heidegger, cuerpo y método

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Ideas y Valores ISSN: 0120-0062 [email protected] Universidad Nacional de Colombia Colombia Johnson, Felipe Cuerpo y método. El planteamiento heideggeriano del problema de la corporalidad en Zollikoner Seminare Ideas y Valores, vol. LXIII, núm. 155, agosto-, 2014, pp. 7-30 Universidad Nacional de Colombia Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80931523001 &yPR FLWDU HO DUWtFXOR 1~PHUR FRPSOHWR 0iV LQIRUPDFLyQ GHO DUWtFXOR 3iJLQD GH OD UHYLVWD HQ UHGDO\FRUJ Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Acercamiento al problema del cuerpo en Heidegger

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  • Ideas y ValoresISSN: [email protected] Nacional de ColombiaColombia

    Johnson, FelipeCuerpo y mtodo. El planteamiento heideggeriano del problema de la corporalidad en Zollikoner

    SeminareIdeas y Valores, vol. LXIII, nm. 155, agosto-, 2014, pp. 7-30

    Universidad Nacional de ColombiaBogot, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80931523001

    &yPRFLWDUHODUWtFXOR

    1~PHURFRPSOHWR

    0iVLQIRUPDFLyQGHODUWtFXOR

    3iJLQDGHODUHYLVWDHQUHGDO\FRUJ

    Sistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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    Zollikoner Seminare*

    6OJWFSTJEBEEFMB'SPOUFSB$FOUSP

    de Investigacin de las Humanidades - Chile

    ResumenEn este artculo se desarrollan las consideraciones heideggerianas acerca de la cor-poralidad expuestas en Zollikoner Seminare, atendiendo a la posicin fundamental desde la cual estas se despliegan. Se discute acerca de la necesidad, por parte de Heidegger, de abordar el problema del cuerpo vivo al margen de las considera-ciones cientficas y, por consiguiente, se enfatiza el sentido ntimo de un eventual cambio de mtodo que pareciera conducir la reflexin sobre el cuerpo a la aclara-cin de su modo de ser propio, con el fin de clarificar cmo es que aquel puede ser entendido como un existencial.

    Palabras clave: M. Heidegger, corporalidad.

    Artculo recibido: 6 de septiembre del 2012; aceptado: 23 de febrero del 2013.* El presente artculo forma parte de la investigacin Fondecyt de Iniciacin

    n. 11110087: El fenmeno del cuerpo a la luz del Dasein: existencia y concretud en el pensamiento de Heidegger.

    ** [email protected]

    ARTCULOS

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    FELIPE JOHNSON

    Zollikon Seminars

    AbstractThe article examines Heideggers considerations of corporeality in the Zollikon Seminars, focusing on the fundamental position from which they are made, and discusses Heideggers need to address the issue of the living body separately from scientific considerations. Therefore, it emphasizes the profound meaning of a pos-sible change of method that seems to lead the reflection on the body toward the clarification of its inherent mode of being, in order to explain how it can be under-stood as an existential.

    Keywords: M. Heidegger, corporeality.

    Zollikoner Seminare

    ResumoNeste artigo, desenvolveram-se as consideraes heideggerianas sobre a corporali-dade expostas em Zollikoner Seminare, atendendo posio fundamental a partir da qual estas se realizam. Discute-se sobre a necessidade, por parte de Heidegger, de abordar o problema do corpo vivo margem das consideraes cientficas e, consequentemente, enfatiza-se o sentido ntimo de uma eventual mudana de m-todo que parece conduzir a reflexo sobre o corpo ao esclarecimento de seu modo de ser prprio, com o objetivo de esclarecer como aquele pode ser entendido como um existencial.

    Palavras-chave: M. Heidegger, corporalidade.

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    I. El fenmeno cuerpo y el problema del mtodoLos Zollikoner Seminare se componen de un conjunto de protoco-

    los de diversas sesiones en las que se reunieron Heidegger y un grupo de psiquiatras, convocados por el especialista suizo Medard Boss, as como de un conjunto de cartas de Heidegger dirigidas al mismo Boss, datadas entre los aos 1959 y 1972. Desde un punto de vista amplio, los diversos documentos aparecen como un intento de desarrollar un dilogo entre la filosofa y la medicina psiquitrica, de manera que una relacin entre ambas pueda ser concebida con claridad. No obstante, el significado particular de este volumen es que presenta la oportuni-dad de observar a Heidegger desplegando problemticas que ya no se enmarcan estrictamente en el desarrollo de una ontologa fundamen-tal, como las que se conocen ya desde Sein und Zeit. Precisamente, en estas consideraciones se puede ver a Heidegger esbozando un plan-teamiento propio acerca del cuerpo humano, por cierto, ya gestado FOTVTMFDUVSBTTPCSF/JFU[TDIFFOFMTFNFTUSFEFWFSBOPEFcf. )FJEFHHFSf

    BVORVFFTUBWF[EFNBOFSBBONTEFUBMMBEBCabe decir, empero, que la expectativa de hallar en estos textos un pensamiento sistemtico sobre la corporalidad no se cumple en me-dida alguna. Solamente algunas pginas de la totalidad del tomo se abocan a este problema, y solo a partir de ellas es posible ganar algu-nas luces en relacin con las lneas generales de una reflexin positiva sobre la corporalidad desde el punto de vista heideggeriano. Incluso, si se sigue atentamente el avance de sus consideraciones, se puede ver que ah donde Heidegger pareciera tener la ocasin de profundizar en el problema del cuerpo, la discusin no tarda en cambiar de direccin hacia una problemtica ms amplia acerca de las ciencias y su mtodo.

    En este sentido, cabra preguntar si es que acaso este eventual desvo desde el tema de la corporalidad al problema general del m-todo cientfico resulta ser una carencia del texto en cuestin, o si, ms bien, estas consideraciones tienen todo el rigor filosfico que el mismo Heidegger pretende contraponer a aquella idea de rigor que pertenecera a las ciencias. En efecto, en Zollikoner Seminare leemos: La fenomenologa es una ciencia ms cientfica que las ciencias natu-SBMFTu)FJEFHHFSC1 en este enunciado se alude, por cierto, al vocablo alemn Wissenschaft, relacionado en este caso con el snscri-to wit o vydea, trmino desde el cual vendra a configurarse el vocablo griego ida, que significa, explica Heidegger, un colocar algo bajo la

    1 Todas las citas de Heidegger han sido traducidas por el autor para el presente artculo. Sin embargo, en el caso de Zollikoner Seminare se ha consultado la traduccin rea-MJ[BEBQPSOHFM9PMPDPU[JZFOFMDBTPEFSein und Zeit, la de Jorge Eduardo 3JWFSB

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    FELIPE JOHNSON

    MV[uC-PBOUFSJPSBMVEJSBQPSDJFSUPBVOSBTHPQSPQJPEFlo que pareciera, en las consideraciones heideggerianas, caracterizar a la misma fenomenologa. En este sentido podramos decir, entonces, que la fenomenologa pareciera ver ms que las ciencias, es decir, que es, en cierto modo, ms vidente que estas. Pero, qu es aquello que la fenomenologa ve y que las ciencias no pueden ver?

    Una clave para comprender lo anterior es dada por el mismo Heidegger, cuando problematiza el mtodo de investigacin de la f-sica moderna, entendida esta como un ejemplo de una consideracin particular acerca de la Naturaleza. Lo que est en juego en sus explica-ciones es el hecho de entender la peculiar manera como la Naturaleza en general ha sido ya determinada segn la ciencia moderna, esto es, en cuanto una extensin espacio-temporal, podramos decir, en cuyo interior los entes contenidos se comportaran entre s mediante re-gularidades causales medibles. Explicitando ahora el comentario de Heidegger en relacin con el caso de la observacin de la cada de una manzana, podemos decir que lo que es el fruto mismo o el rbol desde donde este cae dejan de ser rasgos considerables en la tematizacin de la fsica. La cada de la manzana pasa a ser explicitada ms bien como la trayectoria medible de un cuerpo con una masa determinable desde FMQVOUPEFTVDBEBBMEFTVMMFHBEBcf)FJEFHHFSC$PNPTFadvierte, la cada de una manzana en estos trminos implica ya una decisin temtica particular, muy distinta, por lo dems, a la conside-racin del mismo fenmeno como, por ejemplo, seal de la madurez de un fruto que podramos luego disfrutar. Segn se sigue, a partir de las observaciones de Heidegger, toda la consideracin de Galileo, i.e., la suposicin misma de que el fenmeno observado pueda ser descriptible en los trminos sealados arriba, parece haber aceptado de antemano una manera especfica de entender tanto el espacio y el tiempo como homogneos, y el movimiento como desplazamiento desde un punto hasta un punto .2 En otras palabras, el modo de tematizacin de la fsica moderna parece haber asumido previamen-te una comprensin determinada de fenmenos tales como espacio, tiempo y movimiento.

    Ahora bien, el ncleo del problema expuesto no radica en el he-cho de que conceptos tales como espacio, tiempo o movimiento hayan sido definidos de una manera tan particular, sino ms bien en que dichas definiciones han sido posibles mediante una relacin que el cientfico mismo tiene respecto a los fenmenos aludidos con estos trminos. En efecto, es desde dicha relacin como el cientfico elabo-

    2 En este contexto, Heidegger indica, bajo la figura de Galileo, la reduccin moderna del concepto aristotlico metabol a su sentido de for, i. e.iUSBTMBEPuC

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    SBIJQUFTJTWJWJFOEPFOEJDIBSFMBDJOFMGTJDPUFNBUJ[BZIBCMBEFla Naturaleza. Sin embargo, habitando en dicha relacin, el fsico, el cientfico en general, no tiene lucidez acerca de ella. El cientfico habla de su campo de estudio desde un modo ya aceptado de hacer compa-recer a su objeto temtico, mientras que este es inaccesible mediante su investigacin. Este modo primario de acceso al ente permite, cier-tamente, medir y experimentar, pero l mismo no es medible, ni se pueden realizar con l experimentos. Se puede decir que este posibili-ta la tematizacin cientfica, pero, al posibilitarla, la trasciende, por lo que no puede ser objeto de estudio de ella. Si el fsico, en este sentido, comenzara a dirigir su atencin a ese modo, dejara de hacer fsica en estricto rigor. En palabras de Heidegger: El fsico no puede decir algo ms sobre lo aceptadoTJOPTPMPFMMTPGPu)FJEFHHFSC

    Pues bien, este fundamento del quehacer cientfico es lo que Heidegger seala en sus consideraciones como acceptio cf. 1994b

    y es esto lo que la ciencia en su hacer especfico no podra ver. Sin duda alguna, si seguimos estas consideraciones, se puede enten-der que las ciencias de la Naturaleza arrancan ya de una suposicin fundamental, esto es, inician sus consideraciones a partir de un sue-lo ltimo que ellas no pueden volver cuestionable. Por su parte, la consideracin filosfica parece posicionarse en los inicios mismos de la posibilidad cientfica, y a ella s le estara dado distinguir crti-camente el modo como se accede al ente, antes de emprender una tematizacin explcita sobre sus caractersticas propias. Dicho de otra manera, mientras las ciencias se ocupan del qu sean las cosas que estudian, han olvidado cmo es que esas cosas ante todo compa-recen. Pues bien, la filosofa pareciera ser ms vidente que las ciencias en un sentido muy particular, esto es, en cuanto ella se posiciona en la posibilidad misma que ha dado paso a una explicitacin temtica de los entes, de modo que le es posible realzarla para tomar lucidez de sus momentos propios, antes de comenzar ciegamente a hablar de qu sea aquello que bajo esa luz ya se puede ver. As es como Heidegger sealar la necesidad, por parte de las ciencias naturales, de comenzar fundadas en esta as llamada acceptio, esto es, de co-menzar asentadas en una determinada manera de hacer comparecer su propio objeto temtico o, como l dice, de comenzar insertas en VOiNBOUFOFSTFBCJFSUPQBSBVOBDPTBuid.

    En definitiva, mientras las ciencias naturales parecieran comenzar sus consideraciones en un campo donde su objeto de estudio ya compare-ce en cuanto algo, la fenomenologa, la filosofa misma, viene a ser ms bien un modo de consideracin mediante el cual lo que ha de mostrarse es justamente aquel horizonte primario de apertura que ha posibilitado a las ciencias hablar de la Naturaleza del modo como efectivamente lo

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    FELIPE JOHNSON

    IBOIFDIP4F USBUBEFBRVFM GVOEBNFOUP GrundEFTEFFM DVBM FMMBTmismas comienzan sus hiptesis, predeterminadas por la aceptacin primera del modo como ha de ser visto al ente temtico: Solo cuando MBQSFTFODJBAnwesenheitEFBMHPFTBDFQUBEBmEJDF)FJEFHHFSmTFMFQVFEFOTVCPSEJOBSTVQPTJDJPOFTSuppositonenuC

    Ahora bien, lo mismo pareciera ocurrir respecto a las considera-ciones cientficas sobre el cuerpo. Estas no pueden aprehender cmo FTRVFIBZDVFSQP cf)FJEFHHFS C4V UFOEFODJBQSPQJBFTms bien, a partir del modo como ellas estn abiertas a dicho fen-meno, a explicitarlo en su quididad. As es como, desde ya, podemos entender que el hecho de acusar una eventual carencia en los textos que componen los Zollikoner Seminare, debido a la ausencia de una consideracin positiva sobre la corporalidad, pareciera no atender a los problemas hasta ahora discutidos. De hecho, si tuvisemos que hacer-nos cargo de ellos, ms bien advertiramos que una investigacin sobre la corporalidad debiera, en un comienzo, prescindir de cualquier tipo de consideracin positiva acerca de su objeto temtico, hasta no haber atendido a una preparacin explcita del modo como este fenmeno habra de ser expuesto. Como se ve, no se trata de emprender sin ms una tematizacin de la corporalidad para una investigacin filosfica, sino, por el contrario, de preparar el modo de su explicitacin. Solo as se podra prevenir que la investigacin acepte acrticamente un modo de comparecencia de su fenmeno, que a la larga devenga en un vela-miento de lo que en l efectivamente est en juego.

    Segn lo expuesto, el problema central de Zollikoner Seminare radica, por lo tanto, en un esfuerzo por permanecer en un paso previo a la consideracin temtica, y cuya atencin explcita es aquel rasgo que caracterizara a la filosofa como un saber ms vidente que el de las ciencias naturales. Se trata de una consideracin lcida acerca del camino hacia el fenmeno, de la preparacin clara acerca del modo como el fenmeno cuerpo ha de ser mostrado en cuanto fenmeno. En relacin con el problema de lo psicosomtico, leemos: La pregunta por lo psicosomtico es en primera lnea una pregunta por el mtodo )FJEFHHFSC/PPCTUBOUFBWBO[BEBMBEJTDVTJOTFQMBOUFBla siguiente tesis: El problema del mtodo de la ciencia es idntico al problema del cuerpo. El problema del cuerpo es en primera lnea un QSPCMFNBEFMNUPEPuid&TUFTFSBFOEFOJUJWBFMNPEPEFabordar el cuerpo en Zollikoner Seminare: el intento de desarrollar una consideracin de este estrictamente metdica.3

    3 Enfatizando el mismo carcter metdico de las consideraciones heideggerianas sobre FMDVFSQPWPO)FSSNBOOEFTBSSPMMBVOBFYQPTJDJODPNQMFUBEFMBTQSJODJQB-les temticas abordadas en Zollikoner Seminare.

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    Ciertamente, el hecho de que el problema del cuerpo sea ante todo un problema del mtodo no se traduce en que la investigacin deba fijar determinados pasos para conducir a buen trmino el pro-cedimiento de su investigacin. Heidegger distingue esta concepcin de mtodo, por l denominada instrumentalcfC

    EFBRVF-lla otra que posiciona una consideracin metdica en el mbito de la acceptio antes discutida. En este sentido, mtodo se relacionara ms bien con la delimitacin de aquel modo de enfoque primario desde el cual el cuerpo humano ha de mostrarse como tal. Mtodo se refiere, en palabras de Heidegger, a aquel camino por el cual vamos tras una DPTBuid&OTVNBTFUSBUBEFMBEFUFDDJOFTUSJDUBEFVOBBQFS-tura apropiada al fenmeno, desde la cual este pueda mostrarse en cuanto lo que es.

    Pues bien, hasta el momento se ha pretendido mostrar la necesi-dad de abordar el problema del cuerpo en el contexto de la cuestin del mtodo. Por lo pronto, cabe decir que las consideraciones sobre la corporalidad, tal como se exponen en Zollikoner Seminare, no re-dundarn en una determinacin del cuerpo en su contenido, sino que ellas se configuran, segn veamos, en determinaciones ms bien metdicas que, en primera instancia, tienen en vista la forma EFNPTUSBDJOEFMGFONFOPQPSMPDVBMZBQPEFNPTBEWFSUJSRVFFMdespliegue sistemtico de una fenomenologa del cuerpo no podra hallarse en este texto. Ms importante an que la determinacin de los contenidos de los fenmenos, es una consideracin del acceso a ellos. Por esta va se podra proteger a la tematizacin filosfica de una desorientacin radical respecto a su tarea de acceder a los fe-nmenos mismos. En este sentido es que Heidegger advierte como lo importante llegar a la conclusin de que no basta la descripcin de fenmenos aislados y la respuesta aislada a preguntas parciales, si es que una meditacin del mtodo en cuanto tal no se despierta y se NBOUJFOFFOWJHJMJBuC

    II. La primaca del mtodo en una consideracin cientfica del fenmeno cuerpo

    Sin lugar a dudas, las advertencias respecto al mtodo seala-das anteriormente buscan despejar el camino para una tematizacin apropiada del cuerpo. Ciertamente, aquello que indica el trmino psi-cosomtico pertenece al problema del mtodo, en cuanto este nace ya en una manera implcita de hacer comparecer los fenmenos que se han de estudiar. Dicho de otra manera, el cuerpo que las ciencias ob-servan es el que debe ahora volverse cuestionable, y esto quiere decir, siguiendo lo anterior, que se debe poder ver cul es aquella acceptio desde la cual ha comenzado la tematizacin cientfica del cuerpo.

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    FELIPE JOHNSON

    Una respuesta a esta pregunta exige entender, por cierto, qu es lo que Heidegger discute con Descartes.4 De hecho, se podra pensar que la inclusin de Descartes en las discusiones sobre la corporalidad atendera a su conocida determinacin mecanicista del cuerpo huma-no, la misma que se expondra, por ejemplo, en su Trait de lHomme cf C /P PCTUBOUF MMBNB MB BUFODJO RVF FO MBT EJWFSTBTocasiones en las que el pensamiento de Descartes juega un papel de-cisivo en las explicaciones heideggerianas, no encontramos referencia alguna a un eventual mecanicismo cartesiano. Es ms, Descartes es centro de la atencin cuando el nfasis est puesto ms bien en la problemtica del mtodo cientfico.

    Lo comentado en la seccin precedente prestar una ayuda im-portante para atender a las preguntas que ahora nos planteamos. Debemos entender, por lo pronto, que acerca del fenmeno del cuer-po hay dos modos posibles de discusin. Uno de carcter material y otro ms bien de carcter metdico. El primero corresponde a la explicitacin del contenido, i. e., de las cualidades que el ente ya dado exhibe. Este tipo de consideracin asume la tarea de hacer explcito todo aquello que compone la quididad del objeto temtico. En el caso del cuerpo, habindose asumido, por ejemplo, que este es una entidad fsica, se podra hablar de sus partes, es decir, de los miembros, de los rganos, de la relacin entre ellos. Asimismo, podramos decir que este ente fisiolgico realiza funciones, y as elaborar una lista de ellas. Justamente en este mbito de consideracin, esto es, en la determina-cin de qu sea el cuerpo, la consideracin del cuerpo como mquina es central. La nocin del cuerpo-mquina, del hombre-mquina, es la determinacin material de un ente que ha sido puesto ante una mira-da particular.

    Ahora bien, esta presentacin del cuerpo como mquina perte-nece a un mbito determinado de conocimiento, a saber, la mecnica, una disciplina que se funda, a su vez, en la fsica, y que, por ende, ha-bita en una relacin determinada con el mundo desde la cual se deja aparecer el cuerpo segn un modo de ser particular: la medibilidad. As, la determinacin del cuerpo en cuanto mquina es una deter-minacin que a su vez se funda en una relacionabilidad implcita y

    4 Como lo indica Perrin, Descartes fue un referente constante en el pensamiento de Heidegger, ya sea entendido como el instaurador de la problemtica de la subjetivi-dadZBTDPNPVOFTUBEJPGVOEBNFOUBMQBSBFOUFOEFSFMPMWJEPEFMTFSEFMIPNCSFo como aquel que consolida en la tradicin filosfica la comprensin de ser como Vorhandenheit y, por ende, como aquel que da paso al olvido del ser. La confronta-cin con Descartes le permiti a Heidegger desarrollar su posicin crtica en relacin DPOMBNFUBGTJDBUSBEJDJPOBMcf

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    aceptada por parte del investigador. A partir de lo anterior, podra-mos, por lo tanto, hablar del cuerpo sin detenernos en sus cualidades materiales, sino entendiendo este modo implcito desde el cual se muestra. Se trata, en este caso, de la tematizacin de aquella luz desde la cual el cuerpo es de tal manera iluminado, que puede exhibir las caractersticas materiales que ilustrbamos anteriormente. Este tipo de consideracin ya no se preocupa del cuerpo en cuanto qu sea este, sino que lo tematiza para entender cmo es que l aparece. Este ltimo tipo de consideracin, a diferencia de la material, es precisamente de carcter metdicocf.)FJEFHHFSC

    Pues bien, cuando Descartes se hace presente en las discusiones sobre el cuerpo, es justamente para aclarar metdicamente cmo ha sido histricamente puesto el cuerpo ante la experiencia, segn el modo como este filsofo no solo lo hizo con l, sino con la Naturaleza en general. Descartes es central en la problemtica acerca del mtodo de las ciencias, pues, a juicio de Heidegger, su pensamiento es el que inicia un modo particular de presentar la Naturaleza y, en nuestro DBTPFMDVFSQPQSFTFOUBDJORVFTFDPSSFTQPOEFDPOMBNBOFSBDPNPdesde la ciencia moderna hasta la actualidad se ha hecho comparecer BUPEPPCKFUPEFFTUVEJPDJFOUDPcfC/PTFODPOUSBNPTas, ante uno de los aspectos centrales de la problemtica del cuerpo en cuanto es, como veamos, un problema del mtodo.

    Ya podemos observar, aunque de manera preliminar, el nivel propio al que pertenece el problema del mtodo, esto es, a la deter-minacin del campo de estudio en relacin con su modo de aparecer. No obstante, dicho problema no ha sido an visto en sus implicancias ltimas. A propsito del discurso pronunciado por Hegglin, en el pri-mer simposio de la Sociedad Psicosomtica Suiza, Heidegger advierte cmo, a un tipo de investigacin como la psicosomtica, le es posible distinguir lo psquico de lo somtico cf.C4FUSBUBTFHOMPexpone Hegglin, de dos mbitos: por una parte, el de lo somtico, el cual sera mediblemebar

    ZQPSPUSBFMEFMPpsquico, el cual no lo es, sino que ms bien se dejara aprehender intuitivamente. Dicha distincin, caracterizada por Heidegger como un principio simple cf. id. prescrito para la investigacin eficaz de ambos mbitos, resul-ta ser la manifestacin ms concreta del problema del mtodo y, por ende, proporciona un punto de partida conveniente para comprender sus implicancias ltimas.

    Sin duda alguna, el centro de la problemtica radica ac en aclarar las condiciones de posibilidad de sostener que lo somtico sea lo me-dible, mientras que lo espiritual, lo intuitivo. Heidegger hace ver que ambas determinaciones han sido ya prescritas desde el modo como se

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    FELIPE JOHNSON

    accede a los dos mbitos, es decir, aquello que estos sean se ha determi-nado de antemano en relacin con el modo como ellos son cognoscibles cf. C "T FT TJHOJDBUJWP EFTUBDBS RVF MB EFUFSNJOBDJOconcreta del ente respecto a lo que este es, atendiendo al cmo este es conocido, es su medibilidad, es decir, el cuerpo es determinado respecto a su cuntoWieviel

    PFOFTUSJDUPTFOUJEPBMcunto de su extensin cf. id.

    QPSRVFBTFTUFQVFEFTFSinvestigable.

    En este contexto hallamos la ntima relacin entre mtodo y me-dibilidad. En efecto, afirmar que un cuerpo es medible no posee el mismo sentido temtico que afirmar que es de color rojo. Su medi-CJMJEBEOPTFFODVFOUSBFOFMDPOKVOUPEFTVTQSFEJDBEPTNBUFSJBMFTlo caracteriza ms bien en su modo de ser en cuanto extenso, pero tambin viene a destacar una relacin del cuerpo con su observador, es decir, una relacin medidora messendes Verhaltencf. Heidegger C%JDIPEF PUSBNBOFSB MBNFEJCJMJEBE TFBMB VOB DBSBDUFSJ-zacin del ente en cuanto ente, una caracterizacin de su modo de manifestacin, desplegada en una relacin directa con su observador. Ella es aquella luz desde la cual el ente es iluminado: la medibilidad es la determinacin del aparecer del ente en cuanto cuantificable, es decir, su determinacin metdica.

    Como podemos ver, la primaca del mtodo en una determina-cin cientfica atiende a los fundamentos de su modo de investigacin y, en el caso de la ciencia moderna, dicha primaca se concret en el desarrollo de una determinacin del cuerpo en cuanto medible res-pecto a su extensin. Entonces, lo que est en juego en el problema del mtodo en relacin con la medibilidad es la determinacin ltima de la cosidad de la cosa, de lo que hace que esa cosa sea tal, es decir, de su propio ser. El ente parece guardar una relacin directa con su modo de cognoscibilidad, es decir, aquello que sea algo pasa a ser entendido en una dependencia necesaria con su observador. El ente presente se vuelve, entonces, objeto para un sujetocf. Heidegger 1994b +VTUBNFOUFFTUBSFMBDJOEFEFQFOEFODJBEFMPPCTFSWBEPDPOTVobservador es el supuesto base que subyace en la determinacin de lo somtico como aquello que es medible y, por esta razn, ya nos enfrentamos al problema de la insuficiencia de su tematizacin. En cuanto que el fenmeno del cuerpo es reducido a lo que el sujeto pue-de conocer de l, no queda otra posibilidad sino aceptarlo en lo que ha de ser cierto para el sujeto, esto es, su extensin. En efecto, en el caso de Descartes, no hay otra certeza ms acerca del cuerpo, pues es el yo aquello de lo cual se tiene certeza absoluta y, por lo mismo, este es ms DPHOPTDJCMFRVFFMDVFSQPcf. id. %FTDBSUFTC%FMDVFSQPFMsujeto solo puede tener certeza de su extensin y, por lo mismo, aquel solo puede ser investigado en relacin con su cunto.

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    De este modo inicia Descartes una determinacin de aquello que no es el yo, determinacin que reduce su aparicin a las condiciones de posibilidad de conocimiento del sujeto, por cuanto es este el que QPTFF MBHBSBOUBBCTPMVUBEFVODPOPDJNJFOUPDJFSUPcf. Heidegger C1PSFTUBWBFMTVKFUPWJFOFBTFSMBNFEJEBMUJNBEFMBNB-OJGFTUBDJOEFMBSFBMJEBEcf. id.-PRVFBDWJFOFBFTUBSFOKVFHPes, ciertamente, la verdad del ente, su modo de des-ocultamiento, aquel que se traduce en una dependencia respecto a quien lo descubre: el hombre. No obstante, dicho des-ocultamiento no es arbitrario, sino que, en ltima instancia, atiende a una preocupacin radical, aque-lla que expresa el mismo Heidegger citando a Descartes: volvernos DPNPTFPSFTZQPTFFEPSFTEFMB/BUVSBMF[Buid.%FTDBSUFTB&OPUSBTQBMBCSBT MBEFUFSNJOBDJOEF MB/BUVSBMF[BFODVBOUPa su medibilidad no atendera sino a la preocupacin de disponer de ella, de garantizar un dominio total sobre sus procesos. En vista de esta preocupacin por su dominio, la Naturaleza pasa a ser reducida a su cognoscibilidad, y de esta forma se posibilitar luego el modo de proceder cientfico como la cuantificacin y la experimentacin. Esta es la crtica central a las ciencias, que un Heidegger tardo puede ex-QSFTBSBSNBOEPRVFFTUFFTiFMBUBRVFNTBUSP[ungeheuerlichEFMIPNCSFBMB/BUVSBMF[BuC DPOMPDVBMTFSFFSFFOTFHVJEBBuna dictadura del espritu que caracterizara a la ciencia moderna. Lo dicho rinde cuenta de la relevancia del pensamiento de Descartes en las consideraciones sobre la corporalidad. Su pensamiento no es decisivo en el momento de determinar el cuerpo como mquina, pues dicha determinacin no es sino la consecuencia del establecimiento EFVOBSFMBDJO GVOEBNFOUBMDPO MB/BUVSBMF[BEFUFSNJOBDJORVFno es otra que su realce en cuanto cosa medible para disponer de ella.

    Pues bien, las problemticas comentadas muestran la ntima re-lacin que hay entre los problemas del mtodo, de la medibilidad y del cuerpo. No se trata nicamente de que el cuerpo haya sido carac-terizado como medible y luego haya que reaccionar contra semejante determinacin. El problema fundamental es metdico, es decir, que desde un inicio este tipo de consideraciones ha aceptado un modo de comparecimiento de la corporalidad que, en ltima instancia, se funda en un modo de relacionarnos con ella que procura garantizar su controlabilidad. Desde esta intencin inicial, el fenmeno cuerpo se entiende como objeto para un sujeto, y su manifestacin se entiende como medible. Esto ya plantea el problema de si la determinacin del ente respecto a cmo es cognoscible no deja fuera de consideracin instancias propias de este. En efecto, dicha relacin de dependencia pareciera no hacer ms que sesgar el fenmeno, realzarlo parcialmente de acuerdo con su aparecer para un sujeto, ocultando, en definitiva, lo

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    FELIPE JOHNSON

    que en l estara en juego en su ms plena presencia. Segn lo anterior, podemos entonces entender la necesidad de Heidegger de atener-se ahora a otro mtodo, a saber, a uno que l denomina un dejarse llevar de manera propia por nuestra relacin con lo que comparece, FOBRVFMMBFOMBRVFZBTJFNQSFOPTFODPOUSBNPTuC 143, nfasis BHSFHBEP&TUFHJSPEFMNUPEPRVFWBEFMBSFEVDDJOEFMPCKFUPBMsujeto, a aquel modo de comparecencia que lo entiende desde nuestra propia relacin con el objeto, a la que nos atenemos mientras el ente comparece, es lo que a continuacin deber ser comprendido como la posicin rectora de las consideraciones heideggerianas del fenmeno del cuerpo vivo, desarrolladas en Zollikoner Seminare.

    III. El sentido de una consideracin del fenmeno cuerpo humano a la luz de la existencia

    Ahora bien, si el problema del cuerpo es un asunto del mtodo, esto querr decir que una consideracin que pretenda aprehender-lo en lo que este sea, ha de clarificar, en primera instancia, el modo de entender su comparecencia. Precisamente, la arriba mencionada exigencia heideggeriana de un traslado de mtodo atiende a este pro-blema. Ms an, en dicho traslado pareciera jugarse, a fin de cuentas, la posibilidad de una investigacin apropiada de la corporalidad que la ilumine en relacin con lo que esta efectivamente es.

    Respecto a lo anterior, cabe notar que no es un alcance marginal el que realiza Heidegger cuando contrapone el pensar griego con el pensar moderno de raz cartesiana. El nfasis viene dado en una even-tual transformacin histrica del objeto a tematizar. Se trata de una trasformacin acaecida desde aquello que comparece, en el sentido de su ms autntica presencia, hacia aquello que est presente como objeto, como algo puesto de cara a un sujeto. Los vocablos alemanes que expresan esta transformacin son Anwesendes y Gegenstand, y con ellos se indica que el ente temtico pas de ser aquello con lo cual desde siempre nos encontramos en una relacin, a aquello que se nos contra-pone y que en dicha contraposicin se nos muestra cf. )FJEFHHFSC&OFTUFQBTPTFFYQSFTBQPSVOBQBSUF MBconsideracin griega del ente respecto a su physis, es decir, en palabras de Heidegger, de aquello que puede ser experienciado de tal modo RVFTFBFYQFSJFODJBEPFOTNJTNPBQBSUJSEFMNJTNPuid.

    FOcontraposicin a lo que se muestra dependiendo de la cognoscibilidad EFMTVKFUPFTEFDJSFODVBOUPBMBiQSFTFOUBUJWJEBEuVorgestelltheitEFMFOUFcf. ibd.&OFTUPSBEJDBQSFDJTBNFOUF MPRVF)FJEFHHFSEF-nomina modificacin de la presencia de las cosas, o cambio en la FYQFSJFODJBEFMBQSFTFODJBEFMFOUFBTVPCKFUVBMJEBEuibd."TFO

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    dichas expresiones se hace manifiesta la necesidad ltima del cambio de mtodo que hemos venido comentando.

    Como se ver, el problema del mtodo implica ante todo un cam-bio radical en el modo de experienciar al ente temtico atendiendo justamente al pensar griego de la physis. Dicho cambio prescribe, entonces, posicionarnos nuevamente en un tipo de experienciar me-diante el cual nos dejemos llevar por aquella relacin ntima con nuestro cuerpo, en la cual podamos aprehenderlo como siempre ha sido en cuanto cuerpo, esto es, en cuanto nuestro cuerpo. Con el posesivo nuestro no se hace otra cosa que fijar metdicamente la di-reccin de una consideracin sobre la corporalidad, la cual expresa Heidegger as: El cuerpo es cada vez mi cuerpo. Esto pertenece al GFONFOPEFMDVFSQPuC "TMBFYQSFTJORVFWFOBNPTVUJ-lizando hasta ahora de entender qu sea el cuerpo en cuanto lo que este efectivamente es, puede entenderse delimitando cundo es que hay propiamente cuerpo, i.e., cundo es que somos nuestro cuerpo. En efecto, si se atiende a este cundo, se podra dejar de lado la com-prensin del cuerpo como objeto para situarnos, ms bien, en un dejarlo ver desde s mismo, mientras vivimos en esa relacin con nuestra corporalidad en la que ella siempre ha sido tal.

    Ahora bien, cundo es que hay cuerpo? La respuesta, segn lo anterior, debiera ser: en mi posesin de l. Cuando hablamos del cuerpo se trata, entonces, de un fenmeno que se despliega solo en su radical pertenencia a m. Como se puede ver, esta determinacin no seala an una caracterstica material de la corporalidad. Ms bien, ella es un ndice de la direccin temtica de una consideracin adecuada del fenmeno. Desde dicha pertenencia no hay cabida para que la corporalidad sea explicitada como algo distinto a m. Su volu-men y sus funciones son caracterizaciones externas que emergen solo de una direccin temtica que lo ha hecho aparecer de cara a m. Sin embargo, desde mi pertenencia interna, no son meramente otras caracterizaciones, por decirlo as, complementarias a las anteriores, las que vendran a posibilitarse. Las caracterizaciones que aparecen desde este nuevo punto de arranque se dan ms bien en torno al fe-nmeno cuerpo, es decir, en relacin con aquello que se mantiene l mismo y en donde se juega la identidad de aquello que es en cada caso nuestro propio cuerpo. Esta distincin de fenmeno, segn la cual queremos entender de qu se tratara al hablar del fenmeno cuer-po, es expuesta en Zollikoner Seminare as: El fenmeno es la esencia WesenEFBRVFMMPRVFTFNVFTUSB&MGFONFOPFODVBOUPMPRVFTFest mostrando, mienta siempre el ser del ente, no un particular que FTUTJFOEPu)FJEFHHFSCOGBTJTBHSFHBEP&TFOFTUFTFOUJEPcomo podemos decir que las consideraciones metdicas heideggeria-

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    nas no van dirigidas sino a explicitar aquello que, cuando es nuestro cuerpo, exhibe caracteres fundamentales. La discusin metdica no es, por lo tanto, ms que la tarea de realzar al cuerpo en su propio ser o, como lo dice Heidegger, en su cuerpear Leibencf. id..

    Lo dicho muestra la particularidad de la determinacin heidegge-riana de cuerpo. Heidegger hace notar esta peculiaridad del sentido EF TVEJTDVTJO DVBOEPQSFHVOUB TJ FT BDBTP iFM DVFSQP Leib Z TVDVFSQFBS Leiben

    FTUP FT FM TFSDVFSQP Leib-sein FO DVBOUP UBMBMHP TPNUJDP P BMHP QTRVJDP P OJOHVOP EF MPT EPTu C Precisamente, porque Leiben DVFSQFBSTFBMBFMNPEPDPNPhay algo as como cuerpo, su nivel de consideracin es anterior y, lo que es ms decisivo an, es determinante para entender si cuerpo puede llegar a ser identificado con lo somtico o lo psquico. Tematizar el cuerpo en relacin con su cuerpear implica, por lo tanto, caracterizar su modo de serMBGPSNBQBSUJDVMBSTJNBEFEFTQMJFHVFEFaquello que est sien-do en concreto y con propiedad mi cuerpo. En esta discusin, como se ve, no es relevante considerar an si el cuerpo es de tal o cual carcter material, si es fsico o psquico, sino, independiente de lo que sea en su contenido, se trata de establecer cmo este se despliega cuando es mi cuerpo. Dicho cuerpear del cuerpo es, pues, el fenmeno cuerpo, esto es, el modo de despliegue de lo que es nuestra corporalidad cuando en cada caso somos nuestro cuerpo. As es como se advierte que una consideracin modal, como es en este caso la de la corporalidad, se mantiene en un nivel diferente a una consideracin material.

    Cabra, entonces, aclarar en qu consiste este modo de ser cuerpo en cada caso que lo haya. Se ha dicho que el fenmeno cuerpo ha de ser sacado a la luz desde su pertenencia a m. Esto ya nos advierte la tendencia considerativa propia de una reflexin sobre la corporalidad, aunque, vale decir, de modo todava amplio. Una delimitacin an ms precisa de este punto de partida nos la da la siguiente aclaracin de Heidegger: Ahora bien, todo lo que denominamos nuestra corpo-SBMJEBELeiblichkeit

    IBTUBMBMUJNBCSBNVTDVMBSZMBNPMDVMBEFhormona ms escondida, pertenece, conforme a su esencia, al exis-UJSu C&OPUSBTQBMBCSBT MBDPOTJEFSBDJOEFMmodo como hay cuerpo debe desplegarse en un tipo de pertenencia que viene a ser aquella que nos corresponde segn como nuestro ser se despliega, esto es, desde aquel modo de ser que Heidegger ha determinado para MPQSPQJBNFOUFIVNBOPFM4FSFOFMNVOEPid.1PSMPUBOUPFMcuerpo posee necesariamente el modo de ser del Daseincf. id. Zpor ende, ha de ser experienciado desde l. En efecto, no hay otra per-tenencia con nuestro cuerpo y no somos cuerpo sino en cuanto nos desplegamos en una relacin ntima con nuestro propio ah, siendo, BMBWF[EJDIPBIcf.)FJEFHHFS. No hay, entonces, cuerpo

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    sin mundo, pues el modo de ser de lo humano es abrir su mundo, su propio ah, y ser este mismo, habitndolo.

    A partir de lo anterior, ya podemos ver que el cuerpo es un fen-meno que debe ser mostrado en el contexto de la propia vida fctica, sin reducirlo al polo subjetivo propio de la relacin, por cierto, cog-OJUJWBFOUSFTVKFUPZPCKFUPcf.)FJEFHHFSB&MDVFSQPOPFTVOBparte componente de uno de los polos de dos instancias separadas, como podran ser la de hombre y la de mundo, pues la separacin en-tre ambos es tarda respecto al despliegue de la existencia en cuanto un ah. Podemos decir as que no hay cuerpo sino en una existen-cia que, para ser tal, ha de pertenecerle como carcter fundamental el abrir su mundo. Nuestro cuerpo entendido como regido por el ser EFMIPNCSFcf.)FJEFHHFSC

    ZQPSFTPFOUFOEJEPEFTEFFTUFNPEPEFTFSIBEFBDBFDFSQSPQJBNFOUFFOEJDIBBQFSUVSBVOBBQFS-tura, por lo dems, cuyo carcter es el del Dasein mismo, es decir, el EFVOiNBOUFOFSTFFOMPBCJFSUPuid.1PSMPUBOUPFMDVFSQPTFdesplegar en cuanto cuerpo solo a la luz de una comprensin de ser Seinsverstndnisuid.

    Algunas consideraciones sobre el fenmeno cuerpo ms concre-tas muestran lo anterior. Nos referimos al fenmeno de la sensibilidad Sinnlichkeit%FNBOFSB BO BNQMJB)FJEFHHFS BSNB i$VFSQFBSest por doquier donde la sensibilidad se haga partcipe, pero ah ZB FTU EFTEF TJFNQSF MB QSJNBSJB DPNQSFOTJO EF TFS primres Seinsverstndnisu C &O FGFDUP VO GFONFOP UBM DPNP FMver sensible permitir apreciar que aquello que este muestra y el modo cmo lo muestra, i. e., el ente en sus atributos sensibles, se funda ya en una comprensin de su sentido primario. Es el caso de la visin EFM iDSVDFSP EF VOB WFOUBOB Fensterkreuzu ibd

    DPNFOUBEP QPSHeidegger. Ver el crucero y estar en una relacin con l no acaece me-diante el cuerpo. Ms bien, el despliegue del contenido sensible del crucero parece acaecer en el interior de una relacin determinada con la ventana. Podramos decir, en este sentido, que aquello con lo cual estoy en relacin, y que, como tal, se me manifiesta primariamente en una significatividad determinada, es aquello que pasa a concretarse mediante la percepcin sensible. En ese sentido, es comprensible que Heidegger determine Leiben DVFSQFBS DPNP VO iNCJUP EF BRVFMpoder-percibir de las significatividades de lo que comparece, el cual no QVFEFPCKFUVBMJ[BSTFOJWFSTFQUJDBNFOUFuid&OFTUFTFOUJEPcuerpear es una posibilidad propia de la existencia, aunque fundada en la aperturidad de la existencia misma. Tomando el ejemplo an-terior, ha de ser posible ver el crucero de la ventana comprendindolo desde una relacin con l que no es primariamente corporal, para lue-go mirar y poder ver algo as como crucero de la ventana con tales

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    y cuales atributos sensibles. De la misma manera, se puede entender la visin de la llama de una vela. Su luz brillante y amarillenta debe-r ser percibida en cuanto ya comprendo a la vela como aquello que proporciona luz. En dicha relacin primaria podemos ver la luz de la vela. Se advierte, por lo tanto, que el fenmeno cuerpo es la posibilidad de desplegar al ente que es comprendido primariamente a partir de VOBSFMBDJODPOMcf)FJEFHHFSC4FUSBUBEF MBWJTJOEFMPTDPOUFOJEPTEFMBTJHOJDBUJWJEBEBedeutungsgehalteZBEFTQMFHB-dos en una relacin con un ah previamente abierto. Justamente, esta pertenencia del cuerpo a una comprensin de ser es lo que le permite a Heidegger, en ltima instancia, ilustrar aristotlicamente la corpora-lidad diciendo: No podemos ver porque tenemos ojos, ms bien solo podemos tener ojos porque nosotros, segn nuestra naturaleza funda-NFOUBMGrundnatur

    TPNPTTFSFTRVFWFOuid4FHOTFMFFFOEJDIBBSNBDJOTFEJTUJOHVFOEPTNPEPTEFWFSMPRVFOPTDPOEVDFBafirmar en seguida que el ver sensible requiere, entonces, de un ver ra-dical, de un ver comprensivo que pertenece a la existencia como aquella que abre su ah en su articulacin concreta. En definitiva, el fenmeno cuerpo es tal solo en un despliegue en lo previamente abierto, y es ah donde l es y puede ser cuerpo: en el interior de nuestro ah existencial, en nuestro propio despliegue ek-sttico.5

    Siguiendo estos planteamientos, se hace difcil entender que ha-bra cuerpo esperando a ser utilizado ya desde antes de que hubiese una situacin determinada, segn lo que en ella sea requerido como accin. En efecto, estas consideraciones desde la existencia no pueden asumir que hay algo as como una entidad fsica ya presente y que, en cada contexto prctico, se activara de algn modo. No hay cuerpo, por una parte, y funcin, por la otra, como si esta ltima le adviniese a lo fsico accidentalmente. Esta es la nocin que Heidegger intenta-ra dejar de lado al referirse a una especie de corriente de relacin BezugsstromuRVFFWFOUVBMNFOUFTFSBFOWJBEBQPSFKFNQMPBUSB-WTEFVOBNBOPcf. C$PNPZBEFDBNPTDVFSQPBDBFDFZBen una comprensin de ser, la misma que es el propio sentido de des-pliegue del ah, el cual es la existencia habitndolo. En dicha apertura hay propiamente cuerpo, adquiriendo, en efecto, su propia orienta-cin en cuanto mi cuerpo en lo abierto en dicha apertura.

    Resta considerar, no obstante, un paso ms para advertir cmo es que hay cuerpo en dicha apertura proporcionada por la comprensin de ser, a saber: entender cmo es que el ente intramundano, es decir,

    5 Entendiendo Leib como chair, Caron entiende esta pertenencia del cuerpo al Dasein, caracterizndola como correlato. El cuerpo, la chair, sera, segn explica, le corrlat spatial de ltre-spatialisant du Dasein

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    aquel ente que sensiblemente se desplegara mediante los sentidos, se presenta primariamente en dicha apertura. Los trminos heidegge-rianos referidos al modo de presencia de los entes intramundanos TPO JOUFSQFMBDJO Anspruch Z DPODFSOJS Angehen

    Z QPS QBSUFde la existencia, esta, en su relacin con ellos, se muestra en cuanto un ser concernidoAngegangensein-PTUSNJOPTFOKVFHPJOUFOUBOcaracterizar un modo inmediato de comparecencia, en cuyo contex-to la corporalidad ha de mostrar su propio modo de ser. Tal como )FJEFHHFSJMVTUSBMPBDEJTDVUJEPSFTQFDUPBVOBNFTBcfC

    podemos decir que la presenciaAnwesenheitEFMFOUFJOUSBNVOEBOPel modo primario de aparicin de dicho ente, ocurre segn el modo como este nos concierne, nos interpela, es decir, se despliega en cuan-to ente en el contexto de una incumbencia que es nuestra. En dicha incumbencia y de acuerdo con el modo de lo que incumbe, es como el ente muestra atributos sensibles que, por supuesto, no tienen an el carcter de cualidades sensibles csicas, sino ms bien vitales. As, por ejemplo, lo que es la dureza de una silla, en el nivel primario de nuestra incumbencia, en la cual hay ente en su carcter significativo, ser percibida como incmoda o no tan cmoda.6 Solo cuando la silla es arrebatada del mbito de esa incumbencia inmediata, y pasa a cons-tituirse en una cosa silla, en un ente independiente a m, meramente BI QSFTFOUF Vorhandenes

    BRVFMMB iJODPNPEJEBEQSJNBSJBuQVFEFser considerada como atributo de una cosa con caracteres objetivos.

    Entonces, si lo abierto en la apertura del ah posee carcter de lo que concierne, esto seala, a su vez, que la existencia en dicho ah ha de desplegarse siempre en una relacin con el mundo segn el modo de un ser concernido, es decir, la existencia es en su mundo, primaria-NFOUFBTJNJMBEBAufgehenFOFMNPEPDPNPFMNVOEPMBJOUFSQFMBFOel sentido de un responder Antworten al modo como el ah incumbe, en una sincrona absoluta entre dejar ser el ah y siendo de acuerdo con dicho dejar ser. En este contexto dice Heidegger: Sin este ser concer-OJEP Angesprochensein FM IPNCSFOP QPESB FYJTUJSu C -Bexpresin ser concernido por un ah que incumbe, por lo tanto, es una caracterizacin fctica de lo que ocurre en la ms concreta pertenencia existencia-mundo. En ltima instancia, podramos decir, por ejemplo, que el vaso del que bebo es tal, i.e., aquello de lo cual bebo, solo en la medida en que aparece como lo que as me concierne, como aquello que contribuye a dejar de lado la incomodidad de la sed. En dicha relacin

    6 Tomamos este ejemplo del mismo Heidegger. En la leccin Prolegomena zur Geschichte des Zeitsbegriffs

    JOUFOUBJMVTUSBSDNPTFEFTQMJFHBMBQFSDFQDJOTFOTJCMF WahrnehmungFOFMNCJUP GDUJDPEF MB JONFEJBUF[EF MBFYJTUFODJBZSFDVSSFBMDBTPEFMBEVSF[BEFVOBTJMMBBMNPEPEFTViJODPNPEJEBEucfB

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    mutua, donde soy en el ah de la sed y dejo aparecer un vaso, el mismo que primariamente se me muestra como la posibilidad de dejar de lado la incomodidad de la sed, se produce una relacin que Heidegger deno-mina Entsprechen DPSSFTQPOEFS

    FTEFDJSiSFTQPOEFSBMBJOUFSQFMBDJODPNQPSUBSTFTFHOFMMBuid.

    MPDVBMTFWJODVMBSBKVTUBNFOUFDPOFMcarcter propio del DaseinRVFFTFMEFVOiEFKBSTFMMFWBSSich-einlassenQPSBRVFMMPRVFNFDPODJFSOFuibd.

    En dicho ser con el ente, por lo tanto, segn el modo de una rela-cin de correspondencia entre su apelacin y aquel dejarme concernir por este, i. e., en el marco de una comprensin de ser primaria, es donde se abre la posibilidad de comportarnos con un mundo en sus carac-teres sensibles vitales. En dicha correspondencia se da la posibilidad primera de que haya cuerpo, mientras que fuera de dicha relacin y abstrado de la comprensin de ser que abre un ah no podra haberlo. Lo que en este caso fuese llamado cuerpo sera solo por homoni-mia, pues fuera de la comprensin de ser y del corresponder en ella GVOEBEPFTUFFOUFQBTBBTFSNTCJFOVOBDPTBJOFSUFVODBEWFScf. )FJEFHHFSC&OEFOJUJWBZFOQBMBCSBTEF)FJEFHHFSi-PDPSQPSBM das Leibliche TF GVOEB FO FM DPSSFTQPOEFS Entsprechenuid.

    TJFOEPMPNTQSPQJPEFMTFSEFMDVFSQPBRVFMMBDPODSFDJOde dicha relacin entre un estar abierto para la interpelacin de la QSFTFODJBAnwesenheituid.ZFMTFSJOUFSQFMBEPRVFDBSBDUFSJ[BFMNPEPEFIBMMBSTFEFMBQSPQJBFYJTUFODJBFOTVBIid.

    En fin, lo expuesto en esta seccin nos ha mostrado, en concreto, de qu manera la corporalidad del cuerpo puede ser realzada a partir de un nuevo mtodo, esto es, desde un nuevo modo de consideracin mediante el cual nuestro cuerpo, ms all de presentarse como una mera cosa fsica, es experienciado en su ntima pertenencia a la exis-tencia en un mundo. Sin duda alguna, este cambio de mtodo no ha radicado en otra cosa que en desplegar temticamente la corporalidad a la luz del modo de ser de aquel ente que es su cuerpo en un mundo. Como podemos ver, la preparacin metdica propia del planeamien-to heideggeriano de la corporalidad, que hemos venido discutiendo hasta ahora, exige, pues, antes de emprender una tematizacin del cuerpo, un despliegue ms acabado de la caracterizacin del modo de ser propio de lo humano y, por lo mismo, una descripcin en detalle de la corporalidad a partir del modo de ser que Heidegger ha deter-minado como Ser-en-el-mundocfC7 En suma, y es lo que queremos discutir a continuacin, la preparacin metdica en juego en las consideraciones heideggerianas implica, en ltima instancia, desplegar el ser del cuerpo estrictamente como un existencial.

    7 Mientras esta tarea no se realice, sostiene Cerbone, la problemtica del cuerpo debe QFSNBOFDFSPDVMUB

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    IV. Sobre la consideracin del fenmeno cuerpo como un existencial

    El intento de comprender el planteamiento heideggeriano acerca de la corporalidad nos ha llevado a afirmar que su consideracin ha de experienciar y desplegar temticamente el fenmeno cuerpo segn nuestro modo de ser, lo cual implica, a su vez, entenderlo como un existencial. El cambio de mtodo, requerido por Heidegger, vendra a ser, por lo tanto, el paso de la consideracin del cuerpo como una cosa a la consideracin de este como un rasgo fundamental de la existencia, o, en otras palabras, el cuerpo pasa a ser entendido en su ms ntimo enraizamiento en aquel ser mi propio ah que cada vez somos.

    Se podr discutir, no obstante, que la consideracin del cuerpo como existencial podra contravenir los propios planteamientos de Heidegger. En efecto, si el cuerpo fuese un existencial, no habra po-dido ser excluido de Sein und Zeit MB PCSB EPOEF TF EFTQMJFHB VOBanaltica del Dasein, y en la cual se realzan los momentos fundamen-tales de la existencia, los as llamados existenciales. Lo anterior podra ilustrar, por cierto, el punto de partida de crticas como las de Sartre, quien reprocha la insuficiencia de un tratamiento de la corporalidad FOEJDIBPCSB cf)FJEFHHFS C8 Asimismo, podra de-cirse que el fenmeno cuerpo, en cuanto existencial, no podra haber sido tratado en Sein und Zeit, pues dicho fenmeno estara fundado en existenciales fundamentales, por lo que su consideracin radical no puede sino disolverlo en ellos. Nos referimos, en efecto, a la Befindlichkeitdisposicin afectiva

    MBDVBMDPNPTPTUJFOF)BBSQP-ESBEBSQFSGFDUB DVFOUBEF GFONFOPT DPSQPSBMFT cf 1PSltimo, podra alegarse que, a pesar de lo anterior, e insistiendo en entender la corporalidad como un existencial, esto contravendra el pensar de Heidegger, pues no se tratara ac ms que de una deduc-cin de fenmenos secundarios a partir de fenmenos primarios, lo cual ya sera, como sostiene Kessel con justa razn, un modo inapro-QJBEPEFJOWFTUJHBDJORVFOPBUFOEFSBBMPTGFONFOPTNJTNPTcf. &OFTUFTFOUJEPMBDPNQSFOTJOEFMDVFSQPDPNPFYJTUFODJBMOPsera ms que un paso en falso, que ha malentendido a los existen-ciales como axiomas y ha comprendido que la ontologa posee una tendencia meramente deductiva y, por ende, carente de una atencin SJHVSPTBBMBTDPTBTNJTNBTcf)FJEFHHFS

    Estas tres posibles crticas parecieran, sin embargo, no tener lu-gar en el marco de las consideraciones heideggerianas expuestas en

    8 Insuficiencia que, por lo dems, tambin reprochan Alphonse de Waelhens y Merleau-Ponty. Una sntesis de esta posicin crtica francesa es realizada por Akay

    NJFOUSBTRVFMPTJODPOWFOJFOUFTEFMBFYDMVTJOEFMDVFSQPFOMBBOBMUJDBEFMDaseinTJHVFOTJFOEPTVCSBZBEPTQPS$JPDBO

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    Zollikoner Seminare. Una advertencia, por lo pronto algo insuficiente, la brinda el mismo Heidegger, quien subraya que los caracteres real-zados de la existencia en Sein und Zeit atienden a la pregunta por el ser y, por lo mismo, los anlisis ah desplegados se restringen a la tarea EFQMBOUFBSMBQSFHVOUBQPSFMTFOUJEPEFMTFScfC9 Empero, esta justificacin resulta an algo externa, mientras que lo mejor ser aclarar cmo sera posible llegar a sostener que el cuerpo, en efecto, ha de ser considerado como un existencial.

    Como se ha venido discutiendo, el hecho de que Heidegger en-fatice en la pertenencia del cuerpo al modo de ser del Dasein, segn se expone en Zollikoner Seminare, seala ya que, aunque en Sein und Zeit dicha problemtica no tenga primaca, esto no implica necesaria-mente que el cuerpo no sea un existencial. Solo se podra llegar a esta conclusin, si se entiende el contenido de esta obra como el resultado definitivo de un anlisis de la existencia. Pero Heidegger es enftico FOTPTUFOFSFOEJDIBPCSBRVFMPTSFTVMUBEPTTPOBOQSPWJTPSJPTcf.

    NJFOUSBTRVFFOZollikoner Seminare pareciera inclinarse a la posibilidad de continuar con una explicitacin ms acabada de los existenciales. Claro est, en todo caso, que el realce del fenmeno cuer-po en cuanto existencial no podra pertenecer a la tarea programtica de desplegar una ontologa fundamental, pues ya se ha visto que el ser cuerpo se funda en una comprensin de ser, pero dicha comprensin EFTFSOPBDBFDFDPSQPSBMNFOUFcf.)FJEFHHFSC"TMBtarea de realzar otros eventuales existenciales pertenecera ms bien a una consideracin cuyo fin sera la de desplegar lo humano por lo humano, en el sentido de lo que Heidegger denominara un anlisis antropolgico del Daseinid.

    A nuestro juicio, el problema que nos ocupa radica en la posibili-dad de tematizar el cuerpo en el horizonte de la existencia, lo cual se enmarca en el requerimiento heideggeriano de posicionar a la investi-gacin en un nuevo mtodo. El cuerpo, en este sentido, ha de ser visto a la luz del modo de ser de lo humano. Es de esta manera como una consideracin de dicho fenmeno podra abandonar definitivamente la tendencia a explicitarlo como una parte perteneciente a un com-plejo, tal como podra ser considerado el hombre en cuanto sntesis de cuerpo y alma. Por lo dems, esta ltima posibilidad de realzar el cuerpo no surge sino del hecho de confundir metdicamente el ser de aquel ente al cual le pertenecera algo as como un cuerpo. En efecto, de antemano comprenderamos que el hombre tiene el modo de ser de

    4JHOJDBUJWPT TPO MPTDPNFOUBSJPTEF$BSPOcf SFTQFDUPBFTUFQSPCMFNBpor cuanto expone razones considerables para comprender la exclusin del cuerpo en Sein und Zeit.

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    una cosa, por lo que todo aquello que le pertenecera, tendra como carcter fundamental el de ser un atributo adherido a una substan-DJBDPOMPDVBMTFFOUJFOEFQPSMPUBOUPRVFFMDVFSQPTFSBUBNCJOalgo que solo puede pertenecerle al hombre segn el modo como una parte pertenece a un conglomerado. Pero la pertenencia del cuerpo al Dasein es particular en vista de este modo de ser. Ya se ha visto que dicho modo de ser es el de un ente que se despliega en cuanto un ah, en cuanto existenteQPSMPRVFMBinstancia cuerpo deber ser investigada a la luz de este modo particular de ser, si es que la inten-cin es la de atender a su propia naturaleza. Desde esta perspectiva, la pertenencia del cuerpo al Dasein deber adquirir ahora otro sentido. Desde la luz de la existencia, el cuerpo pertenece al hombre en cuanto se le entiende como un momento decisivo de la apertura de aquel ah concreto en el cual la existencia habita. Por ello mismo, el cuerpo ya no puede ser entendido primariamente como componente de una cosa hombre, sino como un poder-ser del despliegue del existir, como una posibilidad que constituye el despliegue mismo del Ser-en-el-mundo.10

    Por esta va, los avances de este tipo de investigacin no podran ser considerados como el resultado de una deduccin desde axiomas primeros, como podran ser entendidos los existenciales fundamen-tales expuestos en Sein und Zeit, sino ms bien como la apropiacin de la mirada existencial desplegada en dicha obra sobre fenmenos humanos desde su autntico modo de ser. El mismo caso ocurre en las consideraciones de Heidegger respecto a un fenmeno que, de acuer-do con las crticas anteriores, muy lejos pareciera estar de ser llamado un existencial. Nos referimos al estrs, fenmeno que s pareciera fundarse y, por lo mismo, disolverse en existenciales fundamentales como la comprensin, la disposicin afectiva y el hablar, en el contex-to de la cada Verfallen. Sin embargo, es Heidegger quien alude al estrs, acudiendo a la terminologa de Sein und Zeit, como un existen-cial cf. 2001 $PNPTFQVFEFWFSFMFTUSTFOFTUFDBTPQVFEFTFSllamado un existencial, pues este ser ahora entendido como un modo particular segn el cual la existencia puede abrir y habitar su mundo. Asimismo, en el caso del cuerpo, el hecho de determinarlo como un existencial radica tambin en explicitar aquel modo en que a este se le puede dejar comparecer en una investigacin, sin que an sea dicho algo respecto a su contenido, aunque fijando desde un principio el modo como el fenmeno ha de ser trado a la luz. En otras palabras,

    10 En este sentido, cuerpo ha de ser una instancia que contribuya a la apertura misma EFMFOUFJOUSBNVOEBOP&TUFBTQFDUPFTEFTUBDBEPQPS$PVSUJOFcf

    RVJFOa propsito de la mano, advierte que esta posibilita la donacin del ente, tanto en el modo de ser de la Zuhandenheit, como de la Vorhandenheit, pues posee la esencia del hombre, esto es, podramos agregar, ser la apertura de un ah.

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    y atendiendo a lo que se ha discutido en las secciones anteriores, afir-mar que el cuerpo es un existencial viene a ser una aseveracin de carcter estrictamente metdico. Se trata de hacer nfasis en que di-cho fenmeno puede hacerse manifiesto genuinamente en cuanto se MPDPNQSFOEBEFTEFFMNPEPEFTFSEFMBFYJTUFODJBFOPUSBTQBMBCSBTel cuerpo puede ser visto en cuanto lo que autnticamente es, solo desde la pertenencia ntima a un ente cuyo modo de ser es el de ser su propio ah. Cabe recordar, en este contexto, la advertencia que realiza Heidegger en Sein und Zeiti5PEBTMBTFYQMJDBDJPOFTExplikateRVFemergen de la analtica del Dasein se ganan atendiendo a su estructu-ra de existencia. Porque estas se determinan desde la existencialidad, llamamos a los caracteres de ser del Dasein existencialesuLlevada ahora al caso del cuerpo, la cita de Heidegger advierte que la corporalidad, en cuanto se la comprenda temticamente en el hori-zonte de la existencia, puede pasar a ser comprendida metdicamente como un existencial.

    As es como podramos evitar excluir dogmticamente un fen-meno, de un estudio que lo realce segn su modo ms propio de ser. Lo importante es, sin embargo, atender al hecho de que un anlisis de la existencia, que ya no pretenda constituirse en los fundamentos para la elucidacin del sentido del ser, sino que se proponga permanecer en el fenmeno de lo humano por lo humano, tendr la posibilidad de realzar ahora fenmenos ms fundados. Como afirma Heidegger: el ser-en-el-mundo es un cuerpear, pero no soloVODVFSQFBSuCOGBTJTBHSFHBEP&OFGFDUPLeiben es un fenmeno, como ya se ha comentado, fundado en la comprensin de ser y, por lo tanto, fun-dado en la apertura primaria del ah, y no es aquel fenmeno que deba ser realzado para caracterizar al Dasein mismo como comprensin de ser MPDVBMDPSSFTQPOEF TFHOFMNJTNP)FJEFHHFS MPFYQSFTBB MBcaracterizacin primaria del Daseincf. id1FSPFTUPOPJN-plica entender que el estudio del cuerpo ha de efectuarse reducindolo a existenciales fundamentales como la Befindlichkeit, sino, ms bien, atendiendo a su carcter de fundado, el cuerpo ha de ser estudiado como tal, pues en cuanto fenmeno, este ha de ser realzado en aque-llos rasgos fenomnicos propios.11

    De esta manera podemos decir que los planteamientos heidegge-rianos sobre la corporalidad son un punto de inicio metdico para su tematizacin explcita. Los rasgos principales ac expuestos de

    11 No se puede negar una relacin ntima entre la disposicin afectiva y la cor-poralidad, en el sentido de una fundacin de esta en aquella. No obstante, una lectura atenta de Zollikoner Seminare muestra que, a pesar de dicha fundacin, ambos fenmenos pueden ser delimitados en cuanto a lo que cada uno muestre de Tcf/JFMTFO

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    dichos planteamientos se presentan, entonces, como una adverten-cia fundamental para abrir el problema de la corporalidad desde una experiencia radical, como es la de la pertenencia de la existencia a su ah, desplegando el cuerpo como una posibilidad de esta, i.e., como un momento constitutivo del despliegue concreto de la apertura de un mundo que la existencia habita. Es en este sentido que en Zollikoner Seminare no se puede an pasar a un estadio posterior, que corres-pondera al de una explicitacin acabada de los caracteres positivos de la corporalidad. Por lo pronto, era necesario preparar el camino para el fenmeno en cuestin. Y dicha preparacin no es otra sino garan-tizar un acceso a nosotros mismos, donde la corporalidad no puede ya mostrarse como un componente aislado de una cosa denominada hombre, por cuanto lo humano no es propiamente algo retrado en s, sino la apertura de su mundo. En definitiva, cuando Heidegger BEWJFSUFiOFDFTJUBNPTSFDPSSFSFMDBNJOPBOPTPUSPTNJTNPTuC

    JOEJDBOEPBTFMNPEPEFBCPSEBSMBDPSQPSBMJEBEMPRVFIBDFFTante todo, explicitar el requerimiento metdico necesario que podr hacer posible la caracterizacin del cuerpo a partir de una experiencia de este en el horizonte del despliegue de la existencia, es decir, justo cuando hay propiamente cuerpo.

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