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La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2011), realizada por el Instituto Na-cional de Estadística, Geografía e Informática y el Instituto Nacional de las Mujeres, indicó que la violencia que pade-cían las mujeres por parte de su pareja, es considerado un problema social que requiere ser atendido porque también se manifiesta en los espacios educativos, laborales o en su estado de residencia.
Muchos de estos problemas se dan debido los conceptos de “masculinidad y “feminidad” que determinan el comporta-miento, las funciones, las oportunidades, la valoración y las relaciones entre mujeres y hombres”. (INMUJERES, 2007)
Por ello se busca impulsar la equidad de género, que permi-te brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportu-nidades, condiciones, y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno(a) de ellos(as) que permi-tan y garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos(as).
La forma en que concebimos el amor determina la manera en que nos relacionamos con nuestra pareja, muchas veces se entiende como una combinación entre romanticismo y violencia; “la mayor parte de las parejas, manifiestan actos violentos desde el inicio de la relación, incluso desde el no-viazgo” (ENDIREH, 2006).
La violencia en la pareja es, sin duda alguna, producto de la desigualdad entre mujeres y hombres aprendida de las rela-ciones en la familia y el entorno a través del tiempo, misma que es reforzada por los estereotipos difundidos por los medios de comunicación.
La violencia en las relaciones de noviazgo muchas veces es disfrazada en “nombre del amor”. La Violencia en el noviazgo “es cualquier acto mediante el cual una persona trata de doblegar o paralizar a su pareja. Su intención, más que dañar, es dominar y someter ejerciendo el poder” (Pick de Weiss, 2001).
Las víctimas de la violencia no son exclu-sivamente las mujeres. De acuerdo con los datos estadísticos, los hombres también son violentados pero en menor medida.
La violencia produce efectos que pueden reproducir conductas en sentido negativo y extenderse a todos los contextos donde inte-ractúa el adolescente (SSP, 2012)
Se produce una sensación de pequeños episodios que llevan roces permanentes entre los miembros de la pareja, con un incremento constante de la ansiedad y hostilidad. Se manifiestas insultos, re-proches, escenas de celos y control, silencios pro-longados, burlas, malestar constante y en aumento. Formas de maltrato físico (“no golpes”), empujo-nes, apretones de brazo, tirones de cabello.
Toda la tensión acumulada que se venía generando da lugar a una explosión violenta y puede variar su forma de expresión desde un empujón, gritos, rup-tura de objetos, amenazas. Puede tomar caracterís-ticas aún más graves, ocasionando lesiones severas y llegar hasta el homicidio de cualquiera de los protagonistas.
Se produce el arrepentimiento por parte de la perso-na agresora y promete no volverlo a hacer, se ofre-cen disculpas, se manifiestan expresiones de perdón, promesas de cambio, interés sexual, se regalan dulces, chocolates, se ofrece “tranquilidad”. Comienza con ex-presiones “afectuosas” breves, pasando rápidamente al acoso sexual y pudiendo llegar a la violación.
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EL CICLO DE LA VIOLENCIA HA SIDO IDENTIFICADO POR FASES
Muchas personas, en la fase de “la luna de miel”, consideran el arre-pentimiento como una muestra de amor y, por lo tanto, no ponen límites. Esta etapa es tan peligrosa como las otras, porque “puede hacer que una joven permanezca “enganchada” a la relación. Poco a poco la ilusión de que las cosas van a ser diferentes se pierde, ya que empieza a acumularse la tensión de nuevo. Sin embargo, desentrañar una relación con estas características resulta extremadamente difícil para una mujer joven (Walter, 1979)
La violencia en el noviazgo tiene consecuencias como: depresión, baja autoestima, poco rendimiento escolar, miedo hacia la pareja, falta de apetito, etc.
RECUERDA:
La violencia es una conducta aprendida, previa a la formación de pareja y no cam-bia espontáneamente por la voluntad o las personas.Requiere un trabajo de cambio orientado por especialistas.Celar quiere decir “cuidar”, no aprisionar a una persona. Los celos no son una demos-tración de amor, representan un abuso de poder. Posesividad, control, prohibiciones, amenazas, encubren una baja autoestima, inseguridad y desconfianza que estan rela-cionadas ver con la historia del sujeto y no con lo que haga o no haga su pareja. Por eso, aunque consiga dominarla o encerrarla no deja de manifestar sus celos, distorsio-nando situaciones o haciendo acusaciones desde su imaginación.No somos responsables de la violencia de los/as otros.
ES IMPORTANTE QUE TOMES MEDIDAS DE SEGURIDAD COMO:
Buscar ayuda con personas profesionales, espe-cializadas en estos casos. Habla con otras personas de lo que te sucede, es importante que conozcan los malestares que tienes en tu noviazgo para que puedan ayudarte (amigos, prima, maestra, orientadora, mamá).Recuerda que nadie tiene derecho a violentar-te y no debes sufrir pena o culpa por vivir una situación de violencia.Si sales con él/ella, avísaa alguien de tu confian-za a dónde irán, qué harán y a qué hora estarás de regreso. Cuando salgas con él/ella, hazle saber que al-guien te esperará y que sabe lo que harán. Siempre que salgas con él/ella lleva contigo di-nero e identificación oficial.
Referencias:
Asamblea General de las Naciones Unidas, 2005.Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, ENDIREH, 2006.Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, ENDIREH, 2011.INMUJERES, ABC de género en la Administración Pública Federal, 2007.Pick de Weiss, Susan, 2001, Yo Adolescente, Editorial, Ariel, México.Violencia contra las Mujeres ENDIREH 2011, Folleto, Consejo Estatal de Población del Estado de México, 2014, CE:202/C/003/14.Walter 1979, citado en la Guía del Taller Prevención de la Violencia en el Noviazgo, Secretaría de Seguridad Pública, Subsecretaria de Prevención y participación Ciudadana, Dirección General de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, 2012, México.
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