filo372 jacques dhondt - hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

Upload: zelkova-de-karvina

Post on 13-Apr-2018

225 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    1/371

    Hegel, filsofo

    de la historiaviviente

    Jacques D'Hondt

    Amorrortu editores

    Buenos Aires

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    2/371

    Hegel, filsofo de

    la historia viviente

    Jacques DHondt

    Amorrortu editores

    Buenos Aires

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    3/371

    Director de la biblioteca de filosofa, antropologa y religin,Pedro Geltman

    Hegel, philosophe de lhistoire vivanteJacques DHondt, 1966Traduccin, Anbal C. LealRevisin tcnica, Ral O. Sassi

    Unica edicin en castellano autorizada por Prestes Universitairesde France, Pars, y debidamente protegida en todos los pases.Queda hecho el depsito que previene la ley n? 11.723. Todoslos derechos reservados por Amorrortu editores S. C. A., Lea2223, Buenos Aires.

    La reproduccin total o parcial de este libro en forma idntica omodificada, escrita a mquina por el sistema multigrapb, mime-grafo, impreso, etc., no autorizada por los editores, viola derechosreservados. Cualquier utilizacin debe ser previamente solicitada.

    Impreso en Argentina. Printed in Argentina.

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    4/371

    Dedico esta obra a Jean Hyppolite, en testimonio de profunda

    gratitud.

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    5/371

    Prlogo

    La filosofa de la historia es, en la forma final que le confierenlas Lecciones de Berln, uno de los aspectos ms difamados dela obra de Hegel; as, un crtico posterior a 1848 lleg al ex-

    tremo de afirmar que era su parte vengonzosa.Tanta reprobacin que nos parece injusta se apoya sobretodo en ciertas circunstancias enojosas: la publicacin de la obrafue muy deficiente, y en presencia de este texto algunos lectoresrenuncian a desprenderse de los prejuicios que heredaron delpasado.Ciertamente, no discutiremos la legitimidad de muchos de losreproches que se formulan a Hegel, ni disimularemos los rasgosde esclerosis que envaran su expresin berlinesa. Es ms: cree-

    mos superado todo el hegelianismo, aun el de sus fulgores juve-niles. Hegel presenta, si no las modalidades, por lo menos la fata-lidad de ese envejecimiento que afecta a todos los seres, a todaslas cosas y a todas las concepciones filosficas.Pero lo superado sobrevive, a su modo, magnificado en lo quelo super.Devuelta a su contexto histrico, inserta en su tiempo y su uni-verso, pero a la vez reconocida y asimilada por el pensamiento

    moderno, que tanto le debe, la filosofa de la historia recuperalos tesoros que un drstico desarraigo le hara perder, halla nue-vamente un significado seductor, recobra su dignidad de obragrande y orgullosa, inquietante y atormentada.Sus adversarios, ms interesados en combatirla que en entenderla,se negaron a evaluarla en la perspectiva histrica que intentabaofrecer. Fingieron menospreciarla: era un monstruo inofensivo.Pero al mismo tiempo evitaron cuidadosamente acercrsele de-

    masiado.Por su parte, los piadosos discpulos, ms nocivos quiz que losenemigos, amortajaron a Hegel con flores y, entonando alabanzaspara hacer inaudibles las voces de protesta del maestro, le im-pusieron la serenidad de la muerte. De modo que ahora, cuandoabrimos el sudario purpreo con que lo envolvieron, asistimosasombrados a la aparicin de un dios pleno de vida.La filosofa de la historia no es un cuerpo tan descarnado y secocomo podra creerse a primera vista. Las Lecciones de Berln,

    obra de la madurez, no perpetran sin embargo el asesinato del

    9

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    6/371

    pensamiento juvenil. En verdad, se las comprendera poco y malsi se descuidara relacionarlas permanentemente con los primerosescritos de Hegel, que ellas comentan y desarrollan, pero a la vezcontienen y utilizan.

    Ya se adivinar que nos hemos propuesto algo as como unarehabilitacin de los ltimos trabajos del filsofo. Seremos con-vincentes? Cuando se vuelve hacia Hegel una mirada distinta yaudaz, se debilitan muchas objeciones tradicionales. Es necesarioreelaborar constantemente cada filosofa de la historia. Conside-remos a Hegel a la luz de nuestro siglo!As, nuestra tarea no se limitar a defender a un extranjero in-fortunado. Se tratar de valorar un pensamiento que interesa anuestra poca y que nos afecta ntimamente; se tratar de defen-

    der un patrimonio y de mostrar que una herencia cultural no esun osario, sino un manantial inagotable.Este peregrinaje a los orgenes de ningn modo niega lo ya reali-zado; por el contrario, destaca mejor su riqueza. Hegel quisopersuadirnos generosamente de que el presente se nutre de todolo que fue grande en el pasado. Un sentimiento de gratitud, si-quiera mnimo, nos impulsa a retribuir su generosidad y a demos-trar que en este sentido tambin l conserva plena actualidad.Por lo tanto, creemos que al asumir la defensa de Hegel el

    pensamiento moderno sirve a sus propios intereses. Se trata sim-plemente de alegar pro domo.

    Apoyamos en muchas citas, a veces extensas, nuestra exposicinde las ideas de Hegel. Esperamos que se nos perdone el mtodo:acaso los propios textos no constituyen la mejor confirmacinde una interpretacin?En las referencias a ciertas obras de Hegel hemos adoptado

    abreviaturas, algunas de ellas consagradas por el uso. Se hallar laclave al comienzo de la bibliografa que completa esta obra. Enel caso de otras obras y de los trabajos sobre Hegel, ofrecemossiempre, en la nota correspondiente, las indicaciones que permi-tirn la remisin, y que tienen tambin su complemento en la

    bibliografa.

    Expresamos aqu nuestro agradecimiento al Centre National dela Recherche Scientifique, que nos ofreci la posibilidad de com-

    pletar nuestro proyecto. Tambin debemos expresar nuestro pro-fundo reconocimiento a Jean Hyppolite, quien nos alent paraque realizramos este trabajo y nos ayud constantemente consus discretos consejos.

    10

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    7/371

    Primera parte. El dogma y la historia

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    8/371

    1. La vida

    Gris, amigo mo, es la teora, pero eternamente verde el rbol dela vida. Goethe.

    La belleza, aun triunfante, no desdea utilizar el contraste. Hegellevanta a veces el velo que disimulaba los errores dogmticos, yas nos iniciamos en inquietantes prcticas. En un escenario dehorror, extraos manipuladores aplican un tratamiento sacrilegoa los seres y a las cosas. Desprovistos de ardor y de fe, pues estatarea infame apaga todo fervor, organizan una especie de museo

    de la tristeza y de la muerte.Estos necrfilos espan las ideas agonizantes, las instituciones car-comidas, las naciones gastadas: al primer traspi de su presa seapoderan de ella y, todava palpitante, la arrastran a la morgue.Conocen los signos de la decrepitud. La anuncia el sueo, estadode mal presagio. El ser vivo, orgnico o espiritual, individual osocial, se hunde en el letargo. A veces est como paralizado. Yano se mueve, no cambia ni progresa. Se agota su poder de in-vencin, se disipa su energa, se le entumecen los miembros. Lacorriente que pareca impulsarlo se inmoviliza, y en tal estanca-miento la corrupcin lo invade por completo. En otras ocasiones,asistimos a una desecacin implacable.Es entonces cuando los proveedores del dogmatismo se acercana los moribundos y los someten a horrendas manipulaciones, va-riables segn el vicio y el talento de cada uno.Algunos momifican los cuerpos, los pensamientos y las doctrinasque otrora bullan con vida inquieta y generosa. Otros completan

    la desecacin ya iniciada. Los hay que sumergen a sus vctimas enuna fuente petrificante, y al punto las retiran rgidas y fras comoestatuas.Todos estos manejos producen el mismo resultado: inmoviliza-cin, fijacin, endurecimiento, brutal crispacin de la liviandad,la flexibilidad y la gracia. Todo debe entrar en un casillero oen un capitulo de donde ya no podr salir.A veces, el dogmatismo se arroja, en su audacia, sobre el pensa-miento an vivo, y, como en el caso del idealismo trascendental

    formal, le vaca las venas; entonces, espectculo repugnante,el pensamiento se debilita, y nos ofrece un ente intermedio entreforma y materia.1 Junto a la morgue, la sala de las momias y1

    1 Hegel, Glauben und Wissen, en Glockner, ed., Werke,* vol. t, pg.306; Premiares publications, trad. al francs por Mry, Pars, 1952, pg. 213.

    * En el apndice denominado Notas bibliogrficas, al final del volumen,

    13

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    9/371

    el depsito de esqueletos, el dogmatismo organiza tambin ungabinete de monstruos. El visitante que recorre una sala tras otratiene la impresin de que est volviendo las pginas de un manualde historia de la filosofa es decir, un manual prehegeliano .Los exhibidores de cadveres no gastan mucho en la decoracin

    de su museo. Se ajustan a un sencillo formalismo, y se contentancon la paleta de un pintor que solo tuviera dos colores, porejemplo el rojo y el verde, utilizado uno para la escena histricay el otro para los paisajes, segn la demanda.2Pero el perezoso formalismo se fatiga con esa dicotoma, todavademasiado compleja y concreta para su gusto, y se entrega progresivamente a la uniformidad y al vaco. De modo que su actividad concluye en una pintura totalmente monocroma, pues,escandalizado por las diferencias del esquema, las sumerge, encuanto pertenecientes a la reflexin, en la vacuidad de lo absoluto, de modo que se restablezca la identidad pura, el blancoinforme.8 Se alcanza as una uniformidad de la coloracin delesquema y de sus determinaciones sin vitalidad alguna; en suma,una identidad absoluta.4El dogmatismo desprecia el variado esplendor de la vida. Se limita a postular la fatigosa repeticin de la misma frmula, elmismo color, el mismo esquema.

    Una vez que los preparadores han vaciado toda la sangre de losvivos y despojado sus almas de todos los recuerdos, permiten elacceso del pblico a este cementerio. Los muertos estn alineados unos junto a otros, con menosprecio de los vnculos familiares o espirituales, sin relaciones reales, en un orden puramentegeomtrico. Circulamos entre las naciones exanges y los sistemas difuntos como si caminramos entre tumbas.Hegel ha intentado muchas veces sugerir la desolacin de este

    mundo, en que se clasifica a los seres inanimados con arreglo aun principio exterior a ellos mismos. En un texto de juventud,contrapona as lo vivo a lo muerto: por un lado est

    el libro viviente de la naturaleza, las plantas, los insectos, lasaves y los animales, segn viven mutuamente relacionados, demodo que cada uno vive, y goza de su propio placer, estn mezclados, y por doquier se manifiesta el conjunto de todas lasespecies

    incluimos las versiones existentes en castellano de las obras de Hegel. Lasde otros autores que tienen versiones castellanas aparecen seguidas por &a lo largo de la obra. (N. del E.)2 Pbnomndogie,* t. i, pg. 44.* Como aclara el autor en las Notas bibliogrficas (vase la pg. 372),en el caso de esta obra se remite a la traduccin francesa de Jean Hyppo-lite. (N. del E.)3 Ibid., pg. 45.4 lbd.

    14

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    10/371

    y por otro lado tenemos

    el gabinete del naturalista, que dio muerte a los insectos, seclas plantas, disec o conserv en alcohol a los animales, y agruptodo lo que la naturaleza ha separado; que impone un orden

    subordinado a un fin nico, all donde la naturaleza vinculabaestrechamente con un lazo amistoso la diversidad infinita.8

    En la Fenomenologa, Hegel esboza otro cuadro de la boticadogmtica:

    Se trata, precisamente, de un cuadro que se asemeja a un esqueletocon cartoncitos pegados, o a una serie de cajas cerradas con susetiquetas, en un almacn; este cuadro ha desechado o escondido

    profundamente la esencia viva de la cosa, y no es ms claro queel esqueleto con sus huesos sin carne ni sangre, y que las cajasque guardan cosas inertes.56

    Si avanzamos con Hegel, tropezaremos a cada momento con loscadveres, las momias, las viejas armas enmohecidas, las teorasrefutadas, los regmenes polticos vetustos que el dogmatismo seobstina en conservar. Y estos arreos anticuados consiguen an

    impresionar a los ignorantes, que los admiran extasiados.Pero, para qu servirn estos fsiles, que as se exhiben, al vi-sitante inteligente que recorra este cementerio, botica o museo?Muy pronto se fatigar de

    limpiar las gotas de lluvia o los granos de polvo que cayeronsobre estos objetos, y [establecer] en lugar de los elementosinteriores de la efectividad tica que los rodeaba, los engendrabay les infunda su espritu, la armazn interminable de los ele-

    mentos muertos de su existencia exterior, el lenguaje, el factorhistrico, etctera.78

    Es un pasatiempo de anticuario, adecuado para un corazn di-funto que se satisface atarendose en lo que est muerto, enlos cadveres.8 Cmo no impacientarse cuando uno hojea estossombros catlogos? De pronto, el rostro festivo de un faunoatraviesa esta muralla de hojas muertas, y vemos el genio jovende un pueblo:

    5 Nohl, pg. 7. [Nohl designa aqu, siguiendo la prctica consagrada, losHegds Tbeologucbe Jugendschriften,editados por H. Nohl, Tubinga: Mohr,1907. Vase al respecto la observacin del autor en la pg. 372, apartadoE, de esta obra. (N. del E.)6 Phnomnalogic, t. I, pg. 45.7 Pbnomnologie, t. n , pg. 261.8 Hoffmeister, ed., Geschkbte der Philosopbie, Introduccin, pg. 133;trad. al francs por Gibelin, pg. 121.

    15

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    11/371

    Siente toda su fuerza y lanza gritos de alegra, se arroja conapetito devorador sobre algo nuevo, se interesa en ello con lams intensa vivacidad, luego lo abandona nuevamente, quiz paraapoderarse de otra cosa; pero jams podr tratarse de algo quedoblegue con cadenas su cerviz orgullosa y Ubre.9

    Si en el museo dogmtico tuvimos que soportar mucho tiempolas cosas marchitas, el espritu joven y vido de novedad se arro-jar en la vida con frenes tanto mayor. Todo lo maravilla: Qudanza vertiginosa! Desaparecieron la monotona y el hasto! Lastumbas no encierran la verdad:

    La Manifestacin es el movimiento de nacer y perecer, movi-

    miento que en s mismo no nace ni perece sino que es en s, yconstituye la realidad efectiva y el movimiento de la vida de laverdad. Lo verdadero es as el delirio bquico que embriaga todoslos miembros; y como este delirio resuelve en s inmediatamentecada momento que tiende a separarse del todo, este delirio esigualmente el reposo translcido y simple.1011

    Ante los ojos del filsofo fascinado, muy pronto el gnero huma-no ntegro danzar la bacanal universal:

    Vemos un cuadro inmenso de acontecimientos y de actos, uncuadro que incluye las formas de los pueblos, los Estados, losindividuos, formas infinitamente variadas y que se suceden in-cansablemente. Incluye todo lo que puede penetrar en el espritudel hombre e interesarle, todas las impresiones del bien, lo belloy lo grande; por doquier se conciben y realizan objetivos, metascuyo valor reconocemos, cuya realizacin anhelamos, y que sus-

    citan en nosotros esperanza y temor. En todos estos hechos ytodas estas ocasiones se manifiestan en la superficie la actividady el sufrimiento humanos, por doquier algo que nos afecta, y poreso mismo siempre una inclinacin favorable o contraria denuestro inters. A veces nos seduce la energa, esa energa porobra de la cual el vicio mismo sabe darse importancia. Otras,vemos el amplio cuerpo de un inters general desplazarse pesa-damente y reducirse a polvo, presa de un conjunto infinito depequeas circunstancias y vemos luego una pequeez que esresultado de un vasto despliegue de fuerzas, o una cosa gigan-tesca que se origina en condiciones aparentemente nfimas, pordoquier la ms abigarrada algaraba, que nos cautiva, y tan prontouna cosa desaparece otra ocupa su lugar.11

    9 Nohl, pg. 6.10 Phnomenologie, t. i, pg. 40.11 Die Vernunft, pg. 34.

    16

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    12/371

    La eterna repeticin de la cada

    A semejanza del genio de un pueblo joven, Hegel experimentasiempre un enorme apetito de novedad.Detesta todo lo que se mantenga fijo en un lugar, acumulando

    las secreciones de un inmutable hasto. Tan solo acepta lo per-manente cuando est animado de vitalidad interior, fuente in-agotable de inters.Hegel nos ha dejado el asombroso Diario de su excursin de

    juventud en el oberland de Berna. La diferencia entre las im-presiones experimentadas frente a sucesivos paisajes ya mani-fiesta una orientacin fundamental de su espritu.1 salto del Reichenbach lo seduce:

    El majestuoso espectculo nos compens por las dificultades deesta jornada desagradable. Arriba, por una estrecha fisura entrelas rocas, brota un pequeo chorro de agua, luego cae vertical-mente en amplias ondas, que dirigen la mirada del espectadorhacia el curso inferior, ondas que l jams puede fijar ni seguir,pues su imagen y su figura se disipan a cada momento y en cadainstante ceden el sitio a otras. En esta cada de agua ve eterna-mente la misma imagen, y simultneamente ve que jams es la

    misma.12

    Hegel ya haba interpretado otro salto de agua, la cascada delStaubbach, y el sentido que descubra en ella se inspiraba evi-dentemente en las ideas de Kant y de Schiller:

    . . . esta realidad viviente, esta disolucin perpetua, esta saltarinadispersin, esta realidad que no se funde jams en una masanica, esta agitacin continua y esta actividad, todo esto ofrecems bien la imagen de un juego libre.13

    Pero, qu experimenta en cambio ante un paisaje desprovisto devida y movimiento? Es conocida su decepcionada exclamacin,clebre pero a menudo mal entendida. Hegel contempla las ele-vadas montaas desiertas, y reniega:

    En el pensamiento sobre la duracin de estas montaas y en esa

    especie de sublimidad que se les atribuye, la razn no encuentranada que le parezca imponente, nada que la fuerce a asombrarseo a admirar. La visin de estas masas eternamente muertas no meha ofrecido ms que una representacin montona, y a la largaaburrida: esto es as (es ist ro).14

    12 Dokumente,pg. 231.13Ibid.,pg. 224.14Ibid.,pg. 236.

    17

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    13/371

    Ms de cuarenta aos despus, Hegel permanecer fiel a su juiciojuvenil. La perennidad y la fijeza nada valen. Las Lecciones sobrela filosofa de la historia insisten en ello:

    . . . debe desecharse aqu el prejuicio que sostiene que la dura

    cin, comparada con la desaparicin, sera algo notablementesuperior: las montaas imperecederas no son superiores a la rosaque muere al deshojarse rpidamente.1516

    El pintor que quiera representar una cascada no lograr aprehender lo esencial en su cuadro inmvil:

    La vida eterna, la actividad (Regsamkeit) contenida en ella (...),

    el eterno, el incesante cambio de cada parte, la continua disolucinde esta ola, de esta espuma ( . . . ) ; toda esta fuerza, toda esta vida,quedarn fuera.18

    Ahora bien, lo mismo en la naturaleza como ilustracin que en lahistoria como realidad profunda, solo importa la vida, con sualternacin de apariciones y desapariciones. Los pueblos y losEstados que persisten tienen la pesantez de las montaas. Si semantienen estacionarios statarisch, como dice Hegel apenas

    merecen el nombre de pueblo o de Estado. En verdad, no pertenecen a la historia los que se mantienen en interminable espera,sino nicamente los que suben a escena, actan y luego semarchan:

    Los persas son el primer pueblo histrico, Persia es el primerimperio que ha desaparecido. En tanto que China y la India permanecen inmutables (statarisch) y continan llevando una exis

    tencia vegetativa natural hasta nuestra poca, este pas, en cambio, sufre las evoluciones y los trastornos que son el nico rasgodistintivo de una condicin histrica.17

    Las cosas buenas no duran. La sal de la tierra jams cristaliza.A Hegel le interesan, ante todo, las rupturas del equilibrio, lasvacilaciones, las transiciones, los pasajes, en los cuales, ciertamente, toda desaparicin exige un reemplazo:

    Por lo tanto, ms bien debe considerarse esencial lo que est envas de desaparicin; no debe considerrselo en la determinacinde una cosa rgida que, separada de lo verdadero, debe ser abandonada no se sabe dnde, fuera de lo verdadero; y, a su vez, no

    15 Glockner, ed., Pbilosophie der Gescbichte,pgs. 292-93.16 Dokumente,pg. 232.17 Glockner, ed., Pbilosophie der Gescbichte,pgs. 233-34.

    18

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    14/371

    debe considerarse lo verdadero como lo positivo muerto que yace

    del otro lado.18

    Veremos que Hegel espia en la historia todas las metamorfosis,observa los desarrollos originales del curso de las cosas, determina el momento en que aparecen, o ms bien demuestra cun difcil es determinar la fecha de un nacimiento, fijar el instantedecisivo de una transformacin.Hegel quiere descubrir el secreto de los modos de transformacin.Jams hay avaricia en sus inventarios de los tipos de transicin:cuando nos promete dos, concede generosamente tres o cuatro.Toda figura histrica est condenada al suicidio, pero puede resolverse en l de diferentes modos:

    Con el correr del tiempo, cada pueblo debe incorporar a su actualConstitucin los cambios que la aproximen cada vez ms a laverdadera Constitucin ( . . . ) En su caso, el en-s, que an expresa para l su Constitucin como lo verdadero, ya no es verdadero su conciencia o su concepto y su realidad son distintos:de modo que el espritu nacional es un ser desgarrado y dividido. Se presentan dos casos. El pueblo destruye con unaerupcin interior violenta este Derecho que an debe valer; obien transforma de modo ms sereno y con mayor lentitud loque an vale como Derecho, la ley que ya no es el verdaderomodo de vivir (Sitie) y que ha sido abandonada por el espritu.O bien no tiene la inteligencia ni la fuerza necesarias para realizar esta tarea, y se mantiene en la ley de tipo inferior; u otro

    pueblo ha realizado su Constitucin superior, y por eso mismodemuestra su carcter de pueblo superior, frente al cual el primerpueblo deja de ser tal, y debe sometrsele.19

    Indudablemente el estilo es difcil, pero la idea se expresa conclaridad. Revolucin, evolucin, estancamiento, servidumbre: son,para una Constitucin poltica, otros tantos modos de perecer.Por su parte, la conciencia individual en desarrollo tiene siempreante s varios caminos: aniquilamiento, transformacin, envilecimiento, elevacin. . .

    La verdad es la vida

    Impvido, Hegel relega las antiguallas a las tinieblas exteriores.Incompatibilidad de lo nuevo y lo viejo, observa en un ensayojuvenil, y en este sentido remite a los versculos de San Mateo:

    18 Pbinomnologie, t. i, pg. 40.19 Glockner, ed., Gescbichte der Pbilosophie, t. xvm, pgs. 276-77.

    19

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    15/371

    Nadie aplica un retazo de gnero nuevo a una prenda vieja; pueslo nuevo arrebatara una parte de lo viejo y lo rompera anms. Y tampoco se vierte vino nuevo en odres viejos.20

    Cita con agrado otro versculo audaz, Dejad que los muertos

    entierren a sus muertos,21 y no deja de formular a los obstina-dos la terrible amenaza: Ya estn frente a tu puerta los pies dequienes te hundirn en la tierra, versin distinta de la expresinfamosa: Hermano, es necesario morir.Rechaza siempre el placer del anticuario, que ama el pasado

    por el pasado mismo, que se apasiona por las cosas viejas y lasideas viejas en s mismas:

    Lo histrico, es decir, el pasado como tal, ya no existe, ha muerto.

    En estos ltimos tiempos se ha difundido mucho la tendenciahistrica abstracta, que consiste en ocuparse de las cosas des-provistas de vida.

    La compara con un corazn difunto.22 Y agrega:

    El espritu de verdad y de vida solo alienta en lo que es. Elespritu viviente dice: Dejad que los muertos entierren a sus

    muertos, y seguidme!23

    En otra versin del curso de historia de la filosofa, afirmar:

    No es posible interesarse en lo que est muerto, en el pasado; ellointeresa nicamente a la erudicin y a la vanidad.24

    Por ejemplo, las antiguas filosofas no tienen posibilidad algunade recuperar su actualidad. Tambin sufren un destino histrico:

    Despertar nuevamente estas concepciones filosficas, pretenderreintegrarles el espritu que se ha replegado en lo ms profundode ellas, sera cosa imposible, una tontera semejante a la delhombre que se esforzase por ser nuevamente joven, o la del joven

    20 Nohl, pg. 394.21 Phnomnoiogie, t. i, pg. 61. Vase tambin, por ejemplo, Hoffmeister,ed., Gescbicbte der Pbilosophie, Introduccin, pg. 133; trad. al francspor Gibelin, pg. 121.22 Vase la pg. 13 de esta obra.23 Hoffmeister, ed., Gescbicbte der Pbilosophie, Introduccin, pg. 133.Es conocida la inclinacin de Marx a este gnero de frmulas. Ya en mayode 1843 escriba a Ruge: Dejad que los muertos entierren y lloren a susmuertos. Por lo contrario, es cosa envidiable ser los primeros que ingresenvivos en la vida nueva; tal ser nuestro destino (Marx-Engels-Gesamtau-sgabe,Francfort, 1927, t. i, 1?, 1, pg. 561).24 Ibid.,pg. 134.

    20

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    16/371

    que quisiese volver a la adolescencia o a la infancia, aunque elhombre, el joven y el nio sean el mismo individuo (...) Lasmomias introducidas en lo que vive no logran mantenerse.252627

    Hegel se complace en esta imagen: Cuando las filosofas repri

    midas resucitan, son como momias de un pensamiento antiguo.2Ninguno de estos textos de Berln se aparta de la denuncia precozde las momias del pensamiento en el escrito sobre la Diferencia entre los sistemas filosficos de Fichte y de Scbelling27 ni dela crtica a una cultura ya superada o a los mtodos enve

    jecidos ya para la opinin, expresiones tan frecuentes en laFenomenologa,282930Hegel no excluye de esta caducidad universal las estructuras polticas. Es imposible que se conserve nada de lo que posee unser temporal:

    Ha sido vlido, pero no puede serlo permanentemente; la necesidad de abolirlo est en la idea de Constitucin.20

    Este rechazo de la prolongacin del pasado aparece, en Hegel,acompaado de un resentimiento profundo contra los nostlgicosde los tiempos antiguos. Una actitud vital sostiene esta opcin

    doctrinaria, que, como es sabido, asume una expresin apasionadaen los escritos de juventud. En su madurez, en Berln, el filsofosigue sostenindola, como lo atestigua su malhumor ante la lectura del libro de Arndt, Enfoques y perspectivas de la historiaalemana.* En sus observaciones ante ciertos pasajes de la obra,31Hegel se burla de los sentimientos del autor.Cuando describe la isla de Rgen, rndt lamenta la desaparicinde lo que haba sido edificado sobre la leyenda y la fe; y Hegel

    protesta: Lo contrario del presente vivo y la razn!. Arndt sequejaba de que una raza y un dios nuevos hayan expulsado alos antiguos, y Hegel interroga con sarcasmo: Hay algo quelamentar en todo eso?.En estos antiguos modos de vivir, en estas viejas creencias, ya noalienta la vida. Hegel no derramar por ellos una sola lgrima.Ciertamente, su actitud expresa la idea de que debe amarse loque no se volver a ver. Pero con la condicin de que lo que hadesaparecido no intente retornar!

    25 Ibid., pg. 73. Vase la trad. al francs de Gibelin, pg. 71.26 Ibid., pg. 113. Vase tambin la pg. 130.27 Glockner, ed., Werke, t. t, pg. 40; Premiires publications, trad. al francs por Mry, pgs. 83-84.28 Vase, por ejemplo, Phnomnoiogie, vol. i, pg. 41.29 Glockner, ed., Gescbicbte der Pbilosopbie, t. xvui. pg. 277.30 E. M. Arndt,Ansichten und Aussicbten der deutscben Gescbicbte, 1* parte, 1814.31 Hoffmeister, ed., Berliner Scbriften,1956, pg. 677.

    21

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    17/371

    La inercia

    Hegel se aparta de la muerte y del pasado. Tambin detesta loque se les asemeja. A su entender, lo que carece de vitalidad yanimacin, lo que decrece en movilidad, lo que se detiene y sefatiga, todo esto ingresa en la categora de la muerte. Algunos revolucionarios franceses adoptaron una famosa definicin: Lamuerte es un sueo eterno. Pero Hegel se apresurara a invertirla: el sueo, aun transitorio, ya es la muerte.Admite apenas la inercia de los minerales. Lo indigna ver que elespritu, la vida y la sociedad caen en el marasmo. Testigo de lainmovilidad de las deas y las instituciones en su propio pas, querra que todo esto cambie, y adhiere a lo que podra denominarse

    el partido de la vida. Mientras la mayora de sus contemporneos,en Alemania, desean que las cosas permanezcan como estn sonfelices en la monotona de su vida rutinaria, y prefieren soportarcon paciencia los males del presente antes que correr ningnriesgo , algunos espritus audaces hacen or sus quejas por estapasividad.En sus escritos denuncia constantemente la causa de su tormento,esa mortificacin que es la inercia alemana, la deutsche Trgbeit.Entre ellos hay hombres que, en diferentes sentidos, influyeronsobre Hegel: Fichte, Forster, Hlderlin.Por ejemplo, Fichte haba consagrado algunas pginas de su Doctrina de la moral a la explicacin filosfica de esta Trgbeit.82Contrapona una inercia originaria a la fuerza activa del espritu:

    Suponemos una inercia originara anterior a la reflexin y, porconsiguiente, a la actividad que se ajusta a esta reflexin.

    Y denunciaba en esta inercia originaria el mal radical, un malpositivo.Sin embargo, no le bastaba comprobar su presencia, como habahecho Kant. Quera explicar racionalmente su necesidad. Y ellolo llevaba a elaborar este razonamiento:

    Puede atribuirse a la naturaleza en general, en cuanto naturaleza, una fuerza de inercia (vis inertiae). Esto se desprende del

    concepto de la actividad de un ser libre, que necesariamente debeentrar en el tiempo para ser perceptible, y que no podra serlo sino se pusiese como detenida por objetos. Ciertamente, el concepto de una fuerza de inercia parece contradictorio, pero no poreso debe considerrselo menos real: solo se trata de aprehenderlocomo corresponde.

    y i Fichte, Das System der Sittenlehre nach den Principien der Wissen-scbaftslehre, Jena y Leipzig, 1798, pgs. 261-64.

    22

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    18/371

    Fichte justifica luego con amplitud la existencia de esta fueizacontradictoriamente inerte,8* y ve en ella una propiedad del hombre, en tanto que l mismo es naturaleza. En el hombre haycierta resistencia a abandonar el estado en que se encuentra, unatendencia a permanecer en los carriles habituales.

    Mediante este concepto, Fichte explica la existencia del hbitoen el hombre, y utiliza trminos que nos ayudarn despus acomprender mejor el pensamiento de Hegel acerca de este punto:

    Solo as puede explicarse un fenmeno general de la humanidad,que se extiende a toda actividad humana: la posibilidad de acos-tumbramientoy la inclinacin a permanecer en lo habitual. Todostos hombres, incluso los ms vigorosos y activos, tienen su ruti

    na, si se nos permite utilizar esta expresin vulgar pero muyexpresiva.* Y tendrn que combatirla durante toda la vida. Esla fuerza de inercia de nuestra naturaleza. Aun la regularidad y elorden de la mayora de los hombres no son ms que esta inclinacin al reposo y a lo habitual. Siempre cuesta trabajo cambiar.Pero aunque lo consiga y aunque la conmocin provocada seprolongue en algunos ecos, el hombre caer nuevamente en lainercia habitual tan pronto deje de vigilarse.84

    Esta Tragbeit obsesiona tambin a Hegel, que le opone la animacin, la vitalidad, la deseable Regsamkeit.En su juventud le complaca representarse a Jess como el hom

    bre liberado de toda inercia estrecha,88 integralmente vivo. Suhostilidad al cristianismo tena que ver ante todo con la pasividad cristiana, la resignacin y la inaccin. De ah que a veces prefiriera los Trabajos de Hrcules a la Pasin de Cristo.38

    33 La naturaleza en cuanto naturaleza, en cuanto No-Yo y en cuantoobjeto en general, no tiene ms que reposo, ms que ser: es lo que es, yen esta medida no es posible atribuirle fuerza activa. Peto, precisamente, paraperdurar tiene un cierto quantum de tendencia o de fuerza para permanecercomo es (Hegel dir: El mantenerse mismo es creacin; Die Vernunft,pg.93). Si no la poseyese, no persistira ni un instante en su forma: se transformara constantemente, no tendra, en rigor, forma alguna, y no sera loque es. Pero, si se le aplica una fuerza opuesta, se resistir inevitablementecon toda la fuerza que posee, para continuar siendo lo que es; y solo entonceslo que antes no era ms que inercia se convertir en actividad, a causa de larelacin con una actividad opuesta. Los dos conceptos estn unidos sintti

    camente, y eso es precisamente lo que debe significar una fuerza de inercia.* DHondt emplea la expresin coloquial avoir son train-train. (N. del R. T.)34 Cmo no recordar aqu la comprobacin de Marx: El laido activo fuedesarrollado por el idealismo en oposicin al materialismo.. . (Tesis sobreI'euerbach, & enEludes pbUosopbiques,Pars, 1947, pg. 57). Sin embargo,observamos que cuando Fichte ms insiste sobra la actividad, se ve obligadoa oponerla a una resistencia, a una naturaleza exterior, diferente.35 En la Vie de Jisus, Nohl, pg. 149: Frei von der eingeschrnkten Tra-gheit.36 Vase Nohl, pg. 284: la pasividad dolorosa, el sufrimiento pasivo.

    23

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    19/371

    Lo reconforta comprobar que la conciencia es incapaz de fijarsedefinitivamente en una inercia sin pensamiento. En efecto, cadavez que se adormece, su inquietud viene a conmover estainercia.87Hegel y algunos de sus amigos experimentaron la sensacin de que

    la Alemania contempornea sesteaba. Pero, bajo la inercia y la indi-ferencia aparentes, Hegel adivinaba una secreta inquietud, movi-mientos que, aunque ocultos y casi insensibles, presagiaban untremendo despertar. Contaba con el ejemplo que la RevolucinFrancesa ofreca a los alemanes, y en 1807 confi lo siguiente auno de sus antiguos alumnos:

    Ella presiona sobre la reserva y la torpeza de los alemanes, y obli-

    gados finalmente a penetrar en la realidad, abandonando su inerciafrente a esta ltima, quiz sobrepasarn a sus maestros, conser-vando su interioridad en la exterioridad.88

    Los maestros que con estas palabras Hegel recomienda a losalemanes muestran, en efecto, al mundo qu significa actuar! Yde este modo superan en s mismos la inercia y la inhumanidad.

    El hbito

    Cada orden de realidad conoce su propia inercia. Lo mecnico esla inercia de lo viviente. Lo espiritual se degrada en lo vegetativo.Desde el punto de vista del espritu, la peor decadencia consiste encaer en lo maquinal, execrado por Hegel: puede continuar exis-tiendo aun muerto, y hasta puede haber actos aparentes que solo

    disimulan la muerte real, actos muertos.39 Cuando Hegel habla demuerte, piensa ms bien en esta degradacin que en la interrup-cin natural de la vida animal, concebida en el sentido corrientedel trmino.Asistimos a la muerte realmente deplorable cuando el esprituacepta la repeticin, se deja invadir por el hbito, el recuerdocristalizado, el goce pasivo. Sencillamente, cuando se abandona.El individuo, la nacin, el rgimen poltico que dejen de inventar

    Acerca de Hrcules, vase Nohl, pg. 335. Holderlin ha experimentado lamisma preferencia.37 Phnomnologfe, t. i, pg. 71.38 Carta a Zellman, del 23 de enero de 1807, en Briefe, t. i, pg. 138.39 Mascullar plegaras incomprensibles, decir la misa, recitar el rosario,cumplir ceremonias religiosas desprovistas de significado, tal la accin de loque est muerto (das Tun des Toten). El hombre procura llegar a ser total-mente objeto, dejarse dirigir completamente por algo extrao. Se llama devo-cin a este servicio. Fariseos! (Fragmento de la poca de Francfort, enDokumente, pg. 262).

    24

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    20/371

    y de crear se asemejan a un animal o a una planta, y desde esemomento arrastran melanclicamente una existencia indigna y

    frgil.Lo orgnico no refleja la verdadera vida, que solo se realiza enla actividad espiritual e histrica. En efecto, lo orgnico se somete

    u una ley de repeticin que no tolera lo inaudito, mientras que lahistoria lo produce a cada instante.En Hegel, el gusto por la novedad est entretejido as con milantipatas. No ama en absoluto la naturaleza, cuyas asechanzasrevelaba en un poema juvenil: La primavera amenaza!40 Jamsarmonizar totalmente con ella. Y siempre le reprochar sus eternasrepeticiones.Es indudable que los organismos nacen y mueren, y atraviesanetapas de desarrollo cualitativamente distintas, en una sucesin

    irreversible: infancia, juventud, madurez, vejez. Sin embargo, loshijos reproducen fielmente el tipo especfico de sus padres. Procrear no es crear. El ciclo vital es idntico para todos. A la larga, elconjunto de la naturaleza viviente suscita en el espritu del espec-ntdor un gris hasto.1.a verdadera vida es creacin permanente, es progreso, lo contrariode la repeticin y la monotona vegetativas.41 La indigencia deldesarrollo orgnico se refugia mezquinamente en un proceso circu

    lar, cerrado sobre s mismo y siempre reanudado. Por lo contrario,In historia es desarrollo creador. Esta oposicin suministra a lameditacin hegeliana uno de sus temas preferidos. Vase cmose desarrolla, por ejemplo, en el Prefacio a la Filosofa de la historia, despus de evocarse la universal mortalidad de los pueblos:

    1,0 que ocurre despus del momento de la desaparicin es, ciertamente, que la vida sucede a la muerte. Esto sugiere semejanzas conla vida de la naturaleza cmo caen los brotes, y cmo surgen

    otros. Pero en la vida espiritual las cosas se desarrollan dedistinto modo. El rbol vive varios aos, ofrece sus brotes, sushojas, sus flores, forma sus frutos, y siempre recomienza por elprincipio. La planta anual no sobrevive a su fruto. El rbol dejapasar algunas decenas de aos, pero de todos modos muere. En lanaturaleza, la revivificacin ( Wiederbelebung) no es ms que elrecomenzar de una sola y misma cosa; es una historia fastidiosa,en la que se manifiesta siempre el mismo movimiento circular

    40 Frhling (La primavera), en Dokumente, pg. 385.41 Engeis adoptar esta distincin: En la naturaleza orgnica, por lo menostenemos que vrnoslas con una sucesin de procesos, que, en la medida enque podemos observarlos directamente, se repiten con bastante regularidaddentro de limites bastante amplios. Desde Aristteles, las especies de organismos en general han continuado siendo las mismas. Por lo contrario, en lahistoria de la sociedad, la repeticin de las situaciones es la excepcin y nola regla.. . (Anti-Dhring,A trad. al francs por Bortigelli, Pars, 1950,pgs. 121-22).

    25

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    21/371

    (Kreislauf). No hay nada nuevo bajo el sol. Pero cuando se tratadel sol espiritual, la situacin es distinta. Su marcha y su movimiento no son una repeticin de si mismos; por lo contrario, elcambiante aspecto que el espritu se da, en la forma de figurassiempre nuevas, es esencialmente progreso (Fortschreiten) .42

    La vida pierde lo que gana la mquina. Un Estado que funcionecomo un reloj bien aceitado puede parecer slido: en realidad,est agonizando.43Un mtodo filosfico que consista en la aplicacin mecnica deun principio pierde lo esencial de su objeto, cuyos procesos originales desconoce. Se reduce as a la repeticin informe de loIdntico, que simplemente se aplica desde el exterior a diferentesmateriales, y obtiene de ese modo una irritante apariencia dediversidad.4445Por otra parte, este formalismo se reduce a untruco, pero cuando se conoce bien el truco, su repeticin estan insoportable como la de un juego de prestidigitacin una vezque se ha descubierto su secreto.46Y si Hegel desecha la progresin hasta el infinito no es nicamente porque la cree insostenible, sino tambin porque, en losmodelos que se ofrecen de ella, no es ms que una repeticinmontona, una alternacin fastidiosa, siempre igual, de lo Finito y

    lo Infinito.48En el hombre, el mecanismo y la repeticin adoptan a menudo lafisonoma odiosa de la rutina y el hbito; el hbito en el cualya no hay vida.47 Como veremos, Hegel afirmar que el hbitoes una de las causas del dogmatismo que reprueba. Pero, por otraparte, es una caracterstica que le desagrada en s misma.En una misiva escribe que el mrito principal de la Revolucin eshaber liberado a los franceses del temor a la muerte y de la

    vida rutinaria (Gewohnheitsleben) .48 Y, despus de esta liberacin, ellos mismos incitan violentamente a todos los que se muestran incapaces de alcanzar esa emancipacin. En una carta de 1806,en que relata a su amigo Frommann uno de sus viajes a Bamberg,dice, no sin cierta amargura:

    A lo largo del camino me he fatigado de or elogios a los franceses:por doquier han ahorrado a la gente el fastidio de utilizar da trasda un poco de su grano, de su paja, de su heno y otros artculos

    42 Die Vernunft, pg. 70. Vase tambin la pg. 35.43 Ibd., pgs. 68-69.44 Pbnontnologie, t. i, pg. 15.45 Ibd., pg. 44.46 Glockner, ed., Wissenschaft del Logik, en Werke, t. iv, pg. 164,trad. al francs por Janklvitch, t. i, pg. 144.47 Die Vernunft,pg. 68.48 Carta a Zellman, en Briefe, t. t, pg. 138.

    26

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    22/371

    domsticos, y de repetir constantemente los mismos actos. Lo queeste pueblo lento hubiera hecho en aos y das, los franceses lorealizaron en un solo da. Pero como no es bueno que el hombreno tenga nada que hacer, le han dejado la posibilidad de reconstruir sus casas y de instalarlas, as, con criterio ms moderno. 4950

    i ;i espritu muere en las repeticiones. Si vive, jams descansa: er istnie in Rube.* El espritu no se deja aprisionar mucho tiempo enla trama de sus cristalizaciones.l-ln la Filosofa de la historia no abandona esta posicin. Por locontrario, su texto confirma que

    un estado de cosas que es necesario aceptar como algo absoluta

    mente realizado, y de lo cual debe gozarse como tal; un estadoilc cosas en que todo est calculado de antemano en especiallu educacin y los procedimientos para acostumbrar a ese estado decusas a la gente, y para convertirlo en una segunda naturaleza :ludo esto repugna de modo general a la naturaleza del espritu,que tiene por objeto a la vida existente y que consiste en unatendencia infinita y una actividad destinada a modificarla.51*

    I legel no desea ni una mecanizacin de la vida social ni una

    paralizacin de la historia. Pero no puede albergar la esperanzade grandes innovaciones en una Europa que envejece. De modoque orienta hacia otras regiones el curso de la historia. G ta complacido la exclamacin decepcionada de Napolen: Esta vieja Europa me aburre!. Y la comenta, e imagina que en adelante la his-loria se refugiar en Amrica, y hacia esta dirige los ojos de los(ue se aburren con las histricas salas de armas de la vieja Europa. 82

    ijlvn qu suean los viejos filsofos? En nuevos senderos, tierrasvrgenes, aventuras inauditas, el Nuevo Mundo:

    No podemos representarnos las epopeyas del porvenir ms quecomo Ja victoria futura de la viviente racionalidad americana sobreel encarcelamiento (Einkerkerung! ) en una medida y una parti-cularizacin que se suceden hasta el infinito. Pues en Europa cada

    49 Briefe, t. i, pgs. 128-29.

    50 Pbnomnologie, 1.1, pg. 12. Se hallar la misma expresin en la pgina161, entre otras.51 Glockner, ed.,_ PhUosophie der Geschichte, pg. 274. Vase la trad. alfrancs por Gibelin (modificada), pgs. 187-88. Para un pueblo, el hbito esI cosa] mortal: Vive complacindose en la meta alcanzada, cae en el hbito,donde ya no hay vida, y as marcha hacia su muerte natural (Die Vernunft,pg. 68). Acerca de este tema, vase el captulo consagrado a Rabaut en nuestro libro Hegel secret (Recberches sur les sources cacbes de la pensie de

    Ilegel).12 Die Vernunft,pgs. 209-10.

    27

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    23/371

    pueblo est ahora limitado por los dems, y no puede iniciar pors mismo ninguna guerra con otra nacin europea. Si ahora sequiere abandonar Europa ( i'tber Europa hinausschicken), solo esposible orientarse hacia Amrica.53

    S. Janklvitch ha ofrecido de una parte de este pasaje una tra-duccin que, aunque audaz en su sntesis, es fiel a la inspiracindel autor: Si l'on veut svader de la prisoti europenne, ce nepeut tre que datis la direction de l'Amrique .54Aqu tenemos la palabra definitiva de Hegel acerca de un Estadoconsolidado, bien ajustado, conservador: una crcel.

    El riesgo

    Pero el espritu se evade siempre. Despus de cada instante dedescuido, reacciona, abandona todo lo que se le apareca como unser o una esencia slida y estable, y evita el estancamiento enuna zona de reposo que conoce muy bien.5556El camino de la conciencia individual, como el de la historia, pasa

    por la inquietud, la angustia y la desesperacin.60 Qu hombre,

    entre todos, simboliza mejor la actividad humana? El marino. Elmar le promete todos los riesgos, sobre todo en la poca de Hegel:naufragio y deriva, confiscacin y captura, muerte y ruina.57**Sin duda, Hegel no ignora ni descuida las torturas del pensamiento.Se lo recuerda a Windischmann, que le haba confiado sus propiasinquietudes:

    53 Bassenge, e

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    24/371

    Conozco por experiencia personal ese estado del alma, o ms biende la razn, en que esta, despus de penetrar con inters y consus presentimientos en un caos de fenmenos, y estar interiormentesegura del fin, an no ha logrado atravesar ese caos ni obtener

    una visin clara y detallada del conjunto. Durante algunos aospadec tal hipocondra, al extremo de perder mis fuerzas; es indudable que todos los hombres llegan a este punto crtico de suvida, el momento sombro de la contraccin de su ser, cuando cadacual se ve obligado a atravesar el estrecho y apretado pasaje y sesiente fortificado y confirmado en su certeza de s mismo, en sucerteza de la vida corriente y cotidiana y, si es incapaz de satisfacerse con esta ltima, en su certeza de una existencia interior

    ms noble.68

    Como puede verse, aquel a quien Hlderlin, en Francfort, crea untranquilo hombre de raciocinio, no siempre se mantena imperturbable.l'.n la ltima parte de su vida, ya no describir el camino de lafilosofa como una va regia sino como un recorrido incierto. Hacemucho que se ha afirmado la doctrina del Saber absoluto, elsupuesto sistema de Hegel ha sido completado y parece desarro

    llarse mecnicamente, en forma de consecuencias previstas. Algunos creen ver en todo ello un orden acompasado, una realizacinen la seguridad, y aun el efecto de una somnolencia.Sin embargo, vase de qu modo en 1818 Hegel inicia a sus oyentesen el esfuerzo filosfico: afirma que para filosofar no solo esnecesario haber perdido la vista y el odo69 sino tambin abandonar todos los puntos de apoyo (Sttzpunkte), todos los hbitos y prejuicios, y hasta el buen sentido comn, que en verdad

    no carece de valor cuando se aplica a ciertos dominios, pero que nobasta en el campo de la filosofa.Ut intento filosfico desemboca entonces en una gran aventura:

    I ,a decisin de filosofar se arroja en el mbito del pensamientopuro (el pensamiento est a solas consigo mismo), se arroja en la m o en un ocano sin orillas; desaparecieron los colores abigarrados y los puntos de apoyo, y se extinguieron las luces que suelenenviarnos seales amistosas. Solo brilla una estrella, la estrellainterior del espritu; es la estrella polar. Pero es natural que uncierto estremecimiento de horror conmueva al espritu que estcompletamente a solas consigo mismo: todava no se sabe con quse tropezar, qu direcn habr de tomarse.Entre las cosas quedesaparecieron, hay muchas a las cuales de ningn modo querra

    is Briefe, t. i, pg. 314. Vase la Correspondance, trad. al francs porJ. Garrir (ligeramente modificada), t. t, pgs. 281-82.39 Vase la expresin alemana dabei verging mir lloren und Seben (mesent totalmente aturdido).

    29

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    25/371

    mos renunciar, y en esta soledad an no han sido restablecidas, yno se tiene la certeza de volver a hallarlas, la certeza de recuperarlas.A menudo incluimos esta situacin, esta incertidumbre, esta inseguridad, este vaivn de todas las cosas, en el concepto que expre

    samos con las palabras no comprender( . . . ) Lo que comprendemosms fcilmente es lo que se adapta de modo inmediato a nuestravida y a nuestro crculo de pensamientos habituales.6061

    Qu invitacin a un spero viaje intelectual! Sin embargo, lostormentos de la vida espiritual no ocultan a los ojos de Hegellas dificultades de la existencia concreta. Por lo contrario. Hegel nose constrie al drama subjetivo, que ocasionalmente puede concillarse con una vida muelle. Avizora peligros ms reales: los hsares

    que surgen de improviso, sable en mano.Quiz no teme la organizacin de un mundo menos peligroso, yseguramente acepta colaborar con los esfuerzos de todos para ale

    jar o aliviar las amenazas que pesan sobre el hombre. Pero sabeque en s mismo el riesgo no desaparecer, y lo acepta.

    El hastio

    El hasto marchitar un mundo desprovisto de riesgos? A Hegelno le agrada el hasto. Exige un espectculo interesante, colorido,vivaz. Si la escena languidece y se desdibuja, l bosteza y se marcha, sin ms comentarios.Quiz no se haya insistido suficientemente en que el hasto yla vulgaridad que lo engendra adquieren en la filosofa de Hegel

    una funcin de sorprendente dignidad. El hasto adquiere la categora de criterio de verdad!El veredicto de hasto cae sobre los acusados como una cuchilla.Pueden perdonarse a un rgimen poltico muchos defectos, y aunciertos vicios. Pero si provoca hasto, carece de salvacin! Enqu se ve que un pueblo muere, condenado por la historia? En elhecho de que su existencia se convierte en una nulidad poltica, yfuente de hasto:41 La frivolidad y el hasto que invaden lo quean perdura 62 revelan la profunda corrupcin de un mundo pr

    ximo a desaparecer.Pero el hasto, que degrada a pueblos y a Estados, seala tambin la indignidad o la decrepitud de las ideas y las doctrinas. El

    60 Hoffmeister, ed.,Berliner Scbrifien,Hamburgo, 1956, pgs. 18-20 (discurso inaugural en la ctedra de filosofa de la Universidad de Berln).61 Die Vemuuft,pg. 69.62 Pbnomnoiogie, t. i, pg. 12.

    30

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    26/371

    formalismo y el esquematismo nos desalientan por sus repeticionesirritantes.43 Cuando una filosofa fatiga, es seguro que muypronto morir. He aqu de qu modo Hegel justifica su condena delestoicismo:

    I .us expresiones universales de lo verdadero y del bien, de sabiduray virtud, en las que el estoicismo debe detenerse inevitablemente,sin duda son, en general, edificantes, pero como, de hecho, nopermiten ningn desarrollo del contenido, no tardan en provocarhasto.*4

    I)c ah que Hegel abandone sin ms trmites este objeto demeditacin.Y si rechaza la filosofa del barn de Holbach, no es sobre todo

    ii causa del hasto provocado por el Sistema de la Naturaleza, sumecanismo desprovisto de vida y sus generalizaciones esquem-ticas?61.a verdadera historia disipa el hasto, y el filsofo de la historianos aconseja no detenernos en lo afligente o lo fatigoso. Es intilcultivar la melancola! Cuando la historia nos brinda un espectculodcsolador, cuando nos ofrece las ruinas dolorosas de lo que fuelicllo y grande, entonces as lo recomienda Hegel, recordemos

    que no hay nada que hacer, rechacemos el hasto que puedeoriginarse en este cavilar acerca de la afliccin, y retomemos anuestro sentimiento de la vida, a la presencia de nuestros fines yde lo que nos interesa, las cosas que no exigen afliccin por elpasado sino nuestra propia actividad.69l.os pueblos que se hastan no por eso tienen ms historia quelos pueblos felices, y por otra parte son a menudo los mismos.Algunas formas de felicidad se confunden con el sopor.Se ha descubierto entre los escritos de juventud de Hegel un texto

    extrao, redactado en un francs bastante correcto. Expresa convivacidad y colorido esta conviccin permanente del filsofo: lospueblos autnticamente histricos y atractivos son los que creanmovidos por el entusiasmo, los que afrontan el riesgo y rehsanla inaccin y el hasto. Un general de 1793 habra podido pro-nunciar estas palabras, cuya cita integral ofrecemos:

    Durante la monarqua, el pueblo fue un poder activo slo en el

    momento del combate. Como si fuese un ejrcito asalariado, debamantener las filas lo mismo en el fuego del combate que despusde la victoria, siempre obligado a conservarse en obediencia per-fecta. La experiencia nos acostumbr a ver cmo una masa de

    M Ibid., pg. 13.M Ibid., pg. 171.63 Glockner, ed., Gescbicbte der Pbilosopbie, t. xix, pg. 319.(d> Die Vernunft,pg. 80.

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    27/371

    hombres armados entraba, a una voz de orden, en la furia organizada de la matanza y en los azares de la muerte y de la vida,retornando nuevamente a la calma ante otra voz de orden. Se lereclam lo mismo a un pueblo que se arm por su propio esfuerzo. La voz de orden era la libertad; el enemigo, la tirana; el comando en jefe, una Constitucin; la subordinacin, la obediencia asus representantes. Pero hay mucha diferencia entre la pasividadde la subordinacin militar y el impulso de una insurreccin, entrela obediencia a la orden de un general y la llama del entusiasmoque la libertad insufla en todas las venas de un ser vivo. Por estallama sagrada, que pona en tensin todos los nervios, por ella y

    para gozar de ella esos nervios se haban puesto en tensin.Estos esfuerzos son los goces de la libertad, y queris que se renuncie a ellos; estas ocupaciones, esta actividad en beneficio de

    la cosa pblica, este inters es el agente, y queris que el pueblose entregue an a la inaccin y al hasto?07

    A esta renovacin, a esta exaltacin, a esta devocin a la cosapblica Hegel la denominar en alemn die allgemeine Sache,a este alegre fervor revolucionario, puede oponerse el cuadro delgoce apacible, la paz del sometimiento, esbozado muchas vecespor Hegel. Recordemos, por ejemplo, su descripcin de la pax

    romana, en la desdicha del Imperio Romano:

    Esta particularizacin ( . . . ) desprovista de vida, en este hastodel mundo, mientras por doquier en el mundo civilizado reinabala paz... 676869

    En su discurso de homenaje a la Confesin de Augsburgo, pronunciado en 1831, reprochar a Carlos V, protector del Papa,haber tratado de restaurar la paz de la Iglesia, por cierto que en

    el sentido de restablecer la antigua servidumbre.08No formular opiniones ms favorables acerca de la paz de laSanta Alianza.70Todos los remedios le parecen buenos contra el hasto. Lo queinteresa a Hegel en la historia son los momentos en que, despusde un perodo de opaco servicio cotidiano, desprovisto de excitacin y alegra, los pueblos deciden repentinamente, en un estadode efervescencia, irse de vacaciones.

    Acecha la aparicin de la novedad, espera da tras da, impaciente,las noticias, pues la lectura de los peridicos es una suerte deplegaria matutina realista,71 la nica que jams dej de hacer.

    67 Dokumente,pg. 276.68 bd.,pg. 318.69 Berliner Scbriften, pg. 37.70 Glockner, ed., Recbtspbilosopbie, pre. 324, nota, t. vn, pgs. 435-36.71 Dokumente, pg. 360.

    32

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    28/371

    Kn Berln, Hegel lee todos los peridicos alemanes, franceses cingleses y conserva extractos de ellos. En sus ltimos aos lovisita a menudo su discpulo y amigo Gans, que interrumpe elalmuerzo de Hegel expresamente para comentar con l las ltimasinformaciones.755

    Su inters por la historia alimenta su pasin por la actualidad, porel nacimiento siempre reanudado del mundo,lin 1806 complet su curso de Jena proclamando la eternidad delo nuevo:

    Aqu est, seores, la filosofa especulativa, en el punto que healcanzado en su elaboracin. Considerad esto como un comienzode la actividad filosfica, que vosotros desarrollaris. Nos hallamosen una poca importante, en una fermentacin: el espritu ha cobrado brusco impulso, se ha desprendido de su figura anterior ylia adquirido otra nueva. Toda la masa de las representacionesanteriores, de los conceptos, y todos los vnculos del mundo seImn disuelto y se desdibujan como visiones de ensueo. Se preparauna nueva aparicin del Espritu. La filosofa debe sobre todotaludar su aparicin y reconocerlo, mientras que otros, que loresisten sin xito, permanecen sujetos al pasado, y el grupo msnumeroso constituye la masa de su aparicin sin cobrar conciencia

    de ello. Pero la filosofa, que lo reconoce como lo Eterno, deberendirle homenaje.. . 73

    Veinticinco aos ms tarde, las ltimas palabras de las Leccionesuibre la filosofa de la historia ratificarn este juicio juvenil:

    . . . lo que ha ocurrido y lo que ocurre cotidianamente no solo noest fuera de Dios, sino que aun puede afirmarse que es esencial

    mente su propia obra.74

    Pensar la vida

    I legel ha querido pensar la vida. Ese deseo se originaba en unaprivacin: el pensamiento terico manifestaba, sobre todo en suixica, un desacuerdo profundo con la vida. Los intelectuales deva

    naban la madeja de sus pensamientos aparentemente intemporales,desmentidos da tras da por la Revolucin Francesa. Era necesario que la inteligencia dejase de ignorar la existencia histrica.I .a Revolucin Francesa propona los problemas. Jams se estimar

    D. Vase Karl Hegel, Leben und Erinnerungen, Leipzig, 1900, pg. 10./1 Curso dictado el 18 de septiembre de 1806, en Dokumente, pg. 352./4 Glockner, ed., Pbilosophie der Geschicbte, pg. 569; trad. al francs por( Ix-lin, pg. 409.

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    29/371

    lo suficiente su influencia sobre el pensamiento de Hegel, puesella mostraba lo que otras pocas haban disimulado, el aconteci-miento revolucionario propiamente dicho, el vuelco brusco y vio-lento de las relaciones sociales y polticas establecidas.Hegel se asombrar ante esta contradiccin: las ideas y los senti-

    mientos consagrados, las instituciones que los encaman, las mura-llas que los protegen, se derrumban bruscamente, mientras la ma-yora de los testigos continan creyendo en su invulnerabilidad ysu eternidad. Entre el polvo de las demoliciones, an se demuestraracionalmente la perennidad de los edificios, y a veces son los mis-mos individuos quienes esgrimen la piqueta del demoledor y laretrica del conservador.Hegel saldr al encuentro de esta dificultad: De dnde provienela discrepancia del pensamiento y la vida, el retraso excesivo deaquel respecto de esta? Cmo reducir esa distancia y lograr unareconciliacin?Ser necesario crear un nuevo modo de pensamiento, que puedalibrarnos a tiempo de las representaciones y los significados que lavida abandon y que la historia ha superado. Y, ante todo, conven-dr explicar este abandono.En su juventud, Hegel realiz una especie de condensacin de estaproblemtica, as como de las soluciones que l mismo esboz, en

    nociones nuevas, ricas y complejas, como la positividad,el destino,la alienacin. TBCaballero del pensamiento histrico, se opuso a todas las formasperceptibles de dogmatismo, decidido a imponer el triunfo de lavida sobre los pensamientos caducos. 70Por nuestra parte, nos proponemos demostrar que esta orientacinespiritual, cuyo predominio en los trabajos de juventud de Hegelnadie discute, perdura en los trabajos de la madurez ms de loque puede creerse. Y aun, en las Lecciones de Berln, en ciertosaspectos, se afirma ms radicalmente.Pero ya desde los primeros escritos Hegel realiz el inventario delas diferentes formas de la vida, trat de alcanzar la fuente de estacreacin incesante y de revelar a esta infatigable dispensadora delo nuevo, lo variado y lo imprevisto. No la vea realizarse total-mente en ninguna de sus figuras particulares, y con el fin de apre-henderla se propona despojarla de todas las deformaciones y limi-taciones impuestas por la particularidad.

    Este proyecto inspira casi todos los trabajos del joven Hegel, yllega a formularlo casi exactamente como lo acabamos de hacer,aunque en un contexto un tanto ambiguo: 7576

    75 El estudio de J. Hyppolite Inlroduction t la pbilosophie de l'bistoire deHegel (Pars, 1948) explica claramente estas ideas.76 Acerca de este punto, vase el artculo del mismo autor Vie et prisede consdence de la vie dans la philosophie hglienne dIna, en Eludessur Marx et Hegel, Pars, 1955.

    34

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    30/371

    Pensar la vida pura es tarea que consiste en dejar a un lado todoslos actos, todo lo que el hombre era o ser ( . . . ) Esta realidad

    pura es la fuente de toda vida particularizada, de todo instinto yItala accin.77*

    Un programa de este carcter encierra graves peligros: incita arealizarel producto de la abstraccin que l mismo alienta. Hegelih i evitar esta asechanza. Quien quiere salvar la vida a veces la

    pierde. Concebir la vida pura como existente fuera de todasni modalidades concretas, muy pronto la denominar Begriff, ym> tic jar de ver en este Begriff la causa o la razn de todas lasnuid.ilidades concretas. As, antepondr la esencia a los existentes, y ver en esta esencia la existencia verdadera, de la cualdespojar hasta cierto punto a estos existentes. La naturaleza ya no.-i ti para l ms que un cadver profanado,79 porque habrlii|Mi.stasiado la vida pura.1.a vida, el espritu, el concepto usurparn el papel de principio,tic razn, de fuente, y los existentes palidecern ante estas esenciasdeslumbradoras. Esta operacin especulativa asume la responsabilidad de lo que queda de dogmatismo en Hegel.Pero este dogmatismo, parcial y relativo, es el reverso de la medidla, y no debe inducimos a olvidar el anverso luminoso.

    Sin duda, es una abstraccin: pero por lo menos es la abstraccinde lu vida. No negamos que es la realizacin ilegtima de una.ibsiraccin: pero Hegel realiza prodigios intelectuales para man-lenci la vida en esta abstraccin. Es muy a menudo l mismo|iicn nos ayuda a olvidar la alquimia especulativa; y entonces,huyendo de los morteros y las retortas donde se pretenda ence-11arla, irrumpe la vida, frgil e invulnerable, ese frenes que Goethenulpara con el tumulto del mar:

    |lu> el torrente de la vida, en la tempestad de la accin,me alzo y vuelvo a caer,avanzo y retrocedo!

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    31/371

    Tal el carcter de la espontaneidad infinitamente creadora. Se ma-nifiesta difcilmente en la naturaleza, que no alcanza a realizarel concepto, pero se despliega en la historia humana, su verdaderodominio. J. Hyppolite lo subraya: La experiencia fundamental delhegelianismo es la experiencia de las relaciones espirituales y de

    su devenir. 81Antes del hegelianismo, ninguna filosofa haba logrado seguir tande cerca a la vida, en sus esfuerzos y sus vacilaciones, en susdolores y en sus triunfos, y en su obra maestra, la historia.

    81 Vie et prisc de conscience de la vic .. . , op. cit., pg. 28.

    36

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    32/371

    2. El dogma

    Guerra eterna al dogma! Hegel, Eleusis.

    I .a* ideas nuevas se degradan al nivel de dogmas, los actos se convierten en cosas, la historia se atasca y el pasado nos abandona.I legel se encarniza en explicar este destino, se ingenia para que nose pierda nada de su complejidad.

    | Riesgoso intento! En esa empresa, no amenaza el peligro deincurrir en un dogmatismo antidogmtico, de pintar con coloresuniformemente sombros el dogma? En todo caso, s careciesecompletamente de mrito, cmo puede nacer y arraigar? El peorilr los dogmatismos sera combatirlo brutalmente, sin explicar suexistencia y su resistencia.I '.s indudable que en sus formas tpicas exhibe una absoluta inca

    pacidad de respetar la espontaneidad de la vida, de coincidir con

    su expansin histrica. Cuando nos arrojamos a la corriente dela existencia, se disipa como una pesadilla de la razn.I'ero Hegel ver en el dogma por lo menos en el dogma ndenle un momento necesario de la vida. No determinar dogmticamente el momento en que toda idea se petrifica, pero mostra-i la infinita diversidad de las situaciones en que se realiza dichaimitacin, y la multiplicidad de modificaciones gracias a las cualesrl dogma, en los diferentes grados de su esclerosis, puede ser re-aulmilado por la vida.

    I.it frmula

    l.l pensamiento se encuentra amenazado desde el momento mismode su despertar, cuando se separa de la existencia inmediata ytorna respecto de esta una distancia que luego nunca podr salvar

    totalmente.Sin duda, la intuicin pretende suprimir esta distancia y realizaruna fusin total con lo existente. Pero esta fusin no es en realidadms que la noche, en que todos los gatos son pardos, y no unverdadero conocimiento, que no podra ser inmediato. Por otraliarte, conserva un msero carcter inexpresable.Iiiro Hegel, el pensamiento autntico no se encierra en s mismo;acta, se expresa en obras, se formula. Si no hay lenguaje, noexiste pensamiento. Un alma que no habla pierde su condicin

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    33/371

    de alma, y una persona se define como la totalidad de sus actos.1Si rehsa comprometerse en las determinaciones concretas de laexistencia objetiva, la conciencia se convierte en una infortunadaalma bella, como suele llamrsela, su luz se apaga poco a poco, yse desvanece como un vapor informe que se disuelve en el aire.8

    Cree que asi escapar a todas las limitaciones y se conservar pura,pero aqu la mayor inocencia confluye con el ms grave error: *

    Carece de la fuerza necesaria para alienarse, la fuerza de hacer des misma una cosa y soportar el s e r.. . 1234

    Sin embargo, si la conciencia no siempre sostiene al ser, el ser nosiempre sostiene a la conciencia. La exteriorizacin se trueca f

    cilmente en alienacin, necesaria pero, a la larga, peligrosa. Elpensamiento construye descansos, refugios y plazas fuertes: perodesgraciadamente las ciudadelas del pensamiento se transforman amenudo en las crceles donde languidece.Esta inversin nefasta proviene de una formulacin mal dirigida.Marx denunciar en el capitalismo una subordinacin del hombrea los productos del trabajo, y reclamar la sustitucin del ordende las cosas muertas por un orden de la humanidad libre.5**Por

    su parte, Hegel percibe ya una causa de servidumbre en la formulacin del pensamiento, que instaura un orden con palabras muertas. No solo el dinero mata al espritu: la letra tambin.

    1 Glockner, ed., Philosopbie des Rechts,*** pg. 124; t. v m , pg. 166; trad.al francs por Kaan, pg. 109.2 Pbnomnologie, t. II, pg. 189.3 Nohl, pg. 286.4 Pbinontnologie, t. II, pg. 189.5 Marx-Engels-Gesamtausgabe, Francfort, 1937, t. i, 1, 1, pg. 564. Marx

    explicar que en la sociedad burguesa, el trabajo viviente no es ms queun medio de acrecentar el trabajo acumulado (...) el pasado domina por lotanto al presente ( . . . ) el capital es independiente y personal, mientrasque el individuo que trabaja no tiene independencia ni personalidad {Manifest communiste,.* Parts, 1954, pg. 43).En este sentido, recordemos que Hegel no explica mediante el inters declase el dominio del pasado sobre el presente y el imperio del dogma sobrela vida. Sin embargo, sealemos que observar episdicamente una causaadventicia del dogma y del rechazo de la novedad en la sed de dominioy el egosmo de los sacerdotes, los feudales y los recaudadores de im

    puestos (Nohl, passim), en los privilegios de la clase dominante (Ber-liner Schriften, pg. 480 y tambin pg. 482), en la ceguera de los gobiernos, servidores de los privilegiados (Glockner, ed., Gescbichte der Pbiloso-pbie, t. xvm, pg. 277, e dem, Philosopbie der Gescbichte, pg. 557;trad. al francs por Gibelin, pg. 401).Ms exactamente, establecer un estrecho vnculo entre el dogmatismo delpensamiento y el despotismo poltico (Glockner, ed., Gescbichte der Pbi-losopbie, t. xvm, pgs. 426-27). Acerca de la violencia, auxiliar de la tirana y del dogmatismo, vase el Discurso en honor de la Confesin deAugsburgo, en Berliner Schriften, pg. 43.

    38

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    34/371

    ii sus escritos de juventud insiste, con obstinacin un poco fati-it'is, en esta oposicin entre el espritu y la letra. Experimentaiiiti mr ante el culto, y aun ante el simple respeto a la Buchstabe.I'iiiu que a sus ojos un hombre se descalifique, es suficiente que

    parezca prisionero de la letra (A Buchstabe gebunden).

    I Irjji'l evoca con agrado el combate que otrora sostuvo Lessing en I mismo sentido, y la hermosa frmula antifrmula que pronunciaNal lian el Sabio:

    quiere ( . . . ) la verdad. La verdad? Y la quiere tambin ( . . . )mu desnuda, tan brillante ( . . . ) como si la verdad fuese una

    moneda!7

    ' i obstante, para Hegel la verdad no es una moneda acuada demili vez para siempre. Rechaza las frmulas definitivas, y as, en lal ilmofa de la historia,confirma que para los luteranos, la verdadno es una cosa prefijada."I iii desconfianza hacia la expresin cristalizada explica su prefe-n ncia por la palabra, pese a la obligacin que a menudo se impone.i s mismo de confiar el pensamiento a la forma escrita. Indudablemente, conviene la permanencia de lo escrito, pero es muchoiiiih valioso el impulso de las palabras! Con respecto a la historia,

    I legel concierta algo as como un compromiso: en este dominio, losiiienires escritos conservan el recuerdo de lo que solo quera ser,mii iulnicnte, palabra viva: los discursos de los grandes hombres.*I liiii uniente la palabra cambiante, clida, impide que la democraciaiiilquicra un carcter formal v se adormezca en un mar de pape-

    I ii literatura, y desde ese punto de vista, los dilogos cobran aiiii ojos un valor excepcional. Hegel se complace particularmente

    f n ellos, y le interesan sobre todo los que atacan el dogmatismov por eso mismo manifiestan an mayor vivacidad, tanto por lalorimi cuanto por el contenido: los dilogos de Diderot y det niliiini.11I a sospecha de Hegel gravita sobre el elemento de todas las formu-l.ii iones: la palabra. Y en especial sobre la palabra extranjera, cuyoiHniicado sucinto obtenemos gracias a las definiciones muertas de

    los diccionarios. Ya es bastante con que seamos en extremo incapaces para utilizar y dominar nuestra propia lengua:

    t> '-liilil, pg. 106.' I .nising. Nathan der Weise, Stuttgart: cd. Reclam, 1959, pg. 67; trad. al i u i i k S por R. Pitrou, Pars, 1954, pg. 153.k (lockncr, cd., Philosopbie der Gescbichte, pg. 524; trad. al francs porI lU-lin, pg. 377. i Pie Vernunft, pgs. 7-8.Iti ( lockncr, cd., Philosopbie der Gescbichte, pg. 333.II Herliner Schriften, pg. 216.

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    35/371

    Alimentamos en esto un respeto ciego hacia la tradicin.12

    Hegel alza contra el idioma establecido el estandarte de la rebeldadialctica. En esta esfera, no respeta ninguna situacin establecida,y, por ejemplo, no se deja impresionar por la terminologa kantia

    na y su aparente rigor: detrs de esas frases y esas palabras pomposas solo hay pensamientos por dems trillados!13Debemos impedir que las palabras impongan su finitud a la infinitud de los conceptos! En la Ciencia de la lgica, Hegel proclamar con energa que no hay pensamiento sin lenguaje, perotambin que no todos los lenguajes se elevan al mismo nivel de

    pensamiento,1415y que todos deben ser recobrados por este pensamiento. Cree que, en este sentido, la lengua alemana es

    superior a muchos otros idiomas modernos; adems, muchas de suspalabras exhiben la particularidad de que poseen significados nosolo distintos, sino contrarios, hecho que ciertamente es un signodel espritu especulativo de la lengua: tal vez para el pensamientoes motivo de regocijo hallarse en presencia de tales palabras, enlas que existe una unin de contrarios que, como resultado de laespeculacin, puede parecer absurda al entendimiento, mientrasque este de ningn modo se siente herido por la manera ingenua

    en que los significados contrarios se renen lexicogrficamente enuna sola y misma palabra. Adems, la filosofa no necesita ningunaterminologa especial.13

    A partir de 1821, Hegel no public ninguna gran obra original.Sin embargo, no careca de elementos, como lo demuestran suscursos. Es indudable que diferentes motivos determinaron esa situacin. Por nuestra parte, creemos que la repugnancia de Hegelhacia la materia escrita, que fija el pensamiento, represent tam

    bin un papel. En cada desarrollo de sus cursos, que abarcabandos aos, Hegel incorporaba cambios, modificaciones e innumerables rectificaciones de las versiones anteriores, sobre todo enrelacin con la filosofa de la historia. La impresin y la publicacin de los trabajos lo habran privado de esta libertad.

    12 Dokumente, pg. 340. Observamos el defecto del cual Hegel se quejaaqu, pues se relaciona con todas las formas y todas las causas del dogmatismo: Esta terminologa extraa ( . . . ) se convierte en grave mal, pues

    transforma en algo inmovilizado y cristalizado los conceptos que en smismos son movimiento. As, el espritu y la vida de la cosa misma (dieSache selbst) desaparecen, y la filosofa se rebaja a un formalismo vacio.Luego, nada ms fcil que incorporar ese formalismo, y hallar en l materia para la charla.13 Ibid., pg. 341.14 En este sentido, afirmar que la lengua china favorece el dogmatismo!15 Wissenscbaft der Logik,A en Glockner, ed., Werke, t. iv, pgs. 21-22,trad. al francs por Janklvitch, t. i, pgs. 12-13.

    40

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    36/371

    I I pensamiento modifica incansablemente sus expresiones, que sonla materia prima de los nuevos trabajos. Siempre es posible interpretar dogmticamente un lenguaje, pero siempre debe entendersedialcticamente el de Hegel. El filsofo formula claras exhortaciones en el sentido de que jams debemos interpretar al pie de laIrtiu una frmula. No se trata de manipular sus obras como siIncscn vasos de delicada porcelana.

    Il aislamiento

    I a formulacin implica una separacin. La obra, el discurso y elmdiviiluo aparecen arrancados a la totalidad de la vida,

    lu I''rancia, Bergson ha difundido ideas que Hegel haba propuestonimbo antes, pero de un modo un poco distinto: la inteligenciaii'ogc fragmentos de vida, los asla y los estabiliza.I.ia operacin no se realiza en vano, y, al margen de su utilidad

    pugmlica, Hegel insiste sobre todo en su necesidad terica.Sin el trabajo de divisin no podramos vivir, si vivir es algo msque vegetar; ni pensar, si pensar no se limita simplemente a soarni

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    37/371

    preocuparse de que concuerden con las fechas supuestas del Diluvio.10 La historia del primer imperio conocido, el de China, nodebe comenzar antes del Diluvio, de modo que Hegel lo adelantaun poco, a pesar de las indicaciones de la Biblia pero de acuerdocon las de Jean de Mller.

    Seguramente recuerda las extraas reflexiones que acerca de estetema haba desarrollado en El espritu del cristianismo. 1617 En estetexto analiza extensamente las consecuencias del Diluvio, y, entreellas, la prdida del estado de naturaleza:

    El efecto del Diluvio sobre el espritu de los hombres debi ser elsentimiento de un profundo desgarramiento, una inmensa incredulidad con respecto a la naturaleza.

    Hegel distingue dos actitudes contrarias que pudieron adoptar loshombres en esas circunstancias: el renunciamiento y la huida hacialo ideal, postura personificada por No; la lucha y el trabajo,encarnados en Nemrod.1819Es evidente que Hegel prefiere la actitud de Nemrod a la de No,aunque ve en ella la consagracin de una ruptura semejante:

    Nemrod no devuelve a los hombres que ahora se han convertido

    en seres desconfiados, extraos unos a otros y deseosos de dispersarse, los vnculos de una grata sociabilidad en la que cadauno confa en los dems y en la naturaleza; si los mantiene unidos, lo consigue mediante la fuerza.59

    Y en este punto opone el diluvio de No y de Nemrod al diluviode Deucalin y de Pirra. Estos ltimos lograron reconciliarse conlos hombres, el mundo y la naturaleza.

    16 Glockncr, cd., Philosophie der Gescbicbte, pg. 164; trad. al francspor Gibelin, pgs. 109-10.17 Nohl, pgs. 243-46; L'esprit du christianisme et son destn, & Pars,1948; trad. al francs por J. Martin, pgs. 3-6.18 Para que el hombre pudiese hacer frente a los ataques de la naturaleza,en adelante enemiga, era necesario que la dominase, y como toda cosa nopuede ser ms que idea o realidad, la ms elevada unidad en el dominiono poda ser ms que pensada o real. No reconstruy el mundo desgarrado en el ser-pensado; elev su ideal simplemente pensado a la jerarquade un Ser, y le puso todas las cosas como lo pensado, es decir, lo domi

    nado ( . . . ) Por lo contrario, Nemrod ( . . . ) situ la unidad en el hombre,lo elev a la jerarqua de un ser que hace de todo el resto de lo realalgo pensado, es decir lo mata, lo domina; intent dominar con bastanteeficacia a la naturaleza, para que en adelante ella no pudiese convertirseen peligro para el ho m bre ... . Y, a propsito de ese comienzo violentode la historia, Hegel cita a Flavio Josefo: Nemrod persuadi a los hombresen el sentido de que haban asegurado su felicidad gracias a su propiocoraje y a su propia fuerza; as lo cambi todo, y en poco tiempo afirmun dominio tirnico (ibid.).19 Ibid.

    42

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    38/371

    I'or el contrario, Hegel descubre en el pueblo judo, segn lomuestra la tradicin bblica, al pueblo de la ruptura por excelencia, cuyo destino aparece prefigurado en el de su fundador:

    Ahraham ( . . . ) en su juventud ya haba abandonado una patria

    ni compaa de su padre ( . . . ) Rompi totalmente con su familia sin que esta lo hubiese ofendido ni expulsado ( . . . ) El primer acto en virtud del cual Abraham se convirti en padre de unanacin es una divisin que desgarra los vnculos de la vida comny del amor.211

    l a causa de las desgracias del pueblo judo es la ruptura de susrelaciones con los restantes pueblos, su menosprecio de los dio

    ica de estos pueblos,21 el odio a sus vecinos,22 su delirio de laseparacin (die Raserei der Absonderung)28Tur supuesto, Hegel encuentra en las leyendas bblicas nadauns que una representacin particularmente vivaz y sutil de lai calidad, no un conocimiento objetivo. El Diluvio le aporta unaimagen vlida de los orgenes humanos. Para que los hombres seINingan a la naturaleza, es necesario que sobrevenga algo semejante a un diluvio. Pero es posible que el acontecimiento realhaya adoptado formas muy distintas, que ahora no podemos definir con certidumbre: lo que importa es la ruptura con la natu-i ateza; las modalidades concretas tienen carcter secundario. Respecto de estas ltimas, Hegel apenas si formula hiptesis:

    l'itn separacin de los hombres y la naturaleza (al margen delmmlo de realizacin, que entre los antiguos alemanes seguramentenivo que ver con el conocimiento de los productos de un climams benigno) implica necesariamente el nacimiento del Estado,

    etctera.24

    I I aislamiento, la separacin individual, acarrean consecuenciasnefastas, y a veces Hegel reprochar a Jess haber cedido tambinn esta tendencia.25 Detesta a los individuos que se desentiendenilc su nacin, su poca, la sociedad humana; a los individualistasexcesivos, y especialmente a quienes se gloran de abandonar elmmelo: los monjes, los ascetas, los ermitaos.20 Sin embargo, el

    .mi ibid. -t - t !71 Nohl, passim, y, p. ej., las pgs. 148, 359, 377 y 385.>1 Nohl, passim, y, p. ej., las pgs. 253, 258 y 359. Vase tambin Glockner,ni., Philosophie der Geschichte, pgs. 261 y 263; trad. al francs por Gibelin,pgs. 179-81.> Nohl, pg. 148.24 Nohl, pg. 368.25 Nohl, passim, y, p. ej., las pgs. 328, 329, 396, 398-401, etc.26 Vase, p. ej., Nohl, pgs. 31 (Diogne), 207, 227, 396, 398, etc.

    43

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    39/371

    error de estos hombres no consiste en irse, sino en negarse avolver.En efecto, concebida como momento del desarrollo, la soledades fecunda, y aun indispensable. Todos los grandes hombres se

    formaron en la soledad.27 Pero Hegel insiste en ello: abrazaronla soledad para realizar luego una unin ms cabal con el grupohumano, la totalidad tica que haba suministrado las bases desu cultura.28Lo negativo es el fanatismo de la separacin, que engendra unfanatismo de la destruccin. Un solo ser nos asedia, y podraafirmarse que todo est despoblado.Si el hombre es el ser que se separa, es tambin el que separalas cosas. El trabajo humano, poder de quebrar y mantener en elaislamiento el pensamiento humano, poder de definir, de distinguir, de designar : esto es el contenido de su actividad. Elconocimiento y tambin el conocimiento histrico no se reduce a una contemplacin pasiva. Hegel subraya muchas veces elcarcter indispensable de la separacin, la divisin, la destruccinde lo dado: sin ellas no existiran la vida ni el movimiento.Ahora bien, ellas dependen de la actividad del entendimiento,29y, por lo tanto, quienes prescinden de este retornan a la con

    fusin original, a la falta de diferenciacin, al estado de naturaleza y a la animalidad. La conciencia que adhiera a lo inmediato,que lo respete y rehse destruir la interconexin universal, esta

    bleciendo distinciones y formulando definiciones, reniega de smisma:

    Desprecia el entendimiento y la ciencia,dones supremos de los hombres.

    Se ha entregado al demonioy debe marchar hacia el abismo! 30

    27 Moiss: Nohl, pg. 370; Jess: Nohl, pgs. 57, 77, 149 y 368; Vie deJess, traci. al francs por Rosca, pg. 72.28 Die Vernunft, pg. 113: Sin duda, todos los grandes hombres se formaron en la soledad, pero solo en la medida en que elaboraron para sfmismos lo que el Estado ya habla creado.29 Este algo separado, esta no-realidad efectiva, es un momento esencial;en efecto, si lo concreto es lo que se mueve, es solo porque se divide y sehace no efectivamente real. La actividad de dividir es la fuerza y el trabajodel entendimiento, de la potencia ms asombrosa y ms grande que puedaconcebirse, o ms bien de la potencia absoluta. El crculo que reposa en s,cerrado sobre sf, y que, como sustancia, conserva todos sus momentos, esla relacin inmediata, que de ese modo no suscita ningn asombro. Peroque lo accidental como tal, separado de su contorno, lo que est vinculadoy es efectivamente real solo en su conexin con otra cosa, obtenga unscr-all propio y una libertad especfica, esto es la potencia prodigiosa delo negativo, la energa del pensamiento, del puro yo (...) Este poder esidntico a lo que ms adelante hemos denominado sujeto ( Phnomno-ogie, t. i, pg. 29).

    30 Goethe, citado por Hegel, en Phnomnologie, r. i, pg. 298.

    44

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    40/371

    I Irgcl criticar siempre, y con bastante violencia, a quienes pretendan renunciar a los servicios del entendimiento, a los partidarios de la intuicin, del conocimiento por la va del sentimiento,di> los datos inmediatos intactos.81No rechaza la determinacin, ni la delimitacin ni la estabiliza-i n'in de ambas, sobre todo en la vida cotidiana:

    Mu la vida corriente, el contenido de la conciencia est formadoor conocimientos, experiencias, concreciones sensibles, y tam

    bin pensamientos, principios, en suma, por todo lo que le esdailo y vale como un ser o una esencia slida y estable.32

    Ior desgracia, el entendimiento, colmado de celo intempestivo,iiende a manifestarse incluso en domingo. Ser necesario defender contra este ogro prosaico la libertad y la elevacin de losdomingos especulativos.33I ,n soledad y la divisin, provisionalmente tiles, no deben prolongarse demasiado, y sobre todo no deben eternizarse. Ahoraliirn, el entendimiento no se contenta determinando, y por lotanto aislando y separando, sino que mantiene firmemente susdeterminaciones.34 Los dogmas nacen de esta perseverancia de

    lo constituido, y hay un dogmatismo de la existencia que consisteen una dureza del corazn, obstinado en considerar el hedi comolo Imperecedero, y en negar un perdn que devolvera su movilidad a las actitudes unilaterales y cristalizadas.36I'.s imposible comprender la historia si se piensa dogmticamente.MI dogmatismo del pensamiento separa los trminos que, en suoposicin dinmica, forman la vida. Luego, exige que se elijacutre ellos: verdadero o falso, bueno o malo, blanco o negro, demodo que la paleta solo tiene dos colores.

    Si'iin cuales fueren la complejidad y el dinamismo de una realidad, le aplica brutalmente el esquema: o esto__o aquello:

    l.o dogmtico {das Dogmatiscbe), en sentido estricto, consisteentonces en que se mantienen las determinaciones unilaterales delentendimiento, con exclusin de sus opuestos. Se trata, en general, del riguroso o e sto__o aquello,y as se dice, por ejemplo,i|tic el mundo es ofinito oinfinito, pero solo una de ambas cosas.33

    II lhvnominologie, t. i, pgs. 9-12.\ Ib'td., pg. 42.ti Acerca dd domingo especulativo que recompensa el duro trabajo de laemana, Berliner Scbriften, pg. 16. Con referencia al buen sentido comnque no basta para filosofar, ibd., pgs. 18-20.I-I (lockner, ed., Wissenschaft der Logik, t. iv, pg. 17; trad. al francs|Mir Tanklvitch, t. I, pg. 8.11 Vase la dialctica dd mal y de su perdn en Phnomnologie, t. i i,|>g. 190.16 Von Henning, ed., EncydopSdie, t. i, Berln, 1840, prr. 32, nota, pg.

    n

  • 7/26/2019 FILO372 JACQUES DHONDT - Hegel, filosofo de la historia viviente.pdf

    41/371

    En estas condiciones, para Hegel,

    lo Verdadero y lo Falso pertenecen a esos pensamientos determinados que, desprovistos de movimiento, valen como esenciasparticulares, de las cuales una est de un lado cuando la otra

    est en el opuesto, y que se ubican y se aslan en su rigidez, sinninguna comunicacin entre s.37

    La abstraccin

    El entendimiento realiza un trabajo de abstraccin. De lo cual

    Hegel se regocija como el que ms: sin abstraccin no hay pensamiento.Desgraciadamente, esta virtud se trueca con facilidad en su contraria, defecto del cual el propio Hegel no sabe precaverseeficazmente y que, entre muchos, ser Marx quien ms habrde reprocharle:

    Hegel ha cado en la ilusin de concebir lo real como resultado

    del pensamiento, que se concentra en s mismo, se profundizaen s mismo, se mueve por s mismo, mientras que el mtodo queconsiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto no es para el

    pensamiento ms que el modo de apropiarse lo concreto, de reproducirlo en la forma de un concreto pensado. Pero ese no es, deningn modo, el proceso de la gnesis de lo concreto mismo.8*

    La abstraccin especulativa antepone la esencia a los existentes,pese a que en realidad la extrajo de estos, y se ufana de llegar

    a derivar los existentes de la esencia!Este traspi de Hegel es tanto menos perdonable cuanto que,en cierto sentido, l conoca su naturaleza y haba desnudado suscausas histricas. En este punto, Marx poda tomar armas deHegel para combatirlo.En efecto, no hay doctrina contraria, y sobre todo no hay concepcin de la historia, a la cual Hegel no haya reprochado quedejase escapar la diversidad de lo concreto real, que quisiese re

    ducirlo todo a una idea abstracta, satisfacindose con la unidad68

    68. Vase tambin Encydopadie