g. c. harcourt y peter kenyon - unam...en el pasado (con la posible excepción de la obra de kalecki...

14
224 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRE C I Marris, Robin, y Adrián Wood (comps.) (1971), The Corporate Ecoh ,iomy, Growth Competition and Innovative Potential, Cambridge*! Mass. Í;§E Modigliani, Franco (1964), "Comment: Some Theories of Income IMs3 tribu 'ion", Oficina Nacional de Investigación Económica, The Bez havior of Income Shares, Princeton. 33j Moore, A. M. (1967), "A Reformulation of the Kaldor Effect", £co3 nomic Journal, marzo, pp. 84-99. ;í| Phelps. Edmund S. (1970), "Money Wage Dynamics and Labor Marketl Equilibrium", en Phelps (comp.), Microeconomic Foundations o/ Etnf¿ ¿loyment and Injlation Theory, Nueva York. Robinson, Joan (1969), The Economics of Imperfect Competition, <:d., Nueva York. (1956), The Acctimulation of Capital, Londres [versión en espa-.' ñol del FCB]. ••. Robinson, Romney (1961), "The Economics of Disequilibrium Price"; Quarterly Journal of Economics, mayo, pp. 199-233. Shepherd, William G. (1970), Market Power and Economic Welfare, Nueva York. Siloerston, Aubrey (1970), "Surveys of Applied Economics: Price Be- haviour of Firms", Economic Journal, septiembre, pp. 511-582. Skinner, R. C. (1970), "The Determination of Selling Prices", Journal o/ Industrial Economics, julio, pp. 201-217. Sune, Richard (1954), The Measurement of Consumers' Expenditure and Behaviour in the United Kinedom, 1WQ-1933, Nueva York. Sylos-Labini, Paolo (1962), Oligopoly and Technical Progress, Cam- bridge, Mass. Trifin, Robert (1940), Mor.opolistic Competition and General Equi- li 'irium Theory, Cambridge. Wahsrs, A. A. (1963), "Production and Cost Functions: An Econo- metric Survey", Econometrica, enero-abril, pp. 1-66. Weintraub, Sidney (1959), A General Theory of the Price Level, Out- puf, Income Distribution, and Economic Growth, Filadelfia. 9. LA FIJACIÓN DE PRECIOS Y LA DECISIÓN DE INVERSIÓN * G. C. Harcourt y Peter Kenyon * * I RECIENTEMENTE ha habido una discusión 1 y una serie de con- troversias 2 acerca de la determinación del tamaño de los már- genes en las industrias caracterizadas por "oligopolio con lide- razgo en los precios"." El meollo de la discusión ha sido la demanda y la oferta de financiamiento para fines de inversión que se obtienen a resultas de la variación de la política de márgenes de ganancia de la empresa. Un elemento de la deci- sión de inversión, su aspecto financiero, se ha destacado como un determinante primordial del margen de ganancia con el oli- gopolio. En principio, sin embargo, pueden distinguirse tres decisiones principales acerca del gasto de inversión (por su- puesto las decisiones pueden tomarse simultáneamente): pri- mero, el monto de la capacidad adicional que se creará en cada periodo; segundo, la clase de inversión que habrá de hacerse, es decir, la elección entre modos distintos de producción del mismo bien, y tercero, el método y el costo del financiamiento.* El objetivo principal de este artículo es incorporar todos estos aspectos de la decisión de inversión en una teoría de la deter- minación del margen de ganancia. A medida que avanza el ar- gumento resultará obvio que estamos extendiendo el análisis * Tomado de Kyklos, vo). 39, 1976, pp. 449476 [trad. de E. L. Suárezl. ** Universidad de Adeiaida. Agradecemos los útiles ceméntanos que nos hicieron sobre versiones imienores de este articulo Kevin D¿vis, Al Eichner, Alan Hall, Peter Hamniend, Jom» Halen, Ian McDonald, Ke-.l Laing, Robert Neild. Neville Norman, Hrian Parmcnter, Joan Robinson, David Vines, Bob Wallace, Adrián Wood y los miembros de los seminarios de economía para profesores y estudiantes de la Universidad Flinders de Aujtralia del Sur y la Universidad de Adelaida. - Eichner (!973). * Hazledine (1974), Romney Pobinson (1974), Eichner (¡974, 1975) y De Lorme v Rubin (1975). Kaídor (1970, p. 3). * Hay otro aspecto d= la decisión de inversión que se encuentra detrás de los tres elementos indicados en nuestro argumento: la elección del pro- ducto. Al tomar una decisión de inversión la empresa elaborará sus planes a fin de adecuar su elección del producto. Para simplificar omitimos este aspecto de la decisión de inversión. 225

Upload: others

Post on 22-Oct-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 224 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y P R E C I 0 í

    Marris, Robin, y Adrián Wood (comps.) (1971), The Corporate Ecoh ,iomy, Growth Competition and Innovative Potential, Cambridge*! Mass. Í;§E

    Modigliani, Franco (1964), "Comment: Some Theories of Income IMs3 tr ibu ' i on" , Oficina Nacional de Investigación Económica, The Bez havior of Income Shares, Princeton. 33j

    Moore, A. M. (1967), "A Reformulation of the Kaldor Effect", £co3 nomic Journal, marzo, pp. 84-99. ;í|

    Phelps. Edmund S. (1970), "Money Wage Dynamics and Labor Marketl Equi l ibr ium", en Phelps (comp.), Microeconomic Foundations o/ Etnf¿ ¿loyment and Injlation Theory, Nueva York.

    Robinson, Joan (1969), The Economics of Imperfect Competition, 2«

  • 226 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA. Y PRECIOS

    :rücial de Sal ter de l progreso técnico y la decisión de inversión á u n contexto de competencia imper fecta . 6

    L a relación entre las decisiones de precios de las empresas i oligppólicas y los planes de inversión y los niveles de gasto % ha sido uno de los temas de gran par te de l a bibliografía pos-^ keynesiana 0 S in embargo, hasta las controversias recientes h a f hab ido c ier ta ambigüedad y ausencia de análisis detal lado acer-í ca de la natura leza exacta de la relación ent re las decisiones de precios y de inversión de la empresa. ' E n efecto, Katzner . y W e i n t r a u b , aunque pos tu laron u n a relación ent re l a fijación de precios y l a decisión de inversión en la empresa, dec id ieron I que para sus f ines " . . . puede pasarse po r a l t o este fenómeno".» i

    Esperamos que este artículo ayude a ac larar algunas de las cuestiones impl icadas . Es posible que t a l relación, cuando sea ' p rop iamente def in ida, ayude a expl icar la determinación del margen po r enc ima de los costos en las teorías de los precios del o l igopol io basadas en los costos. La fa l ta de t a l explicación en e l pasado (con la posible excepción de l a ob ra de Ka leck i y ahora, p o r supuesto, del nu*Vo I ' b ro de Adrián Wood , A Theory of Profits), const i tuye una clave de la tardanza de muchos eco-nomis tas pa ra aceptar las (numerosas) veri f icaciones empíricas de las teorías de les precios basados en los costos. 9

    « Salter (1960). 0 Seguimos a Kregel (1973) en e l uso del término "poskeynesiano" para

    describir las teorías y los enfoques que se asocian aho ia con los economis-tas de Cambridge ( Ing laterra ) y sus seguidores. Véanse algunos ejemplos de poskeynesianos que han postulado una relación entre las decisiones de precio e inversión en Asimakopulos (1970, 1975a, 1975b, 1975c), Eichner (1973, 1976), Harcour t (1972, pp. 210-214), Harr i s (1974), Ka ldor y Mirrlees (1962), Ka ldor (1966, 1970), Kalecki ("971, pp. 110-123), Katzner v Weintraub (1974), K r t g p l (1973. pp. 135-141), Kri inpas (1974, p. 39), Joan Robinson (1971, caps. 2, 7) y Wood (1975, caps. 1-3). La relación postulada entre e! precio y e l gas:o de inversión planeado no es sólo una construcción teórica o "como s i " . En u n art icu lo reciente sobre la Junta Nacional Británica para Precios e Ingresos ( í jari) observa Pickering que ano de los cr i ter ios usados por la HPPÍ , para la aprobación de " . . . u n precio más a l to depende... del efec to Je u n nivel part icular de ganancia en la capacidad de la empresa para fün..:c¡ar la inversión futura , ya sea para expandir la capacidad productiva o sói» p a n reponer la capacidad existente" (Pickering, 1971, p. ¿32)

    ' E n u n artículo reciente examinó Har r i s e l modelo simple de Harcourt (1972, pp. 210-214) en el que se postula una relación entre e l precio y el gasto de inversión. Harr is sostuvo que en el modelo de Harcour t " no se implica n inguna relación causal directa entre la inversión y la formación del precio en la esfera microeconómica" (Ha r r i s , 1974. p. 148, nota 10). E l objetivo de este artículo es, en efecto, postular t a l relación causal directa en ia empresa para proporcionar así ciertos fundamentos microeconómicos para el modelo macroeconómico de Some Cambridge Controversies .. Se \•(•!:: también que el modelo ofrece u n argumento microeconómico en apoyo de la aseveración escuchada con frecuencia de que el mundo de Keynos es esencialmente el del ajusta de la cantidad más bien que el ajuste del precio ruando varía el nivel de la demanda.

    1 Kat/ncr y Weintraub (1974, n. 488). i Véanse por ejemplo Eckstcin y F r o m m (1968), Godley y Nordhaus

    FIJACIÓN DE-PRECIOS E INVERSIÓN 227

    E n l a sección I I de l artículo enunciamos e l p rob l ema que es-tamos examinando en términos generales y enumeramos nues-tros supuestos. La sección n i contiene u n análisis de la deci-sión de precios e inversión de una empresa- cuando hay sólo una posible técnica de producción " m e j o r en l a práctica" dis- . ponible en cada momento . L a sección i v considera los proble-mas impl icados cuando l a empresa puede elegir entre diferentes técnicas. A l f i na l de l artículo enumeramos nuestras conclusiones.

    I I

    El foco del artículo es una empresa manufac turera líder de precios que opera en u n ambiente de mercado oligopólico ca-racter izado po r l a interdependencia recíproca. Suponemos que la empresa produce u n solo p roduc to . Se t o m a n como f i jos los medios de producción en e l c o r t o plazo, a l igual que los coeficientes insumo-producto que de t e rminan l a técnica de p ro -ducción para cada " c i c l o " de l a p lanta . E n consecuencia l a em-presa a f ronta costos constantes po r u n i d a d de producto hasta el pun to de la utilización de la capacidad p lena (técnicamente determinada) de cada c ic lo de la p lan ta . E n consecuencia l a empresa a f ronta costos constantes p o r un idad de producto has-t a el pun to de la utilización de l a capacidad plena (técnica-mente determinada) de cada c ic lo de l a p lanta . Cuando se agota la capacidad de cada c ic lo de l equipo su curva de costos u n i -tarios se torna per fectamente inelástica. Además, se supone que la meta p r i m a r i a de la empresa es la maximización de l creci-miento del va lor de sus ventas, sujeta a una mín ima restricción d e la ganancia. 1 0 Se supone también que l a empresa ret iene l a mayoría de sus ganancias y que la mayor pa r t e de la inver-sión se f inancia con fuentes in te rnas . 1 1

    Como suponemos una es t ructura de mercado etigopelica no

    í 19721, Lanzi l lot t i (1958), Means (1972), Ne i ld (1963) y Yo r i o c (1961). Este es una muestra pequeña pero representativa de una población: muy grande i y creciente) de los estudios que apoyan las teorías de jos precios basa-das en los costos.

    •o Sostenemos que no se puede d is t inguir empíricamente tnt re la raaximi-¿acícn de la ganancia a l o largo del t iempo y la maxirr'ypción del creci-¡niento cen el tiempo en u n mundo donde el crecimiento le las empresas depende en g--an medida de su capacidad para generar feoíos de inversión sobre la base de las ganancias retenidas. Véanse por ejerció los inciertos hallazgos de Ha l l (1967, p. 154), y de Mabry y Siders (19T. p. 377). Mabry y Siders a f i rman que sus resultados sugieren " . . . q u e U hipótesis de la maximización de las ventas no es incompatible con !a hi^'.'.isis de l a maxi-in'zación de la ganancia en el largo plazo". Véanse t a m : .ín las conclusio-nes de Penrose (1959, pp. 26-30) sobre ia maximización i * a ganancia a lo largo del tiempo.

    Véase Anderson (1964, p. 25), quien estima que ~n¿-- :e 90% de la in-versión en la industr ia manufacturera en los Estados ".-.idos se f inancia internamente con las ganancias retenidas. Véase tambü: Bosworth (1971).

  • 228 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    hay n inguna fuerza que empuje a la empresa hacia l a ut i l iza-- ; d o n de l a capacidad plena de la planta. La tasa efectiva de 'j utilización de la capacidad dependerá del n ive l de la demanda ; ' i s in embargo, es probable que la empresa t ra te de operar a ca- • pac idad menor que la plena ya que de este modo obt iene u n | margen de segundad para acomodarse a los cambios repent i - ¡ n DS de la demanda. La máxima de Rothschi ld de que las em-presas oligopólicas se interesan en gran medida po r l a seguri-dad, de m o d o que t r a t a n de "conservar l o que t i enen " y — s i se presentara una o p o r t u n i d a d — de lanzar una ofensiva a l te-r r i t o r i o r i v a l , 1 2 hace plausible la proposición de que cuando pa r t i c i pan en batal las restr ingidas po r la participación en el mercado en condiciones de ince r t idumbre las empresas n o de-searán quedar atrapadas s in capacidad adicional para absorber aumentos repent inos de los pedidos.

    Es pos ib le que la empresa planee ex ante la utilización res-t r i n g i d a de su acervo de capi ta l , de modo que la tasa de u t i l i -zación de l cap i ta l se convierte en una variable de dicisión eco-nómica. Recientemente se ha demostrado que en condiciones de i n c e r t i d u m b r e en la competencia imperfecta la empresa tra-tará de operar su p lanta en promed io por debajo de la capa-c idad plena. 1» Es posible que la empresa planee ex ante la utilización res t r ing ida de su acervo de capí Luí, m_» ^ó!o po ique l a demanda cambia al azar s ino también, po r e jemplo, donde l a demanda del p r oduc t o cambia de manera rítmica ( y previs i-b l e ) , de m o d o que hay cargas máximas para la p l an ta de la empresa, y donde los precios de los insumos varían también do manera rítmica, de modo que resul ta rac ional para la empresa n o usar u n a par t e de su capacidad product iva en per iodos de costos a l tos. Por supuesto, habrá algunos periodos inevitables o imprev is tos de oc ios idad debido a l t i empo de manten imiento , a accidentes y a eventos. Por ejemplo, la ociosidad resultaría de la def ic iente demanda efectiva de cor to plazo. 1 4

    La empresa t iene que dec id i r sobre su precio y su capacidad p roduc t i v a deseada. Es p laus ib le que estas dos clases de de-cisiones se re lacionen con la decisión de inversión en todos sus aspectos, la cuantía de la capacidad adicional que se cons-truirá en cada per iodo, l a elección de técnicas (s i e l lo es po-sible) y los métodos y e l costo del f inanciamiento. La tenden-cia de la razón de l a tasa efect iva de utilización de la capacidad a l a tasa deseada da a la empresa u n ind ic io de lo que sería una ; " a p r o p i a d a " política de inversión. Una política de inversión " a p i o p i a d a " proporcionaría u n n ive l medio más o menos cons-tante de utilización de l a capacidad a lo largo del c ic lo con

    i * Ro ihschi ld (1947, p. 310). "« Smi th (1969, pp. 56-57). 1 4 Véase una reseña de la teoría de la utilización del capital en Winston (1974').

    FIJACION DE PRECIOS E INVERSIÓN 229

    el margen de ganancia escogido y el precio resul tante de l pro-' ducto. Como se supone que retiene la mayoría de sus ganan-cias y que l a mayor parte de la inversión se f inanc ia con fuen-tes internas, sostenemos que la empresa t ra ta de f i j a r su margen de ta l manera que el incremento periódico de las ganancias retenidas baste para f inanciar sus planes de inversión. E n otras palabras, l a empresa tiene u n objetivo doble a l f i j a r su margen de ganancia. P r imero , e l precio debe ser t a l que resulte com-patible con sus expectativas de demanda de su produc to en términos m u y generales, y segundo, el prec io debe ser cal que proporc ione ganancias retenidas suficientes pa ra e l f inanciamien-to de sus planes de inversión. Cuando las empresas logran f i j a r márgenes que r i ndan ganancias retenidas suficientes para ex-pand i r l a capacidad en la forma deseada en relación con e l crec imiento de la demanda del mercado, podrá generarse u n a situación estable donde la inversión mantenga el crec imiento de ia capacidad a l ritmo de la demanda de l mercado en u n mundo t r a n q u i l o de participación estable en e l mercado. 1 5

    R'"c:in¡iulando, se supone en p r ime r lugar que la empresa (con-sidetada líder de precios durante el pe r i odo en curso) t o m a una decisión sobre los planes de inversión fu turos de acuerdo con la relación entre la tendencia de las tasas efectivas de utilización de !a capacidad v alguna tasa deseada de utilización de la p lanta , dadas sus expectativas tue rca de l crec imiento fu -tu ro de l a demanda del mercado y la r en tab i l i dad a p e r a d a de diversos proyectos de inversión optat ivos. Luego escoge u n mar-gen de ganancia que genere el n ive l de ganancias retenidas que se requiera para f inanciar e l gasto de inversión deseado, y per-siste en el prec io impl icado , pe rmi t i endo que la utilización de la capacidad varíe con e l n ive l de demanda alrededor de algún nivel med io que se espera, asociado con e l mareen escogido. Estas decisiones se toman por re ferencia a l estado de l a de-manda que l a experiencia sugiere a ¡a empresa cerno algo ra -zonable. Es decir, la política de márgenes de !a empresa está in f lu ida por el estado genera) de conf ianza empresaria l y este m i smo estado de confianza de t e rm ina también los planes de inversión de la empresa. Los planes de iuversión y el tamaño del margen están inexorablemente i igados p o r medio de la de-manda y l a oferta üe londos en f o r m a de ganar. ; i a s retenidas con las cuales la empresa f inancia los proyectos de inversión propuestos. Pero el prec io efectivo se de te rmina d i rec tamente mucho menos por la demanda cor r i en te que n o * el margen que

    1 5 'La t ranqui l idad es u n requisito mínimo para el s. :;it

  • 230 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    l a empresa considera necesario para aumentar su capacidad en. med ida suf ic iente para satisfacer el f u tu r o n ive l de demanda^ esperado.

    I I I

    Nues t r o análisis de l a fijación de precios y la decisión de i n - j versión en el o l igopol io se in i c i a con la división del t i empo en í unidades de fijación de los precios y de formulación del p l an de inversión similares a las "semanas" de H i cks , pero mucho i más largas, c ier tamente m u c h o mayores que las "semanas" apro-piadas para las decisiones de producción de co r to plazo. Es posib le que el per iodo de fijación de los precios no tenga la m i s m a extensión que e l pe r i odo de elaboración del p lan de inversión. Aunque es p laus ib le que las decisiones sobre los pre-cios y el p l an de inversión se t omen el m i s m o "día" a causa de la interdependencia de ambas, quizás haya traslapes entre los periodos sucesivos de fijación de precios y elaboración del p l an de inversión. Estos traslapes se re lac ionan con el hecho de que los planes de inversión y l a creación de capacidad nue-va t ienen u n largo pe r i odo de gestación, durante el cual es pos ib le que tengan que revisarse las decisiones sobre la fijación de ios precios a ia luz de las cambiantes condiciones econó-micas (por e jemplo los cambios inesperados de los precios de los bienes de inversión, los cambios en las políticas económicas gubernamentales que afectan el estado de la confianza empre-sar ia l , etcétera). Existe también la pos ib i l idad de que mante-n iendo el prec io de su p r o d u c t o l a empresa reviso sus planes de inversión a med ida que se a l teran las condiciones en rela-ción con las que se esperaban a i in i c i o del per iodo pert inenle de t o m a de decisiones. 1 0 S i n embargo, para s imp l i f i ca r o lv idaremos estos problemas y reun i remos los dos periodos en uno.

    Suponemos que las decisiones sobre los precios y e l gasto de inversión se t o m a n a l p r i n c i p i o del per iodo y luego se mantie-nen durante ese t i empo. Además, suponemos que la empresa se ha f o rmado expectativas a l i n i c i o del per iodo corr iente acerca de los niveles de los salarios monetar ios y los precios de las mater ias p r imas , y las probables tasas impos i t i vas , asi como acerca del va lor de sus ventas para ese per iodo y el siguiente. También se f o r m a expectativas acerca del va lor de desecho del equ ipo existente. 1 7 Supongamos que la empresa conoce ahora

    « Véase en Asimakopulos (1975c, pp. 4, 15 16) u n examen de la posibili-dad de revisar las decisiones de inversión a la luz del cambio de las con-diciones debido al largo periodo de gestación de los planes de inversión y a ia construcción de nueva capacidad. Las brechas que median entre las decisiones de inversión y el gasto de inversión efectivo desempeñan un papel prominente en la obra de Kalecki (1971, part icularmente p. 110).

    1 7 Suponemos que el valor de desecho es una función declinante de la edad, pr imero porque las máquinas mismas son más viejas y luego porque

    - 231 . • FIJACIÓN D E PRECIOS E INVERSIÓN-7/$ t

    • . •• ' K¿fá&M& •.,„•.ov-i a capacidad que estará en operación a l in i c io d e l per iodo ac tua l . (Se espera q u e esta , capacidad recién instalada satisfaga l a demanda esperada de l per iodo actual y sea resultado de los planes hechos en e l pasado, pa ra s impl i f i car en e l último per iodo. )

    Estos supuestos nos p e r m i t e n trazar l a curva del costo mar-ir inal esperado ( C M E ) p a r a los ciclos existentes en l a empresa t turante e l per iodo s iguiente (véase la gráfica 1 ) . Es una f u n -ción de escalones donde cada uno ind ica el p roducto que p r o porcionarán los diversos ciclos de equipo creados en los per iodos anter iores. Cada escalón muest ra e l costo marg ina l ( igual a l costo m e d i o var iab le ) de cada • egmento de la producción más e l va lo r de desecho, 1 1 que es u n a función decl inante de l a edad, de cada c on jun t o de ciclos. Por ejemplo, OA es el p r oduc t o que tratará de alcanzar l a capacidad instalada más reciente-mente, resu l tado de planes elaborados en e l per iodo an te r i o r .

    A p a r t i r de l a cu r va C M E para los ciclos existentes podemos es-

    G R A F I C A 1

    Costo Marginal espetado (CME)

    • CME

    t-octucto T e l a ' Hjoe.ado en e'-fsriodo s;(julen\e

    en el curso del t iempo pueden haberse introducido métoc'os de producción

    cada vez menos intensivos en mano de obra. 1 B Para s impl i f i car podemos considerar que los valoría de desecho sor,

    nulos. Pero si han de inc luirse estos valores deberán sumarse a los costos marginales, según los l incamientos marshalli&nos. La empresa estará ind i -ferente entre desechar u n ciclo y mantenerlo en operacáju si e! precio es mayor que el costo marg inal por el monto del va lor ce desecho. U n en-foque más tef inado para una empresa que usa procedirrr>ntos de descuento (por ejemplo las reglas de Dujos de efectivo descontado; 'FED ) para la elec-ción de técnica) consistiría en desechar si los FED que se riñan por encima de los costos marginales si se mantiene en operación el _:clo fueran apenas menores que el f lu jo de efectivo descontado que se toiría ganar usando los fondos del desecho en el siguiente proyecto lucra t r o mejor.

  • 232 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    tablecer, dadas las expectativas de l a empresa en cuanto a l a ; demanda de s u p roduc to en e l per iodo siguiente y l a regla de desecho de los ciclos "v ie jos" , e l monto de la nueva capacidad que tendría que proporc ionarse en e l per iodo siguiente a diversos • precios. _ ••

    .La relación de las ventas esperadas al prec io esperado de l per iodo siguiente, dd, se superpone ahora a la función del costo marg ina l esperado. Esta relación se traza c omo u n a l ínea 1 casi ve r t i ca l a f i n de ind icar la independencia re la t i va de las cantidades esperadas —las cantidades "no rma l e s "— p o r l o me-nos en u n in t e rva l o de precios: v¿ase la gráfica 2 . Esta es la esencia de la situación de mercado que supone e l artículo y es compat ib l e c o n la hipótesis de los precios " n o r m a l e s " asociada a Ne i ld , Godley y Nordhaus, y o t ros autores . 1 '

    GRÁFICA 2

    " r e c i o E s p e r a d o T (PE). C M E

    I

    — C M E

    T" — — i - Y

    o 3 — ̂ ¡ — — — EDC A • E O C

    Sostenemos que e l prec io de l p roduc to de l a empresa varía en relación con los requer imientos de la empresa en cuanto a los fondos in t e rnamente generados para e l man t en im i en t o de-sús metas globales de crec imiento mediante l a inversión en ca-pac idad p r oduc t i v a adic ional y en relación con los costos var ia bles "no rma l e s " . Se define una var iable " n o r m a l " como " . . . e l va lor que asumiría esa variable, en igualdad de otras c i rcunstan-cias, s i e l p roduco siguiera su tendencia" . 2 0 De acuerdo con Ne i l d ( y God l e y ) 2 1 se a f i r m a que los empresarios, aunque no están

    i » Véase Godley y Nordhaus (1972), Ne i ld (1963), Norman (1973) y Pe sarán (-1974). Otros autores en este campo formulan la misma hipótesis de formación de los precios. Véase por ejemplo Eichner (1973, pp. 1184-1189), Kalecki (¡971. pp. 4961) y Wood ( W 5 , p. 61).

    »» Godley y Nordhaus (1972, p. 854).

    » Ne i ld (1963. p. 4), y en correspondencia privada con nosotros.

    FIJACIÓN DE PRECIOS E INVERSIÓN

    conscientes do la tendencia del producto , inconscientemente- l a in t roducen en sus precios a medida que ca lculan nuevos costos siempre que in t roducen nuevo equipo (o nuevos productos ) . Es decir, que la tendencia de los costos un i t a r i o s re f le ja la tenden-cia del p roduc to . Por lo tanto , el precio se f i j a sobre la base de los costos que esta tendencia impl ica , om i t i endo las variacio-nes de los costos variables de corto plazo que der ivan exclu-sivamente de alteraciones en las tasas de utilización de la ca-pacidad a medida que cambia la demanda en el curso del c ic lo económico. Esto es, que n i los cambios temporales de los costos variables n i los cambios temporales de la demanda de productos in f luyen de manera d i recta sobre el prec io de l p roduc to en alguna medida signi f icat iva Es predominantemente e l p roduc to y no el precio lo que fluctúa con el nivel de l a demanda en el curso del ciclo económico. 2 2 Hay una ampl ia información empírica que jus t i f i ca este supuesto de la formación de los precios. 2 3

    Si la empresa f i j a ra su precio entre EP0 y EPl (en sentido estr icto j u s t o por debajo de £P , ) en la gráfica 2 , la capacidad existente correspondería a u n nivel de p roduc to de OA, y n i -veles de p roduc to entre AC y AD tendrían que procurarse con la nueva capacidad que sería resultado de planes de inversión elaborados y ejecutados durante el per iodo corr iera ' 1 Supone-mos que los "fósiles" existentes se desechan, o por lo menos se guardan para las urgencias, cuando el costo ma-írinal espe-rado es i gua l a, o mayor que, el prec io esperado. Esta es apa-rentemente una versión perfectamente compet i t i va de l a regla más general de que cuando las cuasi rentas son nulas en el punto en que el ingreso marg inal es i gua l a l costo marg ina l se desechan las máquinas, o por lo menos se r e t i ran tempora l -mente, pero es s in duda compat ib le con u n a situación en la que se espera que el p roducto sea independiente del precio, por lo menos en c ier to in terva lo . 2 1 E n estas situaciones sólo e l pre-cio t iene u n signif icado y no se aplicará e). argum=oto de N u t i de que en un mundo de competencia imper f ec ta ei costo mar-ginal será menor que el precio de venta (de moco que habría una contradicción en la regla del desecho). 2 r > Las curvas t ra-

    2 2 En la bibliografía poskeynesiar.a es muy común el supuesto de que es el producto y no el precio lo que responde a los cambios de ia demanda ¿n el sector manufacturero de las economías capitalistas modernas. Por ejemplo, Pasinetli (1974, p. 33) escribe: "Persiste el hecho :ásico, por opo-sición a ¡as sociedades más primit ivas, de que las f lucniic.ones de la de-manda han perdido su importancia entre los faciores qut i e t e -m inan los precios. Por lo tanto, habiendo perdido su eficacia el mícanismo de res-puesta tradic ional de los cambios de precio se aplica otr-. mecanismo de respuesta. A los cambios de la demanda tos productores -tsponden modifi-cando el nivel de la producción." Cursivas nuestras.

    • 3 Véanse las notas 9 y 19. -' Véase la controversia librada t n l r e Nu t i (1969), lotz lobinsón (1969)

    v Kaldor (1970). - 5 En la competencia imperfecta el precio es mayor cr-t» el costo margi-

  • 234 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    dicionales de demanda y de ingreso marg ina l de la competencia imper f ec ta n o son apropiadas en este modelo a causa de l a independenc ia de l prec io y de las cantidades en u n intervalo de precios. Por l o tanto la di ferencia entre e l prec io y e l ingreso m a r g i n a l n o es sólo i rre levante s ino de hecho inexistente.

    S i e l p rec io se encontrara entre EPt y EPt se produciría OB p o r l a que sería entonces la capacidad existente, y BD a BE tendría que procurarse con una nueva inversión planeada y rea-l i zada d u r a n t e e l per iodo c o r r i e n t e . " E n l a gráfica 3 se indica

    nal en el n ive l de producto apropiado. Por lo tanto el equipo po puede desecharse cuando el piecio es i gua l a l costo marg inal y cuando las cuasi rentas son: nulas. S in embargo, debe advertirse que si se consideran los costos semifi jos ( po r ejemplo, los costos fijos de la mano de obra tales como los salarios del personal encargado del mantenimiento y de la l im-pieza'; habrá siempre una brecha entre e i precio y los costos variables mar-ginales de co r to plazo cuando las cuasi rentas son nulas ; véase Joan Ro-binson (1969). E n t a l situación la planta marg inal (e l cicio más antiguo) se desecha cuando su costo variable medie ( igual a l costo marginal de largo plazo) es igual a l piecio y la cuasi renta es cero. Para simpli f icar suponemos que no hay costos semifijos.

    2 8 Advert imos de paso que nuestro marco teórico es compatible con los hrl lazgos empíricos de Bi t ros y Kelej ian (1974) en el sentido de que uno de. los determinantes principales de la razón de reposición, la razón del desecho a l acervo de capital (medido en unidades físicas) " . . .varía siste-máticamente respecto a las variables cíclicas", y asi inval ida la asevera-ción a menudo formulada de que la inversión de reposición puede tratarse como una proporción constante del acervo de cap i ta l ; véase por ejemplo Jor;;enson (1965, p. 51). Sus hallazgos lo l levan a sostener que la inversión bruta ( y no la inversión neta) y el desecho son las variables de decisión

    FIJACIÓN DE PRECIOS E INVERSIÓN 235

    po r P i ? ! la relación esperada entre el prec io y e l p roduc to quo deberá ser satisfecha po r l a nueva relación de la inversión. Se define po r las expectativas de la empresa acerca del prec io y e l p r oduc t o que deberá satisfacer la nueva inversión en el pe r i odo siguiente. H a sido der ivada de la gráfica 2 colocando los nive-les de l a producción esperada f rente a los precios correspon-dientes.

    Como han sostenido, p o r ejemplo, Joan Robinson " y A t k i n s o n y S t i g l i t z , 2 8 las empresas, a l dec id i r sobre !a técnica de p roduc -ción que aplicarán en cada per iodo, en lugar de a f rontar u n con-j u n t o de técnicas superiores entre las que podrían escoger, pue-den estar l imi tadas a una sola técnica "me j o r en la práctica", es decir, que la función de producción ex ante puede ser u n solo p u n t o . Joan Robinson y Ea twe l l escriben:

    . . .todas las controversias que se han presentado acerca del concepto de u n "estado dado de l conocimiento técnico" representado po r u n catálogo de modelos pertenecen a la esfera de las doct r inas económicas más bien que a l aná-l is is de una economía real Obviamente, en la i n d u s t r i a de la v ida rea l no coexisten en e l t iempo u n gran número de modelos optat ivos para técnicas diferentes. E n l a v ida rea l las técnicas se están inventando de cont inuo y cada una de e!!?s

  • INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA,Y PRECIOS

    de planta, sus edificios, su ambiente físico y su fondo de co-nocimientos técnicos. Así, la elección está severamente l imi tada .

    La in f luenc ia más i m p o r t a n t e en l a elección de técnica no es e l costo de l f inanc iamiento o los "prec ios de los facto-r es " s ino la tasa de inversión en relación con l a disponi-b i l i d a d de mano de o b r a . . . Una empresa grande cuyas plantas proporc ionen una par te apreciable de los empleos en regiones part iculares deberá considerar, a l planear la inversión [ en t r e otras cosas], la mano de obra adic ional que podrá rec lutar . Generalmente considerará necesario real izar l a expansión, p o r l o menos en parte , elevando la inversión p o r hombre ocupado. N o posee u n "catálogo de mode los " de técnicas prev iamente d iger ido ; deberá descu-b r i r cuáles son las posibi l idades y evaluarlas de la me jo r manera pos ib le . 3 0

    De acuerdo con esta concepción toda l a idea de una " f r o n -t e ra técnica" se to rna confusa en u n m u n d o cambiante donde las expectativas desempeñan u n papel i m p o r t a n t e y donde e l conoc imiento y la experiencia no aparecen independientemente de las acciones de l a empresa s ino que t ienen que ser aprendidos y reunidos p o r l a p rop ia empresa. Joan Rob inson sostiene que el paso de una técnica de producción a o t r a a l rededor de l a fun-ción de producción ex ante, inc luso en l a empresa, " . . . no pue-de representarse como la adición de algún cap i ta l y u n acervo prex i s t en te " . 3 1 A f i r m a Rob inson que la isocuanta de Salter se o l v ida de l t i empo ; po r dec i r lo así, e l t i e m p o co r re en ángulos rectos en cada p u n t o de la isocuanta . 3 2 Cada proceso t iene su p r o p i o pasado y este pasado dominará las posibi l idades futuras d isponibles para la empresa. E l mov im i en to a lrededor de una isocuanta imp l i c a u n cambio entre perf i les temporales, y se af ir-m a que en u n m u n d o donde el t i empo avanza en una sola dirección, esto es impos ib le s in reponer todo e l acervo de ca-p i t a l o embarcarse en u n largo fu tu ro . Así, se dice que hay sólo una función de producción de p u n t o s ingular ex ante.

    S i sólo hay una técnica " m e j o r en la práctica" en cada mo-m e n t o dado, dadas sus expectativas acerca de los costos m a r -ginales y la demanda durante e l per iodo c o r r i e n t e , l a razón d e pn.gos y la proporción de Ja inversión que habrá de f inan-ciarse externamente, la empresa tendrá c ier to con jun to de ex-pectativas acerca d e l f l u j o d e ganancias retenidas durante e l p e r i o d o a c t u a l para los fines d e l g a s t o e n inversión. Estas expec-t a t i v a s definirán una relación s ingular entre e l p roduc to que se procura rá con e l nuevo gasto d e inversión y e l prec io que

    Joan Robinson ( 1 9 7 1 , p. 106) . La expansión de la empresa estará l i m i -Intla también por el monto de los "servicios gerenciales" disponibles para IÍI expansión; véase Penrose (1959 , pp. 196-212).

    " Robinson y Eatwel l (1973 . p. 143 ) .

    Joan Robinson ( 1 9 7 1 , p. 104) . Véase también Penrose (1959 , pp. 85-87) .

    FIJACIÓN D E PRECIOS E INVERSIÓN 237

    se necesita para e l f l u j o de f inanc iamiento con que c u b r i r la porción de l gasto en inversión que habrá de afrontarse con las ganancias retenidas (suponiendo que se conocen los precios de los bienes de inversión). Esta relación se indica con l a lí-_ nea de pendiente pos i t iva , P 2 P Í ( en la gráfica 3.

    E n l a gráfica 3 l a curva P 2 P 2 intersecta a l a relación P , P , en u n prec io de Pt y en u n p roduc to que habrá de satisfacerse con u n nuevo n ive l de l gasto de inversión de £ Q ¥ l ( lo que imp l i c a u n a capacidad t o t a l de JSQ r j . Sólo en este p u n t o los dos conjuntos de expectativas —las de la empresa respecto a l prec io y el p roduc to que habrá de lograrse con la nueva inver-sión y sus expectativas acerca de l flujo de las ganancias rete-nidas para fines de gasto en inversión, que def inen las rela-ciones P J P Í y PjP¡¡ respect ivamente— son compatibles entre s i . Por e jemplo, s i e l prec io fuera P 2 las expectativas de la em-presa acerca de la relación entre el prec io y el p roduc to p o r alcanzar con la nueva inversión sugeriría una expansión de la capacidad a EQ'N,¿. S in embargo, a ese precio, P,, las expectati-vas de l a empresa le sugerirían que podrían obtenerse fondos suficientes para f inanc iar la nueva capacidad de EQ,-.y. Y si el pre-c io fuera P„ las expectativas sugeriría una expansión de l a capa-c idad po r u n m o n t o de E Q V 3 . mientras que sólo puede esperarse que los fondos disponibles para financia? »na nueva inversión a ese prec io satisfagan u n a expansión de la capacidad de E(JKs. Fo i l o t an to sólo en e l p u n t o de intersección de las relaciones P^ , , PjP 2 son compatibles los dos con juntos de expectativas.

    E n esta etapa debe señalarse que nuestro análisis conduce a f i j a r e l m i s m o prec io pa ra el per iodo en curso y el siguiente, y que esto podría generar incompat ib i l idades a t ando se con-sideren más de dos periodos. Es decir , el precio escogido debe real izar dos tareas. P r imero , debe proporc ionar duran te el pe-r iodo en curso les fondos necesarios para crear la capacidad requer ida p o r in i c i o del per iodo siguiente, perc en segundo l u -gar debe ser compat ib le con las condiciones d ; la demanda en este último per iodo, lo que aunado a la regla del desecho de-te rmina el mon to de la capacidad que debe crearse. Por lo tan-to , en cuanto se f o r m u l a n planes de inversión en e l per iodo siguiente sobre la base de las condiciones de la demanda en d per iodo poster ior , el precio así f i jado en aquel per iodo pue-de ser incompat ib l e con las condiciones de i£ demanda y con la capacidad marg ina l de éste.

    S in embargo, la aparente incompat ib i l i dad surge sólo del su-puesto de la división del t i empo en periodos discretos regula-res. E n el m u n d o rea l las condiciones de la demanda cambiarán de manera i r r egu lar . De igual modo la empresa no estará ela-borando regularmente planes de gastos de ir.ersión al ' i n i c i o " de algún per iodo a rb i t r a r i o , basada en u n r . n j u n t c de condi-

  • 238 INCERTIDÜMBFE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    ciones de la demanda en u n p u n t o f i j o en el f u t u r o , como j j » i m p l i c a el análisis periódico. Más bien se fijará irregularmente'^ u n prec io sobre la base de l a demanda fu tu ra que l a empresa ' considere razonable. E l prec io será compat ib le con los reque-r im ien tos de fondos para fines de inversión con ganancias re- > tenidas como con las condiciones de la demanda para el fu turo 3 prev is ib le . S i n embargo, según cambian las condiciones de la demanda y del costo, la empresa advertirá que su capacidad es inadecuada y que se requiere u n nuevo gasto de inversión. E n este p u n t o la empresa decidirá si el f l u j o de fondos para fines de inversión es adecuado a l prec io corr iente . S i no l o es se iniciará de nuevo el proceso de decisiones sobre precios e in -versiones. E n otras palabras, se tomarán decisiones a interva-los i rregulares cuando las condiciones ind iquen su necesidad, es decir, cuando la empresa advierta que su precio ac tua l ' y/o su capacidad son inadecuados para las condiciones esperadas en el f u t u r o cercano. 3 3

    E l p u n t o de intersección mues t ra que se instalará capacidad nueva de EQNl, l o que permitirá una tasa de p roduc to de £ Q T ) . S i sólo hay una iécnica " m e j o r en la práctica" habrá u n nive l único de gasto de inversión asociado a cada n ive l de producto esperado (que deberán t r a t a r de satisfacer los gastos de inver-sión). E n la gráfica 4 la cun 'a 10 muestra l a r e laHón entre el gasto de inversión planeado y los volúmenes de producto es-perados; con una tasa de p roduc to esperado de la nueva ca-pacidad de EQt, debe emprenderse un £asto de inversión de £/ t .

    Para l legar a l prec io P1 (el prec io efectivo que deberá deter-mina-se para el per iodo corr iente ) en la gráfica 3 hay nece-sidad de conocer la razón de pagos, los precios de los bienes de inversión y la proporción de la inversión que deberá f inan-ciarse con !as ganancias retenidas. Suponemos que los precios de les bienes de inversión se conocen y están dados. Supone-mos que la empresa es una tomadora de precios en u n merca-do compe t i t i vo de bienes de inversión, o que posee c ier to poder monopsónico que le p e rm i t e negociar los precios de los bienes de inversión. E n cua lquier caso la empresa conocería los pre-cios de les bienes de inversión en el momento en que toma las decisiones de inversión. La razón de pagos puede temarse como dada. Se supone que en una empresa manufac ture ra oligopó-lica grande los adminis t radores consideran el pago de dividen-dos a los accionistas como u n crédito más sobre sus fendes.

    " Wood (1975, pp. 92-97) afronta también este problema cuando extien-de su argumento de un contexto estático a otro dinámico. Escribe Wood: " . . .Las actividades corrientes de la empresa se basan siempre en políticas di: ni'-'ns que cubren u n periodo de varios años futuros, pero a intervalo* C ' " I ' d a t i v a m e n t e cortos, a la luz de la realimentación in format iva ue sus :i» ' i ' i - l ides corrientes, revisa y altera si es necesario sus metas de largo I»1 •/••. ..I mismo tiempo que hace ajustes hacia éstas en vista del desequi-l , i 9 5 ) .

    FIJACION D •

    GRAFICA. 4

    Se supone que los accionistas de tales empresas son d i fusos , que carecen de l iderazgo y que no pueden pensar s ino míni-mamente en los asuntos de " s u s " compañías. Se han conve r t i do en rent is tas pasivos cuya preocupación p r in c i pa l es e l p r e c i o cor r i en te de mercado de sus acciones y e l monto de sus d i v i -dendos. Los adminis tradores de l a empresa fijarán l a razón de pagos de l a empresa, de modo que pagarán sólo los d i v i -dendos suficientes para f r enar las arremet idas de otros g rupos de admin is t radores y para m in im i za r e l costo de la obtención de fondos en e l mercado de capi ta l . L o que reste de las ganan-cias netas de l a empresa se usará pa ra f inanciar el gasto de

    inversión planeado. 3 4 Subsiste ¡a cuestión de cómo determinará l a empresa l a d i v i -

    sión en t r e el f inanc iamiento externo de l gasto de inversión pla-neado r ecur r i endo al mercado de cap i ta l y e l f inanc iamiento in te rno med ian ie la retención de ganancias. Esta es la cuestión decisiva de la que depende la relación P 2 P, en la gráfica 3, la que h a s ido e l foco de controversias recientes acerca de l a de-terminación de i mon to de l margen de ganancia en e l o l igopo-l i o . Eir . l iner 3 8 ha sostenido que var iando el margen p o r enc ima de los costos y r e inv i r t i endo todas las retenciones la empresa podrá asp i rar a a l terar su f l u j o de ganancias retenidas a l o largo del t i e m p o en dos formas. F r imero , puede esperarse que los

    M Véanse Eichner (1976, cao. 2), y Robinson y Eatweü 1573, p. 233). No queremos impl icar que sea sencilla la decisión que debe " c n a r la empresa aceica tíe la razón de pagos de dividendos. Como lo dem.estra Wood (1975, pp. 40-52) la decisión es en efecto compleja. Sin embargo una vez estable-cida la meta de la razón de pagos (y establecido que t:e.víe a permanecer aproximadamente constante; véase Wood, 1975, p. 49, DO".! su impor tanc ia estratégica para la empresa es mínima.

    3« Eichner (1973).

  • 240 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS ú* ' ' - i - : v i • , " : ' . ^ n L

    f lu i o s de efectivo aumenten p o r e l incremento de los rendí-»g mientos del proyecto de inversión que se está f inanciando, y'¿ segundo, puede esperarse que los f lujos de efectivo d isminu-yan en el hor izonte de largo plazo del t i empo de la empresa

    . p o r los efectos acumulat ivos de la sustitución esperada del pro-duc to de la empresa a resultas del incremento del margen de ganancia, de l a entrada de empresas nuevas a la indus t r i a y de l a intervención antimonopólicá del gobierno. E l efecto de sustitución no contrad ice l a hipótesis de formación de los pre-cios de este artículo, ya que no estamos considerando una

    .curva de demanda de c o r t o plazo. Cada decisión se toma en una situación de co r t o plazo, pero t iene consecuencias de co r to y de largo plazos. "Las decisiones son de largo plazo si nos i m p o n e n compromisos de largo plazo [ como ocurre obviamen-te con la inversión], de modo que debemos tener expectativas acerca del largo p l a z o . . . Este es u n largo plazo en el f u t u r o histórico."38 Se ,ha sostenido que hay un interva lo de precios en e l c o r t o plazo (marsha l l i ano ) en el que el nivel esperado de p r o d u c t o es independiente de l precio. S in embargo, una vez que e l prec io se sale del in terva lo per t inente y/o se extiende e l hor i zonte de t i e m p o de l a empresa, ésta puede esperar que u n a de las consecuencias de decisión tomada aquí y ahora para elevar e l margen de ganancia será c ier ta sustitución de su pro-ducto , y que esto hará dec l inar ios f iu jos de efectivo a i o iargo de l t i empo . 8 7

    Estos efectos de t e rminan las funciones de demanda y o fer ta de fondos de inversión de la empresa, aunque Hazledine ha sos-ten ido que u n elemento de la curva de demanda de fondos de inversión in te rnamente generada será la capacidad de las em-presas para obtener u n a tasa de r end imien to conmensurable con l a obten ida de nuevos proyectos de inversión mediante el prés-tamo de fondos en el mercado de d inero , 3 8 Puede obtenerse u n a tasa de interés implícita para los fondos de generación i n -t e rna expresando como u n porcentaje ¡a razón de los fondos que se espera perder a causa de los efectos de sustitución, de entrada y de intervención antimonopólicá, a los fondos adicio-nales generados en el ínterin po r el incremento del margen de ganancia. (Tanto el numerado r como e) denominador de esta razón serán convenientemente descontados si la empresa usa proced imientos de descuento del t iempo. ) La tasa de interés implícita es una función de l tamaño del margen y del hor izonte de t i empo de la empresa. Una comparación de esta tasa con l a tasa de interés de l mercado pert inente , a la que podría

    3 6 Kr impas (1974, p. 49). Sin cursivas en el or ig inal . "^Véase u n análisis de la distinción entre los conceptos del " largo plazo"

    y el " co r to plazo" en Joan Robinson (1971, pp. 16-18). 3 8 Hazledine (1974). Véase en Wood (1975, pp. 8-9) una opción a esta visión

    esencialmente neoclásica.

    FIJACIÓN DE PRECIOS E INVERSIÓN 241

    obtenerse u n a suma de f inanc iamiento comparable en el mer-cado de cap i ta l para el gasto de inversión planeado, nos da l a tasa de sustitución entre el f inanciamiento in t e rno y externo, y así de t e rmina el m o n t o del margen de ganancia (y por tanto el prec io ) que debe f i j a r la empresa a f i n de generar con el t iempo los fondos para su gasto de inversión planeado.

    Este prec io será a la vez u n mínimo y u n máximo, dados los planes de inversión de la empresa, cuando l a meta p r i -mar ia de l a empresa sea max imizar el crec imiento de sus ven-tas con ciertas restr icciones. A medida que aumenta la empresa en condiciones de i n c e r t i dumbre el m o n t o de los fondos de inversión que desea obtener (por métodos externos o internos ) asumirá riesgos cada vez más grandes. E n u n mundo inc ier to la empresa tratará de m in im i za r sus riesgos. 3 9 No deberá es-perarse que t a l empresa sacri f ique las ventas futuras esperadas incrementando s u margen de ganancia po r encima del n ive l necesario pa ra acomodar su gasto de f in i t i vo de inversión pla-neada pa ra e l per iodo siguiente. Son estos cálculos los que de te rminan la f o r m a y la posición de l a curva P 2P, y así dan la configuración única de precio y cant idad esperada de la gráfica 3 . 4 0

    I V

    S in embargo, s i hay más de una técnica " m e j o r en la práctica" a cada m o m e n t o , es decir s i existe u n a isocuanta de Salter ( o por l o menos ún pequeño arco de el la alrededor de técnicas " vec inas " ) , 4 1 surge u n prob lema porque habrá varias maneras de p roduc i r u n a u n i d a d de producto (y p o r l o tanto el n ive l de producto s i se supone que la función de producción ex ante muestra l end im i en tos a escala constantes) . Como veremos des-pués, la elección de la técnica no será independiante del pre-cio cua lqu ie ra que sea la regla de decisión de inversión que se use. E n esta situación, por lo tanto, P?P2 en la gráfica 3 no es una relación única sino sólo una de una fami l i a de relaciones posibles, cada uno de cuyos miembros se define por el precio y p o r la regla de decisión de inversión que se use. Existen ahora tres relaciones posibles entre dos variables, P y EQK,

    3>' Véase Kalecki (1S37). 4 0 A f in de cxtenJcr el análisis del nivel de la empresa t i de la industr ia ,

    suponemos que los precios de los seguidores de precios se ¿eterniinan de la manera s iguiente: sea que haya n empresas, dende n es uc vúmero pequeño; sea también p¡ — q ¡ ( ' , ( 1 = I , . . . " - 1 ) , donde P, es el ; : K Í O del líder de precios. Si n¡ = I , todas las empresas seguirán los movir.-tíntos de! precio fijado por el líder de p i e l » Si u I (puede ser > 1 o ' '.). se conservará la proporcional idad del precio de cada empresa al precio :el líder de pre-cios, a puede ser 1 debido a la diferenciación del proc.o 'o , a la posición geográfica de las empresas, etcétera.

    4 1 Véase Harcour t (1972, p. 56).

  • 2 « INCERTIDUMBRE. COMPETENCIA Y P R E c I O s

    po rque EQN de termina l a capacidad adic ional requer ida , la que ¡ depende a su vez de l a regla de decisión de la inversión y de l prec io . Pero la prop ia EQu depende también de l gasto de inver-sión planeado, dadas l a razón de pagos y l a proporción de ese gasto de inversión que ha de f inanciarse con fondos externos. ¿Qué hacer?

    Supóngase que el n ive l esperado de p roduc to es independien-te de l prec io , p o r lo menos en c ierto in te rva lo de los prec ios : véase dd en la gráfica 2 . Este supuesto es compat ib le con la hipótesis de los precios "normales " , basados en los costos, que se usa en este artículo. Ahora pueden def in irse dos relaciones, '-a p r i m e r a es la que existe entre e l gasto de inversión y e l

    precio, dados l a regla de decisión que se use, e l prec io corr ien-te de los bienes de inversión y la producción que habrá de procurarse con la nueva capacidad. Esta relación está dada p o r l a curva // en la gráfica 5. Hay una curva I I d i ferente para cada regla de decisión de l a inversión. H a r c o u r t ha hecho u n análisis de l ordenamiento de las intensidades de inversión re-lat ivas de los proyectos de inversión a resultas de l uso de dife-rentes reglas de decisión de inversión.4* H a r c o u r t mostró que en u n m a r c o tecnológico dado, es decir con u n "catálogo de modelo-;" Hado y con expectativas dadas de lo.~ empresarios acerca de los mov imientos fu turos do los precios y los salarios monetar ios , e l c r i t e r i o de l per iodo de pagos (CPP ) conduce de o r d i n a r i o a la elección de una técnica más intensiva en inver-sión (menos intensiva en mano de obra ) que las técnicas resul-tantes de los procedimientos de f lujos de c l ec l i vo dcsconta

    G R A R C M 5

    1

    El 1

    El ' , _ ^S^*C El - " _ " ^ p i ~ r ^ F **

    1 i 1 !

    ° " r i '• ° P. p

    , '- Harcour t (1968a).

    FIJACION DE PRECIOS E INVERSION 243

    dos (FED ) . L a tasa contable del c r i t e r i o de ganancia no pudo graduarse con precisión; se mostró también que entre los c r i -terios F E D la regla del va lor presente conduce a ia elección de una técnica más intensiva en inversión que cuando se usa la tasa de r end imien to in terno .

    Si conocemos el nive l de producto que se procurará con l a nueva inversión, la segunda relación que puede definirse es en-t r e e l prec io y los fondos disponibles para el gasto en inversión, dadas las expectativas de la empresa respecto a los costos mar-ginales, sus ventas —precios y cant idades— durante el per iodo en curso, la razón de pagos y la proporción externamente f i -nanciada de l gasto de inversión planeado: véase FF en la grá-fica 5. Hay una fami l ia de curvas FF, cada uno de cuyos miem-bros corresponde a u n nive l d i ferente de producto que habrá de procurarse con la nueva inversión.

    Aunque las propiedades de estabi l idad de la intersección de las curvas 77 y FF no son impor tantes para este análisis, las formas y las posiciones de las curvas t ienen cierta impor tanc ia si ha de haber una solución única de precio e inversión para un n ive l dado de producto que habrá de procurarse, t a l como ocurre en P l f jE/ t en la gráfica 5. L o p r ime ro que podemos observar es que no hay ninguna razón para que las curvas // y FF co inc idan, ya que ias dos relaciones son p o r completo independientes entre sí y, como veremos más adelante, hay al-gunas razones para que las curvas d i ve r jan en ambos lados del p u n t o de intersección.

    Puede demostrarse que cuando se considera el c r i t e r i o de l per iodo de pagos para la elección de técnicas, y se incrementa (conecplualmente) el precio, aumenta la intensidad de inversión de la técnica escogida pero a una tasa decreciente. E n l a grá-fica 6, la línea U es la isocuanta de Salter q»se mues t ra las diversas configuraciones del gasto en mano de obra e inver-sión que puede usarse para generar una unida i de p roduc to . La línea btbx es la restricción del CPP , ya que el CPP es:

    max imizar : b (p — wnl) sujeto a: b (p — Wml) ** / donde: b — e l periodo de pago de dividendos

    p = el precio del p r oduc t o wm = la tasa salarial mone ta r i a l = los requer imientos de mano c¿ obra po r u n i -

    dad de producto I = e l gasto de inversión por uní ¿id de p roduc to .

    La f o r m a de igualdad de la restricción puede escribirse así:

  • 244 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    GRÁFICA 6

    que es u n a línea recta con la pendiente de \/bwm y una inter-cepción de p/wm con e l eje ver t i ca l .

    La técnica escogida p o r el CPP es la que se asocia con la segunda intersección de bxby con 11 (es dec i r en T , ) , donde co r ta blbl desde abajo y se max i in i zan los ingresos netos espe-rados pa ra e l per iodo de pagos, sujeto a la restricción de que el proyecto se pague p o r lo menos a sí m ismo . ( L a intersec-ción en 7\ satisface la restricción —se encuentra en 11 y en b,L1—, pe ro no max imiza la suma de los ingresos netos espe-rados a l o la rgo de l pe r i odo de pagos.) Dado que " a u m e n t a " (conceptualmente ) el precio, bb se desplazará hacia bJo.L, bjbt y así de manera sucesiva. Hay dos " a u m e n t o s " consecutivos iguales de l prec io , como se ind ica po r e l mov im i en to paralelo igual de la línea bb. Puede observarse que, en igualdad de las demás c ircunstancias , estos " aumen tos " de! prec io condu-cen a l a elección de una técnica cada vez más intensiva en in-versión, es decir , que la elección es sucesivamente /,, 7 2 e Is, pero la in tens idad de la inversión aumentará a una tasa decre-ciente debido a la f o r m a de la isocuanta, es dec i r ( 0/ 2 — O/,) > (O/, — OI2). Es ta relación nos da la f o rma de la curva // que aparece en la gráfica 5. La solución es inde terminada para FED y las reglas contables de la tasa de ganancia. S in embargo, se observa que con los órdenes de m a g n i t u d que probablemente

    FIJACIÓN DE PRECIOS E INVERSIÓN 245

    se encontrarán en una economía real el " a u m e n t o " de los pre-cios conducirá a la elección de técnicas menos intensivas en mano de obra y más intensivas en inversión. 4 '

    Ahora demostraremos que la f o rma de lá curva FF es l a in -dicada en l a gráfica 5. Por las razones que enuncia E i chne r/ 1 esperamos que a l aumentar el margen de ganancia por enc ima de los costos variables "no rma l es " (y po r tan to el precio del p roduc to ) , y a med ida que se extiende e l horizonte de t i empo de la empresa de modo que los efectos de sustitución, entrada c intervención antimonopólicá gubernamental tienen u n a i n -f luencia cada vez mayor sobre la planeación y la toma de de-cisiones de la empresa, aumentará a una tasa decreciente el f lu j o de los fondos generado internamente para el gasto de in -versión (y quizá d isminuya de modo absoluto si consideramos u n hor i zonte de t i empo bastante largo ) . Estos factores dan a la curva FF l a f o rma indicada en l a gráfica 5. Observamos que más allá de u n precio de P, la empresa espera que sus f lu jos de efectivo decl inen absolutamente, de modo que la curva FF empieza a bajar .

    Puede in fe r i r se de la isocuanta de Salter, 11 en la gráfica 6 , que la curva FF se encuentra per encima de la curva // hasta el p u n t o de intersección y por debajo de dicha curva en ade-lante. S i el prec io fuera relat ivamente bajo, por eiemplo Pt en la gráfica 5, dadas la asociación posit iva entre precio e i n -tensidad de inversión, y la regla de decisión sobre la elección de la técnica, la relación I I ind ica que la intensidad de inver-sión de la técnica escogida será re lat ivamente baja, po r ejem-plo, EIa en la gráfica 5 o IB en la gráfica 6. Por lo tanto , es muy probable que el f l u j o de ganancias retenidas para la inver-sión planeada a ese precio, EI'0, dados la razón de pagos de div idendos, l a proporción externamente f inanciada del gasto de inversión planeado, y el nive l de producto esperado, sea mayor que los fondos efectivamente requeridos para la inver-sión planeada a ese precio, EI0. Pero si el p r e c v fuera re la t i -vamente elevado, por ejemplo P,, ia técnica esconda de acuerdo con la curva // será relat ivamente intensiva en inversión, por e jemplo E/ 2 en la gráfica 5 o /, en la gráfica Es de espe-rarse que los fondos generados para inversión a ese. precio, El'2 en la gráfica 5, sean menores que los fonc-.s efectivamen-te requer idos para la inversión planeada que la enpresa desearía realizar a ese precio, El2. V imos antes que la curva // aumenta a una tasa decreciente. V imos también que la cvrva FF puede decl inar eventualmente, porque el f lu jo de las g a r r e i a s retenidas para el gasto de inversión planeado puede d i r . - i n u i r en tér-minos absolutos si hay u n aumento bastante r¿rcv;¿ de los már-

    Harcourt (1972, pp. 59-60). 4 4 Eichner (1973, pp. 1190-1193).

  • 246 I N C E R T I D U M B R E , C O M P E T E N C I A Y P R E C I O S

    genes y/o u n hor izonte de t i e m p o suf ic ientemente largo. Por lo tanto, en general puede esperarse u n pun to de intersección único entre las curvas I I y FF, l o que dará una solución única de prec io y gasto de inversión planeado para u n n ive l dado de p r o d u c t o que se quiera alcanzar.

    Bl iss ha mos t rado que hay una interesante excepción a esta' conclusión si se usa la regla del va lor presente (VP ) y si es, " g r a n d e " la e last ic idad de sustitución de la isocuanta de Salter,'' U en l a gráfica 6. 4 5 Sostuvimos antes que, con los órdenes de¿ m a g n i t u d p o r encontrar probablemente en el mundo real , cuan-.; do se u t i l i z a la regla de decisión de elección técnica del \p,'{ puede esperarse una relación pos i t i va entre prec io e intens idad . de inversión. Supongamos que es " g rande " l a e last ic idad de [ sustitución de la curva 11 en la gráfica 6 y que los empresarios;, t i enen la expectat iva plausible de que los salarios monetar ios | aumenten más de pr i sa que el prec io de su p r oduc t o porque se espera que los salarios monetar ios ref le jen los aumentos en los precios y en l a p roduc t i v i dad global (es dec i r que los em-presarios esperan que los salarios reales en términos de su pro-duc to aumenten a lo largo del t i empo ) . Habrá entonces una relación posit iva entre la duración económica esperada de la vid?, de los proyectos de inversión y la intens idad de !a inver-sión. S i son m u y grandes las posibi l idades de sustitución de la inversión po r la mano de obra , y si el prec io aumenta con-ceplualmente, los pequeños aumentos (proporcionales) del gas-to en inversión generarán grandes ahorros de mano de obra, y en consecuencia considerables aumentos (proporc ionales ) en las vidas económicas esperadas. Se sigue que en estas circuns-tancias es posib le que no exista una elección de técnica única porque puede haber más de u n punte en que sea máximo el va lor presente del gasto en inversión. Per l o t an to es posible que al curva 77 no sea cóncava hacia e l or igen y suavemente creciente como // en la gráfica 5. Más bien puede tener joro-bas, l o que puede resul tar en múltiples soluciones de precio y gasto en inversión, dependiendo de la posición de l a curva FF. B a i i h a n ha most rado que el resul tado de Bl iss sólo se obtiene si la e last ic idad de sustitución de la función de producción ex ante es mayor que la u n i d a d . 4 0 Esto da precisión a nuestro término "g rande" .

    E n e l i nundo de "o l igopo l io con liderazgo de prec ios " que examinamos en este artículo, es más probable que la empresa use una regla CPP en lugar de una regla VP para la elección de técnica con el f i n de r educ i r los efectos de la ince r t idum-bre , de manera que se descartaría la pos ib i l idad de varios puntos de intersección entre las curvas I I y FF. Pero si se usa una

    « Bliss (1968). 4 « Bardhan (1969).

    F I J A C I Ó N D E P R E C I O S R I N V E R S I Ó N 247

    regla vp y l a e last ic idad de sustitución de l a función de pro-ducción ex ante es m a y o r que uno , t a l pos ib i l idad deberá con-siderarse, aunque sea improbab l e . L a pos ib i l i dad se tornaría una cuestión empírica.

    Dadas las formas y las pendientes de las curvas 77 y FF sub-siste la cuestión de s i habrá u n prec io así determinado que caiga en e l segmento de los precios donde puede considerarse el p roducto como independiente de l prec io ( o s i habrá una intersección pos i t i va de las curvas 77 y FF). S i el precio así de terminado no cae en e l segmento aprop iado, l a razón de pago de div idendos y/o l a regla de l a decisión de inversión tendrán que ceder hasta que se obtenga u n prec io que s irva para finan-ciar e l gasto en inversión y que sea compat ib l e con el nive l de p roduc to esperado. O e l n ive l de p r o d u c t o esperado tendrá que cambiar hasta que se encuentre u n prec io que realice la tarea del f inanc iamiento , dadas l a regla de decisión de la i n -versión, l a razón de pagos de div idendos y la proporción de l gasto de inversión externamente f inanciada. Es decir, tendrán que cambiar FF o 77 para obtener u n prec io compatible. Po-demos concebir esto como u n proceso i t e ra t i vo que se desarro-l la hasta que sean compat ib les entre sí todos los conjuntos de expectativas de l a empresa —las expectativas del prec io y de 1?. cant idad , las del prec io y e l f l u j o de fondos, y las de l precio y el gasto de inversión.

    CONCLUSIÓN

    Este artículo t ra ta de examinar la relación entre las decisiones de precios y los planes de gasto en inversión de una empresa oligopóiica. Sostenemos que si se apl ica, l a relación proporc io-nará una teoría de la determinación de l tamaño del margen de ganancia de las teorías de la determinación de los precios en el o l igopol io basadas en los costos. Suponemos que los pre-cios y las cantidades son independientes en el corto plazo en un segmento de los precios, u n supuesto basado en el t raba jo empírico de Ne i l d , Godley y Nordhaus , y otros. C iando se con-sideran todos los aspectos de la decisión de inversión — e l mon-to de la capacidad adic ional que deberá crearse en cada pe-r iodo, !a elección de la técnica y e l método y el costo de! f inanc iamien to—, se establece med iante e l empleo de u n mode lo s imple que podría encontrarse en general una solución única para el tamaño del margen po r enc ima de los costes variables " n o r m a l e s " y del gasto de inversión planeado, dadas las expec-tativas de l a empresa acerca del n i ve l f u t u r o ce la demanda. También examinamos brevemente u n a situación tn la que pue-de llegarse a soluciones múltiples.

  • 248 INCERTIDUMBRE, COMPETEN JIA Y PRECIOS

    RBFHRENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

    Ar.cierson, W. H. L. (1964), Corporate Finance and Fixed Invcstmenl: '. An Econometric Síudy, Harvard University Press, Boston.

    Asimakopulos, A. (1970), "A Robinsonian Growth Model in One-Sector Notation - An Amendment", Australian Economic Papers, vol. 9, di-ciembre, pp. 171-176.

    ——, y J . B. Burbidge (1974), "The Short-Period Incidence of Tax-at ion", Economic Journal, vol. 84, junio, pp. 267-288.

    (1975a), "A Kaleckian Theory of Income Distribution", Canadian Journal of Economics, vol . 8, agosto, pp. 313-333.

    —— (1975b), "The Price Policy of Firms, Employment and Distri-but ion : A Comment", Australian Economic Papers, vol. 14, diciem-bre, pp. 261-262.

    (1975c), "Prof its and Investment: A Kaleckian Approach", G. C. Karcourt y E. A. G. Robinson (comps.), The Microeconomic Foun-dation of Macroeconomics, Macmil lan, Londres.

    Atkinson, A. B., y J . E. Stiglitz (1969), "A New View of Techno-logical Change", Economic Journal, vol. 79, septiembre, pp. 573-578.

    Bardhan, P. K. (1969), "Equi l ibr iurn Growth in a Model w i t h Eco-nomic Obsolescence of Machines", Quarterly Journal of Economics, vol. 83, mayo, pp. 312-323.

    Bitros, G. C, y IT. H . Kelejian (1974), "On the Variabil i ty of the Replacement Investment Capital Stock Rat io : Some Evidence f rom Capital Scrappage" Review of Economics and Statistics, vol. 56, agosto, pp. 270-278.

    Bliss, C. J . (1968), "On Putty-Clay", Review of Economic Studies, vol. 35, abri l , pp. 105-132.

    Bosworth, B. (1971), "Patterns of Corporate External Financing", Brookings Papers on Economic Activity, núm. 2, pp. 253-279.

    De Lorme, C. D., y P, E Rubin (1975), "A Theory of the Determi-nat ion of the Mark-Up Under Oligopoly: A Comment", Economic Journal, vol. 85, marzo, pp. 148-149.

    Eckstein, O., y G. Fromm (1968), "The Price Equation", American Economic Review, vol. 58, diciembre, pp. 1159-1183.

    Eichner, A. S. (1973), "A.Theory of the Detencination of the Mark-Up Under Oligopoly", Economic Journal, vol. 8?, diciembre, pp. 1184-1200.

    (1974), "Determination of the Mark-Up Under Oligopoly: A Reply1', Economic Journal, vol. 84, diciembre, po. 974-980.

    (Í975), "A Theory of the Determination of the Mark-Up Under Oligopoly: A Further Reply", Economic Journal, vol. 35, marzo, pp. 149-150.

    (1976), The Megacorp and Oligopoly, Cambridge University Press, Cambridge.

    Godley, W. A. H., y W. D. Nordhaus (1972), "Pricing in the Trade Cycle", Economic Journal, vol. 82, septiembre, pp. 853-882.

    Hal l , M. (1967), "Sales Revenue Maximizal ion: An Empirical Exam-ination", Journal of Industrial Economics, vol. 15, abril , pp. 143-156.

    Harcourt, G. C. (1968a), "Investment-Decision Criteria, Capilal-ln-tensity and the Choice of Techniques", Cze.choslovak Economic Papéis, vol. 9, pp. 65-91.

    (1968b), "Investment-Decision Criteria, Investment Incentives

    FIJACION DE PRECIOS E INVERSIÓN 249

    and the Choice of Technique", Economic Journal, vol. 78, mar-

    zo, pp. 77-95. Harcourt, G. C. (1972), Some Cambridge Controversies in the Theory

    of Capital, Cambridge University Press, Cambridge. Harris, D. J . (1974), "The Price Policy of Firms, The Level of Em-

    ployment and Distribution of Income in the Short Run", Austra-lian Economic Papers, vol. 13, junio, pp. 144-151.

    Hazledine, T. (1974), "Determination of the Mark-Up Under Oligopoly: A Comment", Economic Journal, vol. 84, diciembre, pp. 967-970.

    Jorgenson, D. W. (1965), "Anticipations and Investment Behaviour", The Brookings Quarterly Econometric Model of the United States, Rand McNalíy, Chicago.

    Kaldor, N., y J . A. Mirrlees (1962), "A New Model of Economic Growth", Review of Economic Studies, vol. 29, junio, pp. 174-192.

    (1966), "Marginal Productivity and the Macioeconomic Theo ríes of Distr ibution", Review of Economic Studies, vol. 33, octu-bre, pp. 309-319.

    : (1970), "Some Fallacies in the Interpretation of Kaldor", Re-view of Economic Studies, vol. 37. enero, pp. 1-7.

    Kalecki, M. (1937), "The Principie of Increasing Risk", Económica, vol. 4, noviembre, pp. 440-447.

    (1971), Selectcd Essays un the Dynamics of the Capitaiist Econ-omy, Cambridge University Press, Cambridge [versión en español

    del FCE ] . Katzner, D W.. v S. Weintraub (1974), "An Approach to a Unified

    Micro-Macro Economic Model", Kyklos, vtú 27, pp. -̂ SI-SIO. Kregel, J . A. (1973), The Reconstruction of Political E:onomy, Mac

    mil lan, Londres. Krimpas, G. E. (1974), Keynes' General Theory, Atcnü. Lanzil lott i , R. F. (1958). "Pricing Objectives ir. Larger Companies",

    American Economic Review, vol. 48, diciembre, pp. ,:21-940. Mabry, B. D., y D. L. Siders (1967), "An Empirical Tes- of the Sales

    Maximization Hypothesis", Southern Economic Io\rnál, vol . 33, enero, pp. 367-377. Mari is , R. (196:'.. 36. ab i i i , pá ginas 257-260.

    Pasinetli, L. L. (1974), Growth and Income Distribiricn, Cambridge University Press, Cambridge.

    Penrose, E. T. (1959), The Theory of the Growth :,'ie Firm, Basil Bkickweli , Oxford.

    Pesaran, M. H. (1974), "A Dynamic Inter-Industr Model of Price Determination - A Test of the Normal Price - -othesis", Bept. oF Applied conomics, University of Cambrid:; Reprint Series, núm. 401.

  • 250 INCERTIDUMBRE, COMPETENCIA Y PRECIOS

    Pickering, J . F. (1971), "The Prices and Incomes Board and Prívate Sector Prices: A Survey", Economic Journal, vol. 81, junio, pá-ginas 225-241. í

    Robinson, Joan (1969), "A Further Note", Review of Economic Studies, vol. 36, abril , pp. 260-262. (1971), Economic Heresies, Macmil lan, Londres. g

    , y J . L. Eatwell (1973), An Introduction to Modern Economics, McGraw-Hill , Londres. |

    Robinson, R. (1974), "Determination of the Mark-Up Under Oligopoly:» A Comment", Economic Journal, vol. 84, diciembre, pp. 971-974.

    Rothschild, K. W. (1947), "Price Theory and Oiigopoly", Economic^ Journal, vol. 57, septiembre, pp. 299-320.

    Salter, W. E. G. (1960), Productivity and Technical Cltange, Cam-bridge University Press, Cambridge.

    Smith, K. R. (1969), "The Effect o f Uncertainty on Monopoly Price, Capital Stock and Uti l izat ion of Capital", Journal of Economic Theory, vol. 1, junio, pp. 48-59.

    Winston, G. C. (1974), 'The Theory of Capital Uti l izat ion and Idle-ness", Journal of Economic Literature, vol. 12, diciembre, pági-nas 1301-1320. Wood, A. (1975), A Theory of Profi's, Cambridge University Press, Cambridge.

    Yoraon, W. J . (1961), " Industr ia l Concentration and Price Plexibil-i ty i n In f la t ion : Price Responso Rates in Fourtecn Industries, 1947-1958", Review of Economics and Statistics, vol. 43, agosto, pp. 287-794.

    I

    10. LOS RECURSOS NATURALES *

    Paul Davidson

    Los TEÓRICOS poskeynesianos consideran los problemas económi-cos l igados a las mater ias pr imas (es decir a los recursos na-turales) de manera m u y di ferente de como lo h ic i e ran los teóricos económicos neoclásicos ortodoxos. Quizá pueda i lustrarse me jo r este p u n t o en el contexto de la l lamada " c r i s i s energética" actual .

    En 1973 el i n i c i o de una crisis energética en u n mundo que durante u n siglo había sido amenazado por u n excedente poten-cial de combust ib les fósiles a los precios de mercado existentes, tomó po r sorpresa a muchos observadores expertos. La escasez de energéticos generó de inmedia to l a búsqueda de u n chivo expiator io o una explicación rac ional de l p rob l ema que a f ron tan las economías capital istas desarrolladas que dependen en gran medida de los recursos energéticos, tales como los Estados Un i -dos, la Europa Occidental y el Japón.

    La teoría económica or todoxa ha enseñado que la búsqueda uni la te ra l de oportunidades de ganancias por parte de los em-presarios, a t empe iaJa por la competencia y la ausencia de efec-tos externos, generaría una asignación óptima de los recursos y la maximización del bienestar de la comunidad . Por t an to , s i se ha de creer a la teoría ortodoxa no deberá cr i t icarse a los ejecutivos de las compañías energéticas transnacionales p o r no satisfacer las necesidades de n inguna nación egoísta, ya que en su búsqueda de ganancias están maxirnizando sin proponér-selo el bienestar económico de la human idad . E n cuanto a los datos que muestran la falta de competencia en las diversas eta-pas de ia i n d u s t r i a petro lera vert ica imente integrada, algunos estudiosos de la indus t r i a , como .1. E. Har t sho rn (1962), sos-tienen que la o fer ta internac ional de petróleo crudo es " l a mis-ma que podría esperarse que surgiera de la operación de la ley de los costos comparat ivos en u n mercado internac ional de l ib re competenc ia" . Después de lodo el consumidor parecía es-tar abastecido de manera abundante y barata.

    De acuerdo con los economistas neoclásicos =1 prob lema de los recursos naturales no renovables, como es el petróleo, con-siste en de te rminar , dice Robert Solow (1974), " l a admin i s t ra -ción social óptima de u n acervo de un recurso no renovable pero esencial" . Una consecuencia inmedia ta de esta concepción

    * Tomado de Al f red Eichner (comp.), A g'tiie lo P.st-Keyneswn Eco-nomics, Whi te Pla¡ns, Nueva York, M. E. Sharpe Inc, ;V9, pp. 151-164 [ t ra-ducción del inglés de Eduardo L. Suárez].

    251