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EL MUNDO, SAN JUAN, f R. — DOMINGO 28 DE AGOSTO DE 1938.
Incidencias en el sensacio- nal proceso contra Hiñes Las acusaciones concretas que ha ce Thomas E. Dewey contra el poderoso lider politico.-Uines "postuló al fiscal Dodge porque era estúpido, respetable y hombre de su confianza"
NUEVA YORK.—(E. P.)— ¿Cuán- to ©opoció usted al acusado Hiñes, señor Williams*
—En 1935. —¿No lo habla conocido antes?
—Hlmes es un politicastro inmo- ral, que va a pagar ahora todo el daño que le ha,hecho a su partido y a sus conciudadanos...
—Incierto. Hiñes es victima de
ron unas veces Incrédulos y otras asombrados.
Terminada la declaración de Brunder, Interrumpida por la in- tervención de la defensa y la apa- rición de Weinbert. fué interroga- do el testigo hispano, 'natural de Trinidad. Camilo Monsanto. Su tes- timonio se refirió a cómo la Poli- cía habla Invadido su apartamiento y cogido su "banco" cuando se ne- gó a pactar con las fuerzas de Schultz, y cómo al ser llevados an- te el juez Erwin —uno de loa que Dewey ha nombrado como soborna- dos por Hiñes— él y mas de veinte de los "colectores" que estaban en su casa, contando ya con la protec- ción del "gángster", fueron deja- dos en libertad por el magistrado.
Las minuta* de ese juicio, leídas al Jurado, ponen en entredicho la virtud del jurista desaparecido, que en lugar de castigar a los culpa- hles cogidos en flagrante delito, to- davía reconvino a la policía.
Después vino la presentación ex- plosiva de Williams y su declaración abierta de haber sido coaccionado por uno de los auxiliares del Fiscal neo- yorquino. El amigo de Hiñes, que estaba en libertad bajo fianza de quinientos pesos como testigo en e! caso, fué enviado a la tenebrosa prisión de Las Tumbas, al no poder presentar la nueva fianza de diez mil dólares que •! Juez Pécora le exigió para retornar a su casa. a petición del brioso Fiscal.
Libros de ética profesional, historia y crítica
Por Mari» Cadilla de Martínez
La vocación, ese interés que se- leccona con amor la profesión de una vida o qua veces coincide con aquella queae escogiera accidental» mente, determinando' siempre una suma de perfecciones para el ejer- citante, acaba de darnoa frutos ópi- nos en el campo dé nuestro profe- sorado insular. Nos referimos a los libros de reciente publlcaón, JU- GANDO A LEER Y DIRIGIENDO AL NIftO, que tanto han de Influir para crear procedimientos raciona- les y fecundos al binestar de nues- tra - niñez actual y de la de nue- vas generaciones.
El primero de esos libros ha si- do dirigido por el distinguido com- pañero D. Francisco Gastambide-a quien nunca podremos expresar exactamente nuestro agradecimien- to por su dedicatoria, qua tanto nos honra— y e el resultado directo de la experimentación de métodos por maestros de reconocida competen- cia en le enseñanza del primer gra- do escolar. En el mismo la ética y la vocación ae auxilian para ir al deslinde de aquello que es Im- prescindible en el aprendizaje y de ganancioso valor para la formación del hábito, del carácter. Como el nombre indica, las anturales incli- naciones del juego del niño han si- do sabiamente orientadas al fin de dominar la técnica las inessF de dominar la técnica de la lectu- ra. Se rubrican con alegres temas, poemas cortos e ilustraciones las inclinaciones de la primera época de la niñez en que el mundo es de rosa y da vueltas engarzando be- llas ficciones e ¡conscientes ejerci- cios para desarrollar cualidades que luego han de distinguir la per- sonalidad. Todo ha aido. previsto
con ternura, comprensión y lealtad al sistema de enseñanza vigente y a la moderna pedagogía.
DIRIGIENDO AL NlftO ea un más amplio, ambicioso tratado que cubre casi toda la infancia y que es casi un texto de Paidología. Es- tá la publicación auspiciado por '.a Asociación de Mujeres Graduadas de la Universidad de Puerto Rico que tan acertadamente dirige nues- tra grande compatriota y amiga Isabel Andreu de Aguilar.
Con maestría y arco tenso diri- ge la Asociación acertadas flechas a elminar aquellos obstáculos que impiden a nuestra niñez desarrollar en las mejores Condiciones o que impiden a la escuela el realizar una extensa labor en ese sentido. La ética profesional, con toda su lealtad al humanitarismo y a los postulados científicos, trasciende en ese texto. El señorío de una femi- nidad también fiel a su destino, a su hora, da un apretón de patrio- tismo de buena ley a los compa- ñeros —profesionales de congéni- tas disciplinas—para trazar un vas- to plan de finalidades que padres y maestros deben perseguir cuando se trate de dirigir y educar la ni- ftez. El que podíamos llamar trait «" unión entre cátedra y hogar, ese hilo de común simpatía y coopera- ción, está magistralmente fortale- cido con DIRIGIENDO AL NItfO. Loa inquietantes peligros que pre- ceden a la vida o Ir. rodean, están analizados, previstos, señalados pa- ra mutua consideración preserva- tlva. Desde el embrión germinal al mayor desarrollo que precede al periodo de la pubertad, todo el pai- saje o panorama está escrutado. (Continúa en la página 11 col. 3.»
El Congreso Juvenil y las quere- llas de la política americana El Alcalde de Poughkeepsie negó su presencia a la convención, pero no así la señora Roosevelt que pronunció un discurso
NUEVA YORK.—(E. P.)—Betty Shields-Collins, Secretaria interna- cional del Congreso de las Juven- tudes, fué sin duda la figura más conspicua del Segundo Congreso que se inauguró en Poughkeepsie (Estado de Nueva York) el 17 de agosto reciente. Pero ella misma se encargó de subrayar en el dis- curso inaugural que esta asamblea sobrepasaba, más allá de todas sus esperanzas, el carácter realmente Internacional y pacificante que tu- vo el primero celebrado en Gine- bra hace dos años. Betty Shields Collins hizo entonces sus primera» armas en la gran Jornada de la paz cuya bandera toma en sus manos la juventud. "Hasta ahora no sa'- go de mi asombro, ha dicho, por el hecho de que se me asignara en ese primer Congreso a mi el car- go de Secretarla Internacional". Betty, hija de banquero, amiga de ¡a paz:
Betty representa el tipo de la muchacha Inglesa con la nueva concepción de responsabilidad so- cial. Pudlendo haber optado por la vida amable de sociedad, debutan- te de brillo, fiestas en Mayfair, un matrimonio de titulo, prefirió la ardua tarea de alinear a la Ju- ventud en la cruzada de paz y a ella tiene entregada su existencia. F,s hija de un rico banquero inglés, pasó la mayor parte de su niñez en la India, de fa cual tiene recuerdos 'desconsolador** pero que no des-
truyen esperanzas". Tiene 25 años, usa ••llpstlck", viste con elegancia. es rubia, pequeftíta. muy viva y simpática, graduada de la Univer- sidad de Londres; ha visitado todos
realmente le corresponde de "Lisa Americana para la Guerra y #1 Co- munismo Ruso". El "American" comentaba el hecho de que #1 doc- tor Harry Elmer Barnej hubiera
Kn la «eftiún Inaugural la Sr». Rooaevelt al centro entre la See. Interna- cional Misa Shlelda-Collina y el Jefe de la delegación de RE. i V Cadden.
Arriba: la familia Hiñen. El acusado con BU esposa, ana cuatro hijo* y BUB;cuatro nueras, todos loa cuales lo acompañan diariamente en el tribunal que lo juzga. La perfecta familia de Hiñe* ha sido el eje de la defensa para conquistar opinión en favor del acusado en una contien- da en que la opinión parece eetar toda del lado del fiscal Dewey. Abajo— Welnberg (con sombrero) el testigo que Identificó ante el Jurado a Hlnea como el hombre que. en BU presencia, recibió 1,000 dólares del "gángster" Schulti al convenirse el trato por el cual Hiñes protegerla • Schultz de la Policía y la justicia para el ejercicio de BU Juego de
la bolita, que rendía millonea de dolare* por año.
El problema territorial de Alema- nia antes y después de Versalles El régimen de Hitler está basado en el "honor alemán'' que exige la reintegración a Alemania de sus antiguas colonias
—No señor. La negación cayó como una bom-
ba en la sala del Tribunal Supre- mo neoyorquino donde se celebra el Juicio de James J. Hiñes, hasta hace poco amo político de la ciu- dad de los rascacielos y actualmen- te acusado de una serle de hechos que lo pueden enviar a prisión pa- ra toda la vida. El joven y popular ílscal Thomas E. Dewey ofrecía el testimonio de William —uno de sus testigos— para probar el nexo exis- tente entre el líder de Tammany Hall —la organización que durante más" de un siglo ha dominado po- liticamente en Nueva York— y el temible "gángster" Dutch Schultz, especie de zar del inmoral nego- cio dé "la bolita" hasta que la ba- la de un asesino le cortó la exis- tencia a fine» de 1935.
Julious Williams, un mulato pe- lirrojo que ha actuado como "ca- pitán de elección" de su distrito para Tammany y Hiñes, se desdecía de ese modo de la declaración que habla hecho, primero en la ofici- na del Fiscal y después ante el Gran. Jurado que procesó al jefe político, y se convertía, por lo tan- to. M 'testigo de la defensa.
Interrogado pw el ahogado de- fensor.- Mr. Lloyd Paul Stryker, WiUtpms aseguró que no habla de- rl arado-, que Hiñes, mucho antes de la mencionada época —1935— lo habla enviado a la oficina pecami- nosa de. Schultz, para que su hom- bre de oonflanza. el notorio bandi- do George Geinberg. le proporcio- nara un empleo relacionado con •ua actividades delictivas. Habla firmado tal declaración —dijo— porque fué lo que le dijeron que hlcjera en la oficina del Fiscal de Distrito, coaccionado por la amena- ta ¿le que lo enviarían a la cárcel si 8o hacia tal manifestación.
Tjal fué el primer éxito que se anotó la defensa de Hiñes, que has- ta : entonces habla sufrido rudos golpes a través de las sesiones del juidio. Ello ocurría al segundo día de testimonio presentado por el di- námico y ambicioso Fiscal —po- sible candidato para el cargo de Gobernador de Nueva York en las próximas elecciones— para probar ante el Jurado sus contundentes cargos. •
Lo que piensa el público del juicio:
Otros dos días fueron necesarios para escoger al Jurado que ha de fallar el proceso más sensacional celebrado en Nueva York en lo que va He siglo. Tanto el Fiscal como la defensa examinaban cuidadosa- mente a los Jurados potenciales, para evitar que en el cerebro de cualquiera de los juzgantes anidan el «rejuicio.
Cada una de las sesiones del Jui- cio - despiertan expectación enorme y sen- pr««»nr