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Geoambiental

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  • Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10225596001

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Bocco, Gerardo; Urquijo, Pedro S.

    Geografa ambiental: reflexiones tericas y prctica institucional

    Regin y Sociedad, vol. XXV, nm. 56, enero-abril, 2013, pp. 75-101

    El Colegio de Sonora

    Sonora, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Regin y Sociedad,

    ISSN (Versin impresa): 1870-3925

    [email protected]

    El Colegio de Sonora

    Mxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=10225596001http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=102&numero=25596http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10225596001http://www.redalyc.org/revista.oa?id=102http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10225596001http://www.redalyc.org/revista.oa?id=102http://www.redalyc.org/revista.oa?id=102http://www.redalyc.orghttp://www.redalyc.org/revista.oa?id=102

  • Geografa ambiental: reflexiones tericas y prctica institucional

    Gerardo Bocco*

    Pedro S. Urquijo

    Resumen: en este artculo se analizan patrones clave de la investi-gacin actual en geografa, en su vinculacin con la cues-tin ambiental. La pregunta bsica es acerca de la presencia institucional de un campo que se presume como emer-gente: la geografa ambiental. Tambin se revisan concep-tos bsicos de la geografa y su relacin histrica con la nocin de ambiente, as como temas de la prctica acad-mica vinculada. Se examinan los orgenes y desarrollo de la geografa ambiental, con base en una revisin biblio-grfica, historiogrfica y en pginas electrnicas. Concluye con comentarios sobre la contribucin de la geografa a la cuestin ambiental, con nfasis en Mxico.

    Palabras clave: geografa, geografa ambiental, ambiente, prctica acadmica.

    Abstract: this article analyzes crucial patterns of current research on geography and its relationship to environmental issues. Our key question addresses the institutional presence of a field that is presumed to be emerging: environmental

    Regin y sociedad / ao xxv / no. 56. 2013

    * Centro de Investigaciones en Geografa Ambiental (ciga), Universidad Nacional Aut-noma de Mxico (unam). Telfono: (443) 322 3865. Correo electrnico: [email protected]

    Derechos reservados de El Colegio de Sonora, issn 1870-3925

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    geography. We also review the basic concepts of geogra-phy and its historical relationship to the notion of envi-ronment, as well as the associated academic practice. The origins and development of environmental geography are examined, based on a thorough historiographical litera-ture review with emphasis on material published online. We conclude with some ideas about the potential contri-bution of geography to the study of environmental issues, with emphasis on the situation in Mexico.

    Key words: geography, environmental geography, environment, academic practice.

    Introduccin

    Desde sus orgenes como campo disciplinario, la geografa ha es-tado vinculada de forma estrecha, tanto en trminos conceptuales como prcticos, con la nocin de ambiente, o ms precisamente, con su dimensin territorial. Esto cobra mayor trascendencia en la actualidad, en un contexto en que la geografa debe reformular sus objetivos y contenidos de investigacin de cara a las problemti-cas espaciales contemporneas, marcadas por las implicaciones del cambio global no slo el climtico y sus consecuencias o res-puestas a escalas local, regional y nacional. Temas clave hoy son los riesgos, la vulnerabilidad, la biodiversidad con base en la distribu-cin territorial, la planificacin y uso de suelo, los anlisis de pai-saje, tenencia y acceso a los recursos, manejo de cuencas y cambio de cobertura, entre otros. Entonces, parece importante discutir o profundizar sobre la pertinencia de un posible campo de trabajo emergente, un enfoque que en la literatura internacional se ha lla-mado geografa ambiental (Cooke 1992, 131; Castree et al. 2009, 1; Demeritt 2009, 127). Aqu no se pretende estimular o proponer el desarrollo o institucionalizacin de una nueva disciplina hbri-da, sino considerar que la geografa ambiental, ms que un campo disciplinario, es un nfasis, una mirada novedosa, pertinente y necesaria de la ciencia geogrfica. Es decir, no basta con el estudio

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    detallado de los elementos que configuran el espacio geogrfico, hay que comprender tambin las interrelaciones que surgen entre ellos. Se requieren nuevas posturas crticas que contribuyan a enten-der la interdisciplinariedad ambiental.

    El inters de los gegrafos en la cuestin ambiental debe acom-paarse con una reflexin sobre el marco historiogrfico y concep-tual en el cual se albergan prcticas acadmicas especficas, como programas educativos en ciencias ambientales e investigacin apli-cada en la materia. Esta reflexin debe iniciar con una revisin de los conceptos sobre geografa y ambiente y su interseccin, inten-tando abarcar diferentes mbitos de la investigacin internacional. En otras palabras, para entender la gnesis y devenir de la llamada geografa ambiental, as como su presencia o vigencia institucional, el tema objeto de este trabajo debe considerar la contribucin de la geografa a la investigacin en cuestiones ambientales. En este con-texto, elucidar la vigencia o pertinencia de la nocin de geografa ambiental para, en caso de encontrarla, intentar describir su contri-bucin a la investigacin.

    Con el fin de explorar de manera detallada la presencia institu-cional del concepto geografa ambiental, se recurre a las referencias bibliogrficas en diversas revistas cientficas,1 en las entradas de em-presas editoriales importantes en el tema, en la Unin Geogrfica Internacional, as como en los departamentos de geografa en las universidades del mundo, todo ello en bases de datos disponibles en internet.2 Es primordial sealar que las revistas y editoriales an-glosajonas han privilegiado la publicacin de material en lnea, al punto que hay quienes sugieren que al estar escritas en ingls no son verdaderamente internacionales (Gutirrez y Lpez 2001, 53). Sin duda se dificult la consulta de material en lnea en espaol, aunque no por ello se restringi la bsqueda, pero s se vio limitada en comparacin con las primeras. En el Sistema Biblioteca Digital unam se revisaron los contenidos de las revistas Nature, Annals of the As-sociation of American Geographers, Transactions of the Association of British Geogra-

    1 Tambin se utilizan buscadores del Sistema Biblioteca Digital unam, Scirus, Google Books, Google Scholar, eBsco y los sistemas de bsqueda de las editoriales clave, que se mencionan en el texto; se realizaron en dos fases: junio de 2007, y se actualizaron en noviembre de 2010.

    2 univ.cc/geolinks

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    phers, Annals de Gographie, Scripta-Nova, Progress in Physical Geography, Progress in Human Geography, Geographical Review (educacin, Estados Unidos), Cana-dian Geographer (bilinge, ingls y francs), Ecumene (su nombre actual es Cultural Geographies), Antipode (geografa radical), Applied Geography, Geojournal, Geoforum, Geografiska Annaler (ambas series), Area y Transactions in gis. Para Amrica Latina se consult Geotrpico (Colombia), Revista de Geografa Norte Grande (Chile) e Investigaciones Geogrficas (Mxico). En todos los casos se revisaron ttulos, resmenes y textos y las palabras clave de bsqueda fueron geografa ambiental, en primer lugar, luego geografa y ambiente. La idea era detectar y documentar la posible presencia de la subdisciplina o bien de la relacin entre ambos campos, y extraer algunas conclusiones de esta descripcin.

    La contribucin de la geografa a la cuestin ambiental

    Si la geografa es en s un campo disciplinario mixto, que aborda problemticas tanto sociales como naturales con un referente espa-cial, por qu entonces abrir una discusin en torno a una posible geografa ambiental? Como un enfoque o mirada que se ubica entre los lmites de la geografa fsica y la humana, y que hace un nfasis particular en las cuestiones ambientales. La geografa con el adjetivo ambiental establece un esfuerzo interdisciplinario por reorientar rumbos; por matizar los lmites o diferencias entre los campos socioculturales y biofsicos.

    La geografa cobra una relevancia especial en el contexto actual en el que aparecen muchos estudios ambientales interesados en el anlisis del espacio: ciencia sustentable, ciencia del cambio de la tierra, ciencia del sistema de la tierra, sociologa ambiental. La geo-grafa ambiental, como una propuesta integradora, debe contribuir a la organizacin del flujo de los diferentes y variopintos compo-nentes de la investigacin, ms all de los problemas de lenguaje y metodologa que puede generar la pretensin holstica (Demeritt 2009, 127). En su nfasis ambiental, la geografa revisa las posturas dualistas fsicas y humanas, discute sus fundamentos tericos y con-

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    ceptuales, y remarca sus intereses y fronteras conceptuales de cara a otras disciplinas; as abre las posibilidades de interaccin y acerca-mientos con otros campos enfocados en las problemticas ambien-tales, todo ello sin abandonar la bsqueda de la unicidad geogrfica.

    Entonces, resulta ms que pertinente fomentar una reflexin re-trospectiva sobre la relacin geografa y ambiente, lo que permitir asentar planteamientos tericos y operacionales con bases geogr-ficas slidas. El retorno recurrente a las ideas o propuestas funda-cionales, que le dan sentido al pensamiento geogrfico y su rela-cin con la nocin de ambiente, permite marcar distancia con el abuso de conceptualizaciones en las llamadas ciencias ambientales, muchas de ellas formuladas de manera superficial o mediante una visin pragmtica, y establecer as un ciclo permanente de debate y cuestionamiento. Una geografa reflexiva, crtica de s misma, re-quiere de precisiones conceptuales para evitar confusiones episte-molgicas.

    Para la tradicin francesa, enftica en la reflexin y abierta a los giros hacia otras ciencias sociales, los gegrafos contemporneos, en trminos generales, cuestionan sobre los siguientes tpicos: a) el quin, se refiere a que las sociedades ocupan espacios o territorios, que opera sobre ellos con sus valores y modos de vida; b) el impac-to que estas sociedades ejercen sobre su medio; c) el sitio o lugar donde ocurren estas actividades y d) la dimensin temporal, a lo largo de la cual las sociedades producen espacios que se montan sobre los que les antecedieron.

    En otras palabras, el objeto de estudio de la geografa, en un sen-tido ms amplio, se refiere al espacio, en tanto continente de hechos y fenmenos, sociales y naturales. La geografa contempornea se ha nutrido de dos vertientes o identidades principales (Turner 2002, 52): la espacial-corolgica y la humanista-ambiental. Es en esta l-tima, llamada tambin tradicin hombre-terreno o man-land tradition (Pat-tison 1964, 211; Robinson 1976, 520), donde la vinculacin entre geografa y ambiente aparece ms directa. Sin embargo, la espacial-corolgica tambin encierra de cierta forma la nocin ambiental, a travs del concepto de sitio o lugar.

    En los primeros aos de la llamada geografa moderna, finales del siglo xix y principios del xx, los gegrafos perfilaban la formu-

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    lacin de los objetivos de su disciplina, con el fin de dotarla de una esfera de trabajo especfica. El marco terico de las relaciones hom-bre-terreno le otorgaba un campo de accin propio, que adquira a la vez una marcada orientacin ambiental (Ortega 2000, 337-347). Se presentaron entonces dos tendencias sobre lo que tena que ser el objeto de estudio: la que sostena que era el anlisis y explicacin de los hechos geogrficos o hechos de la superficie terrestre y la que consideraba que el fundamento radicaba en el espacio en s mismo. La primera vertiente, cimentada en el positivismo, desemboc en el determinismo geogrfico. La segunda cuestionaba los planteamien-tos de la primera, al considerar que el objeto geogrfico eran los lugares, cuyos rasgos eran consecuencia de la capacidad de transfor-macin humana. La tendencia dominante fue, sin embargo, la que privilegiaba el anlisis de los hechos geogrficos. Se trat de una perspectiva fisicalista; es decir, como un enfoque que atribuye a los fenmenos naturales la causalidad de los desastres, sin aportar contenido ni hacer referencias a las causales de orden social y que entiende a la sociedad solamente como receptora del impacto de un fenmeno (Castro y Zusman 2009, 139). Debido a que para esa geografa el objeto de su conocimiento era como un dato, algo que existe en s y no en su relacin indisoluble con el sujeto que lo per-cibe y transforma, sacrific parte de sus posibilidades relacionales, capaces de establecer vnculos orgnicos ecumnicos entre el objeto y el sujeto de sus conocimientos (Bocco y Urquijo 2010, 261).

    Al mismo tiempo que se discuta la fragmentacin de los cam-pos de la geografa, algunos especialistas realizaban esfuerzos por remarcar el principio integral de la disciplina. Sobre el pensamiento de Humboldt y Ritter, Friederich Ratzel postulaba el papel central de la geografa en las problemticas sociales, tratando de estimular un enfoque holstico en el anlisis sociedad-naturaleza, denomina-do antropogeografa. Paul Vidal de La Blache, por otra parte, sealaba que la disciplina deba ser una ciencia de los lugares de los hombres y no de los hombres en s (Ibid.). Las ideas de Vidal de La Blache pueden resumirse en: a) la Tierra es un organismo diverso, cuyas partes estn conectadas unas con otras; b) todos los fenmenos es-tn relacionados entre s y en todas las escalas; c) las leyes biolgicas y fsicas que rigen la Tierra se combinan en regiones y se modifican de acuerdo con los contextos particulares; d) la combinacin de fac-

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    tores resulta en diferentes medios a los que el ser humano se adapta en competencia y asociaciones; e) el ser humano modifica el en-torno y su capacidad transformadora es proporcional a su grado de civilizacin y f) la ciencia geogrfica es unitaria, y lo particular no se puede desligar del conocimiento general (Delgado 2009, 131).

    Tanto en la geografa humana como en la fsica no se descartaba del todo el otro componente, sino que se haca un valoracin pola-rizada de lo que deba ser el elemento dominante en el anlisis. Sin embargo, hubo casos significativos de especialistas que continuaron postulando la condicin holstica de la disciplina, entre ellos Harlan Barrows, quien la propona como una forma de ecologa humana o, Alfred Hettner, defensor de la geografa regional o corolgica como una ciencia de sntesis. Concluida la Segunda Guerra Mundial se present una tendencia cuantitativa que privilegiaba los anlisis matemticos y estadsticos; esto es, una geografa fuertemente car-tesiana. La tendencia responda a la geografa vidaliana, considerada enciclopdica y descriptiva, que no aportaba a la ordenacin del territorio. La geografa cuantitativa pona el nfasis en las distribu-ciones y asociaciones espaciales, mediante un anlisis sistemtico y tcnico de los hechos sobre la superficie terrestre y con el fin de elaborar una serie de leyes. Esta forma de concebir el quehacer geogrfico tuvo respuesta crtica en el paradigma de la geografa de la percepcin, la cual consideraba que la cuantitativa se basaba en premisas rgidas, apoyadas en modelos que no alcanzaban resulta-dos reales.

    La geografa radical, influida por el marxismo, ponderaba una postura eminentemente humana, y criticaba el paradigma cuantita-tivo por ignorar de forma sistemtica todo lo que guardaba relacin con el comportamiento social. Postulaba que la organizacin espa-cial parta de la ecologa y la cultura, cuya combinacin originaba el espacio humanizado, diferente al estudio de la mera localizacin de los hechos humanos. Los gegrafos radicales estudiaban los modos de produccin en sus relaciones y devenir, as como las posiciones comunitarias o cooperativas por mejorar las condiciones de la exis-tencia humana. La geografa radical tena sus antecedentes tericos en las ideas evolucionistas darwinianas, trasladadas al mbito de las tensiones territoriales. Para la dcada de 1970, la crisis del capitalis-mo germin este movimiento intelectual de inspiracin marxista,

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    que marc otra vertiente del quehacer geogrfico protagonizado, entre otros, por Pierre George, David Harvey, Richard Peet, Yves Lacoste, Milton Santos y Neil Smith. Desde un punto de vista am-biental, la geografa radical sustitua la nocin de dominio de la naturaleza por la de produccin de la naturaleza; es decir, cambiaba el dualismo dominante del capitalismo por una concepcin de in-tegralidad dialctica entre naturaleza y sociedad (Montaez 2009, 46).

    A la par de esta forma de concebir el estudio del espacio, cobra presencia el enfoque de la geografa cultural que, ms que un rea de conocimiento, es una posicin del investigador que privilegia la integralidad sociedad-naturaleza, a partir del estudio del espacio como el resultante del modelado realizado por los fenmenos de la naturaleza y por la actividad y pensamiento de los grupos sociales. Los antecedentes de la geografa cultural actual pueden establecerse a partir de la publicacin de La morfologa del paisaje (1925, 90), de Carl Sauer, quien adems de proponer que la descripcin y estudio de los afloramientos rocosos, su origen y caractersticas, la geografa debe tambin describir los rasgos impresos en el paisaje por la ac-tividad humana, generando as un conocimiento sinttico (Fernn-dez 2006, 225). Dcadas despus, la fenomenologa, la psicologa y la filosofa influyeron fuertemente en la geografa humana, y se dio una revaloracin de los enfoques geogrfico-culturales. De acuerdo con Marie Price y Martin Lewis (1993, 3), a finales de los aos ochenta, en el marco epistmico de la posmodernidad, los estudios culturales tomaron dos rumbos principales: el denominado geografa cultural tradicional, se enfoc en las relaciones entre las sociedades y la transformacin histrica de sus paisajes, y la nueva geografa cultural se concentr en el anlisis de los smbolos y significados culturales que las personas impriman en sus lugares, entendidos como unida-des espaciales de mximo valor humano.

    En resumen, tras un siglo de empirismo geogrfico, de escasa reflexin epistemolgica e inters por el devenir de la geografa, la disciplina se redescubri. Los gegrafos empezaron a cuestionarse sobre los alcances y limitaciones del campo y sobre la posicin de bisagra, en el concierto cientfico actual de los mbitos interdisci-plinarios (Urquijo y Bocco 2011, 38).

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    Sin embargo, la investigacin geogrfica sobre el ambiente per-manece fragmentada, tanto terica como empricamente (Castree 2004, 79), de tal manera que la contribucin de la geografa, en especial la humana, al tema ambiental no es distintiva de otras cien-cias sociales, en parte, porque su aporte a la teora social ha sido pobre, comparado con el de la antropologa, historia o sociologa (Hiernaux y Lindn 2006, 2). Aun cuando hay ejercicios reflexivos importantes, propuestos desde la geografa, como por ejemplo Po-litical Ecology (2004) del gegrafo y antroplogo Paul Robbins, son en buena medida recientes y responden a los contextos ambienta-les e interdisciplinarios de finales de siglo xx y principios del xxi. No obstante, hay excepciones notables, sobre todo en el marco de los estudios de paisaje (Urquijo y Bocco 2011, 39), y en procesos productivos, cambio de uso de suelo y patrones de asentamiento (Turner 1989, 90).

    Asimismo, Eden (2001, 79) sugiere que la geografa humana est tomando con seriedad el tema ambiente y, en particular, el de la naturaleza desde el punto de vista conceptual, y seala que un camino slido para este derrotero es el enfoque cultural (Fernndez 2006, 220), postulado que tambin sostienen Zimmerer y Basset (2003, 1; Zimmerer 2004, 795), aunque desde las ecologas cul-tural y poltica. De manera adicional, la meta de la investigacin geogrfico-ambiental debe ser la produccin de conocimiento y el compromiso con la negociacin de la poltica ambiental, tal como lo postulan la sociologa y la ciencia poltica (Eden 1998, 425; Demeritt 2009, 127).

    La nocin de ambiente

    A manera de explicacin, y a grandes rasgos, hay que partir de una definicin de ambiente; el concepto hace referencia a la naturaleza transformada por la actividad humana. Desde esta perspectiva, el ambiente no es slo lo que rodea, sino tambin un producto de aquello que es rodeado. Se trata de una nocin de aprovecha-miento indirecto y a menudo imperceptible es decir, abstracta, cuya concepcin o transformacin responde a negociaciones entre

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    actores sociales en distintos niveles de dominio o poder. En otras palabras, el ambiente es en principio social, y ello lo distingue de otros, tales como el ecosistema, bioma o geosistema, los cuales ha-cen una valoracin del estado de la naturaleza a razn de un cambio por intervencin, degradacin, contaminacin o regeneracin, a partir de posturas analticas fundamentalmente biofsicas.

    Un posible correlato de ambiente en la bibliografa geogrfica ha sido el de ecumene (Mathewson 1998, 115). La definicin de am-biente en francs, environnement, encierra la idea de aquello que se encuentra alrededor. Esta idea opera, bien a escala local, y es equi-valente al trmino medio milieu, en francs, que a su vez fun-ciona de forma adecuada en la escala global, donde los conceptos utilizados son los de geosfera, biosfera, ecosfera o tecnosfera. El tr-mino anglosajn environment se deriva directamente de esta antigua palabra francesa.

    Las ciencias ambientales, por su parte, son las disciplinas hbridas encaminadas a la formulacin de respuestas aplicadas a las proble-mticas ambientales contemporneas, como la economa ecolgica, la historia ambiental, la ecologa poltica o la ingeniera ambiental, por mencionar algunas. En general, el objeto de las ciencias am-bientales es analizar el medio fsico y el papel que desempean los humanos en l, desde diferentes perspectivas. Existen, asimismo, diversas aproximaciones, desde las muy ligadas a la ingeniera, a las ms cercanas a la ecologa y, en menor medida, a las ciencias so-ciales y las humanidades. Si se reconoce que el fin de estos campos emergentes es estudiar el medio fsico en su relacin con los seres humanos, se debe reconocer tambin la importancia de la geografa y sus aportaciones a la problematizacin interdisciplinaria ambien-tal, a travs de la espacializacin o territorializacin de los enfoques. La geografa, por tradicin, ha aportado mucho al respecto.

    Las herencias geogrficas en los marcos conceptuales

    Es importante diferenciar las modas de los temas estratgicos, por ejemplo la sobrevaloracin del calentamiento global, versus el mar-co general que lo alberga: el de los cambios globales, incluyendo

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    el climtico. Muchas veces las modas y los temas estratgicos co-inciden; sin embargo, las primeras pueden sesgar los enfoques, en funcin de fuentes de financiamiento, pertenencia de acadmicos a grupos de referencia y otras cuestiones, que pueden soslayar las preocupaciones ms pertinentes.

    En la actualidad, pocos dudan de la importancia de los enfoques integrados, y comprometidos con la necesidad de dar respuesta, desde la ciencia, a necesidades de la sociedad, sin por ello olvidar la contribucin de los conocimientos sectoriales, monodisciplinarios, para atacar problemas cruciales donde lo territorial es relevante. La ecologa, al menos la interesada en cuestiones ambientales, ha contribuido con propuestas conceptuales y metodolgicas slidas, que se han plasmado en enfoques denominados genricamente so-cioecolgicos (vase las contribuciones de la revista Ecology and Society: www.ecologyandsociety.org). El propsito aqu no es analizar estos postulados, sino los aportes que surgen del mbito de la geografa.3 Baste decir que han cobrado un gran auge, y que documentos como los derivados de la Evaluacin del Milenio,4 que reconocen al eco-sistema y su manejo adaptativo, como conceptos eje, se nutren en buena medida de tales aportaciones.

    S interesa rastrear, siquiera superficialmente, las contribuciones de la geografa a la cuestin ambiental, e incorporar una perspec-tiva social, que desde el inicio tuvieron al territorio y al paisaje, nociones inseparables, como ejes conceptuales de trabajo. Hay cinco obras que pueden servir como hitos de este pensamiento complejo, que ha sobrevivido los ajetreos de los cambios tecnolgicos y las modas: a) Man and Nature or Physical Geography as Modified by Human Ac-tion, de Marsh (1874); b) Influences of Geographic Environment, de Semple (1911), a propsito de la antropogeografa de Ratzel, y analizada recientemente por Keighren (2006, 525), en virtud de los nuevos bros ambientales; c) Human Adjustment to Floods (1945), de Gilbert F.

    3 Entre los aportes a la cuestin ambiental que consideran los factores territoriales, pero que han emergido en mbitos fuera de la geografa estn los de Steward (1955), Theory of Cul-ture Change; D. L. Johnson (1969), The Nature of Nomadism y James Scott (1976), The Moral Economy of the Peasant, entre otros.

    4 Millenium Assessment: www.milleniumassessment.org

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    White, pupilo de Harlan Barrows y fundador de la llamada Escuela de Chicago; d) Mans Role in Changing the Face of the Earth, editado por Thomas (1956), con la contribucin de Carl Sauer, pionero de la geografa cultural en la dcada de 1930 y e) The Human Impact on the Natural Environment, de Goudie (1981).

    En fecha reciente, y retomando la idea de la geografa ambiental como un nfasis de la disciplina, han aparecido dos obras: A Com-panion to Environmental Geography (Castree et al. 2009), publicada en la serie internacional Blackwell Companions to Geography, y Geografa y ambiente en Amrica Latina (Bocco et al., 2011), cuyo contenido, como su nombre lo indica, se circunscribe al contexto subcontinental, pero sin descartar la mirada europea y norteamericana latinoameri-canista. Ambas abordan el tema de manera explcita, y proponen a la geografa ambiental como una herramienta conceptual que permita cerrar la brecha entre geografa fsica y humana.

    Esta breve lista podra iluminar un camino poco socorrido por los enfoques emergentes, dentro y fuera de la geografa, que en muchos casos confunden nuevos rtulos con antiguos conceptos, muy bien establecidos dcadas atrs. Por ejemplo, la obra editada por Thomas se deriva de un simposio en Princeton (Nueva Jersey), en 1955, dedicado a tpicos como el rol del fuego en el cambio de uso del suelo, la historia natural de la urbanizacin, el impacto de la actividad humana sobre mares y costas, deforestacin, erosin y calidad de aguas; todos ellos estn en el centro de la discusin ambiental actual, una vez que se han reconocido nociones como globalizacin, cambios planetarios y transiciones supranacionales, entre otras.

    Pattison (1964, 211) escribi un artculo que ha sido vital en la geografa contempornea, sin embargo poco reconocido en nuestro medio. El trabajo fue revisado despus (Robinson 1976, 520), y describe lo que se conoce como las cuatro tradiciones de investiga-cin en la geografa. De ellas es pertinente destacar la denominada man-land tradition (tradicin hombre-territorio o, ms propiamente, sociedad-naturaleza). Pattison ofrece aqu un esquema ideal para la formulacin de marcos conceptuales coherentes, retomando la antigua tradicin de trabajo integrado, sin perder de vista el rigor

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    de toda investigacin acadmica, y con la apertura a los avances tec-nolgicos (vase tambin Turner 2002, 52).

    En esta tradicin es clara la huella del pensamiento, entre otros, de Humboldt, sintetizado en la introduccin a su obra Cosmos,5 en el siglo xix; Carl Sauer (1925, 91), uno de los pioneros de la nocin de paisaje cultural; Carl Troll (2003, 71), quien acu el trmino eco-loga del paisaje a mediados del siglo xx; Tricart y su formulacin de la ecogeografa (1982); Berque (2000, 14), con sus trabajos sobre paisaje y modernidad, y Zimmerer (2004, 795), que ha revitalizado el anlisis geogrfico en la perspectiva sociedad-ambiente, desde la ecologa cultural y poltica. Este enfoque ha influido en el desarro-llo de la perspectiva geogrfica en lo ambiental en Amrica Latina, tanto para propsitos tericos como aplicados.

    En resumen, la dimensin territorial y paisajstica ofrecida por la geografa, en sus vertientes espacial-corolgica y humano-ambien-tal, le otorgara especificidad a su aporte a la cuestin ambiental, como una dimensin de anlisis, as como una prctica concreta en investigacin aplicada. En realidad, la geografa ambiental, como las dems ciencias ambientales, deben ser concebidas como espacios de reflexin y accin pluridisciplinaria. Vale la pena enfatizar que en s la geografa se encuentra en la etapa de formular contenidos de investigacin para el nuevo milenio (Capel 1998, 19). Se enfrenta entonces al dilema de tener que contribuir, por un lado, a la elabo-racin conceptual, empresa cientfica de la ciencia geogrfica y, por otro, al de participar en forma activa en los paradigmas integrado-res vinculados con la bsqueda de patrones de sustentabilidad, en particular en las sociedades ms desfavorecidas en su desarrollo. La geografa, en su aporte a las ciencias ambientales, debera inscribir su actividad en el marco de dos coordenadas: buena ciencia y cien-cia til.

    La geografa no escapa de la responsabilidad con la sociedad en la cual est inmersa, en particular, en trminos de la investigacin sobre el deterioro ambiental y el rol de las sociedades humanas en

    5 Los interesados pueden revisar la introduccin, escrita por Miguel ngel Miranda, para Cosmos: Entre la crisis de la Ilustracin y el Romanticismo alemn: www.ub.es/geocrit/geo11.htm.

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    l. Entre los temas de investigacin e intervencin derivados de esto, uno crucial son las implicaciones ambientales del cambio global (no slo el climtico) a escala regional y local, incluyendo la res-puesta social e institucional (por ejemplo la gobernabilidad) a di-chos cambios. En este marco, un asunto clave y del cual a su vez se desprende un conjunto de tpicos de investigacin aplicada sigue siendo la planificacin del uso del territorio, a partir del anlisis his-trico del paisaje. La actividad acadmica local tiene una importan-cia particular, en especial la de enfoques participativos, que utiliza el conocimiento local o tradicional sobre el paisaje, y jerarquiza la perspectiva cultural.

    La presencia institucional de la geografa ambiental, a partir de la revisin digital de la bibliografa

    Tal vez la primera mencin detectada en la informacin digital dis-ponible sobre geografa ambiental, como campo disciplinario, es en un texto de Glick (2004, 3), escrito por sugerencia de Horacio Ca-pel, que hace referencia a la creacin, en 1971, de un departamento de geografa en la Universidad de Boston. En ese momento se pro-pona que ste deba superar la complicada divisin de la geografa en dos ramas: humana y fsica, y reducir el peso de la segunda, ca-lificndola como ambiental y no fsica, y concentrar su enfoque en la ecologa humana. Sin embargo, no abundan, como se ver en la descripcin de los datos surgidos de la bsqueda, planteamientos tan claros acerca del rol de esta posible subdisciplina.

    En la revista Nature, en 1 252 artculos en cuyo contenido apa-rece la dupla geografa y ambiente, en realidad slo seis aluden a este tema; el resto aborda cuestiones paleoambientales, relacionadas con cambio climtico, y otros asuntos como la contaminacin. De tal manera que la referencia a la geografa y ambiente es ms bien escasa, o casi nula.

    En todas las revistas cientficas, slo hubo 86 menciones sobre geografa ambiental. Con algo ms de detalle se concentr la bs-queda en las publicaciones Progress in Human Geography y Progress in Physi-

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    cal Geography,6 ya que ambas se especializan en revisiones temticas y metodolgicas. Slo nueve referencias aluden al tema, ocho de las cuales se encontraron en la revista del rea de geografa humana. De igual manera, se revis Geographical Review, dedicada a la educacin en geografa, en Estados Unidos, y las ocho menciones fueron, en exclusiva, sobre cursos. La bsqueda en los Annals of the Association of American Geographers arroj seis artculos relativos al tema en forma explcita, aunque doce hablan acerca de geografa y ambiente. En Transactions, de la Asociacin de Gegrafos Britnicos, se encontraron nueve artculos, de temticas diferentes, donde se incluye la geogra-fa ambiental. Canadian Geographer, publicada en ingls y francs, ofre-ci una lista breve de artculos; sin embargo, estas pocas alusiones reflejan un inters particular en la materia, que en algunos casos se maneja como geografa ambiental y de los recursos en Canad (Slo-combe 2000, 56). En Applied Geography, Geoforum, Geojournal, Transactions in gis y Area se mencionan cuestiones ambientales, pero en ningn caso aparece la geografa ambiental como tal. Sin embargo, en todas hay referencias al libro editado por Castree et al. (2009), A Companion to Environmental Geography.

    Para Amrica Latina se consultaron cuatro publicaciones: Intercien-cia, de Venezuela, presenta 35 referencias a la cuestin, y ninguna a geografa ambiental; la Revista de Geografa Norte Grande, de Chile, inclu-ye, en sus 46 nmeros, 35 artculos sobre la relacin geografa-am-biente, en cinco hay un tratamiento reflexivo especfico en Arenas (1991, 15), sobre la gestin ambiental y el ordenamiento territo-rial; en Cozzani (1991, 75), acerca del concepto medio ambiente en geografa; Gangas y Santis (1996, 47) analizan el medio y la calidad de vida y Errazuriz et al. (1997, 191; 1998, 15; 1999, 125) abordan la educacin ambiental en geografa. Por su parte, Geotrpico, de Colombia, presenta cinco artculos, de los que tres son de carcter reflexivo: Cudris Guzmn y Rucinque (2003, 66); Ru-cinque (2005, 4) y Trinca (2010, 1). Incluye tambin la traduccin

    6 Sin embargo, el lema de Progress in Physical Geography es: An International Review of Geo-graphical Work in the Natural and Environmental Sciences. En Progress in Human Geography se ofrece una serie de Progress Reports sobre temas ambientales, varios de ellos se citan en este trabajo.

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    del ensayo de Shellenberger y Nordhaus (2005, 3), The Death of Envi-ronmentalism, e Investigaciones Geogrficas, de Mxico, arroj 13 artculos en la combinacin geografa y ambiente; sin embargo, 12 eran es-tudios de caso de ciencia aplicada; la excepcin fue Natura y cul-tura: dualismo o hibridacin?, de Castro y Zusman (2009, 135). En la revisin del trabajo de Bosque (1996, 203), sobre la obra de Milton Santos, tampoco hay referencia alguna en dicho acervo a geografa ambiental, aunque sin duda sus contribuciones a la cues-tin ambiental desde la geografa han sido seminales en Amrica Latina y el mbito acadmico.

    Al ejecutar un ejercicio similar sobre libros en varios buscadores, pero en particular en Google-Books y Amazon, aparecieron 12 so-bre el tema. La misma revisin en Blackwell, editorial importante en geografa, indic que de 32 libros acerca de geografa y ambiente slo dos incluyen de manera explcita la geografa ambiental. Con el buscador eBsco, de 11 libros detectados sobre la materia, slo dos incluyen en forma explcita geografa ambiental, como el ya men-cionado de Castree et al., de 2009.

    Al revisar las entradas correspondientes a disciplinas cientficas en editoriales clave (Elsevier y Springer Verlag), no aparece geogra-fa ambiental como tal. De hecho, en Elsevier, tal vez la mayor em-presa dedicada a publicacin cientfica, geografa como disciplina slo aparece bajo el rtulo de ciencias de la tierra o bien en ciencias sociales y de la conducta; en el primer caso, como procesos terres-tres (earth-surface processes), y en el segundo como geografa, planifi-cacin y desarrollo. En la entrada de ciencias ambientales no hay mencin alguna a geografa. En sage Publications (que edita revistas en geografa y ambiente), las referencias aparecen ligadas a la geo-grafa fsica. Slo eBsco, un sistema de bases de datos bibliogrficos, al que se puede acceder desde internet, ofrece la geografa ambien-tal, como una de sus entradas.

    Otro ejercicio anlogo permiti revisar el tema ambiental en 1 143 departamentos de geografa de universidades de 92 pases. De ellos, 156 incluyen el tpico ambiente o ambiental; de este grupo, 73 departamentos llevan en su nombre geografa y ambiente (des-tacan los de escuelas en universidades anglosajonas); ninguno el de

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    geografa ambiental. La bsqueda en la pgina de la Unin Geogr-fica Internacional arroj cuatro comisiones que incluyen el trmino ambiente, sin que exista alusin alguna a geografa ambiental.

    Result difcil examinar todas las tesis doctorales en geografa, por ejemplo, a partir de los aos ochenta; sin embargo, una revisin de The Professional Geographer, de 1986, indica que no hubo tesis alguna sobre geografa ambiental, al menos hasta esa fecha. La revista Geo-grafiska Annaler (Serie Geografa Humana) realiz una revisin de tesis doctorales en universidades nrdicas en la actualidad, y slo una se ocup de la geografa ambiental. Esta es una tarea pendiente.

    Anlisis de resultados

    La revisin realizada sugiere que publicaciones como Transactions, Area Canadian Geographer y Progress in Physical Geography concentran todas las referencias detectadas para geografa ambiental. Martin (2001, 267; 2002, 387), en su carcter de editor de Transactions, propuso que la revista, a la que considera una publicacin sobre geografa humana en general haba alcanzado un equilibrio entre diferentes campos de la geografa, incluyendo a la ambiental, al cual consi-dera emergente. Asimismo, destac el para qu y para quin hacer geografa ambiental. Mason (2001, 407) en la misma publicacin enfatiza la necesidad de recurrir a mltiples epistemologas para al-canzar un compromiso ms sofisticado, en trminos tericos, con el tema sociedad-ambiente, y sugiere que tal empresa se encuentra en el corazn de la geografa ambiental. Transactions aborda, en algunos otros artculos, problemas especficos donde se hace referencia a la geografa ambiental, sin entrar en un anlisis de tipo terico.

    Algo particular ocurre con Area, catalogada por eBsco en la sec-cin de ciencias de la tierra, cuyas nicas cuatro menciones sobre geografa ambiental consisten en otros tantos editoriales; sin em-bargo, al revisar los contenidos de la revista, no se encontraron re-sultados de investigacin sobre el tema en artculos especficos. De este modo, pareciera que la visin de los editores ha sido ms una expresin de deseos que un reflejo de los contenidos.

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    Canadian Geographer, accesible a francoparlantes, alude a la geografa ambiental y de los recursos (resource and environmental geography) como uno de los campos especficos de la prctica de los gegrafos ca-nadienses, en particular en un nmero dedicado a ella, entre 1996 y 2000 (Boots 2000, 2). Slocombe (2000, 56), al analizar temas, tendencias y escenarios para dicha prctica, seala que en la geo-grafa ambiental y de los recursos se han dado cambios potencial-mente revolucionarios. Enfatiza aspectos de planeacin ambiental integral del uso de los recursos naturales, por parte de los gegra-fos canadienses. El comentario resea contribuciones en trminos pragmticos (del orden del manejo e impacto ambiental y manejo de cuencas). Por su parte, Reed y Christie (2008, 1) abordan la geografa ambiental de gnero, en especial para las investigaciones que desarrollan los gegrafos canadienses dedicados al anlisis de instituciones y poltica ambiental. De nuevo se menciona al mane-jo ambiental (environmental management). El discurso se orienta a de-mandar la inclusin de la perspectiva de gnero en la investigacin en geografa ambiental aplicada. Rob de Loe (2003, 135) prologa un nmero especial de Canadian Geographer, denominado Innovations in resource and environmental management, donde abandona el concepto de geografa ambiental y recursos, y enfatiza las herramientas prcticas y los enfoques destinados a influir en la poltica y las instituciones.

    Progress in Human Geography resulta ser la ms interesada y conse-cuente en el anlisis de la cuestin ambiental y la geografa, desde el punto de vista terico y de evolucin del pensamiento; destina, por ejemplo, un conjunto de artculos de revisin (ver referencias bibliogrficas al final), sobre tpicos ambientales (environmental issues). Sin embargo, ninguna de las publicaciones citadas incluye un anli-sis profundo de esta subdisciplina, comparable a los similares sobre teora, historia o epistemologa de la geografa, o incluso en la con-tribucin y las debilidades de la misma, de la geografa humana a la cuestin ambiental, en sentido amplio.

    En algunos casos, la geografa ambiental se usa como sustituto de la geografa fsica, en otros intenta establecer un puente entre las dos ramas tradicionales de la disciplina, en otros aparece ms cer-cana a la geografa humana (Bracken 2006, 125). Tambin se han acuado nociones como geografa ambiental aplicada, o se ha sec-

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    torizado como la geografa urbana ambiental, o bien la perspectiva de gnero en geografa ambiental. De este modo, no parece haber una definicin slida del campo ni una presencia institucional co-herente, medida en trminos de artculos, palabras llave, tesis, li-bros, departamentos acadmicos o secciones de uniones cientficas.

    Conclusiones

    En este trabajo se abord, aunque de manera general, la contri-bucin de la geografa a las ciencias ambientales, y se enfatiz la perspectiva territorial, paisajstica, tanto desde el punto de vista conceptual como operacional. Se aludi a un campo emergente, la geografa ambiental, establecido institucionalmente de una mane-ra pobre, y tambin se destac el hecho de que tanto las ciencias ambientales como la geografa son ms campos interdisciplinarios que disciplinas cientficas convencionales. Si bien ambas comparten al ambiente como objeto de estudio, en el papel de la geografa es la perspectiva territorial la que aporta la especificidad. La geografa ofrece los resultados de una prctica acadmica no excluyente, e inserta en diversos campos de investigacin, como sugiere Johnston (2003, 133), con gran tradicin de trabajo cientfico temas que hoy resultan emergentes como: escalas, integralidad, rol de las ciencias sociales y perspectiva territorial-local, entre otros.

    El resultado de las bsquedas, teniendo en cuenta los sesgos y limitaciones apuntadas en la introduccin de este trabajo, sugiere que, a diferencia del concepto geografa y ambiente, presente en la tradicin human environment o man-land para la geografa anglosajona, o gographie et milieu en la tradicin francesa, la geografa ambien-tal, como tal, no ha alcanzado una presencia o madurez disciplina-ria. Pese a ello, existe, como se seal, una fuerte presencia de lo ambiental en geografa y, en fecha ms reciente, una vinculacin creciente entre geografa y ciencias ambientales, aun cuando este ltimo sea un campo emergente, vagamente definido en trminos epistemolgicos.

    El anlisis sugiere la relevancia de fortalecer la investigacin y docencia en estos temas, en particular reteniendo una perspectiva

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    integral, con una contribucin slida desde las ciencias sociales. Los aportes de la antropologa, la historia y la sociologa pueden ser muy tiles para la discusin conceptual en geografa, y la ulterior gua para la accin prctica. En Mxico, este fortalecimiento debe expandirse a los centros regionales de educacin superior, de tal manera que sea posible retener la fineza de la problemtica ambien-tal local, aunque sin perder de vista la perspectiva cientfica global.

    El nfasis que ha venido cobrando la investigacin ambiental en geografa, bajo el marco conceptual de las ciencias sociales, resulta apto para albergar los esfuerzos de especialistas en diversas discipli-nas relacionadas con el saber geogrfico, tanto en las cuestiones so-cioeconmicas y culturales como fsico-ecolgicas. La mayor parte de la bibliografa especializada en el cambio de uso del suelo, incluso en revistas eminentemente biolgicas, inician con la consideracin acerca de que son las actividades humanas las que desencadenan los principales cambios en los ecosistemas y en los servicios que de ellos se derivan. Sin embargo, de inmediato se pasa a enfoques biofsicos, tal vez olvidando el enunciado inicial. Deben ser, ms bien las ciencias sociales (de all el acento necesario en la geografa como tal), las que ofrezcan un marco conceptual slido en el cual, por ejemplo, los gegrafos fsicos u otros especialistas en aspectos biofsicos del ambiente puedan inscribir los resultados de sus inves-tigaciones. Aunado a ello, no slo se trata de problemas de lenguaje y metodologa, tambin hay que tratar los mtodos y las nociones de poder en la integralidad ambiental, es decir, vincular la ciencia social y natural para identificar los factores ambientales, y evaluar la solucin de problemticas derivadas de ellos, esto es, enfatizar al ambiente como un concepto integrador.

    Tal vez habra que olvidar el encorsetamiento de la geografa ambiental como una subdisciplina, y considerarla ms como una visin o mirada a la geografa como unidad epistmica (Fernn-dez 2006, 220); entonces, de manera complementaria, habr que tomar a los espacios institucionales que se generen (revistas, depar-tamentos y centros, entre otros) como de reflexin, y de reunin de puntos de vista diferentes y alternos, donde estas miradas se vayan renovando al calor de la prctica concreta y una discusin conceptual fecunda. Una geografa ambiental tendr que considerar

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    con mayor insistencia los hechos y discursos por los cuales se elabo-ran e imponen las acciones e interpretaciones de polticas pblicas, mediante ejercicios de poder que acentan las vulnerabilidades e injusticias ambientales.

    Recibido en febrero de 2012Aceptado en junio de 2012

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