jacq, christian - ramsés 4 - la dama de abu simbel

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  • 8/8/2019 Jacq, Christian - Ramss 4 - La Dama de Abu Simbel

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    CHRISTIAN JACQ

    Ramss 4

    La damade Abu Simbel

    PLANETA DeAGOSTINI

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    C h r i s t i a n J a c q R a m s s 4 L a d a m a d e A b u S i m b e l

    Coleccin: Biblioteca Christian JacqDirector editorial: Virgilio OrtegaCoordinacin: Pilar MoraRealizacin: Macarena de Eguilior

    Diseo cubierta: Hans RombergRealizacin grfica: Noem Reyes

    Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito deleditor. Todos los derechos reservados.

    Ttulo original: Ramss, La dame dAbou Simbel Traduccin: Manuel Serrat

    ditions Robert Laffont, S.A., 1996 por la traduccin: Manuel Serrat, 1998 Editorial Planeta, S.A., 1998

    de esta edicinEditorial Planeta DeAgostini, S.A., 2001Aribau, 185, 08021 Barcelonawww.planetadeagostini.es

    ISBN: 84-395-8890-9Depsito legal: NA. 169-2001

    Imprime: Rodesa (Rotativas de Estella, S.A.)Villatuerta (Navarra)

    Distribuye: LogistaAragons, 18 Polgono Industrial Alcobendas28108 Alcobendas (Madrid)

    Printed in Spain Impreso en Espaa

    Edicin Digital Diciembre 2004 por Kory

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    http://www.planetadeagostini.es/http://www.planetadeagostini.es/
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    Matador , el len de Ramss, lanz un rugido que dej petrificados de espantotanto a los egipcios como a los rebeldes. La enorme fiera, condecorada por el farancon un fino collar de oro por los buenos y leales servicios prestados durante la batallade Kadesh contra los hititas 1, pesaba ms de trescientos kilos. Meda cuatro metros yluca una melena llameante y espesa al mismo tiempo, tan lujuriante que le cubra lacabeza, las mejillas, el cuello, parte de los hombros y del pecho. El pelaje, ralo ycorto, era de un tostado claro y luminoso. La clera de Matador se percibi a ms deveinte kilmetros a la redonda, y todos comprendieron que era tambin la de Ramssque, tras la victoria de Kadesh, se haba convertido en Ramss el Grande. Pero erareal esa grandeza, cuando el faran de Egipto no consegua, pese a su prestigio y suvalor, imponer su ley a los brbaros de Anatolia?

    La actitud del ejrcito egipcio haba sido decepcionante durante elenfrentamiento. Los generales, cobardes o incompetentes, haban abandonado aRamss, dejndole solo ante millones de adversarios, seguros de su victoria. Pero eldios Amn, oculto en la luz, haba escuchado la plegaria de su hijo y haba dado albrazo del faran una fuerza sobrenatural.

    Tras cinco aos de tumultuoso reinado, Ramss haba credo que su victoria enKadesh impedira a los hititas levantar la cabeza por mucho tiempo y que el PrximoOriente entrara en una era de relativa paz. Pero se haba equivocado gravemente, l,el todopoderoso, el amado de la Regla divina, el protector de Egipto, el Hijo de la luz.Mereca esos nombres de coronacin, frente a la revuelta que ruga en susprotectorados tradicionales, Canan y Siria del Sur? Los hititas no slo no renunciabanal combate sino que, adems, haban lanzado una gran ofensiva, aliados con losbeduinos, desvalijadores y asesinos que ambicionaban, desde siempre, las ricastierras del Delta.

    El general del ejrcito de Ra se aproxim al rey.Majestad... La situacin es ms crtica de lo que preveamos. No es una

    rebelin ordinaria. Segn nuestros exploradores, todo el pas de Canan se levantacontra nosotros. Superado este primer obstculo, habr un segundo, luego un tercero,luego...

    Y pierdes la esperanza de llegar a buen puerto?Nuestras prdidas pueden ser muy graves, majestad, y a los hombres no lesapetece que los maten por nada.Es motivo suficiente la supervivencia de Egipto?No quera decir que...iY, sin embargo, es lo que has pensado, general! La leccin de Kadesh fue

    intil. Estar condenado a verme rodeado de cobardes, que pierden la vida porquequieren salvarla?

    Mi obediencia y la de los dems generales no tiene fisuras, majestad, sloqueramos poneros en guardia.

    Nuestro servicio de espionaje ha obtenido alguna informacin sobre Acha?Por desgracia no, majestad.

    1 Lejanos antepasados de los turcos.3

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    Acha, amigo de la infancia y ministro de Asuntos Exteriores de Ramss, habacado en una celada cuando visitaba al prncipe de Amurru 2. Haba sido torturado,segua vivo, consideraban sus captores que el diplomtico poda ser canjeado?

    En cuanto supo la noticia, Ramss haba movilizado sus tropas, apenasrecuperadas del enfrentamiento de Kadesh. Para salvar a Acha deba cruzar regionesque se haban vuelto hostiles. Una vez ms, los prncipes locales no haban respetadosu juramento de fidelidad a Egipto y se haban vendido a los hititas, a cambio de unpoco de metal precioso y de falaces promesas. Quin no soaba con invadir la tierrade los faraones y gozar de sus riquezas, consideradas inagotables?

    Ramss el Grande tena tantas obras que proseguir, el templo de millones deaos en Tebas, el Ramesseum, Karnak, Luxor, Abydos, su morada de eternidad en elValle de los Reyes, y Abu Simbel, el sueo de piedra que deseaba ofrecer a suadorada esposa, Nefertari... Y ahora se encontraba aqu, en el lindero del pas deCanan, en la cima de una colina, observando una fortaleza enemiga.

    Majestad, si me atreviera...S valeroso, general!Vuestra demostracin de fuerza fue muy impresionante... Estoy convencido de

    que el emperador Muwattali habr comprendido el mensaje y ordenar que liberen aAcha.Muwattali, el emperador hitita, era un hombre cruel y astuto, consciente de que

    su tirana se basaba slo en la fuerza. A la cabeza de una vasta coalicin, habafracasado en su empresa de conquistar Egipto, pero lanzaba un nuevo asalto, pormedio de beduinos y rebeldes. Slo la muerte de Muwattali o la de Ramss pondra fina un conflicto cuyo resultado sera decisivo para el porvenir de numerosos pueblos. Siconseguan vencer a Egipto, el podero militar hitita impondra una cruel dictadura quedestruira una civilizacin milenaria, elaborada desde el reinado de Menes, el primerode los faraones.

    Por un instante, Ramss pens en Moiss. Dnde se ocultaba aquel otro amigo

    de la infancia, que haba huido de Egipto tras haber cometido un asesinato? Subsqueda haba sido en vano, algunos afirmaban que el hebreo, que con tanta eficaciahaba colaborado en la construccin de Pi-Ramss, la nueva capital edificada en elDelta, haba sido devorado por las arenas del desierto. Se habra unido Moiss a losrebeldes? No, nunca sera un enemigo.

    Majestad... Majestad, me os?Contemplando el rostro miedoso y bien alimentado de aquel oficial que slo

    pensaba en su comodidad, Ramss vio el del hombre que ms detestaba en el mundo,Chenar, su hermano mayor. El miserable se haba aliado con los hititas, esperandoapoderarse del trono de Egipto. Chenar haba desaparecido cuando era trasladado dela gran prisin de Menfis al penal de los oasis, aprovechando una tempestad de arena.

    Y Ramss estaba convencido de que segua vivo y de que todava tena la firmeintencin de perjudicarle.Prepara las tropas para el combate, general.El oficial superior dio media vuelta y desapareci muy apenado.Como le hubiera gustado a Ramss disfrutar junto a Nefertari, su hijo y su hija,

    de la dulzura de un jardn; como habran saboreado la felicidad de cada da, lejos delestruendo de las armas. Pero tena que salvar a su pas de la marea de hordassanguinarias que no vacilaran en destruir los templos y pisotear las leyes. El envite lesuperaba. No tena derecho a pensar en su propia calma, en su familia; deba conjurarel mal, aunque fuera a costa de su propia vida.

    Ramss contempl la fortaleza que cerraba el camino para acceder al corazn del

    protectorado de Canan. Los muros de doble pendiente, de seis metros de altura,albergaban una importante guarnicin. En las almenas se divisaba a los arqueros. Los

    2 Lbano4

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    fosos estaban llenos de cortantes restos de alfarera que heriran los pies de losinfantes encargados de poner las escalas. Un viento marino refrescaba a los soldadosegipcios, reunidos entre dos colinas abrasadas por el sol. Haban llegado hasta all amarchas forzadas, gozando slo de cortos descansos e improvisados campamentos.Slo los bien pagados mercenarios se resignaban al despanzurramiento; los jvenesreclutas, lamentando ya la idea de abandonar el pas por un tiempo indeterminado,teman perecer en horribles combates. Todos esperaban que el faran se limitara areforzar la frontera nordeste en vez de lanzarse a una aventura que poda terminar endesastre.

    Antao, el gobernador de Gaza, la capital de Canan, haba ofrecido unesplndido banquete al estado mayor egipcio, jurando que nunca se aliara con loshititas, esos brbaros de Asia de legendaria crueldad. Su hipocresa, demasiadoevidente, haba provocado ya nuseas a Ramss; hoy, su traicin no sorprenda al

    joven monarca de veintisiete aos que comenzaba a saber penetrar en el secreto delos seres.

    Impaciente, el len rugi de nuevo.Matador haba cambiado mucho desde el da en que Ramss le haba descubierto,

    moribundo, en la sabana nubia. El cachorro haba sido mordido por una serpiente y notena posibilidad alguna de sobrevivir. Una simpata profunda y misteriosa se habaestablecido, enseguida, entre la fiera y el hombre. Afortunadamente, Seta, elcurandero, amigo de infancia tambin y compaero de universidad de Ramss, habasabido encontrar los remedios adecuados. La formidable resistencia de la bestia lehaba permitido superar la prueba y hacerse un adulto de terrible podero. El rey nopoda soar con mejor guarda de corps. Ramss pas la mano por la melena deMatador . La caricia no tranquiliz al animal.

    Vestido con una tnica de piel de antlope, con mltiples bolsillos llenos dedrogas, pldoras y redomas, Seta trepaba por la ladera de la colina. Achaparrado, demediana estatura, con la cabeza cuadrada y el cabello negro, mal afeitado, senta

    verdadera pasin por las serpientes y los escorpiones. Gracias a sus venenos,preparaba eficaces medicamentos y, en compaa de su mujer, Loto, unaarrebatadora nubia cuya simple visin alegraba a los soldados, proseguaincansablemente sus investigaciones.

    Ramss haba confiado a la pareja la direccin del servicio sanitario del ejrcito.Seta y Loto haban participado en todas las campaas del rey, no por amor a laguerra sino para capturar nuevos reptiles y cuidar a los heridos. Y Seta considerabaque nadie estaba ms capacitado que l para ayudar a su amigo Ramss, en caso dedesgracia.

    La moral de las tropas no es muy buena advirti.Los generales desean retirarse reconoci Ramss.

    Qu puedes esperar, dado el comportamiento de tus soldados en Kadesh? Notienen rival en la huida y la desbandada. Como de costumbre, tomars la decisin asolas.

    No, Seta, a solas no. Con el consejo del sol, de los vientos, del alma de milen, del espritu de esta tierra... Ellos no mienten. Debo captar su mensaje.

    No existe mejor consejo de guerra.Has hablado con tus serpientes?Ellas tambin son mensajeras de lo invisible. S, se lo he preguntado y han

    respondido sin vacilar: no retrocedas. Por qu est tan nervioso Matador ?Por el encinar, a la izquierda de la fortaleza, en el camino que debemos

    recorrer.

    Seta mir en aquella direccin mordisqueando un brote de caa.No huele bien, tienes razn. Crees que han preparado una encerrona, comoen Kadesh?

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    Funcion tan bien que los estrategas hititas han previsto otra, y esperan quesea eficaz. Cuando ataquemos, quebrarn nuestro impulso mientras los arqueros de laplaza fuerte nos diezman a voluntad.

    Menna, el escudero de Ramss, se inclin ante el rey.Vuestro carro est listo, majestad.El monarca acarici largo rato a sus dos caballos, Victoria en Tebas y La diosa

    Mut est satisfecha ; haban sido, junto con el len, los nicos que no le traicionaronen Kadesh, cuando la batalla pareca perdida. Ramss tom las riendas ante laincrdula mirada de su escudero, de los generales y del regimiento de lite de loscarros.

    Majestad protest Menna, no vais a...Pasemos ante la fortaleza y lancmonos hacia el encinar orden el rey.Majestad... Olvidis vuestra cota de mallas! Majestad!Blandiendo un corpio cubierto de pequeas placas de metal, el escudero corri

    en vano tras el carro de Ramss, que se haba lanzado, solo, hacia el enemigo.

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    De pie en su carro lanzado a toda velocidad, Ramss el Grande pareca ms undios que un hombre. Alto, de frente ancha y despejada, tocado con una corona azulque se adaptaba a su crneo, con los arcos superciliares abultados, espesas cejas, lamirada penetrante como la de un halcn, la nariz larga, delgada y curva, las orejasredondas y de fino dibujo, potente la mandbula, carnosos los labios, era laencarnacin de la potencia. Cuando se acerc, los beduinos ocultos en el encinarsalieron de su escondrijo. Unos tendieron sus arcos, los otros blandieron las jabalinas.

    Como en Kadesh, el rey fue ms rpido que un fuerte viento, ms vivo que unchacal recorriendo en un instante inmensas extensiones; como un toro de aceradoscuernos que derriba a sus enemigos, aplast a los primeros agresores que se pusierona su alcance y dispar flecha tras flecha, atravesando el pecho de los rebeldes.

    El jefe del comando beduino consigui evitar la furiosa carga del monarca e,hincando la rodilla en tierra, se dispuso a lanzar un largo pual que se clavara en suespalda. El salto de Matador dej petrificados a los sediciosos. Pese a su peso y sutamao, el len pareci volar. Mostrando sus garras, cay sobre el jefe de losbeduinos, le clav los colmillos en la cabeza y cerr las mandbulas.

    La escena fue tan horrible que numerosos guerreros soltaron las armas yhuyeron para escapar de la fiera, que ya estaba destrozando los cuerpos de otros dosbeduinos, que haban intentado, en vano, ayudar a su jefe. Los carros egipcios,seguidos por varios centenares de infantes, alcanzaron a Ramss y terminaron, sindificultad alguna, con el ltimo islote de resistencia.Cuando Matador se calm, empez a lamerse las ensangrentadas patas y mir asu dueo con dulzura. El agradecimiento que descubri en los ojos de Ramss provocun gruido de satisfaccin. El len se tendi junto a la rueda derecha del carro, ojoavizor.

    Es una gran victoria, majestad declar el general del ejrcito de Ra.Acabamos de evitar un desastre; cmo es posible que ningn explorador haya

    sido capaz de descubrir un destacamento enemigo en el encinar?No... No le dimos importancia a ese lugar.Acaso un len debe ensear a mis generales el oficio de las armas?Sin duda, vuestra majestad desear reunir el consejo de guerra para preparar

    el asalto a la fortaleza...Ataque inmediato.Por el tono de voz del faran, Matador supo que la tregua haba terminado.

    Ramss acarici la grupa de sus dos caballos, que se miraron el uno al otro, comopara alentarse.

    Majestad, majestad... Os lo ruego!Jadeante, el escudero Menna tendi al rey el corpio cubierto de pequeas placas

    de metal. Ramss acept ponerse la cota de mallas, que no desluca demasiado sutnica de lino de anchas mangas. En las muecas llevaba dos brazaletes de oro ylapislzuli, cuyo adorno central estaba formado por dos cabezas de patos silvestres,smbolo de la pareja real semejante a dos aves migratorias que emprendan el vuelo

    hacia las misteriosas regiones del cielo. Volvera Ramss a ver a Nefertari antes deemprender el gran viaje hacia el otro lado de la vida?

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    Victoria en Tebas y La diosa Mut est satisfecha piafaban de impaciencia,ansiosos por lanzarse hacia la fortaleza. En la cabeza llevaban un penacho de plumasrojas y punta azul, y el lomo lo tenan protegido por una gualdrapa azul y roja. Delpecho de los infantes brotaba un canto compuesto, instintivamente, tras la victoria deKadesh y cuyas palabras tranquilizaban a los cobardes: El brazo de Ramss espoderoso, su corazn valiente, es un arquero sin igual, una muralla para sus soldados,una llama que abrasa a sus enemigos.Nervioso, el escudero Menna llen de flechas los dos carcajes del rey.

    Las has comprobado?S, majestad; son ligeras y robustas. Slo vos podris alcanzar a los arqueros

    enemigos.Ignoras que el halago es una falta grave?No, pero tengo tanto miedo! Acaso, sin vos, no nos habran exterminado esos

    brbaros?Prepara una buena racin para mis caballos; cuando volvamos tendrn

    hambre.En cuanto los carros egipcios se acercaron a la fortaleza, los arqueros cananeos y

    sus aliados beduinos dispararon nubes de flechas que murieron a los pies de los tiros.Los caballos relincharon, y algunos incluso se encabritaron, pero la tranquilidad delrey impidi que sus tropas de lite cedieran al pnico.

    Tensad vuestros grandes arcos y aguardad mi seal orden.La manufactura de armas de Pi-Ramss haba fabricado varios arcos de madera

    de acacia, cuya cuerda de tensin era un tendn de buey. Estudiada con cuidado, lacurva del arma permita lanzar una flecha, con precisin, a ms de doscientos metrosen tiro parablico. Esa tcnica haca intil la proteccin de las almenas tras las que serefugiaban los soldados.

    Todos juntos! aull Ramss con voz tan estentrea que liber las energas.La mayora de los proyectiles alcanzaron el blanco. Heridos en la cabeza, con los

    ojos reventados, la garganta atravesada de parte a parte, numerosos arquerosenemigos cayeron, muertos o gravemente heridos. Los que tomaron el relevosufrieron la misma suerte.

    Seguro de que sus infantes no pereceran bajo las flechas de los rebeldes,Ramss les orden que se lanzaran hacia la puerta de madera de la fortaleza y laderribaran a hachazos. Los carros egipcios se aproximaron, los arqueros del faranafinaron ms an el tiro, impidiendo cualquier resistencia. Los cortantes trozos dealfarera que llenaban los fosos fueron intiles; contrariamente a lo habitual, Ramssno hara que se colocaran escalas sino que iba a pasar por el acceso principal.

    Los cananeos se amontonaron detrs de la puerta, pero no consiguieron contenerel empuje de los egipcios. El enfrentamiento fue de espantosa violencia; los infantes

    del faran pisoteaban montones de cadveres y, como una devastadora oleada, selanzaron al interior de la fortaleza. Los sitiados cedan terreno poco a poco; con susgrandes acharpes y sus tnicas a franjas, manchadas de sangre, caan unos sobreotros. Las espadas egipcias atravesaron cascos, quebraron huesos, cortaron flancos,hombros y tendones, hurgaron en entraas.

    Luego, un silencio brutal cay sobre la plaza fuerte. Algunas mujeres suplicabana los vencedores que respetaran a los supervivientes, agrupados a un lado del patiocentral.

    El carro de Ramss hizo su entrada en la reconquistada ciudadela.Quin manda aqu? pregunt el rey.Un hombre de unos cincuenta aos, con el brazo izquierdo amputado, sali del

    miserable grupo de vencidos.Soy el soldado de ms edad... Todos mis jefes han muerto. Imploro laclemencia del dueo de las Dos Tierras.

    Qu perdn se le puede conceder a quien no respeta su palabra?8

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    Que el faran nos ofrezca, al menos, una muerte rpida.He aqu mis decisiones, cananeo: los rboles de tu provincia sern talados y la

    madera llevada a Egipto; los prisioneros, hombres, mujeres y nios, sern trasladadosal Delta y empleados en trabajos de utilidad pblica; los rebaos y los caballos deCanan son ahora de nuestra propiedad. Por lo que a los soldados supervivientes serefiere, sern alistados en mi ejrcito y, en adelante, combatirn a mis rdenes.

    Los vencidos se prosternaron, satisfechos de haber salvado la vida.Seta no estaba descontento. El nmero de heridos graves era poco importante yel curandero dispona de bastante carne fresca y apsitos de miel para detener lashemorragias. Con sus manos rpidas y precisas, Loto una los labios de las heridascon tiras adhesivas colocadas en cruz. La sonrisa de la hermosa nubia atenuaba losdolores. Los camilleros llevaban a los pacientes hasta la enfermera de campaa,donde se les trataba con ungentos, pomadas y lociones antes de ser repatriados aEgipto.

    Ramss se dirigi a los hombres que haban arriesgado su vida para defender supas, luego convoc a los oficiales superiores, a quienes revel su intencin deproseguir hacia el norte para recuperar, una a una, las fortalezas de Canan quehaban cado bajo control hitita, con la ayuda de los beduinos. El entusiasmo delfaran fue comunicativo. El miedo desapareci de los corazones y se alegraron ante lanoche y el da de descanso que se les conceda. Ramss, por su parte, cen con Setay Loto.

    Hasta dnde piensas llegar? pregunt el curandero.Al menos hasta Siria del Norte.Hasta... Kadesh?Ya veremos.Si la expedicin dura demasiado, nos faltarn remedios advirti Loto.La reaccin de los hititas fue rpida, la nuestra debe serlo ms an.Concluir algn da esta guerra?

    S, Loto, cuando el enemigo haya sido derrotado por completo.Me horroriza hablar de poltica coment Seta grun. Ven, querida;vayamos a hacer el amor antes de salir en busca de algunas serpientes. Siento que lanoche ser propicia para la cosecha.

    Ramss celebr los ritos del amanecer en la pequea capilla que habanlevantado junto a su tienda, en el centro del campamento. Un santuario muy modestocomparado con los templos de Pi-Ramss; pero el fervor del Hijo de la Luz eraidntico. Su padre Amn nunca revelara a los humanos su verdadera naturaleza,nunca se encerrara en una forma cualquiera; sin embargo, la presencia de lo invisibleera sensible para todo.

    Cuando el soberano sali de la capilla divis a un soldado que sujetaba un orixcon una correa y dominaba al cuadrpedo con dificultad.Extrao soldado, realmente, con sus largos cabellos, su tnica coloreada, su

    perilla y su mirada huidiza. Por qu haban introducido aquella bestia salvaje en elcampamento, tan cerca de la tienda real? El rey no pudo hacerse ms preguntas. Elbeduino solt el orix, que se lanz hacia Ramss, con los puntiagudos cuernosdirigidos hacia el vientre del desarmado soberano.

    Matador golpe al antlope en el costado izquierdo y le clav las zarpas en lanuca; muerto en el acto, el orix cay bajo el len. Atnito, el beduino sac un pualde su tnica, pero no tuvo tiempo de utilizarlo; sinti un violento dolor en la espalda yluego, una helada niebla le ceg, obligndole a soltar el arma. Moribundo, cay de

    cabeza con una lanza clavada entre los omplatos. Loto haba dado pruebas desorprendente habilidad. La hermosa nubia, tranquila y sonriente, ni siquiera parecaconmovida.

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    Gracias, Loto.Seta se uni a ellos enseguida. Mientras el len devoraba su presa un numeroso

    grupo de soldados salieron de sus tiendas y descubrieron el cadver del beduino. Elescudero Menna se lanz desolado a los pies de Ramss.

    Lo siento, majestad! Os prometo identificar a los centinelas que han dejadoentrar al criminal en el campamento y castigarlos con severidad.

    Rene a los trompeteros y ordena que den la seal de partida.

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    Cada vez ms irritado, contra s mismo sobre todo, Acha pasaba los dascontemplando el mar por la ventana del primer piso del palacio donde estabaprisionero. Cmo haba podido, l, jefe de la red de espionaje egipcio y ministro deAsuntos Exteriores de Ramss el Grande, caer en la trampa que le haban tendido loslibaneses de la provincia de Amurru?

    Hijo nico de una familia noble y rica, Acha, que haba seguido brillantemente losmismos estudios que Ramss, en la universidad de Menfis, era un hombre elegante yrefinado, tan aficionado a las mujeres como ellas se aficionaban a l. De rostroalargado, con las extremidades delgadas y finas, los ojos brillantes de inteligencia, lavoz hechicera, le gustaba crear nuevas modas. Pero tras el rbitro de la elegancia seocultaba un hombre de accin y un diplomtico de altos vuelos, que hablaba variaslenguas extranjeras, especialista en los protectorados egipcios y el Imperio hitita.

    Tras la victoria de Kadesh, que pareca haber frenado definitivamente laexpansin hitita, Acha consider oportuno dirigirse enseguida a la provincia deAmurru, aquel lnguido Lbano que se extenda a lo largo del Mediterrneo, al este delmonte Hermon y de la mercantil ciudad de Damasco. El diplomtico deseaba convertirla provincia en una base fortificada de la que partieran los comandos de lite paracontrarrestar cualquier intento de avance hitita hacia Palestina y las marcas del Delta.Al penetrar en el puerto de Beirut, a bordo de un bajel cargado de regalos para elprncipe de Amurru, el venal Benteshina, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores nosospechaba que sera recibido por Hattusil, el hermano del emperador hitita, queacababa de apoderarse de la regin.

    Acha haba evaluado a su adversario. Bajo, de enclenque apariencia, perointeligente y astuto, Hattusil era un enemigo temible. Haba obligado a su prisionero aredactar una carta oficial para Ramss, con el fin de atraer el ejrcito del faran a unaemboscada; pero Acha haba utilizado un cdigo con la esperanza de despertar ladesconfianza del faran. Cmo reaccionara Ramss? La razn de Estado le exigaabandonar a su amigo en manos del adversario y lanzarse hacia el norte. Conociendoal faran, Acha estaba convencido de que no vacilara en golpear a los hititas con lamayor violencia posible, fueran cuales fuesen los riesgos que corriera. Pero nosignificaba una excelente moneda de cambio el jefe de la diplomacia egipcia?Benteshina pensaba que Egipto pagara por Acha una buena cantidad del preciosometal.

    Escasa esperanza de vida, en verdad, pero Acha no tena otra alternativa. Aquellaforzada inaccin le haca irritable desde su adolescencia, nunca haba dejado de tomarla iniciativa y le resultaba insoportable tener que sufrir as los acontecimientos. Tenaque actuar, de un modo u otro. Tal vez Ramss creyera que Acha haba muerto, talvez haba intentado lanzar una ofensiva de gran envergadura tras haber equipado asus tropas con armas recientes. Cuanto ms reflexionaba Acha, ms convencidoestaba de que no tena otra solucin que liberarse a s mismo.

    Un criado le sirvi un copioso almuerzo, como cada da; el egipcio no podaquejarse de la intendencia de palacio, que le trataba como a un husped de calidad.

    Acha saboreaba un trozo de buey asado cuando resonaron los pesados pasos deldueo del lugar.

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    Cmo se encuentra nuestro gran amigo egipcio? pregunt Benteshina,prncipe de Amurru, un gordo cincuentn de espesos bigotes negros.

    Tu visita me honra.Me apeteca beber vino con el jefe de la diplomacia de Ramss.Por qu no te acompaa Hattusil?Nuestro gran amigo hitita est atareado.Que bueno resulta tener slo grandes amigos... Cundo podr verlo?Lo ignoro.De modo que el Lbano se ha convertido en una base hitita?Los tiempos cambian, querido Acha.No temes la clera de Ramss?Entre el faran y mi principado se yerguen, ahora, infranqueables murallas.Acaso todo Canan ha cado bajo el control hitita?No me preguntes demasiado... Has de saber que tengo intencin de cambiar tu

    preciosa existencia por ciertas riquezas. Espero que nada enojoso te suceda duranteese cambio, pero...

    Con una fea sonrisa, Benteshina anunciaba a Acha que sera eliminado antes depoder contar lo que haba visto y odo en Amurru.Ests seguro de haber elegido el bando adecuado?

    Seguro, amigo Acha! A decir verdad, los hititas han impuesto la ley del msfuerte. Y, adems, se habla de las numerosas preocupaciones que impiden a Ramssgobernar con serenidad... Un complot o una derrota militar, o las dos cosas juntas,acabarn con l o ser sustituido por un monarca ms conciliador.

    No conoces Egipto, Benteshina, y todava conoces menos al propio Ramss.S juzgar a los hombres. Pese a la derrota de Kadesh, Muwattali, el emperador

    hitita, triunfar.Arriesgada apuesta.Me gustan el vino, las mujeres y el oro, pero no soy jugador. Los hititas llevan

    la guerra en la sangre, los egipcios no.Benteshina se frot las manos suavemente.Si deseas evitar un lamentable accidente cuando se produzca el cambio, mi

    querido Acha, deberas pensar seriamente en cambiar de bando. Imagina que le das aRamss falsas informaciones... Despus de nuestra victoria, seras recompensado.

    Me pides a m, el jefe de la diplomacia egipcia, que traicione a Ramss?No depende todo de las circunstancias? Yo tambin jur fidelidad al faran...La soledad impide mi reflexin.Deseas acaso... una mujer?Una mujer fina y cultivada, muy comprensiva...Benteshina vaci su copa de vino y se pas el dorso de la mano diestra por los

    hmedos labios.Qu sacrificio no hara yo para mejorar tu reflexin?

    La noche haba cado, dos candiles de aceite iluminaban dbilmente la alcoba deAcha, que estaba tendido en el lecho vestido slo con un taparrabos.

    Un pensamiento le obsesionaba: Hattusil haba salido de Amurru. Aquella partidano coincida con una expansin hitita por los protectorados de Palestina y Fenicia. Si elempuje de los guerreros anatolios haba sido espectacular, por qu abandonabaHattusil su base libanesa, desde la que poda controlar la situacin? El hermano deMuwattali no poda arriesgarse a ir ms al sur; probablemente habran regresado a supas, pero por qu razn?

    Seor...La vocecita temblorosa turb a Acha. Se incorpor y, en la penumbra, vio a unamuchacha que vesta una corta tnica, con los cabellos sueltos y los pies desnudos.

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    Me enva el prncipe Benteshina... Me ha ordenado... Exige...Sintate a mi lado.Ella obedeci, vacilante. Tena unos veinte aos, era rubia y rolliza, muy

    apetitosa. Acha le acarici el hombro.Ests casada?S, seor; pero el prncipe me ha prometido que mi marido no sabra nada.Cul es su oficio?Aduanero.Tienes alguna ocupacin?Clasifico los despachos, en el centro de correos.Acha hizo resbalar los tirantes de la tnica, bes a la rubia en el cuello y, luego,

    la tumb en la cama.Recibes noticias de la capital de Canan?Algunas... Pero no puedo hablar de ello.Son numerosos, aqu, los guerreros hititas?Tampoco puedo hablar de eso.Amas a tu marido?S, seor, s...Te disgusta hacer el amor conmigo?Ella volvi la cabeza hacia un lado.Responde a mis preguntas y no te tocar.La muchacha contempl al egipcio con los ojos llenos de esperanza.Tengo vuestra palabra?Por todos los dioses de la provincia de Amurru, la tienes.Los hititas no son numerosos todava; unas decenas de instructores que

    entrenan a nuestros soldados.Se ha marchado Hattusil?S, seor.

    Hacia dnde?Lo ignoro.Y la situacin en Canan?Incierta.No est la provincia bajo control hitita?Circulan rumores contradictorios. Algunos afirman que el faran se ha

    apoderado de Gaza, la capital de Canan, y que el gobernador de la provincia muridurante el asalto.

    Acha sinti que un nuevo aliento llenaba su pecho, como si renaciera a la vida.Ramss no slo haba descifrado su mensaje sino que tambin haba contraatacado,impidiendo a los hititas que se desplegaran. Por ello Hattusil haba ido a avisar al

    emperador.Lo siento, preciosa.No... No cumpliris vuestra promesa?S, pero debo tomar ciertas precauciones.Acha la at y la amordaz; necesitaba unas horas antes de que diera la alarma.

    El diplomtico descubri el manto que ella haba dejado en el umbral de la habitaciny entrevi un modo de salir de palacio: se puso la prenda, se cubri con el capuchn yse lanz hacia la escalera. En la planta baja estaban celebrando un banquete. Algunosinvitados, ebrios, dormitaban; otros se libraban a febriles retozos. Acha salt sobredos cuerpos desnudos.

    Adnde vas?

    Acha no poda correr. Varios hombres armados custodiaban la puerta de palacio.Has terminado ya con el egipcio? Ven aqu, hija ma...A pocos pasos, la libertad. La pegajosa mano de Benteshina le quit la capucha.Mala suerte, mi querido Acha.

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    A Pi-Ramss, la capital edificada por Ramss en el Delta, se la llamaba la ciudadde turquesa por las tejas barnizadas de azul que adornaban la fachada de las casas.Los que paseaban por las calles de Pi-Ramss se quedaban maravillados ante lostemplos, el palacio real, los lagos de recreo, el puerto; se extasiaban a la vista de losvergeles, los canales llenos de peces, las mansiones de los nobles y sus jardines, lasavenidas bordeadas de flores; degustaban las manzanas, las granadas, las aceitunasy los higos, apreciaban el sabor afrutado de los grandes caldos y cantaban la cancinpopular: Que alegra vivir en Pi-Ramss, el pequeo es mirado como el grande, laacacia y el sicomoro conceden sus sombras, los edificios resplandecen de oro yturquesa, la brisa es suave, trinan los pjaros alrededor de los estanques. PeroAmeni, el secretario particular del rey, compaero de universidad e indefectibleservidor del monarca, no comparta esa alegra de vivir. Senta, como tantos otroshabitantes de la ciudad, que el jbilo habitual no reinaba ya porque Ramss estabaausente.

    Ausente y en peligro.Sin escuchar consejo alguno de prudencia, sin aceptar ningn aplazamiento,

    Ramss se haba lanzado hacia el norte para reconquistar Canan y Siria, arrastrandoa sus tropas hacia una aventura de incierto final.

    Portasandalias oficial del faran, Ameni era bajo, enclenque, flaco y casi calvo, dehuesos frgiles, tez plida y manos largas y finas, capaces de trazar hermosos

    jeroglficos, aquel hijo de yesero mantena con Ramss vnculos invisibles. Era, segnla antigua expresin, los ojos y los odos del rey, y permaneca en la sombra, a lacabeza de un servicio de unos veinte funcionarios, devotos y competentes. Trabajadorinfatigable, dorma poco y coma en exceso aunque no consegua engordarse, Amenisala pocas veces de su despacho, presidido por un portapinceles de madera doradaque Ramss le haba regalado. En cuanto tocaba aquel objeto, en forma de columnacoronada por una flor de lis, su energa renaca, y se lanzaba de nuevo al asalto de unmontn de expedientes que habran desalentado a cualquier escriba. En su despacho,que l mismo limpiaba, los papiros estaban cuidadosamente ordenados en cofres demadera y jarras, o encerrados en estuches de cuero depositados en estantes.

    Un correo del ejrcito anunci uno de sus ayudantes.Que entre.El soldado estaba cubierto de polvo y pareca agotado.Traigo un mensaje del faran.Mustramelo.Ameni identific el sello de Ramss. A pesar de que le faltaba el aliento, corri

    hasta palacio.

    La reina Nefertari reciba al visir, al gran intendente de la Casa del rey, al escribade cuentas, al escriba de mesa, al superior de los ritualistas, al jefe de los secretos, alsuperior de la Casa de Vida, al chambeln, al director del Tesoro, al de los graneros yotros muchos altos funcionarios, deseosos de recibir directrices concretas para notomar ninguna iniciativa que careciese de la aprobacin de la gran esposa real,encargada de gobernar el pas en ausencia de Ramss. Afortunadamente, Ameni lasecundaba sin descanso y Tuya, la madre del rey, la ayudaba con sus valiosos

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    consejos. Ms hermosa que las ms hermosas, con los cabellos negros y brillantes, losojos verdeazulados, el rostro luminoso como el de una diosa, Nefertari se enfrentabaa la prueba del poder y de la soledad. Dedicada a la msica en el templo, amante delos escritos de los sabios, haba deseado una existencia meditativa; pero el amor deRamss haba transformado a la tmida muchacha en la reina de Egipto, decidida acumplir sus funciones sin debilidad.

    La administracin de la Casa de la reina exiga por s sola un pesado trabajo:aquella institucin milenaria inclua un pensionado donde se educaban egipcias yextranjeras, as como una escuela de tejido, talleres donde se fabricaban joyas,espejos, jarrones, abanicos, sandalias y objetos rituales. Nefertari reinaba sobre unnumeroso personal, compuesto por sacerdotisas, escribas, administradores de lasrentas rurales, obreros y campesinos, y haba querido conocer personalmente a losprincipales responsables de cada sector de actividad. Evitar injusticias y errores era suobsesin.

    En aquellas angustiadas jornadas, mientras Ramss arriesgaba su vida paradefender Egipto contra una invasin hitita, la gran esposa real tena que multiplicaresfuerzos y gobernar el pas, fuera cual fuese su fatiga.

    Ameni, por fin! Tienes noticias?S, majestad: un papiro que ha trado un correo del ejrcito.La reina no se haba instalado en el despacho de Ramss, que permanecera

    vaco hasta su regreso, sino en una vasta estancia decorada con loza de un azul claroy que daba al jardn donde Vigilante, el perro dorado del rey, dorma al pie de unaacacia.

    Nefertari hizo saltar el sello del papiro y ley el texto redactado en escrituracursiva y firmado por el propio Ramss. El grave rostro de la reina no se ilumin conuna sonrisa.

    Intenta darme nimos confes.Ha progresado el rey?

    Canan ha sido sometido, el gobernador feln ha muerto.Hermosa victoria! se inflam Ameni.El rey prosigue hacia el norte.Por qu estis tan triste?Porque proseguir hasta Kadesh, sean cuales sean los riesgos. Antes intentar

    liberar a Acha y no vacilar en poner en peligro su existencia. Y si le abandona lasuerte?

    Su magia no le fallar.Cmo sobrevivira Egipto sin l?En primer lugar, majestad, sois la gran esposa real y gobernis de maravilla;

    luego, Ramss volver, estoy seguro de ello.

    Un ruido de pasos precipitados se oyeron en el pasillo. Llamaron a la puerta,Ameni abri. Apareci una comadrona, presa de gran excitacin.Majestad... Iset est a punto de parir, y os llama.

    Iset la bella tena los ojos de un verde chispeante, la nariz pequea y los labiosfinos; por lo comn, su rostro posea una infinita seduccin. En aquellas horas desufrimiento, conservaba el encanto de la juventud, que le haba permitido seducir aRamss y ser su primer amor. Pensaba a menudo en la choza de caas, en el linderode un trigal, donde el prncipe Ramss y ella se haban entregado el uno al otro.

    Pero Ramss se haba enamorado de Nefertari, y Nefertari era reina en el alma.Iset la bella se haba apartado, porque ignoraba la ambicin y los celos; ni ella ni

    cualquier otra podan rivalizar con Nefertari. El poder asustaba a Iset, y el nicosentimiento que perduraba en su corazn era el amor que senta por Ramss. En unmomento de locura, haba estado a punto de conspirar contra l, por despecho; pero,

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    incapaz de perjudicarle, se haba apartado enseguida de las fuerzas del mal. Acasosu ms hermoso ttulo de gloria no era haber dado vida a Kha, un muchacho deexcepcional inteligencia?

    Tras haber dado a luz una muchacha, Meritamn, Nefertari ya no poda tenerms hijos. La reina haba exigido que Iset la bella diese al monarca un segundo hijo yotros descendientes. Pero el rey haba creado la institucin de los hijos reales, quele permitira elegir, en las distintas capas de la sociedad, jovencitas o muchachos paraser educados en palacio. Su nmero sera una prueba de la inagotable fecundidad dela pareja real e impedira cualquier dificultad sucesoria.

    Pero Iset la bella vivira su pasin por Ramss ofrecindole un nuevo hijo; graciasa las pruebas tradicionales 1, ya saba que iba a tener un nio.

    Para de pie, ayudada por cuatro parteras a las que denominaban las suaves ylas de los pulgares firmes. Se haban pronunciado las frmulas rituales, paraapartar los genios de las tinieblas que intentaban impedir el nacimiento. Gracias afumigaciones y pociones, el dolor se haba atenuado.

    Iset la bella sinti que el pequeo ser sala del lago bienhechor donde habacrecido durante nueve meses. El contacto de una mano tierna y un perfume de lis y

    jazmn hicieron creer a Iset la bella que acababa de entrar en un jardn paradisacodonde el sufrimiento ya no exista. Volvi la cabeza hacia un lado y advirti queNefertari acababa de ocupar el lugar de una de las parteras. La reina sec la frente dela parturienta, con una tela hmeda.

    Majestad... No crea que vinierais.Me has llamado, y aqu estoy.Tenis noticias del rey?Son excelentes. Ramss ha reconquistado Canan y no tardar en someter a

    los dems insurrectos. Se est adelantando a los hititas.Cundo volver?No va a estar impaciente por ver a su hijo?

    Amareis vos... a ese hijo?Le amar como a mi propia hija, como a tu hijo Kha.Tema que...Nefertari estrech con fuerza las manos de Iset la bella.No somos enemigas, Iset; debes vencer en el combate que libras.De pronto, el dolor se hizo ms fuerte; la parturienta lanz un grito. La partera

    principal se atare. Iset quera olvidar el fuego que desgarraba sus entraas, sumirseen un profundo sueno, dejar de luchar soando con Ramss... Pero Nefertari tenarazn; era preciso concluir la obra misteriosa que se haba iniciado en su seno.

    Nefertari recibi en sus manos al nio, mientras una partera cortaba el cordnumbilical. Iset cerr los ojos.

    Es un muchacho?S, Iset. Un muchacho hermoso y fuerte.

    1 Por ejemplo, si la orina de la mujer hace germinar la cebada, dar a luz un muchacho; si hace germinar el trigo, unania. Si no germinan ninguna de las dos cosas, no tendr hijos.

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    Kha, el hijo de Ramss y de Iset la bella, copiaba en un papiro virgen lasmximas del viejo sabio Ptah-hotep que, a la edad de ciento diez aos, habaconsiderado oportuno dejar por escrito algunos consejos destinados a lasgeneraciones futuras. Kha tena slo diez aos, pero detestaba los juegos infantiles yse pasaba el tiempo estudiando, a pesar de las dulces reprimendas de Nedjem, elministro de Agricultura, preocupado por la educacin del muchacho. A Nedjem lehabran gustado que se distrajera ms, pero las aptitudes intelectuales de Kha lefascinaban. Aprenda deprisa, lo recordaba todo y escriba ya como un escribaexperimentado.

    Cerca, la hermosa Meritamn, hija de Ramss y Nefertari, tocaba el arpa. A losseis aos, daba pruebas de estar muy bien dotada para la msica, y mostraba unacoquetera de buena ley. Mientras trazaba los jeroglficos, a Kha le gustaba escuchar asu hermana desgranando melodas y cantando tiernas canciones. El perro del rey,Vigilante, suspiraba de satisfaccin con la cabeza apoyada en los pies de la nia, cuyoparecido con Nefertari era deslumbrador.

    Cuando la reina entr en el jardn, Kha dej de escribir y Meritamn de tocar elarpa. Inquietos e impacientes, ambos nios corrieron hacia ella. Nefertari los bes.

    Todo ha ido bien, Iset ha tenido un muchacho.Seguro que mi padre y t ya habris elegido su nombre.La reina sonri.Crees que podemos preverlo todo?S, porque sois la pareja real.Tu hermano menor se llama Merenptah, El amado del dios Ptah, patrn de

    los artesanos y seor del Verbo creador.

    Dolente, la hermana mayor de Ramss, era una mujer alta y morena,perpetuamente fatigada; su piel grasa la obligaba a utilizar muchos ungentos. Ociosadurante mucho tiempo, presa del tedio de una joven noble y rica, haba encontrado unideal cuando el mago libio Ofir le haba hablado de las creencias del rey hereje,Akhenatn, partidario del dios nico. Ciertamente, el mago se haba visto obligado amatar para salvaguardar su libertad, pero Dolente aprob su gesto y acept ayudarle,sucediera lo que sucediese.

    Aconsejada por el mago, que haba encontrado refugio en el propio Egipto,Dolente haba vuelto al palacio y haba mentido a Ramss para que la perdonase. Nola haba raptado el mago, no la haba utilizado para salir del pas? Dolente habaproclamado su alegra por haber escapado de lo peor y haber recuperado a su familia.Haba credo Ramss en esa versin de los hechos? Por orden suya, Dolente debapermanecer en la corte de Pi-Ramss. Eso era lo que ella esperaba, para poderinformar a Ofir en cuanto se presentara la ocasin. Puesto que el rey haba partido aguerrear en las provincias del norte, ella no haba tenido posibilidad de volver a verlepara intentar ganarse su confianza.

    Dolente no ahorraba esfuerzo alguno para seducir a Nefertari, consciente de lainfluencia que sta ejerca sobre su esposo. En cuanto la reina sali de la sala delconsejo, donde acababa de entrevistarse con los responsables de los canales, Dolentese inclin ante la soberana.

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    Majestad, permitidme que me ocupe de Iset.Qu deseas exactamente, Dolente?Velar por su servidumbre, purificar cada da su habitacin, utilizar un jabn

    extrado de la corteza y la madera del balanites 1 para lavar a la madre y al hijo,limpiar cada objeto con una mezcla de cenizas y sosa... Y he preparado para ella uncofre de aseo con botes de maquillaje, pocillos llenos de delicadas esencias, khol yestiletes aplicadores. No debe Iset seguir siendo hermosa?Ser sensible a tu afecto.

    Si acepta, yo misma la maquillar.Nefertari y Dolente caminaron juntas por un pasillo decorado con pinturas que

    representaban lises, acianos y mandrgoras.Parece que el beb es esplndido.Merenptah ser un hombre muy robusto.Ayer quise jugar con Kha y Meritamn, pero me lo prohibieron. Sent una

    profunda pesadumbre, majestad.Son rdenes de Ramss y tambin mas, Dolente.Durante cunto tiempo, an, se desconfiar de m?Acaso te extraa? Tu escapada con el mago, tu apoyo a Chenar...No he tenido ya mi cupo de desgracia, majestad? Mi marido fue asesinado por

    Moiss, ese maldito mago ha estado a punto de apoderarse de mi espritu, Chenar meha detestado y humillado siempre, y yo soy la acusada! Ahora slo aspiro al reposo yme gustara tanto recuperar el afecto y la confianza de los mos... He cometido gravesfaltas, lo admito, pero siempre se me considerar una criminal?

    No conspiraste contra el faran?Dolente se arrodill ante la reina.Fui esclava de hombres malvados y sufr su influencia. Pero, todo ha

    terminado. Deseo vivir sola, en palacio, como Ramss exige, y olvidar el pasado...Ser perdonada?

    Nefertari se sinti conmovida.Ocpate de Iset, Dolente; aydala a preservar su belleza.

    Meba, el adjunto al ministro de Asuntos Exteriores, entr en el despacho deAmeni. Diplomtico de carrera, heredero de una rica familia de embajadores, Mebaera naturalmente altivo y condescendiente. No perteneca, acaso, a una castasuperior que posea poder y riqueza y le impeda mezclarse con la gente del vulgo?Sin embargo, Meba haba sufrido una dura prueba cuando Chenar, el hermano mayordel rey, le haba quitado su puesto de jefe de la diplomacia egipcia. Humillado,marginado, haba credo que nunca volvera a estar en primer plano, hasta el da enque una red de espionaje hitita, implantada en Egipto, se haba puesto en contactocon l.Traicionar... Meba no haba tenido tiempo de pensar en ello. Recuperando laaficin a la intriga, conociendo bien los meandros, se haba ganado la confianza de lasautoridades y obtenido nuevas funciones. Antiguo superior de Acha, se habaconvertido, aparentemente, en su fiel subordinado. Pese a su agudo espritu, el jovenministro se haba dejado engaar por la fingida humildad de Meba. Tener un hombreexperimentado, y antigua vctima de Chenar por aadidura, como colaborador, habaincitado a Acha a bajar la guardia.

    Desde la desaparicin del mago Ofir, jefe de la red de espionaje hitita, Mebaaguardaba consignas que no llegaban. Aquel silencio le alegraba y lo aprovechabapara consolidar su red de amistades en el ministerio y en la alta sociedad, sin olvidar

    seguir vertiendo su hiel. Acaso no haba sido vctima de injusticias? No era Acha un

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    intelectual brillante, pero peligroso e ineficaz? Meba acababa olvidando a los hititas ysu traicin.

    Mientras mordisqueaba un higo seco, Ameni redactaba una carta de reprimendapara los directores de los graneros y lea la queja de un jefe de provincia sobre lacaresta de lea.

    Qu ocurre, Meba?El diplomtico detestaba al pequeo escriba rugoso y maleducado.Estis demasiado ocupado para orme?Os escucho, pero sed breve.No sois vos quien regs el imperio en ausencia de Ramss?Si tenis algn motivo de descontento, solicitad audiencia a la reina: su

    majestad en persona aprueba todas mis decisiones.No juguemos al ms astuto: la reina me remitir a vos.De qu os quejis?De la inexistencia de directrices claras. Mi ministro est en el extranjero, el rey

    combate, mi administracin es presa de la duda y la incertidumbre.Aguardad el regreso de Ramss y de Acha.Y si...Si no regresan?No debemos contemplar esa horrenda hiptesis?No lo creo.Sois categrico...Lo soy.As pues, esperar.Es la mejor iniciativa que podis tomar.

    Haber nacido en Cerdea, haber sido jefe de una famosa pandilla de piratas,haberse enfrentado a Ramss, deberle la vida y convertirse en jefe de su guardiapersonal era el extraordinario destino de Serramanna. Ameni haba consideradosospechoso de traicin al gigante de conquistadores bigotes, pero reconoci que sehaba equivocado y se haba ganado de nuevo su amistad.

    Al sardo le hubiera gustado combatir contra los hititas, destrozar crneos yatravesar pechos. Pero el faran le haba ordenado que se encargara de proteger a lafamilia real, y Serramanna se consagraba a esta tarea con el mismo ardor que pona,antao, en lanzarse al abordaje de los ricos navos mercantes.

    Para el sardo, Ramss era el ms formidable jefe guerrero que nunca habaconocido, y Nefertari la mujer ms hermosa y ms inaccesible. La pareja real era untan gran milagro cotidiano que el ex pirata no poda evitar servirles. Estaba bienpagado, gozaba de abundantes alimentos de primera calidad, aprovechaba lacompaa de mujeres soberbias, y estaba dispuesto a dar su vida por la continuidaddel reino.

    Sin embargo, haba una sombra en aquel cuadro: su instinto de cazador letorturaba. El regreso de Dolente a la corte le pareca una maniobra que podaperjudicar a Ramss y Nefertari; consideraba a la hermana del rey una desequilibraday una mentirosa. A su entender, el mago que la manipulaba segua utilizndola,aunque no tuviera pruebas de ello.

    Serramanna continuaba investigando sobre la mujer rubia cuyo cadver habasido hallado en una mansin perteneciente a Chenar, el hermano feln de Ramss,que haba desaparecido en una tempestad de arena cuando era transferido al penal deKhargeh.

    Las explicaciones de Dolente haban sido bastante ambiguas; el sardo aceptabaque la vctima hubiera servido de mdium, pero le pareca inverosmil que Dolentefuera incapaz de decir nada ms sobre aquella infeliz. Se deba su silencio al deseo

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    de ocultar la verdad? Dolente finga que la perseguan para ocultar mejor hechosimportantes. Pero como se haba congraciado con Nefertari, Serramanna no podaacusarla a partir de simples presunciones.

    La obstinacin formaba parte de las cualidades de un pirata. El mar permanecavaco durante das enteros y, de pronto, apareca la presa. Y era preciso, adems,navegar en la direccin correcta y recorrer los sectores abundantes en caza; por ellohaba lanzado a sus sabuesos, tanto en Menfis como en Pi-Ramss, provistos de fielesretratos de la joven rubia asesinada.

    Alguien acabara hablando.

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    La Ciudad del Sol1, edificada por orden del faran hertico, Akenatn, ya slo erauna ciudad abandonada. Vacos los palacios, las moradas de los nobles, los talleres,las casas de los artesanos, silenciosos para siempre los templos, desierta la granavenida por donde pasaba el carro de Akenatn y Nefertiti, las calles comerciales y lascallejas de los barrios populares.

    En aquel desolado paraje, en la vasta llanura a orillas del Nilo, al abrigo de uncirco montaoso que formaba un semicrculo, Akenatn haba ofrecido un dominio aldios nico que se encarnaba en el disco solar, Atn.

    Nadie frecuentaba ya la olvidada capital. Tras la muerte del rey, la poblacinhaba regresado a Tebas, llevndose consigo objetos preciosos, muebles, utensilios decocina, archivos... Aqu y all quedaban restos de loza y, en el taller de un escultor,un busto inconcluso de Nefertiti.

    Con el transcurso de los aos, los edificios se deterioraban. La pintura blanca seresquebrajaba, el yeso se deshaca. Construida con excesiva rapidez, la Ciudad del Solno resista las lluvias tormentosas y las tempestades de arena. Las estelas, grabadaspor Akenatn para proclamar los lmites del territorio sagrado de Atn, se borraban; eltiempo hara que los jeroglficos fueran ilegibles y arrojara a la nada la loca aventuradel mstico.

    En el acantilado se haban excavado las tumbas de los dignatarios del rgimen,pero ninguna momia reposaba all. Al abandono de la ciudad se haba aadido el delas sepulturas, sin alma ni proteccin ahora. Nadie osaba aventurarse por all, pues seafirmaba que los espectros se haban apoderado del lugar y quebraban la nuca a losvisitantes en exceso curiosos.

    All se ocultaban Chenar, el hermano mayor de Ramss, y el mago Ofir. Habanfijado su domicilio en la tumba del sumo sacerdote de Atn, cuya sala hipstila serevel confortable; en los muros, algunas evocaciones de templos y palaciosconservaban la imagen del esplendor perdido de la Ciudad del Sol. El escultor habainmortalizado a Akenatn y Nefertiti venerando el disco solar, del que brotaban largosrayos terminados en manos que daban vida a la pareja real.

    Los ojillos marrones de Chenar miraban con frecuencia los bajorrelieves querepresentaban a Akenatn, encarnacin del sol triunfante. De treinta y cinco aos deedad, con el rostro redondo, casi lunar, las mejillas hinchadas, los labios gruesos, loshuesos pesados, Chenar, sin embargo, detestaba ese sol, astro protector de suhermano Ramss. Ramss, aquel tirano al que haba intentado derribar con la ayudade los hititas, Ramss, que le haba condenado al exilio en la penitenciara de losoasis, Ramss, que quera hacerle comparecer ante un tribunal de justicia del quesaldra hacia la muerte.

    Durante su traslado de la gran crcel de Menfis a la penitenciara de los oasis,una tempestad de arena, en medio del desierto, le haba proporcionado a Chenar laposibilidad de huir. El odio que senta contra su hermano y su deseo de vengarse le

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    Akhet-Atn, el prodigio de la luz de Atn, en el Medio Egipto, a mitad de camino entre Menfis, al norte, y Tebas, alsur.

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    haban permitido salir vivo de la prueba. Chenar se haba dirigido hacia el nico lugardonde estara seguro, la ciudad abandonada del rey hertico.

    All lo haba acogido Ofir, su cmplice, el jefe de la red de espionaje hitita. Ofir ellibio, con el perfil de ave de presa, de salientes pmulos, nariz prominente, labiosdelgados y pronunciado mentn, el hombre que deba convertir a Chenar en elsucesor de Ramss.

    Rabioso, el hermano del faran cogi una piedra y la lanz contra unarepresentacin de Akenatn, daando la corona del monarca.Malditos sean, y que desaparezcan para siempre, los faraones y su reino!El sueo de Chenar se haba quebrado. l, que debera haber reinado sobre un

    inmenso imperio, de Anatolia a Nubia, se vea reducido al estado de paria en su propiopas. Ramss debera haber sido derrotado en Kadesh, los hititas deberan haberinvadido Egipto, Chenar debera haber ocupado el trono de las Dos Tierras, colaboradocon el ocupante y luego, haberse librado del emperador hitita para convertirse en elnico dueo del Prximo Oriente. Ramss el nufrago, Chenar el salvador: esa era laverdad que debera haber impuesto a los pueblos de la regin.

    Chenar se volvi hacia Ofir, que estaba sentado al fondo de la tumba.Por qu hemos fracasado?Un perodo de mala suerte. El destino cambiar.Mediocre respuesta, Ofir!Aunque la magia sea una ciencia exacta, no excluye lo imprevisible.Y ese imprevisible fue el propio Ramss.Vuestro hermano tiene cualidades excepcionales y una facultad de resistencia

    rara y fascinante.Fascinante... Estis cayendo bajo el encanto de ese dspota?Me limito a estudiarlo para destruirlo mejor. No acudi en su ayuda el dios

    Amn durante la batalla de Kadesh?Acaso dais crdito a tales monsergas?

    El mundo no est hecho slo con lo visible. Secretas fuerzas circulan por l yson las que forman la trama de lo real.Chenar dio un puetazo a la pared en la que figuraba el disco solar, Atn.Adnde nos han llevado vuestros discursos? Aqu, a esta tumba, lejos del

    poder! Estamos solos y condenados a perecer como miserables.Eso no es del todo cierto, puesto que los partidarios de Atn nos alimentan y

    garantizan nuestra seguridad.Los partidarios de Atn... Una pandilla de locos y msticos, prisioneros de sus

    ilusiones.No andis errado, pero nos son de utilidad.Pensis convertirlos en un ejrcito capaz de vencer al de Ramss?

    Ofir dibuj extraas figuras geomtricas en el polvo.Ramss ha vencido a los hititas insisti Chenar, vuestra red ha sidodesmantelada, ya no tengo partidarios. Qu otro destino nos queda salvo pudrirnosaqu?

    La magia nos ayudar a modificarlo.Chenar se encogi de hombros.No habis conseguido eliminar a Nefertari, habis sido incapaz de debilitar a

    Ramss.Sois injusto dijo el mago. La reina sali daada de la prueba que le inflig.Iset la bella le dar otro hijo a Ramss, y el rey adoptar tantos herederos

    como desee. Ninguna preocupacin familiar impedir reinar a mi hermano.

    Acabar acusando los golpes.lgnoris que un faran de Egipto se regenera al cabo de su trigsimo ao dereinado?

    Falta mucho todava, Chenar; los hititas no han renunciado al combate.22

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    No qued destruida en Kadesh la coalicin que haban formado?El emperador Muwattali es un hombre astuto y prudente; supo batirse en

    retirada cuando lleg el momento y organizar una contraofensiva que sorprender aRamss.

    Ya no me apetece soar, Ofir.A lo lejos se oy el ruido de un galope. Chenar tom una espada.No es la hora en que los atonianos nos traen alimento.El hermano de Ramss corri hacia la entrada de la tumba que dominaba la

    llanura y la ciudad muerta.Dos hombres.Vienen hacia nosotros?Salen de la ciudad y se dirigen al acantilado... Hacia nosotros! Ser mejor que

    salgamos de la tumba y nos ocultemos en otra parte.No nos precipitemos, slo son dos. Ofir se levant. Tal vez sea el signo que

    aguardaba, Chenar. Mira bien.Chenar identific a un partidario de Atn; la presencia de su compaero le dej

    estupefacto.Meba... Meba aqu ?Es mi subordinado y nuestro aliado.Chenar dej la espada.En la corte de Ramss, nadie sospecha de Meba; hoy es preciso olvidar

    nuestras diferencias.Chenar no respondi. Slo senta desprecio por Meba, cuya nica ambicin era

    preservar su fortuna y su comodidad. Cuando el diplomtico se le haba presentadocomo el nuevo agente hitita, Chenar no haba credo en la sinceridad de sucompromiso.

    Los dos jinetes descabalgaron a la entrada del camino que llevaba a la tumba delsumo sacerdote de Atn. El partidario del dios solar se qued con los caballos, Meba

    se dirigi hacia la guarida de sus cmplices.Chenar tena un nudo en la garganta. Y si el alto funcionario los habatraicionado y se haba adelantado un poco a la polica del faran? Pero el horizontesigui vaco. Meba estaba tan crispado que no utiliz las habituales formas decortesa.

    Me arriesgo mucho viniendo aqu... Por qu me habis enviado un mensajeordenndome que viniera a veros?

    La respuesta de Ofir chasque.Estis bajo mis rdenes, Meba; iris donde os diga que vayis. Qu noticias

    trais?Chenar se qued sorprendido. As pues, desde el fondo de su guarida, el mago

    segua dirigiendo la red.No muy buenas. El contraataque hitita no es precisamente un xito; Ramss hareaccionado vigorosamente y ya ha reconquistado Canan.

    Se dirige hacia Kadesh?Lo ignoro.Es preciso que seis eficaz, Meba, mucho ms eficaz, y que me proporcionis

    ms informacin. Han respetado los beduinos su compromiso?La revuelta parece general... Pero debo mostrarme muy prudente para no

    despertar la desconfianza de Ameni.No trabajis en el Ministerio de Asuntos Exteriores?La prudencia...

    Tenis posibilidades de acercaros al pequeo Kha?El hijo mayor de Ramss? S, pero por qu...Necesito un objeto que le sea especialmente querido, Meba, y lo necesito

    enseguida.23

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    Moiss, su esposa y su hijo haban abandonado la regin de Madian, que sehallaba al sur de Edom y al este del golfo de Aqaba. All se haba ocultado el hebreodurante un largo perodo, antes de abandonar su retiro para regresar a Egipto, pese ala opinin de su suegro. No cometa una locura entregndose a la polica del farancuando estaba acusado de un crimen? Sera encarcelado y condenado a muerte.

    Pero ningn argumento haba convencido a Moiss. Dios le haba hablado, en elcorazn de la montaa, y le haba ordenado que sacara de Egipto a sus hermanoshebreos, para permitirles vivir la verdadera fe en una tierra que les perteneciera. Latarea pareca imposible, pero el profeta tendra la fuerza de llevarla a cabo.

    Su esposa, Cippora, tambin haba intentado, en vano, disuadirle. Y la pequeafamilia se haba lanzado a las pistas, en direccin al Delta. Cippora segua a sumarido, que, provisto de un gran bastn nudoso, caminaba con paso tranquilo, sindudar nunca sobre el camino a seguir.

    Cuando una nube de arena anunci que se acercaba un grupo de jinetes, Cipporaestrech a su hijo en sus brazos y se refugi detrs de Moiss. Grande, barbudo,ancho de pecho, ste tena aspecto de atleta.

    Debemos ocultarnos implor.Es intil.Si son beduinos, nos matarn; si son egipcios, te detendrn.No seas miedosa.Moiss permaneci inmvil, pensando en sus aos de estudios en la Universidadde Menfis, durante los que haba sido instruido en la sabidura de los egipcios,

    mientras viva una profunda amistad con el prncipe Ramss, futuro faran. Trashaber ocupado un no desdeable puesto en el harn de Mer-Ur, el hebreo haba hechode maestro de obras en la construccin de Pi-Ramss, la nueva capital de las DosTierras. Al confiarle esta misin, Ramss haba convertido a Moiss en uno de losprimeros personajes del reino. Pero Moiss se senta atormentado. Un fuego abrasabasu alma desde que era joven; y slo cuando encontr la zarza en llamas, que arda sinconsumirse, desapareci el dolor. El hebreo haba descubierto por fin su misin.

    Los jinetes eran beduinos. A su cabeza iban, Amos, calvo y barbudo, y Baduch,alto y delgado, los dos jefes de tribu que haban mentido a Ramss, en el paraje deKadesh, para atraerle a una trampa. Los hombres se colocaron en crculo alrededor deMoiss.

    Quin eres?Mi nombre es Moiss. He aqu a mi mujer y mi hijo.Moiss... Eres el amigo de Ramss, el alto dignatario culpable de un crimen

    que huy al desierto?Ese soy yo.Amos descabalg y se dirigi al hebreo.Entonces estamos en el mismo bando! Nosotros tambin combatimos contra

    Ramss, el hombre que fue tu amigo y quiere hoy tu cabeza.El rey de Egipto sigue siendo mi hermano afirm Moiss.

    Divagas! Su odio no deja de perseguirte. Beduinos, hebreos y nmadas tienenque aliarse con los hititas para derribar al dspota. Su fuerza se ha hecho legendaria,Moiss; ven con nosotros y acosemos a las tropas egipcias que intentan invadir Siria.

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    No voy al norte sino al sur.Al sur? se extra Baduch, suspicaz. Adnde quieres dirigirte?A Egipto, a Pi-Ramss.Amos y Baduch se miraron estupefactos.Te ests burlando de nosotros? pregunt Amos.Os digo la verdad.Pero... Sers detenido y ejecutado!Yahv me proteger. Debo sacar a mi pueblo de Egipto.Los hebreos fuera de Egipto... Te has vuelto loco?Esa es la misin que Yahv me ha confiado, esa es la misin que llevar a

    cabo.Baduch descabalg a su vez.No te muevas, Moiss.Los dos jefes de tribu se alejaron para dialogar sin que el hebreo los oyera.Es un insensato estim Baduch; su larga estancia en el desierto ha

    arrojado su espritu en la demencia.Te equivocas.Equivocarme yo? Ese Moiss es un loco, est claro.No, es un hombre astuto y decidido.Ese infeliz, perdido en una pista del desierto con una mujer y un nio...

    Magnfica astucia!S, Baduch, magnfica. Quin va a desconfiar de un miserable como este? Pero

    Moiss sigue siendo muy popular en Egipto y piensa fomentar una rebelin de loshebreos.

    No tiene posibilidad alguna de conseguirlo! La polica del faran no se lopermitir.

    Si le ayudamos, podra sernos til.Ayudarle... De qu modo?

    Hacindole atravesar la frontera y procurando armas a los hebreos.Probablemente sern exterminados, pero habrn sembrado el desconcierto en Pi-Ramss.

    Moiss respiraba a pleno pulmn el aire del Delta; aunque ahora se habaconvertido en su enemiga, esa tierra le hechizaba todava. Debera odiarla, pero laternura de los cultivos y la suavidad de las palmeras le maravillaban, recordndole elsueo de un muchacho, amigo y confidente de un faran de Egipto, un sueo queconsista en permanecer toda una vida junto a Ramss, en servirle, ayudarle atransmitir el ideal de verdad y de justicia que haba alimentado a las dinastas. Peroaquel ideal perteneca al pasado; en adelante, sera Yahv quien guiara los pasos deMoiss.Gracias a Baduch y Amos, el hebreo, su mujer y su hijo haban penetrado enterritorio egipcio durante la noche, evitando las patrullas que circulaban entre dosfortines. Pese a su miedo, Cippora no se haba opuesto; Moiss era su marido, ledeba obediencia y le seguira a donde fuera.

    Con la salida del sol y la resurreccin de la naturaleza, Moiss sinti que suesperanza se fortaleca. Aqu librara su combate, fueran cuales fuesen las fuerzas quese le opusieran. Ramss tendra que comprender que los hebreos exigan su libertad ymanifestaban el deseo de formar una nacin, de acuerdo con la voluntad divina.

    La pequea familia se detuvo en aldeas donde, como de costumbre, se recibacon benevolencia a los viajeros. El modo en que se expresaba Moiss demostraba que

    era egipcio de nacimiento, y los contactos con los aldeanos se vean as facilitados. Deetapa en etapa, el hebreo, su mujer y su hijo llegaron a los arrabales de la capital.Yo constru buena parte de esta ciudad le dijo a su esposa.

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    Qu grande y hermosa es! Viviremos aqu?Por algn tiempo.Dnde nos alojaremos?Yahv proveer.Moiss y los suyos penetraron en el barrio de los talleres, donde reinaba una

    intensa actividad. El ddalo de callejas sorprendi a Cippora, que aoraba ya laapacible existencia de su oasis. Se voceaba, se gritaba por todos lados; carpinteros,sastres y fabricantes de sandalias trabajaban con ardor. Asnos cargados con jarrasllenas de carne, pescado seco o quesos avanzaban sin prisa.

    Ms all se encontraban las casas de los ladrilleros hebreos. Nada habacambiado. Moiss reconoca cada morada, oa los cantos familiares y dejaba que en lnacieran recuerdos donde la revuelta se mezclaba con el entusiasmo de la juventud.Se haba detenido en una plazuela en cuyo centro haba un pozo cuando un viejoladrillero le mir cara a cara.

    Te conozco, t... Pero... No es posible! No sers el famoso Moiss?Lo soy.Te creamos muerto!Os equivocabais dijo Moiss sonriendo.Cuando t estabas aqu, los ladrilleros ramos mejor tratados... Los que

    trabajan mal se ven obligados a procurarse personalmente la paja. T habrasprotestado! Te das cuenta? Obligados a procurarse paja! Y cuantas discusiones paraobtener un aumento de sueldo.

    Tienes al menos una vivienda?Querra una mayor, pero la Administracin retrasa mi demanda. Antao, me

    habrais ayudado.Te ayudar.La mirada del ladrillero se hizo suspicaz.No te acusaron de un crimen?

    En efecto.Segn dicen mataste al marido de la hermana de Ramss.Un chantajista y un torturador record Moiss. No pensaba suprimirle, pero

    el altercado fue por mal camino.De modo que le mataste... Te comprendo, sabes!Aceptaras alojarnos, a mi familia y a m, por esta noche?Sed bienvenidos.

    Cuando Moiss, su esposa y su hijo se hubieron dormido, el viejo ladrilleroabandon la yacija y, en la oscuridad, camin hacia la puerta que daba a la calle. Alabrirla, emiti un chirrido. Inquieto, el ladrillero permaneci inmvil un rato. Segurode que Moiss no se haba despertado, se desliz hacia el exterior. Si denunciaba alcriminal a la polica, obtendra una buena recompensa. Apenas haba dado algunospasos por la calleja cuando una poderosa mano le peg a la pared.

    Adnde ibas, canalla?Me... Me ahogaba, necesitaba aire.Pensabas vender a Moiss, no es cierto?No, claro que no.Mereceras que te estrangulara.Djale orden Moiss apareciendo en el umbral de la casa; es un hebreo,

    como nosotros. Quin eres t, que as me ayudas?Mi nombre es Aarn.

    Era un hombre de edad, pero vigoroso; tena una voz grave y sonora.Cmo has sabido que me encontraba aqu?

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    Existe alguien, en el barrio, que no te haya reconocido? El consejo de ancianosdesea verte hoy.

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    Benteshina, el prncipe de Amurru, tena un delicioso sueo. Una joven noble,originaria de Pi-Ramss, completamente desnuda y perfumada con mirra, trepaba porsus muslos como una liana de amor. De pronto, vacil y comenz a bambolearse,como un navo a punto de zozobrar. Benteshina se agarr a su cuello.

    Seor, seor! Despertad!Cuando el prncipe de Amurru abri los ojos descubri que estaba a punto de

    estrangular a su mayordomo. La luz del alba iluminaba la habitacin.Por qu me molestas tan temprano?Levantaos, os lo ruego, y mirad por la ventana.Vacilante, Benteshina sigui las recomendaciones de su sirviente. El peso de sus

    blandas carnes le molestaba al caminar. Ni el menor resto de bruma en el mar: el dase anunciaba esplndido.

    Qu debo mirar?La entrada del puerto, seor!Benteshina se frot los ojos. En la entrada del puerto de Beirut haba tres navos

    de guerra egipcios.Y las vas de acceso por tierra?Cerradas tambin; se ha desplegado un enorme ejrcito egipcio! La ciudad

    est sitiada.Se halla en buen estado Acha? pregunt Benteshina.El mayordomo agach la cabeza.Se le encerr en un calabozo, como vos ordenasteis.Tremelo!

    El propio Ramss haba alimentado a sus dos caballos, Victoria en Tebas y Ladiosa Mut est satisfecha . Los dos soberbios animales nunca se separaban, unidostanto en el combate como en la paz. Ambos apreciaban las caricias del monarca y nodejaban de relinchar con orgullo cuando ste les felicitaba por su valor. La presenciade Matador , el len nubio, no les inspiraba el menor temor; acaso no se habanenfrentado, en compaa de la fiera, a miles de soldados hititas?

    El general del ejrcito de Ra se inclin ante el rey.Majestad, el dispositivo se ha emplazado ya. Ni un habitante de Beirut puede

    escapar. Estamos listos para atacar.Interceptad todas las caravanas que pretendan entrar en la ciudad.Debemos preparar un asedio?Es posible. Si Acha sigue vivo, le liberaremos.Sera una suerte, majestad, pero la vida de un solo hombre...La vida de un solo hombre es, a veces, preciosa, general.Ramss pas toda la maana con los caballos y el len. Su tranquilidad le pareci

    de buen augurio; de hecho, antes de que el sol llegara a lo ms alto de su carrera, elayuda de campo del rey le llev la noticia que esperaba.

    Benteshina, el prncipe de Amurru, solicita audiencia.

    Vestido con una amplia tnica de seda multicolor que ocultaba su panza,perfumado con esencia de rosa, Benteshina pareca sonriente y relajado.

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    Salud, oh, Hijo de la Luz, al...No me apetece escuchar los halagos de un traidor.El prncipe de Amurru no perdi su aparente buen humor.Nuestra entrevista debe ser constructiva, majestad.Elegiste mal vendindote a los hititas.Tengo un argumento decisivo: vuestro amigo Acha.Crees que su presencia en un calabozo me impedir arrasar la ciudad?Estoy seguro. Acaso no alaban todos los pueblos el sentido de la amistad de

    Ramss el Grande? Si un faran traicionara a sus ntimos provocara la clera de losdioses.

    Sigue vivo Acha?Lo est.Exijo una prueba.Vuestra Majestad ver a su amigo y ministro de Asuntos Exteriores en lo alto

    de la torre principal de mi palacio. No niego que la estancia de Acha en prisin, porintento de fuga, haya podido causarle ciertas molestias fsicas, pero nada grave.

    Qu exiges a cambio de su libertad?Vuestro perdn. Cuando os entregue a vuestro amigo, olvidareis que os hetraicionado y haris pblico un decreto afirmando que segus confiando en m. Es

    mucho, lo admito, pero necesito salvar mi trono y mis modestos bienes. Ah... Si se osocurriera la lamentable idea de hacerme prisionero, vuestro amigo sera ejecutado,claro.

    Ramss permaneci largo rato silencioso.Necesito reflexionar dijo con calma.Benteshina slo tema una cosa: que la razn de Estado prevaleciera frente a la

    amistad. La vacilacin de Ramss le hizo temblar.Necesito tiempo para convencer a mis generales explic el rey; crees que

    es fcil renunciar a una victoria y perdonar a un criminal?

    Benteshina se tranquiliz.No es criminal un trmino excesivo, majestad? La poltica de alianzas es unarte difcil; puesto que pido perdn, por qu no olvidamos el pasado? Egiptorepresenta mi futuro y dar pruebas de mi fidelidad, no lo dudis. Si me atreviera,majestad...

    Qu pasa?La poblacin y yo mismo veramos con malos ojos un bloqueo de la ciudad.

    Estamos acostumbrados a vivir bien y la entrega de vituallas forma parte de nuestropacto. A la espera de que redactis vuestro decreto y que l pueda ser liberado, elpropio Acha se sentira feliz de ser bien alimentado.

    Ramss se levant. La entrevista haba terminado.

    Ah, majestad... Si pudiera saber cunto durar vuestra reflexin...Unos das.Estoy convencido de que llegaremos a un acuerdo tan beneficioso para Egipto

    como para la provincia de Amurru.

    Ramss meditaba frente al mar con el len tendido a sus pies. Las olas iban amorir junto al rey, unos delfines jugaban en mar abierto. El viento del sur soplaba confuerza. Seta se sent a la diestra del monarca.

    No me gusta el mar, no tiene serpientes. Y ni siquiera se ve la otra orilla.Benteshina me somete a una extorsin.Y vacilas entre Egipto y Acha.

    Me lo reprochas?Te reprochara lo contrario, pero conozco la solucin que debes adoptar, y nome gusta.

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    Tienes algn proyecto?Por qu turbar, si no, la meditacin del seor de las Dos Tierras?Acha no debe correr riesgo alguno.Me pides demasiado.Hay alguna posibilidad real de que tengas xito?Una, tal vez.

    El mayordomo de Benteshina procuraba satisfacer los incesantes deseos de sudueo. El prncipe de Amurru beba mucho y slo soportaba los mejores caldos;aunque la bodega de palacio se aprovisionaba sin cesar, los numerosos banquetes lavaciaban rpidamente. De modo que el mayordomo aguardaba con impaciencia cadaentrega.

    Cuando las tropas egipcias sitiaron Beirut, estaba esperando la llegada de unacaravana que deba entregar en palacio un centenar de nforas de vino tinto delDelta. Benteshina exiga ese vino y no aceptaba otro. Cul no sera la satisfaccin delmayordomo al ver entrar en el gran patio una hilera de carros cargados con nforasde vino! As pues, haban levantado el sitio. Gracias a su extorsin, Benteshina habavencido a Ramss.

    El mayordomo corri al encuentro del conductor del primer carro y le dioinstrucciones: parte de las jarras a la bodega, otra a la despensa cercana a la cocina yuna tercera a la alacena contigua a la sala de banquetes. Comenz la descarga,acompasada por canciones y chanzas.

    Tal vez podramos... probarlo? sugiri el mayordomo al jefe del convoy.Buena idea.Ambos hombres entraron en la bodega. El mayordomo se inclin hacia una jarra,

    imaginando el sabor afrutado de aquel caldo. Mientras acariciaba el panzudo vientrede la vasija, un violento golpe en la nuca le derrib.

    El jefe de la expedicin, un oficial del ejrcito de Ramss hizo salir de las jarras aSeta y los dems miembros del comando. Provistos de ligeras hachas de dorso vaco,fabricadas con tres espigas sobresalientes hundidas en el mango y slidamentefijadas, suprimieron a los guardias libaneses, que no aguardaban un ataque desde elinterior.

    Mientras algunos miembros del comando abran la puerta principal de la ciudad,dando entrada a los infantes del ejrcito de Ra, Seta corri hacia los aposentos deBenteshina. Cuando dos libaneses intentaron cerrarle el paso, solt unas vborasfuriosas por haber permanecido mucho tiempo metidas en un saco. En cuantoBenteshina vio el reptil que blanda Seta, empez a babear de miedo.

    Libera a Acha o morirs.Benteshina no se hizo de rogar. Tembloroso, jadeando como un buey fatigado,

    abri personalmente la puerta de la habitacin donde estaba encerrado Acha. Cuandocomprob que su amigo estaba a salvo, Seta se sinti tan conmovido que hizo ungesto involuntario: su puo se abri y, libre, la vbora salt hacia Benteshina.

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    Dirigindose dulcemente hacia los cincuenta, delgada, con la nariz fina y recta,grandes ojos almendrados, severos y penetrantes, la barbilla casi cuadrada, Tuya, lareina madre, segua siendo la guardiana de la tradicin y la conciencia del reino deEgipto. A la cabeza de un numeroso personal aconsejaba sin ordenar, pero velaba porel respeto de los valores que haban convertido a la monarqua egipcia en un rgimeninconmovible, puente entre lo visible y lo invisible.

    Ella, a quien las inscripciones oficiales denominaban la madre del dios, que diovida al toro poderoso, Ramss, viva en el recuerdo de su difunto marido, el faranSeti. Juntos haban edificado un Egipto fuerte y sereno que su hijo tena el deber demantener en el camino de la prosperidad. Ramss tena la misma energa que supadre, la misma fe en su misin; y nada le importaba ms que la felicidad de supueblo.

    Para salvar Egipto de la invasin, haba tenido que guerrear contra los hititas.Tuya haba aprobado la decisin de su hijo, pues pactar con el mal slo conduca aldesastre. Combatir era la nica actitud aceptable. Pero el conflicto duraba demasiadoy Ramss no dejaba de correr riesgos. Tuya rezaba para que el alma de Seti,convertida en estrella, protegiera al faran. En su mano derecha sostena el mango deun espejo que tena la forma de un tallo de papiro, jeroglfico que significaba serverdeante, floreciente, joven; cuando el precioso objeto era depositado en unatumba, aseguraba al alma de su propietario una eterna juventud. Tuya orient eldisco de bronce hacia el cielo y pregunt al espejo el secreto del porvenir.Puedo molestaros?

    La reina madre se volvi lentamente.Nefertari...La gran esposa real, con su largo vestido blanco ceido al talle por un cinturn

    rojo, estaba tan hermosa como las diosas pintadas en las paredes de las moradas deeternidad de los Valles de los Reyes y las Reinas.

    Nefertari, me traes buenas noticias?Ramss ha liberado a Acha y recuperado la provincia de Amurru; Beirut est de

    nuevo bajo control egipcio.Las dos mujeres se abrazaron.Cundo regresa?Lo ignoro repuso Nefertari.Mientras las dos mujeres seguan hablando, Tuya se sent a su mesa de

    maquillaje. Con la yema de los dedos se dio un masaje en el rostro utilizando unapomada cuyos principales componentes eran miel, natrn rojo, polvo de alabastro,leche de burra y semillas de fenogreco. El remedio haca desaparecer las arrugas,afirmaba la epidermis y rejuveneca la piel.

    Ests preocupada, Nefertari.Temo que Ramss haya decidido seguir adelante.Hacia el norte, hacia Kadesh...Hacia una nueva trampa que le tender Muwattali, el emperador hitita.

    Permitiendo que Ramss reconquiste, con mayor o menor facilidad, los territoriospertenecientes a nuestra zona de influencia, no estar el anatolio atrayendo anuestro ejrcito a una celada?

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    C h r i s t i a n J a c q R a m s s 4 L a d a m a d e A b u S i m b e l

    Los jefes de tribu se haban reunido en la vasta morada de ladrillos crudos deAarn. Haban impuesto silencio a todos los hebreos; de ello dependa la seguridad deMoiss, cuyo regreso deba ignorar la polica egipcia.

    Moiss segua siendo popular; muchos confiaban en que sabra, como antao,dar prestigio al pequeo pueblo de los ladrilleros. Pero no era esa la opinin de Libni,el superior nombrado por sus iguales para mantener una relativa cohesin entre losclanes.Por qu has vuelto, Moiss? pregunt el anciano de voz rugosa.

    En la montaa vi una zarza ardiendo que no se consuma.Una ilusin.No, el signo de la presencia divina.Ests perdiendo la cabeza, Moiss?Dios me llam a la zarza y me habl.Los ancianos murmuraron.Qu te dijo?Dios ha odo las quejas y los gemidos de los hijos de Israel, sometidos a la

    servidumbre.Vamos, Moiss, somos trabajadores libres y no prisioneros de guerra.Los obreros no son libres en sus actos.Claro que s! Pero adnde quieres llegar?Dios me dijo: Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo de Israel, rendiris

    culto a Dios en esta montaa.Los jefes de las tribus se miraron consternados.Salir de Egipto! exclam uno de ellos. Qu significa eso?Dios ha visto la miseria de su pueblo en Egipto, quiere liberarlo y conducirlo

    hasta una regin vasta y frtil.Libni se indign.Tu exilio te ha hecho perder la cabeza, Moiss. Nos instalamos aqu hace ya

    mucho tiempo, t mismo naciste en Egipto, y este pas se ha convertido en nuestrapatria.He pasado varios aos en Madian, trabaj all como pastor, me cas y tuve un

    hijo. Estaba convencido de que mi existencia haba dado un giro definitivo, pero Diosha decidido otra cosa.

    Te ocultabas despus de haber cometido un crimen.Mat a un egipcio, es cierto, porque amenazaba con matar a un hebreo.Nada puede reprocharse a Moiss intervino un jefe de tribu; ahora nos toca

    protegerle.Los dems miembros del consejo lo aprobaron.Si deseas vivir aqu declar Libni, te ocultaremos; pero debes abandonar

    tus insensatos proyectos.Sabr convenceros, uno a uno si es necesario, pues esta es la voluntad deDios.

    No tenemos la intencin de abandonar Egipto afirm el jefe ms joven;poseemos aqu casas y huertos, los mejores ladrilleros acaban de recibir un aumento,todo el mundo puede comer. Por qu abandonar esa comodidad?

    Porque debo llevaros a la Tierra Prometida.No eres nuestro jefe y no nos dictars nuestra conducta objet Libni.Obedecers porque Dios lo exige.Sabes con quin ests hablando?No tena la intencin de ofenderte, Libni, pero no tengo derecho a disimular mis

    intenciones. Hay algn hombre lo bastante vanidoso como para creer que suvoluntad es ms fuerte que la de Dios?Si eres realmente su enviado, tendrs que probarlo.Abundarn las pruebas, no lo dudes.

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    Tendido en una cmoda cama, Acha se dejaba dar un masaje por Loto, cuyasacariciadoras manos disipaban dolores y contracturas. La hermosa nubia, pese a unaaparente fragilidad, daba pruebas de sorprendente energa.

    Cmo os encontris?Mejor... Pero en la parte baja de los riones, el sufrimiento sigue siendo

    intolerable.Pues tendrs que tolerarlo! gru la voz de Seta, que acababa de entrar enla tienda de Acha.Tu mujer es divina.Tal vez, pero es mi mujer.Seta! No estars imaginando que...Los diplomticos son astutos y mentirosos, y t ms que ninguno de ellos.

    Levntate, Ramss nos aguarda.Acha se volvi hacia Loto.Podis ayudarme?Seta agarr violentamente a Acha del brazo y le oblig a ponerse en pie.Ya ests recuperado. No necesitas masaje!El encantador de serpientes tendi al diplomtico un taparrabos y una camisa.Apresrate, al rey le horroriza esperar.

    Tras haber nombrado un nuevo prncipe de Amurru, un libans educado enEgipto cuya fidelidad no sera, tal vez, tan fluctuante como la de Benteshina, Ramsshaba procedido a una serie de nombramientos en Fenicia y Palestina. Quera que losprncipes, los alcaldes y los jefes de aldea fueran autctonos que se comprometieran,por juramento, a respetar su alianza con Egipto. Si no cumplan su palabra, laintervencin del ejrcito egipcio sera inmediata. A estos efectos, Acha haba puesto apunto un sistema de observacin e informacin del que esperaba mucho: presenciamilitar escasa, pero red de corresponsales bien remunerados. El jefe de la diplomaciaegipcia crea en las virtudes del espionaje.Ramss haba desplegado un mapa de Oriente Medio en una mesa baja. Losesfuerzos de sus tropas se vean recompensados: Canan, Amurru y Siria del Surformaban, de nuevo, una vasta zona interpuesta entre Egipto y el Hatti. Era lasegunda victoria que Ramss obtena sobre los hititas. Ahora deba tomar unadecisin vital para el porvenir de las Dos Tierras.

    Seta y Acha, menos elegante que de costumbre, hicieron por fin su entrada enla tienda del consejo donde se haban acomodado generales y oficiales superiores.

    Han sido desmanteladas todas las plazas fuertes enemigas?S, majestad dijo el general del ejrcito de Ra; la ltima, la de Shalom,

    cay ayer.Shalom significa paz precis Acha. Ahora, la paz reina en estas regiones.Debemos proseguir hacia el norte, apoderarnos de Kadesh y dar un golpe

    definitivo a los hititas? pregunt el rey.Ese es el deseo de los oficiales superiores declar el general; debemos

    completar nuestra victoria exterminando a los brbaros.No tenemos posibilidad alguna de lograrlo estim Acha; una vez ms los

    hititas se han replegado a medida que bamos avanzando, sus tropas estn intactas yestn pre