gerunclial periphrasis and causativity in encuadorian

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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/331647613 Gerunclial periphrasis and causativity in encuadorian highland Spanish from a construcion grammar perspective Article in Revista Internacional de Linguistica Iberoamericana · December 2018 CITATIONS 0 READS 15 1 author: Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Espanol de contacto View project Oralidad Modernidad View project Marleen Haboud Pontificia Universidad Católica del Ecuador 44 PUBLICATIONS 159 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Marleen Haboud on 15 November 2020. The user has requested enhancement of the downloaded file.

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Gerunclial periphrasis and causativity in encuadorian highland Spanish from

a construcion grammar perspective

Article  in  Revista Internacional de Linguistica Iberoamericana · December 2018

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Oralidad Modernidad View project

Marleen Haboud

Pontificia Universidad Católica del Ecuador

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RILI

Rev i s t a i n t e r nac iona l de L i ngü í s t i ca I be roamer i cana

Volumen XVI Diciembre de 2018 Nº 2 (32)

Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana (RILI)

I be roamer icana Ed i to r ia l Ver vuer t (Madr id /F rank fu r t )Un ive rs i tä t Zür ich , Roman isches Seminar

Iberoamer ika Zen t rum (Un ive rs i tä t He ide lberg )Ins t i tu to Ibe ro-Amer icano (Ber l in )

Vo lumen XV I (2018) Nº 2 (32)

Consejo EditorialAlexandra Álvarez Muro (Mérida, Venezuela)

Ignacio Bosque (Madrid, España)Mónica Castillo Lluch (Lausanne, Suiza)

Emma Martinell (Barcelona, España)Francisco Moreno Fernández (Alcalá de Henares, España)

Ulrike Mühlschlegel (Berlin, Alemania)Lola Pons Rodríguez (Sevilla, España)Armin Schwegler (Irvine, EE. UU.)

Klaus Zimmermann (Bremen, Alemania)

DirectorJohannes Kabatek (Universität Zürich)

Director adjuntoÓscar Loureda Lamas (Universität Heidelberg)

Coordinación de reseñasLola Pons Rodríguez (Universidad de Sevilla)

Asistente de redacciónCarlota de Benito Moreno (Universität Zürich)

Comité AsesorManuel Almeida (La Laguna, España)

Julio Calvo (Valencia, España)Concepción Company Company (Ciudad de México, México)

Eva Martha Eckkrammer (Mannheim, Alemania)Adolfo Elizaincín (Montevideo, Uruguay)

Luis Fernando Lara (Ciudad de México, México)John Lipski (University Park, PA, EE. UU.)

Pilar Garcés Gómez (Madrid, España)Luis Ortiz López (Río Piedras, Puerto Rico)

Azucena Palacios (Madrid, España)Matthias Perl (Mainz/Germersheim, Alemania)

Xosé Luís Regueira (Santiago de Compostela, España)Víctor Sánchez Corrales (San José, Costa Rica)

Otto Zwartjes (Paris, Francia)

R e v i s t a I n t e r n a c i o n a l d e L i n g ü í s t i c a I b e r o a m e r i c a n a ( R I L I )V o l u m e n X V I ( 2 0 1 8 ) - N º 2 ( 3 2 ) - D i c i e m b r e d e 2 0 1 8

ÍNDICE

5 Sección temática. Procesos de gramaticalización en situaciones de contacto Traducción

COORDINADA POR AZUCENA PALACIOS / STEFAN PFÄNDER

7 Introducción. Sobre los procesos de gramaticalización en situaciones de contacto Introduction. Grammaticalization Processes in Contact SituationsSTEFAN PFÄNDER / AZUCENA PALACIOS

21 Modalización por contacto en el castellano del País Vasco Modalization by Contact in the Basque-Spanish VarietyCAMUS, BRUNO / SARA GÓMEZ SEIBANE

35 Patrones prosódicos en construcciones enumerativas – una visión desde la perspectiva del contacto español-quechua. Prosodic Patterns in List Constructions – A View from the Perspective of Spanish- Quechua Language ContactDANKEL, PHILIPP / MARIO SOTO RODRÍGUEZ

53 De la posesión a la atribución en el contacto español-quechua From Possession to Attribution in Spanish-Quechua ContactANNA MARÍA ESCOBAR

67 Gramáticas en contacto. Inhibición del cambio lingüístico y gramaticalización en la convivencia entre el español y el catalán en Barcelona Grammars in Contact. Inhibition of Linguistic Change and Grammaticalization in the Linguistic Contact Between Spanish and Catalan in BarcelonaMAR GARACHANA

83 El sistema pronominal átono de tercera persona en la variedad de contacto con el tzutujil: hacia una concordancia de objeto The system of unstressed third person pronouns in the Spanish-Tzutujil contact scenario: Towards object agreementANA I GARCÍA TESORO

97 Perífrasis de gerundio y causatividad en el castellano andino ecuatoriano: una mirada desde la gramática de las construcciones Gerundial Periphrasis and Causativity in Ecuadorian Highland Spanish from the Con-strucion Grammar PerspectiveMARLEEN HABOUD

119 El pretérito pluscuamperfecto con valor (ad)mirativo Mirative Values of the Past Perfect TenseAZUCENA PALACIOS / STEFAN PFÄNDER

135 El orden de palabras en las interrogativas-Q. Un análisis contrastivo del español caribeño y portugués brasileño Word Order in Wh-interrogatives. A Contrastive Analysis of Caribbean Spanish and Brazilian PortugueseMALTE ROSEMEYER

149 Sección general

151 Estudio contrastivo sobre la realización de la concordancia temporal en español y catalán A Contrastive Study of Verbal Agreement in Spanish and CatalanILPO KEMPAS / ANNA LÓPEZ SAMANIEGO

175 Da subordinação à coordenação: evidências pragmáticas, prosódicas e sintáticas From Subordination to Coordination: Pragmatic, Prosodic and Syntactic EvidenceSANDERLÉIA ROBERTA LONGHIN / GEOVANA SONCIN

201 Reseñas

203 Lidia Becker: Nombres de persona en español. Historia, situación actual y onomástica popular / Personennamen im Spanischen. Geschichte, aktualle Situation und Laienonomastik. JOSÉ JAVIER RODRÍGUEZ TORO

205 Elena Carpi / Rosa M. García Jiménez (eds.): Herencia e innovación en el español del siglo XIX. LORENA NÚÑEZ PINERO

209 Óscar Conde (ed.): Argots hispánicos. Analogías y diferencias en las hablas populares iberoamericanas. JULIA SANMARTÍN SÁEZ

213 Hendrik Detjen: Anglizismen in Hispanoamerika. Adoption und Integration, Nivellierung und Differenzierung. BEATRIZ GÓMEZ-PABLOS

217 Mar Garachana Camero (ed.): La gramática en la diacronía. La evolución de las perífrasis verbales modales en español. ANA BRAVO

221 Javier Muñoz-Basols / Nina Moreno / Inma Taboada / Manel Lacorte: Introducción a la lingüística hispánica actual: teoría y práctica. JANNIS HARJUS

225 Lola Pons Rodríguez / Álvaro S. Octavio de Toledo y Huerta: Queja política y escritura epistolar durante la Guerra de la Independencia Española: documentación de la Junta Suprema Central en el AHN. Selección, edición y estudio lingüístico. MARÍA MÉNDEZ ORENSE

229 Joan Torruella Casañas: Lingüística de corpus: génesis y bases metodológicas de los corpus (históricos) para la investigación en lingüística. GUILLERMO ROJO

Sección temática Procesos de

gramaticalización en situaciones de contacto

Coordinada por AZUCENA PALACIOS / STEFAN PFÄNDER

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Introducción. Sobre los procesos de gramaticalización en situaciones de contacto*

Introduction. English Grammaticalization Processes in Contact Situations

STEFAN PFÄNDER Albert-Ludwigs-Universität [email protected]

AZUCENA PALACIOS

Universidad Autónoma de [email protected]

Como es bien sabido, el concepto de gramaticalización, desde que Meillet lo intro-dujera en 1912, ha ido adquiriendo diferentes variaciones hasta convertirse en un concepto difuso, lo que ha dado lugar a numerosas revisiones que pretenden aclarar o concretar sus implicaciones (véase en este sentido Company 2010, 2012; Espinosa 2010; Garachana 2015, Heine/Narrog 2011, Traugott 2010, entre otros). Esta polé-mica ha desembocado en dos concepciones básicas de entender la gramaticalización: una perspectiva tradicional, basada en un enfoque más gramatical (Kurylowicz 1965, Lehmann 1985, Heine et al 1991, Haspelmath 2004, Hopper/Traugott 2003, entre otros), y otra perspectiva que incluye la pragmática (Traugott 1982, 2003, 2010; Trau-gott/Dasher 2002, Diewald 2002, Garachana 2010, entre otros).

En general, el concepto de gramaticalización se basa en trabajos cognitivos e in-teraccionales. A nuestro entender, el término cognición describe el hecho de que la

* Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto “El español en contacto con otras lenguas II: variación y cambio lingüístico” (FFI2015-67034-P, MINECO/FEDER) dirigido por Azucena Palacios (Universidad Autónoma de Madrid) y del proyecto “Synchronization in Embodied Interaction”, Frei-burg Institute of Advanced Studies (www.frias.uni-freiburg.de), dirigido por Stefan Pfänder, Hermann Herlinghaus, Class Lahmann y Carl Eduard Scheidt, DFG-PF-699/8-1 “Emergentes Erinnern”.

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8 gramaticalización refiere a la percepción de la lengua y del mundo. Entre otras cosas, la referencia se manifiesta dentro del mecanismo primordial de la metonimia, es decir en la relación de proximidad o de continuidad entre dos fenómenos de la realidad vivida.

Por ejemplo, la expresión ir a hacer la compra se remite, originalmente, a dos accio-nes consecutivas: / moverse / y / comprar/. Para hacer la compra hay que ir a un lugar (un almacén, un mercado, etc.) y, a continuación, realizar las compras allí. Así se des-prende que la segunda acción se va a desarrollar en el futuro próximo de la primera ac-ción. De ahí la plausibilidad cognitivo-perceptiva de una cadena de gramaticalización / verbo de movimiento/ → / expresión gramatical de futuro/. A medida que el proceso de gramaticalización evoluciona, la función gramatical se refuerza en detrimento de su sentido léxico original. En la mayoría de los casos, el establecimiento gradual de un nuevo concepto semántico permite una abstracción semántica.

Este proceso de “blanqueo semántico” no ocurre fuera de la experiencia de los ha-blantes-en-interacción en su ecología cotidiana (Kriegel/Ludwig/Pfänder, en prensa). Para retomar nuestro ejemplo: en la ecología cotidiana contemporánea podemos “ir a hacer la compra” en internet sin movernos. En el uso actual, /ir/ se utiliza: (a) como un verbo de movimiento y (b) como una marca de futuro gramaticalizado. /Ir/ pertenece entonces al léxico (a) y a la gramática (b).

Durante décadas, la mayoría de los trabajos tradicionales han aplicado el concepto de gramaticalización en el marco monolingüe. Sin embargo, ha sido menos común ha-cerlo en las ecologías de las situaciones de contactos en la América colonial (y postco-lonial). Desde el principio del colonialismo y hasta el presente, el contacto lingüístico entre diferentes idiomas tiene que constituir la base de todo el análisis lingüístico de las diferentes variedades del castellano de América. De ahí la necesidad de un enfoque que tenga en cuenta una gramaticalización inducida o provocada por el contacto (Gast/Van der Auwera 2006, Drinka 2017).

El término “gramaticalización inducida por contacto” se refiere al proceso median-te el cual se producen cambios internos en la estructura de una lengua a partir de la influencia del contacto lingüístico. Esta perspectiva del contacto, iniciada por Heine y Kuteva (2003, 2005), lleva la influencia del contacto más allá de una transferencia o una replicación de ciertas formas o patrones de una lengua a otra. Sin embargo, debe perfilarse bien cuándo los cambios inducidos por contacto pueden concebirse como procesos de gramaticalización. El contacto lingüístico puede manifestarse en la transfe-rencia de material lingüístico de una lengua a otra, ya sean formas (sonidos), significa-dos, emparejamientos de forma y significado, relaciones sintácticas o cualquier combi-nación entre ellas. Los efectos que puede tener en las lenguas involucradas son diversos y afectan a cualquier componente de la estructura lingüística, como ya anticiparon Thomason y Kaufmann (1988). Según Gast y Van der Auwera (2006), la innovación inducida por contacto se puede producir por dos razones: la identificación interlin-güística de: a) signos lingüísticos, en donde dos emparejamientos de forma-significado se equiparan en términos de su distribución, y b) categorías lingüísticas, en donde se identifican interlingüísticamente distintos dominios de organización gramatical, por

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9lo que ciertos tipos específicos de rutinas o de valores categoriales se transfieren de una lengua a otra.

Estos dos procesos pueden ocurrir por separado, pero también en combinación, lo cual da lugar a tres tipos de innovación inducida por contacto (Gast/Van der Auwera 2006): 1) identificación interlingüística de signos, sin identificación de categorías; 2) identificación interlingüística de categorías, sin identificación de signos; 3) identificación interlingüística de categorías más identificación interlingüística de

signos. Ahora bien, para sostener que la emergencia de una nueva estructura gramatical de

una lengua A se debe a un contacto lingüístico con la lengua B, es necesario que esa estructura esté ausente en la lengua A antes de que esta haya entrado en contacto con la lengua B (Thomason/Kaufman 1988, Thomason 2001, Poplack/Levey 2010).

Esta perspectiva tradicional sobre la gramaticalización es cuestionada por otros au-tores que subrayan que la estricta separación entre léxico y gramática no está justificada (Ludwig/Pfänder 2003; Palacios 2010, 2011, entre otros). En esta perspectiva inno-vadora, a la cual se adscribe este trabajo, una estructura puede ser “bastante lexical”, y entonces en parte gramaticalizada, (cf. incipient grammaticalisation, Hopper/Traugott 2003, Pakendorf 2013) en una lengua y gramatical (o completamente gramaticalizada) en otra lengua. El contacto lingüístico funciona entonces como catalizador facilitando una rápida evolución de una construcción o forma en parte gramaticalizada hacia una gramaticalización avanzada o completa (Stolz 1996; Haase/Nau 1996; Wischer 2001; Heine/Kuteva 2005; Montgomery-Anderson 2010; Große 2011; Kriegel 2011; Matras 2011; Palacios 2011, 2013, 2015, 2017; Heine 2012; Pfänder/Palacios 2013; Palacios/Pfänder 2014; entre otros). Tomemos, en este sentido, el caso del gerundio simple en español, una forma que está experimentando un proceso de gramaticaliza-ción hacia valores perfectivos propios del gerundio compuesto en algunas variedades de español como la mexicana (y argumentar a ustedes, recogiendo del diario de los debates lo que ustedes mismos argumentaron ‘habiendo recogido del diario…’), si bien con mu-chas restricciones (Palacios/Pfänder 2014: 224), y que en el caso del área andina ha completado este proceso hacia la perfectividad eliminando esas restricciones que la constreñían (Haboud 1998 y 2005, Pfänder 2010, Palacios/Pfänder 2014).

Stolz (1996), en su trabajo sobre la influencia del castellano en las lenguas pre-hispánicas, hace hincapié en el carácter universal de la gramaticalización, que podría explicar la observación empírica de que muchos de los cambios que se producen en las diversas lenguas ‘indígenas’ por contacto con el español parecen ser del mismo tipo. En la misma línea, podemos tomar el caso de los sistemas pronominales átonos de tercera persona de variedades de español de contacto histórico intenso con lenguas amerindias2. Como es bien sabido, el sistema pronominal átono está sujeto a variación

2 Véase al respecto el volumen monográfico sobre sistemas pronominales átonos en situaciones de con-tacto coordinado por Palacios (2015), donde se analizan los sistemas de las variedades de español en

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10 desde antiguo. En las variedades del norte y centro de España tuvo lugar un proceso de neutralización del caso que dio lugar a sistemas referenciales que albergan los fenó-menos conocidos como laísmo —La dije a María que viniera— y leísmo —El jamón, le cortas en trocitos pequeños— (Fernández-Ordóñez 2001, 2012). En las variedades de español en contacto, la reorganización de las formas pronominales sigue, por el con-trario, un patrón de caso sin especificación de género (lo para el objeto directo/ le para el objeto indirecto) —La ventana lo cierro; le di un regalo a María— (Palacios 2005, 2011, 2013, 2015). Parece que hay, al menos, dos caminos diferentes en la evolución de los sistemas pronominales: a) el que siguen los sistemas referenciales españoles, donde los pronombres tienden a evolucionar hacia marcas de concordancia de género y número; b) el que siguen los sistemas americanos, donde dejan de ser referenciales, puesto que no especifican el género y/o el número del referente, y tienden a reanali-zarse como concordancias de caso (lo para acusativo/ le para dativo) o simplemente de objeto (le para dativo y acusativo) en el caso del español andino ecuatoriano y de las variedades paraguaya y del nordeste argentino (Palacios 2011, 2015).

Lo significativo de esta evolución en las zonas de contacto es que no sigue las tendencias generales de cambio que se han formulado a partir de los universales del lenguaje y de las jerarquías interlingüísticas propuestas; tendencias que sí sigue la evo-lución de los sistemas referenciales españoles (García Tesoro en este volumen, Palacios 2011 y 2013). Los cambios documentados en las variedades americanas se abonan en la variación ya existente en la lengua —la inestabilidad del sistema pronominal átono desde la época medieval—. El contacto con las lenguas amerindias favorece un proceso de gramaticalización inducido por contacto que no supone la importación de material ajeno. En estos casos, la lengua de contacto —ninguna de las lenguas ame-rindias implicadas gramaticaliza el género— actúa como un acelerador del proceso de gramaticalización ya iniciado en el español general3, produciendo, al menos en el habla oral coloquial, un cambio lingüístico que puede llegar a reorganizar un paradig-ma completo de la lengua. El mecanismo de la convergencia lingüística tendría como efecto lingüístico la neutralización del patrón de género del sistema pronominal y la consolidación de las formas pronominales como marcadores de caso, y su consiguiente pérdida gradual de autonomía sintáctica.

El estudio de diferentes procesos de gramaticalización inducidos por contacto, es-pecialmente en el ámbito del español en contacto con lenguas amerindias, ha mostra-do que algunos de los supuestos sobre contacto de lenguas en relación con los procesos de gramaticalización parecen haberse debilitado, por ejemplo, que el contacto lingüís-

contacto con tepehuano, maya yucateco, malecu, quechua, o guaraní. 3 Es abundante la bibliografía que considera que el sistema pronominal átono del español está inmerso

en un proceso de gramaticalización en curso que se materializa en el cambio de estatus lingüístico de las formas pronominales hacia morfemas de concordancia. Aluden, para mostrarlo, a fenómenos como el doblado de objeto (directo e indirecto) o la neutralización del número en el dativo. Véase, al respecto, Becerra Bascuñán (2006), Belloro (2012), Company (2001), Enrique-Arias (1997, 2002), García Miguel (1991), entre otros.

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11tico se da entre dos lenguas concretas, preferiblemente si son lenguas emparentadas tipológicamente. En la misma línea, se ha cuestionado que las soluciones emergentes similares que se dan entre bilingües de diferentes lenguas en contacto puedan deberse al contacto lingüístico. Sin embargo, los datos sobre sistemas pronominales átonos mencionados arriba parecen desmentirlo.

Es interesante comprobar que el supuesto de que un cambio inducido por contacto desarrolle soluciones lingüísticas similares en todas las áreas cuando ocurre entre las dos mismas lenguas es cuestionado también cuando analizamos fenómenos como las formas verbales de pasado del español andino en contacto con el quechua/quichua4 y el aimara. En efecto, aunque la bibliografía ha constatado que en el español andino los tiempos de pasado (pretérito perfecto simple, compuesto y pluscuamperfecto) pueden activar valores evidenciales y mirativos inducidos por el contacto con estas lenguas amerindias (Escobar 1997, Pfänder 2001, Pfänder/Palacios 2013 y en este volumen, Palacios et al. 2018, García Tesoro 2015 y 2017, entre otros), sorprendentemente, es-tas soluciones novedosas no son las mismas en toda el área andina (Ecuador, Perú y Bo-livia), como se esperaría. En cuanto al pretérito compuesto, los datos parecen mostrar que el español andino peruano acelera el proceso de gramaticalización descrito para esta forma verbal en variedades de español sin contacto (Hernández 2006, De Jong 1999, etc.) avanzando en soluciones que desarrollan usos pragmáticos y discursivos; se trataría de un proceso de gramaticalización acelerado por el contacto con el quechua (García Tesoro 2017, Palacios et al. 2018). Esta forma adopta en Ecuador, sin em-bargo, valores de evidencialidad indirecta y de miratividad, valores más innovadores, presentes en el quichua, que apuntan a un estadio más avanzado de gramaticalización (Pfänder/Palacios 2013); el pretérito simple puede incorporar valores de evidenciali-dad directa. En la variedad andina boliviana, al menos la de Cochabamba (Pfänder 2010), el pretérito compuesto es la forma no marcada de pasado. La oposición que se da entre los pretéritos compuesto y pluscuamperfecto tiene carácter epistémico evalua-tivo (no evidencial / evidencial y mirativo).

El pluscuamperfecto, por el contrario, comparte en las tres áreas andinas valores innovadores evidenciales relacionados con estrategias de distanciamiento del hablante con respecto a la información transmitida. Pfänder (2010: 230) afirma en este sentido que “La oposición entre perfecto y pluscuamperfecto en CE (castellano estándar) es de carácter temporal: el pluscuamperfecto está situado más lejos del origo del hablante —en el sentido de Bühler— que el perfecto. De acuerdo con los desarrollos metafóri-cos-metonímicos de la teoría de la gramaticalización, un ‘mantenimiento’ de la distan-cia (figurada) podría haber facilitado la evolución. El perfecto y el pluscuamperfecto son, así, semánticamente reelaborados a través de una oposición conocida ya por el quechua, en el que es obligatoria”.

La gramaticalización es uno de los tantos procesos de cambio lingüístico, ya que se considera como uno los parámetros principales en la formación de áreas lingüísti-

4 A la variedad quechua ecuatoriana se le denomina quichua.

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12 cas (Heine 2011; Heine/Kuteva 2005) y refleja patrones cognitivos que subyacen al desarrollo inducido por contacto. El contacto lingüístico puede generar la emergencia de áreas lingüísticas al favorecer el intercambio de estructuras gramaticales inducidas por contacto. Sin embargo, como hemos visto, es necesario realizar análisis cuidadosos que den cuenta de la condición (más o menos) gramaticalizada de las estructuras en cuestión en todas las lenguas en contacto.

La aplicación del concepto de convergencia areal incluye los procesos de grama-ticalización (incipiente) en el escenario del contacto. En esta perspectiva se podría entonces hablar de gramaticalización compartida (Robbeets/Cuyckens 2013, cf. tam-bién Tomic 2009, Cerutti 2014). Tal enfoque responde al escepticismo de algunos es-pecialistas de la criollización (p. ej. Bruyn 1996, Siegel 2009) que subrayan, con razón, que la gramaticalización no explica todos los cambios ocurridos durante el contacto de lenguas. Aikenvald (2011) propone distintas razones por las cuales se pueden llegar a producir patrones de gramaticalización compartida, como el contacto, el préstamo o la proximidad geográfica. Según esta autora, las lenguas que están relacionadas entre sí pasan por las mismas etapas (o al menos altamente similares) en su evolución. Esto es a lo que Sapir (1921: 171-172) denomina “desvíos paralelos” al explicar las similitudes entre lenguas relacionadas, incluso cuando ya no tienen contacto entre sí. Asimismo, estos desvíos paralelos también podrían explicar los patrones compartidos de gramati-calización. De esta manera, encontramos que la base para la creación de una solución emergente es la disponibilidad de una forma en la lengua de réplica cuyo significado pueda ser explotado para replicar el elemento clave de la construcción modelo. Según Heine y Kuteva 2005, es necesario que haya: i) información de la lengua A en contacto con una lengua B no relacionada genéticamente con A, con patrones demostrables de difusión de área y ii) materiales de una lengua (o lenguas) C, relacionada genéticamen-te con A, en donde al menos algunos hablantes de C no están en contacto con A o B. De ahí proponen dos hipótesis:

· Hipótesis 1: La gramaticalización inducida por áreas y la reinterpretación de marca-dores morfológicos en una situación de contacto intenso producen lenguas de tipo inusual dentro de sus familias: esto es “un cambio contracorriente”.

· Hipótesis 2: El desvío paralelo (parallelism in drift) ayuda a fortalecer la unidad tipo-lógica y la similitud entre lenguas relacionadas genéticamente: esto es un “cambio que fortalece similitudes”. Por otra parte, en las áreas de contacto lingüístico histórico también se pueden

iniciar procesos de gramaticalización, como el que ocurre con el futuro atenuado del español andino ecuatoriano, forma esta que opera como un imperativo atenuado, a diferencia del futuro categórico del español (No matarás), tanto por sus características morfosintácticas como semántico-pragmáticas —Avisarame cuando vaya a venir a la ofi ‘Por favor, avíseme cuando vaya a venir a la oficina’ (Haboud y Palacios 2017:26)—. Esta forma andina codifica un menor control del peticionario sobre la realización de la petición y concede al oyente mayor agentividad para decidir si cumple lo solicitado, de manera similar a lo que ocurre con la forma de futuro atenuado del quichua ecuatoria-

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13no (Haboud 1995, Haboud/Palacios 2017). Se trataría, así, de una forma emergente, desencadenada por la convergencia del español y el quichua, pragmáticamente muy rentable ya que no compite con las formas canónicas de imperativo en español.

Matras (2011) hace hincapié en la funcionalización de significados ya existentes como un proceso de dos caras donde el hablante bilingüe aplica los mismos procedi-mientos de procesamiento mental para emparejar elementos en ambas lenguas, lo cual da lugar a una transposición del ítem replicado desde un campo funcional a otro. De esta manera, el proceso de gramaticalización empieza por el emparejamiento de lexe-mas en ambas lenguas y la adaptación del rango de significados que expresa ese lexema en la lengua de réplica a los de la lengua modelo. Normalmente, la forma en la lengua modelo incluye tanto un significado concreto como uno más abstracto, por lo que el procedimiento explota esta polisemia. Se suele entender que la gramaticalización fun-ciona jerárquicamente, es decir, se produce en una escala que va desde los significados léxicos más concretos hasta llegar a funciones gramaticales más abstractas, por lo que el proceso se considera “unidireccional”.

Desde una perspectiva de la gramaticalización como la que consideramos aquí, es difícil trazar una escala de valores funcionales cuando se dan procesos de subjetivación (Traugott 2004, 2010; Traugott/Dasher 2002) a partir de valores ya funcionales, como los descritos arriba para las formas verbales, salvo que entendamos que los valores orientados hacia el hablante son más abstractos. Por otra parte, los estudios sobre la adopción de esos valores emergentes, como hemos visto, parecen apuntar a un proceso más complejo que la mera transposición de un ítem de una lengua a otra. Tomemos como ejemplo los pasados andinos (perfecto compuesto y pluscuamperfecto) que han experimentado una evolución de los valores temporales hacia valores evidenciales. Sin duda los hablantes bilingües tuvieron que percibir similitudes entre las formas esco-gidas del español y los tipos de evidencialidad del quechua —el hablante necesita co-municar ciertas distinciones importantes en su lengua materna—. Ahora bien, parece más bien que se trata de una convergencia lingüística entre ambas lenguas, ya que en español existen valores modalizadores que el hablante bilingüe quechua percibe como semejantes, aunque no sean totalmente equivalentes, y que utiliza para adoptar valores evidenciales codificados gramaticalmente en quechua. Más que una mera copia parece una ampliación de las posibilidades que ofrece el castellano inducida por el quechua; una interacción inteligente y creativa de códigos que se plasma en la explotación de estrategias que ofrecen ambas lenguas. Las similitudes percibidas se materializan en nuevas formas lingüísticas, ya sean de orden sintáctico, semántico o pragmático que el hablante puede activar o no activar en función de sus necesidades comunicativas. Las inferencias pragmáticas juegan un papel esencial para la rutinización de estas estrate-gias. Nótese que estos cambios se han extendido ya al español andino de monolingües, al menos en el caso de Ecuador, lo que indica su estabilidad.

En su ensayo sobre la pasiva perifrástica del maya chontal Montgomery-Anderson (2010) propone la comparación y el contraste entre la pasiva perifrástica del maya chontal y la pasiva morfológica más habitual. Sostiene que la pasiva perifrástica en esta

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14 lengua es una construcción que resulta del contacto con el español. Asimismo, realiza un análisis de las funciones de la pasiva en esta lengua y de construcciones de tipo pasivo. Parece posible establecer la relación entre el cambio lingüístico y la gramaticali-zación a partir del concepto de construcciones, que son una parte fundamental de los factores pragmáticos y sociolingüísticos del cambio. En pragmática, las construcciones constituyen la base de los procesos de analogía y reanálisis. De la misma forma, el fac-tor sociolingüístico del cambio refuerza los procesos de gramaticalización precisamente porque facilita el intercambio de mecanismos como la analogía y el reanálisis (cf. Krie-gel 2003), los cuales se determinan a partir de construcciones (cf. Bisang 1998). Es de-cir, el contacto lingüístico puede generar la emergencia de áreas lingüísticas al favorecer el intercambio de construcciones gramaticales. Las construcciones son cruciales para el proceso de gramaticalización porque contienen una o más posiciones establecidas. En términos paradigmáticos, estas posiciones representan los distintos lugares en los que ciertos ítems léxicos pueden gramaticalizarse, mientras que, en términos sintagmáti-cos, la construcción a la que pertenecen establece dichas posiciones.

Uno de los cambios más relevantes que afecta a diferentes construcciones de gerun-dio se da en el ámbito andino ecuatoriano (Bruil 2008; Haboud 1997, 2005 y en este volumen; Haboud/Palacios 2017; Palacios/Haboud 2018), ya sean las causativas con dejar + gerundio —el dentista me dejó destrozando la muela—; construcciones de mandar + gerundio —me mandó regalando flores— o botar + gerundio —le botó dañando la plancha—. En estos casos el proceso de gramaticalización corresponde a toda la construcción, esto es, se trata de cambios por construccionalización (Traugott/Trousdale 2013) inducidos por el contacto con el quichua, lengua en la que el adver-bializador de subordinación -shpa/-spa es muy productivo. Estas estructuras han expe-rimentado procesos de reanálisis y analogía en una gramaticalización progresiva donde dejar, mandar y botar han perdido en mayor o menor medida parte de su semántica original comportándose como un auxiliar.

El caso de dar + gerundio como un imperativo atenuado —me da pasando el saco— parece ser más complicado (Haboud 1998, Haboud/Palacios 2017), ya que se explica como un cambio bidireccional del quichua al castellano que opera en dos niveles: a) transferencia del significado del morfema honorífico/benefactivo -pa/pak quichua, que funciona como un atenuador, en estructuras posibles del español (verbo + gerundio), y b) reanálisis del verbo dar como un auxiliar con valor benefactivo. La gramaticalización de esta construcción hasta un marcador de cortesía —por favor— ha sido constatada entre población bilingüe.

Más allá del proceso de gramaticalización, lo ciertamente interesante de este cam-bio es que la estructura dar + gerundio, generalizada entre la población hispanohablan-te, habría sido adoptada posteriormente por la población quichuahablante más joven dando lugar a una expresión idéntica en quichua a manera de contacto de retorno (Haboud 1998, Haboud/Palacios 2017). Matras (2011) insiste en que los hablan-tes bilingües intentan contar con construcciones equivalentes en ambas lenguas, pero solo pueden hacerlo si logran identificar ítems paralelos como equivalentes traducibles

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15(Haase 1992). Casos como este, sin embargo, añaden una complejidad mayor a la categorización de los cambios inducidos por contacto de lo que se suele observar, por lo que es preciso contemplar el contacto lingüístico como una situación compleja y multidimensional, no como el efecto de una copia o de un traspaso automático de ítems o elementos de una lengua a otra.

Para terminar, afirmamos que la gramaticalización juega en general un papel clave en el contacto de lenguas, pero creemos entonces que la convergencia lingüística es un catalizador importante para producirla y acelerarla.

Presentamos en esta sección temática algunos procesos de gramaticalización en si-tuaciones de contacto que pueden ayudar a comprender mejor su naturaleza.

Así, Camus y Gómez Seibane abordan los procesos de gramaticalización en curso que experimentan ya y o así en la variedad de español en contacto con la lengua vasca, que adoptan valores modales y/o evidenciales de las formas vascas ba- y edo respectiva-mente. Los efectos lingüísticos de estos procesos incluyen el aumento de la frecuencia de uso de estas partículas, la ampliación de sus contextos de distribución y la incor-poración de valores emergentes que en las variedades de español sin contacto con el vasco no tienen (la evolución semántico-pragmática de ya preverbal como focalizador afirmativo y o así como partícula atenuadora del compromiso con lo enunciado).

Dankel y Soto Rodríguez analizan patrones prosódicos en situaciones de contacto a partir del estudio de caso de las construcciones enumerativas en español andino. Tras su análisis, concluyen que los formatos sintácticos de estas construcciones están estre-chamente relacionados con patrones del quechua, siendo esta lengua el catalizador de los cambios. El proceso de gramaticalización que describen incluye cambios formales y funcionales que ponen de manifiesto la necesidad de integrar el análisis prosódico en los estudios de contacto lingüístico.

Escobar estudia la gramaticalización de la construcción posesiva posesivo + N + de N (su iglesia del pueblo) en el español andino peruano. Su análisis muestra que esta adquiere una función atributiva innovadora en el marco del contacto del español y el quechua, que coincide con los contextos en los que el quechua favorece esa lectura atri-butiva relacionados con entidades inanimadas conectadas al mundo natural. La autora sugiere que se trata de un tipo de gramaticalización no descrito antes en los contextos de contacto lingüístico.

García Tesoro aborda la gramaticalización de los sistemas pronominales átonos de las zonas de contacto lingüístico a partir del caso del tzutujil. Considera que el contac-to con esta lengua acelera el proceso de gramaticalización en curso al que estos siste-mas están sometidos en español, produciendo una reorganización del paradigma y la generalización de determinadas formas (lo invariable y cero fonético para la marcación del objeto directo) que acercan el sistema a una concordancia objetiva y la alejan de las soluciones que se dan en otras zonas del español sin contacto lingüístico.

Garachana analiza la construcción haber de + infinitivo en el español en contacto con el catalán desde una perspectiva histórica. Concluye que el contacto con el catalán favoreció que la construcción desarrollara los valores deónticos que se perdieron en la

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16 variedad de español monolingüe precisamente por ser poco canónicos. Así, muestra que el contacto lingüístico consolidó la plena gramaticalización de haber de + infinitivo como perífrasis deóntica, dando como resultado la reestructuración del sistema peri-frástico modal del español de Barcelona.

Haboud se ocupa de las construcciones de gerundio con mandar con valor causa-tivo en el español andino ecuatoriano como un caso de gramaticalización por cons-truccionalización. La construcción adquiere valor causativo con lecturas causativas equivalentes a hacer al haber un causante que causa directa o indirectamente que otro cambie o altere su estado o actividad. El proceso de gramaticalización que describe Haboud es ciertamente novedoso, ya que en el español andino ecuatoriano se eliminan restricciones semánticas y sintácticas que la construcción tiene en otras variedades de español. La autora demuestra que la construcción es el resultado de un cambio indirec-to inducido por contacto, donde convergen las estructuras del español y del quichua para explotar posibilidades latentes en el español que se orientan hacia el quichua, creándose construcciones gemelas con nuevos significados.

Palacios y Pfänder analizan el valor (ad)mirativo del pluscuamperfecto en diferen-tes variedades de español: español de España o de Chile, español rioplatense y español de áreas de contacto lingüístico intenso (español andino boliviano y español paraguayo / nordeste argentino). Muestran que esta forma verbal experimenta un cambio en pro-greso a partir de caminos de gramaticalización recurrentes en las distintas variedades de español y dan cuenta de los distintos estadios que coexisten en esas variedades. Mues-tran, igualmente, que el contacto lingüístico puede ser un acelerador de los cambios en progreso, pero que puede también alterar los caminos previamente trazados para derivar en soluciones emergentes partir de caminos no explorados en variedades de español sin contacto.

Rosemeyer aborda el orden SV en las interrogativas del español caribeño compa-rándolas con las del portugués brasileño. Sus resultados muestran que el orden SV experimenta un proceso de actualización desde las oraciones declarativas hasta las in-terrogativas en ambas variedades, si bien en la variedad brasileña este proceso está más avanzado. Muestra igualmente cómo el orden SV en las interrogativas fue reanalizado como un marcador de relevancia personal y alude a la hipótesis del contacto con varie-dades afrohispánicas o afroportuguesas como explicación última de los cambios.

Esta sección temática reúne así por primera vez todo un abanico de situaciones de contacto del español con varias lenguas tanto en Europa como en América bajo la perspectiva de la gramaticalización haciendo hincapié en una gran pluralidad de temas gramaticales.

Tomar como lengua meta una solo lengua, a saber el español, supone una gran ventaja para ver con mucha claridad cómo los procesos de gramaticalización no solo están motivados por principios universales, sino también por el contacto con otras lenguas. De igual manera, se muestra también que el papel de la gramaticalización en situaciones de contacto varía bastante en función de las áreas y de las categorías gramaticales.

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| Stefan Pfänder es doctor en Lenguas Romances por la Universidad de Friburgo y obtuvo su habilitación como profesor en la Universidad de Halle. Actualmente ocupa una de las cátedras de lingüística en el Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Friburgo. Su investigación se centra en fenómenos lingüísticos actuales y cambios en proceso en lenguas romances con tres áreas de focalización: el español y el francés en contacto con otras lenguas, la sintaxis de las lenguas romances en la interacción multimodal y las narraciones colaborativas. Dirige el proyecto de investigación interdisciplinar “Synchronization in Embodied Interaction” en conjunto con Hermann Herlinghaus (antropología cultural), Class Lahmann (psicoterapia) y Carl Scheidt (psicoterapia corporal), financiado de forma conjunta por la Unión Europea y por el Freiburg Institute of Advanced Studies (FRIAS).

| Azucena Palacios es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y profesora de Lengua Española en esa misma universidad. Su investigación versa sobre contac-to de lenguas: español y lenguas amerindias. Dirige el proyecto de investigación “Español en contacto con otras lenguas: variación y cambio lingüístico” (<http://espanolcontacto.fe.uam.es/wordpress/>), así como el proyecto “Lenguas en contacto: español/portugués y lenguas ame-rindias” en la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL) y el grupo de investigación “Cambio lingüístico en situaciones de contacto” de la Universidad Autónoma de Madrid.

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Modalización por contacto en el castellano del País Vasco*

Modalization by Contact in the Basque-Spanish Variety

B RUNO CAMUS Universidad de Castilla-La Mancha, España [email protected]

SARA GÓMEZ SEIB ANE Universidad de La Rioja, Españ[email protected]

| Resumen: Este trabajo explica la gramaticalización de ya y o así, dos construcciones características del español en contacto con la lengua vasca. Se propone como desencadenante de este proceso la necesidad comunicativa de los hablantes bilingües de replicar los contenidos modales y/o evidencia-les de dos formas vascas, ba- y edo. A partir de ello, estos hablantes habrían recurrido a expresiones o estructuras percibidas como semejantes en español (ya y o así), lo que habría puesto en marcha un subtipo de gramaticalización por el que estas construcciones aumentan su frecuencia de uso, am-plían sus contextos de distribución y adquieren nuevos valores de carácter más general y abstracto.Palabras clave: gramaticalización, contacto de lenguas, español, lengua vasca, atenuación, mo-

dalización.

| Abstract: This paper shows the grammaticalization of ya and o así, two constructions of the Span-ish in contact with the Basque language. The communicative needs of the bilingual speakers to replicate the modal and evidential patterns of two Basque forms (ba and edo) trigger this process. These speakers would have identified forms and structures in Spanish (ya and o así) that they perceived similar to the Basque particles ba and edo. As a result, ya and o así increase in frequency, extend their distributional contexts, and acquire a more general and abstract meaning.Keywords: grammaticalization, language contact, Spanish, Basque, linguistic attenuation, mo-

dality.

* Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto “El español en contacto con otras lenguas II: variación y cambio lingüístico”, Ministerio de Economía y Competitividad (FFI2015-67034-P), dirigido por Azucena Palacios (Universidad Autónoma de Madrid).

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22 1. INTRODUCCIÓN

Entre las consecuencias del contacto de lenguas, se han descrito determinados cambios relacionados con la ampliación de las posibilidades semánticas, pragmáticas y distribu-cionales de ciertas estructuras de la lengua meta, o lengua replicada, bajo la presión de la lengua fuente o lengua modelo. Para algunos autores, estos cambios constituyen un subtipo de gramaticalización puesto que comparten la unidireccionalidad de la gramá-tica (Matras 2011). Nuestro objetivo es ilustrar este proceso de gramaticalización con dos construcciones características del español en contacto con la lengua vasca. Se trata de ya y o así, que además de percibirse como partículas frecuentes en la lengua hablada, presentan lecturas más allá de los valores semánticos temporales (1a) y aproximativos (1b) comunes en el español peninsular.

(1) a. —Y el tomate lo que haremos es así, eh, coger un tomate quitarle quitarle el rabo, eh, y nada, trozos así, que es que luego guisen fácil. —Claro / ¿no? —Ya nos da alegría el tomate también ¿eh?... (ETB Robin Food 1, CorpusPV).

b. Y luego, trabajando, pues si estaba un poco, que calentaba mucho el sol o así y me llevaban la comida, pues no la comía tampoco, porque estaba estragao (Gordexola-Bi, COSER) (Gómez Seibane 2018)1.

Para ello, este trabajo se estructura en cuatro apartados; tras esta breve introduc-ción, en § 2 se exponen las condiciones del proceso de gramaticalización en escenarios de contacto de lenguas, así como el importante papel que juegan las necesidades co-municativas de los hablantes en tales escenarios. La sección § 3 describe la situación de intenso contacto entre una lengua romance, el español, y una lengua de filiación aún hoy desconocida, la lengua vasca; asimismo, como ejemplos de procesos de gramati-calización por contacto se propone la evolución semántico-pragmática de ya preverbal como focalizador afirmativo y o así como partícula atenuadora del compromiso con lo enunciado. Finalmente, el trabajo se cierra en § 4 con una recapitulación de los prin-cipales aspectos planteados.

1 Algunos ejemplos remiten a las encuestas del COSER, identificadas por el lugar de grabación y las dos primeras letras de la provincia. Agradecemos a Inés Fernández Ordóñez, Carlota de Benito y Olga León el permitirnos acceder a los materiales no publicados de este corpus correspondientes al País Vasco. Otros ejemplos proceden de un corpus todavía en desarrollo, que estará disponible en la web Español en contacto con otras lenguas: Variación y cambio lingüístico (<http://espanolcontacto.fe.uam.es/wordpress/>) como parte del Corpus Oral de Referencia de Español en Contacto (COREC). Incluye hasta el momento quince horas de grabación con muestras de lengua hablada de entrevistas semi-dirigidas a informantes jóvenes de ámbito urbano. También está formado por extractos de diálogos informales y no guionizados de programas de la televisión vasca ETB.

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232. EL CAMBIO INDUCIDO POR CONTACTO

2.1. Gramaticalización y cambio inducido por contacto

El estudio de los desarrollos lingüísticos en situaciones de contacto resulta de enorme interés dado que ayuda a entender la dinámica general de las comunidades multilingües y, al tiempo, proporciona información valiosa en lo relativo a los problemas de la ad-quisición de lenguas y el comportamiento de los distintos tipos de hablantes bilingües y multilingües. Más allá de estas cuestiones vinculadas a la Sociolingüística y la Socio-logía del lenguaje, la Lingüística de Contacto resulta decisiva en el estudio del cambio lingüístico en tanto que entre sus objetos de estudio el análisis de los cambios inducidos por contacto es central y ha alcanzado en el último decenio especial desarrollo.

En este sentido, la relación entre este tipo de cambio inducido por contacto y los procesos de gramaticalización resulta ser un buen ejemplo de la relevancia de este campo de estudio para la teoría del cambio lingüístico. Desde los años últimos del siglo pasado autores de referencia en la teoría de la gramaticalización como Haase, Heine y Kuteva trataban de encajar el desarrollo de los cambios nacidos del contacto lingüístico (básicamente los casos de convergencia clásicos) en esquemas de evolución de características semejantes a los presentes en los procesos de gramaticalización típicos (Matras 2011: 283-284). También para esa clase de cambios se podía reconocer un proceso de expansión unidireccional de la estructura afectada que incluye el aumento de la frecuencia de aparición de un fenómeno, la ampliación de los contextos de dis-tribución, la aparición de nuevas categorías, así como nuevos valores de carácter más general y abstracto.

En esta línea, Matras (2009) ha dibujado un modelo más restringido y ajustado de lo que llama gramaticalización a través del contacto. El punto de partida es, efectiva-mente, el reconocimiento de la semejanza entre el modo en que avanza la gramatica-lización y las fases de difusión de los cambios sintácticos en condiciones de contacto. En este marco, estos últimos pueden considerarse un subtipo de gramaticalización, lo que permite clasificarlos, como prefiere Matras, como innovaciones debidas en lo fun-damental a las características del propio sistema lingüístico en que se producen, esto es, cambios de naturaleza interna y no generados desde fuera por factores externos. El contacto con otras lenguas crea condiciones ideales para la aparición de este tipo de innovaciones y actuaría como un potente catalizador que alimenta los mecanismos que las ponen en marcha (Matras 2009: 240-245). En palabras de Palacios (2014: 282), el cambio por contacto puede actuar de acuerdo a condiciones internas de la lengua meta y sobre áreas de su gramática particularmente inestables, con alto grado de variación interna. El contacto dispara el cambio en una dirección condicionada solo en parte por lo que hay en la lengua fuente y se desarrolla, sin embargo, de acuerdo a pautas habituales en la lengua meta, que, como hemos señalado, recuerdan a las de la grama-ticalización. Se trata, por tanto, de cambios que pueden ser descritos como cambios indirectos por contacto (Palacios 2014).

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24 2.2. El papel de los hablantes

Entre los mecanismos que impulsan cambios de esta naturaleza ocupan un lugar prin-cipal las necesidades comunicativas de los hablantes en contextos de contacto. Para Matras (2009) estos hablantes bilingües (o multilingües) tratan de resolver sus exigen-cias comunicativas recurriendo a la revisión exhaustiva de las estructuras presentes en la lengua fuente o modelo y la comparación con las de la lengua meta que tratan de replicar en busca de esquemas sintácticos cercanos y reconocibles y, por tanto, adecua-dos. La identificación de estas estructuras aparentemente similares favorece su intro-ducción más o menos adaptada en la lengua meta, lo que constituye un primer paso en el desarrollo de la variación y el cambio por contacto.

Al respecto de este mecanismo denominado “efecto de similitud”, Palacios/Pfän-der (2014: 234) insisten en el papel central de este factor como impulsor del cambio sintáctico por contacto, más allá de la efectiva diferencia o distancia tipológica entre las lenguas presentes en la situación. Donde los lingüistas no ven coincidencias ni se-mejanzas estructurales, los hablantes pueden percibir o detectar similitudes aparentes o superficiales que, sin embargo, les resultan suficientes para construir en la lengua meta réplicas eficaces de las que tienen de hecho en la lengua fuente. La emergencia, entonces, de estructuras innovadoras que van más allá de las que sirven de modelo descansaría, en última instancia, en estos efectos de (aparente) similitud.

Un último factor crucial en la aparición y desarrollo de estos procesos de variación y cambio sintáctico por contacto de consecuencias profundas para la lengua meta resi-de, esta vez sí, en un factor externo. Se trata de la naturaleza de la situación de contacto en relación con su intensidad, duración en el tiempo, la extensión y el tipo de bilin-güismo existente, la presencia de procesos de desplazamiento o, incluso, sustitución de lenguas. Efectivamente, el caldo de cultivo ideal para la aparición de procesos de cambio sintáctico como los descritos es el contacto intenso y duradero, en el que se viene dando desplazamiento y sustitución de lenguas, lo que supone en algún mo-mento interrupción de la transmisión de la lengua materna en beneficio de una lengua socialmente más prestigiosa. Con frecuencia, todo esto supone, además, la adquisición tardía y no reglada de esta nueva lengua, lo que da lugar a grupos de bilingües no equi-librados con competencia imperfecta o precaria de la segunda lengua.

3. DOS CAMBIOS INDIRECTOS POR CONTACTO EN EL ESPAÑOL HABLADO EN EL PAÍS VASCO

En este apartado prestaremos atención a dos cambios en marcha en el español hablado en el País Vasco que encajan en el tipo de cambios indirectos por contacto que acaba-mos de describir. Encontraremos en ambos casos las condiciones externas requeridas de intenso contacto lingüístico, como veremos inmediatamente. Asimismo, mostrare-mos que las modificaciones sobre la lengua meta, el español peninsular en este caso,

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25pudieron tener como punto de partida la necesidad de remedar usos de tipo modal o evidencial presentes en la lengua fuente, el euskera, mediante el recurso a estructuras aparentemente semejantes a estas en español. De ello se deriva un desarrollo que inclu-ye, como en los procesos de gramaticalización, la expansión de estas estructuras en la lengua meta, la ampliación de sus condiciones de uso y la aparición de interpretaciones nuevas de naturaleza más abstracta.

3.1. Contacto de lenguas en el País Vasco

Un requisito imprescindible en el desarrollo de cambios por contacto del tipo de los mencionados en § 2 es un contexto de contacto lingüístico duradero, intenso e, in-cluso, con cambio de lengua. Es, efectivamente, la situación que se viene dando en la zona vasca desde finales de la Edad Media (Camus/Gómez Seibane 2012, Camus 2013a). En efecto, en el territorio actual de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra, junto a una lengua románica como el español, se encuentra otra lengua, el euskera, de origen no establecido, pero, en cualquier caso, no indoeuropea y con características tipológicas y gramaticales considerablemente diferentes. La convivencia entre ambas lenguas comienza con la romanización y se hace más intensa a partir de finales de la Edad Media. Desde entonces, la expansión del romance de tipo castellano ha supuesto la sustitución del euskera por esta modalidad en buena parte de las áreas occidentales y centro-meridionales del antiguo territorio vascófono. Se trata de un proceso que se desarrolló a nivel local y de manera espontánea en las zonas de la frontera lingüística y que desde finales del siglo XIX se intensificó hasta incluir el interior de las actuales zonas de habla vasca al incorporar un mecanismo tan poderoso como la extensión de la enseñanza obligatoria en español.

Este largo proceso de desplazamiento y sustitución de lengua supone la existencia en distintos momentos y en cada una de las zonas afectadas de un intenso contacto entre español y vasco. La profundidad de este contacto incluía necesariamente la pre-sencia de un número creciente de bilingües imperfectos que acabaron finalmente por interrumpir la transmisión de su lengua materna, el vasco, en beneficio de la lengua adquirida, el español, a sus descendientes. Se trata de una situación que propició a lo largo de mucho tiempo y en diversas áreas un intercambio entre las dos lenguas afec-tadas cuantitativa y cualitativamente muy importante.

Uno de los resultados de todo ello es la variedad conocida como castellano del País Vasco (en adelante, CPV), de constitución ciertamente compleja (Camus 2013a). Se trata de un continuo de modalidades lingüísticas con rasgos de frecuencia y difusión muy variada en función de factores geográficos e históricos —desde zonas de castellanización más antigua a zonas de castellanización muy reciente—, y sociolingüísticos —jóvenes con acceso creciente al español estándar de los medios y la enseñanza, en contraste con generaciones mayores con acceso más limitado a esta misma lengua, y que apenas la dominaban—. En definitiva, condiciones relacionadas en última instancia tanto con la mayor o menor exposición al euskera, como con la convivencia con las hablas castellanas

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3.2. Foco afirmativo: ya preverbal en CPV

El adverbio ya del español general presenta valores diversos, pero, en términos ge-nerales, como explican Ciriza/Shappeck/Romero (2016: 102-105), su interpretación habitual es temporal y así se registra en casi cualquier posición en la oración (2) a continuación:

(2) Yo (ya) he hecho (ya) mis tareas (ya).

Además, otro uso de cierta frecuencia es el descrito como modal, normalmente preverbal (Ciriza/Shappeck/Romero 2016: 102-105). En estos casos ya sirve para en-fatizar una información respecto de cuya verdad el hablante manifiesta un alto grado de certeza y compromiso, y recuerda a otros adverbios asertivos o afirmativos como ciertamente o realmente en el siguiente ejemplo:

(3) Ya (ciertamente) se sabe que Muti está acostumbrado a las viejas producciones de la Escala, pero su actitud me sigue pareciendo poco profesional (Ciriza/Shappeck/Romero 2016: ej. 18, apud Wilk-Racieska 2012).

Esta interpretación epistémica enfática está bastante limitada y solo resulta habitual con verbos como saber (3) o en expresiones casi fijas como ya ves o ya me gustaría (4) a continuación:

(4) a. Ya ves qué ha pasado, se veía venir. b. Ya me gustaría tener un coche semejante.

En el CPV, muy especialmente en las hablas de mayor exposición al contacto con el euskera, estos últimos usos modales en posición exclusivamente preverbal se en-cuentran abundantemente con una mayor variedad de verbos y en contextos poco habituales en español general (Oñederra 2002: 271 y 2004: 1108; Camus 2012 y 2013b; Ciriza/Shappeck/Romero 2016). Ya funciona aquí como un marcador de la modalidad afirmativa de la oración (5), equivalente a términos de polaridad positiva como sí o sí que, por los que puede efectivamente ser sustituido en español general —o también, como en (4) por ciertamente o realmente, entre otros—.

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27(5) a. Mikel jugó bien, pero ya (sí que, ciertamente) hubo algún otro mejor. b. Con lo bien que está jugando, ya (sí que, ciertamente) ganará la Real esta tarde ¿no?

Pero más allá de la mayor versatilidad de estos usos modales en el País Vasco, en el CPV hay un tercer uso que resulta ciertamente muy marcado para un hablante de español. Se trata de casos en que ya permite traer a colación y focalizar nueva informa-ción o nuevos temas en un discurso (6), temas que, de este modo, reciben al tiempo un cierto resalte:

(6) Soy nuevo en el foro, me acabo de registrar […], aunque ya he solido meterme aquí para leer cosillas (Xapaburu en un foro Internet, 22 febrero 2012).

Semejante uso parece vinculado con los de naturaleza afirmativa citados antes, pero va algo más allá en tanto que puede encontrarse abundantemente, por ejemplo, con interrogativas totales (Ciriza/Shappeck/Romero 2016: 125-126), caso en el que resul-tan especialmente visibles la introducción de un nuevo tema en el discurso, el carácter focal y el énfasis, como muestra el ejemplo (7) a continuación:

(7) a. — ¿Ya hay caldo en Casa Pedro? — Ya hay, ya hay, no te preocupes por eso (Ciriza/Shappeck/Romero 2016: ej. 34).

b. [E]s que el otro día estuve mirándole la presión de las ruedas al coche/que es una cosa que no hago nunca/y me dice Elio/“oye ¿ya miras la presión de las ruedas?” (ETB Robin Food 1, CorpusPV).

Según Camus (2012: 228-229) y Ciriza/Shappeck/Romero (2016: 103-104), es-tos usos vascos de ya están muy cerca de los disponibles en euskera para la partícula afirmativa ba-. En primer lugar, ba- es un prefijo preverbal y su posición resulta, pues, idéntica a la de ya en el CPV. Además, se utiliza con valor afirmativo y de manera enfática en oraciones declarativas (8a), como el ya vasco de (5), especialmente cuando se trata de contradecir informaciones anteriores (8b). Y, finalmente, aparece también en interrogativas totales (8c), en coincidencia con el empleo de ya en el CPV de (7).

(8) a. Zuri Argiñano gustatzen zaizu, hori badakit. túDAT. Argiñano gustar AUX.2sing. eso AFIRM.saber1sing. ‘A ti Argiñano te gusta, eso sí lo sé.’ b. — Ez dozu ikusi, bada. — Badot ikusi. no AUX2sing. ver entonces AFIRM.AUX1.sing. ver ‘— No lo has visto entonces. — Sí lo he visto.’ (Camus apud Hualde/Ortiz de Urbina

2003). c. Badaukazu ogirik etxean? AFIRM.tener2sing panPARTIT. casaINESIV. ‘¿Tienes pan en casa?’

Teniendo en cuenta estos datos, cabe plantear para el principio del desarrollo mo-derno de ya en el CPV una situación en la que ciertos hablantes bilingües trataron

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A partir de ahí, podemos suponer un desarrollo que, ahora sí, guarda alguna re-lación con la gramaticalización clásica. Efectivamente, este ya del español general se extiende en las variantes vascas y se hace más frecuente, puede aparecer en nuevos con-textos combinado con verbos poco habituales (5), lo que asienta una caracterización diferente como partícula modalizadora (afirmativa). Además, desarrolla una función completamente nueva en la que el papel focalizador se extiende hasta introducir nuevos temas en un discurso y enfatizarlos, tanto en oraciones declarativas como en interro-gativas (6)-(7). Así, podemos describir este desarrollo local de ya del siguiente modo: adverbio temporal > adverbio modal de distribución limitada > partícula modalizadora > partícula focalizadora. A lo largo de este proceso evolutivo ocurre una progresiva ampliación de usos desde los más léxicos y especializados de carácter temporal hasta los más generales de tipo funcional y discursivo, como se sugiere en Ciriza/Shappeck/Romero (2016: 135). En definitiva, la evolución innovadora de ya en el CPV sería un caso de cambio indirecto inducido por contacto.

3.3. Atenuación del compromiso con lo enunciado: o así en CPV

El llamado adverbio de foco aproximativo está formado por la conjunción disyuntiva o y el adverbio así y resulta de la reducción de la construcción de reformulación aproxi-mativa de semejanza o algo así. En coincidencia con esta, o así se pospone a lo formula-do y requiere que la imprecisión que se deja a la inferencia del oyente mantenga cierta conexión con lo expresado previamente (Sánchez Jiménez 2015). Por ejemplo2, con la reformulación de (9) el hablante desdibuja la referencia temporal dada en el sintagma previo (9a), los aspectos relacionados con la constitución de la forma, dimensión o ca-pacidad de una entidad (9b), así como la ubicación geográfica (9c). El hablante es, por tanto, voluntariamente vago al crear un espacio de imprecisión a partir de los límites referenciales o nocionales del elemento reformulado.

(9) a. Que llegaréis aquí a las nueve y media o así. b. Un grupo amplio, ¿no?, seríamos quince personas o así. c. El pleito es por un francés de la Martinica, o así, llamado Karembeu (Gómez Seibane

2018: 10).

2 En los ejemplos que siguen, la expresión o así aparece en cursiva y el elemento sobre el que incide se subraya.

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29Otras reformulaciones añaden nuevas referencias que no anulan lo previamente formulado, pero que amplían inespecíficamente lo expresado. Así, en (10) la reformu-lación de un referente concreto (jamón york) desencadena en el oyente la conexión con otros referentes posibles relacionados con este e integrados en su ámbito referencial, el de los fiambres sanos o ligeros. Este mecanismo de reformulación difusa se emplea por razones de estrategia argumentativa y/o cortesía y, en último término, por la necesidad del hablante de adaptarse al oyente (Albelda/Cestero 2012). En efecto, la operación de difuminar la cantidad o cualidad de lo dicho y del decir, es decir, la atenuación, es una estrategia argumentativa que se inserta en el marco de las actividades dirigidas a lograr el acuerdo o la aceptación del otro (Briz 2005).

(10) Jamón york o así jamón york o eso, pero el chorizo es muy fuerte (Gómez Seibane 2018:12).

En el CPV se encuentran los significados de modulación y adición descritos, e igualmente responden a una estrategia argumentativa de atenuación de lo formulado. Así sucede en enunciados relacionados con la reformulación de las dimensiones de una entidad (11a), la localización imprecisa (11b), o la orientación de lo expresado hacia otros destinos de vacaciones, como la piscina o el monte (11c).

(11) a. Somos catorce o así en la oficina (Laudio-Ar, CorpusPV). b. Pues ya serían de Madrid o así (Burgelu-Ar, COSER). c. Luego siempre aprovecho y nos vamos algunos días a Portugal o vamos algunos días

de playa o así, depende (Elgoibar-Gi, CorpusPV).

Sin embargo, en otros enunciados del CPV la reformulación no implica ni la mo-dulación de la referencia ni la adición de uno o varios conceptos afines. La reformula-ción en estos casos sirve para atenuar la fuerza ilocutiva de un acto de habla, tanto en la expresión de certezas como de juicios y opiniones del hablante. Como ilustración de lo anterior, en (12a) el aproximativo o así no pretende sugerir otros contenidos rela-cionados con los viajes largos, sino rebajar el compromiso epistémico del hablante con los hechos descritos. En la misma línea, la secuencia reformulada en (12b), que te da como más pereza salir, es una estrategia de atenuación de la opinión del hablante, tanto para proteger su imagen de enunciados categóricos, de correcciones, o de la expresión de desacuerdo, como para mitigar las posibles amenazas a la imagen o a la conducta del oyente.

(12) a. Subimos a Salamanca, estuvimos dos o tres días en Salamanca y luego ya vinimos para aquí. Cuando toca un viaje largo o así, solemos repartir y en vez de ir una semana va-mos diez doce días y vas conociendo los sitios y creo que es mejor que hacerlo de una tirada (Elgoibar-Gi, CorpusPV).

b. Solemos ir [al cine] pero igual más en invierno, que te da como más pereza salir o así, pero tampoco solemos ir mucho porque encima en Llodio no hay cine (Laudio-Ar, CorpusPV).

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30 Los datos analizados permiten comprobar, además, que o así es una expresión mucho más frecuente en la zona de contacto con la lengua vasca que en el centro y sur peninsu-lar, y que está muy presente en zonas semiurbanas del País Vasco y en hablantes de nivel medio de instrucción entre 25 y 50 años, lo que es indicativo de su vitalidad y producti-vidad de uso (Gómez Seibane 2018).

Para la evolución de o así en el CPV existe, por un lado, una motivación lingüística interna a partir del desarrollo semántico-pragmático de o así en el español general y, por otro lado, un desencadenante externo, que es el contacto lingüístico. En efecto, en len-gua vasca la conjunción disyuntiva edo ‘o’ presenta valores pertenecientes al dominio de la evidencialidad —entendida en sentido amplio (Chafe 1986) —, que incluye tanto la fuente de información como una estimación de su fiabilidad (Alcázar en prensa). Así, en euskera existen inferencias aproximadas (13a), que en castellano se parafrasean por o asi (Hualde/Ortiz de Urbina 2003: 856); inferencias debilitadas (13b) basadas en los juicios del hablante; y actos directivos (13c) cuya fuerza ilocutiva se ha mitigado por la presencia de la partícula edo.

(13) a. Goizeko hamaikak edo ziren. mañanaGEN. onceABS. INFER. AUX.ser3pl. ‘Eran las once de la mañana o así’. b. Egia esan, ez dira keinuak, gehienak verdad decir no AUX.ser3pl. signos mayoría adierazpide mimikoak edo dira. expresión mímica INFER. AUX.ser3pl. ‘A decir verdad, no son signos, la mayoría me parecen expresiones mímicas’. c. Etorri edo (!?) (Alcázar en prensa: ejemplos 31, 37 y 41). venir INFER. ‘¿Por qué no vienes?’

En consecuencia, los hablantes bilingües habrían trasladado al CPV las categorías de modalidad y evidencialidad que en lengua vasca son posibles e importantes para la comunicación, como se expone en (13), y este rasgo se habría incorporado en la variedad de castellano de la zona. Como resultado, o así habría ampliado tanto su significado (modulación/adición > distancia) como su valor discursivo (atenuador del contenido proposicional > atenuador de la fuerza ilocutiva) que, junto a la reducción de la sustancia fonética de esta expresión (o algo así > o así), nos lleva a proponer un proceso de grama-ticalización, en el marco de una situación de contacto que tiene en cuenta la motivación cognitiva y conversacional de los hablantes para participar en la réplica de patrones lin-güísticos en el marco del contexto comunicativo (Matras 2011).

4. COMENTARIOS FINALES

En este trabajo se han analizado dos cambios en marcha en las partículas del CPV ya y o así, cuyo punto de partida es la necesidad comunicativa de los hablantes bilingües

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31de replicar los contenidos modales y/o evidenciales de las formas vascas ba- y edo, para lo cual recurren a estructuras en apariencia semejantes a estas en español. De esta (supuesta) semejanza se deriva un proceso de expansión unidireccional, considerado desde la Lingüística de Contacto un subtipo de gramaticalización por el que tanto ya como o así aumentan su frecuencia de uso, amplían sus contextos de distribución y adquieren nuevos valores de carácter más general y abstracto.

En efecto, cumplidas las condiciones externas necesarias de intenso contacto entre el español y la lengua vasca, los hablantes bilingües reproducen los usos modales de ba- en el adverbio ya del español, que, más allá de su uso como adverbio temporal, funciona como partícula modalizadora de interpretación enfática con determinados verbos y en ciertas expresiones fijas (ya ves o ya me gustaría). A partir de estos usos, en el CPV ya en posición preverbal aumenta su frecuencia de aparición como partícula modalizadora y amplía su significado como partícula discursiva focalizadora para la introducción enfática de nuevos temas en el discurso. El proceso evolutivo de este ele-mento se ha esquematizado del siguiente modo: adverbio temporal > adverbio modal de distribución limitada (español peninsular/CPV) > partícula modalizadora (CPV) > partícula focalizadora (CPV).

Por otro lado, los hablantes bilingües habrían trasladado los valores de modalización epistémica o evidencialidad, en sentido amplio, presentes en la conjunción disyuntiva edo al adverbio de foco aproximativo o así del CPV. Esta expresión, que en español sirve para la reformulación aproximada del elemento precedente y que constituye un recurso de atenuación del contenido proposicional, en el CPV muestra una notable frecuencia de uso, así como una ampliación tanto de su significado (distancia), como de su valor discursivo (atenuador de la fuerza ilocutiva). El proceso de gramaticaliza-ción de o así podría sintetizarse de la manera que sigue: adverbio de foco aproximativo/atenuación de lo dicho (español peninsular/CPV) > partícula de distancia/atenuación del acto de habla (CPV).

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SÁNCHEZ JIMÉNEZ, Santiago U. (2015): “La reformulación aproximativa en construcciones del tipo o algo así”, en: Actas del X Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española. Zaragoza: Universidad de Zaragoza.

| Bruno Camus Bergareche es doctor en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid. Es profesor de Lengua Española en la Facultad de Letras de la Universidad de Cas-tilla-La Mancha en Ciudad Real. Su actividad investigadora se ha centrado en la sintaxis dia-

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33crónica del español, la morfología descriptiva y en los últimos años se ha dirigido a los estudios de contacto de lenguas y, en particular, al contacto entre el español y la lengua vasca. Sobre esta cuestión ha coeditado con S. Gómez Seibane El castellano del País Vasco (2012) y ha publicado diversos artículos de investigación sobre distintos aspectos de esta modalidad dialectal.

| Sara Gómez Seibane es doctora en Filología Hispánica (Universidad de Deusto). Ha sido profesora de Lengua española en la Universidad de Castilla-La Mancha (2007-2014) y desde 2014, en la Universidad de La Rioja. Su actividad investigadora se centra en la (morfo)sintaxis del español en un amplio marco cronológico y con especial atención al contacto del español y la lengua vasca. Sobre esta cuestión ha coeditado con B. Camus El castellano del País Vasco (2012) y es autora de varias monografías y artículos de investigación sobre los pronombres átonos.

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Patrones prosódicos en construcciones enumerativas: una visión desde la perspectiva del contacto español/quechua

Prosodic Patterns in List Constructions – A View from the Perspective of Spanish-Quechua Language Contact

PHILIPP DANKEL Universität Basel, [email protected]

MARIO SOTO RODRÍGUEZ Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, [email protected]

| Resumen: En esta contribución analizamos las construcciones enumerativas como formato preestablecido en el quechua, el español andino y el español peninsular. Nos enfocamos en el rol de los patrones prosódicos de estas construcciones en situación de contacto lingüístico y consideramos su rutinización de forma y función en perspectiva amplia como fenómeno de gramaticalización. Nuestros datos sugieren un vínculo estrecho entre los formatos sintácticos de las construcciones enumerativas del español andino y los patrones prosódico del quechua. En el español andino, desarrollan una versión más pragmatizada gracias al reforzamiento de la función icónica en la duración vocálica de la penúltima sílaba en cada ítem; además, se observa un nuevo itinerario de subjetivación con un matiz de autoridad epistémica mediante una acentuación en las primeras sílabas de un ítem. Se trata de cambios construccionales (Tr-augott/Trousdale 2013) que promueven nuevos itinerarios de gramaticalización en el español andino (en el sentido de Traugott 2010) y que divergen respecto al proceso de subjetivación del español peninsular.Palabras clave: enumeración, lista, gramaticalización por contacto, prosodia, construccio-

nes, cambio construccional, español andino, quechua.

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36 | Abstract: In this contribution, we analyze list constructions as pre-established schemas in Quechua, Andean Spanish and peninsular Spanish. Focusing on the role of their prosodic patterns in a language contact scenario, we consider routinization in form and function of theses units as a process of grammaticalization in a broad perspective. Our data suggests a strong entanglement between Andean Spanish syntactic patterns and the prosodic patterns from Quechua. This leads to new construction types in this variety: one more pragmatical-ized version, through the strengthening of the iconic function in the vocal lengthening of the second to last syllable of every list item; another one that follows a new subjectivization path through the development of functions claiming epistemic authority by the accentuation of the first syllables of the last word of every list item. In comparison to the subjectivization process that we find in peninsular Spanish lists, these observations can be seen as processes of constructional change (Traugott/Trousdale 2013) that foster new grammaticalization paths for lists in Andean Spanish (in the sense of Traugott 2010).Keywords: List constructions, contact induced grammaticalization, prosody, construccions,

constructional change, Andean Spanish, Quechua.

1. INTRODUCCIÓN

Estudios sobre el rol de la prosodia en construcciones gramaticales y desde perspectivas que van más allá de la frase, son todavía un desiderátum (Selting 2010). Sin embargo, las investigaciones contemporáneas en el ámbito de la lingüística interaccional (c.f. Couper-Kuhlen/Selting 2001, 2018) y las ramas interaccionales de la gramática de construcciones (Günthner/Imo 2006) muestran que los elementos supra-segmentales no solo tienen funciones distintivas, sino también sufren procesos de rutinización de forma y función, que se pueden considerar en perspectiva amplia como fenómenos de gramaticalización. Por ello, auguran resultados prometedores para los estudios que incluyen la prosodia y patrones más amplios para el contacto de lenguas.

Este campo de investigación resulta inusual para el contacto lingüístico en la zona andina. Por tanto, el propósito de este artículo es realizar un aporte al análisis de fenó-menos de contacto que van más allá del nivel morfosintáctico. Como estudio de caso, el análisis de patrones prosódicos en construcciones enumerativas se presta muy bien para nuestro objetivo, porque enumerar o listar es una práctica de estructuración de ideas universal, documentada en varias lenguas (Sánchez Ayala 2003: 324) y realizada por los hablantes como formato preestablecido (Knerich 2013), donde la prosodia juega un rol crucial (Selting 2007). Por estas características cualifica como tertium comparationis entre el español peninsular, el español andino y el quechua.

En lo siguiente, primero caracterizamos las construcciones enumerativas como for-mato preestablecido y el rol de la prosodia en él. Esbozamos brevemente los trabajos anteriores sobre prosodia de listas en español y los aspectos esenciales de la prosodia quechua y prosodia en contacto. Después presentamos nuestra recopilación de datos

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37y analizamos ejemplos seleccionados con carácter representativo. La discusión de los resultados va a mostrar que los formatos sintácticos de las construcciones enumerativas en el español andino están enlazados con patrones prosódicos estrechamente vincula-dos al quechua. Estos patrones, que desarrollaron nuevos contornos en comparación con el español peninsular, vienen además acompañados de nuevas funciones de la construcción enumerativa en el nivel pragmático-discursivo. Inducido por el contacto lingüístico, en el español andino cambia la construcción enumerativa en la prosodia y en el repertorio funcional, un cambio construccional (Traugott/Trousdale 2013) que promueve un nuevo itinerario de gramaticalización (en el sentido de Traugott 2010 e.o.) y que diverge del proceso de subjetivación respecto al español peninsular. El que-chua tiene el rol de catalizador en este nuevo desarrollo en el formato enumerativo. Ejemplificamos así la necesidad de integrar el análisis prosódico en los estudios de cambio y contacto lingüístico.

2. MARCO DE REFERENCIA

2.1. Construcciones enumerativas como patrón preestablecido y el rol de la prosodia

Para la interacción comunicativa “hacer listas” se describe como una práctica de deta-llar un estado de cosas a través de, por ejemplo, una elaboración, una explicación, una ejemplificación o una ilustración. Se clasifica en primer lugar en listas cerradas y listas abiertas. En las listas cerradas, el formato enumerativo indica un número finito de ítems, gracias a una proyección anticipada del número de elementos o por un descenso gradual del F0 (tono fundamental) en los contornos prosódicos de cada elemento. Las listas abiertas en cambio, que constituyen mayormente más que una solo unidad de construcción de turno, por la forma como están presentadas, indican que el número de elementos de la categoría representada está abierto y que los ítems articulados sirven como meros ejemplos de un grupo más grande (Selting 2007: 499, 505)1.

Las construcciones enumerativas tienen una estructura con un esquema fijo com-puesto por una itemización (cuerpo) claramente diferenciada como unidad de los enunciados circundantes (Knerich 2013: 99), y a su vez se componen de una parte introductoria y de un cierre. Constituyen formatos preestablecidos a los que se ac-cede holísticamente (Sánchez Ayala 2003), resultan de objetivos cognitivo-interac-cionales comunes a los interlocutores y están rutinizados en formatos similares en diferentes lenguas (Sánchez Ayala 2003). Selting (2007: 516-522) describe la pro-sodia como aspecto crucial para este formato e indica que su realización puede ser

1 Para el alemán, por ejemplo, Selting identifica seis contornos principales para señalar ítems de listas abiertas (2007: 506-508). Para el español, Sánchez Ayala menciona tres contornos (2003 cfr. nota al pie 6 para más detalles).

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38 reconocida solo gracias a patrones prosódicos. No obstante, estos patrones, paralelos en cada ítem, frecuentemente están acompañados también por un paralelismo sin-táctico y una compatibilidad semántica entre los ítems de la lista. Prototípicamente las listas contienen tres elementos, con los cuales los participantes de una conversa-ción tienden a orientarse en la organización de su discurso y en la toma del turno de habla. El último elemento en muchos casos es un elemento generalizador como todo o y tal. Para ilustrar este esquema, podríamos pensar en listas como Puede que faltara a clase el día que dieron la teoría de los instrumentos: es decir, precisión, resolución, repetibilidad y todo eso2. La prosodia es el factor decisivo para el reconocimiento de construcciones enumerativas en la conversación, pero no es un componente invaria-ble. Selting (2007: 523) muestra que los contornos prosódicos pueden variar en las listas abiertas, pero el contorno inicial se repite en cada caso para que se reconozca como una entidad enumerativa cohesiva3. Esta observación no solo indica una po-sibilidad ampliada de una variación situacional de patrones prosódicos en listas, sino también una variación funcional. Además, nos sugiere que la base para una nueva gramaticalización de construcciones enumerativas en situaciones de contacto se encuentra en las listas abiertas, porque ofrecen más oportunidades de variación estructural, también en combinación con la sintaxis y el léxico.

2.2. Prosodia en listas españolas

En los estudios sobre listas en español, varios autores ya han reportado datos de cierta variación en los contornos prosódicos basados en las subidas o bajadas sistemáticas del F0, pero nadie se ha enfocado hasta ahora en la pregunta sobre hasta qué punto esta variación conduce hacia una variación funcional estable y, si es así, cuáles son los factores que promueven este desarrollo.

Se han identificado pautas prosódicas bien definidas que parecen funcionar de ma-nera general (Quilis 1993 y Navarro Tomás 2004)4, aunque la mayoría de estos resulta-dos se basan en la variedad estándar peninsular. También se han constatado variaciones geolectales para el español de México, de Gran Canaria y de Puerto Rico, donde la variación del carácter ascendente, descendente o suspendido entre los contornos pro-sódicos dentro de los elementos de una misma lista es diferente al español peninsular (Quilis 1993: 475-483). Moreno Fernández (2005) diagnostica una clara dimensión sociolingüística relacionada con la entonación de construcciones enumerativas y varia-bles extralingüísticas como sexo/género, edad y nivel de estudios5.

2 https://www.zettlex.com/es/articles/precision-resolucion-repetibilidad.3 Según Selting (2007: 523), la prosodia en listas cerradas, al contrario, se puede delimitar a una varia-

ción restringida. Esta mayormente contiene un descenso gradual del F0 de un ítem al otro. 4 Los autores constatan por ejemplo un gran descenso del F0 en el último término, característico de

listas completas o su ascendencia en el último, si la enumeración precede al verbo de la frase.5 Se puede hablar de un alto nivel de sedimentación de formatos sintáctico-prosódicos según el grupo

de hablantes.

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39Adicionalmente, se ha documentado el empleo selectivo de rasgos prosódicos (es-pecialmente en las últimas sílabas de cada elemento) con valores pragmático-discur-sivos, como la localización del foco (Vázquez Laslop/del Rio 1996), la expresión de continuidad de hilo discursivo y certidumbre de congruencia de elementos (Hidalgo Navarro 2008), y la marcación de una posible extensión de miembros de una categoría nocional en una lista (Sánchez Ayala 2003)6.

2.3. Prosodia y contacto en el quechua

Para el quechua, no contamos con antecedentes que hayan tratado listas como un tema específico; mucha de la información sobre el tema sin embargo está mencionada en referencias a la prosodia, acentuación y entonación. Estos estudios dan cuenta de la acentuación en la penúltima sílaba de una palabra, hecho que suele asumirse como una regla general (Weber 1989, Cusihuamán, 2001, Levengood/Larsen 1982, Sun 2014). En el discurso, sin embargo, según los pocos estudios empíricos entre los cuales destaca el trabajo de Hintz (2006), las pautas de acentuación parecen determinadas por facto-res estructurales, pragmáticos y discursivo-enfáticos7.

Para nuestra investigación interesan dos aspectos mencionados en el trabajo de Hintz sobre algunas variedades del quechua: en cuanto a la acentuación final, se re-porta la elevación del F0 en la última sílaba de una palabra final en casos de énfasis especial para preguntas confirmativas sí/no, para algo inusual que se va a decir, y para enumerar elementos adicionales de una lista de los cuales ya se ha mencionado varios (Hintz 2006: 515). Estos fenómenos entonces no son una excepción, como fue clasi-ficado por los autores mencionados arriba para casos similares8. Asimismo, se reporta casos de alargamiento vocálico con valor fonológico especialmente en posición final de palabra9.

6 El autor evidencia una regularidad de contornos del F0 para ítems de listas en el español peninsular y documenta tres tipos: uno para listas cerradas (con elevación del F0 en la sílaba nuclear del contorno de un ítem, seguido de una bajada en la siguiente sílaba) y dos para listas abiertas, caracterizadas por una extensión vocálica después de la sílaba nuclear (en el primero hay una elevación del F0 en la sílaba prenuclear que baja otra vez en la sílaba nuclear, seguido por una meseta; en el segundo caso hay una elevación del F0 en la sílaba nuclear seguido por una meseta).

7 Hintz (2006) y O’Rourke (2008) reportan la acentuación en la penúltima sílaba solo para casos elicita-dos en el Sur de Conchucos y Cuzco, respectivamente. En el discurso en cambio, Hintz (2006) registra la acentuación prominente en la sílaba inicial y una acentuación secundaria en la penúltima sílaba y en sílabas alternativas. Esta autora observa además la acentuación en dos sílabas adyacentes, un fenómeno raro de acentuación que se da en las dos primeras sílabas adyacentes al inicio de una palabra.

8 Estos se referían a construcciones interrogativas, imperativas, enfáticas y a determinados morfemas como el topicalizador -qa y el conjetural -chá.

9 Estos casos se consideran una innovación por pérdida de una consonante intervocálica (ča:šaq ‘lle-garé’< čaya ‘llegar’+šaq ‘futuro’) o por pérdida de una consonante final de sílaba compensada con alargamiento de la vocal precedente (raqa: ‘house in ruins’< raqay,) y se restringen a variedades del quechua central de Perú así como en diversas variedades del quechua IIA: Pacaraos, Lincha, Laraos (Cfr. Adelaar 1984: 29-30).

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40 Las referencias sobre el contacto quechua/español a nivel prosódico y de acentua-ción son escasas. Recién en los últimos años los aspectos suprasegmentales recibieron más atención. Mutendam/Torreira (2016) en su estudio sobre foco y prosodia en sin-tagmas nominales de español y quechua, dan cuenta de una transferencia prosódica del quechua al español manifestada en contornos prosódicos no existentes en el español peninsular, pero sí en el de Cuzco. Esto mostraría la adopción del español de rasgos prosódicos del quechua, pero no al revés10. Cole (1982) reporta variación individual en la pronunciación de préstamos en el quichua de Imbabura; Hintz (2006) evidencia la acentuación de los nombres propios según el patrón del sistema binario quechua, pero también en algunos casos constata la influencia del patrón del español. Además, se perfilan resultados prometedores del proyecto “Zweisprachige Prosodie: Metrik, Rhythmus und Intonation zwischen Spanisch und Quechua” del grupo de Uli Reich en la Universidad Libre de Berlín11.

3. DATOS Y METODOLOGÍA

Compilamos un total de 242 listas de cuatro corpus: Corpus del Quechua Cocha-bambino (CQC; Soto Rodríguez 2013: 4; 42 ejemplos) correspondiente a hablantes bilingües con quechua como lengua predominante de la región urbana y rural de Co-chabamba, Bolivia, completada con emisiones radiales; Corpus Heroína (CH; Dankel 2015: 75-77; 106 ejemplos), hablantes monolingües, mayormente de una familia ex-tensa de clase media en la ciudad de Cochabamba; Corpus de Chinchero (CC; Gar-cia Tesoro 2015: 58; 25 ejemplos), entrevistas en español a hablantes bilingües de la región urbana quechua de Chinchero, Perú; y el C-ORAL-ROM Español12 (Moreno Sandoval 2003; 69 ejemplos), varios géneros formales e informales de habla espon-tánea, en entrevistas semi-dirigidas (CH, CC, CQC, C-ORAL-ROM), conversacio-nes espontáneas (CQC, C-ORAL-ROM) y programas de radio y televisión (CQC, C-ORAL-ROM), todo con la participación de adultos de diferentes edades.

Para confirmar nuestra clasificación, las listas fueron analizadas con el programa PRAAT (Boersma/Weenink 2017) con el que medimos características significativas para la distinción de acentuación, énfasis y entonación en el nivel fonético-prosódico: el transcurso y las modificaciones acústicas relativas al tono fundamental (F0; en Hz) y a la intensidad (en dB) de la señal acústica. Los espectrogramas de la onda sonora que ofrece PRAAT facilitan además la medida de la duración de vocales y consonantes. Sin

10 También en un estudio anterior (Rijswijk/Muntendam 2014) se ha mostrado un cambio prosódico en el español andino posiblemente por influjo quechua; por su parte, Sun (2014), en base a datos del quichua de Pastaza, sugiere una influencia mutua entre el español y el quechua debido a la proximidad geográfica.

11 Para más información, véase esta página: <http://www.geisteswissenschaften.fu-berlin.de/we05/fors-chung/drittmittelprojekte/Einzelprojekte/DFG-projekt-zweisprachige-Prosodie/index.html>.

12 <http://www.elda.org/en/proj/coralrom.html>.

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41embargo, advertimos que nuestro corpus está grabado en situaciones naturales, con ruidos, superposiciones, distancias diferentes de los hablantes al micrófono y a veces con límites de calidad en la grabación. Las medidas no tienen la precisión de un esce-nario experimental controlado. En casos de duda codificamos manualmente.

Puesto que la gama de subida o bajada del F0 y su interpretación es relativa a la gama tonal usada por cada hablante, la codificamos según nuestras medidas, pero sin valor numérico. Por otro lado, la percepción de diferencias en la duración vocálica, fe-nómeno que resulta crucial en nuestro análisis, depende de factores individuales como la velocidad y el ritmo del habla. Por eso elegimos una medida relativa y comparamos las extensiones vocálicas con la duración de promedio de vocales en el grupo entona-tivo en que ocurren. Todas las vocales que en un primer paso codificamos en base a criterios psico-acústicos como extendidas se han confirmado con una duración de mí-nima 40% más que el promedio. Para los ejemplos seleccionados, las medidas fueron trasladadas a una transcripción fina según las convenciones GAT2 (Selting/Auer et. al. 2009) y por parte representados por ilustraciones gráficas.

4. EL FORMATO DE ENUMERACIÓN EN LA COMUNIDAD ESPAÑOLA Y ANDINA13

Las propiedades prosódicas y semántico-pragmáticas distinguen dos grupos princi-pales en las construcciones enumerativas: el grupo de las listas abiertas y el grupo de las listas cerradas, que discriminan diferentes contornos del F0 (Selting 2007, Sánchez Ayala 2003)14. Sin embargo, registramos que esta distinción en el español andino y en el quechua viene determinada adicionalmente por una mayor duración vocálica en las sílabas de los ítems de las listas abiertas, pero no en las cerradas15. La diferencia entre una lista cerrada o abierta, sería entonces que los elementos de la lista cerrada (ejemplo: carNEro? rEPOllo, y PApa.) van con acentuación por elevación del F0 (figura 1) y un escalonamiento descendente tonal en los elementos siguiente, mientras que una lista abierta marca un paradigma más amplio asimismo con duraciones vocálicas mayores en la penúltima sílaba de cada ítem (figura 2), como veremos en el ejemplo (3).

13 De acuerdo a las propiedades morfosintácticas encontramos dos tipos de construcciones enumera-tivas: las nominales que evocan entidades y las predicativas que evocan eventos. Sin embargo, no encontramos diferencias significativas entre estos dos grupos por ahora y por ello no consideramos esta distinción aquí.

14 Sánchez Ayala (2003: 333-335) no habla explícitamente de esta distinción, pero su clasificación indi-ca que también para sus datos del español peninsular se puede distinguir entre estos dos grupos.

15 Por cierto, Sánchez Ayala (2003: 333-335) menciona la presencia de una extensión de las sílabas finales después de la elevación máxima del F0 en los ítems, pero no como característica principal, y además ocurre también en las listas cerradas, aunque con algo menos de extensión.

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42 Figura 1: Elevación del F0 de “carnero” como primer elemento de una lista cerrada.

Figura 2: Extensión vocálica de la silaba pre-final de “parillada” como primer elemento de una lista abierta; véase ejemplo (3).

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43Estas extensiones son 1,4-2,8 veces más largas que el promedio de la duración vocálica del grupo entonativo y sus medidas relativas se mantienen notoriamente constantes a lo largo de los ítems de la lista. Así, caracterizan el contorno prosódico como veremos en los ejemplos.

Las listas cerradas presentan características similares en nuestro corpus. En los tres códi-gos que analizamos, no hay diferencias prosódicas significativas en este grupo. En cambio, la extensión vocálica en las listas abiertas sí muestra diferencias funcionales significativas. En consecuencia, para el análisis de datos en las secciones siguientes solo tomamos en cuenta las listas abiertas.

4.1. Enumeraciones en el quechua

Las listas enumerativas abiertas en esta lengua presentan una duración vocálica mayor en la penúltima sílaba de la palabra que cierra un ítem de la lista. Nuestros datos constatan la extensión vocálica como un recurso para indicar elementos adicionales a una lista de la cual ya se han nombrado algunos elementos. Usualmente se trata de paradigmas exten-sos y poco precisos que se detallan con vaguedad. Así se puede observar en el siguiente ejemplo que procede de una conversación entre una mujer y su sobrino en el mercado. La interlocutora, con ironía, exhorta a su sobrino a que ayude en la cocina a su novia; la pareja suele cocinar los domingos para vender:

(1)912 Fr: correy apurA yanaPAmuy. (0.6)16 correr-imp deprisa ayudar-mov-inf corre, apúrate, ve a ayudar 922 A: ma: q´aYAlla yam... yanapasax nuqaqa ah, (0.4) no mañana-lim ayudar-progr-1fut yo-top mod.int no, recién mañana ayudo 923 Fr: paPA bonDA:nki- (1.7) (subida del F0: 40%; extensión rela- patata pelar-2sg tiva: 1.6x) vas a pelar papa 924 ch´uñU k´iSU:nki- (subida del F0: 40%; extensión rela- chuño pellizcar-2sg tiva: 2x) vas a pelar chuño 925 A: mA:na; (0.4) no no…

En este ejemplo, las unidades léxicas finales de los dos ítems se realizan con una extensión vocálica en la penúltima sílaba17 (1,6x y 2x más largo que el promedio) que

16 Estas son las glosas empleadas para la transcripción: 1 Persona (primera persona); ACC Acusativo; CON Conjetural; CONT Continuativo; EUF Eufónico; FUT Futuro; INF Infinitivo; IMP Impe-rativo; LIM Limitativo; MOD.INT Modal interaccional; MOV Movimiento translocativo; NEG Negativo; PL Plural; PROG Progresivo.

17 En secuencias posteriores de este ejemplo encontramos en formato de lista abierta dos platos que la pareja prepara: “falso coNE:jo=” y “alMÓ:n:diga:s;”. La acentuación de este último

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44 coincide con la elevación tonal en la frecuencia F0, lo cual concuerda con el principio de la penúltima sílaba. Los ítems de la lista (líneas 923 y 924) hacen referencia a tareas en la elaboración de comida que pueden ser más que las mencionadas: pelar papa y quitar la piel del chuño.

La diferencia marcada por la duración vocálica en la penúltima sílaba para referirse a un paradigma extenso puede interpretarse en estos casos como un valor icónico des-de la perspectiva cognitiva que asocia la duración vocálica con el grado de extensión semántica de un paradigma18.

También registramos casos de extensión vocálica de menor magnitud con fines discursivos en las primeras sílabas de la unidad léxica final. En el siguiente ejemplo la tía aclara los costos del negocio de la panadería al sobrino que no parece comprender la dimensión de los gastos:

(2)964 F: a ver QUEso rA:nTInki; (extensión relativa: 1.4x) a ver queso comprar-2sg a ver, compras queso, 965 levadura ra:nTInki; (extensión relativa: 1.4x) levadura comprar-2pl compras levadura 966 MAnteca ra:nTInki; (extensión relativa: 1.4x) manteca comprar-2pl compras manteca., 967 azucar ra:nTInki; (extensión relativa: 1.4x) azúcar comprar-2pl compras azúcar 968 jak´U ra:nTInki; (1.0) (extensión relativa: 1.4x) harina comprar-2pl compras harina 969 A: arÍ lluxsillAntax. sí salir-lim-con sí, se gasta

Mediante la extensión, en cada ítem 1,4x más largo que el promedio (l. 964-968), la tía logra un efecto aseverativo, constatado por el asentimiento del sobrino (l. 969). Es posible observar en este caso un matiz de autoridad epistémica que conlleva una propuesta de confirmación intersubjetiva, en base a la experiencia laboral y conoci-miento del campo que la tía posee. Este ejemplo también confirma el carácter variable de la acentuación respecto a la penúltima sílaba de la palabra, que ha sido mencionado por la literatura como un caso de énfasis (Hintz 2006, O’Rourke 2008).

evidencia que los préstamos no se adaptan a los patrones de acentuación del quechua, documentado ya por Cole (1982) y Hintz (2006) para otras variedades.

18 Se trata entonces de uno de los tres subtipos de iconicidad según la definición de Haspelmath, la iconicidad cuantitativa: “Greater quantities in meaning are expressed by greater quantities of form (2008: 1)”.

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45Los patrones prosódicos de las enumeraciones en el quechua se sobreponen de manera diferente en la estructura informativa. La estructura sintáctica, que tiende a localizar la construcción verbal en posición final, localiza la acentuación prosódica en el verbo finito. Así, no coincide, como sí ocurre en el español peninsular y andino, con un componente paradigmático nominal de la lista en posición final, salvo que la lista sea parte de una estructura enunciativa con verbo implícito. Observamos además que los contornos prosódicos en esta lengua no suelen asumir la tarea adicional de marcar foco, función que sí encontramos en la prosodia de listas españolas19.

4.2. Enumeraciones en el español andino

También en los datos del español andino registramos casos de mayor duración vocá-lica en la penúltima sílaba de la palabra final de cada ítem en listas abiertas (2.3x más largo que el promedio); son casos de paradigmas extensos, con tendencia a detallar los elementos con vaguedad a velocidad lenta. Así se observa en la siguiente entrevista realizada en Chinchero, en que se conversa sobre platos nuevos de los cuales se men-cionan solo algunos:

(3)03 el población ya tambiÉn ahora meJOra ya (0.3) 04 A: mhm? 05 I: hacen por ejemplo parriLLA:da; (subida del F0: 33%; exten-

sión relativa: 2.3x) 06 °hh si_no poLLA:da; (subida del F0: 26%; exten-

sión relativa: 2.3x) 07 °hh o_si_no: mm o estoFA:do, (subida del F0: 61%; exten-

sión relativa: 2.3x) 08 así ya también hacen (0.2) 09 A: mh[m?]

Como en el quechua, la duración vocálica en estos casos constituye una marca de paradigma abierto que denota la posibilidad de incluir más elementos y puede inter-pretarse como un valor icónico desde la perspectiva semántico-cognitiva.

En este grupo también encontramos casos de acentuación en la primera sílaba de la unidad léxica final de los ítems que componen la lista, lo cual discrepa con las reglas de acentuación del español. Así se observa en el siguiente segmento de una conversación entre varios miembros de una familia de Cochabamba, donde una anciana relata las batallas de los niños con otros de una aldea vecina para lo cual solían llevar fruta verde para usarla como arma:

19 Esta falta de marcación de estructura informativa fue observada también por Muntendam/Torreira (2016) y no es una sorpresa, puesto que esta lengua cuenta con recursos morfosintácticos para marcar el foco (cf. Muysken 1995). Esto confirma la propuesta de Selting (2007) que los patrones prosódicos son capaces de introducir por sí mismos una construcción enumerativa.

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46 (4)62 A: lleVAban- 63 pero; 64 u::n 65 frUta verde no? 66 fruta verde que es tan DUra; (0.8) 67 n::A:RAnjas; (extensión relativa: 1.4x) 68 MA:nZAna[s:: ] (extensión relativa: 1.4x) 69 S: [ dura]zno. 70 A: PEra[s::] 71 C: [me:m]brillos. (extensión relativa: 1.4x) 72 A: mE:mBRIllo; (extensión relativa: 1.4x) 73 m el membrIllo que era más GRANde. 74 dURAZnos; (0.3) 75 mOntón; (0.2) 76 cada uno llevAba así;

La hablante intenta precisar para el entrevistador la dimensión real y lo extraordi-nario de la situación, con un matiz aseverativo de autoridad epistémica que se logra con el cambio de acentuación y extensión vocálica de la primera sílaba del ítem (figura 3, “naranjas”).

En las líneas 68 y 70 de (4) observamos otro fenómeno que destaca en los datos del español andino. Eso es la mayor duración del sonido terminal (vocal o consonante)

Figura 3: Extensión vocálica a la primera sílaba del primer y segundo ítem de una lista abierta; extensión de la duración de la consonante final en una situación de

planificación cognitiva vigente de otros ítems de la lista.

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47en las sílabas finales de los ítems, en el presente caso en la consonante final (figura 3, “manzanas”). Estas extensiones aparecen en los casos en que la planificación cognitiva de la lista sigue vigente mientras el hablante produce ya sus primeros elementos y a veces reemplazan las duraciones vocálicas en la penúltima sílaba. Funcionan como un recurso efectivo para marcar la continuidad del hilo discursivo y del turno de habla. En este caso (l. 68 y 70) se trata de la extensión de la sibilante /s/ como sonido terminal del ítem de la lista. Cuando termina la planificación cognitiva, el contorno prosódico vuelve al patrón sin esta extensión (l.72, 74 y 75) y la lista se sintetiza con un elemento de post-descripción (l. 76).

4.3. Enumeraciones en el español peninsular

En este corpus también registramos listas abiertas con mayor duración vocálica, pero con la diferencia de que esta vez no se realiza en la penúltima sílaba como ocurre en la zona andina, sino en la vocal de la sílaba final. Sin embargo, la penúltima sílaba lleva la elevación del F0. Así se observa en el siguiente ejemplo que procede de una conver-sación del español peninsular:

(5)71 °hh lo empezamos a preparAr, 72 cafés con LEchE:, (extensión relativa: 1.5x) 73 ZUmo:s, (extensión relativa: 1.5x) 74 tosTAda:s, (extensión relativa: 1.6x) 75 °hh eh: (0.5)

Aquí, el entrevistado evoca los alimentos que solía preparar en un bar mediante una enumeración abierta y de los cuales solo menciona tres (líneas 72-74). Mediante la extensión vocálica en la última sílaba de cada ítem se proyecta alimentos adicionales al menú, además de los mencionados.

La lista abierta del ejemplo (5) además presenta un matiz de disgusto en el entre-vistado por la preparación de alimentos que debía realizar. Este matiz subjetivo es más evidente en el siguiente ejemplo, también del español peninsular: una mujer cuenta sobre un ex-novio y su mal recuerdo.

(6) 92 M: lUego; (0.5) 93 como el catalán:=vive muy LEjo:s; (bajada del F0: 41%) 94 y tiene NOvia:; (bajada del F0: 41%) 95 y se van a cASA::R; (bajada del F0: 52%) 96 y todo Eso= 97 =raquel dijO que:= 98 =no.

Aquí, un factor posible que contribuye en la subjetivización modal negativa es la combinación de la duración de la última sílaba con la bajada del F0 en el tono final en cada uno de los elementos.

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48 5. RESUMEN DE LAS OBSERVACIONES, DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

En la literatura especializada, las listas se ven clasificadas en la interfaz entre pragmáti-ca y gramática. Para el alemán, Selting (2007) mostró que mientras las listas cerradas suelen tener una entonación restringida (descenso gradual del F0 de un ítem al otro), las listas abiertas carecen de tal especificación y se realizan en seis formatos diferentes según el contexto (506-508). Según Sánchez Ayala (2003), quien no incluye el análi-sis de listas cerrada, el español peninsular tiene tres contornos para el formato abier-to. Ahora bien, en el español andino tanto las listas cerradas como las listas abiertas cuentan con una realización específica, una y una sola. En esto constatamos un claro paralelismo con el quechua. De este modo, si por gramaticalización entendemos una mayor sistematicidad como por ejemplo una oposición binaria, se podría hablar de un estatus más gramaticalizado en quechua y en español andino que en el español de España y o el alemán.

Revisamos nuestras observaciones en detalle. (a) Constatamos la vigencia del principio de acentuación en la penúltima sílaba en

el quechua. Las listas abiertas aparecen con duración vocálica mayor en la penúltima sílaba de cada ítem y sugieren una función icónica de marcar paradigmas extensos. También registramos casos de mayor duración vocálica, aunque en menor magnitud, en la primera sílaba de la última palabra de un ítem enumerativo como un recurso que denota autoridad epistémica con valor de aseveración intersubjetiva. La prosodia no marca la estructura informativa en esta lengua y hay diferencias de sobreposición prosódico-sintáctica respecto al español (véase ejemplo (2)).

(b) Desde la perspectiva de la gramaticalización, encontramos el aspecto más sig-nificativo en las enumeraciones abiertas en el español andino: como en el quechua, el patrón prosódico de extensión vocálica en la penúltima sílaba con valor icónico de paradigmas extensos aparece sistemáticamente. Otro paralelismo observado es la acentuación en las primeras sílabas de la última palabra de un ítem enumerativo; tam-bién en este caso denota autoridad epistémica para una aseveración intersubjetiva (4). Además, dimos cuenta de una técnica de duración de la consonante silábica final de un ítem para mantener la continuidad en el hilo discursivo y asegurar el turno de habla (4). Esto sugiere que la adopción del patrón prosódico del quechua motiva una refun-cionalización de la construcción enumerativa, paralelo con esta lengua.

(c) Las enumeraciones abiertas del español peninsular indican la función de marcar un paradigma extenso con la elevación del F0 en la penúltima sílaba y con extensión vocálica en la última sílaba (5). Como característica específica adicional en este corpus observamos el desarrollo de un matiz de valoración negativa en los elementos de la enumeración mediante la combinación de la extensión vocálica en la última sílaba con el F0 que baja en cada ítem (6).

Concluimos: en el español andino se establecieron contornos prosódicos simi-lares al quechua que vienen acompañados de una redistribución de funciones en el nivel pragmático-discursivo. La extensión vocálica ha sufrido un cambio de lugar de

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49la última (como en el español peninsular) a la penúltima sílaba (donde coincide con la subida del F0) y ha asumido una función de iconicidad de extensión cuantitati-va (3). Además, ha desarrollado un matiz de negociación de autoridad epistémica expresado en la extensión vocálica de la primera sílaba de un ítem (4) y una nueva técnica para mantener el hilo discursivo (4)20. En el español peninsular, la extensión vocálica en la última sílaba toma otro camino hacia un matiz de subjetividad junto con la bajada del F0 (6).

Con esto, tanto en el español andino como en el español peninsular observamos un patrón formal que se produce sistemáticamente con funciones pragmático-discursivas en proceso de subjetivación, fenómenos que evocan el modelo de gramaticalización de Traugott (2010, e.o.). Sin embargo, las funciones son diferentes y se encuentran en diferentes estados de gramaticalización. Mientras que la construcción enumerativa en el español peninsular sigue un camino previsible de subjetivación donde la iconicidad se está perdiendo, se desarrollaron diferentes construcciones enumerativas en el espa-ñol andino: por un lado, una versión más pragmatizada gracias al reforzamiento de la función icónica; por otro lado, establece un nuevo itinerario de subjetivación por el desarrollo del matiz de negociación de autoridad epistémica.

En consecuencia, en vista del cambio en la prosodia y en el repertorio funcional de las listas en el español andino, podemos hablar de casos de gramaticalización que im-plican un cambio construccional (Traugott/Trousdale 2013) inducido por el contacto lingüístico.

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20 Por otro lado, no se observa los contornos prototípicos del español estándar y peninsular en el quechua.

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| Philipp Dankel es coordinador científico del programa de doctorado de lingüística “Hermann Paul School of Linguistics Basel-Freiburg” y asistente de lingüística en el Departamento de Lingüística y Letras de la Universidad de Basilea, Suiza. Sus campos de especialidad son el contacto de lenguas y la lingüística interaccional. Publicó el libro Strategien unter der Oberfläche Die Emergenz von Evidentialität im Sprachkontakt Spanisch-Quechua (2015) y varios artículos relacionados al contacto de lenguas. Actualmente, investiga sobre aspectos multimodales y gra-maticales de listas en el francés y español hablados.

| Mario Soto Rodríguez es docente investigador en el Seminario de Romanística de la Univer-sidad de Freiburg. Sus campos de especialidad son el español andino, el quechua y la lingüís-tica interaccional. Ha publicado el libro Gramática bilingüe en interacción: expresar causa en el quechua y español boliviano (2013) y varios artículos relacionados con el cambio y contacto linguistico en la región andina. Actualmente investiga temas de multimodalidad y contacto en esta zona.

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De la posesión a la atribución en el contacto español/quechua

From Possession to Attribution in Spanish-Quechua Contact

ANNA MARÍA ESCOB AR

University of Illinois at Urbana-Champaign, EE [email protected]

| Resumen: El contacto español/quechua en la región peruana presenta un cuarto tipo de transferencia funcional que no se incluye en las tipologías propuestas por Heine/Kuteva (2005) y Siegel (2012). La construcción posesiva minoritaria, su N + de N, evoluciona de una construcción posesiva de parentesco, restringida a la desambiguación, a expresar una función atributiva innovadora entre nominales inanimados conectados a la cosmovisión andina. El análisis de este cambio semántico-gramatical se centra en los puntos de con-vergencia y de conflicto entre los perfiles gramaticales de las dos lenguas en contacto, e indaga sobre las relaciones entre las categorías gramaticales de posesión, inalienabilidad y atribución. Palabras clave: gramaticalización, inalienabilidad, posesión, atribución, español andino.

| Abstract: Spanish/Quechua contact in the Peruvian region presents a fourth type of functional transfer not included in the typologies proposed in Heine/Kuteva (2005) and Siegel (2012). The minority possessive construction, su N + de N, evolves from dis-ambiguating a kinship-relationship between two animates, to expressing an innovative attributive relationship between two inanimate nominals connected to the Andean cos-movision. The analysis of this semantic change focuses on analyzing the points of con-vergence and conflict between the grammatical profiles of the two languages in contact, by exploring the relationships between the grammatical categories of possession, inalien-ability, and attribution.Keywords: possessive construction, language contact, Spanish and Quechua, semantic

change, grammatical change.

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54 1. INTRODUCCIÓN

La gramaticalización es un proceso de evolución lingüística, en la cual una expresión léxica adquiere una función gramatical, o una expresión gramatical se vuelve más gra-matical (cf. Kurylowicz 1965: 69). Es un fenómeno bastante extendido en las lenguas del mundo y tiene lugar tanto en la formación de variedades monolingües como en la formación de variedades que surgen en una situación de contacto lingüístico (cf. Heine/Kuteva 2005). En contextos de contacto, este proceso tiene lugar en la lengua receptora con una función innovadora e influenciado por una distinción gramatical presente en la lengua modelo/fuente. Los escenarios de contacto entre lenguas no rela-cionadas presentan un contexto idóneo para el estudio de la gramaticalización, si bien son menos estudiados. Nos enfocamos aquí en uno de estos casos, el dialecto conocido como español andino (EA), en su variedad peruana, que es producto del contacto entre el español y el quechua en la región andina.

Los productos lingüísticos que derivan de un proceso de gramaticalización en una situación de contacto de lenguas se conocen en la bibliografía lingüística como influencia gramatical (Thomason/Kaufman 1988: 37) o transferencia funcional (Heine/Kuteva 2005: 4 y cap. 3; Siegel 2012). El grado de intensidad del contacto lingüístico debe ser alto y prolongado para que favorezca la influencia gramatical, a diferencia de los préstamos que pueden surgir en cualquier situación de contacto (Thomason/Kauf-man 1988: 37; Thomason 2001: cap. 4). Thomason/Kaufman (1988: 37-41) encuen-tran, en su estudio comparativo, que otra condición social importante es la presencia de un bilingüismo extendido y una comunidad bilingüe numerosa. Trudgill (2011: cap. 2) agrega que además es esencial la presencia de un bilingüismo del hogar (i.e. la presencia de niños bilingües). Una situación de contacto intenso supone también la presencia de redes sociales abiertas (idem.), otro requisito importante para la influencia de una variedad en otra. Todas estas condiciones juntas sentarían también las bases para la emergencia de dialectos de contacto (cf. Mufwene 2001) como es el caso del español andino.

El EA peruano representa una situación de contacto de lenguas encubierto, com-binado con una situación de contacto de dialectos (Escobar 2008). Sin embargo, la situación peruana también se distingue por el contacto entre lenguas que no están re-lacionadas, ni genealógicamente ni tipológicamente, y porque representa un contacto entre una lengua global y otra etnocultural (quechua, Wölck 1987); es decir, se trata de un contacto del español con una lengua sin una variedad estandarizada estable y sin una tradición de uso de la literacidad en la vida diaria. Este contexto socio-histórico re-presenta un escenario de contacto especial en el estudio del español, especialmente en las regiones latinoamericanas, donde el español se encuentra en contacto con lenguas amerindias (Escobar 2018). El escenario sociolingüístico del caso peruano tiene el per-fil entonces de una situación de contacto de alta intensidad, de lenguas y de dialectos, y con una presencia extendida de bilingües, tanto de niños como de adultos. Por tanto, decimos que el bilingüismo y el contacto de lenguas y dialectos en la región peruana

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55representan un contexto socio-histórico que favorece los procesos de gramaticalización en el contacto entre el español y el quechua.

Existen dos estudios (Heine/Kuteva 2005: caps. 1, 2 y 3; Siegel 2012) que pro-ponen una tipología de cómo diferenciar los fenómenos de gramaticalización que se encuentran en situaciones de contacto de lenguas. El primer tipo de gramaticalización es bastante extendido en las lenguas del mundo (cf. Brinton/Traugott 2005). Trata de una expresión léxica que se gramaticaliza y se convierte en un morfema gramatical innovador. Un ejemplo en el EA ecuatoriano es el uso del verbo saber en perífrasis con infinitivo que se ha gramaticalizado y expresa aspecto habitual (cf. Enríquez 2018), como se ejemplifica en (1).

(1) Pasaba con mi hermano la mayor parte del tiempo porque mi mamá también sabía trabajar el fin de semana, los sábados. (tomado de Enríquez 2018)

La autora propone que este uso habitual se favorece en el EA ecuatoriano por la influencia del verbo cognitivo quechua yachana que tiene ambas funciones.

Un segundo tipo consiste en la gramaticalización de una expresión gramatical que da lugar a una nueva función gramatical. Un ejemplo en el EA peruano y boliviano es el perfecto compuesto evidencial (‘he cantado’, para experiencia vivida, cf. Escobar 1997), como se ejemplifica en (2).

(2) estuve un mes no más [en mi tierra] despues me regresé / me enfermé [ mientras estaba allá] / mi garganta se ha cerrado y todo me ha pasado / no no se abrió mi gar-ganta / todo enfermedad me agarró gripe todo y total amarilla m’ he vuelto (tomado de Escobar 1997)

El perfecto compuesto se describe en las gramáticas del español como una forma verbal que expresa la anterioridad de un evento pasado con respecto al momento de habla que es el punto de referencia. La descripción de los eventos pasados descritos en (2) pudieron haberse expresado todos en pretérito. Sin embargo, Escobar propone que los usos del pretérito compuesto en (2) tienen la función evidencial de experiencia vivida, ya que resaltan esos eventos que le ocurrieron al hablante en el pasado y que son relevantes para la narración que hace (la hablante está explicando por qué emplea anteojos con medida alta). La función evidencial del perfecto compuesto se encuentra en el EA peruano, boliviano y ecuatoriano. Sin embargo, en la variedad ecuatoriana la función evidencial es la del reportativo y no la de experiencia vivida. Esta función innovadora del perfecto compuesto se atribuye al sistema evidencial del quechua.

Heine/Kuteva proponen un tercer tipo de gramaticalización, en el cual un patrón minoritario en la lengua receptora se convierte en un patrón mayoritario y, al mismo tiempo, expresa una función gramatical innovadora en la lengua receptora. Un ejem-plo en el EA es un orden de palabras minoritario en español, la posición inicial de un argumento objeto o complemento en la oración, que influido por la marcación de foco en esta posición en quechua, se ve favorecido para marcar foco en el EA (Muntendam 2009).

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56 En el presente trabajo, presentamos y proponemos un cuarto tipo de gramaticaliza-ción que combina elementos del segundo y tercer tipo. Consiste en una construcción minoritaria del español, cuyo uso aumenta en la lengua pero también se gramaticaliza con una función innovadora. Nos referimos a la construcción posesiva su N de N (su casa de Alberto) que adquiere una función atributiva innovadora en contextos con referentes inanimados, en el contacto del español y el quechua en la región peruana.

El análisis presenta una metodología específica para el estudio de contacto de len-guas que ayuda a revelar la posible trayectoria de la influencia semántico-gramatical desde la lengua indígena, el quechua, al español. A continuación pasamos a presentar un análisis lingüístico detallado de la construcción posesiva, así como de la expresión de posesión en el español y el quechua, con el objetivo de indagar sobre el proceso de gramaticalización de esta construcción posesiva.

2. LA POSESIÓN / PERTENENCIA / PROPIEDAD

El concepto gramatical de posesión incluye la ‘posesión’, ‘pertenencia’ y ‘propiedad. Este campo conceptual existe en todas las lenguas del mundo y su adquisición en la lengua es temprana (Brown 1973:196). Seiler define la posesión como una relación entre dos entidades en la siguiente cita:

POSSESSION can be defined as bio-cultural. It is the relationship between a human be-ing and his kinsmen, his body parts, his material belongings, his cultural and intellectual products. In a more extended view, it is the relationship between parts and whole of an organism (1983: 4).

El campo conceptual de la posesión se representa en la lengua mediante una relación binaria entre dos referentes nominales. La relación entre dos nominales humanos (madre - hija) es más abstracta que la que se da entre parte y cuerpo de un animado (niño - ojo, gallo - pico). Por otro lado, las relaciones entre dos inanimados también puede mostrar grados de relación con respecto a cómo se concibe la ‘unidad orgánica’ que representa el todo. Algunos ejemplos serían ventana - casa, pata - mesa. Sin em-bargo, en relaciones nominales con referentes más abstractos encontramos gradación con respecto a la relación orgánica entre los nominales. Podríamos decir que la relación entre agua - río es más estrecha que entre iglesia - pueblo y menos aún entre trompeta - niño. Todos los ejemplos con referentes animado e inanimado, excepto el de trompeta - niño, representarían casos de relación ‘inalienable’ y se opondrían a la relación ‘alie-nable’ que se encuentra en relaciones de propiedad o pertenencia (cf. Seiler 1983:5), como la de trompeta - niño, casa - hombre. En la categoría de propiedad/pertenencia, donde el referente es inanimado pero el poseedor es animado, también hay diferencias de gradación, como entre trompeta - niño y trompeta - músico.

Siguiendo a Aikhenvald (2013: 3-4), las relaciones posesivas caen en tres macro-ca-tegorías: la propiedad (que se considera alienable), la relación entre la parte y el todo

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57(de cuerpo humano/animal o de referente inanimado) y las relaciones de parentesco. En parentesco están las relaciones familiares (hijo, abuela) y las sociales (colega, vecina). En las partes del cuerpo humano están no solo estas, pero también se incluyen los atributos de la persona (nombre, sueño, voz, origen). En los casos de atributos, la relación ya no es de posesión propiamente dicha, sino que cae dentro de una relación atributiva. La posesión y la atribución están relacionadas en las lenguas del mundo, donde expresiones posesivas se gramaticalizan a expresiones atributivas (Heine/Kuteva 2002: 245-246).

No hay duda de que el referente humano es relevante en las discusiones sobre la ‘posesión’. Sin embargo, en este trabajo nos centramos en los referentes inanimados que, además, incluyen diferentes tipos dentro de la macro-categoría parte/todo. En-contramos relaciones desde las más concretas, pata - mesa, hasta las más abstractas, capital - departamento. El objetivo del trabajo es explicar por qué la construcción su N de N no representa un caso puramente estructural donde el ‘su’ es ‘redundante’, como se presenta en la bibliografía hispánica sobre el español andino (cf. Rodríguez Garrido 1982), ni se mantiene su uso en el EA como rezago y con la misma función. Propone-mos aquí, en cambio, que esta construcción originalmente posesiva y desambiguadora del poseedor animado se ha gramaticalizado en el EA y expresa una relación no desam-biguadora y atributiva, que se ha gramaticalizado aun más en contextos en los cuales el referente y el poseedor son inanimados, como en su iglesia del pueblo.

El análisis semántico parte del concepto de (in)alienabilidad según se expresa en las lenguas del mundo. El Cuadro 1 presenta diferenciaciones de parentesco, parte/todo y propiedad que se consideran básicas en todas las lenguas del mundo.

Cuadro 1. Escala de (in)alienabilidad en las lenguas del mundo (cf. Heine 1997; Aikhenvald 2013)

Relación Categoría Subgrupo Ejemplo Referente / Relación

1 Inalienable Parentesco Familiar hija, madre, abuelo [+animado]2 Relación Social amigo, vecino [-alienable]3 Cuerpo (partes) Atributo nombre, voz4 Cuerpo ojo, manos, pierna5 Parte / Todo Objeto pata - mesa [-animado]6 Naturaleza orilla - lago [-alienable]7 Flora rama - árbol8 Espacio pueblo - provincia9 Alienable Propiedad Básica libros - biblioteca [-animado]

trompeta - músico [+alienable]Otra trompeta - niño

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58 Nuestro análisis parte de las nueve relaciones en el Cuadro 1. Nótese que la relación entre los factores lingüísticos, (in)alienabilidad y animacidad, se solapa dando lugar a tres agrupaciones que se presentan en la última columna: 1) animado e inalienable, 2) inanimado e inalienable e 3) inanimado y alienable. La mayor diferenciación se centra dentro de los inanimados.

Debemos aclarar que estamos empleando [+animado] solo para humanos, pero el foco de este trabajo se centra en los referentes inanimados con ‘poseedor’ inanimado. Para entender mejor el campo conceptual de la posesión, pasamos a presentar análisis comparativos entre el EA y otras variedades de español, así como entre el español y el quechua. El propósito es revelar los condicionantes lingüísticos que hacen posible la gramaticalización de la construcción posesiva con referente inanimado, su N + de N.

3. ANÁLISIS COMPARATIVO

Seguimos la metodología propuesta por Poplack/Levey (2010) para el estudio de la influencia gramatical en el contacto de lenguas. Primero comparamos el EA con una variedad que no sea de contacto. Idealmente, esta sería la misma variedad en una etapa anterior. Sin embargo, como esto no es posible en regiones excoloniales con una lengua impuesta, pasamos a comparar el EA con variedades de español que se emplean en re-giones que se consideran hoy en día monolingüe-español. La comparación ideal debía ser con el español ribereño de la capital y costa peruana (Escobar 1978). Sin embargo, estas variedades están en intenso contacto dialectal con el EA, debido a intensas olas de migración interna a esta región, en los últimos sesenta años. Este contacto intenso se ve reflejado en la presencia de rasgos lingüísticos que sugieren la propagación de rasgos del español andino (Escobar 2008, 2014). Comparamos entonces con descripciones gramaticales del español monolingüe.

La construcción posesiva en tercera persona su N (+ de N) se emplea en español predominantemente en contextos de posesión alienable de propiedad, su casa de Juan. No se favorece en contextos de posesión inalienable (cf. Demonte 1988), como en el hermano de Juan (parentesco), las manos de Juan (partes del cuerpo), la cima de la montaña (naturaleza), los frutos del árbol (flora). Los estudios hispánicos explican que la construcción posesiva mencionada solo admite el su cuando se trata de aclarar la rela-ción de parentesco, su esposa de Jorge (no de Raúl), o aclarar el dueño de una ‘propiedad’, su casa de Teresa (no de Raúl). Esta función desambiguadora de la frase genitiva (de N) ya existía en el español antiguo (Keniston 1937). Sin embargo, en el EA la expresión su hermana de Mercedes ya no tiene función desambiguadora, como también ocurre en el español mexicano, aunque la desambiguación parece estar limitada en el caso mexicano a las construcciones de parentesco (Huerta 2009; cf. Company/Huerta 2017).

El español prefiere el uso del posesivo su en las relaciones alienables de propiedad, su trompeta, su casa. En las relaciones inalienables de parentesco, partes del cuerpo y parte/todo se prefiere en cambio el artículo definido, la esposa de Juan, el brazo del

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59niño, la iglesia del pueblo (cf. Demonte 1988; Picallo/Rigau 1999). Esta diferenciación que encontramos en el español entre el uso del artículo definido para las relaciones inalienables y el uso del marcador posesivo para las relaciones alienables es un factor importante en la expresión de la (in)alienabilidad en la lengua española (cf. Orozco 2010). Sin embargo, en el EA, encontramos el marcador posesivo su en cualquier relación nominal, en toda la escala de (in)alienabilidad presentada y sin la función desambiguadora.

En el segundo paso metodológico, comparamos el español y el quechua para des-cribir el perfil gramatical (cf. Elsig 2012) de cada lengua. El quechua marca la posesión con dos sufijos: un marcador genitivo -pa en el sustantivo ‘poseedor’ y el marcador de tercera persona -n en el sustantivo ‘possessum’, Ayacucho-pa llaqta-n ‘de Ayacucho su pueblo (literal)’, si bien la marcación doble no es común en las lenguas del mundo (Krasnoukhova 2011). Esta marcación doble es característica de las variedades del que-chua sureño (peruano y boliviano), rasgo que explica el nombre de ‘posesivo redun-dante’ dado a esta construcción del EA peruano. Las otras variedades de quechua/qui-chua solo marcan el posesivo con el marcador genitivo (Adelaar/Muysken 2004:208).

En el caso del quechua sureño que nos interesa aquí, el uso de los dos marcadores se emplean en todas las relaciones de la escala de (in)alienabilidad. Sin embargo, a diferencia del español que emplea la (in)alienabilidad y la animacidad en la distinción de la marcación del posesivo, el quechua no parece emplear ninguna diferenciación, ya que las dos marcaciones pueden aparecer en toda la escala de (in)alienabilidad.

Para aclarar la posesión en el quechua, Escobar/Soto (e.p.) armaron un cuestionario con 182 construcciones binominales en quechua que incluían ejemplos de relaciones pertenecientes a todas las categorías de la escala de (in)alienabilidad, con la presencia y la ausencia de los marcadores genitivo -pa y posesivo de tercera persona -n del que-chua. Un quechua-hablante nativo presentó el cuestionario oralmente en quechua a diez personas que habían crecido en Ayacucho (una ciudad sureña) hablando quechua y español desde la niñez, y que todavía empleaban las dos lenguas en su vida diaria. Todos eran hombres, tenían más de 35 años de edad y tenían educación superior. Se les pidió que dijeran cuán aceptable era la construcción con y sin los marcadores, respec-tivamente. Después también se les pidió comentarios metalingüísticos sobre el por qué y cuándo se emplearían o no las construcciones, especialmente cuando había variación en las respuestas. A continuación se presenta parte de los resultados.

4. POSESIÓN EN EL QUECHUA

Las dos marcas posesivas, -pa / -n, aparecen en todas las diferenciaciones en quechua siguiendo la escala de (in)alienabilidad (Cuadro 1) y sin ningún tipo de diferenciación aparente. Sin embargo, el quechua también permite la omisión de ambos marcadores en algunos contextos. Mientras la relación de propiedad solo puede expresarse con la presencia de los marcadores (maistru-pa libru-n ‘Literal: del maestro su libro’, *maistru

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60 libru ‘Literal: maestro libro’), la relación parte/todo es flexible y permite que los no-minales puedan expresarse con o sin los marcadores. No obstante, los significados que derivan de la presencia o ausencia de los marcadores quechua no son exactamente iguales, como se ve en los ejemplos: prubinsia-pa llaqta-n ‘Literal: de la provincia su pueblo (literal)’, prubinsia llaqta ‘pueblo provincial (Literal: provincia pueblo)’. Nótese que la relación con la presencia de los marcadores tiende a una relación cercana a la po-sesión, mientras que la relación entre los nominales sin la presencia de los marcadores es definitivamente atributiva.

Encontramos que la presencia de los marcadores en los binomios que marcan una relación de parte/todo no es la preferida. Mientras la ausencia de los marcadores lleva a una lectura posesiva, wasi perqa ‘pared de la casa (Literal: casa pared)’, la presencia de los marcadores, en cambio, como en wasi-pa perqa-n, no hace referencia a la relación parte/todo ‘*de la casa su pared (literal)’. Más bien, hace referencia a una ‘pared (sola) de una casa (destruida)’ o a una ‘pared de precipio’. En estos casos, la expresión bino-mial parece haberse lexicalizado, lo que requiere mayor análisis.

Los referentes inanimados (con poseedor inanimado) de los binomios que ex-presan parte/todo favorecen la ausencia de los marcadores en casi un 55% (mientras los animados - partes del cuerpo - lo favorecen en cerca de un 30%). Sin embargo, también se encuentra variación dentro de las relaciones del tipo parte/todo. Mientras referentes de objeto muestran preferencia por la presencia de marcadores (su pata de la mesa), las otras relaciones de espacio, naturaleza y flora muestran mayor preferencia por la ausencia de marcadores, sugiriendo que estos expresan significados más sinté-ticos. No obstante, incluso dentro de estas sub-categorías hubo variación interna que se ejemplifica en el Cuadro 2. Los ejemplos presentan preferencias que van desde una construcción más sintética (sin marcadores) a una más analítica (con la presencia de marcadores).

Cuadro 2. Grados de preferencia de la expresión sintética/analítica en referentes inanimados de la subcategoría parte/todo (con poseedor inanimado)

ESPACIO NATURALEZA FLORA+ sintético prubinsia llaqta

provincia pueblo ‘pueblo provincial’

qocha yakulago agua ‘agua del lago’

yunga waytayunga región flor‘flor de la yunga’

urqu(pa) siki(n)cerro-GEN pie-POS.3‘pie/base del cerro’

qocha(pa) pata(n)lago-GEN orilla-POS.3‘orilla del lago’

sacha(pa) llaqe(n)árbol-GEN hoja-POS.3‘hoja del árbol

+analítico

punchu-pa kuchu-nponcho-GEN pun-ta-POS.3‘punta del poncho’

llaqta-pa mayu-npueblo-gen río-POS.3‘río del pueblo’

sacha-pa ruru-nárbol-GEN fruta-POS.3‘fruta del árbol’

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61Nótese que las preferencias más analíticas (cuadrantes de abajo) corresponden a experiencias de vida, en las que los nominales pueden ser independientes el uno del otro. Por ejemplo, la punta del poncho no es una parte esencial o particular de un poncho. Los ríos no pasan siempre por los pueblos y no pertenecen a los pueblos (como nos enfatizaron varios consultores). La fruta se ofrece, come o se puede en-contrar separada del árbol. Es decir, si bien las relaciones de espacio, naturaleza y flora prefieren la expresión sintética en el análisis cuantitativo, la variación dentro de cada subcategoría hacia la expresión analítica está conectada a la experiencia de la persona con estos referentes en el mundo real. Como veremos a continuación, el quechua también permite relaciones atributivas y más sintéticas entre los dos nomi-nales, lleven o no los marcadores posesivos.

5. PERFIL GRAMATICAL

Un análisis más detallado del perfil gramatical del quechua y del español nos permite hacer un análisis semántico y gramatical más profundo de los rasgos estructurales de cada lengua con respecto a la posesión, la atribución y a las expresiones nominales y adjetivales de cada lengua. El objetivo es determinar cómo interactúan las categorías gramaticales de (in)alienabilidad y animacidad en las relaciones de posesión y atri-bución en frases nominales del español y el quechua.

El análisis requiere describir los puntos de convergencia y de conflicto gramatical entre las dos lenguas. El objetivo es revelar los factores lingüísticos que condicionan el uso de la construcción posesiva en español (variedad sin contacto) y quechua y que ayudan a explicar la modificación de los valores semántico-gramaticales que tienen lugar en el proceso de la gramaticalización de la construcción posesiva ‘su N + de N’. Seguimos la hipótesis de Mithun (2013: 244-246) con respecto a la influencia gramatical. Propone que para que haya influencia de una lengua a otra los hablantes deben establecer primero los puntos de encuentro o relaciones equivalentes entre las dos lenguas. Si efectivamente se trata de un proceso de gramaticalización, encontra-remos los factores lingüísticos que favorecen los puntos de encuentro y que ayudan a explicar la influencia gramatical.

En el Cuadro 3 presentamos los puntos de conflicto gramatical entre el español y el quechua. Estos tienen que ver con la marcación de las funciones posesiva, nominal y atributiva en expresiones léxicas simples y compuestas. El marcador posesivo espa-ñol aparece con la posesión alienable y el artículo definido aparece con la posesión inalienable. Esta diferenciación no es común en las lenguas del mundo, pero existe en español (Leonetti 1999:808). En cambio, los marcadores -pa / -n del quechua pueden ser empleados en todas las relaciones de la escala de (in)alienabilidad (Soto 1975; Cerrón 1987).

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62 Cuadro 3. Puntos de conflicto gramatical entre el español y el quechua con respecto a la posesión y la atribución

Relación N y Adj Español QuechuaMarcador posesivo su + nominales alienables

para expresar propiedadsu maleta no llegó(↔ me lavo las manos)

Genitivo -pa y posesivo de tercera persona -n aparecen en todas las relaciones de (in)alienabilidad

Expresiones simples con función nominal Y atributiva

Muy pocas en españoljoven, viejo

Muy extendido

Compuestos con función posesiva Y atributiva

Solo atributiva, nunca posesivapapel moneda, pez espada

Pueden tener función atribu-tiva o posesivaprubinsia llaqta ‘pueblo de la provincia / pueblo provincial’

Otros puntos de conflicto hacen referencia a la función de expresiones léxicas sim-ples y compuestas. En español hay pocas expresiones léxicas que puedan tener tanto la función nominal y adjetival/atributiva, como es el caso de: joven, viejo. En quechua, en cambio, muchas expresiones léxicas pueden ser empleadas con función nominal o adjetival, según el contexto (Floyd 2011). Por otro lado, los nominales dentro de los compuestos en español pueden tener función atributiva pero nunca posesiva. En quechua, en cambio, pueden tener tanto función posesiva como atributiva según el contexto, como se ve en los ejemplos en el cuadro 3.

Los puntos de convergencia gramatical entre el español y el quechua hacen refe-rencia al grado de cercanía semántico-gramatical entre la posesión y la atribución, como se resume en el Cuadro 4. Si bien la derivación adjetiva denominal en español es restringida con respecto a los sustantivos y sufijos derivativos, la derivación es po-sible (Bosque/Gutiérrez Rexach 2009: 624-625). En quechua, las expresiones léxicas simples muestran mucho mayor flexibilidad en el sentido que pueden tener función nominal o adjetiva según el contexto (Floyd 2011). Esto resulta más aparente con los compuestos. Los compuestos NN en español también pueden tener función atributiva (cf. Moyna 2011), como se ejemplifica en el cuadro 4. En expresiones perifrásticas en español, como N de N (Müller 2001), o complejas en quechua, como N-pa N-n, los nominales pueden estar en una relación atributiva. En el caso del español ocurre espe-cialmente en relaciones nominales conectadas a materia y origen.

Una revisión de los puntos de convergencia y de conflicto entre el español y el quechua muestra puntos de encuentro relacionados a la función de atribución en las dos lenguas. Los compuestos y la perífrasis en español permiten lecturas atributivas, especialmente en construcciones N de N para origen y materia; es decir, contextos complejos como es la construcción que nos interesa. De igual manera la conexión en-tre sustantivo y adjetivo es estrecha en español, especialmente cuando las comparamos con el verbo. Otro punto importante es que la relación atributiva se encuentra más

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frecuentemente en los compuestos que en la construcción su N de N. Estos puntos de equivalencia entre las lenguas y la relación semántica entre posesión y atribución en las lenguas del mundo parecen ser las puertas de entrada de la trayectoria semántica que lleva a la influencia del quechua en el español y a la gramaticalización de la cons-trucción posesiva su N de N del EA. Tanto el su como la frase con de marcan juntos la relación entre los nominales como atributiva en contextos de referente inanimado. Si bien, la relación de los nominales en la construcción posesiva su N de N se describe como ‘atributiva’ en la bibliografía hispánica sobre esta construcción (cf. Huerta 2009; Company/Huerta 2017), en este trabajo resaltamos con ‘atribución’ una relación más estrecha entre los sustantivos de la construcción posesiva su N de N que tienen un poseedor inanimado y un referente inanimado.

6. DISCUSIÓN FINAL

En contextos de contacto de lenguas, la influencia gramatical de una lengua a otra es posible pero solamente en situaciones de contacto intenso y prolongado (Thomason 2001), como es el caso del español en contacto con el quechua en la región peruana. Estos procesos de gramaticalización en contextos de contacto siguen las tendencias que se encuentran en otras lenguas del mundo (Heine/Kuteva 2002, 2005). Sin em-bargo, el contacto entre lenguas no relacionadas puede llevar a funciones innovadoras en la lengua receptora que diferencia a esta variedad aún más de los otros dialectos de la misma la lengua. Este es el caso del español andino peruano que presenta rasgos lingüísticos propios que lo diferencian de otras variedades no andinas de español. La construcción posesiva su N + de N es un ejemplo de una mayor gramaticalización en el EA que en otras variedades del español moderno, como la variedad mexicana en la cual

Cuadro 4. Puntos de convergencia gramatical entre el español y el quechua con re-specto a la posesión y la atribución

Relación N y Adj Español Quechua

Cercanía gramatical:Derivación no muy produc-tivamúsica > musical

N ↔ Adj, según contexto

Compuestos N N:Pueden tener relación atributivapapel moneda, pez espada

Pueden tener relación atributivarumi wasi ‘casa de piedra’

Expresión perifrástica o compleja:

N de N puede tener una relación atributiva (para materia, origen)anillo de oro, el queso de Cusco

N-pa N-n puede tener una relación atributivaprubinsia-pa llaqta-n ‘pueblo de la provincia / pueblo provincial’

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64 también se encuentra esta construcción (cf. Huerta 2009; Company/Huerta 2017). La construcción su N + de N es minoritaria en el español de regiones monolingües sin contacto lingüístico, pero se ha vuelto más productiva y con función innovadora en el español andino. En los datos del español mexicano, Huerta (2009) y Company/Huerta (2017) encuentran que la construcción su N + de N es frecuente y no tiene función desambiguadora. Los datos cuantitativos muestran que se emplea en un 96 porciento con referentes animados. Es decir, solo el 4 porciento de los datos con esta construcción aparece con referentes inanimados en la variedad mexicana. En los datos del EA que manejamos, en cambio, el porcentaje de casos con esta construcción pose-siva, sin función desambiguadora y de referentes inanimados, sube al 20 por ciento, y se encuentra en hablantes del EA que viven en la región andina y que han migrado a Lima. También encontramos ejemplos en datos del español ribereño de Lima, de per-sonas con educación superior. Si bien necesitamos estudiar más esta construcción en diferentes variedades del español peruano, no cabe duda que el favorecimiento de esta construcción con referentes inanimados está conectado a la influencia del quechua a través del intenso contacto lingüístico y dialectal que tiene lugar dentro del país.

Los resultados de las construcciones posesivas en quechua muestran que las ex-presiones binominales (en compuestos o en perífrasis) favorecen las lecturas atributi-vas, especialmente en la categoría parte/todo de referentes inanimados con ‘poseedor’ inanimado. Más específicamente, las subcategorías favorecidas están conectadas a la naturaleza, al espacio y la flora, que sugiere un posible entendimiento de inanimacidad conectado al mundo natural, relevante en la cosmovisión andina y que merece mayor estudio.

La atribución en el contacto español/quechua parece ser un ámbito semántico bas-tante productivo que favorece la influencia lingüística y que puede revelarse en otras expresiones gramaticales de la lengua. En el caso de la construcción posesiva analizada aquí, vemos que la gramaticalización está conectada a la presencia de dos nominales en una construcción, así como al marcador posesivo que también contribuye a la grama-ticalización del conjunto en un tipo de atribución que es diferente al que se encuentra en otras variedades de español. Además, este rasgo de contacto ejemplifica un cuarto tipo de fenómeno de gramaticalización que no ha sido descrito anteriormente en los estudios sobre el contacto de lenguas.

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| Anna María Escobar trabaja en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Uni-dos). Su investigación y docencia se centra en áreas de la sociolingüística y variación lingüística, del cambio lingüístico en situaciones de contacto de lenguas y sobre fenómenos morfosintác-ticos y semántico-gramaticales. Está trabajando en un libro titulado Rewriting the Social and Linguistic History of Andean Spanish. Dirige el proyecto CLoTILdE que se enfoca en delinear las trayectorias semántico-gramaticales de la influencia del quechua al español con datos dia-crónicos desde los sesenta. Es coeditora con Salikoko Mufwene (Universidad de Chicago) del Cambridge Handbook of Language Contact, en proceso. Actualmente es directora del Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de su universidad.

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Gramáticas en contacto. Inhibición del cambio lingüístico y gramaticalización en la convivencia entre el español y el catalán en Barcelona*

Grammars in Contact. Inhibition of Linguistic Change and Grammaticalization in the Linguistic Contact Between Spanish and Catalan in Barcelona

MAR GARACHANA

Universitat de Barcelona, Españ[email protected]

| Resumen: Este trabajo trata acerca de la historia de haber de + inf. en el español hablado en Barcelona, donde esta perífrasis se ha consolidado como una perífrasis deóntica con plena vitalidad en contextos de proximidad comunicativa, frente a un uso confinado a los registros formales en otras variedades del español. El empleo de haber de + inf. en el español de Barcelo-na se explica como resultado de la influencia analógica de la perífrasis deóntica prototípica del catalán, a saber, haver de + inf. Ahora bien, la convergencia lingüística no explica la vitalidad de haber de + inf. en el español de Barcelona. Nuestra hipótesis es que, a diferencia de otras variedades del español, el contacto con el catalán desencadenó un proceso inhibidor que frenó la tendencia a la desaparición de esta perífrasis, que en el español de Barcelona experimentó una nueva gramaticalización que la ha convertido en un instrumento especializado en la expresión de sentidos deónticos, que nunca fueron caracterizadores de haber de + inf. en español.Palabras clave: gramaticalización, contacto de lenguas, perífrasis verbales, catalán, español.

* Este capítulo se enmarca en los proyectos Diccionario histórico de las perífrasis verbales del español. Gramática, pragmática y discurso (II). Perífrasis temporales y aspectuales. FFI2016-77397-P y GRADIA (2017 SGR 1337).

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68 | Abstract: This paper deals with the history of haber de + inf. ‘to be going to, to have to’ in the Spanish spoken in Barcelona, where this periphrasis has become consolidated as a deontic pe-riphrasis with full vitality in contexts of communicative proximity, as opposed to a use confined to formal registers as in other varieties of Spanish. The use of haber de + inf. in the Spanish of Barcelona has been explained as a result of the analogical influence of Catalan prototypical deontic periphrasis, namely, haver de + inf. However, linguistic convergence does not explain the vitality of haber de + inf. in the Spanish of Barcelona. Our hypothesis is that, unlike other varieties of Spanish, contact with Catalan triggered an inhibitory process that slowed down the trend towards the disappearance of this periphrasis, with the Spanish of Barcelona experiencing a new grammaticalization that has turned it into an instrument specialized in the expression of deontic meanings, which were never characterizers of haber de + inf. in Spanish.Key words: Grammaticalization, language contact, verbal periphrases, Catalan, Spanish

1. INTRODUCCIÓN. OBJETIVO Y METODOLOGÍA

En este trabajo se va a analizar la historia de la perífrasis deóntica haber de + inf. en el español hablado en Barcelona. El objetivo que se persigue es demostrar que el empleo de esta perífrasis en el español barcelonés en contextos característicos de la proximidad comunicativa, frente a un uso confinado a los registros formales en otras variedades del español, responde a un complejo proceso de cambio fruto del contacto de lenguas. El detonante de esta evolución habría sido la influencia analógica de la perífrasis deóntica prototípica del catalán, a saber, haver de + inf. Ahora bien, la convergencia lingüística no se limita a una influencia que haya frenado la tendencia a la desaparición de la perí-frasis en el español barcelonés, sino que, además, como consecuencia de la convivencia con el catalán, en el español hablado en Barcelona haber de + inf. ha desarrollado valo-res que no son los que caracterizan a esta perífrasis en otras regiones hispanohablantes. Nuestra hipótesis es que, a diferencia de otras variedades del español, la influencia del catalán desencadenó un proceso inhibidor que frenó la tendencia a la desaparición de esta perífrasis1. Y, una vez conservada la perífrasis como un instrumento gramatical productivo en el español de Barcelona (y de otras zonas catalanohablantes), se produjo una gramaticalización que la convirtió en un instrumento especializado en la expresión de sentidos deónticos, que, como ha señalado Hernández Díaz (2017: 209), nunca fueron caracterizadores de haber de + inf. en español. En efecto, como señala Hernán-dez Díaz (2017: 210) en el caso de haber que + inf. y especialmente en el de haber de + inf. “estamos ante la expresión de una obligación débil, ante un estado de cosas en el que es apremiante que se haga algo, sin que haya un destinatario de esa obligación, porque tampoco existe una autoridad o una fuerza externa que lo dicte”.

1 Esta hipótesis no es nueva. Ya se ha expuesto para el español de otras zonas catalanohablantes (Blas Arroyo 2007, 2015, 2016; Enrique-Arias 2010, 2014a, 2018).

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69Así pues, nos disponemos a abordar el estudio de la variedad del español de Barcelona en una perspectiva histórica. Esta es un área de investigación en la que prácticamente todo está por hacer2. Para la variedad del español de Barcelona solo disponemos del trabajo de Kailuweit (1996), que no ahondó en procesos de cam-bio concretos, pues su objetivo era otro. Si ampliamos la óptica para contemplar el español de todo el territorio catalanohablante, podemos incluir los estudios de Blas Arroyo (2004, 2007, 2008, 2015, 2016), quien incide especialmente en la zona va-lenciana, y los de Enrique-Arias para el español de Palma de Mallorca (Enrique-Arias 2010, 2014a, 2018). Sin embargo, poco más puede reseñar, por lo que siguen siendo hoy válidas las palabras de Sinner & Wesch (2008: 35), quienes subrayaban la nece-sidad de reforzar el estudio diacrónico:

Faltan estudios coordinados de la historia de las variedades castellanas de las regiones catalanohablantes, de la diglosia y del bilingüismo, de las actitudes, etc., desde la pers-pectiva de la lingüística hispánica.

El principal problema para desarrollar una investigación empírica sobre la con-figuración de la variedad del español en zona barcelonesa es la falta de corpus, especialmente de etapas pasadas. En el plano sincrónico, podemos rastrear ciertos fenómenos gracias a los corpus de Sinner (2001), Vila Pujol (2001) y Vann (2009). Sin embargo, todavía se está en fase de recogida de material en el proyecto PRE-SEEA, que podría ofrecer un compendio mayor de datos. Los corpus existentes son valiosos, pero no suficientemente extensos para determinar con exactitud el rendimiento funcional de muchos fenómenos que caracterizan al español de Bar-celona como consecuencia del contacto de lenguas. La situación no es mucho me-jor para otras variedades de español en contacto con el catalán (vid. Enrique-Arias 2014b: 279 y 293).

En relación con los corpus históricos, para la historia pasada disponemos de tex-tos escritos en la corona de Aragón y recogidos en los corpus de la Real Academia, CORDE, CDH (www.rae.es). Para períodos recientes de la lengua, siglo XIX y principios del XX, existen repertorios digitalizados de textos de prensa y de la correspondencia privada de autores concretos en la Biblioteca Nacional de España (<http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html>) y en la Biblioteca de Catalunya (<http://www.bnc.cat/Fons-i-col-leccions/Fons-digitalitzats>), pero en ningún caso se trata de corpus de fácil acceso. Con frecuencia, los textos han sido solamente escaneados y no suelen ofrecer una sistematización en su recopilación. Los corpus de la RAE (CORDE, CDH) o el Corpus del Español (www.corpusdelespanol.org)

2 Para un balance exhaustivo sobre los estudios existentes sobre el español hablado en tierras de habla catalana, véase el estado de la cuestión de Sinner/Wesch (2008). Vid., asimismo, la bibliografía reco-gida por C. Sinner en <http://www.carstensinner.de/castellano/bibliografia.html>. También son inte-resantes los estudios realizados en el marco del proyecto El español en contacto con el catalán: variación diatópica y bilingüismo (FFI2012-33499), de los que tenemos una muestra en Poch Olivé (2016).

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70 tampoco suponen una gran contribución para esta etapa. El resultado es que, en el estadio actual de las investigaciones, no podemos desarrollar estudios cuantitativos exhaustivos.

Así pues, nuestro trabajo será más cualitativo que cuantitativo, si bien basaremos nuestras afirmaciones en la consulta de corpus y ofreceremos datos numéricos que deberán ser contrastados con corpus más extensos cuando se disponga de un mayor número de textos. Para el estudio del español contemporáneo de Barcelona, hemos realizado un vaciado exhaustivo de los corpus de Sinner (2001), Vila (2001) y Vann (2009). Para el español del siglo XIX y de principios del XX, hemos acudido a los textos epistolares del corpus GRADIA (<http://gradiadiacronia.wixsite.com/gradia/corpus-gra-dia>), para las variedades de zonas no catalanohablantes. Para el estudio de la variedad del español de Barcelona en esta misma etapa, hemos recurrido a textos epistolares recogidos en la Biblioteca de Catalunya para disponer de testimonios escritos en cas-tellano por autores catalanes. Concretamente, hemos recopilado un breve corpus a partir de la correspondencia privada en castellano de Joan Maragall. De este modo, hemos podido cotejar el empleo que se hacía de esta perífrasis en el siglo XIX y a prin-cipios del XX en Barcelona y en el resto de la Península, lo que nos ofrece una base de comparación homogénea a fin de determinar si, en el momento en que haber de + inf. se batía en retirada en la Península, esta tenía un uso más efectivo en Barcelona3. Esto es, el objetivo del cotejo de los datos del siglo XIX y principios del XX es disponer de datos fiables que prueben el mayor recurso a la perífrasis haber de + inf. en el castella-no de Barcelona, a fin de validar la hipótesis de que el contacto con el catalán fue el detonante de un proceso de inhibición del cambio lingüístico4. La consulta del corpus contemporáneo permitirá ver si la inicial preservación de haber de + inf. fue seguida de una posterior gramaticalización fruto de la interferencia.

Este enfoque resulta novedoso para el español de zonas catalanohablantes, puesto que la mayoría de aproximaciones que se han realizado hasta la fecha no suelen tomar en consideración la trascendencia histórica del contacto para la gramática. Y tampoco

3 No hace falta insistir en la distancia que media entre la lengua conversacional y la lengua escrita. Sin embargo, el recurso a esta es inevitable para el estudio de la lengua de etapas pretéritas. Para intentar paliar la distancia que media entre la lengua hablada y la lengua escrita, hemos centrado nuestro estu-dio en el análisis del texto epistolar, que por su tono más familiar puede ofrecer un testimonio menos alejado de la lengua conversacional.

4 No vamos a entrar en la polémica de si existía o no un dialecto del castellano hablado en Cataluña en el siglo XIX: Kailuweit (1996) sostiene su existencia, mientras que Sinner (2004: 22) la cuestiona. Solo nos interesa ver el empleo que de esta perífrasis hacían los hablantes catalanes en esta centuria con el objeto de comprobar si la convivencia con el catalán podía estar generando un hábito lingüís-tico diferente del que se detecta en el español de zonas monolingües, donde el siglo XIX muestra una tendencia muy marcada a reducir el empleo de haber de + inf. (vid. Hernández Díaz 2017). Podría objetarse que los datos que obtenemos para el castellano de Barcelona en el siglo XIX y principios del XX pueden constituir rasgos idiosincrásicos del español maragaliano. Sin embargo, y a falta de nuevas investigaciones, el hecho de que la lengua posterior ahonde en estos usos parece ser un indicio fiable de un cambio en curso en el español barcelonés.

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71se acostumbra a entrar en valoraciones sobre si el contacto de lenguas funciona como desencadenante de ulteriores procesos de gramaticalización que singularicen el español de zonas catalanohablantes. A estas cuestiones dedicaremos las siguientes páginas.

Este capítulo se estructura en 3 apartados, además de la presente introducción. En el apartado 2, trazaremos un breve bosquejo de la trayectoria del castellano en Barce-lona. En el apartado 3, describiremos el empleo de la perífrasis haber de + inf. en el español de Barcelona en el siglo XIX comparándolo con el de otras zonas monolingües (3.1); asimismo, nos ocuparemos de los valores de la perífrasis haber de + inf. en el es-pañol contemporáneo, tanto de zonas monolingües como de zonas catalanohablantes (3.2). Finalmente, en el apartado 4 exponemos nuestras conclusiones.

2. BREVE TRAYECTORIA HISTÓRICA DEL CASTELLANO EN BARCELONA. LAS CLAVES DEL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA VARIEDAD LINGÜÍSTICA

Las relaciones entre el catalán y el castellano remontan al período medieval. Tenemos noticia de la influencia lingüística del aragonés y del catalán sobre el español desde por lo menos el siglo XIV, cuando a través de las corrientes (pre)humanistas se intensifi-can las colaboraciones entre intelectuales de las coronas castellana y aragonesa (vid., por ejemplo, Pons Rodríguez 2015; Garachana Camarero 2018; Octavio de Toledo y Huerta 2018). La unión dinástica de ambas coronas, tras la boda de los Reyes Católi-cos (1469), incrementó el contacto entre ambas lenguas en territorios de la Corona de Aragón. Sin embargo, hasta el siglo XVIII el uso del castellano en territorio catalán que-dó concentrado en las capas sociales más altas. A partir del setecientos, con el Decreto de Nueva Planta de 1716, el recurso al castellano se hizo más palpable en diferentes ámbitos de la administración y, tras la Real Cédula de Aranjuez (1768), que decretó el empleo del castellano en la escuela, también en el ámbito educativo5.

La Cédula tuvo una eficacia relativa (Kailuweit 1996), pero, con todo, provocó la introducción progresiva del castellano en diferentes terrenos cotidianos, hasta el punto de que en el XIX autores catalanes de renombre lo empleaban en su correspondencia cotidiana. Por ejemplo, Joan Maragall escribía a su esposa y a sus hijas en castellano; también utilizó el castellano en algunos artículos, y otros autores, por ejemplo, Narcís Oller escribieron algunas de sus obras en esta lengua. Ya en el siglo XX, los procesos migratorios posteriores a la Guerra Civil española propiciaron una mayor presencia del español en Cataluña, de modo notable en Barcelona, lo que también ocasionó una intensificación de la influencia entre las dos lenguas, que tuvo su reflejo inmediato en fenómenos de contacto lingüístico particulares en ambas direcciones.

5 Vid. Vallverdú (1979) para un estudio del origen de la diglosia en el siglo XIX en Cataluña. El trabajo más extenso sobre la situación del castellano en Cataluña es, sin embargo, el de Kailuweit (1997).

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72 3. LA PERÍFRASIS DEÓNTICA HABER DE + INF. EN EL ESPAÑOL DE BARCELONA

En este apartado vamos a comparar el uso de la perífrasis haber de + inf. en el español de zonas monolingües y de Barcelona. En primer lugar, analizaremos su empleo en textos del siglo XIX y de principios del XIX para, luego, ocuparnos de su uso en la lengua contemporánea.

3.1. Breve trayectoria histórica de la perífrasis haber de + inf. en el siglo XIX y principios del XX

La perífrasis haber de + inf., que hunde sus raíces en el latín (Artigas/Garachana en prensa), se documenta en español desde sus primeras manifestaciones escritas (Yllera 1980; Hernández Díaz 2017). No fue, sin embargo, la perífrasis de obligación por excelencia en la Edad Media, sino que a sus usos deónticos sumó otros relacionados con una obligación muy atenuada y con el tiempo futuro. La perífrasis deóntica carac-terística de la etapa medieval fue deber (de) + inf. (Rosemeyer 2017). Además, la trayec-toria histórica de haber de + inf. la fue alejando cada vez más de los valores deónticos fuertes y situándola en el terreno de la obligación atenuada, los valores epistémicos y la futuridad (López Izquierdo 2008, Hernández Díaz 2017). Posiblemente, la presión analógica ejercida por el verbo haber en sus usos no auxiliares, fundamentalmente su empleo como verbo terciopersonal de existencia (los usos posesivos se batían en reti-rada desde finales de la Edad Media), propició el alejamiento de los valores deónticos (Hernández Díaz 2017, Garachana Camarero/Hernández Díaz 2017). Es decir, el em-pleo de haber de + inf. en español queda marcado por un atenuamiento progresivo de su empleo con valores deónticos y por una progresiva reducción de su frecuencia de uso, muy pronunciada a partir del siglo XIX (vid. Hernández Díaz 2017). Sin embar-go, en la variedad de español de Barcelona no se observa ni un debilitamiento de los valores deónticos ni una baja frecuencia de uso. Este trabajo tratará de dar respuesta a esta diferencia de empleo.

En la actualidad no disponemos de un corpus homogéneo del castellano de Barce-lona equiparable al empleado por el grupo GRADIA para el estudio de la evolución de las perífrasis modales. En consecuencia, no hemos podido realizar una comparativa ex-haustiva del empleo de haber de + inf. en el español barcelonés y el resto de variedades del español. Sin embargo, sí hemos podido establecer una comparación entre tipos de textos similares. Concretamente, hemos confrontado las epístolas del corpus GRADIA correspondientes al siglo XIX con varias cartas que el poeta catalán Joan Maragall escri-bió en castellano a familiares y amigos. Se trata de dos corpus desiguales: el corpus de GRADIA para los textos peninsulares cuenta con 84.172 palabras y el corpus de cartas de Maragall solo tiene 13.447. Sin embargo, los resultados del cotejo no pueden ser más significativos. Si medimos la presencia de haber de + inf. por cada 10.000 palabras en ambos corpus, los resultados son los de la Tabla 1.

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73Tabla 1. Distribución de valores de la perífrasis haber de + inf. en el español de Barcelona y en el español de zonas monolingües (siglos XIX-principios del XX).

Valores por variedades Total absoluto Frecuencia por 10.000 palabrasEspañol de BarcelonaDeóntico 8 6Español de zonas monolingüesDeóntico 8 0,95Deóntico atenuado 16 2

Esta tabla permite observar que en el español de zonas no catalanohablantes la frecuencia de empleo de la perífrasis con valor de obligación es mucho menor que la que se registra en Barcelona (a idéntica conclusión llegan Blas Arroyo y Enri-que-Arias en sus estudios sobre el castellano de otras regiones bilingües). En las cartas de Maragall, la perífrasis aparece con valor deóntico 6 veces cada 10.000 pala-bras, y lo hace en contextos tan cotidianos como el de (1), donde Maragall habla de la obligación que se les impone al poeta y a su esposa de cambiarse de ropa debido a la lluvia6. En cambio, en las cartas de otros autores peninsulares la frecuencia desciende a 0,95 veces por cada 10.000 palabras y el empleo suele conllevar unos contextos más retóricos o formales (2). Incluso si sumamos aquí la obligación ate-nuada —obligación interna o débil, vinculada a las nociones de conveniencia o de necesidad o importancia de que un evento se produzca—, la frecuencia no llega ni a 3 veces por 10.000 palabras. Este es un indicio de la mayor vitalidad de la perífrasis deóntica en Barcelona en un momento en que esta iba perdiendo empuje en el resto de la Península. La significatividad de estos datos aumenta si tenemos en cuenta que el texto epistolar es, según Hernández Díaz (2017: 214), uno de los géneros textuales en los que, en el español general, la perífrasis es más frecuente en el siglo XIX.

(1) Aquí el tiempo está revuelto y ayer á la vuelta de la fiesta mayor de las Escaldas se nos vino una tempestad encima que nos dejó hechos una lástima. Al llegar á la fonda hubimos de mudarnos de pies á cabeza (Cartas de Maragall a Josep Maragall, corpus BDC).

(2) por lo cual, quien aspire a conocerle ha de cerrar los ojos (Juan Valera, Nuevas Cartas Americanas. Cervantes Virtual. Edición digital basada en la de Madrid, Librería de Fernan-do Fe, 1890, apud GRADIA).

Estos datos ponen de relieve que la situación de contacto lingüístico, como su-cedió en el español de otras zonas catalanohablantes, motivó un empleo particular

6 De hecho, en el español hablado en Cataluña no solo es relevante que la perífrasis haber de + inf. se emplee más que en otras zonas hispanohablantes, sino que lo es mucho más el hecho de que lo haga en unos contextos de empleo ajenos por completo al español de áreas monolingües, donde no acostumbra a usarse para expresar la obligación que se impone a una persona o a un grupo de personas en particular.

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74 de haber de + inf. en el castellano de Barcelona. Este empleo particular no consiste en la introducción en la gramática de una nueva forma, sino en la preservación de un esquema gramatical que había entrado en recesión en la lengua de regiones donde el contacto con otras lenguas no se da. Además, en Barcelona la perífrasis ha desarrollado valores que nunca fueron característicos de la perífrasis en el español general. Podemos explicar esta tendencia que permitió mantener haber de + inf. en la gramática del español de Barcelona como un caso de congruencia tipológica que ha-bría activado un cambio en la gramática (cfr. Besters-Dilger et al. 2014), que habría supuesto una nueva gramaticalización de haber de + inf. en el español barcelonés. Así pues, la proximidad entre el catalán y el castellano, habría facilitado el mantenimien-to en el español barcelonés de la perífrasis haber de + inf. y los significados deónticos de la perífrasis catalana habrían motivado una ulterior gramaticalización de la forma española como construcción de obligación.

La gramaticalización ha sido definida como un proceso de cambio gramatical consistente en el desarrollo de construcciones gramaticales. El proceso puede ini-ciarse o bien en construcciones con un significado léxico —este es el caso de la creación de la perífrasis haber de + inf. en latín desde estructuras en las que haber tenía un significado posesivo—, o bien en construcciones con un significado gra-matical —aquí incluiríamos el desarrollo de los valores deónticos de haber de + inf. en el español barcelonés— (vid. los trabajos contenidos en Narrog/Heine 2011). La gramaticalización de haber de + inf. como perífrasis deóntica sinónima de tener que + inf. consiste en un proceso de copia analógica de los valores y empleos de la perífrasis del catalán haver de + inf. En esta evolución se detectan tanto cambios semánticos como formales, así como modificaciones relativas al contexto de empleo de la cons-trucción. En lo relativo a los cambios semánticos, observamos que haber de + inf. desarrolla sentidos deónticos fuertes y se emplea para expresar tanto la obligación interna como la obligación externa. Estos valores no están alejados de los sentidos de obligación atenuada y de futuridad, que son los característicos en español, de modo que los valores del español de Barcelona pueden considerarse una extensión de naturaleza metonímica que lleva de la expresión de lo que es conveniente hacer a la formulación de lo que debe ser hecho ya que una fuerza externa funciona como autoridad que establece una norma que el destinatario debe observar. Este cambio semántico propició, a su vez, un cambio sintáctico visible en la combinatoria de la perífrasis, que ve aumentar el número de formas verbales que pueden aparecer en la posición de verbo auxiliado (se admiten, por ejemplo, los verbos meteorológicos y no con sentido figurado, como señala la Fundéu para ha de llover7 o verbos referidos a acciones cotidianas como la que observábamos en el ejemplo (1)). Asimismo, se amplían las posibilidades combinatorias del sujeto, que ya no queda estrechamente relacionado con las terceras personas, especialmente del singular, a diferencia de lo que sucede en el español de zonas monolingües. Por último, en el español de Barce-

7 <https://www.fundeu.es/consulta/ha-de-lloverhan-de-llover-1637/>.

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3.2. Haber de + inf. en el español contemporáneo de Barcelona. Continui-dad y cambio en la gramática

La falta de corpus exhaustivos que representen la variedad del español de Barcelona no permite ofrecer datos cuantificables acerca del empleo de haber de + inf. frente a la perífrasis de obligación por excelencia en el español conversacional de zonas monolingües, a saber, tener que + inf. Sinner (2003) ya apuntó que los datos no siempre son concluyentes, ya que dependen de los corpus estudiados: los textos escritos arrojan frecuencias más altas de haber de + inf. que los corpus orales, donde tener que + inf. arraiga con fuerza. Sinner (2000), partiendo de un corpus de textos escritos, registra un empleo de la perífrasis haber de + inf. del 10% en autores de zonas monolingües, frente a un 43,3% en los textos de autores catalanes. Pero esta proporción desciende a un 4% en corpus orales con informantes catalanes. Y aunque las descripciones realizadas en Wesch (1997: 173-174), Hernández García (1998: 578), Martínez (2002) y Sinner (2000, 2003) inciden en la elevada frecuencia de haber de + inf. en el español de Barcelona, esto no significa que tener que + inf. esté desapareciendo.

En efecto, la vitalidad de esta estructura gramatical en el español hablado en Bar-celona se muestra claramente dependiente del grado de conocimiento de la lengua catalana, de la proporción en que esta influye en el castellano y de la conciencia lin-güística de los hablantes. Esto se pone de manifiesto en los comentarios que Sinner (2001) añade a su corpus, donde hace notar que cuando apaga la grabadora algunos de sus informantes, que durante la entrevista habían omitido haber de + inf., pasan a emplearla en su comunicación espontánea con el investigador. En la misma línea apuntan las propias declaraciones de algunos informantes del corpus de Vann (2009: 2006), que explican haber de + inf. como un caso de interferencia. Ambos testimo-nios permiten entender con más claridad la complejidad del fenómeno.

De hecho, lo que los datos parecen probar es que, más que hablar de una sustitu-ción (o de una tendencia a la sustitución) de tener que + inf. por parte de haber de + inf., lo que parece que se da en el español de Barcelona (y por extensión de Cataluña) es un empleo de haber de + inf. en contextos que no le son afines en otras variedades de español de zonas monolingües. Dependiendo del informante, de su grado de con-tacto con el catalán y de su grado de conciencia lingüística, la proporción de empleo de haber de + inf. y tener que + inf. variará (Sinner 2003: 199-200).

En efecto, lo que sí parece importante y en lo que no se ha hecho especial hin-capié es en el hecho de que el empleo de haber de + inf. en el español de zonas catalanohablantes es diferente del que se observa en otras áreas de habla española (vid. nota 7). La perífrasis haber de + inf. con valor deóntico atenuado no es ajena a otras variedades de español (vid. RAE-ASALE 2009: 2145-2148), si bien es más

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76 central su valor de tiempo futuro, extendido también en la lengua conversacional de México, Centroamérica y el área antillana (RAE-ASALE 2009: 2146). Si observamos los siguientes ejemplos, podremos comprobar varios datos que ponen de manifiesto la revitalización que haber de +inf. ha experimentado en el español de Barcelona, así como su extensión a contextos que nunca fueron destacados en otras variedades:

(3) digo y tú esta máquina digo ¿la has de pagar? Bueno ¿la tienes que pagar? dice sí (Vila 2001: 85)

(4) digo para ganar quince mil al mes amortizar la máquina [digo has de ganar has de hacer fotocopias ¿no? pero es que a ver has de coger las quince mil de de que has de pagar y hacer más porque si no no ganas nada ¿me entiendes? (Vila 2001: 85)

(5) Ángel digo has de hacer al menos veinticinco o treinta mil pesetas de fotocopias para ganarte al mes diez mil pelas de fotocopias o quince mil (Vila 2001: 87)

(6) Mamá, ¿he de lavarme las manos antes de comer? (ejemplo tomado de una conversación real)

(7) Pero ahora ya no me dejan [mantener el turno de trabajo]: he de cambiar (ejemplo toma-do de una conversación de WhatsApp)

Los ejemplos anteriores pertenecen en sentido estricto a la modalidad deóntica en la medida en que una entidad externa al participante, ya sea una persona ya sea una norma social o ética, le obliga a llevar a cabo una acción (Jarque 2017). Todos ellos han sido tomados de conversaciones reales y ponen de manifiesto una vez más los contextos de coloquialidad en los que se emplea la perífrasis en el español barce-lonés. Pero no solo han cambiado las claves de uso de la perífrasis en lo relativo a las situaciones de proximidad o distancia comunicativa. Si comparamos estos ejemplos, con los datos expuestos en Hernández Díaz (2017) acerca de los contextos de uso de la perífrasis haber de + inf. en el español general, encontramos diferencias significati-vas, que muestran que, de alguna manera, estamos ante perífrasis diferentes.

Como ya hemos señalado, las claves de empleo de haber de + inf. en la historia del español establecen unos contextos de empleo de baja carga deóntica (Hernández Díaz 2017). Así haber de + inf. tiende a aparecer con verbos auxiliados que subrayan su carácter de instrumento para la obligación débil impersonal: fundamentalmente, son los verbos ser, tener, hacer, haber, decir, ir y saber (vid. Hernández Díaz 2017: 220). Además, de acuerdo con Hernández Díaz (2017: 218), la perífrasis haber de + inf. en el español se emplea mayoritariamente en tercera persona del singular, lo que la aleja también de los contextos propiamente deónticos.

Por el contrario, en el español de Barcelona, la perífrasis haber de + inf. no encuen-tra estas restricciones de empleo. Tal y como ilustran los ejemplos anteriores, en la va-riedad del español de Barcelona, los verbos auxiliados, en vez de restar carga deóntica a la perífrasis, la intensifican, pues, al estar referidos a actividades (no a estados como ser, tener, haber o saber), se puede presentar dicha acción bajo el prisma de la obligación. Tampoco se observa la preferencia por la tercera persona que casi excluye a la primera y la segunda personas de la construcción en variedades del español de zonas monolin-

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77gües. Por el contrario, ejemplos como los de (3)-(7) están presentes en la conversación cotidiana del español de Barcelona. Si nos fijamos en estos ejemplos, los sujetos de la perífrasis son primeras y segundas personas8. En todos los casos, el sujeto queda com-pelido a realizar la acción expresada por el verbo auxiliar. Resulta muy remarcable que aparezcan segundas personas, pues, prototípicamente, las órdenes van dirigidas a los interlocutores. El caso de (6) simplemente consiste en la confirmación de una obliga-ción que el hablante supone que tiene que llevar a cabo.

Así pues, estos ejemplos hacen patente que la influencia del catalán ha propi-ciado un giro en la evolución de haber de + inf.: no solo no ha quedado reducida a contextos de baja carga deóntica y confinada a las situaciones propias de la distancia comunicativa, sino que, además, se ha gramaticalizado como una perífrasis deóntica sinónima a tener que + inf. Esto es, en el español de Barcelona haber de + inf. se ha convertido en una nueva construcción gramatical que expresa todo tipo de obliga-ción, incluso en contextos de proximidad comunicativa. La perífrasis deóntica del catalán haver de + inf. ha funcionado como una construcción soporte, que ha atraí-do analógicamente a haber de + inf. a sus contextos de empleo (para el concepto de construcción soporte, supporting construction vid. De Smet/Fischer 2017).

4. CONCLUSIONES

La gramaticalización activada por contacto lingüístico entre variedades habladas en la península ibérica ha suscitado escaso interés. Pese a que el español norteño convive con el catalán, el gallego y el eusquera, la mayoría de los trabajos se ha centrado en descripciones desde la sociolingüística sincrónica. En este trabajo hemos intentado una aproximación diacrónica a la sintaxis del español de Barcelona focalizando la atención en la historia de haber de + inf. como perífrasis deóntica. Este trabajo se suma a otros anteriores que ponen de relieve que, pese a que el contacto lingüístico es el origen de procesos de cambio en las lenguas (Thomason 2001: 10), también puede ser un inhibidor del cambio (Blas Arroyo 2007, 2015, 2016; Enrique-Arias 2010, 2014a, 2018).

En el caso que nos ocupa, en el español de zonas monolingües del siglo XIX, haber de + inf., recluida en contextos de baja carga deóntica y de significado futuro, se ba-tía en retirada ante el empuje de otras variantes perifrásticas que expresaban con más nitidez estos significados. Cuatro son las formas que le tomaron el relevo: tener que + inf., haber que + inf. y deber (de) + inf., para los sentidos deónticos, e ir a + inf., para los valores prospectivos (Garachana Camarero/Hernández Díaz 2017; Garachana/Hernández en prensa). Sin embargo, en el español de Barcelona este proceso se vio frenado bajo la influencia del catalán.

8 Los ejemplos (3)-(5) son casos de discurso referido, donde el hablante reproduce una conversación anterior.

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78 Una vez consolidada en el sistema verbal, en el español barcelonés la situación de contacto con el catalán propició que haber de + inf. desarrollase valores que nunca fueron los más característicos de la construcción y que, justamente por ello, fueron perdiéndose en la lengua castellana estándar, a saber, los propiamente deónticos. Es decir, el contacto lingüístico no fue solo un factor para la inhibición del cambio, sino que, además, permitió la plena gramaticalización de haber de + inf. como perífrasis deóntica del español. Por lo tanto, el devenir de haber de + inf. en el español de Barcelona es una historia en dos etapas. Una primera que supone una inhibición de un cambio y otra segunda que significa la gramaticalización de la perífrasis para la expresión de contenidos deónticos, con la consiguiente reestructuración del sistema perifrástico modal del español barcelonés, donde haber de + inf. y tener que + inf. entran en distribución libre en numerosos contextos.

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81YLLERA, Alicia (1980): Sintaxis histórica del verbo español: las perífrasis medievales. Zaragoza: Universidad de Zaragoza.

| Mar Garachana es profesora de Filología Hispánica en la Facultad de Filología de la Univer-sidad de Barcelona. Sus investigaciones giran en torno al estudio de la semántica histórica y de la evolución gramatical del español. De manera particular, se ha ocupado de la creación de perífrasis verbales desde la perspectiva de la Teoría de la Gramaticalización y de la Gramática de Construcciones Diacrónica.

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El sistema pronominal átono de tercera persona en la variedad de contacto con el tzutujil: hacia una concordancia de objeto*

The system of unstressed third person pronouns in the Spanish-Tzutujil contact scenario: Towards object agreement

ANA ISAB EL GARCÍA TESORO

Universidad de Antioquia, [email protected]

| Resumen: El objetivo del presente estudio es analizar la tendencia al empleo de lo o un cero fonético para la marcación del objeto directo de tercera persona en un corpus oral de bilingües tzutujil-español recogido en San Pedro la Laguna, Guatemala. La situación de contacto intenso que se da desde hace años entre las dos lenguas ha motivado cambios en el español que se han consolidado como norma estable en dicha área. El sistema de marcación del objeto analizado se caracterizaría básicamente por dos fenómenos: a) el empleo de una única forma lo invaria-ble que ha perdido la morfología de género y número; b) la omisión de la misma, esto es, un cero fonético. A través del análisis del uso de los pronombres átonos de tercera persona, mos-traremos que estos cambios se enmarcan dentro de un proceso de reorganización del sistema pronominal que se ha producido debido a la situación de bilingüismo y contacto intenso con el tzutujil, y que se manifiesta en una aceleración del proceso de gramaticalización del sistema pronominal de objeto directo del español hacia una concordancia de objeto. Palabras clave: Contacto de lenguas, sistema pronominal (tercera persona), gramaticaliza-

ción, cambio inducido por contacto.

* Este artículo se deriva de la investigación “Español en contacto con lenguas mayas en Guatemala: análisis de la variación gramatical del español en contacto con el tzutujil”, financiado por el Comité para el Desarrollo de la Investigación de la Universidad de Antioquia (número de acta 2016-12806 del 15 de febrero de 2018). Se desarrolló, además, en el marco del proyecto El español en contacto con otras lenguas II: variación y cambio lingüístico, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España (FFI2015-67034-P).

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84 | Abstract: The goal of this study is to analyse both the use of lo and null object to refer to third person direct objects in an oral corpus of Tzutujil-Spanish bilinguals from the village of San Pedro la Laguna, Guatemala. The situation of intense contact between both languages has motivated changes in Spanish that have consolidated as a stable norm in this area. The corpus’s direct object marking system is characterized by two variants: a) the use of lo as the only third person direct object pronoun, i.e. as an invariable morph; b) its omission, i.e., the production of a zero morph. We put forward that these changes belong to a pronominal system reorganization process caused by the bilingual situation of the region, and an intense contact with Tzutujil, that has caused an acceleration of the grammaticalization process of the Spanish pronominal system of direct object to an object concordance.Keywords: Contact Languages, Pronominal System (third person), Grammaticalization,

Contact induced change.

1. INTRODUCCIÓN

La variación en el sistema pronominal átono de tercera persona es uno de los fenóme-nos más característicos de las variedades de español en contacto con lenguas amerin-dias, y que más interés ha despertado por parte de numerosos investigadores. Los cam-bios se distancian sustancialmente de la norma del español, así como de las variaciones del sistema pronominal de la Península, y presentan notables paralelismos en todas las variedades de contacto estudiadas2, a saber:

a) La pérdida de la distinción de género y número para la marcación del objeto directo que se realiza mediante una única forma lo (sistema 1, predominante en Mé-xico, Guatemala, Perú y Bolivia) o le (sistema 2, implicaría también la pérdida de la distinción de caso, documentado en Ecuador y Paraguay), o una combinación de las dos (sistema 3, también en Ecuador y Paraguay).

b) La omisión del pronombre de objeto directo con referentes determinados, esto es, en contextos en que su aparición es categórica en español (Campos 1986).

Ambos fenómenos desconocen restricciones, se dan con todo tipo de referentes y únicamente el rasgo de animacidad favorece la selección del pronombre o su omisión. Se registran en áreas de bilingüismo histórico, en algunas zonas están muy extendidos y son transmitidos de generación en generación por lo que es posible observarlos en hablantes bilingües y monolingües de español, y con mayor presencia en la pobla-ción con escasa instrucción ya que estos fenómenos están fuertemente estigmatizados. Asimismo conviven en la misma comunidad o en áreas colindantes con el sistema etimológico o distinguidor de caso característico de la norma del español de los países

2 Asimismo presentan similitudes con los sistemas de contacto con la lengua vasca, que tiene en común con las lenguas amerindias la ausencia de gramaticalización de género y número (véase Camus Berga-reche/Gómez Seibane 2015).

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85hispanoamericanos. Se observa de esta manera un continuum de sistemas cuyas dife-rencias dependen de las características de la complejas situaciones de contacto lingüís-tico de cada zona, fundamentalmente el grado de bilingüismo y de instrucción de los hablantes, presencia de grupos monolingües en la comunidad, sustitución y pérdida de la lengua amerindia de contacto, contacto con otras lenguas además del español, con-tacto con normas urbanas o monolingües de español, o procesos de migración interna o externa (existen numerosos estudios sobre el tema, véanse los análisis de Palacios 2005, 2011, 2013, 2015a). En la tabla 1 se muestran de manera esquemática el sistema etimológico y los sistemas de contacto con lenguas amerindias.

Tabla 1. Sistema etimológico y sistemas de marcación de caso en sistemas de contacto con lenguas amerindias.

AcusativoMasculino Femenino Neutro

lo(s) la(s) loDativo le(s) le

Sistema 1 Sistema 2 Sistema 3

AcusativoMasculino y femenino Neutro Masculino

y femenino Neutro Masculino y femenino Neutro

lo / Ø lo / Ø le / Ø lo / Ø lo / le / Ø lo / ØDativo le(s) le le(s) le le(s) le

Para todas las variantes, y en línea con las últimas investigaciones realizadas (Pa-lacios 2015a), consideramos estos dos cambios no como fenómenos aislados e inde-pendientes, sino como una reorganización del sistema pronominal átono del español que se rige por otros parámetros para la selección de los clíticos o su omisión. Dicho sistema, además, estaría adquiriendo características de una concordancia de objeto, ya que la marcación del objeto directo estaría perdiendo sus propiedades referenciales y señalaría únicamente la distinción de caso de los objetos (sistemas 1 y 3, este último solo cuando se emplea lo para marcar el objeto directo) o la aparición de un objeto independientemente de su función (sistema 2).

La reorganización de estos sistemas ha sido interpretada en varios estudios como un proceso de gramaticalización inducido por contacto con las lenguas amerindias, quechua, guaraní, lenguas mayas y otras tienen en común la ausencia de gramatica-lización de género y número, característica fundamental que se considera que estaría detrás de los cambios observados en español (García Tesoro/Fernández Mallat 2015; Hernández/Palacios 2015; Palacios 2005, 2011, 2013, 2015b). Por otra parte, el siste-ma pronominal átono de tercera persona del español, dada su inestabilidad y variación desde la Edad Media, es proclive al cambio y, de hecho, se encuentra inmerso en un

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86 proceso de cambio en las variedades peninsulares3, por ello, en las situaciones de con-tacto con lenguas amerindias se produce una aceleración en su gramaticalización, lo que se traduce en una reorganización del paradigma como la apuntada anteriormente. Esta evolución es inusitada en otras variantes que no se encuentran en situaciones de contacto, contradice algunos principios universales de cambio, como veremos, y va un paso más allá en la tendencia a establecer una concordancia de objeto, que ya ha sido señalada para el español general (García-Miguel 1991, Heger 1967, Huerta Flores 2005, Llorente/Mondéjar 1974, Slawomirsky 1990).

Bajo esta premisa, analizaremos la variación en el sistema pronominal átono de la variedad de contacto con el tzutujil4 como un proceso de gramaticalización induci-do por contacto. Las variedades de contacto con lenguas mayas son poco conocidas, no obstante, los estudios realizados (García Tesoro 2006, 2010; Hernández/Palacios 2015) apuntan igualmente los fenómenos mencionados: la marcación del objeto di-recto mediante una única forma lo (Yo le traigo la foto mañana, ahí lo tengo, ahí tiene que mirar alguno, García Tesoro 2010: 136) o un cero fonético (¿Y su hijo Juani?, no lo encontraban, dice, empezó a buscarØi, donde había lagos empezó a buscarØi, pero no Øi encontró, García Tesoro 2010: 137), esto es, seguiría la tendencia del sistema 1 apun-tado anteriormente. Postulamos entonces que estaríamos ante un cambio en el que intervienen factores tradicionalmente considerados de evolución interna y procesos de gramaticalización de la propia lengua española, y externos, el contacto con el tzutujil; creemos que ambos, igualmente, intervienen en el proceso y el resultado mediante el cual se va modelando el cambio.

2. CORPUS

Para este trabajo hemos analizado un corpus oral recogido en el año 2003 en la locali-dad de San Pedro la Laguna, en el departamento de Sololá, Guatemala, donde se habla, entre otras lenguas mayas, el tzutujil. San Pedro la Laguna es un pueblo situado en la ribera oriental del lago Atitlán que cuenta con una población de 11.716 habitantes5. Aproximadamente el 90% de sus habitantes son bilingües tzutujil-español y tan solo un 5% son monolingües en tzutujil, ancianos en su mayoría, el 5% restante estaría

3 Más allá de los fenómenos conocidos como leísmo, laísmo y loísmo, existen diversos sistemas reorga-nizados en los que los rasgos de continuidad, el género y el número del referente se revelan determi-nantes en la selección de los clíticos; así mismo se tiende a omitir la distinción de caso en el llamado sistema referencial (véase Fernández Ordóñez 2001, 2012).

4 No es una de las lenguas mayoritarias de Guatemala, cuenta con 47.669 hablantes según los datos del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala de 2001 (disponibles en <https://www.ine.gob.gt>). Las estimaciones no son siempre homogéneas, Ethnologue apunta a 83.000 y, según la encuesta recopilada en 2001 por la Comunidad Lingüística Tz’utujil en los centros de salud y municipalidades del área, el número de hablantes ascendería a 92.605.

5 Datos del Instituto Nacional de Estadística de Guatemala (disponibles en <https://www.ine.gob.gt>).

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87formado por un pequeño porcentaje de población que es monolingüe en español y algunos extranjeros6. La comunidad constituye un grupo lingüístico estable y conside-rablemente homogéneo, cuenta con cierta autonomía política y goza de una situación económica favorable gracias al turismo. Esto sin duda ha repercutido en una actitud positiva hacia su lengua, cultura y costumbres, las cuales mantienen con relativa vi-talidad. El tzutujil es la lengua habitual en todos los ámbitos excepto en la iglesia, los bancos, la municipalidad y los hoteles para turistas. El corpus está compuesto de 41 entrevistas semidirigidas en español de 30 a 60 minutos de duración. Todos los infor-mantes entrevistados son bilingües y tienen un nivel sociocultural medio bajo, su nivel de instrucción corresponde a los estudios primarios en la mayoría de los casos.

3. ANÁLISIS DE LOS DATOS

Pasemos a analizar con detalle el corpus, en el que detectamos igualmente los dos fe-nómenos mencionados: a) el empleo de una única forma lo invariable que ha perdido la morfología de género y número; y b) la omisión de la misma, esto es, la marcación mediante un cero fonético:

(1a) […] la mujer sigue caminando y el hombre, y la mujer no deja, y si es posible deja tirado la tinaja y lo quiebra, si no lo quiere al muchacho, entonces se va…

(1b) Aquí los pescados… ahora los pescados que pescan aquí lo comen para el viernes santo, porque según… que no es bueno comer carne para el viernes santo…

(1c) La llorona dice que era una mujer muy desobediente, y un muchacho la embarazó, y el niñoi que tuvo no lo quería, ella prefirió ir a tirarØi en un río, Øi tiró ahí y en ese mismo momento murió el niño, y la señora se arrepintió después.

(1d) […] cuando hablamos de la candela, esto no viene de occidente, sino que la candelai también Øi usaron los antepasados, al igual que el pom (incienso).

3.1. Tendencia al empleo de una única forma lo invariable

Como mencionamos anteriormente, proponemos que los cambios observados forman parte de una reorganización conforme a un patrón que conservaría la distinción de caso pero no la de género y número, en la que la forma lo perdería sus características deícticas y funcionaría como una marca de caso que únicamente señala al objeto direc-to. La tendencia es clara en el corpus si observamos los datos del empleo de la forma lo con referentes femeninos y con plurales (tablas 2 y 3), donde se evidencia el uso predominante de lo con todo tipo de referentes con unos porcentajes muy elevados, 78% para los femeninos y 48,5% para los plurales.

6 No disponemos de datos exactos de la comunidad, lo que se presenta es una aproximación derivada de la consulta de los datos de la Municipalidad y consulta a las autoridades del pueblo.

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88 Tabla 2. Pronombres de objeto directo según el género del referente.

LO(S) LA(S)MASCULINO 536/536 (100%)FEMENINO 231/296 (78%) 65/296 (22%)

Tabla 3. Pronombres de objeto directo según el número del referente.

LO LOS LA LASSINGULAR 600/600 (100%) 49/49 (100%)PLURAL 81/167 (48.5%) 86/167 (51.5%) 1/16 (6,25%) 15/16 (93,75%)

De los datos se desprende que existe una tendencia más avanzada a neutralizar el género que el número, lo que resulta esperable y no contradice los principios universa-les de cambio, ya que el número es una categoría más nuclear que el género y por tanto esta última es más susceptible al cambio y a la simplificación7.

Asimismo, la selección de lo como forma única para el objeto directo se da con todo tipo de referentes, pero se favorece en mayor medida con referentes inanimados, tanto cuando señala a femeninos como a plurales, como se puede apreciar en las siguientes tablas.

Tabla 4. Pronombres de objeto directo con referentes femeninos según el rasgo +/-animado.

FEMENINO LA(S) FEMENINO LO(S)ANIMADO 35/109 (32,1%) 74/109 (67,9%)INANIMADO 30/187 (16%) 157/187 (84%)

χ2= 10.36, df = 1, p < 0.01

Tabla 5. Pronombres de objeto directo con referentes plurales según el rasgo +/-animado.

PLURAL LOS PLURAL LOANIMADO 58/77 (75,3%) 19/77 (24,7%)INANIMADO 28/90 (31,1%) 62/90 (68,9%)

χ2= 32.5, df = 1, p < 0.001

7 De los universales de Greenberg se deduce el carácter más nuclear del número respecto del género (universales 32 y 36) (versión en español en Moure 2001: 199).

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89Podemos afirmar entonces que el cambio se ve propagando fundamentalmente a través de los objetos categorizados como inanimados y que subyace una jerarquía de animación que lo favorece. Véanse los siguientes ejemplos representativos con referen-tes animados e inanimados:

(2a) Y que si cuando llegó en su casa empezó a decir: “que yo lo maté a una culebra, ahora no estoy bien”…

(2b) […] para ahuyentar los malos espíritus, inclusive hasta los árboles llegan a cortarlo, a cortarlo para que el mal se vaya.

Por otra parte, como consecuencia de la tendencia al empleo de lo como forma única, en este sistema se observa su aparición en contextos de duplicación, esto es, antepuesto en la misma oración que el referente nominal, lo que presenta fuertes res-tricciones en español excepto en algunas variantes de Argentina y Venezuela:

(3a) Anteriormente cuando yo cantineaba, yo primero, cuando yo cantineaba, yo lo vi la patoja que me gusta escondido.

(3b) Ahora, si no lo regresan la moneda hay aceptación del muchacho, entonces sí puede llegar a mejoras, puede llegar a ser una realidad el objetivo del joven, entonces si no lo regresan la moneda, en un par de meses, se arreglan, platican, ¿ya?

La forma lo, al perder el carácter deíctico sobre la información de los rasgos de género y número del referente, se convierte en una marca de concordancia de objeto que únicamente indica su aparición y su presencia se va haciendo necesaria cada vez en mayor número de contextos, por ello se extiende a aquellos que están restringidos en la norma del español. Se produce así un reanálisis de la función del pronombre que se evidencia también en el orden sintáctico rígido que exige la duplicación en todos los casos: pronombre-verbo-objeto directo.

La frecuencia de duplicaciones no es elevada en el corpus, el 11,4% (95 de 832 pro-nombres que aparecen en otros contextos) y, de manera congruente con la tendencia al empleo de lo como forma única, se ve favorecida con referentes inanimados. Esto difiere de lo observado en otras variedades con duplicación en Argentina y Venezuela, en las que tienden a duplicarse los referentes específicos y animados, que suelen tener un mayor grado de topicalidad (Suñer 1993, entre otros), ya que en este caso sería consecuencia del cambio inducido por contacto y la tendencia del sistema a adquirir características de una concordancia de objeto (Jaeggli 1982).

3.2. Tendencia a la omisión pronominal

El segundo fenómeno relacionado con la reorganización del sistema pronominal es la omisión del clítico de objeto directo con referentes definidos semántica o sintáctica-mente, lo que no ocurre en otras variedades del español (Campos 1986). La omisión en el corpus se produce siempre en contextos de posposición respecto del referente, de

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Tabla 6. Frecuencia de omisión del pronombre de objeto directo, en contextos de posposición respecto del referente.

PRONOMBRES PLENOS OMISIÓN 832/1189 (70%) 357/1189 (30%)

Tabla 7. Omisiones y pronombres realizados en función del rasgo [+/-animado].

PRONOMBRES PLENOS OMISIÓNANIMADO 323/413 (78,2%) 90/413 (21,8%)INANIMADO 509/776 (65,6%) 267/776 (34,4%)

χ2 = 20.45, df = 1, p < 0.001

Como mencionamos anteriormente, la omisión la interpretamos como un mor-fema cero de concordancia objeto-verbo que opera dentro del sistema de marcación de caso en combinación o como alternativa a lo invariable. En los estudios realiza-dos sobre lenguas que tienen concordancia de objeto se muestra la relación entre la concordancia verbal y la tendencia a señalar la tercera persona con una marca cero (Franco 1991), la primera y segunda personas, en cambio, tienden a expresarse con un afijo verbal explícito. De esta manera, el sistema analizado manifestaría igual-mente una tendencia característica de estos sistemas: la concordancia mediante un morfema cero del objeto de tercera persona, que implica la no realización fonética del pronombre en español.

Por otro lado, al igual que ocurre con la tendencia al uso de lo como marca de objeto, la extensión de la omisión se produce a través de los referentes inanimados. Para explicar esta tendencia apuntamos a una jerarquía de animacidad en la organi-zación de los esquemas de concordancia, pues se ha propuesto como factor esencial en la marcación de caso (Blake 1994: 138 y ss.). Recordemos que elementos que se encuentran más altos en la jerarquía de animación son la primera y segunda perso-nas, seguidas de la tercera, después los sustantivos personales, humanos, animados y, por último, los inanimados. De esta manera, en el sistema analizado los inanimados referidos por los pronombres de tercera persona se interpretarían como categorías defectivas que se encuentran en el nivel más bajo de la jerarquía y, en consecuencia, supondrían una marca lo sin referencia léxica o un cero para marcar su concordancia.

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91Por el contrario, el hablante prefiere usar la(s), que es la forma que aún mantiene contenido referencial, para marcar entidades femeninas humanas preferiblemente y animadas, esto es, las que se encuentran en la posición más alta en la jerarquía.

4. DISCUSIÓN

Tradicionalmente, se ha considerado la gramaticalización como un cambio interno a la lengua y el cambio inducido por contacto como un fenómeno completamente diferente, pues era producido por una causa externa (Givón 1971, Hopper/Traugott 2003, Kurylowicz 1965, Lehmann 1995, entre otros). En los últimos años, se ha cuestionado que sean fenómenos excluyentes pues se ha constatado que el cam-bio inducido por contacto, aunque en algunos casos produzca efectos imprevisibles (Thomason 2000, 2001), se rige igualmente por universales de conceptualización humana y de gramaticalización (Heine/Kuteva 2005). Esto es, es un cambio que puede seguir tendencias internas de la lengua, en el sentido de que implican una adaptación a una función, significado o distribución de una estructura dada, pero al mismo tiempo está motivado por un factor externo a la lengua como el contacto, lo que puede producir resultados inesperados. La dificultad en su interpretación estriba en determinar el desencadenante o necesidad del cambio, sus implicaciones en el sistema de la lengua y el peso de factores sociolingüísticos que inevitablemente intervienen en las situaciones de contacto. El concepto “gramaticalización motivada o inducida por contacto” (contact-driven grammaticalization) constituye un inten-to de responder a esta cuestión, y ha dado lugar a una discusión que aún plantea cuestiones sin acuerdo unánime entre los investigadores, como el tipo de préstamos que son susceptibles de procesos de convergencia y pueden desencadenar la grama-ticalización, la unidireccionalidad de los cambios motivados por contacto, así como su extensión dentro de la comunidad bilingüe (Heine/Kuteva 2005, 2013; Matras 2011, entre otros).

En ese sentido, el cambio que analizamos se podría explicar desde la perspecti-va de la gramaticalización inducida por contacto. Por un lado, podemos explicarlo por contacto con el tzutujil, pues posee unas características que permitirían explicar los cambios observados (véase Dayley 1985). En primer lugar, no gramaticaliza la concordancia de género y número de forma obligatoria como en español. Esta carac-terística explicaría la tendencia a la neutralización de los rasgos de género y número que se está produciendo en el sistema de marcación para el objeto directo. Además posee un sistema de marcación de objeto diferente al sistema de pronombres átonos del español. El tzutujil, como el resto de lenguas mayas, es una lengua ergativa en la que no existe la misma distinción entre transitividad e intransitividad para la tercera persona. Dicha información viene dada por el verbo y por el número de participantes, por tanto, no establecen para los objetos la misma distinción dativo/acusativo que el español. Posee un sistema de sufijos de objeto paciente para los verbos transitivos,

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92 cuya presencia es obligatoria en todos los casos, que se incorporan al verbo para seña-lar la persona, pero no marcan la distinción de caso ni los rasgos de género y número. Esta característica apoyaría igualmente la tendencia a la neutralización de los rasgos de género y número en el sistema pronominal observada en español. Por último, di-chos sufijos aparecen para la primera y segunda persona, no así con la tercera, lo que explicaría la tendencia a la omisión del pronombre de tercera persona en el español.

Se trataría entonces de un cambio indirecto inducido por el contacto (en el senti-do de Palacios 2011, 2013) con el tzutujil en el que no se produce una importación directa de la lengua de contacto al español, sino que su influencia se traduce en una reorganización del sistema pronominal átono del español que lo acerca al sistema de marcación de objeto del tzutujil. El hablante bilingüe percibe similitudes cogni-tivas (siguiendo a Jarvis/Pavlenko 2008, y Palacios/Pfänder 2014) entre el sistema de marcación de objeto en tzutujil y en español, y asume que es posible marcar el objeto con una forma invariable (lo) o un cero fonético en español. A partir de la percepción de categorías afines produce cambios consistentes con sus necesidades comunicativas y se producen perfilamientos conceptuales que desembocan en el re-ajuste del paradigma.

Por otro lado, dado que el español es una lengua que muestra variación en el sistema pronominal en algunas zonas en las que no hay contacto (en el español pe-ninsular), y que igualmente conoce variedades de duplicación pronominal (Venezue-la, Argentina…), aunque este último fenómeno está sujeto a muchas restricciones, postulamos que los cambios estudiados se introducen mediante estructuras que en la lengua española se encuentran ya inmersas en procesos de gramaticalización y son proclives al cambio. Esto es, el contacto sería el disparador de un proceso de gra-maticalización, que, aunque pueda seguir una evolución desconocida e inesperada en otras variedades de español, no es caótico y sigue una orientación determinada.

Como hemos mencionado, el sistema reorganizado que analizamos se asemeja a una concordancia de objeto, lo cual no sería tan extraño en español. De hecho, el sis-tema de clíticos español muestra semejanzas estructurales con los morfemas flexivos que concuerdan en número y persona con el sujeto, razón por la cual varios autores han propuesto una conjugación objetiva para el español (García-Miguel 1991, He-ger 1968, Huerta Flores 2005, Llorente/Mondéjar 1974, Slawomirsky1990). Llo-rente y Mondéjar establecen tres condiciones que el español debería cumplir para poder hablar de conjugación objetiva, son las siguientes:1. Los morfemas objetivos son formas ligadas.2. Los morfemas subjetivos alteran su forma en el momento en que se realiza un

segundo actuante, es decir, la modificación de los morfemas subjetivos a causa de la presencia de morfemas objetivos.

3. Los morfemas objetivos son necesarios cuando se emplea un lexema sustantivo como segundo actuante.La primera condición se cumple en español. La segunda no, excepto en casos

muy concretos (¡lavémos+nos! > ¡lavémonos!, ¡lavad+os! > ¡lavaos!). La tercera se cum-

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93pliría si fuera preceptivo el esquema de duplicación (Lo veo el árbol), que sí lo es aunque de manera incipiente en el caso estudiado de contacto. Según los autores “estos esquemas naturalmente existen desde el punto de vista del sistema, pero no son admitidos por la norma” (Llorente/Mondéjar 1994: 32-33). De esta forma el contacto se constituye como disparador del cambio, que mediante el mecanismo de convergencia se acerca a la estructura de la lengua maya y acelera una tendencia de gramaticalización ya incipiente en español.

Asimismo el cambio cumple con algunos principios de la gramaticalización (Lehmann 1995): la forma lo sufre una erosión de su semántica original indepen-diente (bleaching) pues pierde su referencia de género y número, y se observa una mayor fijación de lo en posiciones sintácticas fijas en los casos de duplicación.

Por otro lado, no estamos ante un cambio que se desarrolla de forma caótica. La reorganización se introduce a través del acusativo, que es la forma menos marcada respecto del dativo. Como observa Elvira en el cuarto principio analógico (1998: 216-227), y según la quinta ley de Kurylowicz (1965), los procesos de cambio analó-gico suelen ir orientados hacia las formas menos marcadas. La tipología nos muestra además que estas se suelen caracterizar por ser sincréticas y realizarse con valor cero (Moure 2001: 102 y ss.). En la tendencia al empleo de lo como forma única, pri-mero se va perdiendo la distinción de género y a continuación la de número, ya que igualmente el género es menos nuclear que el número8. De esta forma, lo marcado suele conservar las marcas flexivas asociadas más tiempo que lo no marcado, y así se constata en nuestro corpus pues se mantiene la flexión de número en el dativo y se simplifica el acusativo.

No obstante, el cambio analizado contradice las tendencias universales de cam-bio, ya que lo esperable es que se perdiera primero el caso si tenemos en cuenta que esta es una categoría menos nuclear que el número o el género9, como ocurre en el sistema referencial peninsular (Fernández Ordóñez 2001, Gómez Seibane 2013), donde se neutraliza el caso y no el género o el número.

En cualquier caso, el contacto puede producir resultados inesperados (Thomason 2001, 2000), y en lo que se refiere a los sistemas pronominales de las variedades de contacto con lenguas amerindias, se documentan reorganizaciones con pérdida de caso y sin ella, como el caso que nos ocupa. Podríamos aventurar que los sistemas en los que se pierde el caso estarían en un paso más avanzado del proceso de gramatica-lización, aunque desconocemos si desde el principio se perdió el caso o pasaron por estadios intermedios en los que la marcación de objeto directo se haría con lo/le/cero, como parecen indicar algunos sistemas registrados en Ecuador y Paraguay (Palacios 2000, 2005, 2006, 2011, 2013).

8 Universales 32 y 36 de Greenberg, versión en español en Moure (2001: 199).9 Universal 39 de Greenberg, versión en español en Moure (2001: 199). Palacios (2011) alude también

a los universales 32, 36 y 39 de Greenberg.

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94 5. CONCLUSIONES

A modo de recapitulación, quisiéramos señalar que en este trabajo hemos tratado de demostrar que en el español en contacto con el tzutujil se registran variaciones en el sistema pronominal átono condicionadas por la influencia de la lengua maya tzutujil. Consideramos que el contacto es el disparador del cambio pues el tzutujil posee una serie de características (la no distinción del género y el número y la no marcación del objeto para la tercera persona) que el hablante bilingüe tiende a asimilar en la segunda lengua. Asimismo en el cambio observado intervienen factores internos a la propia lengua española, esto es, tendencias de cambio que se ven aceleradas por el contacto. Como consecuencia de ello, se produce una reorganización del paradigma y la genera-lización de determinadas formas, en este caso un lo invariable y un cero fonético para la marcación del objeto directo, que acercan el sistema a una concordancia objetiva.

Por último, en línea con Palacios (2011, 2013), quisiéramos destacar que no se trata de cambios caóticos ni aleatorios, sino que estamos ante un proceso de cambio que se documenta igualmente en el sistema pronominal átono de tercera persona del español en contacto con lenguas que, en todos los casos son muy diferentes pero que no poseen la categoría de género, y en los que se produce siempre una reorganización con marcas de objeto invariables que también se manifiestan con un cero fonético, y que en los sistemas más simplificados pierden la distinción de caso. Se ha observado igualmente en el corpus otro factor lingüístico estadísticamente relevante para la re-organización del sistema pronominal, la jerarquía de animación para el referente, lo que igualmente está en consonancia con tendencias observadas en otras variedades de contacto del español.

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| Ana Isabel García Tesoro es doctora en Lengua Española y Lingüística General por la Universi-dad Autónoma de Madrid y profesora de la Universidad de Antioquia, Colombia. Su investiga-ción se centra en el español en contacto con lenguas amerindias, especialmente en Guatemala y Perú. Participa en distintos proyectos y comisiones sobre contacto lingüístico y forma parte de los grupos de investigación “Cambio lingüístico en situaciones de contacto” de la Universidad Autónoma de Madrid, “Grupo de Estudios Lingüísticos Regionales” de la Universidad de An-tioquia y “Español de los Andes”.

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Perífrasis de gerundio y causatividad en el castellano andino ecuatoriano: una mirada desde la gramática de las construcciones

Gerundial Periphrasis and Causativity in Encuadorian Highland Spanish from the Construcion Grammar Perspective

MARLEEN HAB OUD*Pontificia Universidad Católica del [email protected]

| Resumen: Este artículo es una aproximación inicial al estudio de los procesos de gramaticaliza-ción y construccionalización que han tenido lugar en la perífrasis causativa mandar+Gerundio, propia del español (castellano) andino ecuatoriano (CAE). En efecto, es frecuente escuchar oraciones como María le mandó sacando del edificio en el sentido de ‘le hizo salir del edificio’. Este estudio se basa en los cambios que emergen del uso, y toma en cuenta la importancia del contacto lingüístico en los procesos de cambio, así como también los efectos que tiene en los cambios, el contacto lingüístico intenso y prolongado entre el quichua y el castellano. Por otra parte, es interesante notar que, a pesar de las tendencias prescriptivistas que favorecen el uso de un español estándar y motivan actitudes lingüísticas negativas hacia el CAE, esta perífrasis con-tinúa vigente, productiva e innovadora entre la población joven de Quito, hablante de CAE. Palabras clave: Ecuador, español andino ecuatoriano, castellano andino ecuatoriano (CAE),

perífrasis de gerundio, construccionalización, causativo, gramaticalización.

* Esta investigación se desarrolla en el marco de los proyectos “El español en contacto con otras lenguas II: variación y cambio lingüístico” (FFI2015-67034-P, MINECO/FEDER) dirigido por Azucena Palacios (Universidad Autónoma de Madrid), “Oralidad Modernidad” y “Voces andinas y conoci-mientos ancestrales” dirigidos por Marleen Haboud (Pontificia Universidad Católica del Ecuador). Agradezco a Mar Garachana, Azucena Palacios y a los revisores anónimos por sus comentarios a este trabajo; así como también a los participantes de los grupos focales por su tiempo y entusiasmo.

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98 | Abstract: This article is an initial analysis of some of the grammaticalization and construc-tional processes that have taken place in the causative periphrasis mandar+ gerund, which is a common construction used by Ecuadorian Highland Spanish (CAE). Indeed, it is frequent to use statements such as Mary sent/order him/her throwing away of the building (María le mandó sacando del edificio) whose semantic reading corresponds to ‘Mary made him leave the building.’ This study takes into account changes resulting from language use as well as the effects of Quichua-Spanish contact. Additionally, it is interesting to find that despite the tendency to favor standard-like Spanish, and the explicit negative linguistic attitudes towards the CAE, this periphrasis is quite productive and innovative among Quiteño young CAE-speaking population. Keywords: Ecuador, Ecuadorian Highland Spanish, Gerundial periphrastic constructions,

constructionalization, causative, grammaticalization, Quichua-Spanish contact.

1. INTRODUCCIÓN

Enmarcado en los presupuestos de la teoría de la gramaticalización y de la gramática de construcciones, y con una aproximación al cambio lingüístico basada en el uso, este trabajo se propone reflexionar sobre las construcciones de gerundio del castella-no andino ecuatoriano (CAE) y mostrar algunos de los procesos de gramaticaliza-ción y construccionalización en torno a la causatividad, entendida como la acción de alguien o algo que causa que otro actúe o cambie para llegar a otro estado.

El presente trabajo es un primer avance de la construcción mandar + gerundio, como en: Hicieron tanto ruido en la biblioteca que los guardias les mandaron sacando. ‘hicieron tanto ruido que les hicieron salir de la biblioteca’, o en Por suerte le han mandado curando. ‘por suerte le han —mandado— curado’ en relación con la cual se muestran sus distintas construcciones, las preferencias en el paradigma verbal uti-lizado, su productividad y restricciones. En la última sección, menciono brevemente la importancia que el contacto lingüístico kichwa2-castellano parece tener en varias de las innovaciones que se encuentran en ambas lenguas.

Los datos sobre los que se sustenta el análisis provienen de (1) muestras de habla natural recogidas por Haboud desde 1992 a 1995; y (2) datos recabados entre el 2016 y el 2018 durante (a) reuniones familiares y conversaciones informales con monolingües del CAE, (b) sesiones de elicitación con hablantes monolingües de

2 Recordemos que la lengua kichwa (familia lingüística quechua) es hablada a lo largo de los An-des y tiene distintas denominaciones en cada país, inga o ingano en Cololmbia, kichwa o kichwa en Ecuador, quechua en Perú y Bolivia, y kichwa o la quechua en Santiago del Estero (Argen-tina). En este estudio, que alude únicamente al Ecuador, me acojo a la ortografía oficial de la lengua (kichwa) (Constitución Nacional del Ecuador, 2008, Art. 2), que además corresponde a la utilizada por las instituciones académicas, como es el Sistema de Educación Intercultural Bilingüe.

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99castellano andino y hablantes bilingües kichwa-castellano, (c) conversaciones con dos grupos focales formados por jóvenes hispanohablantes de entre 18 a 27 años, de la ciudad de Quito, (d) noticieros de la televisión ecuatoriana donde participan en directo miembros de distintos barrios de la ciudad de Quito, (e) redes sociales y correos electrónicos, (f ) el conocimiento de la autora como hablante del castellano andino.

2. A MANERA DE RECORDATORIO: GRAMÁTICA DE CONSTRUCCIONES.

Como se ha indicado, este trabajo se centra en la Gramática de construcciones carac-terizada fundamentalmente por reivindicar la centralidad de las construcciones como unidades teóricas dotadas de estatus propio y de significado y funciones propias; es decir, de unidades léxico-gramaticales con rango teórico y de valor explicativo, y en donde las relaciones entre léxico y gramática se conciben como un continuum cuyos límites son de difícil delimitación (Givón 2001, Jiménez López 2010).

Así, vistos desde dicha perspectiva, los cambios se dan en las construcciones mismas y el producto final no es una pieza aislada sino una construcción en donde la forma y el significado tienen la misma relevancia, y que es la que se toma como unidad básica del análisis lingüístico (Garachana 2016, 2017). Los procesos de cambio, que pueden ser multidimensionales, se basan en el uso y son considerados como una emergencia construccional. Desde esta perspectiva, los procesos de gramaticalización se aplican, como bien dice Himmelmann (2004), a las construcciones, no a los elementos léxicos aislados.

En este trabajo, se entiende construcción como: (a) una unidad de forma-significa-do en la cual el sentido no se deriva solamente de las partes y (b) un continuum cuyo significado es predecible a partir de las partes y que, al ocurrir frecuentemente, se alma-cena como un patrón (Garachana 2016, 2017; Gonzálvez-García 2010). En la misma línea, Traugott y Trousdale (2013) definen la construccionalización como la creación de combinaciones de signos (forma-significado) desde donde emerge una nueva sin-taxis o una nueva morfología, y donde las redes lingüísticas de un grupo de hablantes codifican y comparten nuevos significados. Consecuentemente, está acompañado de cambios en algún grado, de los esquemas, de la productividad y de la composicio-nalidad. Recordemos que la construccionalización suele ser gradual y resulta, por lo general, de la sucesión de distintos eventos —tiende, por tanto, a ser procedimental—, aunque también puede crearse de forma instantánea, en cuyo caso tiende a estar llena de contenido.

Estos dos tipos de cambio gramatical se encuentran fácilmente en las perífrasis ver-bales: (a) cambios que afectan a una construcción existente (cambios construccionales, constructional changes); (b) cambios que suponen la creación de una nueva construc-ción (construccionalización, constructionalization). La construcción mandar + gerun-dio ilustra ambos cambios.

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100 El español americano3, mucho más que el español europeo, permite el empleo de perífrasis que son desconocidas para otras variedades del español y que, de hecho, son tan frecuentes en el CAE que a sus hablantes se los (nos) ha tildado de “gerundianistas”.

3. CAUSATIVAS CON MANDAR + GERUNDIO

Trabajos anteriores han descrito algunas de las características de las construcciones de gerundio en el CAE (Haboud 19974, Bruil 2008, Niño-Murcia 1998); sin embargo, el análisis de estas construcciones como causativas es más bien reciente y únicamente ha sido desarrollado para la construcción perifrástica dejar + gerundio (Palacios/Haboud 2018). El presente trabajo, como se ha dicho, se centra en el análisis de mandar + gerundio como causativa.

Como es sabido, la causatividad en español se expresa mediante verbos o expresio-nes complejas donde un causante —animado o no animado— provoca la realización de una actividad o el cambio de estado en otro ser, un causado. Según Enghels y Roegiest (2013), las construcciones causativas están formadas por un evento causativo complejo cuyo sujeto (S1), el argumento causante, produce un cambio de estado al argumento causado (S2). En español general el verbo mandar es considerado un cau-sativo por partida doble5. Por una parte, como verbo de orden, mandar se caracteriza por expresar un mandato y codifica una causación directa, intencional y positiva como en Le mandó llegar a tiempo, pero no implicativa ni inmediata. Mandar, en dichos ca-sos, prefiere la construcción con infinitivo directo, al menos en el español de España6, tanto si el infinitivo es intransitivo, La mandé venir, como transitivo, El alcalde mandó limpiar el parque. Por otra parte, como verbo de movimiento, mandar (‘enviar’) se construye con un infinitivo precedido de preposición, como en Antonio le mandó a buscar los papeles. Este tipo de construcción implica un desplazamiento físico. Mandar, a partir de Givón (2001) caería dentro de la categoría de verbos manipulativos7.

En español y en otras lenguas como el portugués8, las construcciones con mandar

3 Véase, por ejemplo Haboud (1997, 2003, 2005), Haboud/De la Vega (2008), Haboud/Palacios (2017), Bruil (2008), Niño-Murcia (1998), Palacios (2003), Palacios/Haboud (en prensa), Albarra-cín/Alderetes (2016), entre otros.

4 Haboud (1997: 213) ya apuntaba que en el CAE algunas construcciones con gerundio (dejar + gerundio, dar + gerundio, botar + gerundio o mandar + gerundio) estaban inmersas en un proceso de gramaticalización en el que habían experimentado reanálisis semántico y sintáctico a lo largo del proceso de integración de las claúsulas (‘clause union’)”.

5 Véase la similitud de estas construcciones en italiano y en griego, en Jiménez López (2010).6 En algunas variedades de español americano, como el argentino, se prefiere la construcción con infini-

tivo precedido de preposición: La escuela que mandó a construir el gobernador Romero <http://corpus.rae.es/cgi-bin/crpsrvEx.dll> [consultado el 19 de enero de 2018].

7 <https://www.uam.es/proyectosinv/regula/pdfs/djimenez/djimenez_2011.pdf>.8 Nótese que el verbo mandar como causativo es muy común en portugués, aunque en este caso tiene

un comportamiento sintáctico idéntico al de hacer o dejar (fazer, deixar) (véase Soares da Silva (s/f ):

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101expresan una configuración de dinámica de fuerzas idénticas a la de un causativo con hacer. Ambos verbos (mandar y hacer) muestran una fuerte manipulación ejercida por un causante sobre un causado. Estas implican algún tipo de interacción necesariamen-te interpersonal y, por ende, imponen la fuerza instigadora del sujeto principal (cau-sante) sobre el sujeto causado. Es decir, se trata de causativas positivas en la medida en que el causante tiene control y responsabilidad en la realización del evento, donde el causado tiene, por lo general, poco control, aunque pueda oponer resistencia9.

Adicionalmente, aunque con restricciones, mandar puede funcionar como causa-tivo en construcciones de gerundio como en La mamá le mandó a la escuela estando enfermo o Le mandó a la escuela siendo muy jovencito.

El CAE, además de mantener los mismos usos causativos ya descritos para el espa-ñol general, despliega una gama de causatividad dentro de la construcción mandar + gerundio que hace caso omiso de las restricciones que esta tiene en otras variedades de español. Para facilitar la discusión, separaremos a las construcciones bajo estudio en dos grupos que llamaremos Tipo I y Tipo II. Cabe indicar que estas agrupaciones no son categóricas cerradas, sino más bien flexibles y de paradigmas abiertos que depen-den de la dinámica y creatividad de los hablantes. Los límites, por tanto, son lábiles y poco precisos. Recordemos que esta construcción aparece, sobre todo, en el registro oral coloquial y, con poca frecuencia, en el escrito informal generalmente de chats y redes sociales.

3.1. Causativas Tipo I - causación directa y desplazamiento físico

En cuanto al Tipo I, se trata de un grupo de construcciones en las se connota tanto el sentido de ‘orden’ como el de ‘enviar’ de mandar, de modo que, por un lado, el cau-sante ejerce una fuerza sobre el causado para que este realice una acción, y, por otro, el significado de movimiento de mandar parece poco opacado. Así, es claro que hay dos eventos que se suceden temporalmente: a) el evento codificado por mandar y cuyo sujeto es el causante, que denominaremos X; b) el evento codificado por el gerundio, cuyo sujeto (Y) realiza en respuesta a la presión ejercida por el causante (X) quien lo manda/hace hacer/ ordena/manipula/ para que realice una acción. Se trata, por tan-to, de construcciones biclausales que manifiestan un comportamiento próximo al de la subordinación con sujetos no correferenciales, causación directa y, con frecuencia, desplazamiento físico. Estas muestran, aparentemente, ser muy similares a las posibles

<https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/9799/1/ELUA_Anexo2_28.pdf> [consultado el 19 de enero de 2018].

9 Es necesario subrayar que las descripciones que se hacen de las construcciones causativas en el español general como positivas (hacer, mandar) o negativas (dejar) son demasiado rígidas y no permiten refle-jar las gradaciones y matices que los datos arrojan. Esto se ha evidenciado tanto en el análisis de dejar + gerundio (Palacios/Haboud en prensa) como en el presente trabajo, de ahí la importancia de repensar las categorías establecidas en la literatura exitente para un análisis más certero de construcciones como la del presente trabajo.

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102 del español canónico (Le mandó a la escuela siendo muy jovencito), si bien, como vere-mos, se ha extendido a combinaciones y contextos imposibles para el canónico y otras variedades del español.

Algunas de las muestras propias del CAE, que ilustran las distintas formas de cua-sación (mental o física) que X tiene sobre Y, se muestran a continuación:

(1) ¡La profe me mandó memorizando los números en ruso! ‘la profesora (X) me hizo memo-rizar, yo (Y) memorizo’.

(2) Cuando me quedo con mis abuelos, siempre nos mandan encontrando tesoritos ‘los abue-los (X) siempre me hacen/ayudan a/ encontrar tesoros/sorpresas’ (nosotros (Y) los encon-tramos).

(3) Por suerte sí le ha mandado tomando10 los remedios ‘(El) (X) le ha dado/le ha hecho tomar los remedios’ (Y los tomó).

(4) Con esas historias que le gusta contar, nos ha de mandar temblando ‘nos hará temblar’ (nosotros (Y) temblamos).

(5) El guardia nos mandó sacando del aula ‘el guardia (X) nos hizo salir’ (nosotros (Y) sali-mos).

(6) La señora me dijo que la casa no podía quedarse sola, y me mandó regresando ‘la señora (X) me hizo regresar’ (yo (Y) regreso).

(7) Me alegro que le hayamos mandado botando del departamento porque es un sinvergüenza ‘nosotros (X) le echamos de departamento’ (él/ella (Y) se va).

(8) …bien racista era ese profesor. Me quiso mandar sacando de la clase porque estaba con anaco11. Ahí sí que me paré, le quedé viendo y le dije que aunque me mande sacando, yo no me iba a ir. “Estoy matriculada en esta clase y usted no tiene el derecho de mandarme sacando”, le dije… ‘me dijo/ordenó que saliera de la clase…, aunque me ordene que salga, no me voy a ir. …no tiene el derecho de hacerme salir/ obligarme a salir / sacarme’.

(9) Imagínate que después de 25 años, [la dueña de casa] le ha mandado despidiendo [a la empleada] ‘—dicen que— despidió a la empleada’.

(10) [Contexto: En el vestidor de un gimnasio, entra una señora con traje de baño y se queja refiriéndose al instructor]. Me mandó botando de la piscina, es que sí llegué un poco atra-sada ‘Me hizo salir’ / ‘no me permitió entrar a la clase’.

Nótese que en (6 a 10) mandar se ha combinado con un gerundio cuyas formas léxicas tienen implícitamente un sentido causativo (‘botar’, ‘sacar’, ‘despedir’). En todo caso, en estas construcciones aparecen verbos que implican una dinámica de fuerzas por la que el causado se motiva para alejarse del causante (o al menos así se reporta el evento). Estas construcciones generalmente se dan con verbos de movimiento de connotación negativa, si bien son también posibles con verbos de connotación positiva (1 a 3). El causado, a pesar de la manipulación, tiene, en algún grado, la posibilidad de hacer o no aquello que solicita/ordena/manda el causante, como se subraya en (8)

10 A diferencia del español general, en el CAE, esta forma del perfecto compuesto funciona como un evidencial y un sorpresivo (Véase Bustamante1991, Dumont 2013, Palacios/Pfänder 2014, Pfänder/Palacios 2013).

11 Falda usada generalente por mujeres indígenas de la sierra.

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103al enfrentarse al profesor y no salir del aula. Podemos entonces, considerar que estas construcciones podrían considerarse causativas por partida triple pues claramente con-fluyen los dos significados de mandar ‘ordenar’ y ‘enviar’, así como el sentido conno-tado por el gerundio.

Es importante notar la gradación de significados relacionados con mandatos que sugiere el verbo mandar (‘ordenar’, ‘decir’, ‘pedir’, ‘hacer’, ‘obligar’) y que dependen del contexto oracional y situacional en el que se desarrolla el evento. Por esta especie de abanico de significaciones que los hablantes pueden dar a cada construcción, las dobles lecturas son frecuentes, como es el caso de (12) y (13), en las que es difícil decidir si el causante (X) manda a hacer algo al causado (Y), o más bien, hace algo por él, convir-tiéndolo en un benefactivo:

(12) Me manda limpiando la boca a. Hace que me limpie la boca b. Me limpia la boca (13) Te voy a mandar comiendo a. Te hago comer b. Te doy de comer

La Figura (1) intenta representar y resumir la interacción de los participantes y su distribución (real o imaginada) en el espacio. Mientras la figura de la izquierda muestra la causa ejercida por X sobre Y, la figura de la derecha muestra, además de la relación de los participantes durante el desarrollo del evento, la referencia que de este se hace al reportarlo y en donde el causado (Y) se ha alejado del causante.

Figura 1. Interacción de los participantes y su distribución (real o imaginada) en el espacio

Relación de participantes y distribución Relación de participantes y distribución en el en el espacio durante interacción espacio al reportar el evento

1. Hay comunicación interpersonal 1. Y recibe/recibió la presión de X2. Comparten espacio real o virtual 2. El espacio ya no es compartido3. X causa presión en Y 3. Y / o un tercero reporta el evento4. X espera que Y actúe 4. Y puede —o no— haber actuado5. Se espera que Y se aleje de X 5. Al reportar el evento, Y no comparte el espacio de X

( representa alejamiento del causante)

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104 En cuanto a la relación interpersonal, cabe indicar que no siempre es necesario que causante y causado se localicen en el mismo espacio o que interactúen directamente. Un hablante puede referirse a una interacción lejana comentada por terceros, pero que provoca una reacción por parte del causado, la misma que inclusive lo obliga a actuar, como en (14):

(14) [Contexto: Elsita y su mamá viven en dos comunidades alejadas. Los hijos de Elsita van a visitar a su abuela quien está molesta porque su hija (Elsita) no ha bautizado a la nieta de 8 años, Gaby, y expresa su enojo a los nietos. Días más tarde, Elsita me pide que le bautice a su hija y me dice: “Como mi mamá ha mandado hablando12, ahora sí que tengo que bautizarle a la Gaby” (‘…mi mamá me ha insultado ante mis hijos, ahora tengo que /me siento obligada a bautizarle…).

En (14), confluyen los dos sentidos del verbo mandar: (a) el carácter ‘coercitivo’ (ordenar) (“ahora sí tengo que bautizarle”), (b) el sentido de movimiento de mandar (como ‘enviar’) evidenciado por el posicionamiento imaginario en el espacio al que se refiere el Causado, Elsita, quien vive lejos de su madre. Nótese, adicionalmente, que la construcción mandar hablando, alude, no a ‘conversar’, sino a ‘regañar’ o ‘insultar’, y es que el verbo hablar, en el CAE, tiene, además de su sentido literal, el de ‘insultar’ como en: Mamita, no me hables sin motivo, siempre te hago caso. ‘Mamita no me insultes sin motivo, siempre te hago caso’.

Por otro lado, durante las sesiones de elicitación y las reuniones con grupos focales, he encontrado otras construcciones con mandar + gerundio, que denominaré de Tipo II y que se caracterizan por tener valores causativos resultativos. o de afectación

3.2. Causativas Tipo II – valores causativos resultativos o de afectación

Las construcciones con mandar + gerundio aquí agrupadas, tienen como seña de iden-tidad la afectación del causado (o de “devenir” en términos de Levin y Rappaport 1995). Tal afectación en el causado puede ser positiva o negativa, que es el resultado de alguna acción por parte del causante, quien tiene mayor agentividad sobre el causado. El resultado de tal afectación puede, con frecuencia, expresarse en el español general con un participio pasado que pone de manifiesto valores causativos resultativos. En estas construcciones, mandar connota algún tipo de manipulación que provoca un cambio de estado físico o emocional en el causado, y que es el que se pone de relevan-cia, mientras el sentido de movimiento se opaca. También en este caso, como con el Tipo I, es necesario que el causante (X) y el causado (Y) hayan mantenido —o man-tengan— alguna relación interpersonal. El causado, en este caso, está prácticamente desprovisto de agentividad (X manipula a Y, Y resulta afectado). El sujeto de mandar y

12 Recuérdese que el perfecto compuesto (ha hablado) tiene valor de evidencialidad indirecta y se usa como reportativo en el CAE.

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105el del gerundio son correferenciales, tratándose entonces de una estructura monoclau-sal perifrástica, como se ilustra a continuación:

(15) La Gaby me mandó maquillando como artista ‘me maquilló…’ / ‘estoy maquillada’.(16) No sé cómo lo logra, pero siempre me manda mangoneando ‘siempre me mangonea’/

‘resulto mangoneada’.(17) Dicen que el Guillermo se metió de comedido en la pelea, y resultó que le habían

mandado golpeando ‘Guillermo trató de frenar una pelea y le golpearon/ le dieron una golpiza’ / ‘resultó golpeado’.

(18) Ha sido buena gente el nuevo profesor, nos mandó llenando de halagos ‘nos llenó de ha-lagos’

(19) Yo estaba contenta y este cara e palo me manda dañando el genio ‘me daña el genio’/ ‘resulto/termino malhumorada’.

(20) No me da ganas de reclamarles porque seguro que me han de mandar engañando ‘me van a engañar’ / ‘resulto/termino engañado’.

(21) No me voy a ir a esa fiesta porque el Leo, como siempre, me ha de mandar chumando ‘me chuma/emborracha’ / ‘resulto/termino chumada’.

Si bien lo más frecuente es que el causante se caracterice por ser +humano (o huma-nizado); el causado, a diferencia de las construcciones del Tipo I, puede ser +/-huma-no, +/-animado como las piedras (22), las uñas (23) o el delantal (24):

(22) El Dany se asustó cuando vio que los grafiteros le han mandando pintando las piedras que había coleccionado / ‘los grafiteros pintaron las piedras/ las piedras quedaron pintadas’.

(23) Yo, de ti, no regreso a esa peluquería. Le pagaste tanto por el manicure y ni siquiera te ha mandado limpiando las uñas

(24) —¿Ese es tu delantal? —Claro, es lo que me dijo mi mami. —Entonces, dile a tu mami que mande bordando el nombre ‘que mande el delantal con el nombre bordado’/ ‘que borde tu nombre en el delantal’.

Es evidente que no hay una orden o un mandato, sino una afectación (devenir) del causado (Y); así como algún sentido de movimiento (alejamiento) del afectado en rela-ción con el causante. En importante señalar que los participantes de los grupos focales, al parafrasear las ilustraciones (15 a 24) se refirieron únicamente al tipo de afectación de la que era objeto el causado (le chumaron, le golpearon, pintaron, no limpiaron, etc.), sin hacer alusión alguna al verbo mandar13. Situaciones que se representarían así:

Nos manda chumando ‘nos chuma’.Chumar: [[X HACER-ALGO] CAUSAR [Y DEVENIR CHUMADO]].Me manda peinando a lo loco ‘me peinó a lo loco’Peinar: [[X HACER-ALGO] CAUSAR [Y DEVENIR PEINADO]].

13 Al respecto, Garachana, comenta: “Estos casos muestran claramente como se ha debilitado la dife-rencia significativa existente entre la perífrasis y la forma verbal simple” (comunicación personal, julio/18).

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106 La Figura 2, a continuación, intenta mostrar la relación entre causante y causado, así como la afectación de este último.

Figura 2. Roles de los participantes en las construcciones Tipo II

Relación de los participantes1. Hay comunicación, de preferencia interpersonal 2. Comparten espacio real o virtual 3. X afecta a Y4. Y resulta afectado (Deviene algo diferente)5. Y parece tener muy poca agentividad

La afectación está expresada por el gerundio Mandar connota —aunque opacado— algún grado de movimiento

A manera de resumen, encontramos que mandar + gerundio encierra dos tipos de construcciones, (a) una construcción biclausal en la que se evidencia que hay una cau-sación en distintos grados -hacer/ordenar/forzar/motivar- que lleva al causado (Y) a res-ponder —o no hacerlo— a la manipulación del causante (X); (b) otra monoclausal, en la que se evidencia la afectación/cambio de estado experimentado por el causado quien tie-ne poca o nula agentividad. En los dos tipos de construcciones es posible encontrar algún rasgo de movimiento que alude al alejamiento del causado (Y) en relación al causante (X). El grado de coerción ejercida por el causante es moldeable dependiendo de las for-mas léxicas utilizadas, así como del contexto situacional en el que se desarrolla el evento.

De forma similar, cuando las construcción incluyen verbos con un valor que puede considerarse neutro (i.e., “tomar el remedio”), la lectura puede ser considerada de cau-satividad negativa o positiva, no por el verbo propiamente dicho, sino por el sentido de coercitividad que conlleva una causativa y que puede incidir en la interpretación del evento, dependiendo del contexto en el que se lleva a cabo el evento y la relación de los interlocutores, así como su involucramiento y posicionamiento social como miembros de una comunidad de habla (o de práctica), con capacidad para manejar la ironía, el doble sentido u otros códigos comunicativos inteligibles dentro del grupo14.

14 Mar Garachana en comunicación personal (julio/18).

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107En relación con las restricciones de uso de estas construcciones, vemos que tanto las de Tipo I como las de Tipo II no tienen restricciones de tiempo, modo o aspecto. En efecto, son viables con formas imperativas propiamente dichas, como en (25), o con imperativos atenuados propios del castellano andino ecuatoriano (26 y 27)15:

(25) Mami, mándale poniendo la chompa ‘ponle la chompa’ / ‘hazle poner la chompa’.(26) Mami, mandárasle sacando si se porta mal ‘por favor, sácale si se porta mal’.(27) Mandémosle peinando bonito ‘peinémosle bien’.

En cuanto a las clases de verbos, y si bien es necesario un análisis más exhausti-vo, podemos al momento afirmar que la productividad de mandar+gerundio no está constreñida por el grado de transitividad de los verbos, pues se da tanto con verbos intransitivos, como transitivos y ditransitivos:

(28) Siempre nos mandaban caminando ‘siempre nos hacían caminar’. (29) No me gusta que trate de mandarme lavando el cerebro cada vez que nos vemos ‘… que

trate de lavarme el cerebro…’. (30) Era raro que los domingos los abuelos no nos mandaran dando montón de regalitos ‘ que

los abuelos no nos dieran muchos regalitos…’.

Es importante ver la productividad de mandar+gerundio en relación con la se-mántica de los verbos; así, es frecuente con la mayoría de verbos inergativos como temblar, llorar, gritar, sonreír, patinar, etc.16 (31), pero menos frecuentee con verbos de percepción sensorial como ver, oír, oler, o con verbos que connotan sentimientos como enojar, alegrar o gustar. Los pocos casos encontrados se muestran en (32).

(31) Solo pensar en patines ya me asustaba, pero te cuento que pasé solo unas dos horas con el nuevo profesor y me mandó patinando ‘me hizo patinar’.

(32) [En el restaurante] Dios mío, me van a mandar oliendo a grasa ‘van a hacer que huela a grasa’/’voy a quedarme con olor a grasa’.

En relación con (32), los grupos focales mostraron una tendencia generalizada a dar varias lecturas basadas únicamente en el gerundio, omitiendo el sentido de movi-miento de mandar17. Esto puede verse en (32’) en donde se transcriben algunas de sus respuestas y comentarios:

15 Una estrategia atenuadora de la imperatividad en el CAE es el uso del futuro como imperativo. Véase, por ejemplo Haboud (1998, 2005); Haboud/De la Vega (2008); Haboud/Palacios (2017).

16 Nótese que oraciones como Me mandó temblando/ llorando tienen en el CAE una doble lectura: (a) una similar al español general donde el gerundio funciona como un predicativo y (b) otra con valor causativo ‘me hizo temblar/llorar’.

17 Algunos de los participantes del grupo focal comentaron que el uso de mandar+gerundio, a diferencia de un causativo prototípico, es menos violento. Compararon, que “haz comer al guagua” tiene un mayor grado de cohercion y fuerza que “manda comiendo al guagua”. Estas diferencias, sin embargo, necesitan un análisis específico.

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108 (32’) ‘Te quedas impregnada’ / ‘Se te impregna el olor’ /’Se te pegó el olor’/´Por estar ahí (en esa cafetería) se fue oliendo a grasa, o sea la grasa se le va a impregnar’, ‘apesta a grasa’, ‘todavía no han puesto extractores’.

Si tomamos en cuenta características como la telicidad, mandar+gerundio es más frecuente con verbos de uso atélico, que télico (33 y 34):

(33) Siempre me manda caminando ‘me manda a pie’.(34) Cuando era chiquita, siempre me mandaban corriendo a la tienda porque se habían olvi-

dado de comprar algo… ‘me hacían ir de prisa’.

Por el contrario, pocos son los casos documentados con verbos que expresan logro (cambio de estado puntual), como estallar, fallecer, llegar, encontrar, definir, enumerar, nombrar, relacionar, recordar, repetir, reconocer, reproducir, organizar, ordenar, destro-zar. Se registró, por ejemplo:

(35) Me mandó ordenando la carpeta ‘me ordenó/arregló’(36) Solo se fueron a tomar un café y te ha mandando destrozando el corazón ‘te destrozó el

corazón’.

Si bien Van Valin (1993) expresa que cada uno de estos tipos de verbos puede tener una contraparte causativa, lo expuesto anteriormente nos lleva a reflexionar seriamente sobre las limitaciones a las que nos enfrentamos al tratar de analizar las innovadoras e inesperadas construcciones producto del dinamismo de los cambios lingüísticos, sobre todo, de aquellos que están inmersos en situaciones de contacto a partir de paradigmas rígidos18. A continuación, nos ocupamos brevemente de los procesos de gramaticaliza-ción de la construcción mandar+gerundio.

4. MANDAR + GERUNDIO EN EL PROCESO DE GRAMATICALIZACIÓN

En relación con los procesos de gramaticalización, vemos que en la construcción bajo estudio, este es un proceso gradual que se da tanto en el léxico como en las construc-ciones. Así, y a diferencia de lo que ocurre en otras variedades de español, el proceso de gramaticalización de mandar+gerundio hacia lecturas causativas equivalentes a hacer/ordenar/obligar y resultativas o de afectación es ciertamente novedoso; más aún cuando notamos que las causativas eliminan algunas restricciones semánticas y sintácticas, am-pliando sus significados y contextos de uso. Son varios los elementos que llaman nues-tra atención, por ejemplo, la facilidad para construir causativas con sujetos causantes animados, la versatilidad del gerundio que es usado con una gama de verbos inusuales o imposible en otras variedades. Esto implica un paso adicional en el proceso de gra-

18 Véase, por ejemplo, como la tipología de Vendler (1967) es ilustrativa de esta situación.

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109maticalización de mandar hacia su auxiliarización. Mandar ha opacado sus sentidos de ‘ordenar’ y ‘enviar’, para enfatizar los sentidos de las formas léxicas en gerundio.

Por otra parte, se ha documentado un estadio adicional de gramaticalización en las causativas monoclausales (Me manda chumando), las mismas que evidencian un mayor grado de cohesión. En este continuum de gramaticalización el extremo correspondería a la expresión usada muy comúnmente mandar hablando, cuyo significado es el de ‘insultar, regañar o retar’, y en donde vemos que mandar no connota ni orden, ni mo-vimiento, y que hablar se ha reanalizado como insultar19:

(37) Ese pediatra siempre nos manda hablando ‘…siempre nos insulta’ / ‘regaña’ / ‘reta’.

Es esencial, para avanzar hacia un mayor grado de gramaticalización en las construc-ciones con mandar, tener en cuenta la cohesión sintáctica, la coerción que el causante ejerce sobre el causado, la opacidad del sentido de movimiento y el mayor o menor grado de agentividad que logra mantener el causado. En el caso de las construcciones Tipo II se vuelve prominente la afectación al causado, expresada por el sentido léxico del gerundio, el opacamiento de los sentidos de mandar, que todavía se mantienen en las construcciones de Tipo I.

En ambos casos hay algún grado de causatividad pues hay un causante que hace que, directa o indirectamente, otro (el causado) actúe, cambie o altere su estado o actividad. Parecería, sin embargo, que el extremo de menor coerción es aquel en el que es posible mantener algo de agentividad y control por parte del causado, quien puede o no aceptar la orden, la fuerza o la manipulación del causante (Tipo I). Dicha agentividad y control disminuye en las construcciones Tipo II, en las que el causado es afectado de forma más obvia por la actuación del causante, lo que se evidencia con la lectura resultativa/de afectación o de devenir. Recordemos que cuanto más fuerte es el vínculo semántico entre los dos subeventos, mayor es la integración sintáctica entre las dos cláusulas que llegan a fusionarse en una sola cláusula compleja20.

El proceso de gramaticalización de mandar + gerundio, se representa a continua-ción (Figura 3):

19 Este sentido de hablar, se desconoce en otras regiones del país, como la Costa. 20 Sobre el grado de cohesión que alcanzan las construcciones en el proceso de gramaticalización, véanse

Haboud (1997), Heine/Kuteva (2002), entre otros.

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110 Figura 3. mandar + gerundio en el proceso de gramaticalización

Estarían, entre el Tipo I y el II, aquellas construcciones cuyas lecturas son ambiguas (12 y 13).

A la luz de lo descrito, parecería que los fenómenos experimentados en el CAE pueden adscribirse tanto a cambios construccionales (constructional changes), como a la creación de una nueva construcción (constructionalization)” (Heine/Kuteva 2015, Traugott/Trousdale 2010 y 2013, Trousdale 2008, entre otros), esto supone la emer-gencia de una nueva construcción gramatical, es decir, de una construcción perifrástica que connota la afectación (el devenir) del causado.

Podemos ver también el grado de gramaticalización en función de la movilidad de los participantes (causante/causado); así, en entornos no focalizados, hay una fuerte resistencia para anteponer el argumento causado más cohesionado sintácticamente, esto sería posible, destacando el énfasis como en: (38) Sacando, les mandamos (no hablando, ni empujando).

La construcción, como un todo, adquiere un nuevo valor o función gramatical. En los casos ambiguos en los que están presentes los dos sentidos de mandar (‘orden’ y ‘movimiento’) es el contexto y la relación entre los hablantes, lo que permite la desam-biguación. Recordemos, sin embargo que, como menciona Garachana (2017), ciertas construcciones verbales pueden tener lecturas ambiguas con empleos perifrásticos en algunos casos pero no en otros. Las construcciones mandar + gerundio muestran esa misma labilidad. Como hemos mencionado, los procesos evolutivos de los que emer-gen las construcciones perifrásticas acostumbran a seguir patrones de cambio recurren-tes, como es, en efecto, el caso de la construcción bajo estudio.

En relación con el movimiento, y en coherencia con la deixis propia del verbo mandar, notamos que a pesar de las especificidades de cada uno de los casos aquí ana-lizados, todos mantienen algún resquicio del sentido de movimiento de mandar que corresponde al alejamiento del causado en relación al causante21.

21 Véase, en este sentido, la diferencia con las construcciones causativas dejar+gerundio discutidas por Palacios/Haboud (2018), en las que hay un movimiento de alejamiento del causante en relacion al causado.

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111Consideramos que estos cambios tan propios del CAE, si bien parten de una ten-dencia universal del verbo mandar como ‘ordenar’ y como ‘enviar’, y de una estructura ya existente en el español (mandar+gerundio) ha proliferado no solo por las necesida-des sociocomunicativas de los hablantes, sino también debido al contacto lingüístico.

4.1. Gramaticalización inducida por contacto

La construcción mandar + gerundio, al igual que otras construcciones de verbo + gerundio del CAE, ha sido considerada como un calco del kichwa o como “una cons-trucción viciosa de claro origen kichwa: “le mandó pegando”, es decir “le pegó” (Córdo-va 1995: 615). Contrariamente a lo expuesto, se propone aquí que el contacto intenso y prolongado español-kichwa, iniciado con la conquista europea en el siglo XVI, ha incidido para que construcciones existentes en el español y en el kichwa presenten innovaciones tanto en la una lengua como en la otra.

Recordemos que, con la conquista española (1532), el imperio inca estaba en pro-ceso de expansión, que muchos de los grupos indígenas que vivían en los Andes habían adoptado el quechua —o estaban en el proceso de hacerlo—, y que los conquistadores la utilizaron como lingua franca para facilitar el proceso colonizador a lo largo del territorio conquistado, convirtiéndose en la lengua nativa de gran parte de la pobla-ción indígena de los Andes. Más tarde, la aprendieron algunos hacendados y sus hijos que estaban al cuidado de sirvientes indígenas. No es entonces impensable que esta relación estrecha y prolongada —si bien subordinada— haya matizado el castellano andino ecuatoriano con características que muestran la negociación entre el castellano del momento y el kichwa22.

Para el caso que nos atañe, debemos tomar en cuenta, por una parte las caracte-rísticas ya existentes en el español, como son el doble sentido causativo de mandar como ‘orden’ y ‘movimiento’, y que la construcción V+ gerundio posible en el español general, es muy productiva en el CAE. Veamos, entonces, los puntos coincidentes y disímiles de las dos lenguas.

En el kichwa, al igual que en el español, tenemos que el verbo kachana tiene senti-dos coincidentes a los del español: ‘mandar’, ‘ordenar’, ‘enviar’, como en:

(38) Ñuka kacha-ni ñuka tayta-ta escuela-man Yo mand-1S a mi padre-acc escuela-loc ‘Yo le mando/envío a mi padre a la escuela’.

Cabe recordar que el causativo del kichwa -chi es un sufijo verbal derivativo que exige, como toda construcción causativa prototípica, la existencia de un sujeto que causa la acción (causante) y de otro (causado) que ejecuta lo solicitado o que recibe el

22 Véanse por ejemplo, Haboud (1997, 2003, 2005), Haboud/Palacios (2017), Enríquez/Haboud (2017), para el caso de saber + V infinitivo (usado en lugar de soler) en el CAE.

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112 efecto de una acción. Kachana, verbo que ya tiene una carga de causatividad, acepta el sufijo marcador de causatividad (-chi), como se muestra en (39), construcción que tiene al menos tres lecturas:

(39) Kacha- chi-na Mandar/enviar CAUS-Inf ‘Hacer ordenar’ /‘Hacer enviar’ / ‘Hacer despachar’.

Otra característica del kichwa, que ha sido el acelerador del uso del gerundio en el castellano andino, es el sufijo -shpa/-spa, sufijo verbal flexivo, mediante el cual se puede expresar una relación adverbial subordinante generalmente traducida como gerundio en español. Las construcciones con -shpa/-spa tienen sujetos correferenciales y pueden tener las siguientes posibles lecturas: temporal (cuando), causal (porque), condicional (si) o concesiva (aunque). Estas construcciones marcan, en general un tiempo ligera-mente previo o simultáneo al del verbo principal23. Esta característica se encuentra en el CAE, facilitad, justamente, por el uso del gerundio:

(40) Me mandó comiendo24. (a) Una vez que (yo) comí, me mandó. (b) Haciéndome comer, me mandó. (c) Me hizo comer / me dio de comer (y me mandó). (d) Hizo que me fuera comiendo (al mismo tiempo).

Si bien sabemos que para que dos lenguas se influyan mutuamente, no es necesario que cada elemento de la una lengua tenga fiel correspondencia en la otra, es entendi-ble que además del contacto intenso y prolongado de ambas lenguas, sus similitudes han facilitado procesos de convergencia, transferencias y mutuas influencias, en varios aspectos.

En relación con el tema que nos atañe, vemos que las lecturas de construcciones como Me mandó comiendo en el CAE corresponden a dos construcciones distintas en kichwa, una con el verbo mandar solamente (40a), y otra con el causativo (-chi) (40b):

23 Para un análisis detallado de los expuesto, véase Albarracín (2016 y 2017).24 Algunos hablantes dieron otras posibles interpretaciones: (a) Mientras yo comía, me mandó, (b)

Mientras él/ella comía, me mandó, (c) Me dio comida para que yo coma después, en el camino. Esta multiplicidad de lecturas e interpretaciones, nos muestra la necesidad de continuar con sesiones de elicitación y de analizar muestras de lengua natural en varios contextos de comunicación.

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113(40) Me mandó comiendo

(40a) Miku-shpa kacha-wa-rka (40b) Miku-chi-shpa kacha -wa -rka.Comer-Adv mandar/enviar-1Sg.Obj-P Comer-CAUS-Adv mandar/enviar-1Sg.Obj-P‘Habiendo comido me mandó25’. ‘Haciéndome comer me mandó’. ‘Me hizo comer y me mando’.

Ahora bien, durante las sesiones de elicitación con bilingües kichwa-castellano, se notó una tendencia a producir construcciones similares a (32a), tanto con una lectura temporal como con una causativa aunque se omitía -chi, el marcador de causatividad, reflejando una construcción gemela a la del CAE y una simplificación de la esperada en el kichwa:

(40a) Miku-shpa kacha-wa-rka

‘Me mandó comiendo’. ‘Me hizo comer’.

Si bien lo expuesto requiere de un estudio más amplio que compare poblaciones con distintos grados de bilingüismo, y que analice detalladamente los distintos mar-cadores kichwas que pueden combinarse con un causativo, como son los deícticos y honoríficos, hay, sin duda, una serie de características que se han transferido entre las lenguas (influencias de ida y vuelta) y que parecen funcionar como detonantes, no solo de la frecuencia de uso de mandar+gerundio, sino también de su productividad, todavía presente en poblaciones hispanohablantes citadinas26.

A MODO DE REFLEXIÓN

Si bien este es un acercamiento preliminar al análisis de mandar + gerundio, podemos ya intuir lo siguiente:

1. Desde el punto de vista de la gramática de construcciones, mandar + gerundio es un caso de proceso de gramaticalización por construccionalización, pues la creación de la perífrasis supone la emergencia de una nueva construcción gramatical en la que formas existentes han ampliado sus significados semánticos y pragmáticos en aras de

25 Según los entrevistados, son varias las lecturas posibles de (32a): ’ Una vez que yo comí, él me mandó’/ ‘Una vez que él —ella— comió, me mandó’ / ‘Mientras yo comía, me mandó’ / ‘Me mandó y me dio comida para que yo coma mientras me voy’.

26 Tómese en cuenta que tal fenómeno es similar a los ya encontrados por Haboud (1997, 1998, 2003) y por Haboud/Palacios (2017).

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114 una comunicación fluida y familiar dentro de la comunidad de hablantes. Dicha cons-trucción es, por una parte, una unidad de forma-significado en la cual el sentido no se deriva solamente de las partes y, al mismo tiempo, un continuum cuyos significados pueden ser predecibles a partir de las partes y que, al ocurrir frecuentemente, se alma-cena como un patrón productivo (Garachana 2016, 2017; González 2010).

2. Mandar + gerundio es el resultado de un cambio indirecto inducido por contacto, en el que las estructuras del kichwa y del español convergen para expresar valores ya existentes en el español y en el kichwa (mandar/kachana como el sentido de “mandar/ordenar” y “en-viar’), incrementado su uso y permitiendo que los hablantes exploten posibilidades latentes en las dos lenguas para crear construcciones gemelas con nuevas significaciones.

3. En un proceso de ida y vuelta, el castellano ha influido en los bilingües ki-chwa-castellano que utilizan una construcción idéntica a la del español, aunque mante-niendo las características sintácticas no marcadas del kichwa (OV) como en Comiendo, me mandó (*orden enfático para el español). Es preciso, sin embargo, continuar con el análisis de casos específicos que además tomen en cuenta otros elementos de la lengua kichwa, como son la deixis y sus marcadores específicos27.

4. Mandar + gerundio, a diferencia de lo que afirman estudios anteriores28, ha demos-trado ser una construcción muy productiva. Esto se comprobó durante las sesiones de elicitación y con muestras de lengua natural recogidas durante conversaciones espontaneas.

5. Finalmente, cabe recalcar que mandar+gerundio ilustraría tanto procesos de cambios del tipo (a) “cambios que afectan a una construcción existente” (cambios construccionales, constructional changes), en el que las construcciones causativas con mandar+gerundio han ido aumentando sus contextos a situaciones no permitidas por otras variedades del español, y del tipo (b) “cambios que suponen la creación de una nueva construcción (construccionalización, constructionalization)”, es decir, una cons-trucción perifrástica que connota la afectación (el devenir) del causado.

Desde el punto de vista social, y aunque estas construcciones han traspasado los es-pacios mestizos introduciéndose y manteniéndose productivamente en los repertorios lingüísticos citadinos de la región de la sierra, debido a su relación con el kichwa, es poco prestigada y, por tanto, evitada por hablantes que se adscriben a grupos educados y de niveles socioeconómicos altos29.

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27 Véase Hintz (2011) y (2012).28 Véase, por ejemplo, Bruil (2008).29 Véase Flores Mejía (2014) para un estudio de las actitudes hacia el español ecuatoriano.

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TRAUGOTT, Elizabeth C./TROUSDALE, Graeme (eds.) (2010): Gradience, Gradualness, and Grammaticalization. Amsterdam: Benjamins.

— (2013): Constructionalization and Constructional Changes. Oxford: Oxford University Press. TROUSDALE, Graeme (2008): “A Constructional Account of Lexicalization Processes in the His-

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| Marleen Haboud, Ph. D. en Lingüística por la Universidad de Oregón, es docente-investigado-ra de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y especialista en el estudio de las lenguas indígenas y de los efectos lingüísticos y sociales del contacto. Dirige los proyectos “Oralidad Modernidad” (<www.oralidadmodernidad.com>) y “Léxicos etonográficos y prácticas ances-trales en el Ecuador andino”. Ha participado en proyectos internacionales sobre el español de contacto y desarrolla, desde hace algunos años, metodologías de investigación que priorizan el trabajo de colaboración con los hablantes.

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El pretérito pluscuamperfecto con valor (ad)mirativo*

Miratives Values of the Past Perfect Tense

AZUCENA PALACIOS

Universidad Autónoma de [email protected]

STEFAN PFÄNDER Albert-Ludwigs-Universität [email protected]

| Resumen: En esta investigación se analizan los valores (ad)mirativos del pretérito pluscuam-perfecto en variedades de español diferentes: español de España o de Chile, español riopla-tense y español de áreas de contacto lingüístico intenso (español andino boliviano y español paraguayo / del nordeste argentino). Por un lado, se describen las vías de gramaticalización recurrentes de esta forma hacia valores epistémicos y sus distintas etapas; por otro, se mues-tra que el contacto lingüístico actúa como un acelerador de los cambios en progreso y que puede modificar las vías previamente trazadas, dando lugar a soluciones emergentes a partir de caminos no explorados en otras variedades.Palabras claves: (ad)miratividad, gramaticalización, contacto lingüístico, español, quechua,

guaraní.

| Abstract: The present research analises the miratives values of the past perfect tense in different varieties of Spanish: Spanish from Spain or from Chile, Spanish from Río de la Plata and Spanish from areas of intensive language contact (Spanish from Bolivian Andes and Spanish from Paraguay / Argentinian Northeast). On one hand, it is described the recurring grammaticalization in these ways toward epistemic values and their different

1 Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto “El español en contacto con otras lenguas II: variación y cambio lingüístico” (FFI2015-67034-P, MINECO/FEDER) dirigido por Azucena Pala-cios (Universidad Autónoma de Madrid) y del proyecto “Synchronization in Embodied Interaction”, Freiburg Institute of Advanced Studies (<www.frias.uni-freiburg.de>), dirigido por Stefan Pfänder, Hermann Herlinghaus, Class Lahmann y Carl Eduard Scheidt, DFG-PF-699/8-1 “Emergentes Erin-nern”. Agradecemos a Javier Elvira y a los revisores anónimos sus valiosos comentarios.

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120 stages; on the other hand, it is shown that the linguistic contact speeds up the changes in progress and may modify the previous ways, allowing emerging solutions from non-ex-plored pathways in other varieties. Keywords: mirativity, grammaticalization, contact language, Spanish, Quechua, Guarani.

1. INTRODUCCIÓN

El pretérito pluscuamperfecto (PPC) en español puede tener valores modales como el (ad)mirativo en construcciones como Nunca me había dado cuenta de que…; ¡No sabía que habías llegado!, valor que expresa el conocimiento repentino del hablante ante una información no esperada que contradice sus expectativas, ya sea a través de una experiencia directa (presencia el hecho) o indirecta (alguien se lo reporta o él lo infiere). Este valor se ha explicado a partir del propio significado básico del PPC, esto es, un tiempo relativo de pasado que remite a una idea de anterioridad o de estado resultante, que puede tener aspecto perfecto —A las 4 de la tarde ya habían llegado— o perfectivo/aoristo —Habían llegado a las 4 de la tarde— como apunta Bermúdez (2011: 46). Codifica dos eventos realizados en un pasado inactualizado relacionados mediante cierto distanciamiento, ya sea temporal o cognitivo (Bermú-dez 2011, Soto/Haesler 2013, Soto/Olguín 2010, Söhrman 2013). Lo interesante del PPC así caracterizado es que ese distanciamiento cognitivo puede entenderse como la introducción de un punto de referencia extra del hablante (Bertinetto/Del-fitto 2000) que perspectiviza el evento en un punto temporal posterior al evento mismo y anterior al momento del habla, esto es, expresa la evaluación que hace el hablante de la información que transmite (Bermúdez 2011: 48), como en (1a), don-de “el hablante por alguna razón elige interponer un punto de referencia extra” que no está motivado temporalmente y que provoca mayor distanciamiento del hablante con respecto de la información transmitida:

(1) a. Cuando la amiga le contó que estaba embarazada, a Mariela le había dado un shock. b. Cuando la amiga le contó que estaba embarazada, a Mariela le dio un shock.

La definición de (ad)miratividad como una categoría subjetiva que expresa o codi-fica la sorpresa o admiración del hablante ante una información nueva inesperada que contradice sus expectativas previas (Aikhenvald 2004, DeLancey 1997 y 2012, entre otros) permite un análisis compuesto de dos eventualidades: la eventualidad relatada y la sorpresa que provoca en el hablante (Soto/Haesler 2013). De igual manera, el PCP también codifica dos eventos relacionados mediante cierto distanciamiento temporal o cognitivo/mental del hablante. De ahí que se hayan postulado valores (ad)mirativos para el PCP en español en ciertos contextos gramaticales y pragmáticos.

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121En este trabajo vamos a analizar estos valores en variedades de español en las que se han documentado estructuras (ad)mirativas diferentes: español de España o de Chile, español rioplatense y español de áreas de contacto lingüístico intenso (español andino boliviano y español paraguayo / del nordeste argentino). Tras una revisión de lo que ocurre en cada una de estas variedades, aportamos una perspectiva pandialectal del fenómeno, una visión panorámica donde se pone de manifiesto los diferentes estadios de gramaticalización de esta forma en diferentes variedades de español. La hipótesis de partida que subyace es que el PCP con valor (ad)mirativo experimenta en español distintos caminos de gramaticalización en función de si este proceso tiene lugar en variedades con o sin contacto histórico e intenso con otra lengua, ya que consideramos que el contacto lingüístico funciona como un acelerador de los cambios en progreso, lo que conlleva estadios de gramaticalización más avanzados. Ponemos así de manifiesto que: a) algunas variedades en estudio muestran estadios diferentes del mismo camino de gramaticalización; b) otras variedades parecen haber experimentado una vía distin-ta. Analizamos, a continuación, los procesos de gramaticalización que ha seguido el PCP en cada una de ellas.

2. EL PCP (AD)MIRATIVO EN LAS VARIEDADES DE ESPAÑOL

2.1. La variedad chilena y española

Soto y Olguín (2010) han analizado este tipo de construcciones en el español chi-leno (¡No se me había ocurrido nunca pensar eso!) y muestran cómo en esta variedad la lectura pragmática (ad)mirativa aparece bajo restricciones sintácticas y semánticas bastante fuertes: a) presencia de elementos léxicos que expresen o indiquen la ad-quisición de nueva información, como “darse cuenta” y similares, para codificar la relación que se produce entre dos estados —la situación designada por la cláusula, en la que el hablante no posee cierta propiedad epistémica X— y la situación coin-cidente con el momento del habla en la que el hablante ya ha adquirido la propie-dad epistémica X; b) aparecen elementos de polaridad negativa y otros elementos exclamativos (incluida la entonación) que refuerzan la lectura (ad)mirativa. Así, el contexto pragmático promueve un uso (expresar sorpresa) que léxicamente se ruti-niza con estos verbos de adquisición de conocimiento y el PCP se convierte en un estativizador pragmático que codifica en el discurso una situación epistémica cuyo control escapa al hablante.

En la variedad de español de España se dan casos similares a los chilenos, como el que se muestra en (1), donde el PCP alude a una situación que se dio en el pasado y coaparece con elementos léxicos que indican la adquisición de una nueva información (“pensaba que….; pero no”) que contradice las expectativas generadas por el hablante sobre “aquel desgraciado”, si bien mediante una expresión más elaborada. Tiene, igual-mente, elementos de polaridad negativa.

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122 (2) Aquel desgraciado estaba escribiendo a máquina: menuda desilusión, yo que pensaba que tendría montado algún tipo de bacanal; pero no, el maricón nos había salido escritor. (Ruido de tambores, José Montero Muñoz)1.

Obsérvese, sin embargo, los casos que analizamos en §2.2.

2.2. Español del Río de la Plata

La bibliografía ha mostrado que en el español del Río de la Plata (Soto/Haesler 2011 y 2013) se documentan, además de los casos vistos en §1, usos innovadores del PCP como el que muestra Blestel (2014: 31) extraído de una novela argentina de Cristina Bajo:

(3) […] le descargó un golpe corto y brutal sobre el brazo izquierdo, que quedó colgando, descalabrado, bajo la manga carmesí, antes de que el otro cambiara de mano el arma. El matón, desconcertado, se miró el costado, sin entender todavía qué le había pasado. —Así que habías sido zurdo— se burló Fernando y, sin darle tiempo a más, le rebanó la garganta de un solo tajo.

Con buen criterio, Blestel apunta a que el PCP Así que habías sido zurdo no alude a una situación realizada con anterioridad a otra pasada, esto es, no designa eventos su-cesivos de carácter temporal, sino que tiene sentido (ad)mirativo, por lo que el hablan-te podría haber utilizado un imperfecto, así que eras zurdo, o incluso un presente, así que sos zurdo, un uso novedoso, diferente al que vimos en §1. En esta sección queremos profundizar en los usos encontrados por Blestel (2014) en el español rioplatense, ya que, como veremos, suponen un paso más avanzado en el proceso de gramaticalización de los vistos para el caso chileno.

Haciendo una revisión2 de datos en Argentina, hemos encontrado que se docu-mentan usos (ad)mirativos del PCP similares a los encontrados en España o Chile:

(4) Una vez le robaron a una vecina que tiene un almacén; yo sólo ví cuando el chabón pasó por mi espalda […] y empecé a correr al chorrito […]. Cuando lo tenía como a 10 metros, luego de correrlo por 2 cuadras, se da vuelta y peló un chumbo: a la mierda! [sic] me quedé muzzarella, quietito, quietito y cuando empezó a correr de nuevo le grité: “Con fierro, cual-quiera se hace el poronga!”. Di media vuelta y me di cuenta que había sido pelotudo por 4 cosas3…

1 <https://books.google.es/books?isbn=8415414366> (consultado el 2 de marzo de 2017).2 Se ha utilizado para ello el Corpus de Referencia del Español Actual de la Real Academia Española

(<http://www.rae.es>), así como foros, blogs, periódicos digitales y otros géneros textuales digitales. Se trata de una revisión amplia por estas vías que pretende servir de base al análisis cualitativo que se hace aquí, no tiene, por tanto, intención cuantitativa.

3 <http://www.postubo.com/foro/t/comunidad/discusiones-generales/alguna-vez-fuiste-heroe-con-ta-tu-historia/> (consultado el 2 de marzo de 2017).

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123pero también otros casos novedosos en los que no es necesaria la presencia de un verbo que indique o exprese adquisición de una nueva información inesperada como “darse cuenta”:

(5) a. Retiró su puñal de la cintura y, siempre listo y vigilante, lo colocó al alcance de su mano, so-bre una piedra. Con esto se hizo manifiesto a los ojos del Maligno, que pudieron distinguirlo poco a poco, y al fin, mirarlo con todo el poder de su vista. Así pasaron unos momentos...

—¡Con que vos habías sido! ¡Vos! ¡Un mocoso poniéndome en estos trances!...4 b. Un hombre entraba a la habitación y lentamente, ocupaba la silla a su lado. Guillermo

prefirió mirar al techo, […]. Pugnó por no llorar, pero las lágrimas se le escapaban so-las… […]. Había tenido razón Beto: el hombre era mudo5.

En (4a), el personaje se sorprende al enterarse de que es ese mocito el que le ha teni-do “en estos trances” durante años. La expresión de la sorpresa se codifica en (4b) con la explicación de por qué el hombre no hablaba: era mudo. En ambos casos el PCP alu-de a una situación pasada (‘vos eras el que me ponía en esos trances; Beto tenía razón’).

Hemos documentado también casos en los que estos usos (ad)mirativos tienen va-lor de presente: el evento tuvo lugar en el pasado pero sigue vigente hasta el momento de la enunciación. Los elementos exclamativos siguen presentes para reforzar la codifi-cación de la sorpresa (mirá que, pero que). Estos usos parece que solo tienen lugar con verbos estativos y expresan siempre un significado resultativo —no hay que olvidar que estos valores (ad)mirativos tienen significado resultativo—. En el proceso de gramati-calización desde un pasado a un evidencial/(ad)mirativo, el significado resultativo es un paso obligado (Aikenvald 2004, entre otros):

(6) Forcejean y caen al sillón, ambos ríen todavía, luego un poco jadeantes quedan mirándose. Susana le desprende los botones de la camisa y va metiendo la mano acariciándole el pecho.

SUSANA: Mirá que me habías resultado forzudo ¿eh? ¿Y qué andás haciendo por ahí con tanta fuerza?

Igualmente, hemos encontrado un caso de PCP (ad)mirativo sin refuerzo exclamativo en una novela del escritor limeño Jaime Bayly6, salvo el orden focalizado de objeto-verbo:

(7) —¿Y qué nos vas a dar? —preguntó Lupe, sentándose en la cama, cruzando las piernas—. ¿Nos van a manosear y después nos botan?

—Si quieren les consigo una entrevista con mi viejo —dijo Francisco—. A lo mejor él les da un trabajo como corresponsales en Cusco o algo así.

—Buena idea, flaquito, eso suena chévere —dijo Cristina. —Pero primero el vacilón —exigió Francisco—. Calatéense de una vez, no la hagan tan larga. —Mandoncito habías resultado, flaco —comentó Lupe.

4 Draghi Lucero (1953: 84).5 <https://actosdefeylibertad.blogspot.com.es/2014/01/la-senal-4ta-parte-by-ilgora-blue.html> (con-

sultado el 3 de marzo de 2017).6 <http://corpus.rae.es/cgi-bin/crpsrvEx.dll> (Consultado el 2 de marzo de 2017).

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124 En el español de la variedad rural uruguaya, sin embargo, hemos documentado un caso donde el PCP con valor (ad)mirativo no va acompañado de elementos excla-mativos adicionales salvo la presumible entonación (Habías tenido más suerte) y que la forma verbal ha perdido la temporalidad de pasado para incluir el presente. Nótese que también aparece un uso (ad)mirativo del PCP acompañado de elementos léxicos exclamativos y signos de admiración (¡Qué habías sido flojo…)7:

(8) —Rece por mí, padre, —dijo Péñula—, yo no sé rezar... ni leer... ni escribir... —No te aflijás —interrumpió Candelario—, ya te va a enseñar todo eso a un tiempo el

gringo Capoano [el asesinado]. Poco después agregó: —¡Qué habías sido flojo, ni parecés criollo! ¡Si hasta da vergüenza verte así!...

—¡Rece, rece! —inisitía Péñula, al ver que se aproximaba el momento de la ejecución. —Pucha que sos porfiado —exclamó Candelario, despectivamente—, si es al ñudo que; ya

verás vos! —Largá... ¿a qué vas? —Esta vez contra la “cara”... ¡vaa!... fijate; tres “cruces…pa un padrenuestro. —Habías

tenido más suerte que “estrato” de “lotería”.

Considerando esta variedad de casos, podemos suponer que el PCP con valor (ad)mirativo está inmerso en un proceso de gramaticalización en curso que se desarrollaría a distintas velocidades según las variedades analizadas arriba. Así, en la variedad riopla-tense, el PCP (ad)mirativo puede tener valor de presente e incluso prescindir de apoyo de elementos exclamativos, si bien con muchas restricciones, a diferencia de lo que ocurre en las variedades chilena o española. Este cambio gramatical puede explicarse como un cambio por subjetivización en progreso (Traugott 2003, 2010; Traugott/Dasher 2002) que avanza desde contextos bastante restrictivos, donde se necesitan elementos gramaticales explícitos para expresar la (ad)miratividad, como es el caso de la variedad chilena o la de España, (estadio 1); a otros con mayor grado de subjetivi-zación donde las restricciones van reduciéndose paulatinamente hasta desaparecer en el último estadio (estadio 4), como se muestra en el cuadro 1. En este último estadio de mayor subjetivización la forma verbal ya contiene valor (ad)mirativo, se ha ruti-nizado, por lo que puede aparecer sola, sin necesidad de elementos gramaticales de apoyo, codificando así la sorpresa del hablante ante una información de la que se acaba de enterar o acaba de ser consciente; esto es, codifica la sorpresa del hablante como resultado del conocimiento consciente de que una información no tiene vigencia en el momento del habla.

7 Fragmento citado por Bertolotti para ejemplificar casos de voseo uruguayo, <http://www.historiade-laslenguasenuruguay.edu.uy/wp-content/uploads/2013/11/Bertolotti-2011.pdf> (consultado el 2 de marzo de 2017).

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125Cuadro 1. Estadios de gramaticalización del valor mirativo del PPC

Estadio 1: PPC con verbo léxico tipo “darse cuenta” + polaridad negativa + refuerzos ex-clamativos >

Estadio 2: PPC sin verbo léxico + refuerzos exclamativos >Estadio 3: PPC sin verbo léxico + valor de presente + no refuerzos exclamati-

vos (con muchas restricciones) > Estadio 4: PPC funciona como mirativo sin otros elementos

Hay que resaltar que hemos encontrado muy pocos casos de este último estadio en estas variedades, lo que confirma el avance paulatino del proceso de gramaticalización. Se trata de un cambio de la pragmática a la gramática/semántica. La cancelación sin-táctica es consecuencia del proceso de subjetivización en el sentido de que el hablante integra su perspectiva del evento en el discurso, en su conceptualización. Este esquema permite dar cuenta no solo de la posible evolución del PPC a valores (ad)mirativos sino también de la relación geolectal que se observa entre variedades donde coexisten diferentes etapas de este mismo proceso, como es propio de este tipo de procesos.

2.3. Español andino boliviano

El valor (ad)mirativo del PCP en el español andino boliviano ha sido relacionado con la situación de contacto histórico intenso del español con el quechua y el aimara (Blestel 2011, Granda 2002, Pfänder 2009, entre otros). En Palacios, Pfänder y Soto (en evaluación) analizamos los usos (ad)mirativos del PCP en corpus orales de español andino boliviano de hablantes monolingües de español y de bilingües quechua/espa-ñol. Algunos de estos usos son:

(9) a. …bueno era: d:e mi edad más o menos e: íbamos a bañarnos: llegaba el agua “había llegado el agua había llegado el agua” y esperábamos que se ponga un poquito: no tan turbia no? nos sentábamos

b. … que me expulsaron, me expulsaron porque yo tenían una, una especie de mochila delante de mi, de mi arma. y eso... había sido que no es permitido. Y en vez de decirme: no es permitido

c. TO: el otra vez he venido no ve/ para sus [cumple de la j:]:ime de la jime VI: [a ver aquí está] PO: ah::: sí no/ habiás venido!

En (8a) la hablante narra cómo estaba bañándose con otras amigas en un río cuando sobrevino una crecida inesperada. Nótese que el pretérito imperfecto es el tiempo ver-bal que conduce la narración de los hechos pasados (era, íbamos, llegaba, esperábamos, nos sentábamos) frente al PCP que expresa la sorpresa de las niñas en una actualización del pasado en el momento del habla (había llegado). En (8b), se aprecia en el relato

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126 un juego de voces de actualización en el presente: el hablante expresa la sorpresa que le produce enterarse de que existe una prohibición que él desconocía en el momento en el que se produjo el evento (y sigue la prohibición en el momento del habla) y lo confirma aportando la voz del otro en estilo directo (no es permitido). Finalmente, en (8c) el PCP codifica la sorpresa de PO cuando recuerda que TO ya había venido con anterioridad para el cumpleaños de Jime.

La evidencia empírica de los casos analizados muestra cómo la presencia del PCP supone para el hablante una estrategia que le permite explotar comunicativamente distintos matices en la interacción en función de los intereses del hablante (resaltar la sorpresa por la adquisición de un conocimiento inesperado, el cambio o el propio conocimiento inesperado). Esta flexibilidad pragmática se sustenta en las necesidades comunicativas del hablante, que extrae los recursos necesarios para hacerlo en las posi-bilidades gramaticales que ofrece el PCP.

Los usos (ad)mirativos del PCP encontrados en estos corpus andinos bolivianos muestran que el PCP (ad)mirativo codifica sorpresa por la adquisición de un conoci-miento que contradice las expectativas del hablante, pero esta sorpresa no es obvia y no se suele reforzar con marcas lingüísticas como los elementos de polaridad negativa u otros elementos léxicos exclamativos. A diferencia de los casos mostrados para la variedad rioplatense, las restricciones gramaticales para usar el PCP con valor mirativo han desaparecido por completo ya que el contexto pragmático es suficiente recurso para su codificación. Esto puede responder a una etapa muy avanzada de un cambio semántico (Traugott/Dasher 2002, Traugott 2010), donde el PCP ha ido adquiriendo valores pragmáticos más subjetivos. Se trataría de un proceso de (inter)subjetivación donde una forma verbal puede tomar valores más pragmáticos para expresar mayor interacción con el oyente.

El proceso de gramaticalización de los valores evidenciales y (ad)mirativos de los tiempos de pasado en el español andino boliviano se ha explicado a partir del contacto intenso del español con el quechua/aimara, como ya se ha mencionado. En efecto, el quechua o el aimara no tienen un sistema temporal fuertemente diferenciado pero las categorías epistémicas —evidenciales y mirativas— están gramaticalizadas a través de distintos recursos gramaticales (Adelaar 1997, Faller 2002, Mannheim 1987, entre otros). Aikhenvald (2004) afirma al respecto que el dominio de la evidencialidad se convierte en quechua en una necesidad comunicativa y gramatical. En este sentido, el contacto con el quechua/aimara puede ser el acelerador de la pérdida del valor de pasado en las lecturas (ad)mirativas del PPC, a partir de un reanálisis donde solo per-manece la función (ad)mirativa, no el causante directo del propio cambio, que podría explicarse como un cambio de base metonímica.

2.4. Foros de Internet bolivianos

Pfänder, Alcón y Palacios (en prensa) han analizado el PCP con valor (ad)mirativo en foros de bolivianos de hinchadas de fútbol en Internet. Este corpus, con 5.300.000

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127palabras y 69.893 posts, cuenta con 1.464 miembros de foros. Se trata de una comu-nidad de práctica (Wenger 2007) en la que los participantes del foro son hinchas de diferentes equipos bolivianos, mayoritariamente bolivianos del Altiplano, si bien tam-bién participan peruanos, argentinos y usuarios que viven en la diáspora. Los autores muestran que en este foro aparecen casos de PCP (ad)mirativos como los chilenos y es-pañoles, pero también otros similares a los vistos en §2.3, donde se ha perdido el matiz temporal de pasado y en los que ya no hay elementos de polaridad negativa; tampoco aparecen elementos léxicos o gráficos (ad)mirativos explícitos, aunque pueden aparecer para exagerar irónicamente la emoción de sorpresa. En estos casos, se hacen informa-ciones que el hablante descubre sobre el oyente en el momento del habla y que sirven para evaluar al otro en el presente (habias tenido cerebro [sic] ‘tienes cerebro’), lo que puede convertirse en un insulto (habias sido potosino [sic] ‘eres potosino’):

(10) a. wajajajjajjaaa... ahora si me hizo kagar de risa el cerdo wajajjajajjjaja muy buena, ha-bias tenido cerebro e imaginacion wajajjajjajajja [sic].

b. con q habias sido potosino nelosgay asno asqueroso y de q te jactas si eres un pobre gordo negro cuatro ojos chancho […] jajajajajaj pobre boludo [sic].

En este corpus de Internet, el PCP aparece en contextos de oralidad fingida y de puesta en escena de diálogos imaginarios cuya función es la de evaluar al otro y ridi-culizarlo (generalmente un hincha de un equipo rival) en una actualización en el pre-sente. Lo interesante de estos casos es que el PCP se ha especializado codificando una sorpresa fingida para permitir el posicionamiento del hablante frente al otro en una comunidad virtual donde todos saben quién es cada participante (aunque se desconoz-ca el nombre real). Aunque los casos analizados por los autores no tienen únicamente la estructura “había sido + adjetivo”, esta colocación alcanza el 50% de las apariciones totales del PCP (ad)mirativo. Los autores afirman que este uso tiene una gran ventaja comunicativa, ya que permite la evaluación negativa del otro mediante un distancia-miento aparente de la evaluación realizada al codificarlo como un verdadero (ad)mira-tivo, lo que le permite guardar su imagen. Así, la evaluación negativa es conocida por los otros miembros del foro, pero el hablante la hace pasar por una información de la que se acaba de enterar. La ironía refuerza la evaluación negativa realizada.

Para estos casos de evaluación negativa, podría pensarse en un camino de gramati-calización directo desde lo exclamativo tomado como SOURCE a esta forma pragmá-tica irónica como TARGET. Estaríamos, pues, ante un proceso de gramaticalización del PCP donde el hablante interacciona con el otro y espera una respuesta: se trata de un caso de gramaticalización por intersubjetivización (Traugott 2010), como se mues-tra en el cuadro 2:

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128 Cuadro 2. Estadios de gramaticalización del valor mirativo del PPC

Estadio 1: PPC con verbo léxico tipo “darse cuenta” + polaridad negativa + refuerzos ex-clamativos >

Estadio 2: había sido + adjetivo: evaluación negativa, posicionamiento y sorpresa fingida

2.5. Paraguay y Nordeste de Argentina

Es bien sabido que Paraguay tiene una situación de contacto histórico muy intenso, con un bilingüismo español/guaraní muy extendido tanto en las zonas rurales como en las urbanas entre población no indígena, y que la región del Nordeste argentino (NEA) es un área de contacto lingüístico histórico intenso y de migraciones de población paraguaya continuadas, lo que la ha conformado como una variedad de español con peculiaridades lingüísticas que la diferencian de otras variedades argentinas y la acer-can más a la variedad paraguaya (Abadía de Quant/Irigoyen 1980, Guillán 2012). En ambas variedades de español se documenta, además de las estructuras (ad)mirativas de PCP analizadas hasta aquí, la estructura había sido que (Avellana 2013; Blestel 2011, 2015; Granda 2002; entre otros), como se muestra en los ejemplos siguientes extraídos de periódicos digitales:

(11) a. El micro no se podía parar. ¡El chofer tampoco! Había sido que una unidad de la línea 13-2 venía siendo manejada por un chofer que tenía más combustible que el propio colectivo8.

b. El fiscal Carlos Arregui así, de la nada, nos sorprendió a todos con que había sido que sí se podía investigar a Itaipú, ante sonados, públicos y archiconocidos “supuestos” hechos de corrupción9.

Concluyen los autores que había sido que codifica la (ad)miratividad en estas va-riedades introduciendo información nueva y destacando la sorpresa que genera en el hablante el descubrimiento de esa información. Se trata de una forma impersonal, invariable, con significado resultativo y con valor de presente o de pasado, depen-diendo del contexto, que tiene alcance amplio sobre toda la oración. Es precisamente la función (ad)mirativa la que posibilita que esta estructura aparezca con frecuencia como titular de periódicos para resaltar la información más sorprendente de la noticia, como en (11), donde se destaca en el titular lo más sorprendente de la información y se explicita en el cuerpo de la noticia:

8 <https://www.cronica.com.py/2017/08/30/choco-lo-habia-paso/> (consultado el 4 de marzo de 2017].

9 <http://www.ultimahora.com/habia-sido-que-se-puede-n650813.html> (consultado el 4 de marzo de 2017).

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se podía investigar a Itaipú, ante sonados, públicos y archiconocidos “supuestos” hechos de corrupción10.

b. Había sido que Ramón I. fue solo un invento Siempre creí que el célebre gua’i Ramón I. (Indalecio) Cardozo —el hijo de doña Josefa

Cardozo— era el padre local de la Escuela Activa. Y que su hijo Efraím (con m) Cardozo —cuya madre fue doña Juana Sosa— era el historiador que a los 23 años había escrito El Chaco en el Régimen de las Intendencias. Ajavýva aikóvo raka’e. Estaba equivocado de cabo a rabo. […]. Había sido que el maestro paraguayo […] de la pedagogía era Efraín, no Efraím y mucho menos Ramón I. Cardozo11.

En el caso de Paraguay, Blestel (2015: 179 y ss.) afirma que esta construcción se comporta sintácticamente como un adverbio de frase, dado que tiene gran movilidad en la oración (Había sido la Miss Verano Maga Caballero es una chica multifacética; Fallé de profesión, tengo que estar estudiando mecánica, en eso sí se gana plata había sido). Por nuestra parte, no hemos encontrado casos similares en el NEA, lo que podría indicar que el proceso de gramaticalización del PCP en Paraguay está más avanzado que el de la región argentina. Nótese que estos casos, en los que la conjunción que se ha omitido, suponen una etapa más avanzada en el proceso de gramaticalización del PCP, de tal manera que esta forma funciona semántica y sintácticamente como un marcador discursivo (ad)mirativo, ya sin valor verbal, con alcance amplio a toda la oración.

Tradicionalmente, se ha explicado este uso como un préstamo, un calco o un caso de convergencia de ra’e con había sido (que). Ra’e alude a eventos pasado desconocidos o no percibidos conscientemente para el hablante, eventos que descubre de manera indirecta en el momento de la enunciación. Se describe, así, como un marcador de evidencialidad indirecta con significado (ad)mirativo contextualizado (Dietrich 2010; Dolzani 2016, entre otros). Nótese, como ya se ha apuntado en la bibliografía, que el significado de ra’e muestra similitudes semánticas y sintácticas con la estructura que nos ocupa, lo que apoya la hipótesis de la convergencia lingüística más que la del calco sintáctico, puesto que este marcador guaraní es congruente con las características se-mánticas del PCP español.

Como ya se mostrado en la bibliografía, había sido (que) y ra’e coexisten en los mis-mos enunciados con significado similar, lo que implica un refuerzo de la lectura (ad)mirativa (La novia de Julio González Cabello, María de los Angeles [sic], había sido es una fortachona de aquellas ra’e12).

En nuestra opinión, se trata de un cambio indirecto inducido por contacto (Pala-cios 2008, 2011, 2013), esto es, cambios que emergen en situaciones de contacto his-

10 <http://www.ultimahora.com/habia-sido-que-se-puede-n650813.html> (consultado el 4 de marzo de 2017).11 <http://www.ultimahora.com/habia-sido-que-ramon-i-fue-solo-un-invento-n275397.html> (con-

sultado el 4 de marzo de 2017).12 Corpus de Referencia del Español Actual de la Real Academia Española, <http://www.rae.es> (consulta-

do el 3 de marzo de 2017).

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130 tórico intenso en los que no se importa directamente material de la lengua en contacto. Mediante el mecanismo de la convergencia lingüística, surgen variaciones lingüísticas significativas que aprovechan las potencialidades de los sistemas de ambas lenguas en contacto para hacer aflorar estrategias gramaticales cuya funcionalidad comunicativa obedece a procesos cognitivos de las lenguas en contacto. En definitiva, había sido (que) se ha convertido en un marcador discursivo (ad)mirativo en la variedad para-guaya; el estadio final de una cadena de gramaticalización acelerada por el contacto intenso con el guaraní. El hablante percibe similitudes entre ra’e y el PCP y explota las potencialidades de la lengua española, llevando hasta el último estadio el proceso de gramaticalización que experimenta el PCP. Nótese que el hecho de que haya procesos de gramaticalización de los usos (ad)mirativos del PCP en variedades sin contacto (¡habías sido pelotudo!) parece avalar esta hipótesis.

Ahora bien, en el nordeste argentino y en Paraguay no tenemos constancia de las etapas intermedias que documentamos en la variedad rioplatense. Sí parece que hubo en algún punto del proceso una restricción léxica del verbo para tomar valor (ad)mirativo mediante la construcción había sido que, por lo que podría pensarse que se trata de una vía de gramaticalización distinta como la que se presenta en el cuadro 3.

Cuadro 3. Estadios de gramaticalización del valor mirativo del PPC (Paraguay y NEA)

Estadio 1: PPC con verbo léxico tipo “darse cuenta” + polaridad negativa + refuerzos ex-clamativos >

Estadio 2: PPC verbo ser + que: había sido que >Estadio 3: PPC verbo ser + (que): había sido (que) >

Estadio 4: recategorización de había sido como marcador discursivo

3. REFLEXIONES FINALES

La clasificación de las variedades de español en relación con el PCP parece ir más allá de la diferenciación entre variedades que utilizan esta forma con valor temporal y aquellas que lo utilizan con valor modal para codificar un posicionamiento epistémico (No me había dado cuenta…). Sin embargo, estos usos, cuando se dan, tienen fuertes restricciones (necesitan verbos de conocimiento, se apoyan en elementos exclamativos, aparecen con elementos negativos y tienen valor de pasado), en algunas de las varieda-des (chilena y española); en la variedad rioplatense, el PCP codifica ese mismo valor epistémico aunque ha eliminado algunas de las restricciones mencionadas y puede te-ner valor temporal de presente, si bien es preciso decir que los casos documentados de

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131este tipo no son muy numerosos. Esto sugiere que el PCP está inmerso en un proceso de gramaticalización, un proceso de subjetivización geolectal gradual en el que dismi-nuyen las restricciones conforme se avanza hacia el incremento de la subjetividad y los valores epistémicos que la forma codifica.

Los datos muestran, por otra parte, que el contacto histórico intenso con las len-guas amerindias (quechua/aimara) acelera notablemente el proceso de subjetivización de esta forma eliminando todas las restricciones gramaticales que condicionaban la lectura (ad)mirativa en las variedades sin contacto y rutinizando la construcción hasta alcanzar una función meramente (ad)mirativa, que solo requiere el contexto pragmáti-co adecuado para activar su valor.

El caso de Paraguay es especialmente significativo, dado que parece haber tomado otra vía de gramaticalización más especializada a partir del significado resultativo del PCP del verbo ser. A partir del reanálisis de la forma, el PCP se recategoriza en un marcador discursivo (ad)mirativo13 y completa su proceso de gramaticalización. El proceso de convergencia con el guaraní (ra’e) determina el cambio semántico e interac-túa estrechamente con el nivel discursivo, dando lugar a un marcador en español que comparte los mismos valores que el elemento guaraní. Nótese que ra’e es un morfema de segunda posición cuyo alcance discursivo puede variar de la palabra a la oración completa, a diferencia del (ad)mirativo quechua -sqa, una marca morfológica mucho menos flexible sintácticamente. Estas diferencias podrían explicar las diferentes solu-ciones en una y otra variedad.

El uso del PCP en los foros de Internet bolivianos parece ser un caso especial, don-de la forma se especializa hacia un posicionamiento afectivo, hacia valores evaluativos negativos, lo que la convierte en una forma irónica para insultar al otro y transgredir las máximas de cooperación mediante un distanciamiento simulado, ya que la evaluación negativa es conocida por los otros usuarios, pero el hablante la codifica como informa-ción inesperada. En este cambio emergente se refuerzan los apoyos exclamativos que conocemos de los usos chilenos y españoles del PCP para dar lugar directamente a la emergencia de su valor irónico. A diferencia de las variedades boliviana y paraguaya, en este caso se trata más bien de pragmaticalizaciones contextuales.

El análisis mostrado en estas páginas permite describir vías de gramaticalización recurrentes en las distintas variedades de español y dar cuenta de los distintos esta-dios que coexisten en esas variedades, lo que posibilita una fotografía geolectal del cambio en progreso. Permite, igualmente, considerar el contacto lingüístico como un acelerador de los cambios en progreso y pone de manifiesto que puede alterar las vías previamente trazadas para derivar en soluciones emergentes a partir de caminos no explorados en otras variedades. En definitiva, hemos mostrado que el contacto lingüís-tico influye en el desarrollo de un fenómeno, pero no lo aboca a una única solución.

13 Aikhenvald (2004) afirma que la emergencia de valores (ad)mirativos en las lenguas puede tener lugar a partir de diferentes caminos de gramaticalización, lo que coincide con los datos aquí expuestos.

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| Azucena Palacios es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y profesora de Lengua Española en esa misma universidad. Su investigación versa sobre contacto de lenguas: español y lenguas amerindias. Dirige el proyecto de investigación “Español en con-tacto con otras lenguas: variación y cambio lingüístico” (<http://espanolcontacto.fe.uam.es/wor-dpress/>), así como el proyecto “Lenguas en contacto: español/portugués y lenguas amerindias” en la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL) y el grupo de investigación “Cambio lingüístico en situaciones de contacto” de la Universidad Autónoma de Madrid.

| Stefan Pfänder es doctor en Lenguas Romances por la Universidad de Friburgo y obtuvo su habilitación como profesor en la Universidad de Halle. Actualmente ocupa una de las cátedras de lingüística en el departamento de lenguas romances de la Universidad de Friburgo. Su inves-tigación se centra en fenómenos lingüísticos actuales y cambios en proceso en lenguas romances

con tres áreas de focalización: el español y el francés en contacto con otras lenguas, la sintaxis de las lenguas romances en la interacción multimodal y las narraciones colaborativas. Dirige el proyecto de investigación interdisciplinar “Synchronization in Embodied Interaction” en conjunto con Hermann Herlinghaus (antropología cultural), Class Lahmann (Psicoterapia) y Carl Scheidt (Psicoterapia corporal), financiado de forma conjunta por la Unión Europea y por el Freiburg Institute of Advanced Studies (FRIAS).

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