johnson, david church. “impacto social de la guerra de los mil días: criminalidad”
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JOHNSON, David Church. “Impacto Social de la Guerra de los Mil Días: Criminalidad” en Revista de la UIS Humanidades, Bucaramanga, Vol. 24, No. 2, julio-diciembre de 1995TRANSCRIPT
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D¡v¡n C. Jour.¡soxUx¡vrssmlo or Aurent¿r
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¡Vcnlón c¡rtallrn¡ 4o Arm¡ldo M¡rt¡r¡c¡ G¡¡nlc¡.8¡tó ¡rtlcuio fuoorlglnntmcnte prcrentrdo como.poncs¡la ¡ntr lt reunlón rnu¡l rlc'fhc Soutb-crn I llrtg¡lc¡l A¡rochtlon que rc rerliró en I oulrvllle (Kentucky, t ISA) el t 0 dc
novle¡nbrc de 1994, El rutorqulcrc c¡p¡c¡rrtu Srrtllüd r llumbcrto Yanegtr'cqcrrgado dcl Archlvo III¡tórlco Rcglonrl dc b llls' por todl h colaborlclóny irmrbllldld quc tc b¡lndódunnle l¡épcr dch invcttl3rclónquo hho poriblcc¡la icrlo.
Rcv. I lun¡eni¡l¡dor ' lluc¡rrmrnSr (hlo¡¡¡bi¡, ?4{2}: I .l-21 Julir¡-l )icicn¡bre dc l 9¡)5
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RT],SUMr;N
Pcsc a quc la Guerra de lqs Mil Dias sc da por terminadacon la firma del Tratado del Wisconsin, el estado de
irrtrnnquilidad y violcncia enlrc las gentcsdc Santandcrscniantuvo durantc toda la primcra década dc cstc siglo. Lavaricdad dc la criminalid¡d frieinüi'efirpffien ella, pero
cir cstc¿rticulo sólo sc exa*i:* ¡g: crlmcncs calificadosco¡no g,ravcs, scgún una clasilicación qpe.pgpr-oponc. Lose.icmplos escogidos para iluslrar intentan demostrar que
cSta guerra, y cl consigpicntecolapso económico ypolltico.nl:rrcan una ctapa crucial cn cl dcsarrollo dc los modclos
db la violcncia colo¡nbiana.I
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f lumrnirl¡dcs - llucrramrngr Colombia. 2.t(2): 11.21 Julio-l)icicmbrc dc l9)j l4
ST'MMARY
ln spitc of thc fact that the Wa¡ o[ the Thousand Days was
cndcd with thc Treaty of Winsconsin, the statc of unrest
and violcnce among the people of Santandcr continucd
.,drring all üe first d$qadg gf this century. Criminalitv inthls pcriod wab ve¡iff, hwever in this article only lrimcsconsidcrcd scrious will bc examined according to a
proposcd classification. Thc cxamples uscd hcrc as
illustrations try to demosüate that this war and the
conscquenl economic and poliücal collapse show a crucia
, stg¡gc'in thc do,clopmcnt of thc violencc modcis in+Colornbia.
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I
La Guerra de los Mil Días, la más larga y bnrtal de
la historia colombiana postcrior a la Indepcndencia,
comenzó el'l? de octubre de 1899'en el nororiental
Departamento de Sanundcr. Y no sÓlo two alli su inicio,pues Santander fue además el escenario dc la batalla más
sangfiurfa,libraü en Palonegrodurantcel mes de mayo de1900, y dc la'mayor palc de los más intensos combates
guerrillcros. El hccho dc que Santandcr hubicsc sido el
lbco tls cstu gucmt ¡ro dcbc cxlrallar, dado quc ¡¡l hnbcr
tcnido dicha.región la mayor importancia nacional cn la'producción decafé a gran escaladebió soportarcon mayor
inténsidad tos efectos de la cafda de los precios mundiales
def grano que, unidos a los producidos por la excesiva
emisióndepapel mbneda, la inflación, elregionalismo, las
poltticaspartidisasy losdrástims cambiossociales, jugaron
un papel en el advenimiento de la guerrar'
La natrualeá de esta guerra produjo un impacto
profundo en Colombia, y especialmente en Santander.Aunque técnicamente ésta puede considerarse terminada
cbn la firnü del Tratado del Wisconsin, el 2 I de noviembre
dc 1902, el ordcn no fue efectivámente restablccido cn
Santandér sino hasta el l0 de enero dc 1904, c inclusgla
irl tranquilidad seprolongó eir algturas áreas h¿sa diciembrc
¿! t mSt. En cicrto sentido, pudo tratarse más bicn dc una
guerra de dos mil dlas.
'poi pornplcto entre I 899 y I 904, rcstableciéndoSe solanrentc
aircdcdordc I 9 I I . Esto s¡gnifica que sc prcscntaron largas
demoras en el funcionamiento dcl sistcmajudicialc incluso
'¿u¡a¡rte un período dc tienrpo puede dccirse que ningún'juzgado pudo operar. El sistcma dc tnrnsirortc colapsÓ,
dado quc no pudo proporcionarse el manteni miento debido
n'las carrcteras y a los Puentes, y las nrulas y caballos,
cspnciales para el tráfico comcrcial, fucrsn apropiadas
phra satisfacer las necesidades de la grená' El comcrcio
mismo rcsult6 parali'zado por el limitado y costoso cródito
que corespondla a una atmósfcra dc inscguridad. La
destrucción y el abandono dc las plantaciones dc café
tüvicron un serio efccto sobre un árca quc lrabía sido
{cdicada porcoluplcto a cllas. Con la caidn dc los salarios,
lós jo¡nalcros no puclieron seguir adquiricndo mits los
víveres que se importaban dc otras zonasa. Alredcdor dcl
¡l'rtr un clrn¡cn mó¡ ¡tcbllsdo dc lo¡ orl8cnel de lr gucrrr ¡cr DlYid (l'Joinron: "Ia quc bho y no bl¡o tl crfé: lan orlgcncr rc¡loul€l dc h (;ucr{dc lm Mll Dfr¡'i. En; Rcvbt¡ ltumrnldidc¡ Ul$, XX,l (cncro-Junlo l99l)' pP'
77-U.¡(-'fr. llrnerto teldcrrlrnt llcnltcr: "Srnt¡ndtr, foco dt ¡ubvcr¡ló¡r"' $n:
t:tltllttH"ánT:pt;'"*¡,1,n;'.u,,1xlt'n:$;*Tli*o'1,"r'"?if)¿"t;,i,11;0. troo.
Ch. Archho (;c¡te rll dc lr Nrclón(cn ¡delrnlccl(¡do culro 'l(;N),I'uPChr dc
I'fóipcfo l¡¡n¿On, csjr¡ l', lt¡. I' doc ll.
Itcv. llunr¡nid¡dcr - llucrrumrnga ('olonrbi¡. 24(2): I 1-21 Julio-l)icicrnhrc rlc 1995
(iirón, l'rtfrcturr d. liolo, ctrJr .l?J, f. 215. :
año l90l solamente el 20% dc la población sc cncontraba
traba¡iando, y el propio gencral Pinzón sc vió obligado a
Las gentes vivieron en un estado ile tcrrory
resentimiento que se prolongó durante ur largo ti{mpo;;Ñ;il;riio.ou'¡u gt erra. un pcriódico?n"io i"1906 quc cl gobicrno y sus gobernados sc hnblan
acostumbrado a "vivirde la guerra". Las expropiacio¡tcs y
los saqucos se convifieron en la norma de un estado de
desorden general y anarqula', y la guerra civil llegó a
convertirse en el estado nomral de la vida?. Los hombresjóvenes, incluidos los que no participaron enlos combates,
iuvieron que dejar los puebds überales bajo el cont/ol de
los agentes del gobierno conseryador, movilizándose lnciaotros lugares en busca de üerras I trabajo. Sólo rui¡as ydesolación podían ser enconEadas por doquier quc se
gúrara¡. Para el año 1907 el que alguna vez habfa si[o c'próspero municipio de Rionegro estaba virtualmcnte
informar que las tropas de anlbos bandos lo lcnia¡r 'f casi
loco con cl pillaje"r.
abandonado, quedando en él como habitantes sólo las
mujeres, los ancianos y los niñost.
estudiados.
En estas circuoshncias dc tlcsiittcgriicióneconémieay social, unidas a la incapacidad de los ngcntis€statale¡ para actuar durantc e inmediatanontg después d
la guerra (1899-1910), la variedad dc la crinúnalidad fuarnplia. Sin embargo, el objeto de este ensayo se rdduc
sólo los crímcncs que fucrott calificados clc gravcs, $or; lo
cual fucron couocidos pore¡ ¡,rzgado Superior dc $otir tlu
estaba sitr¡ado euBucar¿rnatga. Dc estc modo, los crtlücnc
"rnenudos", quc era¡¡ dc la conrpetencia dc los inspcctorc
dc policía localcs, debcn'ser olrjcto cle otra invcstigabiÓn.
Lacuantificaciónprecisade agucllos no esaúnsusceptitllcdc serrcalizad4, ya quc cl Arclúvo Judieial dcBuc¿rruttlang
sólo lrasido áttalogadohasta claño de 1900, y la colccciÓr
deta Rwi$aJudicia! se enntenlrp incompletapam lo$ ailo
Los mayores crimcnes cortocidos por cl Juigado
Supcrior fucron los homicidios, los robos y ltulltts (c
cuantias superiorcs a los dos rrril pcsos), los lor¿a¡ni[lrto
tVlnder: lmportrnlc¡ cüett¡ouc¡' I]ogotl, 1901. Courunlc¡clén r!¡ I'ln¿{¡nCa¡rbl¡ncri Chopo, lJ dc fcbrcro dc 1900. Cfr. ACN, I'rpclcr dc l'¡órpcl'lrrró1, c{r lll.
'l¡ Vo¡ dc G¡lón. srn Gll, ?.1 dc m¡ro db 1906.
tlr l'¡2, tluclr¡mrn¡r. l,l dc cncro dc 1905.
't¡ l'¡r. tluc¡r¡mangr,2.l dc dicltmbrc d¿ t904.
eArchivo I li¡lórico lltgionrl dc l¡ tllS (cn rrlellnlc Al lR't llS). 'lurllclrl
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juzgados por cl citado tribímal,'micntras que los casos dcfobo yhurto nariaron entrc cl I 5 y el 20%. Losfor¡¿mientos.
la violcncia y las hcridas variaron entrc cl l0 y l57n en un
hño dado.
Durantc la década posterior a la gucrra los
{romicidios rcprcscntaron entre el 50 y el 607o de los casos
r' Es importante anbtarquc el porccntajc de casos
itcrminaran ahora cn homieidiost0.I
II La falsificación de moncda fue un dclito más
lcxtcndido dc lo quc parecc. especialmcnte entre 190'1 yi t lOl, pero zu cuanüficación sc cncuentra subvalorada cnjcl Juzgado db Santandcr porquc la mayoria dc los casos
icran cnviadós antc el Ministcrio dc Gobicrnott.
Los santaridcrcanos fucron impactados no sólo
ipor cl incrclncnlo dc los críntcncs, sino también por sll
tlc heridas fue mucho más alto en la década de 1890,
inicntms que los casos de robo fueron mucho menorcs. Es'losibléque con la sobrecarga del sistemajudicial los casos
pc hcridas hubiesen sido conocidos por los juzgados
lncnores, o queincluso los casos de heridas leves nunca
hubicscn sido llevados a juicio. También es posible que'con la mayor disponibitidad dc armas de fuego que trajo la
igucrra hubicsc resrltado quc las disputas, quc antcriormcntclcrminaban con hcridas causadas por arma blanca,
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lnucvocaráctci' y pór Ia'audacia' de' los"criminalcs. Alllidondeántcs dc ta gucna se producla un hurto ocasional de
luna mula o dcunas cargas dc café; ahora ocurrlan asaltos
ia ticndas y domicilios particularcs, asl como robos a los
lciudadanos en los caminos, frecuenfemcnte con mano
{' iviolcnth. La rcacción inmediata fuc la derespons¿bilizaralos pobró's y a los dcsempleados; expidiéndose cnlonccs
un:l scric dc dccrctos rclativos a la vagancia. En la ciudad
dc Bucaramanga fucprohibida la mcndicidad, a menos quc
fr¡csc cl rcsultado dc una vcrdadera neccsidad y quc la
pcrsona hubicsc rccibido un pcrmiso del alcaldc. Sin
crnbargo, estos pcrmisos sólo podlan scr cxpcdidos cn
circr¡nstancias cxccpcionalcs'r. El dccrcto 23 dcl primcro
'ol a ll.y¡rtr Judlcbl dtl $ur (!i6orro, No. t6{1, I de octubrc dc 1898' p Sl Ta)
contlcnc un lnfirmtrobrt cl lncrcmcnlo dt l¡ (rr¡ dt crimlnnlld¡d cn S¡nlrndcr'
ItA(lN,.Fondo Mlnb(crlodt(lobltrno,rl, RcbrJrr dt I'rnr,lt¡.5 Bls' 1909-l 9l 5.
No.5797. ff.80-t04.
r'^llR-Ills,Judtchl (ilrón. crJr 161. l. 192.
Rcv. llumeni<lrrlcr - llucrrrmrngr c'olomhir, 2,1(2): l]-2.1 luli0-l)icicmbrc dc 1995
dc abri I dc I 905 acogió una scrie de mandatos que inclulan
ta caplura dc los l'agos encontmdos dcsptrés dc las ntlcvc
dc la nochc. cl arrcsto elc.los trorrachos. la prohibición dc
quc I os lncnorcs cstuv icscn cn krs callcs {cspqés dc las dicz
, dc la nochc y, cl cierrc dc las cantinas y las chicherles a las
nucvc dc la nochcrr.
¡.
.El alcalde dc Lcbrija llcgÓ a.engrgullccerse dlas.rncdidas cocrcilivas tomadas por su oficln4 lai cuales
obligaron a los "vagos y bcqdos',' a hulr:hacia olros pucb
, los!a. Adespccho dela eilormecanüdad denonn4s dictidasésta simp.lémcnteno luvo el efecto es-pe¡ado. E! pe¡ióüco
, l,r Pnz iltfonnó cn,1909 a pus lcctorcs quc Bucqr-Bmnng
habla sido invadida porvagosviciosos yper,nlcioso$, de ta
. suerte que deberían aplicarse m$idas más fpertpq qntracste ".c¿inccr sgciallltr. U4 i¡cremento similar e¡r el.número
de mendigos, ta tn¡yorla d9 ellos del sexg,fqmenhio, fu
registrado en el qcrgano municiplode Zapqtoqat:: Alll, e
, ed-itor de un periódico local observó, que se liabta dádo un
. situación dc Qbundancia dc lrabajadorcq pcrrl cscascz d
traba.jo''.' ,.::
, Los descmpleadgs, escasot.de dinero Bero co
mucho ticmpo;ocioso. fuqron pcrcibi&s socialnrcntq mmladronz-uclos potenclaleso algopeod'. En laopinión deu
alcaldc dc Buca¡amanga,,con sólo.lggrar que los flojosociosos fuescn pucstos a trabajar cqnstn¡cliivámeni
dcsaparcccrfa la, infinidad dc ratcros o, pcqueñodclincrrcntcsle. Silt cmbargo, lodo parccla indicar
. existencia de unavirtual plaga de cacos, de tal modo qu
- los pcriódicos llamabnn a los comcrciantcs,,propiclarios d"
¡rlnlnccncs. agricullorcs v vi:¡jcros a poncrsc cll cstado d
alcrlnt0. Los tcmercs rclaüvos a la dclinqtcnqia c4llcjcr
cstaban fundados cn la realidad, pues en 1906 un gnrpo d
-..personas que se cncontraban cn Bucaramanga haciend
cola frcnte a la vcntanilla dc expcndio de bolctas dcl CircColón tue despojado de su dinero, las joyas y los rcloj es p
dos cacos annados. Atnquc Jesus y Carlps Julio Conlrerapudieron scr gapturados con los objctos.hurtados cn cs
ocasión, lo quc inrportil dcstac¿lr es quc,la audaciil dc cs
asalto cra algo dificil de imaginaruna d{cada anlcstr.
t'lr I'ar, tlutaramungn. No. 3?.8 dc ¡brll dc 1905.I
'"Al lR-UlS, Ju¡llclel (ilrfn, I'rtfcctun dt Solo, t{r ¿ff, fr' I CC-Z0b'
trl¡P¡z,No..254.ldcrntrode 19o9. ' ,:
r'l r fru¡¡rn, ?,rpnlotr, No. l, ,l rh r¡llenrbrr rlc I910.
"la Itrrxur,?,rprl.Kr,No. l. l8 dt r¡llcmbn dt l910'
rtRtvlrtn Azul, llucanmetr¡r, No. I l, ? dt oslubrt ül tfill't'^lIR-tftS, Prtfcdurt rtc Solo. r{r a?J, L '15'l' lnformc dcl rlcaldcllummrngn nl prtftcto. 11 d! t*olto rlt 190?. ' . I .
totll Norlc, (iiorl¡, No. l. l7 dc cntro d¡ 1906. 1
trlr l'rt, llurrmtrrrn¡r, No. 87.2'l dc m¡no dc 1906.
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, Esteestadodecosas nolubía mcjorado al finaliz:rrlaprimera década del siglo. Le Paz comentó que todo el
mundo tenia que rilantener $na vigilancia constante en las
c¿ülcb, el mercado, las liendas c incluso en las puelasdc sus
casas. Eryecialmente preocupante era el númerode chinos
vtgor, sernidcsnudos y nrugricntos, quc dcatnbulaban ¡rorlas palles, frecuonlcrncnte cn bandas¡r. Estos gamincs,cty¡s ulndcs flucluab¡¡n cntrc los dicz. y los quincc aflos.
crun fos hijos abu¡donadosdepadrcsquc lublart r¡tucrto crt
la guerra o que hablan hufdo por razones politicas, y cuyas
nu*es no esiaban en capacidad de mantenerlos. Tarnbiéncra común la existencia de rateros, y no sélo enlre e I grupoinfa¡rtil. Entre éstos alca¡rzó ciorta fama un tal AntonioDlaz, quien sq ganó el eobrenombre de "Mano Muerte" porsu pericia para aliviar a un buen número de señorcs del peso
dc sus carleras, con la ayuda de u¡n damisela cómplice.Éste, un desempleado trabajador agrícola de Ba¡ichara,pudo actuar a sus anchas en las ca¡ltinas de Bucaramanga
por algunos años hasta que su suerte sq agotó y.fue.capturadort. Ya fuera de la ciudad, los viajeros tenian queprcocup:¡rs€por losbandidos y las cuadrillasde malhechoresquc habian rcsr¡ltado del desempleo al que fucron lanzados
los veteranos ds la guera. Aunque la mayoria ejecutünunierosos asaltos annados, se sabede al menos un grupodc bandidos que utilizó métodos más sutiles en la carrctcraa San Gil. Eimul¿ndo serli4ieros, ofrecian a lospasajerosbcbidas c<in susiancias narcot¡zantcs pÍra lucgo, cuanclo la
droga habia surtido cfecto, dbspojarlos dc todas sus
pcrtenencias, incluida la ropa. Sólo si este ardid no
funcionaba csqucdcblan rccurrira la fucrz.ar{. Como scvc.
la rpcicnte práctica dc uso dc la bunudalga cn Colombiitno és, entonccs, algo novcdoso..
. En los centros u¡balos también sc i$crc¡ncntaronlos robos y los hurtos. El robo se difercnciaba dcl hufto porla aplicación dc violencia o tucrza eu su cjccución, cjcrcidabicn contra las personas o contra lbs propicdades¡5.
:
, , En la década posterior a la guerra parecc tambiénhaber at¡mentado el número de robos dc baúles. E¡t ut¡as
clrcunstancias en las cuales cxistlan pocas instituciottcsbarlcarias, mucl¡a gcnte aún .our.*obu sus objctos dcvalor en sus casas, denfo de baúles asegurados con llavc.
¡¡l r Plr, Bucrmmrngr, No. 25,1, 2 rtc cne ro dc 1909.
¡tAl fll-lJlS, Judlchl (ilrón, grlr J:t.|, f. Jglt-.|0ó.I
t.l.'P.f rlr, llmnm¡ngr, No. {, 5 dc nrno ¡lc t 90.1.{,¿
¡'Allll-Ul$, !'ondo .ludlclrl dc lio(o, Orlminrlu, 2l), Autor ¡¡f crloculorioi,r906, t .rü.
Rcv. llum¡nid¡dg - llucrrmrngr (lolourhi¡.2{(2): lJ-Z-l Julür'l)icicr¡rh¡c Jc l99J l1
de los lad¡ones, quienes cqperaban hallar dcnt¡o de clfosoro y joyas, si bien la mayorla de las vcces tenlan qucconformarsc conpapel monoda ropa y recucrdos familiarcs.E-n muchas ocasiones resultaba implicado en cl dctito lur
,micn¡bro dc la scrvidu¡nbrc, quicn habla traba¡aÜa paraisupropio bencficio o simplcmente como cómplicc dc unladrón profesional¡', En muchos casos el ingrcso a ta c¡isa
sc realizaba medi¡urtc cl uso dc lafuer¿a, pcro nunca a loscxtrcmosa quc llegó Sixto Garnica, quien robó una casa'cn
Piedecuesüa durante la noche dcl 22 de octubre de t gO4,ldc
propiedad de David Solano. No solamente violentólcldomicilio para su'ingreso,'sino que ademái tuvo,clat¡evimienio de llwaric consigo lapuela frontal de lacasa. Esto, sin embargo, fue la cáusa de su ca.ptura, puei clcornpmdor que le dió por'ella 200.pesos procedió a
instalarla en su casa, permiüendo asl que el señor Solano
Ésrosobjetos seconvirlicron c¡rtonces cn cl bl¡urco favorlto
pudiera reconocerla2?.
:.Más que a ser objeto de los robos, lo s propietarlos
temian ante la posibilidad de,que éstos oci¡rriesen cori cluso de cxlrcma violencia, sucesos que comenzaron a
aumenta¡ su frecuencia. A la media noitt. ¿.1 26 de mriyode 1905, Cayetano Landazábal oyé que golpeaban en supuerta. Cuando elsexagcnario ancianoabrió lapucrta, doshombres enmascarados entraroi y de inmediato iloascsina¡on con sus machetes, dejando herida a su csposa.
Abricron su bául y sc robaron diez nril pcsos cn billctc y
algunasjoyas. Fueron capttnados má$ tardc, cuanto txiltaronde pagar algunas deudas coir los billetes manchadosldc
sangrc. Su confcsié¡r pcnnitió cstablcccr quc hatrlanplancado la acción durantc v¿¡rios dlas, dccldiéndosd alasesinato. del viejo para poder robarlo. Su escogencia scdcbió a que se creía quc éste era muy rico, además dc suava,u.ada edad y al hecho dc que'vivfa en un parajcsolitario. Debc registrarsc quc Ncmoroso Galvis, unoidclos asesinos, fuc una de las cscasas pcrsonas involucradasen algún crimen con anlccedentes criminales prcvios". bncfccó, h abrumadora mayoría de tos criminatesiuzgaüosdelinqulan por vez pdmcra, lo cual exprcsa muy bieri Ia
cco¡lorula y la socÍed:rcl dp la postguera, e¡r l¡r cfralciudad¡utos lomaln¡cntc ho¡raclos h¿¡bfan cncontradd llrnecesidad de rccurrir al crimcn
úVcr por eJcmplo, lr Rcvlrtr Judlclrl dc Srntrndcr @ucrnmun¡r, No. 621.prlmcrodc rgorto dc 1906, pp.4l l-.llt),y AllR-Ltl!l,FondoJurllclrl d.rlmcro dc rgorto dc 190ó, pp. 4 I l -.112), y Al lR-Ltl$, Fondo Jurllclrl d. (¡li{rn,crJr l)7,.ft ltl-246, l.l7-2EJ y 105
iit'llrrlrt¡.1üdlcllldrllnltnndrr, llucrmmlr¡r,No. óJ2.8 dc r¡orto dc 190(, f p.
crJr l)7,.ft ltl-246, l.l7-2EJ y 105.
.il7-ll8
ttRcvhl¡ ,lurllcl¡l rlr Iluclmmrngl, No. 840. 2J rlr rgorto dc I 9l I, pp207t.
I
1070.
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I Lacomunidaddcloscomerciantesbumanguescssc abocó al hecho dc quc tambión clla tcnía quc confrontar
robos quc no hablan acontcciclo antcriormcntc. En un caso
tipico sc vió ónvuclto.Christian Pcter Clausen, un danés
qucfundó la primcra ccn'eccria santandcreana. quicn cl l8dc mal'o dc 1903 informó al alcaldc de Rionegro quc su
alrnhcén hdblá sido hurtido median{C cl proccdimicnto dc
rcnroción dc las tcjas dcl tccho. Lós ladroncs se hablanI I cr, ado una gran varicdad d c t cx til cs y artículos dc mcrceri a.
Iicorcs y ullranrarinoste.
Los funcionnrios pírblicos tnmbién lt¡cron
sorprcrtdidos por la habilidad dc los ladroncs quc sc'
llcvaroncn I 904biéncs dcconsiderablevalordel álmacén
dc ,los comcrcia¡tes libancses Babur tlcrmanosto. La
situación'dó qüc los comerciantes ya n'o éstaban
conlmntando sólo hurlos rcaliz;rdos portadnincs iricxpcrlosfuc conllrmado por un robo quc cjccutó una banda cn un
almrcéndcOcalla. tambiéncn I904. Alli fucsusúaída urra
grancanlidad
dc nrcrcancias, avaluada cn más dc I'cintcmil pcsos, ¡nediante un allanamiento qucdcbió inl'olucrara varias'pcrsona's organizadas y cl uso de hcrr¿micntas
cspccializ:dad'. Alrededor dc 1909 el'periódicb LtPazhablaba dc la inscguridad pcrmandnte cn sücomcntario dc
un robo noctumo dc licorbs'realiz¡do cn uh alntacén
situ¿ldo cn lapñmcrá manz-ana'délá calltdcl Comcrcio cn
Bqcaramanga. En suargrtmintación scflalaba que si no cra
scgura la plaz.a principál dc la ciudad, cntbnccs. ¿.qué lrrgar
Poa.in 5qr1t7"- " l
Ni siquicra la Ofici¡r:i dc ln Tcsorcrla cra ¡'it 'rscgrrra. Lucgo dc un robo acaccido crr 1903 cn ln Oficina
dc ln ll.ccaudación di San Gil, di'dondc sc s{isti:dcronI I (X)0 pcsos, cl infonrrcdc la invcsligación gubcnr,atncnl;rl
sc cncontró con quc rciieirtcfiientc tamblén -Sc habla --
rcaliz¿do una bucna cantidad dc rbbos a los almaccncs
situados a lo largo de la callc rcal, utilizando tócnicas
parccidas!.:
. A rncnor cscala, sc prcscntó una'situación dc
co¡rsl¡urtc incrcmcnto dc losroboi a losbullosdc mcrcancías
dcscargados cn la plaza dcl mcrcadó público".Rcgularnrcntc éstos incluian tcr{itcs y artículos dc mcrccríl.
'"Al lli-l.rlli, Jud, dt Soto, ('rlmlntlcr, 2l), Autor, l9OJ, f.,19.$l r I'rz, llucrr¡n¡ñn1¡, No. lo, I 5 dt Julto dc I 9115.
ilAl lll-UlS, ,lud. d. Sdto, C¡lmlnrt$, 2D. Autor, 1906, f. 47.
Íl¡ l,nt, N¡. 260, lJ dc fcbriioldr 19i",
¡r^(:N, I\llnlt(crlo tlc (iohfcrno, ,l vnrlm, lt¡nJt 18 (5fl.1t )r'f. JFI '3fl9.
sAl lR-l lt$,.1¡¡il,dc Soto,Crlmlnrlc¡,2l)i 1905. Autorlnfcrloculorlor' ff JT-Jll;
Itcvir(n Judlchl dc Srntrndrr, lllrcrrumrn¡r, No. 61J, I 0 de mryo dc I 906' p'
J ¡II,
llunrnnitlndc¡ - llucnrlntnnpl ('ohrnrhir. 2'l(2). I l-;ll lrtlio-l)it:icnrhru tlt lr)"<
cafó r' alimcntos. si bien cl l8 dc julio dc 1904 Faust
Concdor pudo robarsc una caja quc contenla nue
grucsas dc ciganillos.'*valuada cn 2.520 pcsostr.práctica dc robar los hogarcs y los alnraccnes pns
extendcrsc adem$s n los hotefes. l¡tb cscuelás y aim a
casas curale3t6. :. ' )
' Debe cnfaliz.arse no sólo que los roboó sc habíuello más frecuentG, slnb que adcmás 3e dirigibmn ah
hacia nucvos obictivos,'cn;los cualcs resultnbincorporadas sumas mayores, mcJores técnicprofcsiohnlcs y más v¡olcncia. Pcro si la magnilud'dc
robos t los huttds sc hnbln¡r tornudo prcocupllnlcs. p
aún cran las caráclerlsticasy elnúmero'de los homicidLas mu crtcs t' lol cntas pucden 3er a grupadasr de acúerd
contcxlo de su ocurrcncia, en las siguientes categorias
-Muertcs en ticndas y por riñas, cs dccir. producidas
mcdio dc dispútásqucnormalmelrte acontecfan én tienquc cxpcndian bco*idni alcohólicas, tlc'tnl strche'qrrcihvolucrados se ha[abanbajo los efeetos dril consumolicorcs;
\1.
-ll,Iucrtcs porücudrt ¡rendicnte¡, acaecidascn Cl curso
una disputa otigiriada en'el cobro de una deuda o en
difcrcncia por dcrcchos de propiedad;
-Muc¡1es por crímencs pnsionales y fnrr ilinres:-i
-Mucrtcs porpolfticr yla guerrs, osea, lasquc resulta
dircclamcntc dc las afiliacioncs parlidislns. '
Micntms quc las trcs primeras catcgorlascucnln dc los ascsinatos corricnles.quc hnn cihlrridLatinoamérica dcsde los ücmpos imnómorialet't, la úlcatcgoria hacc rcfcrencia a los crlmenes que rcsulta
cnormcmentc exaccrbádos por las calactcrfsticas dgucrra dc losMil Dlas. tmporta másscñalarquecsla gu
cngcndró una'atmésfera tal que resultó intcnsificándvoluntad dc la gcntc por buscar una resolución dcConfllctos por mcdios violcntos; afectando la rehllz'a'dc los asesinatos contemplados en las eategotradicionalcs
''AI Itl I I lS,.lt¡rl. dd Solo,('rhnlnrltr, II), I 0O5.Aulo¡ lñlcrlonrlorlor, ff.
sAlf ll-tll!i,.lud. dt li¡tto. Crlml¡rltr,2O, Autm' 1906, ff' lOl-tO4; A(;lrón, ñl?morl¡16,ceJr 5ü1, f. 5n4; f;l Rt0cJo,Convcnclón, No.2,2Jdtocrlr I 905.
t-l'or eJcm¡lo. rcr ftrr erlurllor rohrc crlmlnnlld*d dc tñ llllrm ll. '
(l)rlnlln¡, llomlclrtt, nnd Rtbtlllon ln (lqlonh! Mcrlcnn Vllln¡cr' litrllniverslty I'r¡1, l9?9. l)lr¡ronlbk vrrlfrr crprñoln dtl F(lli. Mérlco' 1
l,ymer I ^.lohnion ff ht Probl¡m ofOdtrln {lhrn3lngSocle(ler, r\lbuquI 990).
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rcalmente no .eran algo novedoso. Los testimoniosdocumentales sicmpre identiñcan en estos casos la
prcsencia de palabras ofensivas que fueron dichas o de
gcstos hechos en el contexto de una situación de fucrte
conlumo dc chicha, guarapo, agrrardiente o tragos, todo locuai resultaba eiiim¡¡ riña. Con frecuencia son mencionados
algunos ¿ntccedentcs dc la disputa, pcro bastaba u¡r
pcqucllo lnsulto cuando ya se habla bebido ntuclrc pnra
iniciarla. Era-coniente que las partes en disputa fucscn
cohoeidas enlre si, e incluso estrechos amigos, de tal
suerte que sólo en contadas ocasiones resultaba alguien
asesinado por un extraño. Las arrnas usadas podian ser
cuchillos, machetes, garrotss'y piedras, '3i bien puede
rcgistrarse un ma¡cado aumento en el uso de revólvercs,
escopeüas y Remingtons. La gran mayorla de estos
crimenes'scurrlan hacia;,el'atardecer o en la nochq y
regulannente durante los ññes de semaru. Los siguientes
ejefnplos ilusüan las cáractcrísticas de los asesiq.itlosproducidos en las ticndas.
El 2 de julio de 1900 Lucas Suárez, Clententc
Ramlrez y res amigos más abandonaron en Rionegro t¡raticrrdn dcspuds de una noche de uagos y juego dc dados.
Suárce comstzó a quejarscpor lo mucho quc lurbía pcnlido
en eljrrcgo,hasta guercsultódiscutiendo con Ramírez. En
srt posterior confesión dirla quc habia descnft¡ndado el
revólvcr sólo para quitarse dc cncinra al segundo, "sin li¡
mcnor intención de causarle la mucrte". No obsta¡rte, el
juzgado optó mejor por creerle a los testigos del hecho,
quicncs declararon que Sufuczhabla empujadoa Ramircz
:para delnmediato desenft¡ndarsu arma ydispararle cuatro
' "i ,. t
Alredédor de las diez de la noche del 7 de febrcro
dQ 1904, Laureano Bautista llegó a una ticnda situada cn
lit vla que unla a Bucaramañga cbn Floridablcnca. Conro
la pucrta princiilal ya estaba cerrada dcbió ingresar por la
puerta latenil y, una vez adentfo, pidié guarapo, Abdón
Accvctlo iepticü quc ya hablan ccrrado y rccordó a
B¡nrtista quc era "muy duro pant pagnr". Estas palabras
'iiilcia¡on una discusión e¡rtre losdos, ter¡ninando Accvcdo
hbrido en ta cabeza con un tnachete. Cualtdo lá'csposa dc
ésie inrcntó inlervenir, Bautista la golpcó clc trtl rnoclo qucle irrodujo una ruptura vagl9l y la hcmiación dc tocla la
mása intestinal, con su muerte posteriorpoi la infccciónr'.Tipica de cste tipo de fnuertes resultantes de asuntos
aphrcntcmcnte insignificantes fue la de don Mcrcedes
Navas, quicn fue asesinado por lsidoro Arcnas Arévalo'
-
rAl lR -l llS..lud. rtc liolo, (lrlnrhulcr, I D, Aulor l¡lcrlocutorlor, I 905' I 56 5?'
¡'¡ll lll.l llli, Jurl. dc lioto. (lrl¡r¡ , ?l), A utor, I 905, ft 5" é0
Irlllcv. llu¡n¡nid¡dcr - lluoilrnrrnSr (blonrbi¡.2,1(2): l.|-2.1 Julio-l)ieicn¡h¡c rlc l(f)5
I
.....,* i *.*.
Estos dos antigos sc habian pucsto de acucrdo par¿ ir ajuna
tientla a beber y a escucbar,musica dc üples. Despu$ de
que hablan ingerido una abundante eantidad de alcqhol,
rehu$ó a entonaruna canción con é1, asl como a haccrlc cl
favor de abotona¡le elpnño de su camisa. Una,vcz Návas
insulló asu contertulio y lo empujó, al ver que áqucl tcnia
un cuchillo cn la mano debió desenfundar su revólVcr y
dispararlc{. i
i
Enel único caso enconl¡ado en el resultó envdclto
un foraslero, las circunstancias relatadas mcncionanla un
grupo de doce hombres y mujeres que se hallaban c-rl una
ii.n¿u beo-iendo cuando un hombre desconocido, imás. tarde identificado corno Ma¡tln Rincón, entré. Éste pásó a
pedir algo de comer y dc bober, tras lo'cual s€ scnt{. Utr
vecino del lugar, llamado Juan Duarte, ingresó,despüés y
se puso a atender tus prbpios asuntos hasta cuando el
deiconocido se leacercó y tras pregrrntarlc't¿Qué quicre?"lii/ó ta señal de atravesarlc la garganta con s[ filo dc un
cr¡chitlo. De inmodiato, Duale abandonó la üenda, tcmeroso
de lo que pudiese ocurrir, dadb el avanzado estad'o dc
embriaguez dcl forastero. Un rato después de esa noche se
prcscnlaron n$evos incidentcs que culminaron clt ut
altcrcado que enfrcntó al dcsconocido con los vccin{s. A
pesár de que cuatro de los hombres quc se le enfrcn{aron
estaban ar¡ntdos; Rincén logró herir a dÓs de gllos.
Finalmcntc, c¡iút todos lograron somcterlo con los gÓlpcs
que le dieron con'tres Sartotes, dejándolo inconsci'pntc-
Lucrecia Pérez, la adnrinistradora de la ücnda, deplaró
lucgo qui ella hal¡ía inrcrccdido ante sus opositorcs:para
que no lo malaran, puesto que no cra más que "un lgco"Rincón fue tirado entoncds sobre la calle real, donilc a
volver en sí le fueron propinados cn la cabezai l,rcs
planazos de machete y una cuchillada en cl costado. pnospocos momentos rnás tarde, el herido pudo lcvantalsc d
,,uuuopo* t"ingrcsara la ticnda, dondc tornó a pcdiinrásguarspo, alegando'que tenia suficientc con quc pa$arlo
Fde entonces cuando uno clc sus contendores le gotppó e
la cara mierúras lc dccia "¡Totne aqul su gtrampo!l'. D
innrcdiato los dcnús comcnTárou a darlc patatlas ;cn c
cstórnago lrasta,quc expiró. Lucrecia Pércz.'sc cnbargó
entonces de arrastar cl caüáverhasta la calle y dc lippia
la sangrc clcl piso de la ticnda{r, I
ll
Las autoridades se daban perfccta cucntaldc l
infl ucncia del alcohol e¡r tales succsos v iolcntos. Asi,lcn u
mc¡norial OiriliOo al prefecto de Soto,'Francisco Soiz.an
Ñavas rerm¡nO disgustfuidose con Arenas por{ue ésis sc
'Allll-tllii, Jurl. dc Soto, Crlnr', ll), Aulor, 1905, f. J?'
"Al llt'ttlS, Jurllchl ¡le tioto, (lrl¡n., tl), Áutor, f906' ff' 7?-79'
l
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j.l.irii
ascluró que habicndo comctido sus crimcnes la mayoriadc los prcsos que se encontraban en las cárccles cnmomcntos de cmbriagnee, debcrla prohiblrselcs a éstos clacccso al grrarapo; la chicha o el aguardientert. Elgobcnmdor también fuc informado, cuando solicitó una ,
rcl¿ición sobre el nivcl de la criminalidad, de que entre lasmi¡ltiplcs causalcs de etla $c destacaban dos principales:
la primcra, el abuso dc bcbidas alcohólicas, pues a pcsar.
'dc lns mcdidas dictadás poco efccto hablan. tcnido las,lcycs escritas dc los cédigos. La scgunda, clhecho dc qucla rrrayoría dc los hombrcs andaban armados, inclusocuando cstaban dcntro dc la ciudad{. La prensa reconocíaquc si bicn lasdivcrsioncs dc fin dc scmana cran ncccsariasdcspués una semana de üabajo,.también ellas eran laoportunidad para los escandalosos desórdenes que estaban
ocurricndo, Lr,P¡z rcscñó una ruidosa frcsla de artcsanosquc lrabía sido rcalizada durante la nsche del sábadoantcrior,cn Bucaramanga, la cual dejó un saldo dc unmucr.tov doshcridos. El cditoraprobó cntonccs la idca dclcr,atlLar un ccnso dc los buscaplcitos, quicnes podrian scr
cnvindos a coloniaspcnalcs si llcgaban a rcincidir cn susdclitos{'.
'
El Conccio municipal dc Rionegro aprobó cnI 903 un acuerdo dirigido especifi camente a ev itar las riñasy pcleas donde salian a rclucir las arrnas, sabcdor dc qucóstás se ostaban presentando con mucha frecucncia. Lasolución acogida fue simplcmentc la dc ccrrar las ticndastodas las noches,a las nucvg pcro sin pasar al control dclpo(c de armai{r. Por su parte, el Conccjo municipal dcGirón l¡ató dc aliviar:cl problcrna mcdiantc la rcstriccióndcl ní¡mcro dc cstablecimicntos qxpcndcdorcs de licorcsfcnncntadosquc estaban situadoe cn la plaza pública o sus
ccrcanlas, juz.gando quc cllo. "gamntizada la dcccncia.trarquilidad y ordcn dc la plaza y callcs principalcs"ft.
' La segunda catcgoria dc asesinatos, por asuntosdc dcudas o controversias respecto dc una propicdad.dific.rc dc la que scacaba.dc dcscribir por cl hecho dc quc -
la mayorparte dcrtalcs casos ¡o parecchabercstado ligadaaI consumo dc alcohol. Por otfia parte; ninguno dc los casos
cxaminados involucró gtandessumasdedinero, ya quc laspcrsor¡as muricron cn cl curso dcdiscusiones rclacionadascon la dcuda dc uilos cuantos pcsos, of uso dcalguna mula.,
"El ¡urrrpo y lr chlctr l¡rbl¡n rldo prrlr dc h rnclón dhrln. Allll..tll$,.ludlcl¡l d¡ (llrón, I'rtf. dc Solo, cnJr rlTJ,Jullo.l dc 19O7. f. t9.1.
"r¡\l lll-lllli,.lu¡llclnl Clrón, frcl Solo, c¡J¡ dt6, nra¡o l4 dc 19O7, I 59.
{lr Pnr, flucrmmrn¡r, No. 18, frbrcro il dr 1905.
'rAl lR'tItS, Jud. Glrén, cnJe 461, ff. lf9-190,2t ór dlclcmbrt dr t90J.
*^l ll{-tllS, Jud. Glrón, I'rtf- liolo, cnJr {6J. l0 rlc rcpllcmbrr dc l9t}6, f. 64.
Ilcv. llum¡nid¡dcs - llucrramrn¡¡r ('olomhir,24(2): l.l-2.1 JulioJ)icicnrhrc tlc 1995
la vcnta dc scmovienles, alguna botella de licor odcsacuerdo cnl¡c los micmbros de una compañla parproducción dc unos pocos bienes agrlcolas. Coníencpor completo.de que el.sistema judicial podrla tardar aen resolver sus difercncias, las partes en conflictodudaron en recurrir a la fuerz¿. Un indicativb de
, disposición a emplear la violencia es el hecho de
muchas pcrsonas muricron pcse a quc, como los test. dcclara¡on..después, ya h4blan acordado paqar cn el cdc la siguicnte scmana. : '
'I
El 3O dc octubre fl e I !04 Crisóslomo.Garnicaapuflalado cn cl pulnrón, cn cl banio Qucbradl SccBucaranranga, por Luis Mantilla Loz¡no. Éite hacabadg de vendcr dos cargas de pasto.cuando Garnic
, lc accrcó para lratarlo dc lntlrón, hijo. dc pucrccndilgarle otros.epl.tetos que los testigos no pudierccordardespués. En efectotGarnica acusó aMantillahabcrsc llevado el pastoque postcriormentehabi¡¡ vcna Fcnrando Calvctc,.Mantilla rcculó.al rccibirun golp
cl pccho, y al ver córno su contcndor trataba de sacaarma se leanticipó consu daga, hundiéndosela enelpecDespués de ello huyó de la escena del crimen, témerosque los dos amigos de Gamica, quienes también lo ha
acusado dc robo, terminasen por mataflooT. ,,,:l
Tal vez como un reflejo del dgsespgrado estad
"la cconomía,, algunqs discusiones fatales ycisaron sasqntos [an baladlgs como cf de la posesión d.c unas mdc yuca. Durantc los primcros dlas dc la gucrra, en octdc.1899. dos.bucnos amigos, f;cdro Amaya e Is
. Conz.álcz, tuvicroq un disgusto rclativo a la corhnaflla
habían hccho para cultivarunas matas de yuca crt RioncConzálcz tcstificóquc Amaya $c cstaba apropiaúdo d
. partc de yuca, cn vez. de rqrartir los frutos cú focquitativa. Más aún, quc Amaya habla cstado hurtánsu partc dc lq yuca durante largo üempo: Cuanddiscusión cntre las partes se puso acalorada, Gonzcmpuñó su,pistola y lc disparó a su socio, quicn lermmuriéndosc qui¡lce dlas después por causa de la infccde tas hcridas causadaslt, ni nccho de que,las dipcusiopor la yuca no terminaron con la guerra puede scr mostpor un caso ocurrido en l9l I en Picdccuestpt en clPcrpetuo Duafehirié a Dámaso Céspcdes con u¡ mactan grav€mgnte qüc cl juzgado coÍceptuó quq éste h
qucdado i4capacitado dcfinitivanrcnlc p0r4 traba.iar¡rolivo dc csla pclcn provino dc quc Céspcdcs ncuDrr¡trtc dc rob¡rrlc un surco dc yuca". .
-"Al ÍR-lJl$, .tud. dc soto, Crlm., 2D, Aüto. lnt.r, 1905, ff. 1316.dAllll-lllS,.hd. dc llnlü, ('rltn, trft,
^uio¡lnter, l90S' ff,7?-i8.
¡'ll$tln.lurllilildc lluÉrnmmfr.No. lOJ,prlmtrodtjullodó Itl t,'f.2017.
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i;'
i i Una pequeña suma de dinero prestada fuc razónsuficiente para la muerte en Girón de Evangelista Rueda a
riranos de Ventura Rueda y su mujer Cayetana Rueda.
Evnngclista insultó a la parcja dc esposos llamándolcsl¡¡itroncr, arte lo cual Ventura le rcplicó que todo lo quc
tenla qub hacer era pagarle su dcuda. Aunque la pelea queasl se'originó fire contenida por los vecinos, se reinicióluego de que prosiguicron los insultos verbalcs. Asi fue
conro cn el cung de la rl{la Vcnturu logró quitarlc clcuchillo aEvangelisla, usándbtopara lucgo apufialirlo cnel'dstómagoto.'
tos crímenes pasionalbs y las disputas dentro yenlrc las familias cran tradicionalcs en Santandcr. Lasaqciones correspondientes a esta categorla podlan estallarcasi eryon'tán€amente; en especial cuando seoriginaban en
los celos o en el honor sfendido,rpero también podíancnconarse en un rencordurante largos perlodos dc tiempo.
Iia primera va¡iedad puede ser ilustrada con el qaFe.deSegismundo Daza, quien anibó a una casa situada cn clcampo, en las ccrcanlasde Bucaramanga, el I 5 de noviembredc 1903, para informarte al propietario quc un macstro
vcndrfa aqucl mismodla con el findc rcparnrlccl tnrpiglre.
Mientras espcraba, sc scntó junto a Marla lsabcl León,
quien estab'a en eso momcnto comiéndose una clririmoya.Coqueteando con clla, le tocó sus cabcllos justo cn el
lnomento ctr que Pedro Herrer4 el amante dc la nuchacha,cnaó. Alguien alcanzó a gritarlc " ¡Salga de aquf , ahi vicnedonPcdrol", peroantes dc quc pudiera siquiera levantarse,Ilcrrcra, cuchillo en mano, le propinó una mofal herida en
la espalda. Antes dc expirar, Daz-a alcairzó a decir que notenla idca acerca'de que Maria ñiese la mujer de donPedrotr.
El I I deabril dc lg0g,DomingodcRcsurrccción,Uasilia Rodrigucz.abandonó a Juan Crisóstomo Carrascal;con quicu habfa estado conviviendo hasla cntonccs cn"rclacio¡res amorosas ilfcilas", para irse a vivir desdc
ctttonces con Mauro Guerrcro. El 2 de mayo de 1909,
tanrbiéu un día domingo, Ca¡r¿scal llcgó hasta la nucva
casa de ella para arreglar algunos asuntos, pidiendo arepa
y gu¿¡r¡rpo, Se inició cntonccs cnúe los dos una disputa, en
{l cuno de la cual él le dió doi bofctadas a su cx-tttujcr
Basiüa, gritándolcque " traiga a Mauropara que la deficndi¡" .
. Cuando Guerrcro llegó procedió a sacar a Basilia dc lacasq pero Carrascal lo si guió, retándo lo a pel car. Pclea ron
entonces repetidamente y cuando ya parccía habcrse
$Allll-tjl$,Jud. dc Soto, C¡hÍ.,11), Auto¡ lnt' 1901,10 dc rntubrc dc I 90'1, ff.
1*E6.itfl llt-lltS, Jurl. rlc $olo, Orhn., 2l), Autot h¡|, I 90S, ff. ?S-?ó.
Ihr¡r¡anid¡dc¡ - Ruorramrnga (\rlolnhi¡. 24(2): Ll-23 Julir¡-l)icicmhrc rlc l9()j
I
llav
esos odios profundos que terminaban producicndo.hcch
nrorlalcs conflictos pasionales., El 22 de agosto de I 903, ccomcreianle libanés Juan G, Hiz¿ fue hasta la casaidc s
concubina Fclipa Martlncz, quien sc enmntnrba dunnlcndoAl demandar sus favorcs sexualcs y rccibir un rcch{zo dparte ella, él pasó entonces a insultarla y a abofetea¡ta cn e
rosl¡o. Cuando ella replicó sus golpes, la asióldel pefo y ltiró sobre el piso, donde le dié patadas, caminando lueg.hacia el patio. Este comportamiento del amante enfürccitanto a Felipa que, agarrando una tablón, pmccdióasesüarle con él un violento golpc en la cabeza, dejándoloinconscientc. Cuando aquel recuperó el scntido, la m¡:jer lmostró su arrepcntimicnto dándole agua y llcvándolo a l
.g4mq con ella. Un poco más tarde, Juan se levantb y smarchó a su casa, sostenido por Fclipa. Al dla. sigüicntemurié a consecuencia de la frachra qaneana quele ocásion
cl golperecibido$.i'r,'i
Las cncrnistadcs familiarcs tcndlan a prolod gars
por largos perÍodos de,tiempo y con fricuendia s
desenvolvian con tapeorde lasviolenciast. Un ejcrnlrlo d
de violencia-es la muertc dc Tomás Ortega Roj{s. Udomingo cle 1903 Guadalupe Rubio fuc hasta la cásn dTriunfo Ortega y dijo a sus ocupiurtes: 'rcllos ascsinb¡on
rni hennangl', "préstenme su c¿urillo, quc voy a encbntrala persona que lo hizo". Los Ortega cargaron la cs{opcty se cnc4rninar-on hacia la casa dc Tomás Ortega.lEn ccamino se les unieron Merccdes Marciales y llufinOrtega. Una vqz. llegados allf se ocultaron cntie lomatorr¿les, ccrca.a la casl. Err cunnto lo vicron, Rut¡idisparé un tiro y alcanzó a Tontás Ortcga, quienllogrcntrar a la casa enbusca de refugio.J-os cuatro hohrbrepcnetraron entonces en ella, dondc Mcrcedes Ma¡cinlcvolvió a disparar sobrc é1. ,Uua vcz quc sc cngorrtryaciendo sobrc cl piso, gravcnlcntc hcrido, todbs lo
cuatro homl¡res siguicron asestfirdolc nrachctnz{s. L
aulopsia pudo rcvclar'ásl "una irrfinidad dc hcrliclits
cualquiera dc las cualcs habrla sido nrortalsr,!
. s3.- .ro,"j.lY?.f: It'üpcno dcmucrtc t¡bl¡¡l¿o rúül¡rlr t9l t.Rcvld¡Judldddt llmrr¡mangNo.&!s,prlmcrodcJullodc f9tt,pp.20ft-¡034, ' I
DAI tR-tJtS, .tud. rlc Soto, Crlm., iD, Aulor hrt, I 904, ff. 23-24. I
I
IAIIR:UIS, Jud. dc So{o, Crlnr.,2D, Autor tnl" t905, fi' 4S-54 y t906,lr. 9-t
$Al lll-tllfi, Jurl, dc Solo, ('rhn,2t), Autor hrt, 1906, f. ,l-?.I
I
2
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Aunquc todos los homicidios mcncionados hasta
aquí son dct tipo tradicional, la cxtensión y la lcrocidad dc
la gucrra trajcron consigo nuwas modalidades dc ascsinatos
rclativos a la guerra, la pollüca y los conflictos con las
autoridades. Ésl'as no fucron solamente un elemento
novcdoso, sino que ade¡nás constituyeron una gfan parte
dc. los casos y, mcjor aitn, cngendraron una atmósfera en
la bual sc hicicron tan comunes los crf menes violcntos quccasi parccfan un medio accptablc para lcsolver los
problcmas,
La pcculiaridad dc las condiciones en cl árca
cafctcralibcral deRioncgro pucde scr comprcndida a partir
dc la documcntación sobre cl siguiente hecho. El 12 dc
scpticmbrc dc 1900, cuatro mescs después'de la batalla de
Paloncgfo, ur¡a banda de "lad¡ones merodeadores" robó
algunal casas cn el sitio Galancs. Una bala que atravcsó la
parcd dc una dc csas casas mató a Trino Rodr{gucz. Aldcscnredarse la trama de lo sucedido, gracias a los
tcstimoniot qüe fueron rcndidos, sc fue aclarando quc
habla acontecidoalgo nrás queunsimplérobo, y que talvezla muerte causada no habla sido tan accidental' Para
cmpcz¡r, uno dc. los.scis ladroncs idcntifi cados cra'Fran:
cisco Muño2., el jefe dc tas guenillas revolucionarias del
árca. Por la otra partc, el fallccido Trino Rodrigucz habia
sido cn vida cl comandaritc de la policía cstacionada cn
Rioncgro, En una dcclaración postcrior, un Carnlclo
Rodrígucz reconoció'que aunque él habia sido neutral
durante las primeras etapas de la guen-4 al vcrlos atropellos
comctidos por las comisiones enviadas por Rodriguez se
habla scntido obligado a unirse a la guenilla. Su retato'
accrca de los inteíogatorios, las roridas noctumas, lofrobos dc comidas y ropa a la gcntedeGalancs' csura claradcscripción dc las condiciones bajo las cualcs vivían
durantc Ia guerra las personas sospechosas de-Eimpatiz¡r-..con los libcralcs. Aunquc los ciudadanoshablan presentado
muchas peticiones al alcalde Florentino Arciniegas para
quc rcmcdian csa situación, éste nada habia hccllo.
Finalnrcntc, las gucnillas dccidieron aplicar lajusticia a mmancra, cjccutando a Rodrlguez.$.
Los honores de la guena civil pueden enconrarse
aún cntre los propios amigos. El22 de agosto de l90lt,ucas Carrillo.intcrrogé a Juan Bautista fucnas sobrc las
razoncs por las cuales él habfa sido visto cn compañia dc
l; ¿cíltc dcl Batallón gubcmamcntal " 12 de novicmbrc".suandohabía pasado porBucararnanga. Arcnas lc rcsporrdió
qucpcnsabaunirss a los militarcs dcl lado gubcrnamcntal'
La discusión poliüca cntrc losdos tcrminó en unapelca, cn
la cual Canillo logró apodcrarsc dcl machete dc Arcnas y
con él lo decapitó. Cuando alguicn preguntó qué habia
eAl lR-UlS, Jud. dc Soto, Crlm,2l)'^utot
lhtcr, 1904' ff' 8A-94
Rcr,. Ilum¡nid¡dcs - l]ucrramangr colombi¡. 2,1(2): 1.1-21 Julio'l)icicnrbrc tlc 1995
succdido. Carrillo sintplcmcntc rcplicó: " ¡Hcascsinaun Uo{9]"3'
Los hombrcs'jóvencs tamhién iemlanreclutadospara el senvicio militar, y con frecuencia de
hulr de sus hogares para witarlo. Con esüa intencióescapara la accién de alguna comisión miliur, Mi
Guo'ara y dos hemranos sc cncontrabnn dunniendoc
rancho alcjado.:Al olr la aproximaciÓR de hombre
hcnnanos se escondicron de inmcdiato, pero Guc
dcspcrté tlcmasiado tandc, sicndoatrapado y llcnado onpor la comisiólr nlilitar. Al dla siguicnte, los.ltcnna
Rojas encontraron su cucrpo cn un riachuelo, virtualm
dccapitado$.
Los coir{l ictos partidi slas y los odios dcrivado
la gucrra continuaron largo ticmpo.dcqpués. A lo larg
t 902 se prdduj eron incidentes en los queband¡is iüner
robaban o ascsinaban gentes'del partido polltico opu
Aunquc algun¡s eran gucrrillas, otras cstaban form
por soldados liccnciados, obligados a tecurriral robocompensarsu desempleo$. Lo quepermaneció como
corrientc g lo largo dc toda la décade fueron los ascsi
originados en discusioncs pollticasm. En l-Ull dcPedro Arcinicgas llcgó a la casa dc Ramón RÍos cn
Riosucio, ccrca a Lcbrija. Los dos hombres sc tom
"algunos tragos;' dc aguardicnte hala cl puntó de c
cstado dc embriagrrcz. En es9 momenlo empcTá
discutir sobie asuntos de polftica, "sih'{ue posuspendieran el uso de licoi", una clara indicación d
la discusión irolltica y el alcohol formab'áti una m
, cxplosiva. Enardecido, fuciniegas empüf,ó',fl ma
goipcándolo con viotcncia conl¡a el suelo y dcstmy
atgunot objetos ccrcanos. Rlos l¡atÓ de calrnarlo, patacar Arcinicgas se lia¡on en rura batalla cucrpo a c
Ahora enfurecido, Rlos se armó con su propio mac
comcnzó q golpcar 4 Arciniegas en la cabezeiy cl c
¡¿51¿ dsj¡rlo rfiucrtoúl .
En mucltos casos un simple cpiteto pollti
suticiente cáusa para el uso de la viotencla. Términos
como reinoso (seguidordel gobicrno), gpdo (consew
rojo sinvcrg{ienzs y roio rsqueros{t no eran-usados
scntido lwc. El primero de iepticmbre de l9d0 Di
Lópcz mató a Ladislao Manülla cn la plaza dc nt
pública porhabcrlo llamarlo "rojo asqtrcroso" y "lrán
...i!'AltR-Ul5i, Jud. dc Solo. Crlm..2D' Aulor ln(rr, t90'. f' 32-f!'
tAtIR-UIS,'tuil' dc $oto, Crlm.,2D, Autor ln! lm¡, f' tl'
eAtlR-lllS, Jud. de Solo.2l). Au(or lnL' 1906, ff' 29Jl',
elltvlrt¡ .ludlclnl de ihcrrrmrn¡r, No. I 029, rt¡rllrnbrt 9 rlc I 91 5
.'Al lR-t [S, Jud. rk .Soio, (]¡1m., 2D, Aulor, 1904, f. 37-58'
5/16/2018 JOHNSON, David Church. Impacto Social de la Guerra de los Mil D as: Criminalidad - ...
http://slidepdf.com/reader/full/johnson-david-church-impacto-social-de-la-guerra-de-los-mil-dia
.rr: l: :i:iií+-lli:;:l:,+:.j:::
mi$crablc". Lópczloapuñoló cnfrcsocasioncs, todnsellils
c¿iusantes de sendas heridas ¡norlalcsó¡.
El criterio de la motivación poliüca debc ser
mhtizado por la consideración de que las enemistades
pcrsonalcs dcvicja data pudicron habcrestado ocultas tras
la, calificación Jutliclul dc n¡óvilcs pollticos, pcro cslo csalgo que rambién hacfa parte de la combinación politicafrlndanrc¡rl¡¡l cn Colornbiad. La [tn cspcndn cra dc plz qtrc
dcl¡la inicir¡nc cn l9l0 scvió asl frccuentcntctttc cmpallada
por los conllictos politicos. En las clccciones dc 1913,
grupos de militantes conservadores y liberales profirieron
en Piedecuesta amenazas recfprocas, al punto que sc
produjeronn disparos que dejaron un conscrvador y sietc
liberales muertos, asl como muchos, otros heridos de
¡nachctazos. Especiáhnente horrorizante fuc la nrutilación
de los cadávcrcs liberalesn.
Como podrla esperarse de la situación milita¡ en
quc estaban todas las cosas, se prcsentaron varios ca.sos cnlos que los conflictos se originaron enl¡e oficialcs de
difcrentc graduación. Era habitual que un oficial de rango
supcrior rcsultara asesinado por uno dc mcnor condiciónt,pcro sólo cxccpcionahncnlc ocurría que un soldado r$so
llcgara a asesinar a un oficial. Este fuc el caso acontccido
cl 3 de febrero de 1902, cuando el Batallón Gramalotcrcsultó involucrado en un bochinche. Cuando et tcnientePastor Pcñaranda llamó a los soldados al orden dc las ñlas,
un muy embriagado capitán llanrado Rafacl Lópcz. agarró
aun soldadoporel cuello, sacándolo dela fonnaciótt' ¡laraproccdcr a darle planaz-os que lc causaron varias hcridas.
Pcfanrnda dctuvo cntonccsal capitán y lo coudtrjo a los
cui¡f clcs. El soldado agravii¡do, Bcnianrin Paredcs. siguióy apuñaló al capitán Ló¡iez en el pccho con un pcqucño
cucl¡illo, car¡sándolc inmcdiatarncntc la muertc6ó. T¡tlcsrclacio¡¡cs col¡ l¿r autoridad milit¡u tuvicron su corltr¡lpÍtrtccn el lado civil, dondc sc produJo un puñado dc ascsinatos
r¡uc irrrplicaron it ntityordottros ¡' pcottcso?.
l-as autoridades conservadoras locales tambiónconian riesgos al lratardcponcren práctica las disposicioncs
oficialcs cn las contunidadcs tibcralcs. Así. cl 20 dc
novicntbrc dc 1902 sc lc dijo a Juan Josó Mcdrano. agcntc
clq tcrccra cl¡¡ss cn Bucaranrutga, quc estaba ocurricndouna rcycla cn la calledcl Volante, frentca una tienda. Tr¿s
dcte¡rcr la pclca trató dc cfcctuar algturos arrcstos. pcro
'!Rcvl¡tr Judlchl dc Sanl¡n.ltr, tlucammlnga, No. óJ!. l6 de rgorlo dc 1906,
pp,.l2?-tlt0.orlll Norte, Cúcule, No. ó, l7 de nruno de 190ó'
qllorkontc¡, llucrmntnngr, t, No.1, prlnrcro dcJunio dc lglJ
'fA(iN, !'onrlo l\lh¡. (iob,.lrl. llcbnJr dc llruu, l.[¡lo 2 (S79J), ff J{l JSI;
¡f8{o J (s?9{}, r. I 9t-l6l¡ ft JJJ-'ltlS.
aAl tll-tllll, Jud. dc $oto, ('rim.. 2l), Aul0r lni. I 905' ft t ?- l 8.
'lVe¡ Al lll-tjlll, Jud. d. $oao, Crlm., 2D, Autor, t90{, t 20; f 9(Ú, ff óS 67'
liev. llun¡¡uidrtlus - llucarulrrngr (irk¡rll¡i¡,2.1(2): l.l-l.l Julr¡r.l)ieicrnl¡rt tlu lr)')1
I
pronto sc cncontró con que estsba rodcfldo dc libcralfs cn
actitud arncnazitdon¡, ¡rrmados dc gilnotcs' Más {ardc
ategó quc habla uatado de intimidarlos con su riflc,lpcroquJal disparárscle en forma accidental había matddo a
Élías Barramcott. iI
Aunquc los cjcmplos cscogidos pant cslc cdsayotiencn sus limitaciones, especialmente cn térniinoscuantitativos por razón dcl estado dc catalogación dcl
archivo, pcrmitcn no obstantc un análisis sobri las
caractcrísücas dcl crimcn cn Santandcr durantc y dctipués
de la guerra. Dado quc sabemos que exisüó una mig$cióninterna masiva y un cambio social rápido antes ¿le la
guerra, asociadós con la expansión y'el declive he laeconomía cafctcra, scguidos de un consecuente aumentoen la tasa de criminalidad; teneriros entonces que la guerra
actuó como un acelerador de las tendencias que ya hábfan
tenido lugar cn la década dc 1890. El colapso ile la
economlf y de la administración pública, así corho la
consiguicnie desaficulación social enrur clim_a de rcnrcorcséngendrados por la poliüca y la brutalidad dc la gucrra, sc
sumaron para facilitar la resolución violenta dp los
problcmas. La marcada disponibilidad dc armas dc fucgoLmbién contribuyó al incrcment'o dcl númcro dc ascsitlatos.
Las circunstancias cngcndraron nucvos tipos dc crlrlcncs,tales como el robo dc almacenesy hogarcs, queperpetuaron
una sentido de insegruidad no experimentado antcs,de la
gucra.i
El hccho clc quc la gnur mayoría dc los crírncncs
hubicra sido cometido ¡ror dclincuentes sin iurtccc{cntcs
rcflcja el descs¡lcrado estadodc la cconomía Y la socicdad
La mayoria deios ascsinatos no fusron comctitlos pdruna
clnsc bajn criminal, sino por gcntc comurt 1' corricnti. Qucasuntos dc ¡nuy poca importancia cco¡lótuica hutiicscn
sido los móvilcs de algunos asesinatos nos planfca la
cucstión dcl ltonor. Cu¡lndo la gcrrtc no tcnia casi niida, c
tronor pcrsonal podla convcrtirse cn ialgocxtraordinariantcntc itnport¡tntc6e. Quc la gran nray -cirin dlos homiciclios ltubicsc ocun ido cntrc amigos y conqcidotambiúl indica el nivcl dc las tcnsiones dentro {c la
comunidades. i
Los esrudios rccicntes sobrc la violcnciit !n Co
lon¡bia l¡an rctroccdido c¡r la búsqucda dc sus orflgcrrc
hasta rm poco antes dc I 948, cs decir, a la intrartquiliglad dlos ailos vcintes y treintas?o. Pcsc a ello, cslc ensayo srirgicr
quc una ctapa crucial para cl dcsurrollo dc los ntodilos dviolencia en Colombia seprodujo clurantc ta Gucrralde to
MilDlas. i