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Instituto de Investigaciones Agropecuarias – Centro Regional de Investigación Remehue Boletín Técnico Remehue N° 239

INTENSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN DE LECHE EN LOS SISTEMAS PASTORILES DEL SUR DE CHILE

Fernando Klein Rosemberg* Ing. Agr., Dr. Ing.

INTRODUCCIÓN

La producción de leche ha tenido un crecimiento sostenido en el último tiempo, con tasas de incremento anuales de alrededor del 10%. Parte importante de este aumento se debe a la transferencia de tecnología en alimentación, producción y manejo de recursos forrajeros, salud animal, reproducción y mejoramiento genético. Dentro de este último punto, la incorporación cada vez mayor del genotipo Holstein Frisian en la zona sur, ha contribuido en forma importante al aumento en la producción de leche. Sin embargo, vacas de tan alto potencial productivo requieren una alimentación con mayor concentración de nutrientes, es decir forrajes de excelente calidad y una proporción de concentrados más alta en la ración.

La intensificación produce aumentos importantes en producción de leche, tanto por vaca como por hectárea, sin que se traduzca en todos los casos en mayores márgenes de utilidad a nivel predial, ya que paralelamente se incrementan los costos de producción (alimentación, mano de obra, gastos generales), lo que vuelve a estos sistemas más vulnerables a las fluctuaciones de precio, tanto de la leche como de los concentrados y otros suplementos extraprediales.

Por lo tanto, el nivel óptimo económico debe ser evaluado para cada predio en particular, considerando los precios de leche y los costos de producción. El nivel de intensificación más aconsejable será diferente para cada productor y dependerá del tipo animal, capacidad empresarial, disponibilidad de capital, tierra, nivel de capacitación de mano de obra, etc.

*Investigador Departamento de Producción Animal. Centro Regional de Investigación Remehue (INIA - Remehue), Casilla 24 - 0, Osorno, Chile.


POTENCIAL PRODUCTIVO

La incorporación creciente de genotipos altamente seleccionados para la producción de leche, ha contribuido a que en la actualidad el potencial productivo de muchos rebaños lecheros en la zona sur sea significativamente superior a las producciones que realmente se están logrando.

En el Cuadro 1 se señalan resultados obtenidos en INIA - Remehue con vacas de primer parto (otoño) de igual capacidad genética, que al momento del parto se encontraban en similar condición corporal.

Cuadro 1 . Producción de leche real ( 305 días ), peso vivo y consumo de concentrado en vacas de 1o parto sometidas a diferentes intensidades de alimentación.

RÉGIMEN ALIMENTICIO INTENSIVO NORMAL

Número de vacas 8 8

Litros lactancia 6.662 5.350

Materia grasa % 3,05 3,22

Concentrados, Kg/lact. 2.480 1.050

Peso vivo promedio, Kg. 535 482

Fuente : Klein, 1995.

El régimen alimenticio en invierno en el sistema intensivo, consistió en pastoreo durante el día y suplementación con ensilaje de pradera y maíz más concentrados durante la noche. En primavera y verano, las vacas pastorearon día y noche, recibiendo suplementación con ensilaje de pradera y maíz, más concentrado antes y después de las ordeñas.

En el caso del régimen alimenticio normal, el manejo fue similar, sólo que los niveles de suplementación de ensilaje y concentrado fue menor.

La diferencia fundamental en la alimentación se debe al aporte de concentrado, que fue de 1.430 Kg. superior en el caso de las vacas alimentadas en forma intensiva.


El aporte de 1.400 Kg. adicionales de concentrados permitió obtener 1.300 litros más de leche y 50 Kg. más de peso. Este mayor peso sin duda influirá en el resultado de la 2o lactancia (producción y reproducción) y la permanencia de las vacas en el rebaño.

Estos resultados, que son extrapolables a muchos predios de la región, demuestran que una parte importante de la producción potencial se está perdiendo por problemas de alimentación y/o manejo.

En otras palabras, una intensificación en el uso de concentrados y/o forrajes conservados, en los rebaños en que se ha realizado selección genética, se traducirá en incrementos significativos en producción. La justificación económica de esta práctica dependerá en gran medida de la relación de precios leche/concentrado, la cual debe ser favorable al precio de la leche.

LA PRADERA COMO PRINCIPAL RECURSO ALIMENTICIO EN SISTEMAS INTENSIVOS DE PRODUCCIÓN DE LECHE

Potencial de producción y factores limitantes

Durante un ciclo de crecimiento anual, la pradera presenta marcadas variaciones tanto en calidad como disponibilidad.

En primavera, la pradera alcanza las máximas tasas de crecimiento, lo que asegura normalmente que los animales ingresen al potrero sin limitantes de disponibilidad. Respecto a la concentración de nutrientes, la pradera presenta elevados contenidos de agua, proteínas y energía, en contraposición a porcentajes de fibra relativamente bajos.

Bajo las condiciones descritas, las vacas a pastoreo pueden potencialmente llegar a consumir entre 16 y 17 Kg ms/día, que, considerando concentraciones de energía metabolizable de 2,8 a 2,9 Mcal/Kg m.s., serían suficientes para sustentar producciones de 20 a 25 litros de leche al día. No obstante, debido a los cambios en la composición nutricional del forraje, que ocurren al avanzar la temporada, estas producciones sólo se alcanzan durante algunas semanas.

De acuerdo a lo anteriormente señalado, el primer factor que impide alcanzar producciones de leche mayores a 25 litros por día, es el consumo de energía. Por otro lado, el aporte de proteínas (hasta 28-30% de la m.s.) excede ampliamente al aporte energético y supera en 70 a 100% los requerimientos de los animales. Este hecho se ve además agravado por la alta y rápida degradabilidad ruminal de la proteína, que supera a la velocidad de degradación de la materia seca. (Anrique, 1993).


La consecuencia es un déficit de energía disponible en el rumen, que limita una máxima transformación del nitrógeno en proteína microbiana. Finalmente, esto se traduce en un aporte insuficiente de aminoácidos absorbibles en el intestino delgado y en una pérdida significativa de nitrógeno (Van Vuuren y Meijs, 1987), que pueden inclusive afectar negativamente el comportamiento reproductivo de las vacas.

Durante los meses de verano disminuye la digestibilidad y el contenido de proteína de los pastos, aumentando el contenido de fibra. Esto produce una disminución en el consumo a partir del pastoreo, disminuyendo marcadamente la producción de leche en vacas que son alimentadas solamente con pradera.

En otoño, paralelo al aumento en las precipitaciones, se produce una respuesta en el crecimiento de las praderas, aumentando los contenidos de proteína y disminuyendo los de fibra. No obstante, la concentración energética no aumenta en forma paralela a la proteína debido a la presencia de material muerto residual de verano y al menor contenido de carbohidratos (Lanuza, 1996). Si además se considera el excesivo contenido de agua de las praderas, es fácil entender que existan diferencias nutricionales importantes que deben ser solucionadas para obtener altas producciones de leche.

En invierno la composición de los pastos es similar que en otoño, con la diferencia que la disponibilidad de m.s. es muy baja y sólo puede ser considerada como un complemento a la ración, compuesta principalmente por forrajes conservados y concentrados.

De acuerdo a lo señalado, la suplementación es una herramienta imprescindible para corregir estas deficiencias y potenciar la producción de leche, además de lograr buenos niveles productivos que persistan en el período en que la disponibilidad y/o calidad de la pradera disminuyen. A través de la suplementación se cubre el déficit de producción de las praderas y es posible balancear correctamente la dieta, lográndose una mejor eficiencia productiva.

La suplementación en los sistemas pastoriles del sur de Chile cobra mayor importancia en la medida que éstos aumenten su grado de intensificación, y con mayor razón en aquéllos que cuentan con animales altamente seleccionados.

Suplementación con forrajes conservados

El ensilaje de pradera es el forraje conservado de utilización más generalizada en la zona sur, sin embargo, desde el punto de vista nutricional, la pradera al ser ensilada sufre transformaciones en la fracción de carbohidratos y proteínas (Klein, 1994), que hacen que el ensilaje de pradera muchas veces no sea el mejor suplemento para vacas que pastorean praderas ricas en proteínas.


La condición para que se logren buenos resultados al suplementar con ensilajes de pradera, es que éste sea de excelente fermentación. Para lograrlo, idealmente el ensilaje debiera ser premarchito o en su defecto, haber sido tratado con algún aditivo de comprobada efectividad, para asegurar una menor degradación de la fracción nitrogenada del forraje y a la vez permitir mantener un remanente de carbohidratos solubles que sirva como fuente de energía para los microorganismos ruminales.

Es así como en muchas investigaciones al respecto, no se han encontrado respuestas positivas cuando la disponibilidad de pradera no está restringida. Bajo estas condiciones, la tasa de reemplazo del forraje pastoreado por ensilajes es alta, traduciéndose en una disminución de la producción de leche (Phillips, 1989 ), situación que se da en vacas de mediana producción, es decir con alrededor de 20 L/día. Sin embargo en vacas de alta producción (30 L/día o más), la posibilidad de obtener respuestas positivas a la suplementación con ensilajes de praderas de buena calidad es mayor, aun cuando la disponibilidad de pradera no esté restringida.

Las razones para esto probablemente radican en que la tasa de consumo de materia seca del forraje conservado es 2 a 4 veces mayor al de la pradera pastoreada, por lo que el consumo de m.s. total en vacas de alta producción aumenta en forma más efectiva que al ofrecer pradera adicional. Esto se explica porque al ofrecer pradera, el pastoreo tiende a limitar el consumo alcanzando un máximo de 9-10 hrs. por día (Figura 1), con tasas de consumo que difícilmente superan los 2 Kg. m.s./hr.

En la figura 1 se observa que las vacas pastorean 9,4 horas (562 minutos), considerando que no reciben ninguna suplementación. Esta información fue obtenida durante el mes de noviembre de 1994, en INIA - Remehue.

Alrededor de un 55% del total de pastoreo se realiza durante el día y un 45% durante el atardecer y la noche, las horas más importantes de pastoreo ocurren después de las ordeñas.

Por otra parte en vacas que fueron suplementadas con aproximadamente 11 kg de m.s. de forraje conservado más concentrado (35% /65% base m.s ), después de la ordeña de la mañana y antes y después de la ordeña de la tarde, el tiempo de pastoreo disminuyó a 6,3 horas (375 minutos). La tasa de consumo de los suplementados fue muy alta, superando los 6 kg m.s/vaca/hora lo que se contrapone a los 1,5 a 2 kg m.s./vaca/hora consumidos durante las horas de pastoreo (Figura 2).


06:00 08:00 10:00 12:00 14:00 16:00 18:00 20:00 22:00 00:00 02:00 04:00

08:00 10:00 12:00 14:00 16:00 18:00 20:00 22:00 24:00 02:00 04:00 06:00

horas

Figura 2. Comportamiento de pastoreo de vacas con suplementación (21/11/94). Fuente : INIA - Remehue, 1994.


Cuando la disponibilidad de pasto está restringida, los efectos del ensilaje de pradera son más claros, incluso en vacas de menor potencial, obteniéndose incrementos en producción de leche de 0,2 a 3,2 L/ vaca/día, (varios autores, citados por Hargreaves, 1994).

Una excelente alternativa de suplementación para vacas a pastoreo es el ensilaje de maíz. Posee un bajo contenido de proteína cruda y el aporte de proteína degradable en el rumen (P.D.) es bajo, lo que se complementa muy bien con el alto porcentaje de P.D. de la pradera en estados vegetativos. Debido a su elevado contenido de almidón, una alta proporción de la energía metabolizable es fermentable en el rumen, lo que asegura un excelente aporte de energía que potencia la captura del nitrógeno (N) del forraje verde, liberado en forma casi inmediata en el rumen, por parte de los microorganismos ruminales.

Como se observa en el Cuadro 2, al suplementar con ensilaje de maíz más concentrado, se aumenta la eficiencia en la utilización del N respecto a vacas alimentadas en forma casi exclusiva con pradera (Van Vuuren y Meijs, 1987 ).

Cuadro 2 : Consumo y eliminación de nitrógeno (N) en la leche en vacas a pastoreo.

Van Vuuren y Meijs (1987)

Klein (1995)

- N en praderas o alimentos (g/Kg m.s.) 37 29

- Consumo N (g/día) 551 678

- Suplementos (Kg m.s.) 1,0 11,6

- Eliminación N en la leche (g/d) 121 186

- Eficiencia utilización del N (%) 22,0 27,4

- Producción de leche (L/d) 23,0 38,0

La pérdida de nitrógeno por un litro de leche producida disminuye a su vez de 18,8 gramos (Van Vuuren y Meijs) a 12,9 gramos (Klein, 1995).

Se han logrado aumentos significativos en consumo de m.s. y producción de leche (+ 7,9 1 vaca/día) al suplementar vacas a pastoreo con 6,2 Kg m.s./vaca/día con ensilaje de maíz (Kirchgessner y Müller, 1989, citados por Stehr, 1990).


Suplementación con concentrados

En la mayoría de las investigaciones, las respuestas a la suplementación con concentrados en vacas de potencial productivo medio, que pastorean praderas sin restricción de disponibilidad, son bajas y muchas veces antieconómicas, (0,23 a 0,63 Kg de leche por Kg de concentrado), de acuerdo a lo señalado por varios autores citados por Mayne, (1990) y Philipps, (1989).

Al considerar el efecto residual durante el invierno siguiente, la respuesta total alcanza a un Kg de leche por Kg de concentrado. El efecto residual será mayor mientras más deficitario sea el nivel nutricional después del período de suplementación.

La razón para la baja respuesta en producción de leche está dada por la alta tasa de sustitución, lográndose como efecto sólo pequeños incrementos en el consumo de m.s.. La magnitud de la tasa de sustitución es influenciada por la disponibilidad de forraje, variaciones en la composición del forraje, tipo de suplemento, potencial y estado de lactancia de las vacas.

Las respuestas a la suplementación con concentrados serán mayores en la medida que la disponibilidad y composición nutricional de la pradera disminuyan, y mientras más alto sea el potencial productivo de las vacas, mayor es la probabilidad de respuesta.

En vacas de alta capacidad genética, el uso de concentrado es de fundamental importancia para permitir la expresión del potencial productivo. No obstante, durante el período de máxima disponibilidad y calidad de la pradera, es posible reducir el gasto de concentrado. Vacas que producen hasta 22 - 24 L/día de leche no requerirían de concentrado, mientras que vacas por sobre este nivel deberían alimentarse con 1 Kg de concentrado por cada 2,5 a 3 litros de leche.

Cuando se suministra concentrado sólo dos veces al día, como ocurre generalmente cuando las vacas se encuentran a pastoreo, el nivel máximo de concentrado a suministrar en ningún caso deberá exceder los 8 kg/día (suponiendo que se está suplementando al menos con un mínimo de fibra efectiva, ofrecida ojalá antes del concentrado); cantidades mayores afectan negativamente la digestibilidad del forraje.

Considerando las características nutricionales de praderas verdes en estado vegetativo, ya mencionadas, el suplemento concentrado ideal para vacas a pastoreo debería tener un alto contenido de energía, con una tasa de fermentación compatible con la degradación de la proteína del forraje. Además debe alterar lo menos posible el pH ruminal, para no afectar la digestibilidad de la fibra. En este sentido, la coseta de remolacha y el grano de maíz son los más adecuados debido a que presentan una degradabilidad ruminal más lenta, lo que se traduce en una entrega más prolongada de energía en el tiempo, mejorando la eficiencia en la síntesis de proteína microbiana. No obstante, se requiere un aporte mínimo de una fuente energética más fácilmente


fermentable que permita aumentar la captura del nitrógeno altamente soluble liberado a comienzos del período de pastoreo.

En este sentido granos de avenas, cebada y triticale son por lo general fermentados rápidamente, aún cuando la tasa de fermentación depende del procesamiento al cual es sometido el grano ( Cuadro 3 ).

Cuadro 3 : Tasa de fermentación ruminal del almidón de diferentes granos y su relación con el tipo de procesamiento.

FUENTE FERMENTACIÓN PROCESAMIENTO

Trigo Rápida Alta humedad tratamiento c/vapor

Cebada Molido

Avena Aplastado

Maíz Entero

Sorgo Lenta

Fuente: Alien (1991 ).

La intensificación de la producción de leche a través de la suplementación, ya sea con forrajes conservados y/o concentrados, posibilita la corrección de los desbalances y deficiencias de la pradera y se logra producir a niveles cercanos al potencial genético de las vacas.

Sin embargo debe ponerse especial cuidado en el manejo del pastoreo debido a que la eficiencia de utilización de la pradera puede ser baja, con el consiguiente deterioro en su estructura y composición.

Esto debe evitarse aumentando la carga animal, lo que permite aumentar en forma significativa la producción de leche por hectárea. Otra alternativa es incrementar la superficie destinada a la conservación de forrajes.

En la Figura 3, se señala la curva de lactancia de vacas de alta producción con parto en primavera, mantenidas a pastoreo más suplementación con cantidades variables de forraje conservado y concentrados. Estos animales fueron manejados dentro de un sistema intensivo de producción que se realiza en INIA - Remehue (Klein y otros, 1996).

El aporte estimado de pradera es de un 30% (46% en primavera), mientras que el forraje conservado y concentrados representan un 30% y 40% respectivamente.


PRADERA 1,0 2,0 9,5 11,5 10,6 9,5 7,3 2,4 3,6 4.2

ENSILAJE + HENO 10,7 10,4 6,0 3,4 3,2 3,4 4,5 8,4 6,3 5,9

CONCENTRADO 9,5 9,5 8,5 8,2 8,2 8,2 8,2 8,2 8,2 6,8

Figura 3. Curva de producción de leche de vacas de alta producción (9.780 It), con parto de primavera. Fuente : INIA - Remehue, 1995.


SISTEMAS INTENSIVOS DE PRODUCCIÓN DE LECHE

Existen diferentes formas de intensificar la producción de leche en los sistemas pastoriles de la zona sur. Básicamente se reconocen dos situaciones extremas entre las cuales se encuentran una serie de posibilidades.

■ Máxima transformación de pradera de alta productividad en leche a través de un eficiente manejo del pastoreo, sin uso de concentrado, cuyo objetivo principal es la reducción de costos.

■ Utilización eficiente de la pradera y cultivos suplementarios y balance preciso de la ración a través de forraje conservado y concentrados, cuyo objetivo es expresar el potencial genético de las vacas.

Entre estos dos extremos se encuentran una serie de alternativas de producción que pueden incorporar concentrados, forrajes conservados y cultivos suplementarios en diferentes proporciones, representando la pradera el principal recurso alimenticio dentro de la ración.

Los datos que se señalan a continuación corresponden a las 4 primeras temporadas de un sistema intensivo desarrollado en el Centro Regional de Investigación Remehue (Klein y otros, 1996).

La base forrajera la constituye la pradera permanente, que representa un 70% de la superficie total, más maíz para ensilaje y alfalfa en un 15% de la superficie cada uno. Las vacas utilizadas en este sistema son de la raza Holstein Freisian (85%) con partos concentrados entre marzo y septiembre. Los principales resultados productivos se señalan en el cuadro 4.


Cuadro 4. Resumen de resultados productivos del sistema intensivo desarrollado en INIA - Remehue durante cuatro temporadas.

1 2 3 4

ANIMALES

Vacas masa N° Carga v/ha/año

14 2,15

15 2,11

16 2,38

17 2,55

Peso promedio kg

• Vacas • Vaquillas

574 483

582 531

600 536

602 530

Condición corporal

• Ante parto • 30 días • 100 días • 300 días

3,5 2,5 2,6 3,0

3,7 2,6 2,8 3,6

3,9 3,2 3,3 3,6

3,8 3, 1 3, 1 3,4

PRODUCCIÓN

Leche total L (6,5 ha) Grasa % Leche L/ha/año Grasa Kg/ha/año Proteína % Producción L/vaca/masa Largo lactancia días

106.487 2,63

16.383 431

----- 7.606 357

118.154 2,97

18.176 540

----- 8.624 316

119.088 3,00

18.322 550

----- 7.698 308

129.979 3,06

19.969 611 3,07

7.776 305

REPRODUCCIÓN

Lapso parto preñez días Lapso inter parto días Servicios por preñez n° Eliminación %

153 453 1,6 29

133 413 2,2 27

95 375 1,4 20

121 401 1,8 19

Durante la cuarta temporada la producción de leche fue prácticamente de 20.000 L. por hectárea, manteniéndose la producción por vaca/masa en niveles similares a los alcanzados en las temporadas anteriores. Se debe considerar que el sistema incluye sólo


vacas (sin la reposición) y los datos están expresados en base a una hectárea de superficie útil, vale decir, sin superficie cubierta por bosques o quebradas, ni construcciones o callejones.

Respecto al comportamiento reproductivo de las vacas se logró mejorar significativamente los parámetros al considerar un semipastoreo de 3-4 horas durante el invierno (Cuadro 5).

Cuadro 5. Parámetros reproductivos en dos temporadas.

Estabulación total 3-4 hrs. Pastoreo en Invierno

Número de vacas 11 15

Lapso Parto Preñez 114 95

Lapso ínter Parto 394 375

Servicios/Preñez 1,9 1,4

La razón de este efecto probablemente radica en una mejor expresión y detección del celo. El consumo de materia seca por vaca/año varió entre 6.205 y 6.686 kg, representando los concentrados un 33%, el forraje conservado un 32% y la pradera en pastoreo directo un 35% (Cuadro 6). Los costos e ingresos del sistema se señalan en el Cuadro 7.

Cuadro 6. Consumo de m.s. por vaca/año (incluye vacas secas).

TEMPORADAS

1 2 3 4 Promedio

Forrajes (kg/vaca/año)

• Ensilaje pradera 763 808 526 402 625

• Ensilaje maíz 1.173 438 717 951 820

• Ensilaje alfalfa - 544 414 735 423

• Heno 55 261 251 255 205

• Pradera 2.389 2.158 2.484 1.987 2.255

Sub-total forrajes 4.385 4.209 4.392 4.330 4.329

• Concentrados (kg/vaca/año) 1.820 2.354 2.182 2.352 2.177 TOTAL

6.205 6.563 6.574 6.686 6.506

• Relación forraje/concentrado 71/29 64/36 67/33 65/35 67/33

• Relación concentrado/L leche (g) 239 273 283 302 274


Cuadro 7. Margen bruto por hectárea ($ Enero 1997).

TEMPORADAS

1 2 3 4

Costos ($/ha)*

Alimentación

• Forraje 189.218 175.404 186.668 241.147

• Concentrado 403.039 511.595 534.896 611.755

• Total alimentación 592.257 686.999 721.564 852.902

Reposición 342.925 313.335 261.800 266.475

Otros costos * 370.256 410.778 414.077 451.299

• Total costos 1.305.438 1.411.112 1.397.441 1.570.676

Ingresos ($/ha)

• Leche 1.474.470 1.635.840 1.648.980 1.797.210

• Vacas desechos 72.195 65.966 55.116 56.100

• Terneros 40.634 39.878 44.981 48.195

Total ingresos ($/ha) 1.587.299 1.741.684 1.749.077 1.901.505

• Margen bruto ($/ha) 281.861 330.572 351.636 330.829

• Costo operacional ($/L) 79,7 77,6 76,3 78,7

Incluye sanidad, inseminación, mano de obra, electricidad, higienizantes, asesoría técnica, contribuciones, administración, reparación de maquinarias, etc. No se incluyen depreciaciones ni intereses.

El margen bruto se ha estabilizado en los últimos tres años entre $ 330.000 y $ 350.000 por hectárea, aproximándose los costos de producción a los $ 80 por litro. Esta situación se produce considerando una relación de costo entre leche y concentrado de 1 : 1,1 (valores de $ 90 por litro de leche y $ 99 por kg de concentrado).

Aún cuando el margen bruto por hectárea es aceptable, la sensibilidad del sistema a posibles alzas y/o bajas en los precios de la leche y costos de los concentrados es alta. La ventaja sin embargo, es que el sistema es menos dependiente de las fluctuaciones climáticas que inciden sobre la producción de m.s. de las praderas, las que pueden ser de 30% a más entre un año y otro.


CONCLUSIONES

La intensificación de los sistemas pastoriles del sur de Chile, a través de vacas altamente seleccionadas, alimentadas correctamente, permite obtener aproximadamente 20.000 Lt. de leche por hectárea de superficie útil.

Las condiciones para lograr estos resultados son :

• Tener la capacidad para producir forrajes de alta calidad en cantidad suficiente.

• Contar con vacas de alto mérito genético. • Hacer un buen manejo del sistema lechero.

La adecuada suplementación con forraje conservado, equilibra las deficiencias nutricionales de la pradera, evitando pérdidas significativas en producción y potenciales problemas reproductivos del rebaño.

Los sistemas de producción más intensivos en el uso de concentrados y forrajes conservados, son menos dependiente de fluctuaciones climáticas, pero dependen más de las fluctuaciones de los precios de la leche y concentrados.


LITERATURA CITADA

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