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El Teatro IrresistibleTeatro documental, posdramtico y biodrama en Chile[1990-2015]

Hctor Hernndez Montecinos

EDITORIAL CUARTO PROPIOCUADERNOS DE ANLISIS Y DEBATE CULTURALES

Serie Cuadernos de anlisis y debate culturales

El Teatro Irresistible: Teatro documental, posdramtico y biodrama en Chile [1990-2015]

Este libro cont con la ayuda de una Beca de Investigacin Fondart 2009 del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Evoh, Evoh.Este libro est dedicado a mis profesores en los talleres de Testimonio en Escena, Teatro documental y biodrama y El aposento del secreto,admirados maestros de rito.

NDICE

PRIMERA PARTE

INPUT

Prefaccio

primera puerta

SEGUNDA PARTE

Desastre de las dramaturgias

Corpus/archivo 1989-2015

entrevistas

TERCERA PARTE

LTIMA puerta

postfaccio

outPUT

Pero nosotros, nosotros que no queremos acomodarnos a ningn tipo de confort, que tenemos ciertamente los nervios frgiles, pero tambin el proyecto de hacerlos cada vez ms resistentes, cada vez ms inalterados, a nosotros nos hace falta otra cosa muy diferente. Nos hace falta una antropologa radicalmente negativa, nos hacen falta algunas abstracciones radicalmente vacas, suficientemente transparentes para impedirnos prejuzgar nada, una fsicaque reserve a cada ser y a cada situacin su disposicin al milagro.

Tiqqun

PRIMERA PARTE

SEGUNDA PARTE

Desastre de las dramaturgias

Suspender la representacin en un hiloAntecedentes como genealoga y devenir del teatro documental en Latinoamrica y Chile

Un nombre, una genealoga, una carencia

MUNDO: Quin me llama, que desde el duro centro de aqueste globo que me esconde dentro alas viste veloces? Quin me saca de m? Quin me da voces?

AUTOR: Es tu Autor Soberano. De mi voz un suspiro, de mi mano un rasgo es quien te informa, y a su obscura materia le da forma.

El gran teatro del mundoPedro Caldern de la Barca

JAIME: El mundo es un gran teatro,y los hombres y mujeres son actores.Todos hacen sus entradas y sus mutisy diversos papeles en su vida.

Como gustisWilliam Shakespeare

Esta ltima cita aparece en el libro El teatro de la vida de Nicols Evreinov. En el contexto trata sobre autores clsicos que han pensado que la vida misma es una obra y que el teatro es slo el sntoma esttico de aquello. Antes cita a Erasmo de Rotterdam quien seala: Despus de todo, qu es la vida humana sino una continua representacin en la cual todo sucede bajo distintas mscaras? para seguir construyendo esta genealoga hasta llegar a Marco Aurelio segn quien el ser humano es un actor despedido del escenario por el mismo pretor que lo haba invitado a presentarse en el tablado. Evreinov no tan slo se sirve de estas citas para validar su teora de la teatralidad sino que a la vez plantea una serie de ideas brillantes, y ciertamente precursoras, en lo que sern dcadas despus la performance y el teatro documental. El libro es de 1936.

All el autor plantea que existe en el ser humano una teatralidad natural, una voluntad de teatro que tambin se da en los animales. De hecho hay un captulo donde se analiza el comportamiento histrinico y decididamente escenogrfico de perros, gatos, ratas, gallos, pavos, cornejas y primates como los gibones pasando incluso hasta por plantas y flores. Tambin reconoce esta pre-teatralidad en los juegos de los nios y los rituales de los indgenas. De algn modo, Evreinov abre un horizonte de lecturas, del cual se siente orgullosamente fundador, para una teora dramtica que critica el saln y el artificio de la representacin en su vastedad de s. Agrega:

El hombre posee un instinto de inagotable vitalidad, acerca del cual ni los historiadores, ni los psiclogos, ni los estetas, jams dijeron la menor palabra hasta ahora. Me refiero al instinto de transfiguracin, el instinto de oponer a las imgenes recibidas desde fuera, las imgenes arbitrarias creadas desde dentro; el instinto de transmutar las apariencias ofrecidas por la naturaleza, en algo distinto () Todos hemos nacido con este sentimiento en el alma, todos somos seres esencialmente teatrales. En lo referente a este aspecto, un hombre culto poco difiere de un salvaje, y un salvaje de un animal. La teatralidad es pre-esttica, es decir ms primitiva y de un carcter ms fundamental que nuestro sentido esttico.[footnoteRef:1] [1: Evreinov, Nicols. El teatro de la vida. Santiago: Ercilla, 1936. Pg 35-36. ]

De este modo la vida sera el espectculo sin fin y esta premisa la que subyace en su propia labor como dramaturgo y director en lo que l mismo llamo el ultra-teatro centrado en los medios exteriores y en el desdn del fondo teatral como los textos, la construccin de personaje, la escenografa como retablo. Estas ideas, influenciadas seguramente por el Manifiesto del teatro futurista sinttico (1915)[footnoteRef:2] de Marinetti, Corra y Settimelli, no pierden eficacia ni menos vigencia el da de hoy. Vale no dejar pasar ac las siete caractersticas que se le da a este nuevo teatro futurista: Sinttico, con el fin de comprimir en pocos minutos, en pocas palabras y en pocos gestos innumerables situaciones, sensibilidades, ideas, sensaciones, hechos, smbolos. Atcnico, lo cual no slo anula las exigencias propias de la tcnica dramtica, sino que las subvierte. Por ejemplo propone colocar alrededor del personaje que nos interesa muchas personas que no tengan nada que ver: caricaturas, tipos raros y dems pelmazos. Dinmico, es decir que nazca de la fulminante intuicin de la actualidad sugestiva y reveladora. Simultneo, por lo cual puede haber dos ambientes que se compenetran y muchos tiempos distintos puestos en una accin simultnea. Autnoma, ya que no se parecer ms que a s misma, aunque extraiga de la realidad los elementos para combinar a su capricho. Algica, no por eso no mental, ya que desde el propio arte futurista la energa cerebral es la que busca el valor absoluto de novedad. Finalmente, irreal, pues sabr enardecer a sus espectadores, o sea, hacerles olvidar la monotona de la vida cotidiana, arrojndolos a travs de un laberinto de sensaciones marcadas por la ms exasperante originalidad y combinadas de un modo increble[footnoteRef:3]. [2: Marinetti, Filippo. Manifiestos y textos futuristas. Barcelona: Ediciones del Cotal, 1978 . P. 168.] [3: Lo primero que nos damos cuenta es que Marinetti est imaginando algo que en su momento no existe, pero que a nosotros, como lectores posteriores a l en casi un siglo, se nos pareciera estar dando un detallado catlogo de las innovaciones del arte de la performance. Sin embargo, creo estamos ante un prototipo de performance. Proto-typo, primera-impresin. Quiz sea ste uno de los nudos de lo que es la vanguardia: ser la que prototipea, la que invierte una (mala) impresin original en una genealoga. Esta es la dcada de las vanguardias, todas contagiadas, rizomticas, colectivas, histricas por la premura del tiempo y la prepotencia de la realidad. En s, un agotamiento arrebatado del desencanto que toma primero espritu, mayoritariamente deviniendo-manifiesto y luego encarnando, inscribindose de manera nmade y descentrada.]

De hecho, ambos aportes, Evreinov y los futuristas, me parecen una pertinente bisagra entre el furor del primer vanguardismo histrico y la consolidacin del teatro como una herramienta intrnseca en los agenciamientos sociales. Quise situarme aqu ms en la extraeza que en la concrecin real que hayan tenido estas propuestas. Extraeza de un programa artstico tan abierto como el primero y tan acotado como el segundo. No quiero problematizar si El teatro de la vida es un origen o una referencia indita, ni tampoco extenderme en una genealoga de autores y prcticas tan posiblemente inaugurales dentro y fuera de las vanguardias histricas. Lo ms probable es que de manera paralela, o incluso antes, se hayan hecho visualizaciones de un nuevo arte que no slo nace, ya en aquella poca, del desgaste de la representacin teatral, sino que de la anomia del propio arte como relato molar en la modernidad, ms aun confrontando su condicin de posibilidad a la crisis de una idea de mundo civilizado. Baste ver el trabajo de Antonin Artaud en El teatro y su doble (1938), aunque el Primer manifiesto del Teatro de la Crueldad date de 1932, el de Erwin Piscator con su Teatro poltico (1930) y el de Bertolt Brecht con su teatro pico, y por cierto, su antecesor directo Stanislavski. Seala Brecht en la entrada del 17 de octubre de 1943 su Diario de trabajo[footnoteRef:4]: La verdad est adentro, pero nadie puede desentraarla. arte realista es el arte que enfrenta la realidad con las ideologas y posibilita sentimientos, pensamientos y acciones realistas. Sin embargo ser Peter Weiss el heredero natural de estas enseanzas y el nombre asociado a lo que hemos entendido bajo el nombre de teatro documental. [4: Brecht, Bertolt. Diario de trabajo (1942/1944). Tomo II. Buenos Aires: Nueva Visin, 1977. Pg. 292.]

En efecto, teatro documental, biodrama, docudrama, teatro de lo real, posteatro, teatro posdramtico son algunos de los nombres ms frecuentes para un corpus ciertamente infrecuente. Lo ms probable es que ni siquiera lleguen a ser sinnimos y algunas particularidades o enfoques de dichas dramaturgias sean decisivas en cuanto a dicha nominalizacin. Pareciera ser que cuando se habla de teatro documental el nfasis estuviera justamente en el carcter de documento de dicha puesta en escena, quiz performtica en s misma, una realizacin ms que una obra como tal que puede ser leda desde el teatro, pero con la posibilidad tambin de ser leda como un experimento sociolgico o histrico por ejemplo. En cuanto al biodrama, concepto creado por Vivi Tellas y criticado por algunos debido a su supuesta imprecisin, nos da la sensacin de que la historia es protagnica en cuanto es historia de una vida real y el acierto dramtico es por ende su escenificacin. El docudrama[footnoteRef:5] sera una variante estilstica quiz con menos elementos cmicos. [5: En efecto, se usa ms bien en el campo cultural alemn casi como un homlogo de teatro documental (o documento), pero ms cercano al teatro pico o de narracin y su relacin con el destino. ]

En cuanto teatro de lo real, ya no es la clausura de la obra como el primero (documental), ni del personaje como el segundo (biodrama) sino probablemente su intervencin tenga que ver con la clausura de la ficcin representada especialmente en el dilogo y/o la escenografa, es decir, clausurar la representacin. El posteatro es la acuacin del poeta cataln Joan Brossa[footnoteRef:6] en cuanto a sus poemas escnicos que contienen elementos de carnaval, absurdo, teatro callejero y circo, y de algn modo lo emparentan con otros de los referentes en la experimentacin teatral: Alejandro Jodorowsky y los efmeros pnicos. En uno de sus manifiestos fechado en 1963 seala que ac en lugar de ir de la persona al personaje, como ilusoriamente crean hacer ciertas escuelas, el pnico trata de llegar del personaje que es (por la educacin antipnica implantada por los augustos) a la persona que encierra[footnoteRef:7]. En lo que se refiere a teatro posdramtico el nombre clave es Hans-Thies Lehmann y su libro homnimo, en cuyo prlogo Jos Antonio Snchez seala al respecto: resulta de la reivindicacin del teatro en cuanto medio una vez que la crisis de lo dramtico pareca favorecer el trnsito hacia un espacio de fronteras difusas, primero entendido desde la categora de la narracin y, ms tarde, desde la categora de performatividad[footnoteRef:8]. Justamente sobre esto ltimo existe una obra clave que es Esttica de lo performativo[footnoteRef:9] de Erika Fischer-Lichte en la cual se analiza el carcter performativo como materialidad en la realizacin escnica y su voluntad de acontecimiento. Un libro que transita por senderos cercanos en sus pliegues es Escenarios liminales de Ileana Diguez, que tambin confronta su propio marco terico cruzando a Butler o Bajtin con colectivos teatrales de Mxico, Colombia, Per, Argentina, entre otros. Agrega: Percibo lo liminal como tejido de constitucin metafrica: situacin ambigua, fronteriza, donde se condensan fragmentos de mundos, perecedera y relacional, con una temporalidad acotada por el acontecimiento producido, vinculada a las circunstancias del entorno[footnoteRef:10]. [6: El texto dramtico introduce la poesa en los dilogos; pero ms an cuando e hace manifiesta la posibilidad de que aparezca sobre la escena, cuando el poeta pone en juego los recursos del teatro, para dar luego a un continuum de instantes poticos que en el texto no se haban concretado agrega Eduard Planas en el prlogo de Posteatro (ver bibliografa). ] [7: Jodorowsky, Alejandro. Sacar el teatro del teatro! en Teatro sin fin (Tragedias, comedias y mimodramas). Barcelona: DeBolsillo, 2009. Pg. 320.] [8: Snchez, Jos Antonio. Para una lectura posteatral de Teatro posdramtico, prlogo en Teatro posdramtico de Hans Thies-Lehmann. Murcia: CENDEAC, 2013. Pg. 18.] [9: Fischer-Lichte, Erika. Esttica de lo performativo. Madrid: Abada, 2011.] [10: Diguez Caballero, Ileana. Escenarios liminales: teatralidades, performances y poltica. Buenos Aires: Atuel, 2007. ]

No obstante y con todo esto, he preferido el trmino teatro documental, pues apela a otras prcticas afines como las escrituras documentales, esto es, diarios, apuntes, bitcoras, memorias, autobiografas, biografas hechas por escritores, epistolarios, libros de entrevistas y conversaciones, manuales y divulgacin literaria, cursos sobre literatura, o el documental audiovisual en el cual los dilogos son testimonios, los personajes son personas y el documento social como tal remite a su propia obsolescencia, es decir, a su verdad que invierte las reglas de representacin y ficcin en aras de un nuevo lmite que, por ende, convierte al espectador en testigo, y por cierto, cmplice. Finalmente, me he inclinado por dicho nombre ya que de algn punto apela a la idea de archivo, nocin central en las discusiones en torno al fin o desgaste de la obra de arte y posiblemente el heredero de lo que Benjamin llam aura.

A partir de la deriva que estos nombres ricamente sugieren, y del corpus terico que les precede, es posible intentar una suerte de genealoga ni tan gris ni meticulosa, parafraseando a Foucault, en cuanto a experiencias teatrales en Latinoamrica. En la introduccin de Teatro documental latinoamericano Pedro Bravo-Elizondo emprende esta labor con compaas y colectivos destacables por sus innovaciones dramatrgicas desde los aos cincuenta o sesenta. Tal como La Candelaria y el Teatro Experimental de Cali en Colombia. En Argentina, el Libre Teatro Libre de Crdoba. Cuatro Tablas y Yuyachkani de Per; entre otras. Lo que caracteriza a la mayora de estos grupos es la seductora experiencia de salirse de la representacin y experimentar operaciones casi performticas en cuanto a realizaciones o el trabajo en creaciones colectivas. Por ejemplo, la experiencia de La Candelaria[footnoteRef:11], que contina hasta el da de hoy, es sin duda un referente en las vanguardias teatrales no tan slo de Colombia. En la pgina del Hemispheric Institute[footnoteRef:12] hay una referencia en cuanto a su mtodo compositivo donde se menciona por cierto Nosotros, los comunes (1972), su primera obra creada de manera grupal y que nace a raz de la insurreccin de los comuneros ante el dominio espaol en 1781. Sin embargo uno de sus mayores mritos consiste en haber sido una de las primeras compaas latinoamericanas en montar Marat-Sade (1966) de Peter Weiss, mencionado anteriormente. [11: En 1965 el grupo dirigido por Santiago Garca monta la obra Galileo Galilei inspirada en La vida de Galileo (1939) de Bertolt Brecht. Se seala que la produccin emple a ms de 70 actores y 200 trabajadores del teatro. La obra, al igual que la de Brecht, descontextualizaba al reconocido astrnomo con el fin de llamar la atencin en las relaciones polticas de la ciencia. Una referencia a la bomba atmica y el ulterior escndalo diplomtico terminan con la funciones de la obra, el cierre del teatro y la salida de Garca a un nuevo espacio fsico que ser la Casa de Cultura, que se convertir en el Teatro La Candelaria que es donde funciona hasta el da de hoy.] [12: Ver: http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/modules/itemlist/category/358-candelaria]

En lo que se refiere al teatro documental como tal sita al mexicano Vicente Leero como el iniciador del gnero con la escenificacin de Pueblo rechazado (1968) en cuya introduccin seala: No deseaba escribir un documento histrico, deseaba escribir una obra de carcter documental, que por supuesto no es lo mismo[footnoteRef:13]. A esta obra sigui Compaero (1970), El juicio (1972), entre otras. La lista se agranda con Girn: historia verdadera de la Brigada 2506 (1971) del cubano Ral Macas, Huellas de un rebelde (1970) de Fernando Gonzlez Cajiao, I took Panam (1974) del colombiano Jorge Al Triana con la dramaturgia de Luis Alberto Garca, Relevo 1923 (1975) de Jorge Goldenberg, entre varias otras. La mayora de stas nace de hechos histricos recientes o las semblanzas de personajes polticos como el Che Guevara, por ende si bien es cierto su carcter documental ac lo real es lo documentado en la obra ms que se escenifiquen como archivos. La lista es larga y merece un anlisis ms profundo y actualizado, ya que el libro de Bravo-Elizondo fue publicado en 1982. [13: Leero, Vicente. Teatro completo. Tomo I. DF: FCE, 2008.]

Si Evreinov al comienzo del ensayo hablaba de la transfiguracin y la transformacin todos estos autores de algn modo han optado por este camino tanto en sus creaciones teatrales o tericas lo cual los emparenta, pero no los unifica. El arte, y sobre todo el teatro, transmiten, pero tambin transmutan, remueven, emocionan y todas las conjugaciones que posee la raz latina movere. El continente posee una rica tradicin teatral, vibrante en experimentacin y quiebres, dentro de la cual el teatro documental es una de las ms fecundas experiencias. En el contexto de los escenarios contra-pedaggicos creo que estas obras han pasado por tres fases respectivamente, a modo de pliegues, intermezzos, zonas autnomas.

El primero sera el que nace en el contexto obrero-sindical, es decir, en el inicio de la era industrial a comienzos del siglo pasado y se permea en los primeros espacios universitarios de la clase media. Pienso en las expresiones populares, circenses, los gneros chicos a los cuales hacan mencin anteriormente Brossa y Jodorowsky y que concluyen en happenings o intervenciones en salas o exposiciones universitarias, de cierto modo llamando a lo real de los cuerpos, los cuerpos como archivos. En el teatro documental de esta fase se aprecian obras que se crean a partir de hechos histricos, sociales, incluso picos que justamente estn marcados en estos cuerpos castigados, esclavizados, explotados por empresas petroleras, mineras, banqueras, como por ejemplo S+S=41 (1973) del grupo ecuatoriano Ollantay, coordinado por el poeta Ulises Estrella, sobre las injusticias y el maltrato en las refineras del llamado oro negro en la dcada del cuarenta. Una segunda etapa sera la que comprende la salida de los espacios universitarios y se va a la calle como frente de resistencia, es decir, un relevo de territorios que se superponen en una jerarqua de poder y su crisis. Estas obras documentales mantienen el carcter colectivo de su voluntad de retorno (a lo real), no obstante estn situadas en un presente inmediato, una contingencia que las convierte en piezas de emergencia. Pienso ac en la Triloga Documental de Chile que veremos a continuacin. Para finalizar con una tercera etapa que sale de los discursos de la militancia, directa o indirecta, para hacerse presente en un nuevo siglo donde todo es post y lo moralizable suele ser la intimidad. Una poca de huerfanas de sentido, de Hiperdictadura, donde el teatro documental, y en especial el biodrama (Vivi Tellas), adquieren un carcter de metonimia con la realidad misma que por un lado usufructa de lo privado, pero a la vez vigila, cercena y controla lo pblico. No se abandona el carcter celebratorio del encuentro, pero s se recontextualiza en la sociedad de control biopoltico. Tal como en la primera etapa y el comienzo del siglo pasado pareciera que retornamos a una pregunta por el cuerpo en escena, ya no tanto su historia social sino personal, ya no la conciencia de una comunidad sino la escenificacin de una identidad. Seala Cristin Opazo:

En el entramado cultural chileno, las dramaturgias del nuevo milenio an son tratadas como cuerpos interdictos. Y, en segundo lugar, los argumentos de los textos producidos por los dramaturgos emergentes describen diversas facetas de un sistema pedaggico letal. A esto se debe agregar que dichos textos no slo documentan (cursiva del autor) el sistema pedaggico en cuestin sino -ms importante an- se permiten dramatizar una serie de subjetividades que, echando mano a fuentes cannicas y apcrifas, ponen en prctica maneras muy otras (cursiva del autor) de apropiarse del lenguaje e intervenir, por ende, en el sistema de reglas y prescripciones que clausura nuestra cultura[footnoteRef:14]. [14: Opazo, Cristin. Pedagogas letales: ensayo sobre dramaturgias chilenas del nuevo milenio. Santiago: Cuarto Propio/ CELICH, 2011. Pg. 12 ]

La seal ms clara de lo que se dice es el hecho de que en esta nueva escena de autores que trabajan lo documental y/o el biodrama su formacin ha sido en talleres o seminarios dados fuera de la academia. Basta mencionar a Lola Arias que fue un vector clave en lo biodramtico en Chile[footnoteRef:15] y desde donde dramaturgos jvenes[footnoteRef:16] han replicado, y ampliado, dichos talleres como el caso de dos de los ms destacados de la nueva escena de no ficcin: Nicole Senerman e talo Gallardo con su workshop de teatro documental o biodramtico Irrupcin de lo cotidiano en la puesta en escena. O los ya clsicos seminarios que han realizado dos de los precursores del teatro documental en Chile, Alfredo Castro en el Teatro La Memoria y Paulina Urrutia con El Testimonio en la escena. [15: El nmero ms reciente de la Revista Apuntes, n 138, est dedicado a la irrupcin de lo real en la escena actual y se encuentran artculos por ejemplo sobre Lola Arias o la triloga del colectivo Kimen. En la Latin American Theatre Review, n45 (2011) aparece Biografas escnicas: Mi vida despus de Lola Arias, entre otra cada vez ms abundante bibliografa.] [16: Paula Gonzlez es la fundadora del grupo Kimen que cuenta con su triloga documental" conformada por i Pu Tremen (Mis antepasados) (2009), Territorio descuajado: testimonio de un pas mestizo (2011) y Galvarino (2012), inspirada en la historia de su to mapuche asesinado por una banda neonazi. Testigo: reconstruccin biogrfica de un edificio protagnico (2012) de Pierre Saur narra los cuarenta aos del Edificio Ex Unctad, Ex Diego Portales, actualmente GAM con ancianos que trabajaron all o fueron vecinos del sector. Juan Cristbal, casi al llegar a Zapadores (2013) lleva a escena a las dos abuelas del director talo Gallardo. Las tentaciones de San Antonio (2014) de Jorge Guerra se estrena en la ciudad homnima y nace a partir del taller teatral Memoria y Testimonio en el Centro Cultural San Antonio impartido por ste mismo. El enfoque del taller, en vista a la obra, era la reconstruccin de la historia del puerto mediante relatos de sus habitantes. Lmites (2015) tambin de de talo Gallardo a partir de la casi guerra en 1978 con Argentina narra la historia de tres jvenes chilenos y tres argentinos que ven sus vidas daadas colateralmente por aquel conflicto. ]

De algn modo hemos ya delineado una cartografa documental en Chile, por ahora muy breve por cuestiones de espacio, pero no por eso menos intensa. Como ya se mencion ms arriba la aparicin basal de este tipo de obras podramos situarlo con la Triloga Documental de Chile de Alfredo Castro y la compaa La Memoria compuesta entre otros por Amparo Noguera, Aldo Parodi y la ya mencionada Paulina Urrutia, quien por lo dems fue alabada por la crtica en su papel de La Chica del Peral. Esta triloga la formaban La manzana de Adn (1990), Historia de la sangre (1992) y Los das tuertos (1993). A diferencia del teatro nacional que se ha servido de marcos referenciales directos o indirectos aqu la nocin de lo documental se autonomiza y adquiere una relevancia no tan slo en el exterior no dramtico de la obra sino que adems en sus pliegues de composicin y sentido. La primera de las obras nace a raz del libro homnimo de Paz Errzuriz y Claudia Donoso con fotografas y testimonios de travestis; el segundo, tambin con testimonios pero en hospitales, crceles y psiquitricos de personas que hayan cometidos crmenes pasionales, aunque como sealara luego Castro, todo crimen es pasional; la tercera y ltima parte corresponde a testimonios de actores, luchadores, personas del mundo circense y el espectculo pero vistos en su fatalidad. En el documento Presentacin y breve historia de Teatro La Memoria[footnoteRef:17] de dicha compaa se lee lo siguiente: [17: http://www.teatrolamemoria.cl/category/archivo-de-la-compania/documentos/]

La primera impresin que se tiene al leer los textos de La manzana de Adn y Los das tuertos o al escuchar directamente los testimonios que conforman Historia de la sangre, es la de or por primera vez.Estos textos logran provocar en el espectador y en los actores una representacin, a nivel de la idea y la emocin, relacionada con una biografa comn, no por las historias que en ellos se relata, sino que por que producen un reconocimiento. Este reconocimiento en el lenguaje permite la posesin de un lugar. Un lugar, que no es simplemente un algo, sino un algo que ejerce cierta influencia, es decir, que afecta al cuerpo que est en l.()La palabra testimonial Nombra, es decir, hace Existir sobre un escenario, aquello que a fuera de existir en demasa, ha perdido ya para nosotros su carcter de cosa real. Conjura la realidad para que aparezca ante nosotros despojada de cotidianeidad y se nos presente como nica y nueva. La Huida (2001) de Andrs Prez es tambin un hito en cuanto a la referencialidad convertida en trama dramtica, pues la obra se cie a los testimonios no oficiales de la criminalizacin y ejecucin secreta de homosexuales por parte del gobierno de Carlos Ibez del Campo en la dcada del veinte. All los personajes lo son en cuanto a cuerpo, pero en cuanto a afecto vuelven a ser personas y se suspenden la ficcin.

El suizo Stefan Kaegi pertenece a la nueva generacin de dramaturgos alemanes, el llamado Nuevo Teatro Documental, que si bien se sirve de estos andamiajes tericos y prcticos pone en tensin el carcter novedoso y sobre todo espectacularizado del biodrama. Lo mismo se podra decir de cierto abuso de procedimientos escnicos o el escaso espacio para la improvisacin, el caos creativo o la salida de la sala. En una entrevista reciente afirma:

Yo hago un teatro muy viejo, creo que hubo una poca en el siglo XIX o XVIII donde se gener un mal entendido sobre el teatro, ah pensaron que tena que ser algo con actores, con escenografa, una visin centro perspectivita, donde en lo ms oscuro estn los espectadores. Nosotros regresamos a una forma interactiva de teatro que utiliza a la ciudad como escenografa, como se hizo mucho en el siglo XIII y XIV, e intentamos hablar sobre la vida explic Kaegi al referirse a esta manera en que la ciudadana se transforma en la protagonista de la obra[footnoteRef:18]. [18: Prez, Paulina. FAV2015: Creador del Nuevo Teatro Documental visit Valparaso y expuso sobre sus ltimas obras en El Martutino. Valparaso, 15 de enero, 2015.]

A pesar de la tensin que propone Kaegi, l junto a Lola Arias participaron recientemente como curadores del festival Ciudades Paralelas convocando a diferentes artistas para intervenir teatral o escenogrficamente ciudades tales como Berln, Buenos Aires, Zrich y Varsovia, entre otras. Lo que me interesa sealar es que lo que naci casi como una prolongacin referencial del teatro poltico o de narracin a lo largo de ms de medio siglo ha ido configurndose en torno a varias problemticas, giros, discusiones, crticas en torno a la experiencia de convertir una obra en documento, cmo en ella el actor administra su personaje en torno a una performance de s, el modo en que la historia ya no slo emerge sino que se hace urgente, pero sobre todo como el llamado teatro documental invierte las reglas de representacin y ficcin en aras de un nuevo lmite que, por ende, convierte al espectador en testigo, y por cierto, cmplice. Lo que hemos convenido llamar historia no es ms que la suma de pequeos recuerdos superpuestos, caticos, y por cierto histricos, montados en un escenario que no es ms que la memoria, tambin catica e histrica: la verdad de s mismos.

Corpus/ Archivo 1989-2015

Entrevistas

Internacional

Vivi TellasLola Arias

NacionalAlfredo CastroPaulina Urrutiatalo GallardoNicole Senerman

bibliografa

Barthes, Ronald. Crtica y verdad. Buenos Aires: Siglo XXI, 1972Brecht, Bertolt. Diario de trabajo (1942/1944). Tomo II. Buenos Aires: Nueva Visin, 1977.Brossa, Joan. Posteatro. Ciudad Real (Espaa): aque editora, 2001.Diguez Caballero, Ileana. Escenarios liminales: teatralidades, performances y poltica. Buenos Aires: Atuel, 2007. Derrida, Jacques. Mal de archivo: una impresin freudiana. Madrid: Trotta, 1997. Evreinov, Nicols. El teatro de la vida. Santiago: Ercilla, 1936. Fischer-Lichte, Erika. Esttica de lo performativo. Madrid: Abada, 2011.Foucault, Michel. La hermenutica del sujeto. Buenos Aires: FCE, 2002.Jodorowsky, Alejandro. Sacar el teatro del teatro! en Teatro sin fin (Tragedias, comedias y mimodramas). Barcelona: DeBolsillo, 2009. Lejeune, Philippe. El pacto autobiogrfico y otros estudios. Madrid: Megazul-Endymion, 1994.Leero, Vicente. Teatro completo. Tomo I. DF: FCE, 2008.Marinetti, Filippo. Manifiestos y textos futuristas. Barcelona: Ediciones del Cotal, 1978. Melendi, Miguel. La narracin artstica como documento: atribucin de confianza en mundos de ficcin. Asturias: Universidad de Oviedo, 2008.Molloy, Silvia. Acto de presencia: la escritura autobiogrfica en Hispanoamrica. DF: FCE, 1996.Morales, Leonidas. La escritura de al lado: gneros referenciales. Santiago: Cuarto Propio, 2001.Opazo, Cristin. Pedagogas letales: ensayo sobre dramaturgias chilenas del nuevo milenio. Santiago: Cuarto Propio/ CELICH, 2011. Piscator, Erwin. Teatro poltico. Buenos Aires: Futuro, 1957. Snchez, Jos Antonio. Para una lectura posteatral de Teatro posdramtico, prlogo en Teatro posdramtico de Hans Thies-Lehmann. Murcia: CENDEAC, 2013. Scarano, Laura. Palabras en el cuerpo: literatura y experiencia. Buenos Aires: Biblos, 2007.Zizek, Slajov. El acoso de las fantasas. DF: Siglo XXI, 2005.