios para juzgar la historia,que se han originado en la cultura y la tradiciónde los centros metropolitanos. A causa de su índoleprelógica, los objetivos normativos del precons-ciente colectivo tienden a escapar a un análisis ra-cional que cuestionará su deseabilidad, su utilidady sus efectos colaterales, pues adquieren simultá-neamente la cualidad de una evolución inevitablecon carácter de ley natural.

En la teoría psicoanalítica el super-ego repre-senta el punto de convergencia entre la sociedad yel individuo; las normas, las restricciones y losmandamientos sociales se manifiestan en cada per-sona mediante la actividad del super-ego (1). Estasnormas son internalizadas sin una acción conscientedel propio sujeto; como se sabe, el sujeto general-mente reconoce y respeta las prescripciones y losmodelos sociales que encarna el padre (u otras ins-tancias supra-individuales en las sociedades moder-nas sin la figura del padre tradicional), a pesar deuna rebelión o, más probablemente, de una infide-lidad contra el padre (o la encarnación respectivade la autoridad social).

En analogía a esta tesis fundamental del psicoa-nálisis individual, se puede postular la existenciade una situación similar en el campo de la concien-cia colectiva. Las sociedades latinoamericanas,como la mayoría de las naciones del Tercer Mundo,

se han levantado y han combatido a sus respotencias coloniales, no escatimando la críticasistema político y a las prácticas de estas úl .pero han adoptado como propios los logrosimportantes de la civilización occidental. Elnismo que ha posibilitado ésto guarda una nosemejanza con el proceso individual: durantelarga época, las naciones periféricas tuvieronsufrir los efectos de una civilización expansitecnológicamente superior y bastante exitosa a nimundial, la cual quebrantó la identidad primige .de las sociedades meridionales y ha hecho imbable su evolución orgánica según sus leyes innentes de desarrollo anteriores al contacto conmundo occidental. En aquella era de la dominaci 'surgieron los gérmenes de la ideología de perpetuoprogreso y crecimiento, que ha quedado internali-zada de manera definitiva en la psique colectivade las naciones colonizadas y que, con las necesi-dades del tiempo, se ha transformado en los para-digmas de industrialización masiva, modernizaciónincesante y exhaustiva y consolidación del Estadonacional. Estas metas supremas de desarrollo apa-recen ahora desligadas de toda paternalidad colo-nialista -- más bien como respuesta de las socieda-des jóvenes al imperialismo metropolitano y comoresultado del desenvolvimiento "natural" de laesencia misma de cada país del Tercer Mundo.

El teorema del preconsciente colectivo no estálibre de problerrias de comprensión y delimitación.La instancia de un super-ego colectivo no debeconfundirse, en ningún caso., con la concepción deun "alma colectiva" o de un "espíritu de masas"de carácter nacional. Erich Fromm señaló acertada-mente que no existe algo así como un "alma demasas", pues sólo los individuos son sujetos concualidades y procesos psíquicos (2). Freud rechazóla existencia de un "espíritu colectivo" porque estoequivaldría a reconocer la independencia de esteespíritu con respecto a los procesos psíquicos-indi-viduales (3). El preconsciente colectivo no repre-senta la "esencia de la nación" ni otros rasgos pre-tendidamente definitorio s de las colectividades,como suponen ideologías conservadoras, sino quees el concepto que engloba a normas sociales yparadigmas de desarrollo originados en un mundocultural diferente y que denotan ese carácter obvioy natural propio de valores de orientación que nohan brotado en forma autónoma y racional, valoresque, por lo tanto, poseen una connotación autorita-ria y una fuerza que no admite cuestionamientos.En el fondo, se trata de aspectos típicos de la EdadModerna, sometidos a la validez relativa de todos

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los fenómenos históricos y hasta ahora bastantemarginados por la investigación en las ciencias so-ciales.

Los elementos del preconsciente colectivo nocorresponden a las supuestas particularidades na-cionales y no manifiestan "la esencia misma de lospueblos", sino que traslucen las aspiraciones de lassociedades con respecto a ciertos terrenos concretosy en determinadas fases históricas; Freud vio enel super-ego la instancia que almacena rasgos his-tóricos y que, mediante su naturaleza supra-indivi-dual, encarna las tradiciones y los ideales del pa-sado (4). Freud atribuye al super-ego una impor-tante parte constitutiva de origen social, como eldepósito del "ideal común de una familia, de unestamento y de una nación" (5); él sostuvo que laconcepción del super-ego abriría un camino impor-tante para la comprensión de la psicología de lasmasas (6). Freud escribió que también la comuni-dad contribuye a la formación del super-ego y quebajo la influencia de este último se lleva a cabo eldesenvolvimiento de la cultura (7). En este contextopostuló la existencia de un "super-ego de la cultu-ra", el cual establecería exigencias ideales tan se-veras como el super-ego individual, y se produci-rían similares temores al transgredir estas pautas(8). Cabe mencionar aquí que Freud admitió queel super-ego tiende a llevar una existencia apartey que fácilmente se separa del ego y hasta se lecontrapone (9).

La elucidación de las relaciones entre la concien-cia individual y los elementos colectivos del super-ego conforma un campo aún no estudiado exhaus-tivamente por la teoría psicoanalítica; la esfera delo que Freud llamó el super-ego de la cultura, queconcuerda a grandes rasgos con lo que aquí sedenomina el preconsciente colectivo, no ha recibidotodavía mucha atención de la comunidad científica,y menos aún en todo lo relativo a sociedades delTercer Mundo. Quedan por examinar temas centra-les, tales como el contenido concreto de los precep-tos y normas del super-ego cultural periférico, elorigen histórico de las mismas y su concatenaciónde las civilízaciones más antiguas. El psicoanálisissocial se ha preocupado preferentemente de inves-tigar la evolución de los instintos e inclinacionesy de su adaptación a las situaciones cambiantes enel terreno socio-económico; también el rol de lafamilia como "agencia de la sociedad" para el de-sarrollo de predisposiciones supra-individuales detrascendencia socio-política ha sido uno de los ob-jetivos de aquellas indagaciones (10). Asimismo,no existe aún un ensayo de esclarecimiento acerca

de la resistencia de individuos y grupos a nivelpreconsciente contra la intemalización de pautasejemplares y modelos obliatorios de evolución; lostrabajos existentes se refieren más bien al renuncia-miento que un orden social represivo, por un lado,y el desarrollo cultural mismo, por otro, exigen alindividuo en las sociedades ya altamente industria-lizadas (11).

En este excurso sólo se pueden mencionar bre-vemente algunos puntos de la problemática deri-vada del preconsciente colectivo: la localizaciónde la instancia exterior (origen de las pautas norma-tivas), el alcance o intensidad con que éstas últimasse han difundido entre las diferentes capas de lapoblación, las modificaciones que el contenido delos paradigmas ha sufrido en el contexto periférico,las ideologías que han surgido para justificar suadopción y el mecanismo de gratificaciones y pena-lidades para imponer su implementación.

La relación entre los centros metropolitanos ylas naciones periféricas ha sido, como los términosmismos lo mencionan, de una marcada concentra-ción de innovaciones, adelantos y éxitos en lassociedades del Norte. La duración secular de estasituación y la preeminencia de que ha gozado lacivilización occidental en todo el mundo a partirde la era de los grandes descubrimientos en lossiglos XV y XVI han contribuido a ver en ella laconjunción de rasgos positivos, ejemplares e imita-bles. Esta constelación ha sido acentuada en Amé-rica Latina a causa de su larga pertenencia a losimperios coloniales ibéricos y de sus contactos par-ticularmente estrechos con la cultura europea; elelémento decisivo ha sido, sin embargo, el hechode que estos pueblos no hayan podido desarrollarsus culturas autóctonas y una identidad socio-histó-rica correspondiente. Ante lo que puede llamarseun vacío de modelos de progreso, las colectividadesmeridionales se han dirigido hacia el Norte indus-trializado en busca de las pautas rectoras de suevolución interior, reproduciendo de esta manerauna posición de dependencia de tinte patemalista.

El origen de los paradigmas de desarrollo resideen los métodos y logros específicos con que loscentros metropolitanos han conseguido inducir unproceso autocentrado de modernización integral.La subordinación mútiple de las periferias mundia-les ha producido seguramente esa predisposición atomar modelos exógenos como los únicos concebi-bles y a repetir a nivel colectivo una actitud gene-ralizada semejante a aquella frente al patriarca in-dividual. El anticolonialismo como ideología domi-nante de muy diversos grupos sociales y políticos

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y la lucha misma contra Europa Occidental y Esta-dos Unidos han conducido paradójicamente a quelos paradigmas metropolitanos de desarrollo apa-rezcan como totalmente desligados de su mundode origen y adquieran entretanto la cualidad demodelos universales, ineludibles e irrenunciables.

El preconsciente colectivo se nutre de tales ele-mentos normativos que, una vez separados de sufuente, son revestidos por el áurea de lo histórica-mente positivo y deseable y que ejercen sobre losindividuos un genuino impulso compulsivo paraalcanzarlos. Ya se ha mencionado que el carácterpre-racional de este fenómeno, que dificulta nosolamente su cuestionamiento y crítica en el campode la discusión intelectual, sino que también impideel surgimiento de otros posibles paradigmas yalter-nativas en el terreno de la praxis política. Uno delos aspectos centrales del preconsciente colectivoes, pues, el grado de profundidad con que estáninternalizadas las normativas metropolitanas, quepuede apreciarse justamente por medio del carácterobvio y obligatorio que se les atribuye. Se puedepostular la tesis de que la intensidad de la interna-lización de los patrones metropolitanos está en es-trecha correlación con la falta de cuestionamientode los mismos de parte de la conciencia colectiva.En el caso latinoamericano, se puede hablar de unainternalización particularmente exitosa, pues tantolas élites y los partidos tradicionales como sus de-tractores de izquierda aceptan en calidad de so-breentendidos los modelos de modernización origi-nados en las sociedades del Norte, así se trate deaquellos basados en la propiedad privada o en laeconomía planificada. En todo caso, la validez in-condicionada y acompañada de un celo autoritariode las normativas mencionadas conforma el aspectocentral del super-ego colectivo latinoamericano.

La extensión de este fenómeno según capas so-ciales y medios geográficos no ha sido aún objetode una investigación seria. Probablemente todaslas capas altas y medias en América Latina hansufrido de manera prolongada y penetrante los efec-tos de demostración irradiados por las sociedadesaltamente indutrializadas e influyen, a su turno,sobre las aspiraciones de los estratos menos privi-legiados. Por 10 demás, los medios modernos decomunicación y entretenimiento, en conjunción conel sistema educativo, tienden a una acción de al-cance muy amplio y duradero, dando como resul-tado una equiparación de los anhelos colectivos,especialmente en lo relativo a las últimas metas dedesarrollo. Esta misma evolución ha contribuido aque la instancia de la autoridad paternal se haya

desplazado hacia aquellas agencias socialesla escuela y la opinión pública prefabricada; enplano las normativas metropolitanas se hana los cánones de la autoridad social y a sus ede manifestación en un vínculo complejo yde desagregar analíticamente.

El mecanismo de gratificaciones y penalique corresponde al preconsciente colectivo pser considerado como similar a otros dispositide control social. Discriminación, acusacionesespíritu retrógrado y anti-moderno y pérdidastatus social recaen sobre las ínfimas minoríasse niegan a reconocer la autoridad del protecnológico-económico. La relevancia de estecanismo es, sin embargo, bastante reducida, pla cantidad de individuos que se exponen allamados enemigos del progreso y simultáneamereaccionarios es insignificante. En este sentiexiste aún en América Latina un consenso mgeneralizado sobre las bondades de la moderniza..ción acelerada.

Las ideologías elaboradas para justificar la adop-ción de los paradigmas metropolitanos así comolas modificaciones pertinentes dentro del contextolatinoamericano pertenecen a las actividades genui-nas de la conciencia intelectual y quedan, por lotanto, fuera de la problemática del preconscientecolectivo. En aquellas ideologías, sin embargo, hayelementos de origen muy antiguo, fragmentos denaturaleza atávica y aspectos que provienen de lascapas más profundas del aparato psíquico, proba-blemente en conjunción con la tradición iberocató-lica. -

En este terreno es posible localizar pautas decomportamiento que indirectamente favorecen unacierta forma de progreso económico centrado enparámetros cuantitativos y desligado de la conside-ración de costos a largo plazo, que entorpece todapolítica de conservación ecológica y de limitaciónde la presión demográfica. Creencias de corte atá-vico y muy arraigadas en toda la población latinoa-mericana favorecen la concepción de que la tierratiene únicamente la función de ser usada intensa-mente para las actividades humanas y que ésto per-mite una explotación exhaustiva a la que sería ilícitoy hasta inmoral ponerle fronteras. Paralelamente,en la esfera donde lo sexual se entremezcla conpautas sociales, todo intento de reducir la tasa delcrecimiento demográfico tropieza con parámetrosmuy tradicionales y hasta arcaicos de conducta se-xual, con fantasías de potencia y fecundidad y contemores de castración y esterilidad. Todos estosmomentos son proclives, entonces, a favorecer en

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forma obvia y, por ende muy efectiva, las aspira-ciones de crecimiento y progreso que distinguen alpreconsciente colectivo latinoamericano.

La fuerza prelógica y autoritativa de la que dis-ponen las normativas del preconsciente colectivo,ya muy considerable por ser vistas éstas como ob-vias y naturales, se ve reforzada por la marchavictoriosa del pensamiento utilitarista y pragmatiza-do, propio del mundo contemporáneo. Esta tenden-cia, que se inclina a utilizar la ciencia y la tecnologíacomo meros instrumentos para la consecución defines que quedan fuera del cuestionamiento racio-nal, representa igualmente la forma predominantebajo la cual se llevan a cabo la actividad reflexivay analítica y la aplicación de conocimientos cientí-ficos en América Latina. Esta preocupación porelaborar medios y procedimientos altamente efica-ces y rentables para objetivos fijados a priori entraahora al servicio de los paradigmas de desarrollodel preconsciente colectivo, realizando esta laborde perfecto acuerdo con sus principios instrumen-talistas y acríticos. En ambos casos, las metas dela evolución histórica y los objetivos ulteriores detodos los programas de desarrollo permanecen aje-nos al cuestionamiento racional, concentrándosetodos los esfuerzos en la creación acelerada de unaconocida variedad de progreso material. Las con-cepciones utilitaristas y pragmatizadas, cuya pree-minencia en el campo de la planificación económi-ca, la implementación de proyectos y la remodela-ción urbanística es inequívoca, se ponen práctica-mente al servicio de las normativas del precons-ciente colectivo: la mayor parte del quehacer pro-fesional, técnico y hasta de adoctrinamiento polí-tico están dedicadas explícitamente a hacer realidadaquellos paradigmas de desarrollo y a facilitar laimposición de sus pautas sociales. Aquí reside tantola fuerza autoritativa de las grandes metas históricascomo el carácter "moderno" y adecuado a los stan-dards tecnológicos contemporáneos que denotanlas obras específicas y los métodos de ejecuciónde la mayoría de los intentos de modernizaciónacelerada.

El predominio del pensamiento instrumentalistay anti-especulativo impide que las metas del pre-consciente colectivo sean sometidas a análisis crí-tico, el cual pueda apreciar su deseabilidad a largoplazo y sopesar sus costos sociales y humanos. Elpsicoanálisis de Freud, que no conoce esas limita-ciones, brinda, en sus pocos momentos de críticahistórico-social, algunos criterios para enjuiciarprocesos políticos con pretensiones de cambio ymodernización que se remiten también a paradig-

mas fijados a priori. La insistencia en alcanzarciertas metas -no relativizada por ninguna refle-xión humanista y trans-utilitaria- hace perder laidea justa de proporcionalidad de los' medios: unintento radical de transformación social, que tienecomo objetivo precisamente la reducción del sufri-miento humano, no debe incluir el riesgo de sufri-mientos mayores como parte integrante de su praxisdiaria y como núcleo de su propia identidad intelec-tual (12). El resultado de un uso generoso de vio-'lencia y de la imposición continuada de padeci-mientos a la población en nombre de las necesida-des ineludibles de un programa es la creación deun régimen muy similar al que se pretende superar,como indicó Freud al referirse a la Unión Soviética(13).

La investigación de las diversas capas de la con-ciencia colectiva podría esclarecer además una seriede problemas que no pueden ser tratados en estecontexto; mencionaremos tan sólo que Freud mani-festó un escepticismo liminar con respecto a lasrevoluciones sociales; los "límites de la educabili-dad del hombre", definidos, entre otros factores,por las experiencias de la infancia. temprana, serevelan como posibles fronteras que restringen elalcance de cambios socio-políticos sistemáticos(14). El instinto de agresión podría ser asimismoun impedimento para la construcción del socialis-mo, pues su tendencia a perdurar se contrapondríaa la antropología fundamentalmente optimista y po-sitiva del marxismo (15). En relación con las ideo-logías justificatorias de la conciencia intelectuallatinoamericana (el progreso como univesal e ine-ludible) es conveniente recordar que Freud im-pugnó la validez de esquemas predeterminados parala evolución histórica; la teoría marxista le parecióerrónea porque ésta supone que el desarrollo de lasdiferentes formas sociales sucede en base a proce-sos con carácter de leyes naturales (16).

Este acercamiento a la problemática de la con-ciencia colectiva y su vínculo con las aspiracionesde desarrollo debe ser interpretado exclusivamentecomo un intento de explicación, sin más valor queel de una hipótesis de trabajo, subordinada a lacrítica y a la elaboración de teorías más adecua-das(17).

NOTAS(1) CL Bruno W. Reirnann. Psychoanalyse und Gesells-

chaftstheorie (Psicoanálisis y teoría de la sociedad), Dannstadt:Luchterhand 1973, p. 57. Acerca de la temática psicoanálisisy sociedad véase también: Igor A. Caruso, Soziale Aspekte derPsychoanalyse (Aspectos sociales del psicoanálisis), Stuttgart:

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Klett 1962;H. U. Wehler (comp.) Geschichte und Psyhoanalyse(Historia y psicoanálisis), K01n:Kiepenheuer& Witsch 1971:T. W. Adorno, Psychoanalyse und Soziologie (psicoanálisis ysociología), en: Festschrift für Max Horkheimer, Frankfurt,1955; T. W. Adorno, Zum Verhiiltnis von Psychoanalyse undGesellschaftstheorie (Sobre la relación entre psicoanálisis,y teo-ría de la sociedad), en: Sociologica Il, Frankfurt: EVA 1962.

(2) Erich Fromm, Über Methode und Aufgabe einer analytischen Sozial-psychologie (Sobre método y tareas de una psico-logía social analítica). en Fromm, Analytische Sozialpsychologieund Gesellschaftstheorie, Frankfurt: Suhrkamp 1970. p. 16.

(3) Sigmund Freud, Gesammelte Werke (SFGW = ObrasReunidas de Sigmund Freud), Frankfurt: Fischer 1967, t. XIll,p.94.

(4) Freud, Neue Folge der Vorlesungen zur Einführung indie Psycoanalyse (Nueva serie de conferencias introductoriasal psicoanálisis), en SFGW, op. cit., t, XV, p. 194.

(5) Freud, Zur Einführung des Narzissmus (Introducción delnarcisismo), SFGW. op. cit., t. X, p. 169.

(6) Ibid.(7) Freud, Das Unbehagen in der Kultur (El malestar en la

cultura), en: SFGW. t. XIV, p. 501.(8) Ibid., p. 502.(9) Freud, Neue Folge ...• op. cit., p. 65s.(10) E. Fromm, op. cit., p. 17s. 23; B.W. Reimann, op.

cit., p. 78.(11) Cf. Herbert Marcuse, Aggressivitiit in der modernen

lndustriegesellschaft (Agresividad en la sociedad industrialderna), en: Agression und Anpassung in der lndustriegesechaft, Frankfurt: Suhrkamp 1968; Erik H. Erikson, Ideund Lebenszyklus (Identidad y ciclo vital). Frankfurt 1Klaus Hom, Probleme einer psychoanalytischen Sozialplogie (Problemas de una psicología social .psicoanalítica),PSYCHE, Vol. 22, 1968.

(12) S. Freud, Neue Folge ...• op. cit., pp. 195-197.temática ha sido tratada igualmente por Jürgen Habermas enlibro Erkenntnis und lnteresse (Cognición e interés), Frankfud:Suhrkamp 1968, p. 344 s.

(13) Freud , Neue Folge ...• op. cit., p. 195.(14) Freud, Die Zukunft einer lllusion (El futuro de \IDa

ilusión), en: SFGW, op. cit., t. XIV, p. 330.(15) Freud, Das Unbehagen in der Kultur, op. cit. p. 473.

"Con la supresión de la propiedad privada se despoja al instintohumano de agresión de una de sus herramientas, y ciertamentede una importante, pero no de la más" (ibid.).

(16) Preud, Neue Folge ...• loc. cit., p. 191.(17) Freud, Das Unbewusste (El subconsciente), en: SFGW,

t.X. p. 274.

H. C. F. MansillaCasilla 2049

La Paz, Bolivia