LA BELLA Y LA BESTIA

En la Loma de las Brujas del municipio de Envigado- Medellín,

vive Carlos Esteban un joven de 25 años de edad, de familia

pudiente, socios de los mejores almacenes de cadena en todo el

país, como el ÉXITO, POMONA y CARREFUL. Este era un joven

muy atractivo, inteligente, alegre y de buenos sentimientos,

pero poco a poco toda esta vitalidad se apagó después de un

terrible accidente que tuvo en su Harley Davidson, el cual le

produjo una parálisis en las piernas, Carlos Esteban no pudo

volver a caminar, permaneciendo en una silla de ruedas; los

médicos le decían que no perdiera la esperanza, con esfuerzo y

perseverancia en el tratamiento podría volver a caminar.

Después de seis meses del accidente, Carlos no presentaba

mejora, y como si fuera poco su novia lo abandonó; su carácter

se transformó, volviéndose agresivo, violento, amargado,

renunció a su vida social, a todas sus amistades, las salidas a

bares, a cine, dejó la universidad y además se encerró en su

habitación sintiendo compasión por sí mismo, descuidando hasta

su aspecto físico. Sus padres vivían en Londres por motivo de

negocios, pero siempre estaban pendientes de las necesidades de

su hijo, que se encontraba al cuidado de sus empleados, Flor

quien hacía de comer y Julio el jardinero y de oficios varios,

pues Carlos Esteban vivía solo en un Pent-House, un apartamento

espacioso y lujoso.

Estos empleados se comunicaban constantemente con los señores,

ya que se encontraban realmente preocupados por el cambio del

joven, era todo una bestia, grosero, malgeniado, arrogante,

prepotente y agresivo, tal fue el caso que un día casi golpea a

Julio por haberse atrevido a entrar a su habitación, con la

intención de podar las matas que estaban en el balcón.

Los padres de este joven por ese tiempo no podían regresar a

Medellín, por lo que le pidieron a Flor que le contratara una

enfermera para cuidar especialmente a su hijo. Julio se enteró

del propósito de Flor, y éste le recomendó a su hija recién

graduada como enfermera Auxiliar de la Universidad de

Antioquia, la cual se encontraba actualmente desempleada.

Flor aceptó su propuesta, puesto que era una persona bien

recomendada y además de confianza.

Como de costumbre Julio partía para su casa ubicada en el barrio

Manrique los fines de semana, desde los viernes en la noche hasta

los lunes a las 7:00 a.m. que entraba a su jornada laboral. Julio era

un hombre sencillo, de buenos modales y principios educativos a

pesar de su humildad, tenía cuatro hijos, tres hermosas hijas,

Marcela, Andrea y Juliana la del medio quien era la enfermera, y el

hijo mayor llamado Camilo. Este humilde jardinero habló con su hija

Juliana sobre el trabajo, las comodidades, lo apropiado que sería

adquirir experiencia y que además el dinero no sobraba, pues se

presentaba una escasez económica y había que terminar de pagar los

estudios de su hermana Andrea la menor.

El lunes muy temprano viajaron en el metro camino a

Envigado, Juliana estaba feliz, a pesar de todas las

recomendaciones de su padre, y la descripción del joven. Al

llegar al apartamento, Juliana inmediatamente dejó su maleta

en el pasillo, y tocó a la puerta de Carlos Esteban para

presentarse, varias veces lo intentó, pero nadie respondía, se

dio cuenta que no tenía seguro y decidió entrar con un poco

de temor, pues pareciera que allí habitara un muerto..

Juliana vio a ese joven de espaldas sentado en su silla

de ruedas mirando hacia la ventana, con el cabello un

poco largo y desgreñado, inmediatamente percibió un

olor a viejo, a húmedo, notó ropa sucia por toda parte

de la habitación y una esfera de amargura, sintió pesar

por aquel joven; Esteban dio la vuelta y se tropezó con

esos ojos color miel, de estatura media, una mujer muy

bella y con un rostro angelical, una silueta de sirena y

una sencillez estremecedora, pero aun así, le grito y le

lanzó un libro que estaba al lado suyo y le pidió que se

largara.

Juliana ya tenía indicios del perfil de Carlos, pero este

no fue impedimento para continuar con su labor. Al día

siguiente volvió a la habitación de Esteban, por

supuesto que el recibimiento fue igual, y así pasaron

ciertos días, hasta que por fin Juliana decidió hablarle

con firmeza, a que reconsiderara darle una oportunidad

más a la vida, que los obstáculos son el camino para

fortalecernos y madurar, y que además tener lástima

por sí mismo no era la solución; El joven admiró el

coraje de su dulce enfermera, y este fue el inicio de

una nueva amistad.

Juliana le hizo ver a Carlos Esteban que sus amigos y compañeros de

la universidad siempre estaban atentos a su recuperación, esperando

su llegada, pues él se había desconectado del mundo, la enfermera

le mostró todos los mensajes de entusiasmo, de lo mucho que lo

apreciaban y lo extrañaban a través del Facebook, además de todas

las cartas de esperanza, que se encontraban en su correo

electrónico. Luego de unos días el joven comenzó a mejorar su

aspecto personal, se motiló, se afeitó, era todo un galán; y en la

noche del sábado salieron a Sabaneta a cenar y después de la cena

se fueron a un bar a escuchar rock en español, fue una velada

mágica, Carlos se sentía como si fuese un niño, libre y sin

complejos. Lentamente esta relación de trabajo se convirtió en algo

más que una simple amistad; este joven ya sonreía, habitaba el gozo

y el amor en su corazón.

En el transcurso de dos meses Juliana no había visto a

sus hermanos, su casa ya le hacía falta, su barrio, su

espacio, por lo que decidió ir a pasar unos días, pues

además su paciente presentaba mejora, por lo menos ya

chateaba con sus amigos de siempre, le dirigía la

palabra a Julio y a Flor; aunque todavía no había decido

ir al médico, pues no se sentía preparado, no estaba

dispuesto a recibir malas noticias. Juliana le dijo a

Esteban que pasaría unos días junto a su familia, para

compartir con ellos y descansar, pero que regresaría

pronto. Sin darse cuenta Carlos sintió tristeza y

ansiedad, pues ya estaba enamorado de su bella amiga,

le pidió a Juliana que lo pensara todo el tiempo, como

él también la pensaría; él se percató que ya había

sacado de su mente y de su corazón a la bruja de su

exnovia, que solo le demostró amor cuando él estaba

bien, le parecía que Juliana era su verdadera princesa,

una mujer desinteresada y honesta, con intención le dio

un beso en la mejilla y le susurró al oído: ¡por favor no

te demores! Juliana sintió un cosquilleo extraño en su

estómago, como si el corazón se le quiera salir de la

emoción; le dijo que volvería en tres días y que además

se estarían comunicando constantemente por el celular.

SEGUNDA PARTE

La bella joven de 22 años se fue para Manrique con su

padre el viernes en la noche, al llegar a casa, sus

hermanos la recibieron con mucho cariño, la abrazaron

con entusiasmo, pues eran ya dos meses sin verse. Al

sábado su hermano mayor le comentó que en el hospital

San Vicente de Paul, había una vacante para el personal

de enfermería, y que ese puesto seguro era de ella,

puesto que su padrino político con gran influencia le

había recomendado, y que además era hora de tener un

trabajo serio, que no la absorbiera de tal manera que

ya ni tiempo tenía para su familia.

Juliana se angustió y le dijo que preferiría esperar un

poco hasta que Carlos viera al médico de nuevo pues no

le parecía justo abandonarlo ahora que ha mejorado. Su

hermano se enfureció pues le parecía extraña esa

actitud, un empleo mucho mejor que el que tenía, con un

mejor sueldo y estabilidad laboral. Tuvo una fuerte

discusión con Juliana y con su padre Julio, pues la

perecía que era una total desconsiderada. Camilo era de

un carácter fuerte e impulsivo y decidió hablar con el

jefe de Juliana para que ésta entrara en razón.

Ese mismo día, se fue a Envigado hablar seriamente con

Carlos, al llegar al apartamento se encontró con un indefenso

hombre en silla de ruedas, al momento entró Juliana

ruborizada y asustada por lo que pudiera decirle a Esteban;

Flor no pudo soportar ese acto de imprudencia por lo que

llamó al celador del edificio para sacar al joven Camilo, no sin

antes éste dirigirle unas cuantas palabras a Carlos; Camilo

habló con una voz poco serena y firme, le preguntó cuál era

las verdaderas intenciones con su hermana, que no le gustaba

que la tuviera encerrada como una rehén, ¡esto no es un

empleo, es una cárcel!, además esa confiancita no pertenecía

a una mujer decente,

Carlos lo interrumpió y con un tono de enojo, le dijo que

respetara a Juliana, más que su enfermera, era su amiga, la

mujer que amaba, y miró a esos ojos color miel con timidez,

declarando lo que sentía a través del brillo de sus ojos negro

intenso, de repente con un impulso premeditado la bella

enfermera lo abrazó, tropezándose con una mirada de amor.

Estos dos jóvenes se besaron, se abrazaron, no fueron

necesarias las palabras, Juliana había encontrado su príncipe

azul, dejó de existir la antigua bestia, renaciendo el amor de

su vida. Al instante entró el celador y con autoridad le pidió

a Camilo que saliera del apartamento, no tuvo más remedio

que salir, pues ya todo estaba dicho.

Después de un tiempo, ambas familias

aceptaron esta relación, Carlos Esteban

se presentó y reinició sus estudios

universitarios en Bolivariana en el noveno

semestre de Negocios Internacionales,

comenzó de nuevo el tratamiento, con

una positiva recuperación, los médicos le

dicen que si continua así, seguro la

operación será todo un éxito.

Juliana se encuentra trabajando en el hospital

Manuel Uribe Ángel, sin ninguna ayuda, solo por

mérito propio, por su capacidad profesional,

actualmente se encuentra estudiando Medicina en

la Universidad de Antioquia. ¡Tienen un hermoso

noviazgo!, aunque por sus actividades académicas

y laborales, casi no pueden verse, solo los días

sábados y a veces cuando Juliana no trabaja,

¡eso sí, se comunican siempre, para esto no hay

inconvenientes!.

FIN

GRACIAS POR SU

ATENCIÓN