el movimiento sindical en alemania

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El movimiento sindical en Alemania. En un escenario de crisis económica y cambios políticos. La historia del sindicalismo en Alemania es muy rica en ofrecer una serie de contrastes, derrotas y victorias, en donde nunca los/as trabajadores/as han dejado de estar presentes como actores políticos relevantes en el plano político y de la lucha social. La actualidad del movimiento sindical y sus organizaciones están protegidas por la Constitución, en donde la libertad de sindicación comprende tanto el derecho individual de cada trabajador a afiliarse a un sindicato (o fundar un nuevo sindicato) como la libre actuación de los sindicatos, incluso, la libertad para realizar y mantener huelgas en conflictos de trabajo, o sea el llamado derecho efectivo a huelga, uno de los derechos restringidos en Chile por medio de la legislación, limitando la huelga tan solo a la negociación colectiva. La principal central sindical, la Unión Alemana de Sindicatos (DGB por su sigla en alemán) comprende 8 sindicatos, donde el más importante es la IGM METALL con más de dos millones de miembros; el segundo en categoría es el Verdi en el ámbito de los servicios. El sindicalismo ha retrocedido en las cifras de afiliación sindical en los últimos 20 años, en donde ha soportado grandes procesos de restructuración productiva y transformaciones de las condiciones de trabajo por parte de las empresas y sus nuevos métodos de management, en donde los procesos de fusión y de concentración de grandes capitales, el desempleo tecnológico, la flexibilización laboral y la precarización de la vida. En la actualidad se estima que existen cerca de 8,3 millones de trabajadores/as afiliados a un sindicato, lo cual representa cerca de un cuarto del total de la fuerza de trabajo. Con respecto a los convenios colectivos, estos se refieren a los contratos realizados entre los trabajadores organizados en el sindicato contratante y, por simetría, a los empleadores pertenecientes a su asociación. Mediante un

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Page 1: El Movimiento Sindical en Alemania

El movimiento sindical en Alemania. En un escenario de crisis económica y cambios políticos.

La historia del sindicalismo en Alemania es muy rica en ofrecer una serie de contrastes, derrotas y victorias, en donde nunca los/as trabajadores/as han dejado de estar presentes como actores políticos relevantes en el plano político y de la lucha social.

La actualidad del movimiento sindical y sus organizaciones están protegidas por la Constitución, en donde la libertad de sindicación comprende tanto el derecho individual de cada trabajador a afiliarse a un sindicato (o fundar un nuevo sindicato) como la libre actuación de los sindicatos, incluso, la libertad para realizar y mantener huelgas en conflictos de trabajo, o sea el llamado derecho efectivo a huelga, uno de los derechos restringidos en Chile por medio de la legislación, limitando la huelga tan solo a la negociación colectiva.

La principal central sindical, la Unión Alemana de Sindicatos (DGB por su sigla en alemán) comprende 8 sindicatos, donde el más importante es la IGM METALL con más de dos millones de miembros; el segundo en categoría es el Verdi en el ámbito de los servicios.

El sindicalismo ha retrocedido en las cifras de afiliación sindical en los últimos 20 años, en donde ha soportado grandes procesos de restructuración productiva y transformaciones de las condiciones de trabajo por parte de las empresas y sus nuevos métodos de management, en donde los procesos de fusión y de concentración de grandes capitales, el desempleo tecnológico, la flexibilización laboral y la precarización de la vida. En la actualidad se estima que existen cerca de 8,3 millones de trabajadores/as afiliados a un sindicato, lo cual representa cerca de un cuarto del total de la fuerza de trabajo.

Con respecto a los convenios colectivos, estos se refieren a los contratos realizados entre los trabajadores organizados en el sindicato contratante y, por simetría, a los empleadores pertenecientes a su asociación. Mediante un acto administrativo es legítimo extender la validez de un convenio, y generalizarla para los no sindicados, lo que ocurre normalmente en las industrias con muchas pequeñas empresas, por ejemplo, en el ámbito de la gastronomía o en el sector de la construcción.

Pero últimamente lo que ha llamado centralmente la atención en Alemania, es la acción de los sindicatos con respecto a la crisis económica. Si bien existe una tradición del movimiento sindical ligada a la izquierda política, es mucho mayoritaria la dirección de la SPD (la socialdemocracia) por lo cual muchos de sus intereses se han acoplado a los planes de reestructuración y a las exigencias de los empresarios.

En esta parte juegan un rol importantísimo los acuerdos de empleo entre la empresa y el personal. En el caso de que los puestos de trabajo estén amenazados por causas económicas pueden los empleados renunciar a un tanto por ciento del salario o a unas horas libres a cambio de una garantía de los puestos de trabajo (por ejemplo que no se produzcan despidos durante los 2 o 3 años siguientes). Esto ha cobrado gran importancia mientras el desempleo se extiende como un cáncer en Europa, y especialmente en Alemania, Grecia, España y Portugal, a partir de la actualidad de la crisis económica capitalista en desarrollo que por medio de los planes de ajuste del

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Fondo Monetario Internacional, los gobiernos y su relación con la banca privada (y el capital financiero), amenaza con las bases de los Estados Sociales y las conquistas históricas de la clase trabajadora en toda Europa (por ejemplo. Extender la duración de las jornadas de trabajo y reducir puestos de empleo).

Aún así el desarrollo de propuestas, ofensivas y resistencias del sindicalismo en Alemania sigue siendo contradictorio. Por una parte se encuentran casos como los de OPEL, quienes han firmado un acuerdo de empleo con la patronal en donde los trabajadores han aceptado renunciar a parte de las pagas extras de verano y Navidad en 2010 y 2011 con el fin de no perder el empleo (aunque la empresa anunció despidos de 8.300 trabajadores en Europa) y participar en el futuro de las ganancias de la empresa, y, aún más importante, además dar “garantías” a la empresa para poder continuar el ciclo de financiación y endeudamiento con avales estatales ahorrando cerca de 333 millones de dólares anuales en costos salariales; mientras que por otro lado se encuentra uno de los primeros síntomas de avanzada del movimiento sindical alemán: la coordinación internacionalista con la Unión General de Trabajadores (España), las Comisiones Obreras (España) para la defensa de los sistemas públicos de pensiones, la regulación a la especulación capitalista en Europa y, de conjunto, contra las políticas de ajuste.

La DGB hoy se encuentra en elecciones, siendo las principales propuestas avanzar hacia un corte del financiamiento de los grandes bancos, como medidas de rescate de gobierno, detener la pretensión de la patronal de exigir mayores condiciones de explotación para los/as trabajadores/as, (contra los bajos salarios y condiciones precarias de trabajo, exigiendo la regulación de salarios mínimos), pues –así dice el llamamiento del DGB al 1° de mayo – “un gobierno, que permite salarios precarios, no sólo renuncia al ingreso por concepto de impuestos, sino que subvenciona innecesariamente a las empresas y atenta contra la dignidad del Trabajo”.

El límite de todas estas demandas está en sus direcciones y la estructura burocrática que han asumido las organizaciones sindicales, las cuales, al tener representantes de la SPD tienen posiciones tibias y de un diálogo interminable con el gobierno y empresarios. Esto definitivamente puede ir cambiando mientras la situación en Europa y Alemania va girando cada vez más a la izquierda con la crisis económica capitalista.