francisco, el papa más mediático

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Pliego de la revista Vida Nueva sobre el papa Francisco

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  • PLIEGO

    Pit volorep udipsanis quunt dipsam asitatqui inctum velic toreperi accum vitempo sanimil

    ipsum qui voluptis

    At il mAgnAm fugA. PA veliA volestem

    mAgnAmFIRMACargo

    2.xxx. x-x de mes de 2010PLIEGO

    Prxima la fiesta de san francisco de sales (24 de enero), patrono de los periodistas, descubrimos en el papa Francisco una de sus improntas ms significativas: la de una capacidad

    comunicativa sin precedentes con el hombre de hoy, inseparable, en la sociedad de la informacin, de su capacidad

    meditica, que incluye su proximidad a travs de los medios de comunicacin y su empata con los comunicadores sociales.

    fRAnCisCo,el PAPA ms meDitiCo

    MAnuel MARA BRu Alonso, sacerdote y periodistaPresidente de la Fundacin Crnica Blanca

    2.925. 17-23 de enero de 2015

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    Una empata que cautivaeclesiologa y una determinada opcin pastoral.

    no es difcil averiguar las claves teolgicas y pastorales de esta impronta que deviene en capacidad meditica en el magisterio del Papa en este tiempo, pero nos bastara con acudir a un texto poco conocido y, sin duda alguna, fundamental para entender la novedad de este pontificado en su conjunto y su impronta en el nuevo modo de expresarse del Papa y de la Iglesia ante el mundo en particular. se trata de un folio con unas pocas notas que el cardenal Jorge Mario Bergoglio escribi a mano y utiliz en las reuniones de las Congregaciones Generales antes del Cnclave. Gracias al cardenal de la Habana, que le pidi esa cuartilla con notas, hoy sabemos cul era el diagnstico de las carencias de la Iglesia y el tratamiento que requiere, segn Bergoglio. Dicen que la lectura de esas notas dejo atnito al colegio cardenalicio, que tom conciencia de por dnde iban los tiros de la responsabilidad ante Dios y ante la historia que tenan en aquel momento, y que entrevieron que donde hay una luz no solo no hay que apagarla, sino ponerla sobre el candil para que alumbre toda la casa.

    esas notas tenan un nico punto de referencia: la necesidad de una Iglesia en salida, en la que, entre otras muchas cosas, est en juego el hacerse audible y comprensible en el mundo de hoy. Meses despus de las Congregaciones y del Cnclave en el que el cardenal Bergoglio fue elegido papa, en la exhortacin apostlica Evangelii gaudium aparece un desarrollo mayor y ms sistemtico de lo que significa Iglesia en salida, sin dejar de ser un concepto dinmico, una profunda intuicin espiritual de inmenso calado an por descubrir y desentraar. Aquellas notas, en todo caso, tienen la frescura de la intuicin inicial y una capacidad de expresin, de sntesis y de rotundidad inauditas, por lo que merece la pena retomar dos de estas ideas, que nos sirven para hacernos una serie de preguntas sobre el tema que nos ocupa:

    1. Primera nota que extraemos, sin sacarla del contexto, que es bien preciso y concreto. Dice as: la Iglesia est llamada a salir de s misma e ir hacia las periferias, no solo las geogrficas, sino tambin las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.

    Ya empez a ser ms meditico que sus antecesores san Juan XXIII. lo fue bastante ms de lo que se le reconoce a Pablo VI, pues, como Benedicto XVI, por su genial verbo y mejor pluma, tanto agradaba leerle. Aunque es verdad que los medios de comunicacin escritos no fueron con ellos justos a la hora de darles cobertura meditica. Y lo fue, sobre todo, Juan Pablo II, sin duda alguna el primer Papa de la globalizacin, quien, adems de su connatural telegenia, asumi no solo el entramado mundial de la era meditica, sino tambin muchas de sus implicaciones culturales y sociales, como son la importancia del lenguaje de la imagen y la mundializacin instantnea de la informacin. Pero el papa Francisco, heredero de un paulatino proceso de acercamiento del pontificado y, con l, de toda la Iglesia al mundo de los medios, est dando un salto decisivo a la imbricacin con la cultura meditica.

    SENTIDO ECLESIOLGICO DEL CARCTER MEDITICO DEL PAPA FRANCISCO

    Como en todas las implicaciones que son personales e institucionales a la vez, se entrelazan aqu diversos planos. Por un lado, est el plano de la impronta personal (no solo psicolgica, sino tambin cultural, espiritual y eclesial), en el que enseguida nos adentraremos, sobre todo en lo referente al lenguaje (cdigos y estilos de expresin verbal y gestual). Pero convendra reconocer antes un plano previo, ms fundamental y, sobre todo, ms volitivo. se trata del plano teolgico y pastoral. el papa Francisco se expresa, se reconoce y se implica en esta era meditica, en esta sociedad de la informacin, fundamentalmente por una profunda reflexin teolgica no tanto en el mbito de la teologa de la comunicacin como en el de la

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    Coloquio con los informadores a su vuelta de Brasil

  • Ya san Juan Pablo II, en su encclica Redemptoris Missio (n. 37), haba hablado de los nuevos arepagos para la nueva evangelizacin. Y haba mencionado la necesidad de entender, ms existencialmente que geogrficamente, la misin ad gentes de la Iglesia, considerando como lugares especialmente ajenos al evangelio (como nuevas tierras de misin) el mundo de la economa, de la poltica, de la ciencia, de la cultura y de los medios de comunicacin. Ciertamente, no hay coincidencia exacta entre el concepto de nueva evangelizacin y el de Iglesia en salida, pero tal y como nos lo muestra en Evangelii gaudium s hay continuidad. la Iglesia en salida es la clave de la nueva evangelizacin inspirada al papa Francisco, que pone su acento en las dimensiones ms vitales y existenciales de los mbitos de la misin (las periferias), y en algunos de estos mbitos que podran estar menos centrados en la misin, como son los del sufrimiento y la injusticia. Dirigindose a los trabajadores del Centro Televisivo Vaticano (CTV),

    el Papa menciona y, por tanto, adjunta a la lista las sofisticadas periferias tecnolgicas. la cultura meditica est evidentemente en ellas:

    en primer lugar, por contenido, ya que el pensamiento de hoy (clima de opinin a partir de la opinin pblica, y pensamiento nico a partir de la cultura dominante) y la prescindencia religiosa (alejamiento progresivo entre fe y cultura) se difunden hoy en da principalmente en los medios de comunicacin.

    en segundo lugar, por requerimiento. en el pensamiento de Bergoglio sobre la comunicacin social como luego veremos el concepto principal, relacionado con el llamado periodismo social, consiste en el reclamo de que los medios sean prximos a la realidad del dolor y de la injusticia, como lo es el Buen samaritano.

    en tercer lugar, por el modo de la mediacin. Con el papa Francisco la preocupacin por el relativismo ha dejado de ser prioritaria y, sin pasar por ello a un segundo plano, ha quedado

    incluida en una preocupacin an ms prioritaria, que es la preocupacin por la soledad, por el desamparo, por las heridas psicolgicas, espirituales y sociales del hombre de hoy, en gran parte sufridas con el concurso del relativismo, pero ante las que lo urgente no es hurgar en ellas, sino curarlas. Aqu aparece un aspecto fundamental, que diferencia la periferia del arepago, que es la actitud. Al arepago se va a debatir; a la periferia, a sanar.

    el papa Francisco entiende la proyeccin meditica de la Iglesia como una de las puertas de salida, pero no de cualquier forma de conexin, ni siquiera de comprensin, con y para el hombre y la cultura de hoy, sino una suerte de encuentro cultura del encuentro en el que ni la Iglesia ni los medios se miran a s mismos y entre s, sino que miran juntos al hombre de hoy, con sus xitos, pero, sobre todo, con sus dolores y sus miserias; con sus logros y progresos, pero, an ms, con sus dudas, sus inquietudes y sus temores.

    es decir, un Iglesia y unos medios de comunicacin llamados a encontrarse no en el terreno de las controversias morales o eclesiales, pero tampoco en el terreno de las simplificaciones o de las banalidades del espectculo meditico, sino en el hombre concreto, al que tanto la Iglesia no autorreferencial como el complejo cultural y meditico globalizados, coherente con su vocacin de servicio social, deben responder. Y al hacerlo, los medios encontrarn en la Iglesia un aliado para su prioritaria intermediacin tica y social, y la Iglesia una puerta ms, de entre las ms importantes, de salida al mundo, al encuentro con el hombre de hoy.

    2. la segunda nota que extraemos de esos apuntes de las Congregaciones Generales, previas al Cnclave, reza as: los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teolgico. en el Apocalipsis Jess dice que est a la puerta y llama. evidentemente, el texto se refiere a que golpea desde dentro para que le dejemos salir. la Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de s y no le deja salir.

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    Primer encuentro con los periodistas tras su eleccin (16 de marzo de 2013)

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    tres palabras grabadas en el corazn: respeto, perdn y gracias. Como las homilas espontneas del Papa en santa Marta. Por qu un prroco de un pueblo puede hacerlas as y no un obispo, y no un papa?

    Por primera vez, un papa bromea dando una catequesis o contestando una entrevista. Juan Pablo II lo haca tambin, pero salindose del argumento del que hablaba, haciendo un corte en el discurso, lo cual ya fue toda una hazaa, toda una novedad. Pero el papa Francisco lo hace como parte del discurso. en la entrevista televisiva de Henrique Cymerman en Cuatro, cuenta un chiste para explicar que, aunque no sea de natural protocolario, sabe que debe obedecer a un mnimo de protocolo. lo utiliza como argumento. Y lo hace rindose. es ms, no le preocupa dar la impresin de que se re de su propia sombra, de que es un hombre libre.

    Es una palabra clara y concisa, azoriniana

    Como dice el comuniclogo ngel Lafuente, se trata de una palabra construida frase a frase sujeto, verbo y complemento, sin oraciones de relativo, sin titubeos, sin engolamientos, sin poses. Y frase a frase construye una disertacin breve. Y lo hace con un lenguaje llano, que todo el mundo entiende.

    Durante la presentacin en Madrid del libro de Francesc Torralba Creyentes y no creyentes en tierra de nadie (PPC), el profesor Garca Santesmases, agnstico, deca que, despus de haber ledo varias veces, para captar bien su significado en esta obra unas interesantsimas pginas de Benedicto XVI en las que distingua entre evangelizacin y proselitismo, oy al papa Francisco decir una frase contundente: el proselitismo es una estupidez. Y comentaba la diferencia

    LENGUAJE MEDITICO

    la palabra del papa Francisco acaricia y desgarra a la vez. es la palabra de un padre, pero casi ms la de una madre: acaricia cuando agrupa a sus hijos, desgarra cuando los protege de los peligros que les circundan. Hace de madre perfil mariano de la Iglesia y de la humanidad cuando, en lugar de escribir una carta pastoral sobre el drama de la emigracin forzosa en europa, como si estuviera dando un puetazo en la mesa, dice: esto es una vergenza!. Y el mundo lo recibe como si lo dijera un padre, pero casi ms como si fuera una madre: sus ojos humeantes lo delatan. Pero, adems, su palabra gana an ms enteros desde el punto de vista meditico por tres razones ms:

    Es una palabra directaes espontnea, libre de papeles.

    le bastan 15 minutos para hablar a 200.000 personas reunidas en el Da de las Familias del Ao de la Fe. sin papeles, y apoyando su mano derecha en la cabeza de un nio. la Familiaris Consortio ya est escrita. Ahora basta que el Papa diga a las familias que todos sabemos que, a veces, en casa los platos vuelan, y que se quedasen con

    el an por pocos das cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, nos propone una escenografa eclesial dramtica, al decirnos que Cristo clama desde dentro de la Iglesia para que le dejemos salir al encuentro con el mundo, con el hombre de hoy. nos viene fcilmente a la mente una consideracin que tiene que ver con los hechos, antes que con las ideas. Hasta qu punto esta urgente preocupacin permanece en el papa Bergoglio, cuando, casi dos aos despus, todos los indicadores apuntan a que ha habido un exponencial incremento del inters y de la credibilidad del Papa y de su pensamiento en los mbitos ms alejados de la Iglesia, incluso entre los no creyentes, en detrimento de un llamativo desafecto en algunos sectores dentro de la Iglesia.

    Pero, adems de esta consideracin de facto, podramos aventurarnos a dibujar algunas de sus consecuencias en el plano meditico. esta operacin de la Iglesia en salida, que tal y como la define en la nota el Papa es fcilmente susceptible de malinterpretaciones teolgicas (discusiones bizantinas, dira Francisco), no significa que la Iglesia deba abandonarse a las exigencias de la cultura meditica dominante, pero s dejar que respire en el mundo de hoy, en la cultura de hoy, y que pueda recorrer las redes instantneas y globales de la comunicacin de hoy. no ahogarla en la autorreferencialidad eclesial.

    las implicaciones en este terreno, como en tantos otros, son de fcil intuicin, e incluyen tres dimensiones: lenguaje meditico, trasparencia meditica y propuesta meditica.

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    OCon el vaticanista Andrea Tornielli y el padre Lombardi

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    de lenguaje entre ambos: el del papa Benedicto gana en profundidad, en precisin, en argumentacin. Pero pocos saben lo que pensaba la Iglesia sobre esta distincin, porque a pocos les llegan estas pginas, ni tienen inters ni aplomo para lerselas. en cambio, el titular de Francisco, que como todo titular est exento de matices y precisiones, llega a muchos ms, y se enteran a la primera.

    Propiciar este enterarse a la primera, evidentemente, supone una serie de riesgos. el debate es muy antiguo, y no solo en la Iglesia. es un debate abierto que nace en la Grecia clsica y que recorre toda la historia de la comunicacin, sobre todo de la comunicacin pblica (poltica y religiosa). A ms argumentacin y matizacin, mayor precisin, pero menor alcance comunicativo y, a veces, tambin una comprensin, por compleja, deficiente. A ms concisin, que requiere siempre simplificacin, mayor imprecisin, mayor riesgo de malinterpretacin y mayor facilidad para que otros puedan manipular el mensaje. Pero mayor claridad y alcance del mensaje. Ms que equilibrio, se requiere conjuncin.

    el papa Francisco parece haber conseguido una suerte de conjuncin entre el lenguaje preciso y matizado (pero no por ello poco claro y, en todo caso, suficientemente conciso y escueto), y el lenguaje espontneo y/o conciso, lo que en el argot periodstico venimos llamando dar titulares. Pero no a la vez, que sera imposible, ni buscando un trmino medio, sino de modo diversificado. Jugando con mensajes distintos (unos de un modo, otros de otro), o con un mismo mensaje, comunicado en diferentes formatos y de diversos modos. As, una misma idea puede trasmitirse en un cortsimo mensaje en las redes sociales, en una breve respuesta en una entrevista, en una catequesis o en una profusa encclica. esta flexibilidad de los formatos no responde tanto a una estrategia como a un estilo, a una actitud comunicativa. es ms, Francisco tiene muy claro que la medida de la vida de la Iglesia, citando a Jorge Luis Borges, no la da el imprimir una noticia con grandes titulares, para que la gente piense que es

    indiscutiblemente verdadera; es ms, est entrelazada, incluso en los lmites inherentes de la condicin y posibilidad de cada uno, por la silenciosa y generosa entrega al bien autntico del cuerpo de Cristo y al servicio duradero de la causa del hombre. no se trata, por tanto, de una cuestin de marketing eclesial, sino de servicio a la sencillez y a la claridad, aunque a veces para el mundo quede silenciada.

    Es una palabra sugestivasan Juan Pablo II daba titulares para

    los diarios de gran tirada; Benedicto XVI los daba solo para revistas ms selectivas y sesudas; Francisco da titulares para todo. sus titulares los publican hasta en la revista Diez Minutos. en los ndices de los libros que recogen las homilas del Papa en santa Marta todos son titulares, y todos ellos muy sugestivos: la fe no se vende,

    En el primer viaje del Papa a Brasil, en julio de 2013, les dijo a los periodistas que es verdad que no le gustaba hacer entrevistas y que no las hara. Menos mal que tambin el Papa cambia de opinin. Porque vaya si despus ha hecho entrevistas!Aunque el primer papa en conceder entrevistas fue Pablo VI, y el primer papa en hacer ruedas de prensa en los aviones fue san Juan Pablo II, todava hoy siguen dando la impresin de algo extraordinario y novedoso. La razn es muy sencilla: si tanto Pablo VI como Juan Pablo II fueron en esto tremendamente innovadores, no solo fue porque rompieron con un estilo secular de proteccin de cualquier atisbo de espontaneidad, tanto de la palabra como de la imagen del papa, sino porque iniciaron un tipo de entrevistas y un tipo de ruedas de prensa que, a da de hoy, siguen siendo muy distintas del resto que se hacen todos los das y por todo tipo de personas e instituciones. Y no lo son por ser cautas y moderadas en cuanto al riesgo meditico que suponen, sino por todo lo contrario: por su apertura, por su trasparencia y por su claridad.Entrevistar al papa es la mxima aspiracin no solo de todo periodista especializado en informacin religiosa como dice en la introduccin de un libro que publica sus primeras entrevistas y encuentros con los periodistas el director de la Librera Editrice Vaticana, Giuseppe Costa, sino de todo periodista especializado o sin especializar. Del mismo modo que la acreditacin ms envidiada a una rueda de prensa del mundo es la que se tiene en los vuelos de los viajes papales. No hay ruedas de prensa de mayor altura en los contenidos, porque en ellas habla de la fe y de la suerte de la humanidad. Y no las hay tampoco de mayor claridad y sinceridad. La prueba de ello la tenemos en que ningn lder poltico o social se ha atrevido a imitar este formato.Entre los grandes personajes pblicos, los hay que alardean de estar siempre dispuestos a atender los requerimientos de la prensa, a ser transparentes y a acceder a todas las entrevistas. Y luego la realidad es bien distinta. Ocultamientos de la verdad, estrategias de poder con los medios, desplantes, restricciones, etc. Es lo habitual en la poltica de comunicacin de los polticos. Con el Papa pasa todo lo contrario. Con la misma sinceridad con la que no oculta que no le agrada mucho estar de entrevista en entrevista (cosa que ningn poltico se atrevera a decir), luego no solo no hace entrevistas, sino que es el lder mundial que ms entrevistas concede.

    PERO EL PAPA, HACE O NO HACE ENTREVISTAS?

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    inquietudes y sus sentimientos, sino solo el rigor del maestro inconfundible que cada vez que habla es para determinar eterna e inmutable doctrina. Muchas otras cosas no han gustado al lado oeste de la crtica al Papa, como su transparencia meditica. en general, su transparencia en todos los sentidos y en todos los mbitos. no gusta que pidiese en el snodo libertad y arrojo en el debate, sin tener que medir cada intervencin de los padres sinodales con intervenciones escritas revisadas por sus telogos acompaantes. no gusta que llame por telfono, y menos con su mvil personal, a quien quiera, cuando quiera y como quiera; y si esperan que la sala stampa tenga que decirlo, cada vez que alguien haga pblico que le ha llamado el Papa, y su portavoz tenga que confirmarlo, ya pueden esperar sentados. Y esto no va contra la transparencia, sino al contrario: la sita en la normalidad. ninguno de nosotros necesita un portavoz que confirme si hemos o no hablado con alguien. estamos a la intemperie meditica. Como el Papa.

    Pero, por otro lado, est el lado este de la crtica meditica. Tampoco hay que perdrsela. Y es que hay lderes de opinin, medios de comunicacin y periodistas que no tienen ningn reparo en poner ahora al Papa en un pedestal para luego dejar que la cada sea en picado. son aquellos que, sin la perspectiva suficiente para calibrar la persona del Papa y la solidez de la Iglesia que gua, creen que con l y con ella pueden hacer como con otros lderes y con otras instituciones: dirigir desde fuera su hoja de ruta, una vez encadenados por el beneplcito de la opinin pblica. Y cuando vean que con el Papa este juego no funciona, querrn desandar lo andado, y presentarlo

    algunos sectores llammosles muy tradicionalistas una malsima prensa: ridiculizando sus gestos, advirtiendo del peligro del nuevo estilo que tiene de gobernar la Iglesia y hasta llamndole peronista o comunista. Incluso alguno de los ms prestigiosos vaticanistas ha llegado a escribir un libro con el que pretende deslegitimar este pontificado diciendo que Francisco no es Francisco.

    otros, con similar indignacin y extrema posicin, no pierden tanto la compostura. Y te susurran al odo que alguien le debera aconsejar qu, cmo y cundo hablar. Y entre ellos mismos, tambin claro est, en sotto voce se dicen: un papado de transicin, ya llegarn tiempos mejores. usan, en todo caso, ms la comunicacin clandestina que la meditica, pero tambin los medios, echando lea al fuego de las polmicas, como la abierta por el snodo de la Familia, que para ellos ha sido un fiasco, y el Papa los ms cautos dicen Roma no lo ha controlado. Tambin terminan recurriendo a la desinformacin, atribuyndole al Papa declaraciones falsas o manipulando las verdaderas.

    uno de los primeros escndalos mediticos del papa Francisco fue la entrevista del director de La Repubblica, Eugenio Scalfari. es verdad que sus entrevistas no responden como advirti en su da la sala stampa al modelo clsico de entrevista de preguntas y respuestas cerradas, y de declaraciones entrecomilladas. Pero son coloquios y conversaciones dignos de crdito, referidos por el periodista, sin traicionar su sentido y su esencia. es un gnero periodstico tan vlido como cualquier otro, aunque incmodo para quien quiera leer del Papa no tanto la expresin espontnea de sus

    Dios no tiene la varita mgica, el espritu no es domesticable, la Iglesia no es una babysitter, la eternidad no ser aburrida, el progresismo adolescente o Tambin la lengua puede matar.

    A la hora de poner las pilas a la Curia romana y a sus tentaciones, no desarrolla como en su da hizo ya Benedicto XVI un argumento profuso sobre la tentacin clerical al carrerismo, sino que disecciona el concepto en un declogo de tentaciones del curial, y a cada una de ellas le dedica pocas palabras, pero clarsimas, tremendas y rotundas. Y cada una de ellas empieza por un titular, an ms claro, tremendo y rotundo.

    TRANSPARENCIA MEDITICA

    As como Paloma Gmez Borrero acu el trmino de Huracn Wojtyla, hoy podramos acuar la expresin Tsunami Francisco. su palabra es la que ms atencin concita. sus gestos, los ms dignos de crdito. sus llamadas telefnicas, las ms famosas. sus mensajes en las redes sociales, los ms seguidos. sus conversaciones espontneas, incluso las que tiene con los periodistas, las ms interesantes, las ms buscadas y ledas. si san Juan Pablo II fue el papa ms telegnico y seductor, y Benedicto XVI el ms estudiado y respetado por los que no comulgaban con sus ideas, Francisco es el papa que hace saltar ms alarmas, alarmas que en realidad perturban solo a los de dentro, porque a los de afuera, aun causndoles sorpresa, les cautiva.

    Tambin perturba a algunos, a otros conmueve y a todos sorprenden sus entrevistas y sus conversaciones con periodistas. sobre todo, sus largas entrevistas de personalidad, en grandes peridicos, y sus conversaciones en las ruedas de prensa de los vuelos papales.

    Pero esta trasparencia meditica, juega a su favor? Cmo son acogidas sus intervenciones mediticas en la opinin pblica? en general, muy bien. Pero no nos engaemos no todos los que hacen el seguimiento de la informacin del Papa estn libres de las presiones ideolgicas directas de sus medios o indirectas de su entorno.

    esto hace que, por un lado, el papa Francisco haya recibido por parte de

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    Francisco est propiciando, a travs de su nueva relacin con los periodistas, incluidos los ex-pertos en informacin religiosa (evidentemente, los ms duros de pelar), un nuevo periodis-mo de informacin religiosa del que habla uno de los mximos expertos en la materia, el pro-fesor Esteban Pittaro, cuando explica que esta no se limita a contar historias y transmitir declaraciones, sino que, inde-pendientemente de la creencia o increencia del receptor de la in-formacin, incide en su desarro-llo personal y social, y toca su corazn. En su primer discurso a los periodistas, Francisco hace una clara apuesta por este nue-vo periodismo religioso: Los eventos de la Iglesia tienen una caracterstica de fondo peculiar: responden a una lgica que no es principalmente la de las ca-tegoras, por as decirlo, mun-danas, y precisamente por esto no son fciles de interpretar y comunicar a un pblico amplio y diversificado.En las intervenciones mediti-cas de Francisco (sobre todo en las entrevistas y en las ruedas de prensa de sus viajes), en-contramos: Un nuevo modo de referirse a s mismo. Cuando llama a alguien, dice que es el padre Jorge; y cuando se presenta al mundo, lo hace como obispo de Roma. Pide siempre a todo el mundo que rece por l, porque es un pecador. Cuando familia-res suyos tuvieron un accidente

    de trfico, pidi pblicamen-te por su familia, y mostr su dolor, porque el Papa tambin tiene una familia. Un nuevo modo de hablar de la Iglesia: Para m es fundamen-tal la cercana de la Iglesia. La Iglesia es madre, y ni usted ni yo conocemos a ninguna madre que lo sea por correspondencia. La madre da afecto, toca, besa, ama. Cuando la Iglesia, ocupada en mil cosas, descuida la cer-cana, la olvida, y se comunica solo con documentos, es una madre que se comunica con su hijo solo por carta. De ah la imagen de la Iglesia que cura, como un inmenso hospital de campaa en un mundo en el que todos tenemos heridas abiertas. Un nuevo modo de hablar de la virtud de la pobreza. A su lle-gada a Brasil, respondi as a un periodista: El auto que uso aqu es muy similar al que uso en Roma. Sencillo, como el que podra tener un empleado nor-mal. En esto creo que tenemos que dar testimonio de simplici-dad, incluso dira de pobreza. Nuestro pueblo exige pobreza a los sacerdotes. Lo exigen en el buen sentido, pide eso. A nues-tro pueblo le ofende mucho en el corazn cuando ve que los que estamos consagrados estamos apegados al dinero. Y eso es malo. Y realmente no es bueno que un sacerdote tenga un auto ltimo modelo, de marca. Un nuevo lenguaje sobre Dios. Es el lleno de ternura, pero no una licuadora que hace ms di-

    gerible la vida. Y un nuevo modo de hablar con Dios. En una de sus entrevistas, dice que habla con l cuando est adorando al Santsimo, pero tambin cuando est a la espera de ser recibido por el dentista. Y es que, nos dice, yo puedo olvidarme de l, pero l no puede olvidarse de m. Una novedossima manera de denunciar el mal, llaman-do perversa a la economa de mercado, o desenmascarando a los cmplices idiotas de la corrupcin. Al llamar perversa a la economa de mercado, se ha enfrentado a los poderosos de este mundo, defensores a ultranza del sistema que les enriquece. Le ponen a caldo, porque son conscientes de que hay un modo nuevo de hablar de ello. El liberalismo ya estaba condenado hace siglos por la Doctrina Social de la Iglesia, y los papas anteriores haban denunciado sus consecuencias, pero solan ponerle apellidos (capitalismo salvaje, liberalis-mo extremo). Francisco es ms directo: el sistema actual del libre mercado es perverso. Una nueva manera de relacio-narse con la gente, como cuando nos cuenta que le increp a una madre en la Plaza de San Pedro: Pero mujer, dele de comer a su beb que llora porque tie-ne hambre!. O como cuando explica que, cuando uno va a visitar a un amigo, no va dentro de una cpsula de vidrio, ar-gumentando por qu no quiere

    coches blindados en sus viajes. Cuando le preguntan porque se ha quedado a vivir en Santa Marta, dice con toda seriedad: Me qued en Santa Marta por razones psiquitricas, para no tener que sufrir esa soledad que no me hace bien. Y tambin por motivos de pobreza, porque si no haba tenido que pagar al psiquiatra mucha plata Y eso no es bueno. Y para estar con la gente. Y un nuevo estilo de relacio-narse con los comunicadores. En el viaje a Brasil, la decana de los periodistas del vuelo le dijo: Sabemos que los perio-distas no somos santos de su devocin, y que a lo mejor ha pensado que el padre Lombar-di le ha trado a la jaula de los leones. Y el Papa, al terminar su saludo, tras hablar de los j-venes que le esperaban en Ro, les dijo: Les doy las gracias, queridos santos no de devocin, y leones no tan feroces. Quisiera saludarles a cada uno. Gracias. Procura, adems, tratarlos con el mximo respeto, sabiendo que ellos representan el gran abanico de las sensibilidades religiosas e ideolgicas del planeta. Al terminar su primer discurso a los periodistas, re-cin elegido, les dijo que les daba la bendicin en silencio, por respeto a los no creyentes. Alguno de ellos, a la salida, llo-raba y deca: Siempre me haba sentido extrao aqu. Hoy he visto que la Iglesia me respeta como soy, me quiere como soy.

    UN NUEVO PERIODISMO RELIGIOSO

    El Papa, compartiendo vuelo con la prensa camino de Sri Lanka

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    de comunicar, sino la comunicacin en s misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformacin cultural. Junto a ese modo de difundir informacin y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, as como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunin (Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 2011).

    en el gran documento magisterial del papa Francisco hasta la fecha, la exhortacin apostlica Evangelii gaudium, una vez asumida por sus predecesores la importancia la cultura meditica, nos describe cules son sus principales caractersticas, en tanto cultura predominante: el primer lugar escribe est ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rpido, lo superficial, lo provisorio. lo real cede el lugar a la apariencia (eG 62).

    Y de ah, de dicha descripcin, aterriza en desafos muy concretos: nuevas culturas continan gestndose en estas enormes geografas humanas en las que el cristiano ya no suele ser promotor o generador de sentido, sino que recibe de ellas otros lenguajes, smbolos, mensajes y paradigmas que ofrecen nuevas orientaciones de vida, frecuentemente en contraste con el evangelio de Jess (eG 73). Y en respuestas tambin muy concretas: esto requiere imaginar espacios de oracin y de comunin con caractersticas novedosas, ms atractivas y significativas para los habitantes urbanos (eG 73). Que, a la postre, lo son para todos los hombres de nuestro tiempo, ya que los ambientes rurales, por la influencia de los medios de comunicacin de masas, no estn ajenos a estas transformaciones culturales que tambin operan cambios significativos en sus modos de vida (eG 73). se trata, en definitiva, de un entramado en el que grupos de personas comparten las mismas formas de soar la vida y similares imaginarios y se constituyen en nuevos sectores humanos, en territorios culturales, en ciudades invisibles (). la Iglesia est llamada a ser servidora de un difcil dilogo (eG 74). en conclusin, la propuesta meditica de Francisco se podra resumir en esta frase suya: la comunicacin es, en definitiva, una conquista ms humana que tecnolgica.

    la Fundacin Crnica Blanca durante un ao, me dijo: no sea exagerado, no daba para tanto!. Bueno, tal vez un ao entero es exagerado, pero si varios meses. Porque el documento s que da para mucho. se trata de una de las reflexiones ms lcidas sobre la mirada cristiana al periodismo.

    en esta reflexin sobre la tica y la esttica del periodismo, Jorge Mario Bergoglio dice que aproximarse en la comunicacin consiste en que si bien, verdad y belleza son inseparables cuando nos comunicamos, lo son [inseparables] por presencia o tambin por ausencia. Y as como a nivel tico, aproximarse bien es aproximarse para ayudar y no para lastimar; y a nivel de la verdad, aproximarse bien implica transmitir informacin veraz; a nivel esttico, aproximarse bien es comunicar la integridad de una realidad, de manera armnica y con claridad. Aproximarse mal, en cambio, es aproximarse con una esttica desintegradora, que escamotea algunos aspectos del problema o que los manipula creando desarmona y que oscurece la realidad, la afea y la denigra.

    otro de los aspectos ms lcidos del pensamiento del papa Francisco sobre la comunicacin social es la consideracin de la importancia de la cultura meditica, y su valoracin teolgica y pastoral. se trata de una aportacin en lnea con la carta apostlica El rpido desarrollo (24 de enero de 2005), de san Juan Pablo II, y de su insistencia en que el trabajo en estos medios no tiene solamente el objetivo de multiplicar el anuncio (), sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta nueva cultura creada por la comunicacin moderna (Redemptoris Missio, 37). Y en lnea con Benedicto XVI, para quien las nuevas tecnologas no modifican solo el modo

    como un traidor de s mismo, o como un arrepentido de sus cambios. no porque el papa Francisco no est haciendo y no vaya a hacer una reforma a fondo de la Iglesia, e incluso una revolucin como algunos de ellos pronostican, sino porque no ser ni la reforma ni la revolucin que ellos pretenden.

    Me contaba un arzobispo cmo otro prelado amigo suyo le confes una escena tremenda: extraado el Papa de verlo en varias ceremonias seguidas, le explic que quera aprender de sus gestos. Y que el Papa le contest: Vyase a su dicesis, y no se preocupe, que, tarde o pronto, este circo se va a acabar. Y es muy posible que, para el periodismo mediocre, el circo del Papa termine acabndose, y gracias a Dios. Pero, para el periodismo serio, lo que jams acabar es la sorprendente novedad de la sabidura, la bondad, la claridad y la sinceridad de un Papa que transmite y transparenta por los cuatro costados la ternura y la misericordia de Dios.

    PROPUESTA MEDITICA

    el papa Francisco teme por la influencia de los medios, pero no tanto como potenciales propagadores de una cultura vacua, o por su superficialidad, y menos por el tratamiento a veces tan negativo a la Iglesia, sino porque se olvidan de lo que realmente es noticia: Hoy hay nios que no tienen para comer, nios que mueren de hambre, de desnutricin. Basta ver las fotografas de algunos lugares del mundo. Hay enfermos que no tienen acceso al sistema sanitario. Hay mendigos, hombres y mujeres, que mueren de fro en invierno. Hay nios que no reciben educacin. Todo esto no es noticia.

    en su primer discurso a los periodistas (16 de marzo de 2013), abog por una comunicacin al servicio de la verdad, la bondad y la belleza. lo haba explicado el cardenal Bergoglio en una conferencia el 10 de octubre de 2002 bajo en sugestivo ttulo Comunicador: quin es tu prjimo?, que luego abordar en su primer mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales. Cuando tuve la oportunidad de saludarle en santa Marta el ao pasado, al comentarle que este texto lo habamos estudiado con un grupo de jvenes periodistas en

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